InfoCatólica / Eleuterio Fernández Guzmán / Archivos para: Abril 2014

4.04.14

Las llaves de Pedro - La familia

Escudo papal Francisco

El Papa, obispo de Roma y sucesor de San Pedro, “es el principio y fundamento perpetuo y visible de unidad, tanto de los obispos como de la muchedumbre de los fieles” (Lumen Gentium, 23)

En la Fiesta de la Presentación del Señor de 2014, el Papa Francisco se dirigía a las familias. La Carta escrita al efecto tiene mucho que ver con la esencia misma del grupo que, desde hace milenios, define el ser de ser humano creado por Dios. Y dice, tal texto, lo siguiente:

Queridas familias:

Me presento a la puerta de su casa para hablarles de un acontecimiento que, como ya saben, tendrá lugar el próximo mes de octubre en el Vaticano. Se trata de la Asamblea general extraordinaria del Sínodo de los Obispos, convocada para tratar el tema “Los retos pastorales de la familia en el contexto de la evangelización”. Pues la Iglesia hoy está llamada a anunciar el Evangelio afrontando también las nuevas emergencias pastorales relacionadas con la familia.

Este señalado encuentro es importante para todo el Pueblo de Dios, Obispos, sacerdotes, personas consagradas y fieles laicos de las Iglesias particulares del mundo entero, que participan activamente en su preparación con propuestas concretas y con la ayuda indispensable de la oración. El apoyo de la oración es necesario e importante especialmente de parte de ustedes, queridas familias. Esta Asamblea sinodal está dedicada de modo especial a ustedes, a su vocación y misión en la Iglesia y en la sociedad, a los problemas de los matrimonios, de la vida familiar, de la educación de los hijos, y a la tarea de las familias en la misión de la Iglesia. Por tanto, les pido que invoquen con insistencia al Espíritu Santo, para que ilumine a los Padres sinodales y los guíe en su grave responsabilidad. Como saben, a esta Asamblea sinodal extraordinaria seguirá un año después la Asamblea ordinaria, que tratará el mismo tema de la familia. Y, en ese contexto, en septiembre de 2015, tendrá lugar el Encuentro Mundial de las Familias en Filadelfia. Así pues, oremos todos juntos para que, mediante estas iniciativas, la Iglesia realice un auténtico camino de discernimiento y adopte los medios pastorales adecuados para ayudar a las familias a afrontar los retos actuales con la luz y la fuerza que vienen del Evangelio.

Les escribo esta carta el día en que se celebra la fiesta de la Presentación de Jesús en el templo. En el Evangelio de Lucas vemos que la Virgen y San José, según la Ley de Moisés, llevaron al Niño al templo para ofrecérselo al Señor, y dos ancianos, Simeón y Ana, impulsados por el Espíritu Santo, fueron a su encuentro y reconocieron en Jesús al Mesías (cf. Lc 2,22-38). Simeón lo tomó en brazos y dio gracias a Dios porque finalmente había “visto” la salvación; Ana, a pesar de su avanzada edad, cobró nuevas fuerzas y se puso a hablar a todos del Niño. Es una hermosa estampa: dos jóvenes padres y dos personas ancianas, reunidas por Jesús. ¡Realmente Jesús hace que generaciones diferentes se encuentren y se unan! Él es la fuente inagotable de ese amor que vence todo egoísmo, toda soledad, toda tristeza. En su camino familiar, ustedes comparten tantos momentos inolvidables: las comidas, el descanso, las tareas de la casa, la diversión, la oración, las excursiones y peregrinaciones, la solidaridad con los necesitados… Sin embargo, si falta el amor, falta la alegría, y el amor auténtico nos lo da Jesús: Él nos ofrece su Palabra, que ilumina nuestro camino; nos da el Pan de vida, que nos sostiene en las fatigas de cada día.

Queridas familias, su oración por el Sínodo de los Obispos será un precioso tesoro que enriquecerá a la Iglesia. Se lo agradezco, y les pido que recen también por mí, para que pueda servir al Pueblo de Dios en la verdad y en la caridad. Que la protección de la Bienaventurada Virgen María y de San José les acompañe siempre y les ayude a caminar unidos en el amor y en el servicio mutuo. Invoco de corazón sobre cada familia la bendición del Señor.

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3.04.14

Nisan

Nisan

Las Sagradas Escrituras son, sin duda alguna, una fuente privilegiada para conocer lo que somos, en cuanto a la fe y en cuanto a nuestra vida eterna.

Dice, a tal respecto, el capítulo 12 del Éxodo (versículos 1 ss) lo que sigue:

”Dijo Yahveh a Moisés y Aarón en el país de Egipto: ‘Este mes será para vosotros el comienzo de los meses; será el primero de los meses del año. Hablad a toda la comunidad de Israel y decid: El día diez de este mes tomará cada uno para sí una res de ganado menor por familia, una res de ganado menor por casa. Y si la familia fuese demasiado reducida para una res de ganado menor, traerá al vecino más cercano a su casa, según el número de personas y conforme a lo que cada cual pueda comer…’

Esto es, como es más que sabido, la indicación de cómo debía celebrar, el pueblo elegido por Dios, su liberación de la esclavitud de Egipto o, lo que es lo mismo, el paso del Creador-Liberador por la vida de sus hijos. En resumen, la Pascua.

