(254) El Imperio del Mundo y el lenguaje de los valores

La Barca, zarandeada por las olas

1.- El doble abuso del lenguaje de los valores

En anteriores artículos hemos criticado el abuso de la teoría de los valores —así, en pluralen el lenguaje de la teología y filosofía católicas.

Nos hemos referido tanto al abuso común, por el cual el católico en general se expresa confusamente acerca de aquello en lo que cree; como al abuso especializado, por el cual el teólogo o filósofo católico en particular explican desenfocadamente aquello en lo que creen.

Las consecuencias de este abuso doble son muchas. Porque muchas son las acepciones del término. Su ambigua polisemia, siendo un rasgo esencialmente moderno, sirve a las mil maravillas al pensamiento anfibológico del Estado Mundial. Abusar de la teoría de los valores acerca peligrosamente a la dictadura del relativismo. Porque el pluralismo axiológico es su figura.

Este abuso del término va asociado al culto a los especialistas, propio de la mentalidad occidental  posmoderna. Mediante el lenguaje de los valores, el Occidente descristianizado proyecta y legitima su nueva ética, un derechohumanismo positivista y desustanciado elaborado por expertos, y difundido a través de tópicos y lugares comunes.

Porque es un lenguaje que no sólo se aparta del pensamiento clásico, sino también del lenguaje natural; tanto, que el pensamiento católico, cuando es axiologizado en sintonía con el paradigma hodierno, degenera en una especie de teología antiteológica, mezcla de literatura, espiritualismo, sociología y reflexión privada.

Es por esto que el uso indiscriminado de un enfoque axiológico de la realidad favorece el ensayismo, la anomia y la ambigüedad. El ensayismo, porque privatiza los conceptos católicos. La anomia, porque los desvincula de la regla de la tradición. La ambigüedad, porque los difumina y pixela.

 

2.- Los valores significan muchas cosas a la vez

En primer lugar, el concepto moderno de los valores tiene sabor utilitarista, fruto de una semántica funcional, al servicio de las necesidades particulares, de lo que cada uno estima importante. 

En segundo lugar, tiene una referencia materialista soterrada, por la que se llama valor a la cualidad por la que algo “vale” algo, sea dinero, tiempo, esfuerzo o prestigio. De aquí el uso vulgar del término: “tener valores", “poseer valores". De este sentido, digamos, capitalista, procede el sentido del valor como rédito, producto, eficacia, ganancia o éxito.

En tercer lugar, los valores representan simpatía o antipatía, interés o desinterés, filia y fobia subjetivas.

En cuarto lugar, tiene resonancias antropocéntricas y voluntaristas: ser un valor en algo proyecta un vago sentido de autoconquista, de automoción, de autodistinción, de autonomía, como cuando se dice que X es un joven valor de la cultura, o Y un prestigioso valor en teología. 

Pero el uso más ambiguo y peligroso es el quinto, el filosófico, por el que se conoce lo real no en sí mismo sino en cuanto es más o menos valioso para la conciencia subjetiva.

 

3.- El lenguaje de los valores es secularizador

La polisemia intrínseca a la filosofía de los valores refleja la poliédrica mentalidad moderna, que alberga en su seno una pluralidad disgregante, en lugar de la compacta unidad católica. Este carácter fragmentario, pero identitario, hace invisible el lenguaje bíblico-tradicional, desdibuja la influencia de la Iglesia en el mundo, neutraliza la doctrina católica, que queda sumergida en la mentalidad reinante.

Cuando el católico opina que los males de esta sociedad se producen por la falta de valores, en lugar de por el pecado y el apartamiento del Cristo Total, entonces está pensando en clave mundialista, en sintonía con la posmodernidad.

El abuso de la filosofía de los valores puede hacer zozobrar la nave de la Iglesia, una nave que nunca naufragará, pero que puede sufrir grandes pérdidas de identidad. Es un abuso que puede, en efecto, producir una crisis. Porque confundir la Iglesia con la ONU, los mandamientos de Dios con los derechos humanos, la moral cristiana con el ethos subjetivo, es simple y llanamente confundir la Iglesia con el mundo.

