España: evangelizar a la vieja cristiandad

En el Mensaje que el Cardenal Claudio Hummes, Arzobispo Emérito de San Pablo y Prefecto de la Congregación para el Clero, ha dirigido a los Sacerdotes para la celebración, el próximo día 4 de agosto, de la festividad de San Juan María Vianney, el cura de Ars, ha dicho algo que resulta importante no desconocer para, sobre todo, poner remedio:

La Iglesia hoy sabe que hay una urgencia misionera, no sólo “ad gentes”, sino también en las regiones y ambientes donde desde hace siglos la fe cristiana fue predicada, implantada y las comunidades eclesiales establecida

Y es lo dicho una gran verdad porque, en realidad, lo que podemos llamar “vieja cristiandad” (y España lo es) anda, digamos, de capa caída y la fe en Cristo, en Dios y en lo que eso supone, no está en sus mejores momentos porque existen una serie de factores que la están amenazando y que juegan, sin duda alguna, el papel de modernos censores de lo cristiano. Se apoyan, para ello, en lo políticamente correcto y en lo que, sobre todo, le conviene al sistema ideológico imperante hoy día.

Actualidad de la fe

Muchas son las causas que determinan la situación por la que pasa la fe en nuestra nación (de vieja raíz cristiana):

1.-Relativismo

Decir que “todo es relativo” es una frase que puede resultar recurrente y que, por eso, viene muy bien para ser utilizada cuando conviene porque, por eso mismo, lo relativo se aplica a cualquier realidad.

Sobre esto, Benedicto XVI dijo, en la homilía de la Misa que celebró en Varsovia el 26 de mayo de 2006 que “Como en los siglos pasados, también hoy hay personas o instituciones que haciendo caso omiso de la tradición de la Iglesia pretenden falsificar la palabra de Cristo y erradicar del evangelio la verdad, que consideran demasiado incómoda para el hombre moderno. Se intenta dar la impresión de que todo es relativo y que la verdad de la fe depende de la situación histórica y de la valoración humana. Pero la Iglesia no puede hacer callar el Espíritu de la verdad”,

Ya se sabe de la gran preocupación que el Papa alemán ha mostrado siempre por el relativismo. Lo hizo patente el día 18 de abril de 2005, en la Misa Pro Eligendo Pontifice (como Decano del Colegio Cardenalicio), unos cuantos días antes de ser elegido sucesor de Juan Pablo II Magno: “Mientras que el relativismo, es decir, el dejarse llevar ‘zarandear por cualquier viento de doctrina’, parece ser la única actitud que está de moda. Se va constituyendo una dictadura del relativismo que no reconoce nada como definitivo y que sólo deja como última medida el propio yo y sus ganas”.

Por eso el relativismo supone un grave ataque a nuestra fe porque lo convierte todo en menospreciable y, al fin y al cabo, en despreciable.

Y sobre esto, en España, mucho se hace, por extender el relativismo. El laicismo imperante y rampante se multiplica (en Ejecutivo y medios de comunicación) para hacer ver que “todo vale” que es la mejor forma de hacer que nada valga.

Aplíquese tal receta a la religión y, entre nosotros, a la católica.

2.-Nihilismo

Negar toda creencia es verse abocado a la fosa humana porque, en realidad, supone negarse a sí mismo. Un ser humano que se permite el lujo de negar todo principio religioso se vacía del Espíritu y, así, se queda sin lo que, en su vida, le podía servir de guía y de brújula.

Sobre el nihilismo dice Juan Pablo II Magno en su Encíclica Fides et Ratio (del 14 de septiembre de 1998) que “Además, como consecuencia de la crisis del racionalismo, ha cobrado entidad el nihilismo. Como filosofía de la nada, logra tener cierto atractivo entre nuestros contemporáneos. Sus seguidores teorizan sobre la investigación como fin en sí misma, sin esperanza ni posibilidad alguna de alcanzar la meta de la verdad. En la interpretación nihilista la existencia es sólo una oportunidad para sensaciones y experiencias en las que tiene la primacía lo efímero. El nihilismo está en el origen de la difundida mentalidad según la cual no se debe asumir ningún compromiso definitivo, ya que todo es fugaz y provisional” (FR 45)

Cuando, desde instancias oficiales se pretende hacer, de nuestros hijos, unos que lo sean de la falta de creencias y la falta de referentes morales, se está promoviendo, induciendo a, obligando a, ser nihilista. Esta forma de comportamiento es muy bien acogida por los gobernantes que gustan de tener una población, digamos, aborregada, de fácil control y sumisa.

