InfoCatólica / Eleuterio Fernández Guzmán / Archivos para: Junio 2015

12.06.15

Manuel Lozano Garrido, Lolo : cinco años después

  

Hay momentos de la historia de la humanidad que se cifran o, mejor, que se recuerdan bien si se relacionan con un tiempo determinado.Por ejemplo, que Jesús pasó cuarenta días en el desierto o que los judíos 40 años en el mismo inhóspito lugar.

Ciertamente las realidades que consideramos importantes se realzan cuando, de ellas, se cumple un determinado tiempo. Y eso es lo que pasa con nuestro Beato de Linares (Jaén-España) Manuel Lozano Garrido, nuestro querido y amado Lolo.

Tras el correspondiente proceso de beatificación (La Iglesia católica no tiene por costumbre hacer esto a ciegas ni a tontas y a locas) llegó el día en el que quien tanto sufriera y gozara en vida debía subir a los altares. Y llovía. Aquel día llovía en Linares porque el Cielo lloraba por ver confirmada la fama de santidad que había atesorado en vida aquel hombre de fe que escribía desde un sillón de ruedas.

Seguramente muchas personas habían trabajado duramente para que llegara aquel momento. Capitaneadas por el P. Rafael Higueras, gran amigo de Lolo, y a la sazón postulador de la causa de beatificación (y ahora de canonización) culminaron una labor dificultosa (como deben ser las que tienen relación con tales procesos eclesiásticos)

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11.06.15

Serie “Lo que Cristo quiere de nosotros” – Cristo quiere que le escuchemos

 

Somos hijos de Dios y, por tanto, nuestra filiación divina, supone mucho. Por ejemplo, que en la misma tenemos a un hermano muy especial. Tan especial es que sin Él nosotros no podríamos salvarnos. Sencillamente moriríamos para siempre. Por eso entregó su vida y, por eso mismo, debemos, al menos, agradecer tan gran manifestación de amor. Y es que nos amó hasta el extremo de dar subida por todos nosotros, sus amigos.

El Hijo del hombre, llamado así ya desde el profeta Daniel, nos ama. Y nos ama no sólo por ser hermano nuestro sino porque es Dios mismo. Por eso quiere que demos lo mejor que de nosotros mismos puede salir, de nuestro corazón, porque así daremos cuenta de aquel fruto que Cristo espera de sus hermanos los hombres.

Jesús, sin embargo o, mejor aún, porque nos conoce, tiene mucho que decirnos. Lo dijo en lo que está escrito y lo dice cada día. Y mucho de los que nos quiere decir es más que posible que nos duela. Y, también, que no nos guste. Pero Él, que nunca miente y en Quien no hay pecado alguno, sabe que somos capaces de dar lo mejor que llevamos dentro. Y lo sabe porque al ser hijos de Dios conoce que no se nos pide lo que es imposible para nosotros sino lo que, con los dones y gracias que el Padre nos da, podemos alcanzar a llevar a cabo.

Sin embargo, no podemos negar que muchas veces somos torpes en la acción y lentos en la respuesta a Dios Padre.

A tal respecto, en el evangelio de san Juan hace Jesús a las, digamos, generales de la Ley. Lo dice en 15, 16:

“No me habéis elegido vosotros a mí, sino que yo os he elegido a vosotros, y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y que vuestro fruto permanezca; de modo que todo lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo conceda”.

En primer lugar, no nos debemos creer que nosotros escogemos a Cristo. Quizá pudiera parecer eso porque, al fin y al cabo, somos nosotros los que decimos sí al Maestro. Sin embargo, eso sucede con el concurso de la gracia antecedente a todo lo que hacemos. Por eso es el Hijo de Dios el que nos escoge porque antes ha estado en nuestro corazón donde tenemos el templo del Espíritu Santo.

Pero importa saber para qué: para dar fruto. Y tal dar fruto sólo puede acaecer si damos cumplimiento a lo que Jesucristo espera de nosotros. Y que es mucho porque mucho se nos ha dado.

