Murió Castro: la batalla continúa

Murió Castro: la batalla continúa

Dr. Mario Caponnetto

 

 

 

Fidel Castro ha muerto. Rezamos por su alma. Pedimos que la infinita misericordia de Dios, a quien negó, del que abominó y cuyo Santo Nombre procuró, en vano, desterrar del alma y de la tierra de los hombres que padecieron el yugo de su tiranía, le haya finalmente alcanzado. Pedimos, fervientemente, que esa absolución que con tanta arrogancia exigió a la historia -y que ésta le negará para siempre- le haya sido otorgada por el Señor de la Historia.

En estos días de su muerte se han dicho y escrito multitud de cosas, casi todas disparatadas e insensatas, salvo escasas excepciones. Reléveme el lector de intentar cualquier antología de tales dichos; convengo, por cierto, en que esa antología resultaría, a la postre, un acabado muestrario de la estupidez, la hipocresía y la perversidad del mundo contemporáneo. Pero quede el intento en otras manos y en otros ánimos. El mío, mi ánimo, va por otro lado. Personalmente la muerte de Castro ha reavivado recuerdos, ya muy lejanos en el tiempo, pero siempre presentes con una presencia a flor de piel como la de un dolor o la de un amor que no pasa.

No tenía aún veinte años cuando advino al mundo la que se dio en llamar la Revolución Cubana. Me tocó vivirla desde mi puesto de joven militante del Nacionalismo Católico (que así llamamos en Argentina al Tradicionalismo), el mismo en el que sigo ahora y en el que, si Dios me  da su gracia, pienso permanecer hasta el último día. Desde ese puesto puedo decir que aquella generación de los sesenta que soñó, luchó, cantó, mató y murió bajo la fascinación de la Cuba castrista, no fue en absoluto, mi generación. Mis camaradas y yo, los que soñábamos con una primavera en Argentina, fuimos unos verdaderos outsiders, unos extraños. Los aguafiestas de la gran bacanal revolucionaria que transformaría al mundo.

Después vino la guerra y nos arrastró a todos. La Cuba castrista fue la cabecera de playa de la guerra revolucionaria del comunismo y el centro de operaciones de la subversión continental. Las democracias, sobre todo Estados Unidos, jugaron un papel fundamental en el triunfo del castrocomunismo. Sin ese apoyo, aquel esperpéntico “ejército” de bandoleros mal armados y peor conducidos, jamás hubiera entrado en La Habana. Nos hicieron creer que Castro había engañado a Estados Unidos. ¡Nada menos que la primera potencia del mundo engañada por un fantoche desaliñado de una isla perdida en el Caribe! He aquí la gran mentira: nadie engañó a nadie. Pasó lo de siempre: los banqueros del Poder Internacional del Dinero financiaron al comunismo, unos y otro al servicio de la Revolución Anticristiana. Lo mismo que en Rusia en 1917. Así Castro estableció el baluarte comunista desde el que esparció la guerra revolucionaria a todo el Continente. Los débiles estados hispanoamericanos, sumidos en su esencial contradicción histórica y en su coesencial corrupción ¿cómo iban a hacer frente a la avalancha revolucionaria? La historia es conocida; una vez más reléveme el lector de reiterarla aunque sí recodaré dos cosas: la primera, que la guerra armada terminó (mal para el castrismo), la Unión Soviética se hundió y volvieron las democracias en las tierras hispanoamericanas. La segunda, que quienes habían combatido y derrotado al castrismo con las armas fueron diezmados, encarcelados y condenados al oprobio eterno. Fidel Castro, convertido ahora en el ariete desmontado de la guerra revolucionaria, siguió alimentando los sueños revolucionarios de las izquierdas en tanto las democracias del Nuevo Orden olvidaron sus crímenes y hasta le reconocieron cierta respetabilidad en los foros internacionales a los que solía concurrir luciendo su extravagante figura y su verborragia insoportable. Hoy los plañideros del stablishment lloran su muerte.

Los hombres de mi generación somos contemporáneos no tanto de Castro sino de la configuración de su mito, más allá de la enorme distancia que separaba al mito de la realidad del personaje. ¿Qué es lo que atraía de esta figura legendaria y mítica, en aquellas décadas de los sesenta y setenta, a los jóvenes y no tan jóvenes de entonces? Era un acendrado sentido de lo heroico y de lo épico que se vivía y se respiraba en el ambiente.

Fidel Castro (y Guevara) eran la encarnación de la utopía, el vehemente deseo de transformar el mundo, de hacer nacer el hombre nuevo, el revolucionario. Esa utopía tenía un nombre propio: el socialismo marxista en sus varias versiones. Hacia la consumación del socialismo se encaminaba ineluctablemente la historia y oponerse a ello era necedad, era condenarse a quedar fuera de la historia, cerrar los ojos a los signos de los tiempos. A esta utopía había que sacrificarlo todo, la vida incluso y no sólo la propia sino la de cuantos fuese necesario inmolar.

