InfoCatólica / Eleuterio Fernández Guzmán / Archivos para: Marzo 2013, 26

26.03.13

Un amigo de Lolo - Dar lo mejor de nosotros

Por la libertad de Asia Bibi.
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Por el respeto a la libertad religiosa
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Enlace a Libros y otros textos.

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Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Queremos, las más de las veces, que Dios ilumine nuestra vida. Sin embargo ¿Cuántas se lo pedimos de verdadero corazón?

Y, ahora, el artículo de hoy.

Presentación
Manuel Lozano Garrido

Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infringían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y tan franco.

Grandes verdades acerca de la fe

“Somos un diamante, que se abre y recibe la luz de lo alto para devolverla en hermosos resplandores”
Manuel Lozano Garrido, Lolo
Bien venido, amor (562)

Como hijos de Dios, el Creador nos ha dado, para empezar, la vida de la que gozamos. Sin embargo, no es eso lo único, con ser lo más importante y sin lo cual nada de lo demás podría ser posible, que el Todopoderoso hace por nosotros porque también nos dona la libertad, la inteligencia y, en fin, todo aquello que nos caracteriza como seres humanos.

Es evidente que para recibir la vida nada podemos hacer nosotros mismos. Por eso, por ejemplo, San Agustín comprendió que Dios nos crea sin nosotros o, lo que es lo mismo, sin nuestra voluntad efectiva: somos creados porque el Creador quiere crearnos.

Sin embargo, para otras muchas “capacidades”, para otros muchos dones es necesario que manifestamos, con aceptación de los mismos, que por ser hijos de Dios posibilitamos en nosotros que los dones se hagan efectivos. Así, en tal sentido, abrimos nuestro corazón y somos lo que somos porque queremos serlo. Dios, con su luz, nos ilumina y si aceptamos tal iluminación, nos comportamos como hijos que saben que lo son. Sólo así mostramos, primero, al Creador y, luego, a nuestro prójimo, que queremos hacer rendir aquello que nos ha sido dado.

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