InfoCatólica / Eleuterio Fernández Guzmán / Archivos para: Febrero 2015

28.02.15

Serie “Al hilo de la Biblia- Y Jesús dijo…” – ¡Qué terrible es esto!

 Sagrada Biblia

Dice S. Pablo, en su Epístola a los Romanos, concretamente, en losversículos 14 y 15 del capítulo 2 que, en efecto, cuando los gentiles, que no tienen ley, cumplen naturalmente las prescripciones de la ley, sin tener ley, para sí mismos son ley; como quienes muestran tener la realidad de esa ley escrita en su corazón, atestiguándolo su conciencia, y los juicios contrapuestos de condenación o alabanza. Esto, que en un principio, puede dar la impresión de ser, o tener, un sentido de lógica extensión del mensaje primero del Creador y, por eso, por el hecho mismo de que Pablo lo utilice no debería dársele la mayor importancia, teniendo en cuenta su propio apostolado. Esto, claro, en una primera impresión.

Sin embargo, esta afirmación del convertido, y convencido, Saulo, encierra una verdad que va más allá de esta mención de la Ley natural que, como tal, está en el cada ser de cada persona y que, en este tiempo de verano (o de invierno o de cuando sea) no podemos olvidar.

Lo que nos dice el apóstol es que, al menos, a los que nos consideramos herederos de ese reino de amor, nos ha de “picar” (por así decirlo) esa sana curiosidad de saber dónde podemos encontrar el culmen de la sabiduría de Dios, dónde podemos encontrar el camino, ya trazado, que nos lleve a pacer en las dulces praderas del Reino del Padre.

Aquí, ahora, como en tantas otras ocasiones, hemos de acudir a lo que nos dicen aquellos que conocieron a Jesús o aquellos que recogieron, con el paso de los años, la doctrina del Jristós o enviado, por Dios a comunicarnos, a traernos, la Buena Noticia y, claro, a todo aquello que se recoge en los textos sagrados escritos antes de su advenimiento y que en las vacaciones veraniegas se ofrece con toda su fuerza y desea ser recibido en nuestros corazones sin el agobio propio de los periodos de trabajo, digamos, obligado aunque necesario. Y también, claro está, a lo que aquellos que lo precedieron fueron sembrando la Santa Escritura de huellas de lo que tenía que venir, del Mesías allí anunciado.

Por otra parte, Pedro, aquel que sería el primer Papa de la Iglesia fundada por Cristo, sabía que los discípulos del Mesías debían estar

“siempre dispuestos a dar respuesta a todo el que os pida razón de vuestra esperanza” (1 Pe 3, 15)

Y la tal razón la encontramos intacta en cada uno de los textos que nos ofrecen estos más de 70 libros que recogen, en la Antigua y Nueva Alianza, un quicio sobre el que apoyar el edificio de nuestra vida, una piedra angular que no pueda desechar el mundo porque es la que le da forma, la que encierra respuestas a sus dudas, la que brota para hacer sucumbir nuestra falta de esperanza, esa virtud sin la cual nuestra existencia no deja de ser sino un paso vacío por un valle yerto.

La Santa Biblia es, pues, el instrumento espiritual del que podemos valernos para afrontar aquello que nos pasa. No es, sin embargo, un recetario donde se nos indican las proporciones de estas o aquellas virtudes. Sin embargo, a tenor de lo que dice Francisco Varo en su libro “¿Sabes leer la Biblia “ (Planeta Testimonio, 2006, p. 153)

“Un Padre de la Iglesia, san Gregorio Magno, explicaba en el siglo VI al médico Teodoro qué es verdaderamente la Biblia: un carta de Dios dirigida a su criatura”. Ciertamente, es un modo de hablar. Pero se trata de una manera de decir que expresa de modo gráfico y preciso, dentro de su sencillez, qué es la Sagrada Escritura para un cristiano: una carta de Dios”.