Quienes por la gracia de Dios más que por propio mérito, no sucumbimos al espejismo de la utopía comunista, procuramos hacer frente a esta ola revolucionaria. Lo hicimos desde diversas perspectivas. En mi caso personal, como ya dije, me animaba esencialmente la visión católica que llevaba no sólo a enfrentarse al comunismo declaradamente ateo sino, además, a ciertos sectores católicos, eclesiales, que por desgracia habían abrazado las tesis marxistas sustituyendo la Fe católica por la utopía revolucionaria. Y en este último aspecto, se mezclan inevitablemente la historia y la propia vida: ¡cuántos camaradas nacionalistas fueron llevados a matar y morir por obra de los curas guerrilleros! ¡Cuántos desgarros, cuánta muerte cercana! ¡Cómo olvidar a aquel condiscípulo de las lecturas tomistas que perpetró uno de los peores atentados de montoneros! (De paso, ¿no sería oportuno reiterar el pedido de mi esposa de abrir los otros archivos vaticanos?).

Eran tiempos de lucha. Los círculos juveniles a los que yo pertenecía oponíamos al mito de Castro y del Che, que se iba configurando no sólo a través de la propaganda sino también por medio de la literatura considerada de vanguardia (recuerdo entre otros, el cuento de Julio Cortázar, Todos los fuegos el fuego, la novelística del boom latinoamericano, etc.), la figura de los verdaderos héroes y la esperanza cristiana que es lo opuesto a las utopías.

Y así decíamos con José Antonio, el Fundador de Falange Española asesinado por el comunismo en España, que a los pueblos no los mueve sino los poetas; por eso era preciso levantar frente a la poesía que destruye la poesía que promete. Castro representaba esa poesía que destruye: era la contrafigura del héroe, la antítesis del guerrero que combate en guerra justa.

Esta fue la experiencia de mi juventud. Esos eran los tiempos cuando las figuras del Che y de Castro se consolidaban como el icono de una épica utópica, sangrienta, enemiga de Dios y enemiga del hombre. Eran días trágicos, llenos de confusión, en los que tantos se dejaron arrastrar por esta épica utópica y optaron por el camino de la guerra revolucionaria. El resultado está a la vista: aquel delirio revolucionario dejó tras de sí una estela de sangre y de luto cuyas secuelas nos golpean hasta hoy.

La guerra subversiva que enlutó a la Argentina y a casi a todos los países de nuestra Iberoamérica tuvo en Castro, antes que a un estratega o comandante, el componente mítico, imprescindible en toda guerra. Esto explica el fanatismo revolucionario que llevó a tantos a abrazar una vida llena de peligro, de incomodidades, de sacrificio: el Che, un aristócrata que abandona todo, combatiendo en la selva, con su asma a cuestas, constituía la fuerza moral que movilizaba ese heroísmo suicida y homicida que llevó a tantos a matar y a morir.

Ese fue, y es, el verdadero Castro que acaba de morir: la poesía que destruye, el odio como motor de las acciones, la utopía como meta, el hombre nuevo como contrafigura blasfema y sacrílega del hombre nuevo cristiano del que nos habla San Pablo.

Pues bien, todos estos recuerdos acudieron a mi memoria mientras oía hablar de la mortalidad infantil en Cuba, de la salud cubana, de la educación en la Isla, de la falta de libertad de expresión, de si ahora Cuba se hará con los beneficios de la democracia, de si la paz del Papa sobrevivirá a Trump, de si los fusilados fueron tres mil o si sólo murieron por alguna enfermedad venérea…

Los hombres de mi generación no entendemos demasiado de estas cosas sobre todo cuando se juega el destino de la Civilización; nos vimos envueltos en una batalla que fue ante todo espiritual, metafísica: en efecto, en esos días se enfrentaban dos visiones del mundo cuya dilucidación definitiva sólo era posible a la luz de la gran idea agustiniana de las dos ciudades.

Todo esto suena un tanto anacrónico en este mundo de hoy, en esta posmodernidad que ha declarado la debilidad del pensamiento y ha decretado el fin de todas las batallas.

Pero ante la muerte de Castro me empecino en evocar, todavía, esa batalla metafísica porque, pese a todo, hay algo que sigue dando guerra: el imperio de la mentira y del infierno que de ella se sigue. Castro ya no está pero la Cuba comunista sigue existiendo; y su existencia es el desafío de quienes sostenemos el Reinado de Cristo, la auténtica libertad y la dignidad del hombre. Mientras esa Cuba exista no podemos llamarnos al descanso: la batalla continúa.

Dr. Mario Caponnetto

 

 

25 comentarios

  
Néstor
Muy bueno todo. En cuanto al final, supongo que se trata del régimen comunista cubano.

Saludos cordiales.
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Sí, claro. Ahí lo aclaramos. PJOR
30/11/16 2:33 PM
  
Néstor
En efecto, no se entiende que la Cuba de Castro haya sobrevivido tanto tiempo, incluso después de la caída de la URSS, al lado de EE.UU., sin que fuertes poderes que operan dentro y fuera de EE.UU. lo hayan decretado así.

Saludos cordiales.
30/11/16 2:34 PM
  
Ricardo de Argentina
Soy coetáneo del Dr. Caponnetto, pero en mi juventud milité en el bando equivocado, arrastrado como tantos otros jóvenes católicos de mi generación. Pero en cuanto pude hacer pie y formar familia, volví por mis fueros por pura gracia de Dios.

