Ataque directo al paganismo

Publicamos aquí un texto maravilloso del beato Paolo Manna, extraído de su libro “Virtudes apostólicas” (puede descargarse aquí). El beato Manna fue superior general del glorioso Pontificio Instituto para las Misiones Extranjeras.

Un texto que absolutamente incorrecto para los tiempos que corren.

Que no te la cuenten…

P. Javier Olivera Ravasi

 


El ataque directo al paganismo

¿No es cierto que cuando no se es santo, se tiene miedo de hablar de Jesucristo a los pueblos, con la franqueza, la libertad y sobre todo con la fe, con que hablaban los Apóstoles y todos los santos misioneros después de ellos? Mis amados cohermanos, nosotros somos apóstoles de Jesucristo y, como San Pablo, hemos recibido la orden de anunciar su Nombre a los pueblos: tenemos la misión de convertir el mundo y de reformar la sociedad pagana con la predicación de Jesús Crucificado. Todavía hoy es verdadero que sólo en Jesús está la salvación de las almas y del mundo: “En ningún otro está la salvación; no hay, en realidad otro nombre dado a los hombres bajo el cielo, en el que se ha dispuesto que podamos salvarnos” (Act.4, 2). Ahora bien, ¿no convendría, por si acaso, con el pretexto de que los paganos de golpe no entenderían el misterio de Cristo… que es necesario entrar dando un rodeo…; que conviene, con la enseñanza y las obras de caridad, rodearse de un ambiente favorable… no sucedería, digo, que algunos misioneros de hoy, con estas inconsistentes excusas hubiesen dejando de lado la predicación directa de Jesucristo y de su Evangelio para un segundo tiempo? No os parezca fuera de lugar la pregunta.

Es tan fácil, cuando se es pobre de lo divino, apegarse a lo humano. Tenemos el ejemplo de los protestantes, que han sobrepuesto y sofocado la predicación de Jesucristo con la preponderancia de su actividad humanitaria ycultural. Se espera que con las escuelas y con las otras obras se cree la atmósfera favorable y que venga de ese modo, la así llamada “hora de Dios”; pero ¿si en vez se crease así una atmósfera, que hace, sí, benévolos y obligados a nosotros, a los pueblos paganos, pero los hace siempre más indiferentes a Dios y a nuestra santa misión? Roguemos a Dios que nos dé la santidad y el valor de los Apóstoles, para que podamos afrontar el ataque directo al paganismo y abrirnos alguna brecha en las grandes religiones organizadas existentes en las misiones. No hay que temer el fracaso, si se es santo y se tiene fe en la palabra de Jesucristo.

