Una película española, que no trate de la Guerra Civil es una extrañeza, que no sea mala, es como para que le den un premio.
Cuando llegué al final, me pregunté: ¿cómo queda tan bien la marcha La Madrugá? Con lo pesada que resulta para un pasopalio. Sin embargo aquí, con los tercios en formación, la pieza de Abel Moreno, viene como anillo al dedo.
Hoy es mi último artículo en InfoCatólica. Razones que no vienen a cuento, me han llevado a dar carpetazo a esta etapa interretera.
Vuelvo a mi antigua bitácora, aquella de donde salí.
Agradecer al dueño de la cosa, el padre Iraburu, la acogida que ha tenido con este humilde articulista – no me gusta la palabra blogger -. A los amigos y compañeros – especialmente a Luis Fernando, el padre Guillermo, Bruno y Juanjo, a los que conozco desde hace algunos años -, mandarles un abrazo y desearles que les vaya muy bien.
Ésto es todo.
]]>El órgano hidráulico o hydraulis tiene su origen en los estudios de Herón de Alejandría.
Las piezas que interpreta el mecanismo hidráulico son dos, ambas de Francisco Correa de Arauxo: LXVIII Canto Llano de la Inmaculada Concepción de la Virgen María y Siguense Dies, y Seis Glosas sobre el Canto Llano. Todo para mayor gloria de Dios y de su bendita Madre, como no podía ser de otra forma.
Gracias a la restauración felizmente terminada en el año 2.006, podemos escuchar, cada hora en punto, melodías como la del video:
]]>Don Isaac García Expósito,
He leído con estupor su artículo Un Arzobispo con kipá, publicado en Fides et Ratio, de Infocatólica, en el que usted reprocha al Arzobispo Monseñor Asenjo Pelegrina, el haberse ataviado “con la tradicional kipá judía ante el muro de las Lamentaciones”, y concluye aseverando que los cristianos que viven en Jerusalén, “como el Señor, reciben salivazos de los hebreos.”
Tomando la parte por el todo, usted hace referencia a una noticia que fue publicada por el diario israelí Haaretz y pretende convertir un hecho totalmente reprobable y aislado en un comportamiento habitual, fomentando la idea de los judíos agresivos y violentos con la Iglesia Católica. Y no es así.
Le puedo asegurar que los cristianos en Jerusalén viven libremente su cristianismo y conviven con total normalidad y respeto con las otras religiones ahí presentes. De hecho, la misma información que usted utiliza como fuente explica que el culpable, un “estudiante yeshiva, será llevado a juicio”. Lo que demuestra que este tipo de acciones, son perseguidas con determinación por las mismas autoridades israelíes.
Como usted sabe, existen extremistas en todas las religiones. Es labor de todos nosotros combatir las ideas intolerantes que no hacen sino prolongar estereotipos, que a estas alturas de la historia ya deberían haber sido superados.
Notables hombres pertenecientes a la Iglesia Católica se han esforzado en ello, como el Papa Juan Pablo II quien se refirió a los judíos, como “nuestros amados hermanos” y afirmó que “ninguna justificación teológica puede hallarse para los actos de discriminación o persecución contra los judíos". O bien Juan XXIII, bajo cuyo pontificado tuvo lugar Concilio Vaticano II, en el que vio la luz la encíclica Nostra Aetate, que enfatizaba en las raíces Judeo Cristianas y que reparaba siglos de hostilidad entre ambas creencias. Ésta afirma claramente que “los Judíos no deben ser presentados como excluidos o acusados por Dios, como si ello saliera de las sagradas escrituras.”
La utilización descontextualizada que usted hace de la información de Haaretz, sumada a la referencia de Jesucristo como víctima de los judíos, lamentablemente no ayuda a la labor iniciada por esas grandes figuras de la humanidad.
Atentamente,
Isaac Querub Caro
Presidente
Federación de Comunidades Judías de España
Respuesta breve:
1º.- Agradezco la atención que el señor Presidente de la FCJE presta a este blog.
2º.- Me alegro que al señor D. Isaac Querub Caro también le cause estupor que un Arzobispo católico se atavíe con la kipá judía.
3º.-La noticia está sacada de la revista digital El Manifiesto. El contenido de la misma es el siguiente:
No es oro todo lo que reluceLos cristianos de Jerusalén piden a los judíos que dejen de escupirles
El asunto lo ha destapado el diario israelí Haaretz, que en estas cosas nunca se muerde la lengua: va creciendo en Israel el número de cristianos, en particular armenios, que denuncian haber sufrido salivazos blasfemos por parte de judíos. No se trata de judíos cualesquiera, sino más específicamente de los “yeshiva”, que son los estudiantes ultraortodoxos del Talmud. Hace pocos días el agredido a escupitajos fue el arzobispo armenio, durante la procesión en el Santo Sepulcro. El arzobispo, quizás inspirado por la figura de San Pedro, optó por abofetear al yeshiva, que acabó en comisaría.Elmanifiesto.com
Hace algunas semanas, una autoridad del Iglesia Ortodoxa Griega en Israel tenía una reunión en una oficina gubernamental en el barrio de Givat Shaul en Jerusalén. Cuando volvía a su coche, un viejo con kipá que pasaba por allí tocó la ventanilla del coche. Cuando el clérigo bajo la ventanilla para ver que quería ese hombre, este le escupió en la cara.
El clérigo prefirió no presentar quejas a la policía y le dijo a un conocido que estaba acostumbrado a que los judíos le escupiesen. Muchos religiosos cristianos de la Ciudad Santa han sufrido abusos de este estilo. La mayoría de las veces los ignoran, pero algunas veces no pueden hacerlo sin más.
Hace dos semanas, el domingo, se organizó una gresca cuando un estudiante yeshiva (judíos ortodoxos estudiantes del Talmud) escupió a la cruz que portaba el arzobispo armenio durante la procesión cerca del Santo Sepulcro. La cruz del siglo XVII que portaba el arzobispo se rompió durante la pelea y el arzobispo abofeteó al estudiante yeshiva.
Ambos fueron interrogados por la policía, y el estudiante yeshiva será llevado a juicio. El Juzgado del Distrito de Jerusalén, mientras tanto, ha prohibido al estudiante el acercamiento a la Ciudad Santa durante 75 días.Viene sucediendo desde hace años
Pero los armenios no están en absoluto satisfechos por la acción policial y dicen que esto viene sucediendo desde hace años. El arzobispo Nourhan Manougian dice que esta esperando que el ministro de Educación se pronuncie al respecto.
“El gobierno israelí se indigna cada vez que hay un ataque contra los judíos en cualquier lugar del mundo, así que, ¿por qué no toman medidas severas cuando nuestra religión y orgullo son ofendidos?”, pregunta el arzobispo.
De acuerdo con Daniel Rossing, el exconsejero en asuntos cristianos del Ministerio de Asuntos Religiosos y director de un centro en Jerusalén para el diálogo judeo-cristiano, recientemente ha habido un incremento en el número de incidentes de este tipo, “otro resultado de la atmósfera de intolerancia del país”, según Rossing.
“Hay ciertas constantes en cuanto a tiempo y localización de de los incidentes” dice Rossing. Apunta que hay más incidentes en áreas donde los judíos y los cristianos se mezclan, como en los barrios judío y armenio de La Ciudad Santa y La Puerta de Jaffa.
Los cristianos se encierran en sus casas durante PurimLa fiesta de Purim es una festividad judía que es celebrada anualmente el 14 del mes judío de Adar (o 15 de Adar en las ciudades amuralladas) en conmemoración del milagro relatado en el Libro de Ester en el que los judíos se salvaron de ser aniquilados bajo el mandato del rey persa Asuero, identificado por algunos historiadores como Jerjes I, alrededor del 450 a.C. En el calendario gregoriano coincidiría con el mes de Febrero o el de Marzo.
Esta es una de las constantes de tiempo en las agresiones de las que Rossing hablaba. “Conozco cristianos que se encierran en sus casas durante todo el periodo vacacional de la fiesta de Purim”, dijo Rossing.El exconsejero para asuntos cristianos de la alcaldía de la ciudad, Shmuel Evytar, describe la situación como “una enorme desgracia”. Añade que la mayoría de los instigadores son estudiantes yeshiva que ven la religión cristiana con desprecio.
“Estoy seguro de que el fenómeno terminaría tan pronto como los rabinos y los educadores de renombre lo denunciasen. En la práctica, los rabinos de los yeshivas ignoran o incluso instigan este tipo de comportamientos”, dijo.
Evyatar dice que a él mismo le escupieron mientras paseaba con un obispo serbio en el barrio judío, cerca de su casa. “Un grupo de estudiantes yeshiva nos escupió mientras sus maestros miraban impasibles”.
Los oficiales del municipio de Jerusalén dijeron que estaban al tanto del problema pero que era asunto de la policía. Samuel Ben-Ruby, el portavoz de la policía, dijo que tenían solamente dos quejas por parte de cristianos en los últimos dos años. Dijo que en ambos casos, los culpables fueron apresados y sancionados.
Dijo también que la policía tiene desplegado un extraordinario número de patrullas y medios tecnológicos especiales en Jerusalén y sus alrededores para intentar mantener el orden. De esto último podemos sacar la conclusión de que nada sucede sin que ellos estén al tanto.
4º.- Yo no tomo la parte por el todo, sino que usted toma el rábano por las hojas. Yo hago hago referencia a la impresión que causaría en aquellos que han sufrido agresión por parte de los hebreos y han visto a un Arzobispo católico cubierto con la kipá. Cualquier persona cabal, y que además lea la noticia de El Manifiesto de la cual puse el enlace, sabe que, en general, los judíos de Jerusalen no se dedican a molestar a los cristianos, ya que si realmente fuese así, si fuese una actitud general del pueblo judío, entonces sería imposible tanto las peregrinaciones de cristianos, como la presencia de iglesias cristianas en Israel. Creo que usted saca las cosas de quicio. De todas formas, para mayor precisión y lejos de mí el ser origen de cualquier conflicto violento, corrijo esa frase.
5º.- Usted hace uso de un lugar común - la presentación de Israel como excluido y tal -, que no tiene nada que ver con el artículo. Ciertamente el pueblo judío sufrió mucho durante el siglo pasado, eso es innegable, pero eso no se puede convertir en un argumento que sirva para todo. En el artículo ni se condena ni se excluye al pueblo judío de nada. Esa queja en este foro no tiene cabida. De todas formas, en mi humilde opinión, no hubiera estado de más que usted hubiese dedicado algo de su tiempo en contra argumentar lo que aparece al final del artículo de El Manifiesto.
6º.- Me alegro enormemente que los cristianos en Israel puedan practicar su culto con total tranquilidad, como los judíos lo pueden hacer en España.
7º.- En cuanto al tema de Jesucristo, no hay descontextualización alguna. Eso es lo que dice el Nuevo Testamento.
8º.- Finalmente me causa enorme regocijo que usted preste tanta atención a los textos conciliares. Le recomiendo que haga lo mismo con el Nuevo Testamento y que esta lectura le lleve a su conversión, junto a la del pueblo judío, a Cristo el Señor, tal como pedimos especialmente todos los católicos en la liturgia del Viernes Santo.
Agradeciendo de nuevo su atención a este humilde blog, aprovecho la ocasión para saludarle atentamente:
IGE
]]>Así estuvo la Virgen de la Esperanza Macarena en el año 1.936, oculta, en un cajón, para evitar la quema que sufrieron tantos Conventos e Iglesias sevillanos sufrieron, por parte de los rojos.
Un improvisado besamanos para la Reina del Cielo, en un humilde cajón, como humilde fue el portal donde la Virgen dió a luz al Niño Dios.
Hace 75 años que España no se resignó a morir….
]]>Pocos días ha, que referimos el suceso acaecido con Monseñor Asenjo y la kipá en el Muro de las Lamentaciones. A raíz de esta historia, un amable lector de esta bitácora me contó lo que pasó en la visita a una mezquita en Tierra Santa.
Resulta que para visitar la mezquita, pidieron los musulmanes a Monseñor Asenjo se despojara de la Cruz. Éste no accedió a la petición y se quedó fuera.
Es una verdadera lástima que este testimonio no hubiese sido recogido en la web del Arzobispado, y sí el de nuestro Arzobispo ataviado con la kipá.
Aunque sea su obligación, como pastor de la diócesis, por desgracia estos testimonios son poco comunes entre nuestros obispos; son actos que merecen nuestra alabanza.
Y así lo hago, elogiar la actitud cabal de Monseñor Asenjo.
]]>Lo primero que sale al paso es la realidad del envejecimiento de la Iglesia Católica. Prácticamente el grueso de los que asisten semanalmente a Misa se encuentra en el arco de aquellos que sobrepasan los 60 años (24’3 %). A pesar de las pastorales intentadas, los acercamientos a los jóvenes y demás, la realidad es la que es, pese a que nos duela.
Respecto al conocimiento sobre el Motu Proprio es desasosegante el hecho de que, en España, el 18’3 % de los católicos – en sentido laxo – conozcan el Motu Proprio. Sin embargo, si relacionamos este dato con el de los católicos practicantes, no carecería de lógica pensar que es mayoritariamente conocido entre los que asisten a Misa dominical. Por el contrario, el grupo de edad que sobresale en cuanto al desconocimiento del Motu Proprio es el de los jóvenes comprendidos entre 15 y 24 años.
En cuanto a la convivencia de las dos formas litúrgicas, a mi modo de ver, el tercer punto sería irrelevante, precisamente por el desconocimiento existente entre la población. Aún así, según la encuesta, el 26’2 % de los encuestados estaría de acuerdo. Sin embargo para obtener este resultado, habría que sumar a los que van a Misa todos los domingos (13’9 %), aquellos que asisten 2 – 3 veces al mes (5’3 %), los que asisten una vez al mes (6’0 %) y parte de los que aparecen en la Iglesia para los entierros (24’9 %). Aunque no hay una correspondencia entre los sumandos y las categorías, es lógico pensar que hay cierta coherencia entre el pensamiento y la vida de los encuestados. Sería realmente rocambolesco que ese 26’2 % saliese en su mayoría de los que no van a Misa nunca, pero de todo hay en la viña del Señor.
Más interesante es el cuarto punto que refleja el porcentaje de personas que, yendo al menos una vez a Misa, estaría dispuesta a asistir o no a la Misa Usus Antiquior, ofreciendo, además, un resultado extraño, por llamarlo de alguna manera. De los 1265 encuestados que se consideran católicos, 90 irían a Misa según la Forma Extraordinaria una vez a la semana, de los cuales, 87 provendrían de los que cumplen con el precepto dominical, mientras que tres de ellos, provendrían de aquellos que rara vez o ninguna, van a Misa. Un 0’24 %, un reducto. Sería interesante conocer sus pensamientos al respecto.
Por otra parte, resulta revelador saber que el 23’9 % de los católicos que van a Misa al menos una vez al mes, no irían nunca a la Misa de Juan XXIII. En este caso, si miramos la distribución por edades nos encontramos que los mayores porcentajes se encuentran entre los que tienen entre 25 y 34 años (34’3 %) y los que tienen entre 45 y 59 años (31’0 %), encontrándose el mínimo en los mayores de 60 años (14’3 %). Por clases sociales, los resultados se encuentran polarizados entre la clase alta (26’3 %) y la baja (25’9), mientras que el porcentaje más bajo se da en la clase media (20’6 %). Por poblaciones, el máximo se encuentra en las urbes de un tamaño comprendido entre los 100.000 y 750.000 habitantes (28’2 %), mientras que el mínimo se encuentra en las grandes urbes españolas (20’8 %). Es una pena, desconocer el porcentaje de aquellos que, yendo a la Misa Gregoriana, nunca irían a una Misa Novus Ordo para establecer comparaciones con el caso opuesto. Que haya casi un 25 % de católicos refractarios al Usus Antiquior es un dato a tener en cuenta.
Volviendo a aquellos que irían una vez a la semana a la Misa según la Forma Extraordinaria, por tramo de edades nos encontramos que su valor más alto se encuentra entre los mayores de 60 años (34’2 %), es decir, aquellos que conocieron en su niñez esta Misa, seguido por aquellos que tienen una edad comprendida entre los 35 y 44 años (27’4 %). Por el contrario, el valor más bajo se encuentra en el tramo de edad comprendido entre los 15 y los 24 años, precisamente aquellos que menos conocen la existencia del Motu Proprio (18’0 %). En cuanto al poder adquisitivo, la palma se la lleva la clase media (30’7 %), mientras que en el caso de poblaciones, podríamos decir que es un fenómeno de pequeñas poblaciones (30’2 % para poblaciones inferiores a 10.000 habitantes; el mismo porcentaje para poblaciones comprendidas entre los 10.000 y 100.000 habitantes).
En otro orden de cosas, la clasificación por regiones, resulta curioso como en mi tierra, el porcentaje de los que irían una vez a la semana a Misa Usus Antiquior (18’3 %) es muy parecido a los que no irían nunca (21’5 %).
En síntesis, a pesar del lastre que puede representar el sentido tan laxo que se le da a la pertenencia a la Iglesia católica, del estudio costeado por Paix Liturgique se pueden extraer datos interesantes como los expresados anteriormente. También surgen varias preguntas que en un futuro, no estaría de más su estudio, como puede ser conocer el medio de información por el cual han llegado a saber de la existencia del Motu Proprio, aquellos que lo conocen. En este caso, pienso que internet en general ha tenido mucho que ver.
Para terminar, sólo resta decir que, a pesar de las dificultades existentes y por todos conocidas, como puede ser la displicencia de los obispos en este asunto, queda claro que hace falta formación e información respecto al Motu Proprio, especialmente entre los más jóvenes.
]]>La cuestión de la existencia de una moral específicamente cristiana surgió entre los teólogos después del Concilio. Antes que sostener a priori, apoyándose en la Tradición, la superioridad de la moral cristiana, los teólogos se han puesto a compararla con las demás morales y se preguntan lo que tiene de única, lo que no se encuentra en ninguna otra parte. Para precisar más, la causa directa del problema fue el tomar en consideración el fenómeno de la secularización en el mundo moderno y la formación en la Iglesia de una corriente de pensamiento que se podría llamar el cristianismo secular. Nadie ha pretendido negar que el cristianismo contenga una enseñanza moral, sino que se ha preguntado si ésta no coincide, en realidad, con la moral natural, con las prescripciones de la razón que se apoyan en los valores humanos, accesibles en principio a todos los hombres de buena voluntad.
La cuestión adquirió una particular agudeza en la discusión los problemas morales concretos que se plantean a la opinión pública en una sociedad pluralista, en la que los cristianos se esfuerzan por establecer sobre bases renovadas una colaboración positiva con los que no comparten su fe. Ante los difíciles problemas de la contracepción, del aborto, de la eutanasia, de la homosexualidad, de la violencia, etc., que reclaman una legislación aplicable a todos, ¿disponen los cristianos de luces, de normas, de criterios propios que piden tomas de posturas especiales, o deben colocarse más bien en el nivel de los otros hombres y formar sus juicios, también ellos, según criterios únicamente racionales, con la ayuda de la filosofía y de las ciencias humanas? Si esta segunda opinión fuese la buena, ¿no deberíamos llevar las cosas un poco más a fondo y reinterpretar el conjunto de la moral cristiana sobre la base de los valores humanos?
En una reflexión más teórica, otros moralistas, especialmente en los países de lengua alemana, intentaron promover la autonomía de la moral respecto de la Revelación apoyándose en la oposición de origen kantiano entre autonomía y teonomía. ¿Tienen las normas morales su fundamento en el exterior del hombre, concretamente en la voluntad de Dios, lo que convierte a la moral en teónoma, tal y como ocurre en la teología clásica, o por el contrario, lo encuentran en el interior del hombre, en su razón y en su conciencia que dictan el deber, lo que asegura la autonomía de la moral? Tras el Concilio, pareció que había llegado el momento de promover la autonomía de la moral racional en el juicio de los problemas concretos, de liberarla de la tutela teológica y eclesiástica a fin de asegurar una mejor colaboración con las otras ciencias. La reivindicación de una autonomía de este tipo llevó aparejada la crítica de las intervenciones de la jerarquía en las cuestiones morales, incluso cuando se hacían en nombre de la ley natural y de la razón.
Como se ve, la cuestión de la moral cristiana es el centro de un amplio debate, que afecta a la moral en su conjunto, tanto en el plano de los principios como en el plano práctico. Conviene añadir que los moralistas que reducen la moral cristiana a una moral humana y racional no niegan que la Revelación, la fe en Cristo y la caridad puedan aportar una inspiración específica; pero, según ellos, esto no modifica las normas de actuación y, por consiguiente, no interviene directamente en el plano moral.
Los antecedentes de la cuestión
Si es cierto que el cambio de perspectiva llevado a cabo por el Concilio fue el desencadenante de la crisis de la moral cristiana, es necesario, sin embargo, convenir que sus bases habían sido puestas tiempo atrás. Desde finales del siglo XVI, Francisco Suárez (que representa «la parte más grande de los modernos», según Bossuet), enseñaba, apoyándose en un texto de santo Tomás interpretado a su modo, que Cristo, en la nueva Ley, no había añadido ningún precepto natural positivo a la Ley antigua, el Decálogo y la ley natural, y que incluso se podrían reducir a una obligación natural los preceptos relativos a la fe en Cristo, a la Eucaristía, etc.
Entendiéndose la moral, en la época de Suárez, como un conjunto de preceptos obligatorios, se desprende de esta posición que la moral cristiana coincide con la moral natural y no tiene nada de específico. El pensamiento de Suárez viene a parar totalmente en la moral natural en un tratado en el que el pensamiento de santo Tomás se fija, por el contrario, en marcar las diferencias y en precisar la especificidad de la nueva Ley, pero en el nivel de las virtudes y de los actos interiores antes que en el de los preceptos. Suárez logra incluso encontrar un camino para reducir al plano natural el precepto de la confesión de la fe, citado por santo Tomás como especial. La posición de Suárez se vuelve a encontrar en los manuales hasta nuestros días.
Este modo de pensar se acomoda a la corriente humanista que predominó en la moral católica postridentina. Su insistencia en la ley natural tuvo ciertamente la ventaja de manifestar el carácter racional y el alcance universal de la moral católica; pero su desatención de las fuentes y de las bases propiamente cristianas preparó el debate actual, la reducción de la moral cristiana a una moral simplemente racional.
No obstante, existe una diferencia que hace en nuestros días el problema más agudo. Los moralistas clásicos podían admitir mucha diversidad en las opiniones morales, como la muestra la larga disputa del probabilismo; pero aceptaban la existencia de una ley natural como base firme de la moral y respetaban la autoridad decisiva de la Iglesia. La corriente actual va más lejos. En su reivindicación de la autonomía de la moral, se muestra en desacuerdo con la legitimidad de las intervenciones de la Iglesia en el plano de la moral natural. Por otra parte, la razón que esta corriente tiende a utilizar es la de las filosofías modernas y la de las ciencias humanas que, en su mayor parte, desconocen la existencia de una ley natural en el hombre y favorecen el relativismo por el movimiento continuo de ideas y de teorías. Así al abandonar la autoridad eclesial y la ley natural, se corre el riesgo de ver que la incertidumbre y la relatividad conquisten toda la moral desde los casos concretos hasta los principios. Sería entonces bastante vano pedir socorro a inspiración cristiana alguna.
Las fuentes de la moral cristiana, Servais (TH.) Pinckaers, O.P., Ed. Eunsa, pp. 137- 140
]]>No hace mucho, Olegario González de Cardedal, recibía el premio Ratzinger de teología.
Por lo visto, ese premio lo pueden recibir hasta los teólogos no católicos - ¿he dicho algo? -.
Según Camilo Ruini, , presidente del comité científico de la Fundación Vaticana Joseph Ratzinger-Benedicto XVI, «Olegario González de Cardedal no es sólo un gran teólogo, en las especialidades de teología dogmática y teología fundamental, sino también un insigne hombre de cultura, que representa un verdadero punto de referencia, especialmente en España». Pues vale.
Yo pienso como Aristóteles, que esto de los premios es superficial, «ya que parece que radica más en los que conceden los honores que en el honrado» (Ética a Nicómaco, 1095b, 25-26), así que allá el Cardenal y los curiales.
Al contrario de González de Cardenal, el padre Antonio Royo Marín, O.P., teólogo recio, de los de verdad, que tanto ha hecho por la formación de laicos, no recibió ningún premio.
Su teología es ortodoxa, no equívoca, lo que se percibe e intuye, por eso sus libros no dejan de editarse.
Libros como la Teología Moral para Seglares, Dios y su obra, Teología de la Salvación y Jesucristo y la vida cristiana, son escritos preciosos, enjundiosos, imprescindibles en la biblioteca de cualquier católico.
Sin embargo, su obra cumbre, por llamarlo de alguna manera, es su Teología de la Perfección Cristiana, un grandioso y enciclopédico libro de espiritualidad católica, que le mereció la alabanza del padre Garrigou Lagrange.
Es una pena que en España no haya una cátedra con su nombre. Y que no haya ningún epíscopo que reivindique la figura de este noble dominico.
Así que, ante tanta teología equívoca, y ya que nadie lo hace, esta humilde bitácora hace memoria, en estos tiempos atribulados, del padre Antonio Royo Marín, O.P., que seguro habrá recibio el premio de la gloria eterna.
]]>Esta mañana, mientras tomaba café, vi, con estupor, en la sección sevillana del diario El Mundo una foto publicada en web de la Archidiócesis, donde aparece el Arzobispo de mi Diócesis, Monseñor Asenjo Pelegrina, ataviado con la tradicional kipá judía ante el muro de las Lamentaciones.
Hay que decir que la cosa no deja de tener su gracia: el Arzobispo de Sevilla se atavía con el kipá, judío, y no oficia ni se le conoce asistencia, a la Misa Usus Antiquior, católica. En ese caso, además, sería una buena oportunidad de verle con el manípulo, muy católico, por cierto.
Estas son las contradicciones de la Iglesia postconciliar, esfuerzos inútiles que no sirven para nada. Con kipá o sin kipá, la verdadera forma de acercarse a los judíos es con el Evangelio, todo lo demás son juegos de salón que no sirven para nada.
Lo problemático de estos gestos y signos es la fuerza con la que se imponen. Los medios audiovisuales de comunicación impresionan con gran fuerza la mente de los sujetos, con el peligro que, al no requerir ningún esfuerzo en la interpretación y discernimiento de lo que se ve, la interpretación se desarrolla libremente en la mente del observador. Por ejemplo, ante esta fotografía, cualquier fiel se podría preguntar si la kipá se ha convertido en un elemento católico, o sea.
La kipá no es sencillo gorro con el que cubrirse la cabeza, sino un elemento con una carga semántica que no se puede separar de la cosa en sí, contenido semántico unido al judaísmo. No es un elemento abstracto, vacío, al que se le dota de significado. Es como el rosario, cuyo contenido semántico no es el conjunto vacío, aunque en nuestra sociedad postmoderna se haya pervertido su uso convirtiéndolo en un adorno, como un vulgar collar. No hay sonidos vacuos, signos vacíos.
Yo no me imagino a San Isidoro, a San Leandro y al Beato Marcelo Espínola con la kipá en la cabeza. Menos aún a D. Pedro Segura. Tampoco me imagino la impresión que habrá creado en los cristianos que viven en Jerusalén, la presencia de un Arzobispo cubierto con el gorro judío, especialmente aquellos que, como el Señor, reciben salivazos de algunos hebreos.
]]>En la democrática y muy venida a menos España, en nuestra nación idolátrica y fofa, donde es difícil encontrar idea alguna, en la nación del mal gobierno, los encargados de coger el regir los destinos de la nación en el futuro, la muchachada universitaria, se divierte.
En esta página, La Sevilla que no vemos, podemos ver varios ejemplos de cómo se solazan los universitarios sevillanos.
Tan cierto es que con esa edad se comete alguna que otra tontería, como que no todos los universitarios son como los que muestra el vídeo, sin embargo no deja de ser desmoralizador el comprobar en que ha devenido la Universidad, una institución que tras tantos años de progresismo, de izquierdas y de derechas, no pasa desde luego por sus mejores momentos.
Las reformas educativas realizadas en el período democrático han tenido un denominador común: empeorar a la anterior.
El carácter igualatorio que los demagogos han inoculado en la Universidad, contradiciendo su misma esencia, ha provocado la infección que la está llevango a la muerte. No todo el mundo sirve para estudiar. Tampoco la Universidad puede estar sometida al sistema productivo. Su fin es otro.
Ahora bien, los demagogos, conociendo el complejo congénito de muchos españoles para los cuales todo el que no era universitario venía a ser un incapaz, facilitaron el acceso a la Universidad hasta un nivel tal que lo difícil era, precisamente, no entrar en ella.
Hoy, los universitarios bailan y corren sobre los pupitres.
]]>Visto la profusión con la que se suceden los abusos, la aquiescencia de los obispos y que no pasa nada, a lo mejor la confusión es nuestra y resulta, que con las rúbricas en la mano, es posible. ¿O no?
¡Señor, ven pronto!
Fotos, cortesía de Catapulta.
]]>La Conferencia Episcopal pide así la desobediencia a las leyes injustas, sobre lo que no hay nada que decir. ¿O sí?
Hay que celebrar la valentía de los obispos en este asunto que afecta al cuerpo de la nación y que deja al sujeto inerme, frente a la violencia de Estado. El llamamiento a la desobediencia de las leyes injustas es laudable, un deber que les impone su ministerio de pastoreo de las almas. Esa desobediencia tiene una doble implicación, interior y exterior. Exterior porque conmina a los fieles a desobedecer, interior porque son los mismos obispos los que tienen que predicar con el ejemplo para que la argumentación sea sólida y se consiga el efecto deseado, que no es otro que la obediencia de los fieles a los obispos, en la llamada a la desobediencia de las leyes injustas.
No hay mejor manera de vencer que a través del ejemplo. Pero, hete aquí el problema , los obispos españoles practican poco con el ejemplo. Los fieles nos encontramos perplejos cuando afirman, por un lado, su fidelidad a la Sede de Pedro y, por el otro, desobedecen al Papa. Sus actuaciones, pastorales las llaman, se salen de lo que enseña la Tradición de la Iglesia. Algunos ejemplos dolorosísimos de desobediencia por parte de nuestros obispos son:
- el caso de Entrevías, donde sacerdotes consagraban mojicones.
- la barra libre litúrgica, que permiten en todas las diócesis y que dejan sin sancionar.
- la displicencia con la que han recibido el Motu Proprio Summorum Pontificum, de los que son sus máximos contradictores.
- el caso Pagola, que sigue publicando sus excresencias, incluso con el nihil obstat de un obispo.
y la más reciente, la comunión de Maria Dolores de Cospedal, con todo lo que significa.
¿Qué tal?
Con este bagaje, Monseñor Martínez Camino, obispo auxiliar de Madrid, portavoz de la Conferencia Episcopal Española, recuerda que no hay que obedecer a las leyes injustas.
Monseñores, ustedes primero.
]]>Fecha: Domingo, 20 de Marzo del 2.011
Celebrante: Arzobispo José Gómez
Vean y observen la Misa celebrada como clausura del Congreso de Educación Religiosa. Yo me pregunto, ¿hay derecho a esto?
¿Qué queda aquí del culto católico? Es la pregunta que viene a mi cabeza. Los bailes de entrada, la horrorosa cruz tras los danzarines, la fealdad de la mesa de altar, el ambón de madera, y lo de aquí y lo de allá, en definitiva, una oda al feísmo.
¿Y el Obispo, qué pensará? Esa cara redonda, de satisfacción cuando tras la entrada recibe los aplausos de los fieles, ¿qué pensará? Y el resto de los obispos, los que tocan las palmitas, cuando lean a los Padres, si es que los leen, ¿concluirán que el culto que ellos celebran está en continuidad con el culto que siempre ha celebrado la Iglesia?
¿Y los fieles? ¿Serán conscientes de la presencia del Rey de la Gloria en medio de ellos? ¿No tiemblan ante el Misterio?
¿Esto es lo que soñó Bugnini? ¿Una Misa convertida en un espectáculo de Broadway? Han conseguido que la Misa que se celebra en Los Ángeles sea distinta de la que se celebra en Buenos Aires y, a su vez, diferente de la oficiada en Sevilla, Cádiz o Manila. Y no sólo eso, sino que además, en una misma diócesis, la Misa difiera de Parroquia en Parroquia.
Y las monaguillas y los bailes y los aplausos.
Es el colapso de la Liturgia.
¡Señor ven pronto!
Fuente: Rorate Caeli
]]>Jesús enseñó el mensaje de amor de su Padre Dios. Muchas personas acudían a escuchar sus palabras.
Después de la resurrección de Jesús, sus discípulos escribieron cuatro libros contando su vida y sus enseñanzas.
Estos cuatro libros son los Evangelios y forman parte del Nuevo Testamento.
(…)
La noche en que nació Jesús, unos pastores estaban cerca de Belén cuidando sus rebaños. De repente, un ángel se les apareció y les comunicó un gran mensaje:
- ¡Ha nacido Jesús, el Salvador! Lo encontraréis acostado en un pesebre, envuelto en pañales.
Los pastores fueron a visitar al Niño Jesús y, llenos de alegría le ofrecieron regalos y su cariño. Después, se volvieron dando gracias a Dios por haber conocido al Niño Jesús.
(…)
En la Eucaristía, los cristianos…Se ponen de rodillas para expresar sencillez y respeto ante la presencia de Jesús resucitado.
(…)
Jesús celebró la Última Cena con sus discípulos. Después, fue a rezar al Huerto de los Olivos. Allí, lo apresaron los soldados.
Jesús fue condenado a morir en una cruz. Al tercer día después de su muerte, su Padre Dios lo resucitó.
(…)
Cada año, en Jerusalén se celebraba la fiesta de Pascua judía: el paso de la esclavitud en Egipto a la liberación. Cuando Jesús cumplió 12 años, fue con María y José a celebrarla.
Durante la fiesta, Jesús se llenó de alegría viendo como muchas personas cantaban y bailaban. También fue al templo. Allí rezó y habló a los sacerdotes de su Padre Dios.
Estos textos, que he extraído del libro de Religión Católica de segundo curso de primaria – libro que posee su correspondiente licencia eclesiástica -, son un ejemplo de lo que se enseña a los niños en las escuelas.
Me llama poderosamente la atención la utilización del nombre del Señor: Jesús por aquí, Jesús por allá y Jesús por acullá, muy alejado de la reverencia que muestran los textos bíblicos hacia el Señor.
Por eso, mientras leía el libro, me acordé del texto de Filipenses:
Por eso Dios le sobreensalzó y le dio el nombre que es sobre todo nombre, para que toda rodilla en el cielo, en la tierra y debajo de la tierra se doble en el nombre de Jesús , y toda lengua confiese que Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre (Fil 2, 9 - 11).
Si comparamos los textos que se usan para enseñar Religión Católica en las escuelas y lo comparamos, con los antiguos catecismos, es lógico que nos preguntemos si la enseñanza de la religión y la catequesis ha colapsado. A mi modesto modo de ver, sí. Hay un abuso del método antropológico así como las técnicas de la psicología evolutiva – tipo Piaget y cía -, en la enseñanza de la religión en la escuela.
Jesús no es un amigo como el resto de los amigos que pueda tener un niño: Él es Dios. Un niño es capaz de comprender esto perfectamente. Ahora es cuestión que también lo comprendan los obispos.
]]>La apertura radical al mundo
Históricamente, el fenómeno se manifestó como una interpretación, que quería ser radical, de la apertura al mundo preconizada por el Concilio Vaticano II: el paso de una Iglesia a la defensiva y en la lucha con un mundo hostil, y por consiguiente llena de desconfianza respecto de todo lo que el mundo ofrece y representa, a una Iglesia que se esfuerza en dialogar con el mundo y que comienza por escucharlo al reconocer los valores que persigue: la libertad, la justicia, las ciencias y las técnicas, las ideas filosóficas, todo lo que, en una palabra, contribuye a la construcción del mundo moderno. Esta apertura de las puertas de la «fortaleza» eclesiástica introdujo entre los católicos las principales corrientes de pensamiento y de acción contra las cuales se les ponía antaño en guardia: el liberalismo de pensamiento y en la educación, el socialismo y el marxismo, el positivismo junto con las ciencias históricas y humanas, la filosofía idealista y existencialista, la fenomenología, la desmitologización en la exégesis, etc.
El diálogo y la confrontación del pensamiento cristiano con estas corrientes modernas son necesarios y no se puede negar que puedan aportar beneficios, pero el peligro vino de una falta de preparación, de una formación intelectual o de un arraigamiento de fe insuficientes en muchos, especialmente en el clero. La apertura realizada fue una brecha en un dique de la que brotó un chorro poderoso, irresistible, que amenaza llevárselo todo a su paso.
El cambio fue profundo y se generalizó rápidamente. Alcanzó a todos los ámbitos de la vida cristiana y de la teología, particularmente a la enseñanza de la moral. Algunos fueron llevados, de este modo, a una reinterpretación de los lazos entre la Iglesia y el mundo que modificaba radicalmente sus relaciones tradicionales: ya no una Iglesia frente al mundo, aunque fuera en diálogo con él, permaneciendo a una cierta distancia, sino una Iglesia en el mundo y para el mundo, comprendida a partir de los valores que él promueve y que se presenta como servidora del mundo. Se llegó incluso a una inversión de las relaciones entre el mundo y Dios: se aceptó la constatación nietscheana de «muerte de Dios», o, al menos, del Dios «del que se tiene necesidad», y se proclamó que el mundo había llegado a ser «adulto» y capaz de resolver sus problemas solo, con perfecta autonomía. Éste es el mundo «secular». En consecuencia, se quiere encontrar a Dios no fuera, más allá o por encima del mundo, sino en el seno del mundo de los hombres, en el servicio del hombre. La eliminación de la separación entre Dios y el mundo acompaña a la supresión de la distancia entre la Iglesia y el mundo. El cambio se podría expresar de este modo: la primacía es otorgada a partir de ahora al segundo mandamiento de Dios, el amor al prójimo, que lleva consigo el amor a Dios. La generosidad cristiana se fija en el hombre, en el servicio del hombre. El «cristianismo secular» se manifiesta, pues, como un humanismo antropocéntrico. Pero nos podemos preguntar si esta generosidad, por real que sea en sus comienzos, no ha dado la espalda, inadvertidamente, a su fuente principal, si encontrará en el corazón del hombre de qué alimentarse suficientemente, si sabrá mantenerse en la vorágine y en las duras contradicciones en que se debate el mundo moderno.
Servais (TH.) Pinckaers, O.P. Las fuentes de la moral cristiana. EUNSA, tercera edición, pp. 365 - 366
]]>Las fotos se comentan por sí solas. La primera pregunta que surge ante estas fotos es, ¿hasta dónde llegará la experimentación litúrgica? La segunda y más importante: ¿quién lo parará? ¿Cómo es posible que los obispos permitan esto? ¿Por qué desde Roma no se toman medidas, si los obispos no hacen nada?
¡Señor ven pronto!
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Actualización. La fuente original de las fotos (exceptuando la primera) es Kronika Novus Ordo
Haciendo una traducción con google, el titular parece decir algo como, “Frutos postconciliares en la República Checa".
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Actualización bis. La primera foto pertenece al mismo blog, Kronika Novus Ordo. Están sacada de una Parroquia brasileña. Aquí más fotos escandalosas de dicha celebración.
Fuente: Sandro Magister.
Una propuesta por los cincuenta años del Vaticano II
LA VÍA SOBRENATURAL PARA RECOBRAR LA PAZ ENTRE EL PRE Y EL POST CONCILIO
por Enrico Maria RadaelliLa discusión que se está desarrollando en el sitio web de Sandro Magister entre escuelas de posiciones diferentes y opuestas sobre reconocer si el Concilio ecuménico Vaticano II representa continuidad o discontinuidad con la Tradición, aparte de llamarme a participar directamente desde los primeros movimientos, toca de cerca algunas páginas preliminares de mi reciente libro “La belleza que nos salva".
El hecho largamente más significativo del ensayo es la comprobada identificación de los “orígenes de la belleza” con las cuatro cualidades sustanciales - verdadero, uno, bueno, bello - que santo Tomás de Aquino afirma que son los nombres del Unigénito de Dios: identificación que debería aclarar de una vez por todas lo fundamental y el vínculo ya no más eludible que un concepto tiene con su expresión, es decir, el lenguaje con la doctrina que lo utiliza.
Me parece necesario intervenir y hacer algunas aclaraciones para quien quiere reconstruir la “Ciudad de la belleza” que es la Iglesia y retomar así el único camino (esta es la tesis de mi ensayo) que puede llevarnos a la felicidad eterna, es decir, que nos puede salvar.
Completaré mi intervención sugiriendo el pedido que ameritaría hacerse al Santo Padre para que - recordando con monseñor Brunero Gherardini que en el 2015 se cumplirá el aniversario cincuenta del Concilio (cfr. “Divinitas", 2011, 2, p. 188) - la Iglesia toda aproveche de tal extraordinario acontecimiento para restablecer la plenitud de aquel “munus docendi", de aquel magisterio, suspendido hace cincuenta años.
]]>Respecto al tema en discusión, la cuestión ha sido bien resumida por el teólogo dominico Giovanni Cavalcoli: “El nodo del debate es este: estamos todos de acuerdo en que las doctrinas ya definidas [por el magisterio dogmático de la Iglesia anterior al Concilio], presentes en los textos conciliares son infalibles; lo que está en discusión es si son infalibles también los desarrollos doctrinales, la novedad del Concilio".
El dominico se da cuente que la necesidad es la de “responder afirmativamente a esta pregunta, porque de otro modo ¿que sería de la continuidad, al menos así como la entiende el Papa?” Y no pudiendo hacer, como es obvio, las afirmaciones que también quisiera hacer, el padre Cavalcoli les da la vuelta en las preguntas contrarias, a las que aquí daré la respuesta que tendrían si se siguiese la lógica “aletica", verificadora, que nos enseña la filosofía.Primera pregunta: ¿Es admisible que el desarrollo de una doctrina de fe, o cercana a la fe, ya definida, sea falso?
Estimado padre Cavalcoli, usted, a decir verdad, habría querido decir: “No es admisible que el desarrollo de una doctrina de fe, o próxima a la fe, ya definida, sea falso". En cambio la respuesta es: sí, el desarrollo puede ser falso, porque una premisa verdadera no lleva necesariamente a una conclusión verdadera, sino que puede llevar también a una o más conclusiones falsas, tanto es así que en todos los Concilios del mundo - incluso en los dogmáticos - se puso en debate las posiciones más diferentes precisamente a causa de esa posibilidad. Para tener el esperado desarrollo de continuidad de las verdades reveladas por gracia no basta con ser teólogos, obispos, cardenales o Papas, sino que es necesario solicitar la asistencia especial, divina, dada por el Espíritu Santo sólo a aquellos Concilios que - declarados de carácter dogmático de manera solemne e indiscutible al momento de su apertura - se les ha garantizado formalmente esa asistencia divina. En tales casos sobrenaturales ocurre que el desarrollo dado a la doctrina sobrenatural resultará garantizado como verdadero en tanto cuanto ya han sido divinamente garantizadas sus premisas como verdaderas.
Eso no ocurrió en el último Concilio, declarado formalmente de carácter exquisitamente pastoral al menos tres veces: en su apertura, que es la que cuenta, luego en la apertura de la segunda sesión y por último en la clausura; y por ello en esa asamblea de premisas verdaderas se ha podido llegar a veces también a conclusiones al menos opinables (a conclusiones que, hablando canónicamente, entran en el tercer grado de constricción magisterial, lo que tratando de temas de carácter moral, pastoral o jurídico, requiere únicamente “religioso respeto") si no “incluso equivocadas", como reconoce también el padre Cavalcoli contradiciendo la tesis que sostiene, “e igual no infalibles", y que pues “pueden ser también modificadas", y por eso, aunque desgraciadamente no vinculan formalmente sino “sólo” moralmente al pastor que las enseña incluso en los casos de incierta factura, providencialmente no son para nada vinculantes obligatoriamente a la obediencia de la fe.
Por otra parte, si a grados diferentes de magisterio no se les corresponde grados diferentes de asentimiento del fiel, no se entiende para qué hay diferentes grados de magisterio. Los grados diferentes de magisterio se deben a grados diferentes de proximidad de conocimiento que ellos tienen con la realidad primera, con la realidad divina revelada a la que se refieren, y es obvio que las doctrinas reveladas directamente por Dios pretenden un respeto totalmente obligante (grado I), así como las doctrinas relacionadas a ellas, si es que son presentadas a través de definiciones dogmáticas o actos definitivos (grado II). Tanto la primera como la segunda se distinguen de la otras doctrinas que, no pudiendo pertenecer al primer grupo, podrán ser consideradas en el segundo sólo en el momento que se haya esclarecido con argumentos múltiples, prudentes, claros e irrefutables, su conexión íntima, directa y evidente con ello en el respeto más pleno del principio de Vincenzo di Lérins ("quod semper, quod ubique, quod ab omnibus creditum est"), garantizando así al fiel que esas también se encuentran ante el conocimiento más próximo de Dios. Todo ello, como se pude entender, se puede obtener solamente en el ejercicio más conciente, querido e implorado por la y para la Iglesia del “munus", del magisterio dogmático.
La diferencia entre las doctrinas de I y II grado y las de III viene dada por el carácter ciertamente sobrenatural de las primeras, que en cambio en el tercer grupo no está garantizado: quizá exista, pero quizá no. Lo que se debe acoger es que el “munus” dogmático es: 1) un don divino, pues 2) un don que pedir expresamente y 3) no pedir este don no ofrece pues alguna garantía de verdad absoluta, falta de garantía que libra al magisterio de toda obligación de exactitud y a los fieles de toda obligación de obediencia, aunque requiera su religioso respeto. En el grado III podría encontrarse indicaciones y conjeturas de matriz naturalista, y el cernidor para verificar si, una vez depuradas de tales eventuales infestaciones incluso microbianas, es posible elevarlas al grado sobrenatural puede cumplirse sólo confrontándolas con el fuego dogmático: la paja se quemará pero el fierro divino, si hay, brillará ciertamente en todo su fulgor.
Es eso lo que le sucedió a la doctrina de la Inmaculada Concepción y de la Asunción, hoy dogmas, es decir, artículos de fe pertenecientes hoy por derecho al segundo grupo. Hasta 1854 y 1950 respectivamente estas pertenecieron al grupo de las doctrinas opinables, al tercero, a las cuales se debía nada más que “religioso respeto", a la par de aquellas doctrinas nuevas que, enlistadas aquí más adelante en un breve y resumido inventario, se reunieron confusamente en las más recientes enseñanzas de la Iglesia de 1962. Pero en 1854 y 1950 el fuego del dogma las rodeó de su divina y peculiar marca, las encendió, las cribó, las imprimió y finalmente las selló eternamente como “ab initio” ya eran en su más íntima realidad: verdades muy ciertas y universalmente comprobadas, de derecho pertenecientes a la matriz sobrenatural (el segundo) aunque hasta entonces no formalmente reconocidas bajo tal esplendida vestidura. Feliz reconocimiento, y aquí se quiere precisamente subrayan que fue un reconocimiento de los presentes, del Papa en primer lugar, y de ninguna manera una transformación del sujeto: como cuando los críticos de arte, después de haberla examinado bajo todo punto de vista e indicios útiles para valorarla o desmentirla - certificados de providencia, de pasajes de propiedad, pruebas de pigmentación, de velamiento, de retoques, radiografías y reflectografías - reconocen en un cuadro de autor su más indiscutible y palmaria autenticidad.
Esas dos doctrinas se revelaron ambas de factura divina, y de la más preciada. Si alguna pues de aquellas más recientes es de la misma altísima mano se descubrirá pacíficamente con el más espléndido de los medios.
Segunda pregunta: ¿Puede el nuevo campo dogmático estar en contradicción con el antiguo?
Obviamente no, no puede de ningún modo. En efecto, después del Vaticano II no tenemos algún “nuevo campo dogmático", como se expresa el padre Cavalcoli, a pesar de que muchos quieren hacer pasar por tal las novedades conciliares y postconciliares, aunque el Vaticano II sea un simple - si bien solemne y extraordinario - “campo pastoral". Ninguno de los documentos citados por el padre Basil Valuet en su nota 5 declara una autoridad del Concilio mayor que aquella de la que este fue investido desde el inicio: nada más que una solemne y universal, es decir, ecuménica, reunión “pastoral” con la intención de dar al mundo algunas indicaciones sólo pastorales, negándose declaradamente y patentemente definir dogmáticamente o sancionar con anatema alguna cosa.
Todos los neomodernistas de prestigio o simplemente noveles que se quiera decir (como subraya el profesor Roberto de Mattei en su libro “El concilio Vaticano II. Una historia jamás escrita") que fueron activos en la Iglesia desde los tiempo de Pío XII - teólogos, obispos y cardenales de la “théologie nouvelle” como Bea, Câmara, Carlo Colombo, Congar, De Lubac, Döpfner, Frings con su perito, Ratzinger; König con el suyo, Küng; Garrone con el suyo, Daniélou; Lercaro, Maximos IV, Montini, Suenens, y, casi un grupo aparte, los tres sobresalientes de la llamada escuela de Bolonia: Dossetti, Alberigo y hoy Melloni – en el desarrollo del Vaticano II y después han cabalgado con toda suerte de expedientes de ruptura con las detestadas doctrinas anteriores sobre el mismo presupuesto, errando sobre la indudable solemnidad de la extraordinaria reunión; por lo que se tiene que todos estos realizaron de hecho una ruptura y discontinuidad proclamando con las palabras solidez y continuidad. Que haya después de parte de ellos, y luego universalmente hoy, deseos de ruptura con la Tradición se puede notar al menos: 1) en la más destructiva masacre perpetrada a la magnificencia de los altares antiguos; 2) en el igualmente universal rechazo de hoy en día de todos los obispos del mundo excepto poquísimos, a dar el mínimo espacio al rito tridentino o gregoriano de la misa, en irrazonable y ostentosa desobediencia a las directivas del motu proprio “Summorum Pontificum". “Lex orandi, lex credendi": si todo es no es rechazo de la Tradición, entonces ¿qué cosa es?
A pesar de ello, y la gravedad de todo ello, no se puede todavía hablar de ningún modo de ruptura: la Iglesia está “todos los días” bajo la divina garantía dada por Cristo en el juramento de Mt 16,18 ("Portæ inferi non prævalebunt") y de Mt 28,20 ("Ego vobiscum sum omnibus diebus") lo que la pone metafísicamente al recaudo de cualquier temor en ese sentido, aunque el peligro está siempre a las puertas y frecuentemente los intentos están en acto. Pero quien sostiene una ruptura ya ocurrida - como hacen algunas de las eminencias antes mencionadas, pero también los sedevacantistas - cae en el naturalismo.
Pero no se puede hablar tampoco de solidez, es decir de continuidad con la Tradición, porque está ante los ojos de todos que las más diferentes doctrinas salidas del Concilio y del postconcilio - eclesiología; panecumenismo; relación con las otras religiones; mismidad del Dios adorado por los cristianos, judíos y musulmanes; correcciones de la “doctrina de la sustitución” de la Sinagoga con la Iglesia en “doctrina de las dos salvaciones paralelas"; unicidad de las fuentes de la Revelación; libertad religiosa; antropología antropocéntrica en vez que teocéntrica; iconoclastía; o aquella de la cual nació el “Novus Ordo Missae” en lugar del rito gregoriano (hoy recogido junto al primero, pero subordinadamente) - son todas las doctrinas que una por una no resistirían la prueba de fuego del dogma, si se tuviese el coraje de intentar dogmatizarlas: fuego que consiste en darles sustancia teológica con solicitud precisa de asistencia del Espíritu Santo, como ocurrió a su tiempo en el “corpus theologicum” puesto en la base de la Inmaculada Concepción o de la Asunción de María.
Esas frágiles doctrinas están vivas únicamente por el hecho de que no hay ninguna barrera dogmática levantada para no permitir su concepción y uso. Pero luego se impone una no auténtica continuidad con el dogma para pretender para aquellas el asentimiento de fe necesario para la unidad y para la continuidad (cfr. las pp. 70ss, 205 y 284 del mi ya mencionado libro “La belleza que nos salva"), quedando así todas ellas en peligroso y “frágil límite entre continuidad y discontinuidad” (p. 49), pero siempre más acá del límite dogmático, que de hecho, si se aplica, determinaría el fin de las mismas. También la afirmación de continuidad entre esas doctrinas y la Tradición peca en mi opinión de naturalismo.
Tercera pregunta: ¿Si negamos la infalibilidad de los desarrollos doctrinales del Concilio que parten de previas doctrinas de fe o próximas a la fe, no debilitamos la fuerza de la tesis continuista?
Cierto que la debilita, estimado padre Cavalcoli, más aún: la anula. Y da fuerza a la tesis opuesta, como es justo que sea, que sostiene que no hay continuidad.
Nada de ruptura, sino también nada de continuidad. ¿Y entonces qué? La vía de salida la sugiere Romano Amerio (1905-1997) con la que el autor de “Iota unum” define “la ley de la conservación histórica de la Iglesia", retomada en la p. 41 de mi ensayo, por la cual “la Iglesia no se pierde en el caso de que no ‘empate’ la verdad, sino en el caso de que ‘pierda’ la verdad". ¿Y cuando la Iglesia no ‘empata’ la verdad? Cuando sus enseñanzas la olvidan, o la confunden, la enturbian, la mezclan, como ha ocurrido (no es la primera vez y no será la última) desde el Concilio hasta hoy. ¿Y cuando ‘perdería’ la verdad? (En condicional: si está visto que no puede de ningún modo perderla). Sólo si la golpease de anatema, o si viceversa dogmatizase una doctrina falsa, cosa que podría hacer el Papa y sólo el Papa, si (en la metafísicamente imposible hipótesis que) sus labios dogmatizantes y anatemizantes no estuvieran sobrenaturalmente atados por los dos arriba mencionados juramentos de Nuestro Señor. Insistiría en este punto, que me parece decisivo.
Aquí se adelantan unas hipótesis, pero - como digo en mi libro (p. 55) - “dejando a la competencia de los pastores toda verificación de la cosa y toda ulterior consecuencia, por ejemplo de si y de quién eventualmente, y en qué medida, haya incurrido o incurra” en los actos configurados. En las primerísimas páginas evidencio en especial cómo no se puede levantar represas al río de una belleza salvadora si no es vaciando la mente de toda equivocación, error o malentendido: la belleza se acompaña únicamente de la verdad (p. 23), y volver a hacer lo bello en el arte, al menos en el arte sacra, no se logra si no es trabajando en lo verdadero de la enseñanza y del acto litúrgico.Lo que a mi parecer se está perpetrando en la Iglesia desde hace cincuenta años es una rebuscada amalgama entre continuidad y ruptura. Es el estudiado gobierno de las ideas y de las intenciones espurias en el cual se ha cambiado la Iglesia sin cambiarla, bajo la cubierta (también ilustrada nítidamente por monseñor Gherardini en sus más recientes libros) de un magisterio intencionalmente suspendido - a partir del discurso de apertura del Concilio “Gaudet mater ecclesia” - en una del todo innatural y del todo inventada forma suya, llamada, con rebuscada imprecisión teológica, “pastoral". Si la Iglesia es vaciada de las doctrinas poco o nada adecuadas al ecumenismo y por ello despreciadas por aquellos más prestigiosos mencionados más arriba y se le ha rellenado de las ideas ecuménicas de aquellos mismos, y eso se ha hecho sin tocar para nada las cubiertas metafísicas, por naturaleza suya dogmáticas (cfr. p. 62), es decir, por naturaleza sobrenatural, sino trabajando únicamente en aquel campo de su magisterio que infiere únicamente sobre su “conservación histórica".
En otras palabras: no hay ruptura formal, ni por lo demás formal continuidad, únicamente porque los Papas de los últimos cincuenta años se niegan ratificar en la forma dogmática de II nivel las doctrinas de III que bajo su gobierno están devastando y vaciando la Iglesia (cfr. p. 285). Eso quiere decir que de esa manera la Iglesia no empata más la verdad, sino que ni siquiera la pierde, porque los Papas, incluso con ocasión del Concilio, formalmente se han negado a dogmatizar las nuevas doctrinas y a declarar anatema a las más desestimadas (o correctas o engañosas) doctrinas del periodo anterior.
Como se ve, se podría también considerar que esa muy incómoda situación configuraría un pecado del magisterio, y grave, contra la fe así como contra la caridad (p. 54): en efecto, no parece que se pueda desobedecer al mandamiento del Señor de enseñar a las gentes (cfr. Mt 28, 19-20) con toda la plenitud del don de conocimiento que se nos ha alcanzado, sin con ello “desviar de la rectitud que el acto - es decir, ‘la enseñanza educativa en la verdadera doctrina’ - debe tener” (Summa Theologiae I, 25, 3, ad 2). Pecado contra la fe porque se la pone en peligro, y efectivamente la Iglesia en los últimos cincuenta años, vaciada de doctrinas verdaderas, se ha vaciado de fieles, de religiosos y de sacerdotes, convirtiéndose en la sobra de si misma (p. 76). Pecado contra la caridad porque se priva a los fieles de la belleza de la enseñanza magisterial y visible del cual sólo la verdad resplandece, como lo ilustro en todo el segundo capítulo de mi libro. El pecado sería de omisión: sería el pecado de “omisión de la dogmaticidad propia de la Iglesia” (pp. 60ss), con la que la Iglesia intencionalmente no sellaría sobrenaturalmente y así no garantizaría las indicaciones sobre la vida que nos da.
Este estado de pecado en el que se estaría derramando la santa Iglesia (se entiende siempre: de algunos hombres de la santa Iglesia, o sea la Iglesia en su componente histórica), si se encuentra, debería ser quitado y también lavado penitencialmente lo más pronto, ya que, como el cardenal José Rosalio Castillo Lara escribía al cardenal Joseph Ratzinger en 1988, su actual obstinado y culpable mantenimiento “favorecería la muy condenable tendencia […] a un equívoco gobierno llamado ‘pastoral’, que en el fondo no es pastoral, porque lleva a descuidar el debido ejercicio de la autoridad con daño al bien común de los fieles” (pp. 67s).
Para restituir a la Iglesia la paridad con la verdad, como le fue restituida cada vez que se encontró en travesías dramáticas similares, no hay otra vía que regresar a la plenitud de su “munus docendi", haciendo pasar por la criba del dogma a 360 grados todas las falsas doctrinas de las que está empapado, y retomar como “habitus” de su enseñanza más ordinaria y pastoral (en el sentido riguroso del término: transferencia de la divina Palabra en la diócesis y en las parroquias de todo el mundo") la actitud dogmática que la ha conducido sobrenaturalmente hasta aquí en los siglos.Retomando la plenitud magisterial suspendida se restituiría a la Iglesia histórica la esencia metafísica que virtualmente se le ha sustraído, y con ello se haría volver sobre la tierra su belleza divina en toda su más reconocida y degustada fragancia.
Para concluir, una propuesta
Se requiere audacia. Y se requiere Tradición. En vista del cumplimiento el 2015, cincuenta aniversario del Concilio de la discordia, sería necesario poder promover un fuerte y largo pedido al Trono más alto de la Iglesia para qué, en su benignidad, sin perder la ocasión de verdad especial de tal excepcional cumplimiento, considere que hay un único acto que puede devolver paz entre la enseñanza y la doctrina emanadas de la Iglesia antes y después de la fatal asamblea, y este único, heroico, muy humilde acto es el de acercar al sobrenatural fuego del dogma las doctrinas arriba señaladas antipáticas a los fieles de parte tradicionalista, y las contrarias: lo que debe arder arderá, lo que debe resplandecer resplandecerá. De aquí al 2015 tenemos delante tres años abundantes. Es necesario utilizarlos de la mejor manera. Las oraciones y las inteligencias deben ser llevadas a la presión máxima: fuego al calor blanco. Sin tensión no se obtiene nada, como a Laodicea.
Este acto que aquí se propone cumplir, el único que podría volver a reunir en un único cuerpo, como debe ser, las dos potentes almas que palpitan en la santa Iglesia en el mismo ser, reconocibles la una en los hombres “fieles especialmente a lo que la Iglesia es", la otra en los hombres cuyo espíritu tiende más a su mañana, es el acto que, poniendo fin con bella decisión a una cincuentenaria situación más bien anticaritativa y suficientemente insincera, resume en un gobierno sobrenatural los santos conceptos de Tradición y audacia. Para reconstruir la Iglesia y retornar a hacer belleza, el Vaticano II debe ser leído en el entramado de la Tradición con la audacia encendida del dogma.
Pues todos los tradicionalistas de la Iglesia, en todo orden y grado como en todo particular corte ideológico que pertenezcan, sepan congregarse en una única solicitud, en un único proyecto: llegar al 2015 con la más amplia, aconsejada y bien delineada invitación con el fin de que tal conmemoración sea para el Trono más alto la ocasión más propia para retomar el divino “munus docendi” a plenitud.
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El libro de Enrico Maria Radaelli “La belleza que nos salva” (prefacio de Antonio Livi, 2011, pp. 336, euro 35,00) puede ser solicitado directamente al autor (enricomaria.radaelli@tin.it) o a la Libreria Hoepli de Milán (www.hoepli.it).
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POSTDATA 1 / LA RÉPLICA DE FRANCESCO ARZILLO
L’appello del professor Enrico Maria Radaelli, accorato e sofferto, suscita simpatia ma anche qualche perplessità sia di contenuto sia di metodo.
Partirei dalla coda, ossia dai tempi. Radaelli pone l’anno 2015 quale orizzonte temporale di riferimento per un pronunciamento di carattere dogmatico sulle questioni pendenti. Tuttavia egli richiama quale esempio la proclamazione dogmatica dell’Immacolata, per la quale la Chiesa ha invece atteso non pochi secoli. Gli storici del dogma conoscono le resistenze dei domenicani, che solamente nell’Ottocento furono definitivamente superate: il plurisecolare lavoro teologico e spirituale favorì in tal modo una proclamazione quasi unanimemente condivisa nella Chiesa.
È da ammirare questo modo di procedere, che fa della Chiesa cattolica – per dirla paradossalmente – l’opposto di quella monarchia autoritaria che non pochi tra i non cattolici immaginano. Una cosa è infatti il potere del Magistero supremo, un’altra cosa è la questione del modo e dei tempi del suo esercizio, che sono soggetti a ovvi canoni prudenziali.
C’è quindi da chiedersi: se ci sono voluti secoli per una proclamazione dogmatica in un contesto caratterizzato ancora da una certa omogeneità di linguaggio e di formazione teologica, come si può pensare che le odierne dispute possano risolversi con atti dogmatici nel giro di pochi anni, in un contesto di radicale pluralismo culturale ed epistemologico? La definizione dogmatica presuppone infatti, di regola, una preparazione niente affatto semplice.
La linea di Benedetto XVI appare diversa: seminare – come nel caso del ripristino del rito antico – e attendere che la semina porti frutto a suo tempo.
Un secondo punto. Si potrebbe di certo – dopo attenta indagine – riconoscere che alcune delle nuove dottrine conciliari e postconciliari siano collocate nel II livello, come sostiene il padre Giovanni Cavalcoli. Ma anche se ciò non fosse, la cosa non dovrebbe turbare più di tanto il fedele cattolico, anche se teologo. È bene ribadire che lo Spirito Santo non assiste i pastori solamente nel momento della definizione (di I o di II livello, per esprimersi secondo la nota scala di durezza richiamata dal professor Radaelli). Lo Spirito li assiste sempre, anche nei pronunciamenti di III livello, ai quali, come Radaelli stesso riconosce, è dovuto un “religioso ossequio dell’intelletto e della volontà” (art. 752 del codice canonico).
La necessità di questo assenso anche interno è il punto più trascurato, oggi, sia dai neomodernisti sia dai tradizionalisti. Il fatto che si tratti di pronunciamenti non irreformabili non significa che i fedeli non debbano seguirli come espressione della via più sicura. Ciò non esclude la possibilità che le persone competenti sollevino qualche dubbio nelle forme e nei modi propri, tali da non turbare l’ordinato svolgimento della vita ecclesiale. Ma ciò non può di certo comportare l’instaurarsi di magisteri paralleli, neppure sul fronte tradizionalista: effetto che sarebbe paradossale, dopo le giuste polemiche contro il consolidato magistero parallelo dei teologi progressisti sui mass-media.
Un terzo punto, infine. Il bel dibattito in corso su www.chiesa e sul blog Settimo Cielo dimostra che è possibile approfondire la portata dell’ermeneutica della continuità solamente entrando nel merito dei singoli problemi. La discussione sulla libertà religiosa lo ha rivelato assai chiaramente. È evidentemente fruttuoso lo sforzo volto a capire e a individuare esattamente il nocciolo che attiene all’essenza della dottrina sotto la mutevolezza degli accidenti storici: fermo restando, ovviamente, che questo nocciolo ci deve essere e deve essere mantenuto fermo, per evitare il rischio di cadere nel relativismo.
Questo esame delle dottrine “al microscopio", ma anche “al telescopio” della profondità storica, riserverebbe piacevoli sorprese, nel senso auspicato dall’ermeneutica della continuità. Esso potrebbe mostrare che lo Spirito Santo non ha abbandonato la Chiesa cinquant’anni fa. E che non è certo venuta meno la promessa del Signore: “Ed ecco, io sono con voi tutti i giorni, fino alla fine del mondo” (Mt 28, 16-20).
Roma, 16 giugno 2011
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POSTDATA 2 / LA RÉPLICA DE GIOVANNI CAVALCOLI
Caro professor Radaelli,
ho letto con molto interesse le sue considerazioni e le sue proposte circa l’autorevolezza delle dottrine nuove del Concilio Vaticano II, che lei pone, con dom Basile Valuet, al III grado, mentre io, almeno per alcune, la porrei al II.Il III grado contiene sia dottrine “de fide et moribus” che disposizioni pastorali. Qui il Magistero, trattando materia di fede o prossima alla fede, non intende definire che quanto insegna è di fede, per cui non definisce se si tratta di dottrine definitive o infallibili oppure no. La dottrina della fede è di per sé è infallibile perché assolutamente e perennemente vera, ma qui la Chiesa, pur trattando di materia di fede o prossima alla fede, non chiede, come Lei ben riconosce, un vero assenso di fede, ma un semplice “ossequio religioso della volontà” per il fatto che qui la materia trattata non appare con certezza essere di fede. Questo ovviamente non vuol dire che possa essere sbagliata.
Viceversa, al II grado la Chiesa richiede un vero e proprio atto di fede, benchè non si tratti ancora della fede divina e teologale con la quale aderiamo alle dottrine del I grado, che sono i veri e propri dogmi definiti. La fede richiesta al II grado si chiama “fede ecclesiastica” o anche semplicemente “cattolica” ed è quella fede che abbiamo nell’infallibilità del Magistero della Chiesa in quanto assistito dallo Spirito Santo.
Qui aderiamo con la fede, perchè qui appare con chiarezza, magari per mezzo di opportune dimostrazioni, che si tratta di materia di fede e, se si tratta di dottrine nuove, è possibile mostrarle come chiarificazione, esplicitazione o deduzione di o da precedenti dottrine definite o dati rivelati. È questo il caso delle dottrine nuove del Concilio, se non tutte, almeno di alcune, le principali, come per esempio la definizione della liturgia, della rivelazione, della Tradizione o della Chiesa.
Quanto alla “pastoralità” del Concilio, è vero, è stato un Concilio pastorale, ma non solo pastorale, bensì anche dottrinale e addirittura dogmatico: basterebbe citare il titolo di due suoi documenti, chiamati appunto “Costituzioni dogmatiche". Questo i papi del postconcilio lo hanno detto più volte, anche se hanno detto con altrettanta chiarezza che il Concilio non ha definito dichiaratamente o esplicitamente nuovi dogmi, quindi è indubbio che la sua dottrina non si pone al I grado.
È importante questa distinzione tra il dottrinale e il pastorale, perché, quando un Concilio presenta un insegnamento dottrinale, attinente benchè indirettamente alla Rivelazione, non può sbagliare. Anche se si tratta di dottrine nuove, non può tradire o smentire la Tradizione. Viceversa, le direttive o disposizioni di carattere pastorale o lo stesso stile pastorale di un Concilio non sono mai infallibili, a meno che non si tratti di contenuti di fede concernenti l’essenza dell’azione pastorale, ed anzi sono normalmente mutevoli e rivedibili, possono essere meno opportune o addirittura sbagliate, per cui devono essere abrogate. Questa può essere la “paglia” del III grado, ma non certo eventuali pronunciamenti dottrinali! Questi, accostati al “fuoco” del dogma, splendono di maggiore bellezza!
Anche certe disposizioni pastorali del Concilio potrebbero essere “paglia". Ed anzi, secondo me e non solo secondo me, lo sono state e lo sono per il fatto che, messe alla prova dei fatti, dopo quarant’anni, richiedono di essere riviste o corrette per i cattivi risultati che hanno dato. Mi riferisco per esempio a quanto anche lei dice: l’eccessiva indulgenza del Magistero nei confronti degli errori o l’eccessivo ottimismo nei confronti del mondo moderno, nonché l’eccessiva esaltazione dei valori umani e la debole esaltazione dei valori cristiani, soprattutto cattolici.
Ciò ha consentito la penetrazione dappertutto, anche nella gerarchia, di queste tendenze, ulteriormente esasperate da una ben concertata macchina pubblicitaria internazionale organizzata dal centro-Europa (per esempio la rivista “Concilium"). I vescovi, come osservò a suo tempo padre Cornelio Fabro, ne restarono intimiditi, sicchè oggi è assai difficile liberarsi da questa situazione, perché chi dovrebbe intervenire è egli stesso connivente con l’errore.
Altro errore pastorale del Concilio è stato quello di indebolire il potere del papa rafforzando eccessivamente quello dei vescovi, col risultato che si è verificata quella “breviatio manus” del papa, della quale parlava Amerio: il pontefice è rimasto isolato nello stesso episcopato. Ovviamente, grazie all’assistenza dello Spirito santo, egli conserva ed applica il suo ruolo di maestro della fede e nemico dell’errore; ma purtroppo spesso gli interventi della Santa Sede in questo campo – che non mancano affatto – hanno scarsa per non dire scarsissima eco nell’episcopato e fra i teologi, quando a volte non si hanno addirittura delle opposizioni, ora subdole, ora sfrontate.
Su questa materia occorre recuperare un certo stile precedente il Concilio, che portava buoni risultati, ovviamente senza cadere in certi eccessi di severità e di autoritarismo del passato. I papi del postconcilio sono papi crocifissi, abbandonati come Cristo dai suoi. Altro che “trionfalismo"! È uso dei prepotenti fare le vittime.Sono d’accordo con lei nel sostenere o meglio nel constatare con Amerio che dall’immediato periodo postconciliare a tutt’oggi il Magistero dice sì la verità – e come non potrebbe? – ma non la dice tutta. Tace alcune verità per un eccessivo timore dei non-cattolici e di non apparire abbastanza moderno. Le preoccupazioni ecumeniche, e peraltro di ecumenismo troppo pacifista e accondiscendente, sembrano prevalere sul dovere di evangelizzare e di correggere chi sbaglia, invitandolo all’unità “cum Petro e sub Petro".
Occorre allora recuperare verità dimenticate, delle quali dò solo qualche esempio, sapendo bene, con lei, di sfondare una porta aperta: il valore realistico della verità, il valore intellettuale-concettuale della conoscenza di fede, il valore sacrificale, espiativo e soddisfattorio della redenzione, la natura e le conseguenze del peccato originale, la congiunzione della giustizia e della misericordia divine, gli attributi divini dell’impassibilità e dell’immutabilità, la distinzione fra natura e grazia, la predestinazione, l’esistenza di dannati nell’inferno, la possibilità di perdere la grazia col peccato mortale, l’esistenza dei miracoli e delle profezie, il dovere di lavorare per la conversione dei non-cattolici al cattolicesimo.
Vorrei dirle, però, caro professore, che non deve credere che dottrine conciliari come quelle della prospettiva universale della salvezza, del dialogo con la modernità, dell’ecumenismo, della libertà religiosa o delle verità contenute nelle altre religioni contrastino con le precedenti verità, anche se si tratta di dimostrare la continuità. Si tratta solo di una migliore conoscenza o di aspetti nuovi di quelle medesime verità che vengono insegnate in quelle dottrine.
Vorrei dire inoltre che oggi la debolezza del papato non dipende da difetti personali dei singoli papi, ma è un difetto istituzionale ("pastorale") introdotto o quanto meno consentito dallo stesso Concilio. Forse per rimediare a tale difetto occorrerà un altro Concilio. Del resto sempre nella storia un Concilio ha dovuto rimediare ad errori commessi da un Concilio precedente. Per questo mi pare francamente ingiusta l’accusa che lei fa ai papi del Concilio e del postconcilio, tra i quali abbiamo due beati e un servo di Dio, di “aver peccato contro la fede e la carità” nella conduzione del Concilio e del postconcilio. La loro “debolezza” non è colpa loro; sono le stesse istituzioni che non mettono nelle loro mani gli strumenti sufficienti per far valere la loro autorità.
Riconosco inoltre che anche lo stesso linguaggio “pastorale” dei documenti dottrinali non brilla sempre per chiarezza e precisione. Qui ne hanno approfittato i modernisti per interpretare a loro modo questi testi, con risultati disastrosi dal punto di vista dottrinale e morale. Bisognerebbe qui, come ha proposto di recente l’arcivescovo Atanasio Schneider, che il Santo Padre emanasse un sillabo degli errori di interpretazione delle dottrine del Concilio. Inoltre io ritengo che sarebbe bene che il papa presentasse le dottrine vincolanti (siano di II o siano di III grado) sotto forma di “canoni", come è sempre usato nei Concili. Questo metodo, come dimostra l’esperienza, dà chiarezza ed impedisce di giocare sull’equivoco e consente eventuali opportuni provvedimenti canonici.
Dopo studi quarantennali, mi sono fatto la convinzione che la forma più grave di modernismo che oggi bisogna eliminare, anche per l’influsso e prestigio che possiede in molti ambienti, è quella rahneriana. L’operazione non sarà facile, ma è necessaria, se vogliamo fermare l’attuale processo di corruzione della fede e dei costumi, anche se ovviamente esistono altre cause di questa decadenza o falso progresso. Si tratterà di un’operazione chirurgica dolorosa, complessa e radicale, perché il male ha preso radici e nell’operare il rischio è quello di ledere organi vitali. Ma per il bene della Chiesa dev’essere fatta e non va ulteriormente procrastinata.
Si potrà condurre l’operazione scaglionandola nel tempo, come si fa in interventi chirurgici complessi, ma la cosa dev’essere condotta in modo inflessibile e sistematico, succeda quel che succeda. Cristo, per fondare la Chiesa ci ha rimesso la vita: e noi per salvarci non dobbiamo fare qualche sacrificio, non dobbiamo vincere forze avverse? L’importante è combattere con l’apparente Sconfitto che in realtà è il Vincitore.Per quanto riguarda la “continuità” delle dottrine nuove con quelle antiche, della quale ci hanno sempre assicurato i papi del postconcilio, il buon cattolico deve credere al papa sulla parola e non avere diffidenze, come fanno i lefebvriani, che accusano i papi di volerli circonvenire. Indubbiamente questa continuità non è sempre così perspicua, ma starebbe ai teologi dimostrarla con un serio confronto di testi magisteriali fra quelli del preconcilio, quelli del Concilio e quelli del postconcilio.
È possibile dimostrare che la “novità” non è rottura, non è caduta nell’errore, non è smentita della Tradizione, ma sviluppo omogeneo della Tradizione, migliore conoscenza della medesima immutabile verità della Parola di Dio consegnata una volta per tutte da Cristo alla sua Chiesa. Bisogna ricordarsi che esiste ed è sempre esistito un progresso dogmatico, ossia una sempre migliore e più esplicita conoscenza delle medesime verità “eodem sensu eademque sententia".
Ciò che occorre evitare e contro cui metteva in guardia san Pio X, è la concezione modernista del progresso dogmatico, fondata sull’idea di una mutabilità della verità di fede: un’eresia che è propria anche dei modernisti dei nostri giorni. Non è la verità di fede che cambia: essa resta sempre la stessa ("veritas Domini manet in aeternum"); è la nostra conoscenza che “muta", nel senso che progredisce nel tempo per l’assistenza dello Spirito Santo, che “conduce alla pienezza della verità". Essere moderni non vuol dire essere modernisti. Il sano tradizionalismo non è restare indietro, ma andare avanti.
Conosco bene la sua fede di cattolico, appresa dal suo maestro Romano Amerio, che la Chiesa è indefettibile maestra di verità e non potrà essere vinta dal potere delle tenebre. Apprezzo molto il taglio “estetico” col quale lei contempla la bellezza della verità cattolica. Ripeto con lei: la Bellezza sarà la salvezza del mondo.
Fr. Giovanni Cavalcoli, OP
Bologna, 17 giugno 2011
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Traducción en español de Juan Diego Muro, Lima, Perú.
Diversos modos de celebrar la Misa
Ante nuestra vista debe permanecer siempre esta idea: Cristo es el sacerdote principal en el Sacrificio de la Misa; el sacerdote debe aspirar a una unión siempre actual y más íntima con Él. Frente a esto tenemos los modos tan diferentes de celebrar la Misa: Misa sacrílega, Misa rapidísima, Misa correcta al exterior, pero sin espíritu de fe; Misa diaria y piadosamente celebrada, y Misa de los santos. Así me lo ha hecho notar en conversación el fundador de la Congregación «Fraternidad Sacerdotal». Es digno de meditarse.
En la Misa sacrílega el corazón del celebrante está separado de Dios, separado de Cristo – sacerdote principal -. Tal celebración indigna es pecado mortal gravísimo.
Sin embargo, la Misa conserva todo su infinito valor, tanto por parte de la víctima ofrecida como del principal oferente. Incluso posee valor infinito de adoración, de reparación, impetración y acción de gracias el acto teándrico del oferente principal, vivo siempre para interceder por nosotros.
Si el estado interior de tal sacerdote fuera patente a los fieles, el escándalo sería colosal y sus consecuencias incalculables.
La corrupción de lo bueno es lo peor. La vida sacerdotal es falsificada. Se finge una caridad que no se posee, se simula prudencia, hay hipocresía, consejos farisaicos, pésimos ejemplos. Santa catalina de Siena habla numerosas veces de semejante escándalo. La Iglesia se le aparecía como una virgen cuyos labios estaban corroídos por la lepra.
Tal Misa postula reparación del sacerdote culpable; a veces Dios la acepta de almas santas contemplativas, que sufren con el fin de obtener la conversión de sacerdotes caídos.
La Misa brevísima, Misa celebrada a velocidad de vértigo, en quince minutos, con conciencia dudosa a veces, no deja de ser a su modo un escándalo. San Alfonso María de Ligorio, siendo obispo, proscribió tales Misas en sus diócesis, escribiendo sobre el partículas: «No existe en tales sacerdotes ni gravedad ni seriedad de vida; lo interesante para ellos no es la Misa, sino el dinamismo, la actividad externa, el seudoapostolado; no tienen vida interior, les falta el alma misma del apostolado».
¡Cuánto distan tales misas de aquellas de las que el mártir San Juan Fisher podía afirmar: «La Misa es el sol espiritual que nace cada día derramando luz y calor sobre las almas! Las misas «breves», al contrario, son un escándalo por el modo mecánico de pronunciar, sin espíritu de fe, los Kiries, Gloria, Credo y Sanctus. Ni aun materialmente legan a pronunciar las palabras, dada la extrema rapidez. Por el mismo estilo se pronuncian las oraciones del Misal, como palabras sin sentido, cuando su alcance total no se penetrará perfectamente sino en el cielo.
Es un verbalismo raquítico, contrario en absoluto a la contemplación. Si hay palabras que deben pronunciarse con plena conciencia, con penetración contemplativa, son éstas del Misal: Kiries, Gloria y Credo. En la misa de que hablamos se pronuncian rápidamente para terminar pronto. Se hacen las genuflexiones rápidamente, sin ningún sentido de adoración. Estas misasa tan «ligeras» pueden hacer un daño grande a los que vienen a la Iglsia Católica y buscan un verdadero sacerdote a quien puedan abrir su conciencia en busca de la verdad. Decía Dn. Hügel en la vida de Santa Catalina de Génova: «Hay ecelsiásticos que tienen tanto sentido religioso como mi zapato».
Después de semejantes misas, generalmente, se suprime la acción de gracias o queda reducida a un signo.
Luego vienen las misas correctas exteriormente, pero celebradas sin espíritu de fe. Dícense con atención al rito externo a las rúbricas; el sacerdotes es, tal vez, estupendo liturgista, pero celebra como un funcionario eclesiástico, sin sentido religioso. Cierto que conoce las rúbricas y las observa; pero no ha pensado en el valor infinito de la Misa ni en el oferente principal, de quien es sólo un ministro. Es Alter Christus en el exterior, por su carácter que hace válida la Misa, aunque no se manifiesta su alma sacerdotal. Parece que la gracia santificante y la sacramental del Orden se han paralizado el día de su ordenación; gracias que eran como tesoros a crédito, no fructifican, antes bien permanecen estériles. Y lo que es peor: este sacerdote piensa que está muy bien lo que hace, porque cumple bien con las rúbricas, con lo cual ya no aspira a más. Pronuncia los Kiries, el Gloria, el Credo, el Sanctus, las palabras de la consagración y la comunión sin espíritu de fe.
Si tales sacerdotes mueren en estado de gracia han de sentir en el purgatorio un dolor muy grande por su negligencia, y desearán se les aplique, en reparación, una misa mejor celebrada.
Por el contrario, existe la Misa celebrada digna y piadosamente, con verdadero espíritu de fe, con confianza en Dios, con amor a Dios y a las almas. En ella se siente el soplo e impulso de las virtudes teologales, motoras de la virtud de la religión. Entonces el Kirie eleison es verdadera oración de súplica; el Gloria, adoración del Altisimo; léese el Evangelio del día con fe profunda, y las palabras de la Consagración se pronuncian en unión actual con Cristo, principal oferente, y hasta con cierto conocimiento de la irradiación espiritual de la oblación e inmolación sacramental en el mundo e incluso en el purgatorio. Se pronuncia el Agnus pidiendo, de verdad, la remisión de los pecados; la Comunión es como debe ser, substancialmente más ferviente y fecunda cada día, pues todos los días aumenta la caridad por el sacramento de la Eucaristía. La comunión a los fieles ya no es una distribución mecánica sino una comunicación de la vida superabundante a los mismos para que tengan vida cada vez más abundante. El sacrificio de la Misa se termina con una contemplación simple pero viva del Prólogo del Evangelio según San Juan. Sigue la acción de gracias enteramente personal prolongada los días festivos si el tiempo lo permite a modo de oración mental. Es tiempo oportuno para la oración íntima, pues Cristo está sacramentalmente presente en nosotros y nuestra alma continúa bajo su influjo actual siempre que permanezca recogida.
Finalmente, ¿qué diremos de la Misa de los santos? El sacrificio eucarístico celebrado por San Juan Evangelista en presencia de la Santísima Virgen era con toda verdad la continuación sacramental del sacrificio de la Cruz cuyo recuerdo permanecía vivísimo en el Corazón de la Madre de Dios y de su hijo espiritual. La Misa de San Agustín después de las horas de contemplación – como se manifiesta en su obra De Civitate Dei – debía ser unión íntima con Cristo Sacerdote.
Asimismo, la Misa de Santo Domingo, de Santo Tomás, de San Buenaventura, quienes compusieron oraciones de acción de gracias hoy todavía en uso; la Misa de San Felipe Neri, arrebatado en éxtasis tantas veces después de la consagración por la intensidad de su contemplación y de su amor a Jesús, Sacerdote y Víctima.
Los numerosos fieles que vieron celebrar a San Francisco de Sales tuvieron siempre hacia él una veneración máxima.
Decía el santo cura de Ars: «Si conociéramos lo que es la Misa, moriríamos». «Para celebrarla el sacerdote debía ser santo. Cuando estemos en el cielo, veremos qué es la Misa, y cómo tantas veces la hemos celebrado sin la debida reverencia, sin adoración, sin recogimiento».
Como nos afirma la Imitación de Cristo, lib. IV, capítulo 9, los santos unieron siempre la oblación de los propios dolores a la oblación del mismo Cristo, Sacerdote y Víctima a la vez. El Padre Carlos de Foucauld, celebrando su Misa entre los Mahometanos del África, se ofrecía por ellos a fin de preparar su futura evangelización.
La Misa de los santos es como una introducción o preludio, un comienzo del culto eterno expresado ya en las palabras finales del Prefacio: «Santo, Santo, Santo»
La unión del sacerdote con Cristo. Sacerdote y Víctima. R. Garrigou – Lagrange, O.P. Col. Patmos, ed. Rialp; pp. 84 - 89
]]>Me conjuré para no volver a tocar el tema de las JMJ, tras el esperpento ocurrido en Sevilla con el Señor de las Tres Caídas y el estrambote de la Hermandad de los Panaderos –ea, ahí tenéis a la imagen sevillana -, pero tras escuchar al coro sevillano cantando un himno – o lo que sea -, no he podido contenerme. Yo no sé lo que es peor, si el himno o un coro de sevillanos ejerciendo de tales - ¡horror!
Hay más vídeos pero por piedad, no los pondré.
Después del suplicio, si es que han podido soportar el tostón hasta el final, y en desagravio, aquí dejo algo de verdad católico y popular en la voz de Paco Toronjo (éste sí que canta un rato).
]]>Ni debería en la Ordinaria, añadiría yo….
Visto en Secretum meum mihi
]]>El pasado mes de Marzo, se celebró el III Encuentro Estatal de Asuntos Religiosos FELGTB en Chipiona (Cádiz), en la Casa de Espiritualidad Santa María de Regla, perteneciente a los franciscanos, rectores del Santuario.
La información reza así:
El pasado fin de semana del 11 al 13 de marzo celebramos nuestro III Encuentro Estatal de Asuntos Religiosos FELGTB en Chipiona (Cádiz), en la Casa de Espiritualidad Santa María de Regla. Pudimos asistir en torno a 70 personas de diferentes lugares del territorio español: Madrid, Cataluña, Valencia, Murcia, Andalucía, Extremadura y Canarias. Además nos acompañaron representantes de Rumos Novos (Portugal) y del Fórum Europeo de Grupos Cristianos lgtb. Un amplio abanico compuesto por más de 15 entidades representadas, además de otra gente que asistió a nivel individual. Estaba prevista la visita de una representante de la Red REFO (Italia), pero finalmente no asistir.
El objetivo fue abordar nuestro compromiso social como creyentes lgtb, todo un reto para estos momentos que vivimos, desde nuestra afirmación como personas creyentes y desde nuestra realidad como personas lgtb. La exposición de Esteban Velázquez nos hizo romper muchos esquemas y cosas dadas sobre la realidad social. Nos lanzó una frase que decía que muchas personas lgtb han pasado “del armario al sofá”, y eso nos permitió comprender la necesidad de nuestra presencia constante en los ámbitos que nos movemos. A partir de ahí, fuimos descubriendo lo apasionante que es vivir y transformar la realidad, y la chispa que podemos aportar como creyentes. Posteriormente, trabajamos distintos talleres que abordaron temas como la diversidad sexual, diversidad creyente, interpretación de la Biblia, teología feminista y laicidad, pudiendo profundizar y debatir sobre múltiples aspectos de cada uno.
La noticia sigue aquí.
En los tiempos de Trento, ante la creciente expansión de los protestantes en países católicos, los obispos pedían la presencia de jesuítas y capuchinos. El historiador Von Ranke reconoce que la reforma protestante estuvo a punto de irse a pique por la acción de estas órdenes. Hoy, por desgracia, todo ha cambiado.
Días atrás avisamos de la reunión masónica en un monasterio carmelita - evitada gracias a Dios -. Hoy, los franciscanos. Mañana, quién sabe.
¿Y los Obispos? Los obispos no saben o no quieren saber. Siguen a lo suyo.
Yo pido en España la presencia de órdenes como los Franciscanos de la Inmaculada, cuya presencia sirva para regenerar la vida espiritual de los españoles.
¡Señor ven pronto!
Visto en Catapulta
]]>Cristo, que había prometido que sus discípulos llegarían a ser con Él uno en Dios, que había prometido que estaríamos en Dios y Dios en nosotros, ha realizado ya esta promesa para nosotros. De manera misteriosa llevó a término esta gran obra, este sorprendente privilegio. Parece que lo realizó al subir al Padre, en su ascensión corporal y su descenso espiritual, y que la asunción de nuestra naturaleza hasta Dios es al mismo tiempo el descenso de Dios hasta nosotros. Se podría decir que nos ha llevado verdaderamente hasta Dios y ha hecho que Dios se llegara a nosotros.
Así pues, cuando san Pablo dice que nuestra vida está escondida con Cristo en Dios, se podría entender con ello que nuestro principio de existencia ya no es un principio mortal y terrestre, tal como el de Adán después de la caída, sino que somos bautizados y escondidos de nuevo en la gloria de Dios, en esta pura luz de su presencia, la cual perdimos con la caída de Adán. Somos creados de nuevo, transformados, espiritualizados, glorificados en la naturaleza divina. Por Cristo estamos impregnados de santidad y de inmortalidad.
Beato John Henry Newman.
Magnificat, Junio 2.011, nº 91, pág. 47
Estimado Señor Director:
Soy el P. Emilio José Martínez González, carmelita descalzo y en la actualidad Vicario General de la Orden.
Me atrevo a robarle algo de su precioso tiempo para solicitarle su ayuda en un asunto referente a la Orden de los Carmelitas Descalzos, que ha sido publicado en el dia de ayer por el Sr. D. Isaac García Expósito en su blog.
El titulo de la entrada que quisiera comentarle es: “Convivencia carmelito-masónica” y en él se comenta la convocatoria de un encuentro del “Directorio Escocés Nacional del Gran Priorato Rectificado de Hispania". Al respecto de dicha noticia quiero indicarle lo siguiente:
1. El Director del Centro, religioso carmelita descalzo, habia reservado las plazas para los participantes en dicho encuentro, que afirmaban ser cristianos y católicos.
2. Al conocer la publicidad que dicho Directorio ha hecho del encuentro, que puede llevar a confusión, la comunidad, informados los superiores pertinentes, se puso en contacto con el Director del Centro, ausente en estos dias de Segovia, pues acompaña a su hermano enfermo de cáncer, para poner en su conocimiento las informaciones recibidas por los religiosos acerca de dicha convocatoria y las aparecidas en el citado blog, de las que se han hecho eco otros medios de internet.
3. A la vista de las dudas surgidas en torno a la ortodoxia del “Directorio Escocés Nacional del Gran Priorato Rectificado de Hispania", aunque en sus estatutos visibles en internet afirman profesar la fe cristiana, el Director del Centro verificara con ellos mismos y las autoridades religiosas competentes la naturaleza de dicha asociación. Ello no podra ser antes del 4 de junio, fecha en la que dicho religioso regresara a Segovia tras atender a su hermano. De resultar esta asociacion fuera de la comunión con la Iglesia Católica, el encuentro será, evidentemente y como no puede ser de otro modo, suspendido.
4. Hemos informado de todo ello a Su Excelencia el Sr. Obispo de Segovia, D. Ángel Rubio, con quién la comunidad mantiene excelentes relaciones, quien se ha preocupado por el caso.
5. Estando yo en España, me he puesto en contacto tambien con los responsables de la comunidad y mañana mismo informaré tambien a Su Excelencia D. Ángel Rubio de los pasos que esta dando la Orden.
6. Ni la Orden, ni la Provincia de Castilla de Carmelitas Descalzos, a la que pertenece el convento de San Juan de la Cruz, ni la comunidad que custodia dicho convento alojarían un encuentro de asociaciones contrarias a la Iglesia Católica. Somos hijos de Santa Teresa, hija de la Iglesia.
Le hago llegar toda esta información para que tenga la amabilidad de hacérsela saber a su vez al Sr. D. Isaac García Expósito, con el ruego de que la tome en consideración y tenga a bien publicarla en su blog, de modo que quede clara la posición de la Orden en todo este asunto. Es favor que espero alcanzar de usted, toda vez que, siendo evidente la catolicidad del medio que dirige, estoy seguro de que querra ayudarnos a restablecer el buen nombre y fama de la Orden, que es parte de la Iglesia y vive en comunión con ella y para su servicio. Desgraciadamente, algunas personas se han hecho eco de esta noticia exagerándola y atribuyendo a N. P. General descuidos y atribuciones que no son ciertos, dañando así, gratuitamente y sin fundamento, a una Orden religiosa de la Iglesia Católica. Estoy seguro de que facilitar en su medio esta información ayudaria a mitigar el daño que se ha hecho y del que, por supuesto, no consideramos en absoluto responsables ni a su medio digital ni al blogger D. Isaac Expósito. Por ello me atrevo a rogárselo.
Le ruego me disculpe por la ausencia de acentos en esta carta (nota: ha sido corregida la acentuación), pues el teclado que uso no los tiene, por desgracia. Y quedo suyo afectísimo en Cristo. Que Dios le bendiga y le pague su atención:
fr. Emilio J. Martínez González OCD, VICARIO GENERAL.
Nota del blogger: es decir, que el Magisterio Papal respecto a la masonería:
“IN EMINENTI” del Papa Clemente XII, 28 de abril de 1738.
“PROVIDAS” del Papa Benedicto XIV, 18 de mayo de 1751.
“ECCLESIAM” del Papa Pío VII, 13 de septiembre de 1821.
“QUO GRAVIORA” del Papa León XII, 13 de marzo de 1825.
“APOSTOLICAE SEDIS” del Papa Pío IX, 12 de octubre de 1869..
“TRADITI” del Papa Pío VIII, 21 de mayo de 1829.
“MIRARI VOS” del Papa Gregorio XVI, 15 de agosto de 1832.
“QUI PLURIBUS” del Papa Pío IX, 9 de noviembre de 1846.
“QUANTA CURA” del Papa Pío IX, 8 de diciembre de 1864.
“ETSI MULTA” del Papa Pío IX, 21 de noviembre de 1873.
“DIUTURNUM ILLUD”, del Papa León XIII, 1881
“ETSI NOS” del Papa León XIII, 15 de febrero de 1882.
“HUMANUM GENUS” del Papa León XIII, 20 de abril de 1884.
“AB APOSTOLICI” (Dall’alto Dell’Apostolico Seggio) del Papa León XIII, 15 de octubre de 1890.
“INIMICA VIS” ” del Papa León XIII, 8 de diciembre de 1892
“CUSTODI DI QUELLA FEDE” del Papa León XIII, 8 de diciembre de 1892
“PRAECLARA GRATULATIONIS” del Papa León XIII, 18 de marzo de 1902.
así como las notas de la Santa Congregación para la doctrina de la Fe del 17 de febrero de 1981 y del 23 noviembre de 1983, es insuficiente para verificar que hay una contradicción entre la fe de la Iglesia y la masonería, no pudiendo ser a la vez, católico y masón.
Por lo visto no: se puede ser masón y católico. ¡Y nadie se extraña!.
Credere non possum!
¡Señor, ven pronto!
]]>Hubiera podido el Señor, unigénito y coeterno del Padre, en la forma de siervo y en cuanto siervo, si necesario fuera, orar en silencio; mas quiso aparecer como suplicante ante el Padre, acordándose de que era nuestro Maestro. Y así, la oración que hizo por nosotros nos la dio a conocer a nosotros, ya que no sólo las pláticas a ellos dirigidas por tan excelente Maestro, sino también su oración por ellos al Padre servía de edificación a los discípulos. Y si era de edificación para ellos, que la escuchaban, también había de serlo para nosotros, que la habíamos de leer escrita. Por tanto, al decir: Padre, ha llegado la hora; glorifica a tu Hijo, manifestó que todos los tiempos, y cuando había de hacer o dejar de hacer algo, eran dispuestos por Aquel que no está sujeto al tiempo; porque todas las cosas que han de ser, cada cual en su tiempo propio, tienen su causa eficiente en la sabiduría de Dios, en la cual no existe el tiempo. No se crea, pues, que esta hora vino al acaso, sino por la ordenación de Dios. Como tampoco una fatal necesidad sideral determinó la pasión de Cristo, porque no se puede pensar que las estrellas forzasen a morir a Cristo, su Creador. No fue, pues, el tiempo el que impelió a Cristo a la muerte, sino que El determinó el tiempo en que había de morir, como determinó el tiempo en que había de nacer de una Virgen, juntamente con el Padre, del cual nació sin tiempo. Según esta verdadera y sana doctrina, dice asimismo el apóstol San Pablo: “Cuando llegó la plenitud del tiempo, envió Dios a su Hijo"; y Dios por el Profeta: “Te he escuchado en el tiempo propicio, y en el día de la salvación te presté mi ayuda"; y otra vez el Apóstol: “Ahora es el tiempo aceptable, ahora es el día de salvación". Diga, pues: Padre, ha llegado la hora, quien con el Padre ha ordenado todas las horas, como diciendo: Padre, ha llegado la hora que conjuntamente hemos ordenado para glorificarme por y entre los hombres; glorifica a tu Hijo para que tu Hijo te glorifique a ti.
Dicen algunos que la glorificación del Hijo por el Padre consistió en que no le perdonó y le entregó por todos nosotros. Luego, si fue glorificado en su pasión, ¿cuánto más en su resurrección? En la pasión aparece su humildad más bien que su claridad, como lo atestigua el Apóstol diciendo: “Se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz"; después, hablando ya de su glorificación, añade: “Por eso Dios le exaltó y le dio un nombre sobre todo nombre, a fin de que al nombre de Jesús se doble toda rodilla en el cielo, en la tierra y en los infiernos, y toda lengua confiese que el Señor Jesucristo está en la gloria de Dios Padre.” Esta es la glorificación de Nuestro Señor Jesucristo, que comenzó con su resurrección.
Breviarium Romanum. Oficio de Maitines. Vísperas de la Asunción del Señor.
San Agustín, Comentarios al Evangelio de San Juan, Tratado 104. Obras Completas de San Agustín, Tomo XIV, ed. BAC, pp. 492 - 493.
Convivencias de la Orden - Seminario de formación en Segovia
Durante el fin de semana de los días 24, 25 y 26 de Junio de 2011, se llevará a cabo una convivencia fraternal y un seminario de formación organizado por el Directorio Escocés Nacional del Gran Priorato Rectificado de Hispania en el Monasterio de San Juan de la Cruz, en Segovia. Está previsto que asistan también al mismo Hermanos Rectificados de otras Obediencias masónicas y extendemos la invitación a cualquier otro Hermano Masón que tenga interés en asistir.
El sábado por la mañana tendrá lugar una Tenida ordinaria de la R.L. Caballeros de la Rosa nº 1. Después, dentro de los tiempos asignados al seminario, se presentarán algunos trabajos masónicos de formación y contaremos también con la asistencia de un especialista en patrística que hablará sobre Orígenes, de quien Josep de Maistre llegó a decir que fue “un gran autor, un gran hombre y uno de los más sublimes teólogos que haya ilustrado a la Iglesia…” (Aclaraciones sobre los sacrificios, capítulo III).
Toc, toc, toc, ¿hay algún obispo por ahí?
¡Señor ven pronto!
Fuente: In diebus illis
]]>Es por todos conocidos la cantidad de españoles - y españolas – que padecen graves problemas psiquiátricos debido a esta diferenciación hombre – mujer en la educación de ahí que la Ministra haya decidido, de una vez y por todas, quitar la subvención a estos colegios cavernícolas y carcas que mantienen y promueven entre los niños – y niñas – formas discriminatorias.
Da la casualidad que son los colegios católicos los que siguen enseñando de acorde a estos principios, como son los casos de los colegios que tienen las Hermanas de la Cruz en Andalucía, o el del Opus Dei, Altair, colegios a los que la Ministra pretende retirarle la subvención.
Personalmente, pienso que estos amagues del Gobierno socialista, son una muestra de la debilidad y la falta de unidad que hay en nuestra Iglesia. ¿Por qué, se preguntarán ustedes? Muy fácil, porque en esta batalla son los socialistas los que tienen las de perder, entre otras cosas, porque sus hijos van a colegios concertados o privados, católicos. Si los «socialistos» tuviesen la certeza de que al día siguiente de promulgar esta ley, sus hijos tuviesen que buscarse «las papas» en colegios públicos, no harían estas proposiciones ridículas porque peligraría la vida del artista. Ellos son socialistas, pero no tontos.
Por desgracia, eso no ocurrirá, así que nos quedan unos meses de debates absurdos, realizados por políticos inanes, y que reverberará en una nueva intromisión del Estado en una cuestión que no es de su competencia.
]]>Una interesante reflexión sobre el uso de los misales en la Misa. Los antiguos misales tenían muchas bondades. No sólo contenían la Liturgia de la Misa, sino también un devocional, muy útil tanto para la Misa - oraciones para antes y después de comulgar, para profundizar el misterio - sino también para la confesión -examen de conciencia -, ejercicios piadosos, etc. Evidentemente, el devocionario es independiente de la forma del rito romano. Se pueden utilizar perfectamente en el Novus Ordo.
Precisamente para el Novus Ordo, la revista Magnificat viene haciendo una labor muy interesante.
Y a continuación, el artículo.
]]>El uso de misales y hojas en la Santa Misa
Columna de teología litúrgica dirigida por Mauro Gagliardi
Por Paul Gunter, O.S.B., profesor en el Pontificio Instituto Litúrgico de Roma y Consultor de la Oficina de las Celebraciones Litúrgicas del Sumo Pontífice.
ROMA, viernes 20 de mayo de 2011 (ZENIT.org).- El uso de los misales por parte de los fieles laicos, al menos en los principales países europeos, se practica desde hace más de dos siglos. En los países que conocieron persecuciones religiosas, la posesión de tales libros representaba, para los opositores de la fe católica, una prueba suficiente de adhesión al “papismo”.
Entre 1788 y 1792 aparecieron traducciones en italiano de la Misa, tanto del rito ambrosiano como del romano, con el añadido de explicaciones sobre las principales fiestas, contenidas dentro de una guía a la oración para los fieles devotos. Hechos similares tuvieron lugar en Francia y en Alemania y se desarrollaron rápidamente, inspirados por las iniciativas litúrgicas de Prosper Guéranger, en el siglo XIX. El uso de pequeños misales favoreció un apego a la liturgia que introdujo a aquellos que sabían leer en los meandros de la liturgia celebrada en latín. Los misales a menudo incluían los textos de las vísperas del domingo, que se convirtieron en práctica de muchas parroquias especialmente en Francia, en los Países Bajos y en Alemania. Durante el siglo XX, estos subsidios fueron enriquecidos progresivamente con material catequético sobre el año litúrgico, comentarios a la Sagrada Escritura y textos eucológicos.
Actualmente, en las celebraciones según la “forma extraordinaria” (o de san Pío V), los misales se consideran un requisito previo, no sólo como medio de participación en el conocimiento de los textos eucológicos, que a menudo son intencionalmente leídos en silencio, sino, más importante aún, como instrumentos para seguir los textos de la Escritura, como también de algunos ritos particulares ligados a ciertos días. Estos contienen una versión abreviada de las rúbricas del Misal del altar y proporcionan una colección de textos e ilustraciones de arte sacro que apoyan la oración y ayudan a reducir las inevitables distracciones.
En el contexto de la “forma ordinaria” (o de Pablo VI), el fin de los misales de cara a la participación en la Misa es menos claro. A pesar de que muchas personas [sobre todo fuera de Italia, ndt] decidan tener uno, quizás inspirados en el ejemplo del pasado, la hermenéutica de la participación ha cambiado. Este cambio ha influido en los fieles hasta el punto de que muchos de ellos han dejado simplemente de usarlos. A pesar de ello, el misal sigue siendo de ayuda para los sordos y para aquellas situaciones particulares en las que la proclamación de los textos es incomprensible.
La mayoría de los católicos se ha dado cuenta de que el movimiento litúrgico del siglo XX ha luchado por la reforma de la liturgia. Pocos han apreciado el hecho de que, cuando la Sacrosanctum Concilium (SC) ha invocado la reforma de la liturgia, lo hizo pidiendo que la reforma fuese acompañada de la promoción del culto litúrgico (cf. n. 1). Con este objetivo, era necesario que la liturgia comunica efectivamente lo que celebra, para que las mentes y los corazones de quienes toman parte en ella fuesen capaces de articular lo que era promovido. Esta hermenéutica sustenta la directiva de SC 11: “los pastores de almas deben vigilar para que en la acción litúrgica no sólo se observen las leyes relativas a la celebración válida y lícita, sino también para que los fieles participen en ella consciente, activa y fructuosamente”.
Después del Vaticano II, los pequeños misales perdieron mucho de su papel en la promoción de la vida litúrgica, dado que los fieles aprendieron las partes aprendieron las partes de la celebración que les correspondían y a recitarlas juntos “de forma comunitaria” (SC 21). Las lecturas son proclamadas ahora en voz alta y con el apoyo de sistemas de amplificación, desde un ambón dirigido hacia la asamblea. Muchos de quienes seguían antes los textos sobre los misales, se convirtieron en los pioneros del n. 29 de SC, porque, siendo ahora lectores, han descubierto una nueva y “sincera piedad”, al encontrarse ejerciendo una verdadera función litúrgica. El clero, animado por SC 24, ha comenzado a predicar de un modo ideal sobre la Escritura proclamada, con el resultado que desde los sermones se ha pasado a las homilías, arraigadas en la predicación litúrgica y destinadas a hacer accesible la palabra de Dios proclamada. En consecuencia, en la medida en que se hacían familiares con los ritos, los fieles necesitaban cada vez menos leer material de apoyo, que les diese indicaciones estructurales. Ellos habían mayormente dejado de lado los misales. Irónicamente, sin embargo, el uso de misales y de folletos va a volver a empezar, pues las parroquias deberán pronto utilizar las nuevas traducciones de la tercera edición del Misal Romano.
Es desalentador que muchas parroquias se hayan servido durante tantos años de folletos preparados de semana en semana. El desorden generado por ellos no sólo disminuye fuertemente el valor de un espacio armónico de recogimiento dentro del edificio sagrado; sino que ellos mismos se presentan a menudo mal redactados. Algunos editores de folletos añaden estrofas de cantos del todo irrelevantes respecto a los textos litúrgicos. La confianza depositada en estos cantos ha ayudado ciertamente a evitar enfrentarse con el reto, que se presenta de forma muy intensa, respecto al hecho de que hoy se canta de todo, pero se han perdido o descartado textos de las antífonas de entrada y de comunión. Además, la dignidad reconocida a las Escrituras no se valora de hecho cuando la asamblea gira la página del folleto, quizás a medias de la segunda lectura.
Queda por ver si la renovación en la publicación de los misales para la “forma ordinaria”, a la luz de las próximas traducciones nuevas, inaugurará un nuevo interés hacia un uso difundido de ellos a largo plazo. Lo que es cierto es que estas publicaciones necesitan empaparse del espíritu de la liturgia y promover la conformidad con lo q ue la Iglesia pide de nosotros, en esta renovada oportunidad para una auténtica catequesis sobre la Misa, ofrecida por las sugerencias procedentes de las nuevas traducciones. Para que los fieles sean reconducidos a una verdadera “plena, consciente y activa en las celebraciones litúrgicas”(SC 14), es necesario aquellos a quienes se han confiado las mejoras del nuevo Misal “aprendan al mismo tiempo a observar las leyes litúrgicas”(SC 17). Entonces, los misales pequeños y cualquier otro material suplementario, resplandecerá como faro de unidad, es decir, de una liturgia celebrada, fielmente reformada y promovida de tal forma que se enseñe “tanto bajo el aspecto teológico e histórico como bajo el aspecto espiritual, pastoral y jurídico”(SC 16).
Esta mañana, haciendo zapping, he tenido el disgusto de ver el programa de Intereconomía Valores en alza, conducido por el sacerdote Evaristo de Vicente, perteneciente a la Prelatura del Opus Dei. Al poco de aterrizar al progrema, comenzó a informar sobre la nueva instrucción Universae Ecclesia. Para la elaboración de la noticia aprovechó una rueda de prensa del padre Federico Lombardi.
A parte de la ignorancia mayúscula del sacerdote sobre temas litúrgicos - ya se sabe, de lo que no se sabe es mejor no hablar -, al ver la noticia, al menda lerenda no le queda claro si la instrucción era un hito más en el pontificado de Benedicto XVI, marcado por la centralidad de la Liturgia, o si por el contrario, la misma había sido redactada para atar en corto a los fieles que piden la Liturgia con los libros litúrgicos del Beato Juan XXIII.
La noticia abría con el punto nº 19 de la instrucción, lo que pone en el disparadero a los fieles que asisten a la Liturgia según la Forma Extraordinaria. Al hilo de este asunto, habría que decir que este punto en cuestión se lo podrían haber ahorrado, entre otras cosas porque si alguien piensa que la Misa N.O. es inválida o bien está de psiquiatra, o bien tiene que volver a repasar el Catecismo. También puede ser un hereje, pero dudo mucho que un sedevacantista vaya a pedir una Misa a un sacerdote católico.
Abandonando la digresión, la noticia faltaba a la verdad cuando decía que la Liturgia Usus Antiquior era toda en Latín, o por otro lado, cuando informaba sobre las lecturas del Antiguo Testamento, diciendo que eran menores lo que habría que matizar muy mucho si tenemos en cuenta los tractos, antífonas, graduales, etc., o que las lecturas del Nuevo Testamento eran distintas – cosa que tampoco es rigurosamente cierto -. Hombre puestos a decir, también podría haber dicho que en el Usus Antiquior se acaba siempre con la lectura del inicio del Evangelio de San Juan, o los signos que se hacen durante la Misa – genuflexiones, señal de la Cruz, comunión de rodillas, etc -, o sea.
Por si fuera poco, también ha dicho que en la Misa Usus Antiquior sólo se reza el canon romano, mientras que en la Misas N.O. hay cuatro plegarias eucarísticas, como si esto significase algo. Igualmente, ha informado sobre que la cantidad de fieles y que no puede intervenir en las misas de la Parroquia, así como las condiciones que se requieren en el sacerdote en cuanto al conocimiento del latín, olvidando el adjetivo «suficiente» en la redacción de la noticia. Para terminar, también ha recordado que se manda el estudio del latín en los seminarios.
Desde luego para ese viaje no se necesitan alforjas.
Y ya que el padre Evaristo no se sonroja, me pongo yo por él. Porque ruborizado me quedé al ver como un sacerdote del Opus Dei, ofrece a sus televidentes una información tan lamentable. Lo que no me queda claro es lo que pasará por la cabeza de este buen hombre cuando lea los libros de San Josemaría y las referencias de este santo a la Liturgia que, desde luego, no son las del N.O., sino las del Usus Antiquior, la que conoció y amó. Y sufrió por ella. Y por lo que parece, le fue concedida la prerrogativa de seguir celebrando con los libros litúrgicos anteriores a la reforma del 69.
Suprimida la abadía de la Santa Cruz.
La abadía de la Santa Cruz, unida a la Basílica de la Santa Cruz en Jerusalén, ha sido suprimida por un decreto de la Congregación para los Religiosos, aprobado por el Santo Padre. Tras visita apostólica, se habían detectado varios problemas, entre ellos significativos abusos litúrgicos.
Y yo que me alegro.
Fuente: Rorate Caeli.
La FSSPX también comenta la instrucción Universae Ecclesiae
A los interesados aquí está el enlace.
Yo me quedo con esto:
Algunos comentarios precipitados llevaron a pensar que también se excluía a la Fraternidad San Pío X a causa de su oposición al Pontífice Romano. Esto no es exacto, ya que el levantamiento de las “excomuniones” de sus obispos fue realizado precisamente porque Roma consideró que no se oponían al primado del Papa. En efecto, el decreto del 21 de enero de 2009 reproducía los términos de una carta dirigida por Mons. Fellay al Cardenal Castrillón Hoyos el 15 de diciembre de 2008: “creyendo firmemente en el primado de Pedro y sus prerrogativas”.
Recemos para que pronto queden reintegrados totalmente en el seno de la Iglesia.
«Sacerdote holandés pertenecía a club de pederastas»
Fuente: Secretum meum mihi y Rorate Caeli.
Terrible noticia. Un salesiano en una organización que promovía la pedofilia. Terrible.
Así está la cosa.
¡Señor ven pronto!
Ha declarado el obispo de Ávila, en referencia a las próximas elecciones municipales, que «si alguien no está conforme con las opciones presentadas, lo consecuente es votar en blanco». Personalmente estas declaraciones me han sorprendido sobremanera, especialmente teniendo en cuenta lo remisos que se muestran nuestros obispos a la hora de expresar cualquier cosa que signifique una orientación del voto católico, por eso no me esperaba esta declaración de amor por el sistema democrático.
Yo entiendo que un mal orden es mejor que un desorden, aunque lo que tengamos que aspirar sea al orden perfecto, y desde este sentido, no se puede recomendar un cambio revolucionario. También es cierto que estamos ante unas elecciones municipales, donde el sistema –sea el que sea – se muestra, por llamarlo de alguna manera, se muestra más puro ya que se vota a la persona, y el debate político se aleja de los grandes temas morales, como puede ser el aborto, por mucho que estas elecciones se planteen como unas generales. Queramos o no, las posibilidades que tiene un Alcalde están muy limitadas porque sus atribuciones son muy pocas.
Ahora bien, esto es una cosa y otra es convertir el derecho al voto, que es un derecho político que se ejerce o no, en un deber cívico. Esto no es nuevo, sino que es un discurso asumido. Una muestra más de que en España no existe la Democracia, sino una Oligarquía de partidos.
En vez de recomendar el voto en blanco, ¿no sería más provechoso informar de la existencia de los partidos católicos - que los hay, aunque minoritarios -? Mejor seguro.
Votar en blanco sirve para bien poco. En España, gracias a la ley d’Hont, los votos en blanco favorecen a la mayoría, de manera que, si una persona no le convence ningún candidato en particular, votando en blanco, podría apoyar incluso al que más le desagrada.
Esto es lo que ocurre cuando en el obrar la voluntad no es acompañada por el intelecto. Cosas de la postmodernidad, que convierten a la voluntad no en la facultad prevalente del alma, sino en la única.
]]>Que el Papa haya dedicado un motu proprio a tal asunto y que la comisión Ecclesia Dei haya dedicado una instrucción sobre la aplicación del motu propio, quiere decir que no es un asunto para nostálgicos, sino que está poniendo la Liturgia en el centro de la vida de la Iglesia. Como decía el Papa en la audiencia concedida a los miembros del Instituto Litúrgico San Anselmo, la Liturgia es el «sujeto capaz de renovar la vida cristiana». En este sentido, dicha instrucción está en continuidad con las enseñanzas del Romano Pontifice sobre Liturgia, enseñanzas que se encuentran espigadas tanto en sus catequesis como en sus homilías. En este sentido, el documento es un hito más en el camino iniciado por el Papa reinante.
Lo primero que me ha llamado la atención de la instrucción, es el reconocimiento que se hace del aumento que se está produciendo entre los que piden la forma extraordinaria, con lo que el prejuicio que se arroja sobre los que piden la forma extraordinaria, a los que hace aparecer como nostálgicos de formas pasadas, queda anulado. Estamos hablando de otra cosa, de la Liturgia y de la espiritualidad. Que se reconozca que el número de los que se acercan al Usus Antiquior va en aumento es bueno.
El corazón - por llamarlo de alguna manera – de esta instrucción, se encuentra en el punto octavo. El fin de la instrucción se desglosa en tres apartados:
a) ofrecer a todos los fieles la Liturgia romana en el usus antiquior, considerada como un tesoro precioso que hay que conservar;
b) garantizar y asegurar realmente el uso de la forma extraordinaria a quienes lo pidan, considerando que el uso la Liturgia romana que entró en vigor en 1962 es una facultad concedida para el bien de los fieles y, por lo tanto, debe interpretarse en sentido favorable a los fieles, que son sus principales destinatarios;
c) favorecer la reconciliación en el seno de la Iglesia.
Lo que se dice aquí está claro, pero existe otra parte que está entre líneas, que no se explicita pero que se puede deducir a tenor de lo anterior.
Por una parte, si el Usus Antiquior es un tesoro que se ofrece a los fieles, es para mostrarlo, no para esconderlo en un cajón. Las joyas se llevan puestas, no se guardan en los cajones. Por otra patre, si hay que garantizar y asegurar el uso de la forma extraordinaria a los que la pidan, es porque antes no se hacía. Había dificultades que impedían llevar a la práctica una relevante expresión del magisterio del Romano Pontífice y del munus que le es propio. Lo que en tiempos de Paulo VI fue una oposición activa y estruendosa hoy continúa de forma silenciosa.
Si a esto, unimos lo que se expone al principio del documento:
cada Iglesia particular debe concordar con la Iglesia universal, no solo en cuanto a la doctrina de la fe y a los signos sacramentales, sino también respecto a los usos universalmente aceptados de la ininterrumpida tradición apostólica, que deben observarse no solo para evitar errores, sino también para transmitir la integridad de la fe, para que la ley de la oración de la Iglesia corresponda a su ley de fe
la cosa aquiere tintes dramáticos. Me viene a la memoria el caso de Thiberville, o el de aquellos obispos que han acogido el motu proprio con displicencia en sus diócesis, fijándose en la letra, el punto y la coma del motu proprio, no con un corazón generoso, armonizado con el de la Iglesia universal (con – corde), agradecido, propio de aquél que acoge un tesoro, la Liturgia Antigua, la que siempre se ha usado en la Iglesia
Ahora bien, lo más duro es lo que se apunta en el tercer apartado:
c) Reconciliationi in sinu Ecclesiae favere.
ya que se reconoce la existencia de una herida abierta en la Iglesia a causa de la Liturgia, cuyo origen temporal se encuentra en la promulgación del Novus Ordo - ¿o es el Vaticano II? Hay que notar el desplazamiento temporal que nos encontramos entre el punto 4 y el siguiente. En uno se habla de la reforma litúrgica posterior al Vaticano II, mientras que en el punto 5 se habla de fieles formados en las formas litúrgicas anteriores al Concilio -. Ahora bien, si tenemos en cuenta que el Usus Antiquior es un tesoro a conservar, una forma venerable y antigua – con todas las connotaciones que tiene el adjetivo «venerabilis» -, es lógico que fuese motivo de discordia.
En el mismo sentido, contrasta el deseo de los fieles que « formados en el espíritu de las formas litúrgicas anteriores al concilio Vaticano II han expresado el vivo deseo de conservar la tradición antigua», y a pesar del llamamiento realizado por Juan Pablo II a los obispos pidiéndole generosidad, ha hecho falta la promulgación del motu proprio para favorecer la reconciliación en la Iglesia.
Finalmente me gutaría acabar con una reflexión. La cuestión de la Liturgia descansa ahora en manos de los sacerdotes, fieles y órdenes afectos al Usus Antiquior y la labor que puedan desarrollar en este asunto. Es importante que la Misa se celebre en las parroquias y que el grupo estable de fieles del que habla el documento, sea realmente tal, es decir, imbricado en la vida parroquial. Partiendo de la Liturgia a través de las catequesis, será la manera en la que se recupere no sólo la Liturgia, sino la doctrina. Las iglesias donde actualmente se celebra la Misa tienen que ser centros de irradiación hacia las Parroquias. El objetivo no es que se celebre una misa dominical según la Forma Extraordinaria en cada ciudad, sino de expandir y promover el Usus Antiquior.
]]>La celda ínfima: el corazón.
Para comprender mejor esto, debemos distinguir tres moradas en el hombre. Hay que mantenerlas y adornarlas con triple unidad, si queremos preparar en ellas vivienda para Dios. La mansión ínfima está en el corazón, que es origen, principio y raíz de toda vida sensitiva del hombre. Todos los sentidos externos e internos (mediante los cuales el alma se une al cuerpo para darle vida y sensibilidad) se reúnen y estrechan en el corazón como en su origen. En este punto debe haber descanso, paz y unidad de las potencias sensitivas. Esto será posible tan sólo mediante la adquisición de las virtudes morales; con ellas el hombre aprende a morir a todas las pasiones naturales, aficiones y deseos desordenados. Los filósofos paganos hacían muchos esfuerzos para alcanzar constante estabilidad, sosiego, unidad, paz y libertad del corazón. Con ello querían conseguir la verdad sabiduría.
Nosotros, por consiguiente, necesitamos poner asimismo empeño en adquirir las virtudes morales propias de la vida activa, para vivir con tranquilidad y paz en la mansión del corazón. Se impone, pues, la mortificación de las potencias sensitivas, si queremos preparar tálamo conveniente donde descanse el Señor.
La mente, morada intermedia.
Sirve de morada intermedia la mente del hombre, que es el origen natural de las potencias intelectuales. Allí nacen la memoria, entendimiento y voluntad con las cuales se perfeccionan todas las potencias espirituales, según se declara más adelante.
Alma y espíritu
Por razón de estas facultades podemos llamar espíritu al alma, porque están separadas, no mezcladas, y libres de todo órgano corporal. Mediante ellas el hombre recobra la semejanza de su origen, que es Dios. Le recuerda, le reconoce y le ama, de tal manera que estas potencias permanecen totalmente suspensas en él y se identifican con su santo Espíritu (1 Co 6,17; Jn 4,24). Por lo cual las potencias superiores del alma, a semejanza de Dios, se llama espíritu, porque propiamente están ordenadas a morir directamente con él y disfrutar de su gloria por toda la eternidad. Conviene pues, que nosotros preparemos esta mansión con la vida contemplativa, para poseerla en unidad de espíritu. Se consigue por la plena adquisición de la gracia de Dios y de los dones del Espíritu santo, que perfeccionan, ennoblecen y elevan las virtudes morales adquiridas en la vida activa. De ahí se sigue que los dones del Espíritu santo son el ornato de la vida contemplativa, como luego se dirá mejor.
La esencia del alma, mansión suprema.
La mansión suprema es la esencia del alma. ¿Cómo debemos poseerla en unidad? Esto sobrepasa toda capacidad del entendimiento humano; porque pertenece al tercer estado del hombre, es decir: a la vida contemplativa supersencial.
Beato Enrique Herp. Directorio de contemplativos, cap. 20. Ed. Sígueme.
]]>-« Si bien no soy partidario de abolir la regla general,propongo que se pueda ser sacerdote,sin la obligatoriedad del celibato » (ver)
- « Uno bien puede imaginarse que el acceso de las mujeres al diaconado constituya un paso hacia su ordenación sacerdotal » (ver)
Ordenación de mujeres:
Por tanto, con el fin de alejar toda duda sobre una cuestión de gran importancia, que atañe a la misma constitución divina de la Iglesia, en virtud de mi ministerio de confirmar en la fe a los hermanos (cf. Lc 22,32), declaro que la Iglesia no tiene en modo alguno la facultad de conferir la ordenación sacerdotal a las mujeres, y que este dictamen debe ser considerado como definitivo por todos los fieles de la Iglesia.
Carta Apostólica Ordinatio Sacerdotalis, 4. Juan Pablo II.
Celibato (tres muestras):
c. 7, § 8) … Porque hemos sabido que muchísimos sacerdotes de Cristo y levitas han procreado hijos después de largo tiempo de su consagración, no sólo de sus propias mujeres, sino de torpe unión y quieren defender su crimen con la excusa de que se lee en el Antiguo Testamento haberse concedido a los sacerdotes y ministros facultad de engendrar.
[Contra tal argumento el Papa opone:] (§ 9) ¿Por qué, el año de su turno, se manda a los sacerdotes habitar en el templo lejos de sus casas? Pues por la razón de que ni aun con sus mujeres tuvieran comercio carnal, a fin de que, brillando por la integridad de su conciencia, ofrecieran a Dios un don aceptable.
(§ 10) De ahí que también el Señor Jesús, habiéndonos ilustrado con su venida, protesta en su Evangelio que vino a cumplir la ley, no a destruirla [Mt 5, 17]. Y por eso quiso que la forma de la castidad de su Iglesia, de la que Él es esposo irradiara con esplendor, a fin de poderla hallar «sin mancha ni arruga» [Ef 5, 27]. Todos los levitas y sacerdotes estamos obligados por la indisoluble ley de estas sanciones, es decir que desde el día de nuestra ordenación, consagramos nuestros corazones y cuerpos a la sobriedad y castidad, para agradar en todo a nuestro Dios en los sacrificios que diariamente le ofrecemos.
Siricio Papa. Carta “Directa ad decessorem” al obispo Himerio de Tarragona (año 385), cánones 7-10. En: Denzinger, H. - Hünermann, P. El Magisterio de la Iglesia. Enchiridion Symbolorum, definitionum et declarationum de rebus fidei et morum. Barcelona; Editorial Herder 2000, 1era edición, n. 185.
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Notas
[1]. En este documento no se estableció por primera vez el precepto del celibato, sino que en él se presupone que este precepto estaba ya en rigor desde hacía algún tiempo en partes de la Iglesia occidental; cf. El Sínodo de Elvira, *118s.
75. Que en vosotros, pues, florezca con lozanía inmarcesible la castidad, que es el mejor ornato de nuestro sacerdocio, por cuyo fulgor el sacerdote, así como se hace semejante a los ángeles, así también aparece más digno de veneración al pueblo cristiano y más fecundo en frutos de santidad.
Pío X, San. Exhortación Apostólica “Haerent Animo”, Capítulo IV, n. 75. En: Esquerda Bifet, Juan. El sacerdocio hoy. Madrid; BAC 1983, 1era edición, p. 35.
C) Su castidad
Castidad en grado heroico
23. San Juan María Vianney, pobre de bienes, es también un ejemplo de voluntaria mortificación corporal. «No hay sino una manera de darse a Dios en el ejercicio de la renuncia y del sacrificio -decía-: darse uno enteramente»[1]. Y en toda su vida el santo Cura de Ars practicó en grado heroico la virtud de la castidad.Ejemplo oportuno en los peligros actuales
24. Su ejemplo en este punto parece particularmente oportuno, porque en muchos lugares los sacerdotes se ven obligados a vivir, por razón de su ministerio, en un mundo donde reina una atmósfera de libertad excesiva y de sensualidad. Y para ellos es muy cierta la expresión de Santo Tomás: «Es más difícil vivir bien en la cura de almas a causa de los peligros exteriores»[2].Incomprensión y aislamiento
25. Y, lo que es peor, muchos sacerdotes, con frecuencia, se sienten moralmente solos, poco comprendidos, recibiendo muy poca ayuda de los fieles a quienes han dedicado su vida. A todos ellos, y en particular a los más aislados y a los más expuestos al peligro, dirigimos un afectuoso llamamiento para que su vida entera sea un claro testimonio de aquella virtud que San Pío X llamaba «ornamento insigne de nuestro orden»[3].La responsabilidad de los obispos
26. Os recomendamos con encarecida insistencia, venerables hermanos, que procuréis para vuestros sacerdotes, con todo vuestro empeño y a costa de cualquier sacrificio, condiciones de vida y de trabajo ministerial tales que puedan mantener incólume su entrega.Obstáculos que se han de superar
27. Por lo tanto, debe combatirse a toda costa el peligro de aislamiento, denunciar las imprudencias, quitar las tentaciones del ocio o los riesgos de la actividad exagerada. Recordad también a este propósito las enseñanzas magníficas de nuestro predecesor en la encíclica Sacra virginitas[4].El ejemplo del Cura de Ars
28. «La castidad brillaba en su mirada»[5], se ha dicho del Cura de Ars. En verdad, quien siga su vida se asombra no sólo del heroísmo con que este atleta de Cristo dominó su cuerpo encadenándolo[6], sino también por el acento de convicción con que logró atraer, tras su ejemplo, a multitud de sus penitentes. El conocía muy bien, a través de su larga práctica de confesonario, las tristes ruinas del pecado de la carne. «Si no fuera porque hay todavía algunas almas puras para aplacar a Dios -solía decir-… veríais cómo seríamos castigados». Y hablando por experiencia, añadía a su llamamiento un aliento de hermano: «¡La mortificación tiene un bálsamo y un gusto a los que no se puede renunciar cuando se ha probado!… ¡En este camino, lo que cuesta es sólo el primer paso!»[7].Castidad y amor
29. Estos medios ascéticos necesarios para la castidad, lejos de encerrar al sacerdote en un egoísmo estéril, tornan su corazón más abierto y más pronto a todas las necesidades de sus hermanos. «Cuando el corazón es casto -decía muy bien el Cura de Ars-, no puede menos de amar, porque ha encontrado de nuevo la fuente del amor, que es Dios».Beneficios en la sociedad
30. ¡Cuántos beneficios reporta a la sociedad el tener en su seno hombres que, libres de preocupaciones temporales, se consagran completamente al servicio divino y dedican a los propios hermanos su vida, su pensamiento, sus energías!Los deseos del Corazón de Jesús
31. ¡Cuánta gracia atraen para la Iglesia los sacerdotes fieles a esta virtud excelsa! Con Pío XI, Nos la consideramos como la gloria más pura del sacerdocio católico, y «por lo que se refiere al alma sacerdotal, nos parece que responde de la manera más digna y conveniente a los designios y deseos del sacratísimo Corazón de Jesús»[8]. Pensaba el Cura de Ars en este designio del amor divino cuando exclamó: «El sacerdocio: he aquí el amor del Corazón de Jesús»[9].Juan XXIII. Encíclica “Sacerdotii nostri primordia”, Capítulo I, nn. 23-31. En: Esquerda Bifet, Juan. El sacerdocio hoy. Madrid; BAC 1983, 1era edición, pp. 158-160.
¡Señor ven pronto!
Noticia: Catapulta.
Celibato: aquí.
Ordenación de mujeres: aquí.
Bendita sea tu pureza y eternamente lo sea,
pues todo un Dios se recrea,
en tan graciosa belleza.
A Ti celestial princesa,
Virgen Sagrada María,
te ofrezco en este día,
alma vida y corazón.
Mírame con compasión,
no me dejes, Madre mía.Amén.
Mayo, Mes de María.
]]>Respuesta a las críticas de “Avvenire” y de “L’Osservatore Romano”
por Roberto de Mattei
El discurso de Benedicto XVI a la curia romana, el 22 de diciembre del 2005, ha abierto un debate sobre el Concilio Vaticano II del que son expresiones recientes los libros de mons. Brunero Gherardini y el importante congreso de los Franciscanos de la Inmaculada, desarrollado en Roma del 16 al 18 de diciembre del 2010, aparte de mi estudio, “El Concilio Vaticano II. Una historia jamás escrita” (Lindau, Turín 2010).
La invitación del Papa a interpretar los documentos del Vaticano II según una “hermenéutica de la continuidad” de hecho ha dado un decisivo estímulo para el debate sobre el Concilio de manera diferente a como lo ha hecho la “escuela de Bolonia", que lo ha presentado en términos de fractura y discontinuidad con dos milenios de tradición de la Iglesia.
Habría esperado que nuestros aportes, movidos únicamente por un sincero deseo de responder al llamado del Santo Padre, fueran acogidos si no con entusiasmo, al menos con interés, que fueran científicamente discutidos y no rechazados a priori. En lo que respecta a mi libro, por ejemplo, me habría esperado una seria discusión histórica en las revistas especializadas.
En cambio, en los diarios ligados a las instituciones católicas me responden Massimo Introvigne, integrante del Estudio legal Jacobacci Asociados, sociólogo de las minorías religiosas, hoy representante del gobierno italiano ante la OCSE, y el arzobispo Agostino Marchetto, 30 años de carrera diplomática sobre los hombros, y además, en primera fila por casi diez años en la defensa de los migrantes, los gitanos, clandestinos, como secretario para la pastoral de los migrantes.
Ni mons. Marchetto, ni el dr. Intovigne, a pesar de sus méritos eclesiásticos o profesionales, han tenido el tiempo de ir a bibliotecas o archivos históricos; ninguno de los dos es historiador de profesión. Y ambos, en sus artículos, publicados respectivamente en “Avvenire” del 1 de diciembre del 2010 y en “L’Osservatore Romano” del 14 de abril del 2011, rechazan mi libro desde un punto de vista histórico, sino ideológico.
Introvigne define mi libro “una auténtica suma de las tesis anticonciliaristas”, que “lamentablemente vuelve a proponer, una vez más, la hermenéutica de la ruptura que Benedicto XVI denuncia como dañosa". Marchetto, lo define una historia “ideológica", “de tendencia extremista", “polarizada y de parte” como la orquestada por la escuela de Bolonia, si bien de signo contrario.
La crítica de Marchetto e Introvigne parece tener una sola finalidad: cerrar anticipadamente el debate que Benedicto XVI ha abierto e invitado a desarrollar. […]
Yo creo, al contrario, que se puede discutir del Concilio Vaticano II, en el plano histórico, de la misma manera como han discutido siempre los historiadores de la Iglesia.
Dirigiéndose a ellos, en el 1889, León XIII escribía que “aquellos que la estudian no deben nunca perder de vista que ella encierra un conjunto de hechos dogmáticos, que se imponen a la fe, y que ninguno puede poner en duda […]. No obstante, ya que es la Iglesia, que prosigue en medio de los hombres la vida del Verbo Encarnado, se compone de un elemento divino y de un elemento humano, este último debe ser expuesto por maestros y estudiado por los discípulos con gran probidad. Como dice en el libro de Job: “¿Acaso Dios tiene necesidad de nuestras mentiras?” (Job 13, 7).
“El historiador de la Iglesia - prosigue León XIII - será más eficaz en hacer resaltar su origen divino, superior a todo concepto de orden puramente terrestre y natural, en la medida que más haya sido leal en no disimular nada de los sufrimientos que los errores de sus hijos, y a veces también de sus ministros, han causado en el curso de los siglos a esta Esposa de Cristo. Estudiada así, la historia de la Iglesia también por sí sola constituye una magnífica y convincente demostración de la verdad y de la discontinuidad del cristianismo".
La Iglesia es indefectible y sin embargo, en su parte humana, puede cometer errores y estos errores, estos sufrimientos, pueden ser provocados, dice León XIII, por sus hijos y también por sus ministros. Pero ello no disminuye la grandeza e indefectibilidad de la Iglesia. La Iglesia, dijo León XIII, abriendo a los estudiosos los archivos vaticanos, no teme la verdad.
Una verdad que el historiador busca en el plano de los hechos, mientras el teólogo la busca en el de los principios: pero no existe una verdad histórica que se pueda oponer a una verdad teológica. Hay una única verdad, que es Cristo mismo, fundador y cabeza del Cuerpo Místico que es la Iglesia; y la verdad sobre la Iglesia es la verdad sobre Cristo y de Cristo, en el encuentro con Él, que es siempre el mismo, ayer, hoy y siempre.
Mi libro nace de un profundo amor a la Iglesia, a su magisterio y a sus instituciones, “in primis” al papado. Y mi amor por el papado quiere ser tan grande que no se detenga en el actual Papa, Benedicto XVI, a quien me siento profundamente ligado, sino que busca detrás del hombre la institución que él representa. Es un amor que quiere abrazar con este Papa a todos los Papas en su continuidad histórica e ideal, porque el Papa para un católico no es un hombre, es una institución de más de dos milenios; no es aquel Papa, sino el papado, es la serie ininterrumpida de los vicarios de Cristo, desde san Pedro a pontífice reinante.
Y bien, no hay mejor modo de expresar la propia adhesión al Papa y a la Iglesia que el de servir, en todos los campos, a la verdad, porque no existe ninguna verdad, histórica, científica, política, filosófica que pueda jamás ser impugnada contra la Iglesia.
No debemos, pues, temer decir la verdad sobre el Concilio Vaticano II, vigésimo primero de la historia de la Iglesia. Subrayo esto, “vigésimo primero". El Concilio Vaticano II no fue ni el primero ni el último Concilio en la historia de la Iglesia: fue un punto, fue un momento de la historia de la Iglesia.
En la historia de la Iglesia ha habido veintiún Concilios, hoy considerados ecuménicos. Algunos de estos Concilios son inolvidables: el primero, el de Nicea, que definió nuestro “Credo", luego el Concilio de Trento, el Concilio Vaticano I. Hoy se olvidan otros Concilios, lo que no significa que no hayan sido Concilios auténticos, supremas expresiones del magisterio de la Iglesia.