Al hilo de este artículo,que señala lúcida y acertadamente que fueron los Barones del Dinero los que hicieron posible la revolución cubana -es un dato biográfico que fue personalmente a los EEUU a recabar apoyo-, me gustaría preguntarle a los admiradores y seguidores del castro-chavismo que aún estén en condiciones de pensar, lo siguiente:

¿No se dan cuenta que jamás de los jamases, Castro se pudo revolver contra quienes lo financiaban?
¿No se dan cuenta que si Castro y su "revolución" fueron y son tan famosos, es porque los Media no han dejado de hacerle publicidad un día sí y otro también? Esos mismos Media -controlados férreamente por la Gran Usura- que cuando quieren "desaparecer" a alguien, lo sepultan bajo cien toneladas de silencio?
¿No se dan cuenta que el "anticapitalismo" de Castro y su cacareado "antiamericanismo" con el que ha sacado tanto pecho, han sido sólo por la galería? ¿Que gracias a Castro los EEUU embolsaron un millón de inmigrantes cubanos de buen nivel, y lograron mantener a la Hispanoamérica "convenientemente" desestabilizada?


Y no hablo de Guevara, que bien pudo ser un idiota útil que pudo haber muerto creyendo en lo que proclamaba, por eso llegado el momento se lo sacaron de encima y lo mandaron al matadero. No, hablo del lascivo "comandante", todo cuyo poder, prestigio internacional y nombradía fue cocinado en las usinas del poder mundial que él se jactaba en combatir.
Y que ahora no paran de rendir homenajes al "prócer" fallecido.
30/11/16 2:58 PM
  
Ricardo de Argentina
Mientras escribía mi comentario, ha publicado Néstor.
Bueno, veo que coincidimos y me alegro.
30/11/16 2:59 PM
  
José Luis
El Dr. Mario Caponnetto, sería recomendable que leyera a San Alfonso María de Ligorio, respecto a la Misericordia. Porque es verdad que Dios tiene misericordia. Pero las personas que han padecido por el "imperio" castrista" ¿no habrán pedido ellos misericordia cuando estaban siendo torturados? Ciertamente, en el infierno, los condenados no conocen misericordia, porque en vida lo rechazaron.

Nosotros tenemos en cuenta la Palabra de Dios, y la doctrina de los Padres de la Iglesia Católica, el destino de las almas, salvación o condenación. Pero las obras malas envía a su autor, o sea a cualquiera que los cometa, pues a la condena eterna. Las oraciones por las almas que ya han sido acusadas, juzgadas y condenadas, precisamente por ser obras malas. La sentencia ya ha sido dada. Leyendo a San Alfonso María de Ligorio, sobre los abusos a la divina Misericordia, en el punto 1, dice entre otras enseñanzas:


• Refiérese en la parábola de la cizaña que, habiendo crecido en un campo esa mala hierba mezclada con el buen grano, querían los criados ir a arrancarla. Pero el amo les replicó: «Dejadla crecer: después la arrancaremos para echarla al fuego» (Mateo 13, 29- 30). Infiérase de «Porque no merece la Misericordia de Dios el que se sirve de ella para ofenderle. La Misericordia se usa con quien teme a Dios, no con quien la utiliza para no temerle. El que ofende a la Justicia —dice San Juan de Ávila—, puede acudir a la Misericordia; más el que ofende a la Misericordia, ¿a quién acudirá? »esta parábola, por una parte, la paciencia de Dios para con los pecadores, y por otra, Su rigor con los obstinados. Dice San Agustín que el enemigo engaña de dos maneras a los hombres: «con desesperación y con esperanza.» cuando el pecador ha pecado ya, le mueve a desesperarse por el temor de la divina Justicia; pero antes de pecar le anima a que caiga en tentación por la esperanza de la divina Misericordia. Por eso el santo nos amonesta diciendo: «Después del pecado ten esperanza en la Misericordia; antes del pecado teme la divina Justicia». Y así es, en efecto.

• «No digas —exclama El Señor— La Misericordia de Dios es grande: Mis innumerables pecados, con un acto de contrición me serán perdonados» (Eclesiástico 5, 6). No habléis así —nos dice el Señor—. ¿Y por qué? «Porque su Ira está tan pronta como su Misericordia; y su Ira mira a los pecadores» (Eclesiástico, 5, 7).
• La Misericordia de Dios es infinita; pero los actos de ella, o sea los de conmiseración, son finitos. Dios es clemente, pero también Justo. «Soy Justo y Misericordioso; —dijo el Señor a Santa Brígida—, y los pecadores sólo atienden a la Misericordia». «Los pecadores —escribe San Basilio— no quieren ver más que la mitad». «Bueno es el Señor; pero, además, es Justo. No queramos considerar únicamente una mitad de Dios».
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Notemos esto que ha dicho: «Porque no merece la Misericordia de Dios el que se sirve de ella para ofenderle. La Misericordia se usa con quien teme a Dios, no con quien la utiliza para no temerle. El que ofende a la Justicia —dice San Juan de Ávila—, puede acudir a la Misericordia; más el que ofende a la Misericordia, ¿a quién acudirá? »

Nada más peligroso para el alma, dejar el arrepentimiento para un tiempo, en que ya no será posible, es el alma tan endurecida y corrompida por sus pecados, que no se sienten atraídos por el perdón de Dios y por tanto, no serán perdonados. Pecados contra el Espíritu Santo.

