(274) Realeza social de Nuestro Señor, verdad grandiosa e ignorada

«El reinado social de Cristo es el único plan válido para los pueblos. Todos los otros planes llevan a la perdición. » (P. José María IRABURU, (37) Cardenal Pie, obispo de Poitiers –V reino de Cristo y mundo secular).

 
1. Realeza de Cristo, doctrina grandiosa

Nuestro Señor Jesucristo es Rey

Su Iglesia debe orar y trabajar para que reine sobre los hombres y también sobre las sociedades. Doctrina clásica, perenne y luminosa, cuya riqueza se extiende a temas como «el deber moral de los hombres y de las sociedades para con la verdadera religión y la única Iglesia de Cristo» (Dignitatis humanae, 1), o la importancia de «lograr que la ley divina quede grabada en la ciudad terrena» (Gadium et spes, 43).

La realeza de Cristo, doctrina necesaria

Nunca ha sido sido tan urgente respetar los intereses de Nuestro Señor Jesucristo,  salvaguardar los deberes que toda ciudad terrena tiene para con la ley divina, para con el orden creado, para con la naturaleza de las cosas, para con la vida humana. Si las sociedades reconocieran a su Rey, que es poderoso Soberano de vida y no de muerte, ¿quién osaría derramar, al amparo de las leyes, sangre inocente? 

La realeza de Nuestro Señor es uno de los temas centrales de la Sagrada Escritura. Ha escrito al respecto el P. José María Iraburu :

«Cristo es Rey, y la Iglesia ora y labora para que reine sobre los hombres y sobre las naciones. Como ya confesamos en posts anteriores (20-21), Cristo es el Rey del mundo: a Él le ha sido dado «todo poder en el cielo y en la tierra» (Mt 28,18); ya en el presente histórico «vive y reina por los siglos de los siglos», y sabemos además con absoluta certeza de fe que finalmente «todas las naciones vendrán a postrarse en su presencia» (Ap 15,4), y que «su reino no tendrá fin» (Lc 1,33). Esta verdad grandiosa es uno de los temas centrales de la sagrada Escritura, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento.» (35) Cardenal Pie, obispo de Poitiers –III el naturalismo anti-cristo)

La realeza de Cristo forma parte del único plan redentor. Es un plan sólido y consistente, fuera del cual no existe sino el Mundo Caído. 

 

2. Realeza de Cristo, doctrina ignorada

El fatalismo invade a muchos católicos

No creen, ya, que Él pueda o deba reinar. Cansaron su esperanza en planes y valores, dejaron de creer que la redención tiene un plan único. Se volvieron escépticos, aceptaron, como irremediable, el poder totalitario del estado positivista moderno, y cuanto hicieron, fue docil a sus párametros, que hicieron suyos como si no tuvieran Rey. Creen que es erróneo que Cristo reine, y por eso callan la necesidad de su reinado.

Expone el P. Iraburu cómo el Cardenal Pie, Obispo de Poitiers combate el naturalismo y procura que Cristo reine. Nos recuerda cómo no pocos católicos de aquella época, al igual que muchos de la nuestra, incluidos obispos, sacerdotes, y sobre todo teólogos, asumen el falso convencimiento de que la Iglesia se equivoca al defender el reinado social. El Cardenal Pie no dudó en combatir este prejuicio.

«El Obispo de Poitiers combate el naturalismo y procura que Cristo reine. Como ya comprobaremos más adelante, no pocos católicos de su tiempo, también obispos, sacerdotes y teólogos, como también sucede hoy, asumen el convencimiento de que, efectivamente, Cristo debe reinar en los corazones de los hombres, pero no en la sociedad humana. Estiman que toda forma de colaboración entre Iglesia y Estado, aunque sea perfectamente armoniosa, que «dé al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios» (Mt 22,21), es una forma de adulterio de la Iglesia, esposa de Cristo, con el mundo secular.» (35) Cardenal Pie, obispo de Poitiers –III el naturalismo anti-cristo)

 
Lugar común de algunos personalismos es que la Iglesia cometió un grave error en los tiempos de Constantino. A este respecto, volvía a recordar el P. Iraburu las muy potentes palabras de Mons. Pie:
 