Cristo quiere que le escuchemos

Es más que cierto que en distintas ocasiones se nos dice, en la Sagrada Escritura, que Jesús enseñaba de una forma muy especial. Es más, alguno de las personas que intervienen en la vida del Hijo de Dios llega a decir que enseña con autoridad y no como otros, llamados, maestros y sabios. Y algo debía tener la forma y el contenido de su enseñanza para dar una tal impresión.

Hay, sin embargo, algo más.

A Jesús lo tenemos, porque lo es, por el Hijo de Dios. Le atribuimos toda la sabiduría que pueda tener el mismo Creador porque, además, sabemos que el hijo de María es Dios mismo hecho hombre y la segunda persona de la Santísima Trinidad. Y eso debería decirnos algo a tener en cuenta.

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10.06.15

Libro: Orar con Santa Teresa de Jesús. Meditar con la santa andariega

 

 Orar con Santa Teresa de Jesús . Meditar con la santa andariega               Orar con Santa Teresa de Jesús. Meditar con la santa andariega

                        

Título: Orar con Santa Teresa de Jesús. Meditar con la santa andariega.

Autor: Eleuterio Fernández Guzmán

Editorial: Lulu

Páginas: 99

Precio aprox.: 3.70 € papel – 1 € Libro electrónico 

ISBN Papel: 580011065383

ISBN eBook: 978-1-326-29952-1

Año edición: 2015

Lo puedes adquirir en Lulu, en versión papel y en versión eBook.

  

Nace en Ávila el 28 de Marzo de 1515, en la casa señorial de Don Alonso Sánchez de Cepeda y Doña Beatriz Dávila de Ahumada. Eran 10 los hermanos de Teresa y 2 los hermanastros, pues su padre tuvo dos hijos en un matrimonio anterior.

 Es bautizada el 4 de Abril del mismo año.

Así da comienzo una biografía de Teresa, una niña que, con el paso del tiempo, sería fundadora o, mejor, refundadora de la orden carmelitana y que, por obra y gracia de Dios, llegaría a ser declarada santa por la Iglesia católica y Doctora de la misma.

Ciertamente que la mística del siglo XVI es reconocida en el mundo entero por su obra, decimos, de fundación que le llevó a fundar tanto conventos de monjas como de frailes pero la labor que aquí destacamos es la de escritora mística.

Nuestra santa, como ella misma dice en el punto 1 del capítulo 2 de su “Libro de la vida”,

Era aficionada a libros de caballerías… Y parecíame no era malo con gastar muchas horas del día y de la noche en tan vano ejercicio, aunque escondida de mi padre. Era tan extremo lo que en esto me embebía, que, si no tenía libro nuevo, no me parece tenía contento”.

Es más, ella misma, nos dice que

“Cuando se quitaron muchos libros de romance, que no se leyesen, yo sentí mucho, porque algunos me daba recreación leerlos, y yo no podía ya, por dejar los [escritos] en latín, me dijo el Señor: No tengas pena, que yo te daré libro vivo. Yo no podía entender por qué se me había dicho esto, porque aún no tenía visiones; después, desde a bien pocos días, lo entendí muy bien, porque he tenido tanto en qué pensar y recogerme en lo que veía presente, y ha tenido tanto amor el Señor conmigo para enseñarme de muchas maneras, que muy poca o casi ninguna necesidad he tenido de libros. Su Majestad ha sido el libro verdadero adonde he visto las verdades. ¡Bendito sea tal libro, que deja imprimido lo que se ha de leer y hacer de manera que no se puede olvidar!” (Libro de la vida 26, 6).

Teresa aún no había empezado a tener visiones, como ella misma dice y ello le llevaba a no entender las razones de que se le quitara la posibilidad de ocupar su tiempo en aquellas lecturas. Sin embargo, pronto se dio cuenta de que estaba llamada a producir otro tipo de escritos más edificantes para el espíritu y beneficiosos para muchas almas.

