InfoCatólica / Eleuterio Fernández Guzmán / Archivos para: Mayo 2016

13.05.16

Serie “Esta es nuestra fe” – El orden del mundo para nosotros

 

Hay textos de las Sagradas Escrituras que, por la causa o razón que sean, nos llegan bien dentro del corazón. Es decir, nosotros, que hemos escuchado y leído muchas veces los textos que Dios ha inspirado a determinados hijos suyos, nos sentimos atraídos por algunas palabras de las que obtenemos sustento para nuestra fe.

Algo así pasó, al que esto escribe, con un texto de la Epístola a los Filipenses. En concreto de los versículos que aquí traemos (Flp 3, 17-4,1)

“Hermanos, sed imitadores míos, y fijaos en los que viven según el modelo que tenéis en nosotros. Porque muchos viven según os dije tantas veces, y ahora os lo repito con lágrimas, como enemigos de la cruz de  Cristo, cuyo final es la perdición, cuyo Dios es el vientre, y cuya gloria está en su vergüenza, que no piensan más que en las cosas de la tierra.  Pero nosotros somos ciudadanos del cielo, de donde esperamos como Salvador al Señor Jesucristo, el cual transfigurará este miserable cuerpo nuestro en un cuerpo glorioso como el suyo, en virtud del poder que tiene de someter a sí todas las cosas. Por tanto, hermanos míos queridos y añorados, mi gozo y mi corona, manteneos así firmes en el Señor, queridos.”

Alguien podrá decir que no se trata de una gran parábola (como, por ejemplo, la del hijo pródigo o de la del buen samaritano) y que tampoco contiene grandes cosas dichas por Jesucristo que puedan dar forma a una forma de creer. Sin embargo, en aquellas no muchas palabras, el apóstol de los gentiles (como se suele llamar a san Pablo) nos dice, de una manera sencilla pero directa, en qué debemos creer y, sobre todo, en qué debemos sustentar nuestra vida de fe.

Vamos a decir, por eso, si Dios quiere, unas cuantas semanas a escribir sobre este texto que, seguramente, ha sido muchas veces leído y escuchado por aquellos hermanos que puedan esto llevarse a los ojos y al corazón. Sin embargo, ¡cuántas veces escuchamos lo mismo y no nos dice nada!

Esto, así dicho, puede no significar nada para muchos hermanos en la fe pero, con franqueza lo digo, contiene mucho más de lo que puede parecer a primera vista.

Sea, pues, lo que Dios quiera al respecto del desarrollo de esto. Estamos, pues, en sus manos.

El orden del mundo para nosotros

“Pero nosotros somos ciudadanos del cielo”

Como vemos, en esta corta frase se dice, en realidad, lo único que nos debería interesar al respecto de nuestra vida.

En cuanto seres humanos es más que cierto que nacemos, nos desarrollamos y morimos en un lugar concreto de nuestra amada Tierra, planeta puesto en el Universo de tal forma que si no hubiera sido situado ahí y en las circunstancias en las que está por un Alguien del que sabemos su nombre (“El que soy”) no sería lo que es.

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12.05.16

El rincón del hermano Rafael – Comprender lo que debemos ser y hacer como hijos de Dios


“Rafael Arnáiz Barón nació el 9 de abril de 1911 en Burgos (España), donde también fue bautizado y recibió la confirmación. Allí mismo inició los estudios en el colegio de los PP. Jesuitas, recibiendo por primera vez la Eucaristía en 1919.”

Esta parte de una biografía que sobre nuestro santo la podemos encontrar en multitud de sitios de la red de redes o en los libros que sobre él se han escrito.   

Nosotros vamos a dedicar nuestra atención a un libro en particular. Recoge los diarios de San Rafael Arnaiz entre el 16 de diciembre de 1937 y el 17 de abril de 1938y está editado por la Asociación Bendita María.

Vayamos, de todas formas, ahora mismo, a escribir sobre el protagonista de esta nueva serie.

Cuando Dios tiene a bien escoger a uno de sus hijos para que siga una vida de fe acentuada hace que se note desde la corta edad. Y eso era que le pasaba a Rafael: daba muestras de que las cosas de Dios le interesaban más que al resto de sus compañeros de la infancia.