Pues bien, en tal “carta” podemos encontrar muchas cosas que nos pueden venir muy bien para conocer mejor, al fin y al cabo, nuestra propia historia como pueblo elegido por Dios para transmitir su Palabra y llevarla allí donde no es conocida o donde, si bien se conocida, no es apreciada en cuanto vale.

Por tanto, vamos a traer de traer, a esta serie de título “Al hilo de la Biblia”, aquello que está unido entre sí por haber sido inspirado por Dios mismo a través del Espíritu Santo y, por eso mismo, a nosotros mismos, por ser sus destinatarios últimos.

Por otra parte, es bien cierto que Jesucristo, a lo largo de la llamada “vida pública” se dirigió en múltiples ocasiones a los que querían escucharle e, incluso, a los que preferían tenerlo lejos porque no gustaban con lo que le oían decir.

Sin embargo, en muchas ocasiones Jesús decía lo que era muy importante que se supiera y lo que, sobre todo, sus discípulos tenían que comprender y, también, aprender para luego transmitirlo a los demás.

Vamos, pues, a traer a esta serie sobre la Santa Biblia parte de aquellos momentos en los que, precisamente, Jesús dijo.

 

¡Qué terrible es esto!

 

Y Jesús dijo… (Lc 17, 1-2)

“Dijo a sus discípulos: ‘Es imposible que no vengan escándalos; pero, ¡ay de aquel por quien vienen!’ Más le vale que le pongan al cuello  una piedra de molino y sea arrojado al mar, que escandalizar a uno de estos  pequeños”.

Cristo reconoce, como buen conocedor que es de la naturaleza humana, que las cosas, al respecto del pecado, son como son.

Sin embargo, hay algo que tiene mucho que ver con un comportamiento inadecuado de parte del discípulo de Cristo y es el que tiene que ver con lo que le prójimo aprecia, ve, comprende, en relación al mismo.

Cristo reconoce, como buen conocedor que es de la naturaleza humana, que las cosas, al respecto del pecado, son como son.

Sin embargo, hay algo que tiene mucho que ver con un comportamiento inadecuado de parte del discípulo de Cristo y es el que tiene que ver con lo que le prójimo aprecia, ve, comprende, en relación al mismo.

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27.02.15

Monseñor Romero no necesita padrinos

 

 

 

Hay muchos que creen que, en habiendo compartido entendimientos con quien fuera Arzobispo de San Salvador, a la sazón Monseñor Arnulfo Romero pueden hacer de él un mártir propio.

 

Al respecto de la utilización de Cristo y, claro, de sus discípulos, dejó escrito el P. José Luis Martín Descalzo, en la Introducción de su “Vida y misterio de Jesús de Nazaret” esto que sigue:

 

“Mas poco después, frente a esta imagen de Jesús sonriente y tal vez demasiado feliz, bastante ‘americano’, iba a surgir, unos cientos de kilómetros más abajo, en Iberoamérica, un tipo de Cristo bien diferente: un Jesús de rostro hosco, duro, casi rencoroso. Era esa imagen del Cristo guerrillero que hemos llegado a ver en algunas estampas, con un fusil amarrado a la espalda con correas, mientras una de sus manos, casi una garra, ase, casi con ferocidad, su culata. Era, nos decían el Cristo con sed de justicia, el centro de cuya vida habría sido la escena en la que derriba las mesas de los cambistas en el templo. Un Cristo así —que llevaba a sus últimas consecuencias los planteamientos de la Teología de la liberación— venia, es cierto, a recordarnos la descarada apuesta de Jesús por los pobres y su radical postura ante las injusticias sociales, pero, desgraciadamente, tenía en su rostro y en quienes lo exponían mucho más que sed de justicia. Tenía también violencia y, en definitiva, una raíz de odio o de resentimiento en las que ya no quedaba mucho de cristiano”.

 

Y algo así pasó con la persona y figura de Monseñor Romero. Muy preocupado por la situación de los más desfavorecidos de su nación no tardó en ser utilizado por aquellos que, desde opciones políticas izquierdosas, no dejan oportunidad de apropiarse de lo que, sin duda alguna no es suyo (odian la fe).