Creer en el infierno, como cosa no tan molesta, pensar que el cielo es aburrimiento para continuar con sus pecados, ya en el umbral de la muerte, lo ve todo más claro. Como lo vieron pecadores impenitentes como Voltaire. La realidad no es como nos la presenta el espíritu de las tinieblas, el demonio como mentiroso y padre de la mentira, sigue engañando a toda la humanidad.
Confiar en la Misericordia de Dios es eficaz cuando ya ponemos ese deseo de obedecer al Señor en todo momento. La Misericordia debe significar, el haber roto con nuestras malas obras, malas costumbres, no podemos, nuestra vida debe ser conforme a la Voluntad de Dios.

De nada aprovecha nuestras oraciones, si oramos por personas que han mostrado a lo largo de su vida y hasta la muerte, el no querer arrepentirse de sus actos.
30/11/16 3:11 PM
  
Antonio1
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Antonio1: no se gaste ud. en comentar en mi sitio. Sabe que aquí no tiene cabida por innumerables tarjetas amarillas en el pasado. Dios lo guarde. PJOR
30/11/16 3:26 PM
  
Ricardo de Argentina
"De nada aprovecha nuestras oraciones, si oramos por personas que han mostrado a lo largo de su vida y hasta la muerte, el no querer arrepentirse de sus actos."
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Esto que acaba de traernos José Luis siempre me ha intrigado.
Recuerdo por ejemplo, que cuando la Iglesia era reciamente católica prohibía las misas por los suicidas, por ejemplo.
¿Puede decirnos algo al respecto, p. Javier?

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Sobre el tema de los suicidas y la prohibición de los funerales públicos, no me explayo pues no he estudiado el tema.
Sobre lo otro, yo más bien rezo (de hecho recé una misa por el alma de Castro, como puse en un par de post atrás) pues uno nunca sabe si, en el último suspiro, el alma al menos se arrepiente...; Dios a veces se esmera en demasía. PJOR
30/11/16 3:43 PM
  
Gabriela de Argentina
Y yo rezo para que despues de Fidel el pueblo cubano defienda la dignidad conquistada y Cuba no vuelva a ser NUNCA, JAMAS, el burdel de los EEUU, como lo era en la epoca del dictador y titere del imperio, Fulgencio Batista. La mayoria de los cubanos aman a su pais, no se venden, y no permitirán que una estrella más sea adosada a la bandera norteamericana.
30/11/16 3:54 PM
  
DH
Muy buen artículo de Mario, pero me parece que le da demasiada importancia a Cuba con la última frase
"Mientras esa exista Cuba no podemos llamarnos al descanso: la batalla continúa."
Yo más bien diría que mientras exista Wall Street, la City de Londres y Soros, la batalla continua. Ya que son estos los que financiaron y financian a Lenin, Castro y Femen (y la pornografía, el homosexualismo, el aborto, etc).
Antes financiaban al marxismo-stalinista, ahora financian al marxismo-gramsciano (o marxismo cultural). Cambiaron meramente de táctica. Tenemos que apuntar a los titiriteros, no a los títeres.
30/11/16 4:33 PM
  
Pepito
No voy a negar que Castro fué un dictador, tirano y asesino. Pero confieso que me caía simpático por haber puesto en jaque a los EEUU y hecharles de la otrora española Cuba que EEUU nos arrebató. Hasta creo que a Franco, que también era gallego, a pesar de las diferencias ideológicas, le caía bien Fidel por haber recuperado a Cuba.

Enfín rezaré por Franco, por Fidel y por Fraga, los tres políticos gallegos que hicieron historia cada uno a su manera. Por cierto, Rajoy es también gallego y lleva barbas como Fidel Castro.
30/11/16 8:06 PM
  
Adriana
Como colombiana siempre he tenido uno que otro amigo o familia que han salido huyendo de Cuba, y me los he encontrado en la universidad o en los grupos de oración, así que la imagen de Cuba que he tenido siempre es que se pasa muy mal allí como para que vengan a parar aquí o a USA, o en cualquier otro lugar, y con la misma historia, represión, miseria y hambre. Y respecto a la muerte de Castro lo que si me molesta es que el castrismo se haya enquistado tanto que no hubo manera de que esa situación cambiara, esa dictadura estuvo en el poder por 50 años y no hubo manera de que algo pasara para derricarlo o que se yo... una situación que se malignizó y se murió en su lecho mientras que otros tuvieron que morir torturados, asesinados y hasta desaparecidos. Eso si es lo chocante. Y ahora para colmo de los colombianos, toda esa parafernalia de la firma de paz en Cuba con patrocinio del castrismo... y no aprendemos de una vez por todas de la que nos quieren meter en el país. Para finalizar adjunto este link de un video bien interesante, es una entrevista a una español-cubana en un programa en la que se enfrenta a sus panelistas: www.youtube.com/watch?v=FTB_3NMRV0U
30/11/16 8:57 PM
  
Josè Marìa
Como siempre ¡cojonudo!.Infinitas Gracias por nombrar a Josè Antonio:Martir ASESINADO en Esspaña durante la CRUZADA del 36 al 39.
01/12/16 1:26 AM
  
Marcelo
Por un lado, es evidente que Castro, y comunismo en general no pudieron haber existido y tenido el exito temporal que tuvieron sin la complicidad y simpatìa de muchos no comunistas en Occidente.

