Hoy no tengo nada de lo que escribir
A veces pasa esto.
Aunque no quieras que pase acaba llegando el día en el que no tienes tema sobre el que escribir. Y buscas para encontrar alguien que haya metido la extremidad hasta el corvejón y ponerle las peras al cuarto.
Hoy es uno de esos días. Por mucho que busco y rebusco no encuentro nada de lo que escribir. Y es triste porque, seguramente, muchos asuntos se han perdido sin poder hincarles el diente internáutico y se quedarán, para siempre, alejados de la actualidad que, como están los tiempos, corre que se las pela.
A lo mejor es que no se ha levantado algún teólogo progre con ganas de enmendar la plana a Benedicto XVI sobre cualquier asunto que se le pueda ocurrir al perseguidor de turno. Y si hay se me ha escapado.