«Es una proposición explícitamente condenada por la Iglesia aquella que afirma que la cristianización del poder y de las instituciones políticas por parte de Constantino y sus sucesores fue en sí misma una cosa negativa. Nada que pertenezca a la necesidad del orden y a las exigencias de la verdad puede ser negativo. La transformación cristiana del régimen social era una consecuencia que debía seguirse lógicamente a la de los miembros individuales de la sociedad. La expansión del Evangelio había de traer con el tiempo la conversión de los Césares en cuanto Césares, y no solamente como particulares. Eternizar el muro de separación entre el hombre privado y el hombre público hubiese implicado instaurar en el mundo el sistema del dualismo maniqueo, error principal contra el cual se dirigieron los primeros documentos de la polémica cristiana» (IX,168).(35) Cardenal Pie, obispo de Poitiers –III el naturalismo anti-cristo)

 
3. Cómo promover la realeza de Cristo
 

Se pueden ir dando pasos hacia adelante

Pasos que serán como hitos para salir de la crisis. Veamos tan sólo algunos ejemplos, sin agotar el tema, a modo de anticipo de próximos posteos.

Cristo reina a través de las leyes. Promover la adhesión del Derecho al derecho natural y divino será un gran paso hacia adelante. Cristo reina en el sistema de parroquias. La parroquia contribuye a la visibilidad de la Iglesia en la sociedad, socializa lo sacro y lo sacramental, por así decir. Promover su fortalecimiento y esplendor será un paso hacia adelante. Cristo reina en los sacramentales. Especialmente necesaria es su virtud contra las potestades malignas. Promover su uso social y familiar, principalmente desde la parroquia, será un paso hacia adelante. Cristo reina en el culto público de dulía. Promover veneración de reliquias, novenas, triduos, cultos cofrades, procesiones, romerías, peregrinaciones, imaginerías, pintura sacra, orfebrería y artesanía litúrgica al respecto, será un paso hacia adelante. Cristo reina en la vida inocente. Promover la vida y la potencia jurídica del quinto mandamiento será un paso hacia adelante. Etc, etc.

Nos quedan más hitos que tratar. Pero, por su dificultad, necesitarán mayor estudio y reflexión.Valga por ahora la idea, creo que central, de ir contribuyendo con pasos concretos y seguros al reinado de Cristo.

 

David Glez Alonso Gracián

 

6 comentarios

  
anónimo
muchas gracias por publicar estos artículos. Hace poco leí un libro de Martin Rhonheimer. Cristianismo y laicidad y me dejó totalmente alucinada. Es un sacerdote con una mentalidad liberal sobre la democracia y demás. Lo peor de todo es que nadie le corrige y hay un escandaloso corporativismo por parte de sus superiores y cuando he pedido alguna explicación sobre esto, sacerdotes que creía ortodoxos, me han justificado todas las teorías de este señor apoyándose en la teoría de la "tolerancia". Es difícil encontrar un sacerdote en el que puedas confiar . Y sobre todo que prediquen la verdad del evangelio en su totalidad.

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A.G.:
Coincido en el desagrado por la obra de ese autor. A mí la obra de Rhonheimer no me agrada, es más, discrepo de muchas de sus tesis. No sé que responder a lo que menciona Ud. del corporativismo, pienso que es un tanto excesivo este juicio suyo. Sobre todo, pensando en que los escritos más profundos acerca de la unidad católica, el derecho natural y divino, la realeza del Señor, etc, proceden de pensadores como Álvaro D´Ors, Eulogio López Palacios, José Orlandis, etc. No tengo elementos de juicio para contestarle. Pero me parece temerario decir que no encuentra sacerdotes en los que confiar. Los hay, me consta.
20/06/18 2:14 PM
  