Los pobres, los humildes, los desheredados vienen hoy a nosotros en número considerable: son conquistas relativamente fáciles… ¿y los otros, aquellos que no tienen necesidad de nosotros, pero tienen, sin embargo, tanta necesidad de Dios? ¿Cuántos de la clase culta, dirigentes, vienen a la fe? ¿Qué se hace con los budistas y los mahometanos? En pueblos corrompidos, soberbios, de dura cerviz, son lo que se quiera; pero ¿el Evangelio no está hecho precisamente para ellos? El Señor ¿no ha venido justamente para su salvación? ¿O se teme que la palabra y la gracia de Dios no sean bastante poderosas para conquistar también aquellos corazones? Los Apóstoles debieron afrontar un mundo pagano como el que debemos evangelizar nosotros. Jesús Crucificado era también entonces, escándalo para los judíos y una locura para los sabios paganos; sin embargo, los Apóstoles no tuvieron miedo, o tergiversaron, no echaron mano, para abrirse camino, a las obras de caridad, de beneficencia y de instrucción. La caridad y la beneficencia también entraron allí, pero fruto natural de la fe predicada y practicada, no como medio de penetración. Los Apóstoles y todos los santos misioneros predicaron y presentaron directamente a Jesús Crucificado a los infieles, porque sabían que sólo Jesús Crucificado posee la virtud de Dios y que puede convertir las almas y cambiar la faz de la tierra. A tal propósito los autores de “Monita ad missionarios” nos dicen que un misionero traicionaría su ministerio si “poniéndose al servicio de la carne”, se callara sobre la pobreza, sobre los sufrimientos y sobre la Cruz de Nuestro Señor, porque como enseña Santo Tomás, “en la doctrina de la fe cristiana hay una verdad fundamental, que la salvación se obtiene mediante la cruz de Cristo”. ¡Oh, cómo deseo que cada uno de nuestros misioneros pueda decir con San Pablo: Los judíos piden milagros y los griegos buscan sabiduría…” la gente quiere de nosotros obras de ayuda y alivio material, los gobiernos esperan obras de instrucción y de cultura,“nosotros predicamos a Cristo crucificado… poder de Dios ysabiduría de Dios”, (1 Cor 1, 22). Yo amo y aprecio mucho este Instituto por su particular carisma de ser genuinamente apostólico, totalmente dedicado al apostolado directo de los infieles. Tal vez nos faltan muchas cosas; somos pobres de grandes recursos y de grandes obras en las misiones, “pero somos todos de las almas” y ésto, no es poco mérito. Y yo quisiera que fuéramos más pobres, pero mucho más santos, ganaríamos mucho, nosotros y las misiones. ¡Cómo desearía entonces poder decir a nuestros pueblos como San Pablo a los Corintios: “somos ricos sólo de Jesús Crucificado! Nuestro apostolado es enteramente obra de la más pura fe… Cuando fui a vosotros, no me presenté para anunciaros las enseñanzas de Dios con elocuencia de discursos o de sabiduría: yo sostuve, en verdad, no saber otra cosa en medio de vosotros, sino Jesucristo crucificado. Mi palabra y mi mensaje no se basaron en discursos de persuasiva sabiduría, sino en la manifestación del Espíritu y de su poder, para que nuestra fe no se apoye en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios”, (1 Cor. 2, 2). Pero si San Pablo plantó la fe “no en la sabiduría humana sino en el poder de Dios”, fue porque estaba lleno él mismo de esta virtud de Dios, que es Cristo; rezando sin cesar, castigando su cuerpo con la penitencia, se presentaba ante los pueblos verdaderamente como “otro Cristo”, porque para él, el vivir era Cristo; “para mí el vivir es Cristo”, (Fil. 1, 21). Y, en realidad, los pueblos pueden admirar al misionero sabio, pueden bendecir al misionero benefactor, pueden aprovecharse del misionero rico, pueden temer al misionero poderoso, pero no se inclinarán, no se rendirán más que al misionero santo. San Juan Bautista no hizo ningún milagro; toda su autoridad ante el pueblo, le venía de su vida penitente y santa, y así inducía a las almas a la penitencia y afrontaba a los escribas, sacerdotes, gobernantes, y todos se le sometían, y el mismo tirano le temía: “sabiendo que era un varón justo y santo, y con agrado le escuchaba”, (Mc. 6, 20). He aquí, amados cohermanos, otra razón convincente, para obligarnos a ser grandes santos; a fin de que podamos ser verdaderamente poderosos, “en obras y en palabras”, (Lc. 24, 19), en nuestro apostolado y conseguir el efecto de nuestra vocación, que es la gloria de Dios, mediante la salvación delas almas.

 

10 comentarios

  
Manuel Gutiérrez González
¡Pues sí que es "políticamente incorrecto" el beato Manna!

Y además tan cierto y atemporal como los mismos Evangelios, o como los escritos de los Padres de la Iglesia.

Las modas pasan, las opiniones pasan, Cristo permanece.

¿para qué elegir la derrota cuando tenemos segura la victoria?

"En el mundo tendréis luchas; pero tened valor: yo he vencido al mundo" (Juan 16,33).
20/01/17 10:18 AM
  
Neftalí
Muchas gracias, el texto me ayuda mucho en mi apostolado diario. Temo mucho hablar abiertamente de Cristo a la gente por no tener los conocimientos (sabiduría) necesarias para convencer o para responder bien a todas las posibles preguntas que hagan.

Pero el beato lo expone de manera sencillísima:

1) Sé santo

2) Muestra a Cristo Crucifiado.

Y a partir de ahí que actúe el Espíritu Santo.

