La verdad es que uno se pregunta la razón por la cual el diario laicista “El País” tiene por costumbre (mala o desaguisada) publicar determinados artículos en domingo, día del Señor.

Además, en el caso del publicado el 21 de septiembre pasado está, digamos, algo pasado de vueltas (tanto el tema como el autor del mismo) porque eso del Cardenal Newman hace ya unas semanas que pasó a la historia como uno, más, de los intentos del lobby gay de hacer pasar por homosexual al converso inglés al catolicismo.

Pero vuelven a las andadas.

Así, en el citado artículo de “El País” se volvía, como se dice, por donde solían (o suelen) ir aquellos que, con ganas, zahieren a la Iglesia católica en cuanto pueden ver ocasión para ello.

A esto colaboran, con gusto (no sé yo con qué clase de gusto) personas como la que firma el artículo, Juan G Bedoya, especialista en meter la sílaba y el acento en temas de religión con demasiada asiduidad y con resultados, digamos, mejorables. O sea, repartiendo basura con su particular ventilador ateo.

Como no podía ser de otra manera, altavoz de tal noticia fue, como no podía ser de otra forma, Redes Cristianas muy dada, como sabemos, a ampliar todo lo que pueda resultar escándalo en el seno de la Iglesia católica.

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Serie Nueva Era

Antes de empezar quisiera decir que, en verdad, me da la impresión de que las personas que pretenden introducir más la secta de la llamada “Cienciología en España” no son, sino, un atajo de paletos (porque, a lo mejor creen que su prestigio será mayor si el falso nombre que llevan se queda en inglés, como si tal cosa impresionara algo. Eso denota cierto sentido de superioridad que no parece nada religioso) Aunque, en el caso de España, no se les puede negar que conocen el sentido que, a veces, tenemos los españoles de que lo de fuera es mejor que lo de dentro, incluyendo idiomas.

No crean que los insulto ni nada por el estilo. Es que hay que ser muy paleto o pensar que los demás sí lo son para llamarse, en España, “Iglesia de Scientology de España” cuando cualquiera sabe traducir su falso nombre por Cienciología. Pues tendrán que cambiar mucho (aunque no creo que sean capaces de tal cosa) si les es aceptada la declaración de “notorio arraigo” que, para España, quieren pedir.

Y esto último no es broma. Dicen que tienen arraigo en España y, por ejemplo, argumentan que han tenido muchas visitas a su página web, entre otras simplezas de similar jaez.

¡Vaya fauna!

Pero bueno, aquí la apariencia cuenta mucho. Sin embargo, esta organización que saca los cuartos, al personal adepto, con gracia y demostrada simulación religiosa puede apartar, de su situación espiritual, a bastantes personas y llevarlas hacia su extraña ciencia y su escasa logía.

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