Pero un Concilio entra en la historia por los documentos que produce. En el siglo XVI hubo dos Concilios: el V Concilio Lateranense (1512-1517) y el Concilio de Trento. La única definición dogmática del quinto Concilio Lateranense fue aquella según la cual el alma humana individual es inmortal; el Lateranense fue bajo ciertos aspectos un Concilio fallido: porque no consiguió lanzar la gran reforma de la que tenía necesidad la Iglesia, y tampoco pudo prever y detener la pseudo-reforma que estalló, con las 95 tesis de Lutero, precisamente en el año en el que el Concilio se concluía. Todos recuerdan el gran Concilio de Trento; pocos recuerdan el V Concilio Lateranense; quizá se recuerde el IV Concilio, que definió que “fuera de la Iglesia católica no hay salvación": una verdad que entró a ser parte de la infalible Tradición de la Iglesia.
Los Concilios pueden promulgar dogmas, verdades, decretos, cánones, que son emanados del Concilio, pero que no son el Concilio. Mientras el dogma formula una verdad, que una vez formulada trasciende - por decir así - la historia, los Concilios nacen y mueren en la historia. El Concilio es diferente a sus decisiones. Las decisiones del concilio si son infaliblemente promulgadas entran a ser parte de la Tradición.
Ningún Concilio, ni siquiera el de Trento o el Vaticano I, y menos aún el Vaticano II, es más que la Tradición. Benedicto afirma que los documentos del Concilio Vaticano II se deben leer en su continuidad con la Tradición de la Iglesia. La Tradición no es un evento, no es una parte, es el todo. La Tradición es como la Sagrada Escritura: una fuente de Revelación, divinamente asistida por el Espíritu Santo.
Es carente de sentido lógico, antes que teológico querer oponer, como hacen algunos, la Tradición y el magisterio llamado “viviente", como si la Tradición fuese el pasado y el Magisterio viviente fuese el presente. La Tradición es el magisterio presente, pasado y, podríamos decir, futuro.
El magisterio de la Iglesia no es el fruto de la voluntad definitoria del Papa y de los obispos, sino que depende, y no puede ser separado de la Tradición. Antes del Magisterio de la Iglesia está la Tradición, antes de la Tradición está la Revelación y antes de la Revelación el Revelador, que es Cristo.
Se me ha echado en cara que descuido los documentos del Concilio o que los interpreto en clave de discontinuidad con la Tradición de la Iglesia. No es verdad ni la primera ni la segunda afirmación. La interpretación de los documentos del Concilio no me toca ni a mí ni a ningún aspirante a intérprete del Concilio, sino le toca al magisterio de la Iglesia, y al magisterio me atengo yo. Lo que yo narro son los hechos, lo que reconstruyo es el contexto histórico en el que aquellos documentos vieron la luz.
Y afirmo que los hechos, el evento, el contexto histórico, tuvieron un influjo en la historia de la Iglesia no menor del magisterio conciliar y postconciliar: se pusieron ellos mismos como magisterio paralelo, condicionando los hechos.
Afirmo que en el plano histórico el post-Concilio no se puede explicar sin el Concilio, así como el Concilio no se puede explicar sin el pre-Concilio, porque en la historia cada efecto tiene una causa y lo que ocurre se encuadra en un proceso, que frecuentemente es inclusive plurisecular y toca no sólo el campo de las ideas, sino el de la mentalidad y las costumbres.
No niego con ello la suprema autoridad del Concilio y la autenticidad y validez de sus actos. Pero ello no significa infalibilidad. La Iglesia es ciertamente infalible, pero no son infalibles todas las expresiones de sus representantes, incluso los supremos; y no es necesariamente ni santo, ni infalible un Concilio: porque si es verdad que el Espíritu Santo no deja nunca de asistirlo es también verdad que es necesario corresponder a la gracia del Espíritu Santo, que no produce automáticamente ni santidad, ni infalibilidad. Si es verdad que todo Concilio puede ejercitar, en unión con el Papa, un magisterio infalible, un Concilio puede también renunciar a ejercitar ese magisterio, para ponerse en un plano totalmente pastoral y, en este plano, cometer errores como sucede, según me parece, cuando el Concilio Vaticano II omite condenar el comunismo.
El Concilio Vaticano II, no lo olvidemos, no fue un Concilio dogmático, sino pastoral, lo que no significa que estuvo privado de magisterio, sino que su magisterio puede ser considerado definitivo e infalible sólo cuando repropone, y explicita, como frecuentemente lo hace, verdades ya definidas por el magisterio ordinario y extraordinario de la Iglesia.
Pero el problema que a mí me interesa no es la discusión sobre los textos del Concilio; dejo esta exégesis a los teólogos, y ante todo al Papa. El problema que me interesa, como miembro de la Iglesia, es entender las raíces históricas de la crisis que atravesamos. Raíces remotas, porque la crisis que atravesamos es plurisecular, pero también cercana, porque la crisis, actual se remonta antes que al sesenta y ocho, a la época del Concilio Vaticano II, que no son necesariamente los 16 documentos que son sus conclusiones, sino las palabras, los gestos, las omisiones, durante y después del Concilio, de los padres conciliares y, por otra parte, el magisterio paralelo, sobre todo mediático, que se colocó junto al magisterio auténtico del Papa y de los obispos. Y como no se puede separar el post-Concilio del Concilio, igualmente no se puede separar el Concilio del pre-Concilio, porque la crisis no nace el 11 de octubre de 1962, cuando el Concilio se abrió, sino que fermenta en los pontificados anteriores, incluido el de Pío XII.
Se me acusa de estar contra Pío XII, hacia el quien tengo suma admiración, sobre todo por cuanto se refiere a su monumental “corpus” doctrinal. Pero no soy el postulador de su causa de beatificación, soy un historiador y como tal no puedo negar que Pío XII haya sufrido por parte de ciertos colaboradores suyos una influencia negativa en algunos campos, como el litúrgico o exegético. No se puede negar que su encíclica “Humani generis", que considero un documento excelente, sea carente de la fuerza teorética y práctica de la “Pascendi” de san Pío X. Podemos decirlo y permanecer infatigables defensores del primado romano y grandes admiradores de Pío XII, porque la Iglesia no tiene miedo de la verdad y el amor a la verdad nace de la santa libertad de los hijos de Dios (Rom 8, 21). De otro modo no comprenderíamos la vida tempestuosa de la Iglesia en el curso de los siglos hasta nuestros días.
No hay tempestad, mediática o cruenta, que nos asuste, porque la Iglesia está siempre de pie en las tempestades: las herejías, los escándalos, las revoluciones no la han sacudido ni han detenido su marcha en la historia.
Y un gran historiador de la Iglesia que no tuvo temor de decir la verdad, Ludwig von Pastor, escribe como conclusión de su “Historia de los Papas", estas las palabras que hago mías:
“La roca de Pedro supera las tempestades de todos los siglos. El hecho más grande, más inconcebible en la historia de la Iglesia de Cristo es que las edades de su más profunda humillación son al mismo tiempo las de su más grande energía y fuerza invencible, que muerte y tumba no son para ella signos del fin, sino símbolos de la resurrección, que las catacumbas de la edad primitiva como las persecuciones anticristianas de la edad contemporánea no pueden redundar para ella sino en gloria. […] Cristo, de hecho, camina aún hoy con Pedro sobre las olas oscilantes y por tanto vale también para los sucesores éste la siguiente palabra: ‘tu es Petrus et super hanc petram aedificabo Ecclesiam meam, et portae inferi non praevalebunt adversum eam’”.
Roma, 5 de mayo de 2011
Fuente: Secretum meum mihi
]]>Miro a Dios y Él me mira a mí
Respuesta que escuchó el Santo Cura de Ars, a un sencillo campesino de su Parroquia, cuando le preguntaron qué hacía durante tanto tiempo en la Iglesia.
El Santo la contaba muy a menudo.
]]>El Viernes Santo, donde el mundo entero aparece salpicado de sangre en el Calvario, el trono de la Cruz, donde reina Cristo, el Hombre – Dios, la Iglesia no renueva el Sacrificio del altar: se consumen las Especies eucarísticas del Jueves Santo, de ahí el nombre de Misa de los presantificados, porque las ofrendas han sido anteriormente santificadas. La Misa de los Presantificados fue eliminada con la reforma del papa Pío XII
Terminada ya la adoración de la Cruz, se encienden las luces del altar, y el diácono procede a extender los corporales sobre el altar, situando al lado el purificador. La Cruz se devuelve con reverencia al Altar, ordenándose la procesión hasta el Monumento. Llegados al Monumento se encienden las velas que no se apagarán hasta terminar la Comunión. El sacerdote se arrodilla y reza un rato, mientras el diácono saca el Santísimo Sacramento de la urna donde está reservado.
A continuación el celebrante se alza e inciensa al Sacramento y, velándolo, lo lleva al Altar en procesión bajo palio. Dos turiferarios sahumerian al Santísimo.
En la procesión se canta el himno Vexilla Regis.
En llegando el sacerdote al Altar y colocado el cáliz, se arrodilla y vuelve a incensiar el Santísimo. El sacerdote, coloca la sagrada Hostia en la patena. El diácono, le da la patena al celebrante, pone el Cuerpo de Cristo sobre los corporales, en silencio. Mientras tanto el diácono vierte vino en el cáliz y el subdiácono, agua. Luego pone incienso, sin bendecirlo, y sahumeria la Oblata el altar, pero no al sacerdote.
El sacerdote, se retira hacia el lado de la Epístola y se lava las manos, en silencio; vuelve al centro del Altar y dice la oración In spiritu humilitatis, tras lo cual, medio vuelto al pueblo, dice el Orate, fratres, al que no se contesta.
El celebrante, como de ordinario, reza el Pater noster, seguido del Libera nos. No se signa con la patena, con la cual, tras arrodillarse, toma el Sacramento y lo eleva, dividiéndolo a continuación en tres partes sobre el cáliz; una de ellas la pone en el cáliz sin decir Pax Dómini, ni Agnus Dei, prosiguiendo el celebrante con las oraciones Perceptio Corporis tuis, Panem caelestem, Domine non sum dignus (tres veces)y Corpus Domini, antes de consumir el Cuerpo de Cristo y el contenido del Cáliz.
Siguen las abluciones, como en una Misa normal, pero sin rezar nada. Al final, con las manos apoyadas sobre el altar, inclinado, dice la oración Quod ore súmpsimus, Dómine; los ministros haciendo reverencia al altar vuelven a la sacristía en silencio.
Los crucifijos de los altares quedan ya descubiertos.
He intentado aproximarme a lo que sería la celebración del Viernes Santo, antes de que el papa Pío XII hiciera la reforma de la Semana Santa. Si hay algún error, ruego me disculpen.
Como ya anticipó un lector en el artículo anterior, las fotos están tomadas de la celebración del Viernes in Parasceve en la Iglesia de San Clemente, una parroquia Anglo – católica en la diócesis episcopal de Pensilvania, que han conservado el rito romano tal cual. Desconozco si esta comunidad habrá pensado en integrarse en la Iglesia Católica, como muchos de los anglo-católicos. Si fuese así, el rito romano sin reformas volvería a la Iglesia Católica por esta vía, cosa que sería, ciertamente sorprendente.
Fuente: The Saint Lawrence Press Ltd
]]>Lo primero que ha que decir que esta Liturgia se denominaba antaño como Viernes en Parasceve, no Viernes Santo. Es el primer cambio con el que nos encontramos y que se mantiene en nuestros días.
Empecemos por el altar. El altar aparece desnudo, más o menos como en la foto, adornado por una cruz velada - preferentemente con un paño negro aunque también puede ser violeta – y seis candelabros, tres a la siniestra y tres a la diestra de la cruz.
Tras la hora de Nona, el sacerdote y los ministros, revestidos con ornamentos negros, se acercan al altar, sin ciriales ni incienso, postrándose para orar durante unos instantes; los acólitos, de mientras, extienden sobre el altar un solo mantel de color blanco, mantel que no cubre el frontal de la Mesa de altar.
Empezamos por la primera parte de la Liturgia del Viernes in Parasceve: la Misa de los Catecúmenos. El celebrante y los ministros, tras besar el altar, pasan al lado de la Epístola. Entonces un lector canta, en el mismo sitio en que se lee la Epístola, la primera lección, sacada del profeta Oseas (Os 6, 1-6), a la que no se responde con el Deo grátias.
A continuación sigue la lectura de un Tracto (Hab 3), concluido el cual, el sacerdote dice: Orémus, el diácono Flectamus génua y el subdiácono Leváte.
A continuación el celebrante canta la oración colecta Deus, a quo et Judas (Oh Dios, de quien Judas recibió el debido castigo por su pecado y el buen ladrón el premio de su confesión…) y, en ese momento, el subdiacono se despoja de su casulla plegada y canta una segunda lección en tono de Epístola (Ex 12, 1-11). Una vez terminada la segunda lección se pasa al segundo Tracto, correspondiente al Salmo 139 (Ps 139, 2-10.14). Es muy interesante este Tracto porque el que habla es Cristo, acongojado, con la previsión de sus tormentos. Concluido el Tracto, los diáconos cantan la Pasión, mientras que el celebrante en voz baja, la lee en el lado de la Epístola. Tres diáconos cantan el Evangelio, como ocurría el Domingo (Pasión según San Mateo), Martes (Pasión según San Marcos) y Miércoles (Pasión según San Lucas).
Al finalizar la lectura de la Pasión, el Diácono se despoja de su casulla y la dobla sobre sus hombros o se pone el estolón. Entre las ceremonias entre las que se desarrolla el canto del Evangelio es que no hay bendición, aparte de las ya contadas más arriba.
Tras el Evangelio empieza la segunda parte de la Liturgia: las Oraciones.
El sacerdote de pie en el lado de la Epístola, extendidos y levantados los brazos, prosigue en actitud orante las plegarias por todo el mundo, ya que es un día santísimo de general perdón. Esta segunda parte de la Liturgia es un recuerdo de las preces que se rezaban en la Iglesia primitiva. Estas oraciones letánicas muestran que los efectos de la muerte del Señor alcanzan a todas las necesidades de la Iglesia y del género humano, incluida la previsión de la conversión del pueblo judío. El celebrante nos invita a orar (Oremus), mientras que el diácono nos invitará a arrodillarnos (Flectamus genua) y, finalmente, el subdiácono nos dirá cuando levantarnos (Leváte)
Sólo en la oración por los judíos, en recuerdo del ludibrio al que fue sometido el Señor por ellos y los soldados romanos, sus genuflexiones y escarnios, no se contesta a la oración del sacerdote diciendo Amén ni se dice a continuación Oremus ni Flectamus genua (no hay genuflexión).
Concluido este rito, los ministros vuelven a sus sedilias, donde el celebrante y el subdiácono se quitan sus casullas. Mientras tanto, una alfombra morada se coloca en las escaleras del altar y un almohadón con un filo dorado y cubierto con un velo se dispone para recibir la Cruz. El celebrante y el subdiácono permanecen delante del lado de la Epístola, mirando al pueblo, mientras que el diácono toma la Cruz del altar y la lleva hasta el celebrante. El sacerdote descubre la parte de la arriba de la Cruz y canta Ecce lignum Crucis, a los que responde el coro Venite Adoremus, mientra que todos, menos el preste, están arrodillados en actitud de adoración. Después, adelanta un poco y descubre el brazo derecho de la Cruz, la levanta más y en tono más alto vuelve a entonar el Ecce lignum Crucis. Tras repetir todo lo anterior, se descubre finalmente la Cruz y se vuelve a entonar el Ecce, mucho más alto.
A continuación, el celebrante coloca la Cruz en el sitio que hemos descrito un poco más arriba, delante del Altar, arrodillándose; luego se descalza, y va a adorar la cruz, haciendo tres genuflexiones antes de besarla. Después se calza y toma su casulla. Después se acercan los ministros, el clero y los seglares, haciendo también tres genuflexiones. Mientras dura la adoración, se cantan los improperios. El celebrante, sentado, lo lee con sus ministros.
Queda la Misa de los presantificados, que dejaré para el artículo siguiente.
]]>Oremus
Deus, qui hodierna die per Unigenitum tuum aeternitatis nobis editum devicta morte reserasti: vota nostra, quae praeveniendo aspiras, etiam adjuvando prosequere.
Per eundem Dominum nostrum Jesum Christum Filium tuum, qui tecum vivit et regnat in unitate Spiritus Sancti, Deus, per omnia saecula saeculorum.Amen.
¡Feliz Pascua de Resurrección!
]]>Se acercará el hombre y el corazón sublime, y Dios será ensalzado. Ellos dijeron: ¿Quién nos verá? Desfallecieron los escrutadores en sus escrutaciones, en sus malos intentos. Se presentó el hombre a estas deliberaciones y soportó el ser tenido por hombre. Pues no había de ser tenido, ni visto, ni herido, ni crucificado, ni muerto, sino como hombre. Luego se entregó el hombre a todos aquellos sufrimientos que en El no tendrían valor alguno de no haber sido hombre. Se acercó el hombre y el corazón sublime; es decir, el corazón secreto; exponiendo al hombre a las miradas humanas y reservando dentro a Dios; ocultando la forma de Dios, por la que es igual al Padre, y ofreciendo la forma de siervo, por la que es menor que el Padre.
¿Hasta dónde extendieron las escrutaciones en las que los investigadores desfallecieron? Hasta llegar a poner, estando ya muerto y sepultado el Señor, guardias en el sepulcro. Pues dijeron a Pilato: El seductor, y con este nombre fue llamado nuestro Señor Jesucristo para consuelo de sus servidores cuando ellos son llamados así; el seductor—dicen—dijo en vida: Después de tres días resucitaré. Luego manda custodiar el sepulcro hasta el día tercero, no sea que vengan sus discípulos y le hurten y digan al pueblo: Resucitó de entre los muertos, y será el postrer engaño peor que el primero, Pilato les dice: Guardia tenéis; id y custodiadle como sabéis. Con esto, ellos, marchando, defendieron el sepulcro con guardia después de haber sellado la losa.
Colocaron soldados junto al sepulcro. Pero resucitó el Señor habiéndose estremecido la tierra. Se obraron tales milagros junto al sepulcro, por lo que los mismos soldados que como guardias estaban allí serían testigos de ellos si qusieran decir la verdad. Pero la avaricia, que aprisionó en su red al discípulo compañero de Cristo, alucinó a los soldados guardianes del sepulcro. Os daremos— dicen—dinero; y decid que, estando vosotros dormidos, vinieron sus discípulos y le hurtaron. Verdaderamente desfallecieron los escrutadores en las escrutaciones. ¿Qué has dicho, oh astucia siniestra? Hasta tal punto te apartas del dictamen de la luz de la razón y te sumerges en el abismo de la malicia, que dices: Decid que, estando vosotros dormidos, vinieron sus discípulos y le robaron? ¿Cómo? ¿Presentáis testigos dormidos? Verdaderamente dormiste tú que, inventando tales patrañas, desfalleciste.
San Agustín. Enarraciones sobre los Salmos. Salmo 63. Obras Completas de San Agustín, tomo XX. BAC.
Breviarium Romanum; segundo nocturno, oficio de maitines. Sábado Santo.
]]>Yahveh ha decidido derrocar la muralla de la hija de Sión; ha tendido cordel, no ha retirado su mano de la destrucción y ha reducido a duelo antemural y muralla; a una se han debilitado.
Han caído por tierra su puertas, ha roto y quebrado sus cerrojos; su rey y sus príncipes [moran] entre las gentes; no existe ley; incluso sus profetas no hallan ya visión de parte de Yahveh.
Se han sentado en tierra, han callado los ancianos de la hija de Sión; han arrojado polvo sobre su cabeza, se han ceñido sacos, han inclinado su cabeza a tierra las doncellas de Jerusalén.
Hanse agotado las lágrimas de mis ojos, han hervido mis entrañas, se ha derramado por tierra mi hígado por el quebranto de la hija de mi pueblo porque desfallecen de inanición niños y lactantes en las plazas de la ciudad.
Jerusalén, Jerusalén, vuélvete hacia el Señor tu Dios.
A sus madres dicen: «¿Dónde hay pan y vino?» Cuando desfallecen como heridos de muerte en las plazas de la ciudad, cuando exhalan su espíritu sobre el regazo de sus madres.
¿A quién te compararé, a quién te asemejaré, oh hija de Jerusalén? ¿A quién te igualaría yo para consolarte, oh doncella, hija de Sión? Pues grande como el mar es tu quebranto, ¿quién podrá curarte?
Tus profetas han visto para ti visiones de engaños e insulsas, y no te han patentizado tu iniquidad para hacer regresar a tus desterrados, antes contemplaron para ti vaticinios de falacia y seducción.
Baten contra ti palmas cuantos pasan de camino; silban y menean, burlones, su cabeza contra la hija de Jerusalén; «¿Es ésta la ciudad que decían de perfecta hermosura, gozo de toda la tierra?»
Jerusalén, Jerusalén, vuélvete hacia el Señor tu Dios.
]]>Yo soy el varón que ha visto la aflicción bajo el látigo de su cólera.
Me ha guiado y conducido en tiniebla, sin luz;
sólo contra mí vuelve y revuelve su mano todo el día.
Ha consumido mi carne y mi piel, ha quebrado mis huesos.
Ha construido contra mí y me ha cercado de veneno y molestia.
En lugares tenebrosos me ha asentado, como muertos de antaño.
Me ha rodeado de un vallado y no puedo salir, me ha aherrojado con pesada cadena.
Aunque grito y pido auxilio, ha cerrado el paso a mi plegaria.
Ha obstruido mis caminos con piedras sillares, mis senderos ha perturbado.
Jerusalén, Jerusalén, vuélvete hacia el Señor tu Dios.
Lam 2, 8 – 15. 3,1-9
Oficio Divino, primer nocturno de maitines. Feria Sexta in Passione et Morte Domini
Entre los muchos puntos que se retocaron – reformaron en la celebración de la Semana Santa, me gustaría destacar dos de ellos: el primero, la obligación de celebrar los Oficios del Jueves y del Viernes Santos por la tarde, y el segundo, el traslado de la Vigilia Pascual a la noche del Sábado Santo. Hay que decir, por cierto, que la hora propia para la celebración de la Vigilia Pascual era tras la hora de Nona, como en todos los días de Cuaresma. Es en el Decreto de Graciano, donde encontramos que la Vigilia Pascual debe comenzar al principio de la noche. Sin embargo, la Iglesia anticipaba este servicio a la mañana del sábado ya que la Vigilia Pascual no es una primera Misa de la Resurrección, sino una vigilia, estar en vela. De hecho, el carácter incompleto de la Misa, que omite el Introito, el Credo, la antífona del ofertorio, el Agnus Dei y el Beso de la Paz, indica claramente que la Iglesia, todavía espera la manifestación del Señor Resucitado. Algo similar ocurre en el Rito Bizantino, cuya Divina Liturgia se celebra en la mañana del Sábado Santo. La reforma del Papa Pío XII, no restaura la Vigilia Pascual a su horario tradicional, por llamarlo de alguna manera, tras Nona, sino que ordena que la Vigilia comience alrededor de la media noche.
Aparte de la digresión sobre la Vigilia Pascual, ¿por qué quiero apuntar a estos cambios en concreto? Principalmente por la implicación sensible que tuvieron en la piedad popular, lo que provoca que la armonía existente antaño entre la piedad popular y la Liturgia, chirríen hogaño.
Personalmente, no me gusta tener que decidir entre dos bienes, especialmente cuando ambos son compatibles, incluso cuando uno es mayor que el otro, y el segundo esté orientado al primero. Precisamente esto era lo que sucedía antes del año 1.956. Los Oficios del Jueves y Viernes Santos, se celebraban por la mañana mientras que, por las tardes, se acudía a las procesiones de Semana Santa y a visitar los Monumentos de las Iglesias, las mujeres ataviadas de mantilla. La piedad popular se amoldó perfectamente a la Liturgia, formándose un todo muy bien engranado, donde el piñón era la Liturgia y la corona la piedad popular.
Sin embargo, la reforma litúrgica también repercutió de qué manera en la piedad popular. Setecientos años no son una tontería. En el caso concreto de mi tierra, Sevilla, la reforma parió el Sábado Santo como día de procesiones. Después, y gracias al cardenal Bueno Monreal, vendrían los quebraderos de cabeza cuando le dio por convertir en hermandad de penitencia una hermandad de gloria, la Resurrección, que hoy reclama, con toda razón, un lugar en el Sábado Santo.
Siguiendo con el caso de Sevilla – sería bueno que pasó en otras localidades –el Jueves y Viernes Santos ( madrugada y tarde) procesionan las cofradías más granadas y antiguas de la ciudad – mejorando las de los días anteriores -, como puede ser la de los Negritos, con muchos privilegios e indulgencias concedidas y cuyos hermanos, por ejemplo, no pueden asistir a los Oficios del Jueves Santo. Por otra parte, la práctica piadosa de visita a los Monumentos queda un poco desencajada, ya que si se hace por la mañana, el Señor no está y por la tarde, las Iglesias están celebrando la Misa In Coena Domini. Visto con pulcritud, rectitud y escrupulosidad, resulta un absurdo que en las Iglesias se celebren los Oficios, mientras hay procesiones en la calle.
Por otra parte, y en un sentido más amplio, tenemos los abusos que se dan en la celebración de la vigilia pascual, como puede ser el celebrarla en una hora en la que todavía no se ha echado la noche.
Dicho todo lo anterior, ¿no sería una pastoralmente beneficioso volver a la práctica anterior, respecto al horario de celebración del Triduo Sacro, especialmente en aquellas localidades donde haya unas prácticas de piedad profundamente arraigadas (las procesiones de Semana Santa, por ejemplo)? Sería una manera de salir de esta absurda contraposición entre dos bienes y de realzar el misterio de nuestra Redención.
Sé que muchos aducirán, lo mismo que con el Motu Proprio, que no hay fieles que reclamen estos cambios, pero también es cierto que a los fieles no se les puede tratar como el resultado de un estudio de mercadotecnia.
Lo importante y fundamental, es la salvación de las almas.
«Salus animarum suprema lex est»
]]>No sé con qué está más guapa
la Esperanza Macarena,
si con el manto granate,
el de malla o el de hebrea,
el negro o el de tisú,
el blanco, el verde botella
o el que en terciopelo verde
bordara Esperanza Elena
para aquel glorioso mayo
de coronación y fiesta.
No sé con qué está más guapa
la Esperanza Macarena,
si con saya de volantes
o saya azul de princesa,
o saya de eucaristía,
o saya como bandera
hecha con tela de novia
y taleguilla torera.
Con medallas y rosarios
el cristal y el mármol sueñan
con latines en el coro,
incensarios y navetas.
El alfiler y el espejo
y el peine con que se peina
se están preguntando siempre
cómo está más guapa Ella:
si en el camarín mirando
al que la mira y le reza,
o entre la jardinería
de su paso en primavera,
o bajando a recibirnos
en el besamanos puesta.
No sé cómo está más guapa
la Esperanza Macarena,
si un sábado por la tarde
o un domingo de cuaresma,
si en la Madrugada grande
por la calle Anchalaferia
con fajín de general
aunque no estuvo en la guerra,
o cuando suena la Salve
en la Basílica llena.
Se va un siglo y viene otro,
pero Ella siempre se queda.
Y nosotros preguntando
con qué está más guapa Ella.
Y nadie sabe decirlo,
ni aproximarse siquiera
al concepto, a la medida,
al gusto y al teorema,
que todo lo que se pone
lleva su hermosura impresa.
Y vuelve loca a Sevilla
y con Sevilla, al planeta,
que la locura a su lado
es locura sin fronteras
y sabe que a la Esperanza
no hay nadie que no la quiera.
Se va un siglo y viene otro,
pero Ella siempre se queda.
Y nosotros preguntando
y soñando con la Reina
Madre de los macarenos
un sueño de madreperla,
un sueño de guardabrisa,
de entrevarales y cera;
un sueño de amor y gloria,
un sueño de cielo y tierra,
un sueño de Madrugada
cogido a la manigueta,
un sueño de avemaría
dentro de la parihuela.
Sé que si la sueño yo
es porque todos la sueñan,
como la soñó José
camino de Talavera,
como Muñoz y Pabón,
como Rodríguez Ojeda
o Inmaculada Rodríguez,
que le puso en la cabeza
todo el oro de los ángeles
que Sor Ángela fundiera.
Se va un siglo y viene otro,
pero Ella siempre se queda,
que alumbró hace dos mil años
al Señor de la Sentencia
y parece que fue ayer
el parto de la azucena.
Y ya en el año 2000,
con dos mil locuras nuevas,
que la lengua no se cansa
de pregonar su belleza,
sigo diciendo lo mismo,
lo que otros antes dijeran
y lo que dirán también
los que mañana la vean:
¡No sé cómo está más guapa
la Esperanza Macarena!
Joaquín Caro Romero, pregón de Semana Santa de Sevilla, año 2.000
]]>El encuentro de María con Simeón, que le profetizó sus dolores, nos hace pensar en otra fiesta mariana, que se celebra en el ciclo temporal el viernes de la semana de Pasión, y en el ciclo santoral el 15 de septiembre. Ambas fiestas, tienen por objeto el martirio de la Madre de Dios y su participación en los sufrimientos de su Hijo, aunque, en un principio, lo que se celebraba principalmente en la fiesta de la semana de Pasión eral a participación de María con Cristo al pie de la cruz, mientras el 15 de septiembre se conmemoraban más bien los Siete Dolores. Prácticamente, las dos misas son la misma. La lección del segundo nocturno es común a los oficios de los dos días. San Bernardo canta así a María al pie de a cruz:
El martirio de la Virgen se nos manifiesta tanto en la profecía de Simeón como en la historia de la pasión del Señor… Verdaderamente os atravesó el alma una espada, puesto que sólo traspasando vuestro corazón podía penetrar en la carne de vuestro Hijo. Más aún: después que vuestro Jesús hubo entregado su espíritu, la cruel lanza que hirió su costado no tocó su alma, pero traspasó, ciertamente, la vuestra; la suya, en efecto, no estaba ya allí, mientras que la vuestra no podía apartarse de aquel lugar… Así, pues, la fuerza del dolor atravesó vuestra alma. Y no es exagerado llamaros más que mártir, puesto que en Vos el sentimiento de la compasión excedió en mucho a cualquier dolor sensible que sepa imaginar… Nos os sorprenda, hermanos, el oír llamar a María mártir en el alma.
En el oficio de la primera fiesta no se hace una referencia específica al número de los dolores de María; más bien se centra en el hecho de la pasión. El numerar los dolores de la Virgen se hizo más tarde, como consecuencia de un afecto piadoso. Los responsorios de maitines, en el oficio del 15 de septiembre, enumeran siete dolores, y en las dos fiestas hay un clima afectivo de ternura emocional, bastante escaso en los textos litúrgicos.
Estas dos fiestas aparecen en el calendario bastante tarde: la primera, en 1.423; la última en 1678, y se extendió a la Iglesia universal en 1814. La fiesta de septiembre se celebraba el tercer domingo, hasta que en 1.913, en la reforma de Pío X, se fijó para el 15 de septiembre.
Es característico de esta fiesta el Stabat Mater, atribuido a Jacopone da Todi, O.F.M. (+ 1306), o a San Buenaventura (+ 1274), que aparece en la misa del 15 de septiembre y en el oficio del viernes de Dolores. Es un himno de expresión muy personal, que pone de relieve el ascetismo que prevalecía en este período. Se basa en los siguientes pasajes de la Sagrada Escritura: Io 19,25; Lc 2,35; Ez 13,6; 2 Cor 4,10, y Gal 4,17.
El hecho de que se celebren dos fiestas con el mismo objeto es una anomalía en la liturgia, que se rige por el principio de que una cosa no se debe repetir (Nunquam bis de eodem).
Mariología, BAC, bajo la presidencia de J.B. Carol, O.F.M., pp 260 – 261.
Nota: la festividad de los Siete Dolores de la Virgen, del Viernes de Dolores, en los libros litúrgicos del Papa Juan XXIII, se encuentra como una Conmemoración. Se conserva, por el contrario, la festividad del 15 de Septiembre, festividad más moderna que la anterior.
El pueblo, sin embargo, sigue conservando la denominación del día.
]]>En aquel tiempo dijo Jesús a las turbas de los judíos: ¿Quién de vosotros me argüirá de pecado? Si os digo la verdad, ¿por qué no me creéis? El que es de Dios oye las palabras de Dios. Por eso vosotros no las oís, porque no sois de Dios. Respondieron los judíos y le dijeron: ¿No decimos bien nosotros que eres samaritano y tienes el demonio en el cuerpo? Yo no tengo demonio, sino que honro a mi Padre, y vosotros me deshonráis a mí. Yo no busco mi gloria, hay quien la busque y juzgue
Las lecturas de la Misa, en el Usus Antiquior, durante todo el tiempo de Cuaresma, presentan la confrontación entre Cristo y los judíos, fariseos y saduceos. Una moderna exégesis bíblica, imbuida de un malentendido celo ecuménico, ha querido obliterar la oposición entre la Iglesia y la Sinagoga, especialmente entre el Señor y los «judíos». Sin embargo, en las lecturas de Cuaresma, la oposición queda patente. De esta manera, vemos como las autoridades de Jerusalén se oponen al Señor: le preparan trampas dialécticas para atraparlo, le acusan de violar el Sábado, e incluso Le llaman siervo de Satanás (Mt, 12). En este primer Domingo de Pasión, el odio de los judíos llega a tal extremo que Le llaman samaritano y endemoniado, pero los judíos no entienden las palabras de Cristo. Si Abraham creyó las promesas divinas que anunciaban a Cristo, regocijándose cuando vio el día del Señor, los judíos, que deberían haber reconocido en Jesús, al Hijo de Dios, sin embargo, lo crucificarán. Porque fueron los judíos, no como colectivo sino en sus jefes, sus representantes, los que llevaron al Señor ante Pilatos para crucificarlo.
Odian a Cristo, por eso, cuando el Señor afirma ser el Mesías, el Hijo de Dios – Yo soy, dice el Señor -, cogen piedras para lapidarlo. Cristo se oculta y sale del templo, por esta razón, las imágenes del Señor y de los santos, que Le dan gloria, quedan veladas. Es un signo de dolor, relacionado también con la antigua práctica de expulsar a los penitentes de la Iglesia, hasta que en la Pascua no se hubiesen reconciliado con Dios. Con el tiempo de Pasión, la Liturgia quiere que volvamos nuestros pensamientos a los sufrimientos de Jesús, que desembocarán en su Pasión, Muerte y Resurrección.
No es la única peculiaridad de este tiempo. En la Misa se omite el salmo 42 y la doxología menor del Introito y del Lavabo en la Misa, y de los responsorios mayores y menores del Oficio Divino. También desaparece el Gloria del Salmo 94, con el que se abre el oficio de Maitines y, finalmente, en llegando el Triduo Sacro, desaparece del final de todos los salmos del Breviario. Las doxologías serán repuestas en su lugar, en Pascua de resurrección.
Nuestro Señor no se glorifica a Él mismo, sino que es glorificado por el Padre. El Padre se satisface en el sacrificio del Hijo. La expiación del Señor se dirige al Padre, a la Primera Persona de Dios. El Logos es enviado por el Padre a encarnarse y es al Padre a quien se ordena el amor del Señor. En palabras del P. Lippert, «Jesús reparó la gloria de Dios de una vez para siempre; la calumnia y el desconocimiento del ser de Dios fueron reparados y plenamente compensados; así satisfizo Cristo por nosotros al Padre (Concilio de Trento, sesión 6ª, cap.7), pagando el rescate a que estábamos obligados por nuestro pecado». Estamos ante el gran misterio de la redención, el sacrificio de la Cruz, que se actualiza en la Misa. Porque «la Santa Misa es el mismo Sacrificio que se ofreció en la Cruz, aunque renovado de manera incruenta. (…)La Santa Misa es un sacrificio no sólo de alabanza y acción de gracias, sino también propiciatorio , por el cual Dios se muestra aplacado y benigno con nosotros (Cat. Conc. Trent., 76 – 78) Y la Sagrada Liturgia es, «el culto público que nuestro Redentor rinde al Padre como Cabeza de la Iglesia, y es el culto que la sociedad de los fieles rinde a su Cabeza, y, por medio de ella, al Padre eterno; es, para decirlo en pocas palabras, el culto integral del Cuerpo místico de Jesucristo; esto es, de la Cabeza y de sus miembros» (MD 29).
¿Y a nosotros los fieles, qué nos dice la Iglesia? Pues que si escuchamos hoy la voz del Señor, no endurezcamos nuestro corazón, como dice la antífona del salmo 94, el gran salmo de Maitines. Que no hagamos como los judíos y que contemplemos el Misterio de la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor, estando abiertos a recibir la Gracia de Dios.
]]>D. Fernando Cano – Romero no ha tenido miedo a testimoniar la fe católica, como ya hiciese el maestro Burgos con su magnífico pregón con el que bien podían haber cerrado esta tradición, con te minúscula, de los pregones de Semana Santa.
El pregonero le ha «endiñado» al Alcalde de Sevilla con mucha violencia, especialmente en el tema del aborto. No es para menos. El PSOE fue el partido que dio barra libre, bajo los tres supuestos malditos, a la matanza de seres inocentes – mientras que el PP se comportó como un felón al no eliminarlos -. Pues bien, el pregonero, con mucha valentía ha dicho lo siguiente:
Delicada doncellita de Nazaret, que no dudaste en dar tu SI comprometido, aceptando lo que te proponía el ángel y convertiste el Subterráneo bendito de tu seno virginal en la divina morada de Dios mismo. Tú en quien pudo más tu entrega, que las lógicas dudas: ¿¡Cómo puede ser esto si no conozco varón!? ante el anuncio de un embarazo inesperado. Tú que diste vida a la Vida, no permitas que se arrasen tantas vidas como hacen los modernos Herodes de bata blanca o pijama verde amparados por una ley que protege el criminal asesinato del ser más indefenso del mundo, que no es solo ser vivo sino persona humana desde el primer momento de su concepción y por lo tanto Templo vivo del Espíritu Santo, no sólo conforme a la doctrina de la Iglesia y al quinto mandamiento de la ley mosaica sino a los más elementales principios del derecho natural. Tú, Virgen del Subterráneo, ejemplo de maternidad responsable, no permitas que ninguna mujer de nuestro pueblo consienta que se arranque de su seno la vida incipiente de su propio hijo y le impida ver la luz del día al que podría ser un futuro cofrade de Sevilla.
El pregonero se mostró fiero, pero ¿puede un católico comportarse de otra forma ante el asesinato de inocentes?. A la fe de D. Fernando hay que sumar una circunstancia personal, la de un angelito que hay en su familia y es que el nieto de D. Fernando Cano – Romero, tiene el síndrome de Down.
Esta fue la primera. Después llegó la segunda:
Hoy cuando Tú, Cristo bendito, sobras en los Centros de Enseñanza y Tu presencia molesta en las clases, donde, desde la primaria al bachillerato no falta quien ha conseguido retirar tu Imagen pese a la aplastante mayoría de los que se oponen a ello. Y en las aulas de las nuevas Facultades se prescinde de Ti y en algunas Universidades se profana la Capilla profiriendo ante el Sagrario blasfemos insultos a Dios y a su Iglesia o donde es imposible celebrar el Culto de nuestra Religión sin que los que lo practican logren el apoyo de las autoridades académicas que se muestran si no complacientes, si incapaces de contrarrestar la imposición de una minoría.
Frente a todo ello nuestra Universidad Hispalense, que se enorgullece de tener en tu Imagen el mayor de sus tesoros, te acoge con respeto y cariño, respalda tu Hermandad y Tú Señor sigues enseñando desde la cátedra del amor, que la conseguiste ganando la oposición más dura jamás convocada, la de derramar tu sangre y entregar tu vida en la soberana lección de tu propio ejemplo, por eso Señor, Tú sientas cátedra desde siempre, Tu no te jubilarás jamás, ni serás nunca catedrático emérito, porque Tú nos seguirás explicando incansable tu asignatura desde la Cruz en la que mueres dando siempre la lección de tu entrega total por los hombre y por eso cada Martes Santo te resultan insuficientes la Capilla, las clases y el edificio inmenso de nuestra Universidad, y sobre la austera tribuna de tu paso sales al Aula Magna de nuestras calles, bajo la bóveda de nuestro cielo azul y recibiendo el beso que los rayos de sol, que peinan desde la altura las esbeltas palmeras de la calle San Fernando, o envuelto en el perfume de los naranjos en flor de la Plaza de la Contratación, para, desde tu cátedra ambulante a ese mundo que te desprecia y quisiera prescindir de tu Imagen Sagrada en los centros del saber, impartir la lección magistral y única que sólo Tú puedes dar; la de entregar la vida por nosotros en tu serena, plácida y dulce Buena Muerte.
Incluso las setas de la Encarnación, esa tumba infecta donde han enterrado el dinero de los contribuyentes, tuvo su sitio en el pregón. El Alcalde, no aplaudió; bajó las manos ante tanto arreón, tomando una actitud infantil, bufonesca, de vergüenza. ¡Qué pena de Sevilla, lo que tienes que aguantar!
Y al final la apoteosis, la Virgen de la Esperanza, la Macarena. El pregonero emocionado, los que lo escuchábamos también. Magnífico.
Y terminen ante la Virgen, ¿tengo que decir su nombre? Mi Virgen, ya colocada en su paso, sin cera ni flores ni adorno alguno que Ella se basta para llenarlo todo. ¿Qué puedo decirle yo? A Ella le dedicaron hermosas páginas los más ilustres escritores, le ofrecieron floridos versos los más eximios poetas y para Ella compusieron sus más sonoras partituras los mejores músicos. Ella es foco de atención que se adueña de todas las miradas y de todos los corazones. En esta bendita tierra que lleva su nombre impreso en lo más profundo de su alma como el mejor de sus tesoros, que quiere convertirse en caja de resonancia porque no falte jamás a sus plantas la acústica sonora y armoniosa de una Salve perenne que la alabe de continuo.
Tu pueblo enamorado en tu alabanza lo encuentra en Ti todo y te hace centro de todas su cosas, eje y coordenada de cada momento de su vivir, latido vital de su corazón, loco por tu amor, en Ti todo lo cifra y en Ti todo lo haya, ante Ti se postra cada día, en la paz de tu Basílica donde nunca estás sola y ante Ti clama en multitud cuando en la Madrugada, sales a recorrer las calles entre un mar de fervores que estallan cuando apareces en la puerta y atraviesas el atrio, llegan al delirio cuando pasas por el Arco y Resolana coges la vuelta en los altos Colegios para por Feria y Correduría, tras recibir en la Alameda el reverencial saludo del legendario fundador de la Ciudad y de quien la rodeó de murallas y torres, llegas a la Campana que espera con impaciencia tu triunfal entrada y en la que detienes los tiempos, paras los pulsos y aceleras los latidos del corazón y se estrecha Sierpes para sentirte aún más próxima y atraviesas señorial la Plaza, y sigues por el mar inmenso de la Avenida que se rompe en clamores y nuestra Iglesia Mayor se hace silencio cuando atraviesas sus naves para detenerte donde un día contra todo lo previsto y porque así lo quiso Dios, Sevilla te coronó con el oro puro de su amor y en ese mismo sitio recibe adoración, el Augusto Sacramento en el grandioso altar que cincelaran manos jerezanas y sobre el que quedó reflejada la inefable belleza de tu sonrisa como Niña Pura e Inmaculada.
Al pié de la Giralda te sorprenderá el clarear de la aurora, que en Cuna, será amanecida y ya en Laraña te vestirá de luz cuando el sol se apresure a empinarse sobre el caserío desde la Puerta Osario y te bañe con sus rayos desde los cielos haciendo realidad la visión apocalíptica “Una mujer vestida de sol, la luna por pedestal y coronada por estrellas” y tras recibir la oración angelical en estrofas musicales de tus Madrinas de Coronación, regreses a tu barrio en impaciente espera, incapaz de prolongar tu ausencia por mas tiempo. Relator, Parras, Escoberos y una Resolana bañada de sol y de luz para que te lleve tu cuadrilla acompasando el paso a la música de esas marchas con las que, para Ti, llenaron el pentagrama de sus fervores los compositores más afamados.
Rodeada de una multitud que te quiere como lo hacía tu hijo soñando en sus tardes toreras, con mariquillas de esmeraldas y brillantes que nacen en el jardín bendito de tu pecho o en varales de oro para que sostuvieran tu palio tronchados por la tragedia de Talavera o quien, por los escenarios, iba bordando con los hilos de oro de su voz la mas preciosa de tus tocas, cantándote “Amapola entre el trigo y azucena morena”,o aquel inolvidable prioste que convirtió en fuentes florales las esquinas de tu paso para tu Coronación o bajó de los cielos tu palio sostenido por ángeles en tu besamanos, o lo hacen las manos que, medio siglo ya, te visten con la majestad de Reina con la que te contemplamos y así, tras cruzar de nuevo el Arco, llegas a las puertas de tu Basílica.
Estrella fulgurante y rayo de plata de la luna de cada noche, bendito lucero del alba de cada mañana, sol esplendente de cada día, vaso del más fino alabastro donde se espeja con garbo el río que besa con su orilla tu Resolana y al que este año sorprendiste reflejándote en sus aguas al atravesarlo por vez primera, Giralda de la elegancia, Alcázar de la realeza, Torre del oro de la gracia, Reina de tu barrio, Alegría de sus calles, Señora de sus casas, delirio de tus hijos, Custodia de tu muralla, puerta siempre abierta de tu Arco, Emperatriz de tu Centuria, Bendita Maestra del taller de tus señoras del ropero, locura de amor de tus Macarenos del Atrio, destinataria de la constante ofrenda de tus Donantes de Flores, centro del eje de la rueda de la vida, Esperanza de mi familia, “Madre en la tierra de tus amores”, en la que si decimos “que tan solo en el cielo te aman mejor”, es porque allí con las legiones de ángeles, arcángeles y querubines hay también una legión inmensa de sevillanos y macarenos y gentes de todo el mundo que tanto te quisieron en vida y te siguen queriendo en la Gloria.
Tu que eres la Esperanza de un mundo que se estremece ante todo lo que contempla, Tú que alimentas nuestra ilusión y nuestra confianza puestas en Ti, Tú que eres la verdadera y única meta de nuestro amor, Tú regalo bendito de Dios a Sevilla, Tu lo eres todo para nosotros, Tú y sólo Tú, y por eso esta Ciudad, por encima de todos los calificativos que quieran asignarle es la Ciudad de la Esperanza. Esa Ciudad, que Tú lo sabes bien, en el delirio de amores con que te quiere, antes de que entres de nuevo en tu Basílica y deje de tenerte en sus calles, busca cada año un ángel macareno que desde la bóveda de los cielos te cante la saeta que, rebasando el espacio de tu bendita tierra, llegue a los confines del mundo entero para que sepan por qué esta Ciudad es Ciudad de la Esperanza porque:
Sevilla vio su Esperanza, en
tu carita morena, y te hizo
su Madre buena, el centro
de su bonanza, y te llamó
Macarena.
¡Muchas gracias pregonero, por su testimonio! ¡Muchas gracias, por su valiente pregón!
Para leer el pregón entero, aquí.
p.s. El Alcalde, se ausentó de la comida que se celebra tras el pregón. Sin comentarios.
]]>Dije que no quería hablar sobre la llegada de la Cruz de la Juventud a mi tierra, Sevilla. Sinceramente, las Jornadas Mundiales de la Juventud es un asunto que no me interesa. Todo lo que tenía que decir, lo dije cuando los hermanos de la Esperanza de Triana, con buen criterio, se negaron al traslado del Señor a Madrid, y en sentido contrario, los hermanos de los Panaderos dieron su beneplácito al traslado de la Virgen de Regla: mediante acoso y derribo, se consiguió lo que se buscaba, la presencia de una imagen de la Semana Santa sevillana en Madrid. Pues vale.
El motivo de romper mi silencio son las fotos que ya se pueden ver en Internet, sobre la ceremonia litúrgica celebrada en ocasión del envío a la Misión Joven. Allí se pueden ver los grandes globos azules, bajo las cubiertas góticas de la Catedral. Junto a los globos, hubo danzas y guitarras, todo muy schonborniano.
Un amigo me comentaba no hace mucho que en la Iglesia actual, en cuestiones litúrgicas se admitía prácticamente todo, excepto aquellas cosas que tendieran a «catolicizar» la liturgia - entiéndase en el buen sentido la expresión -.
Evidentemente, el primer miembro del aserto es una exageración típica de mi tierra; sin embargo, con o sin exageraciones, los hechos son que de facto se cometen diariamente en nuestras Iglesias continuos abusos, tantos que al final nos acabamos acostumbrando a ellos y, en cierta manera, nos insensibilizamos ante ellos. Ahora bien, la segunda parte del enunciado es totalmente cierta. Un ejemplo lo tenemos con la poca o nula aceptación del Motu Proprio.
En este caso no hablamos de abusos, pero sí de elementos extraños a la Liturgia. Y a las tradiciones de la ciudad. Es como si el utilitarismo hubiese emergido en estas celebraciones haciéndose dueño de las mismas. Demasiado funcional, demasiado feísmo, corriendo el riesgo, además de que la espiritualidad se infecte igualmente de utilitarismo, una espiritualidad del momento y de la emoción. Si tenemos en cuenta que también el arte es un testimonio autorizado de la Tradición, ¿qué tradición se ve representada aquí?
Frente a esta irrupción de elementos extraños, se comprende menos aún la razón por la cual no se celebra una Misa Usus Antiquior, en la Catedral de Sevilla, mientras sí se permiten conciertos, globos y guitarras. Es un arcano. ¿No quieren los obispos recuperar el verdadero y profundo sentido de la Liturgia? Pues la Forma Extraordinaria es la mejor medicina para ello: el uso del latín, el recogimiento, silencio y adoración de los fieles a la Eucaristía durante la Consagración, la comunión de rodillas, la oración por el Papa, la jerarquía católica, los vivos y los difuntos, las tres avemarías y la oración a San Miguel Arcángel, y más, mucho más.
Y en esas estamos.
A la Catedral podemos llevar globos, danzas y guitarras.
El Usus Antiquior, no.
]]>Aquí la noticia.
]]>Acto de desagravio:
Hagamos todos fervorosamente el Acto de desagravio:
Divino Salvador de las almas: Cubiertos de confusión nuestros rostros, humillémonos en vuestra presencia soberana; y dirigiendo nuestra vista al solitario Tabernáculo, donde moráis, cautivo de nuestro amor, sentimos profunda pena al ver el olvido en que os tienen muchos cristianos, al ver infructuosos vuestros sacrificios y menospreciado vuestro amor. Pero ya que con infinita condescendencia permitís que unamos esta noche nuestros gemidos a los vuestros, nuestras lágrimas a las que brotaron por nuestra causa de vuestros santísimos ojos, a la sangre que amorosamente vertió vuestro divino corazón, os rogamos, dulces Jesús, por los que no ruegan, os bendecimos por los que os maldicen y os adoramos por los que, despiadados, os ultrajan, y con toda la energía de nuestras almas deseamos bendeciros y alabaros en todos los instantes de esta noche y en todos los Sagrarios de la tierra y con los valiosos afectos de vuestro amante Corazón.
Suba, Señor, hasta Vos el doloroso grito de expiación y arrepentimiento que el pesar arranca de nuestros contritos corazones.
Por nuestros pecados, por los de nuestros padres, hermanos y amigos, por los del mundo entero.
Perdón, Señor, perdón.
Por las infidelidades y sacrilegios, por los odios y rencores.
Perdón, Señor, perdón.
Por las blasfemias, por la profanación de los días santos.
Perdón, Señor, perdón.
Por las impurezas y escándalos.
Perdón, Señor, perdón.
Por los hurtos e injusticias, por las debilidades y respetos humanos.
Perdón, Señor, perdón.
Por la desabediencia a la Santa Iglesia por la violación del ayuno.
Perdón, Señor, perdón.
Por los crímenes de los esposos, por la negligencia de los padres, por las faltas de los hijos.
Perdón, Señor, perdón.
Por las persecuciones levantadas contra el Romano Pontífice, los Obispos, Sacerdote, religiosos y sagradas vírgenes.
Perdón, Señor, perdón.
Por los insultos hechos a vuestras imágenes, por la profanación de los templos, el abuso de los Sacraemntos y los ultrajes al augusto Tabernáculo.
Perdón, Señor, perdón.
Por los crímenes de la prensa impía y blasfema, por las horrendas maquinaciones de tenebrosas sectas.
Perdón, Señor, perdón.
Por los justos que vacilan, por los pecadores que resisten a la gracia y por todos los que sufren.
Piedad, Señor, piedad.
Perdón, Señor, y piedad para los más necesitados de vuestra gracia; que la luz de vuestros divinos ojos no se aparte jamás de nosotros; encadenanda a la puerta del Tabernáculo nuestros inconstantes corazones; hacedles allí sentir los incendios del amor divino, y a vista de las propias ingratitudes y rebeldías, que se deshagan de pena, que vivan muriendo de amor.
Amén.
Ritual de la Adoración Nocturna, 1.960.
La historia de los cristeros mejicano es de los sucesos más apasionantes en la historia de la Iglesia, un ejemplo de martirio, aún más grande si cabe en cuanto escondido y orillado.
Yo lo veo como un anuncio el preámbulo de lo que vendría después, en España, con la persecución religiosa llevada a cabo durante la República; es como si la Providencia hubiese unido los destinos de una hija y su madre, Méjico y España, para regarlas con la sangre de los mártires. Esto no es una conclusión a la que he llegado tras una investigación, sino intuiciones a partir de datos concretos, tales como la presencia en ambos conflictos de la masonería, tanto en el gobierno de Plutarco Elías Calle como en la II República española.
Aún con todo lo interesante que pueda ser la investigación de las causas de la cristiada, más asombrosa resulta la contestación que tuvieron las medidas tomadas por el gobierno mejicano, cuando aquel 31 de Julio de 1.926, la Ley Calles entró en vigor y a las 12 de la noche, las luces se apagaron y el Santísimo Sacramento fue retirado de todas las iglesias de la república mejicana. Como escribe Jean Meyer, «el pueblo católico vivió la Ley como «el fin del mundo»». Y no es una locura: no hay bautismos, ni matrimonios, ni confesión, ni comunión y tampoco extremaunción. Para un católico de principios del XX es el fin del mundo. Hoy, por desgracia, desde el seno de la Iglesia salen los discursos que ponen patas arriba la doctrina.
El 21 de Agosto dos obispos se reunieron con el presidente Calles en Chapultec, felicitando al presidente por su «ecuanimidad» y por su «firmeza», presentando sus disculpas al presidente por las críticas poco fundadas, añadiendo que «nuestro pueblo es ignorante» y sus sacerdotes también. Llegaron al extremo de afirmar que tanto ellos como el Papa ordenaban la «sumisión». Tremendo.
Todo en la cristiada es asombroso, como que el principal general del ejército cristero fuese un liberal, jacobino y masón, el general Enrique Gorostieta, sobre el cual dice Jean Meyer, «El militar y el hombre fueron conquistados por el combatiente cristero, (…). Gorostieta, liberal y agnóstico, pero a su manera cristiano en medio de cristeros a quienes admiraba sin indulgencia porque «con barro de Tlaquepaque no se hace la porcelana de Sèvres», veía más allá de la derogación de las leyes persecutorias. Se proponía la destrucción del régimen. ¿Quería el poder? No habría sido el primer general vencedor en pelear la silla presidencial.
Vuelvo a Meyer:
Cristo da su nombre a su guerra; el ejército que los ahorca, los quema y los desuella, los llama cristos reyes, los de la corona de espinas. Son la Iglesia sin sacerdotes de la sucesión apostólica y representan una cima de cristiandad, como lo atestiguan la belleza, la riqueza de su lenguaje, de sus conceptos. Su cristianismo es auténtico, a pesar de que todo lo que se ha dicho, de todo lo que sigue diciéndose sobre la idolatría de un catolicismo mexicano.
Sin considerarse la verdadera Iglesia, estos hombres tienen ocasión de meditar sobre los textos sagrados transmitidos por la tradición oral y la liturgia. Viven las bienaventuranzas y descubren su dignidad eminente, la de los pobres, que se iluminan al anuncio de la ruina de Jerusalén, de la tribulación y del Juicio.
La Cristiada, Jean Meyer, 349 - 350
Y también escribe (citado a través de Iraburu, Hechos de los Apóstoles de América, p. 253)
«La religión de los cristeros era, salvo excepción, la religión católica romana tradicional, fuertemente enraizada en la Edad Media hispánica. El catecismo del P. Ripalda, sabido de memoria, y la práctica del Rosario, notable pedagogía que enseña a meditar diariamente sobre todos los misterios de la religión, de la cual suministra así un conocimiento global, dotaron a ese pueblo de un conocimiento teológico fundamental asombrosamente vivo. A Cristo conocido en su vida humana y en sus dolores, con los cuales puede el fiel identificarse con frecuencia, amado en el grupo humano que lo rodea: la Virgen, el patriarca San José, patrono de la Buena Muerte, y todos los santos que ocupan un lugar muy grande, completamente ortodoxo, en la vida común, se le adora en el misterio de la Trinidad. Esta religión próxima al fiel la califican de superstición los misioneros norteamericanos (protestantes y católicos) y los católicos europeos no la juzgan de manera distinta» (307). Sin embargo, «el cristianismo mexicano, lejos de estar deformado o ser superficial, está sólida y exactamente fundamentado en Cristo, es mariológico a causa de Cristo, y sacramental por consiguiente, orientado hacia la salvación, la vida eterna y el Reino. Durante la guerra, los santos se retraen notablemente hasta su propio lugar, mientras se manifiesta el deseo ardiente del cielo» (310).
Excursus: La Liturgia, de la que vivían estos hombres, es la que tanto se ha denostado. El latín; el silencio; el sacerdote con el pueblo, coram Domino. Ellos no tuvieron problemas, nosotros sí. Hoy no llegamos ni a los mínimos. Catequesis en las escuelas, en las parroquias, durante años y… no llegamos al mínimo. Fin del excursus.
Después vendrían los acuerdos. Y los cristeros depusieron mansamente las armas. La ley permanecía pero se suspendía, a los cristeros se les prometió la amnistía y la restitución de las iglesias a los sacerdotes. La Iglesia, a cambio, reanudaría el culto. Entonces vino el asesinato sistemático de los caudillos cristeros. Persecución religiosa en el 1.932. Y en 1.934 y 1.935.
La memoria de estos mártires mejicanos no puede caer en el olvido.
¡Viva Cristo Rey!
Vídeo cortesía del Coronel Kurtz.
]]>De todas formas, esto es una cuestión menor si lo comparamos cuando llega la hora de administrar la Comunión, entonces los fieles se acercan y reciben al Señor con las manos extendidas, depositando a continuación el Cuerpo de Cristo - si es que no la cogen antes –en la mano.
Lo que empezó como indulto hoy es costumbre. Y el caso es que ya se ve con total naturalidad. Pero, ¡es el Señor!.
Cuando el Presidente de cualquier Gobierno, va de visita a una ciudad, a inaugurar un monumento, o cualquier otra cosa, sin duda los que acuden a dicho acto se ponen sus mejores galas. Los invitados a una boda, van en traje; los novios incluso se visten de chaqué – no puede haber cosa más hortera que el don sin din -; sin embargo, cuando el que nos visita es el Rey de la Gloria, del cual no somos dignos, el pueblo fiel no duda en cogerlo en la mano. ¿Hay conciencia de a Quién se recibe?
A pesar de todo, pienso que no toda la culpa deba recaer sobre los sacerdotes. A pesar de las deficientes catequesis que hayan podido impartir, también los fieles tienen mucho de culpa. Si no, no hay explicación que esta manera de comulgar se haya extendido tan rápidamente, en el espacio y en el tiempo.
Yo, lo siento, pero no me acostumbro; es más, no me quiero acostumbrar. No quiero caer en la rutina, en ver cómo se ha degradado tanto la práctica de administrar y recibir al Señor.
El argumento de San Cirilo ya ha sido exhibido hasta la saciedad. Ahora bien, ¿es suficiente? ¿Es posible que se imponga el testimonio de un Padre de la Iglesia – destacando sólo lo que interesa, no el texto entero – sobre la práctica continuada durante siglos en la Iglesia? ¿Es posible dar un salto de varios siglos y orillar el desarrollo de la piedad sacramental en la Iglesia? No parece razonable desde luego.
Lo externo tiene que ser reflejo de lo interno. Y en la Eucaristía recibimos al Rey de la Gloria.
Ante ese Misterio, ¿cómo no caer de rodillas?
]]>A lady Moro
Woodstock,
3 de septiembre (de 1.529)Mi querida Alice, a quien me encomiendo de todo corazón.
Me ha informado mi hijo Herón de la pérdida de nuestros graneros y también de los de nuestros vecinos, y además con todo el grano que había en ellos. Dejando a un lado lo que sea el placer de Dios, es sin duda una desgracia muy grande que se haya perdido tanto grano y tan bueno, pero como ha sido de su gusto enviarnos este accidente, debemos y estamos obligados no sólo a resignarnos sino a alegrarnos de tal visitación. Él fue quien nos mandó todo lo que hemos perdido y Él es quien por medio de este accidente se lo ha llevado de nuevo: que se haga lo que sea de su agrado. Por consiguiente, nunca lo tomemos a mal, a regañadientes, son más bien, aceptémoslo y démosle gracias de todo corazón tanto por la adversidad como por la prosperidad. Tal vez tengamos más causa de serle agradecidos por nuestras pérdidas que por nuestras ganancias, porque su sabiduría ve mejor que nosotros lo que es para nuestro bien. Te pido por tanto que estés alegre y que lleves a toda la gente de la casa contigo a la iglesia, y una vez allí des gracias a Dios tanto por lo que nos ha dado como por lo que nos ha quitado, y también por lo que nos ha dejado. Si es de su agrado puede aumentarlo cuando quiera; pero si es de su agrado puede aumentarlo cuando quiera; pero si es de su agrado dejarnos con menos, que se haga también su voluntad.
Te ruego que hagas una buena pesquisa para ver qué es lo que mis pobres vecinos han perdido y diles que no se preocupen, pues, aun si tuviera que quedarme sin una sola cuchara, no habrá vecino mío que tenga que soportar pérdida alguna por un accidente ocurrido en mi casa. Te ruego que, junto con mis hijos y el resto de tu casa, te alegres en Dios y que alguna forma busques con tus amigos la mejor manera de hacer provisión de grano para los nuestros y también de simiente para el año entrante, si te parece buena idea que sigamos manteniendo en nuestras manos el campo; y tanto si piensas una cosa como la otra, a mí me parece que no sería bueno abandonarlo todo de repente, echando a nuestra gente de la finca, hasta que no hayamos pensado mejor la situación. Ahora bien, si tenemos ahora mismo más gente de la que nos va a hacer falta y que pueden colocarse con otros amos, en ese caso puedes dejarles que se vayan, pero no quiero que nadie sea despedido sin que tenga ni sepa adonde ir.
Por lo que se refiere a mi regreso, no veía antes otra posibilidad que la de seguir aquí con su majestad el Rey, pero ahora, debido a este accidente, creo que conseguiré quedarme libre esta próxima semana para volver a casa y verte. Entonces, los dos juntos, seguiremos pensando sobre estas cosas y sobre el mejor camino a tomar.
De todo corazón deseo que te vaya todo bien con los hijos, y que salgan las cosas como deseas.
Escrito en Woodstock, el tercer día de septiembre por la mano de tu marido, que tanto te quiere.
Tomás Moro.
La correspondencia de Tomás Moro, análisis y comentario histórico crítico. Anna Sardaro. EUNSA, pp. 217 - 219
La carta rezuma amor a Dios. Es un ejemplo de vida cristiana, de agradecimiento a Dios, hasta en las desgracias.
Y actual, porque el valor de los textos clásicos permanecen, al tráfago de los siglos. En medio de esta vorágine económica que estamos viviendo, donde los empresarios aprovechan las mínimas dificultades para mandar gente al paro, el ejemplo de Santo Tomás Moro, con sus empleados, es un signo de lo que es un católico cabal. Y la incompatibilidad del liberalismo con el llamamiento a la caridad.
Cada vez le tengo más devoción a este santo.
¡Santo Tomás Moro, ruega por nosotros!
]]>El cártel de marras – colores rojo, blanco y negro -, era una convocatoria para una manifestación que reivindica el endurecimiento de las penas para los maltratadores. Ante estas cosas, ¿quién puede estar en desacuerdo? Pero hete aquí mi sorpresa, cuando seguí leyendo y lo que pedían era el endurecimiento de las penas para los maltratadores…¡de los animales! No pude más que reír.
El mundo de las postmodernidad, del pensamiento débil, es capaz de ofrecernos estas cosas que parecen sacadas del magín de los guionistas del Planeta de los Monos. Y es que pedir más severidad a los que maltratan a los animales, mientras que, en sentido contrario, se legisla contra el propio hombre, permitiendo su asesinato en el propio seno, es propio de sociedades que han llegado al colapso, a la destrucción.
El animal es una criatura, sin embargo no es objeto de derecho. No se le debe nada. Santo Tomás de Aquino, en la Suma contra los gentiles (2, 93) afirma que le es debido a uno aquello que le es preciso, lo que conlleva un exigir y un necesitar. No parece que a un ser de naturaleza no espiritual se le deba algo, lo que tampoco implica que se pueda tratar con crueldad a un animal.
Ahora bien, para el pensamiento débil – más bien debiera llamarse loco -, todo es posible. Hasta que se reclamen penas más duras para los animales. Si al animal se le eleva al nivel del hombre, el humano desciende al nivel del animal.
Cualquier día, presentarán a un orangután a Presidente del Gobierno. El caso es que no las tengo todas conmigo a que lo haga peor que cualquier político moderno.
]]>Leído el artículo, en seguida me puse a cavilar sobre el asunto. Llamar al pan, pan y al vino, vino, es en esta época de lo políticamente correcto, elogioso. Sin embargo, me gustaría saber el silencio que cubre una cuestión fundamental que atañe a las Hermandades y a la piedad popular y es la apostasía de los fieles, la pérdida del sentido de lo sagrado, en definitiva, la secularización que azota a las Cofradías. Y no sólo pienso en Sevilla.
De ahí que me surgiera el siguiente dilema: ¿qué es peor, la quema de imágenes o la pérdida de fe? Las imágenes se rehacen, pero ¿la fe? Estamos hablando de la salvación de las almas.
Realmente la cuestión planteada es un falso dilema. Nadie desea que se vuelva a una situación anterior, como la de la II República, para salvar la fe, ni son dos asuntos que se puedan enfrentar, como si fuesen dos bienes equiparables o fuesen las únicas alternativas; sin embargo esto no es óbice para reconocer que sobre la apostasía dominante en el mundo cofrade se corre un tupido velo.
Lo único cierto es que, a pesar de los intentos del Concilio Vaticano II por renovar la piedad popular, lo que se ha conseguido es, precisamente, lo contrario. Primero, la denostación de la piedad popular por los sacerdotes, con casos tan escandalosos como los ocurridos con los dominicos de San Jacinto que pasaron de albergar tres hermandades a no tener en la actualidad ninguna. Ni querer saber nada de ellas. Segundo, la pérdida de la vida espiritual en las Hermandades. En este sentido, los años de Bueno Monreal y Amigo fueron desastrosos.
Por desgracia, las Hermandades y Cofradías corren el peligro de convertirse en una hermosa cáscara, con poca o ninguna sustancia en su interior, si no se ataja el problema de una vez. El primer paso sería describir la etiología de la enfermedad. La Guerra Civil pasó y está muy bien recordar los hechos acaecidos en esos tiempos, especialmente para no repetirlos. Pero hoy hay otras urgencias. La más perentoria, la salvación de las almas.
]]>Existe un magisterio que ha tenido una suerte desigual y que ha sido orillado, de manera escandalosa diría yo. Un magisterio desaparecido de los anaqueles de los obispados – si es que alguna vez estuvo -, olvidado, como si no fuera existido. La Veterum Sapientia de Juan XXIII es un ejemplo patente.
Sobre Juan XXIII pesa una imagen equivocada, la proyectada por los progresistas. En la construcción de este «muñeco de paja», se han tenido que obliterar documentos como la Veterum Sapientia, o imágenes como las que encabezo el artículo, donde se muestra al Papa, adorando la Cruz el Viernes de Paresceve, según los libros litúrgicos anteriores a la reforma vigente en ese tiempo, promulgada por su antecesor el Papa Pío XII.
La Veterum Sapientia era el documento que, según Romano Amerio, prefiguraría «la fisonomía cultural de la Iglesia del Concilio» (Iota Unum, 51). En pocas palabras podemos decir que, con la encíclica Veterum Sapientia, el Papa Juan XXIII pretendía un repliegue de la Iglesia sobre sus principios, sirviendo para su renovación. Con dicha Encíclica se afirma la continuidad interna de la cultura de la Iglesia, a través de las letras cristianas, que son griegas y romanas, y la continuidad externa, que engancha y recoge la sabiduría antigua.
De hecho, el pensamiento cristiano elabora el contenido de la Revelación, adhiriéndose igualmente al contenido revelado naturalmente mediante la luz de la razón creada. La verdad cristiana no sólo incluye la revelación, sino toda verdad humanamente alcanzable. Los filósofos medievales enseñarán que la cultura cristiana fue preparada y esperada, obedecialmente, por la sabiduría antigua; Santo Tomás de Aquino, lo sintetizará magistralmente, viniendo a decir que no hay contradicción entre la razón y la fe.
Bajo estos principios, la Veterum Sapientia desarrolla una praxis, donde establece la la ratio studiorium eclesiástica, fundándose sobre lo específico del clérigo y, en consecuencia, recobrando sustancialmente las enseñanzas tradicionales, especialmente en lo que concierne a las lenguas clásicas, latín y griego. De ahí que prescriba que las ciencias fundamentales, del curso teológico, como la dogmática y la moral, se impartan en latín, bajo manuales en latín, siendo apartados los profesores que no sepan latín, igual que Platón expulsó de su Academia a los que no sabían Geometría.
Culmina el Papa la encíclica, decretando la erección de un Instituto superior de la latinidad, con el objeto de formar latinistas para toda la Iglesia.
El documento fue llevado como el polvo por el viento. En la práctica quedó abrogado . Y no sólo por los progresistas. Porque, por desgracia, el estudio del latín y el griego se ha abandonado en la mayoría de los Seminarios, como ha pasado en las Facultades civiles de Filosofía. En este caso, tenemos el reverso de lo acaecido en las épocas pretéritas: si antes, el mundo civil se miraba en el espejo de la Iglesia, hoy la Iglesia ha abandonado su impronta cultural, como puede ser el estudio y cultivo de las lenguas clásicas y la Filosofía Clásica. Por ende, no se pueden hacer distinciones. Un breve paseo por cada una de los centros de estudios teológicos, servirá de ejemplo para contemplar el estado de ruina en el que nos encontramos.
Hoy, antes que estudiar a Platón, Aristóteles, Cicerón, Séneca o Plutarco, se prefiere «dialogar» con Sartre, Heidegger y Lyotard,, en vez de seguir el hilo que comunica a Platón con San Buenaventura, o Aristóteles con Santo Tomás de Aquino.
A pesar de que la Veterum Sapientia pertenece a esos documentos magisteriales caídos en el saco del olvido. No por todos. En esta humilde bitácora hacemos memoria de él.
Texto Veterum Sapientia: aquí
]]>Las Témporas de primavera coinciden con la primera semana de Cuaresma. Las lecturas y los cantos le dan el carácter propio del tiempo. Este año, por la peculiaridad de caer la fiesta de San José el sábado, la celebración de este día queda impedida, no así la conmemoración en el rezo de vísperas de hoy y de laudes mañana.
La epístola (Ez. 18, 20 – 28) y el evangelio (Jn 5, 1 – 15), proclaman al unísono que siempre es accesible la misericordia de Dios, por muchos y arraigados que sean los pecados, Dios está presto a perdonar si hay arrepentimiento. Así lo asevera Ezequiel, así lo demuestra el Señor con el milagro del paralítico en la piscina de Betsaida.
Como el paralítico, con nuestras fuerzas no podemos levantarnos; como el paralítico, tendemos las manos al Señor, el único que puede salvarnos.
Es lo que pedimos en la hermosísima colecta del día:
Esto, Dómine, propítius plebi tuae: et quam tibi bacis esse devótam, benígno réfove miserátus auxílio. Per Dóminum nostrum..
Sé propicio con tu pueblo, Señor, y pues le inspiras su devoción para ti, confórtale , compadecido, con tu benévolo auxilio. Por nuestro Señor Jesucristo….
¡Bendice alma mía al Señor y no te olvides de todos sus favores!
A continuación, les ofrezco los vídeos del Pontifical celebrado en en la iglesia de San ta Brigida, Marrickville, en Sydney, Australia, el pasado domingo 12 de Marzo, por el Cardenal Burke.
Fuente: Secretum meum mihi
En esos vídeos se puede ver la belleza de la Liturgia. Cualquier comentario mío estropearía lo que se ve. Prefiero que Dietrich von Hildebrand hable:
Lo abstracto es específicamente racional y se opone a lo real, a lo concreto, a lo individual. el mundo de los sobrenatural, la realidad que ha sido revelada, trasciende y sobrepasa el mundo de lo racional, pero esto no implica ningún contraste con lo real o concreto. Por el contrario, es la realidad última, absoluta, aunque invisible. La misa, pues, es el epítome de la realidad concreta, de un nunc ("ahora"), porque Cristo mismo está verdaderamente presente.
El poder e impacto existencial de la Sagrada Liturgia están enraizados precisamente en el hecho de que la liturgia no es, ni mucho menos, una cosa abstracta, y se dirige no sólo a nuestro entendimiento o fe desnuda, sino que habla - y de innumerables maneras - a toda la persona humana. SUmerge al creyente en la atmósfera sagrada de Cristo por medio de la sagrada belleza y esplendor de las iglesias, por medio del color y hermosura de los ornamentos, por medio del estilo del lenguaje y de la sublime música del canto gregoriano.
Algunas veces, los católicos progresistas pretenden que los que se oponen a la iconoclastia moderna lo hacen porque se preocupan de cosas “que no son esenciales".
Indudablemente, no es esencial que la iglesia en la que se celebra la santa misa y en la que los fieles reciben la sagrada comunión, sea hermosa. Unicamente son esenciales las palabras que sirven para realizar la transustanciación. Si esto es lo que nos quieren decir, entonces no pondremos objeción alguna. Pero si por “no - esencial” se entiende “insignificante” (carente de significación), si se entiende que cosas tales como la belleza de la iglesia, la liturgia y la música son “triviales", entonces esta acusación está muy equivocada, porque hay profunda relación entre la esencia de algo y su expresión adecuada. Así ocurre específicamente con la santa misa.
La manera de presentar este misterio, su apariencia sensible, desempeña un papel definido y no puede considerarse como cosa sujeta a cambio arbitrario, aunque no quepa duda que la cosa expresada sea incomparablemente más importante que su expresión. A pesar de que el verdadero tema de la misa es hacer presente el misterio del sacrificio de Cristo en la cruz y celebrar el misterio de la eucaristía, hay que dar gran importancia - no obstante - a la atmósfera sagrada engendrada porlas palabras, las actividades, la música de acompañamiento y la iglesia en la cual se celebra la solemnidad. No debemos creer que ninguna de esas cosas tenga simplemente interés estético.
En contraste con todos los desprecios gnósticos hacia la materia y la expresión externa, se halla el principio específicamente cristiano de que las actitudes espirituales han de hallar cuerpo, en nuestros movimientos y en el estilo de nuestras palabras. Toda la liturgia está impregnada de este principio. (…)
¡Qué equivocados están, por tanto, los que creen que la belleza de la igleisa y de la liturgia es algo que podría distraernos y apartarnos del verdadero tema de los misterio litúrgicos para lelvarnos a algo que fuera superficial! Los que pretenden que la iglesia no es un museo, y que el hombre verdaderamente piadoso es indiferente a esas cosas accidentales, no hacen más que mostrar su ceguera para el gran papel que desempeña uan expresión adecuada (y bella). En el último sentido se trata de una ceguera para la naturaleza del hombre. Aunque pretenden ser “existenciales", esas personas siguen siendo muy abstractas. Olvida que la auténtica belleza contiene un mensaje específico de Dios: un mensaje que eleva nuestras almas. Como dijo Platón: “Ante la visión de la belleza, a nuestras almas les crecen alas". Más aún, la bellez sagrada conectada con la liturgia no pretende nunca ser temática, como lo pretende ser una obra de arte. Sinoq ue, como expresión, tiene más bien una función de servicio. Lejos de oscurecer o reemplazar el tema religioso de la liturgia, ayuda a que resplandezca más.
El caballo en la Ciudad de Dios. Dietrich von Hildebrand. Ediciones Fax, 4ª ed. pp. 222 - 225
]]>Tras acabar recientemente el libro «Consulta a los fieles en materia doctrinal», del Beato Newman, continuar con la lectura de la «Suma contra los gentiles», de Santo Tomás de Aquino, avanzar en la biografía del Cardenal Segura, de Francisco Gil Delgado, me encuentro pronto a finiquitar «El caballo de Troya en la Ciudad de Dios», del filósofo Dietrich von Hildebrand.
El libro es una denuncia sobre los desmanes ocasionados en la Iglesia tras el Concilio Vaticano II. Su principal valor no se encuentra tanto en lo que dice, como en las fechas en las que fue escrito (1.967). A España llegaría pocos años después (1.969).
Tengo que decir que simpatizo poco con el pensamiento del autor, ya que la moral de los valores es, por decirlo de alguna manera, un paso atrás respecto a la reflexión y profundización realizada por Aristóteles, superado a su vez por los Padres y Santo Tomás. La moral de valores, es una vuelta a Platón.
Aún así, esto no tiene que ver con el tema del libro, el cual es muy acertado en sus descripciones y sintomatologías, a lo que hay que añadir que las referencias conceptuales de Hildebrand son tradicionales.
«El caballo de Troya en la Ciudad de Dios», toca los mismos temas, en general, que «Iota Unum», de Romano Amerio, pero sin llegar a la profundidad de éste. Amerio en este sentido es insuperable. Su dominio de la antigüedad clásica, de la filosofía tomista, de los pensadores renacentistas – especialmente de Campanella, del que es una verdadera eminencia reconocida -, Vico, Rosmini y muchos más – como Manzoni -, lo convierten en un verdadero sabio moderno. Pero volvamos a Hildebrand.
El libro de Hildebrand se encuentra cercano a Bouyer. Hildebrand, como Bouyer, reconoce la necesidad de reforma existente en la Iglesia, algo muy parecido a lo que haría Bouyer en «La descomposición del catolicismo». De hecho confronta una interpretación correcta, en continuidad con la doctrina anterior, de los textos conciliares frente a la ruptura llevada a cabo con los progresistas. Por momentos es brillante, especialmente en su dura crítica contra el amoralismo, el irenismo y la denuncia de los peligros de nuestra época.
Todavía no había llegado la reforma litúrgica.
El libro es recomendable, pero ahora mismo sólo se puede adquirir en librerías de viejos. Sería interesante que alguna editorial recuperase este testimonio, escrito a los pocos años de la finalización del Concilio Vaticano II.
A continuación, les dejo un extracto del libro.
]]>Capítulo XXI: Amoralismo.
Uno de los más ominosos síntomas de la decadencia en la Iglesia, hoy día, es la creciente aceptación del moderno amoralismo. Por moderno amoralismo no queremos decir que hoy día se cometan más actos inmorales que en el pasado. Sino que nos referimos aquella ceguera para los valores morales, a aquella indiferencia con respecto a la cuestión del bien y del mal moral, a aquella aceptación de la superstición de que el bien y el mal son ilusiones engañosas y tabús: todo eso, que son señales de los tiempos.No nos interesan los seudo-filósofos que niegan la realidad de las categorías del bien y del mal moral. Siempre ha habido seudo – filósofos relativistas. Aquí nos interesa, más bien, aquella pervertida cosmovisión que se revela en la creciente tendencia a considerar los más terribles pecados como si fueran algo completamente neutro, como si fueran simples procesos fisiológicos o acontecimientos cualesquiera en el ámbito de la naturaleza impersonal. Indudablemente, siempre ha habido personas cínicas con diabólica antipatía hacia el mundo de los valores morales. Pero tales personas no consideraban ese mundo de los valores morales como no – existente. Sino que lo aborrecían y se rebelaban contra él a la manera de Caín. Y siempre ha habido muchísimas personas que sufrieron una parcial ceguera moral, como Tom Jones con su ceguera para el pecado de la impureza. Pero la categoría del bien y del mal moral seguían actuando en muchas otras esferas. Empero, lo nuevo hoy día es la neutralización moral del mundo por medio de la eliminación de las importantísimas categorías del bien y del mal. Y este nuevo amoralismo se considera como un progreso, como el resultado de haber llegado a la madurez, como una liberación de las cadenas de los tabús tradicionales.
Sobrepasaría el marco de este libro el analizar las causas de esta lamentable decadencia. Bastará sugerir el papel que en todo ello ha desempeñado la cosmovisión de laboratorio y la fetichización de la ciencia. El freudianismo tiene especial responsabilidad de esta actitud. La ironía que hay en la creencia de que una concepción amoral es más «objetiva», más «científica», queda dramatizada por el hecho de que las teorías de Freud están llenas de mitos y ficciones. El que muchos maestros, en América, hayan aceptado ingenuamente a Freud, ha conducido a la eliminación de las categorías del bien y del mal, en la enseñanza y educación que se da en los centros de enseñanza media y en las universidades.
Y ahora esa superstición amoralística ha invadido los círculos católicos. Además de las dos causas mencionadas anteriormente, hemos de señalar otras dos razones para explicar el éxito con que se ha propagado el espíritu de amoralismo entre los católicos: la rebeldía contra las obligaciones, y la reacción contra el moralismo legalista.
La rebeldía contra las obligaciones (y todo el tema de la ética de circunstancias), la he analizado en mi obra Morality and Situation Ethics. Esa rebeldía está íntimamente asociada con la concepción errónea de la libertad (…). Y se manifiesta en la llamada «ética de circunstancias» (denominada algunas veces, aunque incorrectamente, «ética existencialista») (…).La receptividad para el amoralismo podemos explicara también como una reacción contra el moralismo legalista que, en tiempos pasados, llegó a convertirse en caricatura de la gloriosa riqueza y hermosura de la bondad moral. Reducía toda la moral a prohibiciones: una actitud que un humorista alemán describía de la siguiente manera: «El bien es siempre el mal que uno no es capaz de hacer» (Wilhelm Busch). Desgraciadamente, esta actitud se ha reflejado en las disertaciones sobre el matrimonio, que hallamos en muchos textos de teología moral. Estos textos consistían principalmente en una enumeración de las cosas prohibidas. Pero no se hablaba nada de los valores positivos que estaban en juego, y cuya profanación es la fuente del terrible pecado de la impureza. Esta presentación legalista iba acompañada de una falta de discriminación entre la moralidad sobrenatural y la moralidad natural. Pero no sólo el moralismo legalista y negativista produjo tal reacción. Sino que contribuyó también a ello el hecho de que, en la predicación de la palabra de Dios, se realzaran mucho más las prescripciones morales que los grandes misterios de la redención de Cristo, quedando con ello oscurecida la gloria de la moralidad sobrenatural. Pero, por muy deplorables que hayan sido estas deficiencias, la reacción en el sentido de la indiferencia moral es algo incomparablemente peor.
Podemos observar cómo las corrientes amoralistas se van infiltrando en los sermones, unos cuantos años antes del Vaticano II. Oí una vez un sermón en el que el predicador acentuaba que Cristo no había venido a traernos preceptos morales, sino el Reino de Dios. Aunque la segunda parte de este aserto es, ¡qué duda cabe!, verdadero, presuponer que la moralidad no desempeña ningún papel en la institución del Reino de Dios es un error garrafal. Démonos cuenta de que una nota esencial de la revelación cristiana es que la religión y la moralidad quedan íntima y supremamente asociadas. La bondad moral y la absolutividad – inspiradora de respeto - de lo divino quedan fundidas de manera única en el dato de la santidad. En la Sagrada Humanidad de Cristo, este dato de la santidad se revela como algo completamente nuevo, como algo que está más allá de todos los ideales que una mente humana puede forjar. Y, no obstante, esta santidad es – al mismo tiempo – el cumplimiento y la transfiguración de toda moralidad natural.
El amoralismo que se va difundiendo entre los católicos es, ¡qué duda cabe!, uno de los síntomas más alarmantes de una pérdida de auténtica fe cristiana. Bienes tales como el bienestar terrenal de la humanidad, como el progreso científico, como la dominación de las fuerzas de la naturaleza son considerados o como mucho más importantes que la perfección moral y la evitación del pecado, o por lo menos suscitan mucho mayor interés y entusiasmo.
Un ejemplo típico de esta indiferencia moral lo tenemos en las observaciones del Padre Karl Rahner durante el diálogo con los comunistas en Herrenschiemsee. Indicó que, en el futuro, podrían desaparecer muchos valores morales, y permanecer tan sólo la dignidad de la persona humana y algunos otros valores. Ahora bien, la dignidad de la persona humana, en sentido estricto, no es un valor moral, sino un bien de relevancia moral. La dignidad del hombre está relacionada con el elevado rango ontológico que, como a una persona, le corresponde. Esta dignidad, indudablemente, nos impone obligaciones morales, como – por ejemplo – la necesidad de respetar esa dignidad, no abusando de otras personas ni infringiendo sus derechos. Pero está bien claro que el valor de esa dignidad no es un valor moral. El hombre posee ese valor por el hecho mismo de haber sido creado a semejanza de Dios. El hecho de que una persona de la talla del Padre Rahner haya podido adoptar tal postura relativista hacia la esfera moral, y haya podido considerar que únicamente los valores ontológicos son inmutables, es claro indicio del poder que el amoralismo ha conseguido en la Iglesia.
(…) la especulación de Teilhard de Chardin – ese lugar común de tantos errores contemporáneos – proporciona también apoyo teórico al amoralismo. El Padre Teilhard reemplaza la cuestión moral por un desarrollo ontológico que es resultado de la evolución. El pecado es considerado simplemente como un estadio inferior de la evolución. Y la virtud, como un estadio más elevado. El hecho fundamental de que el pecado es lo único que ofende a Dios, y de que la virtud sobrenatural es lo único que le glorifica, es algo que no encaja en el mundo despersonalizado de Teilhard.
Algunos representantes de la «nueva moral» apoyan su desconfianza hacia la moral cristiana tradicional en la debilidad de los antiguos argumentos a favor de la moralidad cristiana. Por tanto, habría que obligar a la Iglesia a que cambiase su concepción de las virtudes cristianas. (…) Indudablemente, los argumentos tradicionales que se ofrecen a favor del valor moral positivo de una virtud y del valor moral negativo de un pecado son a veces insuficientes, y deberían sustituirse por argumentos válidos. Esto constituiría un progreso en el conocimiento de los valores éticos. Pero no sería la sustitución de una «vieja» moralidad por otra «nueva». El término «nueva moralidad» induce a error, porque la moralidad se refiere siempre a valores morales positivos y negativos, y no a su formación filosófica. Dicha formulación se denomina ética. Puede haber cambios en la ética cristiana, pero nunca en la moralidad cristiana.
(…) la idea de que un valor moral positivo o negativo pudiera cambiar según el espíritu de la época, es una cuestión que no tiene sentido. Una cosa o era considerada erróneamente como moralmente buena o mala, o era considerada así rectamente. El que las circunstancias tengan mucho que ver en el grado de la responsabilidad ante un valor moral positivo o negativo, y en la importancia que éste adquiera, es algo que la Iglesia ha tenido siempre en cuenta. Pero el creer que – con excepción de los preceptos puramente positivos – lo que era considerado como pecado en tiempo de San Agustín y de Santo Tomás y de San Francisco de Sales, no es ya pecado hoy en día, eso implica una clara contradicción con las enseñanzas de Cristo.
Y así, nos deja estupefactos que el obispo Simons de Indore (India) escribiera un artículo que afirmaba que nos hemos dado cuenta ahora de que toda la moralidad se refiere exclusivamente al bienestar humano. Por tanto, algunas cosas, consideradas hasta ahora como inmorales, no deberían designarse ya de esta manera. Añade este obispo que, después de todo, aparte del amor del prójimo, Cristo no dio en el Evangelio ninguna enseñanza moral.
Ahora bien, es radicalmente absurdo y absolutamente incompatible con la revelación cristiana al afirmar que toda moralidad tiene su fuente en el bienestar del hombre. El corazón de la moralidad des la glorificación de Dios. Y el corazón de la inmoralidad es la glorificación de Dios. (…) La tesis de que el bien y el bienestar del hombre es la única norma de la moralidad sabe demasiado a utilitarismo y es completamente errónea, incluso desde el punto de vista puramente filosófico.
Pero es difícil creer que un obispo de la Santa Iglesia pudiera permitirse declarar que Cristo no nos dio en el Evangelio enseñanzas morales específicas. ¿Es que se ha olvidado de la Sermón de la Montaña, con su acentuación de las virtudes cristianas fundamentales? ¿Se ha olvidado de lo que Cristo dijo al joven que le había preguntado acerca de cómo alcanzaría la perfección? ¿No respondió Cristo enumerando los mandamientos del Decálogo? El evangelio entero ¿no está empapado del énfasis que se hace de la bondad moral y de la necesidad de evitar el pecado? (…)
Incluso cuando el obispo Simons habla de los mandamientos positivos, que «por definición» pueden cambiar, los argumentos que utiliza contra la obligación de asistir a misa los domingos son muy débiles. Afirma este obispo que, puesto que la mayoría de las personas no asistan a misa, habría que abolir tal precepto.
Con este supuesto de que la conducta real de los hombres fuera la norma para suspender los mandamientos positivos de la Iglesia, desembocamos de nuevo en el gran error secularizados de nuestra época: vamos a parar otra vez a la idea de que la religión debe adaptarse al hombre, y no el hombre a la religión
El Motu Proprio promulgado por Benedicto XVI, liberaliza el uso de los libros litúrgicos tal como quedaron con la reforma de Juan XXIII, exonerando su aplicación de la voluntad de los obispos, aunque de facto, la realidad es otra, como se ha podido comprobar, de manera muy lamentable en Madrid, donde se ha impedido indirectamente la celebración de una Misa según la Forma Extraordinaria, fuera del lugar a la que ha sido confinada, en las Salesas, como si el Motu Proprio no fuese un regalo para toda la Iglesia.
Juan XXIII acometió una reforma del Breviario, que afectó profundamente al mismo. Si nos atenemos a esa reforma, podemos comprender como llegó pocos años después la reforma litúrgica del 69.
En síntesis (en la página The New Liturgical Movement encontrarán un estudio detallado), la reforma confirmó todos los cambios introducidos en el año 1.955, bajo el pontificado de Pío XII, además de redactar de nuevo el cuerpo de las rúbricas, introducir una nueva clasificación de los días litúrgicos, exclusión de las conmemoraciones con una frecuencia mayor de lo que se hacía tradicionalmente, remoción de fiestas de amplia y honda tradición en la Iglesia, como la Aparición de San Miguel Arcángel, la fiesta de la Cátedra de San Pedro en Roma, la Santa Cruz y otras más; igualmente, fiestas de la misma índole que la anterior, impresas tanto el calendario litúrgico y en el lenguaje popular, como los Siete Dolores de la Virgen María el Viernes de Pasión – popularmente el Viernes de Dolores -, San Jorge, los estigmas de San Francisco o Nuestra Señora del Monte Carmelo, quedaron reducidas a meras conmemoraciones y otros pequeños cambios tales como:
- eliminación de la obligación de recitar el Dominus Vobiscum – Et cum spiritu tuo, por parte de los sacerdotes cuando lo rezaban en solitario, cambiándose por el Domine, exaudir orationem team – et clamor meus ad te venita (que era el que usaban las monjas y clérigos no ordenados).
- eliminación de 38 versos del Cántico de Moisés (Dt 32), que se rezaba el sábado durante el tiempo penitencial. También se recortó el salmo 88 en el oficio de Maitines en Navidad, la Transfiguración del Señor y festividad de Cristo Rey.
- reforma de los dos esquemas de salmos introducidos por la reforma de San Pío X, en el oficio de Laudes, uno para fiestas y días ordinarios, otro para los días penitenciales (Adviento y Cuaresma), de manera que, en el primer esquema, el primer salmo de Laudes se traslada a Prima. En esta reforma se omite este traslado de manera que ya no se rezan los ciento cincuenta salmos semanales durante Adviento y Cuaresma.
- Se suprimen también las Primeras Vísperas en las fiestas de Segunda Clase, además de corregirse las fiestas que en la reforma del año 1.955 no tenían Vísperas, excepto el Oficio de la Virgen María.
- Alteración en la manera en la que se inicia el oficio dominical, de Agosto a Noviembre, siendo lo más llamativo el desplazamiento de las Témporas de Septiembre desde su lugar tradicional, tras la Exaltación de la Cruz, en tres de cada siete años.
Ahora bien, dentro de esta serie de reformas, la más extraña fue la que se hizo en el oficio de Maitines, donde se cercenaron sensiblemente la lectura de los Santos Padres. Entre las reformas del 55 y del 60, se eliminaron un total del ¡55 % de las lecturas Patrísticas! del ciclo temporal. De las que permanecen, sólo un tercio son las lecturas de Cuaresma, tiempo durante el cual, la Iglesia lee el Evangelio junto con un comentario de los Padres.
Los comentarios de los Padres explican la lectura del Evangelio del día. En algunos casos, como en los que había 9 lecturas (divididas en tres lecturas), se planteaban cuestiones en las siete primeras, resolviéndose finalmente en las dos últimas. Con la reducción efectuada en los textos, estas respuestas se perdían quedando la cuestión incompleta. Veámoslo con un ejemplo: el de este primer Domingo de Cuaresma.
(para la traducción de San Gregorio, haré uso de la versión española realizada por la BAC; para la Sagrada Escritura, la Biblia de Jerusalén):
Evangelio (Mt 4, 1 -11):
Entonces Jesús fue levado por el Espíritu al desierto para ser tentado por el diablo. Y después de hacer un ayuno de cuarenta días y cuarenta noches, al fin sintió hombre. Y acercándose el tentador, le dijo: «Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en panes». Mas él respondió: «Está escrito: No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios». Entonces el diablo le lleva consigo a la Ciudad Santa, le pone sobre el alero del Templo, y le dice: «Si eres Hijo de Dios, tírate abajo, porque está escrito: A sus ángeles te encomendará, y en sus manos te llevarán para que no tropiece tu pie en piedra alguna». Jesús le dijo: «También está escrito: No tentarás al Señor tu Dios». Todavía le lleva consigo endiablo a un monte muy alto, le muestra todos los reinos del mundo y su gloria, y le dice: «Todo esto te daré si postrándote me adoras». Dícele entonces Jesús: «Apártate, Satanás, porque está escrito: Al Señor tu Dios adorarás, y sólo a él darás culto». Entonces el diablo le deja. Y he aquí que se acercaron unos ángeles y le servían.
Comentario de San Gregorio Magno, sacado la Homilía 16, sobre los Evangelios, tal como se lee ahora en el Breviario de Juan XXIII.
Suelen algunos dudar sobre qué espíritu fue el que llevó a Jesús al desierto, a causa de que luego se añade: Le transportó el diablo a la ciudad santa, y después: Le subió el diablo a un monte muy encumbrado; pero en realidad, y sin cuestión alguna, comúnmente se conviene en creer que fue llevado al desierto por el Espíritu Santo; de manera que su Espíritu le llevaría allí donde le hallaría el espíritu maligno para tentarle.
Mas he que que la mente se resiste a creer y los oídos humanos se asombran cuando oyen decir que Dios Hombre fue transportado por el diablo, ora a un monte muy encumbrado, ora a la ciudad santa. Cosas, no obstante, que conocemos no ser increíbles si reflexionamos sobre ello y sobre otros sucesos.
Hasta aquí la lectura de Maitines tal como quedó con la reforma de Juan XXIII. Se plantea una cuestión, pero no se resuelve. El texto se queda cojo, además de invitar a una reflexión del fiel sobre la cuestión, no a la contemplación del Misterio.
A continuación la parte eliminada, que todavía aparecía en la versión del año 1.955.
Es cierto que el diablo es cabeza de todos los inicuos y que todos los inicuos son miembros de tal cabeza. Pues qué, ¿no fué miembro del diablo Pilatos? ¿No fueron miembros del diablo los judíos que persiguieron a Cristo y los soldados que le crucificaron? ¿Qué extaño es, por tanto, que permitiera ser transportado por aquel a cuyos miembros permitió también que le crucificaran?
No es, pues indigno de nuestro Redentor, que había venido a que le dieran muerte, el querer ser tentado; antes bien, justo era que, como había venido a vencer nuestra muerte con la suya, así venciera con sus tentaciones las nuestras.
Debemos, pues saber que la tentación se produce de tres maneras: por sugestión, por delectación y por consentimiento. Nosotros, cuando somos tentados, comúnmente nos deslizamos en la delectación y también hasta el consentimiento, porque engendrados en el pecado, llevamos además con nosostros el campo donde soportar los combates. Pero Dios, que, hecho carne en el seno de la Virgen, había veido al mundo sin pecado, nada contrario soportaba en sí mismo. Pudo, por tanto, ser tentado por sugestión, pero la delectación del pecado ni rozó siquiera su alma; y así, toda aquella tentación diabólica fue exterior, no de dentro.
Hay que decir que en el año 1.955, desaparecía la lectura que se hacía en el segundo nocturno, de la Homilía nº 4 de San León Magno para la Cuaresma.
El cambio sufrido entre uno y otro Breviario es sorprendente. En el de Juan XXIII, parece que San Gregorio Magno arroja la sombra de la duda sobre la veracidad de la tentación de Cristo por Satanás, aunque posteriormente expresa que la solución es sencilla si «reflexionamos sobre ello y otros sucesos». Sin embargo lo que no es más que un uso retórico del lenguaje, queda aquí como una invitación a dar una explicación subjetiva al hecho narrado por el evangelista. Nada más lejos de la intención del Papa Santo. Porque, después, San Gregorio hace una exposición sublime del misterio de Cristo, de la moral cristiana y de conceptos que posteriormente saldrán en todos los libros de vida cristiana. Entre los mismos podríamos destacar:
- Contraposición entre Cristo, cabeza de la Iglesia y Satanás, cabeza de los réprobos, tema que después tomará San Ignacio para sus Dos Banderas.
- Soteriología: Cristo con su tentación, vence las nuestras, de la misma manera que con su muerte nos ganó la salvación.
- Moralidad: explicación del proceso de la tentación, sugestión, delectación y consentimiento, fundamento doctrinal que se repetirá en todos los libros de moral.
- Doctrina del pecado original.
- Doctrina de la Encarnación y del nacimiento virginal de Cristo.
- Cristología: cómo Cristo fue tentado y diferencia con la tentación que sufre el hombre.
Todas estas enseñanzas están explícitas en este texto, todas estas enseñanzas eran rezadas, meditadas, vividas con el rezo del Oficio Divino, que no sólo sirve para nuestro crecimiento espiritual, contemplando el Misterio de Cristo, sino también actúa como vacuna contra las malas doctrinas.
La liturgia es el problema y la solución.
Lex orandi, lex credendi.
El declive espiritual está relacionado con el litúrgico. El problema es que no se es consciente de ello. Se mantiene una ortodoxia en el dogma pero no en la Liturgia. Pero es un error.
El Compendio del Catecismo, enseña sintéticamente la importancia de la liturgia en la Iglesia:
La liturgia, acción sagrada por excelencia, es la cumbre hacia la que tiende la acción de la Iglesia y, al mismo tiempo, la fuente de la que emana su fuerza vital. A través de la liturgia, Cristo continúa en su Iglesia, con ella y por medio de ella, la obra de nuestra redención.
La reforma de la Iglesia, será litúrgica. Como dicen las hermosas oraciones sacerdotales de la Liturgia, usus antiquior, de las abluciones:
Corpus tuum, Dómine, quod sumpsi, et Sanguis quem potávi, adhaereat viscéribus meis: et prasesta; ut in me non remánea scélerum mácula, quem pura et sancta refecérunt sacraménta: Qui vivis et regnas in saecula saeculórum. Amen.
Tu Cuerpo, Señor, que he tomado, y la Sangre que he bebido, adhiéranse a mis entrañas y haz que en mí no quede mancha de pecado, pues me han alimentado estos puros y santos Sacramentos. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén
Es el Señor el que nos transforma con su gracia, el que nos purifica y santifica.
Para finalizar, queda claro que el proceso de declive litúrgico no surge de repente en el Concilio Vaticano II, sino de un tiempo mucho anterior. La cuestión litúrgica no se reduce a una mera oposición entre los libros litúrgicos de Juan XXIII y los de Pablo VI. El problema es más amplio y el campo de visión debe abrirse hasta abarcar un tiempo y un espacio mayor.
]]>Claro está aquí que estos preceptos tienden a dirigir toda nuestra atención a los goces interiores para que no nos conformemos con este siglo, buscando en lo exterior nuestra recompensa, y perdamos la promesa de bienaventuranza, tanto más segura y firme cuanto más interna, en virtud de la cual nos eligió Dios para ser conformes a la imagen de su Hijo.
Mas acerca de este punto ha de tenerse en cuenta especialmente que puede uno tener jactancia no solamente en el brillo y pompa, de los bienes temporales, sino también en el lastimoso desaliño, la cual es más peligrosa, porque, ocultándose bajo un manto de piedad, engaña con la apariencia de servir a Dios. En consecuencia, el que resplandece por el inmoderado cuidado de su cuerpo, el lujo de los vestidos y otros objetos materiales, fácilmente es convencido por las mismas cosas de que es partidario de las pompas del mundo y no puede engañar a nadie fingiendo una imagen de santidad aparente; más aquel que en la profesión de cristianismo con extraordinario desaseo y miseria hace que se fijen en él las miradas de los hombres, cuando no sufre estas cosas por necesidad, sino que las hace voluntariamente, por sus obras restantes puede conjeturarse si hace esto por menosprecio del adorno superfluo o por alguna oculta ambición; porque el Señor nos ordena que nos guardemos de los lobos disfrazados con piel de oveja diciéndonos: por sus frutos los conoceréis. En efecto, cuando en algunas pruebas se empezare a despojarles o a negarles aquellas mismas cosas que con este vestido habian conseguido o esperaban conseguir, entonces necesariamente aparecerá si es un lobo con piel de oveja o una oveja con su propia piel. Por tanto, el cristiano no debe acariciar las miradas de los hombres con ornatos superfluos por la razón de que los hipócritas usurpan también muchas veces el traje modesto y se contentan con lo estrictamente necesario para engañar a los incautos; porque la oveja no debe jamás dejar su piel, aunque alguna vez el lobo se encubra con ella.
Divinum Officium. Primera, segunda y tercera lectura del Oficio de Maitines.
Trad. Obras Completas San Agustín, ed. BAC, 1.954. Tomo XII. Sermón de la Montaña, XII, 40 - 41, pp. 935 - 936
Aquí tienen el vídeo con las declaraciones del obispo (para ver los subtítulos en español, pulsar CC):
Origen (con toda la historia): Secretum meum mihi
]]>Del concepto de Tradición hasta aquí estudiado hay sin duda que distinguir otro, aunque ambos están íntimamente ligados entre sí. Hasta aquí hemos descrito la Tradición como la conciencia viva, como la palabra viva de la fe, según la cual hay que exponer y entender la palabra escrita. En este sentido, la docttrina traicional con contiene nada más que la doctrina escrituraria; ambas son, por su fondo, una sola y misma cosa. Pero la Iglesia católica afirma, además, qeu a ella se le han transmitido verdades que la Sagrada Escritura no contiene en absoluto o, a lo más, las insinúa. Esta afirmación de la Iglesia es de la mayor importancia y comprende en sí, parcialmente, los fundamentos de todo. A estas tradiciones orales pertenece la doctrina del canon y de la inspiración de las sagradas Escrituras, pues en ninguan parte de la Biblia se da la lista de los libros que pertenecen a ella, y, aunque en alguna parte se diera tal lista, habría derecho a poner su autoridad en tela de juicio. De modo semejante, sólo de la Iglesia recibimos el testimonio de la inspiración de los escritos bíblicos.
Por aquí se ve con entera claridad la gran importancia de la doctrina sobre la autoridad de la Iglesia, y se comprenden las infinitas cosas que de ella dependen. Apenas habrá cristiano sincero que no atribuya a particular protección de la providencia divina la conservación de las obras de aquellos Apóstoles y algunos de sus discípulos que contribuyeron a la formación del canon; pero nadie puede prescindir, en la consideración de ese hecho, de la Iglesia católica y, a despecho de toda deliberada repugnancia, tendrá que confesar que la Iglesia Católica fue el medio de que se valió el Salvador para salvar para todos los tiempos las Escrituras compuestas bajo su particular asistencia.
Simbólica o exposición de las diferencias dogmáticas de catóicos y protestantes según sus públicas profesiones de fe. Johann Adam Möhler, ed. Cristiandad, pp 418 -419
]]>Los políticos han sustituido el Bien Común por el Bien Comunal, es decir, el de la clase privilegiada. El PSOE ha evitado la constitución de una comisión de investigación - ¡viva la Democracia! -; al menos son sinceros – aunque esto no signifique nada -: la izquierda, cuando conquista el poder, lo usa sin ningún tipo de complejos.
El asunto de los EREs en Andalucía es un claro ejemplo de la falta de rubor, con la que los políticos se manejan. ¿Cuántos casos más habrá habido en todos estos años de poder socialista en la Junta?
No lo sabemos. Lo que sí conocemos es que los parados ya son casi 4.800.000 personas y que los comedores de Cáritas diocesana están colapsados, no dan abasto. Mientras el Gobierno se dedica a tomar medidas abracadabrantes para atajar la situación económica, como reducir la velocidad máxima de circulación hasta los 110 Km/h.
No importa. Los españoles lo aguantan todo.
Políticos corruptos, ¿o más bien pueblo corrupto? Porque los primeros surgen del segundo. Y cuando alcanzan el poder se constituyen como clase con la connivencia de sus gobernados.
En el año 1.521, los parroquianos de Omnium Sanctorum, de la calle Ancha la Feria, se amotinaron, tomando el pendón que el rey Alfonso X el Sabio había ganado a los almohades, que se encontraba en el baptisterio de dicha Iglesia, yendo a continuación al Ayuntamiento para apedrearlo, por la hambruna que estaban pasando.
Eran otros tiempos. Violentos si se quiere, pero con un sentido elevado de la justicia y del deber del gobernante, el administrador del Bien Común, obligado a dar a los miembros singulares del todo lo que les corresponde.
Hoy el pueblo se conforma con con pastar, como las ovejas. O buscar a un político amigo, que los meta en un ERE con el que evitar trabajar hasta los 67 años.
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Para firmar a favor del Motu Proprio: aquí
1º.- Estudiantes de la Universidad de Verona piden la Misa Tradicional. Que vengan los liturgistas y rompan la baraja. ¿Y ahora qué? Las acusaciones contra el Usus Antiquior se desvanecen. Obispos y sacerdotes no entienden o no quieren entender. ¡Es la Misa! (¿No han firmado aún a favor del Motu Proprio? ¡A qué esperan! Enlace: aquí)
2º.- Oraciones por José. Ayuden a esta familia a salvar a su hijo.
3º.- Interesante artículo colgado en el blog de Wanderer. Borrachera episcopal. Como muestra, un botón:
Resulta francamente difícil de creer el ambiente de optimismo que se vivía. Copio algunos párrafos del P. Martín Descalzo escritos durante la tercera sesión del Concilio (1964):
“Juan XXIII dijo que el Concilio sería una nueva primavera de la Iglesia. Pues bien: aquí tenemos ya la primera golondrina: la reforma litúrgica. Tras ella vendrán los almendros florecidos del esquema ecuménico, los frutos de la colegialidad y tal vez de la unidad de los cristianos. Buen verano se le acerca a la Iglesia,…”.“Contamos ya con una innegable realidad: el movimiento ecuménico no se detendrá ya nunca, día a día, semana a semana, el clima gira, cambia. Y cambia en Roma, en Constantinopla, en Londres, en todos los rincones del planeta”.
¿Es posible pensar que gente grande y formada en teología pudiera tener esta actitud tan estúpida e insensata? ¿Cómo podían estar tan seguros que el ventarrón de cambio que corría era el Espíritu Santo y no algún otro spiritus? Más que las rendijas, le habían abierto las puertas de par en par sin preguntarle siquiera el nombre.
Todo magro, como siempre.
4º.- ¿Cuándo usarán los Obispos un lenguaje católico? En la alocución de monseñor Santiago Gómez Sierra, en su consagración como Obispo Auxiliar de la Archidiócesis de Sevilla, leemos lo siguiente:
En mi experiencia sacerdotal he podido verificar como “El sacerdote está al servicio de la comunidad, pero a su vez se encuentra sostenido por la comunidad. Existe una especie de ósmosis entre la fe del presbítero y la fe de los otros fieles”. Lo que soy, mi desarrollo pastoral y mi propia vida personal y espiritual, en gran medida vosotros lo habéis hecho. Vuestra compañía esta mañana me hace presente la historia y la vida que hemos compartido con tanta intensidad.
Cuando usan ese lenguaje, ¿saben realmente lo que significa? ¿Sabrá D. Santiago qué es la ósmosis? No todas las analogías valen, de hecho, si aplicamos la analogía de la ósmosis a la fe, las conclusiones son para echarse a temblar.
5º.- Hoy, lleno absoluto en la Iglesia de las Salesas. La Misa Usus Antiquior sigue adelante. Deo Gratias!
6º.- Y mi Sevilla Atlético, golea en la Ciudad Deportiva. El cuarto gol, una obra de arte. ¡Ramón Tejada y sus chicos al primer equipo ya!
]]>¿Qué quiere decir esto? Pues que Pajines y Aídos hay en todos los partidos, porque ya me contarán ustedes, como es posible que una persona a la que no se le conoce ni oficio ni beneficio, aspire a concejal en una Alcaldía. Personalmente, me llena de pavor pensar las manos en las que estamos, en los próceres encargados de dirigir la Nación. No se requiere ningún tipo de cualificación especial, con lo que la aporía revelada por Sócrates en el Critón, emerge hoy con toda su fuerza, es decir el paralogismo que asume como criterio de validez algo distinto al conocimiento y a la competencia: en cuestiones de medicina, gimnasia o ecuestres se consulta al que tiene competencia, al experto en ese género; sin embargo, para dirigir la ciudad, la cuestión se dirime con el número, de ahí que, políticos como Beatriz Jurado, sin ningún tipo de cualificación exceptuando su permanencia dentro del PP, la habilitan para ocupar un cargo político.
De ahí que, no nos deban extrañar opiniones como las lanzadas por dicha aspirante a la dirección nacional de las Nuevas Generaciones del PP (fuente Óptica Libre):
- Si le dicen que su hijo va a nacer con malformaciones, ¿lo tendría?
– Si es malo para su salud, no. Si va a estar destinado a morir o no va a disfrutar de la vida, dentro del tiempo legal, no lo tendría.
- ¿Qué piensa de la reforma de la ley del aborto?
– Me parece la barbaridad más grande que se ha podido hacer en un gobierno en España. Estoy de acuerdo con el aborto en determinadas circunstancias, como en caso de malformaciones o cuando sea perjudicial para la madre, y lo digo ahora y lo diré siempre, y lo digo dentro del PP como lo dice mucha gente. Estoy de acuerdo en que hay que cambiar la ley. Además, nadie va a la cárcel por abortar, tampoco hay que ser mentiroso. Pero lo de abortar con 16 años, yo eso no lo he visto en la vida. ¿Con qué autoridad te dice un gobierno “sí, aborta”, cuando no te da ninguna facilidad para tener al niño? Aunque sea en una clínica privada te lo pagan -recordemos que las clínicas se van a llevar lo suyo- y no es malo que una mujer tenga un hijo con esa edad.
Es decir, que esta candidata a concejal en Córdoba y a la presidencia a las Nuevas Generaciones del PP, ha casos especiales en los que se puede matar a un inocente, por ejemplo, un retrasado mental, el cual según esta señorita no tiene derecho a vivir. ¿Qué tal?
Como no hay mal que por bien no venga, espero que a los católicos se les caiga la venda de los ojos respecto al Partido Popular, ese partido de no – izquierda o del extremo centro. Y de paso, que los medios de comunicación de la Iglesia, apoyen a partidos católicos como la CTC y AES.
Otros: La Cigüeña de la Torre
Para firmar a favor del Motu Proprio: aquí
]]>Considérese, pues, el rito augustísimo de celebración de la Misa, dado al principio a la Iglesia, como una cosa o hecho determinado, puesto ante los ojos. ¡He aquí una acción admirable, transmitida por los apóstoles a las personas que habían atraído a la fe cristiana, una acción realizada cada día, frecuentada por los fieles de todas partes! No era un dogma puro y escueto, sino un ejercicio de adoración; no una formulación verbal, sino algo instituido, vivo y consistente;
que tenía muchas partes, muchos aspectos, que podía como recorrerse, debía considerarse, investigarse, abrazarse con la mente, someterse profundamente al intelecto y la memoria. Se trata de un rito místico, en el que Cristo se manifiesta, sea en su nacimiento, sea en su cruz, sea revestido con su cuerpo espiritual; como víctima y sacerdote; presencia real y permanente y, a la vez, acto eficaz; como el que bendice y el que es adorado; como propiciación y como alimento; por los vivos y por los difuntos. Es sacramento como alimento; por los vivos y por los difuntos. Es sacramento y símbolo, y es, sin embargo, la misma realidad significada; memorial de la muerte del Señor, pero el mismo Señor; pan vivo, pero no pan sin carne; verdadero sacrificio y, sin embargo, conmemorativo. ¿Quién diría que de aquí no salen seiscientos dogmas enteros? Pero ¿quién diría que salen en un solo siglo, o con una sola consideración mental?
Documento Newman – Perrone de 1.847 sobre la evolución del dogma. Consulta a los fieles en materia doctrinal. John Henry Newman. Ed. Cátedra Newman Centro de Estudios Orientales y Ecuménicos «Juan XXIII». Bibloteca Oecumenica Samanticensis 26; pp. 116 – 117
Nota: Cuando el Beato Newman habla de la Santa Misa, se está refiriendo a la Misa según el Usus Antiquior. Contextualizar las referencias de Newman es muy importante para entender al Beato. Por ejemplo, el memento de vivos es explícito en el Canon Romano, cosa que no ocurre, al menos con la misma fuerza, en las Plegarias Eucarísticas II, III y IV. La admiración de Newman y del Movimiento de Oxford por la Liturgia es realmente sorprendente.
Para firmar a favor del Motu Proprio: aquí
]]>Hace un tiempo escribí sobre la prohibición de dispensar antibióticos en las farmacias sin receta médica, a la vez que se dispensa la píldora del día después a tutiplén
Hoy tengo que volver a desenvainar la espada porque, con horror, he asistido a como se le sacaba una fotocopia a una receta prescrita por un médico de consulta privada, con el que justificar la venta de antibióticos.
¿Cabe más hipocresía?
Podemos ir a un Farmacia para comprar una tonelada de pastillas del día después, comprar preservativos como para hacernos un chubasquero de látex, de cuerpo completo, pero no podemos comprar antibióticos sin caer en delito de lesa majestad contra el pensamiento único, progre y neocon.
Una sociedad que mata a sus hijos y que, a su vez, restringe la venta de antibióticos.
Vomitivo.
¡Señor ven pronto!
Para firmar a favor del Motu Proprio: aquí
]]>Preguntó el Señor a todos los apóstoles qué opinión tenían los hombres de Él. Y aunque la palabra de los que responden es común cuando se expresa la duda de la inteligencia humana, sin embargo, cuando se busca el pensamiento de los discípulos, responde primero el que tiene el lugar principal en la dignidad apostólica. Y al decir: Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo, le respondió Jesús: Bienaventurado tú, Simón Bar Joná, porque no es la carne ni la sangre quien eso te ha revelado, sino mi Padre, que está en los cielos. Es decir, eres bienaventurado porque mi Padre te ha enseñado. No te ha instruido la opinión terrena, sino una inspiración celeste. No la carne ni la sangre, sino Aquel del cual yo soy su Unigénito te lo ha manifestado.
Y yo te digo, esto es, como mi Padre et ha manifestado mi divinidad, del mismo modo te manifiesto tu excelencia. Tú eres Pedro, esto es, siendo yo piedra inconmovible, piedra angular, hago en uno ambas cosas. Sin embargo, tú también eres piedra, pues estás consolidado con mi virtud, a fin de que las cosas que me pertenecen en potestad te sean comunes a ti por la participación que tienen conmigo. Sobre esta piedra edificaré mi Iglesia y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella. Sobre esta fortaleza, dice, edificaré el templo eterno y en la firmeza de esta fe se elevará la sublimidad de mi Iglesia para ser colocada en el cielo. Las puertas del infierno no prevalecerán contra esta confesión ni la atarán las cadenas de la muerte. Esta voz es la voz de la vida, y así como lleva al cielo a los que la proclaman, del mismo modo sepulta en el infierno a los que la niegan.Por eso se dice a Pedro: Yo te daré las llaves del reino de los cielos, y cuanto atares en la tierra será atado en los cielos, y cuanto desatares en la tierra será desatado en los cielos. Prolongó también en los demás apóstoles el derecho de esta potestad, mas no en vano se encomienda a uno lo que se otorga a todos. Pues de modo especial se confiere a Pedro, porque a todos los rectores de la Iglesia se impone la forma de Pedro. Permanece firme el privilegio de Pedro dondequiera que se lleve el juicio de su misma equidad; ni es demasiada la severidad o el perdón donde nada será atado ni desatado, sino lo que el bienaventurado Pedro ate o desate.
III Nocturno del Oficio de Maitines, Festividad de la Cátedra de San Pedro. Trad: Homilías sobre el año litúrgico, San León Magno. Ed. BAC, pp. 359 - 360.
]]>Así que, siguiendo la iniciativa ya aparecida en otros medios, dejo aquí la Súplica al Santo Padre, el Papa Benedicto XVI, respecto a la instrucción/aclaración sobre el Motu Proprio Summorum Pontificum:
Beatísimo Padre, nosotros, los abajo firmantes:
1. Expresamos nuestra profunda gratitud a Vuestra Santidad por vuestro ejemplo litúrgico personal para la Iglesia Universal. Vuestra Santidad sois un verdadero homo liturgicus, cuyo amor por la sagrada liturgia es una fuente de inspiración; vuestro ejemplo enseña con mayor claridad que las meras palabras la centralidad de la liturgia en la vida de la Iglesia.
2. Damos las gracias a Vuestra Santidad por vuestro regalo a la Iglesia en el 2007, el Motu ProprioSummorum Pontificum. Desde el 2007, el motu proprio ha producido muchos frutos, incluyendo una mayor unidad en la Iglesia de Cristo y un enriquecimiento generalizado de la vida litúrgica católica.
3. Observamos con tristeza la continua y real oposición a la aplicación de Summorum Pontificum en muchas diócesis y por parte de numerosos miembros de la jerarquía, así como el sufrimiento y la angustia que ello sigue causando para muchos de los fieles y el obstáculo que esta oposición es a una efectiva reconciliación dentro de la Iglesia.
4. Tomamos nota con ansiedad de los señales aparentes de que una venidera Instrucción para la aplicación de Summorum Pontificum de alguna manera se separe de lo que se establece jurídicamente en ese Motu Proprio y de la amplitud y generosidad de espíritu tan elocuentemente explicados por Vuestra Santidad en la carta que lo acompaña: “Abramos generosamente nuestro corazón y dejemos entrar todo a lo que la fe misma ofrece espacio.”
5. Expresamos nuestra profunda preocupación de que las medidas restrictivas pudieran ser causa de escándalo, de desunión y de sufrimiento en la Iglesia y frustraran la reconciliación que Vuestra Santidad fervientemente auspiciáis, así como impidieran una mayor renovación litúrgica y el desarrollo en continuidad con la Tradición, que ya es un fruto tan grande de vuestro pontificado.
6. Expresamos nuestra esperanza, nuestro deseo y nuestro llamamiento urgente a fin de que el bien que Vuestra Santidad habéis iniciado personalmente a través de Summorum Pontificum no sea obstaculizado por tales restricciones.
7. Con confianza filial y como hijos y hijas obedientes, nos dirigimos a Vuestra Santidad y os pedimos que consideréis con urgencia nuestras preocupaciones, y vuestra intervención, si necesaria.
8. Aseguramos a Vuestra Santidad nuestras oraciones continuas, nuestro profundo afecto y nuestra lealtad.
Para firmar: aquí.
¡Oremos!
Otros:
The New Liturgical Movement
Messa in latino.
Rorate Caeli.
Una Voce Málaga
Cruz Austral
El artículo se titula En torno al Estado de las Autonomías. Un ejercicio de «memoria histórica».
Dice cosas tan interesantes como estas:
La mayoría de los regímenes políticos suelen organizar su mecanismo de defensa y de autolegitimación frente a sus enemigos reales o potenciales como las antiguas plazas fuertes, mediante un sistema de fortificaciones concéntricas: en el centro, la estructura misma de poder, rodeándola, la superestructura supuestamente teórica; a su servicio, el círculo protector de la fuerza pública; y, en fin, como halo puramente emocional, el círculo de lo que se ha llamado Angstkoettizient, el coeficiente de terror puramente emocional, muy deliberadamente cultivado por los mass media. El actual régimen político español no es una excepción a la regla. A nivel de teoría y de legitimación ideológica, (…), el sistema ha podido sobrevivir gracias a la elaboración de una especie de metarrelato sobre una supuesta Transición modélica, cuyo correlato ideológico-simbólico se ha desarrollado en torno al carácter «sacral» de la Constitución de 1978; la Monarquía parlamentaria como «institución ejemplar»; y la valoración positiva del denominado Estado de las autonomías, poco menos que como «constitución natural» de la nación española. El coeficiente de angustia fue, y es, cultivado eficazmente presentando al régimen anterior y a sus figuras carismáticas como el Mal absoluto, cuyo sólo nombre implica rechazo. Para lograr la difusión de tan averiada mercancía, el régimen político actual ha contado con medios ingentes y ha sido lo suficientemente astuto para crear lo que Marc Fumaroli ha denominado «Estado cultural». La Administración ha copado los resortes de la promoción cultural, creando intelectuales orgánicos, pintores orgánicos, historiadores orgánicos, cineastas orgánicos, novelistas orgánicos, moralistas orgánicos, filósofos orgánicos, &c., &c., mediante premios, subvenciones, catálogos, comisiones, jurados, &c. Como complemento, se ha constituido una especie de oligarquía cultural, que, mediante múltiples rituales de exclusión simbólica, articuló un sistema de segregación cultural, basado en la distinción nítida entre discutidores legítimos y los excluidos del debate intelectual. Sus líderes exhortativos, (…) tuvieron, y tienen, como misión, estrangular la emergencia de nuevas ideas, incluso mediante su reducción al silencio. Como hubiera dicho Georges Sorel, los intelectuales orgánicos, sobre todo en su variante exhortativa, se han convertido en «bufones», no de una aristocracia degenerada, sino de las nuevas clases políticas; no menos degeneradas, por cierto. De todas formas, hoy la figura del intelectual se encuentra completamente desprestigiada; y en España, donde nunca fue una fauna excesivamente numerosa ni lúcida, ha entrado en un claro proceso de extinción, siendo, poco a poco, sustituida por el agitador mediático. Lo peor no fue, sin embargo, la construcción de esa «Estado cultural», sino su generalización, a medida que se consolidaba el proceso autonómico. Cada comunidad autónoma quiso tener su propio y diminuto «Estado cultural», sus propios intelectuales-bufones, cuya misión no era otra que «inventar» tradiciones locales de cara a la consolidación de las nuevas instituciones. (…) En defensa del sistema autonómico y sus parcelas de poder, los intelectuales-bufones y los mass media a su servicio han difundido una neo-lengua, con palabras tales como «país», «Estado español, «autonomías», «autogobierno», &c., cuyo contrapunto negativo ha sido, y es, «españolismo», «centralismo», «conservador», «fascista», «separador», &c.
Las consecuencias de todo ello han sido muy negativas. La sociedad civil española no ha conseguido desarrollarse lo suficiente, a lo largo de estos treinta años; y ha sido incapaz de dar una respuesta eficaz a un sistema de permanente coacción psíquica y de agresión simbólica.
Y estas:
Frente a los mitos elaborados por los intelectuales-bufones, apareció ante nuestros ojos la realidad despiadada, desnuda, indiferente y sin miramientos de un sistema político y social en crisis y bancarrota. Hoy, casi todos los analistas y expertos coinciden en la necesidad de reforma del texto constitucional de 1978. La Monarquía y sus titulares han sido, por fin, sometidos a crítica, en parte por sus errores y en parte también porque para no pocos se trata de una institución obsoleta cuya funcionalidad y eficacia resulta más que discutible. En concreto, la imagen del actual Jefe del Estado se asemeja a una especie de robot –el hombre máquina, diría el barón D´Holbach–, que sólo sirve para sancionar con su firma leyes tan sectarias y negativas para el porvenir de la nación como la de Memoria Histórica y la del aborto. De hecho, la familia real no ejerce ningún magisterio moral, ninguna ejemplaridad; todo lo contrario; ha caído en los mismos vicios que el resto de los españoles, pero, eso sí, disfrutando de los privilegios inherentes a su posición social. De igual forma, nadie sabe, después de más de treinta años, para qué sirve el Senado, salvo como cementerio de elefantes políticos y para derrochar dinero en traductores de lenguas vernáculas.
Recuerda también, el profesor González Cuevas a los opositores al neorégimen de las autonomías: Julián Marías, López Rodó, José María Gil Robles, González de la Mora y Luís García San Miguel.
Un artículo jugoso. Todo un portento de fino análisis político, redactado por un historiador en toda regla. Si no fuera por internet, sólo tendríamos las opiniones que nos ofrecen digeridas los mass media.
]]>33. Es asimismo de suma importancia doctrinal y práctica la afirmación de Pío XI de que el trabajo no se puede valorar justamente ni retribuir con equidad si no se tiene en cuanto su doble naturaleza, social e individual (Ibíd., p. 200). Por consiguiente, al determinar la remuneración del trabajo, la justicia exige que se consideren las necesidades de los propios trabajadores y de sus respectivas familias, pero también la situación real de la empresa en que trabajan y las exigencias del bien común económico (Ibíd., p.201).
¿Quién tiene en cuenta hoy, la situación familiar del trabajador?
]]>Tres misas según la Forma Extraordinaria de la Liturgia de la Iglesia, se celebrarán en la Conferencia Internacional sobre la Adoración Eucarística, que se celebrará en Roma del 20 al 23 de Junio de este año.
Los conferenciantes son los siguientes:
Cardenal Francis Arinze, Prefecto Emérito de la Congregación para el Culto Divino
Cardenal Raymond Burke, Prefecto del Tribunal Supremos de la Signatura Apostólica
Cardenal Antonio Cañizares Llovera, Prefecto de la Congregación para el Culto Divino
Cardenal Malcolm Ranjith, Arzobispo de Colombo, Sri Lanka, anterior Secretario de la Congregación para el Culto Divino
Cardenal Mauro Piacenza, Prefecto de la Congregación para el Clero
Cardenal Peter Turkson, Presidente del Consejo Pontificio Justicia y Paz
Obispo Giovanni D’Ercole, Obispo Auxiliar de la Diócesis de L’Aquila, Italia
Obispo D. José Ignacio Munilla, Obispo de la Diócesis de San Sebastián, España
Obispo Dominique Rey, Obispo de la Diócesis de Fréjus-Toulon, Francia
Obispo Athanasius Schneider, Obispo Auxiliar de la Diócesis de Karaganda, Kazakhstan
Mons. Guido Marini, Maestro de Ceremonias Pontificias, Vaticano
P. Nicolás Buttet, Fundador de la Comunidad Eucharistein, St-Maurice, Suiza
P. Mark Kirby, Prior del Monasterio Benedictino Nuestra Señora del Cenáculo, en la Diócesis de Tulsa, Oklahoma. Estados Unidos de América
P. Florian Racine, Fundador de los Misioneros del Santísimo Sacramento, Sanary, Francia
Madre Adela Galindo, Fundadora de las Siervas de los Corazones Traspasados de Jesús y María, Florida, Estados Unidos de América
Sor Joseph, Misioneras de la Caridad, Calcuta, India
Y aquí, la finalidad del evento:
La intención de la Conferencia es la de promover el deseo del Magisterio de la Iglesia Católica, de ver ampliamente difundida la Adoración Perpetua en parroquias y Diócesis en todo el mundo. El fiel debe procurar recibir y venerar el Santísimo Sacramento con piedad y devoción, ansioso de acoger al Señor Jesús con fe. (Papa Benedicto XVI, Mayo 11, 2007)
La Santa Misa es el mayor acto de adoración: «Nadie come de esta carne», escribe san Agustín, «sin antes adorarla». La Adoración fuera de la Misa prolonga e intensifica lo que acontece en la celebración litúrgica y hace posible una verdadera y profunda recepción de Cristo. Me gustaría aprovechar esta oportunidad para recomendar calurosamente a los Pastores y a todos los fieles, la práctica de la Adoración Eucarística. Expreso mi aprecio a los Institutos de Vida Consagrada así como a las asociaciones y fraternidades que están especialmente dedicadas a esta práctica; ellas a cada uno le ofrece un recordatorio de la centralidad de Cristo en nuestra vida personal y eclesial. En la vida actual, a menudo ruidosa y dispersiva , es más importante que nunca recuperar la capacidad de silencio interior y de recogimiento. La adoración eucarística permite hacerlo no sólo en torno al “yo”, sino también en compañía del “Tú” lleno de amor que es Jesucristo, «el Dios cercano a nosotros». (Papa Benedicto XVI Angelus, 10 de junio, 2007)
En efecto, la adoración debe preceder toda actividad y programa nuestros, esto nos ha de hacer verdaderamente libres y nos de dar los criterios para nuestra acción. (Papa Benedicto XVI Discurso del 16 de octubre de 2006)
¡Recemos porque dé muchos y buenos frutos!
Sitio de la Conferencia, aquí
Otros dicen: Secretum meum mihi
]]>La llamada Tradición Apostólica de Hipólito: Hasta nosotros no ha llegado ningún manuscrito que nos ofrezca esta obra en cuanto tal. El texto que se ofrece como la Tradición Apostólica de Hipólito no es más que la reconstrucción hipotética que llevó a cabo B. Botte a partir de algunas obras tardías que utilizaron o testimonian un material común, al que los especialistas en un primer momento llamaron Constitución eclesiástica egipcia, y más tarde, identificaron con la Tradición Apostólica de Hipólito. En la actualidad hay muchas dudas y objeciones contra esa identificación (Constituciones Apostólicas. Ed. Ciudad Nueva, p. 8)
A pesar de pertenecer al ámbito de la investigación y la ciencia, se utilizó la anáfora de la Traditio de San Hipólito como fundamento para introducir la Plegaria Eucarística II, quedando orillado el Canon Romano.
La Liturgia viva de la Iglesia se sustituyó por las conclusiones contingentes de unos intelectuales de salón.
]]>Y el que viene a continuación, es el nuevo altar colocado en frente de él.
Un horror. Un atentado estético en toda regla.
El altar es donde se celebra el Sacrificio de la Misa, además de constituir un símbolo de Cristo. En este sentido, el cambio de una altar hermoso a otro feo, es una metáfora de la degradación de la fe..
¡Señor ten misericordia de nosotros!
Fuente: Rorate Caeli
]]>Los obispos de tendencia neocon confunden la autoridad con el autoritarismo, la pastoral con el Management. Don Juan José, desde que ocupó la sede de San Isidoro, ha tenido ciertas actuaciones que no son directamente objeto del gobierno de la jerarquía, quizás mal asesorado por personas con poca querencia por el mundo cofradiero .
Escribe San Pablo que los padres no enerven a sus hijos y esto precisamente ha hecho Monseñor. Él no entiende las Hermandades, un mundo que fuera de Andalucía está periclitado por los estragos ocasionados a la religiosidad popular. Sin embargo, en Andalucía en general, y en Sevilla en particular tiene una importancia tremenda, presentando actualmente graves y profundas desviaciones de la fe, cosa que afecta a la diócesis en general.
¿Por qué no sacó un decreto que prohibiera la elección de pregoneros ateos o agnósticos? ¿Por qué no afrontó de otra manera la elección de D. Antonio García Barbeito, buen escritor pero inadecuado para hablar de temas de fe, como pregonero por parte del Consejo? Lo mismo podemos decir del CET, del uso extra-litúrgico de la Catedral y de tantos y tantos etcéteras que podríamos seguir añadiendo.
Eso sí, por lo visto el decreto parecía algo necesario.
D. Joaquín Moeckel, que es un guasón y conoce el mundo cofrade al dedillo – por ser hijo del venerable Otto y, además, haber ocupado el cargo de Hermano Mayor del Baratillo -, ha dicho que este decreto no sólo abre la puerta a las nazarenas en todas las cofradías, además asegurará la presencia de acólitas – cosa que ya ocurre para vergüenza y oprobio de las Hermandades que no saben lo que es un Paso -, mujeres en la Centuria y costaleras; preparen las pipas y las palomitas, porque nos lo vamos a pasar estupendamente en las próximas fechas, viendo la cara de los que piden la igualdad plena de la mujer en las cofradías, de boquilla.
Mientras, lo fundamental, la regeneración de la religiosidad popular, por desgracia, quedará aparcado una vez más.
Eso es lo que va, de obispos como D. Marcelo Spínola, pastor y maestro, a los obispos que han ocupado la sede de San Isidoro, en los últimos tiempos.
]]>Hoy, el día de la Purificación de la Virgen, se estrena la antífona que se rezará hasta el miércoles santo. Es la siguiente:
Ave, Regína cáelórum,
Ave, Dómina Angelórum:
Salve, radix, salve, porta.
Ex qua mundo lux est orta:
Gaude, Virgo gloriósa,
Super omnes speciósa;
Vale! o valde decóra,
Et pro nobis Christum exóra.
Dignáre me laudáre te, Virgo sacráta.
Da mihi virtútem contra hostes tuos.
Oremus
Concéde, miséricors Deus, fragilitati nostrae praesídium; ut, qui sanctae Dei Genitrícis memóriam ágimus, intercessiónis eius auxílio, a nostris iniquitátibus resurgamus. Per eumdem Christum, Dóminum nostrum. Amen.
Salve, Reina de los cielos.
Salve, Señora de los ángeles.
Salve, raíz; salve, oh puerta por la que apareció la luz.
Alégrate, Virgen gloriosa, bella entre todas.
Salve, oh, la más hermosa de las criaturas, y ruega por nosotros a Jesucristo.
Permíteme bendecirte, Virgen sagrada.
Dame fuerza contra tus enemigos.
Oremos.
Dios misericordioso, ampáranos en nuestra fragilidad, para que recordando a la Madre de Dios y con la ayuda de su intercesión nos levantemos de todas nuestras iniquidades. Por el mismo Cristo, Señor nuestro.
Amen.
Divinum auxílium máneat sempre nobíscum.
Amen.
]]>En la actualidad, son tres las que se han mantenido como los irreductibles galos – Santo Entierro, Quinta Angustia y Silencio –, reacias a incorporar mujeres en la nómina de nazarenos.
Si D. Carlos actuaba de manera sibilina - reteniendo en Palacio la aprobación de las nuevas reglas hasta que se acomodaban a la pastoral -, D. Juan José va de frente. Es la versión dura del clericalismo, aquél que pretende convertir al laico en un zombi que actúe al son del Obispo de turno.
D. Juan José cree, erróneamente, que Sevilla es Sigüenza. O Madrid.
Pero Sevilla es Sevilla, con sus virtudes y defectos. Aquí, como en el resto de los pueblos y ciudades andaluces, la religiosidad popular tiene un arraigo muy profundo.
