La Palabra del Domingo - 4 de enero de 2009 - "En el principio existía la Palabra"

Santa Biblia

NOTA PREVIA: por error he publicado el comentario del Evangelio del próximo martes, 6 de enero, correspondiente a Mt 2:1-12. Por eso pido disculpas a las personas que se hayan podido sentir engañadas y, sobre todo, doy a las gracias a Jaume Canals que me ha puesto, en un comentario, sobre la pista del error cometido.

Dice la expresión que errar es humano. La prueba de esto está aquí mismo.

Por tanto, el texto que, efectivamente, es el de hoy domingo, 4 de enero, es el del evangelio de Juan que no es, precisamente, poco importante.

Jn 1:1-18

1 En el principio existía la Palabra y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios.
2 Ella estaba en el principio con Dios.
3 Todo se hizo por ella y sin ella no se hizo nada de cuanto existe.
4 En ella estaba la vida y la vida era la luz de los hombres,
5 y la luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la vencieron.
6 Hubo un hombre, enviado por Dios: se llamaba Juan.
7 Este vino para un testimonio, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por él.
8 No era él la luz, sino quien debía dar testimonio de la luz.
9 La Palabra era la luz verdadera que ilumina a todo hombre que viene a este mundo.
10 En el mundo estaba, y el mundo fue hecho por ella, y el mundo no la conoció.
11 Vino a su casa, y los suyos no la recibieron.
12 Pero a todos los que la recibieron les dio poder de hacerse hijos de Dios, a los que creen en su nombre;
13 la cual no nació de sangre, ni de deseo de hombre, sino que nació de Dios.
14 Y la Palabra se hizo carne, y puso su Morada entre nosotros, y hemos contemplado su gloria, gloria que recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad.
15 Juan da testimonio de él y clama: “Este era del que yo dije: El que viene detrás de mí se ha puesto delante de mí, porque existía antes que yo.”
16 Pues de su plenitud hemos recibido todos, y gracia por gracia.
17 Porque la Ley fue dada por medio de Moisés; la gracia y la verdad nos han llegado por Jesucristo.
18 A Dios nadie le ha visto jamás: el Hijo único, que está en el seno del Padre, él lo ha contado.

COMENTARIO

Palabra, la Palabra

1.-El texto del evangelio de Juan es, digamos, muy importante según lo que dice de Jesús y de la relación que mantiene Cristo con su Padre y de lo que, para nosotros, eso significa.

2.-Dice el texto que la Palabra existía ya. Estaba junto a Dios porque, en realidad, sabemos que era, son, una misma persona y, junto, con el Espíritu Santo, constituyen la Santísima Trinidad.

(Personalmente, tengo entendido que, en realidad, la traducción del griego viene a querer decir que la Palabra “estaba frente a Dios”, es decir, en perpetua situación de diálogo que es, en realidad, algo muy importante para nosotros)

3.-Sin embargo, en el texto de Juan podemos apreciar que Cristo, en cuanto Palabra, iba a venir al mundo como Enviado de Dios, como el Ungido del Padre. Pero a pesar de la voluntad del Creador, la luz, que “brilla en la tiniebla” y que era “luz de los hombres” no fue recibida por los hombres; no fue recibida como debía, claro.

4.-Manifiesta, el evangelista Juan, una desazón grande porque los contemporáneos de Jesús no lo recibieran como lo que era: el Hijo de Dios y la “La Palabra hecha carne”. Bien sabía el discípulo amado que el mundo no lo recibió bien y que, incluso sus discípulos, tampoco entendieron lo que, en realidad, quería decir Jesús.

5.-La Palabra era, es, pues, la luz que ilumina el camino de nuestra vida hacia el definitivo Reino de Dios. Por eso era, y es, tan importante recibirla en nuestro corazón: es nuestra propia vida y no podemos dejarla de lado como si no tuviera importancia; como si, en realidad, no mereciera la pena.

6.-Por eso dice Juan que las personas que recibieron, y reciben, la Palabra en sus corazones, vienen a confirmarse como hijos de Dios. Filiación divina que no podemos ni debemos olvidar nunca porque nos pone en relación directa con el Padre.

7.-Recuerda el evangelista a su tocayo, primo de Jesús, Juan el Bautista, encargado, digamos, por Dios, de presentar al mundo al que tenía que venir, al Mesías. Dijo, así, “El que viene detrás de mí pasa delante de mí, porque existía antes que yo”, refiriendo, así, al mismo texto de Juan (“En el principio ya existía la Palabra”)

8.-Y algo muy importante dice Juan.

Sabemos que Cristo dijo que no había venido a derogar la Ley de Dios sino a hacerla cumplir porque entendía que había sido tergiversada por la mano de los hombres.

Por eso se dice, en texto del discípulo amado, que si bien la Ley “se dio por medio de Moisés, la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo”.

9.-No es, esto, cosa de poca importancia sino, al contrario, de validez infinita para nuestra vida. Sabemos, por tanto, que Jesucristo cumplió la Ley de Dios (el Amor, Ley suprema del Reino de Dios) haciendo verdadera y válida la voluntad de Su Padre. Y tal es el ejemplo que nos dio.

10.-Por si lo dicho no fuera, ya, suficiente, como para creer, definitivamente, en Jesucristo y en la misión que vino a cumplir entre aquellos otros nosotros y entre nosotros mismos, cuando se dice que fue Cristo el que nos ha dado a conocer al Padre es que, verdaderamente, hemos de creerlo así.

ORACIÓN

Padre; ayúdanos a reconocer en Cristo, a la Palabra que vino para quedarse entre nosotros y darnos a conocerte a Ti, fuente de toda Vida.

Gracias, Señor, por poder transmitir esto

El texto bíblico ha sido tomado del Servicio de Biblia de www.catholic.net

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