Roniel Aledo
La realeza de Cristo Rey esta viva y presente, pero desgraciadamente olvidada en el Catecismo de la Iglesia Catolica 2105. Toda la doctrina inmortal de la Iglesia esta en el 2105: El deber de rendir a Dios un culto auténtico corresponde al hombre individual y socialmente considerado. Esa es “la doctrina tradicional católica sobre el deber moral de los hombres y de las sociedades respecto a la religión verdadera y a la única Iglesia de Cristo” (DH 1). Al evangelizar sin cesar a los hombres, la Iglesia trabaja para que puedan “informar con el espíritu cristiano el
pensamiento y las costumbres, las leyes y las estructuras de la comunidad en la que cada uno vive” (AA 13). Deber social de los cristianos es respetar y suscitar en cada hombre el amor de la verdad y del bien. Les exige dar a conocer el culto de la única verdadera religión, que subsiste en la Iglesia católica y apostólica (cf DH 1). Los cristianos son llamados a ser la luz del mundo (cf AA 13). La Iglesia manifiesta así la realeza de Cristo sobre toda la creación y, en particular, sobre las sociedades humanas (cf León XIII, Carta en. Immortale Dei; Pío XI, Carta enc. Quas primas).

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A.G.:
Roniel Aledo, no me parece que sea justo decir que el Catecismo olvida una doctrina tan rica como la de la realeza de Cristo. En realidad, muchos de los temas contenidos en esta doctrina están expuestos en el Catecismo. Otros no, como tampoco habla de la gracia eficaz y suficiente como a mí me gustaría, o de la predestinación, tema importantísimo, pero que sólo es apenas mencionado.

Pero es algo que me parece normal en un texto de sus características, un texto que tiene muchas virtudes, y evidentemente también defectos, porque no es un texto absoluto sino perfectible, (y que necesita ser completado, como todo documento magisterial, con el resto del magisterio, con el que forma un cuerpo orgánico). Pero aun con sus defectos, el Catecismo me parece un texto excelente por el que hay que dar gracias a Dios.

Por otra parte, le agradezco que mencione un documento tan extraordinario como Quas primas, de lectura urgente.

20/06/18 3:04 PM
  
Alonso Gracián
Amigos del blog, y de Infocatólica, no publicaré comentarios excesivos, o imprudentes, ni alusiones personales o institucionales, siguiendo las reglas de moderación de este blog.

Ruego ceñirse a las ideas del artículo, con asepsia emocional y equilibrio de juicio, virtudes clásicas y muy necesarias en tiempos de crisis.
20/06/18 4:38 PM
  
José Díaz
Alonso, ha tratado vd. una cuestión central, nuclear, de nuestra Fe. En efecto, la realeza de Jesucristo está en el núcleo mismo de la Revelación. Es su corazón mismo, como claramente señala San Pablo en Ef 1, 10 cuando habla de que el plan divino consiste en restaurar y recapitular en Cristo todas las cosas, las del cielo y las de la tierra. La instauración del reinado social de Cristo es parte irreductible de la obra de la Iglesia en el mundo. En esto no caben componendas ni compromisos con la Modernidad, tales como ese eufemismo de la sana laicidad o una pretendida pero imposible y falsa distinción entre laicidad y laicismo, tan del gusto de católicos desnortados, incluidos pensadores y pastores.
El Señor y María inmaculada le bendigan
22/06/18 1:38 AM
  
Jordi
"no me parece que sea justo decir que el Catecismo olvida una doctrina tan rica como la de la realeza de Cristo. En realidad, muchos de los temas contenidos en esta doctrina están expuestos en el Catecismo. Otros no, como tampoco habla de la gracia eficaz y suficiente como a mí me gustaría, o de la predestinación, tema importantísimo, pero que sólo es apenas mencionado...

Sería interesante que hiciera unos artículos sobre esos temas que el catecismo no trata de forma suficiente, para mí serían muy interesantes y los pondría como suplementos al mismo catecismo, como si fueran temas a ampliar y estudiar.
22/06/18 3:19 PM
  
Jordi
"Eternizar el muro de separación entre el hombre privado y el hombre público hubiese implicado instaurar en el mundo el sistema del dualismo maniqueo, error principal contra el cual se dirigieron los primeros documentos de la polémica cristiana..."

1. Herejía del dualismo maniqueo: la separación entre lo público y lo privado

Añadiría otra:

2. Ecumenismo irenista e indiferentista, sincretismo de la religión e iglesia universal: condenado en Unitatis Redintegratio 11, Humani generis 7 y 34, Reconciliatio et paenitentia 25, y Quas Primas 22-23 sobre las falsas religiones
22/06/18 7:16 PM

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