La Palabra del Domingo - 16 de noviembre de 2008

Santa Biblia

Mt 25: 14-30

14 El Reino de los Cielos es también como un hombre que, al salir de viaje, llamó a sus servidores y les confió sus bienes.

15 A uno le dio cinco talentos, a otro dos, y uno solo a un tercero, a cada uno según su capacidad; y después partió. En seguida, 16 el que había recibido cinco talentos, fue a negociar con ellos y ganó otros cinco.

17 De la misma manera, el que recibió dos, ganó otros dos, 18 pero el que recibió uno solo, hizo un pozo y enterró el dinero de su señor.

19 Después de un largo tiempo, llegó el señor y arregló las cuentas con sus servidores.

20 El que había recibido los cinco talentos se adelantó y le presentó otros cinco. “Señor, le dijo, me has confiado cinco talentos: aquí están los otros cinco que he ganado".

21 “Está bien, servidor bueno y fiel, le dijo su señor, ya que respondiste fielmente en lo poco, te encargaré de mucho más: entra a participar del gozo de tu señor".

22 Llegó luego el que había recibido dos talentos y le dijo: “Señor, me has confiado dos talentos: aquí están los otros dos que he ganado".

23 “Está bien, servidor bueno y fiel, ya que respondiste fielmente en lo poco, te encargaré de mucho más: entra a participar del gozo de tu señor".

24 Llegó luego el que había recibido un solo talento. “Señor, le dijo, sé que eres un hombre exigente: cosechas donde no has sembrado y recoges donde no has esparcido.

25 Por eso tuve miedo y fui a enterrar tu talento: ¡aquí tienes lo tuyo!".

26 Pero el señor le respondió: “Servidor malo y perezoso, si sabías que cosecho donde no he sembrado y recojo donde no he esparcido, 27 tendrías que haber colocado el dinero en el banco, y así, a mi regreso, lo hubiera recuperado con intereses.

28 Quítenle el talento para dárselo al que tiene diez, 29 porque a quien tiene, se le dará y tendrá de más, pero al que no tiene, se le quitará aun lo que tiene.

30 Echen afuera, a las tinieblas, a este servidor inútil; allí habrá llanto y rechinar de dientes".

COMENTARIO

Los talentos de Dios

1.-Sabemos que cuando Jesús comienza las parábolas refiriéndose a “El Reino es los cielos es…” (o “El Reino de los cielos se parece a…”) lo que viene a querer decir es “Dios se parece a…” porque es una forma de comunicar la voluntad del Padre haciéndola comprensible a nuestro duro, a veces, corazón.

2.-Por eso cuando les refiere, a sus oyentes (y hoy a nosotros) la parábola conocida como la de los “talentos” (con un doble sentido, aquí, la palabra: dinero pero, también, posibilidades de actuar) nos está preguntando, a nosotros, sobre los que Dios nos ha entregado y sobre el qué hemos hecho con lo que nos ha entregado.

3.-Ya sabemos lo que pasa con las personas que servían a aquel hombre que confió sus bienes a unos servidores. Por tanto lo que sí podemos hacer es aplicar, a nuestra vida, lo que la citada parábola refiere conocido, como es, el resultado de la producción de talentos del texto de san Mateo.

4.-Las personas, semejanza creada por Dios, no somos simples seres vivientes que habitamos en la tierra sino que estamos aquí, en peregrinación hacia el definitivo Reino de Dios, con unas características que nos hacen, en primer lugar, distintos unas de otras pero que, en segundo lugar, nos hacen ser amadas por Dios como cada cual somos, en nuestra propia naturaleza humana.

5.-Por tanto, no podemos argumentar que no tenemos ninguna cualidad que nos haga, por decirlo así, diferentes a los demás. En cuanto personas, físicamente, todos somos prácticamente iguales pero espiritualmente tenemos unas características que nos hacen únicos y así somos vistos por Dios.

6.-De los, por lo tanto, “talentos” que tenemos (cada cual sabe qué es lo que mejor hace o, al menos, intuye lo que podría hacer bien pero que diversas circunstancias no le han permitido desarrollar) Es ahí donde no le podemos fallar a Dios porque fue Él el que nos donó tales cualidades.

7.-Los citados “talentos” (aquí no moneda sino comportamientos, formas de actuar, procederes) los tenemos para hacerlos producir; para, si es posible eso, que nuestro prójimo pueda beneficiarse con ellos porque, como bien dijo Jesús “Lo que habéis recibido gratis, dadlo gratis”.

Y aquí cada cual que entienda lo que, para él, quiere decir eso de “gratis” (sin pedir nada a cambio, darlo generosamente, etc.)

8.-Pero no podemos olvidar lo que dice la parábola al final de la misma: “a quien tiene, se le dará y tendrá de más, pero al que no tiene, se le quitará aún lo que no tiene”.

Y esto parece bastante terrible porque ¿cuál es la razón de quitar a quien no tiene?; es más ¿qué es lo que no tiene y se le ha de quitar?

9.-Interpretar esto no es nada fácil.

La Escritura ha de querer decir que en el definitivo Reino de Dios a aquella persona que haya atesorado amor, entrega a los demás, cumplimiento de la Palabra de Dios, recibirá, en la eternidad, más de lo que ha entregado porque cumplió, con tal comportamiento, la voluntad de Dios, aunque sepamos que la salvación no es, en sí misma, cosa nuestra ganarla pues es el Creador el que la entrega. Sin embargo, a quién no ha hecho nada de eso se le quitará hasta lo que tiene que es la falta de amor, de entrega, etc. porque no habrá atesorado nada, aunque sepamos que la salvación no es, en sí misma, cosa nuestra ganarla pues es el Creador el que la entrega.

Y esto no último no está repetido por equivocación sino para reiterar que, a pesar de que lo que hagamos no nos ha de proporcionar la salvación eterna tampoco podemos olvidar aquello que dijo Jesús: “estuve preso y me visitasteis; tuve sed y me disteis de beber…”

10.-Y ahora, tan sólo queda por decir que cada cual, en el conocimiento de los “talentos” que le ha dado Dios, ha de hacerlos producir: unos el 30%, otros el 40% y los mejores, el 100%.

ORACIÓN

Padre Dios, ayúdanos a reconocer, en nosotros, los talentos que nos diste y ayúdanos, también y sobre todo, a no malgastarlos, a malbaratarlos o guardarlos, por egoísmo, dentro de nuestro corazón y no darles el fin para los que fueron donados.

Gracias, Señor, por poder transmitir esto

El texto bíblico ha sido tomado del Servicio de Biblia de www.catholic.net

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