Y sobre esto, en España, mucho se hace, por extender el nihilismo. El laicismo imperante y rampante se multiplica (en Ejecutivos y medios de comunicación) para hacer ver que “no vale la pena creer” que es la mejor forma de hacer que todo control gubernamental sea posible con una falta, efectiva, de libertad.

3.-Legislaciones destructoras de principios y valores contenidos en la Fe.

En cuanto a las normas que se han aprobado en los últimos 4 años en España, muchas de ellas sabemos que van en contra, directamente, de la doctrina de la Iglesia católica que, es reconocido, es la establecida por Jesucristo en sus años de vida pública (desde su bautismo en el Jordán hasta su expiración en la cruz del Gólgota)

Muchas han sido las que han violentado (y están en los planes de aprobación) el derecho natural (la Ley de Dios) como, por ejemplo:

-Leyes en contra de la familia (divorcio exprés, por ejemplo)
-Leyes en contra de la vida (aborto, próxima eutanasia)
-Leyes en contra de la Religión católica en cuanto asignatura (arrinconamiento legal de la misma)
-Leyes a favor del adoctrinamiento juvenil (Educación para la Ciudadanía)
-Ley de Libertad Religiosa (próxima a reformar y que, seguramente, no será muy positiva para la religión católica)

Sobre tales temas, algo dijo Benedicto XVI en su viaje a Brasil.

En la Catedral da Sé (Iglesia metropolitana de la Ciudad de Sao Paulo dedicada a Nuestra Señora de la Anunciación), al celebrar las Vísperas, mantuvo un encuentro con más de 400 obispos de Brasil. Allí dijo (el 11 de mayo de 2007) “La vida social está atravesando momentos de confusión desorientadora. Se ataca impunemente la santidad del matrimonio y de la familia, […] se justifican algunos crímenes contra la vida en nombre de los derechos de la libertad individual; se atenta contra la dignidad del ser humano; se extiende la herida del divorcio y de las uniones libres…”.

Y esto es así porque, a diferencia de lo que puede pensarse, la Ley de Dios, en cuanto tal, también se violenta cuando se hace con la aplicación efectiva de la misma. Así, por ejemplo, el aborto ataca, directamente, al precepto “no matarás” porque, de forma inmediata, supone la muerte de una persona indefensa.

Bien podemos ver, por tanto, que con normativas como las citadas aquí no es muy fácil aceptar la actuación de un Ejecutivo que ha tenido una enfermiza preocupación por manifestar su animadversión a lo católico como expresión de una creencia y unos valores que les son muy ajenos a los mandamases socialistas españoles.

Necesidad de evangelización

Por tanto, está bastante claro que se hace necesaria una evangelización que, a todas luces, requiere la intervención de los cristianos que, reconociéndose hijos de Dios y, por tanto, herederos suyos, nos vemos abocados a no callar lo que pasa a nuestro alrededor, a no quedar petrificados ante tamaño ataque a nuestra fe que llega, y se produce, desde muchos frentes.

En el encuentro con obispos brasileños citado arriba, afirmó algo que resulta fundamental para entender la situación por la que pasa el qué hacer y por qué hacerlo: “Ésta es la finalidad, y no otra, la finalidad de la Iglesia, la salvación de las almas, una a una. De aquí, el mandato de evangelizar. […] Donde Dios y su voluntad no son conocidos, donde no existe la fe en Jesucristo ni su presencia en las celebraciones sacramentales, falta lo esencial también para la solución de los urgentes problemas sociales y políticos”.

Por eso “Es necesario por ello promover una evangelización metódica y capilar en vista de una adhesión personal y comunitaria a Cristo”. Se hace necesaria, así, “una misión evangelizadora que convoque todas las fuerzas vivas de este inmenso rebaño”.

No debemos creer, sin embargo, que en la soledad en la que, a veces, nos movemos, no hay nadie que nos aliente para hacer lo que es nuestra obligación.

Así, por ejemplo, en la visita que Benedicto XVI está realizando a Australia, el primer ministro de aquella nación, Kevin Rudd, dijo que “Algunos dicen que no hay lugar para al fe en el siglo XXI. Están equivocados

Ese convencimiento de saber que lo que dice es cierto ha de impedir, en nosotros, que crezca la desazón y la tristeza por lo que pasa y ha de favorecer el crecimiento de nuestro ímpetu evangelizador.

