Las Misas sin fieles y el Juicio temerario

En medio de situaciones difíciles, volver a las fuentes de la doctrina católica nos trae siempre claridad y paz. Nos ordena, nos serena, nos provoca y nos “aguijonea” a ser mejores.

La situación actual, en la cual las Misas celebradas en las parroquias no pueden contar por ahora con la presencia de los fieles ha suscitado diversas manifestaciones y expresiones, sobre todo en las redes sociales.

Algunos fieles han expresado su anhelo de participar en la Santa Misa con pedidos virtuales dirigidos a las autoridades civiles y -este es el caso al que me refiero- a los obispos. A su vez, algunos obispos han respondido públicamente a esta petición, al igual que algunos sacerdotes.

Mi opinión personal, en concordancia con lo que enseña el Código de Derecho Canónico y el Catecismo de la Iglesia Católica, se resume en lo siguiente:

# Que los bautizados tienen derecho a los sacramentos si los piden razonablemente y con las debidas condiciones (c. 213)

# Que los fieles laicos “tienen el derecho, y a veces incluso el deber, en razón de su propio conocimiento, competencia y prestigio, de manifestar a los Pastores sagrados su opinión sobre aquello que pertenece al bien de la Iglesia y de manifestar a los demás fieles, salvando siempre la integridad de la fe y de las costumbres, la reverencia hacia los Pastores y habida cuenta de la utilidad común y de la dignidad de las personas.” (c. 212 .3)

# Que los pastores debemos, en este contexto difícil, hacer lo posible para brindarles “asistencia espiritual” como -por otra parte- nos permite el Gobierno Nacional Argentino (artículo 2 del Boletín Oficial del 20 de Marzo de 2020)

# Que por el momento y teniendo en cuenta que en Argentina no están permitidos los eventos no sólo religiosos, sino también culturales, recreativos y deportivos, no estamos -al menos no aún- en una situación de “persecución religiosa". Tampoco se nos está privando del ejercicio del derecho de la Libertad religiosa, al menos que yo sepa. Los eventos religiosos que impliquen congregar fieles “caen” bajo la misma regulación que todos los demás eventos, no se nos impide reunirnos por motivos de fe sino por una medida sanitaria más amplia.

Lo que me permito sugerir a los fieles –en relación a los obispos y sacerdotes- y también me atrevo a sugerir a mis hermanos sacerdotes y a los obispos –aunque no sé si alguno me leerá, ;) - es que evitemos los JUICIOS TEMERARIOS.

¿Qué son estos juicios?

El catecismo dice que “se hace culpable de de JUICIO TEMERARIO el que, incluso tácitamente, admite como verdadero, sin tener para ello fundamento suficiente, un defecto moral en el prójimo” (2477)

Tal vez me equivoco, tal vez estoy cayendo yo en esto que señalo, pero en algunos textos y mensajes –tanto de fieles como de pastores- me parece ver algo de “juicio temerario”: suponer o dar a entender sin fundamento suficiente que el otro “hace tal cosa” porque “es esto o aquello”. No voy a poner ejemplos, que ustedes podrán inferir.

A mis hermanos laicos, los animo a ayudar a los sacerdotes a descubrir cómo ejercer ese ministerio de “asistencia espiritual” en el marco de la actual normativa.

A mis hermanos sacerdote, los animo a que pidamos a Dios el don de la creatividad para que sin descuidar la salud de nadie hagamos lo posible para atender a nuestros fieles. Para que ellos -nuestros fieles, los que nos sostienen con su oración, los que nos sostienen económicamente, los que trabajan “a la par nuestra”, los que le “ponen el pecho” a la experiencia difícil de ser cristiano hoy- no se queden con la sensación de que su reclamo no nos “hace mella” porque “sabemos por qué lo hacen”. Y mucho menos lleguen a sentir que los juzgamos o los condenamos.

Como siempre, ojalá que esta situación, incluso teniendo puntos de vista diversos, sea una oportunidad para que nuestros hermanos no creyentes puedan ver al Pueblo de Dios -fieles y pastores- y decir “miren como se aman".

P. Leandro Bonnin.

11 comentarios

  
anawin
Estimado Pater, le agradezco su artículo y el respeto que con el que trata a los fieles, espero escribir con el debido respeto a su persona y a su ministerio. Le ruego que me perdone si mi excedo en la crítica pero creo que es mi obligación como católico.

