21.02.20

Cuarentena y Cuaresma

Bajo la sombra del COVID-19, el coronavirus que inició su expansión desde el corazón de China continental, miles y miles de personas ven con preocupación su futuro próximo, y el de sus países. Una palabra se ha repetido con mucha frecuencia en estos días: cuarentena. Ya se trate de ciudades enteras, como Wuhan, o de los pasajeros de un crucero, como el Diamond Princess, el COVID-19 ha levantado muros de protección–y a veces de rotundo miedo, como en Ucrania–entre unos seres humanos y otros.

Al momento de escribir estas líneas es grande la incertidumbre con respecto a numerosos centros de manufactura, dinámicas comerciales, industria del turismo, y muchos más aspectos de la vida cotidiana de millones de personas. Lo único que parece seguro, a falta de un tratamiento probado o una vacuna eficaz, es la palabra cuarentena: separación, precaución, incluso aislamiento.

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17.12.19

¿Por qué ya no damos tanta importancia a las genealogías?

Fray, ¿qué significa que en la biblia están claramente identificadas 52 generaciones, en algunos casos, y en nuestro tiempo, apenas uno se acuerda de la familia de la abuelita? ¿Será que es una forma para decirnos Dios que aunque estamos en la época de Google, el hombre apenas es sabio en 5%? – M.P.

* * *

El conocimiento de las generaciones anteriores a uno mismo es algo que trae datos interesantes, y que puede ser usado para bien o para mal.

Por cierto, eso de la época de Google es interesante porque en Google uno puede ver que hay muchos servicios por Internet que ayudan a la gente a reconstruir su genealogía. Mucha gente se lleva sorpresas al descubrir por ejemplo que un antepasado suyo fue una persona muy rica, o un psicópata criminal, o la amante de un famoso, o que un tío lejano fue misionero en tierras ignotas…

Las genealogías nos ayudan a recordar que somos parte de una misma familia humana. A menudo traen humildad cuando surgen datos de grandeza o de miseria sobre el pasado de nuestras familias. Pero las genealogías también pueden ser mal usadas y ciertamente de eso nos habla la Biblia. un texto importante es este, de 1 Timoteo 1,3-7:

“Al partir para Macedonia, te encargué que permanecieras en Éfeso y les ordenaras a algunos supuestos maestros que dejen de enseñar doctrinas falsas y de prestar atención a leyendas y genealogías interminables. Esas cosas provocan controversias en vez de llevar adelante la obra de Dios que es por la fe. Debes hacerlo así para que el amor brote de un corazón limpio, de una buena conciencia y de una fe sincera. Algunos se han desviado de esa línea de conducta y se han enredado en discusiones inútiles. Pretenden ser maestros de la ley, pero en realidad no saben de qué hablan ni entienden lo que con tanta seguridad afirman.”

La verdad es que en aquella época las genealogías se habían vuelto a menudo una fuente de discusión por el poder, sobre todo por el lado de los sacerdotes, dado que el sacerdocio era hereditario, e incluso las funciones que podía ejercer un sacerdote se consideraban heredadas: Si eras de la descendencia de Leví pero no de los descendientes directos de Aarón, entonces no podías ofrecer sacrificios, ni recibir ofrendas de los sacrificios: ese tipo de disposiciones creaban disputas muy fuertes. Es decir, que era un asunto de poder, en su mayor parte.

Otro modo de mal uso de las genealogías, muy frecuente dentro y fuera de la Biblia, es el tema de las aristocracias y los abolengos. En un país como Colombia, y muchos otros, ha habido épocas y lugares en que tener o no tener tal apellido; pertenecer o no a tal familia, determina quién recibirá apoyo en la contienda política. Es difícil pensar que esa manera de organizar la sociedad es sana y justa.

Por otra parte, es bueno ser conscientes de nuestras raíces y nuestro pasado: saber que no somos los primeros ni tampoco, probablemente, los últimos, en esta larga serie de hombres y mujeres que formamos la familia de Adán.

12.12.19

A Jesús Eucaristía

Saber que me haces falta,
Jesús Eucaristía,
es gran sabiduría
y es fuente de esperanza,
porque en tu pecho el alma
descansa y tiene vida.

Saber que tú me aguardas,
Jesús Eucaristía…
¡Tú, que todo sabías,
de cómo estaba mi alma!
¡Cómo decirte gracias,
Amor que das la vida!