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Exacto; la conjugación perfecta es: intentar vivir como Nuestro Señor y enseñar, con el ejemplo y la palabra, lo que Él nos mandó. No olvide que "fides ex auditu", como dice San Pablo: "la Fe entra por el oído".
No tema proclamar a Cristo. Uno de los más grandes pecados de nuestra época, que ya casi nadie confiesa es...: el miedo!
Dios lo bendiga. PJOR
20/01/17 11:32 AM
  
Opinando
"Es tan fácil, cuando se es pobre de lo divino, apegarse a lo humano". ¡Cuánta razón! Abandonada una verdadera espiritualidad, sólo queda letra impresa muerta y visitas a los templos de vez en cuando para cumplir; porque ya lo dijo Jesucristo, 'la salvación vienen por ir los domingos media hora a una iglesia a cumplir y ya está'... ¿O no era así?
Creyentes desganados, vencidos, entregados; ciegos, sordos y mudos; sin conocer su propia religión y cultura ni en lo más mínimo... Mucho pedir a la Iglesia para que les expliquen y les salven y luego no se interesan ni aprenden nada. Qué el Señor me perdone porque soy un pecador, no puedo defenderme bajo la excusa de la ignorancia; pero es que el resto tampoco, porque en realidad, para el que sigue el camino que da a la puerta estrecha y el Santo Espíritu le acompaña, pese a que muchas cosas le sobrepasan y no es capaz de entender, el mensaje central y los pasos a seguir están bien claritos; pero nosotros... ¡A lo nuestro! Que la culpa es del otro, de la Iglesia, del maestro armero, del vecino... Todos culpables menos yo.
Saludos y bendiciones
20/01/17 12:22 PM
  
Luis Piqué Muñoz
Padre Javier en mi Opinión el Problema es que Iglesia católica moderna no quiere ver la Realidad Perversa del Mundo y busca contemporizar y adaptarse ¡Ay, paganizarse! a los Tiempos modernos. Todos los Vicios y Pecados, hoy, en Occidente, son considerados Normales y defendidos como Progreso, y Perseguido el Bien y la Virtud con la Omnipresente y todopoderosa Corrección Política Nazi ¡eso explica, por Ejemplo, la Potencia ¡la Bestia! del Nazifeminismo y la disparatada y engañosa ¡el Padre de la Mentira! antidiscriminación! ¡No nos quieren dejar discriminar el Bien del Mal, porque para la Modernidad ¿Ay, la Iglesia hoy? no Existen. Nada más ¡Y Gracias, enhorabuena por el valiente y claro Testimonio de un Santo, Padre Javier!
20/01/17 3:58 PM
  
Ricardo de Argentina
El p. Federico en su blog vecino ha puesto una cita del Beato Manna que es a mi juicio muy acertada:

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"El efecto que la división de los cristianos en tantas iglesias tiene sobre los infieles es absolutamente desastroso, y desde este punto de vista el protestantismo, a pesar de sus esfuerzos por cristianizar el mundo, es el mayor obstáculo para este fin" (Beato Paolo Manna, La conversión del mundo pagano, Sociedad para la propagación de la fe, Boston 1921, 56).
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Parece mentira que el autor de estas líneas estuviese al frente de un Instituto de la misma Iglesia que se dispone ahora a conmemorar a Lutero.
20/01/17 5:33 PM
  
María de las Nieves
Anunciar a Jesucristo muerto y resucitado es tarea del Apóstol ,a los infieles ,a los paganos, a los cristianos tibios, a los alejados ,a los pecadores dentro de la misma Iglesia .

El apóstol debe arder por dentro, haber sido consumado por el Espíritu Santo, haber entregado su humanidad a los pies de Jesucristo ,entregarle todo a Él ,toda su humanidad pequeña y pecadora necesariamente sometida a la Divinidad de Cristo Jesús, en realidad es crucificarse con Él ,sufrir la cruz de cada día y ahí comprender la Verdad eterna.

Ver nuestra miseria y pecado y morir a cada pecado entregado perdonado, para que el Señor nos resucite.

No veo otro camino para la salvación de cada uno, ni del hermano, por tanto oración constante y entrega al Señor antes de la predicación apostólica ,estar muertos en Él ,para que sea Él quien brille, la misión entonces es poner al converso en contacto directo con Jesucristo y le toca por dentro y le transforma en Él.

