InfoCatólica / Eleuterio Fernández Guzmán / Archivos para: Agosto 2015

7.08.15

¿Qué eso de la uniformidad teológico-eclesial? - Última hora: palabras de Asia Bibi

He recibido estas palabras de la católica injustamente condenada en Pakistan, nuestra hermana Asia Bibi. Raudo las comparto:

No tengo palabras para expresar mi sentimiento de gratitud, sé que estáis conmigo en esta situación crítica que vivo desde hace seis años.

Sé que están orando, apoyando y haciendo todo lo posible para sacarme de este caso en el que falsamente fui  implicada.

Nuestro Dios Todopoderoso está ahí para responder a vuestras oraciones y a todos los esfuerzos que ustedes todavía están haciendo por mí y por mi familia.

Estoy muy agradecida porque habéis dado a conocer mi historia a través de la película documental sobre mi caso y por la movilización internacional que habéis desencadenado.

Soy inocente y no hice nada malo, nunca quise que mi familia tuviera que pasar por circunstancias tan terribles, especialmente mis hijas menores, Esha y Eisham, que eran tan pequeñas entonces.

No tengo palabras, solo puedo expresaros la esperanza de que voy a poder abrazaros pronto para agradeceros mi liberación, muy pronto voy a estar con vosotros, por la gracia del Señor.

¡Qué ganas tengo de sentir de nuevo el sol y el frío y de ver el cielo abierto, las estrellas, la luna!

Por favor, seguid rezando para sacarme de esta oscuridad y así podré estar con vosotros bajo el sol.”

Roguemos por ella y pidamos a Dios que muy pronto su hija y hermana nuestra pueda salir de su injusto cautiverio.

Y, ahora, el artículo de hoy:

Podemos decir que hay cosas que son difíciles de entender. Y el caso es que son las que más importantes son en el seno de la Iglesia católica.

Sabemos que no estamos pasando por un momento demasiado bueno. Y esto lo decimos porque bien tenemos por verdad que hay personas en el seno de la Esposa de Cristo que luchan, llevan muchos años haciendo eso, porque la misma cambie de tal manera que no la conozca, como diría aquel otrora poderoso en España (Alfonso Guerra, Vicepresidente del Gobierno con Felipe González), de nuestra patria, “ni la madre que la parió”.

Ciertamente que decir esto no es signo de querer mantener una posición tibia. Es decir que cuando se ponen sobre la mesa los problemas que tiene la Iglesia católica en España (pensemos si no pasa lo mismo en otros lugares que tienen la misma lengua que la que aquí se habla) no es que queramos hacer daño, ser agrios o amargados sino, al contrario, evitar que se le/nos haga tal daño.

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6.08.15

Serie “Lo que Cristo quiere de nosotros" – Cristo, puerta del cielo, quiere que entres a través de ella.

 

 

Somos hijos de Dios y, por tanto, nuestra filiación divina, supone mucho. Por ejemplo, que en la misma tenemos a un hermano muy especial. Tan especial es que sin Él nosotros no podríamos salvarnos. Sencillamente moriríamos para siempre. Por eso entregó su vida y, por eso mismo, debemos, al menos, agradecer tan gran manifestación de amor. Y es que nos amó hasta el extremo de dar subida por todos nosotros, sus amigos.

El Hijo del hombre, llamado así ya desde el profeta Daniel, nos ama. Y nos ama no sólo por ser hermano nuestro sino porque es Dios mismo. Por eso quiere que demos lo mejor que de nosotros mismos puede salir, de nuestro corazón, porque así daremos cuenta de aquel fruto que Cristo espera de sus hermanos los hombres.

Jesús, sin embargo o, mejor aún, porque nos conoce, tiene mucho que decirnos. Lo dijo en lo que está escrito y lo dice cada día. Y mucho de los que nos quiere decir es más que posible que nos duela. Y, también, que no nos guste. Pero Él, que nunca miente y en Quien no hay pecado alguno, sabe que somos capaces de dar lo mejor que llevamos dentro. Y lo sabe porque al ser hijos de Dios conoce que no se nos pide lo que es imposible para nosotros sino lo que, con los dones y gracias que el Padre nos da, podemos alcanzar a llevar a cabo.

