InfoCatólica / Tal vez el mundo es Corinto / Categoría: Iglesia

14.03.13

Saludo al Sucesor de Pedro

El Papa Francisco en el lenguaje de los tweets:

Papa Francisco

01 de 12 Tu nombre te asocia a los grandes de la humildad, la santidad, la misión y la reforma de la Iglesia. ¡Qué hermoso!

02 de 12 ¡Gracias por tu recuerdo agradecido hacia nuestro inolvidable Benedicto XVI!

03 de 12 Gracias por pedirnos la bendición antes de bendecirnos. Muchos rompimos en llanto de gratitud por eso.

04 de 12 Gracias, porque tu humildad pasó bajo el radar de tantos expertos, que así podrán aprender mucho de ti.

05 de 12 Primer Papa de la Compañía de Jesús: ¡qué tesoro de experiencia traes en ese corazón!

06 de 12 Porque eres latino, algunos piensan que serás menos “fuerte;” pero no se te eligió por latino sino por creyente.

07 de 12 Eres embajador millones de hombres y mujeres de los países en desarrollo. Pero en realidad ya perteneces a todos.

08 de 12 Pareces “medieval” a algunos, y demasiado “progresista” a otros. Esa descalificación simultánea es buen signo.

09 de 12 Tu postura es firme contra la teología de la liberación, y firme es tu amor a los pobres. ¡Gusta esa combinación!

10 de 12 Me gusta el saludo que te dio la Conferencia Episcopal Española: “Tiene el perfil de un santo.”

11 de 12 Desde el Cielo te saluda también Catalina de Siena: “Dulce Cristo en la tierra.”

12 de 12 Santidad: Bendecimos tu nombre y tu vida, Francisco, Papa. Y te ofrecemos nuestra oración, amor y obediencia.

11.03.13

¿Ha llegado el fin de los tiempos?

* Hoy en día circula, especialmente por Internet, todo un cúmulo de mensajes de tipo apocalíptico, junto con las más diversas interpretaciones de esos mismos mensajes. Lo inusual de la renuncia de un Papa (Benedicto XVI), despierta curiosidad y preguntas en muchos, y tal es el ambiente que favorece ese tipo de mensajes.

* ¿De qué fuentes provienen esos mensajes? Hay en la Biblia el libro del Apocalipsis; existe también la literatura apocalíptica, dentro y fuera de la Biblia; y hay además una serie de mensajes, que se atribuyen a Jesús o a la Virgen, algunas veces con gran despliegue y aprobación, como es el caso de Fátima, otras veces con alcance más bien modesto, cual sucede con tantas manifestaciones privadas que tienen hoy en día no pocas personas, a las que se suele llamar “instrumentos.”

* Esos mensajes no son consistentes sino que se contradicen bastante. Algunos aseguran que Benedicto XVI fue el último Papa verdadero, de modo que su sucesor sería ya un instrumento del mal; otros en cambio aseguran que el Papa que suceda a Benedicto XVI será especialmente estricto, y por ello será rechazado. Algunos ven la renuncia del Papa como algo inusual pero dentro de lo explicable y normal; otros en cambio sostienen que el Papa fue obligado a renunciar o que se vio abrumado por traiciones, presiones y escándalos y por eso renunció.

* Muchos, en todo caso, creen que se puede hacer corresponder estos hechos de nuestra historia con los relatos del libro del Apocalipsis o con partes de los mensajes cifrados que supuestamente se hallan en revelaciones privadas. Según ellos, estaríamos entrando en una etapa de la historia que se llama “fin de los tiempos.”

* El problema es que esa manera de interpretar la literatura apocalíptica hace de los textos una especie de “guión” de cine que estaría sólo al alcance de gente muy perspicaz. Ambas presunciones parecen ajenas a la Biblia: una interpretación de correspondencia, o de guión de cine, supone una especie de fatalismo y viene a declarar como inútil la apertura del ser humano hacia la conversión. Según indicaba el entonces Cardenal Ratzinger, ya en el año 2000, las profecías son siempre condicionales, porque finalmente la ley último del actuar divino está en aquello de “No quiero la muerte del pecador, sino en que cambie de conducta y viva,” según dijo el profeta Ezequiel.

* Es más correcto y sano leer el Apocalipsis, y toda literatura de su tono, como una invitación perpetua a la conversión y la esperanza, sabiendo que las escenas allí descritas son como prototipos del actuar del mal en sus diversas fases, y anticipaciones también de la presencia salvífica del Dios que nunca deja de ser Dios. El anticristo, por ejemplo, es presentado en singular en el Apocalipsis mientras que San Juan, en su Primera Carta, habla de “muchos anticristos,” donde se ve que una lectura por “prototipos” es más correcta y cercana a la Biblia.