Que el Señor bendiga su labor apostólica
21/01/17 2:57 AM
  
José Ángel Antonio
Lo de que los apóstoles no usaron obras para evangelizar es absurdo. Sabemos perfectamente que la gran red asistencial que crearon los primeros cristianos (de ahí nacieron los diáconos, por ejemplo) atraía a las personas a la fe.

Dice el beato Pablo VI en Ev.Nuntiandi:

"La Buena Nueva debe ser proclamada EN PRIMER LUGAR mediante el testimonio. Supongamos un cristiano o un grupo de cristianos que [...] irradian de manera sencilla y espontánea su fe en los valores que van más allá de los valores corrientes, y su esperanza en algo que no se ve ni osarían soñar. A través de este testimonio sin palabras, estos cristianos hacen plantearse, a quienes contemplan su vida, interrogantes irresistibles: ¿Por qué son así? ¿Por qué viven de esa manera? ¿Qué es o quién es el que los inspira? ¿Por qué están con nosotros? Pues bien, este testimonio constituye ya de por sí una proclamación silenciosa, pero también MUY CLARA Y EFICAZ de la Buena Nueva. Hay en ello un GESTO INICIAL de evangelización. Son posiblemente las PRIMERAS PREGUNTAS que se plantearán muchos no cristianos. [...] Surgirán otros interrogantes, más profundos y más comprometedores, provocados por este testimonio que comporta presencia, participación, solidaridad y que es un elemento esencial, en general al primero absolutamente en la evangelización".

"Todos los cristianos están llamados a este testimonio y, en este sentido, pueden ser verdaderos evangelizadores. Se nos ocurre pensar especialmente en la responsabilidad que recae sobre los emigrantes en los países que los reciben".

"Y, sin embargo, esto sigue siendo insuficiente, pues el más hermoso testimonio se revelará a la larga impotente si no es esclarecido, justificado —lo que Pedro llamaba dar "razón de vuestra esperanza"—, EXPLICITADO por un anuncio claro e inequívoco del Señor Jesús. La Buena Nueva proclamada por el testimonio de vida deberá ser pues, TARDE O TEMPRANO, proclamada por la palabra de vida. No hay evangelización verdadera, mientras no se anuncie el nombre, la doctrina, la vida, las promesas, el reino, el misterio de Jesús de Nazaret Hijo de Dios".

O sea:

Primero las obras del cristianos.
Esas obras generan preguntas en el pagano.
Entonces ya se anuncia el kerigma.

O como dicen otros "es absurdo dar respuestas a preguntas que aún ni se han planteado".

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El Beato Manna es más que claro; "la caridad y la beneficencia también entraron allí, pero fruto natural de la fe predicada y practicada, no como medio de penetración. No fueron primero las obras, sino la predicación del reino de Dios, acompañado de las obras. He tocado largamente el tema aquí: https://quenotelacuenten.com/2015/11/24/iglesia-de-los-pobres-o-riquezas-de-la-iglesia-1-4/

La postura de Paulo VI no es incompatible con lo que dice el Beato Manna. Creo que no conviene dialectizar; como dice Messori, la Iglesia no siempre es aut...aut en la pastoral, sino et... et. Es decir, "esto" y lo "otro". Lo que Manna criticaba (y creo que también es necesario hacerlo ahora) es esa moda que se ha apoderado en mucha gente "de Iglesia" que cree que "misionar" es ir a llevar comida a los pobrecitos de África. Y eso es asistencia social o, en el mejor de los casos, una obra de misericordia corporal (si se lo hace con las debidas intenciones). Pero -al menos lo que yo he visto con mis propios ojos en la meseta tibetana- nunca se pasa de allí; es decir: voluntariamente no se predica a Cristo.
Creo que se deben balancear bien los tantos.
Dios lo guarde.
PJOR
21/01/17 7:29 PM
  