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26.02.15

Falsedades acerca de la Iglesia católica – La Iglesia católica se muestra cerril con la defensa de la vida

 

-Vamos a ver si encontramos algo de luz.

-Eso, eso, veamos…

 

 Falsedades y mentiras contra la Iglesia católica

 

Es bien cierto que a la Iglesia católica y, por extensión, a los católicos, se le tiene, se nos tiene, por parte de muchos, una manía ciertamente enfermiza.

 

Si creen que exagero les pongo lo que suele decirse de la religión católica, de la fe católica y, en fin, de la Iglesia católica. Aquí traigo esto para que vean hasta qué punto puede llegar la preocupación por un tema que es, ciertamente, falso.

 

Se suele decir que:

 

La fe católica está manipulada por la jerarquía.

 

La fe católica no va con los tiempos.

 

La fe católica ve poco sus propios defectos.

 

La fe católica pretende adoctrinar al mundo.

 

La fe católica está alejada de la realidad.

 

La fe católica defiende siempre a los poderosos.

 

La fe católica quiere imponer sus principios.

 

La fe católica no sabe cómo van los tiempos.

 

La fe católica está anquilosada.

 

La Iglesia católica acumula riquezas inmensas.

 

La Iglesia católica busca el poder aunque sea de forma escondida.

 

La Iglesia católica no acepta cambios en sus doctrinas.

 

La Iglesia católica es gobernada por una jerarquía carca.

 

La Iglesia católica no comprende la política actual.

 

La Iglesia católica esconde sus propios defectos.

 

La Iglesia católica no actúa contra determinados delitos que ocurren en su seno.

 

La Iglesia católica tiene muchos privilegios (sociales, económicos, educativos…)

 

Y a esto, se podían añadir muchas cosas, muchas acusaciones que están en mente de cualquiera.

 

¿Qué les parece a ustedes?

La Iglesia católica se muestra cerril con la defensa de la vida

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Según parece, que la Esposa de Cristo tenga tanto tesón en la defensa de la vida lo único que consigue es que muchos la vean como algo cavernícola o, en fin, que parece no tenga remedio su posicionamiento tan antimoderno y tan antiactual.

Sin embargo, y teniendo en cuenta lo establecido por su fundador, otra cosa no puede hacer y no debería esperarse otra cosa por parte de la Iglesia católica.

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25.02.15

“Reflexiones acerca del sentido de nuestra fe"- Aquel humo de Satanás... y éste.

Proceloso viaje de la Esposa de Cristo

La expresión “Estos son otros tiempos” se utiliza mucho referida a la Iglesia católica. No sin error por parte de quien así lo hace. Sin embargo se argumenta, a partir de ella, acerca de la poca adaptación de la Esposa de Cristo a eso, a los tiempos que corren o, como dirían antiguamente, al “siglo”.

 

En realidad siempre son otros tiempos porque el hombre, creación de Dios, no se quedó parado ni siquiera cuando fue expulsado del Paraíso. Es más, entonces empezó a caminar, como desterrado, y aun no lo ha dejado de hacer ni lo dejará hasta que descanse en Dios y habite las praderas de su definitivo Reino.

 

Sin embargo, nos referimos a tal expresión en materia de nuestra fe católica.

 

¿Son, pues, otros tiempos?

 

Antes de seguir decimos que Jesús, ante la dificultad que presentaba la pesca para sus más allegados discípulos, les mostró su confianza en una labor gratificada diciéndoles (Lc 5,4)

 

 ‘Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar.’

 

Quería decirles Jesús que, a pesar de la situación por la que estaban pasando siempre había posibilidad de mejorar y que confiar en Dios era un remedio ciertamente bueno ante la misma.

