11.04.20

¿Nuevas catacumbas, tal vez?

Para nosotros es extraño permanecer tanto tiempo en casa. Y a fuerza de confinamiento, celebrar la fe entre la sala, la cocina y las alcobas. ¡Es bien extraño!

Según lo que he preguntado, la experiencia ha sido mixta. Tanto tiempo de convivencia en espacios que necesariamente se quedan cortos, no es fácil. Por otro lado, hay actividades, tiempos y conversaciones que han sucedido en estos días y que tal vez nunca se hubieran dado si no fuera por estas circunstancias.

En cuanto a la fe, creo que deberíamos recordar que aquello de orar en casa, catequizar en casa, aprender a servir a Cristo desde el ambiente de la casa… todo ello fue simplemente la norma para miles y miles de cristianos de las primeras generaciones. Muchos de ellos fueron cristianos en un tiempo en que prácticamente no había templos o en que la fe debía vivirse en catacumbas, en la penumbra, prácticamente a escondidas.

Todos aquellos hombres y mujeres sabían llorar de alegría cuando llegaba la Pascua, después de prolongados ayunos… que había que mantener también en secreto. ¿No tendrán quizás algo que enseñarnos?

Esa pregunta es más punzante cuando pensamos que ellos no tenían Internet ni medios semejantes de comunicación. Su fe, sin embargo, se fortalecía. Sabían apreciar lo que tenían y lo que podían hacer, sin lamentarse demasiado, según parece, de lo que no podían. ¿No será ese otro ejemplo a seguir para nosotros?

Lo digo porque estoy viendo gente que le está sacando un provecho increíble a este tiempo de cuarentena mientras que otros solo se concentran en lo que NO. Quiero decir: se concentran en que no pueden salir, o asistir a Misa, o confesarse… Y claro, todo eso duele, y todo eso puede ser materia de largas (cuasi-eternas) discusiones: que si los obispos, que si el Papa Francisco, que qué hubiera hecho Benedicto… ¿De verdad es esa una manera sabia de pasar este tiempo? ¡No será mejor celebrar una Pascua con sabor a catacumba y alabar a Dios por lo que sí podemos?

Te dejo esa inquietud. Y mientras lo piensas: ¡FELIZ PASCUA!

18.03.20

Cómo afrontar una epidemia desde la fe

Hace poco tuve ocasión de servir a una comunidad católica en San Antonio, Texas, en momentos en que tomaba más y más fuerza la pandemia del COVID19. Las reflexiones que ofrecí a aquellos hermanos quizás pueden servir a otros muchos, y por eso las comparto aquí.

Oremos unos por otros, y juntos pidamos misericordia y conversión al Señor!

(Nota: si se ven los videos aquí presentados directamente en YouTube es más fácil acceder a los resúmenes que acompañan a cada uno. Son tres en total.)

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14.03.20

Toda crisis trae sus elementos positivos

En tiempos de crisis y dificultad es fácil llenarnos de miedo o de sospecha y ver solo lo negativo. Pero con la ayuda de Dios, uno descubre que hay también lecciones, e incluso bendiciones muy reales que brotan de las dificultades mismas. Aquí pongo una pequeña lista relacionada con el COVID-19, sin ánimo por supuesto de quitar gravedad a lo que la tiene; ni minimizar el dolor de quienes padecen en su salud, en pérdidas de seres queridos, o en su economía.

1. SABIDURÍA. Los seres humanos somos frágiles. Un virus pequeño afecta el sistema social y económico de todo el planeta. Es sabio recordar que la vida es frágil y por ello hay que cuidarla, compartirla, restaurarla.

2. HUMILDAD. A veces ponemos las fronteras y no dejamos entrar; a veces nos ponen las fronteras y no nos dejan entrar. Sucede a países y sucede a personas.

3. TIEMPO DE FAMILIA. Algunas familias, obligadas por el COVID-19 están redescubriendo lo que es compartir tiempo juntos. Menos celulares y más risas y sonrisas.

4. CONOCER LOS VECINOS. El individualismo nos está consumiendo. Los tiempos de cuarentena son oportunidad para conocer un poco más quién vive a tu lado, aparte del saludo lejano y rápido de la mañana o la tarde.

5. SOLIDARIDAD. Nadie puede con su sola intención vencer una pandemia. Todos necesitamos de la colaboración de todos. Más allá de fronteras, clases o castas, somos de verdad una sola familia humana.

6. HAMBRE DE DIOS. Tengo testimonios de varias partes del mundo: muchos se han volcado en oración hacia el Señor, y sus súplicas abrazan países enteros, y de hecho, toda la Tierra.

7. MENOS PRISA. Los ritmos locos en que solemos vivir se han visto interrumpidos por las cuarentenas que se han decretado en diversos lugares. Estamos viendo, como en reflejo, que nuestro ritmo usual no es indispensable y sí es destructivo. Gran lección.