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9.06.15

Un amigo de Lolo – Oración para permanecer ante y con Cristo

Presentación

Lolo

Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le inflijían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y tan franco.

 

Libro de oración

 

En el libro “Rezar con el Beato Manuel Lozano, Lolo” (Publicado por Editorial Cobel, www.cobelediciones.com ) se hace referencia a una serie de textos del Beato de Linares (Jaén-España) en el que refleja la fe de nuestro amigo. Vamos a traer una selección de los mismos.

 

 

Oración para permanecer ante y con Cristo

 

“Junto a Ti, mi Cristo, que guardas aún en los poros una roja afluencia de agonía, vengo a sudar a la vez la revisión de mis heridas y el encono del porvenir,  porque de Ti he aprendido que toda cruz tiene un prólogo de Huerto de los Olivos y un broche triunfal de día de Resurrección. De lágrimas o de angustias, de heridas o de sepulcros, yo puedo hacer una buena recapitulación.  De méritos y de victorias, de entregas y de promesas. Tú puedes barajar una inmensa antología. Y juntos, sí que gano.” (Extraída de “Dios habla todos los días”)

 

Todos sufrimos. De una manera directa a través de padecimientos físicos o, indirectamente, con el sufrir del prójimo que consideramos nuestro por aquello de la fraternidad y la común filiación divina. Sin embargo, en nuestros malos momentos, en aquellos instantes en los que creemos que no tiene salida el túnel oscuro por el que estamos pasando, tenemos a Alguien a quien podemos dirigirnos. Sufrió mucho y sufrió por nosotros, por cada uno de sus hermanos. Cargó con los pecados del mundo no habiendo incurrido en ninguno.

El Hijo de Dios siempre está ahí. Para los que creen firmemente en Él su cercanía muestra una evidencia digna de ser tenida en cuenta; para los que se han alejado del Maestro, siempre les queda la cruz para dirigirse tan gran Señor.

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7.06.15

La Palabra del Domingo - 7 de junio de 2015

 Biblia

Mc 14, 12-16. 22-26. Esto es mi cuerpo. Esta es mi sangre.

 

“12 El primer día de los Ázimos, cuando se sacrificaba el cordero pascual, le dicen sus discípulos: ‘¿Dónde quieres que vayamos a hacer los preparativos para que comas el cordero de Pascua?’ 13      Entonces, envía a dos de sus discípulos y les dice: ‘Id a la ciudad; os saldrá al encuentro un hombre llevando un cántaro de agua; seguidle 14 y allí donde entre, decid al dueño de la casa: ‘El Maestro dice: ¿Dónde está mi sala, donde pueda comer la Pascua con mis discípulos?’ 15 El os enseñará en el piso superior una sala grande, ya dispuesta y preparada; haced allí los preparativos para  nosotros.’ 16 Los discípulos salieron, llegaron a la ciudad, lo encontraron tal como les había dicho, y prepararon la Pascua. 22 Y mientras estaban comiendo, tomó pan, lo bendijo, lo partió y se lo dio y dijo: ‘Tomad, este es mi cuerpo.’ 23 Tomó luego una copa y, dadas las gracias, se la dio, y bebieron todos de ella. 24   Y les dijo: ‘Esta es mi sangre de la Alianza, que es derramada por muchos. 25 Yo os aseguro que ya no beberé del producto de la vid hasta el día en que lo beba nuevo en el Reino de Dios.’ 26 Y cantados los himnos, salieron hacia el monte de los Olivos.”

        

COMENTARIO

Cuerpo y Sangre de Cristo

Esta no fue la primera Pascua que Jesús celebró con sus discípulos ya que en tres años de predicación, por fuerza tuvo que celebrar otras. Fue, al contrario, la última en la que llevó a cabo el ritual judío. Pero con algunos sustanciales cambios.

Sin embargo, y por eso, esa Pascua tiene algo de especial, no por ser la última sino por lo que pasó en ella, por lo que significó.

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