(62) ¡Es el Señor! ¡Es el Señor!
1.- ¡Ábrenos los ojos! Y nuestro grito atraviesa milenios, porque el Espíritu Santo nos abrió la boca y puso el deseo de ver en nuestra garganta, como una llama. - Señor, ¡ábrenos los ojos!
2.- Despierta la plenitud de Cristo en el goce de la mañana, y participa el cristiano su virtud, atesorándola y viviéndola gracia tras gracia.
3.- ¡Es el Señor, es el Señor! Que caminando hacia nosotros, sobre el negro oleaje, se nos arrima y nos elige con eficacia: ven conmigo. Y vamos sobre el agua. ¡¡Es el Señor!!