(381) No es primacía, sino soberanía

Para la doctrina de Nuestro Señor Jesucristo no guardarse la vida, para no perderla querenciando herejías o destemplándose. Quien pretenda ganarse perdiendo doctrina, perderá ambas, conforme a la Palabra de Dios, que advierte:

«quicumque quaesierit animam suam salvare perdet illam et qui perdiderit illam vivificabit eam», quien trate de guardar su vida la perderá, y quien la pierda la conservara (Luc 17, 33). Antes bien plantarle rostro al error y así arrostrar disgustos y tribulaciones si fuera menester.

 

No guarda forma de ocaso sino de renacimiento: se muere en las aguas del bautismo para nacer en la cruz, y así tener futuro, confesión tras confesión.

 

No darle a Dios la primacía, que es noción relacional, un mero privilegio entre pares; sino en verdad la mayor, la supremacía, la preeminencia y la soberanía, que es la virtud del superior jerárquico. Porque la Causa Primera es soberana, no un tú a tú, sino el todo frente a la nada.

 

No arrejuntar el propio anhelo con la voluntad de Dios, sino antes bien apercibirse de lo hondo y someterse al Salvador del mundo. Conforme al niéguese a sí mismo (Lc 9, 23).

 

No demandarle al Señor derechos ni mercedes, sino antes bien regalos y crucifixiones, como si fueran migajas o mendrugos de ese pan que hurtan los perros, y pordiosean lazarillos.

 

Pedir a Dios Nuestro Señor la fe para el que no la tiene, y que se vaya a confesar y a recibir la gracia.

 

Y andar pidiendo por quien se encuentra al paso, encomendando al conocido, al que se cruza, al que se espera y al que nos es desconocido. No hay que dejar de hacerlo, porque probablemente nadie lo hará.

 
Rogar por tanta, tanta gente alejada de Dios que encuentras en el tren, en la compra, en el paseo, por las calles, por las plazas, en el trabajo, en todos los rincones del mundo de ahora y de siempre, pero sobre todo de ahora.
 

La voluntad, para elegir el bien libremente, natural o sobrenatural, no puede moverse por sí sola. Dependemos de Dios que mueva, natural o sobrenaturalmente.

 

Sufrir por Cristo dolor y vergüenza.

 

David Glez.Alonso Gracián

 

8 comentarios

  
Ana María
Gracias David. Sólo puedo decir: amén.
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A.G.:
De nada Ana María y gracias. Viva el Beato Diego José de Cadiz y Nuestro Señor del Gran Poder.
06/09/19 5:18 PM
  
Palas Atenea
Es difícil para alguien, que no sea cristocéntrico, distinguir entre primacía y soberanía. La festividad de Cristo Rey, por ejemplo, no es entendida por muchos, lo mismo que el Temor de Dios o cualquier otra manifestación de que Jesucristo es Soberano. Una mala catequesis y un desplazamiento de la Divinidad del Hijo hacia la bondad de su naturaleza humana, propiciada por tanto Jesús Histórico dificulta hacer la distinción.

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A.G.:
Ciertamente. Es difícil distinguirlos.En ciertos contextos tradicionales, primacía se entiende como soberanía, con el sentido clásico sobreentendido. Pero en el paradigma actual, que es personalista, y por tanto semipelagiano, la primacía no es más que privilegio relacional, de tú a tú, dialógico, y entonces se pierde la doctrina verdadera. Que enseña la supremacía de la gracia.
06/09/19 10:03 PM
  
Luis Fernando
Medigamos gracias y recibimos mayormente migajas de misericordia. Suficiente para estar agradecidos eternamente.
06/09/19 11:50 PM
  
María Arratibel
Gracias amigo Alonso.
07/09/19 8:54 AM
  
Vicente
Convertirnos y orar.
07/09/19 11:10 AM
  
Javidaba
Amén.
Y gracias.
08/09/19 12:01 PM
  
Pedro Amate
Muchas gracias don Alonso Gracian: Nuestro Señor Jesucristo es Dios techo Hombre ; el Señor Soberano Jehová ,hecho Hombre.

El Verbo Encarnado es el Dios Creador y el Dios Redentor y Salvador del mundo,qué murió en una cruz ofreciendo su Cuerpo y su Sangre cono Sacrificio Propiciatorio por nuestros pecados

Él es el Rey de Reino de los Cielos y de la Tierra ; porque todo ha sido creado por Él y para Él. Jesucristo es el Rey de todos los reinos de la Tierra ,y a Él le pertenecen porque fueron creados por Él. En el mundo no habrá Paz y Justicia ; hasta que venga el Reino de Dios a toda la Tierra. La Soberanía reside en Dios,no en los pueblos ni en los hombres.

!!! VEN SEÑOR JESÚS !!!
08/09/19 5:37 PM
  
Matías Murúa
Estimado Alonso:
Me parece muy bien lo que ha escrito en el articulo, pero al mismo tiempo quisiera hacerle una observación acerca de un concepto que me parece problemático desde el ángulo del pensamiento tradicional católico: el de soberanía.
Porque el concepto de soberanía proviene de la modernidad, quien la acuñó en su sentido político fue el francés Juan Bodino, que la definía como un poder absoluto y perpetuo. Esto llevó a que un jurista aragonés del siglo XVII, Gaspar de Añastro Izunza, dijera que los hispanos no podían aceptar el concepto de soberanía, porque no era un poder superior en su orden (en ese caso sería potestad suprema) sino un poder ilimitado. Por esto también Miguel Ayuso ha dicho que sea que consideremos la soberanía del principe, sea la soberanía de la nación, sea la soberanía del pueblo, sea la soberanía del Estado, cualquiera, es contrario a la razón y al pensamiento católico.
Aunque claro, es verdad que Vázquez de Mella hizo la distinción entre soberanía política y soberanía social.
Quizás es posible que haya diversos sentidos en que pueda entenderse el concepto de soberanía y pueda haber alguno que sea licito, pero es cierto que la modernidad le ha dado ciertos caracteres y lo ha hecho propio.
Y con respecto a la comunidad política, Aristóteles se refería a la autarquía y no a la soberanía.
En fin, espero poder contribuir algo en la recuperación del pensamiento tradicional católico.
12/09/19 12:46 AM

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