 

David Glez. Alonso Gracián

 

16 comentarios

  
Arturo Picatoste
Buenísimo. Quién tenga oídos para oír, oiga.
Si nos va a seguir robando, al menos que no seamos unos bobos.

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A.G.:
Es la modernidad, Arturo. Todo intento de incorporación de sus elementos esenciales positivos termina resultando dañino, porque se traduce en pérdida de identidad.
10/03/18 1:11 AM
  
Maribel
Lo que esta claro , es que amar o no amar a Dios , representa una gran diferencia y que los valores sin saberse su criatura no arreglaran el mundo.
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A.G.:
Ahí está la clave Maribel. El ser humano es criatura y causa segunda. Si pretende tener derecho a ser causa primera, sólo conseguirá precipitarse en el abismo.
10/03/18 11:06 AM
  
Ricardo de Argentina
"Porque confundir la Iglesia con la ONU, los mandamientos de Dios con los derechos humanos, la moral cristiana con el ethos subjetivo, es simple y llanamente confundir la Iglesia con el mundo."
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¡Já!
¿Hacemos folletitos con este texto y los repartimos a la salida de las misas?
¿Lo aceptarán los párrocos?
¡Menudo lío se les hará a tanto derechohumanista como hay entre la feligresía!

Cuando siendo yo adolescente me alejé de la práctica religiosa, recuerdo que una cosa que me confundía y molestaba era que estaban desdibujados los límites de la Iglesia, ¿dónde empezaba ésta y dónde terminaba el mundo? Ya por esa época, más de medio siglo atrás, eso estaba confuso.
Por cierto que no me alejé sólo por esa razón. Y cuando muchos años después volví a la práctica de la religión, la situación había empeorado notablemente.
Y no paró de empeorar.



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A.G.:
Ricardo, es dramático eso, y real. Está muy claro que la autoincorporación de elementos esenciales (positivos) de la modernidad trae problemas, porque la modernidad no es divisible, como dice Danilo Castellano. Siempre que asimilamos algo que nos parece bueno, terminamos asimilando lo malo que lleva asociado, y descubrimos que lo bueno moderno no es talmente bueno.
10/03/18 12:05 PM
  
Juan Alonso
¿Cuál es la doctrina, para que pueda seguirla? Esta es la pregunta de todo católico de buena fe hoy. Si no se responde, ocuparse del resto es perder el tiempo.
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A.G.:
En sintonía con la respuesta que le ha dado Marisa. No se puede mostrar el camino hasta que no se desembarra.
10/03/18 1:11 PM
  
YH
Me ha encantado, ¡quien lo tubiese de mentor!.

Hace falta esta clase de enseñanza en institutos y universidades, y no tanta falacia como la que se imparte en estos momentos, de ser así todo cambiaría para bien.

Felicidades por cada una de sus publicaciones, tan sanas como provechosas.
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A.G.:
Gracias. Me alegro mucho le sirvan estos artículos.
10/03/18 3:03 PM
  
YH
PD: Me gustaría que me recomendase alguna lectura sobre los temas que trata, y le animo -si es que no lo ha hecho aún- a que publique usted algún libro.

Gracias.
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A.G.:
No sabría decirle, porque la verdad, creo que pocos, hasta ahora, han abordado una crítica de estos asuntos. Lo único que se me ocurre es que profundice, aquí en Infocatólica, en los posts del P Iraburu, Bruno, Luis Fernando, Pedro, Néstor Martínez, Eudaldo Forment.
10/03/18 3:08 PM
  
Marisa
Juan Alonso:
"¿Cuál es la doctrina, para que pueda seguirla? Esta es la pregunta de todo católico de buena fe hoy. Si no se responde, ocuparse del resto es perder el tiempo."

Si usted no lee el blog, no diga que no se responde a la pregunta acerca de cuál es la doctrina que debe seguirse.
No es perder el tiempo ocuparse del resto, es entender por qué y cómo esa doctrina que debe seguirse está siendo deformada y mutilada.

Por último, aquí habemos varios católicos de buena fe que estamos aprendiendo mucho, con humildad y por gracia del Señor.


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A.G.:
Gracias Marisa, eso mismo pienso yo, que no se puede mostrar el camino si antes no se le quita el barro que lo hace intransitable.
10/03/18 3:58 PM
  
Alberto el retrogrado reaccionario y rígido
Muy incisivo y acertado a pesar de sobrevolar el paisaje errores de la Iglesia moderna, que son muchos. Que podemos hacer para traer otra vez la solidez del pensamiento católico, de la Filosofia Peremne? El error es fruto del pecado, porque éste nos nubla el entendimiento. La fragmentación, el pensamiento débil es la consecuencia y a la vez la plataforma perfecta para que cada uno acomode su pensamiento a sus concupiscencias. En cambio la solidez berroqueña de la filosofia católica, basada en la filosofía Realista, es antipática al que quiere dejarse seducir por el diablo, porque no deja inventar, no deja resquicio para autoengañarse, para construir castillos en el aire con los que retorcer la palabra de Dios, hacer viajes y conferencias y engañar a los que quieren dejarse seducir.

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A.G.:
Alberto, a mi juicio la única salida es cultivar a todos los niveles la virtud de la clasicidad, esto es, la de no apartarse ni un ápice de lo tradicional. No renunciando, por ejemplo, a al derecho natural, a proclamar la necesidad de un orden cristiano, del que manan deberes de toda sociedad para con Dios y su ley eterna, recuperando un sano realismo y abandonando todo abuso de la fenomenología y la axiología en catequesis y formación en general, etc.
10/03/18 6:12 PM
  
Juan Andrés
Más que confundir la Iglesia con el mundo es fundir la Iglesia en el mundo de ese pluralismo axiológico relativista porque, en realidad, lo único que importa es ser bueno...

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A.G.:
Pues sí, porque la axiología tarde o temprano, al estar sumergida en el mundo de la conciencia, deviene horizontalismo: ya sabemos, esa visión del cristianismo como vivir para los demás etc.
10/03/18 6:32 PM
  
En vos confío
Buenos días, y muchas gracias por su artículo. Este, como otros de los que con anterioridad han tratado el tema de los valores, resulta tremendamemte sugerente, y especialmente en su reflexión final.

El motivo de estas líneas es el de preguntarle (y si es que usted tuviera a bien considerar la pregunta) su opinión acerca de la filosofía del padre mercedario Alfonso López Quintás. Lo digo por cuanto, leyendo los escritos o escuchando las intervenciones de este, me da la impresión de que su filosofía de los valores no supone unas "rebajas del cristianismo".

Muchas gracias por la lectura de estas líneas, y que Dios lo bendiga.


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A.G.:
Gracias, me alegro le sirva.

No he leído nada de López Quintás, la verdad, salvo algunas cosas sobre Romano Guardini. Lo que he leído me ha dado buena impresión. Pero soy indocto en la obra de este autor y no puedo opinar.

Hablando en general, creo que un uso limitado y razonable del concepto, para intentar encauzarlo cristianamente, es posible, con reservas, y asentado en la filosofía del ser.

El problema es que potencialmente la axiología tiende a trasfundir su esencia moderna. Es un problema importante, a mi juicio insalvable, porque los valores, en esencia, no son perfectivos, sólo tienen un papel que cumplir en el terreno subjetivo de la conciencia. Por eso la teoría de los valores tiende a absolutizarse.
11/03/18 11:23 AM
  
Ricardo de Argentina
Muy apreciado David, como bien dice Marisa, me cuento entre los que aprendemos mucho leyendo Infocatólica, tu blog incluido, claro. Y debo confesarte que los que más me llama la atención de tus artículos es la insistencia que pones en dos términos que marcan una actitud de rebeldía ante Dios: SUBJETIVISMO y VOLUNTARISMO.