* Queda claro que somos apremiados en la tarea de la conversión y la fidelidad, pero no por vía de pánico ni de lecturas sofisticadas, que en todo caso estarían lejos de la comprensión de los más sencillos. Nuestra fidelidad y caridad al proclamar el Evangelio de salvación son la mejor manera de aguardar al Señor “hasta que vuelva.”

8.03.13

Una reflexión en torno al Sucesor de Pedro

Empiezo con un apunte gracioso. Quienes saben que también escribo para el portal compartido “Blogueros con el Papa” me han preguntado si se va a cambiar el nombre por “Blogueros con la Sede Vacante“…

Ya más en serio, este tiempo, aunque sea breve, invita a reflexionar sobre el Papa. Y aunque todo el mundo se pregunta quién será, hay otra pregunta mas fundamental: ¿Qué es un Papa?

Atardecer en la Plaza de San PedroNo es una pregunta ociosa. Hace poco me encontré con que, de acuerdo con un prestigioso académico norteamericano, Stephen Prothero, de Boston, “El Papa es irrelevante” [enlace en inglés]. Fidel Castro tampoco parece demasiado bien enterado, puesto que preguntó al hoy Papa Emérito, ¿Qué hace un Papa? John Tindel, brillante estudiante de relaciones económicas internacionales ha escrito una serie de argumentos según los cuales, de hecho, ya no se necesita un Papa [enlace en inglés]. La tesis de Tindel es que la existencia del Papa tenía sentido cuando las contiendas entre casas reales europeas requerían alguna forma de arbitraje, y además un código moral común. El mundo del siglo XXI ya no está en tal condición.

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3.01.13

El eslabón fundamental

Es casi inevitable que suene pretencioso lo que voy a decir pero hay que decirlo. Estoy convencido de algo: el eslabón fundamental de la nueva evangelización y el motivo básico por el que nuestro Papa Benedicto XVI ha promulgado el Año de la Fe van a lo mismo: necesitamos sacerdotes renovados en su fe.

Seamos más precisos: las buenas iniciativas de evangelización mueren en cajones oscuros de despachos parroquiales y en lóbregos depósitos de venerables claustros conventuales. La ecuación es sencilla y va así: la inmensa mayoría de los católicos saben de los planes y proyectos de su Iglesia lo que puede saberse cuando van a su parroquia. En efecto, para conocer lo oscuro de la Iglesia o para desconocer lo luminoso de la Iglesia, se bastan y sobran los medios de comunicación, que saben que tendrán audiencia asegurada revolcando con morbo y difamación todo lo sucio de la Casa de Dios. Para eso no se necesita ir al templo.

sacerdote, eslabón fundamentalPero, en cambio: ¿En dónde puede un laico de a pie enterarse de que existe algo bello que se llama conversión, o que existe algo luminoso e inspirador que se llama santidad? Unos cuantos, que quizás debamos ver como afortunados, asisten regularmente a pequeñas comunidades surgidas de Movimientos Eclesiales. Ya se trate de carismáticos, neocatecumenales, focolares, o semejantes, estos bendecidos tendrán una imagen más amplia, justa y fresca de qué significa ser Iglesia. Sin embargo, si hablamos de porcentajes, es mucho mayor el número de los que, considerándose todavía conectados con su fe católica, no harán mucho más que ir como por inercia invencible a su parroquia, sin mucha claridad de qué se puede esperar o qué se puede aportar, además de la consabida limosna en la misa.

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15.12.12

La teoría del volcán

volcánLa corteza terrestre, dura y pesada como parece, resulta vencida por el ímpetu de un fluido viscoso y extremadamente caliente: la lava. Pero antes de hacer erupción, la lava ha recorrido un camino tortuoso y difícil de predecir. Desde las profundidades del núcleo y del manto, una fuerza ciega e incontenible presiona a la roca derretida que llamamos lava, hasta que el calor vence sobre el granito y el basalto, y un chorro de gases, piedras y azufre lanza su arrogancia devastadora a kilómetros de distancia.

Son tantos los factores que influyen en la constitución de la corteza terrestre que es muy difícil predecir el punto exacto en que se romperá para dar surgimiento a un nuevo volcán. En la historia de la geología se recuerdan casos dramáticos, como por ejemplo el sorpresivo surgimiento de nuevas islas, producto de erupciones sucedidas en el lecho marino. Aun cuando pudiera saberse que la presión de lava en esa parte del océano es muy grande, es pura conjetura asegurar que en tal o cual lugar exacto se dará una erupción sin antecedentes. Por supuesto, una vez acaecida la primera erupción, queda como hecho el camino para las que sigan, pero el tema aquí es ese primer rompimiento de la “piel” terrestre.