Las Hermandades, en la Iglesia sevillana, con su decadencia, no son cualquier cosa, son unas de las asociaciones de laicos más antiguas que existen en la Iglesia. Olvida D. Juan José que las Hermandades estaban antes que él, es más, antes de que España estuviese organizada políticamente tal como la conocemos, había ya hermandades. Vieron el fin de la Reconquista, el Descubrimiento de América, la boda del César Carlos, el hundimiento de la Casa de Austria y la entrada de los Borbones. Sufrieron la invasión francesa, el Concilio de Trento, el Vaticano I y el II. Seguramente algunos de sus miembros escucharon las homilías de los santos, como San Juan de Ávila, en Sevilla.
Así podríamos continuar, enumerando y acumulando efemérides, en las que las Hermandades articularon la religiosidad de la ciudad, expandiéndose hasta América, la hija predilecta de España.
Ahora, nuestro Arzobispo pretende, por el báculo, intervenir en la organización interna de la Iglesia, en un asunto que es cuestión de los hermanos, cosa que la Iglesia ha permitido. La Iglesia es un organismo – jerarquizado -, donde Cristo es la Cabeza, no un trasunto de la sociedad civil.
Yo me pregunto, ¿existe el derecho a salir de nazareno? ¿Es necesario hacer la estación de penitencia para llegar al cielo? Si algunas hermandade quieren mantener la tradición, ¿por qué se mete Monseñor Asenjo en este asunto?
Quizás porque no se atreve con estos otros, muchos más importantes que intervenir en un asunto de los fieles laicos:
- reforma del Seminario, desde el profesorado hasta la ratio studiorum.
- devolver la Catedral al lugar que le corresponde; que no sea más prostituida, para sacar dinero, ora como sala de conciertos, ora como museo.
- celebrar la Santa Misa con los libros litúrgicos de Juan XXIII, como ya ha hecho Monseñor Ureña.
- purificar la religiosidad popular.
Monseñor Asenjo se va a cargar, in ictu oculi, la libertad que la misma Iglesia le concedía a los Cabildos de las Hermandades. Todo en aras de la igualdad hombre - mujer.
Enseña San Pablo que el varón es cabeza de la mujer. Eso porque no se encontró en el camino a ningún epískopos conservador, porque enseguida le habría corregido la carta.
]]>Que la televisión municipal, del socialista Alfredo Sánchez Monteseirín, le dedique un espacio a la Santa Misa y que, otras emisoras catoliquísimas destaquen por su silencio sobre la Liturgia según la Forma Extraordinaria es, por llamarlo de alguna manera, llamativo.
La reforma de Benedicto, a pesar de toda la oposición, se abre poco a poco camino.
Laus Deo!
Aquí para ver el video.
p.s. Ayer, la Misa fue celebrada por el padre Ángel Alfaro Rivero, de la FSSP. Que la FSSP se instalara en España sería una gran bendición. A ver si algún Obispo da el primer paso.
]]>19. En casi todas partes la discusión moral sobre el aborto va acompañada de graves debates jurídicos. No hay país cuya legislación no prohíba y no castigue el homicidio; muchos, además, han precisado esta prohibición y sus penas en el caso especial del aborto provocado. En nuestros días, un amplio movimiento de opinión reclama una mitigación de esta última prohibición. Existe ya una tendencia bastante generalizada a querer restringir lo más posible toda legislación represiva, sobre todo cuando la misma parece toda legislación represiva, sobre todo cuando la misma parece entrar en la esfera de la vida privada. Se repite además el argumento del pluralismo: si muchos ciudadanos, en particular los fieles de la Iglesia Católica, condenan el aborto, otros muchos lo juzgan lícito, al menos a título de mal menor; ¿por qué imponerles el seguir una opinión que no es la suya, sobre todo en países en los cuales sean mayoría Por otra parte, allí donde todavía existen, las leyes que condenan el aborto se aplican con dificultad: el delito ha llegado a ser demasiado frecuente como para que pueda ser siempre castigado y los poderes públicos encuentran a menudo más prudente tolerar de hecho. Pero el mantener una ley que ya no se aplica no se hace nunca sin detrimento para la autoridad de todas las demás. También hay que añadir que el aborto clandestino expone a las mujeres que se resignan a recurrir a él a los más grandes peligros no sólo para su fecundidad futura, sino con frecuencia también para su vida. Por tanto, aunque el legislador siga considerando el aborto como un mal, ¿no puede proponerse limitar sus daños?
20. En estas razones, y otras más que se oyen de diversas partes, no son decisivas para permitir legalmente el aborto. Es verdad que la ley civil no puede querer abarcar todo el campo de la moral o castigar todas las faltas; nadie se lo exige. Con frecuencia debe tolerar lo que en definitiva es un mal menor para evitar otro mayor. Sin embargo, hay que tener en cuenta lo que puede significar un cambio de legislación: muchos tomarán como autorización lo que quizá no es más que una renuncia a castigar. Más aún, en el presente acaso, esta renuncia hasta parece incluir, por lo menos, que el legislador no considera ya que el aborto como un crimen contra la vida humana, pues en su legislación el homicidio sigue siendo siempre gravemente castigado. Es verdad que la ley no está para zanjar las opiniones o para imponer una con preferencia a otra. Pero la vida de un niño prevalece sobre todas las opiniones: no se puede invocar la libertad de pensamiento para arrebatársela.
21. La función de la ley no es la de registrar lo que se hace, sino la de ayudar a hacerlo mejor. En todo caso, es misión del Estado preservar los derechos de cada uno, proteger a los más débiles. Será necesario para esto corregir muchos errores. La ley no está obligada a sancionar todo, pero no puede ir contra otra ley más profunda y más santa que toda la ley humana, la ley natural inscrita en el hombre por el Creador como una norma que la razón contiene dentro de sí y se esfuerza por formular, y es preciso tratar de comprender mejor, pero que nunca se debe contradecir. La ley humana puede renunciar al castigo, pero no puede declarar honesto lo que sea contrario al derecho natural, pues una tal oposición basta para que una ley no sea ya ley.
22. En todo caso debe quedar bien claro que un cristiano no puede jamás conformarse a una ley inmoral en sí misma; tal es el caso de la ley que admitiera en principio la licitud del aborto. Un cristiano no se puede ni participar en una campaña de opinión a favor de semejante ley, ni darle su voto. Ni podrá tampoco colaborar en su aplicación. Es, por ejemplo, inadmisible que médicos o enfermeros se vean en la obligación de prestar cooperación inmediata a los abortos y tengan que elegir entre la ley cristiana y su situación profesional.
23. Lo que por el contrario incumbe a la ley es procurar una renovación de la sociedad, de las condiciones de vida en todos los ambientes – comenzando por los menos favorecidos – para que siempre y en todas partes sea posible una acogida digna del hombre a toda criatura humana que viene a este mundo. Ayuda a las familias y a las madres solteras, ayuda asegurada a los niños, estatuto para los hijos naturales y organización razonable de la adopción: toda una política positiva que se debe promover para que haya siempre una alternativa concretamente posible y honrosa al aborto.
Documentos, 1.966 - 2.007, Congregación para la Doctrina de la Fe. Ed. BAC, pp. 111 - 113
Nada nuevo bajo el sol. ¿O sí? El documento se promulgó en el año 1.974, como indiqué más arriba. El 6 de Octubre de 1.983, el Parlamento español promulgó la ley que despenalizaba el aborto en tres supuestos, por 186 votos a favor (socialistas, tres diputados de Minoría Catalana y de ERC), 109 en contra (Grupo Popular, 4 de centristas, 5 de Minoría Catalana y 3 del PNV) y 4 abstenciones. La cuestión es que, cuando el PP llegó al poder, la segunda vez con mayoría absoluta, no hizo nada para eliminar dicha ley y volver a la situación anterior - ¿qué hicieron los políticos católicos del PP? – Hoy, tras como previó el documento de la CdF, la cuestión estaba ya lo totalmente madura, socialmente hablando, para que el aborto se convierta definitivamente en derecho.
]]>El problema a la hora de afrontar estas cuestiones es que caemos en la argumentación que plantea el mundo, enredándonos en la tela de araña que tejen y de la que es muy difícil escapar, finalizando la mayoría de las veces en un callejón sin salida.
La moral católica procede del dogma, por eso, intentar discutir aplicaciones concretas de la ley general, nos puede hacer olvidar los principios de los que emana.
Nuestro Señor, no dedicó muchas palabras respecto al matrimonio, aunque lo que dijo fue tremendo: el divorcio está prohibido y el cónyuge que desee a otra persona que no sea su esposo/a, incurre en adulterio. El apóstol de los gentiles, inspirado por el Espíritu Santo, desarrolla algo más la doctrina, concentrando en unos pocos versículos la doctrina del matrimonio, especialmente y a la que me refiero, en la Carta a los Efesios.
Al apóstol de los gentiles le acusan sin ningún tipo de fundamento - sólo el que sale de las vísceras - de ser un misógino. San Pablo toma como charnela sobre la que habrá de girar todo el desarrollo doctrinal del sacramento del matrimonio, la relación de Cristo con su amada, la Iglesia.
La mujer debe obedecer al marido, hasta la reverencia, porque el varón es cabeza de la mujer, igual que Cristo es la cabeza de la Iglesia. Si la Iglesia debe ser fiel a su Señor, obedecerle y amarle, igual la esposa. Duras palabras indigeribles para un mundo que intenta con todas sus fuerzas eliminar las diferencias entre el género masculino y el femenino.
Sin embargo, más duras son las palabras que le dirige al esposo. El varón debe amar a su mujer igual que Cristo a la Iglesia. ¿Y cómo amó Cristo a su Iglesia? Sacrificándose por ella, por la salvación de los pecados. El profeta Oseas, tan citado por el Señor, hace una bellísima analogía de lo que es el amor de Dios a su Pueblo, el del marido cornudo – perdón por la expresión – que no sólo perdona a su esposa, sino que la requiebra, la conquista como un novio enfurecido por el amor de su novia. El marido, como Cristo, tiene que santificar a su esposa, presentándosela resplandeciente. Aquí San Pablo no sólo da doctrina, sino que me atrevo a decir, está mostrando datos de la psicología masculina en la relación con la mujer, sobre la pureza del matrimonio. Personalmente, estas palabras – como toda la Biblia – sólo las puedo leer de rodillas. ¿Cómo se puede acusar a San Pablo de misógino con estas palabras que dirige al hombre? ¡Cómo podemos amar a nuestras esposas como Cristo a su Iglesia! Imposible. Sólo con la Gracia de Dios se puede.La Gracia de Dios, la Gracia que, como San Pablo ha dicho anteriormente: en otro tiempo fuimos tinieblas, ahora la luz del Señor; tenemos la potestad de los Hijos de Dios, como dice el apóstol San Juan en el bellísimo prólogo a su Evangelio.
Meditar estas palabras produce, temor y temblor por un lado, pero también un gran consuelo. De estas pocas líneas podemos deducir y comprender la doctrina. El uso del preservativo, para impedir la procreación, ¿no es mancillar la santidad del matrimonio? Pensemos en Dios, ¿es que acaso el Todopoderoso no ofrece la salvación a todos los hombres? Entonces, ¿por qué el hombre es rácano en cuanto a la fecundidad? ¿Dios lo es?
No, no lo es.
El matrimonio es un sacramento. Elevémonos hacia los principios, porque los casos particulares, a veces nos impiden ver toda la belleza de la doctrina.
]]>Ayer finiquitó la primera temporada de esta serie de muertos andantes – así diría la traducción literal -, emitida por La Sexta.
Personalmente, la serie me parece interesante, relativamente buena, es decir, en relación a lo que las cadenas de televisión nos despachan Evidentemente, si lo comparamos con Yo Claudio, Retorno a Brideshead y Arriba y Abajo, por poner algunos ejemplos, la cosa cambia, a peor, por supuesto. Muchas películas que se proyectan en el cine no tienen el nivel de esta teleserie, ¡y después los directores quieren vivir de ellas!
La historia está basada en el tebeo homónimo, publicado por Image. El argumento es muy sencillo: un policía, herido en acto de servicio, cae en coma y, cuando despierta, se encuentra un mundo tomado por los muertos vivientes – el inicio es similar a 28 días -; en la huída del hospital, se va encontrando muertos, muertos andantes y supervivientes. El protagonista va en busca de su familia, cosa que hace relativamente pronto ya que está con un grupo de supervivientes a las afuera de la ciudad.
El título de la serie está bien elegido, ya que tras lo que se desvelará más adelante, los muertos son animados por un virus, hongo, bacteria – no se sabe -, que les activa el cerebelo, las funciones sensoriales. En ese sentido, no son muertos «vivientes», sino «andantes», ya que estarían más próximos a los autómatas que a los seres vivos, por decirlo de alguna forma.
Independientemente del tema científico – tampoco hay que exigir una explicación de cómo un cuerpo, putrefacto, puede andar, cómo se produce el intercambio energético en unas células muertas, cómo les afectaría el paso del tiempo, etc, porque entonces la cosa pierde gracia -, lo que me interesa de estas películas de fantaciencia es lo que traslucen, quiero decir, la sociología que se descubre tras ellas. Cuando vi la película de Belén Rueda ….., me hizo mucha gracia la propuesta sobre los novísimos que nos hacía el director: al morir, aspiramos a lo sumo, a repetir este mundo, donde además, algunos muertos se dedican a hacer la puñeta a los vivos, todo muy penoso. En definitiva, si lo que nos espera es un vida igual que esta, aunque estemos con los nuestros, la vida – y por ende – la muerte, es un verdadero infierno. En cierta medida, este tipo de películas nos informan de lo que se piensa en estas cuestiones. Evidentemente, no se puede deducir que los espectadores en particular, o la sociedad en general, piensen de la misma manera que el director, pero sí traslucen, como en un espejo, el substrato en el que crece el cuerpo social, donde muchas de estas ideas están incorporadas, o al menos aceptadas, en el acervo cultural.
De ahí radica mi interés en este tipo de teleseries que tratan temas de fantaciencia. The Walking Dead, tiene varios detalles llamativos. Yo quiero señalar cuatro:
- primero: disolución del ser humano en la naturaleza. Como burdamente diría Feuerbach, lo que piensa es el fósforo. Hay una relación entre los actos humanos, sean estos los que sean, con la materia, porque es el mecanismo – si se me permite utilizar este termino sin caer en el cartesianismo – que se pone en funcionamiento en la producción del pensamiento, sentimiento, etc. Si analizásemos el cerebro de una persona que se enfrenta a un problema matemático, veríamos las sinapsis que se producen en dicho órgano. Sin embargo, lo contrario no se puede afirmar. Es decir, si produjéramos dichas sinapsis cerebrales, ¿se obtendría el pensamiento deseado? Esta sería una conclusión materialista. El hombre sería un producto de la evolución de la materia, que se organizaría al azar, hasta dar lugar a un autómata clase alfa: el ser humano. Esta visión del ser humano es el que trasluce dicha serie. El cerebro, tras morir, es activado por la acción de un virus, hongo, bacteria o lo que sea, entra en funcionamiento en parte, el cerebelo, que activa las funciones sensoriales – vista, ¿gusto?, olfato, tacto y oído -. El hombre sería un robot, donde el virus – al menos así lo veo yo – que actúa sobre los muertos reorganizaría las sinapsis cerebrales para convertirlos en los «caminantes». Según explican en el último capítulo, la zona frontal del cerebro, la parte evolucionada, quedaría oscura, esto es, muerta. No hay alma. El hombre es materia, evolucionada.
- segundo: los protagonistas no rezan. Excepto un desquiciado al que abandonan a su suerte, el cual, asediado por los «caminantes», comienza una oración que degenera en blasfemia a Cristo. Es cierto que salen temas relacionados con la religión – uno de los supervivientes habla de la ira de Dios -, pero son lugares comunes, conceptos vacíos sin ningún tipo de transfondo real.
- tercero: la esperanza, pero no la virtud teologal, sino una esperanza humana que no es más que una posibilidad. En un mundo donde Dios no aparece por ningún lado en la vida de los supervivientes – precisamente las situaciones de crisis son momentos de apertura a la trascendencia, de ahí lo diabólico de la eutanasia -, la conclusión lógica es la desesperanza, lo que aparece en los supervivientes – dos – que se suicidan.
- cuarto: anomia. El principal defensor de esta tesis es el policía, precisamente el encargado de defender la ley. La ley es creada - ¡ay, Occam! -, la voluntad se impone sobre ella. En una situación de crisis, ya no hay regla. Todo lo contrario de lo que significa la Ley Natural, que es ingénita y, por tanto, se mantiene siempre. Esto es muy americano - ¿no son acaso hijos de Calvino? -, muy protestante. Y muy irreal. Porque los personajes sienten la necesidad de enterrar a los muertos, por ejemplo. En este sentido, la serie refleja perfectamente las contradicciones de nuestro mundo, que quiere crear la moral, en contra mismo de la naturaleza.
Estas son mis impresiones de esta entretenida serie. Los muertos vivientes son la escusa que permite el desarrollo de la historia, donde se van perfilando la personalidad de los personajes, la situación crítica es el cuadro donde se pinta el paisaje formado por los supervivientes.
]]>La única diferencia entre la «unión civil» y el «matrimonio homosexual» es el nombre, porque ambos conceptos significan lo mismo. No es cuestión de cambiar las palabras como si fuesen carteles.
Y es que, el trasfondo de todo esto es la ley natural, que es ingénita y no creada, por la voluntad. El voluntarismo pretende someter la ley natural a la voluntad, como si la ley natural fuese creada, contingente, lo que en definitiva la acaba eliminando.
La cuestión del matrimonio homosexual, por desgracia, es el punto de llegada de un proceso de destrucción del mismo que empezó hace mucho tiempo. Si hoy se plantean estas cuestiones es porque el matrimonio no vale nada. Da igual casarse que no.
Para el Estado, el matrimonio canónico es una forma más de las muchas que hay, de hecho se permite el disolver los matrimonios católicos como si tuviese potestad para ello. Una pantomima.
Quizás sea el momento de romper con este absurdo y que no conviva el verdadero matrimonio con sus deformaciones.
]]>Laus Deo! ¡Por fin el primer obispo español que celebra la Misa con el Misal de Juan XXIII en España! Ha sido Monseñor Manuel Ureña Pastor, Obispo de Zaragoza. El lugar de la celebración fue la Parroquia de Santa María la Mayor, en Épila, Zaragoza.
La información nos viene a través de la página Una Voce Málaga, una de las webs punteras en materia de información litúrgica.
El hecho de que en España, un obispo celebre la Misa según el Usus Antiquior, es muy importante, porque la cosa era un tanto patética, dicho sea de paso, más que nada, por la displicencia con la que se había recibido el Motu Proprio en España por parte de Obispos y clérigos.
Esperemos que sea el primero, pero no el último.
Sursum corda!
]]>El texto es el siguiente:
CARTA A LOS PRESIDENTES DE LAS CONFERENCIAS EPISCOPALES1
{SOBRE LOS ABUSOS EN LA INTERPRETACIÓN DE LOS DECRETOS DEL CONCILIO VATICANO II}
(24 de julio de 1966)
[Cum oecumenicum Concilium: AAS 58 (1966) 659-661]Una vez que el Concilio Vaticano II, recientemente concluido, ha promulgado documentos muy valiosos, tanto en los aspectos doctrinales como en los disciplinares, para promover de manera más eficaz la vida de la Iglesia, el pueblo de Dios tiene la grave obligación de esforzarse para llevar a la práctica todo lo que, bajo la inspiración del Espíritu Santo, ha sido solemnemente propuesto o decidido en aquella amplísima asamblea de Obispos presidida por el Sumo Pontífice.
A la jerarquía, sin embargo, corresponde el derecho y el deber de vigilar, de dirigir y promover el movimiento de renovación iniciado por el Concilio, de manera que los documentos y decretos del mismo Concilio sean rectamente interpretados y se lleven a la práctica según la importancia de cada uno de ellos y manteniendo su intención. Esta doctrina debe ser defendida por los Obispos, que bajo Pedro, como cabeza, tienen la misión de enseñar de manera autorizada. De hecho, muchos pastores ya han comenzado a explicar loablemente la enseñanza del Concilio.
Sin embargo, hay que lamentar que de diversas partes han llegado noticias desagradables acerca de abusos cometidos en la interpretación de la doctrina del Concilio, así como de opiniones extrañas y atrevidas, que aparecen aquí y allá, y que perturban no poco el espíritu de muchos fieles.
Hay que alabar los esfuerzos y las iniciativas para investigar más profundamente la verdad, distinguiendo adecuadamente entre lo que debe ser creído y lo que es opinable; sin embargo, a partir de documentos examinados por esta Sagrada Congregación, consta que en no pocas sentencias parece que se han traspasado los límites de una simple opinión o hipótesis y en cierto modo ha quedado afectado el dogma y los fundamentos de la fe. Es preciso señalar algunas de estas sentencias y errores, a modo de ejemplo, tal como consta por los informes de los expertos así como por diversas publicaciones.
1. Ante todo está la misma Revelación sagrada: hay algunos que recurren a la Escritura dejando de lado voluntariamente la Tradición, y además reducen el ámbito y la fuerza de la inspiración y la inerrancia, y no piensan de manera correcta acerca del valor histórico de los textos.
2. Por lo que se refiere a la doctrina de la fe, se dice que las fórmulas dogmáticas están sometidas a una evolución histórica, hasta el punto que el sentido objetivo de las mismas sufre un cambio.
3. El magisterio ordinario de la Iglesia, sobre todo el del Romano Pontífice, a veces hasta tal punto se olvida y
desprecia, que prácticamente se relega al ámbito de lo opinable.4. Algunos casi no reconocen la verdad objetiva, absoluta, firme e inmutable, y someten todo a cierto relativismo, y esto conforme a esa razón entenebrecida según la cual la verdad sigue necesariamente el ritmo de la evolución de la conciencia y de la historia. 5. La misma adorable persona de nuestro Señor Jesucristo se ve afectada, pues al abordar la cristología se emplean tales conceptos de naturaleza y de persona, que difícilmente pueden ser compatibles con las definiciones dogmáticas. Además serpentea un humanismo cristológico para el que Cristo se reduce a la condición de un simple hombre, que adquirió poco a poco conciencia de su filiación divina. Su concepción virginal, los milagros y la misma Resurrección se conceden verbalmente, pero en realidad quedan reducidos al mero orden natural.
6. Asimismo, en el tratado teológico de los sacramentos, algunos elementos o son ignorados o no son considerados de manera suficiente, sobre todo en lo referente a la Santísima Eucaristía. Acerca de la presencia real de Cristo bajo las especies de pan y de vino no faltan los que tratan la cuestión favoreciendo un simbolismo exagerado, como si el pan y el vino no se convirtieran por la transustanciación en el Cuerpo y la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, sino meramente pasaran a significar otra cosa. Hay también quienes, respecto a la Misa, insisten más de la cuenta en el concepto de banquete (ágape), antes que en la idea de Sacrificio.
7. Algunos prefieren explicar el sacramento de la Penitencia como el medio de reconciliación con la Iglesia, sin expresar de manera suficiente la reconciliación con el mismo Dios ofendido. Pretenden que para celebrar este sacramento no es necesaria la confesión personal de los pecados, sino que sólo procuran expresar la función social de reconciliación con la Iglesia.
8. No faltan quienes desprecian la doctrina del Concilio de Trento sobre el pecado original, o la explican de tal manera que la culpa original de Adán y la transmisión del pecado al menos quedan oscurecidas.
9. Tampoco son menores los errores en el ámbito de la teología moral. No pocos se atreven a rechazar la razón objetiva de la moralidad; otros no aceptan la ley natural, sino que afirman la legitimidad de la denominada moral de situación. Se propagan opiniones perniciosas acerca de la moralidad y la responsabilidad en materia sexual y matrimonial.
10. A todo esto hay que añadir alguna cuestión sobre el ecumenismo. La Sede Apostólica alaba a aquellos que, conforme al espíritu del decreto conciliar sobre el ecumenismo, promueven iniciativas para fomentar la caridad con los hermanos separados, y atraerlos a la unidad de la Iglesia, pero lamenta que algunos interpreten a su modo el decreto conciliar, y se empeñen en una acción ecuménica que, opuesta a la verdad de la fe y a la unidad de la Iglesia, favorece un peligroso irenismo e indiferentismo, que es completamente ajeno a la mente del Concilio.
Este tipo de errores y peligros, que van esparciendo aquí y allá, se muestran como en un sumario o síntesis recogida en esta carta a los Ordinarios del lugar, para que cada uno, conforme a su misión y obligación, trate de solucionarlos o prevenirlos.
Este Sagrado Dicasterio ruega insistentemente que los mismos Ordinarios de lugar, reunidos en las Conferencias episcopales, traten de estas cuestiones y refieran oportunamente a la Santa Sede sus determinaciones antes de la fiesta de la Navidad de nuestro Señor Jesucristo del presente año.
Esta carta, que evidentes motivos de prudencia impiden hacer pública, los Ordinarios y otros a los que éstos consideren oportuno comunicarla, deben mantenerla en estrícto secreto.
Roma, 24 de julio de 1966.
+ ALFREDO Card. OTTAVIANIDocumentos de la Congregación para la Doctrina de la Fe (1966-2007), ed. BAC, pp. 28 - 31
A mí me gustaría saber qué fue de esta carta, porque es tremenda. Si nos atenemos a la fecha en la que se envió -¡casi ocho meses después de la clausura del Concilio! -, la cuestión adquiere tintes dramáticos, porque muestra que el modernismo, a pesar de las medidas de San Pío X, siguió escondido en las mismas entrañas de la Iglesia: no hay tiempo material para provocar tal desbarajuste doctrinal.
Hoy la Iglesia, sigue sufriendo los efectos devastadores del error, con una diferencia: ya no es un secreto. Y aunque todavía hay persecución - y no sólo en los medios llamados progresistas -, al menos se puede hablar de ello - aunque le pese a algunos -.
¡Señor ven pronto!
]]>Sobre la Andalucía de mis entretelas, se habla mucho de los jornales subvencionados por el PER, pero no de los empresarios – señoritos, que abandonaron el cortijo para montar el chiringuito y que también vive de lo que da papá Estado –fenotipo que también se encuentra también en el empresariado del resto de comunidades autónomas, sin distinción, lo que indica que no es autóctono del sur -.
Pensar que la indemnización por despido en España, considerando los paupérrimos sueldos que se despachan, es una de las causas del problema económico es realmente ridículo. Ya puestos, podrían hacer una reforma completa y sacar una nueva modalidad de contrato: el contrato de esclavo. Así tendríamos un mercado de trabajo totalmente flexible. Respecto a la jubilación, lo ideal sería que coincidiese con la fecha de la defunción. Ahora es complicado, pero en no mucho tiempo, con una ley de eutanasia ad hoc, los profesionales pueden trabajar hasta tomarse la bolilla que los mande al otro barrio. ¿Qué tal?
Ahora en serio, cuando uno escucha y lee lo que se escribe y habla sobre estos temas, se comprueba el discurso idealista en el que se mueven tanto los políticos como los creadores de opinión – en España, no se pasa de la opinión, no se habla de la verdad -. ¿Saben estos señores de tertulia de mesa de camilla, qué es el tajo a pié de obra? ¿Dicen en serio que una persona puede aguantar no ya hasta los sesenta y siete años, sino hasta los sesenta trajinando con la presión que ha impuesto el mundo moderno al trabajo? Naturalmente, no – por cierto, ¿se han dado cuenta mis queridos lectores, cuánto funcionario hay en las tertulias de radio? -. Hablar de jubilarse a los sesenta y siete años, cuando la banca los jubila a los cincuenta y cinco es ganas de tocar las narices. Si tenemos en cuenta, además, las cuantiosas prebendas con las que cuentan nuestros señores diputados, el pitorreo al ciudadano adquiere dimensiones estratosféricas.
Una España con diecisiete autonomías, haciendo lo mismo que la administración central, una concesión indiscriminada de subvenciones, no mirando al bien común sino al beneficio del político de turno, una casta política podrida – casta que surge de la sociedad, no nos olvidemos -, un empresariado cuyo único motor es el dinero - ¿cómo es posible que por un año de pérdidas tengan que despedir a los trabajadores, cuándo los años anteriores dieron una cantidad enorme de beneficios? -, y así podríamos continuar hasta el infinito, ése es el problema de España.
El problema económico en España es un problema moral y como este no se va a solucionar, lo demás es flatus vocis.
Al menos tenemos una noticia alegre en medio de tanta crisis. En España hay dos parados menos, el señor Aznar y el señor González.
Hay motivos para la esperanza.
]]>¿Todavía no lo han leído? ¿Y a qué esperan? Castellani, junto a Gómez Dávila, han sido un hallazgo imponderable. Al menos para mí.
Ya callo. Que hable Castellani.
Y vi de la boda del Dragón
Y de la boca de la Fiera
Y la boca del Pseudoprofeta
Tres espíritus sucios
A modo de Ranas -
Son espíritus demoníacos
Que hacen prodigios -
Y proceden hacia los Reyes
De toda la tierra
Para rejuntarlos
Para la Granguerra
Del día del Dios Omnipotente -.Las Tres Rnas del Apokalypsis han hecho sudar el quilo y romperse el mate a los intérpretes; mas los Santos Padre, casi todos han visto en ellas herejías; las últimas y novísimas. Son el liberalismo, el comunismo y el aloguismo o modernismo.
]]>El texto no dice «tres demonios», como tampoco congruye con el salir con el salir dos dellos de boca de dos hombres: el texto dice «espíritus», palabra que designa también un movimiento, una ideología o una teología, en todas las lenguas.
Los Doctores nombraron las herejías que tenían ellos ante los ojos, que naturalmente creían las peores posibles; San Agustín: los arrianos, pelagianos y donatistas; Belarmino: Lutero, Zwinglio y Calvino; y así otros. Yo hago lo mismo. Y puedo equivocarme como ellos. Pero me parece esta vez va de veras.
Se parecen a ranas, animal viscosos y lascivo, oculto y fangoso, vocinglero y aburridor, que repite sin cesar su croar monótono:
Cuá, cuá, cantaba la rana
Cuá, cuá, debajo del río
La democracia, cuá, cuá,
Justicia social, cuá, cuá,
Y la Humanidad, cuá, cuá,
Canta el diabólico trío.Esta herejía política, difusa hoy en todo el mundo, que aún no tiene nombre y cuando lo tenga no será el propio suyo, que Newman el siglo pasado llamó «liberalismo religioso» - y por cierto vio en ella, como yo ahora, presagios del Anticristo – que San Pío X llamó «modernismo», y Belloc «aloguismo», es el viejo naturalismo religioso que remonta a Rousseau y los Enciclopedistas; y en su raíz, si se quiere, al presbítero belga Baius (Michel Bay)… la cual es en su fondo la idolatría del Hombre, o de la Humanidad, el peor error posible, atribuido por San Pablo al A’nomos, como vimos. Mucho he escrito acerca della, me resumiré aquí. Consiste en una adulteración sutil del Cristianismo, al cual vacía de su contenido sobrenatural dejando la huera corteza, la cual rellena de inmediato «el espíritu que ama los sitios sucios y los lugares vacantes» con el antiguo «Seréis como dioses». Josef Pieper observó con justeza que el dicho la Religión es cosa privada y al Estado no le interesa, lema del liberalismo, comporta nombrar Dios al Estado, poniéndolo por encima del Dios … privado. Es la estatolatría, tan vieja como el mundo, o por lo menos, como los Césares romanos, proclamada ahora abiertamente por Hegel: la asoración de la Nación, creación del hombre, «la más alta obra del intelecto práctico», dice Santo Tomás; el cual añade, refiriéndose al antiguo Culto de los Césares, que si el hombre deja de adorar a Dios, cae a adorar al Estado – a su nación, a su raza, a su «Ciencia», a su «Estética», a su poder bélico, a la «Libertad», a la «Constitución» - y a la Diosa Razón; a cuyas tres últimas deidades tributó culto la Revolución Francesa; aunque era a Robespierre en el fondo, que estaba allí detrás de las prostitutas enjaezadas de seda y oro sacerdotales, a quien subía el humo del incienso: al «Irreprochable». Exactamente como ha de suceder con la Fiera.
Precisamente Newman resolvió una empedernida dificultad que hay en San Pablo acerca de la Fiera con este ejemplo de la Francesada, como la llamaron los españoles. San Pablo dice a una mano que A’nomos «perseguirá todo lo que sea Dios o culto»; y a otra mano, que pretenderá «hacerse adorar como Dios»; lo cual parece contradictorio, pues algún culto tiene que subsistir para que el César sacrílego pueda injertarse en él. Mas esta contradicción aconteció de hecho en aquel delirio de la Terreur de 1794: persiguieron todas las religiones, hicieron proclamar públicamente a un desdichado obispo que «Dios no existía», profanaron y vaciaron las Iglesias; y después quisieron meter adentro dellas «ídolos sin sustancia, hechos de las sobras de sus adjetivos», representados por mujeres dudosas que en realidad representaban a los «héroes» y «mártires» (como Marat) de la Libertad, la Constitución y la deificada Razón; y nominalmente, al «Irreprochable».
En eso se le parecerá también el Anticristo, que también se mostrará al mundo «irreprochable»
Escribe el reverendo padre Leonardo Castellani en su Comentario al Apokalypsis de San Juan:
Visión Séptima
La Medición del Templo.
Todos los Santos Padres han visto en esta visión el estado de la Iglesia en el tiempo de la Gran Apostasía: reducida a un grupo de fieles que resisten a los prestigios y poderes del Anticristo (mártires de los últimos tiempos) mientras la Religión en general es pisoteada durante 42 meses o 3 años y medio. Pisotear no es eliminar: el Cristianismo será adulterado.
Y dióseme una caña a modo de vara métrica
Y dijóseme: -
«Levántate y mide el Templo de Dios
Y el Altar
Y los adorantes en él –
Pero el Atrio, defuera del Templo.
Arrójalo fuera
Y no lo mensures –
Porque ha sido dado a los Paganos
Y la Ciudad Santa pisotearán
Cuarenta y dos meses».El mismo Templo y la Ciudad Santa serán profanados, ni serán ya Santos. No serán destruidos. La Religión será adulterada, sus dogmas vaciados y rellenados de sustancia idolátrica; no eliminada, pues en alguna parte de estar el Templo en que se sentará el Anticristo «haciéndose adorar como Dios», que dice San Pablo. La Gran Apostasía será a la vez una grande, la más grande Herejía.
¿Qué es lo que puede corromper a la Iglesia? Lo mismo que corrompió a la Sinagoga: el Fariseísmo. «No habría comunismo en el mundo si no hubiera fariseísmo en la Iglesia», decía Don Benjamín Benavides. Si la Iglesia hoy no atrae como en otros tiempos, tiene que ser porque ha perdido su hermosura interna. «Toda la hermosura de la Hija del Rey es interior». Las exterioridades pueden quedar, aumentadas incluso: «La misa cantada en Barcelona» por ejemplo, egregio espectáculo operístico de siglos pasados – como dice Havellock Ellis en su libro The Soul of Spain – una vez retirada la pequeña superstición que tiene dentro ahora, la creencia en el Santísimo Sacramento. Poco le importará al Anticristo le pongan una faja con los colores nacionales – que entonces han de ser los suyos – a una imagen fea de la venerable madre señora que dicen fue la madre de Jesús de Nazareth; y la nombren Generala del valiente ejército de una cualunque republiqueta averiada.
Hay actualmente obras «católicas» que trabajan , se esfuerzan y se desgañitan para el Príncipe deste mundo; y ojalá esté yo equivocado. La seña es cuando hay «religión» (¿) y no hay honradez adentro dellas.
Ésta es la acusación terrible que levantó potentemente Kierkegaard contra la Iglesia Luterana Danesa; y ojalá se pudiera decir que la nuestra está exenta deso. Lo que denunció el filósofo danés fue simplemente una adulteración – la más sutil y temible – del Evangelio, no en la letra más en la práctica y la predicación.
Ésta es la acusación terrible que levantó potentemente Kierkegaard contra la Iglesia Luterana Danesa; y ojalá se pudiera decir que la nuestra está exenta deso. Lo que denunció el filósofo danés fue simplemente una adulteración – la más sutil y temible – del Evangelio, no en la letra más en la práctica y la predicación.
Sólo el Tabernáculo (o Sancta Sanctorum) será preservado: un grupo pequeño de cristianos fieles y perseguidos; el Atrio, que comprende también las Naves – no las había en el Templo de Jersusalén – será pisoteado. Y ésa es «la abominación de la desolación», que dijio Daniel y repitió Cristo.
Fariseísmo, el gran pecado de la Iglesia. Es la causa que explica, entre otras, que las sociedades se hayan ido paganizando rápidamente. España es un ejemplo notable. Una sociedad católica apostata en menos de una generación. Y en España, la Adoración Nocturna, otro ejemplo. Reducida a la mínima expresión. De los turnos copiosos a casi su desaparición. ¿Cómo es posible? Fariseísmo.
Y lo que todavía tenemos que ver.
¡Qué el Señor tenga piedad de nosotros!
]]>«Y a medianoche se oyó un griterío: ¡Mirad que viene el esposo! ¡Salid a su encuentro» (Mt 25,6). De repente, pues, casi a una hora intempestiva de la noche y estando todos descuidados, cuando el sopor es más pesado, resonará la venida de Cristo con el clamoroso vocerío de los ángeles y el sonido de las trompetas de las potestades que vendrán delante. Digamos algo que quizá sea útil al lector. Es tradición entre los judíos que el Mesías tienen que venir a media noche, a semejanza de los tiempos de Egipto, cuando se celebró la Pascua y vino el exterminador y pasó el Señor sobre las tiendas y fueron consagradas con la sangre del cordero las jambas de nuestras puertas (cf. Ex 12, 1-30). Por eso creo que se ha mantenido la tradición apostólica de que el día de la Vigilia de la Pascua no se debe despedir antes de la medianoche a los fieles que esperan la venida de Cristo, para que después de pasado ese momento, recobrada ya la seguridad, celebren todos juntos el día de fiesta. Por eso también decía el Salmista: «A medianoche me levantaba para confesarte por causa de los juicios de tu justicia» (Sal 118,62)
¿Y por qué la vuelvo a traer al blog? Por los hechos lamentables que recoge el blog Santa Iglesia Militante. En el video siguiente pueden ver la celebración de la Misa del Gallo de la pasada Navidad, celebrada por el padre Frédéric Lefevre, cura de Bachinchove, en el norte de Francia.
Al final de la Misa llegó la sorpresa: bailarines, coreografías, música discotequera…..;
Todo muy humano. ¿Piensan de verdad que con estos recursos absurdos, son testigos del Evangelio? Hermann Cohen, fundador de la Adoración Nocturna, se convirtió durante una bendición con el Santísimo. Esta mezcla de la religión con el mundo es ridícula.
¡Señor, ven pronto!
Fuente original del video: La Porte Latina
]]>Les aconsejo a mis queridos lectores que lean el artículo del vaticanista Sandro Magister en torno al libro del historiador católico Roberto de Mattei, en las que se pone negro sobre blanco las maquinaciones de Giuseppe Dossetti (1919-1996, en la foto), que fue perito del cardenal Giacomo Lercaro, arzobispo de Boloña.
Dice Magister:
Como perito conciliar, Dossetti usufructuó sus habilidades. El 10 de noviembre de 1962, otro célebre perito, el teólogo dominico Marie-Dominique Chenu, anotó en su diario esta frase de Dossetti: “La batalla eficaz se juega en el procedimiento. Es siempre por esta vía que he vencido".
Su apogeo fue en 1963, en la segunda sesión del Concilio, cuando durante algunos meses Dossetti actuó de hecho como secretario de los cuatro cardenales “moderadores", uno de los cuales era Lercaro, convirtiéndose en el sostén de todo la estructura.
Era él quien debía escribir las cuestiones sobre las que los padres conciliares debían pronunciarse. El 16 de octubre de 1963, cuatro de esas cuestiones – sobre el tema de la colegialidad episcopal – fueron publicadas, inclusive antes de ser entregadas a los padres conciliares, en el diario boloñes “L’Avvenire d’Italia” dirigido por Raniero La Valle, amigo muy íntimo de Dossetti y Lercaro. Irritado, Paolo VI ordinó el retiro de las 3000 copias de este diario, como cada mañana, estaban a punto de ser distribuidas gratuitamente a los padres conciliares.
También luego del Concilio Dossetti siguió ejerciendo una influencia profunda en la cultura católica no sólo italiana.
Es él quien dio vida – con algunos historiadores, seguidores suyos, el primero de los cuales fue Giuseppe Alberigo – a esa interpretación del Vaticano II que hasta el día de hoy ha tenido más fortuna en todo el mundo, condensada en cinco volúmenes de “Storia” traducidos en muchos idiomas.
No sólo eso. Dossetti fue para muchos también un gran inspirador de una visión conjunta teológica y política. Con un fuerte ascendiente entre el clero, entre los obispos y entre los católicos políticamente activos en la izquierda.
Según cuenta Magister, el primero que rompió la baraja en torno a Dossetti fue el cardenal Biffi, arzobispo de Bolonia. Magister recoge en el artículo una parte sustancial de sus memorias. Todo magro. Sino vean los siguientes ejemplos:
Eclesiología
Más aún, en la misma circunstancia Dossetti se complace directamente en haber “llevado al Concilio – aún cuando no fue triunfante – una cierta eclesiología que era reflejo también de la experiencia política hecha". ¿Pero qué tipo de “eclesiología” podía brotar de tal inspiración y de estas premisas “mundanas”?
Él fue introducido en el juzgado de instrucción del Vaticano, con el título de experto personal del arzobispo de Boloña [Giacomo Lercaro]. El 12 de setiembre de 1963, el nuevo Papa, Paolo VI, comunicó su decisión de designar cuatro “moderadores”, en las personas de los cardenales Lercaro, Suenens, Döpfner y Agagianian, con la misión de presidir por turnos la asamblea conciliar por cuenta del Papa. Como se ve, era un encargo que cada uno de los designados habría debido ejercer solamente en forma individual.
Pero Lercaro persuadió a sus colegas para que aceptaran a don Dossetti como su secretario común, y con este nombramiento se configuró en la práctica una especie de “Consejo de los moderadores”, que termina cumpliendo en forma indebida una función muy diferente de la prevista y concebida, con una autoridad mucho más amplia que la pensada originariamente.
Es el momento de la máxima influencia de Dossetti, pero ella no podía durar. En el fondo, se trataba, de un arbitrario golpe de mano que alteraba la estructura legítimamente establecida. El Concilio ya tenía una secretaría general, presidida por el obispo Pericle Felici, quien no tardó en lamentarse de la situación irregular que se había creado.
Cristología.
A fines de octubre de 1991, Dossetti me llevó cortésmente a leer el discurso que le habían encargado por el centenario del nacimiento de Lercaro. “Examínelo, modifíquelo, agregue o quite con libertad", me dijo. Era ciertamente sincero: en ese momento hablaba el hombre de Dios y el presbítero fiel.
Lamentablemente, encontré efectivamente algo que no encajaba. Era la idea, presentada por Dossetti con fervor, que así como Jesús es el Salvador de los cristianos, del mismo modo la Torah, la ley mosaica, es también el camino hacia la salvación para los judíos. Esta aseveración estaba tomada de un autor alemán contemporáneo, y era grata para Dossetti, posiblemente porque entreveía la utilidad a los fines del diálogo judeo-cristiano.
Pero como primer responsable de la ortodoxia en mi Iglesia, jamás habría podido aceptar que se pusiera en duda la verdad revelada que Jesucristo es el único Salvador de todos. […]
“Don Giuseppe, – le dije – ¿pero jamás ha leído las páginas de san Pablo y las narraciones de los Hechos de los Apóstoles? ¿No le parece que en la primera comunidad cristiana el problema era directamente el contrario? En esos días era indudable y firme que Jesús era el Redentor de los judíos; nunca se discutió si también los gentiles podrían estar plenamente alcanzados por su acción salvífica".
Entre otras cosas, – me decía entre mí – no hay que olvidar una pequeña frase de la Carta a los Romanos, en ese pasaje en el que dice que el Evangelio de Cristo “es potencia de Dios para la salvación de todo el que cree, del judío primero y luego del griego” (cfr Rm 1, 16).
Dossetti no estaba acostumbrado a renunciar a ninguna de sus convicciones. Al final, aquí cedió frente a mi advertencia que, en este caso, lo interrumpiría y refutaría públicamente. Él se permitió pronunciar esta sola expresión: “No parece que sea conforme al pensamiento de san Pablo decir que el camino de la salvación para los cristianos es Cristo, y para los judíos es la Ley mosaica". No había nada de erróneo en esta frase, y yo no puse objeciones, aun cuando lo que yo habría preferido hubiera sido no insinuar siquiera una opinión teológicamente un tanto aberrante.
Y mucho más.
Es realmente triste que en España estos debates no se puedan tener públicamente, sin que en menos que se persigna un cura loco, le llamen a uno cualquier cosa menos bonito. Será cuestión del fulanismo español, como dijo Ortega.
]]>Moro, por el contrario, es el prototipo del laico consciente tanto de sus responsabilidades como de los deberes que éstas implican. No recibe pasivamente su fe, como una Iglesia puramente «discente» (cual si nada tuviera que asimilar ni, por tanto, nada que discutir personalmente así en su fuero interno como con gente capaz), de una Iglesia que procede a la manera de un oráculo que funciona automáticamente. De nuevo hemos de recordar a Newman y a su distinción sin separación, en la tradición cristiana, de lo que él mismo llamaba la forma episcopal y la forma profética de esta tradición. La verdad cristiana, nos dice, al ser verdad de vida, sólo subsiste en cuanto es vivida, y vivida personalmente por todos los miembros de la Iglesia, incluidos el clero y los obispos. Por tanto, no está reservada únicamente a los obispos la comprensión y la formulación eventual, o la aplicación que de ahí se sigue, de todo lo que dimana de la revelación cristiana tanto para el hombre individual como para la comunidad cristiana en general. Es esto una consecuencia para todos los fieles cristianos, lo mismo clérigos que laicos, de la fidelidad en vivir con todo su ser toda su fe. Lo que compete a la autoridad episcopal es únicamente dar un juicio final autorizado por una función que dimana de la función apostólica, establecida por el mismo Cristo, acerca de la validez o invalidez del desarrollo de la doctrina en cuestión. Pero puede perfectamente suceder, en tal o cual circunstancia, que un simple laico, un simple fiel, por razón de esa fidelidad personal a la tradición total y una de la verdad en todo el cuerpo de la Iglesia del que no se separa jamás, atestigüe verdades que muchos obispos, en un determinado lugar, en un determinado tiempo se hayan mostrado incapaces de defender o incluso simplemente de expresar. Pronto o tarde, sin embargo, es en unión con el cuerpo cristiano fiel, que permanece en comunión con el primero de los obispos, como la parte más sana del episcopado, por no hablar del clero en su conjunto, se verá obligada a fin de cuentas a reconocer y canonizar lo que un solo laico, quizás, abandonado de todos o de casi todos los pastores de su país, haya confesado y a canonizar al confesor con su confesión de fe. Lo que sucedió, por consiguiente, en el caso de Tomás Moro no es algo extraño: es la verificación del adagio de San Agustín: Veritas magna et praevelet, «la verdad es grande y sale vencedora»
Tomás Moro, humanista y mártir. Louis Bouyer. Ed. Encuentro, pp. 89 - 91
Personalmente pienso que hoy asistimos ante un nuevo rebrote clerical, donde la autoridad hace valer su fuerza mediante argumentos ad verecundiam, no confrontando el argumento con la regula fidei.
]]>En los Misales anteriores a la reforma de Juan XXIII, el día uno de enero se celebraba la fiesta de la Circuncisión del Señor, por lo menos desde el siglo VI.
En la liturgia de dicho día confluían tres fiestas a la vez:
1º.- Era la que se denominaba en los Sacramentarios antiguos con el título de «En la Octava del Señor», ya que hace ocho días que nació el Señor. Muchos de los textos de la liturgia del día son de hecho las de Navidad.
2º.- Una fiesta dedicada a la Santísima Virgen. Una segunda misa se celebraba antiguamente este día en Santa María de la Antigua, en el foro, cuya dedicación, posiblemente fuese el día de hoy. Un recuerdo de dicha fiesta subsiste en la fiesta, por ejemplo en las oraciones de la misa, los salmos y las antífonas de vísperas. En las anteriores se canta la maternidad de la Virgen y son muy bellas. Un ejemplo es la tercera antífona del salmo de vísperas que dice así:
Rubum quem víderat Móyses incombústum, conservátam agnóvimus tuam laudábilem virginitátem: Dei Génitrix, intercede pro nobis.
Reconocemos, ¡oh María!, que siempre se ha conservado intacta tu gloriosa virginidad, como la zarza que vio Moisés sin consumirse. Madre de Dios, intercede por nosotros.
3º.- La fiesta de la Circuncisión, propiamente. Fue Moisés (Jn 7,22) el que impuso en nombre de Dios este rito purificatorio a todos los israelitas varones en el octavo día de su nacimiento. La circuncisión era una figura del bautismo, por el cual, el hombre es espiritualmente circuncidado. En el tercer nocturno del oficio de lectura, dice San Ambrosio: «Veis cómo toda la Ley Antigua fue imagen del futuro: porque la circuncisión significa la expiación de los pecados. El que es circuncidado espiritualmente, por la poda de sus vicios, es juzgado digno de las miradas del Señor».
Además, ésta fue la primera sangre que vertió el Salvador para lavar con ella nuestras almas y, por otra parte, así la Iglesia nos infunde como hemos de cercenar todo vicio incipiente en nosotros, como queda reflejado perfectamente en la oración Secreta y en la Postcomunión:
Secreta:
Munéribus nostris, quaésemus, Dómine, precibúsque sucéptis, et caeléstibus nos munda mystériis, et cleménter exáudi. Per Dóminum nostrum…
Señor, habiendo ya aceptado nuestras ofrendas y oraciones, purifícanos por estos celestiales misterios y óyenos benignamente. Por nuestro Señor Jesucristo….
Poscomunión:
Haec nos commúnio, Dómine, purget a crímime: et, intercedénte beáta Vírgine Dei Genitríce María, caeléstis remédii fáciat esse consortes. Per eúmdem Dóminum nostrum…
Purifíquenos, Señor, esta comunión de todo pecado, y por intercesión de la bienaventurada Virgen, y Madre de dios, María, nos haga participantes del remedio celestial. Por el mismo Señor….
Esta fiesta pasó al Misal de Juan XXIII con el nombre de la Octava de Navidad, aunque el contenido fue el mismo. ¿Se estaría apuntando a lo que vino después?
Los novusordistas dan como justificación del cambio, la recuperación de una fiesta antigua que había desaparecido con el tiempo. Como ha quedado reflejado arriba, lo único que borró el tiempo fue el nombre, porque tanto el propio del Oficio Divino, como la colecta y la Estación a la Basílica de Santa María la Mayor – no a otras Basílicas romanas dedicadas a Nuestro Señor -, fue conservado.
La hermosa oración colecta dice así:
Deus qui salutis aeternae, beatae Mariae Virginitate foecunda, humano generi premia prestitisti: tribue quaesumus ut ipsam pro nobis intercedere sentiamus, per quam meruimus autorem vitae sucipere Dominum nostrum Jesum Christum, filium tuum. Qui tecum vivit et regnat in unitate Spiritu Sancti Deus, per omnia saecula saeculorum.
Oh Dios, que por la fecunda virginidad de la bienaventurada Virgen María, procuraste al género humano la gracia de la salvación eternal: haznos sentir la eficacia de su intervención, por la cual nos fue dado recibir al Autor de la vida, a nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, quienco contigo vive y reina….
Como se puede comprobar, la Virgen María nunca fue excluida de la fiesta de la Circuncisión, lo que sí ha ocurrido al contrario.
Esta fiesta litúrgica de la Circuncisión es muy importante desde el punto de vista doctrinal. La primera consideración que podemos hacer procede de las lecturas que se hacen en el segundo nocturno del oficio de Maitienes, donde el Papa San León Magno dice:
La lectura que se hace en el Segundo Nocturno, el Papa San León Magno,
En una y otra naturaleza se halla el mismo Hijo de Dios, que asumió lo que nos pertenece y no abandonó lo que le es propio. Renovó al hombre en el hombre y permaneció en sí mismo inmutable. La divinidad que Él tiene de común con el Padre no sufrió ningún detrimento de su omnipotencia, ni la condición de siervo hizo violencia a la condición de Dios.
La Circuncisión del Señor es un hecho importante para probar Su naturaleza humana, ya que fue Él mismo el que recibió la circuncisión, la Persona del Hijo de Dios, no un fantasma ni un cuerpo asumido. La sangre que fluye es realmente Su Sangre, substancia que tomó de la Santísima Virgen.
Por otra parte, que el Señor fuera circuncidado es importante ya que se unen el Nuevo y el Viejo Testamento, el antiguo sacrificio y el nuevo sacrificio eucarístico, el cordero pascual y el Cordero de Dios. Cristo, el Niño profetizado por Isaías (7,14), cumple con la Antigua Ley, llevándola a su plenitud: esto es precisamente lo que enseña la Iglesia apuntando a Cristo como judío. La consecuencia es tremenda: los judíos no tienen su propio mandamiento vigente.
Igualmente es muy importante la relación que hay entre el signo de la Circuncisión del Señor, y el sacramento del Bautismo, como afirma San Ambrosio en la cita de más arriba.
Finalmente, cerrando la fiesta como un todo, la Virgen María, presente en los misterios esenciales de nuestra salvación: Nacimiento, Circuncisión y Muerte del Señor.
¿Y qué más nos enseña la Iglesia con esta fiesta? Pues que el Bautismo no se puede diferir, como ocurre hoy en día, donde los niños casi juntan el Bautismo con la Comunión.
La Liturgia y el dogma están unidos. A la vista de todo lo anterior, se comprende el interés que ha puesto el Santo Padre en la recuperación del Usus Antiquior. La Liturgia no es un mecano, sino un árbol que está vivo, que crece y se desarrolla, que debe ser podado también.
El arqueologismo es muy peligroso, además de dañino; un ejemplo es la Fiesta de la Circuncisión del Señor. Se ha olvidado todo lo añadido por la Liturgia viva de la Iglesia, orillando elementos de mucha profundidad no sólo litúrgica, sino teológica y antropológica.
Los que hemos nacido bajo el novus ordo, si no es por la acción del Papa Benedicto, habríamos perdido el contacto con la Liturgia viva de la Iglesia.
Queda una cuestión que dejo abierta para los lectores. Visto lo que se apuntaba ya desde los tiempos de S.S. Pío XII, donde empezaron las primeras modificaciones en la Liturgia, ¿sería bueno volver a los tiempos anteriores a Pío XII y, desde aquí, renovar la Liturgia teniendo en cuenta lo bueno y lo malo sucedido desde entonces?
¡Feliz año 2.011!
]]>Mi pueblo ha estado siete años privado de mi presencia,
siete años de miseria y dolor.
Siete años he mendigado la caridad extranjera,
languideciendo en el Continente. Siete años no es un breve periodo.
Jamás podré recuperar esos años.
Jamás, no os quepa duda,
se extenderá el mar entre el pastor y el rebaño.…
No soy yo quien insulta al rey.
Alguien está más alto que yo o el rey.
No es Becket de Cheapside,
no soy yo, Becket, contra quien lucháis.
No es Becket quien pronuncia el anatema,
Sino la ley de la Iglesia de Cristo, el juicio de Roma.
…
Me creéis temerario, desesperado y loco.
Razonáis según los resultados, como hace el mundo
para afirmar si tal acción es buena o mala.
Pero diferís el hecho. Para cada vida y cada acto
se puede mostrar la consecuencia de lo bueno y lo malo,
y con el tiempo se mezclan los efectos de distintas acciones.
También de igual forma se confunden al fin lo bueno y lo malo.
No es el tiempo en que será conocida mi muerte.
Fuera del tiempo ha sido tomada mi decisión,
si llamáis decisión
a lo que todo mi ser da completo consentimiento.
Entrego mi vida
a la Ley de mi Dios, por encima de la Ley del Hombre.
¡Desatrancad la puerta! ¡Desatrancad la puerta!
No estamos aquí para triunfar con la lucha, la estratagema o la resistencia.
Ni luchar con bestias, como hombres. Con la bestia luchamos ya
y fue conquistada. Sólo podemos conquistar
ahora con el sufrimiento. Es la victoria más fácil.
Ahora es cuando llega el triunfo de la Cruz. Ahora
abrid la puerta. ¡Lo mando! ¡ABRID LA PUERTA!…
Aquí estoy.
No soy traidor al rey. Soy sacerdote.
Un cristiano salvado por la sangre de Cristo,
dispuesto a sufrir con mi sangre.
El signo de la Iglesia es siempre
el signo de la sangre. Sangre por sangre.
Su sangre fue dada para rescatar mi vida,
mi sangre es dada en pago de su muerte.
Mi muerte por su muerte.
…Por mi Señor estoy dispuesto ahora a morir,
Para que su Iglesia tenga paz y libertad.T.S. Eliot. Asesinato en la Catedra. Ed. Encuentro.
Hoy es la festividad de Santo Tomás Becket.
Oremos por nuestros obispos para que, siguiendo el ejemplo de Santo Tomás, sean testigos de Cristo.
Antes: Rorate Caeli
]]>¡Oh Dios!, cuyo testimonio dieron en este día los Inocentes Mártires, no hablando sino muriendo, mortifica en nosotros todas las malas pasiones, para que profesemos con nuestras costumbres la fe que confiesa nuestra lengua.
Así dice la oración colecta de la Misa del día de los Santos Inocentes, mártires.
La matanza de los niños de Belén por el rey Herodes es un testimonio de la realeza de Cristo. A este Dios – Rey, confiesan los inocentes de Belén con su muerte, no con su lengua, porque «eran de dos años para abajo», sino con su muerte.
«Su pasión es la exaltación de Cristo», dirá el tercer nocturno del oficio de Maitines.
Hoy, esta sociedad heredera del idumeo Herodes sacrifica a sus hijos en el altar de sus nuevos ídolos, personificaciones del pecado. La matanza de niños inocentes hoy es un escándalo que supera a los del mundo antiguo y su violencia.
Las hecatombes son nonadas comparadas con el número de niños a los que se les impide nacer. Sea cual sea el medio. Incluida la píldora del día después.
La ministra de sanidad se congratulaba no ha mucho del descenso en el número de abortos., según dicen las estadísticas cuatro mil menos que en el año anterior, el 2.008. Sin embargo el número total de abortos en el año 2.009 fue de 119.000, como he dicho, ni el mundo antiguo se atrevió a tanto.
¿Y qué dice a todo esto un Príncipe de la Iglesia, como S.E.R. Monseñor Rouco Varela? Pues lo que refleja la entrevista que salió publicada pocos días atrás, en el diario ABC:
P. —Por primera vez en una década ha descendido el número de abortos ¿Qué impresión le merece este dato?
R. —Es bueno oír que haya algunos abortos menos, pero hay que subrayar las cifras a las que habíamos llegado. Segundo, hay un factor que es la píldora del día después, que es una píldora abortiva, y luego también en qué medida afecta el descenso en el número de jóvenes que venía de países de la emigración. Son factores que habría que analizar, aunque ciertamente nos parece un dato positivo que las estadísticas este año sean mejor que las del año pasado.
Puro estilo bustrofédico. Si la inteligencia no ha realizado el análisis y ha hallado las causas, no hay motivo para congratularse. A pesar de ello, se dice que el dato es positivo.
Lo único positivo llegará cuando el aborto vuelva a estar penalizado en España.
Que los Santos Inocentes intercedan por los niños abortados y por nosotros.
]]>Esta imagen, contrasta con la cantidad de reumáticos que tenemos en España – aunque supongo que pasará igual en otros lugares -, que impide a tantas y tantas personas arrodillarse durante la Consagración.
De escuchar el canon de rodillas, ni hablamos. Tantos años hollando la liturgia, tiene sus consecuencias, ¡ay!
Siendo realmente ejemplar la actitud de dicho hermano, no es esto precisamente lo que me llamó la atención – que también -, sino lo que ocurrió en otro sitio de la Basílica. Dos personas, se acercaron a recibir la comunión en la mano. La primera, mano sobre mano, se acercó al sacerdote y éste, en vez de depositar la Sagrada Forma en la palma, la introdujo en la forma. El que venía detrás del primer fiel, hizo la misma operación y, como no podía ser de otra manera, el sacerdote también.
¿Estamos ante la revocación del indulto concedido bajo el Pontificado de Pablo VI? La manera que tiene de actuar el Papa Benedicto es conocido por todos, enseñando, no imponiendo. Otra cosa son los Obispos. Los mismos que extendieron, urbi et orbi, el indulto concedido por Paulo VI, se podrían aplicar el cuento y hacer lo mismo en sus celebraciones litúrgicas, sugiriendo a sus sacerdotes que hagan lo mismo y formando a los catequistas en estas praxis litúrgicas.
Como no soy un iluso, sé que esto no se hará: la Misa según la Forma Extraordinaria es un buen ejemplo de lo que digo. Posiblemente esto no sea el fin de la comunión de la mano, sino el principio del fin. Una pica, no en Flandes, sino en Roma.
¡Arriba los corazones!
Otros dice: Fr. Z’s blog
]]>¡Qué el Señor os bendiga y que pasen una feliz y santa Navidad!
¡Felices Pascuas!
Puer natus in Bethlehem, alleluia
Unde gaudet Jerusalem, alleluia, alleluia
In cordis jubilo Christum natum adoremus
cum novo cantico
Assumpsit carnem Filius, alleluia
Dei Patris Altissimus, alleluia, alleluia
In cordis jubilo Christum natum adoremus
cum novo cantico
Hic jacet in praesepio, alleluia
Qui regnat sine termino, alleluia, alleluia
In cordis jubilo Christum natum adoremus
cum novo cantico
Reges de Saba veniunt, alleluia
Aurum, thus, myrrhan offerunt, alleluia, alleluia
In cordis jubilo Christum natum adoremus
cum novo cantico
In hoc natali gaudio, alleluia
benedicamus Domino, alleluia, alleluia
In cordis jubilo Christum natum adoremus
cum novo cantico
Laudetur Sancta Trinitas, alleluia
Deo dicamus gratias, alleluia, alleluia
In cordis jubilo Christum natum adoremus
cum novo cantico
Sin embargo hay una cosa de la que estoy seguro: que ni soy profeta ni hijo de profeta, sino boyero y cultivador de sicomoros. Por eso no me dejo asombrar por la fuerza del número – aunque sean ciento ochenta y una las vocaciones -. La orden de las clarisas ha sido probada por la Iglesia y por el tiempo. Sus santos están ahí. Los entusiasmos, pues, hay que dejarlos aparte.
Es maravilloso que las monjas de Lerma irradien «una alegría y una paz que es propia, justamente, de un resucitado», sin embargo no es suficiente. Un estado psicológico de euforia no se puede confundir con la vida espiritual. La vida de Marina de Cristo, carmelita descalza, llena de sufrimiento, es un ejemplo de la dura realidad del claustro.
Tampoco la ascesis es signo en sí mismo de ortodoxia. Que las monjas duerman en literas, «con poco espacio para moverse», sin más información al respecto, no significa más que lo expresado. Cualquiera que haya leído - y sobre todo, comprendido - al Beato Newman lo sabe. Newman dice en el Ensayo sobre el desarrollo de la doctrina cristiana, que los arrianos eran «castos, atemperados, justos y devotos», pero eran herejes. Con esto no digo que las hermanas de Lerma sean heréticas, sino que la ascesis, como he dicho, en sí misma no prueba nada.
¿Y el caso de la Beata Teresa de Calcuta? Como se dice, no aplica. La Beata Teresa de Calcuta abandonó el instituto de las Irlandesas para fundar una congregación. Cierto. Sin embargo ha que tener en cuenta dos cosas importantes: la primera, que la Madre Teresa no cambió de vida contemplativa a vida activa y, segundo, que no es lo mismo el desarrollo espiritual de una persona que el cambio, a capón, de todo un convento. 181 no es igual a 1. La lógica no falla y si lo hace, hay que demostrarlo.
Algo de consecuencialismo hay en todo esto. Fue Dios el que condujo la vida de Madre Teresa. Las consecuencias, a priori, se desconocían ¿Podemos aseverar que en el caso de Lerma, no estamos confundiendo a Dios con un estado psicológico? Porque, ¿cuándo estuvieron confundidas las hermanas de Lerma, cuando profesaron la regla de clarisas o cuando decidieron cambiar la vocación?
¿Y la pastoral? La pastoral no lo aguanta todo. El abandono de la vida contemplativa no es un asunto baladí. La vida contemplativa es la parte de María; la activa es de Marta, y ya se sabe quién escogió la mejor parte – aunque también Marta llegó a santa, naturalmente -. El cambio de un estado a otro, implica el abandono de lo mejor.
¿Agorero? No más que Ananías, el cual interpelado por Dios sobre Saulo, lo primero que le respondió es que éste era perseguidor de cristianos. Nosotros no hemos recibido revelación divina sobre Lerma. Otros parece que sí, juzgando lo sucedido como bueno. Ni agorero, ni incontinente.
Tampoco partidarios del loquimini nobis placentia. Hasta ahora todo ha sido palabrería monotípica propia del léxico innovador. Y no son los llamados progresistas los que así se expresan, sino los neoconservadores.
¡Qué el Señor tenga misericordia de nosotros!
]]>La misma se podría sintetizar como nihil novum sub sole, es decir, más de lo mismo.
Más interesante resulta la entrevista imaginaria de Orisson, donde la ficción se confunde con la realidad de tal manera que ésta se disuelve en aquella o al revés.
El líder, por llamarlo de alguna manera, del partido del centro extremo deja en claro que llegado el punto, aceptaría todos las atrocidades cometidas por el PSOE en materia social, como puede ser la unión de homosexuales – que si cuenta con el aval del Constitucional no será recurrida -, o la ley del aborto – que reformará, pero no suprimirá -.
Mientras la Constitución no se reforme para que, haya división de poderes y los representantes puedan ser elegidos por el pueblo, para que así los católicos podamos tener nuestros representantes en el Parlamento, esto es lo que hay.
Entre tanto, quedémonos con la entrevista de Orisson, al menos allí el engaño es evidente.
]]>En fechas recientes, se celebró un concierto en la Catedral de Sevilla a favor de Cáritas Diocesana. El artista, Manuel Lombo, cantó junto a una de las concursantes del programa «Se llama copla», que emite Canal Sur TV, programa rancio, propio de otros tiempos, que tan bien sabe explotar el PSOE andaluz.
Manuel Lombo cantó precisamente en el Altar Mayor de la Catedral.
Sobre este tipo de actos benéficos, ni de los artistas que prestaron su colaboración no tengo nada que decir. Todo el mundo es consciente de la situación que está atravesando la nación y la labor fundamental que desarrolla Cáritas en la ayuda a los necesitados.
Lo que no entiendo, ni entenderé, es el porqué se orilla la Liturgia Tradicional y no se ha celebrado todavía en Sevilla una Misa con el Misal de Juan XXIII no ya en el Altar Mayor, sino en una de las muchas capillas que componen la Catedral de Santa María de la Sede.
La displicencia con la que los Obispos españoles están tratando el tema de la Liturgia es, por momentos, irritantes. Por un lado quieren acabar con los abusos, por otro no aplican el lenitivo adecuado para acabar con estos, como podría ser la Forma Extraordinaria. Han separado el Dogma de la Liturgia y no comprenden que las dos cosas van juntas: se reza como se cree y se cree como se reza.
En España el tema de la Misa se ha convertido en un tabú. Se prefiere un concierto en el Altar Mayor de una Catedral, a la Misa según la Forma Extraordinaria. En Sevilla, la misma que celebraron el padre Torres Padilla, el padre Tarín, el Beato Marcelo Spínola y a la que asistía Santa Ángela de la Cruz.
¡Qué el Señor tenga piedad de nosotros!
]]>Katejón es la palabra que usa el apóstol de los gentiles para designar el obstáculo que detiene la venida del Anticristo. Los Santos Padres interpretaron dicho obstáculo como el Imperio Romano. San Agustín, por poner un ejemplo. Los doctores escolásticos igualmente interpretaron que el impedimento no era otro que el Imperio Romano. Santo Tomás de Aquino, por poner otro ejemplo.
El Imperio pasó, pero la fórmula katejon = Roma, no. El hoy Beato Newman así lo afirmaba. Según Newman, el poder del Imperio Romano llegaba hasta los días de su existencia. Efectivamente, como muestra el autor del artículo, se puede trazar un arco que tenga el Imperio Romano en un extremo y al Sacro Imperio por otro. Pero éste acabó tras la Primera Guerra Mundial, con la entrega de la corona por Carlos I de Habsburgo a los vencedores.
¿Entonces?
Es aquí cuando llega lo más interesante, porque se transfiere el objeto en el que recae la profecía, de Imperio Romano – físico a Imperio Romano – instituciones. De esta manera, la supervivencia del Imperio se podría ver en temas como la sacralidad de la vida, la monogamia, la procreación natural, la soberanía y la jerarquía religiosa.
El autor recorre cada uno de los puntos de manera somera. No hay que perderse en cuestiones de fechas, sino en lo general. Según el informe de Foreign Policy en el futuro – el informe habla del 2.035 – «sólo un puñado de fundamentalistas religiosos seguirá defendiendo que toda vida humana es sacrosanta desde la concepción hasta la muerte». Podemos decir que hoy en día, el aborto está socialmente aceptado y normalizado – por desgracia -. El tema de la utilización de embriones humanos como cobayas en temas de investigación genética es un tema en el que los gobiernos han empezado a legislar. Los niños medicamentos no son personajes de ficción.
Igualmente podemos hablar de un mejoramiento de la raza gracias a las técnicas abortistas, que eliminan a los subnormales.
¿Qué falta entonces? La eutanasia, que se encuentra a las puertas. En Holanda y Bélgica ya está instalado, en otras naciones, como España, el debate está lanzado.
Si nos trasladamos al campo del matrimonio, el divorcio hoy es un presupuesto fundamental en nuestras sociedades. Y las uniones de homosexuales son hechos. Es más, en Suiza se han adelantado con la aprobación de una ley de uniones incestuosas. Es la moral puesta patas arriba. En este punto, podríamos decir que el artículo se ha quedado antiguo.
Respecto a la cuestión de la procreación natural, podemos decir que se ha deslindado del matrimonio y de las relaciones sexuales. Hoy en día, es posible tener hijos sin mantener relaciones sexuales. Eso, claro está, el que los tenga, porque los países como España presentan graves defectos en su pirámide poblacional, de manera que dentro de no mucho tiempo habrá una gran masa de viejos.
Aborto – procreación – eutanasia: los tres pilares de control de la masa.
Siguiendo la línea por el autor vayamos por la soberanía. El informe Foreing Police habla de nuevas formas de soberanía, donde los estados nacionales compartirán su soberanía con otras entidades, que puede ir desde empresas, Bancos, ONG hasta grupos terroristas o carteles de la droga. Como refleja el autor:
El gobierno real estará en manos de una sinarquía capaz de controlar las decisiones planetarias. Ya en la actualidad vemos como los gobiernos aceptan las decisiones de la Organización Mundial del Comercio o de la Comunidad Económica Europea, porque, en conjunto, les beneficia un orden comercial internacional que esté regulado , aunque una norma concreta afecte al derecho de proteger a las industrias nacionales.
Por último la Iglesia. El dossier preconiza la desaparición de la Jerarquía eclesiástica en no mucho tiempo.
Decir que la Iglesia se encuentra en crisis, no es más que reflejar lo que ya han hecho los Papas Paulo VI, Juan Pablo II y Benedicto XVI. Tan cierto como que la Iglesia es indefectible. Hasta que llegue la Parusía. Lo que no sabemos cuál será el estado entonces de la Iglesia. Como escribe el autor del artículo, Nuestro Señor se expresó en unos términos no muy halagüeños, como cuando habla del pequeño rebaño o se pregunta si encontrará fe cuando Él vuelva.
Extremismos integristas, «episcopolatrías», «papolatrías» e «Iglesia lenificada», Iglesia dedicada a la beneficiencia, olvido de lo sobrenatural y la eternidad son algunos de los términos con las que Rubén A. Peretó analiza la situación actual de la Iglesia. Yo me quedo con este párrafo, que explica el cambio producido en el discurso de ciertos hombres de Iglesia:
Vale la pena detenerse a analizar un poco más la profundidad de este cambio.
En el anuncio existe un término a quo, quien anuncia, y un término ad quem, quien es
anunciado. Dios que anuncia, y el hombre que se deja anunciar por Dios. Dios que
desciende al hombre y lo diviniza. Dios que se hace hombre para hacer al hombre
semejante a Dios. El diálogo en cambio, implica dos términos iguales, donde el
principio de la acción es compartido. Entonces, no es ya Dios que desciende al
hombre por medio de la Iglesia y lo diviniza, sino el hombre que asciende a Dios para
ser divinizado. La acción pertenece al hombre, quien pasa de la actitud pasiva y
contemplativa de ser divinizado, a la actitud activa de divinizarse.Y de este modo, entonces, el lenguaje apropiado para este diálogo continuo
con el mundo es el de la sociología, pues el mundo ya no comprende o no acepta el
lenguaje que habla de lo sobrenatural o que habla de eternidad.
En definitiva, la perspectiva que la Iglesia católica desarrolló en las últimas
décadas indica que, si no se producen los ajustes necesarios, terminará por disolverse
en los ámbitos organizacionales propios de la temporalidad y, de ese modo, la
predicción del dossier que comentamos se cumpliría cabalmente.
Reitero lo dicho al principio: el artículo es sumamente interesante.
¿Ha sido removido el katejon? Ahora les toca a ustedes y, como dice mi compañero Bruno, quid vobis videtur?
]]>Y es que todo empieza con un fervorín. Estando tan faltos de vocaciones, es en cierta manera normal que un monasterio que se llene de monjas jóvenes, quede absorbido por el fenómeno en sí, acogotando en cierta manera las potencias naturales intelectivas que nos haga diferenciar el grano de la paja. Esta riada de vocaciones se le conoce con el nombre del «milagro de Lerma».
Sin embargo, me cuesta realmente creer que esto sea de verdad un milagro.
Uno, que no es efebólatra, sigue pensando que la juventud es una enfermedad que se cura con el tiempo. La sociedad que nos ha tocado vivir no es desde luego la más favorable para el nacimiento de las vocaciones religiosas. Pero lo cierto y verdad, es que la vocación la da Dios; como tan cierto y verdad es que los tiempos que corren, por una parte, retrasan la madurez mental , mientras que por otro lado, aceleran la preparación al uso de los genitales. Un contrasentido, que no por ello deja de ser real.
Las muchachas de 19 años de hoy no son las de la época de nuestras abuelas. Con esa edad una mujer llevaba adelante una familia. Hoy no. Por eso, este entusiasmo ante la marea de vocaciones juveniles, hay que tomarlo con cierta cautela. Hay que discernir bien la vocación para que después no lleguen los arrepentimientos, las frustraciones y lo que puede ser pero, los resentimientos contra la Iglesia. Por ello, ni la juventud ni el número son buenas razones para tomar decisiones.
¿Y a cuento de qué vienen estos razonamientos? Muy sencillo. Si el discernimiento de la vocación fuera tan claro, tan limpio, tan diáfano y distinto, en definitiva, ¿cómo es posible que un monasterio cambie a capón de carisma? Si las noticias son ciertas y resulta que las hermanas se van a dedicar a la evangelización, ¿cómo será esto posible si son contemplativas? Si resulta que es porque van a cambiar la clausura por la vida activa, entonces ¿qué regla profesaron?
Sinceramente, cada día entiendo menos las cosas, pero se me hace muy difícil comprender cómo se puede trocar una vocación de golpe.
Por otra parte entiendo a la Santa Sede: si resulta que las monjas de Lerma no son ya clarisas, pues cambiémoslo, si es bueno o no, Dios dirá. Ahora bien, también cabe preguntarse por las clarisas del convento que no quieran pasar a Iesu Communio. ¿Qué pasará con ellas? ¿Las trasladarán a otros conventos?
Todo es posible. Hasta mutar la vocación.
Yo lo único que espero y deseo que por el bien de la Iglesia, todo acabe bien y que no sea un mero entusiasmo que cuando se agote, haya que volver a avivar con una nueva fogosidad.
¡Qué el Señor tenga misericordia de nosotros!
]]>Una película recomendable siempre. Actualidad. Para el mundo la presencia de un católico es insoportable. ¿Por qué? Porque como lee al inicio del Evangelio de San Juan, Evangelio que se lee siempre, al final, en la Misa según la Forma Extraordinaria:
La Palabra era la luz verdadera que ilumina a todo hombre que viene a este mundo. En el mundo estaba, y el mundo fue hecho por ella, y el mundo no la conoció. Vino a su casa, y los suyos no la recibieron. Pero a todos los que la recibieron les dio poder de hacerse hijos de Dios, a los que creen en su nombre
El poder de los hijos de Dios.
Sin embargo, el mundo se aprovecha de la debilidad de nuestra naturaleza y buscamos componendas con él, trapicheamos, contemporizamos, poniendo en almoneda la fe, lo más precioso que tenemos.
Falta santidad.
¿Para qué queremos ganar el mundo si perdemos nuestra alma?
Pero claro si es por Gales….
Santo Tomás Moro, ¡ruega por nosotros!
]]>TODO EL MUNDO EN GENERAL
A VOCES REINA ESCOGIDA
DIGA QUE SOIS CONCEBIDA
SIN PECADO ORIGINAL
]]>Bendita sea tu pureza
y eternamente lo sea,
pues todo un Dios se recrea
en tran graciosa belleza.
A ti, celestial princesa,
Virgen sagrada María,
te ofrezco desde este día
alma, vida y corazón.
¡Mírame con compasión!
¡No me dejes, madre mía!
Yunus, el banquero bengalí inventor de los microcréditos, el mesías anunciado por los profetas del mundo, que anunciaban una nueva época para los pobres, la panacea contra la pobreza y lo de más aquí y lo de más allá, y esto y lo otro, ha sido desenmascarado.
Y es que los ídolos que el mundo erigen, duran lo que el mundo les permite. Los encumbran a premio Nobel - de la Paz - para posteriormente, hundirlos en el barro.
Humo, viento, nada.
Les pego un artículo interesantísimo publicado por el blog de la Liga Distributista - gentileza del Coronel Kurz -, sobre el caso. No se pierdan el final: es de película de terror.
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Yunus desenmascarado
Reproducimos el siguiente artículo de Il Foglio sobre lo acontecido con Mohammed Yunus, fundador del Grameen Bank, por el que ganó el Premio Noble hace unos años.
No sabemos cómo son las cosas en realidad (puede ser todo verdadero, pero da para pensar que cuando uno hace algo así a alguien se le puede ocurrir hacerte quedar muy mal y mandar todo a la papelera), y hace un tiempo publicamos un artículo de Asia News [N. del T.: agencia de noticias del Pontificio Instituto de las Misiones Orientales; en inglés, en italiano] que señalaba la perplejidad frente a algunos efectos no deseados del llamado microcrédito.
El juicio que podemos hacer (bajo la mejor óptica distributista chestertoniana) es que los católicos somos los padres de instituciones nobilísimas y utilísimas que ayudaron al pueblo a mantener en pie un sistema que, con sus imperfecciones y dificultades, anduvo bien al menos hasta la llamada Unificación de Italia [N. del T.: 1870]: los Montes de Piedad y los Montes Frumentarios [N. del T.: financiaban la agricultura], inventados por San Bernardino de Siena, difundidos y dotados de estatutos por Santiago de las Marcas y el beato Bernardino de Feltre.
Corresponde hacer una reflexión sobre el tema (y existe quien lo está haciendo) sin caer en el fatalismo del cual “hoy hay tanto en el sistema bancario”. Tal vez, el sistema bancario actual es el problema (no sé si es suficiente con la crisis en que está metido el mundo desde 2008 o si necesitamos un tsunami para entender…). Cabe señalar que el Reino de Italia [N. del T.: 1870-1945] se apresuró, en los primeros cinco a diez años de existencia, a emitir algunas disposiciones para eliminar definitivamente los últimos vestigios de aquellas valerosas instituciones.
Hay que recordar que cientos e incluso miles de sacerdotes y laicos católicos están entre los fundadores de instituciones como las viejas Cajas Rurales (ahora también reabsorbidas en el “sistema bancario”, por cuanto muchos bancos son ahora portadores de estas antiguas instancias).
Pueden encontrarse algunas noticias sobre los Montes de Piedad aquí.
Sobre el Distributismo, puede leerse a Hilaire Belloc, El Estado Servil. Algunos editores están preparando textos de naturaleza distributista de Chesterton.
—L’Uomo Vivo, blog Della Società Chestertoniana Italiana, 3/XII/2010.
Yunus, el banquero bueno que obtuvo el Nobel, se revela ahora como un villano.
Ironía del destino es que desde Noruega, donde fue gratificado en 2006 con el Nobel de la Paz, vengan noticias sobre serios problemas que involucran al septuagenario bengalés Muhammad Yunus, el “banquero de los pobres”, el inventor del microcrédito santificado por un Occidente con perpetuo sentimiento de culpa, el hombre que hace más de treinta años prometió: “Un día nuestros nietos irán a los museos para ver qué era la pobreza”.
Antes de visitar los museos, nuestros nietos han podido ver en nuestro tiempo una investigación televisiva del periodista danés Tom Heinemann, emitido el martes pasado en Noruega e intitulada “Atrapado en el microcrédito”. En el documental, Yunus es acusado de haber usado para fines distintos a los inicialmente previstos buena parte de una donación recibida por su banco de pobres, equivalente a 74,5 millones de euros y concedidos entre 1996 y 1998 por países como Noruega, Suecia, Holanda y Alemania. En vez de quedar en el Grameen Bank para financiar acciones de microcrédito, una cifra igual a 47 millones de euros pasó por allí brevemente, antes de terminar en la caja de Grameen Kalyan, otra sociedad propiedad de Yunus e que se ocupa de “microseguros” de salud.
Frente a las denuncias oficiales del embajador noruego en Dhaka, así como de la Agencia Noruega de Cooperación para el Desarrollo y del Ministro de Finanzas de Bangladesh, Yunus dijo que la operación tuvo motivos fiscales y restituyó 17,6 millones de libras (unos 20 millones de euros) al Grameen Bank. La historia, sin embargo, conserva aspectos oscuros, y el mismo banco, después de la emisión del documental noruego, ha anunciado una explicación completa “lo antes posible”.
Se evapora así, sin gloria, la aureola milagrosa entorno al sistema entero del microcrédito, ahora acusado desde muchos frentes—también de él habló ayer el Financial Times, con toda una página intitulada “Pequeño préstamo, gran problema”—por parecerse a una forma organizada de usura bajo el velo de la corrección política. Ahora “transformadas en un negocio global que vincula las finanzas internacionales con algunas de las comunidades más pobres del mundo”, como dice el FT, las microfinanzas se basan en tasas de interés que llegan al 30%. Tasas usurarias, justificadas por el hecho de que sólo así es posible prestar dinero a personas que, debido a su indigencia, no serían atendidas por un banco normal. Un “sistema de explotación de seres humanos, cruel como el nazismo y basado únicamente en criterios de rentabilidad”, acusa el activista de derechos humanos indio Lenin Raghunvashi, con agentes remunerados en función del número de clientes y de la tasa de recaudación, e incitados a impulsar los préstamos, primero, y a forzar la devolución con cualquier medio, después.
El resultado es que, en los últimos dos meses, unos cincuenta suicidios en las zonas más pobres de la India están con toda seguridad vinculados a la práctica de los pequeños préstamos sin garantía. Los mismos agentes encargados de recaudar los pagos semanales llegaron a sugerir el suicidio a los insolventes para cobrar la indemnización del fondo de protección que interviene en caso de muerte del deudor. Las Naciones Unidas no dejaron pasar la ocasión (¿y cómo podrían?) de declarar 2005 como el “Año del Microcrédito”. Sólo cinco años después, el “benefactor” está desnudo.
En la fotografía, reunión de deudoras de microcréditos.
Una de las bases del método Yunus de microfinanzas es hacer negocio sólo con mujeres madres de familia. Esto es porque el ex-Premio Nobel considera que son mejores administradores y pagadores que los hombres; además, off the record, debido a que las mujeres, al contar con una familia e hijos, son más fáciles de ubicar para ir a cobrarles.
Adicionalmente, Yunus “facilita", para poder acceder a un préstamo, métodos anticonceptivos para estas mismas señoras. Aunque supuestamente no se trata de una condición previa, muchas de estas mujeres de escasa cultura, consideran que, si no se someten al implante de un anticonceptivo, no se les dará el dinero que tan desesperadamente necesitan.Desde 2005 hasta la fecha, además de Grameen, existen en la Argentina e Hispanoamérica numerosas instituciones (incluso católicas) que funcionan con el “método Yunus".
[Fotografía: Bloomberg, tomada del artículo del Financial Times citado.]
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Todo esto me recuerda a las palabras de Nuestro Señor:
4 Él les respondió: “Tengan cuidado de que no los engañen, 5 porque muchos se presentarán en mi Nombre, diciendo: “Yo soy el Mesías", y engañarán a mucha gente (Mat 24, 4-5).
¡Qué el Señor tenga misericordia de nosotros!
Los que otros dicen: Ex Orbe.
]]>La situación es escalofriante.
Una de las medidas que ha adoptado el gobierno es eliminar la ayuda de los 426 euros a los parados de larga duración. Yo me pregunto qué será de aquellas familias que se encuentran en la indigencia, arruinadas, esas familias que los economistas desconocen, pero a las que en Cáritas se les pone nombres y apellidos. Claro, hay que reducir déficit, etc. Pero, ¿y el déficit moral?
Este fenómeno de lisis – no crisis – no tiene causas económicas. Lo material es importante sí, pero la política es la que rige la economía. Y sobre la política se encuentra la moral: éste es el verdadero problema de las sociedades liberales.
El gobierno de Aznar atajó el problema material – y le damos las gracias por ello -, pero olvidó el verdadero problema, el moral.
Todo no puede quedar al libre juego de la concurrencia. El Papa Pío XI, para escándalo de unos y otros, escribió lo siguiente en la Encíclica Quadragesimo Anno:
88. Queda por tratar otro punto estrechamente unido con el anterior. Igual que la unidad del cuerpo social no puede basarse en la lucha de “clases", tampoco el recto orden económico puede dejarse a la libre concurrencia de las fuerzas.
Pues de este principio, como de una fuente envenenada, han manado todos los errores de la economía “individualista", que, suprimiendo, por olvido o por ignorancia, el carácter social y moral de la economía, estimó que ésta debía ser considerada y tratada como totalmente independiente de la autoridad del Estado, ya que tenía su principio regulador en el mercado o libre concurrencia de los competidores, y por el cual podría regirse mucho mejor que por la intervención de cualquier entendimiento creado.
Mas la libre concurrencia, aun cuando dentro de ciertos límites es justa e indudablemente beneficiosa, no puede en modo alguno regir la economía, como quedó demostrado hasta la saciedad por la experiencia, una vez que entraron en juego los principios del funesto individualismo.
Es de todo punto necesario, por consiguiente, que la economía se atenga y someta de nuevo a un verdadero y eficaz principio rector. Y mucho menos aún pueda desempeñar esta función la dictadura económica, que hace poco ha sustituido a la libre concurrencia, pues tratándose de una fuerza impetuosa y de una enorme potencia, para ser provechosa a los hombres tiene que ser frenada poderosamente y regirse con gran sabiduría, y no puede ni frenarse ni regirse por sí misma.
Por tanto, han de buscarse principios más elevados y más nobles, que regulen severa e íntegramente a dicha dictadura, es decir, la justicia social y la caridad social. Por ello conviene que las instituciones públicas y toda la vida social estén imbuidas de esa justicia, y sobre todo es necesario que sea suficiente, esto es, que constituya un orden social y jurídico, con que quede como informada toda la economía.
Y la caridad social debe ser como el alma de dicho orden, a cuya eficaz tutela y defensa deberá atender solícitamente la autoridad pública, a lo que podrá dedicarse con mucha mayor facilidad si se descarga de esos cometidos que, como antes dijimos, no son de su incumbencia.
La ley de la oferta y la demanda es mitología. Los cambios están sujetos a las leyes morales porque son dos personas las que intercambian, no dos ideas. Como bien escribe Leonardo Castellani, «la economía política no puede ser llevada «científicamente» sino a la luz de los principios morales, o sea de la esencia misma de la especie humana».
Y eso es lo que falla en España. Nuestra sociedad está patas arriba. Es macabro que los ídolos en España sean mozalbetes que ganan un dineral y cuyo único oficio sea darle patadas a un balón. Irresponsables en la escala social. No es de sentido común que en España los albañiles hayan ganado más que los ingenieros. Y que haya una masa tan grande de universitarios, aspirantes a un título que no les valdrá para nada.
Aborto, hipersexualismo, divorcio, educación pauperizada, falta de autoridad, individualismo exacerbado y así hasta completar una larga lista de destrozos realizados en el cuerpo de la moral, individual y social, efectos de un liberalismo, de uno y otro sentido, aplicado en forma de ingeniería social.
¿Hemos llegado al colapso? Espero que no. Pero se me hace muy difícil imaginar cómo será la situación el año que viene con una masa de parados crecientes, y de familias que no lleguen al mínimo de subsistencia. Tampoco se otea en el horizonte un gobernante capaz de llevar las riendas de la nave, al menos en la forma que necesita.
Recauchutadores sí. Políticos no.
]]>Desconozco qué pinta el Arzosbispo Monseñor José Alberto Moura, pronunciando un discurso en la Logia Masónica Dios y Libertad, en el estado de Minas Gerais, en Brasil.
Según dice uno de los masones:
las dos instituciones tienen muchas cosas en común, especialmente el compromiso con una sociedad justa y siempre buscando mejorar la vida de la comunidad
Tremendo.
Por otra parte, ¿se ha abolido la enseñanza del Magisterio sobre la Masonería? Por ejemplo:
Deplorando Nos estos males, la caridad nos urge y obliga a clamar repetidamente a Dios: «Mira que bravean tus enemigos y yerguen la cabeza los que te aborrecen. Tienden asechanzas a tu pueblo y se conjuran contra tus protegidos. Dicen: ‘Ea, borrémoslos del número de las naciones’».
Ante un peligro tan inminente, en medio de una guerra tan despiadada y tenaz contra el cristianismo, es nuestro deber señalar este peligro, descubrir a los adversarios, resistir en lo posible su tácticas y propósitos, para que no perezcan eternamente aquellos cuya salvación nos está confiada, y para que no sólo permanezca firme y entero el reino de Jesucristo, cuya defensa Nos hemos tomado, sino que se dilate todavía con nuevos argumentos por todo el orbe.
Nuestros antecesores los Romanos Pontífices, velando solícitamente por la salvación del pueblo cristiano, conocieron la personalidad y las intenciones de este capital enemigo tan pronto como comenzó a salir de las tinieblas de su oculta conjuración. Los Romanos Pontífices, previendo el futuro, dieron la señal de alarma frente al peligro y advirtieron a los príncipes y a los pueblos para que no se dejaran sorprender por las artimañas y las asechanzas preparadas para engañarlos. EL Papa Clemente XII, en 1.738, fue el primero en indicar el peligro. Benedicto XIV confirmó y renovó la constitución del anterior pontífice. Pío VII siguió las huellas de ambos. Y León XII, incluyendo en su constitución apostólica Quo graviora toda la legislación dada en esta materia por los papas anteriores, la ratificó y confirmó para siempre. Pío VIII, Gregorio XVI y reiteradamente Pío IX hablaron en el mismo sentido.
En efecto, tan pronto como una serie de indicios manifiestos – instrucción de procesos, publicación de las leyes, ritos y anales masónicos, el testimonio personal de muchos masones – evidenciaron la naturaleza y los propósitos de la masonería, esta Sede Apostólica denunció y proclamó abiertamente que la masonería, constituida contra todo derecho divino y humano, era tan perniciosa para el Estado como para la religión cristiana. Y amenazando con las penas más graves que suele emplear la Iglesia contra los delincuentes, prohibió terminantemente a todos inscribirse en esta sociedad.
Humanum Genus, 1 - 4. León XIII.
Afirmación reforzada por otros argumentos clarísimos que ponen de manifiesto esta contradicción de la masonería con la moral natural. Porque por muy grande que esa la astucia de los hombres para ocultarse, por muy excesiva que sea su costumbre de mentir, es imposible que no aparezca de algún modo en los efectos la naturaleza de la causa. «No puede árbol bueno dar malos frutos, ni árbol malo dar frutos buenos». Los frutos de la masonería son frutos venenosos y llenos de amargura. Porque de los certísimos indicios que antes hemos mencionado, brota el último y principal de los intentos masónicos; a saber: la destrucción radical de todo el orden religioso y civil establecido por el cristianismo y la creación, a su arbitrio, de otro orden nuevo con fundamentos y leyes tomados de la entraña misma del naturalismo.
Humanum Genus, 8. León XIII.
A vosotros, venerables hermanos, os pedimos y rogamos con la mayor insistencia que, uniendo vuestros esfuerzos a los nuestros, procuréis con ahínco extirpar este inmundo contagio que va penetrando en todas las venas de la sociedad. Debéis defender la gloria de Dis y la salvación de los prójimos. SI miráis a estos fines en el combate, no ha de faltaros el valor ni la fortaleza. Vuestra prudencia os dictará el modo y los medios mejores de vencer los obstáculos y las dificultades que se levantarán. – Pero como es propio de la autoridad de nuestro ministerio que Nos indiquemos algunos medios más adecuados para la labor referida, quede bien claro que lo primero que debéis procurar es arrancar a los masones u máscara, para que sea conocido de todos su verdadero rostro; y que los pueblos aprendan por medio de vuestros sermones y pastorales, escritas con este fin, las arteras maniobras de estas sociedades en el halago y en la seducción, la maldad de sus teorías y la inmoralidad de su acción. Que nadie que estime en lo que debe su profesión de católico y su salvación personal, juzgue serle lícito por ninguna causa inscribirse en la masonería, prohibición confirmada repetidas veces por nuestros antecesores. Que nadie sea engañado por una moralidad fingida. Pueden, en efecto, pensar algunos que nada piden los masones abiertamente contrario a la religión y a la sana moral. Sin embargo, como toda la razón de ser de la masonería se basa en el vicio y en la maldad, la consecuencia necesaria es la ilicitud de toda unión con los masones y de toda ayuda prestada a éstos de cualquier modo.
Humanum Genus, 22. León XIII.
(…) Y en esta conducta perniciosa y desleal va delante de todos los demás una secta tenebrosa, que la sociedad arrastra a su lado desde hace muchos años, como una enfermedad mortal que contamina la salud, la fecundidad y la vida de la sociedad. Personificación permanente de la revolución, constituye una especie de sociedad al revés, cuya finalidad es un predominio oculto sobre la sociedad reconocida, y cuya razón de ser consiste en la guerra a Dios y a su Iglesia. No será necesario ni siquiera nombrarla, pues todos ven en estos datos la masonería, de la cual hemos hablado particularmente en nuestra encíclica Humanum genus, de 20 de abril de 1.884, denunciando sus maléficas tendencias, sus falsas doctrinas, sus obras nefastas.
Annum Ingressi, 26. León XIII
Por tanto, no ha cambiado el juicio negativo de la Iglesia respecto de las asociaciones masónicas, porque sus principios siempre han sido considerados inconciliables con la doctrina de la Iglesia; en consecuencia, la afiliación a las mismas sigue prohibida por la Iglesia. Los fieles que pertenezcan a asociaciones masónicas se hallan en estado de pecado grave y no pueden acercarse a la santa comunión.
Declaración sobre la Masonería, Congregación para la Doctrina de la Fe 26/11/1.983
Cuando un fiel vea las fotos en las que su Arzobispo recibe una placa de los masones, a lo mejor piensa que eso de la masonería no es tan malo. Perdonen la ironía, pero maldita sea la gracia que tiene el asunto. Todo esto es dantesco.
El Arzobispo confundiendo a los fieles. ¿A alguien le preocupa la salvación de las almas?
¡Señor ven pronto!
Fuente católica: Fidei Depositum
Fuente masónica: AMI
El pasado domingo, el diaro ABC publicó un artículo de Andrés Ollero Tassara, Catedrático de Filosofía del Derecho, donde salía al quite de unas declaraciones realizadas por Hans Küng que se congratulaba por las palabras del Papa en torno al preservativo en el libro – entrevista Luz del Mundo. El articulista citaba a Kúng, que había escrito lo siguiente:
Es elogiable que el Papa se atreva a apartarse de la línea que hasta ahora ha sido la oficial. De hecho, se trata simplemente de la admisión de que esta enseñanza no se puede sostener. (Hans Küng al diario alemán Süddeutsche Zeitung)
Con este excursus, el profesor Orello se apresta para lidiar este toro. Pero antes de entrar en lo magro del artículo, me gustaría hacer un par de apreciaciones. La primera, es que con este tipo de respuestas, se da carta de naturaleza a un magisterio paralelo (Ludovicus dixit), diferenciado del verdadero pero que llega con más fuerza, en magnitud y amplitud, a la masa y donde los medios de comunicación se erigen en heraldos y exégetas a la vez del pensamiento pontificio. La segunda es que vivimos en una inflación del dogma de la infalibilidad papal, de manera que se ha generado una necesidad – neurasténica diría yo – de justificar todas las acciones y palabras del Romano Pontífice. ¿Qué valor doctrinal tiene lo expresado por el Papa en una entrevista? Ninguno, sin embargo todos se aprestan a combatir, cual dogma de fe. Espero que el Papa nunca diga a qué equipo de fútbol pertenece, si es que le gusta el balompié. Porque si sus colores no son los del Sevilla, entonces según esta neo apologética, me convertiría de facto en un cismático, o lo que es peor, un hereje. O sea.
Bromas aparte, y como ya expresé en un artículo anterior, las palabras del Papa han provocado que lo oculto haya emergido a la superficie, esto es la disolución del dogma católico y el desvarío de la doctrina moral. En el caso que nos ocupa, el Catedrático de Filosofía del Derecho en la Universidad Rey Juan Carlos I, mantiene la siguiente tesis sobre las palabras del Papa:
Para Küng, por ejemplo, el Papa habría «justificado» en algún caso el decisivo adminículo; (…). En realidad el recurso al cotizado guante de latex es en la práctica irrelevante en toda relación extramatrimonial, si de la moral que la jerarquía católica invita a asumir se trata. Como es bien sabido, salvo por algún despistado japonés, todas las relaciones sexuales ajenas al matrimonio son por ella consideradas sin excepción inmorales. Lo que el libro ejemplifica es un caso de prostitución; resulta arriesgado identificarlo con el matrimonio, salvo que los defensores de «nuevos derechos» decidan el día menos pensado lo contrario. Sólo dentro del matrimonio, al desvincular el aludido complemento la comunión personal propia del acto conyugal y su apertura a la vida, se incurriría en una vulneración moral. Discutir sobre si es mejor o peor que en el marco del comercio sexual se recurra al preservativo es, en términos morales, tan bizantino como discutir si quitarse a alguien de en medio a martillazos es más o menos inmoral que hacerlo blandiendo un cuchillo jamonero
La analogía que establece el Catedrático con el homicidio, resulta fallida, desde el punto y hora que el uso del preservativo cambia la especie de lujuria, es decir, expresa una esencia completa común a un grupo de individuos, pero distinta de otros grupo. De ahí que resulte llamativo considerar irrelevante el uso del condón fuera del matrimonio, ya que al fin y a la postre, fuera del matrimonio todo es inmoral.
La lujuria es un pecado capital. Puede ser consumada o no consumada y, dentro de la consumada, según la naturaleza o contra la naturaleza, así como interna o externa, la no consumada. La masturbación no es lo mismo que los pensamientos impuros, y la simple fornicación no es lo mismo que la fornicación onanística, ya que la segunda modifica la especie de pecado, de suyo más grave que la simple fornicación. ¿Por qué es más grave? Porque, como escribe el padre Antonio Royo Marín, «envuelve mayor deformidad y subversión del recto orden natural». Igualmente existe un orden de gravedad en las cuatro especies de lujuria contra la naturaleza. De menor a mayor gravedad, resultaría: polución, onanismo, sodomía y bestialidad.
El problema, en definitiva, es metafísico.
Nunca unas pocas palabras desataron tanta locura.
¡Señor ten misericordia de nosotros!
]]>El alma – [1] «Señor, ayúdame en la tribulación, porque es vana la salud del hombre» (Sal 59,12).
¿Cuántas veces no hallé fidelidad donde pensé que la había? ¿Cuántas veces también la hallé donde menos lo pensaba?
Por eso es vana la esperanza en los hombres; mas la salud de los justos está en ti, ¡oh Dios!
Bendito seas, Señor, Dios mío, en todas las cosas que nos suceden.
Flacos somos y mudables; presto somos engañados, y nos mudamos.
[2] ¿Qué hombre hay que se pueda guardar con tanta cautela y discreción en todo, que alguna vez no caiga en algún engaño o perplejidad?
Mas el que confía en ti, Señor, y te busca con sencillo corazón, no resbala tan fácilmente.
Y si cayere en alguna tribulación, de cualquier manera que estuviere en ella enlazado, pronto será librado por ti, o consolado; porque no desamparas para siempre al que en ti espera.
Raro es el fiel amigo que persevera en todos los trabajos de su amigo.
Tú, Señor, tu solo eres fidelísimo en todo, y fuera de ti no hay otro semejante.
Tomás de Kempis, La Imitación de Cristo; capítulo 45. Ed. San Pablo.
]]>Protégeme como a la niña de tus ojos
17:1 Oración de David.
Escucha, Señor, mi justa demanda,
atiende a mi clamor;
presta oído a mi plegaria,
porque en mis labios no hay falsedad.17:2 Tú me harás justicia,
porque tus ojos ven lo que es recto:17:3 si examinas mi corazón
y me visitas por las noches,
si me pruebas al fuego,
no encontrarás malicia en mí.
Mi boca no se excedió
17:4 ante los malos tratos de los hombres;
yo obedecí fielmente a tu palabra,17:5 y mis pies se mantuvieron firmes
en los caminos señalados:
¡mis pasos nunca se apartaron de tus huellas!17:6 Yo te invoco, Dios mío, porque tú me respondes:
inclina tu oído hacia mí y escucha mis palabras.17:7 Muestra las maravillas de tu gracia,
tú que salvas de los agresores
a los que buscan refugio a tu derecha.17:8 Protégeme como a la pupila de tus ojos;
escóndeme a la sombra de tus alas17:9 de los malvados que me acosan,
del enemigo mortal que me rodea.17:10 Se han encerrado en su obstinación,
hablan con arrogancia en los labios;17:11 sus pasos ya me tienen cercado,
se preparan para derribarme por tierra,17:12 como un león ávido de presa,
como un cachorro agazapado en su guarida.17:13 Levántate, Señor, enfréntalo, doblégalo;
líbrame de los malvados con tu espada,17:14 y con tu mano, Señor, sálvame de los hombres:
de los mortales que lo tienen todo en esta vida.
Llénales el vientre con tus riquezas;
que sus hijos también queden hartos
y dejen el resto para los más pequeños.17:15 Pero yo, por tu justicia, contemplaré tu rostro,
y al despertar, me saciaré de tu presencia.
Malos tiempos. Que el Señor se apiade de mí.
]]>1º.- Comprobar las consecuencias que tienen las declaraciones del Romano Pontífice, siendo necesario limitar sus intervenciones. Exponer el ministerio petrino a una entrevista, libro, etc, es muy peligroso. Aunque no esté de por medio la infabilidad, el Papa es el Papa siempre. Para un fiel, será difícil diferenciar las palabras del Papa en una entrevista de un acto magisterial. La fuerza perlocutiva de las palabras del Papa es tremenda. Los enemigos, avezados en los procesolosos quehaceres de la manipulación, tergiversarán sus palabras haciéndole decir lo que no dijo, o bien extrayendo consecuencias erróneas. Una entrevista no es el mejor medio para tratar asuntos complicados.
2º.- Mostrar la deformación doctrinal que padecen no sólo los fieles, sino incluso los clérigos que ocupan altos cargos dentro de la institución eclesial.El subsecretario del Pontificio Consejo para las Familias, es un ejemplo.
Carlos Simón ha realizado unas pasmosas declaraciones sobre el uso del preservativo que lo incapacitan para el puesto. Carlos Simón, entrevistado por La Razón se ha expresado en los siguientes términos:
El Papa ya dijo en aquel viaje que en la lucha contra el sida la estrategia de la Iglesia era la abstinencia, la fidelidad y el condón. Las dos primeras son formas de luchar contra el sida, como señala el Papa, en el contexto de la educación y la no trivialización de la sexualidad. Como última vía escapatoria está el preservativo, en casos donde las otras dos opciones no se han podido desarrollar.
Lo que dice este sacerdote es tremendo. Confunde y expande el error sobre la enseñanza de la Iglesia en materia de moral sexual. El preservativo no es la última escapatoria en la lucha contra el SIDA, no es un mal menor. Es más, siguiendo la enseñanza del Doctor Angélico, agrava el mal, ya que convierte la lujuria en un pecado contra la naturaleza.
Y a este error, suma el subsecreatio otro:
Una persona puede hacer uso del preservativo de forma responsable para no contagiar ni producir un mal que dañe a la vida. Las declaraciones entran dentro de la tradición de la teología moral de la Iglesia. Para ésta el acto sexual se entiende dentro del contexto de una relación conyugal. Ahí es donde se aplica la moralidad. Todo acto fuera del matrimonio la Iglesia lo rechaza como algo desordenadamente grave. Entramos, en un campo de la salud, se trata de un terreno donde hay un posible contagio
La fornicación onanística cambia la especie de pecado de la fornicación simple. El problema aquí es el abandono e ignorancia de la Metafísica y de la Lógica, dos disciplinas fundamentales para el estudio de la Moral y el razonar adecuadamente. Que un subsecretario muestre su ignorancia en estos asuntos nos indica hasta dónde ha llegado la infección que afecta a la Iglesia.
La fornicación onanística cambia la especie de pecado. La razón se encuentra (ver Suma Teológica II-II, 154,12) en que, el que peca contra la naturaleza, al violar el orden natural, injuria al ordenador de la naturaleza, esto es, a Dios. El orden natural procede de Dios. De ahí que Santo Tomás Aquino aplique al respecto, una cita del tercer libro de las Confesiones de San Agustín:
Los delitos contra la naturaleza son reprobables y punibles siempre y en todo lugar, como lo fueron los de los sodomitas. Aunque todos los hombres cometieran ese mal, seguiría pesando el mismo reato impuesto por la ley divina, que no hizo a los hombres para que obraran así, pues se viola la familiaridad que debemos tener con Dios, y a que se mancha, con la perversidad del placer, la naturaleza de la que El es autor.
Es increíble que todo un subsecretario de una Comisión Pontificia muestre una avariciosa ignorancia en los temas que son de su competencia.
Añade Santo Tomás que «Los vicios contra la naturaleza son también vicios contra Dios, según dijimos antes (ad 1). Y son tanto más graves que el sacrilegio cuanto el orden de la naturaleza es anterior y más estable que cualquier orden sobreañadido»
Además, en los pecados contra la naturaleza cabe la gradación. No es lo mismo el bestialismo que la masturbación. Santo Tomás lo explica magistralmente, cuando escribe
4. La gravedad de un pecado se mide más por el abuso de una cosa que por la omisión del uso debido. De ahí que, entre los pecados contra la naturaleza, sea la menos grave la inmundicia, que consiste únicamente en la omisión del coito con otra persona. El más grave de los pecados es la bestialidad, al no guardarse en él el modo de la especie humana. Por eso, al comentar el pasaje de Gén 37,2, acusó a sus hermanos de un crimen pésimo, dice la Glosa: tenían relaciones sexuales con el ganado. Viene a continuación el crimen sodomítico, en el que no se observa el sexo debido. Y después viene el pecado consistente en no guardar el debido modo de realizar el coito, más grave si no se realiza en el órgano propio de la generación que si hay algún desorden en cuanto a otros detalles relativos al modo de realizar el coito.
Las palabras del Papa han levantado la manta. La inmundicia ha aflorado.
Sancta Trinitas, unus Deus, miserere nobis!
]]>Al poco salía la nota del padre Federico Lombardi, que más que aclarar, oscurecía las palabras del Papa. Llegaba el Apocalipsis. El búnker de la moral sexual de la Iglesia se resquebrajaba.
Sin embargo, me gustaría analizar con sumo cuidado lo expresado por el Papa, comparándolo con un autor cuya calidad doctrinal, en su vida y obra, es irrefragable, un sacerdote que debería estar ya en los altares por el bien que ha hecho – y el uso del pretérito perfecto aquí no es una mera cuestión gramatical – a la Iglesia, me refiero al padre Antonio Royo Marín, O.P. Y una vez analizado, sacaré una serie de conclusiones al efecto.
Ante todo quiero decir que estamos ante un texto que es una entrevista escrita. La entrevista tiene siempre la apariencia de una discusión, donde el entrevistador, en este caso Seewald no es una persona a la que se quiera convencer a priori. El entrevistador es una especie de conductor, mientras que el entrevistado formaula una opinión argumentándola casualmente. Es importante tener esto en consideración porque la forma de organizar los argumentos en este tipo de textos es totalmente distinto a como se hace en un manual o un artículo.
Parto, además, de otra premisa y es la buena intención del Papa, es decir, interpretarlo de acuerdo al magisterio de la Iglesia y lo ya expresado por él mismo en distintas alocuciones y escritos. No porque el Papa no se pueda equivocar - no hablo de la infabilidad -, sino porque este tipo de textos periodísticos, son tan informales que se prestan a la confusión.
El texto en cuestión dice lo siguiente:
Concentrarse sólo en el profiláctico quiere decir banalizar la sexualidad, y esta banalización representa precisamente la peligrosa razón por la que tantas y tantas personas no ven más en la sexualidad la expresión de su amor sino sólo una suerte de droga, que se suministran a sí mismas. Por eso, también la lucha contra la banalización de la sexualidad es parte del gran esfuerzo para que la sexualidad sea valorada positivamente y puede ejercer su efecto positivo sobre el ser humano en su totalidad.
Puede haber casos singulares justificados, por ejemplo cuando una prostituta utiliza un profiláctico, y esto puede ser el primer paso hacia una moralización, un primer acto de responsabilidad para desarrollar de nuevo la conciencia del hecho de que no todo está permitido y que no se puede hacer todo lo que se quiere. Sin embargo, este no es el modo auténtico y propio para vencer las infecciones del HIV. Es realmente necesaria una humanización de la sexualidad.
Así, en crudo, no sólo se muestra la doctrina de una forma, digámoslo, borrosa, sino que puede haber incluso una contradicción aparente entre los dos párrafos: banalización de la sexualidad por un lado y uso responsable – por llamarlo de alguna manera – del preservativo en una relación donde el sexo es un producto que se compra /vende.
Quiero llamar la atención en la comparación que hace el Papa del sexo con la droga y las connotaciones que conlleva dicha analogía. La droga no sólo tiene un efecto sobre la razón, sino también respecto al elemento volitivo, ya que crean un hábito casi irresistible hacia ellas. Es una especie de dulce suicidio contra el que no pueden ni quieren reaccionar las víctimas de las drogas.
El padre Antonio Royo Marín, O.P., en su Teología moral para seglares, dice lo siguiente cuando habla de la lujuria consumada según la naturaleza:
572. 1 Noción. La simple fornicación es el acto venéreo completo tenido por mutuo consentimiento entre hombre y mujer solteros, no afectados por ningún vínculo familiar o religioso.
(…)
574. 3. Formas. Se distinguen tres formas principales de fonicación:
a) EL CONCUBINATO (…).
b) EL MERETRICIO, o fornicación con una mujer pública. De suyo no cambia la especie, a no ser que el fornicario esté ligado con algún vínculo (matrimonio, voto) que haga imposible la simple fornicación (por ser en él, forzosamente, adulterio o sacrilegio).
c) LA FORNICACIÓN ONANÍSTICA, es la que se realiza de modo que sea imposible la generación. Cambia la especie del pecado, tanto si se emplean medios artificiales (preservativos, etc.) como si es por simple retracción natural. En ambos casos se comete un pecado contra la naturaleza, de suyo mucho más grave que la simple fornicación natural. En la práctica, sin embargo, cabe menor malicia subjetiva en un pecador ignorante que cree que de esa manera peca menos o hace menos daño; pero ocurriría lo contrario – o sea, aumentaría la responsabilidad de su pecado – si lo hiciera para pecar tranquilamente, sin exponerse a las cargas económicas o sociales que pueden sobrevenir de su acto. Es menos culpable ante Dios el que peca aceptando las consecuencias humanas de su pecado que el que las rechaza cómodamente para pecar con mayor facilidad.
En este asunto es importante el razonamiento que hace el Doctor Angélico, que en la Suma Teológica (II-II, 154,12,), viene a decir que las formas antinaturales son siempre más graves que las naturales, no sólo absolutamente o de suyo, sino incluso teniendo en cuenta las restantes derivaciones.
Ahora bien, volviendo al asunto que nos ocupa, ¿qué tienen que ver los textos entre sí? Pienso que el Papa se refiere a un caso donde el pecador, ignorante, piensa que efectivamente, con el uso del preservativo hace menos daño.
En este caso, en la conciencia oscurecida del pecador - la conciencia, como se sabe, puede fallar, la sindéresis no - hay todavía un pequeño hueco donde pasa un rayo de luz que, le hace pensar todavía en el bien y el mal, es decir, todavía no está totalmente hundido en el fango y de ahí la Gracia le enseñe el camino que le haga salir del fango: no todo está perdido.
Realmente no estaríamos ante un uso justificado del preservativo, sino en un caso donde la persona, por ignorancia, piensa que así hace menos mal. Sé que la explicación es rebuscada, pero el cambio en el punto de vista nos abre una nueva perspectiva. En este caso, el Papa habla desde el lado del pecador, no desde la objetividad. No se justifica el uso del condón, en caso alguno.
Y ahora las conclusiones:
1º.- El Papa como hombre de su tiempo, adolece de los mismos defectos que los hombres de la Iglesia post – conciliar: hablar de todo en todos los medios, olvidando que él es el Papa desde que se levanta hasta que se acuesta y el peligro intrínseco que conllevan los medios de comunicación, especialmente si no se sabe manejar bien en estos asuntos.
2º.- El Papa ha cometido una imprudencia tocando esos temas tan difíciles y específicos en una entrevista. Hay una diferencia sustancial entre la forma en la que se expresa el padre Antonio Royo Marín, O.P., claro, límpido, propio de la escuela tomista y la manera en la que lo hace el Santo Padre, entre otras cosas porque el Papa no es tomista - cualquiera que se haya acercado a sus libros, verá que la forma de exponer los temas está alejado de la escolástica - y, por otra parte, los medios utilizados son distintos: el dominico escribe un manual de Teología Moral, dirigido a un público determinado, donde se pretende formar, usando un lenguaje técnico y riguroso, de maner científica, mientras que el Papa concede una entrevista, con las limitaciones que presentan este tipo de medios, y en la que se dirige a todo tipo de público, sin distinción, dando por supuesto unos mínimos que, además, hoy no se tienen. La divulgación contiene unos peligros inherentes que lo hacen poco apropiado a la exposición de ciertos asuntos teológicos.
3º.- En vista a lo anterior, el Papa en cuanto Papa, debería abstenerse de conceder entrevistas, escribir libros, etc., es decir, debería limitar sus intervenciones, porque aunque no sean actos magisteriales, como ocurre con el libro Jesús de Nazaret, sigue siendo el Vicario de Cristo en la tierra. Y para los fieles, es especialmente difícil distinguir las situaciones. El acto perlocutivo del Papa ha sido de una magnitud similar a la bomba de Hiroshima y Nagasaki. El desconcierto, la manipulación, han sido tremendas, ¿y todo por un libro? ¿Tan necesario era?
4º.- El director del LOR y el padre Federico Lombardi deberían dimitir inmediatamente. Los colaboradores del Papa en materia de comunicación son nefastos (¿nadie ha caído en la cuenta que ese párrafo necesitaba un excursus?). En este caso, Navarro Valls le daba veinte vueltas a los actuales. Es una vergüenza la nota emanada por Lombardi. La Iglesia es el Cuerpo Místico de Cristo, pero esto no es óbice para exigir profesionalidad en determinados puestos. No vale con pertenecer a cierta corporación, orden o instituto. No. Hay que ser verdaderamente bueno para lidiar en el mundo que nos ha tocado vivir.
5º.- La Iglesia se encuentra en verdadero estado de necesidad. No descubro nada nuevo. Ahora bien, las palabras del Papa han destapado el lamentable estado en el que se encuentra la Teología Moral incluso entre los supuestos expertos (mi vecino es un ejemplo. En otra época ahora mismo se encontraría bajo la férula de la Santa Inquisición) .
6º.- Por último es urgente la reforma de la ratio studiorum de los Seminarios. Volver al estudio de Santo Tomás es una necesidad perentoria. No porque en la Iglesia no quepan otras formas de hacer Teología. Tampoco porque sea la Teología eximia por excelencia, que lo es también, sino por una cuestión más básica y es que Santo Tomás es a la Teología lo que las Matemáticas a la Ingeniería. El Ingeniero no es matemático, pero las matemáticas le permiten una forma de modelar la realidad. El estudio del Aquinate estructura la mente de manera que se pueden abordar problemas teológicos de manera adecuada. Santo Tomás estructura las materias, ataca los problemas y deduce lógicamente de una forma clara, sencilla y nítida. No sé si me explico.
7º.- Y sobre todo, ¡qué el Señor tenga misericordia de nosotros!
]]>Todavía en España no se comprende el acto de gobierno del Papa, que ha dicho ¡hasta aquí llegó», el golpe en la mesa que ha dado en materia litúrgica. El Motu Proprio, no es otra cosa que poner negro sobre blanco lo que el otrora Cardenal Ratzinger había dicho por activa y por pasiva, es decir que la reforma litúrgica realizada en el año 1.969 era más un mecano que una renovación – profundización de la Liturgia de la Iglesia.
El giro litúrgico de 180 º que rompe con la tendencia anterior de Juan Pablo II, se palpa en cada una de las Misas celebradas por Benedicto XVI. A día de hoy, se comprueba en la recuperación de la forma piadosa de comulgar, donde la comunión en la mano es más un arqueologismo que una profundización en la forma de recibir al Señor, o en el uso del latín, que a día de hoy sigue siendo el idioma de la Iglesia, no lo olvidemos.
A pesar de las catequesis que el Papa ofrece continuamente, el impacto que han producido son mínimos, especialmente por la racanería con la que ha acogido el episcopado español. Es cuestión de darse una vuelta por las parroquias y comprobar, con tristeza, la manera en la que se administra y se recibe al Señor, la falta de reclinatorios o las mesas de altar que parecen haber sufrido los efectos de un huracán: ni la Cruz en el centro, ni los seis candeleros, tres a cada lado de la cruz. Así es.
Ciertamente los obispos quieren acabar con los abusos litúrgicos, no obstante para ellos la cuestión litúrgica es secundario - ¿cuánto tiempo van a tardar en cambiar el «pro multis»? –.
El pasado Domingo, Monseñor Asenjo dirigió unas palabras a los miembros de la Adoración Nocturna reunidos en la jornada de oración anual. El prelado mostraba su preocupación en recuperar el culto eucarístico, tan pauperizado. Ponía por ejemplo la rapidez con la que los fieles salen del templo al acabar la Misa, o los pocos que se arrodillan durante la consagración. Monseñor Asenjo tiene razón, pero esto nos lleva a preguntarnos si la celebración de la Misa con los libros litúrgicos del Beato Juan XXIII – un Papa tradicional en materia litúrgica, aunque nos quieran vender lo contrario – no produciría esta regeneración de la piedad eucarística y de la vida eclesial.
Cada vez más voces en la Iglesia se alzan denunciando lo que supuso el Novus Ordo en la Liturgia. Parafraseando al Cardenal Ratzinger, la destrucción de un edificio y la reconstrucción de uno nuevo aprovechando los materiales del antiguo. La metáfora no puede ser más ilustrativa.
España, sin embargo, es diferente.
Habrá que esperar una nueva hornada que no tenga la deformación de los actuales.
¡Qué el Señor tenga misericordia de nosotros!
]]>El primer misil a la línea de flotación de la destrucción de la moral social, fue la introducción del divorcio. El Estado, de golpe y porrazo, se erigía con autoridad para disolver un matrimonio religioso, al reconocer el matrimonio religioso como una forma de celebración del matrimonio.
Después vino la introducción de la pornografía a mansalva, los anticonceptivos y, finalmente, la despenalización del aborto en tres supuestos. Tras años de ingeniería social, finalmente, se pone negro sobre blanco lo que ya se estaba haciendo de facto, es decir, se reconoce el aborto como un derecho.
La cuestión ahora es otra, es la supresión de los orfanatos. Con el sometimiento de la especie al cálculo (métodos anticonceptivos y aborto) y al laboratorio (inseminación artificial, FIVET), junto con la disolución del matrimonio (divorcio y unión homosexual) y el vaciamiento/desleimiento de las figuras del padre y de la madre, la institución del orfanato ha perdido todo su sentido.
Es un problema de programación lineal: sabiendo el número de familias adoptantes – aquí el concepto de familia es cualquiera – y el número de niños a adoptar, distribuir los mismos de manera eficiente.
El Estado se ahorra unas perras y todos contentos, ¿cierto? No hablamos de moral - ¿es que las leyes las va a hacer el Papa? –, no hablamos de los niños, de sus derechos, si está bien o mal que los homosexuales adopten, si el aborto es bueno o mal, ni el divorcio, ¡esto ya ha sido decidido por el método democrático! Estamos hablando de la venida de un cielo nuevo y de una tierra nueva. El mundo feliz de los políticos. Porque todos los grupos están de acuerdo en el que hay que derribar la moral social.
La supresión de la institución del orfanato no ha llegado por la aplicación del bien común, al cual el político debe servir, por crear condiciones para que los hombres y mujeres se puedan casar, recibiendo los hijos como un don, en una sociedad donde el aborto sea un delito y el divorcio no exista, debido a que la sociedad apoye a los matrimonios en problemas y ayuden a los que tienen problemas económicos. Lejos de esto, la supresión del orfanato no es más que el producto de la ingeniería social y la destrucción de la virtud.
Lo próximo que vendrá, en un tiempo no muy lejano vista la velocidad con el que se han venido desarrollando e imponiendo los cambios sociales – con una oposición mínima y de escasa difusión, con lo que el mensaje, por desgracia tampoco llega -, será la eutanasia.
La pregunta que brota es, ¿estaremos dispuestos a aceptar la persecución y el desprecio?; ¿antepondremos la fe al resto de cosas, o más bien seremos atrapados por el mundo?
¡Qué el señor nos de su Gracia para resistir el mal!
Artículos como ese, donde se critica la actuación de un prelado en un asunto grave, como puede ser lo ocurrido en el Valle de los Caídos, no son situaciones agradables realmente. Tanto por quien hace la crítica, un seglar, como por el criticado, en este caso un príncipe de la Iglesia.
Pero tampoco es agradable es el hecho que se denuncia. Artículos como este pueden levantar ampollas, herir susceptibilidades y crear malentendidos. Además, estos artículos polémicos cuentan con la propia vehemencia del autor. Son artículos de guerra, por llamarlos de alguna manera, donde entre los argumentos se puede escapar algún mandoble de más, en forma de aspereza.
Sin embargo, no creo que esto sea lo sustancial. Todos estamos sujetos al error. No hay texto perfecto por así decirlo. Lo fundamental aquí es que si esta actitud, la defensa de la fe incluso en la crítica a los superiores, pertenece a la regula fidei, es decir, a lo que enseña la Tradición de la Iglesia.
Santo Tomás de Aquino, el Doctor Angélico, Santo citado y recomendado por el Magisterio de los Papas, trata esta cuestión en el marco general de la virtud de la caridad, de la II- IIae. Es el artículo 4º, de la cuestión 33, que trata de la corrección fraterna. Dice lo siguiente:
Artículo 4: ¿Está alguien obligado a corregir a su prelado?
Objeciones por las que parece que nadie está obligado a corregir a su prelado:
1. En Ex 19,13 se lee: La bestia que tocare el monte será apedreada, y en 2 Re 6,6-7 se dice que Oza fue herido por el Señor por tocar el arca. Ahora bien, con el monte y el arca se significa el prelado. Luego éstos no deben ser corregidos por sus súbditos.
2. La Glosa, interpretando el texto del Apóstol en Gál 2,11: le echó en cara, añade como a igual. Por tanto, no siendo el súbdito igual al prelado, no le debe corregir.
3. Escribe San Gregorio: Nadie intente corregir la vida de los santos, a no ser quien sienta mejor de sí. Mas nadie debe sentirse mejor que su prelado. Luego no deben ser corregidos los prelados.
Contra esto: está el testimonio de San Agustín en la Regla: No os compadezcáis sólo de vosotros mismos, sino también de él, que corre mayor peligro cuanto más alto puesto ocupa. Pero la corrección fraterna es obra de misericordia. Luego también los superiores deben ser corregidos.
Respondo: La corrección que es acto de justicia por coacción penal, no incumbe al súbdito respecto de su prelado. Pero la corrección que es acto de caridad atañe a cada cual en relación con las personas a las que debe amar si ve en ellas algo reprensible. En efecto, el acto que procede de un hábito o potencia se extiende a cuanto comprende el objeto de esa potencia o hábito, lo mismo que la visión abarca todo cuanto esté bajo su objeto. Pero dado que el acto virtuoso debe estar regulado por las debidas circunstancias, en la corrección del súbdito hacia su superior debe guardarse la debida moderación, o sea, no debe hacerlo ni con protervia ni con dureza, sino con mansedumbre y respeto. Por eso en 1 Tim 5,1 escribe el Apóstol: No increparás al anciano, sino exhórtanle como a padre. Por eso mismo también reprocha Dionisio al monje Demófilo por haber corregido de manera irreverente a un sacerdote golpeándole y echándolo de la iglesia.
A las objeciones:
1. Se puede decir que se trata inadecuadamente al prelado cuando se le apabulla o cuando se le infama. Es lo que se significa en esos pasajes con el contacto de la montaña o del arca prohibidos por Dios.
2. Reprender a la cara y en público (Gál 2,11) rebasa a la moderación de la corrección fraterna. Y San Pablo no habría reprendido de esa manera a San Pedro si no hubiera sido de alguna manera su igual en la defensa de la fe. Mas amonestar oculta y severamente puede hacerlo incluso quien no sea igual. Por eso, escribiendo a los Colosenses 4,17 pide San Pablo reprender al superior, en estos términos: Decid a Arquipo: cumple tu ministerio. Hay que tener en cuenta, no obstante, que en el caso de que amenazare un peligro para la fe, los superiores deberían ser reprendidos incluso públicamente por sus súbditos. Por eso San Pablo, siendo súbdito de San Pedro, le reprendió en público a causa del peligro inminente de escándalo en la fe. Y como dice la Glosa de San Agustín: Pedro mismo dio a los mayores ejemplo de que, en el caso de apartarse del camino recto, no desdeñen verse corregidos hasta por los inferiores.
3. Creerse en todo mejor que su superior parece presuntuosa soberbia; pensar, en cambio, que es mejor en algo no tiene nada de presunción, ya que en esta vida no hay nadie sin defecto. Pero hay que tener en cuenta también que quien amonesta con caridad a su superior, no por eso se considera mejor, sino que va en auxilio de quien está en un peligro tanto mayor cuanto más alto puesto ocupa, como enseña San Agustín.
Como dice el Doctor Angélico, es un acto de caridad que, en el caso de que la fe se vea amenazada, los súbditos pueden reprender públicamente a sus superiores.
Nuestra época, si de algo se caracteriza, es porque la fe se encuentra amenazada. Por los de dentro y por los de fuera de la Iglesia. Incluso un Papa llegó a decir que el humo de Satanás se ha colado en la Iglesia.
Un Príncipe de la Iglesia no debe callar ante la injerencia de un Estado, que prohíbe sin motivos la celebración de la Santa Misa.
Es un atropello. Y el silencio del Arzobispo en particular, y de los Obispos en general, causa desconcierto en los fieles. Denunciar esto no es obra del Maligno. Es la causa de Cristo la que está en juego.Y si no, hablarán las piedras.
¡Qué el Señor se apiade de nosotros!
]]>Será por nuestros pecados.
El sacerdote que aparece en el siguiente video es argentino, algo accidental, porque representa un modelo que se repite y extiende por la Iglesia.
El escándalo que provoca el sacerdote es relativo. Lo grave aquí es la actitud del obispo, modelo que se reproduce igualmente en la Iglesia. Hay una falta de inspección en los seminarios por parte de los pastores.
Según el reverendo, la razón que lleva a cometer esta adaptación litúrgica conservando lo esencial - un eufemismo que esconde una aberración litúrgica; la «misa boliche» como la define el periodista -, es que la Misa de jóvenes que celebraba una vez al mes, «no estaba funcionando», «no era un lugar de encuentro de los chicos».
El quid de la cuestión se encuentra no en el abuso litúrgico, éste es más bien la consecuencia, sino en la deformación doctrinal que padece el sacerdote. El concepto de la misa que reflejan sus palabras es para echarse a temblar.
Si el sacerdote cree que la Santa Misa es un mecanismo que accionándolo provoca ciertos efectos, si piensa que es un lugar de encuentro, en vez de la renovación sacramental del sacrificio de la cruz, lo que devendrá es la misa «bolichera» y el penoso concepto del sacerdocio que reverbera en la figura de este sacerdote, olvidando la esencia del sacramento que ha recibido.
El utilitarismo es una de las dos reglas morales por las que se guía el hombre postmoderno: se apela a la utilidad o al derecho para justificar cualquier acción. También estos errores han sido asumidos por los hombres de Iglesia. Pero los Obispos tienen la obligación de enseñar la doctrina católica y corregir.
Dice el cura «flogger» que a su Obispo esta iniquidad le parece una iniciativa creativa y original.
Tremendo.
¡Señor ven pronto!
]]>Sinceramente, lo que ocurre en España es astracanesco. Que los cargos públicos, insulten a sus administrados, es un caso claro de abuso de poder; sin embargo, siendo esto malo, ¿qué decir de un pueblo que aguanta, impávido, las embestidas dialécticas de aquellos a los que les paga el sueldo? Para echarse a llorar.
La chulería de la que hacen gala políticos como Joan Ridao, es un síntoma claro del virus que infecta al organismo social: los políticos no caen del cielo, sino que salen de la sociedad y ésta es la que es. No hay más. Si a esto le sumamos unas instituciones ruinosas, la consecuencia lógica que se sigue es que no son los mejores los que acceden a los puestos rectores de la nación , sino personas sin oficio ni beneficio que usan la política como forma de vida, es decir, los demagogos.
Políticos faltones, escasa profundidad intelectual, preparación deprimente y una producción retórica más propia del mercado que de la vida pública de alto nivel, son notas características de la casta política que nos ha tocado soportar.
ERC es una síntesis de todo lo anterior. Si nos atenemos al número de votos, la representación de ERC es mínima, sin embargo por la antidemocrática ley por la que se rige el sistema electoral – en España los votos de los ciudadanos no valen lo mismo -, les permite a los señores de ERC depositar sus posaderas en los escaños del Congreso, cosa que, por otra parte, no ocurriría en un sistema mayoritario.
Quiere Joan Ridao una sociedad libre de dogmas - ¿incluso los dogmas propios de los nacionalistas? - con «plena neutralidad religiosa». ¿Y qué mejor para ello que llamar a los católicos – porque somos los que formamos la Iglesia católica – garrapatas?
Ahora bien, si la Iglesia es la garrapata, el perro es…..
]]>El Papa ha acertado en su análisis de la realidad española. Si nos atenemos a los hechos, se puede decir que, desde la implantación de la Democracia por los franquistas y sus herederos, los distintos gobiernos se han ido definiendo contra la fe, tanto por activa – izquierda -, como por pasiva – no izquierda -.
El presidente de España no tuvo otra ocurrencia que largarse a Afganistán, quizás para no tener que escuchar las palabras del Romano Pontífice. Y a la vuelta del país árabe, lo único que hizo fue hacer referencia al mito del estado aconfesional.
El estado aconfesional es uno de esos mitos generados durante la transición, propio de una España vergonzante, que huye de sus raíces, una mentira histórica – ni los liberales de las Cortes de Cádiz se atrevieron a tanto -, además de una trampa conceptual.
¿Existe realmente un Estado aconfesional, es decir, sin credo? Fácticamente no. Porque el Estado que surge de la posmodernidad, se ha emancipado de toda autoridad moral externa, de manera que no tiene que remitirse a nada que no sea sí mismo: es su propio fundamento y fin. Los gobernantes en este sentido, ponen toda la maquinaria estatal para crear el credo estatal. Por tanto, el Estado tiene confesión, precisamente la que se define en contra de la Iglesia Católica.
Hablar del Estado en general, y de España en particular, como aconfesional, es falso. En nuestro caso, un mito de la transición, como hemos dicho. Las leyes que disuelven el bien común, que destruyen la moral social en todos sus aspectos, tales como la que disuelven la familia, las abortistas y las que afectan a la justicia distributiva, se definen en contra de una confesión, la Católica.
Los católicos, al propugnar el reinado social de Cristo, se encuentran frente a un Estado que no se reconoce más que a sí mismo, un poder que desafía al todopoderoso. De ahí que persiga todo lo cristiano.
El Estado español no es aconfesional. No puede serlo. El Estado español es anticatólico.
]]>El segundo gran evento al comienzo de mis años de Ratisbona fue la publicación del misal de Pablo VI, con la prohibición casi completa del misal precedente, tras una fase de transición de cerca de seis meses. El hecho de que, después de un período de experimentación que a menudo había desfigurado profundamente la liturgia, se volviese a tener un texto vinculante, era algo que había que saludar como seguramente positivo. Pero yo estaba perplejo ante la prohibición del Misal antiguo, porque algo semejante no había ocurrido jamás en la historia de la liturgia. Se suscitaba por cierto la impresión de que esto era completamente normal. El misal precedente había sido realizado por Pío V en el año 1570 a la conclusión del concilio de Trento; era, por tanto, normal que, después de cuatrocientos años y un nuevo Concilio, un nuevo Papa publicase un nuevo misal. Pero la verdad histórica era otra. Pío V se había limitado a hacer reelaborar el misal romano entonces en uso, como en el curso vivo de la historia había siempre ocurrido ‘a lo largo de todos los siglos. Del mismo modo, muchos de sus sucesores reelaboraron de nuevo este misal, sin contraponer jamás un misal al otro.