Soy español y desconozco la situación de Argentina, pero por lo que cuenta es similar al caso de España.

Es muy deseable el respeto recíproco entre fieles y sacerdotes pero me temo que se está produciendo una brecha muy difícil de sanar.

Artículos en este mismo medio digital como "¿Catolicismo? La tontería se va a acabar", escrito por un sacerdote (y sin derecho a la respuesta), ahondan en la herida entre el pueblo y sus pastores.

Por mi parte he visto homilías por internet de sacerdotes que conocía y apreciaba (ya he dejado de hacerlo) en las que se acusaba a los fieles que pedían misas de:
falta de caridad con sus hermanos (id a ayudar a los pobres antes de pedir misas);
negar que los fieles tenemos derecho a pedir los Sacramentos;
burlarse de los fieles que "sólo" van a misa los domingos y se consideran cristianos;
burlarse de los que piden la comunión en la boca;
burlarse de evitar recibir la Sagrada Forma de un laico (normalmente una mujer) cuando hay un sacerdote al lado...

Lo grave de todo esto es que la excusa (el famoso virus) no es un obstáculo insalvable para dar la comunión o confesar con las mismas precauciones que se toman para ir a un supermercado (en Polonia e Hungría así se ha hecho).

Los católicos no podemos vivir sin Eucaristía, no es un capricho, es el Pan de Vida.

Me es muy doloroso decir que hay una gran mayoría de sacerdotes que se están acomodando en un nuevo clericalismo y se están distanciando del pueblo de Dios al que se deben.
29/04/20 10:31 AM
  
templario
Me parece correcto lo que nos dice, pero Vd. ¿se callaría viendo que le quieren poner un chupete, en asunto de tanta gravedad ?
Este gobierno, sin haber prohibido oficialmente el cierre de Iglesias, ahora nos vende su apertura. Todo esto indica que la jerarquía eclesiástica y el gobierno están jugando con nosotros a contarnos mentiras. El articulo 11 de B.O.E. sobre confinamiento autoriza la asistencia a los templos.
https://infovaticana.com/2020/04/28/sanchez-anuncia-la-apertura-parcial-de-los-templos-para-el-11-de-mayo/
Tanto Omella como Osoro solicitan al gobierno la apertura de Misas, cuando fueron ellos los que decidieron cerrarlas.
Este dato demuestra las mentiras de ambos.
El Obispo de Cuenca, miembro del Opus Dei, presume de haber ido más allá que el Gobierno, al prohibir la Santa Misa.
https://www.hispanidad.com/confidencial/obispo-cuenca-miembro-opus-dei-presume-ido-alla-gobierno-prohibir-santa-misa_12018025_102.html
29/04/20 10:35 AM
  
Luis López
Tiene vd. razón, padre Bonín, en que no debemos ponernos a cuestionar la buena fe de nuestros pastores, que acertadamente o no, han decidido lo que en conciencia han creído mejor para todos.

Pero sí tenemos derecho a pensar que esa decisión prudencial de muchos obispos (entre ellos el mío) de cerrar las iglesias y suspender el culto público -cosa que no se atrevió a hacer el Estado- ha sido un error de bulto, porque recordamos lo que dice el Decreto de alarma (RD-L 463/2020, Art. 11):

"La asistencia a los lugares de culto (...) incluidas las funerales se condicionan a la adopción de medidas organizativas consistentes en evitar las aglomeraciones de personas".

Ni se suspendía el culto, ni se cerraban las Iglesias. De hecho, la actitud que hemos visto estos días en internet de policías interrumpiendo Misas, sólo ha podido ser motivada porque, de hecho, han creído que estaba prohibido el culto, dado lo decidido por los obispos (quienes por cierto no han levantado la voz ante esas vergonzosas imágenes de profanación de misas).

En definitiva, no comprendo todavía -y nadie me lo ha respondido- por qué se ha ido más allá de lo que dice el decreto.

Si es por preservar la salud de sacerdotes y fieles -como dijo por ejemplo mi obispo-, estoy convencido que los sacerdotes españoles tienen más ganas de arriesgarse y asistir a sus fieles que, por ejemplo, las cajeras de supermercados o los peluqueros a sus clientes, y que los fieles en general no tienen miedo a la enfermedad, si van a una Iglesia a adorar al Señor o a recibirle sacramentalmente. ¿Miedo delante del Señor? ¡Miedo a mi indignidad solamente!