Bien sabemos que sólo nos salvaremos si ponemos a al voluntad de Dios por encima de la propia. Porque eso es la humildad, y al cielo sólo entran los humildes. El subjetivismo y el voluntarismo son nefastos para tal empresa en la medida en que enaltecen indebidamente nuestra autonomía respecto de la voluntad de Dios.

Pues bien, ¿qué hará entonces el mundo, que busca alejarnos de Dios? Lo mismo que la serpiente del Edén: halagar nuestro ego e hinchar nuestra soberbia, repitiendo incansablemente que así, contrariando la voluntad de Dios, "seréis como dioses". Nos incitará a hacer nuestro capricho y convertirlo en ley. Y nos mentirá alevosamente diciendo que eso se llama "libertad". (Recuerdo que hay una estatua que representa a la libertad frente a una gran ciudad estadounidense, y me da que pensar si ella es figura de esta inmensa mentira. Yo sospecho que sí, pues fue un regalo de los autores de la Francesada).

La idea de que hacer nuestro capricho es libertad, está en la génesis del liberalismo, doctrina que por sí misma es pecado y está clarísimamente condenada por la Iglesia. El liberalismo nos quiere hacer creer que el pueblo es "soberano" (o sea la autoridad de última instancia), pero nosotros bien sabemos que el último soberano es Dios en su segunda persona, NSJC, por cuyo reinado debemos luchar.
Pero hay otra mentira además, (pues el liberalismo es mentiroso como su mentor, el ángel caído): el pueblo, lejos de ser soberano, es manipulado tiránicamente por la logias.

Y acá está lo más doloroso y dramático: si no nos bajamos de la soberbia, si no dejamos de reclamar un día sí y otro también tantos "derechos" como se nos ocurran, si no nos damos un baño de humildad (léase realidad) renunciando a nuestro subjetivismo y voluntarismo, DIOS NO NOS VA A AYUDAR, y seguiremos sometidos a la tiranía de los perversos que nos han dejado sin familias, sin trabajo, sin patria, sin futuro, sin decencia y sin alegría (aunque con mucha "diversión").
Y eso es justamente lo que quieren quienes hinchan nuestro ego: que Dios no nos ayude. Y ojo que, como en el Edén, pueden volver a salirse con la suya.

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A.G.:
Ricardo, como bien dices, subjetivismo y voluntarismo son conceptos que aparecen constantemente en este blog. No podía ser de otro modo, como sabes, porque son el alma de la modernidad, y la asunción de estos elementos de la modernidad es el gran peligro y la gran tentación. Dios nos libre de caer en ella.

Como acertadamente apuntas, la génesis del liberalismo es ese concepto errado de libertad, que yo llamo principio de autodeterminación.
11/03/18 6:53 PM
  
Martinna
Mi opinión es que los estudios de filosofía, teología etc. Son necesarios e importantes para tener un buen nivel de conocimientos. Lo complicado es cuando utilizan lo que es conocimiento humano y lo mezclan con lo divino.
Sigo su blog siempre. Es muy interesante y muy acertado lo que enseña. Aprendo lo que puedo y cuando algo no entiendo busco con el iPad información, y así voy pillando más o menos.
De todas formas para seguir la verdad de Cristo, la buena doctrina, la Escritura es lo que sirve con la ayuda de Dios. Para los que preguntan por esto, hay un método catolico actual que se llama lectio divina que sirve muy bien. Algunos católicos por la formación de los seminarios predican de una manera intelectual, o cuando quieren ser entendidos lo hacen de una manera que más parecen buenos consejos. Es más efectivo como hacen algunos cristianos ortodoxos y sobre todo los protestantes serios, explican la Biblia para que conozcan quién es Dios y que quiere de nosotros, por eso tienen fe, compromiso, y llegan a mas gente.
12/03/18 4:26 AM
  