Se ha tratado siempre de un proceso continuado de crecimiento y de purificación en el cual, sin embargo, nunca se destruía la continuidad. Un misal de Pío V, creado por él, no existe realmente. Existe sólo la reelaboración por él ordenada como fase de un largo proceso de crecimiento histórico. La novedad, tras el concilio de Trento, fue de otra naturaleza: la irrupción de la reforma protestante había tenido lugar sobre todo en la modalidad de «reformas» litúrgicas. No existía simplemente una Iglesia católica junto a otra protestante; la división de la Iglesia tuvo lugar casi imperceptiblemente y encontró su manifestación más visible e históricamente más incisiva en el cambio de la liturgia que, a su vez, sufrió una gran diversificación en el plano local, tanto que los límites entre lo que todavía era católico y lo que ya no lo era se hacían con frecuencia difíciles de definir. En esta situación de confusión, que había sido posible por la falta de una normativa litúrgica unitaria y del pluralismo litúrgico heredado de la Edad Media, el Papa decidió que el «Missale Romanum», el texto litúrgico de la ciudad de Roma, católico sin ninguna duda, debía ser introducido allí donde no se pudiese recurrir a liturgias que tuviesen por lo menos doscientos años de antigüedad. Donde se podía demostrar esto último, se podía mantener la liturgia precedente, dado que su carácter católico podía ser considerado seguro. No se puede, por tanto, hablar de hecho de una prohibición de los anteriores y hasta entonces legítimamente válidos misales. Ahora, por el contrario, la promulgación de la prohibición del Misal que se había desarrollado a lo largo de los siglos desde el tiempo de los sacramentales de la Iglesia antigua, comportó una ruptura en la historia de la liturgia cuyas consecuencias sólo podían ser trágicas. Como ya había ocurrido muchas veces anteriormente, era del todo razonable y estaba plenamente en línea con las disposiciones del Concilio que se llegase a una revisión del Misal, sobre todo considerando la introducción de las lenguas nacionales. Pero en aquel momento acaeció algo más: se destruyó el antiguo edificio y se construyó otro, si bien con el material del cual estaba hecho el edificio antiguo y utilizando también los proyectos precedentes. No hay ninguna duda de que este nuevo Misal comportaba en muchas de sus partes auténticas mejoras y un verdadera enriquecimiento, pero el hecho de que se presentase como un edificio nuevo, contrapuesto a aquel que se había formado a lo largo de la historia, que se prohibiese este último y se hiciese aparecer la liturgia de alguna manera ya no como un proceso vital, sino como un producto de erudición de especialistas y de competencia jurídica, nos ha producido unos daños extremadamente graves. Porque se ha desarrollado la impresión de que la liturgia se «hace”, que no es algo que existe antes que nosotros, algo «dado”, sino que depende de nuestras decisiones. Como consecuencia de ello, no se reconoce esta capacidad sólo a los especialistas o a una autoridad central, sino a que, en definitiva, cada «comunidad quiera darse una liturgia propia. Pero cuando la liturgia es algo que cada uno hace a partir de si mismo, entonces no nos da ya la que es su verdadera cualidad: el encuentro con el misterio, que no es un producto nuestro, sino nuestro origen y la fuente de nuestra vida. Para la vida de la Iglesia es dramáticamente urgente una renovación de la conciencia litúrgica, una reconcilia¬ción litúrgica que vuelva a reconocer la unidad de la historia de la liturgia y comprenda el Vaticano II no como ruptura, sino como momento evolutivo. Estoy convencido de que la crisis eclesial en la que nos encontramos hoy depen¬de en gran parte del hundimiento de la liturgia, que a veces se concibe directamente «etsi Deus non daretur»: como si en ella ya no importase si hay Dios y si nos habla y nos escucha. Pero si en la liturgia no aparece ya la comunión de la fe, la unidad universal de la Iglesia y de su historia, el misterio del Cristo viviente, ¿dónde hace acto de presencia la iglesia en su sustancia espiritual? Entonces la comunidad se celebra sólo a sí misma, que es algo que no vale la pena. Y dado que la comunidad en sí misma no tiene subsistencia, sino que, en cuanto unidad, tiene origen por la fe del Señor mismo se hace inevitable en estas condiciones que se llegue a la disolución en partidos de todo tipo, a la contraposición partidaria en una Iglesia que se desgarra a sí misma. Por todo esto tenemos necesidad de un nuevo movimiento litúrgico que haga revivir la verdadera herencia del concilio Vaticano II.
Mi vida, recuerdos 1.927 - 1.977. Joseph Ratzinger.
]]>Agencia EFE, 6 de Noviembre, a.D. 2.010:
Bruselas, 6 nov (EFE).- El jefe de la Iglesia católica en Bélgica, André-Joseph Léonard, que ha acaparado portadas en los últimos días por sus polémicas declaraciones sobre el sida, la pederastia y la homosexualidad, ha recibido hoy un “tartazo” en la cara mientras oficiaba una misa en la catedral de Bruselas.
El incidente fue registrado en vídeo por una persona que grababa la liturgia en la catedral de San Miguel y Santa Gudula, y que posteriormente publicó el portal católico de internet “Gloria TV” y el diario flamenco “De Standaard” en su página web.
En las imágenes se puede ver a monseñor Léonard en el altar mientras canta el coro, y cómo se le acerca una persona con la tarta en la mano y se la lanza a la cara.
El arzobispo de Bruselas-Malinas permaneció en su lugar mientras sus asistentes le ayudaban a enjugarse la cara y a limpiarse las gafas.
Léonard pareció tomarse con humor el episodio, ya que hasta probó los restos de tarta y comentó que estaba “muy buena".
El movimiento religioso Pro Sanctitata, para quien Léonard oficiaba el servicio hoy, no hace alusión al incidente en su página web.
No obstante, el periódico flamenco “Het Nieuwsblad” recoge unas declaraciones de la portavoz francófona del Arzobispado, Claire Jonard, y del abad Patrick Vanderhoeven, maestro de ceremonias de la catedral bruselense, en las que confirman que el Arzobispado continuó con el servicio y declinó presentar una denuncia contra el la persona que se abalanzó sobre Léonard.
“No tenemos ni idea de quién se trata ni de cuáles eran sus intenciones", comentaron.
Léonard ha sido duramente criticado en Bélgica por sus palabras sobre la homosexualidad, que este año comparó con la anorexia, y que han llevado a colectivos gais a presentar una denuncia en su contra ante un juzgado de instrucción de Brujas (noroeste de Bélgica) por una supuesta violación de la legislación contra la discriminación.
Por otra parte, ha señalado sobre el sida que es “una especie de justicia inmanente” y, sobre los casos de pederastia en la Iglesia, ha defendido que no se juzgue a los curas que no están en activo.
Estos comentarios han llevado a parte de la Iglesia belga a distanciarse del arzobispo y, a su portavoz, Jürgen Mettepenningen, a dimitir esta misma semana tras pasar sólo tres meses en el puesto.
Desde su llegada al cargo, Léonard se ha visto obligado a lidiar con el escándalo de la pederastia en Bélgica, en especial después de que el pasado mes de septiembre una comisión nombrada por la propia Iglesia presentase un informe en el que documentó al menos 475 denuncias de abusos por parte de religiosos, entre 1960 y mediados de los años ochenta, 13 de cuyas víctimas se suicidaron.
Visto en Secretum meum mihi
]]>Fuentes:
]]>Fuente: Orbis Catholicus.
]]>Como se ve en la foto, en el altar hay dos presbíteros y dos mujeres, estas vestidas con el alba y la estola.
Terrorífico. Tanto como el Crucificado, que más bien parece famobil, y que emerge en el lado inferior izquierdo de la foto.
¿Qué será lo próximo?
¡Señor ven pronto!
Fuente: Kreuz.net y Secretum meum mihi
]]>Por consiguiente, todo lo tocante a las honras fúnebres, a la calidad de la sepultura o a la solemnidad del entierro, constituye más un consuelo de los vivos que un alivio de los difuntos. De lo dicho no se deduce que hayamos de menospreciar y abandonar los cuerpos de los difuntos, sobre todo los de los santos y los creyentes, de quienes se sirvió el Espíritu Santo como de instrumentos y receptáculos de toda clase de buenas obras. Si las vestiduras del padre y de la madre, o su anillo y recuerdos personales, son tanto más queridos para los descendientes cuanto mayor fue el cariño hacia ellos, en absoluto se debe menospreciar el cuerpo con el cual hemos tenido mucha más familiaridad e intimidad que con cualquier vestido. Es el cuerpo algo más que un simple adorno o un instrumento: forma parte de la misma naturaleza del hombre. De aquí que los entierros de los antiguos justos se cuidaran como un deber de piedad; se les celebraban funerales y se les proporcionaba sepultura. Ellos mismos en vida dieron disposiciones a sus hijos acerca del sepelio o el traslado de sus cuerpos.
El afecto del que recuerda y reza. No hay duda de que el afecto que los fieles manifiestan para con sus difuntos más queridos aprovecha a aquellos que, viviendo aún, han merecido que todo les beneficie después de esta vida. Y cuando por alguna necesidad no sea posible sepultar los cuerpos, o sepultarlos en lugares santos, nunca hay que omitir los sufragios por sus almas. La Iglesia lo hace por todos los difuntos en la asamblea cristiana y católica, aun callando sus nombres, con una conmemoración general, de tal modo que, cuando los padres, los hijos, los parientes o amigos descuidan este deber, la única piadosa madre común los tiene presentes supliendo a todos. Pero, si faltan estos sufragios, que se hacen con fe recta y verdadera piedad por los difuntos, creo que no sería de ningún provecho para sus almas que los cuerpos sin vida estén enterrados en los lugares santos.
Resueltas las cuestiones principales, estemos bien convencidos de que llegan a los difuntos por quienes ejercitamos la piedad las súplicas solemnes hechas por ellos en los sacrificios ofrecidos en el altar, las oraciones y las limosnas, aunque no aprovechen a todos por quienes se hacen, sino tan sólo a los que en vida hicieron méritos para aprovecharlos. Pero, porque nosotros no podemos discernir quiénes son, es conveniente hacerlos por todos los bautizados para que no sea olvidado ninguno de aquellos a los que puedan y deban llegar esos beneficios. En efecto, es mejor que sobren tales bienes a quienes ni pueden perjudicar ni aprovechar, antes que falten a quienes pueden necesitarlos. No obstante, cada cual pone tanto más celo en hacer todo eso por los suyos cuanto mayor es su esperanza de que los suyos hagan otro tanto por él. Los cuidados empleados en el sepelio del cuerpo no son un salvoconducto de salvación, sino un deber de humanidad según el sentimiento natural por el que nadie odia su propia carne. Por tanto es conveniente rendir todo el cuidado y piedad que se pueda en favor del cuerpo de nuestro prójimo, cuando haya salido de esta vida aquel que así lo hacía. Y si hacen todo esto hasta los que no creen en la resurrección de la carne, ¿cuánto más deben hacerlo los que creen que ese servicio aplicado a un cuerpo sin vida, pero que ha de resucitar y vivir eternamente, es en cierto modo un testimonio de la misma fe?
Breviarium Romanum. Segundo Nocturno oficio de Maitines. Lecciones IV, V y VI.
San Agustín: La piedad con los difuntos. Obras Completas, tomo XL. Ed. BAC.
Requiem aeternam * dona eis Domine
Et lux perpetua * luceat eis
1º.- Celebración matrimonial en la Iglesia de Saint Maur en Herseaux-Place, Bélgica:
2º.- Celebración matrimonial en la Iglesia de Santa Ana, Sevilla:
Hay que recordar que:
1º.- En el sacramento del matrimonio son los cónyuges los propios ministros del sacramento.
2º.- El sacerdote es testigo de la Iglesia requerido para la validez del sacramento. Como dice el Catecismo, «La presencia del ministro de la Iglesia (y también de los testigos) expresa visiblemente que el matrimonio es una realidad eclesial» (1.630). En este caso, el ministro de la Iglesia, calla.
3º.- Continúa el Catecismo diciendo:
Por esta razón, la Iglesia exige ordinariamente para sus fieles la forma eclesiástica de la celebración del matrimonio (cf Cc. de Trento: DS 1813-1816; ⇒ CIC, can. 1108). Varias razones concurren para explicar esta determinación:
— El matrimonio sacramental es un acto litúrgico. Por tanto, es conveniente que sea celebrado en la liturgia pública de la Iglesia.
— El matrimonio introduce en un ordo eclesial, crea derechos y deberes en la Iglesia entre los esposos y para con los hijos. (1.631)
— Por ser el matrimonio un estado de vida en la Iglesia, es preciso que exista certeza sobre él (de ahí la obligación de tener testigos).
— El carácter público del consentimiento protege el “Sí” una vez dado y ayuda a permanecer fiel a él.(1.631)
4º.- Cuando la fe es escasa, no se entiende o se entiende defectuosamente, lo que se celebra, se rellena con cosas humanas, produciéndose una desacralización de lo sagrado.
5º.- Es un fallo en la Catequesis, donde no se transmite la Fe de los Apóstoles, sino la del catequista, sacerdote de turno. En este caso, la actuación de los esposos es producto de la propagación del error en la Iglesia, por el silencio en parte de la Iglesia docente.
¡Señor ven pronto!
Fuente: Secretum meum mihi y Por una Sevilla Justa
]]>Habiendo, pues, concurrido en este Año Santo tan oportunas circunstancias para realzar el reinado de Jesucristo, nos parece que cumpliremos un acto muy conforme a nuestro deber apostólico si, atendiendo a las súplicas elevadas a Nos, individualmente y en común, por muchos cardenales, obispos y fieles católicos, ponemos digno fin a este Año Jubilar introduciendo en la sagrada liturgia una festividad especialmente dedicada a Nuestro Señor Jesucristo Rey. Y ello de tal modo nos complace, que deseamos, venerables hermanos, deciros algo acerca del asunto. A vosotros toca acomodar después a la inteligencia del pueblo cuanto os vamos a decir sobre el culto de Cristo Rey; de esta suerte, la solemnidad nuevamente instituida producirá en adelante, y ya desde el primer momento, los más variados frutos.
Ha sido costumbre muy general y antigua llamar Rey a Jesucristo, en sentido metafórico, a causa del supremo grado de excelencia que posee y que le encumbra entre todas las cosas creadas. Así, se dice que reina en las inteligencias de los hombres, no tanto por el sublime y altísimo grado de su ciencia cuanto porque El es la Verdad y porque los hombres necesitan beber de El y recibir obedientemente la verdad. Se dice también que reina en las voluntades de los hombres, no sólo porque en El la voluntad humana está entera y perfectamente sometida a la santa voluntad divina, sino también porque con sus mociones e inspiraciones influye en nuestra libre voluntad y la enciende en nobilísimos propósitos. Finalmente, se dice con verdad que Cristo reina en los corazones de los hombres porque, con su supereminente caridad y con su mansedumbre y benignidad, se hace amar por las almas de manera que jamás nadie —entre todos los nacidos— ha sido ni será nunca tan amado como Cristo Jesús. Mas, entrando ahora de lleno en el asunto, es evidente que también en sentido propio y estricto le pertenece a Jesucristo como hombre el título y la potestad de Rey; pues sólo en cuanto hombre se dice de El que recibió del Padre la potestad, el honor y el reino; porque como Verbo de Dios, cuya sustancia es idéntica a la del Padre, no puede menos de tener común con él lo que es propio de la divinidad y, por tanto, poseer también como el Padre el mismo imperio supremo y absolutísimo sobre todas las criaturas.
Para mostrar ahora en qué consiste el fundamento de esta dignidad y de este poder de Jesucristo, he aquí lo que escribe muy bien San Cirilo de Alejandría: Posee Cristo soberanía sobre todas las criaturas, no arrancada por fuerza ni quitada a nadie, sino en virtud de su misma esencia y naturaleza. Es decir, que la soberanía o principado de Cristo se funda en la maravillosa unión llamada hipostática. De donde se sigue que Cristo no sólo debe ser adorado en cuanto Dios por los ángeles y por los hombres, sino que, además, los unos y los otros están sujetos a su imperio y le deben obedecer también en cuanto hombre; de manera que por el solo hecho de la unión hipostática, Cristo tiene potestad sobre todas las criaturas.
Viniendo ahora a explicar la fuerza y naturaleza de este principado y soberanía de Jesucristo, indicaremos brevemente que contiene una triple potestad, sin la cual apenas se concibe un verdadero y propio principado. Los testimonios, aducidos de las Sagradas Escrituras, acerca del imperio universal de nuestro Redentor, prueban más que suficientemente cuanto hemos dicho; y es dogma, además, de fe católica, que Jesucristo fue dado a los hombres como Redentor, en quien deben confiar, y como legislador a quien deben obedecer.Los santos Evangelios no sólo narran que Cristo legisló, sino que nos lo presentan legislando. En diferentes circunstancias y con diversas expresiones dice el Divino Maestro que quienes guarden sus preceptos demostrarán que le aman y permanecerán en su caridad. El mismo Jesús, al responder a los judíos, que le acusaban de haber violado el sábado con la maravillosa curación del paralítico, afirma que el Padre le había dado la potestad judicial, porque el Padre no juzga a nadie, sino que todo el poder de juzgar se lo dio al Hijo. En lo cual se comprende también su derecho de premiar y castigar a los hombres, aun durante su vida mortal, porque esto no puede separarse de una forma de juicio. Además, debe atribuirse a Jesucristo la potestad llamada ejecutiva, puesto que es necesario que todos obedezcan a su mandato, potestad que a los rebeldes inflige castigos, a los que nadie puede sustraerse.
Sin embargo, los textos que hemos citado de la Escritura demuestran evidentísimamente, y el mismo Jesucristo lo confirma con su modo de obrar, que este reino es principalmente espiritual y se refiere a las cosas espirituales. En efecto, en varias ocasiones, cuando los judíos, y aun los mismos apóstoles, imaginaron erróneamente que el Mesías devolvería la libertad al pueblo y restablecería el reino de Israel, Cristo les quitó y arrancó esta vana imaginación y esperanza. Asimismo, cuando iba a ser proclamado Rey por la muchedumbre, que, llena de admiración, le rodeaba, El rehusó tal título de honor huyendo y escondiéndose en la soledad. Finalmente, en presencia del gobernador romano manifestó que su reino no era de este mundo. Este reino se nos muestra en los evangelios con tales caracteres, que los hombres, para entrar en él, deben prepararse haciendo penitencia y no pueden entrar sino por la fe y el bautismo, el cual, aunque sea un rito externo, significa y produce la regeneración interior. Este reino únicamente se opone al reino de Satanás y a la potestad de las tinieblas; y exige de sus súbditos no sólo que, despegadas sus almas de las cosas y riquezas terrenas, guarden ordenadas costumbres y tengan hambre y sed de justicia, sino también que se nieguen a sí mismos y tomen su cruz. Habiendo Cristo, como Redentor, rescatado a la Iglesia con su Sangre y ofreciéndose a sí mismo, como Sacerdote y como Víctima, por los pecados del mundo, ofrecimiento que se renueva cada día perpetuamente, ¿quién no ve que la dignidad real del Salvador se reviste y participa de la naturaleza espiritual de ambos oficios? Por otra parte, erraría gravemente el que negase a Cristo-Hombre el poder sobre todas las cosas humanas y temporales, puesto que el Padre le confirió un derecho absolutísimo sobre las cosas creadas, de tal suerte que todas están sometidas a su arbitrio.
Por tanto, con nuestra autoridad apostólica, instituimos la fiesta de nuestro Señor Jesucristo Rey, y decretamos que se celebre en todas las partes de la tierra el último domingo de octubre, esto es, el domingo que inmediatamente antecede a la festividad de Todos los Santos. Asimismo ordenamos que en ese día se renueve todos los años la consagración de todo el género humano al Sacratísimo Corazón de Jesús.
Breviarium Romanum; segundo nocturno, lectio IV, V y VI. De la Encíclica Quas Prima, del Papa Pío XI.
]]>Nos encontramos con otro ejercicio de verdadera hipocresía por parte de los enemigos de la Iglesia, lo acostumbrado en estos casos, al fin y a la postre, ¿qué vamos a esperar del mundo? Lo que ahora se le echa en cara a la Iglesia, es lo mismo que Judas reprochó a Nuestro Señor cuando María ungió sus pies y sus cabellos (Io 12), usando a los pobres de coartada, pero en versión moderna. Son los hipócritas de siempre, aquellos de los que San Isidoro de Sevilla escribe:
El hipócrita tiene palabras, pero no vida de santo, y a los que engendró con la exposición de su doctrina, no los nutre con sus ejemplos, sino que los abandona, pues destruye con su vida y costumbres a los que edifica con sus palabras.
A los hipócritas se les llama farsantes, ya que no intentan ser justos, sino que tan solo desean parecerlo. Ellos practican el mal y enseñan el bien. Ciertamente parecen buenos por la ostentación, pero son malos por sus obras
San Isidoro de Sevilla; Los Tres Libros de las Sentencias; Libro III, cap. 24. Ed. BAC
Que el mundo se comporte como tal es lo esperado; otra cosa es que la respuesta que se haga a estos ataques, se realice al mismo nivel argumental, es decir en términos de beneficios económicos.
¿Importan estos para la vida espiritual? ¿Acaso tiene algo que ver la visita del Papa con esto? Si no hubiera beneficio alguno, ¿pasaría algo?
Justificar la visita papal en base a la utilidad económica de dicho viaje no es, desde luego, el mejor camino a elegir. Especialmente por la excitación de la avaricia que lleva aparejado y, en cierta manera, nuestra vida económica se sostiene es este pecado capital.
«Nada más impío que el avaro» (Eclo 10,10), dice la Sagrada Escritura. Es la madre de todo los crímenes, escribe el Apóstol dirigiéndose a Timoteo (1 Tim 6,10).
El móvil económico es secundario. El principal beneficio que se obtendrá de la visita del Papa es espiritual; éste es el fundamento en el que se deben sostener nuestros fundamentos.
Nuestro corazón está puesto en el Cielo, no en el euro.
]]>Leyendo todo lo que se ha escrito de Newman a raíz de su beatificación y comparándolo con sus escritos, me pregunto, ¿de verdad han leído a Newman?
Que las cuestiones en religión no son cuestiones indiferentes, sino que influyen en la posición de los que detentan a los ojos de Dios, es un principio sobre el que la fe evangélica se ha desarrollado desde el principio, y sobre el que dicha fe ha sido la primera en desarrollarse. Supongo que en la etapa de la Ley apenas hubo ningún ejercicio de desarrollo, a causa de que la obediencia y el celo del antiguo pueblo se empleó en el mantenimiento del culto divino y el derrocamiento de la idolatría, y no en el trabajo intelectual. La fe es en éste, como en otros aspectos, característica del Evangelio, excepto en lo que se viera anticipada según se acercaba el tiempo. Elías y los profetas hasta Esdras resistieron ante Baal o restauraron el servicio del Templo, los tres jóvenes rehusaron doblegarse ante la imagen de oro, Daniel quería volver su cabeza hasta Jerusalén y los Macabeos rechazaron el paganismo griego. Por otra parte, los filósofos griegos, en efecto, ejercieron autoridad en su enseñanza, reforzando el «Ipse dixit», y exigiendo la fe de sus discípulos, pero, comúnmente, no concedía santidad o realidad a las opiniones, ni las veían desde un punto de vista religioso. Nuestro Salvador fue el primero en «dar testimonio de la verdad» (Jn 18,37) y en morir por ella, cuando «ante Poncio Pilato rindió tan solemne testimonio» (1 Tim 6,13). San Juan y San Pablo, ambos, siguiendo su ejemplo, pronuncian anatema sobre los que negaban «la verdad» o anunciaban otro evangelio» (Gál 1,8). La Tradición nos cuenta que el Apóstol del amor secundó su palabra con la acción, y en una ocasión dejó los baños precipitadamente porque un heresiarca de la época había entrado en ellos. San Ignacio, su contemporáneo, compara los maestros falsos con los perros rabiosos, y san Policarpo, su discípulo, actuó sobre Marción con la misma severidad que la que san Juan había mostrado con Cerinto.
San Ireneo, después de san Policarpo, ilustra la misma doctrina: «Te vi», dice al hereje Florino, «cuando vivías espléndidamente en la Corte Imperial e intentabas hacerte valer ante él. Recuerdo, en efecto, lo que ocurrió entonces mejor que muchos acontecimientos recientes, pues las lecciones de la infancia crecen con la mente y llegan a ser una con ella. Así, puedo nombrar el lugar donde se sentaba y conversaba el bienaventurado Policarpo, sus salidas y entradas, su modo de vida, el aspecto de su persona, sus discursos al pueblo, su familiaridad con Juan, de la que solía hablar, y con el resto de los que habían visto al Señor, y de cómo solía repetir sus palabras, y qué era lo que había aprendido de ellos acerca del Señor… Y a los ojos de Dios puedo protestar de que si aquel Anciano bendito y apostólico hubiese escuchado un tanto de esta doctrina, se habría tapado los oídos y habría exclamado, siguiendo su costumbre: ‘Oh, buen Dios, ¿para qué tiempos me has reservado, para que tenga que aguantar esto?’, y hubiera abandonado el lugar donde estuviera sentado o en pie en cuanto lo escuchase». Parece haber sido desde el principio deber de cada cristiano en particular el atestiguar allí donde estaba en contra de todas las opiniones que eran contrarias a lo que había recibido en su catecumenado bautismal, y evitar asociarse con los que las mantenían. «Tan religiosos eran los Apóstoles y sus discípulos», dice Ireneo tras ofrecer su relato sobre San Policarpo, «que ni siquiera conversaban con los que falsificaban la verdad».
Sin embargo, tal principio podría haber desintegrado la Iglesia más pronto dividiéndola en los individuos de los cuales se componía, a menso que la verdad de la que tenían que dar testimonio, haya sido algo determinado, formal e independiente de ellos mismos. Los cristianos estaban obligados a defender y a transmitir la fe que habían recibido, y la recibían de los dirigentes de la Iglesia. Y, por otra parte, era deber de los dirigentes reconocer y definir la fe tradicional. (…)
Tampoco era ésta la doctrina y la práctica de solo una escuela ignorante de la filosofía. La mente culta de los padres alejandrinos, ciertamente que no mostró gratitud o reverencia a sus pretendidos mentores, sino que mantuvo la supremacía de la tradición católica. (…)Las escuelas de África, Siria y Asia también dan testimonio. (…)
Más aún, está tan claro, o incluso clarísimo, que los cristianos de los primeros tiempos anatematizaron tanto las deducciones adheridas de los artículos de la fe, es decir, los desarrollos falsos, como lo que contradecía a dichos artículos. Y, puesto que la razón que daban comúnmente para usar el anatema era que la doctrina en cuestión resultaba extraña y sorprendente, se seguía que la verdad, que era su contrario, en algún aspecto también resultaba desconocida para ellos hasta ese momento, lo cual también se manifiesta en su perplejidad temporal y en su dificultad para hallar la herejía en casos determinados. «¿Quién escuchó nunca semejante cosa hasta ahora?» dice san Atanasio del apolinarismo; «¿Quién fue su maestro, quién el discípulo? ‘De Sión saldrá la ley de Dios y de Jerusalén la palabra del Señor’; pero, ¿de dónde ha salido esto? ¿Qué infierno se lo ha soltado?» Los Padres en Nicea taparon sus oídos y san Ireneo, como se citó antes, dice que san Policarpo, si hubiera escuchado las blasfemias gnósticas, hubiera tapado sus oídos y deplorado los días para los que fue reservado. Anatemizaban la doctrina, no porque fuera vieja, sino porque era nueva: el anatema no se habría pronunciado si no se hubiera extendido a proposiciones que no recibieron el anatema al principio, pues la misma característica de la herejía es su novedad y su originalidad en su manifestación.
Tal fue la exclusividad del cristianismo de la antigüedad: no me hace falta insistir en la firmeza con que aquel principio había sido mantenido desde siempre, pues el fanatismo y la intolerancia es una de las acusaciones ordinarias que se presentan hoy día tanto contra la Iglesia medieval como contra la moderna.
Ensayo sobre el desarrollo de la doctrina cristiana, John Henry Cardenal Newman; Centro de Estudios Orientales y Ecuménicos «Juan XXIII», pp. 355 - 360
]]>Justo debajo de la noticia donde se informaba de las declaraciones vertidas por José Montilla, presidente de la Generalitat, durante la inauguración de la nueva sede del Obispado de Sant Feliu de Llobregat (Barcelona), y junto a la columna de Jorge Trías Sagnier, aparecía la susodicha esquela que muestro a continuación:
Se comenta sola.
Curiosidades que se leen en la prensa
]]>Chamizo es sacerdote católico. Chamizo es Defensor del Pueblo Andaluz. Como sacerdote es un consagrado, esencialmente distinto a un simple bautizado. Él puede celebrar el sacrificio eucarístico in persona Christi.
Tiene un triple munus, real, profético y sacerdotal. Tiene que enseñar la fe de la Iglesia, la Revelación que fue entregada a los Apóstoles y que llega hasta nosotros.
La fe en Cristo el Señor y la moral están íntimamente unidas. La moral cristiana trata sobre la imagen verdadera del mismo hombre y ésta se resume en una palabra: Cristo. Mario Vitorino lo expresó muy bien allá por el siglo IV: «Cuando he hallado a Cristo me he descubierto como hombre», dijo Mario Vitorino en el siglo IV.
El gran maestro de la cristiandad occidental, Santo Tomás de Aquino, vendrá a decir, que el cristiano es fuerte, está dispuesto a sacrificarse y, si es preciso, aceptar la muerte por la implantación de la justicia.
El cura Chamizo, enfangado hasta decir basta con el poder socialista, que odian y persiguen a la Iglesia, parece que ha olvidado que es un sacerdote. El reverendo padre D. José Chamizo de la Rubia ha pedido respeto para todas las ideologías, incluida aquella que ve un bien el asesinato de niños en el vientre de su madre.
¿Respeto? ¿Se puede tener consideración al aborto, como algo digno que debe ser tolerado? ¿No tendríamos que combatir con todas nuestras fuerzas a una ideología que defiende el asesinato de inocentes?
El sacerdote José Chamizo, ¿es de Dios o del mundo?
Alguien con autoridad en la Iglesia debería de acabar con el escándalo Chamizo de una vez.
]]>Brian MacCall, el redactor de la noticia, hace una síntesis de la parte final de la conferencia de Angelus Press, pronunciada por Monseñor Fellay, en conmemoración del cuadragésimo aniversario de la fundación de la FSSPX.
Parece que los rumores se confirman. Saquen ustedes sus conclusiones.
La traducción es de Secretum meum mihi.
]]>En el corazón de la reciente conferencia de Angelus Press para celebrar el 40º aniversario de fundación de la Fraternidad de San Pío X (octubre 15-17), Su Excelencia el Obispo Bernard Fellay pronunció una estimulante y amplia evaluación de la situación de la Fraternidad, tanto pasada como futura. Su discurso de dos horas, combinado con su sermón en la Misa Pontifical Solemne, sintetizó los temas y las memorias del evento en conjunto.
Aunque, desde la perspectiva externa, tal vez no el más importante aspecto de la conferencia, Su Excelencia dedicó la media hora final a un examen de las relaciones políticas y legales de la FSSPX con las autoridades en Roma. Sus observaciones, algunas de las cuales él me reconfirmó personalmente en una entrevista exclusiva para The Remnant, proporcionan percepciones frescas, pasadas, presentes y futuras. Un amplio reporte sobre la conferencia de Angelus, que incluye apartes de mi entrevista con Su Excelencia, aparecerá en un próximo número de The Remnant; este artículo presente se enfocará simplemente en la posición legal de la Fraternidad.
Su Excelencia puso el contexto describiendo la política del Vaticano como un proceso de “contradicciones”. Él caracterizó la historia reciente de las relaciones como un proceso de decir una cosa públicamente pero teniendo que hablar y actuar diferentemente en la aplicación práctica. Él parecía estar preparando a sus escuchas para que esperaran que esta dinámica de contradicciones continúe, al menos en el futuro previsible.
Para ayudar nuestro entendimiento de esta dinámica (la posición oficial del Vaticano vs. la posición actual) él asemejó la situación con aquella actitud del Vaticano respecto de la crisis mas grande en la Iglesia desde el Concilio Vaticano II. La posición oficial ha permanecido constante por los últimos 40 años: No hay crisis, vivimos en la primavera del Vaticano II. Con todo, como Su Excelencia documentó, a través de observaciones personales de Paulo VI, Juan Pablo II y Benedicto XVI, vemos el implícito reconocimiento Vaticano de una crisis sin precedente en la Iglesia, una apostasía masiva.
Así por ejemplo, el Obispo Fellay señaló al reciente establecimiento del Santo Padre de un Pontificio Consejo para la Nueva Evangelización como un reconocimiento papal de una de facto crisis de fe, no obstante la línea de partido oficial de que todo está bien con la Iglesia postconciliar.
Con específicas referencias a la Fraternidad, el Obispo Fellay explicó que la Santa Sede ha estado ejerciendo una política de doble filo, una política oficial de jure contradicha por acciones de facto. Señaló cómo la línea oficial está encarnada en el documento publicado por la Secretaría de Estado después del decreto de 2009 que anuló las excomuniones a los obispos de la Fraternidad. De acuerdo con este documento sin firma, la Fraternidad no existe legalmente y no goza de “ningún reconocimiento canónico en la Iglesia católica”, con sacerdotes de la FSSPX ejerciendo su ministerio “ilícitamente”. Sin embargo, el santo Padre habla y toma acciones concretas que van en contar de esto, frecuentemente incluso reconociendo la existencia y ministerio legales y válidos de los sacerdotes de la Fraternidad.
Su excelencia describe esta situación como el “principio de acción” que se refiere a un modo de interpretar y aplicar las normas legales. Como el fin de la ley es la intención del legislador, cuando el estado de la ley no es claro o es incierto, los textos legales se deben interpretar a la luz de la intención del legislador tal como está manifestada por el modo como él administra la ley. La distinción legal está entre la ley “como está escrita” y la “ley como es recibida”. Otro aspecto de este principio legal es que las acciones del legislador al administrar la ley pueden crear una derogación de facto de la letra de la ley.
Para los lectores de The Remnant que no son abogados, nuestras madres y padres aplican esta perenne verdad por medio del principio “las acciones hablan más claro que las palabras”. Ahora, no ha habido situación legal mas calurosamente debatida en décadas recientes, que aquella de la estancia legal en la Iglesia de sacerdotes y obispos de la Fraternidad. Una rápida búsqueda de internet revela que la posición legal técnica es debatida por Católicos en virtualmente todos los aspectos del asunto. En tal caso, las acciones del Legislador Supremo (el Papa) deben ser examinadas para llegar a un sano entendimiento de la confusión legal actual que rodea la materia.
El Obispo Fellay demostró la aplicación de este “principio de acción” en el caso de la Fraternidad por medio de varios ejemplos, la mayoría de los cuales no habían sido previamente publicados. Primero, él mencionó el asunto de las confesiones de la FSSPX. Como la mayoría de católicos saben, hay ciertos pecados graves, la remisión de los cuales está reservada a la Santa Sede únicamente. Bajo la ley de la Iglesia, si un sacerdote oye la confesión de una persona que ha cometido uno de estos pecados reservados, él [el sacerdote] está obligado a reportar el asunto a la Santa Sede dentro de un plazo de treinta días para recibir permiso de absolver y recibir una guía para la imposición de una penitencia apropiada. Su Excelencia indicó que de cuando en cuando los sacerdotes de la Fraternidad han escuchado estas confesiones, y que, en cada caso, la notificación requerida fue enviada a la Santa Sede. En cada uno de estos casos, la respuesta recibida del Vaticano fue que “todo estaba bien y era lícito” y que el permiso para que los sacerdotes de la FSSPX absolvieran fue conferido.
¿Qué inferencia podemos sacar de esto? Obviamente, los sacerdotes de la Fraternidad pueden validamente oír confesiones. Si a los sacerdotes de la Fraternidad le faltara alguna clase de jurisdicción para oír confesiones, la Santa Sede hubiera respondido que el penitente necesitaba confesarse con un sacerdote con jurisdicción legal para oir confesiones. Por definición, aquí estamos tratando con materia grave y consecuentemente con pecado mortal (asumiendo que todas las otras condiciones están presentes). Incluso así, la Santa Sede respondió a la FSSPX que “todo estaba bien y era lícito”. La Santa Sede esta pues haciendo un de facto reconocimiento de la jurisdicción de la FSSPX para oír confesiones, una posición que la Fraternidad y un número de expertos canónicos han mantenido por años frente a lo que es obviamente una situación legal difícil.
El segundo ejemplo citado por el Obispo Fellay se refiere a aquellos sacerdotes que abandonan la Fraternidad de San Pío X después de haber recibido la ordenación de uno de sus obispos. De acuerdo con la ley y la práctica de la Iglesia, un sacerdote que recibe las Sagradas Ordenes fuera de la Iglesia (i.e., de un obispo que aunque válidamente posea los poderes episcopales, sin embargo se ha separado de la Iglesia Católica) está prohibido (hasta que regrese a la Iglesia Católica) de ejercer alguna vez los poderes sacerdotales conferidos en su ilícita ordenación. Retiene la marca indeleble de su sacerdocio pero está prohibido permanentemente de ejercer los poderes conexos.
No obstante, explicó el Obispo Fellay que, cuando un sacerdote ordenado por un obispo de la Fraternidad, abandonaba la Fraternidad pero deseaba permanecer como sacerdote, la Santa Sede le permitió ejercer sus poderes sacerdotales. De nuevo, no se puede escapar la conclusión legal: Los sacerdotes de la FSSPX no fueron ordenados “fuera de la Iglesia”. Aunque su excelencia no dio nombres, sabemos del caso de los fundadores de la Fraternidad Sacerdotal de San Pedro, de los sacerdotes del Instituto del Buen Pastor, de los sacerdotes de San Juan María Vianney en campos, Brasil, de una larga lista de sacerdotes individuales ordenados por un obispo de la FSSPX, que a todos ellos se le ha permitido ejercer su poder sacerdotal. (Ese no es el caso con uno o dos sacerdotes aislados a quienes se confirió una excepcional derogación de esta norma, pero más bien la práctica habitual es la de permitir a todos estos sacerdotes ejercer sus funciones sacerdotales).
El tercer ejemplo que Su Excelencia reveló, estaba en conexión con las ordenaciones programadas para tener lugar en Alemania en Marzo de 2009. Como reportó en su momento The Remnant, los obispos de Alemania estaban aprovechándose de los intentos de los medios de comunicación para sabotear el levantamiento del decreto de excomunión de la FSSPX del Santo Padre y de la por entonces reciente entrevista del Obispo Williamson (“coincidencialmente” publicada en la víspera del anuncio de la histórica decisión del Santo Padre). Como previamente se informó en The Remnant, la Santa Sede contactó al obispo Fellay para pedirle que las ordenaciones fueran movidas a otra locación para mitigar las tensiones entre la Santa Sede y los obispos de Alemania. En su intervención el la conferencia de Angelus, el obispo Fellay reveló más detalles de esta intervención extraordinaria.
El Vaticano pidió al obispo Fellay mover las ordenaciones fuera de la jurisdicción de los obispos Alemanes. Si el obispo Fellay hubiera hecho eso, el Cardenal del Vaticano pactaría, que la Fraternidad “sería legalmente reconocida hasta de la Pascua”. Esto era para cubrir el periodo de dos semanas en que las ordenaciones ocurrirían. El obispo Fellay explicó que él le preguntó al Cardenal por qué se le estaba pidiendo esto ya que, de acuerdo con un reciente documento de la Secretaría de Estado, la FSSPX ni “siquiera existía legalmente”. El Cardenal respondió que “eso no es lo que cree el Papa”.
Como sabemos, el obispo Fellay aceptó el pedido del vaticano de mover las ordenaciones (demostrando una vez más su deseo de obedecer al Papa). Hubo un suspiro colectivo en el cuarto cuando Su Excelencia contó esta historia.
Las discusiones esa noche incluyeron muchas preguntas de si todos habíamos oido mal o malinterpretado lo que Su Excelencia había dicho anteriormente ese día: “¿Quiso él realmente significar que el Vaticano reconoció la existencia legal de la Fraternidad por dos semanas en Marzo pasado?” Cuando después yo personalmente hablé con Su Excelencia, le repetí sus propias palabras tomadas de mis anotaciones y le pregunté si él había hablado equivocadamente o si yo le había oído mal. Dijo: “Eso es lo que dije, me escucho correctamente”. Entonces le pregunté: ¿Eso qué significa?, porque no hay precedente de una afirmación semejante. ¿Cómo puede Usted ser legal por dos semanas y entonces ilegal de nuevo?” Se encogió de hombros y dijo que eso era lo que el Cardenal le había dicho.
[…]
¿Como podemos interpretar este incidente? Primero, tenemos a un Cardenal en el Vaticano afirmando que el Papa no cree en las aseveraciones de un documento que parece venir de un órgano oficial del Vaticano. El documento publicado por la Secretaría de Estado dice que la Fraternidad no existe en la Iglesia, y no obstante el Papa cree que la Fraternidad si existe. El Vaticano entonces está de acuerdo en reconocer temporalmente a la Fraternidad en contraprestación de un cambio de jurisdicción para una ordenación de la FSSPX. ¿Qué tan seriamente toma el Papa esta falta de reconocimiento legal cuando se puede ofrecer una pizca del mismo?
El obispo Fellay intentó dar alguna clase de sentido a estas contradicciones pero todo lo que pudo decirnos es que esta es la realidad que tenemos que aceptar en el presente. La política del Vaticano parece ser una política contradictoria que vacila entre “condenación y admiración”, anotó Su Excelencia. Él está convencido de que por lo que respecta a los sentimientos de Benedicto XVI mismo, admiración por la FSSPX es la palabra. Explicó que en su primer encuentro con el Papa Benedicto XVI, Su Santidad se refirió dos veces al Arzobispo Lefebvre, primero como el “venerado Arzobispo Lefebvre” y, mas tarde en la conversación, como “el Arzobispo Lefebvre, este gran hombre de la Iglesia Universal”.
Asi que, ¿vamos a creer que el Papa cree que un cismático excomulgado es venerable y un gran hombre de la Iglesia Universal? Esto no tendría sentido. La única explicación lógica es que el Papa reconoce al Arzobispo [Lefebvre] por el hijo leal de la Iglesia que es. Su Excelencia también afirma que el Cardenal Castrillón Hoyos expresó esta misma actitud cuando en referencia al trabajo de la Fraternidad, Su Eminencia dijo que “los frutos son buenos, entonces el Espíritu Santo esta ahí”.
Ahora, sabemos que Nuestro Señor nos dio esto acerca de quien está en la Iglesia y quien no está, “juzgadlo por sus frutos”. El Espíritu Santo no puede estar fuera de la Iglesia; entonces, si está en la Fraternidad, la Fraternidad está en la Iglesia. La lógica es irrefutable.
¿Cómo puede ser que el Papa y el Vaticano puedan tener esta política de decir una cosa pero hacer otra? ¿Cómo pueden ellos permitir a clérigos afirmar que las confesiones oídas por sacerdotes de la Fraternidad son invalidas y luego aclarar por sus propias acciones que las confesiones de la FSSPX son “buenas y lícitas”? ¿Cómo puede la Fraternidad ser legalmente reconocida por dos semanas y después cesar de ser reconocida después de ese tiempo? ¿No manifiesta esto una deposición Vaticana de la seriedad del asunto del reconocimiento “legal” de la FSSPX?
La respuesta, nos deja ver Su Excelencia, es por razones políticas, Benedicto XVI siente que, dada la situación en la Iglesia hoy y los “lobos” dentro [de Ella], no puede reconocer a la Fraternidad de jure. Sin embargo, como Él sabe que ellos están “dentro de la Iglesia” y “llevan buenos frutos”, reconocerá su legitimidad de facto tanto como sea posible. Tal como señaló el P. Scott Gardener en su conferencia antes en ese día, el error de la colegialidad ha prevenido la corrección de los errores y abusos producidos por el Concilio. El P. Gardener reportó que un alto cardenal le había admitido que la Colegialidad había efectivamente hecho la Iglesia “ingobernable”.
Un cardenal estadounidense me admitió la misma cosa en una conversación privada en Mayo de 2010. Benedicto XVI ha aprendido por medio de la experiencia que él perdería cualquier pequeña influencia que tenga sobre los obispos de la mayoría del mundo unidos en su desobedencia colegial e ignorarían su autoridad si el va más lejos haciendo lo correcto.
El obispo Fellay ilustró este punto con ejemplos concretos. Recontó como, en 2003, un grupo de cardenales, incluido Joseph Ratzinger, se reunieron para decidir que se debería hacer acerca de la Fraternidad y de la Tradición. Estuvieron de acuerdo en que tenía que organizarse una administración apostólica para dar status legal e independencia a los grupos tradicionales. Hubo un desacuerdo acerca de si la Fraternidad debería formar la “espina dorsal” de esta estructura con los otros grupos unidos a ella, o si ella debería sólo ser dejada independientemente entre las actuales comunidades Ecclesia Dei.
Cuando Benedicto XVI fue elegido en 2005, comenzó a implementar este plan. El obispo Fellay contó mas detalles de su reunión inicial con Su Santidad. La reunión que incluyó al Cardenal Castrillón Hoyos, al Santo Padre, al obispo Fellay y al padre Schmidberger. El Papa le preguntó al Cardenal Castrillón “en que estado están las cosas”. El Cardenal respondió, “Hoy puede Ud. reconocer a la Fraternidad de San Pío X. Ya le envié un documento que haría esto”.
El Papa respondió que ya había recibido el documento y lo había enviado al Consejo para la Interpretación de los Textos Legislativos para que determinára si estaba “de acuerdo con la Iglesia”.
El obispo Fellay señaló que debería haber contenido algo inusual si necesitaba ser examinado. Sin embargo, por alguna razón, el Papa fue evidentemente bloqueado y al punto, este documento —preparado por el Cardenal Castrillón Hoyos y en principio aprobado por el Papa (y enviado para un estudio técnico)— no ha visto la luz del día. ¿Por qué no?
El obispo Fellay explicó que en 2006 los obispos de Alemania fueron al Vaticano y se opusieron vigorosamente al proyecto. ¿Entonces, qué hizo el Papa? Liberalizó la Misa y levantó el decreto de excomunión de los obispos de la FSSPX. Todos recordamos lo que le pasó al Papa después de eso. Literalmente, se desató todo el infierno. Se le vino el mundo encima.
El obispo Fellay aún más puso nuestra atención al reciente incidente cuando el Papa nombró al conservador P. Gerhard Maria Wagner para que fuera obispo de Linz, Austria. El Papa de nuevo fue atacado en los medios de comunicación por este nombramiento “ultraconservador”. Claramente el Papa ha concluido que no vale la pena el costo de provocar la desobediencia y la rebelión de los obispos dando reconocimiento de jure a la Fraternidad. La única solución es conferir reconocimiento de facto, mientras continúan las conversaciones Vaticano/FSSPX
Aparte, los detalles de la reunión de 2005 y el misterioso “documento de reconocimiento” que resulto de ella, pone a dormir un argumento que ha sido usado por mucosa adversarios de la Fraternidad que afirman que, aunque a la Fraternidad se le suministrara jurisdicción alguna vez, la perdería cuando ellos “rehusaran el ofrecimiento de jurisdicción ordinaria”. He oído este argumento en más de una ocasión.
El obispo Fellay señaló, sin embargo, que a él en realidad nunca le fue mostrado (o presentado) un ofrecimiento concreto real de jurisdicción con ocasión de aquella reunión. Obviamente, él ni siquiera ha visto el documento que el Papa envió para revisar. Nos dijo que el documento “debe haber sido” inusual, indicando que su conocimiento de sus contenidos sólo habían sido deducidos. ¿Cómo puede uno rehusar una oferta de jurisdicción que nunca fue presentada en primer lugar, y que ahora está perdida en un proceso Vaticano de revisión a causa de la intervención del episcopado alemán? Entonces, falla ese argumento. No es el obispo Fellay quien “rehusó aceptar” jurisdicción ordinaria. ¡Son los obispos desleales del mundo quienes han atado las manos al Papa, previniendo que Él lo firme!
En la conferencia de Angelus, el Obispo Fellay, también llamó nuestra atención con relación a una indicación encontrada en la fraseología del decreto del Vaticano que anula el decreto de excomunión de la FSSPX. En el parágrafo de este decreto se lee:
Por las facultades que me han sido concedidas expresamente por el Santo Padre Benedicto XVI, en virtud del presente Decreto, levanto a los obispos Bernard Fellay, Bernard Tissier de Mallerais, Richard Williamson y Alfonso de Galarreta la censura de excomunión latae sententiae declarada por esta Congregación el 1 de julio de 1988, y declaro sin efectos jurídicos a partir del día de hoy el Decreto entonces publicado. (Énfasis añadido)
El obispo Fellay señaló lo que debería haber sido obvio para todos nosotros. No obstante el hecho de que la primera oración menciona sólo cuatro de los seis obispos sujetos del anterior decreto, la frase final claramente afirma que el anterior decreto “no tiene efecto jurídico”. Eso quiere decir que el decreto oficial cesa de existir legalmente.Si el decreto que afirma que el Arzobispo Lefebvre y el Obispo de Castro Mayer estan excomulgados latae sententiae, no tiene efecto jurídico, la declaración con respecto a ellos ha sido eliminada también. Para evitar esta conclusión obvia, el lenguaje necesitaría simplemente decir “con respecto a estos cuatro obispos únicamente”, el decreto anterior no tiene efecto jurídico; o “excepto por lo que concierne al Arzobispo Lefebvre y al Obispo de Castro Mayer” el anterior decreto no tiene efecto jurídico.
[…]
Parece que la escuela antioquena surgió a medidados del siglo III, pero no existen datos para determinar si fue una institución local, o, como es probable, una disciplina o método general o característico de la enseñanza siria. Doroteo es una de sus lumbreras más tempranas y se le conoce tanto como especialista en hebreo como por ser comentarista del texto sagrado, y fue el maestro de Eusebio de Cesarea. Luciano, el amigo del notorio Pablo de Samosata, y separado de la Iglesia durante ters episcopados tras él, aunque después mártir en ella, fue el autro de una nueva edición de la versión de los Setenta y mentor de los principales maestros originales del arrianismo, Eusebio de Cesarea, Asterio, llamado el Sofista y Eusebio de Emesa, arrianos del periodo niceno, y Diodoro, un celoso adversario del arrianismo, pero maestro de Teodoro de Mopsuestia, tienen cabida en la escuela exegética. San Juan Crisóstomo y Teodoreto, ambos sirios, y el primero discípulo de Diodoro, adoptaron el método de interpretación literal, aunque guardándose de abusar de él. Sin embargo, el mentor principal de la escuela fue aquel Teodoro, maestro de Nestoria que acaba de ser mencionado más arriba, y el cual, con sus escritos de Teodoreto contra san Cirilo y la carta escrita por Ibas de Edesa a Maris fue condenado por el V Concilio ecuménico. Ibas fue el traductor al siríaco y Maris al persa de los libros de Teodoro y Diodoro, y así se convirtieron en instrumentos inmediatos para la formación de la gran escuela nestoriana en la lejana Asia.
Se ha dicho que nada menos que diez mil escritos (Tracts) de Teodoro fueron introducidos de esta forma para el conocimiento de los cristianos de Mesopotamia, Adiabane, Babilonia y los países vecinos. Fue llamado por aquellas Iglesias «el Intérprete», en sentido absoluto, y con el tiempo llegó a ser la misma profesión de fe de la comunión nestoriana el seguirle como a tal. «La doctrina de todas nuestras Iglesias orientales», dice su concilio bajo el Patriarca Marabas, «se funda en el Credo de Nicea, pero en la exposición de las Escrituras seguimos a san Teodoro». «Debemos permanecer fieles por todos los medios a los comentarios del gran comentarista», dice el concilio bajo Sabarjesus, «cualquiera que se opusiera a ellos de alguna forma, o piense de otra manera, sea anatema». Nadie desde el inicio del cristianismo, excepto Orígenes y San Agustín, ha tenido tan gran influencia literaria sobre sus hermanos como Teodoro.
(…)
Hubiera sido bueno que el genio de la teología siria hubiera estado siempre en la custodia segura de hombres de la categoría de san Cirilo, san Juan Crisóstomo y Teodoreto. Pero con Teodoro de Mopsuestia, más bien con Diodoro antes que él, se desarrolló en los errores cuyo surgimiento se intuía en Pablo de Samosata. Como su atención estaba dirigida principalmente al examen de las Escrituras, en la interpretación de la Escrituras se descubrió su carácter herético, y aunque la alegoría puede hacerse instrumento para eludir la doctrina de la Escritura, la crítica histórica puede tornarse más fácilmente en el destructor de la doctrina y de la Escritura juntas. Teodoro se sintió a averiguar el sentido literal, un objetivo en el que no podría hallarse falta: pero al guiarse, como es natural, por el texto hebreo en vez del de los Setenta, eso le condujo también a los comentaristas hebreos. Los comentaristas hebreos por supuesto que sugerían acontecimientos y objetos poco evangélicos como cumplimiento de los anuncios proféticos y, cuando era posible, sugerían un sentido ético en lugar de uno profético. Proverbios i cesó de portar un significado cristiano, porque, como mantenía Teodoro, el escritor del libro había recibido el don de la sabiduría y no el de la profecía. El Cantar de los Cantares debía ser interpretado literalmente y después resultó un paso fácil, o mejor necesario, excluir el libro del canon. El libro de Job profesaba ser también histórico, pero ¿qué era realmente sino que un drama gentil? También abandonó los libros de las Crónicas y de Esdrás, y cosa rara, la Epístola de Santiago, aunque formaba parte de la versión Peshitta de su iglesia. Negó que los salmos 22 y 69 [21 y 68] pudieran aplicarse a Nuestro Señor, antes limitó los pasajes mesiánicos de todo el libro a cuatro, de los cuales uno era el Salmo 8 y otro el 45 [44]. El resto los aplicó a Ezequías y a Zorobabel, sin negar que se podrían acomodar a un sentido evangélico. Explicaba las palabras de santo Tomás, «Señor mío y Dios mío» [Jn 20, 28], como una exclamación de alegría, y las de Nuestro Señor, «recibid el Espíritu Santo» [Jn 20,22], como una anticipación del día de Pentecostés. Como podía esperarse negó la inspiración verbal de la Escritura. También sostenía que el diluvio no cubrió la tierra y, como otros antes que él, fue heterodoxo respecto a la doctrina del pecado original, y negó el castigo eterno.
Ensayo sobre el desarrollo de la doctrina cristiana, J.H. Cardena Newman; Centro de Estudios Orientales y Ecuménicos «Juan XXIII», Salamanca, 1.997; pp. 303 – 306.
El recientemente beato Newman, no sólo era un gran teólogo cuya figura se agiganta con el paso del tiempo, sino que preconizó lo que vendría después, es decir, la exégesis de nuestros días.
La historia se repite, esta vez como farsa.
]]>Siguiendo las indicaciones de nuestro pastor, Monseñor Asenjo Pelegrina, la sección de Sevilla de la Adoración Nocturna Española, expondrá el Santísimo en su sede de la Iglesia de San Hermenegildo, desde las diez de la mañana hasta las seis y media de la tarde, con el objeto es rezar por la vida con motivo del Congreso que se desarrollará en Sevilla, desde hoy hasta el sábado en el Hotel Meliá, contando con la colaboración del Ayuntamiento de Sevilla.
El impío Alcalde de Sevilla ha permitido que Sevilla, Cátedra de San Isidoro, se convierta en la capital mundial del aborto.
Ruego a los amigos de Infocatólica en general, y los de este blog en particular, se unan espiritualmente a la Adoración del Señor que se va a realizar en el día de hoy.
Oremus!
]]>Posteriormente fue reducido y conducido a la comisaría de Policía. Posteriormente fue ingresado en el psiquiátrico de Santa Maria Nouva de Florencia.
Al parecer no fue acusado de delito alguno.
]]>¿Era necesaria tal iniciativa? ¿Constituía realmente una prioridad? ¿No hay cosas mucho más importantes?
A lo que respondía:
Conducir a los hombres hacia Dios, hacia el Dios que habla en la Biblia: Ésta es la prioridad suprema y fundamental de la Iglesia y del Sucesor de Pedro en este tiempo. De esto se deriva, como consecuencia lógica, que debemos tener muy presente la unidad de los creyentes. En efecto, su discordia, su contraposición interna, pone en duda la credibilidad de su hablar de Dios. (…) Por tanto, si el compromiso laborioso por la fe, por la esperanza y el amor en el mundo es en estos momentos (y, de modos diversos, siempre) la auténtica prioridad para la Iglesia, entonces también forman parte de ella las reconciliaciones pequeñas y medianas.
(…)
Yo mismo he visto en los años posteriores a 1988 cómo, mediante el regreso de comunidades separadas anteriormente de Roma, ha cambiado su clima interior; cómo el regreso a la gran y amplia Iglesia común ha hecho superar posiciones unilaterales y ablandado rigideces, de modo que luego han surgido fuerzas positivas para el conjunto. ¿Puede dejarnos totalmente indiferentes una comunidad en la cual hay 491 sacerdotes, 215 seminaristas, 6 seminarios, 88 escuelas, 2 institutos universitarios, 117 hermanos, 164 hermanas y millares de fieles? ¿Debemos realmente dejarlos tranquilamente ir a la deriva lejos de la Iglesia? Pienso por ejemplo en los 491 sacerdotes. No podemos conocer la trama de sus motivaciones. Sin embargo, creo que no se hubieran decidido por el sacerdocio si, junto a varios elementos distorsionados y enfermos, no existiera el amor por Cristo y la voluntad de anunciarlo y, con Él, al Dios vivo. ¿Podemos simplemente excluirlos, como representantes de un grupo marginal radical, de la búsqueda de la reconciliación y de la unidad? ¿Qué será de ellos luego?
Ciertamente, desde hace mucho tiempo y después una y otra vez, en esta ocasión concreta hemos escuchado de representantes de esa comunidad muchas cosas fuera de tono: soberbia y presunción, obcecaciones sobre unilateralismos, etc. Por amor a la verdad, debo añadir que he recibido también una serie de impresionantes testimonios de gratitud, en los cuales se percibía una apertura de los corazones. ¿Acaso no debe la gran Iglesia permitirse ser también generosa, siendo consciente de la envergadura que posee; en la certeza de la promesa que le ha sido confiada? ¿No debemos como buenos educadores ser capaces también de dejar de fijarnos en diversas cosas no buenas y apresurarnos a salir fuera de las estrecheces? ¿Y acaso no debemos admitir que también en el ámbito eclesial se ha dado alguna salida de tono? A veces se tiene la impresión de que nuestra sociedad tenga necesidad de un grupo al menos con el cual no tener tolerancia alguna; contra el cual pueda tranquilamente arremeter con odio. Y si alguno intenta acercársele –en este caso el Papa- también él pierde el derecho a la tolerancia y puede también ser tratado con odio, sin temor ni reservas.
En fechas recientes, Monseñor Fellay hacía unas declaraciones muy interesantes, en las que mostraba su sorpresa por la conferencia dictada por Monseñor Guido Pozzo en el seminario de la FSSP y en la que se establecía la continuidad doctrinal entre el Vaticano II y la Tradición. De igual modo, señalaba Fellay, que la presentación que se estaba haciendo del Vaticano II estaba en abierto contraste con la visión que se ha ofrecido del mismo en los últimos cuarenta años. En concreto, las palabras de Fellay son las siguientes:
En una reciente conferencia en el seminario de la Fraternidad San Pedro(1) Mons. Guido Pozzo, secretario de la Comisión Ecclesia Dei, se esfuerza en dar una prueba de continuidad doctrinal entre Vaticano II y la Tradición. Cita con este fin la cuestión del subsistit in y la del ecumenismo. Esos ejemplos le parecen convincentes?
Yo no diría convincentes, sino sorprendentes. Esta conferencia es la aplicación muy lógica de los principios enunciados en diciembre de 2005 por Benedicto XVI. Y nos ofrece una presentación del ecumenismo bastante diferente de lo que hemos escuchado durante cuarenta años…, una presentación mezclada con los principios eternos sobre la unicidad de la Iglesia y su perfección única, sobre la exclusividad de la salvación. Claramente se ve un intento de salvar la enseñanza de siempre y al mismo tiempo un Concilio reconsiderado bajo una luz tradicional. La mezcla, aunque interesante, deja todavía abiertas cuestiones de lógica sobre el rol que juegan las otras confesiones cristianas… llamadas hasta Pío XII inclusive, las “falsas religiones”. Se atreverán, en algún momento, a utilizar nuevamente ese término?
Mons. Pozzo propone en su larga conclusión un Concilio Vaticano II revisado –sino corregido –, denunciando el relativismo, un cierto “pastoralismo”, una especie de “dialoguismo” excesivo… Piensa Ud. que esta presentación es capaz de llegar a la unanimidad en Roma y en las diócesis? Cómo juzga Ud. esta versión revisada del Concilio?
Es interesante en el sentido de que se nos presenta un nuevo Vaticano II, un concilio que de hecho nunca hemos conocido, y que se distingue del que ha sido presentado durante los últimos cuarenta años. Una especie de nueva piel! Es interesante sobre todo porque la tendencia ultra-moderna es condenada bastante fuertemente. Se nos presente una especie de concilio moderado o calmado. Queda, sin embargo, la cuestión de la recepción de esta fórmula nueva, ciertamente juzgada como demasiado tradicional por los modernos y no suficientemente tradicional por nosotros. Digamos que una buena parte de nuestros ataques se ve justificada, une buena parte de lo que condenamos es condenado. Pero si se condenan ciertas cosas, la divergencia sigue siendo grande sobre las causas. Ya que, en fin, si una desorientación tal a cerca del concilio ha sido posible, y en tal escala, y con tal amplitud…, es necesaria una causa proporcionada! Si se comprueba semejante divergencia de interpretación a propósito de los textos del Concilio, habrá que concluir algún día que las deficiencias de los textos tienen su parte de culpa.
Estas palabras de Fellay liman en cierta manera las asperezas que crea el Concilio Vaticano II en la Fraternidad y, a su vez, dan motivo a pensar en una reintegración de la FSSPX en la Iglesia. No se puede afirmar que esto ocurra en un plazo en un plazo más o menos cercano. Fellay todavía tiene mucho trabajo por delante en el seno de la Fraternidad, donde algunos desearían ver al Papa de rodillas. Como todo, está en manos de Dios.
Humanamente hablando, una parte muy importante de la culpa de este proceso de vuelta de la FSSPX la tiene el Papa, que se ha mostrado en todo momento como el padre de la parábola del hijo pródigo, ofreciendo su mano al caído, consolando al dolorido y dando ejemplo al resto de sus hijos. Por otra parte, también Fellay se está mostrando solícito a la benignidad del Santo Padre; aunque no hay duda que Monseñor Fellay es consciente de la incongruencia que hay entre presentarse como un defensor de la Tradición y a su vez, en abierta y constante beligerancia contra el Papa – no está muy de acuerdo con la enseñanza de los anteriores Papas desde luego -, hay que decir que en la misma situación, otros no han respondido de la misma forma. Todos tenemos en la cabeza algún ejemplo.
Como dijo el metropolita ruso Hilarion Alfeyev, la distancia hoy en el cristianismo se encuentra entre tradicionalistas y liberales.
Oremus!
]]>Es decir, como dicen en mi tierra, que los jóvenes – y jóvenas, Carmen Romero dixit – están más calientes que el palo de un churrero, con perdón.
Los socialistas tienen cierto mérito para presentar estudios inútiles, dónde ellos son parte de la causa motora que ha producido el efecto esperado. Y digo parte, porque hay que recordar que en estos treinta años largos de libertad democrática – especialmente de la bragueta naturalmente – el PP ha ocupado la poltrona de la Moncloa durante 8 años, sin contar eso sí, los años que llevan gobernando en algunas comunidades autónomas. Ya se sabe que en los temas de la carne, el partido político no importa.
El ser humano no necesita muchas cosas para viciarse, en este caso además, se lo han puesto a huevo. Toda la maquinaria del sector público y privado dedicada a la promoción del negocio del sexo.. No está de más señalar que periódicos tan píos como el ABC y la Razón, tienen anuncios de contactos, Antena 3, series sobre adolescentes como Física y Química, que entre relación sexual y relación sexual intercala algún diálogo insustancial, descontando a papá Estado, cuyas campañas a favor del preservativo incitan totalmente a la promiscuidad desde las edades más tempranas. Todo es sexo. ¡Si hasta en los quioscos de chucherías están las pelanduscas de las revistas con las domingas al aire! Ya se sabe la pela es la pela.
Ahora en serio, ¿esperaban acaso algo distinto después de promocionar una sociedad rijosa?
La solución moderna a la lujuria es la educación sexual. En este lenguaje ahíto de estulticia han caído hasta algunos sacerdotes, incluso con birreta. Incapaces de articular un pensamiento católico han tomado la penúltima pamplina que se encontraban en el mercado.
En vez de hablar de las virtudes cardinales, los goznes sobre las que giran el resto de las virtudes, se han acogido al amparo de la educación sexual como si esto sirviese para algo, excepto para vivir a cargo del presupuesto.
La sexualidad es algo bueno siempre y cuando se realice de acuerdo al orden y la medida que le corresponden. Porque la potencia sexual tiene un sentido inherente que consiste en engendrar hombres que pueblen la tierra y el reino de Dios. Sin embargo, la lujuria atenta contra las virtudes de la justicia y la templanza, pero no sólo contra estas virtudes. La virtud más dañada por la falta de moderación es la prudencia. Pieper dice que esto provoca «una ceguera del espíritu que incapacita para ver los bienes del espíritu. La lujuria quita la fuerza de voluntad. En cambio, la virtud de la castidad, más que ninguna otra, hace capaz al hombre y lo dispone para la contemplación».
«Lo destructivo del pecado contra la castidad» - añadirá Pieper - «viene de que por ella el hombre se ha hecho parcial, se insensibiliza para percibir la totalidad de lo que realmente es».
Hablar de virtudes, como es fácil de comprobar, no interesa, pero la educación sexual ha fracasado, por eso ahora llega la orientación sexual, pero la única orientación sexual adecuada es la unión conyugal, la práctica sexual dentro del matrimonio. El aislamiento de la práctica sexual del matrimonio, es decir, del resto de uniones que habían sido destinadas a acompañarlas para realizar esta unión, es como querer obtener el placer del gusto sin tragar ni digerir.
Evidentemente nada de esto preocupa a los políticos. A ellos les interesa es el embotamiento de su voluntad. Así somos más sencillo de controlar.
]]>Aunque como cristiano el abad defiende la vida desde su concepción hasta su muerte natural, parece que ese cristianismo no le alcanza para comprender que hasta el Estado debe estar sometida a la ley de Dios, que matar es un pecado y que no se puede legislar sobre las condiciones en la que se puede asesinar a un inocente.
Y es que la contaminación con la que infecciona el mundo da lugar a estas cosas. El abad, considerando los méritos de Bibiana, habrá pensado, ¿y por qué yo no puedo ser ministro?; si el hermano de Iñaki fue agustino y ahora ocupa un carguito en el gobierno, ¿es acaso menos el abad de Montserrat?, ¿acaso no puede aspirar a una sinecura?
Bromas aparte, lo de ayer es una muestra más de que, hoy por hoy, en la Iglesia hay cobijada una iglesia apóstata, con todos sus condimentos, obispos, clero, monjes y seglares, sobre la cual la Iglesia docente aún no se ha pronunciado, provocando confusión y escándalo en los fieles. Porque claro, en este punto ¿quién tiene razón, el abad o el Catecismo? Y si es el Catecismo, ¿por qué los obispos españoles no dicen y/o hacen nada? ¡Ah sí! Es que están muy ataaareados en preparar la visita de S.S. Benedicto XVI.
Pero, ¿son obispos o managers?
Los obispo españoles, tan prestos a restringir la aplicación del Motu Proprio Summorum Pontificum, están prestos por otra parte a no ejercer su ministerio real de guiar y proteger a su grey como pastores que son.
Por eso, el estruendoso silencio episcopal, la música que ha acompañado a las declaraciones de José María Soler.
Que el Señor tenga misericordia de nosotros.
]]>El Cardenal Koch realiza unas interesantes reflexiones referentes a la comprensión de la hermenéutica de la continuidad y la reforma de la reforma, en Liturgia. En cuanto a la primera, señala lo que estaba en la mente del Beato Juan XXIII: actualización y renovación de la doctrina en el nuevo contexto, pero no crear una nueva doctrina, una refundación de la Iglesia por llamarlo de alguna manera. La hermenéutica de la continuidad hay que relacionarlo con la reforma de la Iglesia en continuidad con la Tradición - el libro del padre Louis Bouyer, La descomposición del catolicismo, muestra es esclarecedor en este asunto -.
Igualmente interesante es la periclitación del sentido de adoración por parte de los fieles. La participación activa de los fieles en la Liturgia se ha entendido de manera racionalista, olvidando la esencia del Sacrificio Eucarístico, la irrupción de lo Trascendente en nuestro mundo y la participación de la Iglesia completa (militante, purgante y triunfante), en la Misa, uniéndonos en un solo canto de alabanza al Dios Uno, Trino y Verdadero.
Espero que disfruten de la entrevista.
Ciudad del Vaticano (Lunes, 11-10-2011, Gaudium Press) En entrevista con el Arzobispo Kurt Koch, el pasado 4 de septiembre en Roma, el Presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, habló con Gaudium Press sobre la hermenéutica del Concilio Vaticano II.
Gaudium Press - Excelencia, en su primer discurso usted presenta tres hermenéuticas diversas. ¿Cuáles son sus diferencias y sus consecuencias para la Iglesia Católica en la realización del Concilio Vaticano II?Cada Concilio es la misma cosa: por un lado, está arraigado en la tradición, pero por otro, su mirada está dirigida al futuro, porque es allí que se encuentran los nuevos desafíos y compromisos. Así fue también para el Concilio Vaticano II, es más, talvez más evidente aún, visto que el Santo Padre Juan XXIII había hablado de una actualización para renovar la doctrina de la Iglesia en el nuevo contexto, y aclaró desde el inicio que no quería una nueva doctrina. Ahora tenemos dos hermenéuticas opuestas: la hermenéutica de la continuidad absoluta, que quiere decir que el Vaticanum II no debe decir cosas nuevas, sino solamente confirmar, porque todo ya estaba en la tradición, y la hermenéutica de la discontinuidad y la ruptura, que quiere decir que con el Vaticanum II debe tener inicio otra Iglesia… El Santo Padre dijo en su primer discurso en la Curia Romana, en la Navidad de 2005, que es necesaria una nueva hermenéutica, aquella de la reforma, que significa que se debe renovar, sin embargo, dentro de la gran tradición y la gran continuidad.
]]>GP -Como camino seguro para la interpretación de los documentos conciliares, Su Excelencia propone, siguiendo al Santo Padre Benedicto XVI, una “reforma de la reforma” también en el campo litúrgico. ¿Cuál es el significado de esta hermenéutica?
Desde el punto de vista de los fieles, el primer efecto del Concilio fue la reforma de la liturgia. Las personas pensaban que la reforma de la liturgia fuese un resultado del Concilio Vaticano II. Pero entre la Constitución de la Sagrada Liturgia “Sacrosanctum concilium” y la reforma de la liturgia verdadera existe una diferencia. La Constitución, presentando los nuevos textos, no eliminó los viejos libros de la liturgia, sino previó una reforma y estableció las líneas guías para actuarla con base a las cuales, después del Concilio, fue dado inicio a la reforma de la liturgia y los sacramentos. Sucesivamente fue creada una nueva situación. Sin duda la reforma dio muchos buenos frutos, pero creó también algunos problemas. Porque cuando las personas escuchan la palabra “reforma” ya piensan que hay una nueva liturgia, creada por el Concilio y no arraigada en la tradición. Es por eso que algunas personas pensaron: “Nosotros queremos continuar con nuestra liturgia tradicional". Sobre esa actitud conservadora, el Santo Padre dijo: “No. Hay una liturgia de la reforma que está todavía arraigada en la tradición, pero que es también abierta al futuro".
Entre la Constitución “Sacrosantum concilium” y la reforma no hay una total identidad. Después de algunos años se puede ver que todo lo que el Concilio quiso fue encarnado en la liturgia de hoy. Pero se ve que algunos elementos de la Constitución sobre la liturgia no fueron aún percibidos por el pueblo de Dios, por esto, hoy se debe pensar cómo se puede profundizar el Concilio Vaticano II.
GP - ¿Cuáles son estos problemas?
Antes que nada, pienso que la importancia de la adoración no está bien presente en los fieles. Después del Concilio se habla mucho sobre cómo aumentar la participación de los fieles en la liturgia y esto es ciertamente un aspecto muy importante. Por eso se pensó en qué hacer para que los laicos puedan participar más activa e intensamente de la liturgia. El participar, comprende esta liturgia, es decir la manera de celebrar y participar de la Misa como un acto de adoración. Después del Concilio hay una gran separación entre la adoración eucarística y la celebración de la Misa. Hoy tenemos un despertar de la adoración eucarística fuera de la Misa. Para mí es muy importante que reconozcamos de nuevo que la Eucaristía es el acto fundamental de adoración.
La segunda cosa dice respecto a todo el aspecto del sacrificio eucarístico, que en la Santa Misa, después del Concilio, fue un poco negligente. Es dicho que la Eucaristía es, principalmente una cena y no un sacrificio. Aquí tenemos un conflicto y una ruptura entre dos concepciones diversas, y esto no es correcto.
GP - En los medios de comunicación el Santo Padre es visto como un tradicionalista que quiere llevar la Iglesia a los tiempos que antecedieron al Concilio. Diversamente, Su Excelencia sustenta que el Papa Benedetto XVI es el “mayor intérprete del Vaticanum II". ¿Cuál es la verdadera actitud del Papa en relación al Concilio Vaticano II?
Hay dos errores. El primero habla de la hermenéutica de continuidad del Santo Padre, porque, se dice que sea un tradicionalista, pero él no tiene una hermenéutica de continuidad, sino la hermenéutica de la reforma. Infelizmente, gracias también a Hans Küng, la opinión difusa es que esté actualmente en vigor la hermenéutica de la ruptura. Es por ese motivo que las personas piensan que en realidad la hermenéutica de la reforma llevará de vuelta la Iglesia a los tiempos anteriores al Concilio. El Santo Padre, contrariamente, no quiere de ninguna manera ir para atrás, y no quiere comenzar una falsa hermenéutica del Vaticanum II.
GP - Sin embargo los actos papeles del Motu Propio Summorum Pontificum y la revocación de la excomunión de los cuatro obispos lefebvrianos reforzaron esa opinión, tornándose así objeto de fuertes críticas. ¿Cuál es el significado de esos actos papales? ¿Porqué estas decisiones?
La hermenéutica de la ruptura dice que todo rito tridentino es una Misa vieja, después del Concilio tenemos una Misa nueva. Pero en la historia no siempre fue así, hay siempre una evolución continua en la liturgia. El problema se presenta siempre de la misma manera durante los siglos: cuando la liturgia fue renovada por el Papa Pío V después del Concilio de Trento, que sin embargo había establecido que todos los ritos de una antigüedad mayor a 200 años podrían permanecer en uso. El Santo Padre quiso, de hecho, que la reforma de la liturgia de Juan XXIII, de 1962, no fuese solamente una cosa del pasado, sino también una herencia para el presente y el futuro.
GP - ¿Cuál es la verdadera contribución de Benedicto XVI en la elaboración de la nueva liturgia? Como el entonces Profesor Joseph Ratzinger escribió el famoso libro sobre la liturgia, “Lo spirito della liturgia” -El espíritu de la liturgia-.
Creo que todo depende de la cristología del Santo Padre, porque la liturgia depende de la cristología. Si Jesús fuese solamente un hombre que vivió hace dos mil años, ¿qué haríamos de la liturgia? Si, en sentido contrario, como cristianos creemos que Cristo es Hijo de Dios, muerto y resucitado por nosotros, entonces en la liturgia está su presencia y la celebración es hecha en su memoria. La liturgia, en primer lugar no es una acción de los hombres, sino la acción del propio Cristo presente en la liturgia. Este es el primer punto.
El segundo es que hay una gran unidad y continuidad entre el Antiguo y el Nuevo Testamento. En el Antiguo tenemos el culto del templo, el Nuevo Testamento dice que el propio Cristo resucitado es el nuevo templo. Por esto no tenemos más el sacrificio de los animales, sino que tenemos un sacrificio muy personal. El sacrificio del Nuevo Testamento es Jesucristo que da Su vida por nosotros y esa es la nueva dimensión del sacrificio, que debe estar presente en la liturgia de la Eucaristía.
El tercer punto es que la visión teológica de la liturgia vista por el Santo Padre es una liturgia cósmica. Hoy tenemos a veces la impresión de que la liturgia es una acción de la comunidad presente. Pero para el Santo Padre la liturgia tiene una dimensión cosmológica y también es el puente entre liturgia celestial y liturgia terrena. En este sentido, el Santo Padre dijo que la dirección preferible para celebrar la Misa es al este. Él quiere renovar esta dimensión cosmológica de la liturgia. Claro que no podemos cambiar los altares de nuevo. Por eso el Santo Padre dijo que es necesario colocar por lo menos una señal del Crucifijo sobre el altar, de modo que sea visible para el sacerdote y los fieles, para recordar, a través de la eucaristía, que Cristo crucificado también resucitó.
GP - Por primera vez Su Excelencia participó del Ratzinger Schülerkreis y “se volvió” alumno de Ratzinger: El “L’Osservatore Romano” en un breve artículo citando sus palabras dijo que fue una “experiencia concreta, viva, positiva". También para nosotros, Su Excelencia puede describir ¿cómo era la atmósfera de un día pasado junto al Santo Padre con sus ex-alumnos?
Fue una atmósfera muy cordial y muy abierta. El Santo Padre participaba personalmente durante todo el día de las conferencias y las discusiones. Él escuchaba muy atentamente y, concluidas las intervenciones, había una discusión en presencia de sus 40 estudiantes. Benedicto XVI ama la discusión. Tuve, entretanto, un poco la impresión que hubiese aún una actitud de “profesor". No puedo convertirme en un alumno suyo porque nunca lo fui en el pasado, pero tengo una óptima relación con ese Kreis (círculo). Fue creado un segundo círculo de nuevos alumnos para la profundización de la teología del Santo Padre. Son teólogos muy jóvenes y muy apasionados y contentos de estudiar la teología del Santo Padre. Estudian y profundizan temas diversos: desde política pasando por la tradición de continuidad, hasta la liturgia.
CIUDAD DEL VATICANO, 12 OCT 2010 (VIS).-El arzobispo Rino Fisichella, Presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización, ilustró esta mañana en la Oficina de Prensa de la Santa Sede el contenido de la Carta Apostólica Motu proprio “Ubicumque et semper”, escrita en latín y fechada el 21 de septiembre de 2010, con la que Benedetto XVI instituye el nuevo dicasterio.
]]>“El tema de la nueva evangelización -dijo el prelado- ha sido objeto de una cuidadosa reflexión por el Magisterio de la Iglesia en las últimas décadas. El objetivo se presenta como un gran desafío para toda la Iglesia, que debe (…) encontrar las formas apropiadas para renovar su anuncio a tantos bautizados que ya no entienden el sentido de pertenencia a la comunidad cristiana y son víctimas del subjetivismo de nuestro tiempo cerrado en un individualismo carente de responsabilidad pública y social. El Motu proprio, más directamente, individua las Iglesias de antigua tradición que (…) necesitan un espíritu misionero renovado para responder a las nuevas exigencias que requiere la situación histórica contemporánea”.
“Como atestigua “Ubicumque et semper, la “nueva evangelización” no es una fórmula igual en todas las circunstancias”, explicó el arzobispo. “Nos compromete a elaborar un pensamiento fuerte capaz de sostener una acción pastoral correspondiente. También se deben verificar atentamente las diversas tradiciones y objetivos que las Iglesias tienen en virtud de la riqueza de muchos siglos de historia. Una pluralidad de formas que no afecta a la unidad (…) y permite la eficacia necesaria en nuestra época”.
La nueva evangelización no debe sonar como “una fórmula abstracta”, prosiguió el presidente del nuevo dicasterio, especificando que ese término estará lleno de “contenidos pastorales y teológicos y se asentará en la voluntad del Magisterio de las últimas décadas”. Se tendrán en cuenta también “las numerosas iniciativas asumidas en el ámbito de la nueva evangelización por los obispos y sus iglesias particulares, las conferencias episcopales y los grupos de creyentes”.
Entre las competencias confiadas al Pontificio Consejo para la Nueva Evangelización está la de “promover” el uso del Catecismo de la Iglesia Universal. “El Catecismo, de hecho, es uno de los frutos más maduros de las indicaciones conciliares, ya que recoge de forma orgánica la totalidad del patrimonio de la evolución del dogma y es la herramienta más completa para transmitir la fe de siempre ante los constantes cambios y los interrogantes que el mundo plantea a los creyentes”.
Para ello, el nuevo dicasterio utilizará “todas las formas que los progresos de la ciencia de la comunicación han convertido en instrumentos positivos al servicio de la nueva evangelización”, concluyó el prelado.
Película: El Cardenal de Otto Preminger.
Rodada en Santa María sopra Minerva.
Antes: Orbis Catholicus
]]>Recientemente el amigo y compañero Juanjo nos ofrecía su resumen de noticias, entre las que se encontraba ésta, que el blog Catapulta amplía y apostilla.
El contenido de la noticia es el siguiente:
El 25 de septiembre Monseñor Samuel Aquila, obispo de Fargo (Dakota del Norte), encabezó una procesión con el Santísimo Sacramento hacia la clínica abortista de la ciudad, seguido por más de 800 fieles. Llegado al lugar, monseñor Aquila y “regó” con agua bendita las paredes del establecimiento, a pesar de los insultos de un grupo. Terminado el acto, el obispo y los fieles regresaron a la catedral rezando el Rosario.
Ni sensibilización, ni dramas, ni gaitas, sino procesión con el Santísimo y agua bendita, para purificar y reparar por lo que ocurre en el satánico edificio, porque al fin y a la postre, ¿no es Satanás el príncipe de este mundo?
La mejor forma de luchar contra el aborto sin dudas, es reconocerlo como lo que es, un pecado mortal. Edulcorar o rodear el crimen con perífrasis, rebajando su condición, escondiéndolo o equivocando las causas, no ha servido para nada. Cuando se ha rebajado la predicación de la verdad lo que ha ocurrido es que el mal se ha incrementado exponencialmente. Y a los apóstoles se los envió a predicar el Evangelio, no a edulcorarlo.
Contra el aborto no se lucha con «buenismos», sino con la fe. Y es lo que ha hecho monseñor Aquila.
Ya me gustaría que en España nuestros obispos, aunque fuese uno, hiciesen lo mismo y abandonasen ese idioma tan cercano al hablar de los políticos.
]]>Fuente: Secretum meum mihi
El periódico belga De Standaar titulaba en primera página de su edición de Oct-07-2010 “Cambio de curso para la U. C. de Lovaina”. Cuenta cómo la Katholieke Universiteit Leuven (Universidad Católica de Lovaina) planea eliminar el “Katholieke” (Católica) de su nombre. Las directivas de la Universidad Católica de Lovaina quieren distanciar la institución de los muchos escándalos de pederastia que han empañado la reputación de la Iglesia Católica, y también distanciarse de la postura del Vaticano sobre asuntos éticos, que se caracteriza por su criticismo del más reciente premio Nobel de medicina (ver aquí). “El mensaje católico no es apropiado para la universidad”, explica el rector Mark Waer, quien señala que “una quinta parte de los estudiantes [de la Universidad de Lovaina] son extranjeros”. Ellos necesitan saber que “el Vaticano no tiene ningúna influencia sobre el manejo de la universidad”, la cual planea jugar un importante papel en la investigación genética.
A enemigo que huye, puente de plata….
]]>Entrevista de Gaudium Press, Oct-06-2010 con el Maestro de Ceremonias de las Celebraciones Litúrgicas del Papa.
Gaudium Press -¿Cómo es que la Iglesia católica entiende la liturgia después del Concilio Vaticano II? ¿Cuál es el sentido, el corazón de la liturgia? El Santo Padre durante su reciente viaje a Inglaterra, en la Catedral de Westminster habló sobre la dimensión del sacrificio.
Creo que hay dos aspectos de la celebración eucarística donde uno debe estar unido al otro. Porque, como se dice también en los documentos del magisterio, la Misa es la renovación del sacrificio del Señor y, al mismo tiempo, es también el momento, el lugar en el cual este sacrificio se comunica a nosotros a través de la señal de la convicción. Por eso creo que hay dos elementos, ambos fundamentales para la comprensión de la celebración eucarística. Creo también que la dimensión sacrificial es una dimensión de fundación. Porque si no existiera el sacrificio redentor, no existiría ni la posibilidad de comunicar este sacrificio y así entrar en comunión con la salvación, la cual nos fue dada por nuestro Señor Jesús. Pienso que esto es la visión que la Iglesia nos transmite a través de su enseñanza, y que nos lleva al corazón auténtico de la liturgia.
]]>GP - El Santo Padre se refiere también a la cuestión de la justificación. Siempre hablando sobre liturgia, ¿De qué forma la Iglesia Católica presenta el tema de la justificación en Cristo?
En el ámbito de la liturgia, justamente porque repropone, presenta, actualiza el misterio de la salvación, esto es, del Señor que murió y resucitó por nosotros, se presenta también como el momento de la justificación de la humanidad y del hombre. Porque nosotros sabemos que el hombre es salvado justamente en virtud de este misterio de muerte y resurrección. Claro que después cada uno se debe apropiar personalmente, subjetivamente, de esta justificación que fue dada. Entonces me parece que los dos aspectos son importantes, ambos fundamentales de la participación en la liturgia. Por una parte viene un don, que es el don de la salvación, y por tanto el misterio que se renueva. Por otro, este don debe ser, sin embargo, acogido en la vida de cada uno y debe tornarse vida de la vida. Entonces, hay siempre esta relación entre don y responsabilidad, justificación dada y justificación acogida en la propia vida.
GP - El entonces profesor Ratzinger en sus escritos habla en la reforma, sobre la reforma de la liturgia. ¿Cómo ve usted esta exigencia de las reformas, de los cambios en la liturgia? De hecho, algunos cambios ya fueron introducidos por el Santo Padre Benedicto XVI.
Cuando a veces se habla y se usa este término “reforma de la reforma", se arriesga a ser “mal entendido". Porque no todos lo entienden de la misma manera y no todos lo captan del mismo modo. Creo que, además de las frases hechas, aquello que es importante, es que la reforma que el Concilio Vaticano II inició sea efectivamente realizada de modo completo según las enseñanzas del Concilio, que colocan la liturgia en una continuidad con toda su tradición en el mismo tiempo con el criterio de desarrollo orgánico. Como debe ser siempre en la vida de la Iglesia. La actuación práctica de la reforma después del Vaticano II no está siempre feliz. Exactamente, por esto, es que tal vez sea necesario hacer alguna corrección, algún cambio, alguna mejoría, justamente para actuar de modo completo a las indicaciones del Concilio y hacerlas de forma que parezca cada vez más claro con el desarrollo de la liturgia de la Iglesia, y se ubique en orgánica continuidad con la que la precedió.
GP - Una de las indicaciones del Concilio Vaticano II, no realizada en la práctica, fue el deseo de un movimiento litúrgico dentro de la Iglesia, principalmente en Alemania y Francia. ¿Ahora cómo se ve esta exigencia en la pastoral litúrgica?
El propio Papa, todavía cardenal, había deseado un renovado movimiento litúrgico que pudiese crear las condiciones, las bases, para el desarrollo interior, la profundización de la vida litúrgica de la Iglesia. Así como fue antes del Concilio Vaticano II. Aquí también hay diversos modos de ver, de extender las relaciones entre el movimiento litúrgico, antes del Concilio, con este movimiento litúrgico que continúa con el interés de que sea más significativo, tal vez renovado. Creo que la vida litúrgica de la Iglesia conoce un florecimiento, siempre que hay un terreno que sea capaz de hacer florecer. Entonces creo que es importante el amor a la liturgia, y también el vivir la liturgia con fidelidad a las indicaciones de la Iglesia, a fin de tornarse, de algún modo, aquel gran movimiento litúrgico que después puede traer frutos para la vida litúrgica de la Iglesia.
GP - El Santo Padre durante su audiencia general del 29 de septiembre dijo que “La Liturgia es una gran escuela de espiritualidad". ¿Qué quería decir el Santo Padre?
Creo que él quería decir que la espiritualidad cristiana nace de la liturgia y crece con la liturgia. Pienso que no es imaginable la espiritualidad fuera del contexto litúrgico. Justamente, porque es de la liturgia, es que nosotros obtenemos la gracia que nos salva, y es en la liturgia que nosotros crecemos dentro de esta gracia que nos salva. Nosotros encontramos al Señor vivo, presente en la Iglesia, operante en su Iglesia de modo más alto, justamente en la liturgia. Entonces, si esto faltase, de verdad faltaría la fuente, la fuerza para cualquier espiritualidad. Una verdadera vida espiritual, un crecimiento de la vida espiritual, un camino íntimamente espiritual, sólo es posible en relación con la liturgia.
Lo que no sé es cómo casa esto con la concepción indeleble del bautismo.
¡Señor ven pronto!
]]>Esta lucha en defensa de las corridas de toros no deja de ser loable. Los socialistas y nacionalistas, empeñados en la centrifugación de la nación española, están dispuestos a borrar cualquier rasgo en el que se reconozca lo español.
La relación de la fiesta de los toros con España es tan grande que se puede ver por doquier referencias directas o indirectas a la tauromaquia, por eso aunque llamativo, no es extraño que Ortega introduzca términos taurinos en el lenguaje de la Filosofía.
Siendo importante la fiesta de los toros, es sorprendente la vehemencia con la que el PP lleva este asunto, mayormente si lo comparamos con el tema del aborto. Evidentemente, la lucha contra la vida y la lucha contra la prohibición de los toros no son contradictorias ni excluyentes; pero si hay una jerarquía de importancia entre uno y otros.
Por ende, no deja de ser piedra de escándalo, los pollos a pelar que se toma el PP en estas cuestiones y la veleidad con la que afrontó el tema del aborto. Tanta que no hizo nada en los ocho años que timoneó la nave del Estado – cuatro de ellos con mayoría absoluta -.
Yo no digo que para el PP la fiesta de los toros sea más importante que la prohibición del aborto, sin embargo a los hechos me remito.
Mientras, los partidos que de verdad defienden la vida, los que defienden la vuelta a la situación anterior a la ley de 1.985, tienen poca oportunidad de participar en el juego político ya que no poseen de un altavoz que les permita ser escuchados. Ni siquiera en la cadena propiedad de la CEE.
Así nos va.
]]>El lema parece el título de una distopía, personalmente me recuerda a «Un mundo feliz», de Huxley.
Resulta paradójico que en un mundo que ha llevado hasta el paroxismo la sexualidad, separándola de la reproducción, sea la infecundidad uno de los problemas que se encuentren los matrimonios. Un problema doloroso, por otro lado.
Es muy difícil convencer a un matrimonio que desea tener hijos y no puede, que la utilización de métodos artificiales como la FIVET o la inseminación es inmoral. Los sentimientos se imponen a la razón y donde mandan los sentimientos, es muy sencillo que la voluntad quede rendida.
«Haz cumplir tu sueño». La técnica consigue de manera rápida y sencilla, lo que la fe no asegura. Porque la fe es la fe en Cristo, y Éste Crucificado. La fe no elimina el dolor, sino que lo asume. Pero los sentimientos mandan. Y el mundo habla con una voz estruendosa, aconsejando, conduciendo, dirigiendo las acciones: ¿no tenéis derecho a los hijos? – dice el mundo-, la técnica se pone a vuestra disposición. No estáis haciendo nada malo. Cuándo veáis la cara del bebé, sólo quedará la alegría presente.
¿Quién no se conmueve ante el dolor?
La técnica, sin embargo, es producto del hombre. La técnica es la que nos permite construir coches, edificios confortables, hablar con personas a miles de kilómetros a través de internet.
Y fabricar hombres.
El mal se presenta con una tremenda sutilidad, deslizándose bajo el amparo del sentimiento, tocando lo más profundo del ser humano. El hombre se erige como ser suficiente, creador. Toda la Naturaleza le está sometida, incluido el mismo hombre.
Los niños no son un derecho de los padres, sino un don, un regalo. Al hombre se le ha dado el regalo de no engendrar sencillamente, sino de admirar el misterio de la vida. El dominio neurótico sobre los objetos ha llegado a querer dominar el inicio y el final de la vida del ser humano. Y esto ha llevado a su cosificación. Engendramos hijos como fabricamos coches.
En el paganismo el nacimiento y la supervivencia del recién nacido dependía de la patria potestas. Hoy, se ha dado un paso adelante ya que incluso la procreación queda sujeta al control mecánico, al cálculo y al dominio de la técnica. El hombre ya no es natura, que responde a una idea divina y depende de Dios, que lo ha hecho así. La sustancia humana se plasma en la utilidad. Y el individuo se somete al dominio técnico, al proceso producto, con lo que caemos de nuevo en una nueva paradoja, porque mientras se exalta, cae en lo más hediondo de la naturaleza, queriendo ser gema brillante no es más que hez.
El hombre debe responder a su esencia, la que Dios ha creado. De esta manera se cumplen las realidades prometidas por Cristo, no las ensoñaciones de los hombres.
El sueño es un estado parestésico, irreal, como las clínicas de fecundidad que quieren convertir al hombre en un autómata que sale de la cadena de producción. Todo lo contrario que el Reino del Señor, porque:
]]>Su reino no es un más allá imaginario, situado en un futuro que nunca llega; su reino está presente allí donde Él es amado y donde su amor nos alcanza. Sólo su amor nos da la posibilidad de perseverar día a día con toda sobriedad, sin perder el impulso de la esperanza, en un mundo que por su naturaleza es imperfecto. Y, al mismo tiempo, su amor es para nosotros la garantía de que existe aquello que sólo llegamos a intuir vagamente y que, sin embargo, esperamos en lo más íntimo de nuestro ser: la vida que es « realmente » vida. (Benedicto XVI, Spe Salvi, 31)
Lo que vamos a ver a continuación ocurrió en Berna, Suiza, en la Iglesia de la Trinidad. El sacerdote Gregorio Tolusso celebró la misa (¿hubo consagración?) con el pastor protestante Manfred Stuber.
Sin temor de Dios y de los hombres, el infame e impío sacerdote celebró sacrílegamente frente a las cámaras de televisión, que es el momento que recoge el video.
El sacerdote invita a todos a la Comunión, incluidos los no católicas ya que, según este, «todo el que escucha y comparte la invitación de Jesús a participar en su mesa, como acabamos de orar, puede recibir la Comunión». En este momento, el cura le administra la Comunión al pastor protestante, momento que corta la televisión suiza. Después, el pastor protestante toma el cáliz y lo administra al resto de los presentes.
La traca final viene al final del video cuando el pastor protestante afirma que esto no es algo nuevo, sino que es una «larga tradición». Hombre, llegados a este punto, se agradece la sinceridad en el reconocimiento de los abusos.
Ahora bien, Tolusso admite que existen diferencias con los protestantes, como el papado, la jerarquía y la comprensión de los sacramentos, ahora bien, «si un cristiano reformado puede decir que sí a una concepción cristiana, entonces se puede participar en la comunión católica». Mientras el pastor protestante con toda sinceridad precisa que para él, la Cena del Señor es sólo un símbolo: «Yo no veo a Cristo, veo el pan»
¡Hay que tener poca vergüenza!
Y ahora el video.
]]>Visto en Pasión en Sevilla.
Está claro que no son hechos aislados.
De nuevo un episodio desafortunado de actos vandálicos se ha cebado con una hermandad, en esta ocasión de la localidad de Almería.
En el día de ayer un desaprensivo atacó las manos de la imagen titular cristífera de la cofradía almeriense del Rosario del Mar sustrayendo las manos y partiendo los dedos de la imagen que talló el imaginero sevillano Luis Álvarez Duarte.
Este acto vandálico ha hecho que la cofradía tenga que cerrar inmediatamente su sede canónica y retirar del culto la imagen titular del Señor de las Penas en el abandono de sus Discípulos para que el imaginero Álvarez Duarte proceda a la reparación del daño ocasionado en la extremidad y reponga el dedo que incluso ha desaparecido.
]]>Las autoridades de la localidad ya han tomado todas las pistas posibles para dar con la persona que ha atentado sin pudor a la imagen de esta corporación.
En un comunicado la Hermandad expone el hecho ocasionado así como la reapertura del templo sin la imagen titular, que será depositada en dependencias anexas para su restauración.
Nota de Prensa
“Durante la jornada de ayer, 28 de septiembre de 2010, la venerada imagen de Nuestro Padre Jesús de las Penas en el abandono de sus discípulos sufrió un atentado que le ocasionó desperfectos de consideración, motivo por el cual la Hermandad se ha visto obligada a cerrar la capilla hasta que la policía finalice con la correspondiente investigación. Una vez se reabra de nuevo lo hará sin la presencia de la imagen del Señor, que permanecerá reservada en lugar privado hasta su restauración por nuestro hermano el escultor e imaginero Luis Álvarez Duarte".
Como ya se anunció hace no mucho tiempo, a finales del mes de Octubre (22 y 23 concretamente) se celebrará en Sevilla un Congreso de muerte, como lo ha conceptuado D. Julio Domínguez Arjona.
Que el Estado apoye y promueva instituciones que atentan contra la vida es clarificador sobre los poderes demoníacos que dirigen nuestras instituciones. Cuando Dios no es lo principal, el orden se subvierte, encaramándose el pecado hasta la cúspide, ensuciándolo todo de arriba abajo.
El Ayuntamiento de Sevilla ha patrocinado, declarándolo a su vez de interés científico y sanitario por la Junta de Andalucía, esta reunión de asesinos que se aúnan bajo el eufemismo de «Federación Internacional de Profesionales del Aborto y la Contracepción». Que sea el noveno congreso implica necesariamente que ha habido ocho anteriores, lo que muestra que nuestra sociedad es un asco, donde los asesinos se reúnen con total impunidad bajo el amparo de una ley inmoral, que el hombre se ha dado a sí mismo para su propia destrucción. ¿Puede haber algo más execrable? Sí, lo hay. Que el Congreso se celebre en Sevilla que porta el título de Mariana en su escudo, añade el sumando de la afrenta a la suma total. Una nueva agresión en toda regla de los poderes públicos, sevillanos y andaluces, a la Iglesia Católica. Se ríen en la cara de los católicos porque saben que pueden. La impunidad del mal.
Pues bien, este año el motivo de su reunión se encuentra resumido en el lema que le da título: «Aborto provocado: Consolidar la calidad y el acompañamiento», lo que no puede ser más desvelador, por otra parte. Síntesis de la sordidez que baña las almas de los miembros de dicho foro.
El silencio en la ciudad ante este asunto por parte de la Iglesia docente es clamoroso. Se escucha por todas partes. Por eso resulta más prodigioso, que un Hermano Mayor de las tan denostadas hermandades sevillanas haya hecho llegar al Director del Hotel Meliá Sevilla donde se celebrará el congreso de muerte estas letras que recogía el Maestro Burgos en su recuadro diario en el ABC. D. Luis Onieva es el Hermano Mayor del Santo Entierro de Sevilla, una de las hermandades que más se ha significado en su lucha contra el aborto, y la carta dirigida al director del hotel dice así:
Muy señor mío: Me dirijo a usted en relación al congreso de profesionales del aborto, para mostrarle mi rechazo más absoluto a que el hotel que usted dirige, y que forma parte de una cadena de hoteles de tan alta categoría nacional e internacional, acoja la celebración del IX Congreso de la Federación Internacional de Profesionales del Aborto y la Contracepción, con un programa absolutamente deleznable, encaminado única y exclusivamente a enseñar, perfeccionar y facilitar una práctica tan despreciable como el asesinato de seres humanos, sin posibilidad alguna de defensa. Ruego que se replantee esa equivocada decisión, pues la celebración de ese Congreso en Sevilla, ciudad que en reiteradas ocasiones ha manifestado su rechazo al aborto y la defensa del Derecho Fundamental a la Vida, únicamente podría conllevar consecuencias negativas para su negocio
Que la Iglesia docente calle es normal. Tras Nicea ocurrió lo mismo que ahora pasa tras el Vaticano II.
Eso sí, la Virgen de Regla, de la Hermandad de los Panaderos irá a Madrid, cosa muy importante.
Lo que es inevitable es que las piedras hablen.
¡El Señor tenga piedad de nosotros y la Virgen de la Esperanza nos ampare!
]]>Parroquia de San Antonio, Curitiba.
Fuente: Fratres in Unum
]]>Del misterio pascual nace la Iglesia. Precisamente por eso la Eucaristía, que es el sacramento por excelencia del misterio pascual, está en el centro de la vida eclesial. Se puede observar esto ya desde las primeras imágenes de la Iglesia que nos ofrecen los Hechos de los Apóstoles: « Acudían asiduamente a la enseñanza de los apóstoles, a la comunión, a la fracción del pan y a las oraciones » (2, 42).La « fracción del pan » evoca la Eucaristía. Después de dos mil años seguimos reproduciendo aquella imagen primigenia de la Iglesia. Y, mientras lo hacemos en la celebración eucarística, los ojos del alma se dirigen al Triduo pascual: a lo que ocurrió la tarde del Jueves Santo, durante la Última Cena y después de ella. La institución de la Eucaristía, en efecto, anticipaba sacramentalmente los acontecimientos que tendrían lugar poco más tarde, a partir de la agonía en Getsemaní. Vemos a Jesús que sale del Cenáculo, baja con los discípulos, atraviesa el arroyo Cedrón y llega al Huerto de los Olivos.
Juan Pablo II: Ecclesia de Eucharistia
]]>Sí, murió hace treinta y seis años, aunque parezca mentira. Y si ayer eran los padres los que vivieron a las ubres del Caudillo, hoy son los hijos los que siguen agarrados a las tetas del Estado.
Sinceramente, Franco es un chollo. Si no existiera habría que explicarlo. ¿Cómo se explica entonces que la Junta de Andalucía apruebe una medida que regalará 1.800 pavos a las mujeres que juren haber sido represaliadas por el franquismo? ¡Anda que no!
Ya se sabe, el dinero del Estado no es de nadie. Por eso Griñán, Pepe para los colegas, después de llevar una vida denodada de lucha contra el franquismo a favor de las libertades – concepto éste discutido y discutible, porque, ¿no tenía más libertad el nasciturus en el régimen anterior que en el sacrosanto régimen democrático? -, regala la pasta que no es de nadie, vamos que no es suya sino de los lerdos que se parten el lomo currando.
Y es que los socialistos son así. Instalados en el machito durante el régimen anterior, instalados en el machito en el régimen actual. Y mientras la afición, esto es el pueblo, llorando, pero callado y sin protestar, y los empresarios, subvencionados, porque ya se sabe el que se mueve no sale en la foto y peligra la vida del artista.
Franco murió, pero ¿a quién lo importa? Lo importante es seguir hablando de él y que la gente viva de él, sino directamente al menos por la subvención. Mientras el Estado hace su labor de lavadora, porque es lo mejor - o más bien lo único – que sabe hacer, y no hay cerebro que aguante una centrifugación.
A Franco muerto, Griñán puesto.
Y la rueda sigue girando.
]]>Conocí a un profesor protestante de teología pastoral que decía hace ya treinta años que si la Iglesia quisiera hacerse oír por el mundo, tendría que comenzar por procurar resumir su credo en una tarjeta de visita. En realidad Gaudium et Spes, la proclama del Concilio al mundo, es el más voluminoso de sus documentos, y de una lectura tan poco amena, que uno se pregunta cuántos de los mismos que lo votaron lo leyeron desde el principio hasta el fin….m y cuántos de los que lo han leído lo han comprendido. Tres objetos formales, como dirían nuestros maestros, se dan codazos en este documento, como los frères Jacques en su inolvidable parodia de un partido de fútbol, y el último para el tiempo tratando inútilmente de colarse a la primera línea. En un principio se quería, aun hablando entre bastidores tratar de darse ánimos para afrontar aquello que no se había observado nunca sino con una visión marginal. Se quería luego, y aquí fue donde se desplegó mayor prodigalidad, dar (¿al mundo mismo o en la Iglesia?, esto no aparece muy claro) una descripción de este mundo, en la que, desgraciadamente, la buena voluntad es más conmovedora que el rigor de los hechos y sobre todo que la precisión de los criterios. Y luego se tenía también la intención de anunciarle el Evangelio. Pero, aunque esta solicitud subyacente reaparece a todo lo largo del documento, como eco de la conciencia profunda, es innegable que el documento no logró expresarse claramente. Sería exagerado decir que se tiene la sensación de que los padres no osaban ya pedir nada al mundo. Más bien dan la sensación de no haber sabido exactamente qué decirle….Estas flaquezas de un documento abigarrado, incompleto, aunque de una prolijidad desalentadora (son siempre los predicadores que no saben exactamente lo que quieren decir, los que no acaban nunca de decirlo), no le impedían tener algunas buenas bases como punto de partida para un conato de recuperación, y el mero hecho de reconocer finalmente su urgencia habría sido quizá lo mejor que se hubiera podido esperar de tal asamblea.
Desgraciadamente, lo fuerte que contenía este texto no fue lo que despertó mayor eco. Hasta ahora, sus debilidades demasiado llamativas son prácticamente las únicas que han hecho escuela, y el rasgo se ha extremado de golpe hasta la caricatura.
La apertura al mundo que se proponía a los católicos, la conversión al mundo que se les sugería ¿en qué se han quedado para ellos, por lo menos para los que inmediatamente se apoderaron del micrófono y que monopolizan la prensa? Al escucharlos resulta difícil no evocar a estos salvajes de tieras remotas, que delante de un transistor, de una cadena de water o de un paquete de preservativos caídos repentinamente a su puerta, no saben sino caer de rodillas y creen a pie juntillas que el avión de carga que les ha arrojado esas maravillas no puede ser sino Nuestro Señor en persona.
Se ha hablado de postración delante del mundo para describir la moda de hoy en el pensamiento católico o en lo que lo remplaza. Realmente es decir muy poco. «No me gustan esas postraciones, no me gustan esas postraciones cobardes, todas esas sucias postraciones de esclavos», decía el Dios de Péguy. Hay que suponer que los católicos han oído por fin por lo menos esa palabra de Dios.
Pero las postraciones en cuestión de tal manera deben formar parte de su naturaleza, que no han podido hacer, no se les ha ocurrido, sino transferirlas a una divinidad menos hastiada de adoradores. Así multiplican las zalemas, amontonan los superlativos, se prosternan a porfía. Se piensa en la frase inaudita, hábilmente destacada por el canónigo Martimort en su estudio Le Gallicanisme de Bossuet: «Colgado de los pechos de la Iglesia Romana, me postro a los pies de Vuestra Santidad…» ¡Qué gimnasia, cielo santo! Los católicos de hoy, manteniéndose colgados de los pechos del progreso no acaban nunca de arrastrar el vientre por el suelo, a los pies más o menos hendidos de todos los becerros de oro que aquél ha hecho popular. Pero lo verdaderamente extraordinario es que, absortos en sus oraciones, no oyen la enorme carcajada que lanza poco a poco el mundo ante el espectáculo ofrecido por su servilismo maníaco. A decir verdad, hace ya tiempo que se había dejado de tomarlos en serio.
Pero ante este súbito e inesperado hormigueo a cuatro patas, de personas que os volvían la espalda desde hace generaciones, ¿qué queréis que se haga sino desternillarse de risa? Hay, sin embargo, en este mundo personas delicadas, más numerosas de lo que imaginan los católicos, que no sólo no se han embriagado con todo ese incienso rancio, desviado de Dios para el solo provecho de sus fosas nasales son que les da náuseas el hedor de esa humildad abyecta….
Los católicos de ayer eran incapaces de recibir ninguna lección del mundo. Ahora están convencidos como Mussolini, de que el mundo ha sempre raggione. Pero olvidan que el mundo no está compuesto únicamente de imbéciles y que todo lo que en él tiene lucidez se plantea cuestiones cada vez más angustiosas. Si la Iglesia puede tener todavía sentido para el mundo de hoy, hay que suponer que es capaz de responderle o, cosa quizá todavía más importante, de ayudarle a plantearse por fin las verdaderas cuestiones. ¿Qué queremos que haga con toda esa pandilla de histéricos, a los que la idea descabellada de que ya no hay problemas que no haya resuelto el mundo o que no esté a punto de resolverlos, basta para sumergirlos en un estado de delirio?
El aggiornamiento va de la mano con la apertura al mundo, aunque la desborda. El aggiornamiento que quería Juan XXIII, el que el Concilio, a tientas, como era inevitable, pero después de todo con vigor, había tratado de incoar, era el del escriba avisado que busca nova et vetera en un tesoro que había perdido la costumbre de frecuentar, estando como estaba totalmente ocupado en guardarlo y defenderlo, como un dragón arisco agazapado sobre su inútil tesoro. Y para responder finalmente a las necesidades del momento había que comenzar por dar de nuevo con las necesidades de siempre. El aggiornamiento que se nos propone y se nos quería imponer consiste simplemente en largar toda la tradición para saltarle al cuello a una futuridad que nade sabe exactamente qué figura tendrá. Pero la idea misma de una historia que para ir hacia su meta tuviera que abolir su pasado, es una de esas que han desaprobado los pensadores más modernos. Un Einstein no creyó ni un instante que con su obra estaba aboliendo a Newton: sabía mejor que nadie que, según el dicho de Pascal, podía escasamente montarse sobre sus hombros para procurar ver más lejos. Si hay algo cierto en el estructuralismo contemporáneo, es que el espíritu humano de nuestro tiempo, así como el de todos los que lo han precedido, trabaja dentro de marcos que han heredado y de los que no puede evadirse, como uno no puede tampoco saltar fuera de su sombra. Todavía más profundamente, las psicologías profundas no shan advertido que los que creen suprimir su pasado para emanciparse de él, no hacen más que reprimirlo en vano. Refugiado en el subsuelo de nuestra personalidad, corroe sus bases y nos veda todo desarrollo verdadero. Habría que comenzar por asumirlo francamente para que comience el verdadero presente, donde el futuro se construye libremente.
Con más razón hay que decir esto cuando nuestro pasado, como es el caso de los cristianos, lleva en sí la revelación única y definitiva de lo eterno. Esos católicos que sólo quieren mirar el punto omega, sólo pueden conservar a Cristo volatilizándolo en la pura mitología. Lo que dijo, lo que hizo, lo que es y será para siempre, ya no les interesa. Ya no lo guardan sino como un símbolo tribal vaciado de todo contenido y con el que están dispuestos a etiquetar cualquier cosa, con tal que sea o parezca nueva. No les preguntemos ya si creen todavía en su divinidad: os responderán muy ufanos que están más allá de esa cuestión. Sólo les interesa el futuro de la humanidad, es decir, lo que la nuestra, llegada a la edad adulta, tomando sola en la mano su destino, puede devenir (sea lo que fuere, un supermán o un mono con un ojo en la punta de la cola, que eso les tiene sin cuidado, con tal que sea algo nuevo o que por lo menos lo parezca).
Jesús, un Jesús ahora ya completamente humano, porque únicamente humano, no tiene ya para ellos otro sentido que el de ser la promesa, la garantía de esas mutaciones que se nos anuncian como inminentes. ¿Por qué fue elegido para este papel precisamente Jesús, más bien que cualquier otro personaje de la historia humana? Verdaderamente no se ve por qué…Seguramente la única fuerza de la costumbre que es tanto más tiránica en todos los que tienen la fobia de su pasado. Sin embargo, si hay un rasgo de la personalidad de Jesús que están acordes en reconocerle todos los historiadores, aun los más críticos, es que no vivía sino para Dios: el Evangelio del reino era para él lo que san Pablo resumiría felizmente en la fórmula: «Dios, todo en todos».
Pero Dios mismo ha muerto para estos neo-adoradores del mundo. Él les había dicho ya que no se puede servir a dos amos. Ellos han escogido. El mundo, Mammón, los ha acaparado inmediatamente. Como me decía poco ha una religiosa de la nueva ola: «Para mí mi religión sólo conoce la dimensión horizontal». Ahora bien, la dimensión horizontal por sí sola no ha constituido jamás una religión. Se ha lanzado, pues, por la borda la religión, después de haber hecho almoneda de lo sagrado. Pero como en un cristianismo desacralizado no había ya nada que hacer con el Cristo de la fe, ni tampoco con el de la simple historia, en un mundo irreligioso, consagrado finalmente en su profanidad moderna, Dios no ha tardado evidentemente, en convertirse en el vocablo más vacío de sentido que se pueda imaginar
.
La descomposición del catolicismo, Louis Boyer. Ed. Herder, pp. 46 – 52.
]]>Un amable comentarista del blog, cuyo nombre prefiere guardar en el anonimato, me ha hecho llegar para su publicación, una traducción de un artículo muy interesante de Monseñor Brunero Gherardini sobre el Concilio Vaticano II (original aquí).
Monseñor Gherardini es conocido por la reciente publicación de un libro – que dará mucho que hablar -, titulado «Concilio Vaticano II: una cuestión abierta». Este canónigo de la Basílica de San Pedro y secretario de la Pontificia Academia de Teología, además de profesor de la Universidad Pontificia Lateranense y editor de la revista Divinitas, fue postulador, también, de la causa de beatificación de S.S. Pío IX.
Debo advertir que en el artículo se vierten las opiniones de su autor y como tal, le atañe a él únicamente.
Yo, por ejemplo, le veo una pega, en mi humilde opinión, y es utilizar como criterio extrínseco definitivo la fórmula expresada por San Vicente de Lerins en su Commonitorium, el “quod semper, quod ubique, quod ab omnibus”, para afirmar o no la continuidad de un tema doctrinal con la Tradición. Newman, en su Development, mostró que no siempre era posible verificar el método en ciertos artículos de fe. El verdadero criterio es el desarrollo genuino de los principios revelados, depositados en inicio histórico de la Iglesia y custodiados en la Tradición Apostólica.
Aún así, el artículo es interesante, más viniendo de una voz cualificada.
Igualmente, hago mía las recientes palabras del padre Iraburu en un comentario a un artículo anterior:
Ninguno de nosotros es nadie “para dar un juicio categórico” sobre un Concilio ecuménico, ni a los 50 años de su celebración ni a los 100. Lo que nosotros tenemos que hacer es recibir íntegramente el Concilio Vaticano II, entendiéndolo siempre, como insiste Benedicto XVI, en clave de “continuidad” con la Tradición. Así lo vengo haciendo yo en todos estos decenios, sin que me haya salido ninguna hernia mental.
Y si en algún punto no alcanzamos a ver esa continuidad, tendremos que 1) preguntar a quien pueda ayudarnos; y si no nos ayuda 2) suspender el juicio sobre el tema.
Pero ay de nosotros si hacemos “un juicio categórico” negativo sobre alguno de los documentos del Sagrado Concilio ecuménico Vaticano II. Dios nos libre.
¿Qué quiero decir con esto? Pues que el artículo lo publico para la reflexión, no para que sirva de trampolín para golpear a la Iglesia o el Papa. Los que pretendan esto que sepan que serán borrados.
Una vez dicho esto, el artículo es el siguiente:
]]>Valor “magisterial” del Vaticano II
Por Brunero Gherardini
Se me ha preguntado si el Concilio Ecuménico Vaticano II posee valor magisterial. La pregunta está mal formulada.
Un Concilio —cualquiera sea su índole, finalidad o la necesidad contingente a la que procure responder— es siempre parte integrante del Supremo Magisterio de la Iglesia. El más solemne, del más alto nivel. Desde este punto de vista, y prescindiendo de la materia en examen, cada uno de sus pronunciamientos es siempre magisterial. Es magisterial en el sentido más propio y más noble del término.
Esto no quiere decir que sea vinculante de modo absoluto. Dogmáticamente, entiendo, y en el ámbito del obrar moral. Magisterial, en efecto, no necesariamente se refiere al dogma, o al ámbito de la doctrina moral, sino simplemente a cualificar una afirmación, o un documento, o una serie de documentos del Magisterio, supremo o no. He excluido que sea vinculante de modo absoluto, porque con esa fuerza no lo es siempre. El hecho mismo de que una simple exhortación provenga de una cátedra de tal y tanta autoridad, crea ciertamente un vínculo. Pero no el que exige el asentimiento incondicionado de todos (obispos, sacerdotes, pueblo de Dios), y exige una adhesión propia de la fe; sino el que a todos reclama un obsequio religioso, interior y exterior.
Para que surja la exigencia de un asentimiento incondicionado, y de su traducción en un comportamiento coherente, es preciso que se presenten algunas condiciones, faltando las cuales un pronunciamiento conciliar, indudablemente magisterial, está privado de la capacidad jurídica y moral de vincular la libertad de la Iglesia y de sus miembros singulares. En tal caso, obviamente, la necesidad de atención, de obsequio, de respeto, no sólo en público, sino también en privado, toca a la responsabilidad de cada cristiano-católico.
Cuales sean esas circunstancias [que exigen un asentimiento incondicionado] es algo sabido por todos, imagino que también por aquellos que no las tienen en cuenta. Porque no quisiera que alguno considerase que expongo ideas personales, las tomo de los labios de una personalidad que no es objetable, tanto por los méritos que universalmente se le han reconocido, cuanto por el oficio y la función que estaba desempeñando cuando las pronuncio de manera pública y oficial: el 16 de noviembre de 1964, en pleno desarrollo del Vaticano II y en orden a clarificar su valor. En respuesta a las reiteradas solicitudes, el Secretario del Concilio, S.E.R. Mons. Pericles Felici (NT:empleamos la traducción de la BAC, 1966) dijo: “el texto del Concilio debe ser interpretado siempre según las reglas generales de todos conocidas”. Según tales reglas, toda la Iglesia, sin excepción, está obligada a profesar “…como materias de fe o de moral solamente aquellas que como tales [el Concilio] declarare abiertamente”. Tratándose, sin embargo, de un Concilio pastoral, sin excluir que el mismo pudiera reproponer enunciados dogmáticos de otros Concilios, definidos en otras circunstancias, el Excmo. Mons. Felici precisó que también las directrices pastorales del Concilio Vaticano II son propuestas como “como doctrina del supremo Magisterio de la Iglesia” y en cuanto tales, todos y cada uno de los cristianos “deben recibirlo y abrazarlo de acuerdo con la mente del propio Santo Sínodo, la cual se conoce, ya por la materia concreta, ya por la forma de expresión”.
Como puede verse, para indicar cuál y de qué naturaleza era el valor magisterial vinculante del Vaticano II, el Secretario del Concilio, hizo una apelación a varios factores. Hablando de su pastoralidad, recordó:
- Los límites impuestos al Concilio por el Papa Juan XXIII en la apertura del mismo: no la condena de los errores o la formulación de nuevos dogmas, sino la adecuación de la expresión de la verdad revelada “para el mundo contemporáneo, su mentalidad y cultura”;
- La hermenéutica teológica, es decir, el análisis de los problemas emergentes, a la luz del dato revelado y de la Tradición de la Iglesia;- El tenor de las expresiones empleadas.
Las dos primeras condiciones no necesitan de muchas explicaciones; la tercera se refiere a nociones de índole técnica [formas de expresión] de las cuales se deduce la intención o de dogmatizar o simplemente de exhortar. Hay que notar que un dogma surge no porque un Concilio (también el Vaticano hizo lo mismo) utilice formulaciones como las siguientes: “…nos haec sancta Synodus docet… docemus et declaramos… definimus”, o semejantes, sino porque el contenido doctrinal de un capítulo entero, o de sus artículos, se sintetiza en un “canon” que afirma el dogma y condena el error contrario. El tenor de la expresión verbal es por tanto formalmente decisivo. Se puede pacíficamente afirmar que un Concilio es o no dogmático, sobre todo, en base a su “voluntas definiendi”, claramente manifestada mediante la forma de expresión antes mencionada.
El Vaticano II nunca presentó tal “voluntas”, como se nota con facilidad del contenido de sus modos y de sus formulaciones: ningún “canon”, ninguna condena, ninguna nueva definición, sino, a lo sumo, la referencia a algunas definiciones del pasado. La conclusión que se extrae es obvia: se trata de un Concilio que, en principio, excluye la formulación de nuevas doctrinas dogmáticas; y éstas, aunque no son dogmáticas, podrían asumir valor dogmático sólo si el asunto hubiera sido definido en otros Concilios, y reasumido ahora. En cualquier otro caso, las eventuales novedades, no son más que intentos de responder a las demandas del momento y sería teológicamente incorrecto, incluso carente de efecto, dotarlas de valor dogmático sin el fundamento de la mencionada “voluntas definiendi”.
De ello se sigue que una dogmatización del Concilio Vaticano II sería una distorsión, pues las enseñanzas conciliares se pueden cualificar de infalibles e irreformables, sólo cuando reafirman definiciones precedentes.
En base a los principio hermenéuticos de Mons. Felici, no se sigue que nadie – sea obispo, sacerdote, teólogo, o pueblo de Dios- tenga el derecho de despreciar las enseñanzas del Vaticano II. Provenientes del Magisterio todas gozan de una dignidad y autoridad no comunes. Nadie podrá impedir al estudioso verificar los fundamentos del Concilio –lo exige la invocada hemenéutica teológica-, pero ninguno deberá negarle obsequio religioso interno y externo.
Sin embargo, hay un “pero” y un “sí”. Consideremos la hipótesis de que en alguno de los dieciséis documentos del Concilio Vaticano II, o incluso en la totalidad, se detectaran errores.
En abstracto, es posible: siempre se ha discutido si un Concilio podría no corresponder a las intenciones y finalidad declaradas, o incluso si podría caer en la herejía.
Mi sumiso parecer es que todo ello no se ha de excluir, atento la fragilidad o la malicia del corazón humano; pero creo que si ello se verificase, un Concilio dejaría de serlo.
En cuanto al Vaticano II, durante unos cincuenta años, la atención crítica ha estado como adormecida ante él, sofocada por los continuos himnos de alabanza que lo han rodeado. Sin embargo, los problemas no faltan, y son extremadamente serios. No hablo de herejía, por supuesto, pero sí de temas doctrinales que no están en línea con la Tradición de siempre, y por tanto no son fácilmente conciliables con el “quod semper, quod ubique, quod ab omnibus” de san Vicente de Lerins, faltando en tales casos la continuidad del “eodem sensu eademque sententia” de su “Commonitorium”.
Por ejemplo, una expresión como “subistit in” no puede aceptarse con ligereza, si no se prueba mediante la investigación y la discusión crítica -me refiero al alto nivel científico– que en última instancia se puede interpretar de manera ortodoxa: lo cual, en mi opinión, debería excluir la ampliación de la “catolicidad” y de la capacidad salvífica a las denominaciones cristianas no-católicas.
Si consideramos a la “Dignitatis humanae” como el anti-Syllabus, en comparación con el famoso documento del beato Pío IX (1864), la continuidad con la Tradición se ha roto incluso antes de que la cuestión llegue a plantearse. Y, por último, si se declara tradicional la doctrina de la suprema, plena y universal potestad de gobierno en la Iglesia -el Papa y el Colegio Episcopal, con el Papa y bajo el Papa, jamás sin él ni por encima de él- justificándola con “la relación real inadecuada”, se afirma un sinsentido, además de un error histórico y teológico.Hay que tener en cuenta otra circunstancia, en base a la cual el valor de los documentos, aunque todos conciliares y por tanto magisteriales, no siempre es el mismo: una cosa es una Constitución, otra un Decreto y otra una Declaración. Hay un valor decreciente de documento a documento. Y también si resultase con toda evidencia un eventual error en el Vaticano II, su gravedad mutaría en función de su ubicación en cada uno de los tres tipos de documentos. En síntesis, por tanto, yo diría:
- el Concilio Vaticano II es, sin duda, magisterial;
- ciertamente, no es dogmático, sino pastoral, habiendo sido siempre presentado como tal;
- sus doctrinas son infalibles e irreformables, sólo cuando se derivan de definiciones dogmáticas;- aquellas que no gozan de fundamentos tradicionales son, en su conjunto, una enseñanza conciliar auténtica, y por ende magisterial, pero no dogmática; generadoras de una obligación de asentir, que no es de fe, sino de una recepción cordial y respetuosa, en la línea de una adhesión leal y reverente;
- por último, aquellas novedades que parecen o inconciliables con la Tradición o contrarias a ella, podrán y deberán ser sometidas a examen crítico basado en la más rigurosa hermenéutica teológica.
Salvo, obviamente, “meliore judicio”.
El padre Manuel María Bru en el penúltimo sermón radiofónico, que reproduce en su blog «Dios es providente», ha tenido la ocurrencia de definir al Papa Benedicto XVI y al Beato Newman como librepensadores.
Evidentemente a Benedicto XVI y a Newman se les puede adjetivar de muchas maneras, pero nunca como librepensadores. Sin embargo, no era ésta la intención de nuestro querido sacerdote, sino la que refleja en una respuesta a un comentario en su blog:
• diosesprovidente Dice:
9-21-2010 @ 13:54
Es evidente que el “entrecomillado” con el que pongo la palabra “librepensador” refuerza que la intención de usar esta palabra, como de hecho queda patente también por el contexto, es la de utilizar su connotación derivada, la de todos aquellos que autodominandose librepensadores o hablando de estos, consideran que su pensamiento es contracorriente. La reflexión que quiere suscitar este comentario va en la línea de algo que supone una apuesta importatísima de la Iglesia de hoy, encabezada por el Papa, y que tiene en Newman un antecedente histórico de primer orden, y que consiste en dos cosas:
Primera, en que la fidelidad a la propia conciencia y a la razón nunca puede plantearse como contraria a la aceptación de una verdad revelada, porque el mismo creador de la razón y Quien más respeta la conciencia individual es el mismo que se revela.
Segunda, en que hoy precisamente quienes más defienden la autonomía de la conciencia y la importancia de la razón lejana de condicionamientos ideológicos y de las tendencias de la cultura dominante, son precisamente los cristianos convencidos.
Todo eso se quiere decir -tal vez sea demasiado- al decir que el Papa, como Newman, son “libre pensadores”, es decir, que piensan con libertad del pensamiento único o de la “religión” (también entre comillas) oficial. Porque lo que define el librepensamiento en realidad no es la independiencia de la trascendencia, sino la independiencia del pensamiento dominante, que cuando surge el término, es el de un contexto cultural cristiano occidental, con todos los añadidos no cristianos de la época en la que se produjo el fenómeno de la ilustración.
A tenor de la respuesta podemos decir que el padre Bru no estuvo especialmente clarividente a la hora de traer el ejemplo, algo que tiene relativa importancia. Más importante es comprobar la mistificación en el uso de las palabras y el desconocimiento absoluto en lo que concierne al librepensamiento. Las palabras significan lo que significan. No podemos cambiar su significado a no ser que estemos dispuestos a no hacernos entender y, por ende, a sembrar el equívoco. Si tenemos en cuenta que hablamos del director de un programa religioso cuyo mensaje tiene que ser claro y nítido para que llegue a la mayoría de los oyentes, la cuestión toma tintes tragicómicos. Si realmente Manuel María Bru lo que quería decir era que tanto el pensamiento de Newman como el de Benedicto navegan contracorriente, ¿por qué no lo expresó tal que así? ¿Por qué utilizar una palabra cuyo campo semántico no se corresponde con el del término «a contracorriente» nada más que en un punto accidenta y subjetivo – porque esto sólo ocurre en las entendederas del padre Bru-? Eso sí, siempre existe la posibilidad que D. Manuel María sea un sosias de Roscelino, pero me da a mí que el tema de los universales dejó hace ya mucho tiempo de darse en los seminarios, por desgracia. O sea.
Más llamativo y grave en un comunicador cristiano es lo que a continuación traigo. Dice el padre Bru en el comentario anterior:
(…) la fidelidad a la propia conciencia y a la razón nunca puede plantearse como contraria a la aceptación de una verdad revelada, porque el mismo creador de la razón y Quien más respeta la conciencia individual es el mismo que se revela.
(…) hoy precisamente quienes más defienden la autonomía de la conciencia y la importancia de la razón lejana de condicionamientos ideológicos y de las tendencias de la cultura dominante, son precisamente los cristianos convencidos.
Convencidos de ir al barátro, diría yo. Porque un cristiano no puede defender la autonomía de la conciencia en bruto, ya que ésta puede errar, al contrario de la sindéresis.
Existe el deber de seguir la conciencia, ya que ésta realiza la búsqueda de la verdad. Su dignidad se encuentra en que es “la norma próxima de la moralidad personal” (VS 60); sin embargo esto no quiere decir que sea la norma última. El deber de seguir la conciencia se funda en el deber de la misma de buscar la verdad, o sea, en la formación de la conciencia: somos responsables ante nuestra conciencia y ante Dios. Por ello, sólo se puede seguir un juicio cuando éste sea cierto y no cuando sea dudoso. En este caso, se está en obligación de depejar dicha duda en la medida que sea posible.
La conciencia responde a la llamada de Cristo. El comienzo de esta respuesta es el cambio de mentalidad (metanoia) acabando con la entrada en el sujeto nuevo que es Cristo y cuyo lugar es la Iglesia. De ahí que el cristiano debe renunciar a cualquier autosuficiencia y comprometerse en el seguimiento de Cristo y en la comunión eclesial. En relación a la mediación eclesial, la formación de la conciencia tiene carácter pascual. Frente al autonomismo moral, la conciencia cristiana se reconoce engendrada, adquiriendo la Iglesia un papel primordial. La Iglesia se expresa como Madre respecto a la conciencia. Entonces las figuras de María y Pedro se presentan como dos elementos constitutivos del ser hijos de la Iglesia.
Y ya que el padre Bru habla de Newman, habría que decir que para el Beato, la conciencia es la voz de Dios, al contrario de lo que entendían sus contemporáneos.
La Conciencia no es una especie de egoísmo previsor, ni un deseo de ser coherente con uno mismo; es un Mensajero de Dios que tanto en la naturaleza como en la Gracia nos habla desde detrás de un velo y nos enseña y rige mediante sus representantes. La Conciencia es el más genuino Vicario de Cristo
escribirá Newman en la carta que dirigió al duque de Norfolk, a lo que añade:
cuando los hombres invocan los derechos de la conciencia no quieren decir para nada los derechos del Creador, ni los deberes de la criatura para con Él. Lo que quieren decir es el derecho a pensar, escribir, hablar y actuar de acuerdo con su juicio, su temple o su capricho, sin pensamiento alguno de Dios en absoluto.
Benedicto XVI y Newman, librepensadores. ¡Y en la COPE!
Quién te ha visto y quién te ve.
]]>Fuente: New Liturgical Movement
]]>En otras épocas los cristianos católicos, aun sin lograr cristianizar de arriba abajo las instituciones sencillamente humanas en que se encuadraban, conseguían en conjunto introducir en ellas una cierta purificación, y hasta una elevación incontrovertible Sea lo que fuere lo que se piense del imperio de Constantino y de sus sucesores, era ciertamente mejor, por no decir más, que el de Nerón o de Cómodo. El caballero medieval, sin ser un modelo acabado, manifestaba virtudes que ciertamente no poseían los reitres bárbaros que le habían precedido. Y el humanista cristiano del renacimiento, pese a sus propias limitaciones, hacía enorme ventaja a sus colegas no cristianos.
¿Es pura casualidad el que en nuestros días el hecho de entrar los cristianos, y especialmente los católicos, en los marcos del mundo contemporáneo, parezca hacer más llamativos los defectos que se observaban anteriormente, si no es que todavía añaden ellos algo por su cuenta? Lo que se dice de la prensa o de la información en general ¿no es sencillamente el equivalente de lo que se puede observar en los partidos políticos o en los sindicatos cuanto entran en ellos los católicos? Ya se trate de los «ultras» en el PSU, de la Action Française y el MRP, por no hablar de otros países, del Zentrum germánico de la democracia cristiana italiana o del «revolucionarismo» católico de América del Sur, es difícil librarse de la impresión de que los partidos de signo clerical, inscríbanse a la derecha, a la izquierda o en el centro, se sumergen muy pronto en el irrealismo, el espíritu maniobrero de camarilla, el verbalismo huero o la violencia brutal que son defectos comunes a los partidos modernos y que tales partidos, a menudo, alcanzan los límites de lo grotesco y de lo odioso. Lo mismo se diga de los sindicatos: colonizados por los católicos parecen no tener ya otra alternativa que la de elegir entre el servilismo de los «amarillos» o la demagogia de los «rojos» particularmente frenéticos.
¿Serán los católicos modernos de esos individuos, a los que una carencia congénita predispone no sólo a coger todas las enfermedades que puedan presentarse, sino a acusar en ellas una forma especialmente virulenta? La gracia parece haber cesado en ellos de ser no sólo elevans, sino hasta sencillamente sanans.
(…)
Cuando Juan XXIII, que acababa de ser elegido, salió de la Capilla Sixtina, dijo a los que le rodeaban: «Querría que mi pontificado restaurara la colegialidad en la Iglesia». Y de hecho la realización más considerable del Concilio podría ser la de haber canonizado este principio. Jesús, desde el comienzo mismo de su ministerio en la tierra, y no sólo para que le sucedieran, se rodeó de doce discípulos, a los que asoció a todas sus preocupaciones. Después de la pasión, de la resurrección y de la ascensión aparece Pedro a ojos vistas como el portavoz de esta comunidad y, lo que es más, como su jefe responsable. Sin embargo, actúa siempre en unión con sus colegas y cuando se presenta un grave problema, aunque él lo haya zanjado ya por su parte, como se ve en la historia del centurión Cornelio y de la primera evangelización de los paganos, los pone, o deja que se ponga a discusión entre los Doce: será lo que se suele llamar con términos un tanto pomposos, aunque muy exactamente si se va a al fondo de las cosas, el «concilio de Jerusalén», descrito en los Hechos de los apóstoles. Pero no es todo. Los apóstoles mismos, como lo vemos ya en el Nuevo Testamento, no se preocuparon tampoco de procurarse simples sucesores, sino primero colaboradores, que asocian lo más estrechamente posible a sus quehaceres y a sus decisiones. Y no siquiera esto es todo. Si nunca se consideró verdaderamente fundada a la Iglesia sino a partir de pentecostés, fue seguramente porque el Espíritu Santo descendió sobre ella en aquel momento, pero también fue entonces cuando la predicación apostólica agrupó a los primeros creyentes en torno a los testigos de la resurrección. Y es de notar que el Espíritu Santo no descendió solamente sobre los predicadores, sino conjuntamente sobre los creyentes. «¿Los seglares?, ¿qué es esto?», masculló un obispo delante de Newman. Éste se limitó a contestarle: «Well!, with-out them the Church would look rather foolish!», lo que, traducido algo libremente, equivaldría poco más o menos a esto: «¡Sin ellos, bonita estaría la Iglesia!»
En pocas palabras, la Iglesia es un pueblo, el pueblo de Dios, en el que hay cabezas, responsables, pero en el que a todos los niveles, entre los cabezas y los otros miembros, hay una comunidad de vida de preocupaciones, porque hay una comunidad de fe y, por encima de todo esto y animándolo, una comunión en un solo Espíritu, que dispensa sus dones a todos, y a cada uno su don particular, pero de tal forma que todos los dones, los más elevados como los más humildes, son para todos, para el bien de todos, necesarios a todos. Y el don más grande, a cuyo servicio están todos los otros, es la caridad. Repitámoslo: esto no significa abdicación por parte de las cabezas responsables. San Pablo, muy al contrario, después de haber dicho a los Corintios la sustancia de esto que precede, no tenía reparo, no sólo por cantarles las verdades, sino en inculcarles lo que debían creer y hacer, les agradase o no, porque tal era su función y porque la había recibido de Cristo. Ahora bien, esto significa ciertamente que la Iglesia no puede dividirse en dos: una Iglesia docente simplemente superpuesta a una Iglesia enseñada, sin el menor intercambio entre las dos, y menos todavía una Iglesia activa, úncia capaz, y única juez para lanzar o no la corriente en una Iglesia simplemente pasiva.
Una vez más: no cabe la menor duda de que en vísperas del Concilio estábamos lejos de un reconocimiento franco de esta doctrina. Y si bien – como sucede siempre que las gentes no se resignan a perecer sofocadas dentro de un corsé de fórmulas muertas -, la vida de la Iglesia compensaba en cierta manera las estrecheces de la teología corriente y más aún de las rutinas canónicas, no por ello dejaba de verse bastante entorpecida. Habíamos llegado, poco más o menos, a una concepción de la Iglesia no ya meramente monárquica, sino piramidal, y lo peor era que la pirámide se suponía reposar sobre su vértice. En el plano del episcopado, quien leyera los manuales y observara la práctica de la Curia, podía fácilmente convencerse de que el papa era todo y los obispos no eran nada. En el plano de la diócesis, el obispo era a su vez todo y los sacerdotes no eran nada. En el plano de la parroquia, el señor párroco era todo, y los feligreses no eran nada. En una palabra, en todos los plano, cada uno era un Jano, que llevaba un cero en una cara, y en la otra al infinito, y el vulgum pecus al caer…De hecho, repitámoslo, la realidad distaba mucho de ser tal excepto en los manuales.