Juan
Cuando fui a trabajar al Sáhara en el año 1971. Al tomar posesión de mi trabajo en el Aaium, la autoridad correspondiente me dijo que no se me ocurriera hacer proselitismo, que me montaban en un avión e inmediatamente me traían a la Península. No olvidemos que en aquella época afortunadamente para los saharauis, era el Sáhara una provincia española. Me llevaron al interior del interior del desierto en una avioneta. Nada más bajar de ella se me acercó un niño y me preguntó: ¿eres fraile? yo le dije que no, lo cual es verdad. El niño insistió: ¡tú eres fraile! yo le repetía que no, pensaba yo, ante la insistencia del niño, que lo habían mandado para sonsacarme y reenviarme en la misma avioneta a la Península. El niño insistía y yo negaba. Cabreado el niño empezó a darme puñetazos y me decía: ¡No me engañes. tú eres fraile! viendo la tensión le dije: ya te he dicho que no lo soy, ¿para qué quieres que venga un fraile? me contestó: ¿para que nos hable claramente de Dios? a mí, se me puso la carne de gallina, porque el niño lo decía sinceramente y lleno de angustia. Le contesté; ya tenéis a vuestros santones. Me cortó y me dijo: ¡No, nos engañan y queremos conocer realmente y claramente a Dios! ¡Estamos esperando a alguien que nos muestre real y claramente a Dios! Yo me quedé de piedra. Me vino a la mente la Palabra que dice: "De la boca de los niños has hecho salir la verdad". Comprobé que era cierto lo que el niño me decía. Estaban esperando y esperan todavía quien les hable claramente de Dios. Por ellos y por nosotros lo que les dejamos fue una horrible guerra. Yo no podía hablar abiertamente del Señor. Pero encima de mi mesa siempre estuvo la Santísima Virgen del Perpetuo Socorro, mi familia es muy devota de ella. Como los niños, vivían prácticamente en un cuartel y sabían de militares más que yo, contaron las puntas de la estrella de la Virgen y resulta que correspondían a general y desde entonces la llamaban la Generala. Pude hablar de todo lo divino y lo humano utilizando el método socrático. Me abrieron su corazón y su alma y me mostraron el mundo horroroso, terrible y demoníaco que puebla las almas de los musulmanes. El Dios verdadero, el revelado en la Santa Biblia y ya personalmente por el Señor, no tiene nada que ver con el dios musulmán. No son ni siquiera primos. He vivido con musulmanes, su mundo espiritual es como digo espantoso. Esto no lo he visto documentado en ninguno de los libros que los eruditos escriben sobre el islam. Dios es un ser terrible, vengativo, arbitrario, que predestina desde siempre y para siempre a los hombres, sin preocuparse de ellos. Sólo para la venganza si no hacen lo que él manda. Parecido al dios de los protestantes. El cielo es un lugar totalmente materialista dónde curiosamente las cosas que aquí les están prohibidas allí están permitidas. No me extraña que un musulmán se llene de bombas y muera matando para cumplir lo que manda ese dios vengador y vengativo y poder librarse de su odio e ir al paraíso con la huríes. Ellos nos juzgaran y nos pedirán cuentas por haberles dado todo pero no al TODO. Al Dios verdadero. Por no haberles predicado a Dios Amor que se encarna para salvarnos de esa agonía espiritual en la que viven. No haberles predicado a Cristo crucificado para nuestra salvación. (Distingo entre el Dios verdadero que pongo con mayúscula y el dios inventado por los hombres, un ídolo deificado con los atributos divinos, dios de la venganza, aunque le llamen, misericordioso, que pongo con minúscula).

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Estimado Juan: este en uno de los mejores comentarios que he leído en los últimos meses. Gracias por su testimonio. PJOR
22/01/17 5:09 AM
  
Juan
Lo primero es predicar a Cristo, Dios hecho hombre nacido de la Santísima Virgen, crucificado y muerto por nuestra salvación y resucitado al tercer día. Despues todo lo demás.
22/01/17 5:12 AM
  
Feri del Carpio Marek
«Lo peor que nos puede pasar es el que no suframos de ver al mundo alejado de Jesucristo» (Mons. José Ignacio Munilla)

«"Sin el Creador la criatura se [...] diluye" (GS 36). He aquí por qué los creyentes saben que son impulsados por el amor de Cristo a llevar la luz del Dios vivo a los que no le conocen o le rechazan.» (Catecismo de la Iglesia Católica)
23/01/17 10:06 PM

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