Sin embargo, desde temprana edad enfermó y empezó a llevar su particular cruz.

Aunque Rafael, dotado de una precoz inteligencia, parecía tener una vida en el mundo, en el siglo, de especial importancia (se matriculó en la Escuela Superior de Arquitectura de Madrid) no podía evitar, ni quería, su voluntad de profundizar en su vida espiritual.

Tal es así que ingresó en el monasterio cisterciense de San Isidro de Dueñas el 15 de enero de 1934.

La enfermedad que arriba hemos citado, la diabetes sacarina, le obligó a abandonar el monasterio en tres ocasiones pero volvió en otras tres ocasiones porque bien sabía que no otro era el camino espiritual que debía seguir.

Cuando recién había estrenado los 27 años Dios lo llamó cabe sí un 26 de abril de 1938 siendo sepultado en el monasterio donde había ingresado para seguir una vida espiritual acorde con su voluntad de hijo del Creador.

El caso es que la fama de santidad de un católico tan joven y tan entregado a su fe no tardó en salir de los muros del monasterio. Y es que aquello que había escrito estaba dotado de una especial atracción. Tal es así que el 20 de agosto de 1989, san Juan Pablo II lo propuso como modelo para los jóvenes que iban a acudir a la Jornada Mundial de la Juventud a celebrar en Santiago de Compostela. Y unos pocos años después, en 1992 fue beatificado (el 27 de septiembre).

Pero, seguramente, no bastaba con el reconocimiento que se hacía entonces. El Beato Rafael iba a subir un escalón más en el Cielo y el 11 de octubre de 2009 el ahora emérito Benedicto XVI canonizaba a quien había sabido comunicar al mundo que sólo Dios era suficiente para llevar una existencia propia de un buen y fiel hijo.

Que Dios nos ayude a acercarnos lo mejor posible al pensamiento espiritual de San Rafael Arnáiz, el hermano Rafael. Y, de paso, le pedimos que  interceda por nosotros. 

VIII-Dios-y-mi-alma

Comprender lo que debemos ser y hacer como hijos de Dios

 “Ni hago bien la oración, ni la meditación, ni la lectura; en el trabajo…, apenas trabajo. Cuando como y duermo, no hago más que eso… comer y dormir como un animalito. Y así no puedo seguir…, no debo seguir. Mas ¿qué he de hacer? Inútil y enfermo… Pobre hermano Rafael, bástete purificar la intención en todo momento, y en todo momento amar a Dios; hacerlo todo por amor y con amor… El hecho en si no es nada, y nada vale. Lo que vale es la manera de hacerlo… ¿Cuándo comprenderás esto? Qué torpe eres.

¿Cuándo comprenderás que la virtud no está en comer cebolla, sino en comer cebolla por amor a Dios? ¿Cuándo comprenderás que la santidad no está en hacer actos externos, sino en la intención interna de un acto cualquiera?… Si lo sabes, ¿por qué no lo practicas?”.

 

Es muy cierto que, en cuanto a la teoría, aquello de lo que consta nuestra fe católica, es muy conocido, por cada uno de nosotros, hijos de Dios conscientes de que lo somos.

Ahora bien, como dice el dicho popular, del dicho al hecho hay mucho trecho y el hermano Rafael sabe, porque se conoce a sí mismo, que hay diferencia entre una cosa y la otra.

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11.05.16

Libro: “De Jerusalén al Gólgota. Camino de salvación eterna”

 

De Jerusalén al Gólgota - Camino de salvación eterna                      De Jerusalén al Gólgota - Camino de salvación eterna

Título: De Jerusalén al Gólgota

Autor: Eleuterio Fernández Guzmán

Editorial: Lulu

Páginas: 124

Precio aprox.: 5 € en papel – 1€ formato electrónico.

ISBN: 5800116406780, papel; 978-1-326-64983-8, electrónico

Año edición: 2016

Los puedes adquirir en Lulu.