30.11.19

Madurez cristiana y amor a la Iglesia

Hace poco estuve predicando una serie de conferencias a un grupo carismático católico en Madrid, España, bajo el título, para mí tan querido: Madurez cristiana y amor a la Iglesia. La serie completa de videos está aquí, y lo que sigue son las notas principales o resúmenes de las siete conferencias. Sea de provecho para todos!

1. No te contentes con ser multitud

 
* El itinerario de nuestra vida cristiana suele empezar en serio cuando algo en nuestra vida parece que “no marcha.” A menudo buscamos a Cristo como una especie de “mecánico": vamos a que él solucione un problema para luego nosotros seguir con nuestra vida según nuestros propios criterios.
 
* De ese humilde comienzo se vale Dios para ponernos en ruta. Al principio somos “multitud” que quiere algunos favores o beneficios de Cristo, y nada más.
 
* Pero su palabra es profunda y trae claridad y sentido, y si le escuchamos, entonces empezamos a ser “discípulos.” Su mensaje nos ilumina y poco a poco queremos integrar su Evangelio en nuestras decisiones. Ya Cristo no es solo un “mecánico.”
 
* La Escritura nos muestra que hay un momento en que Cristo se presenta como “pan de vida” (Juan 6). Cuando Él se declara “vida” nuestra, su lugar ya no es de mecánico de nuestra vida sino su “piloto.” Es un paso que no todos dan. Muchos se fueron- Pedro y los apóstoles, sin embargo, sí se quedaron porque habían degustado algo de lo que es “vida eterna,” esto es, vida plena, sin límite, superior al fluir de las épocas (eones).
 
* Tales experiencias de plenitud hacen que la persona genuinamente ya no quiera dar paso atrás. “¿Adónde vamos a ir?,” pregunta Pedro. Cuando se llega a ese nivel, ya somos como “expertos” en el sentido original del latín: “gente que ha tenido experiencia” de esto que solo Cristo puede dar.
 
* Al mismo tiempo, la relación con el prójimo va cambiando: cuando somos multitud, el prójimo es como un “bulto;” luego es un “compañero,” y después llegamos a vernos como “sarmientos” de una misma vid, que es Cristo.
 

19.11.19

Manual para la familia del Siglo XXI

Este es quizás el video más largo que he publicado (casi dos horas!) y sin embargo, vas a querer mirarlo y estudiarlo varias veces.

Predicación del 16 de Noviembre de 2019 en la Parroquia Corpus Christi, en Bogotá.

* El poder mayor de un país no está ni en el ejecutivo, ni en el legislativo, ni en el judicial. Aún la legislación más absurda y homicida puede detenerse si las familias educan a sus hijos de modo que no sigan el camino que la ley marca erróneamente como “correcto”

* Lo “moderno” tiene varios significados, por lo menos cuatro, y conviene descubrir los desafíos particulares que cada uno de esos significados trae.

1. Modernidad tecnológica

+ Ventajas: calidad de vida, salud; cierta comodidad

+ Inconvenientes:

Perdemos lectura, comunicación, argumentación
Nos volvemos simples consumidores

2. Modernidad social

Ciertas ventajas: democracia, igualdad ante la ley, libertad de expresión

Inconvenientes: oleadas del marxismo, presión social de los medios, sistema educativo infiltrado, cultura del descarte, impacto de la lógica de las redes sociales

3. Modernidad lingüística

Ventajas: vitalidad y propiedad en el uso del idioma
Desventajas: presiones ideológicas (como el ridículo uso del “todes"), guerra semántica (banderas y dragones), definiciones impropias (libertad, amistad, justicia).

4. Modernidad en la Iglesia

+ El intento de la postura modernista: acercar el Evangelio y la sociedad.

+ Error fundamental: ver ese acercamiento como una conversión de la Iglesia hacia el mundo.

+ Daños: mundanización, incredulidad, injusticia con las nuevas generaciones

5. Propuestas finales

+ Nada cambia si no se invierte más tiempo con la familia.
+ Oración compartida: aparte de la Misa, por lo menos una vez a la semana.
+ Conversación: proveer especialmente de vocabulario emocional.
+ Refuerzo positivo: teniendo en cuenta que muchos niños y jóvenes se sienten desbordados y confundidos.
+ Cuidado con los criterios de elección, por ejemplo al buscar colegio o estudios superiores.