Las sectas, un desafío para el ecumenismo en Iberoamérica
El sacerdote dominico Pedro Fernández Rodríguez, miembro de la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES) acaba de publicar en Edibesa (Madrid) un libro titulado El poder de la palabra y la debilidad del diálogo. Treinta años de ecumenismo (1970-2000). Fernández, que ha sido durante muchos años profesor en la Facultad de Teología de San Esteban (Salamanca), y también en la Facultad de Teología de San Dámaso (Madrid), ahora es penitenciario de la basílica de Santa María la Mayor (Roma).
En su última obra resume más de una treintena de encuentros y congresos ecuménicos internacionales a los que asistió entre los años 1970 y 2000, señalando los diálogos que se llevaron a cabo, quiénes fueron sus protagonistas y otros muchos detalles que hacen del libro un buen referente para tomar el pulso la historia reciente del empeño por la unidad de los cristianos.
Al comienzo del libro relata lo tratado en el Congreso “Evangelización y ecumenismo”, que se celebró en 1991 en Guadalupe (Cáceres, España). Al final de su crónica explica cómo se abordó el fenómeno de las sectas en el contexto del ecumenismo. Por su interés, reproducimos un extracto a continuación.
Los nuevos grupos religiosos (sectas)
No abundan los estudios concretos sobre sectas en las naciones iberoamericanas, de tipo sociológico o de tipo teológico. En general, se puede decir que el origen de la expansión de las sectas de Iberoamérica está en los vacíos de la pastoral católica; por ejemplo, cuando se enfatiza el compromiso socio-político o el análisis científico, se reducen el celo apostólico y la dedicación espiritual.