 

“De Jerusalén al Gólgota” - de  Eleuterio Fernández Guzmán

       

Podemos decir, sin temor a equivocarnos, que el final de la vida de Cristo o, mejor, el camino que lo llevó desde su injusta condena a muerte hasta la muerte misma estuvo repleto de momentos cruciales para la vida de la humanidad. Y es que no era, sólo, un hombre quien iba cargando con la cruz (fuera un madero o los dos) sino que era Dios mismo Quien, en un último y soberano esfuerzo físico y espiritual, entregaba lo poco que le quedaba de su ser hombre.

Todo, aquí y en esto, es grande. Lo es, incluso, que el Procurador Pilato, vencido por sus propios miedos, entregara a Jesús a sus perseguidores. Y, desde ahí hasta el momento mismo de su muerte, todo anuncia; todo es alborada de salvación; todo es, en fin, muestra de lo que significa ser consciente de Quién se es.

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10.05.16

Un amigo de Lolo – Tener fe es tenerla

Presentación

Lolo

Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infligían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y tan franco.

 Libro de oración

 En el libro “Rezar con el Beato Manuel Lozano, Lolo” (Publicado por Editorial Cobel, www.cobelediciones.com ) se hace referencia a una serie de textos del Beato de Linares (Jaén-España) en el que refleja la fe de nuestro amigo. Vamos a traer una selección de los mismos.

 

Tener fe es tenerla

 

“Nuestra fe tiene una exigencia de silencio tuyo. El misterio es así y debe bastarnos. Entretanto, que pasen los días, fíjate en ese humilde, en este pobre hombre y aliéntalo a que camine. Si voy por vereda o autopista, apenas importa. Lo que interesa es que Tú tienes señalizados todos los caminos de los hombres, con los signos de peaje delante de cada revuelta. ¡Lo que endulza una caricia! Consolación, ¡qué milagro tan enorme! Pero la consolación también está en mí sorbida desde el horizonte. ¿Es verdad que así acariciaríamos, a su vez, aunque no notáramos ninguna sensación en la punta de los dedos?

Mi pequeña aurora boreal siempre. Tú, detrás de la tapia un día y otro, ¿hasta el último? Si es así, que, al menos, mi nostalgia te venga a valer como un estampido de fe. Mi fe enana, abismada en tu fuego colosal y gigante” (Las golondrinas nunca saben la hora, pp.47-48).

 

No son pocas las veces en las que, para definir en qué consiste la fe, se hacen grandes elucubraciones que, las más de las veces, lo único que consiguen es enrevesar el asunto.

Dice, a tal respecto, Manuel Lozano Garrido, que el silencio de parte de Dios ante aquello que es nuestra fe y lo que supone la misma, es un misterio. Y que, como tal, debe bastarnos para saber que es lo que el Creador quiere para nosotros. Y es que, ante una la realidad espiritual misteriosa como de la que habla el Beato Lolo sólo cabe asentir porque eso es la fe: confianza.

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8.05.16

La Palabra del Domingo - 8 de mayo de 2016

  

Lc 24, 46-53

 “46 y les dijo: ‘Así está escrito que el Cristo padeciera y resucitara de entre los muertos al tercer día 47  y se predicara en su nombre la conversión para perdón de los pecados a todas las naciones, empezando desde Jerusalén. 48        Vosotros sois testigos de estas cosas. 49 ‘Mirad, y voy a enviar sobre vosotros la Promesa de mi Padre. Por vuestra parte permaneced en la ciudad hasta que  seáis revestidos de poder desde lo alto.’   50 Los sacó hasta cerca de Betania y, alzando sus manos, los bendijo. 51      Y sucedió que, mientras los bendecía, se separó de ellos y fue llevado al cielo. 52 Ellos, después de postrarse ante él, se volvieron a Jerusalén con gran gozo, 53   y estaban siempre en el Templo bendiciendo a Dios.”

 

 

COMENTARIO

Y ascendió a los cielos

 

Dios siempre ha tenido un Plan para la humanidad. Es decir, cuando llevó a cabo la creación y puso en ella al ser humano no lo hizo para olvidarse de ella sino que, con el paso del tiempo, mostró y demostró que había preocupación en su corazón por aquella parte de la creación que hizo a su imagen y semejanza.

Esto dicho arriba supone que, a lo largo de la historia de la humanidad la mano de Dios se ha podido apreciar en muchos acontecimientos de la vida del hombre. En el paso del río por parte del pueblo elegido, sin ir más lejos.

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