La descomposición del catolicismo, Louis Bouyer, ed. Herder, pp 14-15. 30 -33
]]>COMENTARIOS ELEISON 166 (18-IX-2010): LA DOCTRINA – ¿POR QUÉ? II
Doctrina, o enseñanza, pertenece a la esencia misma de la Iglesia Católica. Las almas deben primeramente ser enseñadas en el cómo llegar al Cielo, o nunca podrán llegar allá. “Id y enseñad a todas las naciones” están dentro de las últimas instrucciones dadas por Nuestro Señor a sus Apóstoles (Mateo XXVIII, 19). Esa es la razón por la cual la lucha heroica del Arzobispo Lefebvre por la Tradición Católica (1970-1991) fue inicial y primordialmente doctrinal.
]]>Esa es la razón por la cual, como se citó la semana pasada en el CE 165, el Obispo Fellay le dijo a Brian Mershon el pasado mes de Mayo que las diferencias doctrinales no pueden hacerse a un lado para así poder llegar a un arreglo práctico con Roma, por más atractivo que este sea. Se le preguntó si el rechazo de la Fraternidad de San Pio X de llegar a una solución práctica o canónica no era acaso un “signo de obstinación o mala voluntad", a lo que el Obispo replico (puede consultar sus palabras en el sitio de internet del “Remnant"): “… Es muy claro que cualquier solución práctica que se diera sin un fundamento doctrinal sólido nos llevaría directamente al desastre… Tenemos todos estos ejemplos previos ante nosotros - La Fraternidad de San Pedro, el Instituto de Cristo Rey y todos los demás están totalmente bloqueados al nivel doctrinal porque primeramente aceptaron el acuerdo práctico.”
La razón por la cual la doctrina Católica es “bloqueada” por cualquier acuerdo práctico es de sentido común. Los Romanos de hoy en día aún siguen absolutamente adheridos a su Concilio (Vaticano II). Ese Concilio es esencialmente un alejamiento de la Tradición Católica, la religión de Dios, hacia una nueva religión del hombre. Si entonces ellos le otorgan una mayor concesión a la Tradición, como podría ser cualquier regularización de la FSSPX, estarían obligados a pedir alguna concesión a cambio. Ahora saben que la FSSPX está apegada a la doctrina Católica, por todas las razones que se expusieron anteriormente. Por lo que lo menos que ellos pueden pedir es que las diferencias doctrinales se pasen por alto, por el momento.
¡Más eso es suficiente para los objetivos de Roma! Por lo que se refiere a “por el momento", una vez que una re-unión práctica haya sido firmada, la euforia no doctrinal de todas las almas de la Tradición encantadas de no estar más descobijadas (como lo sienten actualmente) con la desaprobación de Roma haría muy difícil que la FSSPX diera paso atrás si - sólo por suponerlo, claro está - el “momento” se tornara en un espacio de tiempo indefinido. La trampa se hubiera cerrado sobre la FSSPX.
Y por lo que a “pasar por alto” se refiere, el pasar por alto la doctrina, especialmente la radical diferencia doctrinal entre la religión de Dios y la religión del hombre, es equivalente a pasar por alto o dejar de lado a Dios mismo. Pero ¿cómo es que un siervo de Dios puede servir a Dios haciéndolo a un lado o pasándolo por alto? Si uno piensa en esto, ¡ese es el primer pequeñopaso hacia una grande apostasía!
Como el Obispo Fellay lo señala, 40 años de experiencia confirman estos principios - el campo de batalla de la Tradición Católica está lleno de los cuerpos de organizaciones que comenzaron noblemente pero que fallaron al no ver cuán importante es el problema doctrinal.
Kyrie eleison.
Había, pues, llegado, y de sobras la hora de recordar, primeramente, que la jerarquía es un ministerio, es decir, un servicio, puesto que representa entre nosotros a aquel que, siendo el Señor y el Maestro, al encarnarse no quiso adoptar sino el puesto y la función de servidor. Como lo ha mostrado muy bien el padre Congar, no bastaba siquiera con decir que las funciones sagradas debían ejercerse con espíritu de servicio (esto se había dicho siempre, por lo menos con la lengua), sino que había que volver a descubrir que son realmente un servicio. Si no era suficiente para ello la lectura del Evangelio, de las cartas de san Pablo y de san Pedro, no había más que leer la carta de san Gregorio Magno al patriarca de Constantinopla.
Y así como en la Iglesia los cabezas mismos, comenzando por los más elevados, no podrían apuntar más alto que a ser «servidores de los servidores de Dios», importaba reconocer que la Iglesia entera en el mundo está llamada a servir a la humanidad y no a dominarla (aunque fuera «para su bien» supuesto)
Todo esto estaba muy bien. Pero, desgraciadamente, aquí es donde caemos del Evangelio a la mitología; parece que los católicos modernos cuando dicen «servidor» son incapaces de pensar en otra cosa que en criado. Hay que preguntarse si su mismo triunfalismo de ayer era algo más que una mentalidad propia del lacayo, que se pavonea envuelto en sus galoneados harapos, tratando así de olvidar que viste precisamente el hábito suntuoso de su alienación. La mentalidad no parece haber cambiado, sólo que sus formas exteriores se han adaptado a la moda.
Decir, pues, que los ministros de la Iglesia, comenzando por sus cabezas son servidores, ha venido a significar que no tenían que asumir sus responsabilidades de guías y de doctores, sino seguir al rebaño en lugar de precederle. Al coronel de la guardia nacional, que asistía a la desbandada de sus tropas a la sazón de la revolución de 1848, se le atribuye este dicho lleno de sabor: «Puesto que soy su jefe, tengo que seguirlos» ¿No tenemos a veces (quizá fuera mejor decir: a menudo) la sensación de que los obispos de hoy, y tras ellos todos nuestros doctores de la ley, podrían tomar este dicho por su divisa? Los sacerdotes y los fieles pueden decir lo que quieran, hacer lo que quieran, pedir lo que quieran: Vox populi, vox Dei! Se bendice todo con perfecta indiferencia, pero preferentemente todo lo que antes del Concilio se habría estigmatizado. «¿Qué es la verdad?», preguntaba Pilato. Los responsables parecen no tener otro reflejo de respuesta que éste: «Todo lo que queráis, amigos míos». El reino de Dios pertenece a los violentos que lo arrebatan: se diría que esta palabra se entiende hoy en el sentido demasiado fáicl de que el renio de Dios es senciallemnte una merienda de negros. A Newman se le dejó en la sombra durante veinte años porque había tenido la desgracia de recordar esta verdad histórica: al concilio de Nicea había seguido una especie de suspensión de la autoridad durante toda una generación. Al Vaticano II le habría seguido una dimisión casi general de la Iglesia docente. ¿Por cuánto tiempo? ¿Quién podría decirlo?
El difunto padre Laberthonnière observaba con aquella capacidad de simplificación que era a la vez el fuerte y el flaco de su pensamiento: «Constantino hizo de la Iglesia un imperio, santo Tomás hizo de ella un sistema y san Ignacio una policía» En alguna manera se le podría excusar si hoy dijera que el Concilio ha hecho de ella una abadía de Thélème (nota: mandada a construir por Gargantua, en ella cada cual vivía a su capricho)
Pero esto no es todavía lo pero. Lo peor es la tergiversación de la idea de la Iglesia como entidad al servicio del mundo. Hoy se traducirá así: La Iglesia no tiene ya que convertir al mundo, sino antes convertirse a él. No tiene ya nada que enseñarle, sino que ponerse a su escucha: Pero, ¿y el Evangelio de la salvación?, se dirá. ¿No es la Iglesia entera responsable de él para el mundo? ¿No es lo esencial de su misión presentar este Evangelio al mundo? ¡Quién piensa en eso! ¡Todo lo hemos cambiado nosotros! Como dice un volumen típicamente posconciliar, «la salvación sin el Evangelio» ha venido a ser nuestro Evangelio. Aunque, puesto que nos hallamos aquí como en una partida de póquer , en la que el bluff de los unos no hace sino excitar el de los otros, la fórmula está ya superada. Como me decía estos días uno de nuestros nuevos teólogos, la idea misma de salvación es un insulto al mundo en tanto que creación de Dios: el hombre de hoy no puede aceptarla. No se hable más de ello. Pero, ¿podrá esto bastar? ¿El hombre de hoy no considerará como un insulto todavía más intolerable la suposición o la insinuación de que es criatura de Dios? Dios ha muerto, ¿no lo sabéis?, ¿no leéis acaso las publicacinoes católicas que están al día? Si Dios ha muerto, con mayor razón no se le podrá calificar de creador….
Con otras palabras: servir al mundo no significa ya más que halagarlo, adularlo, como se adulaba ayer al cura en su parroquia, como se adulaba al obispo en su diócesis, como se hiperduliaba al papa en la cátedra de san Pedro ¿No es esto natural si servir a la Iglesia misma no consiste ante todo en servirle la verdad evangélica, si el repentino apetito de paternidad de nuestros sumos sacerdotes y de nuestros sacerdotes de segundo o de vigésimo quinto rango se avergüenza tanto de su paternalismo inveterado, que ya no quieren, a decir verda, ser padres.
La descomposición del catolicismo, Louis Bouyer, ed. Herder, pp. 19 - 21
]]>Mañana, Deo volente, culminará la causa de la beatificación de la Madre María de la Purísima, hermana que fue elegida Madre general de la Compañía de la Cruz en el año 1.977, con la proclamación de la misma como Beata.
Para dicho acto, los delegados diocesanos Luis Rueda Gómez, Maestro de Ceremonias de la Santa Iglesia Catedral de Sevilla y Francisco Muriel Rivas elevaron la petición al Hermano Mayor de la Macarena de trasladar a la Virgen de la Esperanza para que presidiera el altar montado al efecto en el Estadio Olímpico, petición que fue atendida por el Hermano Mayor y su Junta de Gobierno.
Evidentemente, la beatificación de la Madre María de la Purísima es una enorme alegría para la Archidiócesis de Sevilla. Pero de esta felicidad que nos embarga, no impiden que me surjan preguntas en torno a este proceso de beatificación mañana quedará finiquitado, a la espera de la canonización de la Madre María de la Purísima. No todo el monte es orégano. Hay cosas que mis humildes entendederas no llegan a comprender.
La primera pregunta que me surge es, ¿por qué se elige el Estadio Olímpico para celebrar la Eucaristía? Un edificio erigido para la somatolatría es un lugar extraño para celebrar la Liturgia de beatificación de la hermana de la Cruz. Es un contrasentido que, contando Sevilla con una de las Catedrales más grandes del mundo se celebre la Eucaristía en un campo de fútbol. No entiendo que se orille un edificio edificado por la Fe y para la Fe, prefiriéndose por el contrario un edificio cuya construcción no es que no tenga nada que ver con la Fe, sino que además, sumieron en una gran ruina a la ciudad, ruina que todavía compartimos y pagamos los sevillanos.
Si nos atenemos, además, a la letra y el espíritu del canon 932 del Código de Derecho Canónico:
La celebración eucarística se ha de hacer en lugar sagrado, a no ser que, en un caso particular, la necesidad exija otra cosa; en este caso, la celebración debe realizarse en un lugar digno.
las dudas se convierten en arcanos. ¿Qué fue antes la necesidad o la intención? Es decir, la necesidad, ¿es realmente necesaria – permítanme el pleonasmo - o, por otra parte, es más bien una necesidad creada? No sé si me explico.
Si, finalmente, tenemos en cuenta que los Arzobispos y Obispos concelebrantes están revestidos ellos de la plenitud del Sacramento del Orden y los cuales se les ha confiado « oficio de ofrecer a la Divina Majestad el culto de la religiosa cristiana y de administrarlo conforme a los preceptos del Señor y las leyes de la Iglesia, las cuales él precisará según su propio criterio adaptándolas a su diócesis» (LG 26), más se enreda la cosa.
Por cierto que el pleonasmo anterior, y por vuesas mercedes permitido, me sirve para engarzar co la siguiente pregunta: ¿qué pinta la Virgen de la Esperanza en el Estadio Olímpico (más teniendo en cuenta que la devoción de la Madre María de la Purísima era la Virgen de la Amargura? ¿Otra procesión extra – ordinaria, a sumar a las n – ésimas celebradas en Sevilla? ¿Es que las Imágenes están hechas para éste tráfago – por no utilizar otra palabra más dura – o para el culto? Si no entendí – ni entiendo, ni entenderé - la razón por la que había que trasladar imágenes a Madrid para las JMJ del año que viene, con esto me pasa tres cuartos de lo mismo. ¿Es que acaso lo que se busca es el éxito de la beatificación por todo lo que arrastra la Virgen? ¿Es una cuestión de números o de Fe?
Y aquí enlazo con la fundamental. Yo me alegro enormemente con que mi ciudad de una nueva Beata a la Iglesia, pero la celeridad con la que se ha llevado el proceso, hace que me surja la pregunta de si no estamos pauperizando la santidad.
Una cosa es que esta mujer esté en el cielo, cosa que ni se me pasa por la cabeza poner en duda, y otra muy diferente es que sea santa de altar. Los contrastes surgen con personas cuya fama de santidad exceden las fronteras de la ciudad y que les alcanzó en vida, personas que, algunas de ellas, no han llegado a los altares todavía. Pongo tres ejemplos: el primero, el Beato Marcelo Spínola, Cardenal de Sevilla; el segundo, el padre Torres Padilla, confesor de Santa Ángela y conocido como «el santero de Sevilla» y el tercero, el padre Tarín, que tuvo fama de hacer milagros en vida. Si a la hermana la van a hacer beata, a los tres anteriores los tendremos que canonizar cuatro o cinco veces, si se me permite esta barbaridad teológica.
La Madre María de la Purísima era una niña bien de Madrid que decidió dejarlo todo, siguiendo el carisma de Santa Ángela. Algo realmente virtuoso y lleno de amor a Dios. Su vida fue realmente piadosa y buena, una campeona de la caridad y atención a los pobres, como corresponde al carisma que practican las hermanas de la Cruz, pero es que aquí hablamos de algo más.
Ese todavía más que vemos en la vida de los padres de San Basilio. Ambos vivieron escondidos en los bosques del Ponto durante siete años por la persecución de Decio. El padre tenía fama de haber hecho milagros, mientras que la madre, una hermosa huérfana que por estas circunstancias no pudo abrazar el celibato, destacó casada por su atención a los pobres y forasteros, así como sus ofrendas a la Iglesia. Es más, este matrimonio santo tuvo diez hijos, de los cuales cuatro fueron santos – dos de ellos además, Padres de la Iglesia y, uno de los dos, Doctor de la Iglesia: de regalo -.
Si pensamos además en la tipología de Iglesia de la que surgieron esos santos – persecuciones, siglo XIX – frente a la de la actual Madre María de la Purísima (miren la cronología de su vida y los hitos de la vida de la próxima beata), es normal que surjan las preguntas: ¿no estaremos haciendo santos a martillazos?, ¿se impone un tipo de Iglesia, unos nuevos modelos que proponer a los fieles? ¿o más bien será que nuestra fe es pobrísima comparado con la de nuestros mayores?
Así que ¡viva la Madre María de la Purísima y qué el Señor tenga misericordia de nosotros!
p.s. Para leer más sobre la vida y obra de la Madre María de la Purísima, ver aquí
]]>El Obispo Nourrichard., perseguidor de la Misa según la Forma Extraordinaria en su diócesis, se desmarca ahora con la asistencia a una ceremonia de ordenación anglicana de mujeres, cosa muy católica, por cierto.
En la página Santa Iglesia Militante se da la noticia que apareció anteriormente en la web Perepiscopus.
No está de más recordar lo que dice la Constitución Dogmática Lumen Gentium sobre el triple munus de los Obispos:
Entre los oficios principales de los Obispos se destaca la predicación del Evangelio. Porque los Obispos son los pregoneros de la fe que ganan nuevos discípulos para Cristo y son los maestros auténticos, es decir, herederos de la autoridad de Cristo, que predican al pueblo que les ha sido encomendado la fe que ha de creerse y ha de aplicarse a la vida, la ilustran con la luz del Espíritu Santo, extrayendo del tesoro de la Revelación las cosas nuevas y las cosas viejas (cf. Mt., 13,52), la hacen fructificar y con vigilancia apartan de la grey los errores que la amenazan (cf. 2Tim., 4,1-4). Los Obispos, cuando enseñan en comunión por el Romano Pontífice, deben ser respetados por todos como los testigos de la verdad divina y católica; los fieles, por su parte tienen obligación de aceptar y adherirse con religiosa sumisión del espíritu al parecer de su Obispo en materias de fe y de costumbres cuando él la expone en nombre de Cristo. Esta religiosa sumisión de la voluntad y del entendimiento de modo particular se debe al magisterio auténtico del Romano Pontífice, aun cuando no hable ex cathedra; de tal manera que se reconozca con reverencia su magisterio supremo y con sinceridad se adhiera al parecer expresado por él según el deseo que haya manifestado él mismo, como puede descubrirse ya sea por la índole del documento, ya sea por la insistencia con que repite una misma doctrina, ya sea también por las fórmulas empleadas (LG 25)
El Obispo, revestido como está de la plenitud del Sacramento del Orden, es “el administrador de la gracia del supremo sacerdocio", sobre todo en la Eucaristía que él mismo celebra, ya sea por sí, ya sea por otros, que hace vivir y crecer a la Iglesia. Esta Iglesia de Cristo está verdaderamente presente en todas las legítimas reuniones locales de los fieles, que, unidos a sus pastores, reciben también el nombre de Iglesia en el Nuevo Testamento . Ellas son, cada una en su lugar, el Pueblo nuevo, llamado por Dios en el Espíritu Santo y plenitud (cf. 1Tes., 1,5). En ellas se congregan los fieles por la predicación del Evangelio de Cristo y se celebra el misterio de la Cena del Señor “a fin de que por el cuerpo y la sangre del Señor quede unida toda la fraternidad". En toda celebración, reunida la comunidad bajo el ministerio sagrado del Obispo, se manifiesta el símbolo de aquella caridad y “unidad del Cuerpo místico de Cristo sin la cual no puede haber salvación". En estas comunidades, por más que sean con frecuencia pequeñas y pobres o vivan en la dispersión, Cristo está presente, el cual con su poder da unidad a la Iglesia, una, católica y apostólica. Porque “la participación del cuerpo y sangre de Cristo no hace otra cosa sino que pasemos a ser aquello que recibimos". (LG 26)
Los Obispos rigen, como vicarios y legados de Cristo, las Iglesias particulares que se les han encomendado, con sus consejos, con sus exhortaciones, con sus ejemplos, pero también con su autoridad y con su potestad sagrada, que ejercitan únicamente para edificar su grey en la verdad y la santidad, teniendo en cuenta que el que es mayor ha de hacerse como el menor y el que ocupa el primer puesto como el servidor (cf. Lc., 22,26-27). Esta potestad que personalmente poseen en nombre de Cristo, es propia, ordinaria e inmediata aunque el ejercicio último de la misma sea regulada por la autoridad suprema, y aunque, con miras a la utilidad de la Iglesia o de los fieles, pueda quedar circunscrita dentro de ciertos límites. En virtud de esta potestad, los Obispos tienen el sagrado derecho y ante Dios el deber de legislar sobre sus súbditos, de juzgarlos y de regular todo cuanto pertenece al culto y organización del apostolado.
A ellos se les confía plenamente el oficio pastoral, es decir, el cuidado habitual y cotidiano de sus ovejas, y no deben ser tenidos como vicarios del Romano Pontífice, ya que ejercitan potestad propia y son, con verdad, los jefes del pueblo que gobiernan. Así, pues, su potestad no queda anulada por la potestad suprema y universal, sino que, al revés, queda afirmada, robustecida y defendida, puesto que el Espíritu Santo mantiene indefectiblemente la forma de gobierno que Cristo Señor estableció en su Iglesia. (LG 27)
Sinceramente, todo esto es muy tenebroso. Las conclusiones que se extraen de las actuaciones de Monseñor Christian Nourrichiard a la luz de Lumen Gentium 26 y 27 son muy tenebrosas.
Este sucesor de los apóstoles, prohibiendo la celebración legítima de la Misa según la Forma Extraordinaria, persigue a la Iglesia de Cristo. Y con su presencia en una ceremonia anglicana de ordenación de mujeres está haciendo un uso ilegítimo del oficio de regir que dispone como Obispo de la Iglesia Católica. ¿Qué ejemplo está dando? No está edificando a su grey «en la verdad y la santidad», por el contrario, está confundiéndola, plantando el error entre los más débiles. Persigue lo católico y asiste, por otra parte, a ceremonias heréticas.
Tremendo.
¡Señor ven pronto!
]]>por Mark Dowd, BBC
En vísperas de la visita del Papa al Reino Unido, varios representantes de la comunidad homosexual que consideran que la Iglesia católica es intolerante con su sexualidad muestran su oposición.
Pero en una iglesia de Londres los homosexuales pueden participar en una “misa para gays” que cuenta con la bendición del clero.
Paul Brown no había vuelto a rezar en una iglesia desde el velorio de su madre, en 2002. Ahora ha vuelto gracias a una misa —la única del tipo en el país— que está dirigida especialmente a los gays y las lesbianas de Londres.
“Buscaba una misa con un mensaje positivo acerca de las cosas que debo hacer, no alguien que me repita las cosas que no debería hacer", dice.
Paul, quien viste una campera de cuero negra, es uno de los que ha transformado la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción y San Gregorio, en el West End de Londres.
Cantan himnos a voz en cuello. Muchos aparentan ser menores de 30 años. Algunos llevan el pelo teñido. De pronto, parecería que ser católico está de moda en esta parte de la ciudad.
Rezos, no retos
Si esto le parece un tanto extraño, efectivamente lo es. La doctrina de la Iglesia católica acerca de la homosexualidad es dura. Los homosexuales están llamados a vivir la castidad. La única expresión sexual que Roma aprueba es la que se da dentro del matrimonio, en la que todos los actos sexuales estén abiertos a la vida, de ahí su prohibición a los anticonceptivos. ¿Y de dónde ha salido entonces esta “misa para gays” (que en teoría está abierta a todos los fieles, pero en los hechos se ha convertido en eso)?
“La gente estaba habituada a reunirse en la vecina iglesia anglicana de Santa Ana, pero sintieron que era hora de buscar un lugar católico”, explica el párroco monseñor Seamus O’Boyle.
Fue entonces que se cruzaron una serie de documentos al más alto nivel entre los cardenales de Londres y el Vaticano, para ponerse de acuerdo acerca de algunas reglas esenciales.
La jerarquía eclesiástica quería garantías de que las ceremonias no iban a convertirse en una plataforma para desafiar a la doctrina. De forma que uno de los “principios básicos” es que “la información acerca de esta misa dejará en claro que no puede ser utilizada para hacer campaña o para crear ambigüedades acerca de las enseñanzas de la Iglesia".
Catolicismo y sexualidad
Esta misa es la única del tipo en el Reino Unido, al menos hasta ahora.
Los organizadores detrás del Consejo Pastoral de las Misas del Soho, el equipo que coordina estas celebraciones, estuvieron de acuerdo con estos términos. “El énfasis está puesto en la atención pastoral. A veces la gente llega con lágrimas en los ojos, porque por primera vez dos aspectos de su vida se hacen uno: su catolicismo y su sexualidad”, afirma el presidente del consejo, Joe Stanley.
Renate Rothwell es otra de los incondicionales. “Mi vida sin la misa del Soho sería insulsa, solitaria y menos alegre”, dice. Esta misa es la única del tipo en el Reino Unido, al menos hasta ahora. Cuando la BBC preguntó si existe alguna razón por la que no se extiendan este tipo de ceremonias a otras partes del país, el arzobispo Vincent Nichols, la autoridad máxima de la Iglesia católica en Inglaterra y Gales, dijo: “Creo que esa es una decisión que compete al obispo, y su juicio responderá a la necesidad pastoral de sus fieles”.
En otras palabras, si otros grupos de gays pidieran lo mismo en Manchester o Brighton, podría considerarse la posibilidad.
¿Célibes?
La ficción en que se basa la arquidiócesis (…) es que están siendo celebradas para homosexuales que aceptan las enseñanzas de la iglesia y se abstienen de prácticas sexuales
William Oddie, editor del Catholic Herald
Pero no todos están contentos en la familia católica. Dos veces por mes, un pequeño grupo de tradicionalistas se reúnen frente a la iglesia para rezar el rosario de rodillas y cantar himnos. Han pedido a la arquidiócesis de Westminster que cancele la misa para gays. Cuentan con el respaldo del editor del Catholic Herald, William Oddie, quien ha acusado a las autoridades eclesiales de apoyar a quienes practican lo que él denomina “estilo de vida homosexual”. “La ficción en que se basa la arquidiócesis para respaldar las misas del Soho es que están siendo celebradas para homosexuales que aceptan las enseñanzas de la iglesia y se abstienen de prácticas sexuales”, ha escrito en su blog.
Inmigrantes
Sin embargo, el arzobispo Vincent Nichols insiste en que él apoya estas misas.
“Es una misa parroquial a la que todos están bienvenidos, aunque tenga un interés especial para las personas que se sienten atraídas por el mismo sexo. No para distinguirlos del resto de la comunidad, sino para que puedan sentirse en casa aquí".
“Cualquiera que intente emitir juicio sobre las personas que se acercan a comulgar, debería aprender a cerrar la boca”
Vincent Nichols, arzobispo
“Pienso que es el momento indicado para hacerlo, porque de a poco –y es un proceso efectivamente lento- ofrece la posibilidad a quienes que sienten las enormes presiones de cierta identidad de aflojar un poco en este aspecto y decir, no, primero que nada soy católico, y como católico vengo a misa".
Y en una respuesta dura a los críticos de la misa, afirma que “cualquiera que intente emitir juicio sobre las personas que se acercan a comulgar, debería aprender a cerrar la boca".
Hasta hace unos años, una misa como ésta hubiera sonado a pura fantasía. Pero la iglesia Católica en el Reino Unido ha cambiado considerablemente.
Ya sea por el gran influjo de inmigrantes de Europa de Este, la ola de laicismo, la imagen pública de los sacerdotes y la jerarquía por el escándalo de los abusos sexuales, o el advenimiento de curas anglicanos casados a las filas del clero católico, ésta es una comunidad en transformación.
Algunos lo ven como una oportunidad, mientras otros se resisten al cambio. Y eso es lo que hace que los cuatro millones y medio de católicos británicos sean tan fascinantes.
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¡Señor ven pronto!
]]>Ahora es el juicio de este mundo; ahora el Príncipe de este mundo será echado fuera.
Y yo cuando sea levando de la tierra, atraeré a todos hacia mí.” Decía esto para significar de qué muerte iba a morir. La gente le respondió: “Nosotros sabemos por la Ley que el Cristo permanece para siempre. ¿Cómo dices tú que es preciso que el Hijo del hombre sea levantado? ¿Quién es ese Hijo del hombre?” Jesús les dijo: “Todavía, por un poco de tiempo, está la luz entre vosotros.Caminad mientras tenéis la luz, para que no os sorprendan las tinieblas; el que camina en tinieblas, no sabe a dónde va. Mientras tenéis la luz, creed en la luz, para que seáis hijos de luz."Dicho esto, se marchó Jesús y se ocultó de ellos.
Jn 12, 31-36
Conviene, amadísimos, que al contemplar a Jesús levantado en la cruz, no os limitéis a ver en Él lo único que veían los impíos, aquellos a quienes se dirige Moisés cuando dice: «Tu vida está como suspendida ante tus ojos, y tú temerás día y noche, y no creerás en tu vida» (Dt 28,66). La presencia de Jesús crucificado no podía suscitar en ellos más que el pensamiento de su propio crimen. Por eso al verle temblaron despavoridos; mas no con aquel temor que justifica a los verdaderos creyentes, sino con el que atormenta conciencias culpables. Nosotros, empero, cuya inteligencia está iluminada por el espíritu de verdad, debemos abrazarnos con libertad y pureza de corazón a la cruz, aquella cruz cuya gloria resplandece en el cielo y en la tierra, y aplicar toda nuestra atención a penetrar el misterio que el Señor, refiriéndose a la proximidad de su pasión, anunciaba, diciendo: «Ahora es el juicio de este mundo, ahora el príncipe de este mundo será arrojado fuera. Y yo, si fuere levantado, atraeré todo a mí» (Jn 12, 30-32).
¡Oh admirable virtud de la santa cruz! ¡Oh inefable gloria del Padre! En ella podemos considerar el tribunal del Señor, el juicio del mundo y el poder del Crucificado. ¡Oh, sí, Señor; atrajiste a ti todas las cosas cuando, «teniendo extendidas todo el día vuestras manos hacia un pueblo incrédulo y rebelde» (Is 65,2), el universo entero comprendió que debía rendir homenaje a tu majestad! Atrajiste a ti todas las cosas cuando todos los elementos judíos; cuando, habiéndose oscurecido los astros y trocándose en tinieblas la claridad del día, la tierra fue conmovida por extraordinarias sacudidas y toda la creación se negó a servir a aquellos impíos. Atrajiste a ti todas las cosas, porque, habiéndose rasgado el velo del templo, el santo de los santos rechazó a sus indignos pontífices, como indicando que la figura se convertía en realidad; la profecía, en revelaciones manifiestas, y la Ley en Evangelio.
Atrajiste a ti, Señor, todas las cosas, para que la piedad de todas las naciones celebrase, como un misterio lleno de realidad y libre de todo velo, lo que tenías oculto en un templo de Judea a la sombra de las figuras. Ahora, en efecto, el orden de los levitas brilla con mayor resplandor, y la dignidad sacerdotal tiene una mayor grandeza, y la unción que consagra a los pontífices una mayor santidad. Y esto porque la fuente de toda bendición y el principio de todas las gracias se encuentran en tu cruz, la cual hace pasar a los creyentes de la debilidad a la fuerza, del oprobio a la gloria, de la muerte a la vida. Ahora es también cuando, abolidos ya los sacrificios de animales carnales, la sola oblación de tu cuerpo y de tu sangre ocupa el lugar de todas las víctimas que la representaban. Por eso tú eres «el Cordero de Dios que quita los pecados del mundo» (Jn 1,29), y todos los misterios se cumplen en ti de tal suerte, que así como todas las hostias que se te ofrecen no forman más que un solo sacrificio, así todas las naciones de la tierra no forman más que un solo reino.
In Exaltatione Sanctae crucis. Tercer nocturno, oficio de Maitines. Breviarium Romanum.
Traducción: San León Magno, Homilías sobre el año litúrgico. Ed. BAC, pp. 244 – 246
La imagen de arriba es un panfleto realizado por la oficina de prensa de la Conferencia Episcopal de Inglaterra y Gales, para la próxima visita del Papa a la Gran Bretaña.
Ojo con los sinónimos utilizados como equivalentes de los términos litúrgicos:
Congregación = audiencia o muchedumbre;
Liturgia, Celebración, Misa y bendición = evento, show o concierto;
Edificación espiritual = divertirse, disfrutar o emocionarse;
Los sacramentos y la santa comunión = pan y vino;
Dar la comunión equivale = cena;
Liturgistas = artistas ejecutantes;
El Santo Padre y los obispos = directores de escena;
Altar equivale = mesa;
El santurario = escenario;
La sacristía = backstage o bambalinas.
Tremendo.
¡Señor ven pronto!
]]>Schleiermacher y Dilthey, especialmente este último, introdujeron el método hermenéutico originariamente usado para la interpretación de la Sagrada Escritura, en su teoría de las ciencias del espíritu para designar conceptualmente la metodología que debe seguir la comprensión en su tarea de incorporación de las formas de la cultura.
En Scheleiermacher encontramos el primer intento explícito de fundamentar teóricamente el método hermenéutico, con el objeto de reconstruir el pensamiento y las intenciones de un autor de obras escritas. Según Schleiermacher, el modo de crear del genio constituye el modelo de toda producción espiritual. La posibilidad de la hermenéutica queda fundamentada en una metafísica de la vida vinculada a todas las individualidades, debido a la simpatía y congenialidad de todo el género humano.
Toda creación no es más que un momento vital en todo nexo total de la vida. Aplicado a la historia, la perfección última de toda interpretación, es decir de todo conocimiento, es la comprensión de la totalidad en la que se insertan las creaciones individuales. Cada texto, por ende, es un medio para el conocimiento de la totalidad.
De la aplicación del método hermenéutico al estudio de la historia se derivan dos conclusiones: la primera, que toda interpretación está en la comprensión de la totalidad, en la que se encuentra inserta la individualidad; la segunda, que cada texto individual es un material mediador para el conocimiento de la totalidad.
Hegel lleva estas conclusiones a su concepción de la historia universal llenando de contenido metafísico el principio hermenéutico de que la comprensión de lo individual se produce en referencia a la totalidad. De esta manera, Hegel afirma que lo individual sólo adquiere su significado en lo general: sólo hay historia genera. La libertad se expresa completamente y adecuadamente en la totalidad histórica y, aunque la historia no está acabada, se puede tomar como tal contexto unitario si se la toma de manera teleológica.
Von Ranke, de la Escuela historicista junto con Droysen y Dilthey se levanta frente a la concepción hegeliana de la historia. Para Ranke, cada momento histórico tiene su propio valor y perfección. A través del devenir histórico, lo único que mantiene unido el cambio de los destinos humanos, es la continua productividad de la vida. Los momentos del nexo histórico, son llamados por Ranke «escenas de libertad» y son las decisiones que dan forma a la historia. Estas decisiones son libertad frente a la resistencia de la necesidad; esta necesidad no es el poder de lo acaecido ya, sino algo que precede al comienzo de cada actividad, sea ésta la que sea, no es una fuerza distinta de la decisión libre, sino lo que procede de ella. Lo devenido delimita el ámbito de toda nueva actividad naciente. Esta dialéctica de libertad y necesidad forma el nexo histórico: «Lo que ha sido ya constituye el nexo con lo que será», dirá Ranke.
No son los individuos los que impulsan y unen el dinamismo histórico, sino las decisiones históricas que se reconocen en sus efectos. Los individuos están conformados por esas fuerzas históricas.
Efectivamente, esta concepción de la historia está sujeta a unos presupuestos apriorísiticos. Así, Ranke sostiene que la historia no se puede reconstruir a priori, es decir, la historia es un todo aunque no esté completa. Por otra parte, Ranke rechaza la existencia de un telos que se pueda des cubrir fuera de la historia. No hay una escatología religiosa o secularizada. El objetivo orientador de la continuidad histórica y artífice de su unidad, no es otro que el éxito. Que un hecho triunfe o fracase decide, a priori el sentido de la acción.
El conocimiento histórico no es un sencillo conocimiento empírico de datos históricos, sino una condición de la misma conciencia. La conciencia histórica puede plantear el sentido de la histórica, remitiéndose a su continuidad, sólo si se piensa que ésta ha hecho un recorrido continuo unificable. Es la continuidad, por ende, la que confiere a la historia su sentido inteligible.
Ranke entiende, finalmente, que a través del conocimiento histórico se participa en la vida misma de Dios.
Éste preámbulo sirve para entender la impresionante obra del protestante alemán en torno al papado. «La Historia de los Papas» (ed. FCE) trata de la historia del papado durante el período que va desde la crisis protestante hasta el final de la Guerra de los Treinta Años, con un capítulo final que abarca hasta el Concilio Vaticano I. Más que la historia de los Papas, en general, el volumen debería de concretarse con un «desde León X hasta Urbano VIII». Porque es el período por el que se interesó Ranke, pero si el propio autor no delimitó el título, no lo haré yo desde luego.
El libro es ciertamente muy interesante, aunque adolece de un defecto primordial y es que Ranke no pudo acceder a las fuentes vaticanas, por lo que en la narración de los hechos falta una parte fundamental. Sin embargo, como hemos expresado arriba, esto no es ningún problema para el alemán, que muestra a lo largo del texto algunos de los prejuicios típicos protestantes, aunque no en exceso. Más que anti – romano, Ranke se muestra anti – español.
Pero nada de esto es óbice para que el autor ofrezca la impresionante obra de Trento. El lector católico podrá vislumbrar en las rendijas que encuentra en la historia de Ranke, el resplandor de la Providencia. El rigor de un Caraffa y un San Cayetano, que reformaron la vida sacerdotal formando la Orden de los Teatinos, dispuestos a vivir la realidad del ejemplo de los pájaros y el trigo renunciando a pedir limosna, viviendo de la Providencia; la obra de un San Carlos Borromeo y, sobre todo, el influjo de la Divina Providencia a través de la Compañía de Jesús, dónde Ranke llega a capitular y, a pesar de sus prejuicios protestante, da a entender como toda la obra de la reforma protestante estuvo a punto de fracasar gracias a la Compañía de Jesús. San Ignacio, San Francisco Javier, San Pedro Canisio, etc, son la fuerza de la Iglesia de Trento. La Compañía es llamada por obispados devastados por los predicadores protestantes y es mediante la misma Compañía como el Señor va restañando y reconstruyendo la Iglesia.
Podríamos decir que el período post-tridentino es la antítesis del post- Vaticano II. Leer el florecimiento de la Iglesia en la pluma de un protestante, es tremendamente llamativo, sobre todo si lo comparamos con escritores católicos modernos.
Finalmente, la obra de Ranke no es sólo un libro, sino dos. Porque en su época fue toda una osadía que un protestante narrase la historia del papado. De ahí surgió la meritoria obra de Von Pastor, también sobre la historia de los Papas.
Libro recomendable el de Von Ranke. Bien escrito y de fácil lectura.
Que Ranke sea protestante, hoy carece de valor ya que, por desgracia, muchos escritores católicos de hoy en día, son mucho más protestantes que el alemán.
La Historia de los Papas está editado por el Fondo de Cultura Económica.
]]>Bueno, existe la posibilidad que los alumnos no lleguen a esto siquiera….
]]>¡Señor ven pronto!
Fuente: Tradition in Action y Pontifex
]]>Del blog de Damian Thompson.
Monseñor Guido Marini, Maestro de Ceremonias Papal, confirma hoy (nota: 6 de Septiembre), en una entrevista en el diario escocés Herald, que durante su visita a Gran Bretaña el Papa Benedicto XVI celebrará los Prefacios y Cánones de todas sus Misas en Latín, «para enfatizar la universalidad de la fe y la continuidad de la Iglesia».
El Canon (Plegaria Eucarística) es el corazón de la Misa, durante el cual el sacerdote consagra y eleva la hostia. No puede haber duda de que Marini ha puesto pies en pared. Habiendo parado ya a los ignorantes litúrgicos que sometían al Papa a diversos horrores musicales, él está mandando un claro - y, sospecho, profundamente desagradable - mensaje a los obispos de Inglaterra, Gales y Escocia que desalientan activamente la celebración de la Misa en Latín.
Hay una furia especial sobre todo entre los intransigentes modernos de Escocia, según tengo entendido, los cuales han librado una batalla taimada para desterrar el culto tradicional de la Misa en Bellahouston. Ahora se han rebajado a sutilezas sobre el número de velas en el altar de Glasgow, protestando por el deseo del Papa de seis o siete en base a que … en realidad, no sé. ¿Demasiado papista, tal vez?
Y parece que dí en el clavo sobre la llamada a los laicos para distribuir la Comunión en Bellahouston, que no gustará en absoluto a Roma, ya que el uso de los ministros extraordinarios no es necesario en presencia de 400 sacerdotes. Este mensaje me acaba de llegar de un respetado sacerdote escocés:
De manera alguna estoy sorprendido sobre el tema de las velas en la Misa Papal, cuando el hombre a cargo de la liturgia me enseñó liturgia en el Seminario de Scoto y estaba en contra de todo lo católico. De hecho nos dijeron que no podíamos poner nada sobre el altar, a lo sumo dos velas.
También, el pasado fin de semana, estaba sentado al final en una parroquia vecina….y el PP, que también es un VG, llegó dar las noticias, una de las cuales era pedir «Ministros de la Eucarístía» (sic) para ayudar a dar la comunión en la Misa en Bellahouston - así que ¡yo diría que el rumor es cierto!
Quizás no debería llamar la atención sobre las divisiones en esta última etapa de los actos, pero el total desprecio por los deseos del Papa Benedicto mostrado por varios organizadores en Inglaterra y Escocia ha sido bastante vergonzoso.
Así como el Gobierno tuvo que intervenir para salvar los actos públicos de la visita del caos organizativo, el Maestro de Ceremonias del Papa ha tenido que intervenir para garantizar que el culto en Glasgow y Birmingham esté convenientemente dignificado. Roma no se deja impresionar.
Traducción del texto Inspiration «for the sake of our salvation», del blog Athanasius Contra Mundum.
Dei Verbum 11. Pocos documentos conciliares me dan más dolores de cabeza que este pasaje de la Constitución sobre la Revelación Divina. El pasaje sentencia que los libros de la Escritura «enseñan firmemente, con fidelidad y sin error, la verdad que Dios quiso consignar en las sagradas letras para nuestra salvación»
Como sabemos, este pasaje es erróneamente aplicado universalmente por los eruditos modernos de la Sagrada Escritura en el sentido de que sólo las cosas pertinentes para la salvación pueden ser consideradas verdaderamente inspiradas. No es ésta la interpretación hecha por un exégeta liberal o modernista; por el contrario, exégetas ortodoxos leen el documento de la misma forma. Cuando yo estuve en Ave María, nuestro profesor de Sagrada Escritura (que resultó ser el Decano Académico y todavía está empleado por la AMU) nos había leído la Dei verbum y nos contó que sólo esas partes de las Escrituras que pertenecen a la fe y a la moral podía ser considerada inspirada, y por tanto, infalible. Cuando objeté y dije que él estaba malinterpretando la Dei Verbum 11, él me miró, inexpresivo, y dijo que él «no tenía conocimiento de otra interpretación».
La lectura de cualquiera de los documentos magisteriales pre – Vaticano II que tratase sobre el estudio de la Escritura podría haber puesto el pasaje en su contexto; aparentemente este profesor nunca los había leído. Cuando nosotros leemos otros documentos, pespecialmente Providentissimus Deus de León XIII, vemos que la manera correcta de interpretar el pasaje de la Dei Verbum, « para nuestra salvación», es que la Biblia es inmune al error en todo lo que dice, y todo lo que dice, Dios lo quiere allí en aras de nuestra salvación.
La interpretación moderna tiende a favorecer un alcance más limitado de la infalibilidad: que la Biblia es inmune al error en la medida en que enseña sobre la salvación, pero puede equivocarse cuando trata otros temas. Por cierto, para no pensar que esta interpretación más restrictiva de la inspiración no está tan extendida como lo estoy haciendo parecer, sólo tenemos que mirar el Sínodo de 2008 sobre la Palabra de Dios y su documento de trabajo, «La Palabra de Dios en la Vida y Misión de la Iglesia». En este documento
aún cuando la Sagrada Escritura sea inspirada en todas sus partes, la inerrancia se refiere sólo a «la verdad que Dios hizo consignar en dichos libros para salvación nuestra» (DV 11) (15,c)
Si Dei Verbum 11 es problemático, este pasaje es completamente inútil. Habilitando afirmaciones tales como «sea» y «sólo», nos preguntamos si hay alguna manera de saber lo que está inspirado y lo que no. Es evidente que el Sínodo se inclinaba más hacia la interpretación liberal de la Dei Verbum (afortunadamente este documento nunca se convirtió en una encíclica). Esto debe servir como un serio recordatorio de cómo está de extendida esta limitada consideración de la inspiración en la Iglesia.
Aunque ya me he ocupado en otros lugares de la correcta comprensión del pasaje de «para nuestra salvación», queda por explicar lo que los Padres Conciliares estaban pensando exactamente cuando eligieron esta frase, «para nuestra salvación». Para tener una idea de esto, podemos recurrir a las memorias del Cardenal Agustín Bea, principal autor de la Dei Verbum. En cuanto a la redacción del documento, dice:
Un esquema anterior (el tercero en la sucesión) decía que los libros sagrados enseñan la «verdad sin error». El siguiente esquema, el cuarto, inspirado por las palabras de San Agustín, agregó el adjetivo «salívífica», por lo que el texto afirmaba que las Escrituras enseñan «firmemente, con fidelidad, en su totalidad y sin error la verdad salvífica». En la votación que siguió, ciento ochenta y cuatro padres conciliares pidieron que el adjetivo «salvífico» fuese eliminado, porque temían que podría dar lugar a malentendidos, como si la inerrancia de la Escritura se refiriese sólo a cuestiones de fe y moral, mientras que pudiese haber error en el tratamiento de otras materias. El Santo Padre, que en cierta medida compartía esta angustia, decidió solicitar a la Comisión considerar si no sería mejor omitir el adjetivo, ya que poddría dar lugar a algún malentendido. (El cardenal Augustin Bea, La Palabra de Dios y el Hombre (Chicago, Franciscan Herald Press, 1967), 188.
Entonces Bea procedió a plantear la cuestión:«¿La inerrancia afirmada en este documento cubre también el relato de los eventos históricos?», a lo que responde:
Por mi parte, pienso que esta pregunta debe ser respondida afirmativamente, es decir, que estos acontecimientos «de fondo» también son descritos sin error. De hecho, declaramos en general, que no hay límite a esta inerrancia, y que se aplica a todo lo que el escritor inspirado, y por tanto todo lo que el Espíritu Santo por medio de él, afirma …. Este pensamiento, que re-encontramos de varias maneras en los documentos recientes del Magisterio de la Iglesia, está aquí claramente entendido en un sentido que excluye la posibilidad de que las Escrituras contengan cualquier afirmación contraria a la realidad de los hechos. En particular, estos documentos del Magisterio nos obligan a reconocer que la Escritura da una relación fidedigna de los acontecimientos, naturalmente no en el sentido de que siempre ofrece una relación completa y estudiada científicamente, sino en el sentido de que lo que se afirma en la Escritura - incluso si no ofrece una imagen completa - nunca contradice a la realidad de los hechos. Por tanto, si el Consejo hubiese querido introducir aquí un nuevo concepto, diferente de lo presentado en estos documentos recientes del Magisterio supremo, los cuales reflejan las creencias de los primeros padres, habría tenido que indicarlo de manera clara y explícita. Vamos a preguntar ahora si puede haber algún indicio que sugiera una interpretación restringida de la inerrancia. La respuesta es indudablemente negativa. No hay la menor señal de tal indicación. Por el contrario, todo apunta en contra de una interpretación restrictiva. (189-190)
Partiendo del comentario del Cardenal Bea, podemos ver que el uso del adjetivo «salvífica» se consideró demasiado ambiguo; desgraciadamente, la frase final, «para nuestra salvación» (nostrae salutis causa) demostró ser igualmente problemática. Vemos que el uso de este concepto de «verdad salvífica» estuvo en disputa desde el principio.
Esta idea, no obstante, si bien abierta a la malinterpretación, no es ciertamente poco ortodoxa. Supongo que los Padres Conciliares probablemente tenían en mente la doctrina de Santo Tomás de Aquino, que dice en el primer artículo de la Suma:
Para la salvación humana fue necesario que, además de las materias filosóficas, cuyo campo analiza la razón humana, hubiera alguna ciencia cuyo criterio fuera lo divino. Y esto es así porque Dios, como fin al que se dirige el hombre, excede la comprensión a la que puede llegar sólo la razón. Dice Is 64,4: «¡Dios! Nadie ha visto lo que tienes preparado para los que te aman. Sólo Tú.» El fin tiene que ser conocido por el hombre para que hacia Él pueda dirigir su pensar y su obrar. Por eso fue necesario que el hombre, para su salvación, conociera por revelación divina lo que no podía alcanzar por su exclusiva razón humana. Más aún, lo que de Dios puede comprender la sola razón humana, también precisa la revelación divina, ya que, con la sola razón humana, la verdad de Dios sería conocida por pocos, después de muchos análisis y con resultados plagados de errores. Y, sin embargo, del exacto conocimiento de la verdad de Dios depende la total salvación del hombre, pues en Dios está la salvación. (STh, IQ 1 A. 1)
Esto es lo que la Dei Verbum estaba comunicando - no es lo específico del contenido de la Escritura al que se está refiriendo cuando dice «para nuestra salvación», sino el hecho de la Revelación Divina: porque Dios ha querido salvarnos, Él graciosamente y condescendientemente optó por impartirnos tantas verdades que no podríamos haberlas conocido sin Su revelación. Por supuesto, el contenido de la Revelación Divina es salvífica también, pero el contexto del pasaje no se refiere al contenido de la Revelación, sino a la Revelación como un modo de transmisión.
El Papa Pío XII se hace eco del Aquinate en los primeros párrafos de la Humani Generis:
Porque, aun cuando la razón humana, hablando absolutamente, procede con sus fuerzas y su luz natural al conocimiento verdadero y cierto de un Dios único y personal, que con su providencia sostiene y gobierna el mundo y, asimismo, al conocimiento de la ley natural, impresa por el Creador en nuestras almas; sin embargo, no son pocos los obstáculos que impiden a nuestra razón cumplir eficaz y fructuosamente este su poder natural. Porque las verdades tocantes a Dios y a las relaciones entre los hombres y Dios se hallan por completo fuera del orden de los seres sensibles; y, cuando se introducen en la práctica de la vida y la determinan, exigen sacrificio y abnegación propia.
Ahora bien: para adquirir tales verdades, el entendimiento humano encuentra dificultades, ya a causa de los sentidos o imaginación, ya por las malas concupiscencias derivadas del pecado original. Y así sucede que, en estas cosas, los hombres fácilmente se persuadan ser falso o dudoso lo que no quieren que sea verdadero. Por todo ello, ha de defenderse que la revelación divina es moralmente necesaria, para que, aun en el estado actual del género humano, con facilidad, con firme certeza y sin ningún error, todos puedan conocer las verdades religiosas y morales que de por sí no se hallan fuera del alcance de la razón (Humani Generis, 1-2).
Una vez más, lo que es necesario para nuestra salvación es el hecho de la Revelación Divina - porque el hombre es incapaz de llegar a la plenitud de la verdad con certeza, sin ayuda, por su propia razón, Dios ha hecho una revelación de sí mismo a la humanidad, en las Escrituras, pero en última instancia, en la Persona de Cristo; la entrega de esta revelación fue hecha «para nuestra salvación».
Las memorias del Cardenal Bea, la enseñanza de Tomás de Aquino y las palabras del Papa Pío XII, junto con las enseñanzas de otros papas sobre la cuestión de la inspiración, nos debería dejar sin dudas acerca de la verdadera interpretación de la Dei Verbum 11. Así pues, podemos afirmar sin titubeos con el Papa León XIII que:
]]>lo que de ninguna manera puede hacerse es limitar la inspiración a solas algunas partes de las Escrituras o conceder que el autor sagrado haya cometido error (…). En efecto, los libros que la Iglesia ha recibido como sagrados y canónicos, todos e íntegramente, en todas sus partes, han sido escritos bajo la inspiración del Espíritu Santo; y está tan lejos de la divina inspiración el admitir error, que ella por sí misma no solamente lo excluye en absoluto, sino que lo excluye y rechaza con la misma necesidad con que es necesario que Dios, Verdad suma, no sea autor de ningún error. Tal es la antigua y constante creencia de la Iglesia (…) Síguese que quienes piensen que en los lugares auténticos de los libros sagrados puede haber algo de falso, o destruyen el concepto católico de inspiración divina, o hacen al mismo Dios autor del error. (Providentissimus Deus, 45 -47)
Leído hoy en el blog del padre Manuel María Bru Alonso, «Dios es providente», en torno a la nueva programación de la COPE:
Comienza una nueva temporada, además de para los estudiantes, para quienes tenemos la suerte, la preciada suerte, de tener trabajo en estos tiempos que corren.
También comienza una nueva temporada para la COPE, para la apuesta de esta radio única, generalista, comercial y confesionalmente católica, un espacio de libertad llamado a evangelizar la opinión pública. Y también, en la COPE, para su programación religiosa, un espacio de aún más atrevida libertad, para contar la verdad del pensamiento, de la vida, del testimonio de la Iglesia. Un gran atrevimiento porque contar esta verdad es contar lo que nadie cuenta, cuando no contar lo contrario a lo que muchos cuentan, engañados por sus prejuicios o sus fobias. Una nueva temporada entonces también para los programas religiosos –peligrosos los llama un amigo nuestro- de la COPE, que con mucha ilusión empezamos hoy con dos nuevos desafíos:
1.- El primer desafío es el de hacer interesante esta programación para nuestros nuevos oyentes, esos que seguro nos vendrán por la gran apuesta de esta radio que no tiene complejo ninguno en aspirar a ser la mejor en su misión de servir todos los días el menú de la información, también de la deportiva, con el alimento de la verdad y el aderezo del buen hacer periodismo, del buen hacer radio, que la sociedad española demanda. Queremos, por tanto, que nuestros oyentes, sobre todos los nuevos, se interesen también por nuestros programas, porque vean también en ellos no sólo rigor informativo, sino también alegría, tirón, intrepidez, profundidad, ritmo, y sobre todo verdad, bondad y belleza a raudales.
2.- El segundo desafío es el de la comunión. Sin comunicación no hay comunión, y sin comunión no hay misión. La Iglesia es, antes que nada, comunión: comunión de la fe, de la vida de un pueblo unido por la fe, pero una comunión que lleva a ese pueblo a poner todo en común, sus bienes, su tiempo, su compañía, su amor, sobre todo con los más débiles de ese pueblo de Dios. No vamos a dejarnos llevar por el politiqueo, y menos el clerical, en el que tercian no pocos laicos, que sólo sirve para dividir, y por tanto, para destruir. Todos en la iglesia tenemos el mismo derecho no sólo a ser escuchados, sino también a ser respetados, y a aportar nuestro granito de arena al bien de su misión, con la unidad en la pluralidad, no en la uniformidad.
¡Sopla! ¿A quién se referirá el padre Manuel María Bru Alonso?
]]>¿Por qué todo el cambio que vino más tarde? ¿Tan perentorio y necesario era? Gracias al Romano Pontífice, Benedicto XVI, es posible disfrutar de tanta belleza.
Oremus!
Vídeo visto en Catholic Church Conservation
]]>Traducción vía Secretum meum mihi
]]>¿Motu Proprio en camino?
La noticia no es oficial y merece confirmación. En ambientes tradicionalistas se habla de un motu proprio que el Papa Benedicto XVI estaría pensando para desbloquear la fase de estancamiento en las conversaciones doctrinales con la Fraternidad de San Pío X. La solución podría ser la promulgación de un Motu Proprio Papal que dispense a la Fraternidad de una aceptación explícita del Concilio Vaticano II y de la aceptación de la nueva Misa, con el pleno restablecimiento en la comunión con Roma. A cambio, los tradicionalistas deberían aceptar explícitamente el catecismo de Juan Pablo II de 1992 y éste sería el obstáculo mayor. Amplios sectores al interior de los tradicionalistas afirman con razón, que este catecismo completamente modernista es contrario a valores católicos ortodoxos y por lo tanto las negociaciones podrían quedar estancadas en ello. Vamos a ver, pero de la parte papal se sabe de la decisiva voluntad, del todo sabia, de desbloquear la situación de los tradicionalistas de la Fraternidad que han dado hasta ahora muestra de un gran apego al Papa y la Iglesia Católica.
Cortesía de Coronel Kurtz, en su blog «desde la Boca del Grifo».
Por cierto, no se pierdan la serie que está publicando sobre el poder y la gloria del mundo.
Espero que lo disfruten.
“[Cristo] cancelando el documento desfavorable para nosotros por sus prescripciones, lo quitó de en medio clavándolo a la Cruz; por ella, después de despojar a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, llevándolos en el cortejo triunfal.” (Colosenses 2, 14-15)
El documento desfavorable para los hombres es la acusación contra la víctima inocente en los mitos. Hacer responsables a los principados y potestades es lo mismo que culpar a Satán de su papel de acusador público, como ya he dicho.
Antes de Cristo la acusación satánica resultaba siempre victoriosa gracias al contagio violento que encerraba a los hombres en los sistemas mítico-rituales. La crucifixión reduce la mitología a la impotencia al revelar ese contagio que, por su gran eficacia en los mitos, impide siempre a las comunidades descubrir la verdad, es decir, la inocencia de sus víctimas.
]]>Una acusación que calmaba temporalmente la violencia de los hombres, pero que “se volvía” contra ellos porque los esclavizaba a Satán, o, dicho de otra forma, a los principados y potestades con sus dioses mentirosos y sus sangrientos sacrificios.
Al hacer manifiesta su inocencia en los relatos de la Pasión, Jesús ha “anulado” esta deuda, la ha “suprimido”. Es él quien clava entonces esa acusación en la Cruz, o, dicho con otras palabras, quien revela su falsedad. Mientras que, habitualmente, es la acusación lo que clava a la víctima en la Cruz, en este caso, al contrario, la clavada es la propia acusación, en alguna medida exhibida y públicamente expuesta como mentirosa. La Cruz hace triunfar la verdad, puesto que, en los relatos evangélicos, se revela la falsedad de la acusación, se revela la impostura de Satán, lo que es lo mismo que decir la impostura de los principados y potestades, para siempre desacreditada en la estela de la crucifixión. Se rehabilita así a todas la víctimas al mismo tiempo.
[…]
Al clavar a Cristo en la Cruz, las potestades se imaginaban que estaban haciendo lo que habitualmente hacen —desencadenar el mecanismo victimario—, y que de esa forma evitaban la amenaza de una revelación, sin pensar siquiera que, a fin de cuentas, al actuar así hacían todo lo contrario: trabajaban por su propio aniquilamiento clavándose, en alguna medida, a sí mismas en la Cruz, cuyo poder revelador no sospechaban.
Al privar al mecanismo victimario de las tinieblas de que necesita rodearse para poder gobernarlo todo, la Cruz transforma radicalmente el mundo. Su luz priva a Satán de su principal poder, el de expulsar a Satán. Una vez iluminado en su totalidad por la Cruz, ese sol negro no podrá ya limitar su capacidad de destrucción. Satán destruirá su reino y se destruirá a sí mismo.
Comprender esto es comprender por qué Pablo considera a la Cruz como fuente de todo saber tanto sobre el mundo y sobre los hombres como sobre Dios. Cuando Pablo afirma que no quiere conocer nada fuera de Cristo crucificado, no está haciendo “anti-intelecutalismo”. No muestra con ello ningún desprecio por el conocimiento. Cree literalmente que no hay saber superior al de Cristo crucificado. Al adoptar esta posición se sabrá, a la vez, más sobre Dios y los hombres de lo que pueda saberse con arreglo a cualquier otra fuente de saber.
[…]
En la Primera Epístola a los Corintios, Pablo escribe: “Ninguno de los jefes de este mundo la conoció [la sabiduría de Dios], pues si la hubiera conocido, no habrían crucificado al Señor de la gloria” (1 Corintios 2, 8).
“Los jefes de este mundo”, que son aquí la misma cosa que Satán, han crucificado al Señor de la gloria porque esperaban de esa crucifixión ciertos resultados favorables a sus intereses. Contaban con que el mecanismo funcionaría como de costumbre, al abrigo de las miradas indiscretas, y se librarían así de Jesús y su mensaje. Al principio tenían excelentes razones para pensar que todo les saldría bien.
[…]
Hasta la Resurrección nada permitía prever que se trastocara un apasionamiento mimético al que los propios discípulos habían ya sucumbido. Los príncipes de este mundo podían frotarse las manos, y, sin embargo, a fin de cuentas, sus cálculos fueron desbaratados. En lugar de escamotear una vez más el secreto del mecanismo victimario, los cuatro relatos de la Pasión lo propagan por los cuatro rincones del mundo y le dan una gigantesca publicidad.
[…]
Si Dios permitió a Satán reinar durante cierto tiempo sobre la humanidad, es porque sabía de antemano que, llegado el momento, con su muerte en la Cruz, Cristo acabaría con ese adversario. La sabiduría divina había previsto desde siempre que el mecanismo victimario sería vuelto al revés como un guante, mostrado al mundo, desenmascarado y desactivado, en los relatos de la Pasión, y que ni Satán ni las potestades podrían impedir esa revelación.
Un inexorable avance histórico de la verdad cristiana se está dando en nuestro mundo. Algo, paradójicamente, inseparable del aparente debilitamiento del cristianismo. Cuanto más asedia el cristianismo a nuestro mundo, en el sentido en que asedia al último Nietzsche, más difícil resulta escapar de él mediante medios relativamente anodinos, mediante compromisos “humanistas” al modo de nuestro venerables positivistas.
Para eludir su propio descubrimiento y defender la violencia mitológica, Nietzsche tiene que justificar el sacrificio humano, lo que no duda en hacer, recurriendo para ello a argumentos monstruosos. Sobrepasa el peor darwinismo social. So pena de degenerar, afirma, las sociedades tienen que librarse de los derechos humanos que les estorban:
“El cristianismo ha tomado tan en serio al individuo, lo ha planteado tan bien como un absoluto, que no podía ya sacrificarlo; pero la especie sólo sobrevive mediante los sacrificios humanos… La verdadera filantropía exige el sacrificio por el bien de la especie; la verdadera filantropía es dura, se obliga al dominio de sí misma, porque necesita del sacrificio humano. ¡Y esta pseudo-humanidad llamada cristianismo quiere imponernos precisamente que no se sacrifique a nadie.”
[…]
… El movimiento anticristiano más poderoso es el que reasume y “radicaliza” esa preocupación [por las víctimas] para paganizarla. Las potestades y los principados pretenden ahora ser “revolucionarios” reprochando al cristianismo no defender a las víctimas con suficiente vehemencia y sin ver en el pasado cristiano otra cosa que persecuciones, opresiones, inquisiciones.
Este otro totalitarismo se presenta como liberador de la humanidad. Para usurpar el lugar de Cristo, las potestades lo imitan emulativamente, denunciando en la preocupación cristiana por las víctimas una hipócrita y pálida imitación de la auténtica cruzada contra la opresión y la persecución, de la que ellas serían punta de lanza.
Utilizando el lenguaje simbólico del Nuevo Testamento cabe decir que, para intentar restablecerse y triunfar de nuevo, Satán adopta el lenguaje de las víctimas. Imita a Cristo cada vez mejor y pretende superarlo. Una imitación usurpadora presente ya desde hace mucho tiempo en el mundo cristianizado, pero que en nuestra época se refuerza enormemente. Es el proceso rememorado por el Nuevo Testamente en el lenguaje del Anticristo. Un término que, para comprenderlo, hay que desdramatizar primero, puesto que corresponde a una realidad muy cotidiana y prosaica.
El Anticristo pretende aportar a los hombres esa paz y tolerancia que el cristianismo les promete, pero que no les trae. Sin embargo, en realidad, lo que la radicalización de la victimología contemporánea aporta es un muy efectivo regreso a todo tipo de costumbres paganas: el aborto, la eutanasia, la indiferenciación sexual, juegos de manos innumerables, aunque sin víctimas reales gracias a las simulaciones electrónicas.
El neopaganismo quiere convertir el decálogo y toda la moral judeocristiana en una intolerable violencia. Y su completa eliminación constituye el primero de sus objetivos. La fiel observancia de la ley moral es considerada como una complicidad con las fuerzas persecutorias, que, esencialmente, serían religiosas.
[…]
Un neopaganismo para el que la felicidad consiste en la ilimitada satisfacción de los deseos y, por tanto, en la supresión de todas las prohibiciones. Idea que adquiere cierto tinte de verosimilitud en el limitado ámbito de los bienes de consumo, cuya prodigiosa multiplicación, efecto del progreso técnico, atenúa ciertas rivalidades miméticas y confiere una apariencia de plausibilidad a la tesis según la cual toda ley moral no es más que un puro instrumento de represión y persecución.
Al revelar el secreto del Príncipe de este mundo, al desvelar la verdad de los apasionamientos miméticos y los mecanismos victimarios, los relatos de la Pasión subvierten el origen del orden humano. Las tinieblas de Satán no son ya lo bastante espesas para disimular la inocencia de las víctimas que, por eso mismo, resultan cada vez menos catárticas. Ya no es posible “purgar” o “purificar” verdaderamente a las comunidades de su violencia.
Satán no puede ya expulsar sus propios desórdenes basándose en el mecanismo victimario. Satán no puede ya expulsar a Satán. De lo que no hay que deducir que los hombres se vean por ello inmediatamente liberados de su hoy decaído príncipe.
En el Evangelio de Lucas, Cristo ve a Satán “caer del cielo como el relámpago”. Es evidente que cae sobre la tierra y que no permanecerá inactivo. Lo que Jesús anuncia no es el fin inmediato de Satán, o, al menos, todavía no, sino el fin de su mentirosa trascendencia, de su poder de restablecer el orden.
Para expresar las consecuencias de la revelación cristiana, el Nuevo Testamento dispone de toda una serie de metáforas. De Satán cabe decir, repito, que no puede ya expulsarse a sí mismo. Y también que no puede ya “encadenarse”, lo que, en el fondo, es lo mismo. Como sus días están contados, Satán los aprovecha al máximo y, muy literalmente, se desencadena.
[…]
Jesús distingue dos clases de paz. La primera es la que él propone a la humanidad. Por simples que sean sus reglas, esa paz “sobrepasa el entendimiento humano” por la sencilla razón de que la única paz que conocemos es la tregua de los chivos expiatorios, “la paz tal como la ofrece el mundo”. Es la paz de las potestades y los principados, siempre más o menos “satánica”. Es la paz de la que la revelación evangélica nos priva cada vez más.
Cristo no puede traer a los hombres la paz verdaderamente divina sin privarnos antes de la única paz de que disponemos. Tal es el proceso histórico, por fuerza temible, que estamos viviendo.
En la Epístola a los Tesalonicenses Pablo define lo que retrasa el “desencadenamiento de Satán” como un kathéchon, o, dicho de otra forma, como lo que contiene el Apocalipsis en el doble sentido de la palabra señalado por J.-P. Dupuy: encerrar en sí mismo y retener dentro de ciertos límites.
Fuente: Pasión en Sevilla
Mensaje aparecido en el foro del sindicato de policía local de Sevilla
El enfrentamiento que desde hace meses mantiene el Ayuntamiento y al Sindicato Profesional de Policía Local puede afectar al operativo de seguridad planteado por el consistorio de cara a la Beatificación de Madre María de la Purísima y el traslado de ida y regreso de la Macarena al Estadio Olímpico.
]]>Curiosamente, ha sido el propio Ayuntamiento el que ha hecho esta denuncia en una nota enviada a los medios de comunicación en la que informa que se va estudiar modificar el operativo con la Subdelegación del Gobierno y la Junta de Andalucía “ante las informaciones públicas del Sindicato Profesional de la Policía Local de Sevilla, en las que se plantea la realización de una serie de acciones que obstaculicen el normal desarrollo de los actos previstos”.
En efecto, en la web del Sindicato Profesional de Policía se puede ver una información relacionada con el paro que estos hicieron con motivo de la salida de la Vuelta a España y cuyos puestos fueron sustituídos por la Policía Nacional, Guardi Civil y Protección Civil. En este sentido, en la web del sindicato se indica que “estos son los que van a hacer la Semana Santa y la Feria”.
El Foro
Algo más lejos se llega en el foro que la Policía Local tiene en su propia página web. Allí, el usuario “Culojierro” escribe:
“BUENO ESE DIA ES MUY ESPECIAL PARA LA CIUDADANIA APOSTOLICA Y ROMANICA Y PROPONGO QUE HAGAMOS EN LA PUERTA DE LA MACARENA UN BUEN SHOW, COMO ESTA GENTE DE AQUI.
POR CIERTO EL PRIMER VIDEO QUE OS PONGO SI DEJAIS PASAR 1 MINUTO HASTA QUE EMPIECE, YO JURARIA QUE ESE ES EL BUSTELO COMANDADO A LAS TROPAS POLICIACAS, JAJAJAJAJAJAJAAJA.
http://www.youtube.com/watch?v=Nk2Cwl_flZc&feature=related
http://www.youtube.com/watch?v=X0W7YdKYPl0&feature=related
SEÑORES LEÑA A ESTOS CUATREROS Y QUE NOS DEVUELVAN LO QUE NOS HAN ROBADO, MANGANTES QUIERO MI CARTERA”.
La letra en mayúscula y en negrita ha sido eliminada a primera hora de esta mañana en el citado foro tal y como demuestra la captura de pantalla.
Desde el Ayuntamiento de Sevilla se quieren denunciar estas prácticas. Desde el consistorio se denuncian que esas advertencia lanzadas en el foro atentan contra la libertad religiosa, sin olvidar el grave daño que causan a la imagen de Sevilla.
En líneas generales estoy de acuerdo con sus argumentos, sin embargo me gustaría hacer un par de acotaciones a su escrito, a modo de comentario a pié de página.
La primera, sobre la estabilidad que se podría ganar en Sevilla con el traslado a las Salesas. Yo más bien diría que lo único que se ha hecho es reconocer expresamente un hecho constatado. Desde un punto de vista humano, la Misa no va a ganar estabilidad con este reconocimiento. Si hoy la Misa según la Forma Extraordinaria se celebra en Sevilla se debe fundamentalmente a unos fieles que la promovieron (los miembros de Una Voce de Sevilla) y la quieren (todos los que asistimos con asiduidad o circunstancialmente a la Eucaristía), un reverendo dispuesto a celebrar la Misa (Fernando Reyes Rico) y un párroco que puso a disposición la Iglesia (D. José Álvarez Allende); posteriormente se sumarían el padre José Antonio Parrilla y el padre Pablo Díez Herrera; es a ellos a los que se debe la estabilidad de la Misa, en mayor o menor grado, el resto, nada. Ni preocuparse ni ocuparse. Ahora se cuenta con una carta del arzobispado: bendito sea Dios. Ahora bien, si nos atenemos al Motu Proprio, ¿esto es esencial? Pienso que no.
Es más, si se quisiera desarrollar vida espiritual, catequesis, etc, dudo que se pueda hacer en un convento de clausura. Yo por lo menos lo veo así, en mi modesta opinión.
La segunda cuestión es sobre la fórmula magistral que resuelva los casos particulares de aplicación del Motu Proprio, debido al poco tiempo transcurrido desde su publicación. En efecto, no hay una solución general aplicable a los casos particulares, pero lo que está claro es que si lo comparamos con la manera en la que se está poniendo en práctica en otros obispados – de los cuales, Una Voce Málaga, es un escaparate perfecto -, la situación no puede ser más deprimente. En España los obispos se han caracterizado por la frialdad y la falta de aprecio al Motu Proprio.
Aún así, estamos mejor que antes.
Oremus!
]]>Lo primero que quiero decir es que ésta es mi opinión, personal e intrasferible. Yo no soy miembro de la Asociación Una Voce Sevilla, así que lo escrito sólo me compromete a mí mismo.
¿Por qué pienso que el traslado es un paso atrás? Principalmente por dos razones.
La primera porque se traslada de una Parroquia a un Convento de clausura, con todo lo que conlleva y significa. Por ejemplo, ¿cómo realizar una labor de catequesis a los niños?, ¿cómo llevar una vida de espiritualidad tomando la Liturgia como centro? Personalmente yo lo veo difícil.
La segunda razón es de orden material. La localización del Convento, en el Centro de Sevilla, ofrece dificultades de acceso ya que el Ayuntamiento va a restringir el acceso al mismo a cuarenta y cinco minutos. Por otra parte la zona no destaca por la presencia de familias jóvenes.
Utilizando el lenguaje del ajedrez podríamos decir que la jugada ha sido de jaque: se le quita un marrón al párroco actual de San Bernardo – no vaya a ser que tenga que aprender la Misa – y la Misa queda confinada a un convento de clausura. Aparte del feo que se le hace al padre Fernando Reyes, ya que al fin y a la postre, él ha sido el que ha celebrado la Misa por su cuenta y riesgo durante todo este tiempo. Pero claro, mejor desarticular esto antes que empiece a dar frutos copiosamente. Touché.
En definitiva es la visión restrictiva que tienen nuestros prelados conservadores – que no tradicionales - en cuanto al Motu Proprio. Piensan que esto es una cuestión de cuatro gatos y una vez se les dé un lugar donde celebrar sus cosas quedarán tranquilos hasta que todo esto pase y se extinga. Es como lo de Gamaliel en el libro de los Hechos de los Apóstoles, pero en versión cutre.
Si fuesen conscientes de la situación real de la Iglesia, animarían y promocionarían la celebración de la Misa según la Forma Extraordinaria, pero siguen pensando que esto es como el Carrefour, un producto más para dejar satisfechos a unos clientes determinados. Y además, contra menos molesten, mejor.
Por eso invito a la oración y que mejor manera de hacerlo que rezar la oración colecta para esta semana del tiempo ordinario, tan apropiada:
Custodi Domine, quaesumus, Ecclesiam tuam propitiatione perpetua: et quia sine te labitur humana mortalitas, tuis semper auxiliis et abstrahatur a noxiis, et ad salutaria dirigatur. Per Dominum nostrum Jesum Christum, Filium tuum: qui tecum vivit et regnat in unitate Spiritus Sancti Deus, per omnia saecula saeculorum.
Te rogamos, Señor, guardes siempre misericordiosamente a tu Iglesia: y pues sin Ti no puede sostenerse la humana naturaleza mortal, haz que tus auxilios la preserven siempre
de lo nocivo, y la dirijan a lo saludable. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo, Dios, por los siglos de los siglos.
Amén.
Oremus!
]]>Fuente: Una Voce Sevilla
La Misa tradicional pasará a celebrarse en las Salesas a partir de septiembre
La Santa Misa que hasta ahora se venía celebrando todos los domingos y días de precepto en la Parroquia de San Bernardo de Sevilla pasará a celebrarse a partir del próximo domingo 5 de septiembre, a las 10:30 horas en la iglesia del convento de las Religiosas Salesas de nuestra ciudad, sito en la plaza de las Mercedarias.Nuestro Arzobispo, D. Juan José Asenjo, atendiendo a las necesidades y peticiones de Una Voce Sevilla, ha designado este templo como lugar de la celebración de la Santa Misa en su Forma Extraordinaria, por lo que desde nuestra asociación le estamos enormemente agradecidos. Del mismo modo, Mons. Asenjo ha designado oficialmente al Rvdo. P. D. Pablo Díez Herrera -amigo de esta asociación y a quien nuestros lectores conocerán, ya que ha celebrado la misa tradicional en varias ocasiones en su parroquia de Rochelambert y también en la de San Bernardo- como el sacerdote que estará encargado de oficiar la Santa Misa en el nuevo emplazamiento.
]]>El Monasterio de la Visitación de Santa María está situado en la Plaza de las Mercedarias, en el centro de Sevilla, entre la Puerta de la Carne y la Puerta de Carmona y bastante próximo a la parroquia de San Bernardo. Tiene accesos próximos en autobús, y un aparcamiento cercano, en los Jardines de Murillo. Para quien no conozca el emplazamiento, hemos preparado un MAPA QUE PUEDEN CONSULTAR PINCHANDO AQUÍ y que aclara suficientemente la ubicación.
Las religiosas salesas de nuestra ciudad, con las que desde Una Voce Sevilla tenemos frecuente contacto que se incrementará a partir de septiembre, están muy ilusionadas con la idea de poder tener en su templo la celebración de las Misas. La iglesia cuenta con una interesante fachada culminada en su factura por el arquitecto Juan Talavera y Heredia y un interior bello y cuidado, acorde a la celebración de la Santa Misa en su Forma Extraordinaria.
Con mucha alegría e ilusión por esta nueva etapa que iniciamos, no podemos dejar de acordarnos de todos aquellos que durante estos tres años atrás han hecho posible que domingo a domingo la Santa Misa tradicional fuera una realidad en la parroquia de San Bernardo. Vaya nuestro agradecimiento a la Hermandad de San Bernardo al administrador parroquial, D. Mario Fermín Ramos Vaca, así como al personal de la Parroquia, por la excelente acogida que allí nos dispensaron, y por supuesto a D. Fernando Reyes Rico, sin cuyo esfuerzo no hubiera sido posible la celebración de la Misa Tradicional. También, y siempre en nuestro recuerdo, la memoria de D. José Álvarez Allende, el párroco que nos acogió en su casa en cuanto el motu proprio del Papa fue publicado.
Bernard Fellay desmiente a Richard Williamson. Un episodio mas de “obispo en contra de obispo”
Desmentido del Superior General de la FSsPX/SSPX al reciente comentario del Obispo Williamson. El desmentido ha sido obtenido por Brian Mershon y está publicado hoy Ago-25-2010 en The Remnant. Aquí una traducción al español de Secretum Meum Mihi de un aparte.
]]>Agosto 24, 2010— El Superior General, Obispo Bernard Fellay de la Sociedad de San Pío X (SSPX) [FSSPX], uno de los cuatro obispos cuya excomunión fue levantada por el Papa Benedicto XVI en Enero de 2009, categóricamente negó hoy cualquier conocimiento de un alegado motu proprio especial que se este planeando por la Santa Sede para la SSPX [FSSPX], como fue afirmado recientemente por el obispo de la SSPX [FSSPX] Richard Williamson. Este rumoreado motu proprio no requeriría que la SSPX [FSSPX] hiciera alguna especie de voto o aceptación que el Concilio Vaticano II y la Nueva Misa requirieran.
“Estoy muy molesto por todo este asunto, dijo el Obispo Fellay. “La afirmación del obispo Williamson es una afirmación desautorizada y es su propia personal afirmación y no la de la Sociedad [San Pío X].”
“Nunca ha sido política de la Sociedad [San Pío X] basar cualquier clase de acción o política en el rumor. No tengo ningún conocimiento de ningún motu proprio.”
Previamente esta semana, el obispo Williamson —a quien pretendidamente se le había pedido abstenerse de publicamente hablar sobre materias fuera de la Fe y la moral por los líderes de la SSPX [FSSPX]— escribió una carta que fue publicada inicialmente en su sitio de internet y después republicada por el blog tradicionalista de internet Rorate Cæli.
En la carta, el obispo Williamson advierte a los católicos acerca del “peligro” de un romoreado motu proprio diseñado para atraer a los fieles de la SSPX [FSSPX] a unirse con Roma y dijo, “…no existe manera en la que la enseñanza neo-modernista del Vaticano II pueda ser reconciliada con la doctrina Católica de la verdadera Iglesia.”
Las Discusiones Doctrinales Continuan
El obispo Williamson también dijo que de acuerdo con fuentes de la Santa Sede y la SSPX [FSSPX], las discusionmes doctrinales en curso, presuntamente “se topan contra una pared de ladrillo.”
Sin embargo, en la entrevista de hoy el Obispo Fellay categóricamente niega esta afirmación. Dijo que los diálogos doctrinales con representantes de la SSPX [FSSPX] y teólogos de la Santa Sede siguen siguen conforme lo planeado con la próxima reunión programada para Septiembre.
“Nada ha cambiado,” dijo el obispo Fellay. “Todo esto es rumoreo y chismes y no tengo nada que ver con rumores y chismes. Todo esto es nulo e inválido.”
“Por el momento, todo está bien y todo va sin problemas de acuerdo al plan,” dijo.
[…]
Que San Jacinto ruegue por nosotros.
Kyrie Eleyson!
Fuente: Kronica Novus Ordo
]]>A expensas de que los amigos de Germinans amplíen y/o comenten la noticia, el diario ABC destapa un nuevo escándalo relacionado con el aborto y la Iglesia catalana.
Esta vez no ha sido un cura que manifestó haber pagado abortos, sino dos hospitales, el Hospital de San Pau de Barcelona y el General de Granollers, donde se realizan feticidios. Que el mismo Arzobispado barcelonés esté presente en el mismo patronato y que el nuevo recinto hospitalario fuese bendecido por el Cardenal Sistach, resulta tremendo.
Por si no fuera bastante, el Hospital Sant Pau es uno de los que ha actuado en comandita con Marina Geli, consejera de la Generalitat, en la necesidad de fomentar la píldora abortiva, RU – 486.
Igualmente dantesco es lo que cuenta el diario ABC del Hospital de Granollers es dantesco. Así, entre los patronos del hospital se encuentran Jaume Salas Maltas, nombrado por la parroquia de Sant Esteve de Granollers y como vocal, el sacerdote Lluis Pou Illa, rector de dicha parroquia, pertenecientes al obispado de Tarrasa.
Que esta noticia se haya deslizado antes de la visita de S.S. Benedicto XVI con el objeto de preparar y enrarecer el ambiente, es inobjetable. Pero estos árboles no nos deben impedir ver el bosque: la grave crisis por la que pasa la Iglesia Católica, donde unos obispos (episcopos = vigilante, inspector, superintendente) con unos obispos incapaces, por fas o por nefas, de llevar a cabo su labor de inspección, dejando en manos inapropiadas lo que es su ministerio. Lo ocurrido no convierte a los Obispos culpables, está claro, pero sí en negligentes. Y en sus manos no está la dirección de una empresa, sino mucho más. Ellos son los sucesores de los apóstoles y con estas situaciones lamentables, toda la Iglesia queda afectada.
Ya no desde un punto de vista humano, sino más profundo y elevado, trascendente, ¿somos conscientes de lo que significa que en unas instituciones cuyo fin es restablecer la salud, entre cuyos patrones está la Iglesia, se mate a niños no nacidos y se fomente la anticoncepción? ¿Qué pensará un fiel sencillo al escuchar que en un Hospital entre cuyos patrones se encuentra el Arzobispado de Barcelona, se difunde el uso de la píldora abortiva y se practican abortos?
Que esto ocurra, además, en una de las regiones de España donde la Iglesia más se ha significado con el poder político me recuerda al episodio de las tentaciones de Cristo tal como lo narra San Lucas, donde el demonio le dice al Señor:
Te daré todo el poder y la gloria de estos reinos, porque a mí me ha sido entregada, y se la doy a quien quiero (Lc 4,6).
Estas son las cosas que ocurren cuando se olvida que nuestro lugar es el cielo y nuestro fin es Dios y los cristianos se echan en brazos del mundo: al final se acaba enfangado.
¡Qué el Señor tenga misericordia de nosotros!
]]>Según el obispo Williamson de la FSSPX/SSPX, los diálogos doctrinales Roma-FSSPX/SSPX están topándose contra un muro doctrinal
Richard Wiliamson, obispo de la de la FSSPX/SSPX, en sus comentarios semanales sugiere que en los actuales diálogos doctrinales Roma-FSSPX/SSPX se estaría eludiendo la doctrina(!?).
]]>COMENTARIOS ELEISON 162 (21-VIII-2010) : ¿DISCUSIONES ELUDIDAS?
Mientras las discusiones entre Roma y la Fraternidad de San Pio X se están topando, de acuerdo a comentarios de ambos lados, contra una pared doctrinal, informes de Francia y Alemania unidos a un rumor que llega desde Roma alerta peligro para los Católicos. Ese peligro es un acuerdo político el cual simplemente rodeará por un lado el bloqueo doctrinal. La Política amenaza con eludir a la doctrina.
Hace algunas semanas me comentaron, desde Francia y Alemania, que una parte importante de los Católicos que asisten a las misas de la FSSPX únicamente están esperando a que salga de las discusiones alguna clase de acuerdo. Si - lo repito, si — esto es verdad, es muy grave. Esos Católicos pueden recibir la mejor calificación por desear no ser separados de lo que parece ser Roma, pero estarían reprobados por no darse cuenta de que mientras las discusiones se mantengan en el plano doctrinal, no existe manera en la que la enseñanza neo-modernista del Vaticano II pueda ser reconciliada con la doctrina Católica de la verdadera Iglesia. Esos Católicos pueden venerar y amar a Monseñor Lefebvre tal como lo perciben, pero no han entendido la esencia de su lucha por la Iglesia. Les convendría despertar si no quieren en una manera u otra caer en los brazos de los Romanos neo-modernistas.
Un acuerdo por delante de la doctrina significa la política antes que la religión, la unidad antes que la verdad, el hombre antes que Dios. Dios antes que el hombre significa verdad antes que unidad, religión antes que política y la doctrina siendo más importante que cualquier acuerdo no-doctrinal. Solamente los soñadores podían no haber previsto que las discusiones doctrinales Roma-FSSPX toparían contra un muro doctrinal. Únicamente los políticos pueden desear que cualquier acuerdo no-doctrinal se desprenda de estas.
¡Dios mío! por lo visto Benedicto XVI sinceramente cree en la Nueva Iglesia del Vaticano II, la cual debe de unir en su seno absolutamente a todos los hombre, sin importar si creen o no en la única verdadera doctrina de la Fe. Por lo tanto él sinceramente desea acoger también a la FSSPX - ¡y naturalmente no le queda mucho tiempo más por vivir! Así es que el bloqueo de las discusiones doctrinales no debería de preocuparle tanto, si busca llegar a un acuerdo político con la FSSPX y de esta manera poder unirla con el resto de la Nueva Iglesia. Por lo tanto, ni debería de pedir demasiado a la FSSPX, o se negaría al acuerdo, ni muy poco, porque entonces el resto de la Nueva Iglesia se levantaría en protesta.
El rumor desde Roma consiste precisamente en que él está pensando en un “Motu Proprio” que aceptaría a la FSSPX “de regreso en la Iglesia", de una vez por todas, sin requerir de la FSSPX una aceptación explícita del Vaticano II o de la Misa Nueva, sino solamente la aceptación, por ejemplo, del “Catecismo de la Iglesia Católica” de 1992 de Juan Pablo II, el cual es sustancialmente modernista pero de una manera discreta. Por lo tanto la FSSPX no parecería ante sus seguidores como aceptando el Concilio o la Nueva Iglesia, sin embargo comenzaría poco a poco, discretamente, a tragar la substancia del neo-modernismo.
De este modo todos los que buscan la unidad estarían contentos, salvo los que creen en la doctrina Católica.
¡PELIGRO!
Kyrie eleison.
¡Señor ver pronto!
]]>Tengo dudas; para mí que el grande de en medio es el Yuyu: compruébenlo ustedes mismos. (absténganse de ver el video siguientelos mojigatos)
Sinceramente, el de Cádiz tiene más gracia.
¡Señor ven pronto!
]]>De tal modo manifiesta el Señor su Gloria ante los testigos elegidos y con tal resplandor hace brillar esa forma corporal que le es común con los demás mortales, que asmeja su rostro el fulgor del sol e iguala el vestido la blancura de la nieve. Con esta transfiguración pretendía especialmente sustraer el corazón de sus discípulos al escándalo de la cruz y evitar que la voluntaria ignominia de su pasión hiciese flaquear la fe de los que iban a ser testigos de la excelencia de su divinidad oculta. Fundamentábase también, con no mejor providencia, la esperanza de la santa Iglesia, pues reconocería en la transfiguración del Cuerpo místico de Cristo la transformación con que iba a ser agraciado, ya que puede prometerse cada miembro participar de la gloria que con anterioridad resplandece en la Cabeza.
Sin embargo, los apóstoles, que debían ser robustecidos en la fe e iniciados en el conocimiento de todas las cosas, encontraron en este prodigio otra enseñanza. En efecto, Moisés y Elías, esto es, la Ley y los Profetas, aparecieron hablando con el Señor, a fin de que se cumpliese perfectamente, en presencia de estos cinco hombres, lo que está escrito: «Será firme toda palabra proferida en presencia de dos o tres testigos (Dt 19,15; Mt 18,16). ¿Qué hay más estable y más firme que esta palabra? Para proclamarla resuena acordemente la doble trompeta del Antiguo y del Nuevo Testamento, y todo lo que ha servido para testimoniarlo en los tiempos antiguos se encuentra en el Evangelio. Las páginas de ambas alianzas se confirman mutuamente, y Aquel que había prometido los símbolos antiguos bajo el velo de los misterios, lo manifiesta con toda claridad y certeza el resplandor de su gloria presente.
Animado, pues, el apóstol Pedro con la revelación de estos misterios y hastiado de todo lo mundano y terreno, sentíase arrebatar, como en una especie de éxtasis, por las cosas celestiales, y, lleno de gozo con la contemplación, quería morar con Jesús allí en donde se regocijaba con la visión de su gloria. Esto es lo que le movió a exclamar: «Señor, ¡qué bien se está aquí! Si quieres levantaremos tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías» (Mt 27,4). Pero nada contestó el Señor a semejante insinuación, para indicar que, sin ser malo, estaba fuera de orden lo que pedía, ya que no puede salvarse el mundo sino por la Cruz de Cristo; también para ilustrar con su ejemplo la fe de los creyentes, los cuales, sin dudar de las promesas de la bienaventuranza, deben pedir, entre las tentaciones de esta vida, antes los sufrimientos que la gloria, pues el sufrir debe siempre preceder al gozar.
Lecturas del Segundo Nocturno del Oficio de Maitines, en la Fiesta de la Transfiguración de Nuestro Señor Jesucristo.
Traducción: Homilías sobre el año litúrgico de San León Magno. Ed. BAC.
]]>Como no podía ser de otra forma, porque si no estuvo preparado ex profeso poco le faltó, la Virgen de Regla de la hermandad de los Panaderos irá a Madrid para participar en el Vía Crucis de las JMJ. Como ha sido decisión de los hermanos que votaron – y si alguien está en contra y no fue al Cabildo porque no le dio la gana, que beba agua -, no hay nada que decir. Porque tan respetable es asistir al Via Crucis como no, aunque personalmente yo hubiera preferido que la Virgen se quedara en Sevilla. En definitiva, que se tome la decisión que se tome, no será uno más católico. Ni menos.
Aunque parezca lo contrario.
En Espiritualidad Digital tiene un blog muy simpático llamado Gárgolas y arbotantes. Uno de los escribanos, que se camufla bajo el mote de Eyrel, cuando la Hermandad de la Esperanza de Triana en cabildo de hermanos decidió no acudir a las JMJ escribió al respecto, alabándole el gusto a la Coca-Cola y afeándole la conducta a la Hermandad.
Por lo visto, la multinacional Coca – Cola va a dar cuatro millones de euros para las JMJ, lo que llenaba de júbilo al autor del articulete que no entendía, por otra parte, que junto a la Coca – Cola y la cerveza Mahou,
uno de los platos fuertes de la JMJ será ese original Viacrucis por las calles de Madrid, que contará con la participación de distintos Pasos, de esos tan típicos de la Semana Santa española, provenientes de distintas ciudades de la geografía española. De muchas ciudades, de casi todas, menos de… ¡Sevilla!
Efectivamente, junto a la Coca – Cola y Mahou, uno de los platos fuertes es el Via Crucis de las JMJ. ¿Ha dicho algo?. A mí, que me registren.
Ahora bien como eran ya dos las hermandades que se habían negado a participar, Eyrel finalizaba así la esquelita:
¡Bravo por Coca-Cola, por Mahou y por las demás empresas! Porque han sabido captar, después de la experiencia de años, lo que significa apoyar un evento multitudinario, aunque se trate de más de “2 millones de jóvenes católicos”… Lástima, en cambio, por las Cofradías y Hermandades sevillanas que, aunque oficialmente muy católicas y rezonas, llevan hasta el ridículo más extremo el lenguaje farisaico de no contaminarse con otros fervores populares, como puede ser el de apoyar al Santo Padre en el gran maratón de la reevangelización del mundo.
Y se quedó tan pancho.
O sea, la Coca – Cola, que no duda en utilizar la infidelidad como valor positivo en sus anuncios para ganar pasta gansa (como denunció Hazteoir), es magnífica porque da dinero para las JMJ, ahora bien, las Hermandades sevillanas, «oficialmente muy católicas y rezonas», son malísimas.
Ya se sabe, todo esto es muy concorde con la virtud de la justicia, conmutativa y distributiva, con la caridad y la espiritualidad, digital eso sí.
O conmigo o contra mí. No hay más. Aunque la ética de una multinacional como Coca - Cola esté sometida al sistema productivo, como has dado cuatro millones de euros, te aplaudo. Y a las hermandades, aunque sean asociaciones de laicos como la Esperanza de Triana, que hunde sus orígenes allá por el año 1.418 - ¡sí, casi seiscientos años!-, a someterlas al escarnio y al ludibrio.
Con mucha espiritualidad, eso sí.
Tremendo.
Por cierto, y no es por tocar las narices a las Gárgolas y los arbotantes, Coca Cola también patrocina la nada católica y rezona fiesta INFINITA 2010 y el primer Orgullo Gay de Sitges. ¿Bravo por Coca – Cola?
De todas formas que no se mosqueen las gárgolas y los arbotantes. Pelillos a la mar. La hermandad de los Panaderos, una de las hermandades «oficialmente muy católicas y rezonas», enviará su Titular a Madrid.
Y allí, que se pasen los hermanos por ca’Eyrel para que les dé la absolución.
]]>13 [v.8]. Un abismo llama a otro abismo con el sonido de tus cataratas. Quizá podré terminar el salmo ayudado por vuestro deseo, pues advierto vuestro interés. No me preocupo gran cosa de la fatiga que sintáis al oír, puesto que a mí que os hablo me veis también esforzarme en este trabajo. Viéndome cómo trabajo, sin duda colaboráis, pues no trabajo para mí, sino para vosotros. Luego oíd, pues veo que lo deseáis. El abismo llama al abismo con el sonido de tus cataratas. Aquel que dijo a Dios que se acordó de él desde la tierra del Jordán y del Hermón, dijo también admirándose: Un abismo llama a otro abismo con el sonido de tus cataratas. ¿Qué abismo llama? ¿A qué abismo invoca? Ciertamente que este conocimiento es un abismo. Pues abismo es cierta profundidad impenetrable e incomprensible. De modo particular suele llamarse abismo a la inmensidad de las aguas. En ellas hay hondura y profundidad, de tal suerte que no puede llegarse hasta el fondo. En efecto, en un salmo se dijo: Tus juicios son como profundo abismo. La Escritura quiere recordar por esto que los juicios de Dios son incomprensibles. ¿Cuál es el abismo que llama a otro abismo? Si la profundidad es un abismo, ¿juzgaremos que el corazón del hombre no es un abismo? ¿Qué cosa hay más profunda que este abismo? Podemos hablar a los hombres, podemos verlos en el ejercicio de sus miembros y oírles en la conversación; pero ¿quién penetra en su pensamiento, quién ve su corazón? ¿Quién conoce lo que lleva dentro, lo que puede, lo que hace en su interior, lo que ordena, lo que quiere y no quiere en su corazón? Creo entender, no sin razón, que el hombre es el abismo del que se dijo en otro lugar: Se aproxima el hombre al corazón profundo y Dios es exaltado. Si el hombre es un abismo, ¿cómo un abismo llama a otro abismo? ¿El hombre invoca a otro hombre? ¿Pero le invoca al estilo como Dios es invocado? No. Invoca significa llamar hacia sí. Se dice de un hombre que invoca a la muerte; es decir, que vive de tal manera, que llama hacia sí a la muerte. Nadie hay que orando pida la muerte; pero, viviendo mal, los hombres llaman a la muerte. Un abismo llama a otro abismo, un hombre a otro hombre. Así se aprende la sabiduría, así se comprende la fe llamando un abismo a otro abismo. Los santos predicadores de la palabra de Dios invocan a un abismo. ¿Acaso no son ellos también un abismo? Para que sepáis que también son ellos un abismo, dice el Apóstol: En nada tengo el ser juzgado por vosotros o en dia de audiencia humana. Oídle más claro cuan grande sea este abismo: Ni yo me juzgo a mi mismo. ¿Creéis que hay tanta profundidad en el hombre que se oculte al mismo hombre en el cual existe? ¡Qué inmensa profundidad de flaqueza se ocultaba en Pedro cuando, ignorando qué había en su interior, prometía temerariamente que había de morir por el Señor o con el Señor! ¡Qué profundísimo abismo había en él! Sin embargo, este abismo estaba patente a los ojos de Dios. Porque Cristo le predice lo que Pedro en sí mismo ignoraba. Luego todo hombre, aunque sea santo, aunque sea justo, aunque se halle adelantadísimo en la virtud, es un abismo; y un abismo que invoca a otro abismo cuando anuncia al hombre la fe o la verdad en torno a la vida eterna. Pero es útil el abismo al abismo invocado cuando esta invocación o llamamiento se ejecuta “por la voz de tus cataratas". Un abismo invoca a otro abismo, un hombre gana o conquista a otro hombre; mas no con su voz, sino con la voz de tus cataratas.
14. Entended de otro modo un abismo invoca a otro abismo con la voz de tus cataratas. Yo, que me estremezco cuando se turba mi alma dentro de mí, temo sobremanera por tus juicios, pues tus juicios son un inmenso abismo y un abismo llama a otro abismo. Porque bajo esta carne mortal, desolada, pecadora, repleta de molestias y tropiezos, sometida a la concupiscencia, existe cierta condena debida a tu juicio, porque tú dijiste: Morirás con muerte; y Con el sudor de tu rostro comerás tu pan. Este es el primer abismo de tu juicio. Pero, si los hombres vivieren mal en este mundo, un abismo invoca a otro abismo, porque de una pena pasan a otra; de tinieblas, a tinieblas; de una profundidad, a otra profundidad; de un suplicio, a otro suplicio; del ardor de la concupiscencia, a las llamas del infierno. Luego quizá esto es lo que temió este hombre cuando dijo: Mi alma está turbada dentro de mí; por eso me acordé de ti, ¡oh Señor!, desde la tierra del Jordán y del Hermón. Debo ser humilde. Me horroricé en tus juicios y temí sobremanera tus justicias; por eso mi alma está turbada dentro de mí. Y ¿qué juicios tuyos temí? ¿Por ventura son pequeños estos juicios tuyos? Son grandes, rígidos, molestos. ¡Ojalá fuesen los únicos!, mas un abismo llama a otro abismo con el sonido de tus cataratas. Pero tú amenazas, tú dices que después de estos trabajos aún queda otra condenación: Con el sonido de tus cataratas, un abismo llama a otro abismo. ¿Adonde iré lejos de tu presencia, adonde huiré de tu Espíritu, si un abismo invoca a otro abismo, si después de estos sufrimientos se temen otros más graves?
15 [v.8}. Todas tus ondas y olas se echaron sobre mí. Las olas, en las cosas que experimento; las ondas, en las cosas con que amenazas. Todo mi sufrimiento son tus olas, toda amenaza tuya son tus ondas. En las olas llama este abismo, en las ondas llama a otro abismo. Todas tus olas están reflejadas en lo que sufro; todas tus ondas que se echaron sobre mí se manifiestan en aquello con que más gravemente me amenazas. El que amenaza no sobrecarga, sino que deja en suspenso, como onda. Pero, porque libras, dije esto a mi alma: Espera en Dios, porque le confesaré; salud de mi rostro (es) mi Dios. Cuanto más frecuentes sean los males, tanto más dulce será tu misericordia.
16 [v.9]. Por eso prosigue: El Señor envió su misericordia durante el día, y por la noche la declarará. A nadie deja de oír en la tribulación. Atended cuando os va bien; oíd cuando lo pasáis bien. Aprended la enseñanza de la sabiduría y acoged la palabra de Dios como alimento cuando estáis tranquilos. Cuando alguien se encuentra en la tribulación, le debe aprovechar lo que oyó estando sosegado. Dios te envía también su misericordia en los asuntos prósperos si fielmente le hubieres servido, porque te libra de la tribulación; pero no te declara esta misericordia que te envió durante el día, sino en la noche. Cuando llega la tribulación no te falta su ayuda; en la noche te declara la realidad de lo que te dio durante el día. En efecto, así se escribió en cierto lugar: Magnífica es la misericordia del Señor en el tiempo de la tribulación, como las nubes de lluvia en tiempo de sequía. El Señor envió su misericordia durante el día y por la noche la declarará. No te manifiesta que te socorre sino cuando te ha sobrevenido la tribulación, de la que te librará Aquel que te prometió durante el día. Por eso nos aconseja imitar a la hormiga. Como la prosperidad del mundo representa el día y la adversidad del siglo simboliza la noche, así, pero de otra manera, la prosperidad del mundo representa el verano, y su adversidad, el invierno. ¿Y qué hace la hormiga? Durante el verano recoge lo que le sirve de alimento durante el invierno. Luego en el tiempo de verano, es decir, cuando vivís en prosperidad, cuando estáis tranquilos, oíd la palabra de Dios. ¿Cómo podrá suceder que en medio de la tempestad de este mundo atraveséis todo este mar de la vida sin tribulaciones? ¿Cómo podrá suceder esto? ¿A qué hombre acontece esto? Si acontece a alguien, mucho ha de temerse la calma. El Señor envió durante el día su misericordia, y por la noche la declarará.
17 [v.10.12]. ¿Qué harás en esta peregrinación? ¿Qué harás? En mí está la oración (que dirigiré) al Dios de mi vida. Como ciervo sediento y. que desea la corriente de las aguas, recordando la dulzura de su voz, por la que fui conducido, a través del tabernáculo, hasta la casa de Dios, digo aquí mientras este cuerpo que se corrompe deprime al alma: En mí está la oración (que dirigiré) al Dios de mi vida. Para rogar a Dios no he de comprar algo de país extraño, ni para que me oiga Dios navegaré a
fin de traer de lejos incienso y aromas; ni tampoco presentaré un becerro o carnero entresacado del rebaño. En mí está la oración (que dirigiré) al Dios de mi vida. Dentro tengo la víctima que inmolaré, dentro tengo el incienso que ofreceré, dentro tengo el sacrificio con el que aplacaré a mi Dios. Sacrificio para Dios es el espíritu afligido. ¿Qué sacrificio de espíritu atribulado tengo en mi interior? Oye: Diré a Dios; tú eres mi protector; ¿por qué te olvidaste de mí? De tal modo sufro en este mundo, que parece que tú te olvidaste de mí. Tú me ejercitas, pues conozco que
difieres, pero que no me quitas lo que me prometiste; sin embargo, ¿por qué te olvidaste de mí? Conforme a nuestro clamor, también clamó nuestra Cabeza: ¡Dios mío, Dios mío!, ¿por qué me abandonaste? Por tanto, diré a Dios: tú eres mi protector; ¿por qué te olvidaste de mí?18. ¿Por qué me rechazaste de la sublimidad del manantial de la inteligencia inmutable de la verdad? ¿Por qué me rechazaste? ¿Por qué, debido a la pesantez y carga de mi iniquidad, estando allí absorto, fui arrojado a estas cosas? En otro lugar dice esta voz: Yo dije en mi arrobamiento, es decir, cuando vio algo extraordinario en el enajenamiento de la mente, yo dije en mi arrobamiento: Fui arrojado de la presencia de tu vista. Comparó estas cosas en las que vivía con aquellas a las que había sido arrebatado, y se vio arrojado lejos de la presencia de Dios, como también (éste) aquí, y por eso dice: ¿Por qué me rechazaste y por qué ando afligido al oprimirme el enemigo y quebrantar mis huesos? Es decir, al oprimirme el diablo tentador, el cual con reiterados tropiezos aflige y oprime por doquier, llevando por la abundancia de ellos al enfriamiento la caridad de muchos. Cuando vemos muchas veces caer por los tropiezos a los fuertes de la Iglesia, ¿no dirá el cuerpo de Cristo: El enemigo quebrantó mis huesos? Los huesos son los fuertes, y de cuando en cuando caen los mismos fuertes por las tentaciones. Cuando alguno del cuerpo de Cristo considera estas cosas, ¿acaso no ha de clamar por la voz del cuerpo de Cristo: ¿Por qué me rechazaste y por qué ando atribulado al afligirme el enemigo y al quebrantar mis huesos? No solamente desgarra mis carnes, sino que también quebranta mis huesos, a fin de que veas que quienes se creían fuertes caen en las tentaciones, para que desconfíen los débiles viendo sucumbir a los fuertes. ¡Qué infinidad de peligros existe, hermanos míos!
19. Me insultaron los que me atribulan. De nuevo repite lo anterior al exclamar ahora: Cuando me dicen todos los días: ¿Dónde está tu Dios? De modo especial profieren estas palabras en las tribulaciones de la Iglesia: ¿Dónde está tu Dios? ¿Cuántas veces no oyeron estas voces los mártires que sufrían con valentía por el nombre de Cristo? ¿Cuántas veces no se les dijo: ¿Dónde está tu Dios? Os libre si puede. Los hombres veían exteriormente sus torturas, pero no veían interiormente las coronas. Me insultaron los que me atribulan cuando me dicen diariamente: ¿Dónde está tu Dios? Y yo, debido a esto, puesto que mi alma está turbada dentro de mí, ¿qué le diré si no es aquello: ¿Por qué estás triste, alma mía, y por qué me turbas? Y, como si le respondiese, dice ella: ¿No quieres que te turbe, colocada aquí en tantos peligros? Suspirando por los bienes eternos, sintiendo sed y trabajo, ¿no quieres que te atribule? Confía en Dios, porque todavía le confesaré. Vuelve a manifestar la confesión y a repetir el apoyo o seguridad de la esperanza: La salud de mi rostro es mi Dios
Obras completas de San Agustín. Tomo XX. Enarraciones en Salmos (2º). Ed. BAC.
]]>8 [v.5]. Busco a mi Dios entre las cosas visibles y corporales, y no le encuentro. Busco su sustancia en mí mismo, como si fuese algo igual a mí, y no la hallo. Siento que es algo que está por encima del alma. Para percibirle medité estas cosas y derramé mi alma dentro de mí. ¿Cuándo percibirá mi alma lo que se busca por encima de ella si no es cuando se vuelque sobre sí misma? Si permaneciese inactiva, no se vería más que a sí, y al verse no vería a su Dios. Digan ya mis mofadores: ¿Dónde está tu Dios? Hablen. Yo mientras no veo, en ranto que no sea arrebatado, me alimento día y noche con mis lágrimas. Digan todavía: ¿Dónde está tu Dios? Yo busco a mi Dios en todo lo corpóreo, ya terrestre, ya celeste, y no le encuentro; busco en mi alma su sustancia, y no la encuentro; me entregué a la búsqueda de mi Dios, y por las cosas que han sido hechas deseé ver las cosas invisibles de mi Dios. Derramé mi alma sobre mí, y ya no me queda a quién llegar a percibir sino a mi Dios. Sobre mi alma está la casa de mi Dios; allí habita, desde allí me mira, desde allí me creó, desde allí me gobierna, desde allí mira por mí, me anima, me llama, me dirige, me guía y me conduce.
9. Aquel que tiene la excelentísima casa en lo escondido, fiesta; se celebra un natalicio; hay una boda. Y se nos dice esto para que no nos parezcan inoportunos aquellos cánticos, sino que se excuse la magnificencia en gracia de la festividad. En la casa de Dios, la festividad es eterna, no se celebra allí algo transitorio y que pasa. El coro de los ángeles celebra fiesta eterna ante la presencia de Dios con alegría incesante. Allí no comienza ni termina el día de fiesta. Cuando no hace ruido el mundo, perciben los oídos del corazón, procedente de aquella eterna y perpetua festividad, algo cadencioso y dulce. El sonido de aquella festividad cautiva el oído del que anda en este tabernáculo y considera las maravillas de Dios en la redención de los fieles; y asimismo arrastra al ciervo a la fuente de las aguas.
10 [v.6.7]. Pero, hermanos, como, mientras vivimos en el cuerpo, peregrinamos hacia Dios, y el cuerpo corruptible agrava al alma, y la morada terrena deprime el espíritu que piensa en muchas cosas, aunque de cualquier modo, andando con el deseo, desvanecidas ya las tinieblas, nos esforcemos para conseguir algo de aquella casa de Dios, no obstante, mientras llegamos a este sonido (de las dulzuras de la casa), debido a cierto gravamen de nuestra flaqueza, tornamos a caer en lo acostumbrado y nos deslizamos a lo ordinario y como allí encontramos el motivo del gozo, así no falta aquí la causa del gemido. En efecto, este ciervo, alimentándose día y noche con sus lágrimas, al ser arrastrado por el deseo al manantial de las aguas, es decir, a la interna dulzura de Dios, derrama sobre sí su alma para llegar a conseguir lo que está sobre ella, y, caminando en el lugar del admirable tabernáculo hasta llegar a la morada de Dios, es atraído por el placer del sonido interior e inteligible, de suerte que desprecia todas las cosas externas y es arrebatado a las internas. Con todo, aún es hombre, aún gime en este mundo, aún lleva la frágil carne, aún peligra entre los tropiezos de este siglo. Ahora mira hacia sí, y, dándose cuenta que viene de allí (de ver las dulzuras inefables), se dice a sí mismo estando colocado entre las amarguras, que compara con aquellas cosas que entró a ver y que después de vistas se salió: ¿Por qué estás triste, alma mía, y por qué me turbas? He aquí que estamos alegres debido a cierta dulzura interior; ve que ya pudimos contemplar con la mirada de la mente algo inmutable, aunque fue rozando y apresuradamente. ¿Por qué todavía me conturbas? ¿Por qué aún estás triste? Ya no dudas de tu Dios, ya tienes algo que decir a aquellos que gritan: ¿Dónde está tu Dios? Ya que llegaste a conocer algo inmutable, ¿por qué me turbas todavía? Espera en Dios. Y como si le respondiese su alma en el silencio (le dice): ¿Por qué te turbo si no es porque aún no estoy allí en donde se halla la dulzura de donde fui arrebatada momentáneamente y como de paso? ¿Por ventura bebo ya de aquella fuente sin temor alguno? ¿Ya no debo temer ningún tropiezo? ¿Ya estoy segura de todas las concupiscencias, como si estuviesen domadas y vencidas? ¿Acaso el diablo, mi enemigo, no acecha contra mí? ¿No me tiende cotidianamente lazos insidiosos? ¿No quieres que me turbe hallándome en el mundo y alejada todavía de la casa de mi Dios? Espera en Dios, responde a su alma, que a sí misma se conturba y que parece rendir cuentas de su perturbación debido a los males de los que este mundo abunda. Entre tanto vive en esperanza. Pues “la esperanza de lo que se ve no es esperanza; si lo que no vemos esperamos, con paciencia aguardamos".
11. Espera en Dios. ¿Por qué te digo espera? Porque le confesaré. ¿Qué le has de confesar? Salud de mi rostro (es) mi Dios. Mi salud no puede proceder de mí. Esto diré, esto confesaré: Salud de mi rostro (es) mi Dios. Por tanto, estando con temor sobre las cosas que de cualquier modo conoció, preocupado, volvió a examinarlas de nuevo para que no se introdujese subrepticiamente el enemigo. Por eso aún no dice: Estoy por completo a salvo. En efecto, teniendo nosotros las primicias del espíritu (sin embargo), gemimos dentro de nosotros mismos esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo. Tendremos la perfecta salud cuando nos encontremos viviendo sin fin en la casa de Dios y alabando eternamente a Aquel a quien se dijo: Bienaventurados los que habitan en tu casa y te alaban por los siglos de los siglos. Esto aún no ha llegado, porque todavía no nos ha sido dada la salud que se promete; por eso confieso a mi Dios en esperanza y le digo: Salud de mi rostro (es) mi Dios. Por la esperanza hemos sido salvados, y la esperanza de lo que se ve no es esperanza. Persevera, pues, en la esperanza para que llegues; persevera hasta tanto que llegue la salud. Oye a tu Dios, que te habla en tu interior: Espera en el Señor, obra con fortaleza y confórtese tu corazón, y espera en el Señor, porque quien perseverare hasta el fin, éste será salvo. Luego ¿por qué estás triste, alma mía, y por qué me turbas? Espera en Dios, porque le confesaré. Esta es mi confesión: Salud de mi rostro (es) mi Dios.
12. Mi alma está conturbada dentro de mí. ¿Acaso se turba en Dios? En mí está conturbada. Se repone en el inmutable, se perturba en el mudable. Conozco que permanece la justicia de Dios, ignoro que persista la mía. Pues el Apóstol me aterra al decir: El que cree estar en pie, vea no caiga. Luego, como no poseo la firmeza ni confío en mí, mi alma está conturbada dentro de mí. ¿No quieres ser conturbado? No descanse tu alma en ti mismo y di: A ti, Señor, elevé mi alma. Oye esto mismo más claramente. No confíes en ti, sino en Dios. Porque, si confías en ti, tu alma se conturba dentro de ti, porque aún no halló cómo ha de estar segura de ti. Luego como mi alma está conturbada dentro de mí, ¿qué falta si no es la humildad para que no presuma el alma de sí misma? No le queda más que hacerse por completo pequeña, no le resta más que humillarse para que merezca ser exaltada. No se atribuya nada a sí misma a fin de que se le confiera por Dios lo que le es útil. Luego como mi alma está conturbada dentro de mí y la soberbia es la causa de esta perturbación, por eso me acordé de ti, ¡oh Señor!, desde la tierra del Jordán y desde el pequeño monte de Hermón. ¿Desde dónde me acordé de ti? Desde el pequeño monte y desde la tierra del Jordán. Quizá desde el bautismo, donde se da la remisión de los pecados. En efecto, solamente corre a la remisión de los pecados el que se confiesa pecador, y nadie se confiesa pecador si no es humillándose delante de Dios. Luego desde la tierra del Jordán me acordé de ti y desde el pequeño monte. No desde el gran monte, para que tú hagas de un monte pequeño un monte grande, porque el que se ensalza será humillado y el que se humilla será ensalzado. Si indagas el significado de los nombres, Jordán significa bajada de ellos. Baja tú para que seas ensalzado; no te ensalces, no sea que seas quebrantado. Y desde el pequeño monte de Hermón. ¿Qué significa Hermón? Detestación. Detéstate, desagrádate. Si te agradas a ti, desagradas a Dios. Luego como Dios nos da todos los bienes por ser bueno, no porque nosotros seamos dignos; como El es misericordioso, no porque nosotros lo merezcamos, desde la tierra del Jordán y desde el Hermón me acordé de Dios. Merecerá gozar exaltado el que se humilla; el que se gloría en el Señor no se exalta en sí mismo.
Obras Completas de San Agustín. Tomo XX. Enarraciones en Salmos. Ed. BAC.
]]>Ordinariamente, nuestra alma desea alegrarse con vosotros en la palabra de Dios y manteneros en él, porque es nuestra ayuda y nuestra salud. Oíd por mí lo que Dios da y alegraos conmigo en él, en su palabra, caridad y verdad. Hemos emprendido la exposición de un salmo apto a vuestro deseo. Comienza este salmo por un santo deseo, y dice así el cantor: Como desea el ciervo el manantial de las aguas, así te desea mi alma, ¡oh Dios! ¿Quién dice esto? Si queremos, nosotros. ¿A qué buscas fuera de ti quién sea éste, cuando está en tu poder ser lo que buscas? Sin embargo, no es un hombre, sino un cuerpo, y el cuerpo de Cristo es la Iglesia. Tampoco se encuentra este deseo en todos los que entran en la Iglesia. Sin embargo, quienes gustaron la suavidad del Señor y percibieron el contenido del cántico, no piensen que son solos, sino crean que tales arbustos se hallan plantados en el campo del Señor, que ocupa toda la tierra, y que de cualquier unidad cristiana es esta voz: Como desea el ciervo el manantial de las aguas, así te desea mi alma, ¡oh Dios! Por tanto, se entiende correctamente que esta voz es la de aquellos que, siendo aún catecúmenos, corren a la gracia del santo bautismo. De aquí que se cante solemnemente este salmo en tal acto, para que así anhelen la fuente de la remisión de los pecados del modo que desea el ciervo el manantial de las aguas. Acontezca esto, y se entienda veraz y habitualmente por la Iglesia. Sin embargo, hermanos, me parece que en el bautismo de los fieles aún no queda saciado tal deseo, pues si conocen dónde se hallan peregrinando y hacia dónde han de encaminarse, se inflamarán más ardientemente.
El título del salmo es el siguiente: Salmo para el fin, a los hijos de Coré, de entendimiento. En los títulos de otros salmos encontramos también a los hijos de Coré; recuerdo haber tratado ya de esto y de haberos indicado el significado de este nombre. Así, pues, ahora ha de ser conmemorado este título de suerte que de antemano no nos predisponga a no hablar más de lo que ya dijimos, de modo que en adelante ya no digamos más, puesto que en donde hablamos de este nombre no estaban todos. Coré fue un hombre que existió en realidad y tuvo hijos, a los que se les llamó hijos de Coré. Sin embargo, nosotros escudriñemos el secreto del misterio para que el nombre nos dé a conocer el arcano que encierra. Es un gran misterio que los cristianos se llamen hijos de Coré. ¿De dónde les proviene que se llamen hijos de Coré? De llamarse hijos del esposo, hijos de Cristo. Pues los cristianos son llamados hijos del esposo (en el Evangelio). ¿Por qué es llamado Cristo Coré? Porque Coré significa cráneo o calavera. De muy lejos se toman las aguas. Preguntaba por qué Cristo se llama Coré; pero con más interés pregunto por qué Cristo aparezca que pertenece a la calavera. ¿Acaso no se llevó a cabo la crucifixión en el lugar de la calavera? Sin duda se llevó a cabo allí. Luego los hijos del esposo, los hijos de su pasión, los hijos redimidos con su sangre, los hijos de su cruz que llevan en la frente lo que los enemigos fijaron en el lugar de la calavera, se llaman hijos de Coré. A ellos se les canta este salmo para que entiendan. Luego desperecemos nuestro entendimiento para que, si se nos canta, entendamos. ¿Qué hemos de entender? ¿En qué sentido se canta este salmo? Me atrevo a decir que las cosas invisibles de El, desde la creación del mundo están a la vista por medio de las que han sido hechas. Ea, hermanos, percibid mi anhelo, haced causa común conmigo en este anhelo; amamos juntos, juntos nos inflamemos en esta sed, corramos juntos a la fuente de este entendimiento. Deseemos la fuente como el ciervo, pero no la fuente que anhelan los que han de ser bautizados por la remisión de los pecados. Los ya bautizados deseemos aquella fuente de la cual dice otro salmo: En ti está la fuente de vida. Esta fuente es luz, porque en tu luz veremos la luz. Luego, si es fuente y es luz, con razón es también entendimiento, porque sacia al alma ávida del saber; y todo el que entiende es iluminado por cierta luz no corporal, no material, no externa, sino interna. Luego, hermanos, existe cierta luz interna, de la cual carecen los que no entienden. De aquí que ya el Apóstol habla rogando a los que desean esta fuente de vida, y de la cual perciben algo, diciéndoles: Ya no caminéis como caminan las gentiles, en la vanidad de su sentir, cegados en la inteligencia, privados de la vida de Dios, debido a la ignorancia que tienen por causa de la ceguedad de su corazón. Si ellos tienen entenebrecida la inteligencia, es decir, si están en tinieblas porque no entienden, luego los que entienden están iluminados. Corre a la fuente, desea la fuente de agua. En Dios está la fuente de vida, fuente perenne; en su luz encontraréis la luz que no se oscurece. Desea esta luz, esta fuente, esta luz que no conocen tus ojos. El ojo interior se apresta para ver esta luz, la sed interior se inflama para beber de esta fuente. Corre a la fuente, desea la fuente. Pero no corras de cualquier modo, como cualquier animal; corre como el ciervo. ¿Qué significa “corre como el ciervo"? Que no sea lento el correr; corre veloz, desea pronto la fuente. El ciervo posee una vertiginosa velocidad.
3. Pero quizá no sólo quiso la Escritura que considerásemos esto en el ciervo, sino también otra cosa. Oye qué otra cosa hay en el ciervo. El ciervo mata las serpientes, y, después de haberlas matado, se inflama con mayor sed. Matadas las serpientes, corre a la fuente con sed más acuciante. Las serpientes son tus vicios; mata las serpientes de la iniquidad, y entonces desearás con más ardor la fuente de la verdad. Quizá la avaricia susurre a tu oído algo sombrío; susurre contra la palabra de Dios, contra sus mandamientos. Si te dice desprecia algo, no cometas iniquidad, pues si prefieres cometer iniquidad antes que despreciar un bien temporal, eliges ser mordido por la serpiente antes que matarla. Cuando aún acaricias tu vicio, tu concupiscencia, tu avaricia, tu serpiente; cuando te veo enredado en tales deseos, ¿cómo has de correr a la fuente de las aguas? ¿Cómo has de desear la fuente de la sabiduría, siendo así que aún bebes el veneno de la malicia? Destruye en ti todo lo que es contrario a la verdad, y, cuando te veas libre de las perversas codicias, no te quedes ocioso, como si no tuvieses ninguna cosa que desear. Hay algo a donde debes encaminarte si ya lograste en ti que no haya nada que se te oponga. Quizá me dirás si eres ciervo: Dios sabe que ya no soy avaro, que ya no deseo cosa alguna, que ya no ardo en deseos de adulterio, que ya no me consumo por el odio y la envidia y los demás vicios semejantes. Ciertamente que dirás: Ya no me aprisionan estas cosas; sin embargo, quizá buscas en qué cosa deleitarte. Anhela deleitarte, desea la fuente de las aguas. Dios tiene con qué refrigerar y llenar al que se acerca a El como ciervo veloz a apagar la sed después de haber matado las serpientes.
4. Todavía hay algo más que debes notar en el ciervo. Se cuenta de los ciervos, y lo vieron algunos, pues no se narraría tal cosa de ellos a no ser comprobado, que, cuando caminan en rebaño o cuando nadando se dirigen a otras tierras, colocan sus cabezas unos sobre otros, de tal modo que uno guía; y detrás de éste sigue otro, que coloca su cabeza sobre él; a continuación, en fila, siguen otros, poniendo sus cabezas sobre el anterior, hasta el último con el que termina la recua. Cuando el primero que llevaba el peso de la cabeza del siguiente se ha cansado, se dirige a la cola para que le suceda el segundo como primero, y llevando de este modo alternativamente la carga, ejecutan el recorrido y sin abandonarse unos a otros. ¿Por ventura no habla a ciertos ciervos el Apóstol cuando dice: Sobrellevad los unos los pesos de los otros, y así cumpliréis la ley de Cristo?
5. Este ciervo fundado en la fe, que aún no ve lo que cree y que desea entender lo que ama, soporta a los adversarios no ciervos, faltos de la luz de la inteligencia, colocados en tinieblas interiores, cegados por el deseo de los vicios; aún más, que vituperan, diciendo al creyente y al que no les hace ver lo que cree: ¿Dónde está tu Dios? Oigamos cómo reacciona este ciervo frente a estas palabras, para que, si podemos, les hagamos también ciervos a ellos. Primeramente manifiesta su sed, diciendo: Como desea el ciervo el manantial de las aguas, así te desea mi alma, ¡oh Dios! Pero ¿y si el ciervo desea el manantial de las aguas para bañarse, pues ignoramos si le desea para beber o bañarse? Oigamos lo que sigue y no interroguemos: Mi alma está sedienta del Dios vivo. Lo que digo (y habla el ciervo): Como el ciervo desea el manantial de las aguas, así te desea mi alma, ¡oh Dios!, es lo mismo que mi alma está sedienta del Dios vivo. ¿De qué tiene sed? ¿Cuándo iré y apareceré ante la presencia de Dios? La sed que tengo es de ir y ver el rostro del Señor: Siento sed en la peregrinación, siento sed en el camino; seré saciado a la llegada. Pero ¿cuándo llegaré? Cuanto más cerca está Dios, más se retarda el cumplimiento del deseo. ¿Cuándo llegaré y me presentaré ante la presencia de Dios? De este deseo dimana aquello por lo que clama en otro sitio: Una sola cosa pedí al Señor y ésta buscaré: habitar en la casa del Señor todos los días de mi vida. ¿Y para qué esto? Para contemplar—dice—el deleite del Señor. ¿Cuándo iré y veré el rostro del Señor?
6 [v.4]. Entre tanto, mientras considero, mientras corro, mientras estoy en el camino antes de llegar y aparecer en tu presencia, mis lágrimas son mi pan día y noche, cuando se me dice todos los días: ¿Dónde está tu Dios? Mis lágrimas—dice— me son no amargura, sino pan. Estas lágrimas me eran deleitables, porque, teniendo sed de esta fuente, como aún no podía beber, comía mis lágrimas con más avidez. No dijo: Me sirvieron de bebida estas lágrimas, ni parece que las deseó como el manantial de las aguas, sino que, persistiendo aquella sed por la que ardo, por la que soy arrastrado a la fuente de las aguas, al ser retenido, las lágrimas se me convirtieron en panes. Y ciertamente, comiendo sus lágrimas, sin duda siente más la necesidad de la fuente. Mis lágrimas son mi pan día y noche. Este alimento que se llama pan le comen los hombres durante el día, por la noche duermen. El pan de lágrimas se come de día y de noche, ya tomes por día y noche todo el tiempo de la vida, ya entiendas por día la prosperidad de esta vida, y por noche su adversidad. En las cosas prósperas de este mundo y en las adversas, yo—dice—, derramo las lágrimas de mi deseo, yo no pierdo la avidez de mi deseo, y, cuando se acomoda al mundo, me resulta un mal antes de presentarme ante Dios. ¿Por qué me obligas como a felicitar al día cuando me sonríe alguna prosperidad de este mundo? ¿Por ventura no es engañosa? ¿No es incierta, perecedera, mortal? ¿No es temporal, voluble, pasajera? ¿No tiene más de decepción que de atractivo? Luego ¿por qué no han de ser estas cosas mi pan de lágrimas? No nos olvidemos que, cuando la felicidad de este mundo nos sonríe, mientras vivimos en cuerpo, caminamos hacia Dios y que continuamente se me dice: ¿Dónde está tu Dios? Si un pagano me dijere esto, ¿no le puedo yo también preguntar?:¿Dónde está tu Dios? Cuando él me muestra a su dios con el dedo, dirigiendo su dedo hacia una piedra, y me dice: He aquí a mi dios, puedo seguir preguntándole: ¿Dónde está tu Dios? Si me río de la piedra y se avergüenza quien me la mostró, aparta sus ojos de ella; mira al cielo, y quizá apunta con su dedo al sol, y de nuevo dice: Ahí está mi dios. De nuevo puedo decirle: ¿Dónde está tu Dios? El encuentra algo que mostrar a los ojos de la carne, pero yo no puedo mostrarle nada; no porque no tenga qué mostrarle, sino porque carece de ojos a los cuales les muestre mi Dios. El pudo mostrar a los ojos de mi cuerpo su dios, el sol. ¿A qué ojos mostraré yo el Creador del sol?
7. Sin embargo, oyendo todos los días: ¿Dónde está tu Dios?, y alimentado cotidianamente con mis lágrimas, pensé día y noche lo que oí: ¿Dónde está tu Dios?; y busqué yo también a mi Dios, para que, a ser posible, no solamente creyese en él, sino que asimismo le viese. Veo, pues, las cosas que hizo mi Dios, pero a El, que las hizo, no le veo. Mas como deseo, al parigual que el ciervo, el manantial de las aguas, y en él hay fuente de vida, y como este salmo se escribió para inteligencia de ios hijos de Coré, y como asimismo las cosas invisibles de Dios se patentizan por las que han sido hechas, ¿qué haré para ver a mi Dios? Pondré la mirada en la tierra; ella fue hecha. Grande es la hermosura de la tierra, pero tiene su artífice. Portentosas son las maravillas de las semillas y de todos los seres que engendran, pero todas estas cosas tienen su Creador. Contemplo la amplitud del dilatado mar; me aturdo, me admiro, yo busco al Artífice. Miro al cielo, y veo la belleza de las estrellas; contemplo el esplendor del sol ejerciendo el señorío del día y observo la luna atemperando la oscuridad de la noche. Maravillosas son estas cosas; son dignas de ser alabadas o de ser admiradas; no son terrenas, sino celestes. Con todo, allí no está el anhelo de mi sed. Admiro estas cosas, las alabo, pero siento sed de Aquel que las hizo. Entro en mi interior’ y sondeo quién sea yo que indago estas cosas, y veo que tengo cuerpo y alma; uno, al que debo regir; otro, por el que debo regir; el cuerpo debe obedecer, el alma mandar. Distingo que el alma es mucho mejor que el cuerpo, y veo que el mismo investigador de estas cosas no es el cuerpo, sino el alma; y, sin embargo, todas estas cosas que examiné conozco que las examiné mediante el cuerpo. Alabé la tierra, la conocí por los ojos. Alabé el mar, le conocí por los ojos. Alabé el cielo, las estrellas, el sol y la luna, los conocí por los ojos. Los ojos son miembros de carne; son las ventanas de la mente, dentro está el que ve por ellos; cuando falta el pensamiento, en vano están abiertos. Mi Dios, que hizo estas cosas que veo con los ojos, no debe ser buscado por ellos. Mire también el alma algo por sí misma, y vea si existe algo que no perciba por los ojos, como los colores y la luz; ni por los oídos, como el canto y el ruido; ni por las narices, como la fragancia de los olores; ni por el paladar y la lengua, como el sabor; ni por todo el cuerpo, como lo duro y lo blando, lo frío y lo caliente, lo áspero y lo suave; sino si hay algo que vea en el interior. ¿Qué significa que vea en el interior? Que vea lo que no es color, ni sonido, ni olor, ni sabor, ni calor, ni frío, ni dureza, ni suavidad. Se me diga qué color tiene la sabiduría. Cuando pensamos en la justicia y nos gozamos por su hermosura internamente en el pensamiento, ¿qué oímos? ¿Qué cosa como vapor sube a nuestra nariz? ¿Qué cosa se gusta en la boca? ¿Qué palpamos con las manos que nos deleite? Y, sin embargo, ella está dentro, y es bella, y se alaba, y se ve; es más, si nuestros ojos están a oscuras, el alma se goza con su propia luz. ¿Qué es lo que veía Tobías cuando, ciego, aconsejaba con palabras de vida eterna a su hijo, que veía? Luego hay algo que el alma, señora, rectora, habitadora del cuerpo, ve; pero no lo percibe por los ojos, ni por el oído, ni por la nariz, ni por el gusto, ni por el tacto del cuerpo, sino por sí misma, y mejor por sí misma que por su servidor. También acontece, sin duda, que el alma se ve a sí misma, y para verse no pide auxilio a los ojos corporales; es más, para verse a sí misma en sí misma, para conocerse a sí misma junto a sí, se retira hacia sí separándose de todos los sentidos del cuerpo como de objetos que alborotan e impiden. ¿Pero acaso es Dios algo parecido a lo que es el alma? Dios ciertamente sólo puede ser visto por el alma, pero no puede ser visto como se ve el alma. El alma busca algo que es Dios, por lo cual no se burlen de ella quienes le dicen: ¿Dónde está tu Dios? Busca una realidad inmutable, una sustancia perfectísima. El alma no es tal, porque progresa y decae, conoce e ignora, recuerda y se olvida, una vez quiere y otra no quiere. Esta mudanza no se da en Dios. Si dijese que Dios es mudable, se burlarían de mí los que dicen: ¿Dónde está tu Dios?
Obras Completas de San Agustín, tomo XX. Enarraciones sobre los salmos (2º). Ed. BAC.
]]>Fuente: Catapulta
Original: The Irish Catholic
Sean Mc Donagh (en la foto), Tony Flannery, y Brendan Hoban quieren:
Plena implementación de la visión y enseñanzas del Concilio Vaticano II,con especial énfasis en:
La primacía de la conciencia individual
La activa participación de todos los bautizados.Dar igualdad de trato a todos los creyentes
Rediseño del ministerio en la Iglesia,para desarrollar los dones,sabiduría y experiencia de hombres y mujeres
Reestructuración del sistema de gobierno de la Iglesia,basado desde ahora en el servicio y no en el poder ,requiriendo consulta y transparencia en los nombramientos de los líderes de la Iglesia
Conceder igual lugar a las mujeres,tanto en el gobierno como en las varias formas de ministerio
Revaluación de la enseñanza sexual católica que reconozca el profundo misterio de la sexualidad y la experiencia y sabiduría del pueblo de Dios
Celebraciones litúrgicas cuyos ritos y lengua sean entendibles por todos
Reforzar las relaciones con los otros cristianos y demás creyentes
Plena aceptación de que el Espíritu habla a través de todo el pueblo,cualquiera sean las creencias
¡Señor, ten misericordia de nosotros!
]]>Monseñor don Manuel Ureña Pastor, Arzobispo de Zaragoza, presidió un solemne sepelio, que realizó íntegramente en latín y con los libros litúrgicos antiguos, en la Parroquia de Épila. Esta bella ceremonia fúnebre estuvo plenamente justificada por la belleza del templo y el carácter histórico del acontecimiento.
Con motivo de una restauración, los restos de la familia de los Condes de Aranda -que descansan en la iglesia de Épila desde 1745- debieron ser movidos. El pasado 28 de julio, el Arzobispo de Zaragoza volvió a reinhumarlos en la sepultura familiar. Toda la ceremonia se realizó conforme al ritual tradicional, con ornamentos de color negro, y cantada en latín (De profundis, Libérame Dómine, In paradisum, Ego sum, etcétera).
Monseñor Ureña hizo también una magnífica reflexión sobre el sentido de la muerte y la esperanza cristiana, muy bien acogida por los fieles que abarrotaban el templo.
Abandonados los estúpidos prejuicios de las últimas décadas, el patrimonio litúrgico de la Iglesia Católica vuelve a utilizarse y es respaldado con entusiasmo por los fieles.
Fuente: Una Voce Málaga
]]>Junto a Salomón, Moisés y el profeta Ageo (no se ve, pero es el que queda más a la derecha), Torres Queiruga. Así anuncia Religión Digital el homenaje que le prepara la revista Encrucillada a Torres Queiruga, enmarcado en una de las jambas de la Puerta Santa de la catedral de Santiago de Compostela. Toda una declaración de intenciones, todo un exceso.
Es la débito de los amigos. Triste débito.
Queiruga queda así perfilado como el «profeta» que habla en nombre de Dios. Como Ageo, representa una nueva época profética, la de los cristianos sin Cristo.
Si Ageo es el profeta de los repatriados de Babilonia, de los que vuelven del destierro; Queiruga es una triste metáfora del profeta menor. A su vez, es la antítesis de Moisés. Si el caudillo condujo a su pueblo a la tierra prometida por Dios, Queiruga es el que guía a los que de vuelta de todo, sólo les queda la nada, porque han perdido la fe.
Queiruga es el desmitificador de la religión devenido en el chamán de la religión racional, aquella en la que Cristo no ha resucitado. Pero si Cristo, el Señor, no ha resucita es lícito preguntarse, ¿dónde tienen puesta Queiruga y su rebaño su Esperanza?
Escribe Santo Tomás de Aquino que «Cristo ha penetrado por nosotros en el interior de la tienda y ha fijado nuestra esperanza» (Heb 6,4). «La esperanza nuestra está en Cristo, pues en Él está ya cumplido lo que como promesa esperamos», dirá San Agustín (Contra Faustum 11,7) Las oraciones de la Iglesia son la exteriorización y manifestación de la esperanza, en ellas se expresa la esperanza misma: concluyen todas con el per Christum Dominum nostrum. Pero claro, dirá Queiruga, los textos de la resurrección son simbólicos, las apariciones no son posibles y por lo tanto, no tienen sentido.
La esperanza de la gloria se desvanece, se mundaniza. Muere, como todo lo humano, porque el camino del hombre conduce a la muerte. Y si no se ve el «allende» del tiempo ni el sentido de la existencia misma intratemporal, ¿qué queda? Torres Queiruga.
El Rey Salomón escribió el Cantar de los Cantares, el cantar por excelencia. Es el rey sabio. Por el contrario, Torres Queiruga encarna la nueva sabiduría, la que no se fundamenta en Dios, sino en el hombre.
Ya lo dice la Escritura:
¡Dejad de confiar en el hombre, cuyo hálito está en su nariz!, pues ¿en cuánto ha de ser estimado? [Is. 2, 22].
y
Señor, levántate, no prevalezca el hombre” [Sal 9, 20],
A los escritos de Queiruga le llaman aire fresco; sin embargo no es más que muerte espiritual.
]]>Como informa la web hermana de Una Voce Málaga, cuyo mérito y valor son incuestionables, el pasado 27 de Julio, festividad de la Señora Santa Ana, se celebró en la capital malacitana, la Misa según la Forma Extraordinaria en la Parroquia de los Santos Mártires Ciriaco y Paula, oficiando el reverendo padre, don Federico Cortés Jiménez.
Los amigos de Una Voce Málaga añaden lo siguiente:
Fieles de todas las edades, muchos vinculados a movimientos eclesiales (Cáritas, Orden de Malta, Cofradías, Adoración Nocturna), y por supuesto el grupo San Gregorio Magno, de oración y reflexión sobre la liturgia tradicional.
La Misa se celebró con la Forma Extraordinaria del Rito Romano, conforme al motu proprio Summorum Pontificum del Papa Benedicto XVI. Pese a ser lunes y a la casi inexistente publicidad, más de sesenta personas asistieron con gran piedad y recogimiento.