Ahora, alegar como hacen algunos comentarias ---cual Ricardo de Argentina o DH-- que Castro y el comunismo fuero y son sòlo tìteres de unos pocos banqueros y financistas (a los que les adjudican la culpabilidad de todo lo malo que hay en el mundo), es sencillamente caer en un anàlisis conspiranoico que llega a la ridiculez.

El comunismo de Castro tuvo un poder real y propio, fue fuente de guerrilla en toda Amèrica Latina, y llegò a exportar militares a Africa en las peores momentos de la guerra frìa, con el apoyo economico y militar de la Union Sovietica. Luego, quedando aislado, recibiò el apoyo de simpatìa (y econòmico, por ej. petròleo de Venezuela, prèstamos de Argentina, asistencia de la Uniòn Europea) de no pocos paìses de Amèrica Latina y de Europa, tambièn de la Rusia postsoviètica, culminando ùltimamente con el beneplàcito de Obama.

Es innegable que Castro fue un lider perverso, pero muy inteligente, con una fuerza ideològica en su règimen que cautivò
--lamentablemente-- a muchos intelectuales.
01/12/16 2:12 AM
  
José Luis
Es importante comprender la belleza de los valores espirituales de la oración. Porque hay comentarios erróneos, por ejemplo, rezar por el alma de Fidel Castro ya no es posible. Sería mejor pasar la oración a las almas del Purgatorio. Hay muchas almas de las que no se rezan por ellas, y necesitan oraciones, pero mucha. En el Purgatorio muchas almas estarán hasta el final del mundo.

Cuenta Lucía, una de las videntes de Fátima:

Pregunté entonces:
–¿Yo iré al cielo?
–Sí, irás.
–¿Y Jacinta?
–Irá también.
–¿Y Francisco?
–También irá, pero tiene que rezar antes muchos Rosarios.
Entonces me acordé de preguntar por dos niñas que habían muerto hacía poco. Eran amigas mías y solían venir a casa para aprender a tejer con mi hermana mayor.
–¿Está María de las Nieves en el cielo?
–Sí, está.
Tenía cerca de dieciséis años.
–¿Y Amelia?
–Pues estará en el purgatorio hasta el fin del mundo.
Me parece tenía entre dieciocho y veinte años.

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Personas jóvenes que murieron, y entrarán en la Vida eterna cuando sea el fin del mundo.

Por otra parte, es muy interesante lo que enseña el Santo Cura de Ars, sobre la oración de los pecadores que no quieren renunciar el pecado. He leído algunos pensamientos de Fidel Castro, él mismo había declarado que no quería ir al cielo, porque se aburriría. ¿Podemos orar por su alma entonces? Reflexionemos atentamente la Sagrada Biblia, porque hay ciertos pasajes, de que el creyente, no debe orar por los que aún permaneciendo vivos en este mundo, no querrán resucitar a la vida de gracia.

No olvidemos a las almas del Purgatorio, nos necesitan, también supliquemos por todos los fieles agonizantes, para que den el paso siguiente a la Vida eterna.

01/12/16 1:11 PM
  
Ricardo de Argentina
Sí Marcelo, Castro fue un semidios que logró meterse a los poderosos del mundo en el bolsillo, cautivando a los soviéticos y cojoneando a los yankis...
¿Acaso no te das cuenta que estás comprando la versión para consumo masivo que venden los Media? Apenas se hacen armas en la política concreta, uno se da cuenta que esa leyenda urbana no cierra por ningún lado.
No voy a caer en ridiculizar tu versión - que es lo has hecho tú con la mía-, pero vamos, el nivel de tu argumentación es bastante pobre, por decirlo suave.
01/12/16 1:23 PM
  
María Lilia Genta
Me asombra que alguien pueda tener la certeza de que un alma fue condenada ya que sabemos que aún en el último instante siempre un pecador se puede arrepentir, Creo que la primera misa pública que se rezó por los muertos de los dos frentes en nuestra guerra de los 70 fue a mi pedido y celebrada y concelabrada por sacerdotes insospechados de cualquier heterodoxia. Un amigo me llamó y me dijo: "no podes pedirme que rece por tu padre y por Santucho". Le contesté que a lo mejor Santucho (que recibió al igual que Castro educación católica) necesitaría algunas oraciones más que mi padre. Otros, archicatólicos, repartieron en la puerta de la Iglesia panfletos en contra de las intenciones de la misa, Asi son las cosas a veces.
Cuando a las cinco de la mañana escuché la noticia de la muerte de Fidel Castro recé, ahí nomás, un padrenuestro por su alma; no fuera a ser que si dejaba pasar el tiempo me diera un ataque de "ortodoxia" y no fuera capaz de rezar por un enemigo, como nos manda el Señor.
Volviendo a lo de la misa; al final vino Eva Donda a abrazarme llorando porque, me dijo, era la primera vez que asistía a una misa en la que se rezara por sus padres.
01/12/16 1:58 PM
  
