Eppur si muove - ¿Qué es ser católico?

Muchas personas hemos nacido en el seno de una familia que profesaba la religión católica; nacimos, con el espíritu, a la vida del mundo, acunados en las manos progenitoras y divinas.

Así se es católico.

Muchas personas fuimos bautizados en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, esa fórmula que nos une, en lo íntimo del corazón, a nuestro Creador porque por su voluntad existimos.

Así se es católico.

Muchas personas asistimos a una catequesis más o menos adecuada, con el tiempo y con la forma de ser actual, en la que trataron de que conociéramos mejor quién era Jesús y Dios, y qué era la Iglesia que fundó hace tiempo, mucho tiempo, seguramente desde la eternidad.

Así nos reconocemos católicos.

Muchas personas fuimos conformados en la Fe, cuando la razón descubre a Dios y hacemos uso de ella; conformados, y por tanto, afirmando lo que, por la edad, en la comunión, quizá no entendimos o se pasó, para nosotros, envuelto en un halo de misterio y fiesta.

Así nos confirmamos católicos.

Muchas personas nos sentimos acogidos cuando, en la Iglesia, contrajimos matrimonio sellando, en ella, una alianza con Dios y con la otra persona con la que quisimos formar una familia de las que ahora denominan tradicional.

Así nos vimos católicos.

Muchas personas sentimos, hemos sentido, una herida profunda cuando en el sepelio de un miembro de nuestra familia o de un amigo hemos recordado el polvo al que volveremos y esas personas, dejándonos un poco huérfanos de su amor, han acudido, quizá sin quererlo, a esa terrible fosa de la que tanto habla el salmista.

Así, en comunión, somos católicos.

Muchas personas hemos agradecido, agradecemos y agradeceremos, a la Iglesia institución, herencia de Cristo para este valle, que tenga unas manos abiertas, un corazón de carne, unos ojos que lloran con el que sufre y una razón donde impera el amor.

Así nos sentimos católicos.

Muchas personas reconocemos la labor callada, silenciosa, suave, que desde la Iglesia institución, como donación graciosa de Dios, se hace para que el bien prolifere y abarque a la sociedad en la que vive, convive y conoce.

Muchas personas damos las gracias por el trabajo que desde la Iglesia institución se hace para analizar, pensar, discurrir sobre, conocer y reconocer los problemas que acechan a nuestra amada nación; damos las gracias por el resultado de ese análisis, de ese pensamiento, de ese conocimiento; damos las gracias por mantenernos, siempre, los ojos abiertos y el corazón preparado para el engrandecimiento y la caridad.

Muchas personas somos conscientes, porque somos comunidad y fruto, de que la Iglesia institución ha de vehicular, llevar, tender su mano, hacia nosotros para que nos dejemos conducir por su Magisterio porque sabemos que nos hace comprender lo que fuimos y lo que somos.

Así nos sabemos católicos.

Pero muchas personas se dicen católicas y hacen de su propio pensar una corriente que aligera sus vidas de los compromisos que tenemos contraídos, por Dios, con la Iglesia institución que, como sabemos, está constituida, también, por hijos de Dios como nosotros.

Así es difícil ser católico.

Pero muchas personas se dicen católicas y olvidan a san Cipriano que, en su sabiduría (recordada por Agustín, de Hipona) dijera, y dice, que “Nadie puede tener a Dios como Padre si no tiene a la Iglesia como Madre” y, por lo tanto, deberían de saber lo que esto significa.

Así sólo con esfuerzo se les puede considerar católicas.

Pero muchas personas se dicen católicas y, en su vida, no concuerda lo que se supone defienden y lo intrínseco de su corazón, de donde salen las obras, y apoyan en ideologías contrarias a Dios el escabel desde donde miran al mundo suponiendo que así son fieles a un supuesto progresismo del Emmanuel, olvidando que vino a perfeccionar la Ley de Dios, no ha adaptarla a cada momento ni a cada cual para defender su sentido y significado.

Así, ser católico es intrínsecamente imposible aunque se sea.

Pero muchas personas se dicen católicas y tienen enturbiado su corazón porque así viven mejor una fe que más consiste en oponerse que en reconocer, más en contrariar que en apreciar, más en simular acogimiento de Dios que en vertebrar, en su alma, la dulce doctrina de Cristo.