Palas Atenea
Yo creo haber dicho ya lo que opino de los valores (nunca utilizo esa palabra), para mí los que la sociedad presenta tienen poca entidad y dudosamente conducen al bien. Me eduqué con las virtudes y son fiel a ellas-la fidelidad es una virtud cardinal de segundo grado, pero virtud-y me encantan los libros antiguos en los que se hablan de ellas porque, en mi opinión, las virtudes son rotundas y perfectamente definidas, en cambio los supuestos valores no me dicen nada, no definen nada y soy incapaz de saber si conducen al bien o a un mero pragmatismo: solidaridad, tolerancia, pluralismo...¿qué significan en realidad? Los valores ni siquiera han sabido generar un adjetivo aplicable a la persona que los posee mientras que el hombre virtuoso queda perfectamente definido.
¿Dónde están la paciencia, la benignidad, la castidad, la benevolencia, la perseverancia, la clemencia, el agradecimiento y otras? Sin ellas no hay amor, ética ni belleza. No se puede leer a los clásicos sin el conocimiento de las virtudes porque aparecen por todas partes (pensemos en Shakespeare o en Cervantes) y hasta la cultura se resiente. Entre las tres hijas del Rey Lear, Cordelia brilla por sus virtudes: por su bondad, sinceridad y fidelidad a su padre. Además es templada cuando se niega a decirle que le ama más que a nadie, puesto que tenía esposo, pero acude en su auxilio cuando la necesita.
12/03/18 11:38 PM
  
Marisa
Palas:
Totalmente de acuerdo. En consonancia con lo que decía Don Alonso un par de blogs atrás:

"El orden de los valores, por sí solo, no es el orden del ser, sino el orden de cada estimación, y es incapaz de suscitar obediencia ordenada si es maximizado. Es decir, que no genera fidelidad."
"El efecto de esta sustitución de órdenes es que el católico dejaría de pensar en términos del bien y del mal, de verdad y error, de virtud y pecado, de salvación y condenación, y se limitaría al lenguaje minado de las apreciaciones cuantitativas, de la opinión pública, de la propaganda relativista del estado global."
"¿Quién podrá agarrarse a una tabla de salvación que no ve?"

En efecto, las virtudes se adquieren a través de la repetición de actos buenos específicos. Conforman lo que los clásicos llamaban "segunda naturaleza". En consecuencia: se ven, se manifiestan en las acciones concretas de las personas virtuosas.
Los valores sólo "se aprecian" y no demandan fidelidad, ni tienen jerarquía objetiva, porque se relacionan con las preferencias individuales y por tanto son intercambiables, mudables, sujetos a las "modas" y en todo caso, como bien dices, dudosamente conducen al bien.


13/03/18 2:11 AM
  
Juan Andrés
Alguna vez me gustaría ver un listado de esos "valores cristianos" por parte de quienes se llenan la boca de ellos. Las virtudes, tanto teologales como cardinales, y los dones del Espíritu Santo, por ejemplo, son claramente indentificables y no se confunden con "valores" de otro origen. Cuando la pido no saben por donde arrancar...
14/03/18 12:01 AM
  
Miguel García Cinto
Agradezco este artículo o post tan ilustrativo.
Como ejemplo expreso que pertenezco a una parroquia humilde que abarca más de treinta mil habitantes, en donde detecto salvo excepciones una elemental falta de formación. En dicha parroquia en mi opinión, se acentúa bastante más el horizontalismo que el verticalismo, da la sensación que la antropología es la premisa.
Agradezco también a los comentaristas que enriquecen este post. Sigan informando y formando. Dios se los pagará.
El Señor les bendiga y les guarde.

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A.G.:
Gracias Miguel. El horizontalismo que menciona está muy extendido, tanto que es una especie de impostura que aumenta con la indoctrina.
20/03/18 1:12 PM

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