Juan Pablo B.
Gracias Maria Lilia Genta ...
01/12/16 9:45 PM
  
Ricardo de Argentina
Estimada María Lilia, se trata de un tema muy delicado porque tiene dos vertientes, la privada y la pública, y porque en esta cuestión no aplica el mandamiento de amar al prójimo, aunque sea enemigo, porque no se trata de enemigos personales sino de terribles enemigos de Dios.
El criterio para discernir creo que debería ser la voluntad de Dios. ¿Querrá Dios que le pidamos PÚBLICAMENTE por el alma de quien lo ha burlado, ofendido y negado públicamente, es más, de quien lo ha desafiado de palabra o de hecho? ¿O será su voluntad que lo hagamos de manera privada? Porque el riesgo de escándalo es muy real en estos casos.
¡Cuántas veces al pedir una misa evitamos poner nombres y apellidos, o ciertas determinadas circunstancias, sino que optamos por pedir por "una intención particular", por entender que hay sobradas razones para ello y que de esa manera el valor de la petición no mengua!

Sea como fuere, creo que la respuesta a esta cuestión NO ES recomendar siempre y en todos los casos la oración PÚBLICA.

01/12/16 9:45 PM
  
José Luis
María Lilia Genta
No se trata de opiniones personales, sino ir siempre con la verdad. Una persona que no tiene familiaridad con la Sagrada Biblia, únicamente oirá el Evangelio dominical, y nada más, sin reflexión por parte del oyente. Hoy no es frecuente hablar de los Novísimos. No hay verdaderos deseos por parte de muchos cristianos, porque tampoco leen la doctrina de los Santos Padres. Hay demasiada comodidad en no querer que sucederá en los momentos de la muerte. Se comprende que la Misericordia de Dios, siempre está para todos. Pero un gran número de pecadores, lo que menos hará, en el trance de su muerte, es acudir a la Misericordia de Dios, sino que la rechaza, y los demonios pululan alrededor de esas almas desdichadas. Ciertamente, esto es muy largo de explicar, pero en pocas palabras.

Mira, este es el Evangelio de hoy:

Evangelio según San Mateo 7,21.24-27.
Jesús dijo a sus discípulos:
"No son los que me dicen: 'Señor, Señor', los que entrarán en el Reino de los Cielos, sino los que cumplen la voluntad de mi Padre que está en el cielo.
Así, todo el que escucha las palabras que acabo de decir y las pone en práctica, puede compararse a un hombre sensato que edificó su casa sobre roca.
Cayeron las lluvias, se precipitaron los torrentes, soplaron los vientos y sacudieron la casa; pero esta no se derrumbó porque estaba construida sobre roca.
Al contrario, el que escucha mis palabras y no las practica, puede compararse a un hombre insensato, que edificó su casa sobre arena.
Cayeron las lluvias, se precipitaron los torrentes, soplaron los vientos y sacudieron la casa: esta se derrumbó, y su ruina fue grande".
**********************************
Cumplir la Voluntad de Dios es necesario para que seamos reconocidos para la Vida eterna. Los comunistas, ninguno cumplen la Voluntad de Dios en vida, y mucho menos lo hará cuando esté para dejar la vida presente. Es tal el número de los pecados, que en esos momentos, entre el umbral de la muerte, se reconoce que no merece la Vida eterna.

Años atrás, un sacerdote me contó, cuando estaba junto al enfermo, dando la extremaunción, el enfermo agonizante sentía muy cercana su muerte, pero el sacerdote le quería dar esperanza, el cual, no confió demasiado, y el agonizante gritaba aterrorizado por lo que le esperaba. El alma tiene toda una vida para salvarse. Si tuvo una mala época, aún en su juventud o madurez, todavía tiene tiempo de hacer la penitencia, y orar con perseverancia, porque en la ancianidad, muchas almas, teniendo un sacerdote al lado, para que tuviera una buena muerte, no pudo ser. Se puede leer testimonios de San Juan María Vianney, San Alfonso María de Ligorio por ejemplo, pues hay más. Es el alma la que se desespera. Aplazamiento de la conversión, los engaños del demonio al pecador. Te animo a que leas más sobre estas verdades.


Espero que lo entiendas.