Sin embargo, no podemos negar que muchas veces somos torpes en la acción y lentos en la respuesta a Dios Padre.

A tal respecto, en el evangelio de san Juan hace Jesús a las, digamos, generales de la Ley. Lo dice en 15, 16:

“No me habéis elegido vosotros a mí, sino que yo os he elegido a vosotros, y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y que vuestro fruto permanezca; de modo que todo lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo conceda”.

En primer lugar, no nos debemos creer que nosotros escogemos a Cristo. Quizá pudiera parecer eso porque, al fin y al cabo, somos nosotros los que decimos sí al Maestro. Sin embargo, eso sucede con el concurso de la gracia antecedente a todo lo que hacemos. Por eso es el Hijo de Dios el que nos escoge porque antes ha estado en nuestro corazón donde tenemos el templo del Espíritu Santo.

Pero importa saber para qué: para dar fruto. Y tal dar fruto sólo puede acaecer si damos cumplimiento a lo que Jesucristo espera de nosotros. Y que es mucho porque mucho se nos ha dado.

 

Cristo, puerta del cielo, quiere que entres a través de ella

 

Se suele decir que se va al Cielo o que al Cielo se entra. Es decir, que hay una forma de alcanzar la vida eterna, de gozar de la Bienaventuranza y de tener la Visión Beatífica.

Los creyentes católicos tenemos algo por cierto o, lo que es lo mismo, por expresión de verdad: el Cielo no es inalcanzable sino que al definitivo Reino de Dios se puede llegar.

El caso es que sabemos que hay un Camino y que el mismo es Cristo; sabemos que la Verdad es el mismo Cristo y sabemos que a través del Hijo se llega al Padre y que, por tanto, es la Vida.

En el Nuevo Testamento se habla del redil de Dios. Se nos dice que el Buen Pastor cuida de las ovejas que Dios le ha entregado y que si una de ellas se pierde deja el resto y va a buscarla porque ninguno de los hijos que Dios ha entregado al Hijo puede perderse.

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5.08.15

“Reflexiones acerca del sentido de nuestra fe"- ¿Qué pensamos acerca del progresismo en la Iglesia católica?

“Reflexiones acerca del sentido de nuestra fe"- ¿Qué pensamos acerca del progresismo en la Iglesia católica?

 Proceloso viaje de la Esposa de Cristo

La expresión “Estos son otros tiempos” se utiliza mucho referida a la Iglesia católica. No sin error por parte de quien así lo hace. Sin embargo se argumenta, a partir de ella, acerca de la poca adaptación de la Esposa de Cristo a eso, a los tiempos que corren o, como dirían antiguamente, al “siglo”.

En realidad siempre son otros tiempos porque el hombre, creación de Dios, no se quedó parado ni siquiera cuando fue expulsado del Paraíso. Es más, entonces empezó a caminar, como desterrado, y aun no lo ha dejado de hacer ni lo dejará hasta que descanse en Dios y habite las praderas de su definitivo Reino.

Sin embargo, nos referimos a tal expresión en materia de nuestra fe católica. 

¿Son, pues, otros tiempos?

Antes de seguir decimos que Jesús, ante la dificultad que presentaba la pesca para sus más allegados discípulos, les mostró su confianza en una labor gratificada diciéndoles (Lc 5,4)

 ‘Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar.’

Quería decirles Jesús que, a pesar de la situación por la que estaban pasando siempre había posibilidad de mejorar y que confiar en Dios era un remedio ciertamente bueno ante la misma.

El caso es que, como es lógico, las cosas han cambiado mucho, para el ser humano, desde que Jesús dijera aquellas palabras u otras de las que pronunció y quedaron para la historia del creyente católico como Palabra de Dios.  Por eso no es del todo extraño que se pueda lanzar la pregunta acerca de si estos son otros tiempos pero, sobre todo, que qué suponen los mismo para el sentido primordial de nuestra fe católica.

Por ejemplo, si de la jerarquía eclesiástica católica se dice esto:

Por ejemplo, de la jerarquía eclesiástica se dice:

Que le asusta la teología feminista.