No cuestiono la buena fe de los obispos, de acuerdo, pero no comprendo esa decisión. ¿Tengo derecho a pensar que ha sido un error monumental? ¿Estoy pecando, padre, por ello?
29/04/20 12:03 PM
  
Rafa
Ni entro ni salgo en lo que Vd expone. Me parece muy bien recordar las disposiciones de La Iglesia.
En mi opinión, y quizá sea equivocada, el "problema" es que quizá se suele asociar el "valor" de la Misa a que haya fieles. Sé de algún (?) sacerdote qu está en contra de celebrar "misas privdas", es decir sin asistentes. ¿NO estará el "problema" en un desconocimiento del valor de la Santa Misa por sí misma?.
Le agradecería que ampliase ésto último, si puede, en algún escrito suyo.
Gracias
29/04/20 1:06 PM
  
María de las Nieves
Nos han impuesto un decreto de alarma que como ciudadanos debemos cumplir.
Hemos vivido una situación caótica de dolor impotencia ;de lágrimas por la situación de hospitales en un primer momento sin recursos de protección los médicos y pacientes.
No había familiares que pudieran estar a su lado y morían o como no había respiradores los dejaban morir con la bomba de morfina.
Apilados los cuerpos en Residencia de Ancianos clamamos por todos necesitaban medios.
Para ellos los primeros pedíamos que pudieran recibir al Señor ;una Palabra Sagrada; los Sacramentos y personal sanitario rezaba con ellos.
Muchos sacerdotes murieron contagiados y otros en Residencias Sacerdotales.
El decreto tiene límites que debemos aceptar no cerró los templos solo limitaba el aforo.
Y ahi se pasaron ciertas autoridades eclesiales con cierre de templos y agentes que interrumpieron en España la Misa con 5 personas.Es decir la suspendieron o multa a los que había de 600 €.
Como debía Actuar el Sacerdote u Obispo? Ud lo sabe mejor que nadie.Y bajo qué condiciones se supende la Misa es decir al Señor ?Sabe lo dejaron en camino a la Cruz en agonia y aceptaron marcharse ;si discípulos despavoridos no se que haría yo si allí estuviera ;no estaban apaleandonos no peligrabamos fisicamente. Y se cumplia el decreto de distancia fisica.O que estamos celebrando en cada Eucaristía?
Respecto a los fieles fuera del templo se cerró la capilla de Adoración perpetua de 24 horas y es una persona cada hora o máximo dos de noche.Y esto no lo hizo el decreto. Ya está regulado Decreto Derecho Canónico para fieles y Obispos etc y nadie puede prohibir la Eucaristía aunque esté solo Sacerdote.
En lo Civil se arbitraron hospitales de campaña para atender a los enfermos y los médicos todos como una piña ;nadie abandonó a sus pacientes.
Ser prudentes en todo si; cumplir normas higiénicas y de protección si para todos .
Los médicos y enfermeras visitaron a los pacientes sanos y enfermos en sus casas y prescribieron su medicación velando por su salud.
No se puede generalizar con respecto a las Autoridades eclesiales pero pueden celebrar la Misa en Templo y con Ministros extraordinarios de Comunión llegar a las casas como nos llega la comida y basta un Padre o una Madre de familia al ir a la compra o expresamente ir por la comunión ;lógico con las debidas normas; contriccion perfecta y condiciones de compromiso liturgico en casa y acaso no se puede dejar el stmo en un altar de cada casa de adoradores? Creando un altar y Sagrario bendiciendo una capilla familiar.
El Señor nos visita como Peregrino Andante la Iglesia visible requiere los Sacramentos.
Deben implementar los Obispos un cambio en la organización y deben darse nuevas disposiciones para que el Señor nos visite
los fieles solicitarlo y siempre en las debidas condiciones.
Y en un tiempo no podemos ir a los templos masivamente lugar de alegría.
Sigamos orando todos por toda la Iglesia Universal ;sabiendo que Nuestro Señor no nos abandona es Padre y somos sus hijos necesitados.
Gracias a ustedes Sacerdotes y Obispos que se comunican con nosotros por este medio y a todos los fieles laicos; tenganos presente en la celebración de su Santa Misa y siga escribiendo la Palabra viva del Señor que llega.
Y meditemos la joya de artículo que nos dejó el Padre Iraburu que desde aquí le doy las gracias.