Quedó, en efecto, liberado del yugo duro y fuerte al que había estado sometido el pueblo judío. Por eso se celebraba (y es de suponer que se sigue celebrando ahora) un momento histórico tan importante.

Aquel mes, el primero desde entonces así considerado en el calendario judío, era el de Nisan. Y fue en aquel mes cuando Jesucristo entró en Jerusalén entre multitudes que lo aclamaban como el Enviado de Dios y cuando, las mismas multitudes reclamaron, en el Pretorio, su muerte en Cruz.

Es cierto, sin embargo, que, como Dios hace todas las cosas nuevas, tenía que procurarnos una nueva Creación. No se trataría de la que daría luz a la tierra y al cielo, a los seres vivos y, entre ellos, al ser humano, semejanza suya, sino una nueva en el sentido de pacto entre Él, Señor Todopoderoso y su descendencia a través de su Hijo Jesucristo.

Y todo eso pasó en aquel mes de Nisan.

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2.04.14

Contra Rouco Varela: lo digo con nombre y apellidos

Rouco-Bastante

Hay que destapar a los personajetes ruines que pululan por el mundo. Es la mejor manera de darse cuenta de con quién nos las tenemos que jugar. Y es que, además, uno se queda la mar de a gusto.

Como el título del artículo de hoy es el que es, conviene no desdecirse.

Jesús Bastante Liébana. Es, como es de todos conocido, el cómplice de José Manuel Vidal en Religión Digital do mora mucho de lo malo que, teológicamente hablando, hay en España y en el mundo conocido de habla hispana o no hispana. Todo aquel, pues, que tenga una visión torcida de la Iglesia católica puede encontrar, en tal página internáutica un nido donde habitar con los huevos que la serpiente allí ha puesto.

Bueno.

Sabemos que el cardenal Rouco Varela es Arzobispo de Madrid. Como tal celebró el funeral por el alma del que fuera Presidente del Gobierno de España hace, ya, muchos años, y recientemente fallecido Adolfo Suárez González. Y dijo, en la homilía, algo tan elemental como esto:

“La concordia fue posible con él. ¿Por qué no ha de serlo también ahora y siempre en la vida de los españoles, de sus familias y de sus comunidades históricas? Buscó y practicó tenaz y generosamente la reconciliación en los ámbitos más delicados de la vida política y social de aquella España que, con sus jóvenes, quería superar para siempre la guerra civil: los hechos y las actitudes que la causaron y que la pueden causar”.

Pues bien. Cualquiera que mire lo que pasa ahora mismo en España puede ver que, en efecto, hay hechos y actitudes no parecidas sino exactamente iguales que las que acabaron produciendo el estallido de la Guerra Civil en 1936: quemas de templos o intento de quemarlos, profanaciones, insultos, vejaciones contra miembros del clero, etc.
Eso nadie lo puede negar a no ser alguien que sea discípulo del Príncipe de este mundo o, llamado también, Satanás.

Pero para Jesús Bastante Liébana esto son cosas dichas por persona que no está bien de la cabeza.

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1.04.14

Un amigo de Lolo - Los ánimos de Dios

Presentación
Manuel Lozano Garrido

Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infringían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y tan franco.

Los ánimos de Dios

“La felicidad es la espuela de Dios, siempre clavada venturosamente en nuestros ijares”
Manuel Lozano Garrido, Lolo
Bien venido, amor (864)

“Venirse abajo” es algo que, comunmente, se dice de quien, por alguna circunstancia muy personal siente decaer su ánimo.

Es bien cierto que el ser humano es dado, quizá en exceso, a sentirse mal por cualquier nadería. Y es nadería todo lo que nos pasa en comparación con la eternidad que tanto anhelamos. Y nada lo que nos pueda suceder por muy afectados que nos manifestemos o nos encontremos. Es decir, es nadería… absolutamente todo lo humano comparado con.
El ser creado por Dios a su imagen y semejanza olvida, con excesiva facilidad que es, eso, imagen de Dios y semejanza del Todopoderoso. Por eso se siente inmerso en situaciones hacia las cuales se ha dirigido él mismo en la mayoría de las ocasiones o, simplemente, se ha dejado llevar por no haber sido capaz de sostener su fe frente a los embates del enemigo.

Y es que caer en las trampas de los diversos demonios que pululan por el mundo, del cual su jefe es el Príncipe, no es nada del otro jueves sino, por desgracia, bastante común. Por eso muchas veces nos sentimos atrapados por aquello que, en circunstancias normales de vivencia de una fe perfecta, no debería causarnos malestar alguno. Pero, ya sabemos que si la carne es débil, el espíritu (el nuesrto) no le anda a la zaga.

Sin embargo, también para esto Dios tiene remedio o solución.

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