Y es que evangelizar a la vieja cristiandad (España, en nuestro caso) va siendo, en primer lugar, una necesidad urgente y, en segundo lugar, una obligación extensible a todo cristiano por muchos obstáculos expresos o tácitos que tengamos.

8 comentarios

  
Cuca
Una buena síntesis sobre el relativismo y nihilismo que hoy impregnan la sociedad de Europa y, con más radicalidad la española, merced al Gobierno socialista. Tanto el laicismo -que no laicidad- como el aborto y eutanasia no son simples cortinas de humo para hacer olvidar la situación de crisis económica. Es para la ideología de quien nos gobierna algo de vital importancia.
Efectivamente al Santo Padre le preocupa hondamente el problema de la verdad porque es crucial para la fe e incluso para la convivencia aún de los no creyentes. Como decía Julián Marías, sin verdad y sin valores el hombre no sabe "a qué atenerse" y va a la deriva.
En un principio puede parecer que el relativismo es garante de una mayor libertad, pero al final desemboca en desesperanza, porque sólo "la verdad nos hará libres". Lo dijo alguien muy sabio y conocedor del hombre...
19/07/08 3:41 PM
  
Eleuterio
Cuca

También decía, o dice (si se piensa que su pensamiento no ha muerto) que el que deja de creer en Dios cree en cualquier cosa.

Eso es el relativismo: creer en todo para, en verdad, no creer en nada.

Nunca puede ser, por eso, como Ud bien dice, una "garantía de libertad" sino, como Ud. piensa, una desesperanza mayor porque a fuerza de admitir cualquier cosa se acaban perdiendo las raíces propias. Y para un cristiano eso a de ser terrible o, al menos, debería serlo.

La Verdad nos ha de hacer libres y otra cosa es pura ensoñación, el pensamiento de alguien que no sabe, en realidad, ni dónde está ni, sobre todo, lo que le interesa.
19/07/08 4:19 PM
  
carlos
El contenido del artículo mismo, es una explicación de por qué los propios bautizados en la iglesia católica la han abandonado.
!!!qué antigüedad, por favor!!! Vuelvan al siglo XXI.
Fuera de la iglesia católica se vive, y muy bien, con mucha dignidad.
A nadie se lo trata de "oveja", ni de "rebaño". A la gente le gusta que se la respete como adultos, no como niños bobos de primera comunión. El mensaje del artículo, a esta altura de los tiempos, no sirve para la vida diaria, no le dice nada a la gente, salvo a los cobardes que dependen de un catecismo para vivir.
Si a los católicos les gusta vivir con los parámetros del artículo, está muy bien. Pero ... dejen tranquilos a los que no piensan como uds. Tienen que grabarse una frase que hace a la laicidad:
LIBRE BÚSQUEDA DEL SENTIDO DE LA VIDA. Tan simple como eso.
19/07/08 5:47 PM
  
Eleuterio
Carlos

En todo caso no creo yo que lo que digo en el artículo sea causa del abandono de la práctica religiosa católica. Más bien ha de deberse a otras razones, seguramente, más profundas.

Yo ya comprendo que decir que se ataca a la vida, a la familia, que se trata de aborregar a nuestros hijos con Educación para la Ciudadanía, etc. ha de sonar algo fuerte para mentalidades relativistas para las que, por eso mismo, todo es relativo. Eso no es culpa mía pero sí lo es descubrir tales actuaciones.

Por supuesto que fuera de la Iglesia católica se vivia con mucha dignidad porque la dignidad la tiene la persona por el hecho de serlo. Para ser digno no es necesario ser católico sino, sólo, nacer a la vida que, desde la concepción, se alumbra.

Por supuesto que se pretende tratarnos como rebaño, que obedezcamos al líder político. De eso no cabe ninguna duda porque ya lo hemos visto en el siglo XX con algún que otro totalitarismo (todos ellos contrarios a la Iglesia católica)

En todo caso, la formación caólica de muchas personas se queda, efectivamente, en la primera comunión. Por eso se produce el alejamiento de la Iglesia.

Esto último es algo muy grave y por lo que se lucha, en el seno de la Iglesia católica, por superar (por ejemplo, con catequesis para adultos que tratan de hacer un puente entre lo que fue y lo que debe ser).

Tengo que decirle, por otra parte que los católicos no dependemos de ningún catecismo para vivir porque, en realidad, la fe va más allá del catecismo. Tal visión supone un desconocimiento total de la fe católica. Por lo tanto, llamarnos cobardes por, en todo caso, no despreciar el Catecismo, creo yo que está un poco fuera de lugar.