29/04/20 3:39 PM
  
Inés
"Como siempre, ojalá que esta situación, incluso teniendo puntos de vista diversos, sea una oportunidad para que nuestros hermanos no creyentes puedan ver al Pueblo de Dios -fieles y pastores- y decir “miren como se aman"."
29/04/20 3:50 PM
  
Horacio Castro
Padre Leandro Bonnin. Muchas gracias por su artículo. Ud. explica perfectamente, evitando malos entendidos, que por ahora las Misas no pueden contar en las parroquias con la presencia de los fieles, exclusivamente porque no están permitidos los eventos no sólo religiosos, sino también culturales, recreativos y deportivos. Nada hace pensar que las autoridades de nuestro país incurrirían específicamente en una situación de “persecución religiosa".
29/04/20 4:54 PM
  
Scintilla
Me ha reconfortado leer su escrito, padre.
Y quisiera aportar, para complementar lo que dice del juicio temerario, la otra pata de la cuestión, que es el derecho de saber la verdad. Nos dice el 2489 del Catecismo:
"La caridad y el respeto de la verdad deben dictar la respuesta a toda petición de información o de comunicación. El bien y la seguridad del prójimo, el respeto de la vida privada, el bien común, son razones suficientes para callar lo que no debe ser conocido, o para usar un lenguaje discreto. El deber de evitar el escándalo obliga con frecuencia a una estricta discreción. Nadie está obligado a revelar una verdad a quien no tiene derecho a conocerla."
Hasta qué punto en esta situación:
a) Los fieles tienen el derecho de saber por qué se ha procedido como se ha procedido sin que ese proceder fuera amparado por la ley, más allá de la ley. Y, a priori, parece que lo tienen, pues se trata de la salud de su alma, y por lo tanto tienen que ser razones graves que no se compaginan con la comparación con la apertura de otros comercios tan nocivos para la salud como los estancos, en los que cualquiera ha podido ver la falta de respeto de las medidas de seguridad, sin crítica por ninguna parte.
b) Hasta qué punto -y aquí puede entrar en juego la temeridad- las razones de facto han sido ocultadas o no por saber que de conocerse habría un rechazo aún mayor entre los fieles (no por razones prudenciales o sanitarias, sino políticas). Si el escándalo es porque las medidas salen de un pacto al margen de la letra de la ley (y desde luego de la constitución) con las fuerzas anticristianas que nos gobiernan para garantizar, por un lado, la comodidad política de nuestros pastores, que no tendrían que gestionar ninguna oposición a ese poder, y, desde los pastores, el aquietamiento de los fieles para que no fueran una causa de dificultad política para las fuerzas que nos gobiernan.
En esta sospecha creo que se basa todo el problema. Hasta qué punto la verdad, la verdad sobre esto, está o no hurtada, al servicio de lo cual parece haber habido, aunque a lo mejor no fue así, de un esfuerzo doctrinal por parte de algunos pastores por justificar el estado actual de la retirada total de las misas públicas, que ha venido acompañada, además, en muchos casos, por una desasistencia espiritual que iba mucho más allá de lo que éstas implican (llevar la comunión a los enfermos, o repartirla entre los fieles, confesar...), que se ha abordado en muchos casos sin ninguna imaginación ni voluntad de servir.
29/04/20 5:41 PM
  
Victoria
Coincido con el comentarista primero en que se está agrandando notablemente la brecha entre laicos y pastores, con este tema del cierre a cal y canto de los templos católicos en prácticamente toda España. Y digo agrandando, no tanto porque llevemos ya décadas en que se va produciendo una progresiva desafección con la Iglesia (su jerarquía), sino porque, como bien ha dicho algún sacerdote, esta situación inédita de no poder acceder a los sacramentos ha provocado que la Cabeza de ese Cuerpo Místico de Cristo, que es la Iglesia, se haya quedado en el altar, y el Cuerpo, nosotros, en nuestras casas. Así que estamos como gallina sin cabeza, vamos, disculpándome con nuestro Señor por la frivolidad de la comparación, pero que creo es bastante ilustrativa para señalar la desorientación, el miedo y la pérdida de vida que está produciendo entre muchos fieles.

