InfoCatólica / La Mirada en Perspectiva / Archivos para: Junio 2017, 12

12.06.17

(186) Quede clara esta doctrina

1.- Cuán necesario, para entender la verdadera doctrina de la justificación, es advertir que —habiendo perdido todos los Hijos de Adán la inocencia, por haber caído de ella con la Caída original —fueron hechos inmundos e hijos de la ira.

 

2.- Cuán necesario, para entender la verdadera doctrina de la justificación, es advertir que —aun sin haberse extinguido su albedrío— no podían levantarse por sí solos de esa Caída, pesando sobre ellos la densa oscuridad del pecado, la servidumbre al diablo, la losa de su debilidad, la inclinación al mal.

 

3.- Advierte, católico, cuán necesario y santo es retener esta doctrina: que de este imperio de tinieblas nos extrajo el Padre Eterno, transfiriéndonos por gracia al Reino de su Hijo, en que logramos libremente la redención por gracia, siendo nuestra colaboración fruto y obra principal de la gracia misma, y siendo la fe su principio y umbral.

  

4.- Pero advierte, católico, que sólo a aquellos a quienes se comunican los méritos de la pasión del Hijo, participan del beneficio de su muerte, que es esta regeneración: por ella se muere al viejo orden caído, y se nace al nuevo. Pero si no se renace en Jesucristo, no hay regeneración. Sin participación real no hay justificación real, sino mera imputación extrínseca. No hay rescate sin transformación real, obra tras obra en la gracia.

 

5.- Confiesa y predica siempre, a tiempo y a destiempo, que esta justificación es fruto del bautismo, y que si se pierde por el pecado, por la confesión se recupera, que es bautismo trabajoso. Y que esta justificación es tránsito: del estado caído al estado de gracia; del viejo estado de los Hijos de Adán, al nuevo de los hijos de Dios, por el Segundo Adán Nuestro Señor Jesucristo.

 
NOTA:
Aporta mucho fruto y provecho estudiar y saborear esta doctrina en esa grande maravilla que es Trento, ses. VI, caps. I a V)
 
 
David Glez.Alonso Gracián