Enhorabuena y mucho ánimo a los amigos de Una Voce Málaga.
]]>Sencillamente no entiendo a qué viene ahora el rasgarse las vestiduras con la cuestión taurina; esto no es más que una consecuencia bufa, astracanesca, del barullo político en el que España se encuentra metida y que la Constitución de 1.978 más que solucionar, vino a empeorar. Y es que los franquistas que llevaron adelante la Transición lo único que consiguieron fue su permanencia en el poder y poco más.
La modernidad, con su ruptura con lo anterior, tenía que buscar una fundamentación de la realidad, tenía que re-crear de nuevo el mundo. También España tuvo que lidiar con este problema. Si el siglo XIX murió con una pregunta: ¿qué es España?, el alborear del XX tampoco fue capaz de resolver la cuestión. El régimen autoritario del General Franco, más que solucionar el problema, lo aparcó. Sin embargo, la cuestión seguía larvada progresando hasta que, la Constitución de 1.978 dio rienda suelta a las veleidades secesionistas de los grupos nacionalistas, indirectamente, gracias a las contradicciones que contiene, que la convierten en un documento defectuoso.
La Constitución española deviene en nada desde que en la misma se conculca el principio de no contradicción. España no puede ser a la vez una nación y contener nacionalidades. El galimatías conceptual en el que incurre la Constitución al respecto es tremendo. Tampoco los españoles son iguales, como dice la Constitución, cuando a la vez, el sistema electoral garantiza que el voto de un catalán o un vasco valen más que el de un andaluz o un murciano. Estas cuestiones, irresolubles por otra parte a no ser que se deshaga el documento y se haga otro nuevo, llegaron a su máximo exponente en dos cuestiones de distinta jerarquía. La primera, y más importante, es la ley del aborto, donde se permitía el sacrificio del no nacido, aunque precisamente la Constitución garantiza el derecho a la vida. La segunda es la subordinación del poder legislativo y el judicial al ejecutivo. Tanto en uno como en otro asunto, los herederos de Franco por la izquierda y por la no – izquierda, han hecho o han dejado de hacer en estos asuntos. Ellos son los responsables junto con un pueblo lanar cuya única preocupación empieza en la bragueta y acaba en la cartera.
Por eso, lo de los toros en Cataluña, no es más que una expresión de la demagogia y la desvergüenza de esta casta política. Tanto los unos - los que no quieren las corridas de toros -, como los otros, - qué combativos los partidos de la no izquierda votando en contra de esa ley -, expresan la degeneración moral en la que se encuentra España.
Hoy se habla de ataques a la libertad, de crisis nacional o del fin de una crueldad.
Dantesco.
En España y sus nacionalidades componentes, el derecho a la vida está garantizado por la Constitución. A menos que te aborten, claro.
Entonces ya no se habla ni de agresión a la libertad, ni de crisis nacional ni de crueldad.
¡Qué sensibilidad!
]]>La talla del Padre Jesús Nazareno de la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de las Lágrimas, radicada en el convento de la Candelaria de La Puebla de Cazalla (Sevilla), ha sufrido daños en los pies, brazos, espalda y túnica de la imagen después de que una persona colocase “intencionadamente” una vela prendida precisamente bajo el manto de la talla, extremo que investiga la Unidad de Policía Judicial de la Guardia Civil.
Según informó en un comunicado José Cabello Núñez, secretario de la hermandad, los hechos acontecieron en torno a las 21,30 horas del pasado viernes, cuando el convento estaba a punto de ser cerrado después de permanecer abierto para permitir el culto en sus capillas. Entonces, uno de los miembros de la hermandad se percató de que la imagen, en permanente besapiés, estaba siendo víctima de la acción del fuego.
En concreto, alguna persona habría colocado “intencionadamente” una vela bajo la túnica de la talla y las llamas habrían prendido el manto afectando, además, los pies, los brazos y la espalda de la imagen. Dos miembros de la hermandad “pudieron arrancar la túnica para evitar que las llamas alcanzaran el rostro” de la talla.
Los hechos están siendo investigados por Unidad de Policía Judicial de la Guardia Civil y la Policía Local. La Hermandad ha cerrado la capilla al culto y se ha puesto en contacto con un restaurador para conocer el verdadero alcance de los daños que ha podido sufrir la imagen del Nazareno. Por su parte, el párroco puso los hechos en conocimiento del arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo, quien le ha transmitido su solidaridad con los feligreses de la Puebla de Cazalla y los ha animado a organizar o celebrar algún acto de desagravio.
El alcalde de La Puebla de Cazalla, Antonio Martín Melero, informó a Europa Press de que las autoridades han localizado ya a un “sospechoso” de los hechos y, tras consultar el suceso con la hermandad, explicó que los daños sufridos por la talla “son importantes", pero “no es que no se puedan arreglar". A tal efecto, consideró que dada la colocación de la vela bajo la túnica, puede descartarse que todo se deba a “un descuido".
Sinceramente, esto pasa ya de castaño oscuro. Dijo Marx, valga el personaje para el ejemplo, que la historia se repite una vez como tragedia y otra como farsa. Y en esto estamos, en la repetición de la historia.
Pero si a principios del siglo pasado, la Iglesia que se enfrentó a las embestidas de la bestia estaba compuesta por católicos de una fe recia y profunda - como nos lo demuestran los ejemplos de Méjico, España, Alemania y Europa del Este -, ahora la Iglesia se golpea a sí misma, eso sí absurdamente, porque el Cuerpo Místico de Cristo es indefectible.
Es una Iglesia donde sus hijos arremeten contra la santidad de la misma: la Eucaristía, por esencia el Santísimo y el Santíficante, de donde derivan los demás sacramentos, y la Verdad revelada, es decir contra el mismo Cristo.
Esto es lo histriónico, lo patético.
La bestia arremete desde fuera y desde dentro.
Que el Señor tenga misericordia de nosotros.
Actualización: La Guardia Civil cree que es una negligencia, sin embargo, en el interior de la noticia se nos dice lo contrario:
El alcalde de La Puebla de Cazalla, Antonio Martín Melero, ha informado a Europa Press que las autoridades han localizado ya a un “sospechoso” de haber causado el fuego. El edil ha explicado que los daños sufridos por la talla “son importantes", pero “se pueden arreglar". También ha revelado que dada la colocación de la vela bajo la túnica, puede descartarse que todo se deba a “un descuido".
Défensor alme Hispániae,
Jacóbe, vindex hóstium Tonítrui
quem fílium Dei
vocávit Fílius
Huc caeli ab altis sédibus
Convérte dexter lúmina,
Audíque laeti débitas
Grates tibi quas sólvimus.
Grates refert Hispánia,
Felix tuo quae nómine,
Te gloriátur júgiter,
Dignáta sacris óssibus.
Tu, caeca nox atque ímpia.
Nos cum téneret vánitas
Lucem salútis prímitus
Oris Ibéris ímpetras.
Tu, bella cum nos cíngerent,
Es visus ipsi in praélio,
Equóque et ense acérrimus
Mauros furéntes stérnere.
Freti tuo nos pígnore,
Largum tuo te múnere
Rogámus omnes, ut tuae
Spe prótegas praséntiae.
Deo Patri sit glória,
Ejúsque soli Fílio,
Cum Spíritu Paráclito,
Et nunc, et omne in saéculum.
Amen.
¡Oh defensor santo de España,
Santiago vengador de sus enemigos,
Al que el Hijo de Dios
llamó hijo del trueno!
Vuelve propicio tus ojos a nosotros
desde el alto solio del cielo;
y oye las debidas gracias con que alegres
correspondemos a tus beneficios.
Gracias te da España,
que, feliz con tu nombre,
se gloría incesantemente de
haber sido favorecida con tus santos huesos.
Tú, cuando la ciega noche
y cuando la impía vanidad nos dominaba,
fuiste el primero en traer
a las playas íberas la luz de la salvación.
Tú, cuando nos vimos acosados por las guerras,
te dejaste ver en medio de la refriega,
y con tu caballo y tu espada desbordabas,
terrible, a los enfurecidos moros.
Protegidosc on tus reliquias
y con tus copiosos favores,
te rogamos todos nos ampares
con la esperanza de tu presencia.
Gloria sea a Diso Padre
y a su único Hijo,
con el Espíritu consolador,
ahora y por todos los siglos.
Amén.
Himno de Vísperas. Festividad de Santiago Apóstol.
Misal diario y vesperal. Dom Gaspar Lefevbre.
Esto, dómine, plebi tuae santificátor et custos: ut, beati Jacóbi Apóstoli tui muníta praesídiis, et conversatióne tibi pláceat, et secúra mente desérviat. Per Dóminum nostrum Jesum Christum, Fílium tuum, qui tecum vivit et regnat in unitáte Spíritus Sancti, Desu per ómnia saécula saeculórum.
Amen.
Santifica, Señor, y cuida de tu pueblo, para que, fortalecido con los auxilio de tu apóstol Santiago, te agrade con sus obras y te sirva con tranquilidad de espíritu. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en unidad del Espíritu Santo, Dios por todos los siglos de los siglos.
Amen.
]]>Au Milieu des Sollicitudes, 31. Papa León XIII
Por consiguiente, jamás deben ser aceptadas las disposiciones legislativas, de cualquier clase, contrarias a Dios y a la religión. Más aún: existe la obligación estricta de rechazarlas. Esto es lo que el gran obispo de Hipona, San Agustín, expuso claramente con estas elocuentes palabras: «Algunas veces… los gobernantes son rectos y temen a Dios; otras veces no le temen. Juliano era un emperador infiel a Dios, apóstata, inicuo, idólatra; los soldados cristianos sirvieron a un emperador infiel; pero, cuando se trataba de la causa de Cristo, no reconocían sino a Aquel que está en los cielos. Si alguna vez ordenaba que adorasen a los ídolos y les ofreciesen incienso, ponían a Dios por encima del emperador. Pero cuando les decía: ¡A formar, en marcha contra tal o cual pueblo!, obedecían inmediatamente. Sabían distinguir entre el Señor eterno y el señor temporal, y, sin embargo, vivían sometidos incluso a su señor temporal por consideración al Señor eterno» (SAN AGUSTÍN, Enarrationes in Ps. 124,7). Nos sabemos que el ateo, abusando lamentablemente de su razón, y más todavía de su voluntad, niega todos estos principios. Pero el ateísmo es, en definitiva, un error tan monstruoso, que, dicho sea en honor de la humanidad, nunca podrá suprimir en la conciencia humana los derechos de Dios ni podrá substituir a Dios con la idolatría del Estado.
Au Milieu des Sollicitudes, 32. Papa León XIII
(…) distinción entre el poder político y la legislación, y hemos demostrado que la aceptación del primero no implicaba en modo alguno la aceptación de la segunda en los pantos en los que el legislador, olvidando su misión, se ponía en oposición con la ley de Dios y de la Iglesia.
Notre Consolation, 17. Papa León XIII
Una sola causa tienen los hombres para no obedecer: cuando se les exige algo que repugna abiertamente al derecho natural o al derecho divino. Todas las cosas en las que la ley natural o la voluntad de Dios resultan violadas, no pueden ser mandadas ni ejecutadas. Si, pues, sucede que el hombre se ve obligado a hacer una de dos cosas, o despreciar los mandatos de Dios, o despreciar la orden de los príncipes, hay que obedecer a Jesucristo, que manda dar al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios (Mt 22, 21). A ejemplo de los apóstoles, hay que responder animosamente: Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres (Act 5,29). Sin embargo, los que así obran no pueden ser acusados de quebrantar la obediencia debida, porque si la voluntad de los gobernantes contradice a la voluntad y las leyes de Dios, los gobernantes rebasan el campo de su poder y pervierten la justicia. Ni en este caso puede valer su autoridad, porque esta autoridad, sin la justicia, es nula.
Diuturnum illud, 11. Papa León XIII.
Pero cuando no existe el derecho de mandar, o se manda algo contrario a la razón, a la ley eterna, a la autoridad de Dios, es justo entonces desobedecer a los hombres para obedecer a Dios.
Libertas Praestantissimum, 10. Papa León XIII.
Pero cuando el poder humano manda algo claramente contrario a la voluntad divina, traspasa los límites que tiene fijados y entra en conflicto con la divina autoridad. En este caso es justo no obedecer.
Libertas Praestantissimum, 21. Papa León XIII.
cuando las disposiciones arbitrarias del poder legislativo o del poder ejecutivo promulgan u ordenan algo contrario a la ley divina o a la ley natural, la dignidad del cristianismo, las obligaciones de la profesión cristiana y el mandato del Apóstol enseñan que hay que obedecer a Dios antes que a los hombres (Cf. Act 5,29).
Quod Apostolici Muneris, 7. Papa León XIII
Por esto San Pablo enseña que a los que están investidos de autoridad se les ha de obedecer, no de cualquier modo, sino religiosamente, por obligación de conciencia, a no ser que manden algo que sea contrario a las divinas leyes.
Ad Beatissimi, 8. Papa Benedicto XV
Llegados a este punto, nos preguntáis vosotros, venerables hermanos, qué se debe pensar y juzgar, a la luz de cuanto precede, acerca de una fórmula de juramento que aun a niños y niñas les impone cumplir sin discusión órdenes que, lo hemos visto y lo hemos vivido, pueden mandar, contra toda verdad y justicia, la violación de los derechos
de la Iglesia y de las almas, ya por sí mismos sagrados e inviolables, y servir con todas sus fuerzas, hasta con su sangre, a la causa de una revolución que a la Iglesia y a Jesucristo les arranca la juventud y que educa sus jóvenes fuerzas en el odio, en la violencia y en la irreverencia, sin excluir la misma persona del Papa, como los últimos
acontecimientos han demostrado suficientemente.
[63 ]. Cuando la pregunta debe plantearse en estos términos, la respuesta, desde el punto de vista católico e incluso meramente humano, es inevitablemente una sola, y Nos, venerables hermanos, no hacemos sino confirmar la respuesta que ya os habéis dado: semejante juramento, tal como está formulado, no es lícito (1).
Non Abbiamo Bisogno, 62 – 63. Papa Pío XI.
Nota:(1) Los términos del juramento eran los siguientes: «Juro seguir sin discusión las órdenes del Duce y defender con todas mis fuerzas y, si es necesario, con mi sangre la causa de la Revolución fascista».
«La encíclica Non abbiamo bisogno es una de las encíclicas redactadas directamente en una lengua moderna…, y, como la Mit brennender Sorge…, presenta un tono vivamente polémico; toma de posición decidida y serena frente a uno de esos regímenes totalitarios que en los tiempos modernos han intentado confiscar también lo espiritual para fines políticos, de tal forma que el Estado, es decir, el jefe del Estado, pueda tratar a los pueblos como masas sin voluntad por encima de toda ley moral heterónoma, sirviéndose de ellas como de mero instrumento para la lucha internacional» (I. GIORDANI, Le encicliche sociali p.484 (Roma 1956).)
Enlazada directamente con la carta Ci si é domandato, sobre los Pactos lateranenses (Pío XT, carta autógrafa al cardenal Gasparri, secretario de Estado, 30 de mayo de
1929: AAS 21 (1929) 297-306), la encíclica Non abbiamo bisogno representa la consumación dolorosa de lo que en aquélla era una amenaza prevista. Esta encíclica es una condenación clara de toda estatolatría, de toda agresión política a la libertad de las conciencias, del monopolio estatal de la enseñanza y del abuso del juramento en la política de partido (Esta condenación señala precisamente la línea de enlace de la presente encíclica con la
Mit brennender Sorge, contra el totalitarismo nacionalsocialista)
No condenó el partido ni el régimen fascistas en cuanto tales, pero sí condenó todo lo que en este régimen y en aquel partido era contrario a la doctrina y a la moral católicas. Y constituyó al mismo tiempo una advertencia clara de que era imposible todo acuerdo entre la Iglesia y un Estado realmente totalitario, salvo en el caso de que este Estado,
por una feliz inconsecuencia, moderara sus principios y detuviese las conclusiones lógicas de éstos.
Por otra parte, el documento presente constituye la apología polémica por excelencia realizada por Pío XI con acentos de auténtica catitinaria en pro de la Acción Católica. Desde este punto de vista puede ser considerado como la coronación de los documentos de carácter estrictamente doctrinal que el Papa publicó sobre la gran obra de su pontificado: la Acción Católica.
La aparición de esta encíclica fué provocada por una medida gubernativa injusta y violenta: la clausura en mayo de 1931 de todos los locales de las Asociaciones católicas juveniles. Era la fase terminal de un duro período de preparación, cuyos jalones principales habían sido señalados por el discurso de Mussolini en mayo de 1929, la campaña de prensa contra la Acción Católica en 1930, la actuación del Lavoro Fascista a fines de marzo de 1931, el discurso del honorable Giuriati el 19 de abril de 1931 en Milán y la carta inmediata de Pió XI al cardenal Schuster sobre la Acción Católica.
La publicación de la encíclica despertó una violenta reacción tanto en los medios inferiores del partido como en las supremas jerarquías del Directorio. Sin embargo, en septiembre del mismo año, el Gobierno italiano inició un movimiento de retroceso parcial mediante un nuevo acuerdo con la Santa Sede. Pero el conflicto siguió latente. En el fondo
subsistía la antítesis irreductible de iure et de facto entre dos concepciones contradictorias sobre el hombre, la sociedad y el Estado. Pío XI rechazó y condenó con energía indomable el estatismo mussoliniano. El 11 de febrero de 1939 debía pronunciar un solemne discurso sobreeste tema en presencia del episcopado italiano reunido en Roma. Pero
la muerte sorprendió al venerado Pontífice en la víspera de esta fecha (El estudio de la encíclica Non abbiamo bisogno debe complementarse con la lectura de otros documentos pontificios anteriores dedicados al análisis de la situación italiana: carta autógrafa al cardenal Gasparri, secretario de Estado, de 18 de febrero de 1926, sobre los proyectos
de ley acerca de la legislación eclesiástica en Italia (AAS 18 [1926] 84-85); la alocución
consistorial de 20 de diciembre de 1926, en la que el Papa denuncia públicamente la persecución contra las instituciones y los hombres católicos de Italia (AAS 18 [1926] 520-523); carta autógrafa al cardenal Gasparri, secretario de Estado, de 24 de enero de 1927, sobre la organización oficial italiana Opera Nazionale Balilla (AAS 19 [1927] 41-46); la alocución navideña de 24 de diciembre de 1929, en la que el Papa refuta la afirmación de que la Acción Católica hace política (AAS 21 [1929I 766-768); y, finalmente, la importante carta de 26 de .ibril de 1931, en defensa de la Acción Católica, a! cardenal Schuster, arzobispo de Milán, la cual constituye el antecedente inmediato de la presente encíclica (AAS 23 [1931] 145-150). Véanse también los decretos del Santo Oficio condenando las obras completas de G. Gentile (AAS 26 [1934] 434) y dos libros, el de MARIO MISSIROLI, Date a Cesare. La política di Mussolini con documenti inediti, y el de IGNOTOS, Stato fascista, Chiesa e Scuola, impreso en la editorial del Littorio (AAS 22 [1930] 24)).
Doctrina Pontifica. II Documentos Políticos. Ed. BAC, 1958
]]>En la entrevista concedida por Yago de la Cierva el pasado 2 de Julio al Diario de Sevilla, nos deja varios hallazgos respecto al Via Crucis que se desarrollará para las Jornadas Mundiales de la Juventud del año próximo, confirmando por otra parte, lo acertada que fue la decisión de la Hermandad de la Esperanza de Triana de no querer prestar a su Titular para dicho evento.
El primer asunto que toca, para los despistados, es la cuestión de trasladar las imágenes a la capital de España. La idea surgió del cacumen de los organizadores de las JMJ - ¿podía ser de otra forma? -:
-¿Cómo surge la idea de celebrar un vía crucis con imágenes procedentes de toda España?
-Nace en el seno del comité organizador. Acabábamos de volver de Roma, de una reunión con el Pontificio Consejo de Laicos, que es el organismo de la Santa Sede del que depende la JMJ. Allí nos insistieron en que pensáramos en enraizar la JMJ de Madrid en la cultura española. Y pensando en esa línea, nos dimos cuenta de que nuestra fiesta religiosa por antonomasia es la Semana Santa. La decisión fue facilísima.
La sencillez con la que el señor Yago de la Cierva despacha el asunto es sorprendente. Confunde la parte con el todo. ¿Es la Semana Santa la fiesta religiosa en España por excelencia? Pues depende del sitio: hay lugares donde la fiesta por excelencia es la del patrón, como en muchos pueblos de Andalucía, o la del Corpus, las Cruces de Mayo, o las dedicada a la Virgen en sus múltiples advocaciones: Asunción, Rocío, de la Cabeza o Pastora. Es más, podríamos decir que la importancia de la Semana Santa en Sevilla, es relativa porque más importante que esta era el Corpus Christi.
¿Cuál es el objeto entonces de todo esto? Para un Via Crucis, ¿no es suficiente una Cruz? No. Hay que hacer la pasarela Cibeles de las cofradías:
-¿Cómo será el vía crucis?
-Empezará en la Plaza de la Cibeles. La primera estación -La Última Cena, de Salzillo, que vendrá desde Murcia- estará colocada en medio de la plaza. Luego, habrá unas tribunas para cada uno de los demás pasos a lo largo del Paseo de Recoletos, y las últimas estarán en la Plaza de Colón. Los pasos estarán fijos en esas tribunas, conservados en condiciones especiales para que esas obras de arte se mantengan en perfectas condiciones y con pantallas gigantes para que todos puedan seguir la ceremonia. Se moverá la cruz de la JMJ, llevada por jóvenes de países donde los cristianos sufren persecución. Los momentos que tendrán más vistosidad y emoción serán las dos madrugás, puesto que la noche del jueves al viernes, los pasos llegarán desde los lugares donde se guardan, llevados por costaleros y acompañados por sus bandas de música, cada uno según su tradición. Y lo mismo sucederá la noche del viernes al sábado, después del vía crucis, en la que las imágenes harán el recorrido inverso.
Como se puede comprender, el espectáculo de las dos «madrugás» puede ser dantesco. Jugar a los pasitos es lo más alejado hay a la intención de lo querido por el Concilio Vaticano II, el cual quería purificar la religiosidad popular, elevándola, evitando que se precipitara en el mito, recuperando lo mejor que contiene – no hay que olvidar que el impulso espiritual de las cofradías, al menos de las sevillanas, aunque radicadas en la Edad Media, se debe a Trento; es más, sin Trento no se pueden entender –
Pues nada, al señor Yago de la Cierva no se le ocurre otra cosa que hacer una manifestación con los pasos, vamos lo que aquí se conoce como un «paripé». Como dijo Ariza el viejo, maestro de capataces, la Semana Santa no es un «paripé».
Sin embargo lo peor no es esto, sino la sombra de sospecha que arroja el ínclito director, sobre los que pensamos que las imágenes no se deben mover de su sitio de origen:
-¿Ha sido una decepción que no participe finalmente una imagen de la Semana Santa de Sevilla?
-Más que decepción sentimos un poquito de pena. Pero no sólo los organizadores, también las hermandades que vienen de toda España, y así nos lo han comentado. Todos sabemos que Sevilla es la reina de las Semanas Santas, y muchas cofradías españolas se miran en las sevillanas para recrear su modelo.
-¿Cree que en Sevilla no se ha entendido, o no se ha explicado bien, la importancia de un acto como este, con la presencia del Papa Benedicto XVI?
-Yo distinguiría entre la cofradía que ha decidido no participar y Sevilla. Estoy seguro de que muchos sevillanos desearían que alguna de sus magníficas imágenes de la Semana Santa se paseara por Madrid durante la JMJ y fuera instrumento de evangelización de cientos de miles de jóvenes venidos de los cuatro puntos cardinales: que vieran la fe hecha hermosura. Ciertamente, nadie duda del cariño de Sevilla al Papa, sea quien sea. Pienso de veras que no es tarde para arreglar este entuerto. Sigue faltándonos un broche de oro para el vía crucis de la JMJ. El alma católica, universal y rumbosa de Sevilla tiene la última palabra.
Si usted no duda, señor director de las JMJ, del amor de los sevillanos al Papa – amor demostrado dos veces con la visita de Juan Pablo II a Sevilla -, entonces calle. Y no mezcle el cariño al Papa con la presencia de una imagen devocional en las JMJ: no tiene nada que ver una cosa con otra.
Lo que sí habría que explicarle al católico que venga de fuera, es por qué el director de la organización de las JMJ es tan torpe como para anunciar la Hermandad a la que van a proponer sin consultar previamente con ella, pulsar el sentir de los hermanos y no pasar este bochorno, en la que todo ha sido lamentable. Más cuando él mismo reconoce que ni la logística del traslado de los pasos, ni la financiación estaba prevista.
-¿Estaba decidida la logística del Cristo de las Tres Caídas en Madrid?
-La logística de los lugares de conservación de los pasos, y mil detalles más, no está aún decidida. Pero pienso que este tipo de circunstancias no son verdaderamente relevantes para tomar la decisión de venir o no.
-Uno de los argumentos del rechazo ha sido el económico.
-Me da la impresión de que son razones un poco endebles. El planteamiento económico es el mismo para todos, estoy convencido de que no sería difícil convencer a personas y empresas de la propia ciudad que patrocinen este acto que es al mismo tiempo religioso y cultural. Si lo consiguen cofradías de Cuenca, Zamora, Valladolid, Jerez, Málaga o Murcia, no se entiende por qué no va a ser posible en Sevilla.
Sinceramente, todo lamentable. Tanto como la frase con la que cierra una de las preguntas:
. El alma católica, universal y rumbosa de Sevilla tiene la última palabra.
Patético.
De todas formas que no se preocupe Yago de la Cierva. En Sevilla el Delegado Diocesano de Hermandades y Cofradías, el padre Manuel Soria, está cocinando el asunto para que sea la Virgen de Regla de la Hermandad de los Panaderos, su hermandad, sea la que vaya a Madrid. A tal efecto, ya se ha puesto el Cabildo de hermanos para la semana que viene, de esta manera, a no ser que haya un desastre – Dios lo quiera -, los que asistan darán su conformidad.
]]>Para no alargarme demasiado, teniendo en cuenta, sobre todo, que yo os hablo sentado, mientras que vosotros os fatigáis de estar de pie, os diré: sabéis todos o casi todos que en esta casa, llamada casa episcopal, vivimos de tal manera que, en la medida de nuestras fuerzas, imitamos a aquellos santos de quienes dice el libro de los Hechos de los Apóstoles: Nadie llamaba propia a cosa alguna, sino que todas les eran comunes. Como tal vez algunos de vosotros no os habéis esmerado en examinar nuestra vida para conocerla como yo quiero que la conozcáis, voy a explicaros lo que dije antes brevemente.
Yo, en quien por misericordia de Dios veis a vuestro obispo, vine siendo joven a esta ciudad. Muchos de vosotros lo sabéis. Buscaba dónde fundar un monasterio para vivir con mis hermanos . Había abandonado toda esperanza mundana y no quise ser lo que hubiera podido ser; tampoco, es cierto, busqué lo que soy. Elegí ser postergado en la casa de Dios antes que habitar en las tiendas de los pecadores. Me separé de quienes aman el mundo, pero no me equiparé a los que gobiernan a los pueblos. Ni elegí un puesto superior en el banquete de mi Señor, sino el último y despreciable, pero le plugo a él decirme: Sube más arriba. Hasta tal punto temía el episcopado que, cuando comenzó a acrecentarse mi fama entre los siervos de Dios, evitaba acercarme a lugares donde sabía que no tenían obispo. Me guardaba bien de ello y gemía cuanto podía para salvarme en un puesto humilde antes que ponerme en peligro en otro más elevado. Mas, como dije, el siervo no debe contradecir a su Señor. Vine a esta ciudad para ver a un amigo al que pensaba que podría ganar para Dios viviendo con nosotros en el monasterio. Vine tranquilo, porque la ciudad tenía obispo, pero me apresaron, fui hecho sacerdote, y así llegué al grado del episcopado.
San Agustín, Sermón 355,2. Ed. BAC. Obras completas de San Agustín, XXVI
]]>No se trata de un abuso el aplicar la analogía física del movimiento acelerado, porque la velocidad a la que se han ido generando los cambios ha ido a una velocidad creciente. Para mantener esta velocidad cada vez mayor de los cambios se requiere una fuerza creciente. ¿Hay alguna duda de que se hayan dedicado los mejores y mayores recursos del Estado en estos asuntos?
En el principio fue el divorcio. Si los tres bienes del matrimonio son los hijos, constituyendo su procreación y su adecuación el fin primario del mismo, la unidad (monogamia y fidelidad) y la indisolubilidad, la promoción del divorcio por medio del ordenamiento jurídico acaba quebrando la indisolubilidad, eliminando la frontera que separa la bondad de las relaciones matrimoniales frente al adulterio y la fornicación, desembocando en un gran frenesí diabólico que en primer lugar borra la diferencia entre las relaciones honestas y las desordenadas y en segundo lugar, tritura literalmente al ser humano en las «clínicas de interrupción voluntaria del embarazo», doble eufemismo que esconde en la nebulosa el escándalo del mal.
Han sido veintinueve años de medidas antinatalistas y antifamiliares ordenadas desde el poder y recibidas con regocijo por un pueblo desnortado bajo los efectos lisérgicos de la demagogia, creyendo que le daban libertad cuando le estaban administrando la eutanasia social.
Y lo peor, todo pergeñado y promovido por unos políticos que se confesaban católicos. ¿O no podemos olvidar que la ley del divorcio se promulgó en el año 81, llevó el impulso inicial de Suárez y la rúbrica final de Calvo – Sotelo? Sería injusto que la Historia no recogiese la propuesta de la UCD para las elecciones de marzo de 1.979:
El ordenamiento civil salvaguardará la estabilidad del matrimonio y la familia. El matrimonio canónico tendrá plenos efectos civiles tal como lo reconoce y regula el derecho común del Estado.
El principio de la libertad religiosa y el pluralismo democrático proclamados por el Concilio Vaticano II y por la nueva Constitución española implican que no siempre es posible ser elevado a categoría de norma legal lo que constituye una exigencia ético-religiosa cuya plenitud de efectos debe promoverse y lograrse en el ámbito de esa libertad religiosa garantizada por el Estado.
La ley civil que tutela esa conciencia religiosa no puede, sin embargo, imponer hasta el límite las consecuencias de ese ideal religioso sin discriminar a los ciudadanos.
Los tribunales del Estado tendrán la competencia exclusiva en lo que se refiere a la separación de los cónyuges, a la disolución del vínculo civil y a la posibilidad de reconocer la sentencia de nulidad sacramental siempre que se ajuste al derecho del Estado.
No se admitirá el divorcio por mero acuerdo de los cónyuges. Las causas de separación y disolución a efectos civiles han de ser tasadas y graves para los supuestos en que los matrimonios estén definitivamente rotos y en todo caso se protegerán especialmente los intereses de los hijos
El artículo 32 de la Constitución – esta Constitución bajo la que se quiere fundamentar la vida común de los españoles y que se ha demostrado por activa, por pasiva y por perifrástica que no es más que papel mojado -. Los hijos dilectos del franquismo, los cachorros del régimen los impulsores de las reformas. ¡Terrible ironía! El corazón y la mente sólo pueden estar orientados y descansando en Jesucristo.
Fue el inicio de una larga historia de traiciones, que todavía no ha acabado, de la derecha política a su electorado
¿Y los Obispos? La Conferencia Episcopal de Tarancón, Bueno Monreal, otro franquista, y Jubany, optaron por la callada por respuesta.
El choque entre el Derecho Natural y el Evangelio por una parte y la ley del divorcio era tan flagrante que los obispos remitieron el asunto a la Comisión Episcopal para la Doctrina de la Fe. El resultado fue un documento tejido bajo la falacia del non sequitur ya que, por una parte reconocía que «el divorcio es de suyo un mal para la sociedad», que «la mera posibilidad legal del divorcio es ya una invitación al mismo», que «este tipo de legislación es prácticamente irreversible» o que «induce a muchos a identificar lo legalmente admitido con lo éticamente lícito», para concluir que «Esto no significa que el legislador esté obligado siempre a categoría de norma legal todo lo que es una exigencia ética, o que deba reprimir con medidas legales todos los males en la sociedad. La tutela de ciertos bienes y la exclusión de males mayores pueden originar un conflicto de valores ante el cual el gobernante ha de poner en juego la prudencia política en orden al bien común, que sí no puede prescindir de los valores éticos, tampoco debe desconocer la fuerza de las realidades sociales»
Mientras que en el año 1.977 la jerarquía brasileña se había opuesto rotundamente a la ley del divorcio, en España se tomaba la vía purgativa, es decir, de purgar el catolicismo de la sociedad por parte de sus propios guardianes.
No callaron sin embargo Marcelo González, Cardenal Primado de Toledo, además de José Guerra Campos (Obispo de Cuenca), Laureano Castán (Sigüenza-Guadalajara), Segundo García de Sierra (Burgos), Pablo Barrachina (Orihuela-Alicante), Demetrio Mansilla (Ciudad Rodrigo), Ángel Temiño (Orense), Luis Franco (Tenerife) y Francisco Peralta (Vitoria); hay que reconocer que, exceptuando Toledo, el peso de estas diócesis juntas, es sensiblemente inferior a la suma de Sevilla, Madrid y Barcelona.
Lo que vino después es bien conocido: aborto material, divorcio instantáneo, «matrimonio» homosexual y aborto formal, adobado todo con un sometimiento de la vida al sistema productivo lo que ha llevado a una promoción y expansión del trabajo femenino con un mínimo resquicio, que podríamos decir que es inexistente a la maternidad, acuciado con el paro y la precariedad laboral. Mientras, la eutanasia llama a las puertas de la ciudad.
Hoy el matrimonio es un contrato inútil. Como escribe el profesor González de las Cuevas:
La reciente Ley del Divorcio convierte, de hecho, el matrimonio en un contrato inútil, ya que consagra el reconocimiento de la infidelidad conyugal; y no se requiere ninguna causa para su anulación. Por su parte, la legislación del matrimonio homosexual tiene como consecuencia una clara alteración de los fines y de la naturaleza de la institución familiar. Y es que en la medida en que los roles tradicionales de la institución son modificados hasta hacerlos irreconocibles, ésta se ve impedida para ejercer sus funciones. Deja de ser una estructura constructora de la sociedad sin que existan otras que la sustituyan. Sin la existencia de roles bien definidos de padre-madre-hijos, se difumina el control de los comportamientos y, con ello, la cohesión social; y, lógicamente, también en la economía. Singularmente grave a ese respecto, resulta la influencia de la ideología de género que justifica la homosexualidad, deslegitima la heterosexualidad y fomenta la cultura de la muerte.
Por eso noticias como las de ayer, que reflejan la depresión demográfica, no nos pueden sorprender. El mal afecta al ser del hombre, con repercusiones el orden moral y en el natural.
Hace casi treinta años. Infeliz onomástica.
]]>http://www.4shared.com/audio/IOsj2wVO/Conferncia_de_D_Bernard_Fellay.html
Escuchen con atención la misma a partir del minuto 52. Es tremendamente interesante.
Fuente: de Familia Beatae Mariae Virginis a través de Secretum meum mihi
]]>¿Y nadie va a hacer nada?
¡Señor ven pronto!
Fuente: Secretum meum mihi
Lo que otros dice: Deo Omnis Gloria
]]>Yo soy el alma de Buenaventura
de Bagnoregio, que, aun en mi alto estrado,
pospuse la mundana coyuntura.Dante, La Divina Comedia, Paraíso XII, 127
Y así es obligación del sacerdote secular como del regular no sólo divulgar más ampliamente sino también más detenidamente ilustrar y defender la doctrina Católica, la cual ofrece por un lado todos los argumentos para readquirir y aniquilar todas las objeciones que le oponen, y por el otro, no puede menos de atraer aun a los espíritus no cegados por prejuicios con tal que la doctrina se explique lúcidamente. Los Doctores de la Edad que llaman Media habían comprendido esta realidad y bajo la égida de Santo Tomás Y San Buenaventura se empeñaron a fondo por entender ampliamente la ciencia teológica y por comunicarla a los demás.
Encíclica Unigenitus Dei Filius, Pío XI, dirigida a los Superiores Generales de las Ordenes Religiosas. 19 de Marzo de 1.924
Al hablar dahora de la eucaristía conviene tener presente que en este sacramento no solamente se significa el verdadero cuerpo y la verdadera sangre de Cristo, sino que bajo las dos especies de pan y vino se contiene verdaderamente, formando no dos, sino un solo sacramento. Mas esto sucede después de la consagración del sacerdote, qeu tiene lugar al pronunciar la forma vocal instituida por el Señor, la cual para el pan es Este es mi cuerpo y para el vino Este es el cáliz de mi sangre. Después de pronunciar el sacerdote estas palabras con intención de confeccionar el sacramento, se verifica la transubstanciación de ambos elementos en cuerpo y sangre de jesucristo, permaneciendo las especies sensibles, en cada una de las cuales se contiene Cristo entero totalmente, no circunscriptiblemente, sino sacramentalmente. Bajo esas especies se nos da como manjar, y el que lo recibe dignamente, comiéndolo no sólo sacramentalmente, sino también espiritualmente por la fe y la caridad, se incorpora más al cuerpo místico de Cristo y asimismo se alimenta y purifica; pero el que se acerca indignamente se come y se bebe su propia condenación, por no discernir el santísimo cuerpo de Cristo
Breviloquio, parte VI, cap. IX. Obras Completas de San Buenaventura, Ed. BAC. Tomo I, pp. 397 - 398.
Por Sandro Magister
ROMA, 12 de julio de 2010 – Desde hace algunos días está en las librerías italianas un nuevo volumen de Romano Amerio, el tercero de la “opera omnia” de este autor, que está publicando Ediciones Lindau.
Amerio, fallecido en 1997 en Lugano (Suiza) a la edad de 92 años, ha sido uno de los más grandes intelectuales cristianos del siglo XX.
Filólogo y filósofo de primer nivel, Amerio se ha vuelto conocido en todo el mundo a causa de su ensayo publicado por primera vez en 1985 y traducido a muchos idiomas, titulado: “Iota unum. Studio delle variazioni della Chiesa cattolica nel secolo XX".
Pero este mismo ensayo, justamente por las tesis que contiene, le hizo ganar a Amerio el ostracismo de la cuasi totalidad del mundo católico. Un ostracismo que sólo ha perdido vigencia desde hace poco tiempo, también gracias a la reedición de “Iota unum".
Amerio dedicó medio siglo a la redacción de “Iota unum". Y también este tercer volumen de la “opera omnia” ha sido escrito en un lapso muy amplio, desde 1935 hasta 1996. Tiene por título “Zibaldone” y – como la obra homónima del poeta Giacomo Leopardi – recoge pensamientos breves, aforismos, narraciones, citas de autores clásicos, diálogos morales y comentarios sobre hechos cotidianos.
Con sus más de setecientos pensamientos, “Zibaldone” forma una especie de autobiografía intelectual del autor. En ella están naturalmente presentes las cuestiones planteadas en “Iota unum".
Como ser, por ejemplo, en esta pequeña página fechada el 2 de mayo de 1995:
“La autodemolición de la Iglesia, deplorada por Pablo VI en el famoso discurso pronunciado el 11 de setiembre de 1974 en el Seminario Lombardo, se vuelve cada día más evidente. Ya en el Concilio el cardenal Heenan (Primado de Inglaterra) lamentó que los obispos hubiesen dejado de ejercer el oficio del Magisterio, pero se consolaba al observar que tal oficio se había conservado íntegramente en el Pontificado Romano. La observación era y es falsa. Hoy, el Magisterio episcopal ha cesado y también el papal. Hoy, el Magisterio es ejercido por los teólogos que ahora han dado la impronta a todas las opiniones del pueblo cristiano y han descalificado el dogma de la fe. He tenido una demostración impresionante de esto al escuchar ayer al teólogo de Radio María. Él negó impávida y muy tranquilamente artículos de fe. Enseñó […] que los paganos, a quienes no les es anunciado el Evangelio, si siguen el dictamen de la justicia natural y si se deciden buscar a Dios con sinceridad, alcanzan la visión beatífica. Esta doctrina de los modernos es antiquísima en la Iglesia, pero siempre fue condenada como un error. Pero los teólogos antiguos, mientras sostenían con firmeza el dogma de la fe, experimentaban al mismo tiempo toda la dificultad que encuentra el dogma y buscaban la forma de vencerla con razonamientos profundos. Por el contrario, los teólogos modernos no advierten las dificultades intrínsecas del dogma, sino que corren directamente a la ‘lectio facilior’, guardando en el desván los decretos doctrinales del Magisterio. Y no se dan cuenta que niegan así el valor del Bautismo y de todo el orden sobrenatural, es decir, toda nuestra religión. También en otros puntos está difundido el rechazo del Magisterio. El infierno, la inmortalidad del alma, la resurrección de los cuerpos, la inmutabilidad de Dios, la historicidad de Cristo, la malignidad de la sodomía, el carácter sagrado e indisoluble del matrimonio, la ley natural y la primacía de lo divino son otros tantos argumentos en los que el magisterio de los teólogos ha eliminado al Magisterio de la Iglesia. Esta arrogancia de los teólogos es el fenómeno más manifiesto de la autodemolición".
*
]]>De este análisis suyo fuertemente crítico, que él aplicaba también al Concilio Vaticano II, Amerio extrajo lo que Enrico Maria Radaelli, su fiel discípulo y editor de la publicación de las obras del maestro, llama el “gran dilema subyacente en el fondo del cristianismo actual".
El dilema es si hay continuidad o ruptura entre el Magisterio de la Iglesia previo y posterior al Vaticano II.
En el caso de una ruptura, si ésta fuese tal como para “perder la verdad", entonces también la Iglesia estaría perdida.
Amerio no llegó jamás a sostener esta postura extrema. Siempre fue un hijo obediente de la Iglesia. No sólo eso. Sabía por la fe que, no obstante todo esto, la Iglesia jamás puede perder la verdad y, en consecuencia, jamás puede perderse a sí misma, porque está asistida indefectiblemente “por las dos grandes promesas de Nuestro Señor: ‘Las puertas del infierno no prevalecerán contra ella’ (Mt 16, 18) y ‘estaré con ustedes todos los días hasta el fin de los siglos’ (Mt 28, 20)".
Pero Amerio estaba convencido – y Radaelli lo explica bien en su amplio epílogo a “Zibaldone” – que ese amparo asegurado por Cristo a su Iglesia vale solamente para las definiciones dogmáticas “ex cathedra” del Magisterio, no para las enseñanzas inciertas, huidizas, opinables y “pastorales” del Concilio Vaticano II y de las décadas posteriores.
En efecto, a juicio de Amerio y Radaelli, justamente ésta es la causa de la crisis de la Iglesia conciliar y postconciliar, una crisis que la ha llevado a la más que próxima perdición, “imposible pero también casi alcanzada", como es el haber querido renunciar a un magisterio imperativo, con definiciones dogmáticas “inequívocas en el lenguaje, ciertas en el contenido, obligantes en la forma, como se espera sean al menos las enseñanzas de un Concilio".
La consecuencia, según Amerio y Radaelli, es que el Concilio Vaticano II está lleno de aserciones vagas, interpretables en modos deformes, algunas de las cuales están también en abierto contraste con el anterior magisterio de la Iglesia.
Este ambiguo lenguaje pastoral es el que habría abierto el camino a una Iglesia hoy “recorrida por miles de doctrinas y cientos de miles de nefastas costumbres", inclusive en el arte, en la música y en la liturgia.
¿Qué hacer para poner remedio a esta calamidad? La propuesta que hace Radaelli va más allá de la hecha recientemente – a partir de juicios críticos por demás duros – por otro estimado cultor de la tradición católica, el teólogo tomista Brunero Gherardini, de 85 años de edad, canónico de la basílica de San Pedro, profesor emérito de la Pontificia Universidad Lateranense y director de la revista “Divinitas".
*
Monseñor Gherardini ha anticipado su propuesta en un libro publicado en Roma el año pasado, con el título: “Concilio Ecumenico Vaticano II. Un discorso da fare".
El libro concluye con una “Súplica al Santo Padre", a quien se le pide que someta a un nuevo examen los documentos del Concilio, para aclarar una vez por todas “si, en qué sentido y hasta que punto” el Vaticano II está o no en continuidad con el anterior magisterio de la Iglesia.
El libro de Gherardini tiene al comienzo dos prefacios: uno de Albert Malcolm Ranjith, arzobispo de Colombo y ex secretario de la Congregación vaticana para el Culto Divino, y el otro de Mario Olivieri, obispo de Savona. Éste último afirma que se une “toto corde” a la súplica al Santo Padre.
Ahora bien, en su epílogo a “Zibaldone” de Romano Amerio, el profesor Radaelli recoge la propuesta de monseñor Gherardini, pero “sólo como una primera instancia para limpiar el corral de muchos, de demasiados malentendidos".
En efecto, a juicio de Radaelli no es suficiente aclarar el sentido de los documentos conciliares, si tal clarificación es luego ofrecida también a la Iglesia con el mismísmo estilo ineficaz de enseñanza “pastoral” que se ha hecho costumbre con el Concilio, propositivo más que impositivo.
Si el abandono del principio de autoridad y el “discusionismo” son la enfermedad de la Iglesia conciliar y postconciliar, para salir de allí – afirma Radaelli – es necesario obrar en forma contraria. La máxima jerarquía de la Iglesia debe cerrar la discusión con un pronunciamiento dogmático “ex cathedra", infalible y obligante. Debe golpear con el anatema a quienes no obedezcan y debe bendecir a los que obedecen.
¿Qué es lo que Radaelli espera que decrete la cátedra suprema de la Iglesia? Al igual que Amerio, él está convencido que en al menos tres casos se ha dado “una ruptura abismal de la continuidad” entre el Vaticano II y el magisterio anterior: allí donde el Concilio afirma que la Iglesia de Cristo “subsiste en la” Iglesia Católica, en vez de decir que “es” la Iglesia Católica; allí donde asevera que “los cristianos adoran al mismo Dios adorado por los judíos y los islámicos"; y en la Declaración “Dignitatis humanæ” sobre la libertad religiosa.
*
Tanto Gherardini como Amerio-Radaelli reconocen en Benedicto XVI a un Papa amigo. Pero hay que descartar que él acceda a sus ruegos.
Más aún, tanto en el conjunto como en algunos puntos controvertidos el papa Joseph Ratzinger ya ha hecho saber que no comparte en absoluto sus posiciones.
Por ejemplo, respecto a la continuidad de significado entre las fórmulas “es” y “subsiste en la” ya se ha expresado la Congregación para la Doctrina de la Fe en el verano del año 2007, al afirmar que “el Concilio Ecuménico Vaticano II no ha querido cambiar ni de hecho ha cambiado la anterior doctrina sobre la Iglesia, sino que sólo ha querido desarrollarla, profundizarla y exponerla más ampliamente".
En cuanto a la Declaración “Dignitatis humanæ” sobre la libertad religiosa, Benedicto XVI ha explicado personalmente que si ella está separada de anteriores indicaciones “contingentes” del Magisterio, lo ha hecho precisamente para “retomar nuevamente el patrimonio más profundo de la Iglesia".
El discurso en el que Benedicto XVI ha defendido la ortodoxia de la “Dignitatis humanæ” es el que dirigió a la curia vaticana en la vigilia de la primera Navidad de su pontificado, el 22 de diciembre de 2005, precisamente para sostener que entre el Concilio Vaticano II y el anterior magisterio de la Iglesia no hay ruptura sino “reforma en la continuidad".
El papa Ratzinger no ha convencido hasta ahora a los lefebvristas, que se mantienen en estado de cisma justamente en este punto crucial.
Pero no ha convencido – acorde a lo que escriben Radaelli y Gherardini – ni siquiera a algunos de sus hijos “obedientísimos en Cristo".
Más difícil de lo que esperaba, especialmente por la dureza con la que jugaron los holandeses, al límite del reglamento, aprovechando la pusilanimidad de un árbitro que no quería dejar a un equipo en inferioridad. Pero la patada de De Jong fue una auténtica animalada. Y Van Bommel repartió estopa por un tubo. Ninguno se fue a la calle.
Pero al final carrera del Duende de los Palacios por la banda - ¿qué tal Cruyff? ¿te has enterado donde quedan Los Palacios? -, con los anaranjados corriendo detrás suyo, pase de Cesc, control de Iniesta y para adentro.
La copa para España.
¡Viva España!
]]>La maquinaria de los mass media se puso a trabajar a máxima potencia para ofrecernos en directo cómo el octópodo se comió el mejillón de la urna española, mostrándonos de esta manera que en inteligencia hemos retrocedido al nivel del pulpo.
Escribía Josef Pieper que «cuando a la voluntad corrompida, que va a la deriva en el vicio de los sensible, se le une una falta de fuerzas para irritarse, tenemos el caso de una degeneración total y sin esperanzas». España, o lo que queda de ella, se encuentra en una situación política, económica, social y moral lamentable. Un panorama político de bostezo, con unos próceres que no están siquiera al nivel de un pulpo, y unas masas adormecida, que ya no las mueve ni la falta de trabajo y con unas tragaderas tan amplias que es capaz de echarse al coleto como hecho noticiable, al pulpo Paul. Y desde luego, no a la gallega. Quizás acaben alimentándose de algas, como el cefalópodo berlinés: a todo se acostumbra uno.
Enviados especiales, programas dedicados al efecto, retransmisiones en directo, en definitiva montañas de dinero destinadas a los tentáculos de Paul: pesadilla de verano.
Vuelvo a Pieper: «Tal situación es la que se presenta cuando un sector de la sociedad, un pueblo o toda una cultura están maduros para su extinción»
]]>El Vaticano perseguirá como delito del fuero eclesiástico la ordenación sacerdotal de mujeres, cuya pena podría llegar a la excomunión, gracias a una serie de reformas legales que publicará en los próximos días.
Las reformas también ampliarán de 10 a 20 años el límite de prescripción de ejercicio penal contra los clérigos que resulten responsables de abuso sexual contra menores de edad.
En el primer caso y a partir de esos cambios, quienes ordenen como sacerdotes a mujeres podrán ser enjuiciados por los tribunales de la Congregación para la Doctrina de la Fe (CDF) , señalaron fuentes de la Sede Apostólica.
]]>La medida será posible gracias a la actualización del decreto papal (motu proprio) ‘Sacramentorum Sanctitatis Tutela’, firmado en 2001 por el Papa Juan Pablo II, y que hasta ahora sólo castigaba los ‘graviora delicta’, o delitos más graves para la autoridad eclesial.
Ese documento consideraba tres tipos de acciones ilegales: la absolución de cómplice, es decir cuando un sacerdote confiesa a una persona con la cual cometió un pecado; el atentado contra la eucaristía y el abuso sexual a menores.
Con las modificaciones, aprobadas por Benedicto XVI, ese decreto ya no aplicará únicamente para los ‘graviora delicta’ sino que extenderá su ámbito normativo para incluir todos los delitos competencia de la Congregación para la Doctrina de la Fe.
Además de la ordenación sacerdotal de mujeres, se introducirán otros actos ilegales considerados como ‘delitos contra la fe’: la herejía, el cisma y la apostasía.
La reforma prevé también algunos cambios con respecto a los procesos por abusos sexuales contra menores de parte de clérigos, entre otros la ampliación de 10 a 20 años el límite de prescripción de ejercicio penal contra los responsables de esos crímenes.
A partir de ahora la posesión y distribución de material pornográfico infantil será calificada como una ‘ofensa grave’ mientras en los casos donde el acusado en fuero canónico sea ya culpable en el ámbito civil, se fija la posibilidad de dictar sentencia sin mediar juicio.
El 29 de mayo de 2008 El Vaticano difundió un decreto mediante el cual estableció la pena de excomunión ‘latae sententiae’ a quien otorgue el orden sagrado a mujeres, tanto para el obispo ordenante como para la ’sacerdotisa’.
El mismo fue firmado por el prefecto para la Doctrina de la Fe, William Joseph Levada y aún mantiene su validez para todos los ritos cristianos que se encuentran en comunión con Roma.
Latae sententiae significa ‘automáticamente’, es una premisa reservada sólo al Papa y quien recibe la pena bajo este criterio no necesita que una autoridad religiosa haga público que está excomulgado, simplemente lo está.
De hecho la CDF ya recibía y atendía los casos de otorgamiento del orden sagrado a las mujeres pero, a partir de las nuevas disposiciones, lo podrá hacer amparada por una legislación explícita.
Entre otras cosas podrá declarar las excomuniones.
Las fuentes consultadas revelaron que, en los últimos años, se han registrado diversos casos de ordenaciones femeninas al interior de la Iglesia católica, sobre todo en el seno de movimientos laicales, congregaciones religiosas o grupos con ‘nuevas tendencias’ pastorales.
Por ejemplo en 2002, siete católicas -alemanas, austriacas y estadounidenses- fueron ordenadas sacerdotisas en una comunidad fundada en 1975 en Buenos Aires, Argentina, por el ex cura católico Rómulo Antonio Braschi.
Estas reformas legales serán anunciadas en los próximos días por El Vaticano que dará a conocer, entre otros textos, una nueva versión en italiano del decreto ‘Sacramentorum Sanctitatis Tutela’.
También un decreto simple que anunciará los nuevas medidas (debería estar firmado por el prefecto William Levada) , una nota explicativa y una nota histórica. Todo será incluido en la edición correspondiente de L’Osservatore Romano.
Aún así, no deja de ser alucinante como, sin tener el sacramento del orden, ni creer en la presencia real de Cristo en la Eucaristía, la forma en que reciben la comunión en sus cultos:
Algunos ejemplos:
Luteranos
Anglicanos y episcopalianos
Consumen el cáliz, pero de rodillas.
Anglicanos en Nigeria
Metodistas
Pero lo mejor es ver la manera en que celebra este pastor luterano:
Y yo, por caridad, callo. Las fotos se comentan por sí solas.
Oremos, por el Santo Padre y por la Santa Iglesia Católica.
¡Señor ven pronto!
Fuente: Cantuale Antonianum
]]>CIUDAD DEL VATICANO, 6 JUL 2010 (VIS).-El Santo Padre nombró:
[…]
-Miembros de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos a los cardenales Jean-Pierre Ricard, arzobispo de Bordeaux (Francia); Oswald Gracias, arzobispo de Bombay (India); los arzobispos Ioan Robu, de Bucarest (Rumania); Michael Neary, de Tuam (Irlanda); Angelo Amato, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos; Raymond Leo Burke, prefecto del Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica; a los obispos Julián López Martín, de León (España) y Aloysius Maryadi Sutrisnaatmaka, M.S.F., de Palangkaraya (Indonesia).
]]>El mayor daño, de hecho, lo padece ésta de lo que contamina la fe y la vida cristiana de sus miembros y de sus comunidades, erosionando la integridad del Cuerpo místico, debilitando su capacidad de profecía y de testimonio, empañando la belleza de su rostro.
Benedicto XVI, Homilía en la Solemnidad de los santos Apóstoles Pedro y Pablo
Fuente: Catholic Church Conservation
]]>Yo creía haberlo visto todo. Pues no. Siempre hay un lugar para la sorpresa.
Visto en Espolón, la Taguara del Fariseo y en Noticias 24
ABN.- El cristianismo y el socialismo, perfectamente, pueden ir tomados de la mano por los caminos de la historia, manifestó este domingo el presidente de la República, Hugo Chávez Frías.
El Jefe de Estado hizo esta afirmación durante el programa Aló, Presidente, número 360, realizado en las instalaciones de la planta procesadora Lácteos Los Andes, ubicada en Cabudare, municipio Palavecino, estado Lara.
Su declaración fue a propósito de recibir en el programa al sacerdote Alfonso Rojas de Barquisimeto, estado Lara, quien bendijo al mandatario nacional, así como a la sede de la planta y a los alimentos que procesa.
Manifestó que espera que no se malinterprete una frase que publicó este domingo en sus Líneas de Chávez, donde señaló ¡Cristo de Cumaná!, “estuve a punto de quitarla, pero dije que no, porque son frases que salen del espíritu”.
Por su parte, el prelado exclamó: “Que Dios todopoderoso bendiga las manos que han hecho estos productos para el servicio del pueblo y que nuestros caminos estén llenos de lealtad hasta la muerte”.
El sacerdote Rojas le dijo al presidente Chávez “usted dignifica el ser humano, por eso dignificándose se convierte en sujeto histórico de la Revolución y no objeto. Dios lo ilumina y los hombres revolucionarios de corazón lo acompañaremos hasta la muerte”.
Por favor, ¡no humillen más a la Iglesia de Cristo!
¡Señor, ven pronto!
Viernes, 18 de junio de 2010
A LA VISTA
La manipulación de la jerarquía
Aunque las citas de pasajes bíblicos, la apelación a “lo natural” y otros anacronismos se imponen como verdades a fuerza de repetición, aparecen otras voces dentro de las iglesias cristianas que se suman al debate sobre la ampliación del matrimonio desde la perspectiva de los derechos humanos y la libertad.Por Espacio Ecuménico*
1 Lamentamos la manipulación que se ejerce desde cierta jerarquía religiosa sobre el pueblo de Dios, citando pasajes bíblicos que no se corresponden con el verdadero significado y origen de los mismos. Vislumbramos en estas prácticas el intento de resguardar un modo de ser Iglesia y vivir el cristianismo, el afán de mantener un poder cultural y religioso sobre la sociedad toda, sin reconocer ni valorar su diversidad.
2 El Estado debe velar por el goce y cumplimiento de absolutamente todos los derechos humanos de las personas, más allá de sus creencias. En ese sentido, es insostenible que algunas confesiones religiosas pretendan imponer su doctrina y creencias al conjunto de la sociedad argentina. La reforma del Código Civil para permitir el acceso al matrimonio de personas del mismo sexo, bajo ningún punto de vista pone en “peligro o riesgo” a la familia heterosexual como se dice, y mucho menos interfiere en cuestiones internas de las iglesias que hacen a la administración de sus sacramentos. Por otro lado, las ciencias naturales aceptan la homosexualidad como algo normal y no patológico. La discriminación no responde a ningún hecho científico. Lo que se pretende, entonces, es terminar con una injusta y discriminatoria situación para el matrimonio de personas del mismo sexo, basándose en la igualdad que todas las personas tienen ante la ley y los derechos que confiere la normativa internacional de derechos humanos. En relación con esto, no está de más advertir que una modificación legislativa no garantiza automáticamente el fin de la discriminación o la exclusión. Tenemos sobradas muestras de ello: la letra de la ley y la aplicación de la ley han sido muchas veces rectas paralelas, con nulas posibilidades de encontrarse… Habrá mucho más trabajo que hacer luego de la determinación del Congreso.
3 Nos unimos a los distintos pronunciamientos emitidos por grupos cristianos, pastores, sacerdotes y religiosos/as que plantean otras voces dentro del seno de las iglesias, a favor de la inclusión, la no-discriminación y el respeto y valoración de la diversidad, convencidas/os de que el Dios en el que creemos, padre-madre nuestro, ama a todos sus hijos e hijas.
4 En fidelidad a nuestras opciones como colectivo ecuménico, no queremos dejar de mencionar que el derecho al matrimonio es parte de un conjunto de derechos que también son negados sistemáticamente a la comunidad homosexual, como a tantos hermanos/as más pobres. En este sentido, nuestra cercanía con las realidades de marginación y exclusión y nuestro compromiso con el pueblo empobrecido, nos exige seguir denunciando la persistente desigualdad y discriminación existente en relación a derechos humanos fundamentales, tales como la salud, la educación, la vivienda y el trabajo. Consideramos necesario y urgente abogar con la misma fuerza por el efectivo cumplimiento de estos derechos.
5 Por último, hacemos un llamado a las comunidades cristianas a discernir sobre estos temas según el Espíritu de Jesús y los Signos de los Tiempos. Y a pronunciarse y luchar a favor de la plena vigencia de los derechos humanos, dejando de lado oscurantismos y metodologías temerarias propias de estructuras de poder que respondieron y responden a esquemas de dominación, control y sometimiento de personas, comunidades y pueblos enteros. Situación que muchos, lamentablemente, se empeñan en sostener, atentando contra la misma democracia, los derechos y la dignidad de las personas. Que el Espíritu, “que sopla donde quiere”, infunda en los cristianos y cristianas la humildad necesaria para escuchar y aprender de todas las ricas manifestaciones de la diversidad humana, expresión de la fecundidad de Dios. Creemos que será ése el camino para aportar una voz en sintonía con los sentimientos de Jesús.
* Integrado por la Conferencia Argentina de Religiosos y Religiosas (Confar); el Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos (MEDH); Justicia, Paz e Integridad de la Creación (Jupic); la Iglesia Evangélica Metodista Argentina (IEMA); Diálogo 2000; Area Política-Parroquia Santa Cruz; Comunidad Teológica Rajab; Hnas. Azules; Hnas. del Divino Maestro; Asociación Guadalupe-Endepa; Hnas. de la Santa Unión; Hnas. Dominicas.
¡Señor ven pronto!
]]>El autor de la interesante bitácora Desde la Roca del Grifo y que escribe bajo el pseudónimo de Coronel Kurtz, ha traducido un artículo de Alexandra Colen - jueves 24 de junio de 2010, de la bitácora en inglés The Brussels Journal: The Voice of Conservatism in Europe -, que no me resisto a publicar en mi blog.
Éstas son las consecuencias de tantos años machacando y triturando la doctrina de la Iglesia. He ahí las consecuencias.
Hoy en Bélgica la policía allanó la residencia del arzobispo de Malinas-Bruselas y la cripta arzobispal de la catedral de Malinas. Estaban buscando evidencia de encubrimiento en una investigación en proceso acerca de las prácticas de pedofilia difundidas dentro de la iglesia belga en las décadas en que el cardenal Godfried Danneels fue arzobispo. Danneels se retiró en enero de este año.
La policía también confiscó 450 carpetas conteniendo informes de delitos de pedofilia cometidos por el clero, que habían sido sometidos a un comité de investigación establecido dentro de la iglesia para tratar los casos de pedofilia.
]]>Desde que tuvo lugar en abril la revelación de que el buen amigo y colaborador del Cardenal Danneels, Monseñor Roger Vangheluwe, obispo de Brujas, había practicado la pedofilia durante toda su carrera como obispo, e incluso antes, las víctimas creyeron que serían tomadas en serio y comenzaron a llegar las quejas, tanto desde los tribunales como del comité de investigación extrajudicial de la arquidiócesis. El nuevo arzobispo Monseñor André-Joseph Léonard, ha alentado a las víctimas a que lleven sus casos a los tribunales.
Su predecesor, el cardenal progresista Danneels, que era muy popular con la prensa de Bélgica y el exterior, fue arzobispo de Malinas-Bruselas y primado de Bélgica entre 1979 y 2010. La comprensión ante las actitudes y argumentos pedófilos entre los obispos belgas durante este período no era un secreto, especialmente desde 1997 cuando la fiera controversia sobre el texto de catecismo Roeach llegó a los titulares. Los editores de Roeach eran los profesores Jef Bulckens de la Universidad Católica de Lovaina y Frans Lefevre del Seminario de Brujas. El texto contenía un dibujo que mostraba a una beba desnuda que decía: “Tocar mi vagina me hace sentir bien”, “Me gusta sacarme la ropa interior con mis amigos”, “Quiero estar en la habitación cuando mamá y papá tienen sexo”. Los dibujos también mostraba un niño y una niña pequeños “jugando al doctor” y el niño diciendo: “Mira, mi pene está grande”.Los dibujos también mostraban a tres pares de padres. Aquéllos con la actitud “correcta” decían: “Sí, sentir y tocar esos lugarcitos es muy divertido.” Este “texto de catecismo” se usaba en las clases de catequesis de las escuelas católicas hasta que un día lo descubrí entre los libros escolares de mi hija más grande, entonces con 13 años. El 3 de septiembre de 1997 escribí una carta al Cardenal Danneels diciendo:
“Cuando veo este dibujo y su mensaje, tengo la impresión clara de que este catecismo está diseñado intencionalmente para hacer creer a muchachos de 13 y 14 años que los bebés disfrutan la estimulación genital. De esta forma uno cría pedófilos que sinceramente creen que los niños piensan que lo que les están haciendo es ‘muy divertido’, cuando lo real es lo opuesto.”
Decía al Cardenal Danneels que, aunque yo era miembro del Parlamento por el partido secesionista flamenco Vlaams Blok, me dirigía a él como madre católica “que desea ser fiel a la autoridad papal y que también desea educar a sus hijos de forma católica”. Insistía en que debía prohibir el uso de este libro en las clases de catecismo: “Por esto es que insisto—sí, los días en que uno humildemente pedía se acabaron—que usted prohiba el uso de este ‘libro de catecismo’ en las clases de nuestros hijos.”
Hoy, este caso que tiene 12 años cobra un significado nuevo y ominoso. Especialmente ahora que sé que Mons. Roger Vangheluwe, el obispo de Brujas pedófilo y abusador de niños, era el supervisor de ambas instituciones—la Universidad Católica de Lovaina y el Seminario de Brujas—de donde provenían los editores de este texto de “catecismo” perverso.
Monseñor Vangheluwe no solo se entretenía en ideas pedófilas, sino que las ponía en práctica en su sobrino de 11 años. Cientos de niños que no fueron violados físicamente, sí fueron abusados espiritualmente en sus clases de catecismo.Tras comenzar mi campaña contra el libro Roeach, muchos padres me contactaron para ser vocera de sus preocupaciones. Aparecieron así otras historias de prácticas similares en el sistema educativo católico. Había escuelas donde a los niños les enseñaban a poner condones en penes artificiales y donde debían ver videos que mostraban técnicas de masturbación y copulación.
Debido a que el Cardenal Danneels se rehusó a responder los requerimientos para poner fin a estas prácticas, yo junto a cientos de padres preocupados nos manifestamos frente a su palacio el 15 de octubre de 1997. Llevábamos pancartas pidiendo “Respeto para los padres y los niños”, y dijimos el rosario. El cardenal Danneels se rehusó a recibir una delegación de los manifestantes. “No me dejo presionar”, dijo a la revista libertina Humo el 21 de octubre de 1997. La puerta del arzobispo siguió cerrada de cuando nos manifestamos nuevamente el 10 de diciembre de 1997.
Cuando nos manifestamos frente al palacio del obispo de Amberes el 19 de noviembre de 1997, Mons. Paul van den Berghe recibió una delegación de madres que incluía a la consejera local del Partido Demócrata Cristiano y a mí. Mons. Van den Berghe, que era el supervisor episcopal para la educación, escuchó a las madres, se emocionó y prometió investigar las clases de educación sexual y catecismo. También anunció su intención en una declaración a la prensa.
Debe haber sido amonestado por sus colegas puesto que el 24 de noviembre, tras la reunión de la Conferencia Episcopal, en un comunicado de prensa a la agencia de noticias Belga, el arzobispo de Amberes anunció que, a pesar de su promesa, no habría investigación. Hoy sabemos que uno de sus colegas presente en la reunión fue el abusador de menores Vangheluwe, lo que hace ese incidente también muy desabrido.
El 18 de febrero de 1998, junto a un grupo de padres, estuve nuevamente frente a la puerta del Card. Danneels. Otra vez la puerta siguió cerrada. Entonces el 18 de marzo de 1998 un grupo de unos 200 padres fuimos ante el Nuncio Papal, embajador del Vaticano, en Bruselas. Pero el Nuncio, que era amigo de Danneels, también se negó a reunirse con nosotros. Por el contrario, había alertado a la policía que dispuso varios cañones de agua a la vuelta de la esquina.
Mientras tanto, los amigos de Danneels en la prensa comenzaron una campaña en nuestra contra. “Colen continúa acosando a los obispos”, fue el titular de la Gazet van Antwerpen. Una noche, Toon Osaer, el vocero de Danneels en ese tiempo, me llamó por teléfono para decirme que como católica yo debía “ser obediente” a los obispos. En Humo, Danneels insinuó que yo estaba “dirigiendo mi campaña electoral”.
El 5 de enero de 1998 el diario Het Volk entrevistó a Patrick Vanhaelemeesch, profesor de catecismo de la diócesis de Brujas y uno de los autores de Roeach. Dio algunos detalles acerca de la ilustración sobre bebés que se masturban en el catecismo. Dijo que la ilustración tenía la intención de dar el mensaje de que “los bebés experimentan la lujuria sexual”. Vanhaelemeesch reveló que el comité de los obispos había mencionado dicha ilustración en un informe evaluatorio del texto del catecismo. El informe decía: “La presentación de actitudes pedagógicas sexuales es considerada ridícula por los alumnos en las encuestas.” De acuerdo con Vanhaelemeesch esta crítica “indica que los obispos no tenían ninguna objeción al mensaje subyacente [esto es que los bebés experimentan lujuria sexual], sino que temía que los alumnos no los tomaran seriamente”.
Cuando hube agotado todas las posibilidades y era claro que la iglesia belga no quería escuchar a los padres, decidí romper todo lazo con el sistema educativo católico. Saqué de la escuela a mis cinco hijos y organicé con otros padres una escuela familiar, de modo que nuestros hijos fuesen educados en un ambiente católico.
Envié una carta a todos los cardenales del mundo para informarles acerca de los contenidos del libro escolar Roeach. “Por favor, tenga por seguro que este Dicasterio prestará debida consideración a su informe”, respondió Mons. Clemens, secretario personal del Cardenal Ratzinger, de la Congregación para la Doctrina de la Fe; el Cardenal Gagnon de Roma dijo que apreciaba “la justa batalla que están llevando a cabo”; “el asunto que ustedes han manifestado es muy importante”, nos escribió desde Roma el Cardenal Arinze.
Recibí cartas de apoyo de cardenales de todas partes del mundo. “Comparto su preocupación. Es importante que no abandonen la causa”, escribió el Cardenal Meisner de Colonia; “tienen bastantes razones para estar preocupados”, escribió el Card. Wamala de Uganda; “me siento persuadido a escribir al Cardenal Danneels en la esperanza de que me ilustre”, escribió el Cardenal Vidal de las Filipinas; “si tengo oportunidad de discutir con el Cardenal Danneels el asunto que ustedes traen a mi consideración, lo haré”, escribió el Cardenal Williams de Nueva Zelanda; “intentaré hacer algo para ayudarles”, escribió el Cardenal López Rodríguez de Santo Domingo; “estoy al tanto de que vuestras preocupaciones han sido presentadas al Cardenal Laghi, prefecto de la Congregación para la Educación Católica”, escribió el Cardenal O’Connor de Nueva York.
El 27 de febrero de 2010 el diario De Standaard dijo que estas cartas “mejoraron la percepción de Roma acerca de la falta de liderazgo eclesial en Bélgica”. De ahí que el progresista Dannels fuese reemplazado por Mons. Léonard. Roma considera que él podrá restaurar la Iglesia en Bélgica. Comparto esta esperanza. Sin embargo, es una pena de que haya demorado tanto tiempo. El daño causado ha sido más grande de lo que nadie pudo haber imaginado.
*La Sra. Colen, nacida en Dublín (Irlanda) en 1955, Doctora en Letras y casada con Paul Belien (director de The Brussels Journal), es miembro del Parlamento Federal de Bélgica por el partido Vlaams Belang (“Interés Flamenco”).
Comentario en la bitácora Rorate Caeli: “César es el instrumento de una justicia que la jerarquía en Bélgica (y en Roma, al menos durante el último pontificado) negó sin cesar a los niños y los padres. Incontables cuerpos y millones de almas sufrieron abuso. Que Danneels, Vangheluwe y sus colaboradores sean llevados ante la justicia en este mundo—y que Dios tenga piedad de sus almas”.
«El Banquete del Cordero». Así se llama el evento que conjugó vuvuzelas, teatro, danzas, adoración al Santísima y la Misa, en la Archidiócesis de San Sebastián, de Río de Janeiro (Brasil), contando con la presencia del Arzobispo Tempesta.
A la vista de estas fotos, yo me pregunto, ¿qué queda de la Liturgia Romana? ¿Dónde está el culto?
Frente a esto se aducen motivos pastorales, pero, realmente, ¿esto responde a la concepción de «pastoral»? El objeto de lo pastoral, la cura de almas, no puede ser coartada para demoler el Misterio, y menos por medio del Arzobispo, cuyo modelo y forma de la misión pastoral es el Buen Pastor (CIC 896): él es el «administrador de la gracia del sumo sacerdocio» (LG 26).
Recientemente el Santo Padre recordó a los obispos brasileños, en visita ad límina, que:
En cuanto maestros y doctores de la fe, tenéis la misión de enseñar con audacia la verdad que se debe creer y vivir, presentándola de forma auténtica (…)
Como administradores del supremo sacerdocio, tenéis que procurar que la liturgia sea verdaderamente una epifanía del misterio, o sea, expresión de la naturaleza genuina de la Iglesia, que activamente presta culto a Dios por Cristo en el Espíritu Santo. De todos los deberes de vuestro ministerio, “el más imperioso e importante es la responsabilidad en la celebración de la Eucaristía”, pues os compete “proveer para que los fieles tengan la posibilidad de acceder a la mesa del Señor, sobre todo en el domingo, que es el día en que la Iglesia – comunidad y familia de los hijos de Dios – descubre su peculiar identidad cristiana alrededor de los presbíteros” (Juan Pablo II, Exort. ap. Pastores gregis, 39). La tarea de santificar que recibisteis os impone también ser promotores y animadores de la oración en la ciudad humana, frecuentemente agitada, ruidosa y olvidada de Dios: debéis crear lugares y ocasiones de oración, donde en el silencio, en la escucha de Dios, en la oración personal y comunitaria, el hombre pueda encontrar y hacer experiencia viva de Jesucristo, que revela el rostro auténtico del Padre. Es preciso que las parroquias y lo santuarios, los ambientes de educación y sufrimiento, las familias, se vuelvan lugares de comunión con el Señor.
¿Qué mejor acción pastoral que la propia Misa? Como expresó el Romano Pontífice, el pasado 16 de Junio:
La santa Misa, celebrada con respeto de las normas liturgias y con una valoración adecuada de la riqueza de los signos y de los gestos, favorece y promueve el crecimiento de la fe eucarística. En la celebración eucarística no nos inventamos algo, sino que entramos en una realidad que nos precede, es más, abarca al cielo y la tierra y, por tanto, también el pasado, el futuro y el presente. Esta apertura universal, este encuentro con todos los hijos e hijas de Dios es la grandeza de la Eucaristía: salimos al encuentro de la realidad de Dios presente en el cuerpo y la sangre del Resucitado entre nosotros. Por tanto, las prescripciones litúrgicas dictadas por la Iglesia no son algo exterior, sino que expresan concretamente esta realidad de la revelación del cuerpo y sangre de Cristo y, de este modo, la oración revela la fe según el antiguo principio de lex orandi - lex credendi. Por esto, podemos decir que “la mejor catequesis sobre la Eucaristía es la misma Eucaristía bien celebrada” (exhortación apostólica postsinodal Sacramentum caritatis, 64). Es necesario que, en la liturgia, aparezca con claridad la dimensión trascendente, la dimensión del Misterio del encuentro con el Divino, que ilumina y eleva también la dimensión “horizontal", es decir, el lazo de comunión y de solidaridad que se da entre quienes pertenecen a la Iglesia. De hecho, cuando prevalece esta última, no se comprende plenamente la belleza, la profundidad y la importancia del misterio celebrado. Queridos hermanos en el sacerdocio: a vosotros el obispo ha encomendado, en el día de la ordenación sacerdotal, la tarea de presidir la Eucaristía. Llevad siempre en vuestro corazón el ejercicio de esta misión: celebrad los divinos misterios con una participación interior intensa para que los hombres y las mujeres de nuestra ciudad puedan santificarse, entrar en contacto con Dios, verdad absoluta y amor eterno.
La Belleza de la Verdad se impone con toda su fuerza. Si se quiere evangelizar realmente a los jóvenes no hay que ofrecerle sucedáneos, sino la Liturgia, en toda su belleza y esplendor, para que como Santo Tomás de Aquino, Dios nos dé la Gracia de derramar lágrimas de compasión « por el Señor, que se ofrece en sacrificio por nosotros, lágrimas de alegría y gratitud».
¡Señor ven pronto!
Fuente: Rorate Caeli y Fratres in Unum
]]>Sin duda alguna, amadísimos, que el mundo entero toma parte en las solemnidades religiosas, y que una piedad fundada en una misma fe exige que se celebre en todas partes, con júbilo común, lo que se realizó para la salvación de todos. Esto no obstante, la fiesta de hoy, además de que se ha hecho digna de ser objeto de una veneración especial, acompañada de una alegría particular, de modo que allí donde murieron tan gloriosamente los dos principales apóstoles, haya, en el día de su martirio, mayor explosión de gozo.
Porque ellos son, ¡oh Roma!, los dos héroes que hicieron resplandecer a tus ojos el Evangelio de Cristo, y por ellos, tú, que eras maestra del error, te convertiste en discípula de la verdad. He ahí tus padres y tus verdaderos pastores, los cuales, para introducirte en el reino celestial, supieron fundarte mucho mejor y mucho más felizmente que los que se tomaron el trabajo de echar los primeros fundamentos de tus murallas, uno de los cuales, aquel del cual procede el nombre que llevas, te manchó con la muerte de su hermano. He ahí esos dos apóstoles que te elevaron a tal grado de gloria, que te has convertido en la nación santa, en el pueblo escogido en la ciudad sacerdotal y real y, por la cátedra sagrada del bienaventurado Pedro, en la capital del mundo; de modo que la supremacía que te viene de la religión divina, se extiende más allá de lo que jamás alcanzaste con tu dominación terrenal. Sin duda que con tus innumerables victorias robusteciste y extendiste tu imperio tanto sobre la tierra como por el mar. Sin embargo, debes menos conquistas al arte de la guerra que súbditos te ha procurado la paz cristiana.
Para extender por todo el mundo todos los efectos de gracia tan inefable, preparó la divina Providencia el imperio romano, que de tal modo extendió sus fronteras, que asoció a sí las gentes de todo el orbe. De este modo halló la predicación general fácil acceso a todos los pueblos unidos por el régimen de una misma ciudad. Pero esta ciudad, desconociendo al autor de su encumbramiento, mientras dominaba en casi todas las naciones, servía a los errores de todas y creía haber alcanzado un gran nivel religioso al no rechazar ninguna falsedad. Así, cuanto con más fuerza la tenía aherrojada el diablo, tanto más admirablemente la libertó Cristo.
Homilía en la fiesta de los santos apóstoles Pedro y Pablo. Segundo Nocturno Maitines, Fiesta de San Pedro y San Pablo. Breviarium Romanum.
San León Magno, Homilías sobre el año litúrgico, BAC, 1.969. pp. 354 - 355
Decora lux aeternitatis, auream
Diem beatis irrigavit ignibus,
Apostolorum quae coronat principes,
Reisque in astra liberam pandit viam.
Mundi magister, atque coeli janitor,
Romae parentes, arbitrique gentium,
Per ensis ille, hic per crucis victor necem
Vitae senatum laureati possident.
O Roma felix, quae duorum principum
Es consecrata glorioso sanguine:
Horum cruore purpurata ceteras
Excellis orbis una pulchritudines.
Sit Trinitati sempiterna gloria,
Honor, potestas, atque jubilatio,
In unitate quae gubernat omnia,
Per universa saeculorum saecula.
Amen.
La admirable luz de la eternidad
derrama su dulce brillo sobre el día feliz
en que los príncipes de los Apóstoles reciben su corona;
y en que se los pecadores, ven abrirse anchuroso el camino del cielo.Ambos son, el doctor de las gentes y el portero del cielo,
los padres de Roma y los jueces de los pueblos.
Ambos vencieron a la muerte por la espada o por la cruz,
y coronados de gloria tienen su asiento en la vida.Oh feliz Roma, consagrada
por la sangre gloriosa de dos Príncipes;
cubierta de la púrpura de su sangre,
con ellos sólo superas todas las hermosuras de la tierra.A ti, oh Trinidad, sea por siempre la gloria,
El honor, el poder y la alabanza jubilosa.
A ti, que todo lo gobiernas en la unidad,
Por todos los siglos de la eterna duración. Amén.
Himno de Vísperas, siglo VI (atribuido a la esposa de Boecio).
Misal Diario y Vesperal, Dom Gaspar Lefebvre, décimo quinta edición, 1.962.
]]>Extracto de la entrevista al Obispo de las Fuerzas Armadas de Portugal, Januario Torgal Ferreira, aparecida en i - online.
Normalmente, la Iglesia es un poco inflexible en estos temas …(de cultura)
Obispo: Lo que yo pienso, entonces, es que hay un grupo de personas, y lo digo con respeto, que eran perfectamente analfabetos, llenos de complejos, malicia, sensualidad, casi emasculados. Quién conozca y ame el mundo, lo mira de una forma limpia y feliz. Doy gracias a la vida y a los educadores que tuve, mirando el mundo de manera tan desinhibida y sin vergüenza. Es como cuando digo: “¡Ah … tienes que ir a la playa y la piscina en pantalones cortos". ¿Y entonces? ¿Cuál es el problema? ¡Soy un ciudadano como cualquier otro!
Pero, ¿la gente te ha dicho eso?
Obispo: Directamente, no. Pero la gente me ve en la playa. Imaginemos la siguiente situación: «Así ¿estuvo tumbado allí, junto a la chica en topless?» Y ¿entonces? ¿Qué pasa? Sólo un pervertido va a la playa y piensa esas cosas. A veces, el mal está en cómo uno mira el mundo. Y hay que ver dónde ha conducido esta conversación…. [risas]
(…)
[Sobre la ley, recientemente aprobada en Portugal, que extiende el concepto de matrimonio a las parejas del mismo sexo]
Obispo: Para mí, independientemente de su contenido - No estoy de acuerdo con la noción de matrimonio (del mismo sexo) - estoy de acuerdo y acepto a un hombre que viva con un hombre y una mujer que viva con una mujer.
Y esto ¿no le choca?
Obispo: Obviamente no. La actitud que tengo que mantener es de respeto.
(…)
La Iglesia da la bienvenida a los homosexuales, de hecho. Con tal de que no practiquen su homosexualidad …
Obispo: Es cierto que una pareja homosexual no es algo teórico, ¿verdad? Y los afectos se traducen por esta práctica, por esta fusión psico-afectiva de la unidad misteriosa que es el ser humano.
¿La Iglesia tiene que entender esto?
Obispo: Comprender, sí. Sacralizar, no – porque el amor, para la Iglesia es un sacramento, el matrimonio. Este es una materia muy compleja, que debe ser muy bien comprendida. Y ninguna institución puede decir si acepta o no acepta. Cada caso es único.
(…)
Pero seguramente usted ya ha recibido un tirón de orejas por hablar de más o decir cosas que no debería…
Já. De las personas que no están de acuerdo con mis ideas. ¡Recibo tantas cartas antipáticas! ¡Un día, las voy a publicar todas! No me importa, naturalmente, que existan posiciones diversas de las mías. Sólo me molesta que la gente tergiverse lo que defiendo o decidan usar el insulto o la agresión gratuita.
¿Y desde dentro de la Iglesia?
Obispo: He sido advertido una vez o dos veces.
¿A propósito de qué?
Obispo: La planificación familiar, por ejemplo. Sólo que todavía pienso lo mismo que pensaba y digo lo que decía. Pero todavía sigo pensando lo que pensaba antes, y decir lo que dije antes. Lo que viene a probar que, por mi parte, no hay la mínima hostilidad. Hay una gran comunión y amor a la Iglesia, y estoy convencido, por mi experiencia pastoral, que lo que yo defiendo pronto será una realidad. No acepto el dogmatismo de los métodos naturales. La gente a menudo no quiere ser realista. Pero lo más importante es que sigue existiendo un gran diálogo, porque la verdad nunca es poseída en su totalidad.
El Obispo Januário Torgal Ferreira, fue ordenado por el Papa Juan Pablo II Obispo Auxiliar para las Fuerzas Armadas portuguesas en el año 1.989; Obispo en el 2.001.
¡Señor ven pronto!
Fuente: Rorate Caeli
]]>En la festividad de San Josemaría Escrivá.
Tu oración debe ser litúrgica. —Ojalá te aficiones a recitar los salmos, y las oraciones del misal, en lugar de oraciones privadas o particulares (Camino, 86).
Ten veneración y respeto por la Santa Liturgia de la Iglesia y por sus ceremonias particulares. —Cúmplelas fielmente. —¿No ves que los pobrecitos hombres necesitamos que hasta lo más grande y noble entre por los sentidos?(Camino 522)
Canta la Iglesia —se ha dicho— porque hablar no sería bastante para su plegaria. —Tú, cristiano —y cristiano escogido—, debes aprender a cantar litúrgicamente.
(Camino 523)
Me viste celebrar la Santa Misa sobre un altar desnudo —mesa y ara—, sin retablo. El Crucifijo, grande. Los candeleros recios, con hachones de cera, que se escalonan: más altos, junto a la cruz. Frontal del color del día. Casulla amplia. Severo de líneas, ancha la copa y rico el cáliz. Ausente la luz eléctrica, que no echamos en falta.
—Y te costó trabajo salir del oratorio: se estaba bien allí. ¿Ves cómo lleva a Dios, cómo acerca a Dios el rigor de la liturgia?
Camino 543
Aquella mujer que en casa de Simón el leproso, en Betania, unge con rico perfume la cabeza del Maestro, nos recuerda el deber de ser espléndidos en el culto de Dios.
—Todo el lujo, la majestad y la belleza me parecen poco.
—Y contra los que atacan la riqueza de vasos sagrados, ornamentos y retablos, se oye la alabanza de Jesús: “opus enim bonum operata est in me” —una buena obra ha hecho conmigo.
(Camino 527)
¡Valor de la piedad en la Santa Liturgia!
Nada me extrañó lo que, hace unos días, me comentaba una persona hablando de un sacerdote ejemplar, fallecido recientemente: ¡qué santo era!
—¿Le trató Vd. mucho?, le pregunté.
—No —me contestó—, pero le vi una vez celebrar la Santa Misa.
Forja 645
Debemos hacer nuestras, por asimilación, aquellas palabras de Jesús: “desiderio desideravi hoc Pascha manducare vobiscum —ardientemente he deseado comer esta Pascua con vosotros. De ninguna forma podremos manifestar mejor nuestro máximo interés y amor por el Santo Sacrificio, que guardando esmeradamente hasta la más pequeña de las ceremonias prescritas por la sabiduría de la Iglesia.
Y, además del Amor, debe urgirnos la “necesidad” de parecernos a Jesucristo, no solamente en lo interior, sino también en lo exterior, moviéndonos —en los amplios espacios del altar cristiano— con aquel ritmo y armonía de la santidad obediente, que se identifica con la voluntad de la Esposa de Cristo, es decir, con la Voluntad del mismo Cristo.
Forja 833
Los objetos empleados en el culto divino deberán ser artísticos, teniendo en cuenta que no es el culto para el arte, sino el arte para el culto.
(Forja 836)
El domingo in albis trae a mi memoria una vieja tradición piadosa de mi tierra. En este día, en el que la liturgia invita a desear el alimento espiritual —rationabile, sine dolo lac concupiscite, apeteced la leche del espíritu y sin mezcla de fraude—, era costumbre entonces que se llevara la Sagrada Comunión a los enfermos —no hacía falta que fuesen casos graves—, para que pudieran cumplir el precepto pascual.
En algunas ciudades grandes, cada parroquia organizaba una procesión eucarística. Recuerdo de mis años de estudiante universitario, que resultaba corriente que se cruzasen, por el Coso de Zaragoza, tres comitivas en las que sólo iban hombres —¡miles de hombres!—, con grandes cirios ardiendo. Gente recia, que acompañaba al Señor Sacramentado, con una fe más grande que aquellos velones que pesaban kilos.
Amigos de Dios 142
Fuente: Josemaría Escrivá
Homilía de San Josemaría Escrivá: La Eucaristía, milagro de fe y amor.
La víspera de la fiesta solemne de la Pascua, sabiendo Jesús que era llegada la hora de su tránsito de este mundo al Padre, como hubiera amado a los suyos que vivían en el mundo, los amó hasta el fin [249] . Este versículo de San Juan anuncia, al lector de su Evangelio, que algo grande ocurrirá en ese día. Es un preámbulo tiernamente afectuoso, paralelo al que recoge en su relato San Lucas: ardientemente, afirma el Señor, he deseado comer este cordero, celebrar esta Pascua con vosotros, antes de mi Pasión [250] . Comencemos por pedir desde ahora al Espíritu Santo que nos prepare, para entender cada expresión y cada gesto de Jesucristo: porque queremos vivir vida sobrenatural, porque el Señor nos ha manifestado su voluntad de dársenos como alimento del alma, y porque reconocemos que sólo El tiene palabras de vida eterna [251] .
La fe nos hace confesar con Simón Pedro: nosotros hemos creído y conocido que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios [252] . Y es esa fe, fundida con nuestra devoción, la que en esos momentos trascendentales nos lleva a imitar la audacia de Juan: acercarnos a Jesús y recostar la cabeza en el pecho del Maestro [253] , que amaba ardientemente a los suyos y –acabamos de escucharlo– los iba a amar hasta el fin.
Todos los modos de decir resultan pobres, si pretenden explicar, aunque sea de lejos, el misterio del Jueves Santo. Pero no es difícil imaginar en parte los sentimientos del Corazón de Jesucristo en aquella tarde, la última que pasaba con los suyos, antes del sacrificio del Calvario.
Considerad la experiencia, tan humana, de la despedida de dos personas que se quieren. Desearían estar siempre juntas, pero el deber –el que sea– les obliga a alejarse. Su afán sería continuar sin separarse, y no pueden. El amor del hombre, que por grande que sea es limitado, recurre a un símbolo: los que se despiden se cambian un recuerdo, quizá una fotografía, con una dedicatoria tan encendida, que sorprende que no arda la cartulina. No logran hacer más porque el poder de las criaturas no llega tan lejos como su querer.
Lo que nosotros no podemos, lo puede el Señor. Jesucristo, perfecto Dios y perfecto Hombre, no deja un símbolo, sino la realidad: se queda El mismo. Irá al Padre, pero permanecerá con los hombres. No nos legará un simple regalo que nos haga evocar su memoria, una imagen que tienda a desdibujarse con el tiempo, como la fotografía que pronto aparece desvaída, amarillenta y sin sentido para los que no fueron protagonistas de aquel amoroso momento. Bajo las especies del pan y del vino está El, realmente presente: con su Cuerpo, su Sangre, su Alma y su Divinidad.
La alegría del Jueves Santo
¡Qué bien se explica ahora el clamor incesante de los cristianos, en todos los tiempos, ante la Hostia santa! Canta, lengua, el misterio del Cuerpo glorioso y de la Sangre preciosa, que el Rey de todas las gentes, nacido de una Madre fecunda, derramó para rescatar el mundo [254] . Es preciso adorar devotamente a este Dios escondido [255] : es el mismo Jesucristo que nació de María Virgen; el mismo que padeció, que fue inmolado en la Cruz; el mismo de cuyo costado traspasado manó agua y sangre [256] .
Este es el sagrado convite, en el que se recibe al mismo Cristo; se renueva la memoria de la Pasión y, con El, el alma trata íntimamente a su Dios y posee una prenda de la gloria futura [257] . La liturgia de la Iglesia ha resumido, en breves estrofas, los capítulos culminantes de la historia de ardiente caridad, que el Señor nos dispensa.
El Dios de nuestra fe no es un ser lejano, que contempla indiferente la suerte de los hombres: sus afanes, sus luchas, sus angustias. Es un Padre que ama a sus hijos hasta el extremo de enviar al Verbo, Segunda Persona de la Trinidad Santísima, para que, encarnándose, muera por nosotros y nos redima. El mismo Padre amoroso que ahora nos atrae suavemente hacia El, mediante la acción del Espíritu Santo que habita en nuestros corazones.
La alegría del Jueves Santo arranca de ahí: de comprender que el Creador se ha desbordado en cariño por sus criaturas. Nuestro Señor Jesucristo, como si aún no fueran suficientes todas las otras pruebas de su misericordia, instituye la Eucaristía para que podamos tenerle siempre cerca y –en lo que nos es posible entender– porque, movido por su Amor, quien no necesita nada, no quiere prescindir de nosotros. La Trinidad se ha enamorado del hombre, elevado al orden de la gracia y hecho a su imagen y semejanza [258] ; lo ha redimido del pecado –del pecado de Adán que sobre toda su descendencia recayó, y de los pecados personales de cada uno– y desea vivamente morar en el alma nuestra: el que me ama observará mi doctrina y mi Padre le amará, y vendremos a él y haremos mansión dentro de él [259] .
La Eucaristía y el misterio de la Trinidad
Esta corriente trinitaria de amor por los hombres se perpetúa de manera sublime en la Eucaristía. Hace muchos años, aprendimos todos en el catecismo que la Sagrada Eucaristía puede ser considerada como Sacrificio y como Sacramento; y que el Sacramento se nos muestra como Comunión y como un tesoro en el altar: en el Sagrario. La Iglesia dedica otra fiesta al misterio eucarístico, al Cuerpo de Cristo –Corpus Christi– presente en todos los tabernáculos del mundo. Hoy, en el Jueves Santo, vamos a fijarnos en la Sagrada Eucaristía, Sacrificio y alimento, en la Santa Misa y en la Sagrada Comunión.
Hablaba de corriente trinitaria de amor por los hombres. Y ¿dónde advertirla mejor que en la Misa? La Trinidad entera actúa en el santo sacrificio del altar. Por eso me gusta tanto repetir en la colecta, en la secreta y en la postcomunión aquellas palabras finales: Por Jesucristo, Señor Nuestro, Hijo tuyo –nos dirigimos al Padre–, que vive y reina contigo en unidad del Espíritu Santo, Dios, por todos los siglos de los siglos. Amén.
En la Misa, la plegaria al Padre se hace constante. El sacerdote es un representante del Sacerdote eterno, Jesucristo, que al mismo tiempo es la Víctima. Y la acción del Espíritu Santo en la Misa no es menos inefable ni menos cierta. Por la virtud del Espíritu Santo, escribe San Juan Damasceno, se efectúa la conversión del pan en el Cuerpo de Cristo [260] .
Esta acción del Espíritu Santo queda expresada claramente cuando el sacerdote invoca la bendición divina sobre la ofrenda: Ven, santificador omnipotente, eterno Dios, y bendice este sacrificio preparado a tu santo nombre [261] , el holocausto que dará al Nombre santísimo de Dios la gloria que le es debida. La santificación, que imploramos, es atribuida al Paráclito, que el Padre y el Hijo nos envían. Reconocemos también esa presencia activa del Espíritu Santo en el sacrificio cuando decimos, poco antes de la comunión: Señor, Jesucristo, Hijo de Dios vivo, que por voluntad del Padre, cooperando el Espíritu Santo, vivificaste el mundo con tu muerte… [262] .
Toda la Trinidad está presente en el sacrificio del Altar. Por voluntad del Padre, cooperando el Espíritu Santo, el Hijo se ofrece en oblación redentora. Aprendamos a tratar a la Trinidad Beatísima, Dios Uno y Trino: tres Personas divinas en la unidad de su substancia, de su amor, de su acción eficazmente santificadora.
Inmediatamente después del lavabo, el sacerdote invoca: Recibe, Santa Trinidad, esta oblación que te ofrecemos en memoria de la Pasión, de la Resurrección y de la Ascensión de Jesucristo, Señor Nuestro [263] . Y, al final de la Misa, hay otra oración de encendido acatamiento al Dios Uno y Trino: Placeat tibi, Sancta Trinitas, obsequium servitutis meae… que te sea agradable, oh Trinidad Santísima, el tributo de mi servidumbre; dispón que el sacrificio que yo, aunque indigno, he ofrecido a la Majestad tuya, merezca aceptación; y te pido que, por tu misericordia, sea éste un sacrificio de perdón para mí y para todos por los que lo he ofrecido [264] .
La Misa –insisto– es acción divina, trinitaria, no humana. El sacerdote que celebra sirve al designio del Señor, prestando su cuerpo y su voz; pero no obra en nombre propio, sino in persona et in nomine Christe, en la Persona de Cristo, y en nombre de Cristo.
El amor de la Trinidad a los hombres hace que, de la presencia de Cristo en la Eucaristía, nazcan para la Iglesia y para la humanidad todas las gracias. Este es el sacrificio que profetizó Malaquías: desde la salida del sol hasta el ocaso es grande mi nombre entre las gentes; y en todo lugar se ofrece a mi nombre un sacrificio humeante y una oblación pura [265] . Es el Sacrificio de Cristo, ofrecido al Padre con la cooperación del Espíritu Santo: oblación de valor infinito, que eterniza en nosotros la Redención, que no podían alcanzar los sacrificios de la Antigua Ley.
La Santa Misa en la vida del cristiano
La Santa Misa nos sitúa de ese modo ante los misterios primordiales de la fe, porque es la donación misma de la Trinidad a la Iglesia. Así se entiende que la Misa sea el centro y la raíz de la vida espiritual del cristiano. Es el fin de todos los sacramentos [266] . En la Misa se encamina hacia su plenitud la vida de la gracia, que fue depositada en nosotros por el Bautismo, y que crece, fortalecida por la Confirmación. Cuando participamos de la Eucaristía, escribe San Cirilo de Jerusalén, experimentamos la espiritualización deificante del Espíritu Santo, que no sólo nos configura con Cristo, como sucede en el Bautismo, sino que nos cristifica por entero, asociándonos a la plenitud de Cristo Jesús [267] .
La efusión del Espíritu Santo, al cristificarnos, nos lleva a que nos reconozcamos hijos de Dios. El Paráclito, que es caridad, nos enseña a fundir con esa virtud toda nuestra vida; y consummati in unum [268] , hechos una sola cosa con Cristo, podemos ser entre los hombres lo que San Agustín afirma de la Eucaristía: signo de unidad, vínculo del Amor [269] .
No descubro nada nuevo si digo que algunos cristianos tienen una visión muy pobre de la Santa Misa, que para otros es un mero rito exterior, cuando no un convencionalismo social. Y es que nuestros corazones, mezquinos, son capaces de vivir rutinariamente la mayor donación de Dios a los hombres. En la Misa, en esta Misa que ahora celebramos, interviene de modo especial, repito, la Trinidad Santísima. Corresponder a tanto amor exige de nosotros una total entrega, del cuerpo y del alma: oímos a Dios, le hablamos, lo vemos, lo gustamos. Y cuando las palabras no son suficientes, cantamos, animando a nuestra lengua –Pange, lingua!– a que proclame, en presencia de toda la humanidad, las grandezas del Señor.
Vivir la Santa Misa es permanecer en oración continua; convencernos de que, para cada uno de nosotros, es éste un encuentro personal con Dios: adoramos, alabamos, pedimos, damos gracias, reparamos por nuestros pecados, nos purificamos, nos sentimos una sola cosa en Cristo con todos los cristianos.
Quizá, a veces, nos hemos preguntado cómo podemos corresponder a tanto amor de Dios; quizá hemos deseado ver expuesto claramente un programa de vida cristiana. La solución es fácil, y está al alcance de todos los fieles: participar amorosamente en la Santa Misa, aprender en la Misa a tratar a Dios, porque en este Sacrificio se encierra todo lo que el Señor quiere de nosotros.
Permitid que os recuerde lo que en tantas ocasiones habéis observado: el desarrollo de las ceremonias litúrgicas. Siguiéndolas paso a paso, es muy posible que el Señor haga descubrir a cada uno de nosotros en qué debe mejorar, qué vicios ha de extirpar, cómo ha de ser nuestro trato fraterno con todos los hombres.
El sacerdote se dirige hacia el altar de Dios, del Dios que alegra nuestra juventud. La Santa Misa se inicia con un canto de alegría, porque Dios está aquí. Es la alegría que, junto con el reconocimiento y el amor, se manifiesta en el beso a la mesa del altar, símbolo de Cristo y recuerdo de los santos: un espacio pequeño, santificado porque en esta ara se confecciona el Sacramento de la infinita eficacia.
El Confiteor nos pone por delante nuestra indignidad; no el recuerdo abstracto de la culpa, sino la presencia, tan concreta, de nuestros pecados y de nuestras faltas. Por eso repetimos: Kyrie eleison, Christe eleison, Señor, ten piedad de nosotros; Cristo, ten piedad de nosotros. Si el perdón que necesitamos estuviera en relación con nuestros méritos, en este momento brotaría en el alma una tristeza amarga. Pero, por bondad divina, el perdón nos viene de la misericordia de Dios, al que ya ensalzamos –Gloria!–, porque Tú solo eres santo, Tú solo Señor, Tú solo altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo, en la gloria de Dios Padre.
Oímos ahora la Palabra de la Escritura, la Epístola y el Evangelio, luces del Paráclito, que habla con voces humanas para que nuestra inteligencia sepa y contemple, para que la voluntad se robustezca y la acción se cumpla. Porque somos un solo pueblo que confiesa una sola fe, un Credo; un pueblo congregado en la unidad del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo [270] .
A continuación, la ofrenda: el pan y el vino de los hombres. No es mucho, pero la oración acompaña: recíbenos, Señor, al presentarnos a Ti con espíritu de humildad y con el corazón contrito; y el sacrificio que hoy te ofrecemos, oh Señor Dios, llegue de tal manera a tu presencia, que te sea grato. Irrumpe de nuevo el recuerdo de nuestra miseria y el deseo de que todo lo que va al Señor esté limpio y purificado: lavaré mis manos, amo el decoro de tu casa.
Hace un instante, antes del lavabo, hemos invocado al Espíritu Santo, pidiéndole que bendiga el Sacrificio ofrecido a su santo Nombre. Acabada la purificación, nos dirigimos a la Trinidad –Suscipe, Sancta Trinitas–, para que acoja lo que presentamos en memoria de la vida, de la Pasión, de la Resurrección y de la Ascensión de Cristo, en honor de María, siempre Virgen, en honor de todos los santos.
Que la oblación redunde en salvación de todos –Orate, fratres, reza el sacerdote–, porque este sacrificio es mío y vuestro, de toda la Iglesia Santa. Orad, hermanos, aunque seáis pocos los que os encontráis reunidos; aunque sólo se halle materialmente presente nada más un cristiano, y aunque estuviese solo el celebrante: porque cualquier Misa es el holocausto universal, rescate de todas las tribus y lenguas y pueblos y naciones [271] .
Todos los cristianos, por la Comunión de los Santos, reciben las gracias de cada Misa, tanto si se celebra ante miles de personas o si ayuda al sacerdote como único asistente un niño, quizá distraído. En cualquier caso, la tierra y el cielo se unen para entonar con los Angeles del Señor: Sanctus, Sanctus, Sanctus…
Yo aplaudo y ensalzo con los Angeles: no me es difícil, porque me sé rodeado de ellos, cuando celebro la Santa Misa. Están adorando a la Trinidad. Como sé también que, de algún modo, interviene la Santísima Virgen, por la intima unión que tiene con la Trinidad Beatísima y por que es Madre de Cristo, de su Carne y de su Sangre: Madre de Jesucristo, perfecto Dios y perfecto Hombre. Jesucristo concebido en las entrañas de María Santísima sin obra de varón, por la sola virtud del Espíritu Santo, lleva la misma Sangre de su Madre: y esa Sangre es la que se ofrece en sacrificio redentor, en el Calvario y en la Santa Misa.
Así se entra en el canon, con la confianza filial que llama a nuestro Padre Dios clementísimo. Le pedimos por la Iglesia y por todos en la Iglesia: por el Papa, por nuestra familia, por nuestros amigos y compañeros. Y el católico, con corazón universal, ruega por todo el mundo, porque nada puede quedar excluido de su celo entusiasta. Para que la petición sea acogida, hacemos presente nuestro recuerdo y nuestra comunicación con la gloriosa siempre Virgen María y con un puñado de hombres, que siguieron los primeros a Cristo y murieron por El.
Quam oblationem… Se acerca el instante de la consagración. Ahora, en la Misa, es otra vez Cristo quien actúa, a través del sacerdote: Este es mi Cuerpo. Este es el cáliz de mi Sangre. ¡Jesús está con nosotros! Con la Transustanciación, se reitera la infinita locura divina, dictada por el Amor. Cuando hoy se repita ese momento, que sepamos cada uno decir al Señor, sin ruido de palabras, que nada podrá separarnos de El, que su disponibilidad –inerme– de quedarse en las apariencias ¡tan frágiles! del pan y del vino, nos ha convertido en esclavos voluntarios: praesta meae menti de te vivere, et te illi semper dulce sapere [272] , haz que yo viva siempre de ti y que siempre saboree la dulzura de tu amor.
Más peticiones: porque los hombres estamos casi siempre inclinados a pedir: por nuestros hermanos difuntos, por nosotros mismos. Aquí caben también todas nuestras infidelidades, nuestras miserias. La carga es mucha, pero El quiere llevarla por nosotros y con nosotros. Termina el canon con otra invocación a la Trinidad Santísima: per Ipsum, et cum Ipso, et in Ipso…, por Cristo, con Cristo y en Cristo, Amor nuestro, a Ti, Padre Todopoderoso, en unidad del Espíritu Santo, te sea dado todo honor y gloria por los siglos de los siglos.
Jesús es el Camino, el Mediador; en El, todo; fuera de El, nada. En Cristo, enseñados por El, nos atrevemos a llamar Padre Nuestro al Todopoderoso: el que hizo el cielo y la tierra es ese Padre entrañable que espera que volvamos a el continuamente, cada uno como un nuevo y constante hijo pródigo.
Ecce Agnus Dei… Domine, non sum dignus… Vamos a recibir al Señor. Para acoger en la tierra a personas constituidas en dignidad hay luces, música, trajes de gala. Para albergar a Cristo en nuestra alma, ¿cómo debemos prepararnos? ¿Hemos pensado alguna vez en cómo nos conduciríamos, si sólo se pudiera comulgar una vez en la vida?
Cuando yo era niño, no estaba aún extendida la práctica de la comunión frecuente. Recuerdo cómo se disponían para comulgar: había esmero en arreglar bien el alma y el cuerpo. El mejor traje, la cabeza bien peinada, limpio también físicamente el cuerpo, y quizá hasta con un poco de perfume… eran delicadezas propias de enamorados, de almas finas y recias, que saben pagar con amor el Amor.
Con Cristo en el alma, termina la Santa Misa: la bendición del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo nos acompaña durante toda la jornada, en nuestra tarea sencilla y normal de santificar todas las nobles actividades humanas.
Asistiendo a la Santa Misa, aprenderéis a tratar a cada una de las Personas divinas: al Padre, que engendra al Hijo; al Hijo, que es engendrado por el Padre; al Espíritu Santo que de los dos procede. Tratando a cualquiera de las tres Personas, tratamos a un solo Dios; y tratando a las tres, a la Trinidad, tratamos igualmente a un solo Dios único y verdadero. Amad la Misa, hijos míos, amad la Misa. Y comulgad con hambre, aunque estéis helados, aunque la emotividad no responda: comulgad con fe, con esperanza, con encendida caridad.
Tratar a Jesucristo
No ama a Cristo quien no ama la Santa Misa, quien no se esfuerza en vivirla con serenidad y sosiego, con devoción, con cariño. El amor hace a los enamorados finos, delicados; les descubre, para que los cuiden, detalles a veces mínimos, pero que son siempre expresión de un corazón apasionado. De este modo hemos de asistir a la Santa Misa. Por eso he sospechado siempre que, los que quieren oír una Misa corta y atropellada, demuestran con esa actitud poco elegante también, que no han alcanzado a darse cuenta de lo que significa el Sacrificio del altar.
El amor a Cristo, que se ofrece por nosotros, nos impulsa a saber encontrar, acabada la Misa, unos minutos para una acción de gracias personal, íntima, que prolongue en el silencio del corazón esa otra acción de gracias que es la Eucaristía. ¿Cómo dirigirnos a El, cómo hablarle, cómo comportarse?
No se compone de normas rígidas la vida cristiana, porque el Espíritu Santo no guía a las almas en masa, sino que, en cada una, infunde aquellos propósitos, inspiraciones y afectos que le ayudarán a percibir y a cumplir la voluntad del Padre. Pienso, sin embargo, que en muchas ocasiones el nervio de nuestro diálogo con Cristo, de la acción de gracias después de la Santa Misa, puede ser la consideración de que el Señor es, para nosotros, Rey, Médico, Maestro, Amigo.
Es Rey y ansía reinar en nuestros corazones de hijos de Dios. Pero no imaginemos los reinados humanos; Cristo no domina ni busca imponerse, porque no ha venido a ser servido sino a servir [273] .
Su reino es la paz, la alegría, la justicia. Cristo, rey nuestro, no espera de nosotros vanos razonamientos, sino hechos, porque no todo aquel que dice ¡Señor!, ¡Señor! entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre celestial, ése entrará [274] .
Es Médico y cura nuestro egoísmo, si dejamos que su gracia penetre hasta el fondo del alma. Jesús nos ha advertido que la peor enfermedad es la hipocresía, el orgullo que lleva a disimular los propios pecados. Con el Médico es imprescindible una sinceridad absoluta, explicar enteramente la verdad y decir: Domine, si vis, potes me mundare [275] , Señor, si quieres –y Tú quieres siempre–, puedes curarme. Tú conoces mi flaqueza; siento estos síntomas, padezco estas otras debilidades. Y le mostramos sencillamente las llagas; y el pus, si hay pus. Señor, Tú, que has curado a tantas almas, haz que, al tenerte en mi pecho o al contemplarte en el Sagrario, te reconozca como Médico divino.
Es Maestro de una ciencia que sólo El posee: la del amor sin límites a Dios y, a todos los hombres. En la escuela de Cristo se aprende que nuestra existencia no nos pertenece: El entregó su vida por todos los hombres y, si le seguimos, hemos de comprender que tampoco nosotros podemos apropiarnos de la nuestra de manera egoísta, sin compartir los dolores de los demás. Nuestra vida es de Dios y hemos de gastarla en su servicio, preocupándonos generosamente de las almas, demostrando, con la palabra y con el ejemplo, la hondura de las exigencias cristianas.
Jesús espera que alimentemos el deseo de adquirir esa ciencia, para repetirnos: el que tenga sed, venga a mi y beba [276] . Y contestamos: enséñanos a olvidarnos de nosotros mismos, para pensar en Ti y en todas las almas. De este modo el Señor nos llevará adelante con su gracia, como cuando comenzábamos a escribir –¿recordáis aquellos palotes de la infancia, guiados por la mano del maestro?–, y así empezaremos a saborear la dicha de manifestar nuestra fe, que es ya otra dádiva de Dios, también con trazos inequívocos de conducta cristiana, donde todos puedan leer las maravillas divinas.
Es Amigo, el Amigo: vos autem dixi amicos [277] , dice. Nos llama amigos y El fue quien dio el primer paso; nos amó primero. Sin embargo, no impone su cariño: lo ofrece. Lo muestra con el signo más claro de la amistad: nadie tiene amor más grande que el que entrega su vida por su amigos [278] . Era amigo de Lázaro y lloró por él, cuando lo vio muerto: y lo resucitó. Si nos ve fríos, desganados, quizá con la rigidez de una vida interior que se extingue, su llanto será para nosotros vida: Yo te lo mando, amigo mío, levántate y anda [279] , sal fuera de esa vida estrecha, que no es vida.
Termina nuestra meditación del Jueves Santo. Si el Señor nos ha ayudado –y El está siempre dispuesto, basta con que le franqueemos el corazón–, nos veremos urgidos a corresponder en lo que es más importante: amar. Y sabremos difundir esa caridad entre los demás hombres, con una vida de servicio. Os he dado ejemplo [280] , insiste Jesús, hablando a sus discípulos después de lavarles los pies, en la noche de la Cena. Alejemos del corazón el orgullo, la ambición, los deseos de predominio; y, junto a nosotros y en nosotros, reinarán la paz y la alegría, enraizadas en el sacrificio personal.
Finalmente un filial pensamiento amoroso para María, Madre de Dios y Madre nuestra. Perdonad que de nuevo os cuente un recuerdo de mi infancia: una imagen que se difundió mucho en mi tierra, cuando S. Pío X impulso la práctica de la comunión frecuente. Representaba a María adorando la Hostia santa. Hoy, como entonces y como siempre, Nuestra Señora nos enseña a tratar a Jesús, a reconocerle y a encontrarle en las diversas circunstancias del día y, de modo especial, en ese instante supremo –el tiempo se une con la eternidad– del Santo Sacrificio de la Misa: Jesús, con gesto de sacerdote eterno, atrae hacia si todas las cosas, para colocarlas, divino afflante Spiritu, con el soplo del Espíritu Santo, en la presencia de Dios Padre.
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[249] Ioh XIII, 1.
[250] Lc XXII, 15.
[251] Ioh VI, 69.
[252] Ioh VI, 70.
[253] Cfr. Ioh XIII, 25.
[254] Himno Pange lingua.
[255] Cfr. Adoro te devote, ritmo de S. Tomás de Aquino.
[256] Cfr. Ave verum.
[257] Cfr. himno O sacrum convivium.
[258] Gen I, 26.
[259] Ioh XIV, 23.
[260] S. Juan Damasceno, De fide ortodoxa, 13 (PG 94, 1139).
[261] Misal Romano, Ofertorio, Invocación al Espíritu Santo.
[262] Misal Romano, Oraciones preparatorias para la Comunión.
[263] Misal Romano, Ofertorio, Ofrenda a la Santísima Trinidad.
[264] Misal Romano. Oración que precede a la bendición final.
[265] Mal I, 11.
[266] Cfr. S. Tomás, S. Th. III, q. 65, a. 3.
[267] Catequeses, 22, 3.
[268] Ioh XVII, 23.
[269] S. Agustín, In Ioannis Evangelium tractatus, 26, 13 (PL 35, 1613).
[270] S. Cipriano, De dominica oratione, 23 (PL 4, 553).
[271] Cfr. Apoc. V, 9.
[272] Adoro te devote.
[273] Mt XX, 28.
[274] Mt VII, 21.
[275] Mt. VIII, 2.
[276] Ioh VII, 37.
[277] Ioh XV, 15.
[278] Ioh XV, 13.
[279] Cfr. Ioh XI, 43; Lc V, 24.
[280] Ioh XIII, 15.
Fuente: Santo Rosario
]]>La Hermandad del Gran Poder informa:
Felizmente concluidos por parte del imaginero-restaurador D. Luis Alvarez Duarte los trabajos de restauración de los daños sufridos por la Sagrada Imagen de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder el pasado día 20 de junio, se informa de que el Señor será restituido al culto el próximo viernes, 25 de junio, mediante la celebración de un Solemne Besamanos extraordinario, en horario de 8:00 a 18:00 y de 19:00 a 22:00 horas.
A las 18:00 se celebrará Solemne Eucaristía, aplicada como Acción de Gracias por la restitución al culto del Señor, que será presidida por el Excmo. y Rvdmo. Arzobispo de Sevilla, Monseñor D. Juan José Asenjo Pelegrina.
El resto de las misas del día se celebrarán en su horario habitual, sin bien se en la Capilla del Sagrario. El Miserere habitual de los viernes queda suspendido por la celebración del Besamanos extraordinario. El sábado, día 26 de junio, la Basílica recobrará su horario y actividad de cultos habitual.
Provisionalmente y hasta la adopción de medidas más definitivas, el camarín del Señor permanecerá cerrado a excepción de los viernes.
De otra parte se informa que, desde el convencimiento de que la agresión sufrida por la Sagrada Imagen del Señor, afecta a convicciones y creencias religiosas, más allá de un simple daño patrimonial, la Hermandad no se plantea ejercitar ningún tipo de acción judicial en el orden penal contra el agresor, sin perjuicio de colaborar con las autoridades policiales y judiciales en cuanto fuera necesario y sin que ello suponga, tampoco, la renuncia a la reparación que legalmente pudiera corresponderle por los daños y perjuicios sufridos.
Por último, ante la imposibilidad de hacerlo personalmente con cada uno, la Hermandad quiere agradecer las innumerables muestras de cariño, cercanía y afecto recibidas durante los últimos días por parte de todo tipo de instituciones, hermandades y particulares, llegadas desde toda Sevilla y tantas localidades de España y el extranjero.
Fuente: Artesacro
]]>Fuente: Pasión en Sevilla
]]>Luis C. O. , el hombre de 37 años de edad que fue detenido el pasado domingo tras romperle un brazo a la talla de Jesús del Gran Poder al término de la misa en la Basílica de San Lorenzo de la capital hispalense, ha salido ya del Hospital Virgen Macarena donde se encontraba ingresado y está siendo trasladado en estos momentos al Hospital Juan Ramón Jiménez de Huelva. En este sentido, fuentes del Virgen Macarena indicaron que, tras permanecer desde la tarde de ayer en el centro hospitalario, concretamente en el Area de Psiquiatría, se ha decidido trasladar en ambulancia a Psiquiatría del hospital onubense a este funcionario de prisiones de 37 años de edad, para quien el Juzgado de Instrucción número 10 decretó ayer la libertad con cargos. De este modo, conviene recordar que, a petición del médico forense que lo examinó con anterioridad a su declaración judicial, la juez de guardia acordó remitir un oficio a la Policía para que lo ingresara en el Virgen Macarena, al objeto de que en ese lugar se le realizara un análisis psiquiátrico y, así, decidir sobre su internamiento.
El detenido pasó a disposición judicial a primera hora de la mañana de ayer martes y, durante su declaración ante la juez de guardia, puso de manifiesto que él “es el representante del espíritu de Jesús", por lo que “ni él ni Jesús necesitan ninguna representación en madera muerta", según apuntaron las fuentes. De igual modo, este hombre de 37 años de edad aseguró “que es consciente” del valor artístico de la imagen del Cristo del Gran Poder, fechada en 1620 y atribuida al imaginero Juan de Mesa. Nuestro Padre Jesús del Gran Poder, también conocido como ‘El Señor de Sevilla’, es una de las imágenes religiosas más universales, dando nombre también a una de las Hermandades con mayor devoción de la Semana Santa de la ciudad hispalense.
«Soy Jesucristo»
Una vez prestó declaración ante el Juzgado de Instrucción número 10 de Sevilla, en funciones de guardia, el detenido abandonó las dependencias judiciales custodiado por agentes de la Policía Nacional, y, al ser preguntado por las motivaciones que le habrían llevado a atacar la imagen religiosa, aseguró a los periodistas allí apostados que lo hizo “porque soy Jesucristo. Eso sólo lo puede hacer Jesucristo". El detenido está imputado por un presunto delito de atentado contra el patrimonio histórico-artístico. El artículo 323 del Código Penal indica que “será castigado con la pena de prisión de uno a tres años y multa de 12 a 24 meses el que cause daños en un archivo, registro, museo, biblioteca, centro docente, gabinete científico, institución análoga o bienes de valor histórico, artístico, científico, cultural o monumental, así como en yacimientos arqueológicos".
Fuente: ABC de Sevilla
«Lo hice porque soy Jesucristo, ¿por qué va a ser? Eso sólo lo puede hacer Jesucristo». Así respondió a una pregunta que le hicieron a su salida del juzgado de guardia Luis C. O., funcionario de prisiones en la cárcel de Huelva, de 37 años, que había sido detenido el pasado domingo como agresor del Gran Poder y que ayer, tras declarar en el juzgado, fue ingresado en Observación de la unidad de agudos de salud mental del hospital Virgen Macarena.
Según fuentes del citado hospital, a la hora del cierre de esta edición permanecía en Observacion en la unidad de agudos de Psiquiatría donde hoy se espera que los médicos determinen si hay motivos para su ingreso. Así los pidió la juez tras tomarle ayer declaración en relación a los hechos del pasado domingo cuando le arrancó un brazo a la imagen del Señor de Sevilla. Tras declarar su libertad con cargos, serán los médicos los que decidan si deben tomar alguna otra medida como su traslado a otro centro especializado o si se le da el alta.
Tras prestar declaración ante la juez de instrucción número diez que ayer se encontraba de guardia, el detenido, que había sido conducido a los juzgados por varios agentes, quedó en libertad acusado de un delito contra el patrimonio histórico artístico. Su declaración duró apenas algo más de media hora, sin embargo la expectación a las puertas de los juzgados fue grande desde que a media mañana era conducido a las dependencias judiciales.
Gran expectaciónAllí, además de numerosos medios de comunicación se agolparon algunos ciudadanos para verle la cara al hombre que fue capaz de agredir a una de las imágenes más veneradas de Sevilla. El susodicho vestía pantalón chino y polo de color claro y llevaba una mochila colgada al hombro. Y, al salir del juzgado de guardia, dijo que «quería hablar» aunque los agentes que lo escoltaban lo condujeron directamente al coche.
Y es que aunque la pena prevista para este tipo de delitos puede ser hasta de tres años de cárcel, de momento lo único que ordenó la juez fue su traslado al hospital Virgen Macarena para que sea «valorado por los especialistas y decidan ellos si deben adoptar alguna medida al respecto».
Y todo porque el detenido, funcionario de prisiones, insistió en su declaración (asistido por un abogado de oficio) en lo mismo que luego dijo ante la prensa. Que él mismo es el espíritu de Jesús y que Jesucristo «no necesita ninguna representación de madera muerta».
Al parecer esas fueron sus únicas manifestaciones aunque también reconoció ante la juez que era «consciente» del valor de la talla del XVII, obra de Juan de Mesa.
Por otra parte, cabe destacar que la junta de gobierno de la Hermandad del Gran Poder, que ya trabaja para reponer cuanto antes al culto la venerada imagen del Señor de Sevilla, estudiará, en cabildo extraordinario, si la corporación de la Madrugada se presenta como acusación particular contra Luis C.O.Según manifestó Enrique Esquivias, hermano mayor del Gran Poder, «hay tiempo para pensarlo, pues este aspecto no es urgente ni prioritario», por lo que no hay prevista fecha alguna para su celebración, ya que por ahora la corporación está centrada en todo lo relacionado con la restauración de la talla y con la cuestión relacionada con las medidas de seguridad a partir de ahora.
Loco de atar
adriano
La juez lo escuchó, como los periodistas que comprobaron lo locuaz (que no viene de loco) del sujeto. Quiere hablar (¿Buscará minutos de telebasura?) y eso que dicen que es «rarito» e «introvertido», como lo definen sus compañeros funcionarios de la prisión de Huelva. La juez le dio el pase a los médicos, que al final serán los que decidan si está mal de la cabeza o ideó un montaje con sabe Dios qué fin. En uno u otro caso, en la casa del cuco debe haber mucho pájaro. Si estuviera loco de atar, no habrá donde atarle más que a una cama por poco tiempo, pues para la Ley de los hombres es igual patear un cuadro de un museo que a una imagen sagrada.
Lo que otros dicen:
Ex orbe: Tiempo de odiar.
Antonio Burgos: El Gran Poder no es una Venus
]]>El Juzgado de Instrucción número 10 de Sevilla ha decretado la libertad con cargos para el hombre de 37 años de edad, funcionario de prisiones en la cárcel de Huelva, que el pasado domingo fue detenido tras romperle un brazo a la talla de Jesús del Gran Poder al término de la misa en la Basílica de San Lorenzo. Así lo dieron a conocer a Europa Press fuentes judiciales, quienes reseñaron que, a petición del médico forense, el Juzgado remitirá un oficio a la Policía para que lo ingrese en la Unidad de Agudos de un centro hospitalario sevillano, al objeto de que en ese lugar se le realice una análisis psiquiátrico y, así, decidir sobre su internamiento.
]]>Un Cabildo en los próximos días
La Hermandad del Gran Poder de Sevilla anunció hoy la celebración de un Cabildo en los próximos días para que los hermanos puedan debatir sobre aspectos como la presentación de la cofradía como acusación particular en el proceso judicial contra Luis C. O. , de 37 años, que el pasado domingo fue detenido tras romperle un brazo a la talla de Jesús del Gran Poder al término de la misa en la Basílica de San Lorenzo.
El hermano mayor del Gran Poder, Enrique Esquivias, señaló a Europa Press que, asimismo, “algo tenemos que hacer” en relación a la seguridad de la imagen, si bien, “sin perjuicio de que ahora se acuerde adoptar algún tipo de medida provisional para reforzar la seguridad", la hermandad dejará pasar algo de tiempo para decidir “en frío” y con perspectiva las actuaciones al respecto. “No cabe duda de que tras lo sucedido hay que realizar una reflexión con tranquilidad y serenidad", recalcó Esquivias, que volvió a incidir en las dificultades de la decisión a adoptar, toda vez que “no es fácil compaginar la seguridad de la escultura con la fe de los devotos". Respecto a la presentación del Gran Poder como acusación una vez el juzgado realice el ofrecimiento de acciones como entidad perjudicada, el hermano mayor se remitió a la decisión del Cabildo -la Junta de Gobierno ya se reunió en uno con carácter extraordinario inmediatamente después del ataque-, subrayando que, en todo caso, “hay tiempo para pensarlo, pues este aspecto no es urgente ni prioritario".
“Si no hay inconvenientes ni surgen contratiempos el Señor podría volver en cuestión de días, a finales de esta semana"En cuanto a la reparación y restauración al culto de la talla -cuyos daños aún no están cuantificados, si bien hay un seguro que cubre esta eventualidad-, Esquivias hizo hincapié en que desde la hermandad aún no se dispone de ninguna fecha definitiva y sí “estimaciones", confirmadas en las últimas horas y según las cuales “si no hay inconvenientes ni surgen contratiempos el Señor podría volver en cuestión de días, a finales de esta semana". “También confirmamos que los trabajos van bien y que no hay daños importantes", apostilló. La agresión a la escultura de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder, también conocido como ‘El Señor de Sevilla’ -una de las imágenes religiosas más universales, fechada en 1620 y atribuida a Juan de Mesa-, ha motivado una considerable reacción popular en los foros de Internet.
En este sentido, la red social cibernética Tuenti ha acogido la convocatoria de un evento mediante el cual se convoca “a todos los cristianos” a una concentración que tendrá lugar a las 21,00 horas de mañana en la Plaza de San Lorenzo, en señal de protesta contra el ataque. En la convocatoria, a la que ha tenido acceso Europa Press, se insta a los sevillanos a participar en el evento y a difundirlo entre los numerosos usuarios de esta red, mientras que muchos de los comentarios recibidos en este evento hacen hincapié en denostar la actitud del encartado, aunque algunos instan a “no dar más vueltas” bajo el argumento de que “era un enfermo".
¡Señor ven pronto!
Fuente: Kronica Novus Ordo
]]>Luis C.O., natural de la localidad de Guadalcanal y que ha sido detenido como autor del ataque al Señor del Gran Poder, al que se abalanzó el pasado domingo por la noche y le arrancó de cuajo el brazo derecho, es funcionario de prisiones y trabaja actualmente en la cárcel de Huelva. Según pudo saber ABC de Sevilla, lleva destinado en dicho centro desde 2003, siendo su puesto de vigilante en los módulos de presos normales.
Corpulento, con barba y de algo más de 1.80 metros de altura, los que le conocen no dudan en calificarlo como una persona «introvertida y algo rarita», que suele «darse de baja frecuentemente».
El caso es que Luis C. O., que desde la noche del domingo en que fue reducido y detenido por un policía de paisano que se encontraba oyendo misa en la basílica, pasará presumiblemente hoy a disposición judicial, y podría ser imputado por un delito de atentado contra el patrimonio histórico-artístico, por el que podría recaerle una pena pena de entre uno y tres años de prisión. El artículo 323 del Código Penal indica que «será castigado con la pena de prisión de uno a tres años y multa de 12 a 24 meses el que cause daños en un archivo, registro, museo, biblioteca, centro docente, gabinete científico, institución análoga o bienes de valor histórico, artístico, científico, cultural o monumental, así como en yacimientos arqueológicos».
Por otra parte, la Policía estuvo en el día de ayer analizando el macuto que llevaba el detenido, en el que guardaba un pen-drive y que pudiera arrojar algún tipo de información sobre la actuación que tuvo.
Testigos presenciales de los hechos refirieron a ABC de Sevilla que el individuo estuvo escuchando misa y que cuando ésta acabó, se dirigió al camarín del Señor, aunque por la puerta de salida, encaramándose al lugar donde estaba la imagen «de forma rápida y ágil», para a continuación zarandear la talla e intentar volcarla, propinándole varias patas, acabando por arrancarle el brazo derecho antes de ser reducido.
Fuente: Pasión en Sevilla.
El arzobispo de Sevilla, Monseñor Juan José Asenjo Pelegrina, ha deplorado el suceso acaecido el domingo en la Basílica de Ntro. Padre Jesús del Gran Poder, cuando un perturbado atentó gravemente contra la imagen del Señor de Sevilla.
En la noche de ayer, Monseñor Asenjo se puso en contacto con el hermano mayor, Enrique Esquivias, nada más recibir noticia del suceso, lamentó el hecho y “ofreció su cercanía y solidaridad paternal al hermano mayor, que hizo extensiva a todos los hermanos y a Sevilla entera".
Fuente: Pasión en Sevilla
Comunicado oficial de la Hermandad del Gran Poder
Tras los sucesos acaecidos en la noche de ayer, 20 de junio, en la Basílica, la Junta de Gobierno desea informar a los hermanos, devotos y fieles en general de los siguientes extremos:
1. En torno a las 21:00 horas de dicho día, al finalizar la Santa Misa que se oficiaba en la Basílica un varón, posteriormente identificado por la Policía como Luis C.O. accedió al camarín del Señor del Gran Poder, donde la Sagrada Imagen se encuentra expuesta en permanente Besapié. Superando las barreras que custodian a la Venerada Imagen, subió a su pedestal con la finalidad, tal y como recogen lasgrabaciones del sistema de seguridad de la Basílica, de hacer caer al Señor.
2. El movimiento provocado al Señor como consecuencia de los golpes provocó que el propio agresor perdiera el equilibro sobre la peana, cayendo al suelo y arrancando de su sujeción el brazo derecho de la Imagen. Nuestro hermano D. J.C.del C., que providencialmente había accedido al camarín en el momento del atentado, lo redujo impidiendo que continuará su agresión, siendo ayudado posteriormente por personal de la Hermandad y público que previamente había asistido a la Eucaristía, entre los que se encontraban dos policías nacionales como feligreses.
El agresor fue conducido a la Sacristía de la Basílica, donde fue custodiado por los precitados policías hasta su puesta a disposición de un patrullero para ser trasladado a la Jefatura de Policía.
3. Tras el cierre de la Basílica, se contactó inmediatamente con el escultor imaginero D. Luis Alvarez Duarte -quién formó parte de las comisiones de seguimiento de las dos últimas restauraciones del Señor y conoce a la perfección su estructura internael cual se personó en la Basílica a fin de evaluar el estado de la Sagrada Imagen. En su informe, establece que los daños se circunscriben exclusivamente al sistema interno de sujeción del brazo derecho con el hombro, al haberse partido la articulación como consecuencia del forcejeo. Evacuado este informe, la Junta de Gobierno reunida en Cabildo Extraordinario acordó acometer la inmediata restauración de esta pieza, previo examen radiológico del interior de la Sagrada Imagen –que ha sido realizado en la mañana de hoy- y una vez recabada la opinión de los restauradores del Señor, Joaquín y Raimundo Cruz Solís e Isabel Pozas. Se estima por parte del sr. Alvarez Duarte que la intervención requerirá tan sólo unos días, tras lo cual el Señor será repuesto al culto, de lo cual se dará cumplida información.
4. La Hermandad desea agradecer las innumerables muestras de apoyo y cariño que en estas tristes horas nos han hecho llegar infinidad de hermanos, devotos y fieles en general, así como las de Hermandades e Instituciones, y muy especialmente la inmediata llamada recibida del Arzobispo de Sevilla, el Excmo. y Rvdmo. Sr. D. Juan José Asenjo Pelegrina, quién transmitió al Hermano Mayor su pesar y su oración por toda la Hermandad.
En Sevilla, a 21 de junio de 2010
LA JUNTA DE GOBIERNO
Fuente: Artesacro
]]>Recordad que Dios ha querido probarnos como a nuestros padres. Recordad lo que hizo con Abraham, las pruebas por que hizo pasar a Isaac, lo que aconteció a Jacob. Como les puso a ellos en el crisol para sondear sus corazones, así el Señor nos hiere a nosotros, los que nos acercamos a él, no para castigarnos, sino para amonestarnos.
Jdt. 8, 21b-23
Enrique Esquivias, Hermano Mayor del Gran Poder.
Enrique Esquivias ha asegurado que las escenas han sido grabadas por las cámaras de seguridad de la Basílica. En la descripción de los hechos, el hermano mayor del Gran Poder ha asegurado que el autor de los hechos le ha “arrancado de cuajo” el brazo al Señor aunque ha querido garantizar a los hermanos asegurando que los daños son “reparables”.
Fuente: Pasión en Sevilla.
Manuel García, Hermano Mayor de la Macarena.
“Quiero en primer lugar dar un abrazo fraterno a los hermanos del Gran Poder, con los que nuestra hermandad tiene unos vínculos tan fuertes. No he podido estar junto a ellos en la Basílica del Señor de Sevilla por una reciente operación, pero nuestro Teniente de Hermano Mayor ha estado con la junta de gobierno del Gran Poder en estos momentos tan duros. Estamos a su disposición para lo que necesiten. Este hecho es fiel reflejo de la sociedad que vivimos y del odio que existe desde muchos sectores por el orden establecido con continuos ataques a la familia y nuestra iglesia. Las cofradías como parte de la iglesia no se escapan, por desgracia, a estas atrocidades”
Fuente: Pasión en Sevilla.
Adolfo Vela, Hermano Mayor de la Esperanza de Triana.
El hermano mayor de la Esperanza de Triana, Adolfo Vela, ha lamentado los hechos ocurridos con la imagen del Gran Poder:
“Tengo una gran angustia desde que he sabido la noticia. Le he mandado un mensaje por teléfono móvil a Enrique Esquivias para reconfortarlo ya que no me parecía oportuno molestarlo en una noche tan amarga. En estos momentos, lo único que podemos hacer es estar todos junto al Señor y demostrarle nuestro amor y cariño. La hermandad sabe que nos tiene a su disposición para aquello que necesite".
La hermandad de la Esperanza de Triana, además, ha colgado en su página web un comunicado en el que expresa su pesar con las siguientes palabras:“Rabia, dolor, impotencia… Son algunos de los síntomas que en estos momentos sentimos todos los sevillanos y todos los cristianos al conocer la noticia del ataque que ha padecido la bendita y devotísima imagen de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder. Esta corporación se une al sufrimiento y a la angustia que están viviendo los hermanos y hermanas de nuestra querida Hermandad del Gran Poder, con la que tantos lazos fraternales mantenemos y con la que compartimos jornada en la Semana Santa para cumplir la estación de penitencia a la Santa Iglesia Catedral.”
Fuente: Pasión en Sevilla.
José María Ruiz Romero, Hermano Mayor del Cachorro.
“Quiero pensar que este sea un hecho aislado y que se trate de la acción de una persona perturbada. Me da miedo que este fatal hecho haya sido producido por otra causa, sobre todo con el estado de crispación que se vive en la sociedad actual. Nuestra corporación está totalmente al lado de nuestros hermanos del Gran Poder, así se lo he comunicado esta noche a su Hermano Mayor, Enrique Esquivias. Nuestra más enérgica condena a lo acaecido y solidaridad con esta hermandad. Estamos a su disposición para lo que puedan necesitar”.
Fuente: Pasión en Sevilla.
Consejo General del Consejo de Hermandades y Cofradías.
La Junta Superior del Consejo General de Hermandades y Cofradías de la Ciudad de Sevilla quiso hoy lamentar y condenar enérgicamente el “execrable atentado” perpetrado en ayer sobre la imagen de Jesús de Gran Poder. Un hecho éste que, según indicaron en un comunicado, “hiere en lo más profundo de sus sentimientos religiosos al mundo católico y a tantos hermanos y devotos del Señor de Sevilla".
«Hiere en lo más profundo de sus sentimientos religiosos al mundo católico»El Consejo también aprovechó para transmitir al Hermano Mayor, Junta de Gobierno y al resto de hermanos de la mencionada Hermandad sus “sinceras muestras de pesar y su total disponibilidad para cuanto puedan necesitar".