Puedes ir también:

«Reforma o apostasía» (P. José María Iraburu)
(08) Salvación o condenación –I
« (09) Salvación o condenación –y II
**********************************
01/12/16 10:50 PM
  
Marcelo

Ricardo de Argentina,
Yo no estoy comprando la version de los media.
La version de muchos media al morir Castro es que fue un lìder de la revoluciòn, le blanquean u ocultan su caràcter de dictador comunista, su promociòn del terrorismo marxista, el totalitarismo que impuso, las matanzas y opresiòn que generò, etc.¿Que tiene que ver eso con lo que yo dije?
La habilidad polìtica de Castro no se puede negar. No hace falta invocar a sovieticos o norteamericanos, basta pensar sòlo en cuantos curas y laicos se "enamoraron" del credo castrista.
Un solo ejemplo de la habilidad verborràgica e intelectual de Castro. Cuando vino a la Argentina hace unos años, hablò durante horas en las escalinatas de la Facultad de Derecho a muchísimas personas, conozco gente que lo ha escuchado y se ha cautivado
--lamentablemente-- sin ser marxista. ¿A que otro polìtico estàn dispuestos tantos a escuchar durante horas tantas personas? ¿Que otro dirigente social, polìtico, intelectual, religioso puede hablar tanto tiempo pùblicamente? Acá en Argentina, ninguno, ni siquiera en los ghettos nacionalistas que conocemos.¿Se puede atribuir seriamente todo eso a alguna conspiraciòn misteriosa?

Y al hilo de tus palabras, sì en la politica concreta, en la realidad concreta, tus teorìas conspiranoicas no se pueden probar. Lo grave, y por eso solo es que escribo, es el efecto devastador y paralizante que esas teorías le generan a la buena gente. No se participa, no se actua polìticamente en sentido sano, y despuès
--cuando todo està podrido-- se le echa la culpa de todo lo que pasa a alguna logia misteriosa escondida en alguna parte del mundo, siempre en el Norte por supuesto, acà somos todos buenitos y nos vemos misteriosamente perjudicados. Asì de fàcil, nada màs.

La verdad es cuando buenas gentes hacen lo que deben hacer se consiguen logros y se evitan cosas peores, asì està el ejemplo de tantos ciudadanos norteamericanos --catòlicos y/o protestantes--- que contribuyeron a la derrota de Hilary y al triunfo de Trump. Claro para ti eso no vale nada, en tu teorìa conspiranoica y antiyankee nada bueno puede venir de EEUU, pero estàs equivocado.



02/12/16 1:37 AM
  
Ricardo de Argentina
Marcelo, si vos tenés la verdad, yo estoy equivocado y además, padezco conspiranoia, descuento que no te interesa que te conteste.
Actuaremos pues, en consecuencia.
.
03/12/16 12:06 AM
  
Maria
El Padre rezó por el alma de Castro y yo por el alma de nestor kirchner, me pregunte varias veces si estoy rezando por un alma ya condenada ..y si tiene sentido, pero Dios me lo pide. Misterio de Dios.
03/12/16 4:55 AM
  
Juan Pablo B.
Rezar para la conversión de los pecadores , y para los difuntos es obligatorio.....
Creo en la comunión de los Santos , y en el perdón de los pecados...
03/12/16 10:34 AM
  
José Luis
María, aunque el Padre Javier rezó por un alma, pero no es esa alma que quedó beneficiada, sino el Padre Javier, y se puede comprobar también por el Evangelio.

• «En la casa en que entréis decid primero: «Paz a esta casa». Y si allí hubiera algún hijo de la paz, descansará sobre él vuestra paz; de lo contrario, retornará a vosotros. » (Lc 12,5-6). La oración es un camino de paz para los que viven en la paz y en el amor de Dios. En la Biblia hay diversos pasajes, que enseña que el Señor no atiende las peticiones de los orantes, porque son causas que Dios ya ha desechado.

Y como el Padre Javier es un hijo de Dios, hijo de la Paz, las oraciones siempre le beneficia. Los pecadores impenitentes, muchos rezamos por ellos, pero no suelen convertirse, y de esas oraciones sacamos provechos espirituales, siempre en torno a la verdad.

No suele rezarse por las almas del Purgatorio, pero el tentador propone propuestas para que los que han muerto en desgracia de Dios, se rece por ellos. Nosotros debemos cambiar ese rumbo, de rezar siempre por las almas del Purgatorio, también por todos los fieles agonizantes. Ahí también la oración siempre es provechosa tantos para los que se están purificando antes de ir al cielo, y por nuestras oraciones ayudamos también a los fieles agonizantes, es por esta vía que debemos orar. Ya lo estamos haciendo por la conversión de los pecadores, algunos se convierten, pero nosotros estamos necesitados de auténtica conversión.

María, ánimo, reza por las almas del Purgatorio, y si está ahí el tal " Kirchner", también será beneficiado. Pero si no está en el Purgatorio... pues las almas condenadas no pueden agradecer las oraciones de nadie, no les ayuda, sino que las atormentan aún más. De las almas condenadas lo que sale es odio y a todos...

Comprender el sentido de la oración, nos ayuda siempre el Magisterio de la Iglesia Católica, la doctrina de los Santos Padres, los modernistas no saben de oración, pues nunca están en el camino de la verdadera conversión,
04/12/16 2:16 PM
  
José Luis
Tengo que aclarar algo más, "Dios no atiende las oraciones de los orantes", me refiero, cuando tienen el corazón mal dispuesto, pues no son verdaderos orantes, sino burlones.