Que es involucionista.

Que apoya a los sectores más reaccionarios de la sociedad.

Que participa en manifestaciones de derechas.

Que siempre ataca a los teólogos llamados progres.

Que deslegitima el régimen democrático español.

Que no se “abre” al pueblo cristiano.

Que se encierra en su torre de oro.

Que no se moderniza.

Que no “dialoga” con los sectores progresistas de la sociedad.

Que juega a hacer política.

Que no sabe estar callada.

Que no ve con los ojos del siglo XXI.

Que constituye un partido fundamentalista.

Que está politizada.

Que ha iniciado una nueva cruzada.

Que cada vez está más radicalizada.

Que es reaccionaria.

Y, en general, que es de lo peor que existe.

Lo mismo, exactamente lo mismo, puede decirse que se sostiene sobre la fe católica y sobre el sentido que tiene la misma pues, como los tiempos han cambiado mucho desde que Jesús entregó las llaves de la Iglesia que fundó a Pedro no es menos cierto, eso se sostiene, que también debería cambiar la Esposa de Cristo.

Además, no podemos olvidar el daño terrible que ha hecho el modernismo en el corazón de muchos creyentes católicos.

Por tanto, volvemos a hacer la pregunta: ¿son, éstos, otros tiempos para la Iglesia católica?

“Reflexiones acerca del sentido de nuestra fe"- ¿Qué pensamos acerca del progresismo en la Iglesia católica?

 

Antes que nada debemos decir que progres, en la Iglesia católica, hay en todos los ministerios que existen: laicos, sacerdotes, obispos, arzobispos, etc. Así, diciendo esto, ya podemos imaginar, muchas veces, en manos de quienes estamos…

En principio debemos defender lo que creemos que es la verdad: en el seno de la Iglesia católica no cabe el progresismo teológico. Vamos, que no se le puede dar ni siquiera los buenos días sino, en todo caso, el adiós y hasta nunca.

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4.08.15

Un amigo de Lolo – Oración para implorar la paz

 Lolo

Presentación

Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infligían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y tan franco.

 

Libro de oración

 

En el libro “Rezar con el Beato Manuel Lozano, Lolo” (Publicado por Editorial Cobel, www.cobelediciones.com ) se hace referencia a una serie de textos del Beato de Linares (Jaén-España) en el que refleja la fe de nuestro amigo. Vamos a traer una selección de los mismos.

 

 

Oración para implorar la paz

 

Cristo: mantennos la paz, danos la paz, concédenos la locura de la paz. Aunque me digan pesado te repetiré lo de la paz, la paz, la paz, como un tartamudo de la misericordia. Ea, ya lo sabes, la paz, la paz… (Extraída de “Mesa redonda con Dios”)

 

La oración ha de ser persevante. Con eso queremos decir que cuando nos dirigimos a Dios no lo deberíamos hacer con un ansia tal que esperáramos ser respondidos por Dios en el ipso facto. Y es que la paciencia es una virtud que, en te caso, cuenta más de lo que solemos creer.

A este respecto, cualquiera sabe que la paz supone, por principio, una ausencia de conflicto; también que puede ser interior o exterior o, lo que es lo mismo, con uno mismo o con el prójimo. La paz, por así decirlo, es un ejemplo cierto de lo que supone la voluntad de Dios.

Al Creador, por eso mismo, le podemos pedir por la paz. Y lo podemos hacer a través de Cristo, hijo Suyo y Él mismo hecho hombre.

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2.08.15

La Palabra del Domingo - 2 de agosto de 2015

 Biblia

     

 Jn 6, 24-35.

“24 Cuando la gente vio que Jesús no estaba allí, ni tampoco sus discípulos, subieron a las barcas y fueron a Cafarnaúm, en busca de Jesús. 25 Al encontrarle a la orilla del mar, le dijeron: ‘Rabbí, ¿cuándo has llegado aquí?’