 

El caso es que, como es lógico, las cosas han cambiado mucho, para el ser humano, desde que Jesús dijera aquellas palabras u otras de las que pronunció y quedaron para la historia del creyente católico como Palabra de Dios.  Por eso no es del todo extraño que se pueda lanzar la pregunta acerca de si estos son otros tiempos pero, sobre todo, que qué suponen los mismo para el sentido primordial de nuestra fe católica.

 

Por ejemplo, si de la jerarquía eclesiástica católica se dice esto:

 

Por ejemplo, de la jerarquía eclesiástica se dice:

Que le asusta la teología feminista.

Que es involucionista.

Que apoya a los sectores más reaccionarios de la sociedad.

Que participa en manifestaciones de derechas.

Que siempre ataca a los teólogos llamados progres.

Que deslegitima el régimen democrático español.

Que no se “abre” al pueblo cristiano.

Que se encierra en su torre de oro.

Que no se moderniza.

Que no “dialoga” con los sectores progresistas de la sociedad.

Que juega a hacer política.

Que no sabe estar callada.

Que no ve con los ojos del siglo XXI.

Que constituye un partido fundamentalista.

Que está politizada.

Que ha iniciado una nueva cruzada.

Que cada vez está más radicalizada.

Que es reaccionaria.

Y, en general, que es de lo peor que existe.

 

Lo mismo, exactamente lo mismo, puede decirse que se sostiene sobre la fe católica y sobre el sentido que tiene la misma pues, como los tiempos han cambiado mucho desde que Jesús entregó las llaves de la Iglesia que fundó a Pedro no es menos cierto, eso se sostiene, que también debería cambiar la Esposa de Cristo.

 

Además, no podemos olvidar el daño terrible que ha hecho el modernismo en el corazón de muchos creyentes católicos.

 

Por tanto, volvemos a hacer la pregunta: ¿son, éstos, otros tiempos para la Iglesia católica?

 

“Reflexiones acerca del sentido de nuestra fe"- Aquel humo de Satanás… y éste.

 

Sabemos que humo es algo, digamos, ligero, que pesa poco y que es posible disiparlo con cierta facilidad. Si es mucho, claro está, la cosa se pone difícil. Sin embargo, aún hay algo peor: que le humo se haya convertido en densa humareda que no deje ver, como se dice, tres en un burro.

 

Es decir, el humo puede cegar los ojos pero también puede hacer lo mismo con el corazón del creyente.

 

Fue Pablo VI, como es bien sabido, quien dijo aquello de que, tras el Concilio Vaticano II el humo de Satanás había entrado en la Iglesia católica. El que esto escribe no sabe si es porque entró por la ventana que se pretendía abrir con el mismo o porque alguno o algunos hicieron lo posible para que entrara…

 

El caso es que, por desgracia para la Iglesia católica, el mismo humo de Satanás (el Mal siempre es el mismo) sigue aquí, aquí mismo, entre nosotros. Y, es más, que algún gusta  del hecho mismo de respirarlo.

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24.02.15

Un amigo de Lolo – De Quien hizo, mantiene y estará siempre

Presentación

Lolo

Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infringían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y tan franco.

 

Libro de oración

 

En el libro “Rezar con el Beato Manuel Lozano, Lolo” (Publicado por Editorial Cobel, www.cobelediciones.com ) se hace referencia a una serie de textos del Beato de Linares (Jaén-España) en el que refleja la fe de nuestro amigo. Vamos a traer una selección de los mismos.

 

De Quien hizo, mantiene y estará siempre

 

“De la Creación no se conoce la fecha, porque ya siempre existió en el pensamiento divino y aún sigue modelando cada día nuestro espíritu, con el poder de la Gracia”. (Bien venido amor, 96)

 

Es bien cierto que muchas veces nos vemos en la obligación de repetir algo que, aún siendo verdad, no siempre está en el corazón de aquellos que se dicen hijos de Dios. El caso es que aquello que tiene relación con nuestra propia naturaleza como seres humanos y, más allá de la misma, con la de Dios mismo y con el proceder del Madre, es como si no nos importase tanto como debería.

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