8. ACTIVIDADES DE MEJOR CALIDAD. Parece sencillo pero tiene valor: hay gente redescubriendo el sentido de una buena lectura, o de una buena conversación, o han sacado tiempo para desarrollar talentos aplazados (pintar, leer, practicar música).

9. CREATIVIDAD. No debemos olvidar que grandes genios, como Isaac Newton, pasaron por cuarentenas debido al azote de la peste de su tiempo. Y en esos periodos de forzoso “descanso” hicieron grandes descubrimientos o recibieron maravillosas intuiciones.

10. RECUERDO DE LA ETERNIDAD. No deseamos que nadie perezca por esta enfermedad pero no cabe duda que cada episodio de peste ha traído a la humanidad el recuerdo vivo de nuestra condición “de paso” por esta tierra. Y eso es saludable. Alguien decía: no se encuentra sentido a la vida sin recordar que la vida misma se acaba.

7.03.20

Contradicciones del feminismo típico actual

Va por delante que hay mucho camino por recorrer para superar la violencia que se ensaña a menudo contra las mujeres, así como las discriminaciones injustas contra ellas–si bien entendemos que no toda diferencia es una “discriminación” en el sentido populista del término.

Con eso bien claro, hay que hacer ver algunas contradicciones, muy frecuentes hoy, que hacen daño en primer lugar a las mujeres:

1. Si se trata de defender a las mujeres, ¿por qué no cuentan las que están en el vientre materno? Lo lógico sería que toda persona que dice defender a las mujeres, las defienda siempre, desde su concepción.

2. ¿Por qué importan tan poco los abusos y horribles discriminaciones contra las mujeres en países de mayoría musulmana? Las feministas de por aquí se envalentonan para ensuciar, incluso con sus excrementos, los templos católicos, pero son mudas y cómplices cuando se trata de la situación de las mujeres en países donde rige seriamente el Islam.

3. Hay demasiado silencio sobre la violencia física, verbal o laboral, de unas mujeres hacia otras mujeres. El deseo de presentar al varón como culpable de todo no solo raya en lo ridículo sino que quita solidez a la argumentación. Muestra, de hecho, que estamos ante una ideología, en el peor sentido de la palabra.

4. Hay testimonios más que suficientes para mostrar que el feminismo típico de hoy NO apoya a la mujer que quiere seguir adelante con un embarazo en condiciones difíciles. ¿No se supone que se trata de apoyar a la mujer en sus decisiones LIBRES? Y si su decisión LIBRE fue seguir adelante con el embarazo, ¿por qué falta el apoyo?

5. Las feministas típicas (de corte feminazi, estilo FEMEN) critican que el hombre trata a la mujer como un objeto. Pero cuando ellas exhiben sus feos cuerpos pintarrajeados, ¿no los están usando ellas mismas como “objetos,” así digan que son objetos “de lucha”?

6. El vínculo entre el feminismo típico y la vulgaridad no se limita a mostrar sus cuerpos. Expresiones como “desayuné con feto,” y otras parecidas, son parte del arsenal de lavado de cerebro para destruir cualquier rastro de ternura, y por qué no decirlo, de feminidad, en las pobres que sigan sus ideas. El feminismo típico de hoy va de frente contra la mujer.

7. Las leyes que privilegian de modo injusto a la mujer insultan a la mujer. Si un cargo alto debe ser dado a una mujer por ser mujer lo que se le está diciendo es: “Tú, por tus capacidades, no podrías lograr esto; pero como tenemos que llenar una cuota, aquí está tu cargo…”

8. Está demostrado que agencias feministas aprovechan dineros públicos para sus propios intereses y su agenda política. ¿Es esa la manera de presentarse como abanderadas de un mundo más justo?

29.02.20

Cuaresma, tiempo de sanación

Una mala interpretación de la penitencia, la ve simplemente como un castigo fuerte, o peor, como un deseo extraño de sufrir. Y puesto que la penitencia es tan propia de la Cuaresma, la consecuencia es que se empieza a ver la Cuaresma como un tiempo incómodo que sencillamente no se ajusta a nuestro estilo de vida, y por consiguiente puede ser omitido.

El principal y más grave olvido en ese modo de pensar es que nuestro trabajo cuaresmal tiene un propósito medicinal. En efecto, el Miércoles de Ceniza decimos: “que la penitencia corporal, propia de este tiempo, sirva para la renovación espiritual de todos tus fieles.” El dolor, el sacrificio, el ayuno, la abstinencia, no son fines en sí mismos sinoejercicios que quieren acercarnos a un fin de renovación interior.

Con ese espíritu de curación y de renovación estamos ofreciendo breves meditaciones (180 segundos cada una) para cada día de este precioso tiempo. El nombre de esa serie de audios es: “Cuaresma de Sanación” y la encuentras haciendo clic en este enlace.

Para la muestra, la siguiente es la meditación para el Sábado después de Ceniza:

Postadata (1 de Marzo de 2020)

Como un simple ejemplo de una oración de sanación, que fue pronunciada y vivida en el VIII Congreso de la Divina Misericordia en Dallas, Texas (Febrero de 2020), comparto: