InfoCatólica / Eleuterio Fernández Guzmán / Archivos para: Diciembre 2010

10.12.10

Eppur si muove - Sobre la blasfemia y sobre lo que no lo es

¿Esconde la protección de la blasfemia un ansia de poder?

¿Se pretende, protegiendo la blasfemia, abusar de otras creencias?

Estas dos preguntas han de ser respondidas porque, una vez hecha tal cosa, podrá verse, con toda claridad, qué diferencia existe entre las diversas formas de entender lo que es una blasfemia y, en definitiva, qué se pretende con su protección y lo que es una ofensa a las creencias ajenas.

En principio, a ningún creyente puede gustarle o ser de su agrado que se pueda decir o escribir algo en contra de quien entiende que es Dios. Lo ama y lo siente en su vida como Quien también lo ama y lo siente y un hijo no puede entender que se ofenda a su Padre. Menos aún si tal Padre es, precisamente, Dios. Tampoco que se pueda vituperar lo que hace o dice según su ser religioso.

Por lo tanto, el punto de partida ha de quedar clarificado desde un principio: maldecir, vituperar o injuriar al Creador no puede ser conducta que quede en nada ni tampoco que se haga con las prácticas o creencias religiosas porque el ser humano es, en esencia, religioso.

Leer más... »

9.12.10

65 formas de ser progre en la Iglesia católica

Cuando pensé en escribir sobre un tema tan sugerente como es el de qué proponen las personas que, dentro de la Iglesia católica, creen que todo se hace mal y que, en todo caso, se tendría que hacer de otra, muy distinta forma, me pareció que el número 10, redondo él mismo, era una cantidad suficiente como para demostrar hasta dónde se puede llegar no sabiendo a dónde se va.

Así quedaría la cosa: 10 formas de ser progre en la Iglesia católica.

Sin embargo, la cosa se ha desmandado porque, a la hora de tratar de conocer qué es lo que se quiere, salen muchas más cosas de las previstas. Ciertamente, la progresía eclesial sorprende por su capacidad de proponer aunque, gracias a Dios, poco en disponer.

Leer más... »

8.12.10

La sin pecado

Inmaculada

Fue en 1854 cuando Pío IX, mediante la Bula “Inneffabilis Deus” estableció, el 8 de diciembre de aquel año, como dogma, la denominada Inmaculada Concepción de María. Con eso no impuso nada, ni estableció una obligación para que los creyentes asintieran sin más. Aquel Pontífice, mediado el siglo XIX, lo que hizo fue fijar, en una Bula, lo que desde hacía muchos siglos ya se tenía bastante claro por parte de los creyentes, de la jerarquía y por todo aquel que tuviera conocimiento de la realidad de la Madre de Dios. Es ésta la fiesta que celebramos hoy, éste el sentido primero de esta celebración gozosa.

La sin pecado

Los cristianos reconocemos que María, Madre de Dios y Madre nuestra, tiene un lugar muy importante en nuestra vida. Además, los católicos sabemos que tal lugar lo ocupa también por ser intercesora nuestra y porque el Amor de Dios nos la ha entregado dotada de unas virtudes y cualidades que enriquecen su persona.

Y nos induce, el Espíritu, a creer en lo inmaculado de su concepción. Y por eso lo consideramos dogma porque es una realidad espiritual que no queramos sea cambiada porque responde, según entiende la Iglesia católica y, por eso, sus fieles, a la verdad de las cosas.

Sin embargo, lo que en verdad tiene importancia es el hecho mismo de que María fuese concebida sin pecado.

Así, aunque la naturaleza humana de María es esencialmente igual a la nuestra (pues todo ser humano es semejanza de Dios) no es menos cierto que las cualidades que la adornan le conceden una situación espiritual privilegiada.

Por eso dice Pío XI dejó escrito que “era convenientísimo que brillase siempre adornada de los resplandores de la perfectísima santidad y que reportase un total triunfo de la antigua serpiente, enteramente inmune aun de la misma mancha de la culpa original.”

Desde aquel 8 de diciembre de 1854 celebramos, los fieles seguidores de Cristo en el seno de la Iglesia católica, un tal día como el octavo del último mes del año (comenzado, ya, el Adviento) en el que Dios quiso, y así lo transmitió en la Revelación, que Su Madre fuera “toda hermosa y perfecta”.

Leer más... »

7.12.10

Para mí que esto es desafinar

El director de Vida Nueva publicó, el pasado 26 de noviembre, un artículo en el que se defendía la polifonía dentro de la Iglesia católica.

Por lo simple del argumento cualquiera se da cuenta que se refiere a la disidencia que hay en el seno de la Esposa de Cristo.

Y utiliza imágenes de la música tomadas de lo que dijo Benedicto XVI en el día de santa Cecilia (22 de noviembre) a los nuevos cardenales: “Que la patrona de la música y del canto hermoso acompañe y sostenga el esfuerzo por escuchar con atención en la Iglesia las diferentes voces, para que la unidad de los corazones sea más profunda”.

Es más que conocido por todos que el Santo Padre es un amante de la música y que goza mucho, por ejemplo, tocando el piano. Sin embargo se me hace difícil imagina a Benedicto XVI interpretando una de esas piezas disonantes que más bien parecen estar hechas para destrozar los tímpanos y que, en ocasiones, producen los músicos por algún prurito de modernidad. Lo suyo parece, más bien, lo que suena al unísono y tiene un sentido claro y esperado.

Es cierto que los musicales son ejemplo de la intervención de muchos instrumentos y mucha polifonía. Sin embargo, no es menos cierto que suena muy bien porque todos los instrumentos y, en general, el resultado de su música, tienen un destino claro y no campa cada uno por donde mejor le viene.

Leer más... »

6.12.10

Nos quieren poner cara a la Meca a la fuerza

Francamente no es que me sorprenda el cariz que están tomando las cosas. Sin embargo, sí que es algo preocupante que muchos miren para otro lado como si la cosa no fuera con ellos o como si lo que se ve venir estuviera sucediendo en una luna de algún planeta exterior, llámase Babia o Inopia, donde más de uno reside contento de haberse conocido.

Todo el mundo sabe, a esta altura de la película, lo que está pasando con el caso de Asia Bibi, condenada a muerte por preguntar, ¡Vaya por Dios! a algunas mujeres musulmanas que qué había hecho Mahoma por ellas.

No extraña, por otra parte, que se ofendieran, porque lo que ha hecho por ellas ha sido someterlas a una religión misógina y muy contraria a la dignidad de la mujer. Y eso, cuando se tiene que reconocer, ha de doler mucho porque la verdad, en según qué mentes, no sienta nada bien.

Pues bien, como eso les debe parecer poco al lobby musulmán que, petrodólares en mano y en bolsillo, tratan de amedrentar con su religión impositiva (Islam significa, no lo olvidemos, sometimiento o algo así) ahora quieren dar el salto a nivel internacional y procurar que, quien eso puede hacer, legitime su aberrante sentido de lo religioso y su escaso aprecio por los derechos ajenos.

Leer más... »