26 Jesús les respondió: ‘En verdad, en verdad os digo: vosotros me buscáis, no porque habéis visto señales, sino porque habéis comido de los panes y os habéis saciado. 27 Obrad, no por el alimento perecedero, sino por el alimento que permanece para vida eterna, el que os dará el Hijo del hombre, porque a éste es a quien el Padre, Dios, ha marcado con su sello.’

28 Ellos le dijeron: ‘¿Qué hemos de hacer para obrar las obras de Dios?’ 29 Jesús les respondió: ‘La obra de Dios es que creáis en quien él ha enviado.’

30 Ellos entonces le dijeron: ‘¿Qué señal haces para que viéndola creamos en ti? ¿Qué obra realizas? 31 Nuestros padres comieron el maná en el desierto, según está escrito: = Pan del cielo les dio a comer.’ =

32 Jesús les respondió: ‘En verdad, en verdad os digo: No fue Moisés quien os dio el pan del cielo; es mi Padre el que os da el verdadero pan del cielo; 33 porque el pan de Dios es el que baja del cielo y da la vida al

mundo.’

34 Entonces le dijeron: ‘Señor, danos siempre de ese pan.’

35 Les dijo Jesús: Yo soy el pan de la vida. El que venga a mí, no tendrá hambre, y el que crea en mí, no tendrá nunca sed.”

  

COMENTARIO

 

No tener hambre o sed nunca

 

No extraña nada de nada que, tras la multiplicación de los panes y de los peces, muchas personas siguieran a Jesús porque aquello les había parecido algo no muy común.

Jesús, sin embargo, conocía a la perfección el corazón de muchos de los que le seguían y, como se diría popularmente, los había calado. Por eso les dice que le siguen no por lo que importa sino por lo que es demasiado perecedero.

El Hijo de Dios hace una recomendación muy importante: lo que importa es lo que no perece; lo que perece no vale tanto la pena. Es más, deben trabajar por Él mismo que es el alimento que Dios había dado para la vida eterna.

Tampoco extraña que aquellos que le seguían quisieran saber algo más porque si el Maestro decía eso era porque había alguna forma de cumplir con la voluntad del Enviado de Dios y, así, con la de Dios mismo.

El caso es que Jesús les dice que Él les dará tal alimento y, sin duda, se está refiriendo a la Eucaristía que instituirá en la Última Cena.

¿Qué hacer, pues?

Hay que creer. Pero no creer en cualquiera sino en el Enviado de Dios, en Él mismo. Sólo así se alcanzará el alimento que nunca perece.

Pero ellos son de corazón duro. Quieren una señal. Al parecer no les es suficiente con lo que les decía. Y es que su fe era, verdaderamente, regular o, más bien, pequeña. Sabían que sus padres, sus antepasados, habían comido el maná que Dios les había enviado ante su afrenta y tentación al Todopoderoso. ¿Qué haría el Mesías?

Dice Jesús que el “pan de Dios es el que baja del cielo y da la vida al mundo”. Y ellos quieren de tal pan. Y le piden que les dé del mismo.

Ellos, a lo mejor, no están preparados para lo que van a escuchar. Aun no ha llegado el momento para eso pero Jesús les ha de decir la verdad: Él bajó del cielo para dar la vida al ser humano, al hombre, a la humanidad entera.

Hay que ir, pues, a Jesús como Él mismo dice. E ir a Él supone no tener ni hambre ni sed: pan y vino, Cuerpo y Sangre de Cristo.

 

PRECES 

 

Por todos aquellos que no trabajan para obtener el alimento que nunca perece.

Roguemos al Señor.

Por todos aquellos que sólo trabajan para el alimento que perece.

Roguemos al Señor.

ORACIÓN

 

Padre Todopoderoso; ayúdanos a anhelar el pan que da la vida.

 

Gracias, Señor, por poder transmitir esto.

 

 

El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén.

 

 

Eleuterio Fernández Guzmán

 Nazareno

 

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Por la libertad de Asia Bibi. 
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Por el respeto a la libertad religiosa. 
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Enlace a Libros y otros textos.

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Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano GarridoLolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

 

Panecillo de hoy:

 

 Querer no tener hambre y sed nunca tiene mucho que ver con el amor de Dios.

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Para leer Fe y Obras.

 

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

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