Soy de las pocas personas privilegiadísimas por poder asistir a misa diariamente. Y quizás porque cuando un miembro del Cuerpo Místico se sufre, todo el cuerpo se duele, experimento esa desazón inmensa que sienten todas aquellas personas que ahora están reivindicando, lamentándose o simplemente desahogándose por no poder recibir la Eucaristía o por no tener posibilidad de confesarse...por no hablar de tantos cuyos seres queridos han fallecido solos y sin acceso a los auxilios espirituales en el momento de su muerte. Pero todo ello es perfectamente comprensible y -salvando quizás los juicios de intención, que siempre han de evitarse-, también creo que de todo punto legítimo, como usted mismo prueba con los preceptos del Código de Derecho Canónico que transcribe.

Por eso me resulta tan sorprendente como triste la actitud de ponerse a la defensiva que han tomado algunos sacerdotes y obispos, ante la difusión de ciertos vídeos en que se expresa la necesidad VITAL de muchos laicos de recibir los Sacramentos. Cero empatía. Ni siquiera comparto el argumento de que los eslóganes utilizados no fueron afortunados, pues, vueltos a escuchar los cuatro vídeos, distintos, que en su día recibí por whatsup compruebo que el "por favor" impera en todos ellos, y que se expresan ruegos tan conmovedores como "OS NECESITAMOS tanto como al personal sanitario"; "os pedimos que nos ayudéis", "dadnos la misma, por favor ("dadnos de comer"?), "necesitamos recibir los sacramentos", "nos ponemos a vuestra disposición".

Es verdad que todos tendemos a juzgar lo externo, y quiero pensar que cuando tantos Obispos han tomado la decisión que han tomado, lo habrán discernido en todo caso a la luz de la sabiduría y de la prudencia del Espíritu Santo.Sólo Dios, que nos sondea y conoce hasta en lo más íntimo de nuestros pensamientos, podrá juzgar todas las aristas de esta decisión, no nosotros. Y aún así, no puedo evitar tener la triste sensación de que ha faltado mucha fe, de que ha sido una decisión equivocada que va a traer consecuencias de gravedad insospechada y, entretanto, de que hemos dejado solo al Señor, como olvidándonos que sin Él no podemos NADA.

Y entretanto, el demonio aplaudiendo con las orejas... Lo que no quita para que el Señor que es infinitamente bueno y misericordioso esté derramando cantidades ingentes de Gracia en este tiempo y esté extrayendo mucho bien de todo esto.

Quizás sea esta una buena ocasión para aplicarnos todos esa máxima tan célebre, atribuida tantas veces a San Agustín, a cuya virtud "en lo dudoso, libertad; en lo esencial, unidad; en todo, caridad".
29/04/20 6:26 PM
  
Oscar Alejandro Campillay Paz
Padre gracias por la sabiduría de sus palabras entre tanta confusión!
Me parece que cuando criticamos tan duramente a nuestros Pastores, se nos olvida que deben tomar sus dificiles decisiones mirando también en como cuidar a "sus hijos". Confiemos más en nuestros padres, que llevan una enorme responsabilidad, que buscan nuestro bien, y a los que asiste Dios, con gracias especiales para ello.
29/04/20 8:04 PM
  
Scintilla
Victoria, la cabeza del cuerpo de Cristo es Cristo, gracias a Dios. La jerarquía y el clero son parte importante del mismo en la Iglesia militante, pero no siempre la más poderosa (incluso los heréticos, con sus sarmientos, son ramas muertas), que es siempre la de los santos. Y en la triunfante tenemos ángeles y santos que cuidan de nosotros.
29/04/20 9:16 PM

Dejar un comentario



No se aceptan los comentarios ajenos al tema, sin sentido, repetidos o que contengan publicidad o spam. Tampoco comentarios insultantes, blasfemos o que inciten a la violencia, discriminación o a cualesquiera otros actos contrarios a la legislación española, así como aquéllos que contengan ataques o insultos a los otros comentaristas, a los bloggers o al Director.

Los comentarios no reflejan la opinión de InfoCatólica, sino la de los comentaristas. InfoCatólica se reserva el derecho a eliminar los comentarios que considere que no se ajusten a estas normas.