InfoCatólica / Eleuterio Fernández Guzmán / Archivos para: Mayo 2009

11.05.09

¿Hasta dónde ha de haber separación entre política y religión?

Se lee y se oye muchas veces que la Iglesia católica no puede, como institución espiritual, entrometerse en la vida política. Que no puede opinar, siquiera, de los asuntos materiales de la tierra; que, en fin, mejor estaría en la sacristía y, en todo caso, llevando una contadía privada de su doctrina y pensamiento.

Esto es, como bien puede pensarse, algo extraño a la realidad de las cosas.

Sabemos lo que Jesucristo dijo cuando, con ánimo de cogerlo en un renuncio, le enseñaron una moneda: “Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios” (Lc 20:25)

Sin embargo, no dijo que la separación fuera de tal forma que no existiera relación alguna entre lo político y lo religioso. Eso no lo dijo porque comprendió que, simplemente, era imposible: la Iglesia la había creado para que estuviera en el mundo, para que, con la transmisión de la Buena Noticia, el mundo cambiara su corazón de piedra por otro de carne.

Esto lo ha comprendido, a la perfección, Benedicto XVI, el denostado, cuando, en su primera encíclica, Deus caritas est, establece, más que nada, el deber de la Iglesia y, en realidad, la relación que debe existir entre política y religión.

Así, “La Iglesia tiene el deber de ofrecer, mediante la purificación de la razón y la formación ética, su contribución específica, para que las exigencias de la justicia sean comprensibles y políticamente realizables” (Deus caritas est, 28)

Es decir, que es obligación de la Iglesia. No se trata de una actuación que, por capricho, hace la Esposa de Cristo sino que, al contrario, ha de llevar a cabo por imperativo (y gozo) espiritual.

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10.05.09

La Palabra del Domingo - 10 de mayo de 2009 - Permanecer en Cristo y Él en nosotros.

biblia

Jn 15,1-8. El que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante.

Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el viñador. Todo sarmiento que en mí no da fruto, lo corta, y todo el que da fruto, lo limpia, para que dé más fruto.

Vosotros estáis ya limpios gracias a la Palabra que os he anunciado. Permaneced en mí, como yo en vosotros. Lo mismo que el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid; así tampoco vosotros si no permanecéis en mí.

Yo soy la vid; vosotros los sarmientos. El que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto; porque separados de mí no podéis hacer nada. Si alguno no permanece en mí, es arrojado fuera, como el sarmiento, se seca; luego los recogen, los echan al fuego y arden.

Si permanecéis en mí, mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que queráis y lo conseguiréis.

La gloria de mi Padre está en que deis mucho fruto, y seáis mis discípulos
.”

COMENTARIO

Jesús es viña de Dios

1.-Quizá lo que propone Jesús, en esta parte del Evangelio de Juan, sea una de las imágenes más clarificadoras de las que mostró a lo largo de su corta, pero profunda, predicación: la vid y el viñador, los sarmientos y el fuego que los quema, el seguimiento a la vid y el fruto que podemos obtener y dar de ese seguir al Enviado.

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9.05.09

Juan Pablo II Magno - El camino cristiano de la cultura

Serie “Juan Pablo II Magno

JPIIM

Se ha dicho muchas veces que Juan Pablo II Magno, mucho antes de ser elegido para ser Vicario de Cristo, fue actor y que su interés por la cultura no era poco importante sino que, al contrario, bebió del “veneno” del arte y eso lo reflejó en su posterior vida.

Por eso no es de extrañar que en su Exhortación apostólica Christifideles laici (CL), de 1988, dejara escrito que “La ruptura entre Evangelio y cultura es, sin duda, el drama de nuestra época, como también lo fue de otras. Es necesario, por tanto, hacer todos los esfuerzos en pro de una generosa evangelización de la cultura, más exactamente, de las culturas” (CL 44)

Por tanto no cabe que entre la Palabra de Dios y el mundo de la cultura se establezca un foso de separación porque evangelizar a la segunda ha de resultar esencial para que la sociedad se desarrolle de forma correcta y sin las extralimitaciones en las que, muchas veces, cae.

De aquí que Juan Pablo II Magno, sobre la relación entre Iglesia y sus fieles y la cultura también tuviera algo más que decir.

Por ejemplo, en la Constitución Apostólica sobre las Universidades católicas, de 1990, dijo que “El diálogo de la Iglesia con la cultura de nuestro tiempo es el sector vital en el que se ‘juega el destino de la Iglesia y del mundo’. No hay, en efecto, más que una cultura: la humana, la del hombre y para el hombre y la Iglesia, experta en humanidad (…), gracias a sus universidades católicas y a su patrimonio humanístico científico, expone los misterios del hombre y del mundo explicándolos a la luz de la Revelación”.

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8.05.09

Llamazares vs. Rouco Varela o cuando el Mal no puede contra el Bien

Ya había manifestado Gaspar Llamazares cierta animadversión contra el Presidente de la Conferencia Episcopal Española, precisamente, cuando fue la elección de tal cargo eclesial.

Entonces dijo que la elección no era una buena noticia” porque, según el dirigente comunista, la Iglesia católica trataría de imponer” su “moral dogmática” a todos.

Según cuentan las crónicas esto lo dijo sin despeinarse y sin estirarse de la barba. Vamos, como si hubiera dicho algo sin importancia.

También quiso definir a ciertos sectores de la Iglesia católica llamándolos cristianos de base” (ya sabemos quiénes son) que iban a ser “preteridos” para favorecer una “imagen de cuaresma” que, según Gaspar Llamazares, representaba Rouco Varela.

Por tanto, nada ha de extrañar de lo dicho, ahora, por el dirigente comunista, afecto, más que nada, al zaherimiento de determinadas personas que no son de su cuerda ideológica (hez, como sabemos, de la historia de la humanidad) ni que ahora, sobre la proposición parlamentaria de reprobar a Benedicto XVI, haya vuelto a meter la pata parlamentaria aunque, aquí, en compañía de otros.

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7.05.09

Juan Masiá equipara lo imposible de equiparar

En determinadas ocasiones se hacen equiparaciones que, es muy posible, pueden resultar adecuadas. Por ejemplo, podemos equiparar bondad y Cristo porque resultan equivalentes una palabra y la persona.

Pero no todo es equiparable.

Siguiendo con su habitual línea torticera, el jesuita Juan Masiá Clavel publicó, el pasado 4 de mayo, un dizque artículo en su blog de Religión Digital en el que escribe de forma equivocada, trata a las personas como si desconociéramos quienes son y, sobre todo, muestra un talante sumamente despreciable.

Lo que ha hecho, ni más ni menos, es poner a la misma altura a don Gaspar Llamazares, quien fuera Coordinador General de Izquierda Unida, comunista a más señas, y a don Antonio Cañizares, Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y Disciplina de los Sacramentos.

¿Es, esto, posible?

Pues lo es si se quiere zaherir a alguien (en este caso al Prefecto) para ponerlo mal y si, además, se le tiene cierta inquina.

No se vaya a pensar que esto que aquí se escribe se hace por tener algún tipo de rabia contra el jesuita. No. A las pruebas me remito.

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