Hoy he leído que se ha celebrado una misa por el alma de Fidel Castro. No se hubiera celebrado de haber tenido mayor conocimiento de la Palabra de Dios y de lo que enseña los Santos Padres. Cuando un pecador deja este mundo, en pecado, sin haberse decidido por la conversión de su corazón al Señor.

Los malvados se agitan contra la Iglesia Católica, infinidad de atropellos contra la dignidad del ser humano. Todavía aparecen noticias sobre los millones de dólares que los Castros han llegado a disfrutar, se supone que no habría pobreza en Cuba, ni encarcelamientos a personas que piensan como fieles católicos por ejemplo. Pues también a otras personas que aunque no sean creyentes, y por no aceptar el comunismo tampoco, lo han pasado mal. No hace mucho, que un trabajador por haber tenido esa ocurrencia, de decir, que Fidel Castro se fue, y no le devolvió el dinero que tenía, pues el trabajador ha perdido su trabajo, y tiene prohibido obtener otro puesto de trabajo en Cuba. La injusticia en Cuba todavía sigue.

«Los malos son como mar agitada cuando no puede calmarse, cuyas aguas lanzan cieno y lodo. «No hay paz para los malvados» - dice mi Dios» -. (Is 57, 20-21; 48,22); «Aunque se haga gracia al malvado, no aprende justicia; en tierra recta se tuerce, y no teme la majestad de Yahveh. (Is 26, 10)».

Cuando deseamos que los malvados se conviertan al Señor, se le desee la Gracia para ellos, no aprenden justicia.

San Alfonso María de Ligorio, doctor de la Iglesia y patrono de los moralistas dice;
«…Es cierto que Dios no ha prometido escucharnos cuando aquellos por quienes rogamos ponen positivamente obstáculo a su conversión; pero muchas veces el Señor, por su bondad tiene cuenta con las oraciones de sus siervos y apronta gracias extraordinaria con qué reducir a los pecadores más duros y obcecados. Por tanto, no dejemos nunca, cuando dijéremos u oyéremos la Santa Misa cuando comulguemos o meditemos, o visitemos al Santísimo Sacramento, de encomendar siempre a Dios los que se encuentran de Él apartados. Y dice un docto autor, que el que ruega por los otros también verá puesto cumplida la oración que por sí mismo ha hecho» (San Alfonso María de Ligorio; EL GRAN MEDIO DE LA ORACIÓN (Obra completa) Cap III. De las condiciones de la oración, pág 65. Apostolado Mariano. Sevilla).

Por cierto, hoy no se ve con buenos ojos a los moralistas.

San Juan Apóstol nos dice: «Si alguno ve que su hermano comete un pecado que no es de muerte, pida y le dará vida - a los que cometan pecados que no son de muerte pues hay un pecado que es de muerte, por el cual no digo que pida» (1Jn 5, 16).

A este pasaje de la primera Epístola de San Juan, explica San Alfonso María de Ligorio: «San Agustín, San Beda, San Ambrosio y otros explican el significado de esta enseñanza: «pecados que no son de muerte», diciendo que el pecador no ha de ser tal que intente vivir obstinado hasta la muerte, porque en este caso se requeriría una gracia extraordinaria. Por lo demás, para los pecadores comunes que no son reos de tanta malicia, el Apóstol promete su conversión a quien por ellos ruegue» (San Alfonso María de Ligorio; EL GRAN MEDIO DE LA ORACIÓN (Obra completa) Cap III. De las condiciones de la oración, pág 62. Apostolado Mariano. Sevilla).

Los dictadores han perseverado hasta el final de su vida, en la rebeldía contra Dios, han vivido y muerto en la muerte de sus propios pecados.

«No deis a los perros lo que es santo, ni echéis vuestras perlas delante de los puercos, no sea que las pisoteen con sus patas, y después, volviéndose, os despedacen.» (Mt 7,6). San Isidoro de Sevilla enseña: «No merece recibir lo que pide en la oración quien se aparta de los preceptos de Dios, ni puede pedir el favor que pide a Aquel cuya ley no obedece. Si realizamos lo que manda lo que Dios manda, sin duda conseguimos nuestras peticiones, porque como está escrito, es abominable la oración de aquel que se aparta de la ley» (Prov 28, 9) Libro III de las Sentencias, VII, de la Oración, 757. Apostolado Mariano. Sevilla).

Si el mismo Señor nos pide, que no demos a los perros, ni puercos lo que es santo, y las oraciones son más valiosas que las perlas. Es peligroso que a causa de una comprensión errónea de la oración, terminemos por perder la fe.

Una oración bien ofrecida al Señor, nos aleja de la mediocridad, de la tibieza. Los malvados no van a cambiar su corazón, pero nosotros debemos hacerlo conforme al Corazón de Cristo. No demos perlas a los puercos ni a los perros. Ellos hacen desprecio a nuestras oraciones.

Insisto, que necesitamos aprender las enseñanzas de los Santos Padres.


• « De ahí la terrible palabra que el Señor les dirige: Jamás os he conocido. Y es así que a muchos los aborrece el Señor ya desde esta vida y antes del juicio ya son condenados.» San Juan Crisóstomo, Homilía 24, sobre San Mateo, pág. 502. Biblioteca de Autores Cristianos)
05/12/16 1:47 PM

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