Es aquí donde empiezan a aparecer analogías inesperadas entre la sociedad y las erupciones de una violencia aparentemente inexplicable. Es sabido, en efecto, que hay una violencia que procede de raíces visibles y sensibles de injusticia, pero no es de ella de la que hablamos principalmente aquí. Si se pagan salarios de hambre a toda una población y esta se cansa un día y se alza en armas, hay una lógica bastante visible en el proceso. ¿Pero qué decir de los brotes patológicos de asesinato masivo? El típico psicópata, el sádico que opera con fría y calculadora mente en el proceso de atrapar, torturar y ejecutar a sus víctimas, ¿es en realidad un caso aislado, o es la erupción volcánica de una ola oscura, infernal de odio que hemos tolerado demasiado tiempo?

Llamemos por un instante “violencia gratuita” a esa que solemos considerar psicopatológica, y por consiguiente, inexplicable y aislada. Admitamos entonces que hay varias cosas difíciles de explicar sobre qué tan aleatoria es esta forma de violencia. Preguntas: ¿Por qué sucede más en las sociedades del llamado “primer mundo"? ¿Por qué tiene como protagonistas a varones, de vida solitaria, con abrumadora mayoría sobre cualquier otro sector social? ¿Por qué en el mayor porcentaje son personas de clase media, y no baja ni alta? ¿Por qué casi invariablemente los asesinos terminan suicidándose, y en no pocos casos, el suicidio final se sabe ya planeado desde el principio?

La hipótesis es que la violencia gratuita revienta de manera imprevisible pero se prepara y cocina con ingredientes que están en todas partes. La espantosa receta incluye egoísmo, vanidad y resentimientos, pero sobre todo contiene una terrible incapacidad de comunicación y una dura sensación de absurdo que ha gravitado sobre una mente frágil y necesitada en otro tiempo de amor.

Y aquí viene lo grave: las instituciones de una sociedad relativista, secularizada y demasiado fiada del vigor de su democracia, no tienen cómo diagnosticar a tiempo ni mucho menos corregir las señales de que la temperatura de la lava está aumentando, y la presión está alcanzando niveles críticos. La mayoría de los psicópatas de estos brotes recientes y cada vez más frecuentes, como el de la población de Newton, en Connecticut, son personas que han pasado por las instituciones de las que se precia nuestra sociedad moderna, neutra, y muy ciudadana. Y sin embargo, a menos que queramos seguir negando lo evidente, no hubo en esas instituciones quién descubriera y avisara a tiempo de lo que podía suceder.

En lenguaje bíblico hay un modo muy sencillo y profundo de describir lo que la ciencia llama un psicópata: es una persona sin prójimo. No tiene prójimo que le importe ahora porque no tuvo prójimo a quien importarle antes. Examinemos estos ideales muy queridos por la sociedad liberal y democrática: el respeto a la opinión y las decisiones de otros; la consideración de la edad adulta como tiempo de autodeterminación; la concepción de la libertad como capacidad de hacer todo lo que no esté prohibido. Son ideales altos pero claramente insuficientes. Ni se reduce la búsqueda de una respuesta el aprobar leyes más restrictivas en la posesión o el uso de armas de fuego. Para quien anhela matar y matarse poco importan las restricciones ni los procesos jurídicos, que por fuerza requerirán meses, si no años.

¿Qué tipo de fuerza social puede ser cohesiva y mantener un flujo abundante de información que ayude a prevenir a tiempo las erupciones de violencia volcánica?

Aquí va la segunda hipótesis: sólo la religión. De una manera sencillamente perfecta la religión aúna el interior de la conciencia de cada uno con el código externo de todos. De una forma simple y eficaz la religión invita a todos a interesarse por todos, de modo que una cadena de prójimos esté siempre próxima a sostener y no dejar caer al que vacila, se resiente o planea una desgracia. La religión enlaza de modo único la inmediatez de la acción particular y concreta con la trascendencia de una esperanza firme y santa, o si es el caso, la certeza de un castigo ineluctable.

Es verdad que la religión sin respeto y sin un margen claro de libertad de expresión se volverá teocracia asfixiante y caldo de fanatismo pero la religión entendida en su medida, y esta medida es alta y noble, puede lo que el estado actual de la sociedad no puede y sí reclama.