Asimismo, aseguraron que elevarán sus oraciones al Señor del Gran Poder para que “hechos tan lamentables y trascendentes no vuelvan a repetirse". “Y hacemos votos por una sociedad donde impere la justa tolerancia y el respeto a nuestra fe, creencias y devociones", añadió la Junta Superior del Consejo.
Fuente: ABC de Sevilla.
Juan Ignacio Zoido, candidato del PP a la Alcaldía de Sevilla.
Juan Ignacio Zoido, lamentó hoy “profundamente, desde mis más hondas creencias y devociones religiosas” el ataque sufrido por Jesús del Gran Poder en la tarde noche de ayer. Zoido continuó diciendo en rueda de prensa, que “hoy es un día triste para todos los sevillanos, porque ha sido atacada y profanada una de las principales devociones de la ciudad, y uno de sus principales símbolos, independientemente de las creencias religiosas de cada uno”
Zoido también tuvo palabras de alivio poque “afortunadamente no le ha pasado nada a la imagen, pero ha sido un hecho triste y lamentable que ha encogido el corazón a toda la ciudad".
Fuente: ABC de Sevilla
]]>¡Ten misericordia de nosotros Señor!
Un individuo atacó al Señor del Gran Poder con violencia en la tarde de ayer, arrancándole el brazo derecho. El suceso ocurrió al finalizar la misa de las 20:30 horas, en torno a las 21:00 horas.
Fue entonces cuando un señor joven y alto - de unos 30 años - según describen testigos presenciales subió las escaleras del camarín, puso el pie en la peana del Señor y llegó hasta la imagen. Inmediatamente comenzó a darle patadas a la talla. Posteriormente, se agarró al brazo derecho y tiró de él con violencia hasta el punto de arrancárselo junto a parte de la túnica.
El brazo nunca llegó a tocar con el suelo pues quedó pendiendo la articulación y la túnica.
En ese momento, dos policías nacionales de paisano que estaban escuchando misa redujeron al individuo consiguéndolo detener.
Retirado del culto
La imagen fue sido retirada del culto y, en breve, será examinada por los Hermanos Cruz Solis. No obstante, ayer noche Luís Álvarez Duarte, ya estuvo visitando al Señor con objeto de evaluar el estado en el que ha quedado la talla tras el ataque.No obstante, ya anoche el hermano mayor del Gran Poder, Enrique Esquivias, reconocía que los hechos se han producido de forma “muy violenta” pero que los daños ocasionados “son reparables”.
Los feligreses que han visto, de primera mano, la agresión al Señor, manifestaban su estupor ante la imagen contemplada. “Finalizó la misa, y cuando me marchaba, escuché a la gente gritar alarmada, me volví y ví que el Señor se estaba tambaleando y que un hombre estaba tirando del brazo. Ha sido horrible", asegura una de las testigos.
“El Hijo de Dios soy yo”
Al ser interrogado por el hecho, el detenido ha reconocido en la Sacristía de la Basílica que “el Hijo de Dios soy yo". Este hecho da muestras que, probablemente, se trate de un enfermo mental que haya podido padecer un momento de crisis.
Solidaridad
El hermano mayor ha recibido la visita del presidente del Consejo, Adolfo Arenas, que le ha mostrado su pesar por tan triste acontecimiento. Igualmente, Esquivias fue telefoneado por el Delegado del Gobierno en Andalucía, Juan José López Garzón, y por la Delegada del Gobierno de la Junta en Sevilla, Carmen Tovar. Ambos le han mostrado su disposición para lo que la hermandad necesite.
Fuente: Pasión en Sevilla
Suceso importante. Un ‘feligrés’ le arranca un brazo al Gran Poder
José Luis Martínez. La noticia saltó a media tarde de ayer según pudo conocer y que adelantó en primicia este portal cofradiero.
Durante unas de las misas de esta tarde un ‘feligrés’ se ha acercado parece ser con un con un palo de madera a la imagen del Gran Poder.
Según testigos presenciales aseguraron a este portal cofradiero que en mitad de la celebración de la misa “uno de los asistentes se ha subido con un palo atizándo a la imagen en uno de los brazos". Hasta el momento no hay datos sobre los posibles daños que ha podido sufrir la imagen, aunque cada vez tiene más fuerza la veracidad del incidente. Parece ser que también ha podido verse afectado un brazo derecho del Señor y parte de la túnica. Los rumores se acercan bastante la posibilidad de que el individuo haya podido conseguir en su ataque arrancarle el brazo a la imagen.
Según pudo conocer Arte Sacro, el predidente del Consejo de Cofradías, Adolfo Arenas (hermano del Gran Poder) y el secretario del Consejo, Manuel Nieto acudieron a la Basílica nada más conocer la noticia.
Policias de paisano (Novedad)
Según declaró a Arte Sacro el hermano mayor del Gran Poder Enrique Esquivias, “gracias a dos policias de paisanos que estaban presentes en la misa la cosa no hay ido a más. La primera impresión que tenémos es que la persona quería tirar al Señor de ahí que al tirar del brazo se lo arrancara. Pero aún no sabémos más. Ahora habrá que esperar a que lo interrogen. Eso sí, la imagen no ha sufrido daños importantes ni dignos de ser resaltados, amén del brazo arrancado". Tras lo sucedido, la junta se reunió en cabildo de oficiales para analizar todo lo sucedido, mientras que la imagen, sin el brazo derecho, era retirada al culto.
Resúmen de los hechos
El individuo subió por detrás, por el acceso de los fieles al besapies del Señor. Apoyándose en la barandilla y la peana intentó tirar al Gran Poder, pero la dificultad de los cristales se lo impidieron, aunque sí logro arrancar el brazo al Nazareno y rasgas la túnica. Dos policías nacionales de paisano lograron reducirlo, aunque en un principio fue el sacristán el que atajó el ataque.
El Señor ha sufrido la rotura de la espiga que une el brazo al hombro, reparación leve para lo cual ya había sido avisado Luis Álvarez Duarte, a la vez que se retiraba al Señor del Culto.
A lugar acudieron la policía científica, además del Presidente y Secretario del Consejo de Cofradías. Las cámaras de seguridad que graban al Señor las 24 horas serán estudiadas para ver el antes y durante del ataque, así como si el presunto autor iba sólo o acompañado al acceder al Camarín.
Vieja oración al Señor de Sevilla.
Padre Nuestro Gran Poder,
danos tu paz amorosa,
y tu Cruz, en cada cosa
que nos quieras conceder;
el pan nuestro merecer
al filo de cada día,
el alcanzar la alegría,
de tu divino consuelo,
y el ir, de Madrid al Cielo,
después de nuestra agonía.
Fuente: Artesacro
Sevilla vivió anoche un auténtico «shock», uno de esos hechos que tocan las entrañas de la ciudad, sus bases, su rico patrimonio sentimental: el Gran Poder, el Señor de Sevilla, fue atacado durante la misa en su basílica por un individuo —Luis C.O.— que acabó arancándole a la imagen parte de la túnica, de la camisa y el brazo derecho, descolgado de su articulación. Fue al final de la misa de las 20.30. Según narró el propio hermano mayor de la Hermandad del Gran Poder, Enrique Esquivias, minutos después del incidente, un hombre «de aspecto normal y de unos 40 años» se acercó a la parte trasera del camarín, realizando el recorrido del habitual besapié, que es permanente en el Gran Poder. Nadie vio nada extraño en su comportamiento, pero al llegar a los pies del Cristo, esta persona dejó en el suelo la mochila que portaba, comenzó a dar patadas al pedestal y se agarró a la manga de las vestiduras del Señor, tirando con fuerza de ellas en repetidas ocasiones. De hecho, llegó a encaramarse sobre el propio camarín, agarrando directamente la imagen, hasta acabar arrancando el brazo derecho. Además, propinó a la talla, enfurecido, algunos golpes.
En ese momento, y en pleno ataque de histeria de muchos de los presentes, el sujeto fue reducido por un par de agentes de paisano de la Policía Nacional que, casualmente, se encontraban en el templo en ese momento. Al ser interceptado, ya en la sacristía, este hombre aseguró a los policías que había atacado al Gran Poder porque se consideraba «el hijo de Dios» y que traía «un mensaje». Se trata, según lo que se apuntó ya ayer, de una persona con las facultades perturbadas y de nacionalidad española, concretanmente de la provincia de Sevilla. El individuo fue detenido y, tras la llegada de refuerzos policiales, fue trasladado a la Inspección Central de Guardia, la sede policial situada junto a la central de Blas Infante. Una vez retenido el agresor en la basílica, la misa continuó y fue al final de la misma cuando la hermandad decidió cerrar las puertas de la iglesia.
El hermano mayor explicó que, efectivamente, el brazo derecho del Señor había quedado descolgado al desprenderse de la propia articulación (de galleta, tradicional, de la que se rompió la llamada «espiga»), pero «no se trata de un daño irreparable, nada que no pueda restaurarse sino algo perfectamente subsanable». El brazo del Señor no llegó a caer al suelo, pues quedó sujeto con la propia túnica, que se rompió al igual que la camisa que cubre la imagen.Reparación de urgencia
La Policía Científica llegó al templo pasadas las diez y media de la noche y estuvo trabajando hasta medianoche recabando datos. Sobre las once y cuarto de la noche apareció por la basílica el imaginero Luis Álvarez Duarte para hacerle una reparación de urgencia al Señor, que se mantuvo en el mismo sitio, sobre su pedestal, una vez acabada la misa y cerradas las puertas. Eso sí, tal y como se informó desde la hermandad, el Gran Poder se retirará del culto de momento hasta que quede completamente restaurado. En las próximas horas se dirimirá dónde se realizará el arreglo de la talla. El brazo quedó custodiado por la hermandad. Las puertas del templo abrirán hoy, pero sin el Señor de Sevilla presente.
El hermano mayor, Esquivias, fue preguntado sobre las medidas de seguridad y la necesidad de incrementarlas ante hechos como éste en la misma puerta del templo, pero se limitó a explicar que «es precipitado valorar de momento la manera de exponer el Señor al culto o restringir el acceso del público al camarín». «Si fuera una obra de arte estaría en una vitrina, pero se trata de una imagen de culto», indicó Esquivias.«Ha sido espantoso»
Las reacciones entre la multitud de fieles que presenciaron el hecho durante la misa fueron muchísimas y todas cargadas del lógico nerviosismo de haber presenciado un incidente como ese. Una de las personas presentes en la basílica, Pilar, explicaba a este periódico que «cuando la gente se quiso dar cuenta, este señor estaba subido en el camarín y dando golpes al Señor, tirando con fuerza de la túnica hasta partirla. Ha sido espantoso, todo el mundo se ha puesto muy nervioso y había mucha gente llorando». Al retener al agresor, con los gritos del incidente, muchas de los presentes salieron corriendo del templo a la misma Plaza de San Lorenzo.
Otro de los fieles, Antonio, indicaba que todo había sido «muy rápido, todo de repente, el tipo se ha subido y la ha emprendido a golpes con el Gran Poder. Menos mal que lo han reducido rápido, porque podía haber sido mucho peor. Es que nadie vigila quién sube, y cualquier loco puede plantarse allí y cometer un acto como ese». «Ha sido espantoso —relataba otra señora—, espantoso de verdad. Nos hemos asustado todos muchos porque nadie esperaba algo así».
Son pocos, prácticamente nulos, los antecedentes de este tipo con imágenes sagradas en Sevilla. Prácticamente sólo se recuerda la famosa salida en Semana Santa de la Hermandad de La Estrella en 1932, cuando se le lanzaron huevos al Señor y hubo hasta tiros delante del paso de la Virgen. Algo parecido a lo de ayer le ocurrió hace varios años varios años a La Piedad del Vaticano, a la que se le propinaron varios martillazos.
Fuente: ABC de Sevilla
]]>Para que la vida política recupere su perdida dignidad, es preciso que vuelva a alentar en el pueblo el sentimiento de la grandeza de la función gubernativa y de las altas exigencias humanas que dicha tarea implica. Ello vendría a significar justamente lo contrario de una magnificación totalitaria del poder. A lo que aquí se alude es más bien a la necesidad de ir creando en la conciencia del pueblo, merced a una tenaz labor de educación y formación, una imagen que no deje el menor lugar a dudas sobre los presupuestos de orden humano en que ha de fundarse el ejercicio del poder.
Sería preciso, por ejemplo, que fuese claro y evidente, aun para el más simple, que allí donde falten la prudencia y la justicia, falta el elemento de aptitud humana sin el cual no es posible desempeñar en su plenitud de sentido el ejercicio del poder. Estas dos virtudes cardinales son, como puede leerse en la Política de Aristóteles y en la Summa theologica de Santo Tomás, las virtudes distintivas del príncipe o gobernante. Ahora bien, la imagen del prudente que propone la ética occidental no es ni mucho menos la del simple «táctico», que sabe obtener con éxito lo que se propone. Por prudencia se entiende la objetividad que se deja determinar por la realidad, por la visión de lo que existe; prudente es el que sabe escuchar en silencio, el que es capaz de dejar que se le diga algo, por tal de alcanzar un conocimiento más exacto, más claro y más rico de lo real. SI esta medida tuviera efectiva vigencia, ello vendría a significar que sin necesidad de proceder a una repulsa formal y ya antes de entrar en discusión, quedaría eo ipso descartado de toda elección el hombre irreflexivo, parcial, que se deja levar ante todo por el afecto o por la voluntad de poder, pues de antemano se le daría por inepto para dar cumplimiento a la justicia del gobernante, que es la iustitia distributiva y cuya función consiste en lo siguiente: procurar de un lado el bien común al mismo tiempo que se respeta la dignidad del individuo y se da a éste lo que es suyo.
Las virtudes fundamentales, Josef Pieper. Ed. Rialp, 9ª edición, 2.007; págs. 148-149
]]>Según se colige de la noticia, por problemas urbanísiticos, los musulmanes no tienen mezquita, ante lo cual, el sacerdote Henry Remy, de la Iglesia de Saint-Lambert Jumet, en Bélgica, cerca de Charleroi, les abrió las puertas. Parece que los musulmanes ocultaron las cruces para celebrar sus cultos.
Según el sacerdote, esto era una oportunidad única para “dialogar", ya que rezan al mismo Dios, pero a su manera.
Claro, si en Bélgica se les permite, pensarán los moros, ¿por qué no en Córdoba?
¡Señor ven pronto!
p.s. El contenido de la noticia se encuentra en DICI.
]]>Éramos pocos y parió la abuela. Tras la polvareda levantada por la decisión de la Esperanza de Triana de no atender al caprichoso asunto de las JMJ, sólo faltaban las declaraciones de Adolfo Arenas, a la sazón presidente del Consejo de Hermandades y Cofradías de Sevilla, para rematar la faena.
Por lo visto al Presidente le hubiese gustado que alguna imagen se trasladase a Madrid - ¿y por qué no el Cristo de la Clemencia de la Catedral? Para trasladarlo no habría que haberle pedido permiso a hermandad alguna -; aunque yo creo que lo realmente hubiese sido maravilloso es que el presidente del Consejo, en vez de reunirse ayer con el Alcalde socialista Monteseirín para negociar las prebendas y ayuditas – el convenio le llaman, eso sí, con voz engolada - lo que tendría que haberle pedido al ruinoso Alcalde es que se abstuviese de salir delante de los pasos con una vara, por ejemplo. O que hubiese dimitido en pleno tras el lamentable espectáculo que se dió con el pregón de la Semana Santa de este año. O sea.
Según ha expresado el señor Arenas – no confundir con Javier Arenas – le hubiese gustado que una imagen hubiese ido a Madrid porque:
A las hermandades no tenemos por qué situarlas, localistamente y limitadamente en una zona concreta. Eso no viene en ningún sitio. Tradición. ¿Y qué es la tradición?
¿Y tú lo preguntas, Adolfo, «mientras clavas en mi pupila tu pupila azul»? ¿Así que el presidente del Consejo no sabe qué es o no es tradición? Pues poniendo otro ejemplo, el Consejo no es tradición, ya que su aparición en el mundo de las cofradías se remonta a la década de los años treinta del siglo pasado y viendo, además, para lo que ha quedado, mejor sería eliminarlo.
Pero no quedó la cosa ahí. Preguntado el ex – hermano mayor de la Hiniesta, sobre las declaraciones de Monseñor Asenjo respecto a la formación, manifestó lo siguiente:
«¿Y lo duda alguien? Pero no sólo en la formación cofrade, sino en todos los terrenos. Es verdad que nos queda mucho camino por hacer, pero también hay que tener en cuenta el que hemos recorrido, que no se olvide». «Las hermandades deben aprender y deben saber cómo andar por este mundo. Y es verdad que hace falta formación. Lo que no quiero es que por un suceso interno —refiriéndose a la decisión de la Esperanza de Triana— se vaya a correr una mancha de aceite sobre las hermandades».
Es decir, que las Hermandades con siglos de historia a sus espaldas, como agrupaciones de laicos pertenecientes a la Iglesia, lo que tienen que saber es cómo andar por este mundo, no mirar a Cristo, referirse a Él siempre, y estar atento al Magisterio de la Iglesia.
Efectivamente, Adolfo, como ha señalado muy bien el Arzobispo, hace falta formación. Especialmente para el Consejo de Cofradías.
Noticia en Pasión en Sevilla
]]>Duras declaraciones las de Monseñor Asenjo, respecto a la negativa de la Hermandad de la Esperanza de Triana a mandar a su Titular a Madrid.
Duras y dolorosas, porque quizás no hayan sido del todo justas.
La determinación tomada por la Hermandad de la Esperanza de Triana, representada en su Cabildo de hermanos, negándose a trasladar a su Titular a Madrid, haya sido una decisión cabal. Las imágenes devocionales no están para montar un espectáculo sacro en forma de Via Crucis. Para un Vía Crucis, basta una cruz, como la que porta el Papa el Viernes de Parasceve. Nada más, pero nada menos.
Las hermandades de penitencia sevillanas y andaluzas, con siglos de historia a sus espaldas, tienen otra misión. Y sus imágenes titulares tienen que estar o en sus Iglesias, para sus devotos, o en el paso, en Semana Santa. Otra cosa sería descontextualizarlas, desnaturalizarlas, cosificarlas, reducirlas a meras obras de arte que se pueden trasladar.
Es comprensible que Monseñor Asenjo se haya sentido molesto con la decisión tomada por la Hermandad, pero de ahí a tildar el hecho como una falta de eclesialidad, va un gran trecho, nunca mejor dicho. Primero, porque la Hermandad no tiene obligación de enviar a su Titular a Madrid; segundo, porque la participación en las JMJ no es obligatoria; y tercero, porque no se puede confundir al Cardenal Rouco, ni a la organización con toda la Iglesia. Además, ¿lo ha pedido el Santo Padre? Parece que no. Igualmente, que no haya una imagen sevillana en Madrid, no quiere decir que la ciudad no esté representada: supongo que habrá sevillanos en Madrid que representarán perfectamente a la ciudad.
Tiene razón, por otra parte, el Arzobispo de Sevilla cuando dice que las Hermandades adolecen de falta de formación, especialmente espiritual añadiría yo. En efecto, el daño causado ha sido mucho y grande, peo ahora bien, ¿es culpa de los fieles? ¿No hay acaso una escala de responsabilidades entre los que han llevado a las hermandades a la situación actual? ¿Acaso son los fieles los que están investidos de autoridad o los que administran los sacramentos? Es más, si estas formas de piedad popular se han conservado, ha sido gracias a los fieles que han sido instrumentos inútiles de Dios, no por algunos sacerdotes y obispos, que han mostrado en muchos casos un desprecio muy grande por la religiosidad popular. Un ejemplo patente son los dominicos de San Jacinto, que echaron de allí a las tres hermandades que residían en la Iglesia: la Estrella, la Esperanza de Triana y el Rocío de Triana. De todas formas, y a pesar de la falta de formación, la decisión de la Hermandad ha estado llena de cordura.
Es muy doloroso ver como el obispo ha arremetido de esta forma contra la parte más débil, la Hermandad, que está compuesto al fin y a la postre, en su mayoría, de seglares. Contrasta sin embargo, la afabilidad con la que ofreció su báculo al pregonero de la Semana Santa de este año, Antonio García Barbeito, tras el lamentable pregón que hizo, o el no haber cesado inmediatamente al Consejo de Hermandades y Cofradías por tan lamentable decisión, o no haber saltado a la palestra, defendiendo al Hermano Mayor de los Javieres, ante las agresiones verbales que estaba recibiendo por no decir más que la verdad sobre el pregonero y su elección. ¡Ojalá se hubiese expresado Monseñor con la misma contundencia cuando se escenificó la penosa actuación del Cabildo catedralicio y su manifiesto contra el aborto! - ¿hace falta que un Cabildo Catedral se manifieste contra el aborto?, ¿no se presupone, como la valentía al soldado? -. E igualmente con el Seminario de Sevilla y su lamentable situación.
No parece la mejor manera de ejercer la autoridad el cebarse con los más débiles.
De todas formas esperemos que las aguas vuelvan a su cauce. La Archidiócesis necesita que D. Juan José se concentre en los problemas graves que tiene, y no que se distraiga con lo que ha sido una decisión justa de la Hermandad.
]]>Visto en:
]]>Aunque muchos no lo entiendan, especialmente fuera de Sevilla, la decisión de la Hermandad de la Esperanza de Triana de no enviar la Imagen del Santísimo Cristo de las Tres Caídas para el Vía Crucis que desean celebrar para las Jornadas Mundiales de la Juventud, el año que viene en Madrid, es todo un acierto.
Y es que para un Vía Crucis, como le leí a un sacerdote, hacen falta catorce cruces, no catorce pasos de misterio. Lo de querer montar un espectáculo cofradiero en Madrid, aprovechando la presencia de Su Santidad es un verdadero despropósito. Las imágenes están para el culto y no para el cachondeo. Esto no es un jueguecito. Estamos hablando de corporaciones, que tienen varios siglos a las espaldas: algunas contemporáneas del Descubrimiento de América. Y así hasta hoy. ¿Cuántas asociaciones de la Iglesia, de laicos además, tienen tantos siglos de historia? Pues eso.
Es una cuestión sencilla y simple de seriedad. Una imagen no se puede sacar de su lugar de culto. Eso es una aberración. En Andalucía en general, y en Sevilla en particular, las imágenes no están escondidas, ni tampoco están en locales ni museos, sino en Iglesias, donde los fieles diariamente visitan a las imágenes de su devoción.
En vez de querer convocar un macrofestín cofrade, creando un problema además donde no lo hay, porque esto no es un desplante al Papa sino a una organización que piensa que la religiosidad popular es una guasa, lo que habría que hacer es formar espiritualmente a los cofrades. Esa sería la mejor obra para las Jornadas Mundiales de la Juventud del año que viene.
Lo que dice el Maestro Burgos.
]]>En ut superba criminum
Et saeva nostrorum cohors
Cor sauciavit innocens
Merentis haud tale Dei!
Vibrantis hastam militis
Peccata nostra dirigunt:
Ferrumque dirae cuspidis
Mortale crimen acuit.
Ex corde scisso Ecclesia
Christo jugata nascitur:
Hoc ostium arcae in latere est
Genti ad salutem positum.
Ex hoc perennis gratia,
Ceu septiformis fluvius,
Stolas ut illic sordidas
Lavemus Agni in sanguine.
Turpe est redire ad crimina,
Quae cor beatum lacerent
Sed aemulemur cordibus
Flammas amoris indices.
Hoc Christe nobis, hoc Pater,
Hoc sancte dona Spiritus,
Quibus potestas, gloria
Regnumque in omne est saeculum.
Amen.
Mirad como la soberbia
y cruel cohorte de nuestros crímenes
ha herido el corazón inocente de Dios,
que no merecía tan mal trato.
Nuestros pecados,
dirigen la lanza vibrante del soldado,
y el hierro de la dura lanza
afiló nuestro crimen mortal.
La Iglesia, desposada con Cristo,
nace de su corazón abierto;
ésta es la puerta, puesta en el costado del arca,
para la salvación de las gentes.
De él brota gracia perenne,
como de río de siete brazos,
para que lavemos nuestros manchados vestidos
en la sangre del Cordero.
Vergonzoso es volver al crímen,
que desgarre al corazón sagrado;
hagamos arder en nuestro corazón este fuego,
signo de su amor.
A ti, Jesús, sea la gloria,
que por tu corazón viertes la gracia;
con el Padre y el Espíritu Santo,
en los siglos sempiternos. Amén.
Himno de Vísperas; Festividad del Sagrado Corazón de Jesús. Breviarium Romanum.
]]>Francesco Colafemmina (Fides et Forma) ha realizado una interesante entrada en su blog, que Coronel Kurtz (desde la boca del Grifo) ha traducido amablemente en su bitácora.
Aquí la dejo
JESUS MIRA ROMA CON PERFECTO AMOR…
por Francesco Colafemmina
En estos días me estoy preguntando incesantemente cuál es la calle por la que se encamina la Iglesia Católica… Una reflexión que nace de la consternación por la miseria que emerge lentamente y que se refiere a la condición de profunda corrupción de la jerarquía. Pido ayuda a los Padres de la Iglesia, reviso manuales del siglo XVIII, busco y rebusco en Santo Tomás y Santo Domingo, pero no puedo encontrar respuestas definitivas. ¿Es o no un misterio profundo la iniquidad que nos circunda? ¿Cómo pudo ocurrir que la Iglesia Católica se convirtiese en un círculo de negocios, poder, arrogancia, depravación y traición?
]]>Parece haber terminado, Dios quiera. Pero no podemos recurrir al paso del tiempo para disminuir la entidad de los escándalos. Se habla durante meses sólo de la cuestión pedófila. Pero sin embargo, es sólo la punta de un iceberg. El verdadero problema es el dinero, el poder, el hacer carrera. Estos elementos suelen ir acompañados de un séquito de perversiones sexuales. ¿Puede, entonces, la Iglesia ser rehén de una banda de mercenarios travestidos de sacerdotes, obispos y compañía? Porque, si bien, es obvio que al final en cualquier lado el bien y el mal conviven, es innegable que la preponderancia del mal, especialmente aquella que se ve enfatizada por los medios, termina recayendo de manera uniforme sobre todo el tejido eclesial. Y cuanto más elevados están los artífices del mal, tanto más extendida es su recaía sobre los pequeños.
Si, por ejemplo, los fieles suspendemos de una vez por todas el pago del 8 por mil a la Conferencia Episcopal Italiana. Si, indignados por el uso totalmente inadecuado de su dinero para alimentar una estructura de poder que no tiene nada que ver con la Iglesia de Cristo, si los fieles que dejasen de dar parte de su sueldo a la Iglesia, ¿quiénes se verían perjudicados? ¿Los prelados y monseñores que viven en penthouses romanos? ¿Los ricos en sotana que viajan en Audi o Mercedes? ¿Los ocultos manipuladores de dinero, propiedad inmobiliaria y acciones? ¡Por supuesto que no! Al final se verían afectados los buenos sacerdotes que pasan su existencia ayudando al prójimo y que lo hacen administrando, sin tener más ayuda de sus superiores que algo de dinero, como si la sola erogación bastase para satisfacer las exigencias espirituales de los fieles. ¡Figurémonos qué pasaría si hasta el dinero se acabase!
Mientras que tantos hombres corruptos y perversos travestidos como sacerdotes, obispos y cardenales continúan viviendo en su depravación y nadie logra despegarlos de sus cómodas poltronas, existe una Iglesia que sufre, que es atormentada por el dolor, el miedo y la consternación. Y no sabe más que aferrarse a Cristo y al Papa, sabiendo que la esperanza no sustituye el dolor, sólo lo alivia. Esta Iglesia está compuesta de muchos laicos y pocos eclesiásticos. Entre estos últimos, está con seguridad el Santo Padre, pero como un auténtico coloso en medio de una platea de enanos (…y bailarinas)!
De los muchos laicos, son pocos los que logran darse cuenta de la traición de una parte del clero. No quieren aceptarlo y a veces se comportan como las mujeres que no quieren aceptar la traición de sus maridos. Terminan por encontrar las excusas más absurdas para justificar a su cónyuge. Sólo con pruebas evidentes se convencen de haber vivido con traidores de la peor especie. Y allí nace la rabia, la indignación. Sólo en rara vez el perdón, la más de las veces la indiferencia. Entonces: ¿terminará así? Espero que no. Porque la fe que se ve hoy amenazada es la de los pequeños, los fieles puros de corazón, la de la gente simple, la de los trabajadores humildes que aman verdaderamente a la Iglesia y al Señor. No la fe de los poderosos, aquélla hecha de departamentos en la Via della Conciliazione o de casas que valen un milloncito de euros. Ésta no es la fe. ¡Ésta es la maldita hipocresía!
En cualquier caso, no deseo hacerla más larga de lo debido. Por ello dejo para vuestra meditación esta oración de fray Girolamo Savonarola. Un gran hombre que la Iglesia quemó en la Piazza della Signoria, sólo porque acusaba a la jerarquía de ese tiempo usando el siguiente tono: “nosotros conducimos los hombres a la simplicidad y las mujeres al vivir honesto, vosotros los conducís a la lujuria, la pompa y la soberbia, le habéis fallado al mundo y habéis corrompido a los hombres con la libídine, a las mujeres con la deshonestidad, a los niños los habéis conducido a la sodomía y a la miseria y a comportarse como prostitutas”. Un profeta, ¿no?
Jesús, dulce consuelo y sumo bien
de todo angustiado corazón,
mira Roma con perfecto amor.
¡Anda! mira con piedad en qué tormenta
se encuentra tu Esposa,
y cuánta sangre, ¡ay!, se espera,
si tu mano piadosa,
que en perdonar siempre se deleita,
no la retorna a aquella
paz, que tuvo cuando era menesterosa.
Mira la bondad que te movió antaño
a tomar humana carne,
y por nosotros hacerte como un gusano en tierra:
socorre a la Romana
santa Iglesia tuya, que el demonio aterra,
rompiendo los nervios y los huesos,
si no atiendes sus crueles golpes.
¿Dónde está, Señor, tu antigua piedad,
y la Sangre en tierra derramada,
y la memoria eterna de tu Hijo?
Ahora extinguido parece y arrasado
todo buen espíritu y todo buen consejo:
no veo sino espadas.
Jesús, perdona nuestras iniquidades.
Abre ya, Señor, tu costado,
y deja penetrar
de tus devotos siervos la plegaria:
Jesús, no te enojes;
socorre pronto a tanta destrucción:
renueva nuestro estado,
pues el gran Pastor nos ha sido quitado.
Tú nuestro Redentor y nuestro Padre,
Tú eres nuestro refugio,
nuestra fuerza y nuestra reciedumbre,
en este frágil claustro,
donde bien ciego está quien no alza el lamento
ante estas armadas escuadras
contra nuestra sacrosanta Madre.
Si esta vez tu fuerte mano
no toma por Ella las armas,
habiéndose apagado toda luz,
sin duda alguna me parece
que todo culto y hábito bueno
se perderá para nuestro daño,
o quedará Roma en gran congoja.
Convierte, Señor mío, estas terrenas
almas nuestras al reino
donde haya paz para tu santa Esposa:
por aquel piadoso leño
que en tierra y cielo la hizo gloriosa,
a Ti piedad corresponde:
huérfanos somos, y Tú nuestra esperanza.
Jesús, dulce consuelo y sumo bien,
de todo angustiado corazón,
Mira Roma con perfecto amor.
¿Por qué le bailan el agua al PP en la COPE? ¿Quieren dirigir el voto de los católicos, en el ámbito nacional, hacia un partido que no se opone al aborto?
¡Ah sí, es el ideario! Es que no había caído…..
Fuente: Manifiesto por la vida
La COPE vuelve a permitir a los peperos que engañen a sus oyentes sobre la defensa de la vida
]]>El pasado sábado la cadena de la conferencia episcopal emitió una entrevista (pinchar para escucharla) a la política a sueldo del Partido Popular Ana Pastor. Es la entrevista, cuyo título en la página de la COPE es “Ana Pastor en COPE: “Lo más importante es el derecho a la vida””, el periodista pregunta por las razones por las que el PP ha presentado en el tribunal constitucional un recurso a la ley Aído. La politica da tres argumentos: va contra la constitución por que atenta contra la doctrina del tribunal, porque viola la patria potestad de los padres y porque atenta contra la libre conciencia del médico. Sin embargo, en el transcurso de la entrevista, Ana Pastor, exministra de Sanidad, promotora de la introducción en España de las píldoras abortivas RU-486, aprobada por el PP en el año 2000, y de la Píldora postcoital introducida en el Sistema público de salud por Ana Pastor en 2001; y artífice de la ley Pastor, ley 45/2003, que introdujo en España el diagnostico prenatal- preimplantacional, que permite la experimentación y eliminación de embriones, es decir, de vidas humanas; dice (exáctamente a partir del minuto 4:06): “nada es más importante que el derecho a la vida”. Nada de particular tiene que un político mienta descaradamente y actúe con total hipocresía y falta de vergüenza. Sin embargo es de lamentar que un medio de comunicación que al ser católico debería aliniarse en defensa de la vida, no lo haga, y permita de políticos que son manifiestamente contrarios a ésta hagan propaganda engañando a sus oyentes desde sus micrófonos.
Pero las intenciones antivida del PP y de Ana pastor no son sólo cosa del pasado, de las legislaturas de Aznar. En la siguiente pregunta el periodista preguna claramente a Ana Pastor si el PP llevará en su programa electoral la derogación de la ley del aborto (minuto 5:38 de la entrevista). La promotora de la PDD tras irse por los cerros de Úbeda durante 1 minuto y 20 segundos, da a entender que no, puesto que aclara que su partido tendrá el mismo programa electoral que en 2008 en estos temas. Por supuesto en 2008 no se planteaba la derogación de ninguna ley abortista en el PP.
Homilías como ésta, de la festividad del Corpus Christi, demuestran que Benedicto XVI, Joseph Ratzinger, ha superado a todos los teólogos de su tiempo, desde el afamado Rahner hasta su antiguo colega Küng, convirtiéndolos en verdaderos enanos a su lado.
Queridos hermanos y hermanas
El sacerdocio del Nuevo Testamento está estrechamente ligado a la Eucaristía. Por esto hoy, en la solemnidad del Corpus Domini y casi al término del Año Sacerdotal, somos invitados a meditar sobre la relación entre la Eucaristía y el Sacerdocio de Cristo. En esta dirección nos orientan también la primera lectura y el salmo responsorial, que presentan la figura de Melquisedec. El breve pasaje del Libro del Génesis (cfr 14,18-20) afirma que Melquisedec, rey de Salem, era “sacerdote del Dios altísimo", y por esto “ofreció pan y vino” y “bendijo a Abraham", que volvía de una victoria en la batalla; Abraham mismo le dio el diezmo de todo. El salmo, a su vez, contiene en la última estrofa una expresión solemne, un juramento de Dios mismo, que declara al Rey Mesías: “Tú eres sacerdote para siempre / a semejanza de Melquisedec” (Sal 110,4); así el Mesías es proclamado no sólo Rey, sino también Sacerdote. De este pasaje parte el autor de la Carta a los Hebreos para su amplia y articulada exposición. Y nosotros lo hemos recogido en el estribillo: “Tu eres sacerdote para siempre, Cristo Señor": casi una profesión de fe, que adquiere un particular significado en la fiesta de hoy. Es la alegría de la comunidad, la alegría de la Iglesia entera, que contemplando y adorando al Santísimo Sacramento, reconoce en él la presencia real y permanente de Jesús sumo y eterno Sacerdote.
La segunda lectura y el Evangelio llevan en cambio la atención al misterio eucarístico. De la Primera Carta a los Corintios (cfr 11,23-26) se ha tomado el pasaje fundamental en el que san Pablo recuerda a esa comunidad el significado y el valor de la “Cena del Señor", que el Apóstol había transmitido y enseñado, pero que corría el riesgo de perderse. El Evangelio en cambio es el relato del milagro de los panes y de los peces, en la redacción de san Lucas: un signo atestiguado por todos los evangelistas y que preanuncia el don que Cristo hará de sí mismo, para dar a la humanidad la vida eterna. Ambos textos ponen de relieve la oración de Cristo, en el momento de partir el pan. Naturalmente, hay una diferencia clara entre los dos momentos; cuando reparte los panes y los peces a la multitud, Jesús da gracias al Padre celestial por su providencia, confiando en que Él no hará faltar el alimento a toda aquella gente. En la Última Cena, en cambio, Jesús transforma el pan y el vino en su propio Cuerpo y Sangre, para que los discípulos puedan nutrirse de Él y vivir en comunión íntima y real con Él.
La primera cosa que hay que recordar siempre es que Jesús no era un sacerdote según la tradición judaica. La suya no era una familia sacerdotal. No pertenecía a la descendencia de Aarón, sino a la de Judá, y por tanto legalmente le estaba excluida la vía del sacerdocio. La persona y la actividad de Jesús de Nazaret no se colocan en la estela de los sacerdotes antiguos, sino más bien en la de los profetas. Y en esta línea, Jesús tomó distancia con una concepción ritual de la religión, criticando la postura que daba mayor valor a los preceptos humanos ligados a la pureza ritual más que a la observancia de los mandamientos de Dios, es decir, al amor de Dios y al prójimo, que como dice el Evangelio, “vale más que todos los holocaustos y sacrificios” (Mc 12,33). Incluso dentro del Templo de Jerusalén, lugar sagrado por excelencia, Jesús lleva a cabo un gesto exquisitamente profético, cuando expulsa a los cambistas y a los vendedores de animales, cosas todas que servían para la ofrenda de los sacrificios tradicionales. Por tanto, Jesús no es reconocido como un Mesías sacerdotal, sino profético y real. También su muerte, que nosotros los cristianos llamamos justamente “sacrificio", no tenía nada de los sacrificios antiguos, al contrario, era totalmente lo opuesto: la ejecución de una condena a muerte, por crucifixión, la más infamante, sucedida fuera de los muros de Jerusalén.
Entonces, ¿en qué sentido Jesús es sacerdote? Nos lo dice precisamente la Eucaristía. Podemos volver a partir de esas sencillas palabras que describen a Melquisedec: “ofreció pan y vino” (Gn 14,18). Y esto es lo que hizo Jesús en la Última Cena: ofreció pan y vino, y en ese gesto se resumió totalmente a sí mismo y a su propia misión. En ese acto, en la oración que lo precede y en las palabras que lo acompañan está todo el sentido del misterio de Cristo, tal y como lo expresa la Carta a los Hebreos en un pasaje decisivo, que es necesario citar: “Habiendo ofrecido en los días de su vida mortal – escribe el autor, refiriéndose a Jesús – ruegos y súplicas con poderoso clamor y lágrimas al que podía salvarle de la muerte, fue escuchado por su actitud reverente, y aun siendo Hijo, con lo que padeció experimentó la obediencia; y llegado a la perfección, se convirtió en causa de salvación eterna para todos los que le obedecen, proclamado por Dios Sumo Sacerdote a semejanza de Melquisedec” (5,8-10). En este texto, que claramente alude a la agonía espiritual del Getsemaní, la pasión de Cristo se presenta como una oración y como una ofrenda. Jesús afronta su “hora”, que lo conduce a la muerte de cruz, inmerso en una profunda oración, que consiste en la unión de su propia voluntad con la del Padre. Esta doble y única voluntad es una voluntad de amor. Vivida en esta oración, la trágica prueba que Jesús afronta es transformada en ofrenda, en sacrificio viviente.
Dice la Carta que Jesús “fue escuchado". ¿En qué sentido? En el sentido de que Dios Padre lo liberó de la muerte y lo resucitó. Fue escuchado precisamente por su pleno abandono a la voluntad del Padre: el designio de amor de Dios ha podido realizarse perfectamente en Jesús, que, habiendo obedecido hasta el extremo de la muerte en cruz, se ha convertido en “causa de salvación” para todos aquellos que Le obedecen. Se ha convertido en Sumo Sacerdote por haber tomado Él mismo sobre sí todo el pecado del mundo, como “Cordero de Dios”. Es el Padre el que le confiere este sacerdocio en el momento mismo en que Jesús atraviesa el paso de su muerte y resurrección. No es un sacerdocio según el ordenamiento de la ley mosaica (cfr Lv 8-9), sino “según el orden de Melquisedec", según un orden profético, dependiente sólo de su relación singular con Dios.
Volvamos a la expresión de la Carta a los Hebreros que dice: “aun siendo Hijo, con lo que padeció experimentó la obediencia”. El sacerdocio de Cristo comporta el sufrimiento. Jesús ha sufrido verdaderamente, y lo ha hecho por nosotros. Él era el Hijo y no tenía necesidad de aprender la obediencia, pero nosotros sí, teníamos y tenemos necesidad siempre de ella. Por ello el Hijo asumió nuestra humanidad y se dejó “educar” por nosotros en el crisol del sufrimiento, se dejó transformar por él, como el grano de trigo que para dar fruto debe morir en la tierra. A través de este proceso Jesús ha sido “perfeccionado” , en griego teleiotheis. Debemos detenernos en este término, porque es muy significativo. Éste indica el cumplimiento de un camino, es decir, precisamente el camino de educación y transformación del Hijo de Dios mediante el sufrimiento, mediante la pasión dolorosa. Es gracias a esta transformación que Jesucristo se ha convertido en “sumo sacerdote” y puede salvar a todos aquellos que se confían a Él. El término teleiotheis, traducida justamente como “hecho perfecto”, pertenece a una raíz verbal que, en la versión griega del Pentateuco, es decir, los primeros cinco libros de la Biblia, se usa siempre para indicar la consagración de los antiguos sacerdotes. Este descubrimiento es muy precioso, porque nos dice que la pasión fue para Jesús como una consagración sacerdotal. Él no era sacerdote según la Ley, pero lo ha llegado a ser de forma existencial en su Pascua de pasión, muerte y resurrección: se ofreció a sí mismo en expiación y el Padre, exhaltándolo por encima de toda criatura, lo ha constituido Mediador universal de salvación.
Volvamos, en nuestra meditación, a la Eucaristía, que dentro de poco estará en el centro de nuestra asamblea litúrgica. En ella Jesús anticipó su Sacrificio, un Sacrificio no ritual, sino personal. En la Última Cena Él actúa movido por ese “espíritu eterno” con el que se ofrecerá después sobre la Cruz (cfr Hb 9,14). Dando las gracias y bendiciendo, Jesús transforma el pan y el vino. Es el amor divino que transforma: el amor con que Jesús acepta por anticipado darse completamente a sí mismo por nosotros. Este amor no es otro que el Espíritu Santo, el Espíritu del Padre y del Hijo, que consagra el pan y el vino y cambia su sustancia en el Cuerpo y en la Sangre del Señor, haciendo presente en el Sacramento el mismo Sacrificio que se realiza después de forma cruenta en la Cruz. Podemos por tanto concluir que Cristo fue sacerdote verdadero y eficaz porque estaba lleno de la fuerza del Espíritu Santo, estaba lleno de toda la plenitud del amor de Dios, y esto precisamente “en la noche en que fue traicionado”, precisamente en la “hora de las tinieblas” (cfr Lc 22,53). Es esta fuerza divina, la misma que realizó la Encarnación del Verbo, la que transforma la extrema violencia y la extrema injusticia en un acto supremo de amor y de justicia. Esta es la obra del sacerdocio de Cristo, que la Iglesia ha heredado y prolonga en la historia, en la doble forma del sacerdocio común de los bautizados y del ordenado de los ministros, para transformar el mundo con el amor de Dios. Todos, sacerdotes y fieles, nos nutrimos de la misma Eucaristía, todos nos postramos a adorarLa, porque en ella está presente nuestro Maestro y Señor, está presente el verdadero Cuerpo de Jesús, Víctima y Sacerdote, salvación del mundo. ¡Venid, exultemos con cantos de alegría! ¡Venid, adoremos! Amén.
Fuente: Zenit.
También: Rorate Caeli
Con los lefebvrianos cuesta caro hacer ecumenismo
Quien dialoga con ellos corre el riesgo de ser acusado de traicionar el Concilio Vaticano II. El Papa lo intenta y un teólogo alemán vuelve a criticarlo. Pero mientras tanto, muchos grupos tradicionalistas ya han hecho las paces con la Iglesia
por Sandro Magister
ROMA, 2 de junio del 2010 – Dentro de dos días Benedicto XVI viajará ida y vuelta a Chipre. Será la primera vez que un Papa visitará la isla, invitado y recibido por la Iglesia ortodoxa local. Ni siquiera lo logró Juan Pablo II.
Esta visita será la enésima prueba de los progresos sin precedentes que el ecumenismo del Papa Joseph Ratzinger ha producido en pocos años en Oriente, con el amplio mundo de la ortodoxia.
Pero hay otro aspecto ecuménico sobre el que Benedicto XVI está comprometido.
Es el que tiene con los seguidores del arzobispo Marcel Lefebvre, hasta ahora en estado de cisma con la Iglesia de Roma por motivo de su rechazo de la totalidad del Concilio Vaticano II
]]>Al inicio del 2009, la decisión del Papa de cancelar la excomunión a los cuatro obispos ordenados ilícitamente por Lefebvre – decisión mal comunicada y mal comprendida dentro y fuera de la Iglesia – provocó un huracán de malentendidos y de polémicas.
Para aclarar el sentido de su gesto, el 10 de marzo del año pasado Benedicto XVI escribió una carta a los obispos. En la cual explicó que la revocatoria de la excomunión era un llamado “al arrepentimiento y al retorno a la unidad". Y ratificó que el camino de reconciliación aún faltaba recorrerse, ya que la discrepancia era de naturaleza doctrinal y se refería sobre todo a la aceptación del Concilio Vaticano II y el magisterio post-conciliar de los Papas.
Como confirmación de esta naturaleza doctrinal de la discrepancia, el Papa relacionó estrechamente la pontificia comisión “Ecclesia Dei” – encargada de dialogar con los lefebvrianos y con otros grupos afines – con la congregación para la doctrina de la fe.
En la misma carta a los obispos, Benedicto XVI explicó que el llamado a la unidad de fe debe valer para todos los cristianos. Y que por lo tanto no tiene sentido “dejar andar a la deriva lejos de la Iglesia” a los 491 sacerdotes, 215 seminaristas, 6 seminarios, 88 escuelas, 2 institutos universitarios, 117 religiosos, 164 religiosas y los miles de fieles que componen la comunidad lefebvriana.
Pero el Papa, lamentándose, también hizo notar que en la Iglesia existe una intolerancia contra los lefebvrianos que los golpea a ellos o a quienes osan acercárseles.
El mismo Benedicto XVI es blanco de esta intolerancia. Escribió a los obispos que por motivo de sus esfuerzos de reconciliar a los lefebvrianos con la Iglesia “algunos han acusado abiertamente al Papa de querer volver atrás hasta antes del Concilio Vaticano II".
Estas críticas han vuelto a aflorar recientemente también en formas teológicamente sofisticadas. Por ejemplo, en un comentario culto escrito por Eberhard Schockenhoff, profesor de teología moral en la universidad de Friburgo, en el número de abril del 2010 de la revista de los jesuitas alemanes “Stimmen der Zeit", reproducido en su totalidad en italiano en el último número de “Il Regno".
Schockenhoff es profesor de teología moral en la universidad de Friburgo y ha sido discípulo y asistente de Walter Kasper, hoy cardenal y presidente del pontificio consejo para la unidad de los cristianos.
En su comentario, justamente Schockenhoff escribe que la verdadera diferencia entre la Iglesia de Roma y los lefebvrianos no se refiere a la misa en latín y en el rito antiguo sino a la doctrina del Vaticano II, especialmente sobre la eclesiología y sobre la libertad de conciencia y de religión.
Pero escribe también que Roma se equivoca en elaborar interpretaciones restrictivas de los textos conciliares que ofrecer a los lefebvrianos con la esperanza que sean aceptadas por ellos. Porque, a juicio de Schockenhoff, es precisamente esto lo que estaría sucediendo en los encuentros a puertas cerradas promovidos por “Ecclesia Dei".
Roma – escribe Schockenhoff – querría arrancar un reconocimiento verbal de la libertad de conciencia y de religión, es decir de los pilares de la cultura moderna, precisamente de gente como los lefebvrianos que son los enemigos más irreducibles de la modernidad. Pero hacer eso es como intentar “la cuadratura del círculo", es decir, imposible. Ninguno creerá jamás en la sinceridad de una reconciliación como esa, aunque eventualmente fuera suscrita.
Al explicar la “acrobacia hermenéutica” con la que la Iglesia de Roma querría reconciliar consigo a los lefebvrianos con grave daño de la justa interpretación del Concilio, Schockenhoff cita repetidamente al teólogo Ratzinger y su “concepción platónico-agustiniana de la conciencia": una concepción “demasiado diferente” – escribe – de la declaración conciliar “Dignitatis humanae” sobre la libertad religiosa.
El ensayo de Ratzinger citado es de 1992. Pero inexplicablemente, Schockenhoff no cita un texto mucho más pertinente y reciente del mismo Ratzinger, en el ínterin convertido en Papa.
Este texto capital es la parte conclusiva del memorable discurso dado por Benedicto XVI a la curia romana el 22 de diciembre del 2005, sobre la interpretación del Concilio Vaticano II.
Al explicar cómo interpretar correctamente el Concilio, Benedicto XVI muestra como éste ha marcado efectivamente una novedad respecto al pasado, pero siempre en continuidad con “el patrimonio más profundo de la Iglesia".
Y como ejemplo logrado de este entretejerse entre novedad y continuidad el Papa ilustra precisamente las tesis conciliares sobre la libertad de religión: es decir el punto principal de ruptura entre la Iglesia y los lefebvrianos.
De este discurso suyo en adelante, es claro que para Benedicto XVI los lefebvrianos podrán reconciliarse con la Iglesia sólo si aceptan en todo lo que escribe la “Dignitatis humanae” en la interpretación que le ha dado el mismo Papa, y no otra interpretación más restrictiva, o “platónica-agustiniana".
A continuación, el amplio pasaje conclusivo del discurso de Benedicto XVI del 22 de diciembre de 2005.
Y luego, una detallada nota del padre Giancarlo Rocca, director del “Diccionario de los institutos de perfección", sobre grupos tradicionalistas que hasta ahora la pontificia comisión “Ecclesia Dei", la misma que se ocupa de los lefebvrianos, ha devuelto a la obediencia. La nota salió en “L’Osservatore Romano” del 11 de mayo del 2010.
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“EN ESTE PROCESO DE NOVEDAD EN LA CONTINUIDAD…”
por Benedicto XVI
[…] El Concilio debía determinar de modo nuevo la relación entre la Iglesia y la edad moderna. Esta relación tuvo un inicio muy problemático con el proceso a Galileo. Luego se rompió totalmente cuando Kant definió la “religión dentro de la razón pura” y cuando, en la fase radical de la revolución francesa, se difundió una imagen del Estado y del hombre que prácticamente no quería conceder espacio alguno a la Iglesia y a la fe. El enfrentamiento de la fe de la Iglesia con un liberalismo radical y también con unas ciencias naturales que pretendían abarcar con sus conocimientos toda la realidad hasta sus confines, proponiéndose tercamente hacer superflua la “hipótesis Dios", había provocado en el siglo XIX, bajo Pío IX, por parte de la Iglesia, ásperas y radicales condenas de ese espíritu de la edad moderna. Así pues, aparentemente no había ningún ámbito abierto a un entendimiento positivo y fructuoso, y también eran drásticos los rechazos por parte de los que se sentían representantes de la edad moderna.
Sin embargo, mientras tanto, incluso la edad moderna había evolucionado. La gente se daba cuenta de que la revolución americana había ofrecido un modelo de Estado moderno diverso del que fomentaban las tendencias radicales surgidas en la segunda fase de la revolución francesa. Las ciencias naturales comenzaban a reflexionar, cada vez más claramente, sobre su propio límite, impuesto por su mismo método que, aunque realizaba cosas grandiosas, no era capaz de comprender la totalidad de la realidad.
Así, ambas partes comenzaron a abrirse progresivamente la una a la otra. En el período entre las dos guerras mundiales, y más aún después de la segunda guerra mundial, hombres de Estado católicos habían demostrado que puede existir un Estado moderno laico, que no es neutro con respecto a los valores, sino que vive tomando de las grandes fuentes éticas abiertas por el cristianismo. La doctrina social católica, que se fue desarrollando progresivamente, se había convertido en un modelo importante entre el liberalismo radical y la teoría marxista del Estado. Las ciencias naturales, que sin reservas hacían profesión de su método, en el que Dios no tenía acceso, se daban cuenta cada vez con mayor claridad de que este método no abarcaba la totalidad de la realidad y, por tanto, abrían de nuevo las puertas a Dios, sabiendo que la realidad es más grande que el método naturalista y que lo que ese método puede abarcar.
Se podría decir que ahora, en la hora del Vaticano II, se habían formado tres círculos de preguntas, que esperaban una respuesta.
Ante todo, era necesario definir de modo nuevo la relación entre la fe y las ciencias modernas; por lo demás, eso no sólo afectaba a las ciencias naturales, sino también a la ciencia histórica, porque, en cierta escuela, el método histórico-crítico reclamaba para sí la última palabra en la interpretación de la Biblia y, pretendiendo la plena exclusividad para su comprensión de las sagradas Escrituras, se oponía en puntos importantes a la interpretación que la fe de la Iglesia había elaborado.
En segundo lugar, había que definir de modo nuevo la relación entre la Iglesia y el Estado moderno, que concedía espacio a ciudadanos de varias religiones e ideologías, comportándose con estas religiones de modo imparcial y asumiendo simplemente la responsabilidad de una convivencia ordenada y tolerante entre los ciudadanos y de su libertad de practicar su religión.
En tercer lugar, con eso estaba relacionado de modo más general el problema de la tolerancia religiosa, una cuestión que exigía una nueva definición de la relación entre la fe cristiana y las religiones del mundo. En particular, ante los recientes crímenes del régimen nacionalsocialista y, en general, con una mirada retrospectiva sobre una larga historia difícil, resultaba necesario valorar y definir de modo nuevo la relación entre la Iglesia y la fe de Israel.
Todos estos temas tienen un gran alcance —eran los grandes temas de la segunda parte del Concilio— y no nos es posible reflexionar más ampliamente sobre ellos en este contexto. Es claro que en todos estos sectores, que en su conjunto forman un único problema, podría emerger una cierta forma de discontinuidad y que, en cierto sentido, de hecho se había manifestado una discontinuidad, en la cual, sin embargo, hechas las debidas distinciones entre las situaciones históricas concretas y sus exigencias, resultaba que no se había abandonado la continuidad en los principios; este hecho fácilmente escapa a la primera percepción.
Precisamente en este conjunto de continuidad y discontinuidad en diferentes niveles consiste la naturaleza de la verdadera reforma.
En este proceso de novedad en la continuidad debíamos aprender a captar más concretamente que antes que las decisiones de la Iglesia relativas a cosas contingentes —por ejemplo, ciertas formas concretas de liberalismo o de interpretación liberal de la Biblia— necesariamente debían ser contingentes también ellas, precisamente porque se referían a una realidad determinada en sí misma mudable.
Era necesario aprender a reconocer que, en esas decisiones, sólo los principios expresan el aspecto duradero, permaneciendo en el fondo y motivando la decisión desde dentro. En cambio, no son igualmente permanentes las formas concretas, que dependen de la situación histórica y, por tanto, pueden sufrir cambios. Así, las decisiones de fondo pueden seguir siendo válidas, mientras que las formas de su aplicación a contextos nuevos pueden cambiar.
Por ejemplo, si la libertad de religión se considera como expresión de la incapacidad del hombre de encontrar la verdad y, por consiguiente, se transforma en canonización del relativismo, entonces pasa impropiamente de necesidad social e histórica al nivel metafísico, y así se la priva de su verdadero sentido, con la consecuencia de que no la puede aceptar quien cree que el hombre es capaz de conocer la verdad de Dios y está vinculado a ese conocimiento basándose en la dignidad interior de la verdad.
Por el contrario, algo totalmente diferente es considerar la libertad de religión como una necesidad que deriva de la convivencia humana, más aún, como una consecuencia intrínseca de la verdad que no se puede imponer desde fuera, sino que el hombre la debe hacer suya sólo mediante un proceso de convicción.
El concilio Vaticano II, reconociendo y haciendo suyo, con el decreto sobre la libertad religiosa, un principio esencial del Estado moderno, recogió de nuevo el patrimonio más profundo de la Iglesia.
Esta puede ser consciente de que con ello se encuentra en plena sintonía con la enseñanza de Jesús mismo (cf. Mt 22, 21), así como con la Iglesia de los mártires, con los mártires de todos los tiempos. La Iglesia antigua, con naturalidad, oraba por los emperadores y por los responsables políticos, considerando esto como un deber suyo (cf. 1 Tm 2, 2); pero, en cambio, a la vez que oraba por los emperadores, se negaba a adorarlos, y así rechazaba claramente la religión del Estado. Los mártires de la Iglesia primitiva murieron por su fe en el Dios que se había revelado en Jesucristo, y precisamente así murieron también por la libertad de conciencia y por la libertad de profesar la propia fe, una profesión que ningún Estado puede imponer, sino que sólo puede hacerse propia con la gracia de Dios, en libertad de conciencia.
Una Iglesia misionera, consciente de que tiene el deber de anunciar su mensaje a todos los pueblos, necesariamente debe comprometerse en favor de la libertad de la fe. Quiere transmitir el don de la verdad que existe para todos y, al mismo tiempo, asegura a los pueblos y a sus gobiernos que con ello no quiere destruir su identidad y sus culturas, sino que, al contrario, les lleva una respuesta que esperan en lo más íntimo de su ser, una respuesta con la que no se pierde la multiplicidad de las culturas, sino que se promueve la unidad entre los hombres y también la paz entre los pueblos.
El concilio Vaticano II, con la nueva definición de la relación entre la fe de la Iglesia y ciertos elementos esenciales del pensamiento moderno, revisó o incluso corrigió algunas decisiones históricas, pero en esta aparente discontinuidad mantuvo y profundizó su íntima naturaleza y su verdadera identidad. La Iglesia, tanto antes como después del Concilio, es la misma Iglesia una, santa, católica y apostólica en camino a través de los tiempos; prosigue “su peregrinación entre las persecuciones del mundo y los consuelos de Dios", anunciando la muerte del Señor hasta que vuelva (cf. Lumen gentium, 8).
Quienes esperaban que con este “sí” fundamental a la edad moderna todas las tensiones desaparecerían y la “apertura al mundo” así realizada lo transformaría todo en pura armonía, habían subestimado las tensiones interiores y también las contradicciones de la misma edad moderna; habían subestimado la peligrosa fragilidad de la naturaleza humana, que en todos los períodos de la historia y en toda situación histórica es una amenaza para el camino del hombre. Estos peligros, con las nuevas posibilidades y con el nuevo poder del hombre sobre la materia y sobre sí mismo, no han desaparecido; al contrario, asumen nuevas dimensiones: una mirada a la historia actual lo demuestra claramente.
También en nuestro tiempo la Iglesia sigue siendo un “signo de contradicción” (Lc 2, 34). No sin motivo el Papa Juan Pablo II, siendo aún cardenal, puso este título a los ejercicios espirituales que predicó en 1976 al Papa Pablo VI y a la Curia romana. El Concilio no podía tener la intención de abolir esta contradicción del Evangelio con respecto a los peligros y los errores del hombre. En cambio, no cabe duda de que quería eliminar contradicciones erróneas o superfluas, para presentar al mundo actual la exigencia del Evangelio en toda su grandeza y pureza.
El paso dado por el Concilio hacia la edad moderna, que de un modo muy impreciso se ha presentado como “apertura al mundo", pertenece en último término al problema perenne de la relación entre la fe y la razón, que se vuelve a presentar de formas siempre nuevas.
La situación que el Concilio debía afrontar se puede equiparar, sin duda, a acontecimientos de épocas anteriores. San Pedro, en su primera carta, exhortó a los cristianos a estar siempre dispuestos a dar respuesta (apo-logía) a quien le pidiera el logos (la razón) de su fe (cf. 1 P 3, 15). Esto significaba que la fe bíblica debía entrar en discusión y en relación con la cultura griega y aprender a reconocer mediante la interpretación la línea de distinción, pero también el contacto y la afinidad entre ellos en la única razón dada por Dios.
Cuando, en el siglo XIII, mediante filósofos judíos y árabes, el pensamiento aristotélico entró en contacto con la cristiandad medieval formada en la tradición platónica, y la fe y la razón corrían el peligro de entrar en una contradicción inconciliable, fue sobre todo santo Tomás de Aquino quien medió el nuevo encuentro entre la fe y la filosofía aristotélica, poniendo así la fe en una relación positiva con la forma de razón dominante en su tiempo.
La ardua disputa entre la razón moderna y la fe cristiana que en un primer momento, con el proceso a Galileo, había comenzado de modo negativo, ciertamente atravesó muchas fases, pero con el concilio Vaticano II llegó la hora en que se requería una profunda reflexión. Desde luego, en los textos conciliares su contenido sólo está trazado en grandes líneas, pero así se determinó la dirección esencial, de forma que el diálogo entre la razón y la fe, hoy particularmente importante, ha encontrado su orientación sobre la base del Vaticano II.
Ahora, este diálogo se debe desarrollar con gran apertura mental, pero también con la claridad en el discernimiento de espíritus que el mundo, con razón, espera de nosotros precisamente en este momento. Así hoy podemos volver con gratitud nuestra mirada al concilio Vaticano II: si lo leemos y acogemos guiados por una hermenéutica correcta, puede ser y llegar a ser cada vez más una gran fuerza para la renovación siempre necesaria de la Iglesia. […]
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VEINTIDOS AÑOS DE “ECCLESIA DEI". UN BALANCE
por Giancarlo Rocca
El 2 de julio de 1988 venía instituida la comisión “Ecclesia Dei” con el homónimo motu proprio de Juan Pablo II. El objetivo inicial era el de facilitar el regreso a la plena comunión de la Iglesia de sacerdotes, seminaristas, religiosos, religiosas, grupos e individuos que, no compartiendo la reforma litúrgica del concilio Vaticano II, se unieron a la fraternidad sacerdotal San Pío X fundada por monseñor Marcel Lefebvre, pero sin compartir el gesto que éste realizara en 1988 de consagrar algunos obispos.
A continuación la “Ecclesia Dei” amplió las propias competencias, poniéndose al servicio de todos aquellos que, incluso sin vínculos con los grupos de monseñor Lefebvre, desean conservar la liturgia latina anterior en la celebración de los sacramentos, de manera especial de la eucaristía. En la práctica, a la “Ecclesia Dei” se le ha atribuido la tarea de conservar y preservar el valor de la liturgia latina de la Iglesia fijada en la reforma de 1962 por Juan XXIII.
El camino recorrido por la “Ecclesia Dei” en estos casi veintidós años ha sido notable.
En 1988, año de su fundación, concedió la aprobación pontificia a la fraternidad sacerdotal San Pedro y a la fraternidad san Vincenzo Ferreri.
La primera había sido fundada inmediatamente después del cisma de 1988 y había tenido como primer superior a don Joseph Bisig, ex asistente general de la fraternidad San Pío X con monseñor Lefebvre.
La segunda nación en 1979 por obra del padre Louis-Marie de Blignières, que había considerado la declaración conciliar “Dignitatis humanae” sobre la libertad religiosa contraria a la enseñanza tradicional de la Iglesia, y luego, después de un estudio más preciso, se había convencido que el Vaticano II no representaba una ruptura.
Siguieron luego otras aprobaciones pontificias de institutos:
– la abadía Santa Magdalena, fundada en 1970 por el padre Gerardo Calvet, un monje de la congregación benedictina sublacense (1989);
– la abadía Nuestra Señora de la Anunciación, con sede en Le Barroux, en Francia, fundada en 1979 como rama femenina de la abadía Santa Magdalena, fundada por el padre Calvet (1989);
– las madres de la Santa Cruz, con casa general en Tanzania, fundada en 1976 por sor María Stieren, de las benedictinas misioneras de Tutzing, y por el padre Cornelio Del Zotto, de los frailes menores (1991);
– los siervos de Jesús y María, fundados en 1988 por el sacerdote ex jesuita Andrea Hönisch y actualmente con sede en Austria (1994);
– las canónicas regulares de la Madre de Dios, fundadas en Francia en 1971 y vinculadas con los canónicos regulares de la Madre de Dios (2000);
– los misioneros de la Santa Cruz, con casa general en Tanzania, fundados en 1976, que constituyen el paralelo masculino de las madres de la Santa Cruz (2004);
– el instituto San Felipe Neri, fundado en el 2003 por don Gerald Goesche, con sede en Berlín, en Alemania (2004);
– el instituto del Buen Pastor, fundado en el mismo año en Francia por don Philippe Laguérie junto con algunos sacerdotes salidos de la fraternidad sacerdotal san Pío X (2006);
– el oasis de Jesús Sacerdote, fundado en 1965 por el padre Pedro Muñoz Iranzo y con sede en Argentona, en España (2007);
– el instituto Cristo Rey sumo sacerdote, fundado por monseñor Gilles Wach en 1988, con sede en Sieci, Florencia (2008);
– las adoradoras del Corazón real de Jesucristo sumo sacerdote, fundadas en el 2000, con sede en Sierci, Florencia, que constituyen la rama femenina del instituto Cristo Rey sumo sacerdote (2008).
Actualmente están en curso las aprobaciones de derecho diocesano de los hijos del Santísimo Redentor, fundados en 1988 y con sede en Escocia, y de la fraternidad de Cristo sacerdote y Santa María Reina, con sede en Toledo, en España.
Muchas otras son las fundaciones – monasterios individuales y conventos de religiosas – que celebran la liturgia según el rito de 1962 y es imposible hacer una lista de ellos. Pero aquí es necesario recordar el camino recorrido por la diócesis de Campos en Brasil, cuyo obispo, cercano a las posiciones de monseñor Lefebvre, en 1981 dimitió por haber alcanzado el límite de edad y a continuación entró a la sociedad sacerdotal de San Juan Bautista María Vianney. En el 2002 la sociedad regresó a la comunión de la Iglesia y ha sido constituida como administración apostólica personal – limitada al territorio de la diócesis de Campos – para los fieles ligados a la tradición tridentina. En esta nueva administración apostólica en el 2008 recibió la aprobación de derecho diocesano el instituto del Corazón Inmaculado de María, que había sido fundado en 1976.
Como se ve, son ya un discreto número de institutos que han obtenido la aprobación pontificia, con la posibilidad de seguir el rito tradicional en la Iglesia. Tomados individualmente, se trata de pequeños institutos, pero que en torno a los cuales gira un cierto número de fieles.
El grupo más numeroso parece ser el de la fraternidad sacerdotal de San Pedro, que cuenta con unas treinta casas en los Estados Unidos de América, unas veinte en Francia, y algunas otras en Austria, Alemania, Canadá, Suiza, Bélgica. En Roma en el 2008 se le ha confiado a la fraternidad una parroquia personal para los fieles que prefieren el rito de Pío V: como su centro ha sido designado la iglesia de la Santísima Trinidad de los Peregrinos. Los otros institutos son de entidad mucho menor, a excepción del instituto Cristo Rey sumo sacerdote, presente en unas cincuenta diócesis con cerca de 70 sacerdotes.
En todo caso, es difícil cuantificar el número de aquellos que en modo variado están sometidos a la “Ecclesia Dei". Se habla de cerca de 370 sacerdotes, 200 religiosas, un centenar de religiosos no sacerdotes, cerca de 300 seminaristas y algunos cientos de miles de fieles.
Como resulta de estos datos, la “Ecclesia Dei” a veces ha sido muy rápida en conceder la aprobación pontificia a institutos que deseaban regresar a la Iglesia. Y este modo de proceder se ve claramente si se compara con la praxis de la congregación para los Institutos de vida consagrada y las sociedades de vida apostólica, que espera varios años antes de conceder la aprobación pontificia a un instituto.
El modo con el que estas instituciones han sido aprobadas es también significativo y está claramente expresado en los documentos relativos.
Erigiendo a la administración apostólica personal San Juan María Vianney, en el 2002, la congregación para los obispos concedía la facultad de celebrar la eucaristía, los otros sacramentos y la liturgia de las horas según el rito codificado por Pío V y con las adaptaciones introducidas hasta 1963con el pontificado de Juan XXIII.
Aprobando en el 2008 al instituto Cristo Rey sumo sacerdote, la “Ecclesia Dei” lo presentaba como una sociedad de sacerdotes que se proponían celebrar “decore ac sanctitate cultus liturgici secundum formam extraordinariam Ritus Romani".
Y también en el 2008 la comisión concedía a la abadía trapista de Mariawald, en Alemania, un retorno completo a la liturgia en uso en el orden trapista hasta el 1963-1964.
El régimen diferente se presenta todavía más evidente si se tiene en cuenta que estos institutos enumerados en el Anuario Pontificio, dependen únicamente de la “Ecclesia Dei", aunque para su erección de derecho pontificio se requiere de parecer del prefecto de la congregación para los institutos de vida consagrada y sociedades de vida apostólica.
Dos documentos de Benedicto XVI han precisado el campo de acción de la “Ecclesia Dei” y la vida de aquellos que se sienten ligados al antiguo rito de la Iglesia.
En el motu proprio “Summorum Pontificum", del 7 de julio del 2007, el Papa afirma que el misal de Pablo VI es expresión ordinaria de la oración de la Iglesia católica de rito latino, mientras que el editado por Juan XXIII es una expresión extraordinaria. Las dos son formas del único rito latino, es decir, no son consideradas más como una en sustitución de la otra. En consecuencia, el uso del misal romano en la edición de 1962 está liberalizado y regularizado según las disposiciones y normativas del “Summorum Pontificum". Todos los sacerdotes que lo desean pueden celebrar según el antiguo rito sin necesidad de algún permiso. Y también los institutos religiosos pueden celebrar siguiendo el misal romano anterior, con el consentimiento de sus superiores mayores si se trata de una celebración habitual o permanente. El efecto de estas medidas, ciertamente querido, es de no oponer el misal que se remonta a Pío V al de Pablo VI o viceversa – creando un elemento de fricción al respecto – sino de considerarlos dos formas del único rito.
El segundo documento es la carta apostólica motu proprio “Ecclesiae unitatem", del 2 de julio del 2009, con la que el pontífice ha relacionado estrechamente la “Ecclesia Dei” a la congregación para la doctrina de la fe. Esta actualización de su estructura tiene como finalidad adaptar la pontificia comisión a la nueva situación creada con la remisión de la ex comunión – ocurrida el 21 de enero del 2009 – a los cuatro obispos consagrados por monseñor Lefebvre. Ya que los problemas a la vista de la recomposición de la división de la fraternidad sacerdotal San Pío X son de naturaleza esencialmente doctrinal, Benedicto XVI ha decidido ampliar las competencias de la “Ecclesia Dei", subordinándola directamente a la congregación para la doctrina de la fe.
(De “L’Osservatore Romano” del 11 de mayo del 2010).
¡O qué mesa y qué manjar!
¡Qué huésped y qué primor!
La mesa d’amor,
manjar celestial,
el huésped eterno
que es luz y gobierno
y vida inmortal
de vos pecador (x2)
D’este divino manjar
entienda’l hombre hospedado
que’l huésped está pagado,
que de gracia se á de dar.
¡O quan dulce’s el manjar!
¡qué huésped y qué primor!…
La mesa d’amor,
manjar celestial,
el huésped eterno
que es luz y gobierno
y vida inmortal
de vos pecador.(x2)
Los inmensos beneficios de la liberalidad divina, otrogados al pueblo cristiano, confieren a éste una dignidad sobre toda estima. Pues no hay ni hubo nunca nación tan grande que tuviese los dioses tan cerca de sí como lo está nuestro Dios. En efecto, el Hijo Unigénito de Dios, queriendo hacernos partícipes de su divinidad, asumió nuestra naturaleza para que, hecho hombre, pudiese de los hombres hacer dioses. Además, entregó para nuestra salvación todo cuanto de lo nuestro se había apropiado. Pues por nuestra reconciliación, ofreció como hostia su cuerpo a Dios Padre, en el ara de la cruz. Derramó su sangre a la vez como precio de la libertad y como baño purificador, para que, redimidos de miserable servidumbre, quedásemos lavados de todos los pecados. Y para que perdurara entre nosotros continua memoria de tan gran beneficio, dejó su cuerpo como comida, y su sangre como bebida, para ser recibidos bajo las especies del pan y del vino.
¡Oh preciosos y admirable convite, saludable y lleno de suavidad! Porque, ¿qué puede haber más precioso que este convite? En él se nos sirve Jesucristo, verdadero Dios, y no la carne de terneros y machos cabríos como en otro tiempo bajo la Ley. ¿Qué cosa más admirable que este Sacramento? Pues en él se convierten sustancialmente el pan y el vino en cuerpo y sangre de Cristo; y por eso Cristo, Dios y hombre perfecto, se contiene bajo las especies de un poco de pan y de vino. Por consiguiente, es comido por los fieles, pero de ningún modo dividido: antes bien, dividido el Sacramento, persevera entero en cualquier partícula dividida. Y los accidentes subsisten en Él sin sujeto, para que pueda ejercitarse la fe, recibiendo invisiblemente lo que es visible en sí, oculto bajo especie extraña, y los sentidos queden preservados de error, al juzgar de accidentes que les son conocidos.
Ningún sacramento hay más saludable que éste, por el que se borran los pecados, se aumentan las virtudes y se llena el espíritu con la abundancia de todos los carismas espirituales. Se ofrece en la Iglesia por los vivos y por los difuntos, a fin de que a todos sea útil lo instituído para la salvación de todos. Finalmente, nadie es capaz de expresar la suavidad de este Sacramento, en que se gusta la espiritual dulzura en su misma fuente, y se venera la memoria de aquella caridad excelentísima que nos demostró Cristo en su Pasión. Por eso, para que la inmensidad de esa caridad penetrara más hondamente en los corazones de los fieles, en la última cena, cuando, celebrada la Pascua con sus discípulos, iba a pasar de este mundo a su Padre, insituyó este Sacramento, como perenne memorial de su Pasión, cumplimiento de las figuras antiguas, el mayor de los milagros por Él obrados; y dejólo como singular consuelo a los contristados por su ausencia.
Lección cuarta, quinta y sexta del Segundo Nocturno de Maitines. Fiesta Santissimi Corporis Christi
Ritual de la Adoración Nocturna Española. 1.960
]]>Antes que comáis a Dios
en este sacro manjar,
alma, será bien pensar
quién es Dios y quién soys vos.
Antes qu’en vuestra posada
reçibáis al Rey del çielo,
vivid, alma, con reçelo,
si estáis bien aparejada.
Y pues recibís a Dios,
en este sacro manjar,
alma, será bien pensar
quién es Dios y quién soys vos.
Ayer, en la Basílica de la Esperanza Macarena, se celebró la Solemne Función conmemorativa del XLIV aniversario de la dedicación del templo y la XLVI de la coronación canónica de Nuestra Señora de la Esperanza Macarena.
La Hermandad escogió como predicador a Monseñor José Mazuelos Pérez, Obispo de la Diócesis de Asidonia – Jerez.
La misa estuvo cuidada, como siempre ocurre en la Macarena, aunque fue, como siempre, una oportunidad perdida por la Hermandad para incorporar la Forma Extraordinaria a los cultos. Hace cuarenta seis años, 1.964, la Virgen fue coronada precisamente el día de la fiesta de la Beata Virgen María, Reina, instituida por el Papa Pío XII años atrás. Los macarenos que asistieron precisamente a dicha eucaristía lo hicieron con el Misal de Juan XXIII, ¡qué buen momento para, años después, celebrar una misa de la misma manera!
Sin embargo, no es este el objeto del artículo – ¿o sí? -, sino mostrar el lenguaje que utilizan la gran mayoría de nuestros obispos, «el politiqués» como lo denomina un buen amigo mío, tan alejado del lenguaje católico, que es un lenguaje claro, límpido sin ambigüedades, alejado del mundo.
Ayer D. José Mazuelos, hizo una homilía donde enfrentaba la oscuridad de los tiempos que vivimos, con la luz de la Virgen, que nos sirve de guía en estos momentos de oscuridad. El origen del mal lo radicaba en la economía, acumulación de capital en el caso de la economía (un argumento marxista a la virulé), política, con la intromisión en la conciencia y morales, con el asesinato del aborto.
Esta concepción del mal, que ve su origen en cuestiones económicas y/o políticas tiene su origen en la Ilustración, y depende más de Rosseau, Helvecius, Kant, Marx y Nietsche que en la concepción católica del mal, el pecado, al que, si no me falla la memoria, no aludió.
Lo que sí repitió numerosas veces fue la palabra «materialismo», aunque también asomó el famoso «relativismo», palabra que dicha por el Santo Padre, un verdadero «magister» alcanza toda su plenitud de significación – siempre me ha sorprendido la capacidad de hacerse entender del Papa, a todos los niveles y con conceptos difíciles-, pero que puesta en la boca de ciertos obispos parecen más eslóganes que conceptos cuyo significado conocen.
Como he dicho, denunció la maldad del aborto, con sinceridad; aunque, y aquí es cuando hizo su aparición el lenguaje político, vino a decir que la educación sexual ayudaría a evitar el feticidio, añadiendo además de expresar que la Iglesia no condena a la mujer que aborta, ya que estas serían víctimas al ofrecerle el mundo el aborto como un engaño.
En síntesis, un mensaje que a mi modesto modo de ver, lo podría haber expuesto igualmente Mariano Rajoy, por poner un ejemplo.
Yo no entiendo cual es la razón por la que un obispo habla de una manera «política», por llamarla de alguna manera. ¿No sabe, no quiere, no puede expresarse en católico, ante unos fieles católicos?
Desconozco cuándo ha entrado en el diccionario moral el término «educación sexual», aún así, es difícil que el aborto se palie de manera alguna a través de la «educación sexual». Precisamente si los tiempos que nos han tocado vivir destacan en algo, es porque lo único que se enseña en las escuelas de manera disciplinada son cuestiones sexuales, y además, un conocimiento en progresivo aumento. La educación presenta carencias sensibles en matemáticas, gramática, música, física, latín, griego y filosofía, pero en temas sexuales, no.
Hay sexo en todas partes. Los niños están perfectamente educados en materia sexual; nuestro sistema educativo los ha convertido en menos que un animal, porque ni siquiera les fomenta la reproducción biológica sino el puro placer.
Frente a esta embestida lo que procede es practicar la virtud, especialmente la virtud cardinal de la templanza, y una de sus partes subjetivas, la castidad. ¿Cuántos sacerdotes predican sobre esta virtud? Es más, ¿cuántos obispos? Además, todo esto es insuficiente sin la gracia y los medios que Dios ha dispuesto para recibirla como son la oración y los sacramentos.
Sin embargo de ninguna de estas cosas habló Monseñor Mazuelos.
¿Y qué decir de la mujer como víctima del aborto? Otros de los engaños del lenguaje que encubren a su vez, otro moral. Si en el aborto ya no hay advertencia plena, falta uno de los caracteres del pecado mortal. La senda que se abre es bastante peligrosa.
Por último, habló también Monseñor Mazuelos de la necesidad que muestra el mundo de esperanza, sin embargo, ¿es así realmente? No, el mundo necesita fe, porque el problema es de fe, no de esperanza. La fe es la sustancia de la esperanza.
Necesitamos obispos que prediquen la verdad del Evangelio, no un lenguaje paniaguado, propio de políticos; necesitamos que nuestros pastores nos prediquen a Cristo, como dice un amigo mío, obispos mártires.
]]>Esta foto recoge un momento de la procesión eucarística de la Sacramental de San Lorenzo, por la calle Hombre de Piedra, calle que pertenece al barrio de San Lorenzo.
La calle Hombre de Piedra recibe su nombre por lo acaecido durante una procesión del Santísimo. Un rufián que se encontraba bebiendo en una taberna, al escuchar que se acercaba la comitiva, dijo desafiante al resto de parroquianos que él no se arrodillaría ante el Señor; en efecto, el fulano no se arrodilló, cayéndole entonces un rayo que lo convirtió en piedra y lo dejó embutido en el suelo hasta las rodillas.
Los incrédulos dicen, sin embargo, que realmente dicha efigie es una estatua romana desmembrada, pero eso pertenece al terreno de la leyenda.
Si hoy estuviésemos en aquellos tiempos donde los sevillanos destacaban por su fe, el anarquista en cuestión habría caído fulminado por un rayo, por desafiar al Señor. Hoy, por desgracia, no estamos en aquellos días de venerable memoria.
Sin embargo, sí podemos decir que nunca una persona quedó tan bien perfilada por un refrán: un bobo con balcón a la calle.
Fuente de la noticia: Pasión en Sevilla.
]]>De los monumentos de la antigüedad cristiana, de las plegarias de la liturgia, de la innata devoción del pueblo cristiano, de las obras de arte, de todas partes hemos recogido expresiones y acentos, según los cuales la Virgen Madre de Dios sobresale por su dignidad real; y también hemos mostrado cómo las razones, que la Sagrada Teología ha deducido del tesoro de la fe divina, confirman plenamente esta verdad. De tantos testimonios reunidos se entreforma un concierto, cuyos ecos resuenan en la máxima amplitud, para celebrar la alta excelencia de la dignidad real de la Madre de Dios y de los hombres, que ha sido exaltada a los reinos celestiales, por encima de los coros angélicos
Y ante Nuestra convicción, luego de maduras y ponderadas reflexiones, de que seguirán grandes ventajas para la Iglesia si esta verdad sólidamente demostrada resplandece más evidente ante todos, como lucerna más brillante en lo alto de su candelabro, con Nuestra Autoridad Apostólica decretamos e instituimos la fiesta de María Reina, que deberá celebrarse cada año en todo el mundo el día 31 de mayo.
Encíclica del Papa Pío XII, Ad caeli Reginam, 11 de octubre de 1954.
Sexta lectura; segundo nocturno. Oficio de Maitines. Fiesta de la Beata Virgen María, Reina.
Un día como hoy, hace cuarenta y seis años se coronó la Virgen de la Esperanza Macarena, ¡Viva!
]]>Alex Zanotelli, uno de sus hijos espirituales
Claro, antes los misioneros - en general - iban al África tal que así:
O así:
¡Qué tiempos!
¡Señor ven pronto!
Visto en Catapulta.
]]>Y no, no es por capricho, sino por las declaraciones perniciosas que realizó el benedictino en una entrevista recogida en CAFEBABEL.
Tampoco su Iglesia está libre de corrientes intolerantes, admite el Padre Anselm tras ser preguntado. Hablamos sobre la posición de la Iglesia Católica respecto a la homosexualidad. “Aquí hay sombras aún, por supuesto”, subraya el teólogo reflexivo. Esto es especialmente problemático cuando la fe católica sirve para justificar políticas de discriminación respecto a los homosexuales, como sucede en algunos países de Europa del Este. “Debemos evitar ver la homosexualidad como un pecado”, dice Anselm Grün.
Los libros de Anselm Grün se encuentran presentes en las librerías religiosas. ¿Qué sapos colará, un monje que piensa que hay que evitar el ver la homosexualidad como un pecado? Evidentemente, estos pensamientos no vienen de los santos de la orden franciscana ni capuchina, sino del mundo, porque es el mundo el que está imponiendo esta mentalidad hipersexualidad, donde lo homosexual es una sencilla opción. Una persona opta por lo homosexual, igual que otro por las lentejas. Así de crudo, pero es la realidad.
Que esto lo diga un benedictino esnortado es muy preocupante. Que además, ocupe los canales que ofrecen las librerías religiosas para llegar al gran público es un tremendo despropósito, además de un peligro tremendo para los fieles, desprotegido ante opiniones de esta laya.
Los obispos tienen que mostrar su celo pastoral en estas cuestiones fundamentales, como la vida espiritual de los fieles, a los que les cuelan bazofia pecaminosa por escritos espirituales y de vida cristiana, igual que en otros asuntos mundanos.
Lo mismo vale para las librerías religiosas, donde se venden estas porquerías. No todo vale para el negocio.
Vienen en estos momentos a mi mente, las valerosas palabras de San Pío X en el Motu Proprio Sacrarum Antistum, al respecto:
Ya que hemos tocado este punto, miren los Obispos que los libreros no comercien con mala mercancía por afán de lucro, pues en algunos catálogos abundan los libros modernistas elogiados profusamente. Si estos libreros se niegan a obedecer, no duden los Obispos, después de llamarles la atención, en retirarles el titulo de libreros católicos; y más todavía si tienen el titulo de libreros episcopales. Si ostentan el titulo de libreros pontificios, habrán de ser denunciados a la Santa Sede
Y lo dicho para Anselm Grün, vale para Pagola, Küng y compañía.
Vivimos en tiempos de confusión, donde es muy difícil discernir lo bueno de lo malo, porque todo está mezclado, todo vale lo mismo y, además, los que están investidos de autoridad se retraen a la hora de ejercerla.
Algo hay que hacer. No se puede permitir más tiempo la presencia de quintacolumnistas que socavan la fe de la Iglesia.
Está en juego la salvación de las almas.
]]>En aquel tiempo, dijo Jesús a los fariseos: «Les aseguro que el que no entra por la puerta en el corral de las ovejas, sino que salta por otro lado, es un ladrón y un asaltante. 2 El que entra por la puerta es el pastor de las ovejas. 3 El guardián le abre y las ovejas escuchan su voz. Él llama a las suyas por su nombre y las hace salir. 4 Cuando las ha sacado a todas, va delante de ellas y las ovejas lo siguen, porque conocen su voz. 5 Nunca seguirán a un extraño, sino que huirán de él, porque no conocen su voz». 6 Jesús les hizo esta comparación, pero ellos no comprendieron lo que les quería decir. 7 Entonces Jesús prosiguió: «Les aseguro que yo soy la puerta de las ovejas. 8 Todos aquellos que han venido antes de mí son ladrones y asaltantes, pero las ovejas no los han escuchado. 9 Yo soy la puerta. El que entra por mí se salvará; podrá entrar y salir, y encontrará su alimento. 10 El ladrón no viene sino para robar, matar y destruir. Pero yo he venido para que las ovejas tengan Vida, y la tengan en abundancia.
Jn 10, 1 - 10
En la lectura hodierna ha propuesto el Señor la comparación acerca de su rebaño y de la puerta por la que se entra al redil. Digan, pues, los paganos: «Vivimos bien». Si no entran por la puerta, ¿qué les aprovecha eso de que se glorían? En efecto, vivir bien debe aprovechar a cada uno para esto, para que le sea dado vivir siempre, porque a quien no le es dado vivir siempre, ¿qué le aprovecha vivir bien? ¡Que tampoco ha de decirse que viven bien quienes por ceguera desconocen la finalidad de vivir bien, o por engreimiento la desprecian! Pues bien, nadie tiene esperanza verdadera y cierta de vivir siempre, si no reconoce la Vida cosa que es Cristo, y si por la entrada no entra al redil.
Tales hombres, pues, buscan generalmente persuadir a los hombres a vivir bien y a que no sean cristianos. Quieren trepar por otra parte; robar y asesinar, no guardar y salvar como el pastor. Hubo, pues, ciertos filósofos que sobre virtudes y vicios han tratado, matizado, definido muchas sutilezas, concluido raciocinios agudísimos, llenado libros, blandido con bocas crepitantes su sabiduría, los cuales osaron incluso decir a los hombres: «Seguidnos, adheríos a nuestra escuela, si queréis vivir felizmente». Pero no habían entrado por la puerta: querían destruir, aniquilar y asesinar.
¿Qué diré de éstos? He ahí que los fariseos mismos leían y en lo que leían dejaban que se oyera a Cristo, esperaban que iba a venir, mas no le reconocían presente; aun ellos mismos se jactaban entre quienes ven, esto es, entre los sabios, mas negaban a Cristo y no entraban por la puerta. También ellos mismos, pues, si quizá seducían a algunos, los seducirían para aniquilarlos y asesinarlos, no para liberarlos. Dejemos también a éstos; miremos a los que se glorían del nombre de Cristo mismo, a ver si esos mismos entran quizá por la puerta.
Innumerables son, en efecto, quienes no sólo se jactan de ver, sino que quieren que se los vea iluminados por Cristo; son, en cambio, herejes.
San Agustín. Tratado sobre el Evangelio de San Juan, libro 45, cap 2 – 5. Obras Completas de San Agustín. Tomo XIV; pp. 174 – 176. BAC
Oficio de Maitines. Día III bajo la octava de Pentecostés. Breviarium Romanum.
]]>Fuente: Secretum meum mihi.
]]>Según el obispo Bernard Fellay las víctimas de esos abusos sexuales fueron casi siempre jóvenes sexualmente desarrollados, lo que demuestra claramente que el problema no es el celibato de los religiosos.
Hamburgo. (DPA)- La homosexualidad es la verdadera responsable del escándalo por abusos sexuales que sacude a la Iglesia católica desde hace meses, defendió hoy la ultraconservadora Hermandad de San Pío X.
Según dijo el obispo Bernard Fellay en una entrevista con el semanario alemán “Der Spiegel", las víctimas de esos abusos sexuales fueron casi siempre jóvenes sexualmente desarrollados, lo que demuestra claramente que el problema no es el celibato de los religiosos, sino mucho más la tendencia homosexual que podrían tener algunos de los agresores.
Por ello, Fellay instó a mantener alejados del sacerdocio a los homosexuales. Aunque polémica, su propuesta no es algo nuevo. El Vaticano rechaza desde hace tiempo el sacerdocio de los homosexuales.
En 2008, la Santa Sede emitió un documento en el que manifestaba claramente que un homosexual puede sentirse llamado por Dios, pero no debe practicar el sacerdocio.
La relación entre pedofilia y homosexualidad es una cuestión ampliamente discutida por los expertos, que sin embargo, no logran llegar a un acuerdo al respecto.
Visto en Pasión en Sevilla.
]]>La Hermandad de Jesús Despojado se ha sumado a la iniciativa de la Hermandad de Los Estudiantes, y seguida por otras corporaciones, para defender la figura de Su Santidad Benedicto XVI, tras las acusaciones recibida en las últimas semanas acerca de la ocultación de diversos casos de pederastia.
En el comunicado enviado por la Hermandad se asegura que “son tantas las noticias y acciones con repercusión mediática tendentes a deslegitimar la voz de la Iglesia y la figura personal del Sumo Pontífice, que, sin duda, se han hecho necesarias también estas muestras de apoyo por parte de los distintos sectores que forman parte de la iglesia católica. Nuestras hermandades, por tanto, no deben permanecer impasibles”.
Primero fue Tomás Gómez, secretario general de los socialistas madrileños, ahora ha sido José Blanco, Pepiño, ministro de Fomento y número dos del PSOE, el que amenaza con quitar la casilla del IRPF a la Iglesia.
Comparar las subvenciones que el Estado da a los sindicatos, partidos políticos, etc, con la libre aportación de los fieles – y no sólo de éstos – a la Iglesia Católica, es otra mentira más a las que nos tienen acostumbrados esta izquierda de Visa Oro, buenos coches y mejor yantar.
El coordinador de IU en Andalucía, Diego Valderas – ¡qué boda sin la tía Juana! – se ha sumado a la fiesta de la tijera, clamando que, ni Gobierno central ni andaluz tienen lo que hay que tener para meterle mano a la monarquía – hablando se entiende la gente -, a la Iglesia o a los gastos bélicos. Son «una pandilla de aprovechados», apostilló, sin mirarse en el espejo supongo.
Sin embargo, en esta pase de comedias en la que se ha convertido la política española, donde en el escenario la casta política representa una opereta para disfrute de la plebe, mientras que entre bambalinas estos hijos de Estebanillo González le meten la mano en la cartera a los ciudadanos, sería deseable que nuestros obispos tuvieran vocación de mártires y no aspiraciones a convertirse en un actor más de esta ópera bufa que es la política.
Está claro que Pepiño, cuando dice esas palabras, las dirige cara a la galería, porque realmente sabe que lo peor que le podría pasar a esta casta de políticos corruptos es que la Iglesia fuese libre totalmente, independiente de los lazos de un Estado que ha cesado de sus funciones fundamentales, el bien común.
Si la Iglesia en España fuese realmente libre, si los Obispos como ya he dicho tuviesen verdadera vocación de martirio, si se enseñase la doctrina de la Iglesia y se predicase desde los púlpitos, esta panda de pancistas, peritos en mantener sus prebendas, no durarían ni cinco minutos.
Pero claro, aquí preferimos poner medallitas a tipos como Paco Vázquez, que ahora es el adalid del catolicismo, un Santo Tomás Moro en versión cómica. Tremendo. Parece, además, que gusta eso de poner medallitas a políticos que no sienten ninguna contradicción entre su condición de católicos y militar en partidos políticos que defienden todos aquellos supuestos que mandan directamente al infierno.
Pero es lo que hay.
Así que pidamos al Señor obispos mártires, porque es lo que necesita la Iglesia española.
Y por lo demás, Pepiño, ¿a qué no te atreves?
p.s. Ayer el Sevilla de mi alma ganó la Copa del Rey.
¡Viva el Sevilla!
De estos vídeos encontrados en youtube me interesaría destacar las palabras de Bueno, en las que el filósofo asturiano señalaba como, a su enteder, la Iglesia había perdido el norte tras el Concilio Vaticano II. Escuchar estas palabras de una persona como Gustavo Bueno, uno de los filósofos españoles más importante y, para más inri, materialista, no dejan de sorprender, como tampoco dejan de sorprender como Bueno señala la funcionarización progresiva del clero, así como la manera en la que ataca a ese mito conocido como la Iglesia primitiva, de un contenido semántico tan amplico que sirve para justificar cualquier cosa, menos para establecer la continuidad entre la Iglesia de los Apóstoles y la Iglesia actual.
Igualmente, sorprenden las ideas peregrinas de D. Antonio Montero, a la sazón Obispo de Mérida - Badajoz, y el desprecio con el que, en cierta manera, se refería a la Iglesia histórica, así como la utilización de ideas vagas que no expresaban nada.
Eran otros tiempos, ciertamente, pero que explican el lodo actual.
Por último avisar que el programa no está completo, pero el tiempo de emisión que recogen los vídeos, es suficiente para hacerse una idea general del debate.
]]>Fuente: Catapulta.
]]>Hoy, amadísimos, se cumple el número de cuarenta días sagrados que han transcurrido después de la dichosa y gloriosa resurrección de nuestro Señor Jesucristo, con la cual, en el espacio de tres días, el poder divino restableció el verdadero templo de Dios (cf Jn 2,19) que la impiedad de los judíos había destruido. Este número de días lo señaló la santísima disposición de la Providencia para nuestra utilidad y enseñanza, para que, prolongándose durante este espacio de tiempo la presencia temporal del Señor, la fe de la resurrección fuese confirmada con las pruebas necesarias. Puesto que la muerte de Cristo había causado gran turbación en los corazones de los discípulos, y como se hallasen entristecidos, ya por el suplicio de la cruz, ya por la muerte y sepultura, cierta especie de desconfianza se había apoderado de ellos.
Por lo cual los bienaventurados apóstoles y todos los discípulos, que se habían alarmado por la muerte de cruz y habían vacilado en la fe de la resurrección, de tal suerte fueron confortados ante la evidencia de la verdad, que, al subir el Señor a lo más sublime de l os cielos, no sólo no experimentaron tristeza alguna, sino que se llenaron de una gran alegría (cf. Lc 24,52). Y ciertamente había motivo de extraordinaria e inefable exultación al ver cómo, en presencia de aquella santa multitud, una naturaleza humana subía sobre la dignidad de todas las criaturas celestiales, elevándose sobre los órdenes de los ángeles y a más altura que los arcángeles (cf. Ef 1,31), no teniendo ningún límite su exultación, ya que, recibida por su Eterno Padre, era asociada en el trono a la gloria de Aquel cuya naturaleza estaba unida con el Hijo, ya que la ascensión de Cristo constituye nuestra elevación, y el cuerpo tiene la esperanza de estar algún día en donde le ha precedido su gloriosa Cabeza; por eso, con dignos sentimientos de júbilo, amadísimos, alegrémonos y gocémonos con piadosas acciones de gracias. Hoy no sólo hemos sido constituidos poseedores del paraíso, sino que con Cristo hemos ascendido a lo más elevado de los cielos, consiguiendo una gracia más inefable por Cristo que la que habíamos perdido por la envidia del diablo. Pues a los que el malvado enemigo arrojó del paraíso, el Hijo de Dios, juntándolos consigo, los colocó a la diestra de Dios Padre, con el cual vive y reina, en unión con el Espíritu Santo, Dios por los siglos de los siglos. Amén.
Breviarium Romanum. Oficio de Maitines. Segundo Nocturno. Homilía de San León Papa. Homilía 1ª sobre la Ascensión del Señor.
Trad. San León Magno. Homilías sobre el año litúrgico. BAC. 1969. Págs 303 – 305.
Salutis humanae Sator,
Jesu, voluptas cordium,
Orbis redempti Conditor,
Et casta lux amantium:
Qua victus es clementia,
Ut nostra ferres crimina?
Mortem subires innocens,
A morte nos ut tolleres?
Perrumpis infernum chaos;
Vinctis catenas detrahis;
Victor triumpho nobili
Ad dexteram Patris sedes.
Te cogat indulgentia,
Ut damna nostra sarcias,
Tuique vultus compotes
Dites beato lumine.
Tu dux ad astra, et semita,
Sis meta nostris cordibus,
Sis lacrimarum gaudium,
Sis dulce vitae praemium.
Amen.
¡Oh Jesús, sembrador de la salvación humana!
¡Oh Jesús, alegría de los corazones,
Creador del mundo que rescataste,
Delicia y luz pura de los que te aman!
¿Qué compasión es
la que te ha hecho cargar con nuestros pecados,
y sufrir la muerte por salvarnos,
siendo tú la inocencia misma?
Tú penetras en los infiernos;
rompes las cadenas de los cautivos,
y glorioso triunfador,
vuelves a la diestra del Padre.
Muévate tu misericordia
a reparar nuestros quebrantos;
y danos a ver tu rostro,
en la dichosa luz.
¡Oh tú, guía y sendero del cielo!
Sé el objeto de nuestros deseos;
sé el consuleo de nuestras lágrimas;
sé el dulce premio de la vida.
Amén.
Himno de Laudes, fiesta de la Ascensión del Señor.
]]>Comentario de: : Ana María [Visitante]
Isaac, esta mañana leí un comentario, un poco largo, pero que me merece bastante credibilidad, de este jesuita de Ignatius Press. Creo que no somos capaces los españoles e hispanos en general de meternos en los zapatos de los obispos germanos o británicos (ni para lo bueno ni para lo malo). Lo que sucedió el otro día en la rueda de prensa de mons. Algora me escandaliza más que estas frases sacadas de contexto. Pero bueno, sigamos observándo a mons. Schönborn, no pierdo del todo las esperanzas, y al menos, le vemos y escuchamos, no como a otros.http://blogs.reuters.com/faithworld/2010/05/11/guestview-no-good-deed-goes-unpunished/
vía American Papist, a quien también le defraudó el cardenal, je.
http://www.catholicvoteaction.org/americanpapist/index.php?p=7272
Estaba presto y dispuesto a contestarle cuando advertí, que la misma se extendía, de manera que he decidido convertirla en esquela, así que, ahí va.
Efectivamente, el Cardenal Schönborn puede ser un modelo de apertura y transparencia, como escribe el padre Joseph Fessio, S.I., pero no de claridad, cosa en la que destacan - o deberían-, por otra parte los dominicos.
Escribe el jesuita en cuestión, que el contexto en el que el Cardenal realizó estas declaraciones, se encontraba referido a la importancia de evitar los errores de la filosofía kantiana, del deber, siendo necesario trabajar en una moral eudemonística. Según este contexto, explica el jesuita que «las normas (morales) en sí mismas son inmutables. Sin embargo, nuestra solicitud a obedecerlas es gradual y nuestros esfuerzos son una mezcla de éxitos y fracasos. Esto quiere decir que mientras ciertas normas morales son absolutas, es decir, se mantienen en todas las circunstancias sin excepción, nuestra solicitud a obedecerlas puede ser vacilante e imperfecta.
Comúnmente esto hace referencia a «la ley de la gradualidad» y es opuesto a la «gradualidad de la ley», como si la ley en sí misma fuese algo variable».
Ése es el marco en el que deben ser colocadas las declaraciones del Cardenal, según el padre Joseph Fassio, S.I., referentes a la calidad de las relaciones homosexuales y la diferencia existente entre una relación (homosexual) estable y una promiscua. Es decir, que según el susodicho jesuita, el Cardenal no estaría abogando por ningún cambio sino que, sencillamente estaría diciendo es que hay gradaciones en la gravedad de un acto.
Ante esto yo, sencillamente, quedo perplejo. Porque ahora sí que no le encuentro ningún sentido a las declaraciones del Cardenal. Ni en referencia a la moral kantiana ni a la eudemonista. Porque no veo relación entre la gradualidad de la ley, es decir, que debamos ascender paso a paso hacia la perfección humana y cristiana, con la gravedad que representa una relación homosexual, sea mantenida siempre con la misma persona que con muchas.
No sé si me explico. En cualquier caso, esa tesis es parecida por José Ramón Flecha en su manual de teología moral, libro al cual el padre Iraburu le ha hecho una enmienda a la totalidad.
Si fuese eso lo que quiso decir el Cardenal, entonces esta interpretación no dejaría mal sólo al Cardeal, sino a su defensor, el padre Joseph Fassio, S.I.
Por otra parte, respecto al tema de los matrimonios, dice el jesuita Fassio que «quizás – pero sólo quizás, porque esto es una opinión que no tiene la autoridad de un pronunciamiento magisterial -, la Iglesia debería encontrar nuevas formas de conducir al débil y al confundido al difícil pero liberador cambio de las demandas de Cristo»; desde luego parece todo un argumento ad hoc.
Realmente, ambos argumentos construidos por el jesuita para exonerar a Schonborn, lo parecen.
Yo me pregunto, ¿tanta exégesis necesita un Cardenal? Pienso que no.
Personalmente, la interpretación del «abogado» Fassio me parecen, a mi modesto modo de ver, insostenibles, más todavía lo expresado sobre la gradualidad de la ley moral aplicado al caso en concreto de las relaciones homosexuales a las que se refirió el Cardenal.
]]>El otrora pupilo de Joseph Ratzinger en Ratisbona, se ha vuelto a desmarcar con unas declaraciones que trituran directamente la moral católica, los sacramentos y la autoridad de la Sagrada Escritura y de la Iglesia.
Según recoge The Tablet, el Cardenal Schonborn, cuestionado sobre la actitud de la Iglesia hacia los homosexuales, dijo que: «nosotros deberíamos tener en más consideración la calidad de las relaciones homosexuales» añadiendo que «una relación estable es sin duda mejor que si alguien elige ser un promiscuo».
Añade The Tablet que el Cardenal continuó diciendo que «la Iglesia necesita reconsiderar su punto de vista sobre los divorciados casados de nuevo», así como las personas que ni siquiera se casan en absoluto».
Afirma, por otra parte el periódico digital, que el Cardenal añadió que lo principal a tener en cuenta no debe ser el pecado, sino la gente tratando de vivir de acuerdo a los mandamientos. En lugar de una moral basada en el deber, debemos trabajar en una moralidad basada en la felicidad, continuó.
Recordar las palabras bíblicas que condenan las relaciones homosexuales (Rm 1, 18-32; 1 Cor 6, 9 y 1 Tim 1, 10), y las mismas de Cristo impugnando el divorcio (Mt 5,32), así como los escritos del Magisterio eclesiástico y de los santos, no tiene mucho sentido, porque son de todos conocidas. Incluso por el Cardenal Schonborn, uno de los redactores del Catecismo de la Iglesia Católica.
Igualmente, huelga explicarle a un dominico como Schonborn, que la moral es, sobre todo y ante todo, una doctrina sobre el hombre, es decir, que tiene que resaltar la idea del hombre y que, además, siendo cristiana tiene que tratar de la imagen verdadera del mismo hombre. ¿Y cuál es la imagen auténtica del hombre cristiano?: Cristo. El cristiano debe ser otro Cristo. Pero esto requiere una interpretación, que se apoye en la esencia empírica del hombre y en la realidad, para no caer en el abuso y el error. El hombre, permanece criatura, aun en la vida eterna. La moral de la teología clásica interpreta las palabras de la Escritura sobre la perfección mediante la imagen de las tres virtudes teologales y cuatro cardinales.
Por otra parte, el fin último del hombre es la bienaventuranza y la la bienaventuranza o felicidad, es el premio de la virtud. ¿Cuál es la bienaventuranza última y perfecta? La visión de la esencia divina.
Por ende, el concepto de «felicidad» puesto en juego por el Cardenal, casa mejor con el hedonismo, con la lujuria que se doblega y abandonra, antes que con el concepto cristiano de felicidad, de bienaventuranza. Porque precisamente, es en el matrimonio donde se da la única realización perfecta del instinto sexual. Como explica muy bien Santo Tomás, de los tres bienes que integran el matrimonio – fides, proles, sacramentum; comunidad de amor y de vida, los hijos y la sacramentalidad -, la primera, la fides, es dentro del matrimonio, el bien que brota de la esencia misma del hombre; es decir que está contenida en el matrimonio por ser la unión de dos personas
Como he dicho antes, recordarle todo esto a un Cardenal, dominico para más inri, es inncesesario.
El Cardenal austríaco parece querer enarbolar la bandera dejada por los progresistas intraeclesiales, tipo Martini, como los extraeclesiales, tipo Küng, visto que estos están se encuentran en declive acelerado y, además, sin recambios. En estas circunstancias, Schonborn se postula como el nuevo delfín del progresismo eclesial.
Curiosamente un discípulo del profesor Ratzinger, una especie de reverso tenebroso, dispuesto a socavar y subvertir la fe de la Iglesia. Mientras que el Papa predica la hermenéutica de la continuidad, su discípulo precisamente, realiza la ruptura. O sea.
Lo que otros dicen:
Sector Católico.
Athanasius contra mundum.
p.s. ¿Qué dice Santo Tomás sobre el vicio nefando?
]]>Artículo 12: ¿Es el vicio contra la naturaleza el pecado más grave entre las especies de la lujuria?
Objeciones por las que parece que el vicio contra la naturaleza no es el pecado más grave entre las especies de la lujuria.
1. Cualquier pecado es tanto más grave cuanto más se opone a la caridad. Ahora bien: parece que se oponen más a la caridad del prójimo el adulterio, el estupro y el rapto, que infieren una injuria al prójimo, que los pecados contra la naturaleza, que no suponen injuria contra nadie. Luego el pecado contra la naturaleza no es el más grave de entre las especies de la lujuria.
2. Parece que son pecados más graves aquellos que se cometen contra Dios. Pero el sacrilegio se comete directamente contra Dios, por ser una injuria contra el culto divino. Luego el sacrilegio es un pecado más grave que el pecado contra la naturaleza.
3. Parece que un pecado es tanto más grave cuanto se comete contra personas a las que debemos querer más. Ahora bien: según el orden de la caridad, debemos amar más a las personas que están más unidas a nosotros, a las cuales manchamos mediante el incesto, que a las extrañas, a las cuales manchamos a veces por el vicio contra la naturaleza. Luego el incesto es un pecado más grave que el vicio contra la naturaleza.4. Si el vicio contra la naturaleza es el más grave, parece que ha de ser tanto más grave cuanto más se opone a la naturaleza. Pero parece que los pecados que más se oponen a la naturaleza son la inmundicia y la molicie, ya que parece más conforme a la naturaleza el que haya un elemento activo y otro pasivo. Según esto, la inmundicia sería el pecado más grave contra la naturaleza, lo cual es falso. Luego los vicios contra la naturaleza no son los más graves de entre los de la lujuria.
Contra esto: está lo que dice San Agustín en su obra De Adulterin. Coniugiis: De todos éstos, es decir, de los pecados pertenecientes a la lujuria, el peor es el que va contra la naturaleza.Respondo: En cualquier orden de cosas, la corrupción de los principios es pésima, porque de ellos dependen las consecuencias. Ahora bien: los principios de la razón son los naturales, ya que la razón, presupuestos los principios determinados por la naturaleza, dispone los demás elementos de la manera más conveniente. Esto se nota tanto en el orden especulativo como en el operativo. Por ello, así como en el orden especulativo un error sobre las cosas cuyo conocimiento es connatural al hombre es sumamente grave y torpe, así es también muy grave y torpe, en el orden operativo, obrar contra aquello que ya viene determinado por la naturaleza. Así, pues, dado que en los vicios contra la naturaleza el hombre obra contra lo que la misma naturaleza ha establecido sobre el uso del placer venéreo, sigúese que un pecado en tal materia es gravísimo. A continuación viene el incesto, el cual, como dijimos antes (a.9), atenta contra el respeto natural que debemos a las personas próximas a nosotros.
En efecto, las otras especies de lujuria nos hacen pasar por encima de lo que ya viene determinado por la recta razón, presupuestos, no obstante, los principios naturales. Pero es más contrario a la naturaleza el usar de los placeres venéreos no sólo en contra de la generación de la prole, sino cometiendo injusticia contra otro. Por eso la fornicación simple, en la que no hay injusticia contra otro, es la menos grave entre las especies de lujuria. Y es mayor injusticia abusar de una mujer sujeta a otro en lo que se refiere al uso de la facultad generativa que si lo está sólo en cuanto a su custodia. Por eso el adulterio es más grave que el estupro. Uno y otro se agravan si existe violencia. Por eso el rapto de una virgen es más grave que el estupro, y el rapto de una esposa es más grave que el adulterio. Todas estas especies se agravan si hay sacrilegio, tal como ya dijimos (a.10 ad 2).
A las objeciones:
1. Así como el orden de la recta razón procede del hombre, así el orden natural procede de Dios. Por eso en los pecados contra la naturaleza, en los que se viola el orden natural, se comete una injuria contra Dios, ordenador de la naturaleza. De ahí que diga San Agustín en III Confess.: Los delitos contra la naturaleza son reprobables y punibles siempre y en todo lugar, como lo fueron los de los sodomitas. Aunque todos los hombres cometieran ese mal, seguiría pesando el mismo reato impuesto por la ley divina, que no hizo a los hombres para que obraran así, pues se viola la familiaridad que debemos tener con Dios, y a que se mancha, con la perversidad del placer, la naturaleza de la que El es autor.
2. Los vicios contra la naturaleza son también vicios contra Dios, según dijimos antes (ad 1). Y son tanto más graves que el sacrilegio cuanto el orden de la naturaleza es anterior y más estable que cualquier orden sobreañadido.
3. A cada individuo le es mucho más íntima la unión de la naturaleza específica que con cualquier otro individuo extraño. Por eso son más graves los pecados contra la naturaleza de la especie.
4. La gravedad de un pecado se mide más por el abuso de una cosa que por la omisión del uso debido. De ahí que, entre los pecados contra la naturaleza, sea la menos grave la inmundicia, que consiste únicamente en la omisión del coito con otra persona. El más grave de los pecados es la bestialidad, al no guardarse en él el modo de la especie humana. Por eso, al comentar el pasaje de Gén 37,2, acusó a sus hermanos de un crimen pésimo, dice la Glosa: tenían relaciones sexuales con el ganado. Viene a continuación el crimen sodomítico, en el que no se observa el sexo debido. Y después viene el pecado consistente en no guardar el debido modo de realizar el coito, más grave si no se realiza en el órgano propio de la generación que si hay algún desorden en cuanto a otros detalles relativos al modo de realizar el coito.Cuestión 154, artículo 12
Resulta difícil, o más bien imposible, concluir el análisis extendido a lo largo de este libro con una adivinación o pronóstico de lo que ocurrirá. La elevación de la conjetura al grado de ciencia (llamada, con mal formado vocablo, futurología) es cosa inconsistente, vulgar, teatral y vana. Ciertamente existe una ley general según la cual en el orden del mundo, causas iguales producen efectos iguales; pero esta ley expresa el comportamiento del mundo precisamente generale, y no consiente silogismos y conclusiones individuales; se pueden enunciar verosimilitudes, pero no verdades.
Existe todavía el juego de la voluntad libre, el contingente defecto de las naturalezas finitas, o el carácter extraordinario de la intervención divina, tanto en el orden de la naturaleza como en el orden de la gracia. Es por tanto irrefragable la proposición: de futuris contingentibus non est determinata verítas.
En la Fe católica hay en torno a los acontecimientos una sola certidumbre: la creación y el correr del mundo discurren bajo la divina Providen-cia y tienen por fin la gloria divina. Pero el sentido de la evolución del mundo no aparece manifiesto en las articulaciones singulares de la historia. Se capta solamente en la totalidad de su devenir, y de este modo, mientras el devenir esté en acto y no haya concluído escatológicamente, puede ser solamente vislumbrado. Pero arriesguémonos con las conjeturas.
La primera conjetura es que el proceso de disolución de la religión católica en la sustancia mundana continúe, y el género humano camine hacia una igualación total de las formas políticas, de las creencias religiosas, de las estructuras económicas, de las instituciones jurídicas, y de los géneros culturales. Esto ocurriría bajo el imperio de la técnica al servicio del desarrollo del hombre en cuanto hombre y solamente mediante los elementos del mundo. La instauración del regnum homínís con la baconiana prolatio terminorum humani imperii ad omne possibile («Extender los límites del poder del hombre y desarrollar infinitamente todas sus posibilidades») constituiría esa novedad catastrófica anunciada tanto por la nueva teología como por la filosofía marxista. Las coloraciones religiosas con las cuales la teología de la liberación todavía se presenta están destinadas a desvanecerse y dejar desnuda la esencia humana de la teoría. Esta primera conjetura supone la absoluta historícidad del Cristianismo, la caída de la Revelación divina a ser un momento del deviniente espíritu humano, y la eliminación de todo Absoluto de la razón y de la religión. Puede considerarse al comunismo ateo como principio activo de la «desreligionización», pero también cooperan con él las doctrinas que lo han dado a luz históricamente.
Algunos pensadores de los siglos XVIII y XIX, lúcidos por agudeza del ingenio o exaltación ideal, realizaron anticipaciones informes y confusas, pero sin embargo notables, de esta adivinación sobre la crisis del mundo, Juan Jacobo Rousseau, en el Contrato Social, lib. II, cap. 8, escribe: «El imperio ruso querrá subyugar a Europa y será él mismo subyugado. Los Tártaros, sus súbditos, se convertirán en sus amos y en los nuestros». Giacomo Leopardi, en Zibaldone, 867: «No dudo en pronosticarlo. Europa, completamente civilizada, será presa de esos medio bárbaros que la amenazan desde el fondo del Sep-tentrión; y cuando estos conquistadores se civilicen, el mundo volverá a equilibrarse».
Aún más preciso es Jaime Balmes afirmando que quienes creen que Europa no podrá conocer ya conflictos similares a los de la invasión de los bárbaros y de los árabes no han reflexionado sobre lo que podría producir en el orden de la Revolución un Asia gobernada por Rusia.
Tal mutación de civilización, que implica mutación de religión o negación de toda religión, está prefigurada también en las grandiosas páginas con que Vico concluye la Ciencia Nueva: «Pero si los pueblos se pudren en esa última languidez civil, que no consiente ni un monarca nativo, ni que vengan naciones mejores a conquistarles y conservarles desde fuera, entonces la Providencia, ante este su extremo mal, adoptará este extremo remedio: que (…) hagan selvas de las ciudades, y de las selvas madrigueras para el hombre; y de tal suerte, dentro de muchos siglos de barbarie, se enmohezcan las sutilezas malnacidas del ingenio malicioso, que les había convertido en fieras más feroces con la barbarie de la reflexión que con la barbarie del sentido».
Esta primera conjetura profética es incompatible con la Fe católica. En realidad, (…), no hay en el hombre otra raíz distinta de aquélla con la que fue creado y en la cual está injertado lo sobrenatural: no es posible un cambio radical. No hay en el hombre otra novedad aparte de la que causa en él la gracia, y esta novedad continúa (sin pasar por un estado intermedio) en el estado escatológico. Éste es el estatuto primero y último del hombre y no se dan cielos nuevos ni tierra nueva bajo este cielo y bajo esta tierra.
La segunda conjetura acerca del futuro de la Iglesia es la expresada por Montini como obispo y confirmada después como Papa,(…).
La Iglesia continuará abriéndose y conformándose al mundo (es decir, desnaturalizándose), pero su sustancia sobrenatural será preservada restringiéndose a un residuo mínimo, y su fin sobrenatural continuará siendo perseguido fielmente por una avanzadilla del mundo.
A la engañosa expansión de una Iglesia diluída en el mundo corres-ponde una progresiva contracción y disminución en un pequeño número de hombres, una minoría en apariencia insignificante y moribunda pero que contiene la concentración de los elegidos, el testimonio indefectible de la Fe.
La Iglesia será un puñado de vencidos, como preanunció Pablo VI en el discurso del 18 de febrero de 1976.
Tal inanición y anulación de la Iglesia no invalida, más bien verifica, lo expresado por 1 Juan 5, 4: «haec est victoria, quae vincit mundum, Pides nos-tra [y ésta es la victoria que ha vencido al mundo: nuestra fe]».
Esta inanición de la Iglesia permanece inexplicable en línea histórica pura y tiene estrecha relación con el, arcano de la predestinación. La fe no está «acostumbrada al triunfo», y no hay jamás para la Iglesia victorias definitivas, sino victorias en curso de realizarse: es decir, combate perpetuo en el cual ella no sucumbe, pero jamás puede dejar de combatir. Y en el oscurecimiento de la fe, indicado en Luc. 18, 8, pueden tener lugar inversiones de la civilización que sin embargo no invierten la realidad de ese avance de la Iglesia: la ruina de Roma (tan recurrente en las profecías extracanónicas), la emigración de la Iglesia de levante a poniente (quizá a las Américas, quizá a Africa), traslaciones de imperios (según el esquema bíblico), o destrucción y reconstrucción de pueblos .
La Iglesia, semimoribunda en la pobreza, en la persecución y en el desprecio por parte del mundo, tendrá el destino del Elegido de Thomas Mann: mientras el mundo se lanza a la barbarie, él se refugia con espíritu de penitencia y religión en la inhumana soledad de un inalcanzable escondite; allí se hace montaraz, diminuto, se nutre de hierba y de tierra, se convierte en una heredad orgánica donde habita el hombre, pero en la que el hombre resulta irreconocible. Sin embargo, en un momento decisivo para la Cris-tiandad, la Providencia reencuentra al pequeño monstruo semihumano y los legados romanos lo traen a Roma, lo alzan a la cumbre pontifical, y lo consagran a la renovación de la Iglesia y a la salvación del género humano.
De la inanición a la exaltación hay ciertamente un camino preconizado por la Fe. De la muralla de Is. 30, 14, derrumbada en fracciones de minutos y entre cuyos escombros no se encontrará ni siquiera un tiesto para trans-portar un tizón, se llega (en el orden de las cosas esperadas) a la edificación de la Jerusalén celeste, y no sólo de la terrenal. Este pasaje contradice las leyes de la historia humana, pero encuentra apoyo en las paradójicas resu-rrecciones históricas de la Iglesia: después de la crisis arriana, en la cual peligró la trascendencia, y después de la crisis luterana, en la cual igualmente corrió peligro. Y el volverse a levantar de la perdición «sin que a oponerse basten los humanos» (Inf VII, 81) responde a las leyes según las cuales opera la Providencia en el gobierno del mundo.
La acción divina transcurre de un extremo al otro, por lo que la criatura alcanza el fondo del mal y después se eleva a la cima del bien. Así, el combate moral empuja al universo hacia su fin: la realización de la cantidad predestinada de bien moral, o como se dice en teología, la consecución del número de los elegidos. Solamente este combate puede dar lugar al completo desenvolvimiento de la criatura en todos los grados posibles. No se trata de que el mal sea requerido por ese desenvolvimiento, sino de que también la victoria sobre el mal está incluída en el destino y en las virtualidades de la criatura intelectiva.
La fe en la Providencia anuncia por consiguiente la posibilidad de una recuperación y’ sanación del mundo mediante una metanoia cuyo impulso inicial él no puede proporcionar, pero de la que es capaz cuando lo haya re-cibido. La exigencia de la Iglesia en esta situación ya no es leer los signos de los tiempos, porque «non est vestrum nosse tempora vel momenta [no os co-rresponde conocer tiempos y ocasiones que el Padre ha fijado con su propia autoridad» (Hech. 1, 7), sino leer los signos de la eterna voluntad, presentes en cualquier tiempo y patentes para todas las generaciones que fluyen a lo largo de los siglos.
Pero lo cierto es que la trama de la historia es el arcano de la predesti-nación, y ante esto, como decía elevadamente Manzoni, al pensamiento humano le conviene torcer las alas y estrellarse contra la tierra.
334. EL ORÁCULO CONTRA DUMA
Parecerá que nuestro discurso ha llegado a una conclusión que tiene el carácter del conocimiento negativo, hipotético, sombrío y vespertino, incluso nocturno. Así es. Sólo puede traspasarse el velo palpando y vislumbrando. «Custos, quid de noche? Custos, quid de noche? Dixit Cutos: Venit mane et nox. Si quaeritis, quaerite, convertimini, venite» (Is. 21, 11-12)(«Centinela, ¿qué hay de la noche? Centinela, ¿qué hay de la noche? Responde el centinela: Viene la mañana y también la noche. Si queréis preguntar, preguntad. Volved a venir»).
Iota Unum, Romano Amerio. Epílogo.
]]>Visto en Pasión en Sevilla.
La Junta de Gobierno de la hermandad de los Estudiantes, reunida en Cabildo de Oficiales el pasado 15 de abril presidido por su Hermano Mayor, Antonio Piñero, ante los diversos ataques sufridos por la Iglesia y por su cabeza, el Santo Padre Benedicto XVI, desde múltiples lugares e instituciones, acordó remitir una carta de adhesión al Sumo pontífice que le ha sido enviada a través de la Nunciatura Apostólica en España.
Igualmente invita a todas las entidades, asociaciones, hermandades y fieles a adherirse a esta iniciativa, a título particular o colectivo, explicitando su apoyo al Santo Padre en estos difíciles momentos.
]]>A continuación se relaciona la nota de prensa integra de la hermandad de Los Estudiantes” La Pontificia Patriarcal e Ilustrísima Hermandad y Archicofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo de la Buena Muerte y María Santísima de la Angustia, erigida canónicamente en la Capilla de la Universidad de Sevilla, reunida en Cabildo de Oficiales el 15 de abril de 2.010 ha acordado mostrar su adhesión expresa al Santo Padre Benedicto XVI, con motivo de las últimas acciones tendentes a deslegitimar su figura y a minar el papel de la Iglesia Católica como referente moral de nuestra sociedad. A tal fin ha enviado una misiva al Sumo Pontífice explicitando dicho apoyo. Como se indica en la referida carta “nuestra Hermandad, fiel a su vocación Pontificia, como hijos de la Santa Madre Iglesia, y como cristianos que viven su Fe en la sociedad actual, hacemos nuestras las palabras del Decano del Colegio Cardenalicio, el Eminentísimo y Reverendísimo Cardenal Don Ángelo Sodano y le transmitimos, Santo Padre, que con usted está el Pueblo de Dios".
Desde esta iniciativa, de manera expresa invitamos a todas las Hermandades y Cofradías, Asociaciones, Entidades, Parroquias, Ordenes Religiosas y Cristianos en general a mostrar pública y expresamente su adhesión y apoyo a la figura del Santo Padre, ante los injustos ataques a los que está siendo objeto, a fin de reafirmar la autoridad moral de nuestra Iglesia. Sevilla, mayo de 2.010″
Carta a los amigos y bienhechores n°76
Queridos amigos y bienhechores,
La situación de la Iglesia se parece cada vez más a un mar agitado, en todos los sentidos. En él vemos olas que pretenden cada vez más hacer zozobrar la barca de Pedro, arrastrándola a abismos sin fin. Desde el Concilio Vaticano II, parece que una ola quiere llevarse consigo todo hacia al fondo, no dejando sino un montón de ruinas y un desierto espiritual, al que los propios Papas han denominado una apostasía. No queremos describiros otra vez esta dura realidad, pues ya lo hemos hecho a menudo, y todos vosotros la podéis comprobar. Sin embargo, nos parece útil comentaros un poco los acontecimientos de estos últimos meses; quiero hablaros de esos golpes sorprendentes por su violencia y particularmente bien orquestados que se han lanzado contra la Iglesia y el Sumo Pontífice. ¿Por qué semejante violencia?
Volviendo a nuestra imagen, parece que desde hace algún tiempo, más o menos desde la subida al pontificado del Papa Benedicto XVI, ha aparecido una nueva ola, mucho más modesta que la primera, pero no obstante bastante persistente como para que la podamos percibir y que, contra todo pronóstico, parece ir contra el sentido de la primera. Los indicios son suficientemente variados y numerosos como para poder afirmar que este nuevo movimiento de reforma o de restauración es algo real. Se lo ve particularmente entre las generaciones jóvenes, manifiestamente frustradas por la poca eficacia espiritual de las reformas de Vaticano II. Si consideramos los reproches tan duros y amargos que los progresistas lanzan contra Benedicto XVI, está claro que ellos perciben en la propia persona del Papa actual una de las causas más vigorosas de este principio de renovación. Y por lo mismo, incluso si nos parece que todas las iniciativas del Papa son más bien tímidas, contrarían profundamente al mundo revolucionario e izquierdista, tanto en el interior como en el exterior de la Iglesia, y esto a varios niveles.
Esta irritación de los progresistas y del mundo se deja sentir, en primer lugar, en los temas referentes a la moral. En particular, la izquierda y los liberales están irritados por las palabras, no obstante bien sopesadas, del Papa acerca del uso de los preservativos sobre la cuestión del sida en África. Referente a la vida de la Iglesia, en 2007 la rehabilitación de la misa de siempre en su derecho y luego la anulación, dos años más tarde, de la pena infamante que podía descalificarnos a nosotros, han provocado la rabia de los liberales y progresistas de todo pelaje. Además, la acertada iniciativa de un año sacerdotal que vuelve a poner en honor al sacerdote, recordando su importancia capital y tan necesaria para la salvación de las almas, y proponiendo como modelo al Santo Cura de Ars, no sólo es una invitación dirigida al pueblo cristiano a rezar por los sacerdotes, sino también un llamamiento a recurrir al sacramento de la penitencia, que ha caído completamente en olvido en grandes porciones de la Iglesia, así como a cuidar el culto eucarístico, especialmente considerando la importancia de la adoración de Nuestro Señor en la Sagrada Hostia, indicación clara de la realidad de la presencia real y sustancial de Nuestro Señor Jesucristo.
Igualmente, la designación de obispos claramente conservadores, entre los cuales un cierto número ya celebraban antes la misa tridentina. Podríamos citar también como ejemplo innegable de la realidad de esta pequeña ola que va en sentido contrario la Carta a los católicos de Irlanda invitando a la penitencia, a la confesión y a los ejercicios espirituales, pidiendo también la adoración a Jesús Eucaristía. Aunque en nuestros medios se estime, con razón, que estos esfuerzos son aún insuficientes para frenar la decadencia y la crisis de la Iglesia, particularmente al ver cierto número de actos que se sitúan en la triste línea de su predecesor, como las visitas a la sinagoga y al templo protestante, con todo, en los medios progresistas ha sonado la hora del zafarrancho de combate. La gran ola se enfrenta con la pequeña con una violencia sorprendente. No es de extrañar que el encuentro de ambas olas, tan desiguales, cause tantos remolinos y tumultos, y provoque una situación muy confusa, en la que es muy difícil distinguir y predecir cuál de las dos olas va a prevalecer. No obstante, se trata de algo nuevo, y merece ser saludado. No se trata de caer en un entusiasmo inconsiderado, que pretendería hacer creer que la crisis de la Iglesia ya ha terminado; al contrario, como las fuerzas van envejeciendo y ven que otra vez se replantea lo que ellos pensaban que finalmente se había adquirido, seguramente van a emprender un combate de gran envergadura para intentar salvar ese sueño de modernidad que empieza a venirse abajo. Es muy importante que mantengamos una mirada lo más realista que podamos sobre lo que está sucediendo. Aunque nos alegramos de todo lo bueno que se hace en la Iglesia y en el mundo, sin embargo no nos hacemos ilusiones ante la gravedad de la situación actual.
¿Qué se puede prever para los años venideros? ¿La paz en la Iglesia o la guerra? ¿El triunfo del bien y su tan ansiado regreso, o una nueva tormenta? ¿Conseguirá la pequeña ola crecer lo bastante como para imponerse un día? La certeza del cumplimiento de la promesa de Nuestra Señora en Fátima –«al final mi Corazón Inmaculado triunfará»–, no responde necesaria ni directamente a nuestra pregunta, pues no queda completamente excluido si habrá que pasar primero por una tribulación aún mucho mayor antes de llegar al tan ansiado triunfo…
Volvemos a encontrar este tremendo desafío en nuestra cruzada de rosarios, aunque con esto no quisiéramos quitar nada a la alegría del anuncio del resultado extraordinario de nuestra Cruzada del Rosario. Hace un año, os habíamos pedido audazmente una docena de millones de rosarios para coronar y rodear con una magnífica guirnalda de alabanzas, como otras tantas estrellas, a Nuestra buena Madre del Cielo, la Madre de Dios, esa Madre que se presenta ante los enemigos de Dios como «un ejército en orden de batalla» (Cant. 6, 3). Vosotros habéis respondido con tanta generosidad que ahora podemos llevar a Roma un ramillete de más de 19 millones de rosarios, sin contar los de todas las personas que se han unido a nosotros sin ser directamente feligreses nuestros.
Desde luego no fue por casualidad que Pío XII, al proclamar el dogma de la Asunción, quiso cambiar el Introito de la fiesta del 15 de agosto por el fragmento del Apocalipsis que saluda al gran signo que apareció en el cielo. Este fragmento del Apocalipsis inaugura la descripción de una de las guerras más terribles expuestas en el Libro sagrado: el gran dragón, que va a barrer con su cola una tercera parte de las estrellas, viene a presentar batalla a la gran Señora (cf. Apoc. 12). ¿Está destinado a nuestro tiempo este pasaje? Podemos fácilmente creerlo, aunque evitando hacer aplicaciones demasiado literales y unívocas de estos misterios y descripciones proféticas. No dudamos en modo alguno que todas nuestras oraciones tienen su importancia, incluso una grandísima importancia, en este momento de la historia en que estamos. No obstante, pensamos que tenemos que exhortaros y alentaros en estas circunstancias de la historia de la Iglesia.
Vuestra gran generosidad muestra, sin que quepa duda alguna, vuestra adhesión y vuestro amor muy reales a nuestra santa Madre la Iglesia católica romana, al Sucesor de San Pedro y a la jerarquía, incluso si hemos de sufrir mucho de parte de ella. Dios es mucho más fuerte que el mal, y el bien vencerá, aunque tal vez no con toda la pompa que hubiéramos deseado.
Ahora hay que convencer a las autoridades para que realicen la famosa consagración de Rusia que ellos dicen que ya han realizado, y hay que recordar la actualidad de lo que decía Nuestra Señora de Fátima, siendo que, en el año 2000, quisieron pasar la página para no volver ya sobre el tema. Parecen multiplicarse las dificultades y los obstáculos para que no se pueda realizar de ninguna manera lo que pedimos. Poco importa; contamos mucho más con Dios que con los hombres; del mismo modo que esperamos de actos tan sencillos como el de la consagración de Rusia al Corazón Inmaculado de María resultados sorprendentes para la Iglesia y para el mundo, y que superan todo lo que podemos imaginar. Se trata de una locura ante los ojos de los hombres, pero es realmente el reflejo de lo que ya predicaba San Pablo en su época: lo que es sabiduría a los ojos de los hombres es una locura para Dios, mientras que los sabios del mundo consideran la sabiduría de Dios como una necia locura (cf. 1 Cor. 1, 20).
Ahora que vamos a transmitir al Santo Padre vuestros notables esfuerzos, lo mismo que la razón de tales oraciones, esperando contribuir de este modo al bien de la Iglesia, os pedimos que sigáis con estos mismos esfuerzos. Siguiendo el ejemplo a que nos invita el propio Nuestro Señor en su exhortación tan conmovedora a la oración: «Pedid y recibiréis», insistiendo e insistiendo mucho (cf. Mt. 7, 7-11). La magnitud de lo que pedimos, aunque no quepa duda de que seremos escuchados, exige una insistencia y una perseverancia proporcionadas.
Recordemos también que lo esencial del mensaje de Fátima no consiste únicamente en la consagración de Rusia, sino sobre todo en la devoción al Corazón Inmaculado de María. Que todas estas oraciones y sacrificios nos hagan crecer y ahondar a todos en esta devoción especial al Corazón de la Madre de Dios. Dios quiere dejarse conmover por este medio.
Nuestro mayor deseo, a principios de este mes de mayo, mes de María, es que todos nos volvamos a poner bajo su maternal protección. Agradeciéndoos vuestra generosidad tan grande, le pedimos a Nuestra Señora que, junto con el Niño Jesús, se digne bendeciros.
+Bernard Fellay
1 de mayo de 2010, fiesta de San José Obrero
Visto en:
]]>Al que ven en la foto es Víctor García Rayo, periodista de Punto Radio y conspicuo cofrade sevillano. El pasado sábado, pronunció el Pregón de las Glorias, pregón de exaltación mariana y que abre, por llamarlo de alguna manera, este tiempo de procesiones de gloria en Sevilla.
El pregón del señor García Rayo fue valiente, comprometido, católico, es decir, todo lo contrario que el acto de exaltación agnóstica - digo del Pregón de Semana Santa - del señor Barbeito.
El pregonero comenzó invitando al Arzobispo a que le diese la mano y le acompañase en este paseo por la Sevilla mariana:
Déme la mano Monseñor,
traiga su cruz al camino,
que quiero explicarle ahora
el valor que tiene el trigo
cuando Sevilla y su siega
dan a la vida sentido
y la Virgen Pura y Limpia
cruza el Arco del Postigo.Déme la mano Pastor,
no tema venir conmigo.
Que me ha encargado Sevilla
servirle de Lazarillo
y si disfruta el paisaje
de la ciudad de los siglos,
entenderá el cielo azul
que divisa el giraldillo.Tome mi mano, Pastor,
y goce del paseíllo.
Que yo le cuento las horas,
que yo le beso el anillo;
que la palabra pastor
nunca tuvo más sentido
que cuando vimos llorar
a nuestro Carlos Amigo.Tome mi mano, Pastor,
no tema el alma del hijo.
Necesito un confesor
por si peco en el camino.
Porque la Gracia de Dios
requiere un altar de Amor
y aquí tiene al monaguillo.Le hablaré de blancas manos,
oro y espigas del trigo,
de los salmos, de la luna,
y de Madres con sus Hijos.
Hablaremos de esperanza,
de Rosario en el camino.
De Alegría, y Madre de Dios,
y de sueños de Rocío.Venga conmigo Pastor,
a las Glorias le convido.
A la Luz, el Carmen, Mercedes,
al sueño celeste que vivo.
Déme la mano, Monseñor,
por Caridad se lo pido.
Se lo dice un nazareno
que es azul del Baratillo.
El momento álgido llegó con lo que el pregonero calificó como «la sociedad vacía», esa sociedad que quieren construir los enemigos de Dios y de su Iglesia:
Que no nos quiten los símbolos religiosos de los colegios, que no falten las capillas en los hospitales, que sepan nuestros niños a qué sabe el abrazo de María, el refugio de nuestros problemas en la oración ante una imagen bendita de la Reina de los Cielos. Que nos dejen soñar, que gocemos de la gloria de la Resurrección, que podamos acudir a nuestros símbolos en todos los momentos de dolor y de agradecimiento.
Centros sanitarios de Sevilla. ¿Nos hemos detenido en sus nombres? Sólo en los nombres comenzamos a sentir alivio. Sagrado Corazón, Santa Isabel, San Lázaro, ese hospital de San Jacinto que tiene en su fachada a la Esperanza de Triana… y Nuestra Señora de Valme, y dos ciudades sanitarias que a veces curan con el nombre: Virgen Macarena, Virgen del Rocío… Que le quiten pues los nombres a esos hospitales, que cierren sus capillas y descuelguen sus cuadros, que no nos dejen rezar ni en las clases, ni en los hospitales, ni en los lugares públicos como si acercarse al corazón de Dios coartara la libertad de los demás. Y el valiente que lo haga, que se lo cuente a los enfermos, que se lo diga a los familiares, que no dejen entrar al cura para darnos la última ración del cuerpo de Cristo. ¡Cofrades de las glorias, rezad también por quienes pretenden diseñar una sociedad vacía!