Así tampoco se es católico aunque se sea.

Pero muchas personas se dicen católicas, aquellas que por haber recibido los sacramentos (los que sean) se sienten capacitados, capaces acaso, de interpretar el mundo dejando a un lado a la Iglesia institución suponiendo que ésta no es Madre; dejando de lado, apartando con asco, todo lo que suene a oficial, como si de lo individual, de lo subjetivo, viniese todo bien y olvidando que, sobre todo, somos comunidad, comunión, y queriendo hacer como si el brazo pudiese trabajar en descoordinación con el cerebro; como si Jesús hubiera procedido por libre abandonando, al albur del olvido, la voluntad de su Padre cuando fue lo contrario lo que sucedió.

Así, sólo la forma las hace católicas.

Y muchas personas sin embargo, las que no nos sentimos traicionados por la Iglesia institución sino que reconocemos, en ella, a esa Madre de la que habla san Cipriano, sabemos que, cuando limpien sus ojos del barro del mundo serán capaces de reconocer que no son de éste y dejarán olvidada su mundanidad y los poderes a los que se aferran sin darse cuenta de que es más fácil compartir el yugo que romperlo.

Eleuterio Fernández Guzmán

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Y, si puedes, da el siguiente paso. Recuerda que “Dios ama al que da con alegría” (2Cor 9,7).

4 comentarios

Comparto todo lo dicho. Se es católico cuando uno es parte del Cuerpo de Cristo por medio de la comunión con la Iglesia.

Dios le bendiga :)
03/09/10 10:52 AM
  
María
Los Cristianos, debemos ser conscientes, que EL ESPÍRITU DE CRISTO" ,cuando recibimos el Bautismo, se hace tambien "NUESTRO ESPIRÍTU".
-" El Alma del Alma- de Cristo, se hace tambien" Alma de nuestra Alma".
Cristo está en nosotros por su ESPÍRITU, Y LA Iglesia es un Cuerpo viviente, cuya cabeza es CRISTO, nosotros los Bautizados...sus miembros y EL ESPÍRITU SANTO su Alma.Es un Cuerpo en el que el Pecado Mortal,( como el torniquete aplicado a un dedo ), puede interrumpir temporalmente el flujo Vital, hasta que es quitado por el ARREPENTIMIENTO.
Es un Cuerpo, en que cada miembro se aprovecha de cada Misa que se celebra, cada oración que se ofrece, cada buena obra que se hace por cada uno de sus miembros en cualquier lugar del mudo......En definitiva ES EL CUERPO MÍSTICO DE CRISTO Y " Yo soy miembro de ese Cuerpo"
¿Que representa esto para nosotros?
Pues que tenemos una función que realizar, como miembro de ese Cuerpo, una función asiganada a cada uno de nosotros,, y sabemos que hay tres Sacramentos por los que CRISTO nos asigna nuestros deberes.
En La Pila Bautismal, Jesús, nos envía a cada uno ,para continuar lo que los Doce Apostóles iniciaron, nosotros tambien somos apostóles ( con a minuscúla)

Los Clérigos, Religiosos y Laicos, todos unidos en un Cuerpo, constituyen la Iglesia de CRISTO
03/09/10 2:03 PM
  
Manuel
Quizás también sean católicos los pecadores, los que no quieren obedecer a la Iglesia, o no pueden, los que se han alejado por el alcohol, drogas, sexo.
Quizás ser católico sea en parte un camino, que algunos pueden hacer mejor y otros muchos lo hacemos cojeando, parando, tropezando.
Quizás la Iglesia Católica también se componga de los que abortan, se divorcian, se corrompen en la sociedad en la que vivimos, y luchan por corregir y limpiar su vida.
Quizás la Iglesia Católica también se componga de muchos pecadores.
03/09/10 9:21 PM
  
María
Manuel

Pero todos los Católicos sabemos, que el SACRAMENTO de la Penitencia, es uno de los mayores regalos que DIOS nos ha dado, un regalo sin el que no podríamos pasar, y que jamás agradeceremos bastante.

Saludos
03/09/10 11:07 PM

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