Los parámetros del artículo no existen como tales. Sólo me he limitado a decir tres graves problemas actuales: el relativismo, el nihilismo y la normativa contraria a la doctrina y a la fe, en este caso, católica. Y no se trata de imponer nada a nadie porque (y esto es muy importante) Dios nos da la libertad para elegir creer en él o no. Por lo tanto, a nadie se le impone nada.

Una diferencia esencial entre los católicos las personas que no tienen fe es que no necesitamos andar a la busca del sentido de la vida porque ya sabemos cuál es: Dios y con Dios, Jesucriso y el Espíritu Santo.

Con eso ya nos basta.

Tan esperanzador y gozoso como eso.
19/07/08 10:05 PM
  
eufemio
Eleuterio: estoy con Carlos.
Usted y los que hablan y actúan como usted son la causa de la desconfianza que la Iglesia inspira (desconfianza y a veces horror). Dan miedo, de verdad. Su historia, la pasada, la reciente, la actual, sus palabras, sus actitudes son una invitación a huir, precisamente para recuperar la dignidad.
19/07/08 11:43 PM
  
Eleuterio
eufemio

Se suele decir que el miedo es libre.

Sin embargo, lo que no es fácil admitir es que en la Igleisa no existe dignidad o que, de otra forma, fuera de ella, sí.

Tal cosa es manifestar un total desconocimiento de la Esposa de Cristo y, sobre todo, querer que el ser humano no conozca su propia dignidad porque así es muy manejable y conducible por caminos equivocados pero convenientes a quien manipula (que no digo que sea Ud, claro)
20/07/08 12:31 AM
  
Cuca
Observo que estos blogs de Religión en libertad deben molestar bastante a los laicistas, ateos o no, hostiles a la Iglesia. Son bastante asiduos y muy preocupados por el problema de Dios. Son tan dogmáticos e intolerantes y acusan a los creyentes de lo que ellos mismos muestran.
Los católicos, si queremos de verdad seguir a Jesucristo, tenemos una vida gozosa, porque tiene un sentido profundo y trascendente, pero muy comprometida y exigente. Cierto es que contamos con la gracia, porque solos no podríamos.
Acusan a la Iglesia y nunca tienen en cuenta su labor social y asistencial ¿Quien cuida de los enfermos de sida terminales, de los leprosos, de los emigrantes en difícil situación? No digo que exclusivamente, pero sí que la labor de Cáritas, Manos Unidas y otras asociaciones de carácter religioso se llevan la palma.
Si no lo quieren reconocer es su problema.
En cuanto a lo de “ovejas” y aborregados”, creo que los más manipulables son los que no se preocupan de buscar el sentido de la vida y viven únicamente del “comamos y bebamos que mañana moriremos”. Creo que la época del relativismo, nihilismo y “pensamiento débil” no ayuda mucho a formarse un criterio serio y a vivir en plenitud. Al menos eso es lo que yo pienso. Naturalmente que hay dignas excepciones, a las que respeto mucho.
20/07/08 12:58 PM
  
Eleuterio
Cuca


Muchos de los pensamientos que, claramente, se presentan contra la Iglesia católica, lo son porque, en realidad, no les gusta nada de lo que la Esposa de Cristo propone.

No debe gustar la responsabilidad que infiere considerarse católico y ser consecuente con serlo; no debe gustar que los católicos que somos conscientes de lo que eso signifique no aceptemos lo políticamente correcto ni el respeto humano (el qué dirán si me comporto como católico y lo demuestro), etc.

No les interesa, para nada, reconocer la labor social de la Iglesia porque eso sería reconocer, a su vez, su valor. Ellos niegan la mayor (que la Iglesia tenga una función importante) y, por eso, no pueden soportar que lo que hace la Iglesia católica sea bueno, admisible y positivo.

Bien sabemos los católicos que los que están "aborregados" (en el mal sentido ) no somos, precisamente, nosotros porque nosotros somos ovejas del rebajo de Cristo y, siendo Dios nuestro pastor, nada mejor podemos esperar de la vida que seguir al que nos guía.

Y si ellos no creen en esto.. ellos se lo pierden porque se están perdiendo disfrutar, ya, del Reino de Dios en esta tierra por la que peregrinamos.

Y por eso... de quitarnos la alegría por saber tales realidades espirituales... nada de nada. Y es que no nos da (como diría San Josemaría) la santa gana.
20/07/08 6:51 PM

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