Efectivamente, esta es la sociedad que quieren construir, una sociedad sin Dios, una sociedad vacía, alejada de su Creador.
Y el final, un canto de amor a la Iglesia y a la Madre de Dios:
Monseñor, ya no puedo más. Me queda derramar mi sangre por la Iglesia si usted ahora me lo pidiera. Me queda solicitarle amor por las Glorias de Sevilla. Me queda soltarle mano y volverla a besar. Me pesan en los hombros las piedras de mi Catedral. Me lloran las horas del pregón, me saben las palabras a sal. Me persiguen los sueños de gloria, y ya me angustia el atril. Y le debo mi amor por Sevilla a mis padres, que me engendraron y me ayudaron a cuidar el cofre en el que se guarda el regalo más hermoso, el de la fé.
Yo no sé si esto es un sueño
o despertaré más tarde.
Soy un hijo afortunado
que siempre tuvo dos madres.Está mi Madre del Cielo,
que tiene cientos de nombres,
y está mi madre en la tierra,
Mercedes, siempre Mercedes.Gloria a las madres del mundo,
que es el amor que más brilla.
Por eso me tiembla la voz
en la hora del adiós
y el beso de despedida:
Yo nunca podrá pagarte
lo más grande que tú has hecho,
que fue parirme en Sevilla.Déme la mano, Monseñor,
y si mi mano no abriga,
salga a la calle el Pastor
y compruebe el esplendor
de las glorias de Sevilla.
Entre el pregón de Víctor García Rayo y el de Barbeito media un abismo: el de la fe.
Desde este humilde rincón no resta más que darle la enhorabuena a este pregonero de las Glorias de María.
]]>Aquí lo dejo para que todos podamos hacerlo.
]]>Que Santa Catalina de Siena interceda para que se acaben todos estos abusos litúrgicos:
Oremus
Da, quaesumus omnipotens Deus: ut, qui beatae Catharinae Virginis tuae natalitia colimus; et annua solemnitate laetemur, et tantae virtutis proficiamus exemplo.
Per Dominum nostrum Jesum Christum, Filium tuum: qui tecum vivit et regnat in unitate Spiritus Sancti Deus, per omnia saecula saeculorum.
Amen.
Oremos:
Concédenos, ¡oh Dios omnipotente!, que cuantos celebramos la entrada en el cielo de tu santa virgen Catalina, nos alegremos en su festividad anual y adelantemos con el ejemplo de sus grandes virtudes. Por nuestro Señor Jesucrito, tu Hijo: que contigo vive y reina en unidad del Espíritu Santo, Dios por todos los siglos de los siglo.
Amén.
Fuente: Gott mit uns
]]>Dos noticias que leemos con estupor.
1ª. Mientras el periodista congoleño Gastón Asitaki, viene a decir que menos condones y más penicilina y antibióticos, mostrando por otra parte, como los USA imponen un programa de planificación familiar cuando el problema es de atención básica de salud, el obispo Kevin Dowling (foto de arriba), de la diócesis de Rustenburg, Sudáfrica, cuando predicaba en un templo protestante en Albany, Nueva York, defendió la ayuda al uso del profiláctico.
2ª.- El obispo auxiliar de Camberra, Pat Power (foto anterior), dice que la Iglesia necesita una reforma total, una «reforma sistémica».
Así, «temas como la naturaleza autoritaria de la Iglesia, el celibato obligatorio para el clero, la participación de las mujeres en la Iglesia, la enseñanza de la sexualidad en todos los aspectos no pueden ser ignorados. Escuchar debe ser un componente clave de la reforma y, a veces, eso implicará escuchar verdades desagradables. Es necesario reconocer que toda la sabiduría no reside exclusivamente, en el presente, en todos los líderes varones de la Iglesia y que las voces de los fieles deben ser escuchadas»
¡Señor ven pronto!
Visto en: Catapulta.
]]>Ayer en Pasión en Sevilla, se publicó la siguiente noticia:
La Plaza de toros de la Maestranza acogerá la ceremonia de beatificación de la Madre María de la Purísima, hermana de la Cruz, que se celebrará el próximo 18 de septiembre en un acto “brillante", según ha señalado el arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo.
El arzobispo ha destacado “el amor a los pobres y la austeridad” que predicó durante toda su vida María de la Purísima, que “sólo” trece años después de su muerte será beatificada.
“Su beatificación se produce en un periodo de tiempo excepcionalmente corto, debido a la evidencia de sus virtudes y su santidad", ha precisado Asenjo.
A María de la Purísima se le atribuye la curación de una niña onubense de 3 años que en 2004 sufrió una parada cardiorrespiratoria y se recuperó después de que sus padres se encomendaran a la futura beata, según ha apuntado el arzobispo.Los delegados diocesanos, Luis Rueda y Francisco de Paula Muriel, encargados de la organización del acto, han informado de las actividades que se realizarán con motivo de la beatificación, entre las que figuran la elaboración de un cartel informativo, obra del artista Francisco Borrás; la edición de un sello oficial y de un cupón de la ONCE y la celebración de catequesis para jóvenes.
A María de la Purísima se le atribuye la curación de una niña onubense de 3 años que en 2004 sufrió una parada cardiorrespiratoria
El arzobispo ha declarado que entre los objetivos marcados en la beatificación, además de dar a conocer el servicio de las hermanas de la Cruz, se encuentra dotar a este acontecimiento de “una tonalidad vocacional para que muchas jóvenes se sientan atraídas", y hacer un llamado universal a la santidad.
Los delegados han adelantado que se habilitarán los alrededores de la Maestranza con sillas y pantallas para duplicar la capacidad de la plaza -con un aforo de 15.000 personas- y acoger a los numerosos fieles que prevén acudirán a la ceremonia, además han apuntado que toda la información sobre el acto se podrá consultar en la web www.madremariadelapurisima.org.
Es decir, que la beatificación de la Madre María de la Purísima se realizará en el coso de la Maestranza. Por mucho que me gusten los toros, ¿es acaso el ruedo el lugar idóneo, digno, para llevar a cabo una beatificación?.
Según informa Ecclesia Digital, la elección del sitio ha sido justificada en base a la capacidad, ubicación, acceso y disponibilidad, es decir, el mismo criterio que utilizan los organizadores de un partido de fútbol; pero, ¿y la dignidad? Nadie se acordó de ella.
La Catedral, una de las más grandes de la cristiandad, nodo de fe, el corazón de la ciudad, que emerge como gran mole cuando se baja del Aljarafe mostrando su grandeza y su belleza, con la Giralda, anunciando al mundo lo que lleva inscrito en su perímetro, Turris fortissima nomen Dei, no es el lugar idóneo.
¿Es que la Catedral de Sevilla, Santa María de la Sede, ha quedado reducida a mero museo religioso?
Sin embargo, no es el único lugar digno en Sevilla para llevar a cabo la beatificación de la Madre María de la Purísima; ciertamente es el óptimo, el más adecuado, pero hay otros, más de dos y de tres, que podrían haber sido escogidos antes que la plaza de toros, ese gran teatro de las vanidades humanas, que se compadecen muy bien, por otra parte, con el carisma de las Hermanas de la Cruz.
¡Qué pena de mi Sevilla!
p.s. Luis Rueda, impartía clases de Liturgia en el Centro de Estudios Teológicos para Seglares - desconozco si este año continua con la docencia o no -. O sea.
]]>Evidentemente, las diferencias no son únicamente teológicas. ¿Se entienden ahora las declaraciones del Arzobispo Ortodoxo Hilarión de Volokolamsk?:
Los servicios divinos ortodoxos son un tesoro inapreciable que debemos custodiar cuidadosamente. He tenido la oportunidad de estar presente en servicios tanto católicos como protestantes, que fueron, con raras excepciones, bastante decepcionantes… Desde las reformas litúrgicas del Concilio Vaticano II, los servicios en algunas iglesias católicas han acabado siendo poco diferentes a los protestantes
Pues eso.
Visto en Fides et Forma.
]]>Leemos en la magnífica página Una Voce Málaga – esa página que nos muestra y demuestra que, en temas litúrgicos, España es el país de la charanga y la pandereta -, que los amigos de Una Voce Gerona han recibido el no por respuesta para la celebración de la Misa según la Forma Extraordinaria.
Según dicen los amigos de Una Voce Gerona, su petición fue denegada:
a pesar de cumplir con todas las condiciones establecidas por el motu proprio «Summorum Pontificum
Yo creo que los fieles gerundenses han cometido un error táctico. Deberían haberse buscado un intermediario que hubiese llevado la propuesta a buen puerto. Pienso en Jordi Pujol, ese adalid del nacionalismo catalán, antiabortista y a la vez favorable a la existencia de una ley del aborto y conspicuo conferenciante para las Jornadas Diocesanas de Presbítero y Diáconos del susodicho obispado. ¿Alguien da más?.
Si estos fieles se hubiesen cobijado bajo la sombra de Pujol, ¿acaso les hubiera denegado el Obispo una Misa Tradicional? ¡Quiá!
Si hubiesen elegido un buen mediador, no habrían tenido que recalar en la diócesis francesa de Elna-Perpiñán, para asistir allí a la Misa, haciéndoselo pasar además tan mal al Obispo, que con gran dolor de corazón habrá tenido que mandar a sus hijos a otra diócesis.
p.s.
En la página del Obispado se pueden leer las «Cartas del obispo Francesc Pardo i Artigas en el Full Parroquial de la diócesis de Girona». En la de este domingo pasado(25 de Abril, San Marcos), leo lo siguiente:
Hay que tener muy presente una afirmación de un gran teólogo del siglo pasado: “El cristiano del futuro será místico –una persona que ha experimentado algo nuevo y distinto– o no será cristiano”. Porque la espiritualidad del futuro no se basará en una convicción unánime, evidente y pública, ni en un ambiente religioso generalizado, sino en la experiencia y en la decisión personal, con el apoyo y el acompañamiento de los hermanos de la comunidad
Ahora lo entiendo todo.
]]>El blog Rorate Caeli se hace eco de una anécdota recogida en el blog Ethics Forum, ocurrida el pasado mes de Enero, entre el rabino Neusner y el Santo Padre Benedicto XVI.
Como hemos dicho, el pasado mes de Enero, Neusner se encontró con el Papa en Roma. Al fin de semana siguiente, el rabino escribió lo siguiente en el diario Corriere della Sera, de Milán:
Le pregunté qué escribiría cuando acabase este libro (el segundo volumen de Jesús de Nazaret). Sonriendo, me contestó, «Nada más. Este es mi ultimo libro. Tengo otros asuntos que atender»
¿Estamos ante inminentes cambios y reformas en la Iglesia?
Oremos a Dios por el Papa, para que le de la sabiduría y las fuerzas necesarias para el buen gobierno de su rebaño.
]]>Cada una de las diez comisiones conciliares debía estar presidida por un cardenal nombrado por el Papa, y constaban de veinticuatro miembros, dos tercios elegidos por los Padres conciliares y un tercio designados por el Papa. Los nombramientos papales se harían tras el anuncio del resultado de las elecciones.
El arzobispo Pericle Felici, Secretario General del Concilio, se encontraba explicando a la asamblea de Padres, en su fluido latín, el procedimiento electoral, cuando el Card. Liénart, que ejercía como uno de los diez presidentes conciliares (los cuales se sentaban en una larga mesa presidiendo el aula conciliar), se levantó de su asiento y pidió la palabra. Expresó su convicción de que los Padres conciliares necesitaban más tiempo para estudiar la cualificación de los diversos candidatos. Según explicó, tras consultar con las conferencias episcopales nacionales todos sabrían quiénes eran los candidatos más cualificados, y sería posible votar con conocimiento de causa. Solicitó un aplazamiento de algunos días para la votación.
La sugerencia fue recibida con aplausos, y tras un momento de silencio el Card. Frings se levantó para secundar la moción. También él fue aplaudido.
Tras una apresurada consulta con el Card. Eugène Tisserant, quien como primero de los presidentes del Concilio dirigía la asamblea, el arzobispo Felici anunció que la Presidencia del Concilio había accedido a la petición de los dos cardenales. (…)
El primer encuentro de trabajo, incluida la Misa, había durado sólo cincuenta minutos. Al salir del aula conciliar, un obispo holandés voceó a un sacerdote amigo suyo desde alguna distancia: «¡Ha sido nuestra primera victoria!».
Las diferentes conferencias episcopales nacionales se pusieron inmediatamente a trabajar en la confección de sus listas. Los obispos alemanes y austríacos, dados sus lazos lingüísticos, decidieron establecer una lista combinada. Los dos cardenales alemanes no eran elegibles, por ser el Card. Frings miembro de la Presidencia del Concilio, y el Card. Julios Döpfner, de Munich, miembro del Secretariado de Asuntos Extraordinarios del Concilio. Sin embargo, el Card. Franziskus König, de Viena, que no ocupaba ningún puesto en el Concilio, quedó pronto ubicado a la cabeza de la lista de candidatos a la comisión más importante de todas, la Comisión Teológica. Al finalizar las discusiones, el grupo germano – austríaco disponía de una lista de veintisiete candidatos. (…)
Sin embargo, al irse formando las listas, el elemento liberal del Concilio comprendió con inquietud que su propuesta de elaborar listas separadas por conferencias episcopales no constituía una salvaguarda real contra el dominio ultraconservador de las comisiones. En efecto , en aquellos tempranos días del Concilio se pensaba que países como Italia, España, los Estados Unidos, el Reino Unido y Australia, y toda Iberoamérica, se alinearían con los conservadores. Sólo Italia tenía en torno a 400 Padres conciliares, los Estados Unidos unos 230, España cerca de 80 e Iberoamérica casi 650. Europa tenía más de 1100, incluyendo los italianos y los españoles. África, con sus casi 300 votos, estaba en el alero, y podía ser ganada para cualquiera de los dos bandos. Tales consideraciones impulsaron a los obispos de Alemania, Austria y Francia a proponer una lista combinada con los obispos de Holanda, Bélgica y Suiza. Al mismo tiempo, el obispo holandés Joseph Blomjous, quien regía la diócesis de Mwanza (Tanzania), junto con el arzobispo Jéan Zoa, de Yaoundé (Camerún), nacido en África, se habían ocupado de organizar a los obispos de África anglófona y francófona. Ellos ofrecieron su lista de candidatos al grupo encabezado por el Card. Frings, asegurando así numerosos votos africanos.
Los seis países europeos, que formaban ahora una alianza de hecho, aunque no nominal, encontraron candidatos adicionales de tendencia liberal entre cardenales, arzobispos y obispos de otros países. Así, incorporaron en su lista a ocho candidatos de Italia, , ocho de España, cuatro de los Estados Unidos, tres del Reino Unido, tres de Australia, y dos de Canadá, India, Japón, Chile y Bolivia. Otros cinco países estaban representados con un candidato cada uno, y África por dieciséis. Esta lista del Card. Frings vino a ser denominada la lista «internacional», y contenía 109 candidatos cuidadosamente seleccionados para garantizar una amplia representación de la alianza europea en las diez comisiones.
La tarde del lunes 15 de Octubre (nota: 1.962), al menos treinta y cuatro listas distintas de candidatos se habían preparado y entregado al Secretario General del Concilio, quien las hizo imprimir en un folleto de veintiocho páginas titulado Listas de Padres conciliares propuestos por las Conferencias Episcopales para la elección de las Comisiones Conciliares.
(…)El resultado de estas elecciones fue notablemente satisfactorio para la alianza europea. De los 109 candidatos presentados por la alianza, 79 fueron elegidos, lo que suponía un 49 % de los puestos. Cuando se proclamaron los nombramientos papales, éstos incluían ocho candidatos más adelantados por la alianza europea. Los candidatos de la alianza constituían el 50 % de los miembros elegidos para la Comisión Teológica, la más importante. En la Comisión Litúrgica la alianza tenía mayoría de 12 a 4 entre los miembros electos, y de 14 a 11 una vez realizadas las designaciones papales.
Ocho de cada diez candidatos propuestos por la alianza europea ocuparon un puesto en las comisiones. Alemania y Francia estaban representadas en todas las comisiones, salvo en una. Alemania tenía once representantes; Francia, diez. Holanda y Bélgica obtuvieron cuatro puestos cada una; Austria, tres; y Suiza, uno.
(…) En el último momento se anuncio que el Papa Juan nombraría nueve miembros para cada comisión, en lugar de los ochos previstos en el Reglamento. De los noventa que designó, ocho eran superiores generales. De los 250 Padres conciliares elegidos o nombrados para las diez comisiones conciliares, 154 (62 %) habían trabajado en una comisión preparatoria, y por tanto tenían experiencia previa.
Tras esta elección, no parecía demasiado difícil prever qué grupo estaba lo bastante organizado para asumir el liderazgo del Concilio Vaticano II. El Rin había comenzado a desembocar en el Tíber.
Tercera victoria.
El trabajo del Concilio consistía, por decirlo con brevedad, en examinar los esquemas (borradores previos) de las constituciones y decretos, y luego enmendarlos, aceptarlos o rechazarlos. Para entender lo que suponía rechazar un esquema, lo cual ocurrió a menudo durante la primera sesión, debemos contemplar el pasado de los esquemas, que fueron preparados durante un periodo de tres años y cinco meses de intenso trabajo previo a la apertura del Concilio.
La primera fase del trabajo comenzó el día de Pentecostés (17 de mayo) de 1.959, cuando el Papa Juan creó una Comisión Ante-Preparatoria presidida por su experto Secretario de Estado, el Card. Domenico Tardini, para auxiliarle en la determinación de las materias objetos del Concilio. (…) El Papa eligió como miembros de la comisión a un representante de cada una de las diez Sagradas Congregaciones de la Curia Romana, y como secretario designó a otro muy diestro miembro de la Curia, Mons. Felici.
Doce días después de su nombramiento para la presidencia de la Comisión Ante-Preparatoria, el Card. Tardini invitó a las Sagradas Congregaciones de la Curia Romana a realizar un estudio amplio de todas las materias de su competencia, y a plantear propuestas concretas sobre los asuntos que considerasen podía ser útil presentar a las futuras comisiones preparatorias. Tres semanas más tarde, envió 2593 copias de una carta a otros tantos prelados de todo el mundo, informándoles de que el Papa Juan XXIII deseaba su consejo en la elaboración del elenco de temas que debían discutirse en el Concilio. (…) los prelados eran libres de consultar a «clérigos prudentes y expertos» la formulación de sus respuestas. La carta no sólo fue enviada a quienes gozaban del derecho de asistencia al Concilio en virtud del derecho canónico, sino también a obispos auxiliares, vicarios y prefectos apostólicos, y superiores generales de congregaciones religiosas no exentas.
En julio de 1959 el Card. Tardini invitó a los rectores de las universidades católicas y a los decanos de las facultades de teología de Roma y de todo el mundo (sesenta y dos en total) a prepara una serie de estudios sobre cuestiones que considerasen especialmente oportunas e importantes (…).
Mons. Felici envió una segunda carta a los prelados que con fecha 21 de marzo de 1.960 aún no habían respondido: «El Sumo Pontífice, quien se halla dedicado directa y personalmente a la conducción y preparación de las actividades del Concilio, le estaría muy agradecido si respondiese». Adjuntaba una copia de la carta enviada por el Card. Tardini nueve meses antes.
Se recibieron un total de 1998 respuestas (77 %) a las dos cartas. (…)
Mons. Felici trabajó calladamente con nueve asistentes en una oficina de diez habitaciones situada a la sombra de San Pedro. Su tarea consistía en clasificar y resumir las recomendaciones que llegaban por correo. (…)
Las respuestas de los prelados llenaban ocho gruesos volúmenes; los de las universidades y facultades de teología, tres; y los de las Sagradas Congregaciones de la Curia Romana, uno. Añadidos a estos doce volúmenes, uno contenía todas las declaraciones del Papa Juan concernientes al Concilio, dos incluían un análisis de las propuestas de los prelados, y uno constituía el índice. Estos dieciséis volúmenes de casi diez mil páginas servirían como base para el trabajo de las futuras comisiones preparatorias. Mons. Felici y su equipo completaron todo este trabajo en el espacio de un año.
La Comisión Ante-Preparatoria estaba en disposición de indicar qué materias debían someterse a estudio en el Concilio. También podía sugerir (y era otra de sus misiones) qué estructura organizativa exigiría llevar a cabo la segunda fase del trabajo preparatorio del Concilio.
El día de Pentecostés (5 de junio) de 1960, el Papa Juan inauguró la segunda fase del trabajo preparatorio. Se establecieron doce comisiones preparatorias y tres secretariados. Por encima existía una Comisión Preparatoria Central con tres subcomisiones. El mismo Papa presidía la Comisión Preparatoria Central, que constaba de 108 miembros y 27 consultores de 57 países. (…) Este cuerpo central era la agencia de coordinación de los otros grupos, supervisaba su trabajo, enmendaba sus textos, los declaraba adecuados o inadecuados para su tratamiento en el Concilio, e informaba al Papa de las conclusiones alcanzadas por cada comisión y cada secretariado, de modo que él pudiese tomar las decisiones finales en cuanto a qué temas debían someterse al Concilio.
(…) El 9 de julio de 1960, el arzobispo Felici envió a los miembros de las comisiones preparatorias y secretariados los asuntos que, en cuanto escogidos o aprobados por el Papa, debían ser estudiados. Cuatro meses después, la actividad de estos organismos comenzó oficialmente cuando el Papa Juan recibió en la basílica de San Pedro a los 871 hombres implicados.
Tras dos años de trabajo, (…) se habían preparado un total de 75 esquemas. (…)
El 13 de julio de 1962, tres meses antes de la apertura del Conilio, el Papa Juan decretó que los siete primeros esquemas (…) se enviarían a todos los Padres Conciliares del mundo.
(…)
Poco después, diecisiete obispos holandeses se reunieron en ‘s-Hertogenbosch, a invitación del obispo Willem Bekkers, para discutir los esquemas. Existía una insatisfacción generalizada con las cuatro primeras constituciones dogmáticas, tituladas Las fuentes de la Revelación, La preservación íntegra del depósito de la fe, El orden moral cristiano, y Castidad, matrimonio, familia y virginidad, y un acuerdo general en que el quinto, sobre liturgia, era el mejor. Se discutió y aprobó entonces una proposición según la cual debía prepararse, y distribuirse ampliamente entre los Padres conciliares, un comentario que resultase los puntos débiles de las constituciones dogmáticas y sugiriese la ubicación del esquema sobre liturgia en el primer lugar de la agenda conciliar.
En realidad, el único autor del comentario, publicado de forma anónima, fue el P. Edward Schillebeeckx, O.P. , un belga profesor de Teología dogmática en la Universidad Católica de Nimega (Holanda) y teólogo de cabecera de la jerarquía holandesa. Contenía una crítica devastadora a las cuatro constituciones dogmáticas, alas que se acusaba de representar exclusivamente a una escuela de pensamiento teológico. Sólo el quinto esquema, sobre liturgia, era descrito como «un trabajo admirable».
(…)
Se prepararon versiones en latín, inglés y francés de este comentario. El obispo Tarsicio van Valenberg, capuchino holandés de setenta y dos años, imprimió en Roma cerca de 1500 copias, que se distribuyeron a los obispos de todos los países a medida que llegaban al Concilio.
Antes de la difusión de este comentario, las conferencias episcopales no habían conocido lo que los obispos de otros países pensaban sobre las primeras cuatro constituciones dogmáticas. Como declaró un prelado, «sólo después de ver el comentario se atrevieron los Padres conciliares a manifestar sus secretos pensamientos sobre los esquemas».
Como consecuencia de esta iniciativa holandesa, conferencias episcopales y obispos individuales elevaron a la consideración de la Presidencia del Concilio numerosas peticiones a que se retrasase el tratamiento de las cuatro constituciones dogmáticas, y el esquema de liturgia fuese discutido en primer lugar. En realidad nada se había decidido sobre la secuencia de debate de los esquemas, pues según el Reglamento este asunto era jurisdicción de la Presidencia del Concilio.
La propuesta fue apoyada con fuerza por los cardenales Frings, Liénart, y Bernard Alfrink (de Utrecht, Holanda), en una reunión de los diez presidentes del Concilio celebrada tras la breve I Congregación General del 13 de Octubre. El lunes inmediato, el Papa Juan recibió a los diez presidentes en audiencia privada. A la mañana siguiente se anunció en el aula conciliar que el primer esquema que se presentaría a discusión sería la constitución sobre liturgia.
Con este anuncio del martes 16 de octubre, durante la II Congregación General, la alianza europea se había anotado otra victoria. Aunque las dos primeras (la posposición de las elecciones y la colocación de candidatos cuidadosamente seleccionados en las comisiones conciliares) recibieron una amplia cobertura informativa, esta tercera victoria pasó desapercibida.
Ralph M. Wiltgen, S.V.D.; El Rin desemboca en el Tíber. Ed. Criterio Libros, 1.999; pp. 21 - 29
]]>Seguramente que Roscelin (1) no es completamente cristiano. Si ha sido bautizado, si ha recibido una educación cristiana, no se le debe escuchar en modo alguno; no hay que pedirle tampoco razón de su error ni darle pruebas de nuestra verdad. Desde el momento en que se le haya hecho conocer, sin vuelta posible, su perfidia, que anatematice el veneno que ha vomitado en sus discursos, o, si no se aviene a cambiar, que caiga bajo los anatemas de todos los católicos.
Es, en efecto, una imprudencia y una locura el poner entre las cuestiones dudosas y controvertidas, a causa de un espíritu que carece de sentido, lo que está bien determinado y sólidamente establecido sobre base firme. Conviene defender nuestra fe con los argumentos de la razón contra los impíos, no contra los que pretenden regocijarse y tener el honor de llevar el nombre de cristianos. A éstos hay derecho a exigir que observen sin dejarse conmover el compromiso adquirido en el bautismo; en cuanto a los otros, hay que demostrarles por la razón la poca razón que tienen para despreciarnos. El cristiano debe servirse de la fe para adelantar en la inteligencia de la verdad, no de la inteligencia para llegar a la fe; tampoco le está permitido renunciar a la fe con pretexto de que no puede comprender la verdad. Pero cuando llega a comprender, se alegra; si no puede, que respete entonces lo que no alcanza.
(1) Roscelin, bretón, canónigo de Compiègne y feje fe los filósofos nominalistas, pretendía introducir tres substancias en la Trinidad, defendiéndose con la autoridad de Lanfranco y Anselmo. En previsión de un concilio (que tuvo lugar efectivamente en 1092) en Soissons, y al que debía asistir Foulques, San Anselmo hace en la primera parte de esta carta una hermosa confesión de sus creencias y venga a su maestro Lanfranco. Encarga a Foulques de leer, si es necesario, su carta en el concilio.
Carta 73, A Fulques, Obispo de Beauvais, Tomo II, Obras Completas de San Anselmo, BAC, 1.953, p.627
Como la divina Providencia ha escogido a vuestra santidad para confiarle la conservación de la fe y de la vida cristiana, así como el gobierno de su Iglesia, no hay nadie a quien se pueda acudir mejor cuando surge en la Iglesia algo contrario a la fe católica, para que sea corregido por vuestra autoridad, y si se da una respuesta al error, a ningún otro se la puede mostrar con más seguridad que a vos para que sea examinada por vuestra prudencia.
Carta sobre la Encarnación del Verbo, Dedicatoria al Papa Urbano II, Tomo I, Obras Completas de San Anselmo, BAC, 1.952, p. 687
Deus, qui populo tuo aeternae salutis beatum Anselmum ministrum tribuisti: praesta quaesumus; ut, quem Doctorem vitae habuimus in terris, intercessorem habere mereamur in caelis. Per Dominum nostrum Jesum Christum, Filium tuum: qui tecum vivit et regnat in unitate Spiritus Sancti Deus, per omnia saecula saeculorum.
Amen.
¡Oh Dios!, que has hecho a san Anselmo ministro para la salvación eterna de tu pueblo, concédenos que merezcamos tener por intercesor en los cielos al que hemos tenido por maestro de vida en la tierra. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en unidad del Espíritu Santo, Dios por todos os siglos de los siglos. Amen.
]]>Con este volumen, la Biblioteca de Autores Cristianos, inicia la recuperación de las obras completas de San Buenaventura.
El libro en cuestión, titulado «DIOS Y LAS CRIATURAS», contiene:
- Breviloquio
- Itinerario del alma a Dios
- Reducción de las ciencias a la teología
- Cristo, maestro único de todos
- Excelencia del magisterio de Cristo
La edición bilingüe se debe a las manos de: León Amorós, Bernardo Aperribay y Miguel Oromí.
Sólo resta felicitar a la editorial por la recuperación de estas obras fundamentales del pensamiento y la espiritualidad católicas, necesarias, hoy más si cabe.
]]>CIUDAD DEL VATICANO, 15 ABR 2010 (VIS).-El Santo Padre recibió hoy a los prelados de la Región Norte II de la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil, que acaban de realizar su visita “ad limina".
Hablando de la Eucaristía, el Papa recordó que constituye “el centro y la fuente permanente del ministerio petrino, corazón de la vida cristiana, fuente y cumbre de la misión evangelizadora de la Iglesia. Podéis comprender entonces la preocupación del Sucesor de Pedro por todo lo que pueda ofuscar el punto más original de la fe católica: hoy Jesucristo continúa vivo y realmente presente en la hostia consagrada y en el cáliz".
“Prestar a veces una menor atención al culto del Santísimo Sacramento constituye -dijo- un signo y una causa de oscurecimiento del sentido cristiano del misterio, como cuando en la Santa Misa Jesús no es el centro, sino una comunidad atareada en muchas cosas en lugar de estar recogida y dejarse atraer por lo único necesario: su Señor".
Benedicto XVI puso de relieve que “si en la liturgia no emerge la figura de Cristo, (…) no es una liturgia cristiana". Por eso, añadió, “qué lejos de todo esto se encuentran quienes, en nombre de la enculturación, caen en el sincretismo, introduciendo ritos tomados de otras religiones o particularismos culturales en la celebración de la Santa Misa".
Como escribía el Venerable Juan Pablo II, “el misterio de la Eucaristía es un don “demasiado grande” para admitir ambigüedades y reducciones, sobre todo cuando, “privado de su valor sacrificial, se vive como si no tuviera otro significado y valor que el de un encuentro convival fraterno".El Papa subrayó que “detrás de muchos de los motivos aducidos, existe una mentalidad incapaz de aceptar la posibilidad real de una intervención divina en este mundo para ayudar al ser humano. (…) La confesión de una intervención redentora de Dios para cambiar esta situación de alienación y de pecado es considerada por los que comparten una visión deísta como integrista, y lo mismo se dice a propósito del signo sacramental que hace presente el sacrificio redentor. Para ellos, sería más aceptable la celebración de un signo que corresponda a un vago sentimiento de comunidad".
“Pero el culto -continuó- no puede nacer de nuestra imaginación; sería un grito en la oscuridad o una simple autoafirmación. La verdadera liturgia supone que Dios responde y nos muestra cómo podemos adorarle. (…) La Iglesia vive de esta presencia y su razón de ser y existir es ampliar su presencia en el mundo".
El Santo Padre concluyó recordando que dentro de un mes se celebrará en Brasilia el XVI Congreso Eucarístico Nacional. En este contexto, pidió que Jesús Eucaristía “sea realmente el corazón de Brasil, de donde venga la fuerza para que todos los hombres y mujeres brasileños se reconozcan y ayuden como hermanos y miembros de Cristo. Quién quiera vivir, tiene donde vivir, tiene de qué vivir. Que se aproxime, crea, entre a formar parte del Cuerpo de Cristo y será vivificado".
Fuente: V.I.S. y Secretum meum mihi
]]>¡Feliz cumpleaños!
Oremus pro Pontifice nostro Benedicto XVI. Dominus conservet eum, et vivificet eum, et beatum faciat eum in terra, et non tradat eum in animam inimicorum ejus
A casi tres años de la promulgación del motu proprio Summorum Pontificum, ni una sola Misa con la Forma Extraordinaria ha sido oficiada en ninguna catedral española, ni siquiera como hecho puntual o aislado.
Sin embargo, lo que hizo el padre Jony, sí: Catedral de Tortosa, España.
Ver: Una Voce Málaga
También: Sector Católico.
]]>El rey Hermenegildo, hijo del rey de los visigodos Leovigildo, se ha convertido de la herejía arriana a la fe católica gracias a la predicación del reverendísimo varón Leandro, obispo de Sevilla, unido a mí en íntima amistada desde hace mucho tiempo.
Para hacerlo volver a la herejía, su padre arriano intentó persuadirlo con regalos y amedrentarlo con amenazas. Mas, como él respondiera con toda firmeza que jamás podría abandonar la fe verdadera una vez que la había conocido, el padre, airado, le privó del reino y le despojó de todos sus bienes. Pero, como ni siquiera así fuera capaz de debilitar la fortaleza de su alma, encerrándolo en una angosta prisión cargó de cadenas su cuello y sus manos. Así pues, el joven rey Hermenegildo, despreciando el reino terreno y ansiando con ardiente deseo el celestial, comenzó a yacer, encadenado, sobre una manta de piel de cabra, a prodigar súplicas a Dios todopoderoso para que lo confortara y a desdeñar la gloria de este mundo pasajero, tanto más exaltadamente cuanto que sabía que, aun encadenado, no había nada que pudiera serle arrebatado.
Llegado el día de la fiesta pascual, en el silencio de las altas horas de la noche su pérfido padre le envió un obispo arriano para que recibiera de sus manos la comunión de la sacrílega fe y mereciera por ello volver al favor de su padre. Pero el varón entregado a Dios se deshizo en reproches - como debía - ante el obispo arriano que había venido hasta él, y alejó de sí su perfidia con las reprensiones merecidas, porque, aunque exteriormente yacía encadenado, sin embargo, ante sí mismo, en la elevada altura de su alma, se mantenía firme y seguro de sí.
Y así, cunado el obispo regresó a Leovigildo, el padre arriano bramó y envió inmediatamente a sus guardias para que en el mismo lugar donde yacía mataran al inquebrantable confesor de Dios. Así se hizo. En efecto, nada más entrar, clavándole un hacha en la cabeza le quitaron la vida corporal, y de ese modo pudieron hacer perecer en él precisamente aquello que también el propio muerto había resuelto despreciar.
Pero, para mostrar su verdadera gloria, no faltaron tampoco los milagros celestiales. Así, en el silencio de la noche, junto al cuerpo del mencionado mártir y rey - rey verdaderamente por ello mismo, por haber sido mártir - empezaron a oírse cánticos de salmos. Y cuentan también algunos que allí mismo, en las horas nocturnas, se veían lámparas encendidas. Y por ello vino a suceder que su cuerpo acabó siendo debidamente venerado, como el de un auténtico mártir, por todos los fieles.
Por su parte, el padre pérfido y parricida, arrepentido, se lamentó de haber hecho lo que había hecho, pero no hasta el punto, sin embargo, de alcanzar la salvación. Reconoció, en efecto, que la fe católica era la verdadera, pero atemorizado por el miedo a su pueblono mereció llegar a convertirse a ella. Llegado el fin de sus días tras haber contraído una enfermedad, cuidó de encomendar al obispo Leandro - a quien antes había combatido con ahínco - a su hijo el rey Recaredo (al cual dejaba profesando su herejía), para que hiciera también con él mediante su predicación lo que antes había hecho con su hermano. Y una vez cumplida esta encomienda, falleció.
Tras su muerte, el rey Recaredo, siguiendo los pasos no de su padre herético, sino de su hermano mártir, se convirtió desde el error de la herejía arriana y condujo a todo el pueblo de los visigodos a la fe verdadera, hasta el punto de no permitir desempeñar cargos en su reino a quienes no temieran ser enemigos del Reino de Dios profesando la perfidia herética.
Y no es sorprendente que quien es hermano de un mártir se haya convertido en heraldo de la fe verdadera. Pues también los méritos de éste lo ayudan para hacer retornar a tantísima gente al seno de Dios todopoderoso. Y es que en relación con esta conversión nosotros debemos pensar que todo ello no habría podido realizarse en modo alguno si el rey Hermenegildo no hubiera muerto por la verdad. En efecto, como está escrito: Si el grano de trigo no muere cayendo en la tierra, entonces sólo perdura él; pero si muere, produce mucho fruto (Jn 12, 24).
Vida de San Benito y otras historias de santos y demonios. Diálogos. Gregorio Magno. Ed. Trotta, 2.010; pp. 183-184
Deus, qui beatum Hermenegildum Martyrem tuum coelesti regno terrenum postponere docuisti: da quaesumus nobis; ejus exemplo caduca despicere, atque aeterna sectari.
Per Dominum nostrum Jesum Christum, Filium tuum: qui tecum vivit et regnat in unitate Spiritus Sancti Deus, per omnia saecula saeculorum.
Amen.
¡Oh Dios!, que has enesañdo al mártir san Hermenegildo a preferir el reino celestial al terreno, te rogamos nos concedas que como el, despreciemos los bienes perecederos y corramos tras de los eternos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo: que contigo vive y reina en la unidad del Espiritu Santo, Dios, por los siglos de los siglos.
Amen.
¡San Hermenegildo, ruega por España!
]]>Las monjas carmelitas de Nuestra Señora de las Montañas (Our Lady of the Mountains), oraron junto al estadista Rajan Zed en Reno (Nevada, USA), para hacer del «mundo un lugar mejor»
Según informa la página News Blaze y el blog Catapulta, Zed es el presidente de la Sociedad Universal del Hinduismo y rezó textos del Rig – Veda, mientras que las carmelitas cantaron algunos Salmos y leyeron un texto del Evangelio de San Lucas.
Añade News Blaze que:
Según Susan Weber, priora del Carmelo de Nuestra Señora de las Monstañas, donde las oraciones y el diálogo se llevó a cabo, fue siempre bueno compartir las oraciones y dialogar. Fue el segundo año de la sesión conjunta de las oraciones de Carmelitas - Hindúes en el Monasterio.
Rajan Zed empezó y terminó su oración con el «OM», la sílaba mística que contiene el universo, que en el hinduismo se utiliza para introducir y concluir los trabajos religiosos.
Recitando del Taittiriya Upanishad, Rajan Zed dijo, “Om saha naavavatu, Saha nau bhunaktu, Saha viiryan karavaavahai, Tejasvi naavadhiitamastu, Maa vidhvishhaavahai", que él tradujo como, «Que podamos ser protegidos juntos, que seamos nutridos juntos, que podamos trabajar juntos con gran vigor, que nuestro estudio sea esclarecedor, que no surja ningún obstáculo entre nosotros » Las monjas repitieron « Om Shanti, Shanti, Shanti» (Paz, Paz, Paz a todos)
Como leemos en el blog Catapulta:
El «OM» es el símbolo de lo esencial en el hinduismo.Significa unidad con lo supremo, la combinación de lo físico con lo espiritual. Es la sílaba sagrada, el primer sonido del Todopoderoso, el sonido del que emergen todos los demás sonidos, ya sean de la música o del lenguaje. (Wikipedia)
¡Señor, ven pronto!
]]>La catedral gótica de Tortosa se ha llenado este jueves con los acordes de las guitarras eléctricas y los sonidos de la batería para la celebración de una misa rockera oficiada por el cura Joan Enric Reverté, conocido como el Padre Jony, y que es la primera que se lleva a cabo en este templo.
La misa se ha celebrado para conmemorar el centenario de la constitución de la Corte de Honor de la Virgen de la Cinta, una agrupación femenina que se encarga del cuidado de la capilla y la figura de la Virgen de la Cinta, patrona de Tortosa.
Con esta celebración eucarística, alejada de los cánones tradicionales e inédita en esta catedral de las Tierras del Ebro, las responsables de la Corte de Honor perseguían atraer a los más jóvenes al templo y despertar su interés por la figura de la patrona de la ciudad y por la religión en general.
Al final, han sido centenares los adolescentes que se han acercado a la catedral para seguir esta misa junto a otras personas que han querido ver en directo una celebración eucarística que no se había visto nunca antes en el templo tortosino.
El Padre Jony, que ha editado discos de rock con temáticas relacionadas con la religión y la promoción de los valores humanos, ha estado acompañado durante la misa por un grupo de músicos con guitarras eléctricas, batería, teclado y bajo.
Los músicos se han situado alrededor del altar mayor, mientras unos focos han proyectado luces de colores hacia las columnas del altar y el retablo medieval de la Virgen de la Estrella, que data de la mitad del siglo XIV.
Junto al altar mayor, se ha situado una pantalla en la que se han ido proyectando durante la misa símbolos y vídeos para acompañar las canciones del cura rockero.
El Padre Jony ha iniciado la misa con un blues para, posteriormente, ir desgranando durante la liturgia versiones rockeras de conocidas canciones religiosas como, por ejemplo, Pescador de hombres.
También se ha podido escuchar un Padre Nuestro cantado en versión rock o una canción de ofrenda a ritmo de rap.
El repertorio se ha cerrado con una versión, también rockera, del Himno a la Virgen de la Cinta, una de las piezas musicales más representativas de la ciudad de Tortosa. Esta versión ha sido creada especialmente para la misa de hoy.
Las canciones, interpretadas en riguroso directo, han levantado aplausos e incluso algunos ligeros movimientos de baile en algunos de los asistentes a la misa.
Los más jóvenes, procedentes de todos los institutos de Tortosa, han participado en la celebración realizando varias lecturas y las ofrendas, entre las que se figuraba una guitarra eléctrica, que ha acabado situada encima del altar.
Fuente: La Voz de Galicia.
El vídeo, a continuación:
Autodemolición de la Iglesia. El abuso litúrgico llevado al paroxismo.
¡San Juan María Vianney, ruega por nosotros!
]]>Foto publicada en 1940, en «Men at Work at Worhip» de Gerald Ellard (¿probablemente de finales de la década de los treinta?).
Año 1.948. Autor: Gerald Ellard. Título: «The Mass of the Future». Verdaderamente profético.
Esta vez del libro publicado en 1.956 «The Mass in Transition». Un santuario reordenado antes del Concilio. Significativo el hecho que un libro aparecido en el año 1.956 se llame «La Misa en Transición».
Pienso modestamente, que todavía nos hace falta perspectiva para poder analizar en profundidad todo lo ocurrido tras el Concilio Vaticano II. Quizás el post - Concilio fue la oportunidad que la enfermedad - la cual llevaba muchos años incubándose - encontró para desarrollarse.
Para las fotos: The Saint Lawrence Press Ltd.
]]>José Chamizo, Defensor del Pueblo Andaluz, es sacerdote católico y además ocupa un cargo político. Producto típico del mal llamado espíritu del Concilio Vaticano II que lo mismo proclama que la Iglesia debe abandonar las estructuras del poder político (¿?), para por otra parte, justificar la presencia de un sacerdote en la política. ¿O es que al fin y a la postre, el cargo de Defensor del Pueblo Andaluz, no es un puesto político puesto por los mismos políticos que como perros se abalanzan contra la Iglesia de Cristo? ¿No habíamos quedado que la política era para los laicos?
Las formas empleadas por Monseñor Demetrio Fernández, a la sazón obispo de Córdoba, no le parecen las más adecuadas para «resolver la convivencia» entre católicos y musulmanes, tras el lamentable incidente ocurrido la pasada semana en la Catedral de Córdoba, cuando un nutrido grupo de musulmanes asaltaron la misma con el objeto de rezar en ella. Según el Defensor del Puelo Andaluz estas situaciones podrían acabar en episodios de «xenofobia», de ahí que el cura Chamizo apueste por construir una mezquita donde los musulmanes fuesen a orar:
«Si no es posible el uso compartido a través del diálogo, a lo mejor habría que pensar en la posibilidad de contar con un lugar para ellos»
¿Qué decir ante tamaño discurso? A mí se me ocurren las siguientes cosas:
- Lo expresado por Monseñor Demetrio no es otra cosa que la verdad de la fe católica, a la que el Obispo está sujeto, porque no es la verdad de este o aquél Obispo, sino la de la Iglesia. Chamizo como sacerdote católico debería saberlo.
- Que en esa Catedral el culto es católico, lo saben en Córdoba y en el mundo entero. Igual que en las Iglesias convertidas en Mezquitas. ¿Quiénes son los que rompen con las reglas de la convivencia? ¿Los católicos que rezan tranquilamente en su templo?. Que el señor Chamizo no es un lógico como los grandes maestros medievales, está claro, pero ¿debe atentar contra la integridad intelectual de los ciudadanos?. No es el obispado el que tiene que soportar la carga de la prueba, sino los musulmanes que han allanado una propiedad que no es suya.
- En vista a lo anterior, ¿está haciendo el Defensor del Pueblo Andaluz una llamada universal para que ocupemos las propiedades ajenas a la fuerza? ¿Está diciendo acaso que mañana podemos entrar en su despacho y acomodarnos en su poltrona? ¿Lo mismo en su casa entonces?
- Una mezquita no es una iglesia islámica. La Mezquita es algo absoluta y radicalmente distinto. Una mezquita es un lugar donde se reúne la comunidad para ocuparse de todo lo que tiene relación con ella, desde la oración hasta las cuestiones sociales, políticas y culturales. Es decir que todas las decisiones respecto a la comunidad se toman en la mezquita. En una mezquita, después de la oración pública del viernes (día de reunión de la comunidad), se realiza el discurso (khutba) que no es asimilable a la homilía sacerdotal, ya que aquél sobrepasa los aspectos espirituales de ésta; de hecho en Egipto, por ejemplo, las mezquitas están fuertemente vigiladas por las fuerzas del orden, ya que durante el discurso de los viernes se toman decisiones políticas. En los países islámicos existen las “musalla” que no son más que pequeños reductos de oración. Son unas capillas que ocupan la planta baja de algún edificio y que pueden albergar algunas decenas de fieles. Estos lugares se utilizan casi únicamente para la oración de forma general. Por tanto, no le vendría mal al cura Chamizo viajar al Medio Oriente, donde nuestros hermanos católicos no llegan a ser siquiera ciudadanos de tercera. A ver qué puede aportar él a la convivencia en esos países
- Por último, no entiende que los vecinos de los Bermejales no aprueben la construcción de una mezquita al lado de sus casas. Aquí sólo se le puede decir lo que dice el ciudadano de a pié: que los meta en su casa. Desde esta humilde página, animo al señor Chamizo haga eso, que los recoja en su despacho, o mejor, en su casa.
Desde hace tres meses y medio la Parroquia de San Sebastián desarrolla el Proyecto Raquel, que es un programa de acompañamiento pastoral a mujeres, sobre todo, y hombres que han experimentado la pérdida de un hijo tras un aborto provocado. Con él se ofrece a estas personas una ayuda integral que combina la psicológico y lo espiritual.
Bajo la dirección del párroco, Manuel de los Santos Sánchez-Barbudo, Begoña Requena es la terapeuta del Proyectio Raquel que está desarrollando el programa en San Sebastián. Psicóloga por la Universidad de Sevilla, mediadora familiar, monitora de educación sexual, monitora de métodos naturales de fertilidad, psicóloga en la Asocaciónde Bipolares de Andalucía, es colaboradora de AVA, Red Madre Sevilla y Provida, Estas asociaciones son las que le envían chicas con problemas.
El Proyecto Raquel se inició en Estados Unidos. Lo inventó Vicky Thorn para ayudar a una amiga. Esa chica se quedó embarazada cuando era adolescente, dió a luz al niño y lo entregó en adopción. Años más tarde se quedó embarazada de un familiar por una violación y abortó. Esta mujer confesó a Vicky Thorn que pudo vivir con la adopción, pero no con el aborto. Por eso Thorn estudió psicología y fundó el Proyecto Raquel para curar el dolor de las personas que han abortado. Señala Begoña Requena que se llama Síndrome Post-Aborto, o SPA, porque sus síntomas son muy parecidos a los que sufren los ex-combatientes de la guerra de Vietnam: «El aborto es una experiencia traumática que se caracteriza por provocar angustia, gran sentimiento de culpablidad unido al sentimiento de pérdida, pesadillas horribles de muerte, depresión, ansiedad, baja autoestima, alteración en la identidad maternal, dificultad de concentración, y en muchos casos indice al consumo de drogas y alcohol». Este síndrome se puede manifestar hasta varios años después de haber abortado y también lo pueden padecer familiares, amigos de la mujer que ha abortado e incluso el personal de clínicas abortistas.
Comenta la terapeuta que se ofrece también ayuda espiritual porque el sentimiento de culpa está muy presente en la mujer que ha abortado. La culpa está muy relacionada con la parte espiritual de nuestro ser. A la mujer le cuesta mucho perdonarse a sí misma: «La mujer cuando aborta no sólo viola la ley natural sino que viola su cionciencia, sea creyente o no. El sentirse perdonadas por Dios les ayuda enormemente a perdonase a sí mismas. Este programa se basa en el perdón a través del sacramento de la reconciliación y propone un camino de encuentro hacia el amor y la misericordia de Dios».
Señala también que el problema es que la mujer que aborta no lo dice en la mayoría de las ocasiones. Las mujeres están silenciadas no saben que les ocurre ni a quién acudir. Y explica que los efectos psico-patológicos aumentan en las adolescentes que aún no tienen mecanismos de defensa: «Incluso me he encontrado chicas que tras haber tomado la píldora del día después tienen síntomas de SPA por el sentimiento de pérdida de un posible embarazo».
Comenta Begoña Requena que en Sevilla el Proyecto Raquel funciona desde hace dos años y la opinión es que cuantos más centros haya mejor.En la parroquia de San Sebastián funciona desde hace tres meses. En la página web de la parroquia, www.parroquiasansebastian.org, se ha incluido un número de atención telefónica, 647 221 343 para quien necesite ayuda.
Dos notas:
1º.- La Confesión como única terapia útil contra el mal que provoca el aborto; como ha dicho el Santo Padre en la homilía de la pasada Vigilia Pascual:
Sí, la hierba medicinal contra la muerte existe. Cristo es el árbol de la vida hecho de nuevo accesible. Si nos atenemos a Él, entonces estamos en la vida. Por eso cantaremos en esta noche de la resurrección, de todo corazón, el aleluya, el canto de la alegría que no precisa palabras. Por eso, Pablo puede decir a los Filipenses: “Estad siempre alegres en el Señor; os lo repito: estad alegres” (Flp 4,4). No se puede ordenar la alegría. Sólo se la puede dar. El Señor resucitado nos da la alegría: la verdadera vida. Estamos ya cobijados para siempre en el amor de Aquel a quien ha sido dado todo poder en el cielo y sobre la tierra (cf. Mt 28,18).
2º.- Atención a las palabras del terapeuta: si la mujer fuese víctima, como nos quieren hacer creer algunos, no tendría esa conciencia de culpa tan profunda y desgarradora. La realidad no se puede elidir. Es la que es.
]]>Leído en Una Voce Sevilla:
Traemos a nuestros amigos las imágenes de dos Misas celebradas en nuestra ciudad en este recién pasado tiempo de penitencia, y que traemos aquí por tratarse de momentos muy especiales. La primera tuvo lugar el primer viernes de Cuaresma, durante el Solemne Quinario en Honor y Gloria del Santísimo Cristo de la Misericordia y Nuestra Señora de la Piedad, de la hermandad del Baratillo. Ofició el Santo Sacrificio el Rvdo. D. José Antonio Parrilla. La Santa Misa destacó por su solemnidad y recogimiento, al que contribuyeron los cantos de la schola gregoriana In Coena Domini, de nuestra ciudad, y se celebró ante el altar de cultos de la Piedad, magníficamente preparado para el Quinario.
La segunda es la Santa Misa que se celebró el pasado Domingo de Ramos en el lugar habitual de celebración de la Santa Misa promovida por Una Voce Sevilla, ante los magníficos pasos de los titulares de la Cofradía de San Bernardo, el Santísimo Cristo de la Salud y María Santísima del Refugio, que actuaron a modo de retablo ante el altar. Ofició el Santo Sacrificio el Rvdo. P. D. Alberto José González Chaves, sacerdote amigo de nuestra asociación que desarrolla su labor en la Sagrada Congregación de los Obispos, en Roma, e interpretó los cantos de la Misa la Schola Gregoriana Iubilate Deo.
Benedicamus Domino. Alleluia, alleluia
Deo gratias. Alleluia, alleluia
Víctimae pascháli laudes ímmolent Christiáni.
Agnus redémit oves: Christus ínnocens Patri reconciliávit peccatóres.
Mors et vita duello conflixére mirándo: dux vitae mórtuus regnat vivus.
Dic nobis, María, quid vidísti in via?
Sepúlcrum Christi vivéntis: et glóriam vidi resurgéntis.
Angélicos testes, sudárium, et vestes.
Surréxit Christus spes mea: praecédet vos in Galilaéam.
Scimus Chrisum surrexísse a mórtuis vere: tu nobis, victor rex, miserére.
Amen. Allelúia.
A la Víctima pascual entonen alabanzas los cristianos.
Redimió el Cordero a las ovejas; Cristo, inocente, reconcilió con su Padre a los pecadores.
La muerte y la vida lucharon un duelo admirable; el Señor de la vida reina vivo después de muerto.
Dinos, María, ¿qué has visto en el camino?
Vi el sepulcro de Cristo vivo y la gloria del Resucitado.
Vi ángeles como testigos; vi el sudario y los vestidos.
¡Resucitó Cristo, mi esperanza! Precederá a sus discípulos a Galilea.
¡Sabemos que Cristo ha resucitado verdaderamente de entre los muertos! Tú, ¡oh Rey triunfador!, apiádate de nosotros.
Amén. Aleluya.
Secuencia, Misa Domingo de Pascua. Misal Diario y Vesperal. Dom Gaspar Lefebvre. 1.962.
¡Feliz Pascua de Resurrección a todos los lectores y compañeros de Infocatólica!
]]>La ceremonia de beatificación de Madre María de la Purísima de la Cruz será en Sevilla el 18 de septiembre de 2010, según reza el comunicado ha hecho público el vicario general de la Archidiócesis hispalense, Francisco Ortiz. El arzobispo, monseñor Juan José Asenjo, ha agradecido “el ejemplo de santidad” de la sucesora de santa Ángela de la Cruz al frente de la Compañía de la Cruz, e invita a los fieles a “prepararse adecuadamente para participar en tan singular acontecimiento". Reproducimos a continuación el texto íntegro del referido comunicado del vicario general.
La Santa Sede, a través del Prefecto para la Causa de los Santos, ha comunicado al Arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo Pelegrina, que el Santo Padre Benedicto XVI ha autorizado la promulgación del Decreto mediante el cual se fija la fecha de la ceremonia de Beatificación de la Madre María de la Purísima de la Cruz, que tendrá lugar en la ciudad de Sevilla el sábado 18 de septiembre de 2010, a las 10.00 de la mañana.
El Arzobispo ha dado gracias a Dios por este ejemplo de santidad; agradece al Santo Padre esta decisión y se une muy especialmente a las Hermanas de la Compañía de la Cruz en su oración agradecida a Dios por “tanto bien recibido”, al mismo tiempo que invita a todos los fieles a prepararse adecuadamente para participar en tan singular acontecimiento para bien de la Archidiócesis y de toda la Iglesia.
Igualmente el Arzobispo ha nombrado al M.I.Sr. D. Luis Rueda Gómez, Maestro de Ceremonias de la Santa Iglesia Catedral, y a D. Francisco Muriel Rivas Delegados diocesanos para este acontecimiento. A ellos corresponderá, entre otras tareas, proponer el lugar más idóneo para la celebración, cuestión que está aún por determinar.
Fuente: Pasion en Sevilla
]]>Rito de apertura:
Liturgia de clausura:
¿Se está rompiendo, de nuevo, la túnica inconsútil de Nuestro Señor?
¡Señor, ven pronto!
Visto en: Rorate Caeli y Santa Iglesia Militante.
Cuando se acercaron a Jerusalén y llegaron a Betfagé, al monte de los Olivos, Jesús envió a dos discípulos, diciéndoles: “Vayan al pueblo que está enfrente, e inmediatamente encontrarán un asna atada, junto con su cría. Desátenla y tráiganmelos.
Y si alguien les dice algo, respondan: “El Señor los necesita y los va a devolver en seguida"".Esto sucedió para que se cumpliera lo anunciado por el Profeta:
Digan a la hija de Sión:
Mira que tu rey viene hacia ti,
humilde y montado sobre un asna,
sobre la cría de un animal de carga.Los discípulos fueron e hicieron lo que Jesús les había mandado;
trajeron el asna y su cría, pusieron sus mantos sobre ellos y Jesús se montó.
Entonces la mayor parte de la gente comenzó a extender sus mantos sobre el camino, y otros cortaban ramas de los árboles y lo cubrían con ellas.La multitud que iba delante de Jesús y la que lo seguía gritaba:
“¡Hosana al Hijo de David!
¡Bendito el que viene en nombre del Señor!
¡Hosana en las alturas!”Con justa razón el Señor, después de abandonar a los judíos para habitar en el corazón de los gentiles, sube al templo; en realidad, ése es el verdadero templo en el que se adora a Dios, no según la letra, sino según el espíritu (Io 4,24); éste es el templo de DIos al que El mismo puso como fundamento no piedras, sino la firmeza de la fe. Todo lo cual significa que quienes estaban llenos de odio, son abandonados, mientras que son recogidos quienes estaban dispuestos para el amor.
Y así, subió al monte de los Olivos para plantar con la virtud de lo alto, las jóvenes olivas (Ps 127,3), cuya madre es la Jerusalén de lo alto (Gal 4,26).
Sobre este monte mora aquel celestial jardinero, con objeto de que todos los que están enraizados en la casa de Dios (Ps 91,14), puedan decir con toda razón: Yo soy como una oliva fructífera en la casa del Señor (Ps 51,10)
Tratado sobre el Evangelio de San Lucas. San Ambrosio.
Obras de San Ambrosio. Ed. BAC. 1.966, p.530.
p.s. Salida de mi Cofradía, del año pasado.
Para ver la Semana Santa de Sevilla, visitar Pasión en Sevilla.
«Como ya dijimos al hablar de la necesidad de la ffe, hay obligación grave de aprender las cosas necesarias con necesidad de medio y de precepto y, en general, todas aquellas verdades de fe que son necesarias para llevar una vida auténticamente cristiana y para el recto desempeño de los deberes del propio estado. El que descuida por culpable negligencia este deber, comete un pecado muy grave de ignorancia voluntaria, que puede traerle fatales consecuencias en este mundo y en el otro.
Es deber gravísimo de los párrocos adoctrinar al pueblo fiel en las verdades de la fe (cf. cn.776). Y este deber alcanza proporcionalmente a los padres, amos y padrinos con relación a sus hijos, criados o afiliados (cn. 774,2º).»
Teología moral para seglares, Antonio Royo Marín, O.P. B.A.C.7ª ed., 2ª imp, 2.007; p. 301
]]>En el día de ayer, la Liturgia nos introduce en el tiempo de Pasión. Las lecturas del Breviario en este tiempo de Cuaresma han ido in crescendo en cuanto a intensidad; en este Domingo, en el que se lee Jn 8,46-59, la tensión entre los «judíos» -término con el que San Juan denomina a los fariseos y las autoridades del Templo de Jerusalén (los saduceos) – llega a tal punto que éstos recogen piedras para lapidar al Señor. Cristo huye del Templo y esconde su rostro.
El tiempo de Pasión es de una presión espiritual aplastante. En el Oficio de Maitines del sábado anterior, Cristo se presenta como la luz del mundo que permite a sus discípulos no caminar entre tinieblas. Es la luz de la vida. El texto evangélico forma como una gran inclusión con el prólogo. Cristo es el Verbo de Dios hecho carne. «En Él había vida, y la vida era la luz de los hombres, y la luz en las tinieblas brilla, y las tinieblas no lo acogieron» (Jn 1, 4-5)
En el domingo de Pasión, Cristo dice que aquel que es de Dios escucha su voz, por ende, los que no Le escuchan, como los judíos del Evangelio, no son de Dios. El Invitatorio del tiempo de Pasión, que se lee en el Salmo 94 de Maitines precisamente hace referencia a lo anterior: Si hoy escucháis la voz del Señor, no endurezcáis vuestros corazones.
Cristo es el que, como dice el profeta Ezequiel, cambiará nuestro corazón de piedra, por uno de carne (Ez 36, 26).
Los «judíos» pretenden echarle mano al Señor de la forma que sea: desacreditándolo, llamándolo sirviente de Satanás, violador del sábado, etc. El Señor en estos momentos se revela abiertamente como Dios: «Amen dico vobis, ántequam Ábraham fíeret, ego sum». Al denominarse de la misma manera con la que Dios se presenta ante Moisés («Ego sum»), los judíos pretenden matarlo. Y no por sus obras, como dirán mañana, de nuevo en el Oficio de Maitines (Jn 10, 22 – 38), sino por llamarse Él mismo Dios - ¿qué tiene que decir la exégesis modernista en este punto? –.
La Liturgia es acongojante. Cristo, el Hijo, la Segunda Persona de la Trinidad, esconde su rostro. Se está preparando el Deicidio. La Iglesia quiere morir con el Señor. La Liturgia se llena de tristeza. Las doxologías se eliminan del final del Salmo 94 – repitiéndose una y otra vez la advertencia: no endurezcáis vuestros corazones -, y de los responsorios breves. Durante la Semana Santa la tristeza y el congojo será tan grande que también se quitarán de los salmos.
Y las imágenes se velan. Los santos, que glorifican al Señor, también se esconden bajo un paño morado, color penitencial. La carga teológica, emocional es muy profunda, directo al corazón. Nuestro Señor no se glorifica a Él mismo, sino que es glorificado por el Padre, así entra en Su Pasión. Los judíos y paganos no pararán hasta que su rostro sea irreconocible, llegando a lo que dice el Salmo 21, «Ego autem sum vermis, et non homo» (Salm 21,7). Las doxologías se eliminan hasta que Nuestro Señor asuma su gloria plena, siendo glorificado por Su Padre a quién complacerá con Su Sacrificio.
La tradición de velar las imágenes se mantiene, aunque de facto muy pocos la mantienen, sin embargo el fundamento de esta tradición inmemorial ha desaparecido en el Novus Ordo. Este pasaje evangélico ha sido suprimido, en los tres ciclos. ¿Por qué? ¿Porque explícitamente se muestra la oposición radical existente entre la Sinagoga y la Iglesia? Hay una separación entre los que han endurecido su corazón y los que no, los verdaderamente fieles a Abraham y los profetas, los que se abrieron completamente a Jesucristo, el Hijo del Dios Vivo. La Liturgia de la Iglesia nos lo pone para contemplación y meditación de lo que posteriormente lelgará, la celebración de la Muerte de Cristo por nuestros pecados, y Su resurrección de los muertos y la Glorificación por el Padre, en definitiva, el Misterio de la Redención.
Antonio García Barbeito demostró ayer en el teatro de la Maestranza que es un hombre coherente. Como él mismo reconoció en los días previos, ni va a misa, ni sabe de cofradías. Y lo mostró y demostró. ¡Vaya si lo hizo! Para sonrojo y escarnio de la Sevilla cofrade, que esperaba el típico texto ripioso, que pusiese los vellos de puntas al personal, al nombrar a los titulares de todas las Hermandades de Sevilla.
Pero no ocurrió así. El pregonero no engañó ni se engañó a sí mismo; sencillamente se limitó a exponer sus dudas en materia de fe, en plan metafísico existencialista, super guay: es decir, la filosofía del Hola.
Como no podía ser de otra forma, aburrió hasta a las ovejas. Entre otras cosas porque el cofrade medio sevillano espera el poema donde Macarena rima con pena. Y así hasta el infinito y el más allá.
El espectáculo fue lamentable. Un pregón es otra cosa. Es de católicos para católicos, exaltando la Semana Santa. Calentando el ambiente para lo que llegará una semana después, no una exposición de un agnosticismo de remanguillé, cosa que está muy bien para una asociación de vecinos, una revista literaria, o una tenida masónica en la logia, pero no en un pregón de Semana Santa.
Entre las perlas del pregonero, me gustaría destacar las siguientes:
Yo he venido a conversar con el Dios de los adentros, el que se esconde en los secretos impenetrables de esa cámara de seguridad inviolable que es la conciencia de cada uno. Traigo al Cristo que me acompaña en las inmensas honduras del vacío, al Cristo que cree en mí, el que transita sentenciado por tus calles con un sueño de espumas blancas tras su paso, el que no se me muere en las tardes tormentosas del viernes, el que tanta conversación me ha dado en las horas perdidas de Humildad, de Siembra, de Paciencia en la lenta espera del verdeo de las cosas.
Todo Amor acude desde la nada. De lo contrario, no es Amor. No existe la volumetría que mide la Fe, ni la unidad patrón mediante la cual sepamos cuánto Dios lleva cada uno alojado en los costados. Un hombre es un universo incomparable, al que juzgará Quien debe juzgarlo cuando llegue la hora. Por ello, este amor sensato que tanto me desordena viene hoy volcado en palabras escritas con la sangre de la tierra, aparatosamente sinceras, para desnudar la auténtica confesión de mis días y mis noches, para celebrar la Eucaristía del que quiere escapar, como los niños débiles, a la verdad de sus inocencias.
(… ) Andaba un medio cura de la tribu empeñado poco menos que en encuestar sobre fe a todos los paisanos sospechosos de andar cortitos de credo. Manuel el arriero venía arreando sus borricos por la carretera que cruza la tribu como calle principal; el medio cura, al paso, le preguntó que si creía en Dios:
-“Po no viá cree, miarma, si lo dice hasta la copla: “que de allí vendrá a “jugá” con los vivos y los muertos”.
Y siguió su camino, quizá imaginando un Dios que se tomaba la Resurrección como un día de fiesta entre la plaza del pueblo y el cementerio. Y había que entenderlo.
Este mismo medio cura no escarmentaba, y enterado de que una gitana que vivía en los trascorrales no había hecho la primera comunión, se empeñó en conseguirlo. Cuando la gitana podía, que eran pocas las veces, el paisano trataba de prepararla de viva voz, que la pobre mujer no sabía ni leer ni escribir, y todo el empeño del paisano era dejarle claro que en la hostia consagrada estaba el Santísimo Sacramento –“que esto no se te olvide, Antoñita: el Santísimo Sacramento…”-; pero también - ¿para qué lo haría?-, le habló de la Virgen, del Niño Jesús y de San José, y la pobre gitana tenía en la cabeza un catecismo trabucado, incapaz de organizar con él un celestial libro de familia. Llevaba la gitana cuatro o cinco días sin ir a recibir clases de preparación. Una mañana que pasaba la gitana vendiendo canastas, vio venir al instructor y aceleró el paso, excusándose que tenía mucha prisa; el paisano, sabedor de que el día de la primera comunión de la gitana se venía, corrió hacia ella y, examen al paso, le preguntó: “A ver, a ver…, Antoñita: ¿Quién está en la hostia?”, y la gitana, más pendiente de que no le rebajaran dos pesetas al precio del cesto, le dice: “¡Ay, compadre, no ma’cuerdo..!” Y el compadre: “Sí, anda, recuérdalo: “El San…, el San…” Y dice Antoñita: “Ay, compadre… ¡Er San Jozé!”
(…) Yo vengo de lo pequeño, de un lugar que sólo tiene un Nazareno y dos crucificados que recorren las calles. Vengo de allí donde empecé a aprender la devoción de los míos… Tú quizá no puedas entender –o sí- que hombres que blasfemaban con la boca cerrada lloraran como niños al ver pasar a Dios con una Cruz a cuesta. Llegaban los muchachos, llegaban los hombres a la parihuela del Señor y amarraban su pañuelo como quien escritura en un nudo una vieja promesa. Porque sí. Porque para ellos Dios no podía estar lejos, tenían que fiarlo todo a una imagen. Eran los mismos que habían visto, tras un año de sequía, cuando el tiempo había abierto en el mostrador de las tierras un muestrario de solanos del que los días copiaban para cortarle al campo un traje de ruina, y como nadie contestaba con lluvias a súplicas y rezos, recurrieron a Él, al mismo que otras veces los había socorrido. Le pidieron la lluvia por las veras del campo, silencio y esperanza, cuando abril no sabía dónde estaban las nubes. Y llovió. Y por eso creen en Él. Y por eso van a verlo, a rezarle o a darle gracias. Saben que ese Nazareno no es el Dios de los cielos, pero ellos –como tú- necesitan un Dios con domicilio, un Dios con “consulta” en
la tierra, no un vacío lejano donde se pierden las preguntas. Hay que entenderlos, como hay que entenderte a ti.(…)
Sigo aquí, Señor, rezando
oraciones que aprendí,
pero al preguntar por Ti,
sigo dudando, dudando.
Señor, por la duda ando
entre preguntas desnudas,
esperando a que Tú acudas
a despejarme neblinas:
yo te arranco las espinas,
¡arráncame tú las dudas!Mis dudas, mis sucesivas dudas, la duda del hombre, pero una duda insomne, inquieta, desesperada a veces, que tiene más fuerza ante Dios que la fe que se acomoda y lo da todo por hecho. La duda, ese eterno “no sé” ante Él…
(…)
El Dios que tengo en mí no es de madera,
ni sale en procesión ni tiene nombre,
es un Dios todo Dios y todo Hombre
que de mí, sin pedirme, tanto espera.
El Dios que tengo en mí de cabecera,
vive pendiente de que yo me asombre,
de que le pida cuentas, que lo nombre,
le exija, le pregunte. Y que lo quiera.
Es ese Dios que entre los hombres labra,
para sembrar a mano una palabra
-Amor- que le germine cada día.
El mismo que me llama y no contesto,
el que siempre me encuentra con lo puesto.
El que sigo buscando todavía.Carne viva en el campo y campo mismo, como un panteísmo
encerrado en el mismo Dios…
El Dios que no busqué vino a buscarme
y no supe quién era, a qué venía.
Se fue. Pero volvió. Yo lo sabía:
a Dios no hay duda que me lo desarme.
Creí que iba a pedirme; vino a darme;
le rechacé el regalo. Me insistía.
Y me alargó la mano. Todavía
no sé por qué razón pude negarme.
Me fui. El se quedó. Lo eché de menos.
Me dijeron que andaba entre hombres buenos,
generoso, fraterno, conjuntivo.
Y en el campo una tarde, al recordarlo,
me contestó cuando empecé a nombrarlo
al decir “surco, río, luz, olivo…”(…)
Jesús sabe que el hombre necesita
lo visible y cercano, lo tangible,
y para que se acerque a lo posible,
imágenes de Él le facilita.
Aquel Jesús de cruz y de calvario,
el nazareno aquel, el que decía
que por Amor la pena merecía,
quizá no sea tu imagen de diario.
Pero Él se va a la mano de las formas
porque sabe que tú no te conformas
si no lo ves, lo palpas, lo veneras…
Y permite a la mano que lo talle
y al pueblo que lo lleve por la calle,
¡para que tú lo nombres como quieras(…)
Porque lo he buscado. Porque lo llamé y muchas veces no me
contestó. Porque sigo esperándolo. Y porque Él tiene que saber que si soy de Él, también Él tiene que contar conmigo. Él tiene que saber que si nada somos sin Él, nada es Él si nosotros…Cuando el silencio divino
he sentido alguna vez,
me dio miedo la mudez
que de Dios mismo me vino.
Pero en el mismo camino,
para que considerara,
le dije a mi Dios: “Repara,
Señor, ¿de Ti qué sería
si me llamaras un día
y yo no te contestara?”
Tremendo. Es sólo una muestra de lo que fue el pregón, que en vez de Semana Santa, parece una exaltación del agnosticismo.
Lamentable el maniqueísmo del pregonero al presentar al hombre piadoso, como una persona ridícula, estúpida en contraste con el pueblo llano, incapaz de alcanzar las verdades de fe. Lamentable e insultante.
Insultante porque hay una parte de la Iglesia, la Triunfante, compuesta por santos de enorme sencillez, como podían ser, por ejemplo, los mártires de nuestra guerra incivil, o los cristeros mejicanos, gente sencilla pero de una fe enorme. Los típicos tópicos que no soportan un análisis intelectual serio, pero que son los que más gustan al pijiprogrerío eclesial.
Patético. Como el rebajamiento de la omnipotencia divina. Como la soberbia del intelectual agnóstico que piensa que la fe sencilla, es despreciable, que lo bueno e importante es la duda. Dantesco.
Y sin embargo la cosa no quedó ahí, faltaba el cañazo correspondiente por parte del pregonero a los críticos, llamándolos fariseos.
Vean y lean:
¿O tú no te lo preguntas? Tú, el mismo que establece una excedencia de cupo en las filas del Credo. Tú, el mismo que golpea con su mano el pecho de otro para que no te duela la culpa. Tú, el mismo que en el Padrenuestro dice “…así como nosotros perdonamos a quienes nos ofenden”… y envenenas el pan de su palabra y de su corazón, sin pararte a saber quién es el otro… ¿Tú vas a venir a cachearme el alma en las excluyentes fronteras de tu intolerancia, porque sospechas que trato de pasar demonios en los bolsillos? ¿Tú, que si te pasas la mano por el corazón, a lo mejor te cortas? Has de saber que en esta cerería no se funden velas para que después, a conveniencia, le pongan una a Dios y otra al Diablo. Aquí sólo se funden ceras para una sola llama, y de esa cera sólo
sale una clase de vela: la humilde vela con la que trato de alumbrar mi camino. Quiero decirte, por si no has oído bien, que aquí no hay más cera que la que arde. Así que no busques lo que no hay; mis velas nunca se van a confundir con las tuyas. De modo que a ver si, cuando me enciendas, sabes lo que enciendes. Porque jugamos a Dios, y Dios no somos. No me juegues a Dios, que Dios no eres. Te lo digo más claro, por si te quedaran dudas de lo que te digo:Ni tú eres Dios ni yo soy el Diablo.
Somos hermanos en la misma Obra.
(Yo te mendigo Dios, si es que te sobra;
lo precisa el amor con que te hablo.)
No vengas a clavarme tu venablo
para aumentar mi duda y mi zozobra;
que Dios paga en Amor, y Dios no cobra
más que en Amor, amigo. Busca a Pablo.
El Dios que anda por mí, el Dios que digo
es un Dios de perdón, no de castigo;
y acaricia mi duda y no se espanta
de mis debilidades. No se aflige:
si ve que me equivoco, me corrige,
y si ve que me caigo, me levanta.
Y como no podía ser de otra forma, la poesía dedicada a la Virgen.
…Y junto a Él, con Él desde que le dolió en su vientre, Ella, su
Madre, la Madre. “¿Qué dirás de la mía”?La pena como un puñal
María en el pecho lleva.
Es duro pasar la prueba
de ver de un hijo el final.
Pero a otras madres, un mal
les abre el vientre materno,
y en el dolor más interno,
buscan a gritos la luz,
porque saben que su cruz
no da al cielo, da al infierno.
Por cierto, alguien se podía haber molestado en explicarle al pregonero que María fue concebida sin pecado original: lo digo por lo de los dolores de parto…
¿Y cuáles fueron los comentarios? Pues Monseñor Asenjo dijo esto:
«No ha habido ninguna negación, sino una duda» El arzobispo de Sevilla consideraba que «ha sido un excelente pregón. Una exaltación de la belleza de la Semana Santa». Además, hizo hincapié en que ha estado cargado de «una gran belleza formal y también de una gran duda de contenido». Muy satisfecho a la salida, monseñor Asenjo indicó que «no ha habido ninguna negación, ha habido una solicitud vehemente a Dios para que le ayude a despejar sus incógnitas».
El almuerzo del pregonero en el Alcázar estuvo cargado de halagos tanto a Antonio García Barbeito como a monseñor Asenjo. El prelado, que destacó «lo decisivo para la vida de la Iglesia la labor de las hermandades», tildó de «unamuniano» al pregón, por su «manifestación honrada de sus dudas, certezas y seguridades». A este respecto, y dejando claro que el báculo es un símbolo «de servicio y no de amenaza», le ofreció su «amistad y acompañamiento» al pregonero, «para que recuperes las certezas y diluyas las perplejidades y dudas».
De todas formas, hay que decir que el que menos culpa tuvo en este desaguisado fue D. Antonio García Barbeito, que no hizo otra cosa sino escribir y decir lo que piensa. Eso sí, de donde no hay poco se puede sacar.
Y mientras, el Consejo de Hermandades y Cofradías de Sevilla sin dimitir en bloque.
¡Qué vergüenza!
Con la aprobación de la ley de Derechos y Garantías de la Dignidad de las Personas en el Proceso de la Muerte, en Andalucía se abre, igual que en el año 85 con la despenalización de los tres supuestos del aborto, la puerta a lo que en no muchos años será la eutanasia. Y digo en no muchos años porque vivimos un proceso acelerado de disolución moral.
La situación es clara. Igual que en el caso del aborto, la ley vigente regulará la limitación del esfuerzo terapéutico, prohibirá el ensañamiento terapéutico y permitirá, por otra parte, que los pacientes rechacen un tratamiento que prolongue su vida de manera artificial.
Precisamente el último punto es donde se encuentra el quid de la cuestión, porque el sentido de dicho enunciado es tan amplio que puede ir desde la transfusión de sangre de los testigos de Jehová, que ahora tendrán amparo legal para rechazarla hasta el enfermo terminal al que sin esperanza alguna de vida, se le prolonga la misma con una máquina. Prácticamente, toda la farmacología moderna es artificial, entonces, ¿qué se quiere decir con ese supuesto? ¿No es, al fin y a la postre, una puerta abierta al suicidio? ¿Acaso no estamos prolongando artificialmente nuestra vida al enfermo de cáncer que está sometido a un tratamiento de quimioterapia? ¿Es que la medicina moderna, en líneas generales, no prolonga la vida de manera artificial, con métodos químicos?
En efecto, el sentido es tan flexible, tan maleable, que nos pone en una situación análoga a la del año 85 cuando se despenalizó el aborto en tres supuestos, lo que permitiría años después la llegada material de un aborto libre, desembocando finalmente en el aborto como derecho, una vez la sociedad se encuentre lo suficientemente macerada. Mutatis mutandi, pasará con esta ley de la eutanasia encubierta.
Los mecanismos son los mismos, apelación a los sentimientos, a las vísceras, distorsionando la realidad del hombre, menguando su dignidad axiológica, reduciéndolo a un mero agregado material.
La situación es disparatada. Los ingenieros sociales instalados en los parlamentos, porque realmente eso es lo que son, no políticos, han puesto en marcha la maquinaria para llevarnos a un futuro horrendo marcado por el aborto y la eutanasia.
Pero, ¿tiene realmente nuestros políticos alternativa? ¿No son finalmente como las bestias? Con la pérdida de sentido de bien común, la brecha existente entre la política y la ética – cuando realmente la primera es continuación de la segunda – y la presencia de una clase política analfabeta, cercana al filibusterismo, donde lo único que se preocupan es de llenar la andorga, ¿qué se puede esperar? Poco; más bien nada, porque nuestros políticos son demagogos en el sentido clásico de la palabra.
Es necesario propagar la verdad. No podemos caer en el mismo error que en el año 85.
Después será el crujir y el rechinar de dientes.
¡Señor ven pronto!
]]>Un indicio claro del carácter cultual que tenía el cargo de Sumo Sacerdote lo constituye este hecho: su muerte poseía virtud expiatoria. Cuando moría un Sumo Sacerdote, ese mismo día todos los homicidas que, por miedo a la venganza de la sangre, habían huido a las ciudades de refugio (Num 35, 9-34; Dt 19, 1-13; cf. Éx 21,23) quedaban libres y podían volver a sus casa (Num 35,25; 2 Mac 6), e incluso, según la opinión preponderante (2 Mac 8) de los doctores, ocupar su anterior cargo. La muerte del Sumo Sacerdote, en virtud del carácter cultual de su cargo, había expiado la culpa de los homicidios cometidos por imprudencia.
Este carácter conferido al Sumo Sacerdote por su función llevaba consigo determinadas y peculiares obligaciones y prerrogativas.
El privilegio más importante consistía en que era él el único mortal que podía entrar en el Sancta sanctorum un día al año. La triple entrada al Sancta sanctorum el dia de la expiación significaba la entrada ante la benéfica presencia de Dios, lo cual se traducía en especiales manifestaciones de Dios con las que era honrado el Sumo Sacerdote en el Sancta sanctorum. (…)
En segundo lugar hay que mencionar las prerrogativas del Sumo Sacerdote en el terreno cultual. Sobre todo la prerrogativa de participar, siempre que lo deseaba, en la ofrenda de un sacrificio. Tenía también el privilegio de ofrecer un sacrificio aun estando de luto, que estaba prohibido a los demás sacerdotes. Además, en la distribución de las «cosas sagradas del templo», entre los sacerdotes oficiantes, el Sumo Sacerdote tenía el derecho de elegir el primero lo que quería. (…) Ente las otras prerrogativas hay que destacar la presidencia del Gran Consejo (el Sanedrín), que era la suprema autoridad administrativa y judicial de los judíos, y el principio jurídico de que el Sumo Sacerdote, en caso de crimen, únicamente tenía que someterse al Gran Consejo.
Jerusalén en tiempos de Jesús, Joachim Jeremias. Ed. Cristiandad, pp. 205 – 207.
El Sumo Sacerdote, después de su destitución, no sólo conservaba gran parte de su prestigio, sino también el carácter conferido por su cargo. (…) En conclusión, el Sumo Sacerdote, aun después de su deposición, conserva, como character indelebilis, el carácter conferido por su cargo, el cual le constituye en el primer miembro de la teocracia. Posee una «santidad eterna» (Naz. VII 1)
Jerusalén en tiempos de Jesús, Joachim Jeremias. Ed. Cristiandad, pp. 215 – 216.
Porque todo pontífice escogido de entre los hombres es constituido en pro de los hombres, cuanto a las cosas que miran a Dios, para ofrecer dones y sacrificios por los pecados, capaz de ser indulgente con los ignorantes y extraviados, dado que también él está cercado de flaqueza; razón por la cual debe, por sí mismo no menos que por el pueblo, ofrecer sacrificios por los pecados. Y nadie se apropia este honor sino cuando es llamado por Dios, como lo fue Aarón.
Así también Cristo no se glorificó a sí mismo en hacerse Pontífice, sino el que le habló (Sal 2, 7): «Hijo mío eres tú, yo hoy te he engendrado». Como también en otro lugar dice (Sal 109,4) «Tú eres sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec». El cual en los días de su carne, habiendo ofrecido plegarias y súplicas con poderoso clamor y lágrimas al que le podía salvar de la muerte, y habiendo sido escuchado por razón de su reverencia, aun con ser Hijo, aprendió de las cosas que padeció lo que era obediencia; y consumado, vino a ser para todos los que le obedecen causa de salud eterna, proclamado por Dios sumo sacerdote según el orden de Melquisedec
(Heb 5, 1 – 10).
Porque tal Pontífice nos convenía, sin duda, a nosotros: santo, inocente, incontaminado, separado de los pecadores y encumbrado por encima de los cielos; que no tiene necesidad de ofrecer víctimas día tras día, como los pontífices, primero por los pecados propios, luego por los del pueblo; porque esto hizo de una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo. Es que la ley constituye sacerdotes a hombres sujetos a fragilidad; mas la palabra del juramento, que vino después de la ley, al Hijo consumado para siempre.
(Heb 7, 26 – 28).
Mas Cristo, habiéndose presentado como Pontífice de los bienes realizados, penetrando en el tabernáculo más amplio y más perfecto, no hecho de manos, esto es, no de esta creación, y no mediante sangre de machos cabríos y de becerros entró de una vez para siempre en el santuario, consiguiendo una redención eterna.
(Heb 9,11)
]]>1548 En el servicio eclesial del ministro ordenado es Cristo mismo quien está presente a su Iglesia como Cabeza de su cuerpo, Pastor de su rebaño, sumo sacerdote del sacrificio redentor, Maestro de la Verdad. Es lo que la Iglesia expresa al decir que el sacerdote, en virtud del sacramento del Orden, actúa “in persona Christi Capitis” (cf LG 10; 28; SC 33; CD 11; PO 2,6):
El ministro posee en verdad el papel del mismo Sacerdote, Cristo Jesús. Si, ciertamente, aquel es asimilado al Sumo Sacerdote, por la consagración sacerdotal recibida, goza de la facultad de actuar por el poder de Cristo mismo a quien representa (virtute ac persona ipsius Christi) (Pío XII, enc. Mediator Dei)
“Christus est fons totius sacerdotii; nan sacerdos legalis erat figura ipsius, sacerdos autem novae legis in persona ipsius operatur” ("Cristo es la fuente de todo sacerdocio, pues el sacerdote de la antigua ley era figura de EL, y el sacerdote de la nueva ley actúa en representación suya” (S. Tomás de A., s.th. 3, 22, 4).
1549 Por el ministerio ordenado, especialmente por el de los obispos y los presbíteros, la presencia de Cristo como cabeza de la Iglesia se hace visible en medio de la comunidad de los creyentes. Según la bella expresión de San Ignacio de Antioquía, el obispo es typos tou Patros, es imagen viva de Dios Padre (Trall. 3,1; cf Magn. 6,1).
1581 Este sacramento configura con Cristo mediante una gracia especial del Espíritu Santo a fin de servir de instrumento de Cristo en favor de su Iglesia. Por la ordenación recibe la capacidad de actuar como representante de Cristo, Cabeza de la Iglesia, en su triple función de sacerdote, profeta y rey.
1582 Como en el caso del Bautismo y de la Confirmación, esta participación en la misión de Cristo es concedida de una vez para siempre. El sacramento del Orden confiere también un carácter espiritual indeleble y no puede ser reiterado ni ser conferido para un tiempo determinado (cf Cc. de Trento: DS 1767; LG 21.28.29; PO 2).
1589 Ante la grandeza de la gracia y del oficio sacerdotales, los santos doctores sintieron la urgente llamada a la conversión con el fin de corresponder mediante toda su vida a aquel de quien el sacramento los constituye ministros. Así, S. Gregorio Nazianceno, siendo joven sacerdote, exclama:
Es preciso comenzar por purificarse antes de purificar a los otros; es preciso ser instruido para poder instruir; es preciso ser luz para iluminar, acercarse a Dios para acercarle a los demás, ser santificado para santificar, conducir de la mano y aconsejar con inteligencia (Or. 2, 71). Sé de quién somos ministros, donde nos encontramos y adonde nos dirigimos. Conozco la altura de Dios y la flaqueza del hombre, pero también su fuerza (ibid. 74) (Por tanto, ¿quién es el sacerdote? Es) el defensor de la verdad, se sitúa junto a los ángeles, glorifica con los arcángeles, hace subir sobre el altar de lo alto las víctimas de los sacrificios, comparte el sacerdocio de Cristo, restaura la criatura, restablece (en ella) la imagen (de Dios), la recrea para el mundo de lo alto, y, para decir lo más grande que hay en él, es divinizado y diviniza (ibid. 73).
Y el santo Cura de Ars dice: “El sacerdote continua la obra de redención en la tierra"…"Si se comprendiese bien al sacerdote en la tierra se moriría no de pavor sino de amor"…"El sacerdocio es el amor del corazón de Jesús".
Catecismo de la Iglesia Católica
«El Arzobispo Timothy Dolan de Nueva York, contó el 9 de Marzo, a un periodista de la televisión de Albany, que el no está a favor de denegar la Santa Comunión a los políticos católicos que apoyan el aborto y el matrimonio homosexual.
«John McLoughlin, de NEWS10 preguntó al Arzobispo Dolan si él está a favor de denegar los Sacramentos de la Iglesia a los políticos, como el Gobernador David Paterson, que son Católicos Romanos pero a su vez son «pro-choice» (pro – elección) y pro – matrimonios de homosexuales», informó WTEN – TV. «El prelado reconoció que algunos de sus compañeros obispos podrían favorecer dicha prohibición, pero Dolan dijo que él no, prefiriendo seguir el ejemplo de los Papas Juan Pablo II y Benedicto XVI, qué dijeron que era mejor tratar de persuadirlos que imponer sanciones».
El Arzobispo Dolan estuvo en Albany para presionar en nombre de las escuelas Católicas, que afrontan el aumento de la presión financiera por causa de la falta de financiación dispuesta por el gobierno
En Milwaukee, el Arzobispo Jerome Listecki dijo que él, también, se opondría a la idea de denegar la Eucaristía a un destacado defensor del aborto, aunque él excluyó esa posibilidad. El Arzobispo recién instalado, dijo en audiencia en el Milwaukee Press Club que su decisión tendría en cuenta «el impacto de lo que esa persona está haciendo». Antes de tomar una acción disciplinaria, dijo, él querría «ayudarles a comprender la enseñanza».
El Arzobispo Listecki dijo: «Me es muy difícil ver como alguien puede ser pro – choice conociendo las enseñanzas de la Iglesia».»
Fuente: Catholic Culture.
Más:
•Archbishop: NY’ers face higher taxes if more Catholic schools close (WTEN-TV)
•Listecki comments on communion for politicians (Journal-Sentinel)
•Archbishop Dolan: No honors for pro-abortion Catholic politicians (CWN, 2/26/10)
]]>Estas estrambóticas palabras no pertenecen al ideario del Teniente de Alcalde de Sevilla, el comunista Antonio Rodrigo Torrijos; aunque parezca mentira, es la sintesis que El Correo de Andalucía ha hecho de la entrevista que editó el pasado viernes día 12 del mes presente, a D. Antonio García Barbeito, colaborador de Carlos Herrera, articulista del ABC y pregonero de la Semana Santa de Sevilla del año de nuestro Señor de 2.010.
A la entrevista realizada por el Correo de Andalucía, otrora periódico de la Iglesia, hasta hace poco bajo la férula del grupo Prisa y hoy propiedad del Grupo Gallardo - otra gestión espectacular de la Iglesia con los medios de comunicación -, se ha sumado otra del diario ABC, el domingo pasado.
Entre las lindezas que nos regala el pregonero nos encontramos las siguientes:
-¿Los prolegómenos han sido todo lo plácidos que usted hubiese deseado?
-Yo los he evitado. Lo único que pedí es que me dejaran escribir y pensar, y a partir de marzo nos veríamos. Craso error porque me encuentro ahora como el que firma cinco letras en un mismo mes. A mí, no obstante, me sigue pareciendo una desmesura lo del pregonero, como si el pregonero fuera Vicente Ferrer o Teresa de Calcuta. Todo esto está extradimensionado. En Sevilla hay cientos de miles de personas infinitamente más importantes. Es que a mí las cuestiones sociales me gustan mucho y hay gente partiéndose la boca todos los días para darle de comer a mucha gente. Hay un grupo de chavales jóvenes que van por las calles de noche llevándoles bolsas de comida… no hay pregón más bonito que ése. Esa gente sí que merece una entrevista, pero el pregonero es un señor que vive como una vaca sagrada, que todo te lo regalan, te lo ponen fácil.
(…)
-Hay quien todavía no le perdona que usted dijera aquello de que su única Catedral es el Sánchez Pizjuán.
-Yo eso lo mantengo de por vida. Mi religión más remota es la del Sevilla Fútbol Club. Pero eso no es malo. Yo empiezo a ver la Semana Santa de Sevilla a partir de los 20, 23, 24 años, pero yo no recuerdo no haber sido sevillista ni un solo día de mi vida. Cómo va a ser lo mismo. Yo eso lo he mamado.
-O sea, que su acercamiento a la Semana Santa de Sevilla puede considerarse tardío.
-Comparativamente. Ojo, yo tengo amigos que se han incorporado a la Semana Santa de Sevilla a los 40 años y parecen más de Sevilla que el Cachorro. Yo soy de pueblo y un gran amante y admirador de Sevilla. Pero el pregonero de este año lo que lleva allí es la mirada de cualquiera que viene de fuera.
-¿Nunca le ha dado por ponerse un antifaz?
-No. No, porque me da claustrofobia. Me lo quitaría, no puedo. No, porque además es también una variante hermosísima de la vanidad.
-¿Deben las cofradías manifestarse contra el aborto?
-Yo no soy cofrade ni pertenezco a ninguna hermandad. No se me ocurre decirle a las hermandades lo que tienen que hacer. Yo apuesto por la vida siempre, inicie ese grito quien lo inicie.
Si en el Correo de Andalucía el afamado articulista, cuya calidad literaria no discute el más pintado, hace gala de su ferviente pasotismo en el tema religioso, en el ABC, más comedido, dice lo siguiente:
-¿Está el Cangui en el pregón?
-No, está pero no se nombra. Sí está el campo, que es mi pasión. Encuentro todas las cosas en el campo, la libertad, la felicidad, la vida, a Dios. Ahí está ese panteismo agrario de Dios.
-Ha nombrado a Dios y eso nos lleva a la polémica levantada por un hermano mayor, quien le consideró poco apto para dar el pregón por su poca relación con la Iglesia…
-Cometí el error de mi vida al contestarle. Y la respuesta que tenía que haberle dado entonces la digo ahora: le regalo una entrada para ir a verme y después que opine.
-Pero usted no es especialmente religioso…
-No, pero yo tengo un punto místico… y sí soy alguien que se pregunta mucho por Dios.
-¿Qué relación tiene, entonces, con la Iglesia?
-Yo tengo mis compromisos con la Iglesia. Me paso recorriendo España en diciembre, yendo a dónde me lo piden, para leer mi cuento de Navidad «El día que Jesús no quería nacer» , a beneficio de Cáritas. A veces, Dios tiene que presentarse en forma de bocadillo antes que en forma de rezo, de besamanos, de besapiés, de culto. Yo lo entiendo así.
-¿Podemos colegir que su pregón no tendrá ese hálito evangelizador de alguno de los de sus antecesores?
-No voy a decirle a nadie lo que tiene que hacer, eso por descontado, pero sí quiero que quede claro cual es mi postura, mi actitud, ante el Credo, ante el Cristo… me hacía falta encontrarme a ese Barbeito que lo había dejado en mi poesía de Navidad. Y la verdad es que le agradezco al pregón ese reencuentro con la mística. Sí, escribiendo el pregón me he reecontrado con Dios. Y sí, estoy más cerca de San Juan de la Cruz que de Rodríguez Buzón.
-¿Cómo entiende Barbeito su devoción a la Virgen de la Estrella?
-La entiende como hay que entender las cosas de Sevilla, sin preguntarse demasiado por qué. Aquí somos bastante obedientes con las formas y la estética. Y la Estrella me recuerda a mi Virgen de las Angustias, que no conocí, porque se quemó en Aznalcázar en el 31, además de ser una devoción debida a mi vinculación con Triana. Es que Triana me vuelve loco. Me encantaría que sólo tuviera una imagen para poder decir: “soy de la de Triana". Se ajusta perfectamente a mi exigencia urbana y, sobre todo, a mi propensión fluvial. No es el mismo río el que se ve desde Triana que el de Sevilla. Podría vivir en cualquier sitio con río, pero más aún aquí.
Está claro el pregonero no destacará, desde luego, por su profundidad y enjundia, que es cero; eso sí, es una persona «que se pregunta mucho por Dios», con un «punto místico». A mí, que me registren.
Igualmente esa visión tan rematadamente progre de anteponer lo material a lo espiritual, ¿será eso el «punto místico»? Que se lo pregunten a San Juan de la Cruz, ese del cual el pregonero dice estar más cerca (¿habrá entendido, acaso, al Santo?).
Sin embargo la culpa no es de D. Antonio García Barbeito; aplicando un símil futbolístico, los jugadores no se ponen ellos mismos en la alineación, sino que siempre hay un entrenador que elige. El Sr. Barbeito ni engaña ni se engaña. Él ha expresado por activa, por pasiva y por perifrástica su alejamiento de la Iglesia, incluso haciendo la penosa gracieta del Sevilla F.C. Es más, su colaboración con Cáritas es loable. No. La culpa no es suya, sino de quién lo ha elegido, es decir, del Consejo de Hermandades y Cofradías de Sevilla, con su presidente, Adolfo Arenas a la cabeza. La elección de Barbeito para el pregón es algo así como colocar a Lopera a dar el pregón del Sevilla F.C. No sé si me explico.
Repugna a la razón no sólo la falta de prudencia y mesura en estos señores del Consejo, sino la ausencia de formación cristiana y piadosa, porque es realmente escandaloso que una persona totalmente indiferente a la religión, pregone la Semana Santa de Sevilla, como si esta fuese algo parecido a los rituales totémicos, un mero folklore, una cáscara vacía desustancializada de su ser católico.
Sintetizando: han quedado como Cagancho en Almagro.
Y yo me pregunto, ¿para qué sirve un Consejo de Hermandades y Cofradías cuando las pocas cosas que tienen que hacer las hacen mal? Porque en los temas importantes – presencia cristiana en la sociedad frente a los embates laicistas – ni están ni se les espera. Eso sí, para convertir la Carrera Oficial en un sambódromo, se dan patadas donde la espalda pierde su casto nombre. Patético.
Así está el mundo de las hermandades, un mundo al que le hace falta de verdad la reforma, porque en gran parte está hundido en la apostasía.
Gracias a Dios, queda algún reducto sin contaminar.
Esperemos que mi Arzobispo, Monseñor Asenjo, sepa lidiar con este morlaco. Desde luego, las Cofradías, reformadas, volviendo a ser lo que fueron, serán instrumento del Espíritu Santo y darán frutos abundantes.
Rezaremos porque así sea.
]]>Fuente: Fundación EUK MAMIE
]]>]]>Del boletín de Marzo en español de Paix Liturgique, en el cual se hace una entevista al presidente de dicha asociación, Christian Marquant.
[…]
Paix Liturgique se ha hecho conocer en particular haciendo efectuar sondeos…
CM: La idea de hacer realizar sondeos nació del silencio con sabor despreciativo que nos ha sido opuesto frecuentemente resumido en breves comentarios del tenor siguiente: “ustedes no existen”, “se han equivocado de siglo”, “no hay ningún problema litúrgico entre nosotros”, “han perdido el tren de la renovación”, etc. Ahora, no solamente estas afirmaciones nos han parecido desde el comienzo un poco caricaturescas, sino además, con los años, han terminado por revelarse totalmente privadas de fundamentos: el número de fieles ligados a la misa antigua no hace más que aumentar, en particular los jóvenes son atraídos cada vez más.
He podido observar en una posición privilegiada, desde hace más de cuarenta años y desde el nacimiento, inmediatamente después del Concilio, del importante movimiento francés de los “Silenciosos de la Iglesia”, que aquellos que estaban atraídos por la liturgia tradicional no eran “un grupito de viejos y de nostálgicos”, sino más bien se trataba de una parte consistente de fieles católicos. Convencidos de esta realidad que venía confirmada por testimonios cotidianos, hemos buscado un instrumento para dar una dimensión a este fenómeno. ¿Cómo destacar el hecho de que no era ni honesto ni razonable reducir los católicos ligados a la liturgia latina y gregoriana sólo a los fieles de la Fraternidad San Pío X que se afirmaba, por otro lado, que no representaran más del 1% de los fieles?
Siguiendo el ejemplo de lo que Éric de Saventhem, en aquel momento presidente de Una Voce, había hecho en Alemania al inicio de los años ‘80, en el 2001 decidimos realizar un sondeo en Francia utilizando uno de los más grandes institutos de sondeos del país. ¡Los resultados de aquella encuesta Ipsos fueron mucho más allá de nuestras esperanzas más optimistas! En efecto, en años en que se consideraba todavía difusamente que la misa según el misal de Juan XXIII estaba prohibida, más del 20% de los católicos practicantes afirmaba querer vivir la propia fe católica al ritmo de la liturgia tradicional.
Seguidamente hemos hecho realizar otros sondeos semejantes en Francia, y luego uno en Italia, en septiembre de 2009 por el instituto Doxa, que ha dado el resultado extraordinario de dos practicantes católicos sobre tres dispuestos a asistir a la misa antigua. También hemos comenzado a hacer sondeos restringidos a las diócesis, por el momento en Versalles y en París, y estamos por lanzar un sondeo a nivel nacional entre los católicos alemanes.
Así estamos obteniendo, poco a poco, un criterio un poco más correcto de la situación real: después de las bellas palabras del Santo Padre del 2007 al menos un católico sobre tres que asiste a la misa dominical en su parroquia participaría de una misa celebrada según la forma extraordinaria…
Junto a las declaraciones de Arsuaga, me parecen sumamente interesantes las del jurista José Luis Requero, ex-vocal del Consejo General del Poder Judicial. Requero dice que confiar en que el Tribunal Constitucional se cargue la nueva ley del aborto es muy aventurado. La razón es obvia. Ese tribunal está absolutamente politizado. Sus miembros son elegidos por los partidos y reflejan, casi siempre, la situación del parlamento. Por tanto, si en el parlamento se ha aprobado la ley, lo más probable es que el TC la declare legal. Don José Luis, de hecho, le ha dado a las siglas TC su verdadero significado: no es Tribunal Constitucional sino Tercera Cámara. Por supuesto, eso implica que la democracia española no cuenta con uno de los elementos esenciales de toda democracia que se precie de serlo: la separación de poderes. Pero ¿a quién le importa tal cosa? Estamos ante un régimen partitocrático y presidencialista. El nº1 del partido que está en el gobierno hace y deshace lo que le da la gana. Las cámaras están para refrendar lo que dicta el supremo mandatario y la “Justicia” es una señora que, en sus más altas esferas, se prostituye en brazos de los partidos. Ojalá me equivoque, pero confiar en que la ingeniería social zapateril se va a parar en el Tribunal Constitucional es propio de ilusos.
Efectivamente en España no hay división de poderes ya que se la cargó el PSOE con la reforma que llevó a cabo en el año 1.985, por la cual, el órgano de Gobierno del Consejo General del Poder Judicial pasaba a manos del Parlamento, de ahí la célebre frase de Alfonso Guerra: Montesquieu ha muerto.
Por desgracia, no es lo único que le falta a la quiddidad de la Democracia en España: tampoco el pueblo elige a sus representantes. Y no porque las listas que conforman los partidos políticos sean abiertas o cerradas a los electores – realmente, poco cambiaría el panorama bajo la actual forma de gobierno -, sino porque nuestro propio sistema electoral no es representativo. Podríamos poner muchos ejemplos, pero a bote pronto se me ocurren un par de ellos, como la necesidad de pactos para formar un Gobierno en el caso de que uno de los partidos no alcance la mayoría absoluta, lo que reverbera en una paradoja(una persona que vote al PSOE, ¿quiere que gobierne con IU o más bien que mande únicamente el PSOE?), o la desigualdad en el valor del voto a la hora de conseguir un escaño, dependiendo de la provincia. Esto no ocurre por ejemplo en países como Francia, en los cuales, gracias a la segunda vuelta que establece el sistema electoral, permite la formación de mayorías, que es lo que se busca en Democracia.
Por ende, hay que recalcar que en España estamos bajo un sistema oligárquico, no bajo una democracia y en estas condiciones de ausencia de libertad política, el propio sistema corrupto y corruptor deja unas posibilidades de éxito más bien escasas: las cartas están marcadas.
Entonces, ¿qué es lo mejor?, ¿votar a uno de los partidos minoritarios, como CTC, AES, SAIN, Familia y Vida, o más bien, intentar reformar el PP?
La propia dinámica política española favorece el mantenimiento de la corrupción en los partidos políticos - por las personas y por el sistema -: los partidos no son responsables ante sus votantes. Si de verdad lo fuesen, ante un caso de corrupción, por coherencia debería de caer el partido al completo, ya que, al votar listas completas y no personas, no hay manera de delimitar dicha responsabilidad. En sistemas donde se elige a la persona, la cosa cambia, ya que cada diputado responde de sus electores. En España, esto es imposible. La corrupción moral nos asfixia.
Por otra parte, la reforma de un partido es casi una misión imposible, por su propia esencia de conquista y permanencia en el poder. El PP es un caso paradigmático donde habiendo católicos entre sus filas parlamentarias, nada han hecho por derogar la ley del aborto. O sea.
La otra opción, la de los partidos minoritarios, tampoco es fácil, ya que habría que conseguir un número de votos suficientes para poder conseguir un escaño en el Parlamento. Todo ello pasa por una concienciación de la sociedad española. Con dos o tres escaños se podría hacer algo, ciertamente. Es mejor tener voz con un volumen bajo que no tenerla.
Esta sería una opción a corto plazo, porque a largo plazo, debemos tener como horizonte la necesidad de modificar el sistema para poder vivir de verdad en una Democracia. En ese caso, todo sería menos difícil, porque contaríamos con las armas necesarias para obtener el fin. Los magistrados católicos podrían ejercer sin cortapisas y, por otra parte, podríamos votar a diputados católicos que sólo tendrían que obedecer a su conciencia y al mandato de sus votantes.
]]>A pocos días de Semana Santa y tras la marcha del pasado domingo, nueva agresión a la Iglesia.
La Iglesia de San Román ha amanecido esta mañana con una pintada pro abortista en su fachada principal. Se trata de un acto vandálico en respuesta a la concentración que ayer reunió en la Plaza Nueva a miles de personas bajo el lema Vida sí, aborto no».
La pintada dice “Alejad vuestros rosarios de nuestros ovarios”, en una clara alusión a la Iglesia, colectivo que ha respaldado esta otras manifestaciones que censuran la práctica del aborto.
La pintada ha tenido lugar entre la noche de ayer – a las 21:00 horas del domingo no estaba – y la mañana de hoy, momento en el que ha sido tomada esta fotografía.
Fuente: Por una Sevilla justa, Pasión en Sevilla y ABC
]]>Su autor es Francisco Contreras, profesor de Filosofía del Derecho, de la Universidad de Sevilla. Dice lo siguiente:
El Senado aprobó hace días la nueva ley del aborto. Lo hemos conseguido: el embrión de buitre leonado (hay multas por la destrucción de huevos) tendrá mayor protección jurídica que el feto humano. Hemos superado finalmente nuestra arrogancia «especista»: ¿quién nos había dicho que teníamos más dignidad que los demás animales? ¿Qué nos habíamos creído? Henos aquí por fin equiparados con el hermano lince y el admirable quebrantahuesos.
Querría llamar la atención sobre un aspecto de la ley Aído que ha escapado en general al análisis. Es una ley de 23 artículos. y sólo los arts. 12 a 23 regulan el aborto. ¿De qué tratan los anteriores? La Exposición de Motivos asegura que la nueva ley busca «garantizar los derechos relativos a la salud sexual y reproductiva [SSR]». Los españoles padecemos, según parece, una «salud sexual» muy deficiente, pero la ley Aído va a curarnos (para ir abriendo boca, el Ministerio de Igualdad ha invertido 26.000 euros en un «mapa de la inervación y excitación del clítoris»). Sobre todo, va a curar a nuestros hijos, que gozarán de una «salud sexual» rozagante gracias a la formación que la ley ha previsto para ellos. Los arts. 1 al 11 trasudan obsesión por la pedagogía sexual: el sistema sanitario deberá «proporcionar educación sanitaria integral y con perspectiva de género sobre SSR» (art. 5.2); «los poderes públicos desarrollarán acciones informativas y de formación sobre SSR [.] dirigidas, principalmente, a la juventud» (art. 6); «el sistema educativo contemplará la formación en SSR, incluyendo un enfoque integral que contribuya a [.] b) el reconocimiento de la diversidad sexual; c) el desarrollo armónico de la sexualidad acorde con la personalidad de los jóvenes [.]» (art. 9).
Términos como «integral», «enfoque de género», etc. esconden una densa carga ideológica. Para saber de qué se trata, se puede consultar el Borrador de Estrategia Nacional de Salud Reproductiva [ENSR] de 11/11/2009, elaborado por el Ministerio de Sanidad. Son 192 páginas, la mitad de ellas doctrinales. Su lectura es dura. pero muy reveladora: ahí está la esencia de la nueva izquierda. La ideología que será enseñada en las escuelas (art. 9). Señalemos algunas claves:
-El sexo como centro de la existencia: «el derecho a tener prácticas sexuales no reproductivas» es un «derecho humano universal, basado en la libertad, dignidad e igualdad» [P. 7] (ya la ley Aído revelaba en su preámbulo que «el desarrollo de la sexualidad está directamente vinculado a la dignidad de la persona»). El derecho al disfrute no debe verse obstaculizado ni por el temor a la maternidad, ni por «tabúes» morales. La ENSR aboga por «un concepto positivo de la salud sexual que incluye el bienestar, la satisfacción y el placer, dejando de lado la concepción de la sexualidad ligada a la represión, el miedo y lo moralmente bueno o malo» [P. 14].
-El placer sexual debe ser buscado como un fin en sí mismo; su condicionamiento al vínculo matrimonial (o, siquiera, a la existencia de un sentimiento) es castrante y culpabilizador: «antes se dignificaba la sexualidad mediante el matrimonio, [.] mientras que en la actualidad se exige en cambio su dignificación mediante el amor romántico. Esto indica la vivencia del deseo sexual con culpabilidad y vergüenza por parte de las mujeres [.]» [P. 25] (la ENSR constata que un porcentaje preocupante de mujeres -incluso jóvenes- sigue vinculando el sexo con el amor: este dato es interpretado como el resultado de la persistencia de «estereotipos sexistas» nocivos: cf. p. 38).
-Una vida tan orgasmocéntrica tropezará antes o después con un embarazo indeseado (pues los anticonceptivos pueden fallar, o a veces uno olvida utilizarlos). El derecho al placer es, por tanto, inseparable del derecho al aborto: «uno de los derechos básicos de las mujeres en materia de salud reproductiva es el derecho a decidir libremente [la continuación o no de su embarazo]» [P. 15].-Los rasgos masculinos y femeninos (por ejemplo, la maternidad) no se basan en la naturaleza, sino en la cultura; son «roles» que es preciso deconstruir: «los estereotipos acerca de lo que es ser hombre o ser mujer en nuestra sociedad tienen graves repercusiones para la vivencia de la sexualidad de un modo placentero» [P. 24]. Especialmente nefando es el «estereotipo» de la complementariedad hombre-mujer: «a mujeres y hombres se nos educa en un rol de complementariedad [.]. [A causa de ello] los individuos están mediatizados en sus comportamientos sexuales por las normas y la moral establecida, viéndose auto-juzgados y juzgados socialmente cuando tratan de transgredir lo que se espera para unas y otros» [P. 24].
-La maternidad es otro «mito» perjudicial para la mujer: «el mito del instinto maternal, supuestamente natural e intrínseco, predestina a las mujeres a ser madres para que posteriormente se dediquen al cuidado de las criaturas»; «el rol maternal tiene efectos profundos [.] en la desigualdad sexual» [P. 27]; «la maternidad no es un hecho natural» [P. 28].
-Los niños tienen también derechos sexuales: «las personas tienen y viven su sexualidad desde que nacen hasta que mueren; tendrán diferentes necesidades relacionadas con la salud sexual, y necesitarán de servicios que les faciliten educación, atención, etc.» [P. 30]. Es precisa, pues, una «formación sexual integral desde la infancia»: «a través de ella, mujeres y hombres podrán decidir con autonomía sobre su vida sexual, desde la niñez hasta la vejez. La educación sobre la sexualidad permite vivirla libremente sin temores ni prejuicios» [P. 69].
Esto es lo que se nos viene encima. Quien tenga algún reparo puede manifestarse contra la ley Aído el 7 de marzo, a las 12.00, en la Plaza Nueva (convocan decenas de asociaciones).
Como se puede comprobar, su análisis es muy acertado. El aborto, por así decirlo, es la punta del iceberg, lo más escandaloso, la consecuencia tremenda de una crisis profunda: la pérdida del sentido de virtud.
El hombre se reduce hasta un estado de brutalidad tal, en el que la satisfacción de sus instintos sexuales se torna en fin primordial. Hasta el paroxismo.
Sólo dos peros, si es que se pueden poner, al artículo anterior:
- las manifestaciones difícilmente cambian leyes. Las leyes se cambian en el Parlamento y son los votos los que deponen a los Gobiernos.
- la ley de la ahijada de Chaves, lo único que ha hecho es corroborar lo que ya se estaba haciendo. Los hechos tienen un desarrollo histórico. Si hoy la sociedad española está madura para esta ley es por lo mucho que se ha permitido anteriormente, por acción y por omisión.
Si queremos acabar con el aborto, las manifestaciones son insuficientes: hay que ir al origen del problema.
]]>«Es el momento de que pidas tu oráculo. ¡El dios, míralo, el dios!»
Estaba hablando ante la misma puerta cuando de pronto se le altera el rostro, se le muda el color, su cabello se desata, el pecho le jadea, se hincha su corazón fiero de rabia, su estatura parece mayor y no suena su voz a voz humana, pues el poder del dios le va insuflando su aliento cada vez más cerca.
Aunque parezca lo contrario el texto citado no se refiere al mitin que lanzó María Dolores de Cospedal a la chavalería de provecta edad de Nuevas de-Generaciones del PP, por la celebración de su trigésimo cumpleaños, sino a la sibila de Cumas nada más llegar Eneas al templo de Apolo (Eneida VI, 45 – 50).
Las sibilas eran mujeres que, inspiradas por Apolo, poseían del don de la profecía y de la adivinación. Nuestros políticos son las nuevas sibilas pero en plan chungo ya que mantienen el don de la profecía, pero ya no son inspirados por el antiguo dios pagano Apolo, sino por el nuevo dios «Pueblo» y, además, no profetizan en hexámetros griegos. Cosas de la decadencia.
A lo que íbamos, Mari Cospe, como la sibila de Cumas pero a lo pobre, con el rostro alterado, etc., ha dicho que las mujeres:
quieren algo más que un Ministerio de la Igualdad para hacer una ley del aborto
Es de agradecer que el PP haya perdido la poquita vergüenza que le quedaba y que se presente a las claras como el partido abortista que es, quiero decir, como aquél partido que, habiendo gobernado con mayoría absoluta, no hizo nada contra el aborto y eso que había conspicuos católicos en el gobierno - ¿sólo Bono es el malo de la película? ¿Y qué pasa con los que estuvieron y no hicieron nada? -.
Pues eso, que en pleno ataque de sinceridad Mari Cospe, despendolada ella, toda Secretaria General del partido de la no – izquierda, ha dicho lo que piensa del tema del aborto, es decir, que todo esto es una impostura, un trampantojo, para captar el voto de los católicos para las próximas elecciones, cuando ha sido precisamente su partido el que, en cierta manera ha colaborado en la llegada de una ley que, pone negro sobre blanco lo que de facto se está haciendo.
Y esto es así por mucho que nos duela a los católicos.
Mientras tanto, Ignacio Arsuaga Rato, pretende convencernos sobre la necesidad de la presión social para que el PP sea bueno y, de esta manera, derogue la Ley del Aborto. Pero la realidad es tozuda.
María Dolores de Cospedal lo ha dejado claro:
las mujeres jóvenes quieren algo más que el Ministerio de la Igualdad que haga una Ley del Aborto; porque las mujeres jóvenes quieren poderse emancipar, tener su puesto de trabajo y acceder a una vivienda
No es la ley del aborto lo que discute el PP. En eso están de acuerdo con el PSOE.
]]>Ceremonia de «Votos laicos» - a modo de ¿vinculación? de los laicos a la obra- en la Escuela Pía de Cataluña.
Las dos personas que aparecen en la foto de arriba a la derecha son, aunque parezcan otra cosa, el superior provincial y el superior general de la orden, recién elegido en 2009.
A continuación, más fotos de la cosa:
Memorable el momento «todos unidos de la manita».
¡San José de Calasanz, ruega por nosotros!
Fuente: Catapulta.
]]>La Hermandad del Santo Entierro de Sevilla es una de las pocas cofradías sevillanas que se ha unido públicamente a la manifestación del día 7 de Marzo, junto con la del Silencio, la Soledad de San Lorenzo, San Roque, el Sol, la Esperanza de Triana, la Vera Cruz, la Trinidad, la Cena y el Rocío del Salvador (aunque esta última no es de penitencia, naturalmente).
Aunque personalmente pienso que estas manifestaciones son inútiles, quedando en un simple derecho al pataleo – las leyes las modifican los parlamentos y estos se cambian en las urnas -, y además, esta marcha ha venido ya marcada por la polémica especialmente por la absurda petición del referéndum, es de agradecer que algunas, pocas, Hermandades de Sevilla hayan decidido dar un paso adelante en la defensa de las creencias católicas.
Pocas hermandades, pero menos es nada: es de esperar que se vayan sumando otras a lo largo de la semana. Otra cosa es, sin embargo, es el Consejo de Hermandades y Cofradías, el cual una vez más, se ha mostrado inane – pero, ¿para qué sirve? Que lo cierren de una vez -; es el continuose del empezose de lo ocurrido ya durante esos días en los que el propio Consejo redactó un documento que si destacaba por algo era por su tibieza. Eso sí, si fuese para elegir el cartelito o el pregonero de turno, perderían el culo. Una auténtica badomía.
Pero esta no es la cuestión. Lo que quiero destacar es lo que ha aprobado en cabildo de oficiales la Hermandad del Santo Entierro: un rosario público con la imagen de su titular para el próximo día 7.
Por Acuerdo del cabildo de oficiales, la Hermandad del Santo Entierro ha decidido realizar con la imagen de María Santísima de Villaviciosa un Rosario público por la Vida que tendrá ocasión el próximo domingo 7 de marzo por las calles de las feligresías de San Andrés y San Vicente Mártir, históricas parroquias a las que ha pertenecido desde antiguo esta Real Corporación.
El Rosario público que presidirá la Dolorosa, está programado como un acto más de los organizados por esta Corporación como repulsa y denuncia contra las leyes abortistas y en defensa de la Vida desde el primer instante de su concepción. Por ello, durante el piadoso ejercicio se rezarán los distintos misterios que la Conferencia Episcopal propuso bajo el título de “Rosario por la Vida".
El Rosario comenzará desde la Iglesia de Santo Sepulcro de Nuestro Señor Jesucristo y San Gregorio Magno (vulgo de los Ingleses) a las 8:30 horas con el siguiente itinerario:
Iglesia de Santo Sepulcro y San Gregorio Magno (8:30 h), Alfonso XII, Duque, La Campana, Martín Villa, Orfila, Plaza de Fernando de Herrera, Daóiz, Iglesia Parroquial del Apóstol San Andrés, García Tassara, Amor de Dios, San Miguel, Jesús del Gran Poder, Las Cortes, Plaza de la Concordia, Teniente Borges, Virgen de los Buenos Libros, Cardenal Cisneros, Iglesia Parroquial de San Vicente Mártir, San Vicente, Plaza del Museo (Capilla del Museo), Alfonso XII y entrada (10:30 h.)
Las andas de María Santísima de Villaviciosa entrarán en ambas parroquias, en donde se culminarán significativos misterios del Santo Rosario, concluyéndose con el canto de la Salve.
A las 10:30 horas, la Comunidad de Reverendos Padres Mercedarios oficiarán una solemne misa, cuya colecta será destinada para obras de caridad que la Orden de la Merced tiene en Haití.
Al Rosario por la Vida acompañará a nuestra Real Corporación la querida Hermandad del Santo Entierro de la vecina localidad de Dos Hermanas.
Fuente: Artesacro.
¿Hay forma más católica, por tanto efectiva y real de luchar contra el aborto que pedírselo a la Santísima Virgen? ¿No fue Ella la que, durante las bodas de Caná, la que le dijo a su Hijo que se habían quedado sin vino, esas palabras que son modelo de oración discreta y confiada? ¿Es que el Señor va a negar algo que venga de Su Madre, la Bendita Virgen María?
La oración es arma poderosa que tenemos los cristianos, porque si los malos damos dádivas buenas a nuestros hijos, ¿cuánto más Dios, que es el único Bueno, el Bien por excelencia y la fuente de todo bien?
La Hermandad del Santo Entierro lo sabe: por eso lo hace.
¡Enhorabuena a los hermanos del Santo Entierro!
Actualización: nuevas Hermandades se suman a la manifestación del día 7:
- La Estrella.
- San Gonzalo.
- Gran Poder.
- La Carretería.
- Soledad de San Buenaventura.
- El Cachorro.
- La O.
- San Isidoro.
- Montserrat.
- La Mortaja.
- El Santo Entierro de la localidad de Dos Hermanas.
La Universidad Dominica de Siena Heights (Michigan) está presidida por la Hermana Peg Albert, O.P., cuya foto es la que aparece arriba. Como verán, la hermana viste de estricto hábito secular.
El Servicio de Salud de la Universidad, recomienda, dormir bien, comer idem, hacer ejercicio y… (ver aquí punto 12)
12. Practice safe sex
¡Oh la, la!
En otro lugar recalcan: (ver punto 15)
You’ve heard this lecture before, but it’s a lecture you need to remember. Always use a condom. Know the physical risks and emotional baggage that can come with casual and promiscuouss sex.
«Usted ha oído esta lección antes, pero es una lección que usted necesita recordar. Use siempre un condón. Conozca los riesgos físicos y emocionales que pueden venir con el sexo casual y promiscuo».
¡Anda que no!
Otro ejemplo de demolición de la Iglesia desde dentro. ¿Cuándo se acabará con este quintacolumnismo eclesial?
Si esto se recomienda en una Universidad Católica, ¿de qué nos asustamos después?
¡Santa Catalina de Siena, ruega por nosotros!
Visto en:
]]>La editorial BAC, continuando su labor de recuperación de su bueno y amplio fondo editorial, nos ofrece la edición bilingüe de la Suma Teológica, en dieciséis tomos.
La misma no cuenta únicamente con el texto latino procedente de la edición crítica leonina, con lo que podremos disfrutar y captar el pensamiento del aquinate en todo su esplendor y profundidad, sino que, además de contar con la traducción al español, contaremos con los valiosos comentarios de la comisión de padres dominicos dirigidos por el Excmo. y Rvdmo. Sr. D. Francisco Barbado Viejo, O.P., es decir, lo más granado de la escolástica del siglo XX.
En el primer tomo, además de la Introducción General realizada por Santiago Ramírez, O.P., se incluye el Tratado de Dios Uno.
Como ya hemos dicho, la edición consta de dieciséis tomos con el siguiente orden de publicación:
En efecto, una de las características sobresalientes de esta edición clásica de la Suma Teológica son los comentarios, así, el autor de la Introducción General, el padre Santiago Ramírez de Dulanto (1.891 – 1.967), es un destacado estudioso de Santo Tomás. Natural de Saminiano (Treviño, Burgos), estudió humanidades y filosofía en Logroño y teología en el Angelicum. Fue perito en el Concilio Vaticano II. De su ingente obra, destacan dos series de artículos en «La Ciencia Tomista»: De analogía secundum doctrinam aristotélico-thomisticam (1.921 – 22) y De ipsa philosophia in universum (1.922 – 23), traducida esta última al español como El concepto de Filosofía (1.953). Escribió también: Doctrina política de Santo Tomás (1.951), El Derecho de Gentes. Examen crítico de la filosofía del derecho de gentes desde Aristóteles a Francisco Suárez (1.955), Pueblo y gobernantes al servicio del Bien Común (1.956), Deberes morales con la comunidad nacional y con el Estado (1.962), De ordine placita quaedam thomistica (1.963). En La filosofía de Ortega y Gasset (1.958) recoge y ordena, fielmente, los textos dispersos de Ortega y Gasset, ofreciendo una síntesis orgánica de su pensamiento. Esta obra le valió la crítica de Aranguren, Marías y Maravall, respondiendo el P. Ramírez con dos volúmenes intitulados respectivamente ¿Un orteguismo católico? (1.958) y La zona de seguridad (1.958).
Fue presidente del Instituto Luis Vives de Filosofía de Madrid y rector de la facultad teológica de San Esteban de Salamanca.
Entre los comentaristas a la primera parte de la Suma Teológica, nos encontramos con Francisco Pérez Muñiz (+ 1950), profesor en el Angelicum. Aparte de estos comentarios escribió El constitutivo formal de la persona creada en la tradición tomista, La quarta vía de Santo Tomás para demostrar la existencia de Dios y Necesidad y objeto de la metafísica.
Hoy es un gran día para los amantes de la teología, filosofía y fieles en general.
Desde aquí, mandar la enhorabuena a la BAC y a su director Jorge Juan Fernández Sangrador, por su esfuerzo en la recuperación de lo mejor de la teología católica.
]]>El autor de la cita
Por ningún caso debe la Iglesia conformarse con la herejía. Más aún. Nada de unión a toda costa. UNA IGLESIA QUE TRAICIONA LA VERDAD SE TRAICIONA A SÍ MISMA.
es:
¡Hans Küng! (La Iglesia, 303,307)
Quién te ha visto y quién te ve………..
]]>Por ningún caso debe la Iglesia conformarse con la herejía. Más aún. Nada de unión a toda costa. UNA IGLESIA QUE TRAICIONA LA VERDAD SE TRAICIONA A SÍ MISMA.
El autor vive.
La respuesta, mañana.
]]>Al fin, el libro de Pagola será retirado de las librerías religiosas españolas, a petición de la propia editorial.
Más vale tarde que nunca dice el refrán. El sentido común se ha impuesto. Que un libro con las deficiencias denunciadas ya por teólogos como Sayés, Iraburu y Rico Pavés y puesto en solfa, además, por el otrora Obispo de Tarazona y hoy Obispo de Córdoba, Monseñor Demetrio Fernández, no tenía sentido que continuase en las librerías religiosas, sirviendo a la descatolización de los fieles.
Y esto a pesar del capote echado por Monseñor Uriarte, que puso en juego su autoridad en este engendro.
Ahora bien, los únicos comprometidos en este hecho no son sólo Pagola y Uriarte, sino todos aquellos que a modo de palmeros promovieron y jalearon la presentación del libro en las escuelas de Teología, como ocurrió en el CET de Sevilla.
Hace poco más de dos años, el libro de Pagola fue presentado en el Centro de Estudio Teológicos de Sevilla, cuando ya se le había hecho una enmienda a la totalidad y se había puesto en duda la catolicidad del texto. Sin embargo, y a pesar de esto, todo se programó para que el libro fuese presentado en el mismo lugar donde se forman los sacerdotes en Sevilla. Todo un despropósito. ¡Y después hay quién se extraña que sucediese lo que ocurrió!
En cierta manera, la caída del libro Jesús, de José Antonio Pagola, es una impugnación, también a los contestatarios que se arremolinaron bajo la bandera de Pagola. Y no sólo en Sevilla.
Ahora bien, la retirada del volumen en cuestión de las librerías, no es más que una piedra en el largo camino que queda por recorrer.
Porque el verdadero problema a resolver es el de los Seminarios: que en ellos se enseñe sana doctrina y no se utilice material de contenido heterodoxo. Mientras se siga permitiendo la difusión del error, el virus seguirá extendiéndose. Lo de Pagola es un sencillo resfriado y el organismo sigue enfermo.
Atajar este problema es fundamental: está en juego la salvación de las almas de los fieles.
]]>Sr. Director, no le escribo para que publique mi breve comentario en su prestigiosa web, sino para manifestarle mi desacuerdo con la última reseña que en el blog Fides et ratio publica su colaborador Don Isaac García Expósito, acerca de un concierto de la Banda Municipal de Sevilla en la Parroquia de El Cerro del Águila.
El autor de la reseña, manifiesta su pesar porque la Hermandad haya permitido tal espectáculo que el considera impropio e incluso blasfemo, afirmando que el acto lo organizaba la corporación.
Pero el Sr. García Expósito ni siquiera se ha molestado en preguntar a la Hermandad (que tiene correo corporativo en su web para contactar con ella) si ha tenido algo que ver con la organización. Y le puedo asegurar como miembro de su Junta de Gobierno que ni la Hermandad ha organizado este evento, ni ha colaborado, ni le han preguntado si le parecía bien o mal que en un momento del concierto se realiza ese baile; el hecho de tener como fondo el concierto a nuestros Sagrados Titulares debe al montaje del altar para los próximos cultos, no evidentemente como escenario al uso.
El problema es que el indocumentado Sr. García Expósito lanza sus exabruptos contra la Hermandad, y ahora el daño ya está hecho gratuitamente.
Por ello le solicito que transmita mi hondo malestar por esta cuestión a su colaborador, solicitándole como reparación que el Sr. García Expósito, cuya opinión sobre el acto respeto obviamente, al menos aclare en un siguiente comentario que de forma errónea ha imputado a la Hermandad unos hechos sobre los que no tenía ni conocimiento ni poder de decisión.
Sin otro particular, atte.:
XXXXXXXXXX
En respuesta a la misma, me gustaría aclarar que, el motivo de la confusión se debió principalmente a:
1º.- la forma conque el Correo de Andalucía presentó la noticia, donde parecía que la Hermandad sí tenía algo que ver con la organización del evento:
En los minutos previos al concierto que ofreció la Banda Municipal de Sevilla algunos hermanos temían que a la concurrencia no le pareciera tan bien la idea ver a un bailarín, ataviado como Jesucristo, marcándose unos pasos a compás. (…)
¿El resultado? Como activados por un resorte el público se puso en pie y aplaudió (y braveó) a los artífices de una puesta en escena cuyo éxito sería interesante continuar testando en diferentes hermandades. Por el momento parece que, también en asuntos de contemporaneidad, el mundillo cofrade progresa adecuadamente. De hecho, Velasco actuó anoche en la parroquia de Rochelambert. “La actuación está hecha desde el conocimiento de la Semana Santa y de la devoción cofrade".
Como se puede comprobar, se habla de “testar” en “diferentes hermandades", y de que “algunos hermanos temían que a la concurrencia no le pareciera tan bien la idea ver a un bailarín, ataviado como Jesucristo”
2º.- el anuncio del acto en la web de la Hermandad el pasado 12 de Febrero, donde se exponía lo siguiente:
El próximo miércoles, 17 de febrero, a partir de las 20.45 horas, tendrá lugar en nuestra Parroquia un concierto de la Banda Sinfónica Municipal de Sevilla, bajo la dirección de Francisco Javier Gutiérrez Juan. El programa del concierto, que se enmarca en el ciclo cuaresmal de la misma, cuenta con algunas significativas adaptaciones de piezas recuperadas de partituras históricas así como incluye, entre otras, dos marchas propias de nuestra Hermandad: Dolores del Cerro, la primera que fue dedicada a nuestra Sagrada Titular (Juan Velázquez, 1985), y Coronación, compuesta en su honor con motivo de su Coronación Canónica (Marvizón y Puntas, 2002); en la interpretación de ambas participarán cornetas y tambores del Consejo de Bandas de Sevilla. El concierto concluirá con la interpretación de la marcha Virgen del Valle, durante la cual se contará, de forma inédita, con la actuación del bailarín Francisco Velasco. El programa completo del concierto es el siguiente: (…)
De la misma manera, en la sección de noticias de la web de la Hermandad (fecha 19 de Febrero), se ofrece un video del concierto en cuestión.
Si la Hermandad no tuvo nada que ver en esto, desde aquí pido perdón a la Hermandad por haberle imputado algo que no fue organizado por ellos. Pero lo que no se puede decir, es que la Hermandad no tuviese conocimiento de dicho acto, porque ellos mismos se encargaron de anunciarlo en su web.
Si me ha dolido el hecho es, precisamente, por el amor que profeso a las Hermandades, por el mucho bien que han hecho a la Iglesia.
Reitero, de nuevo, mis disculpas a la Hermandad.
In corde Iesu:
Isaac García Expósito.
]]>En la misma, un histrión, vestido con el hábito morado - imitando la túnica morada de los Nazarenos -, se marca un baile - dantesco - a los sones de Virgen del Valle, interpretada además, por la Banda Municipal de Sevilla, una banda que ya sólo sale de oficio durante la Semana Santa, pero que, sin embargo, se presta a estas bufonadas blasfemas.
¿Por qué se permitió esta danza en la Parroquia?
¿Es que no se acuerdan de las madres, abuelas, en tantas y tantas personas que se vestían con el hábito penitencial, como ofrecimiento de una promesa del Señor del Gran Poder, por un enfermo, por un hijo, por esas cosas que quedan entre Dios y su criatura?
¿No hay entrañas?
¿Y el Párroco? ¿No se le inflama el celo pastoral? ¿Por qué permitió esta agresión? ¿Acaso le parece bien?
Vergüenza.
Actos como este son un ataque a lo más profundo, lo más íntimo del ser humano, una agresión sin dudas a la fe de los más débiles.
Estas cosas impensables en otros tiempos, hoy se ven bien, tal como se lee en la crónica del El Correo de Andalucía:
¿El resultado? Como activados por un resorte el público se puso en pie y aplaudió (y braveó) a los artífices de una puesta en escena cuyo éxito sería interesante continuar testando en diferentes hermandades.
Increíble.
Y este es el segundo escándalo ocurrido nada más empezar la Cuaresma.
El primero ha venido por las declaraciones del Hermano Mayor de los Javieres, Jesús Gutierrez, a cuenta de la elección del pregonero de la Semana Santa, que ha recaído en Antonio García Barbeito, que escribe muy bien, pero que de cofradías no sabe nada y de las cosas de la Fe, menos, porque como el mismo García Barbeito dice:
Voy muy poco a misa y en eso lleva razón (el Hermano Mayor)
D. Jesús Gutiérrez ha dicho las verdades del barquero: no se puede elegir como pregonero a un señor que no sabe nada de cofradías y hermandades y que, además, no es hombre de Iglesia.
Por otra parte, la respuesta del señor García Barbeito, desde los micrófonos del programa radiofónico El Llamador de Canal Sur Radio - altavoz de la carcundia progre sevillana en temas cofrades – ha sido patética, bajuna y barriobajera.
La Iglesia sevillana se encuentra en estado de demolición. Rezo para que Dios le conceda sabiduría y fortaleza a nuestro Arzobispo y sepa y pueda reconducir la lamentable situación en la que se encuentra la archidiócesis.
Y en desagravio, el Kyrie del sevillano Cristóbal de Morales.
¡Señor ven pronto!
]]>]]>Nuestro Padre Dios nos ha dado, con el Orden sacerdotal, la posibilidad de que algunos fieles, en virtud de una nueva e inefable infusión del Espíritu Santo, reciban un carácter indeleble en el alma, que los configura con Cristo Sacerdote, para actuar en nombre de Jesucristo, Cabeza de su Cuerpo Místico. Con este sacerdocio ministerial, que difiere del sacerdocio común de todos los fieles esencialmente y no con diferencia de grado, los ministros sagrados pueden consagrar el Cuerpo y la Sangre de Cristo, ofrecer a Dios el Santo Sacrificio, perdonar los pecados en la confesión sacramental, y ejercitar el ministerio de adoctrinar a las gentes, in iis quæ sunt ad Deum, en todo y sólo lo que se refiere a Dios.
Por eso el sacerdote debe ser exclusivamente un hombre de Dios, rechazando el pensamiento de querer brillar en los campos en los que los demás cristianos no necesitan de él. El sacerdote no es un psicólogo, ni un sociólogo, ni un antropólogo: es otro Cristo, Cristo mismo, para atender a las almas de sus hermanos. Sería triste que el sacerdote, basándose en una ciencia humana —que, si se dedica a su tarea sacerdotal, cultivará sólo a nivel de aficionado y aprendiz—, se creyera facultado sin más para pontificar en teología dogmática o moral. Lo único que haría es demostrar su doble ignorancia —en la ciencia humana y en la ciencia teológica—, aunque un aire superficial de sabio consiguiese engañar a algunos lectores u oyentes indefensos.
Es un hecho público que algunos eclesiásticos parecen hoy dispuestos a fabricar una nueva Iglesia, traicionando a Cristo, cambiando los fines espirituales —la salvación de las almas, una por una— por fines temporales. Si no resisten a esa tentación, dejarán de cumplir su sagrado ministerio, perderán la confianza y el respeto del pueblo y producirán una tremenda destrucción dentro de la Iglesia, entrometiéndose además, indebidamente, en la libertad política de los cristianos y de los demás hombres, con la consiguiente confusión —se hacen ellos mismos peligrosos— en la convivencia civil. El Orden Sagrado es el sacramento del servicio sobrenatural a los hermanos en la fe; algunos parecen querer convertirlo en el instrumento terreno de un nuevo despotismo.
Es Cristo que pasa, 79. San Josemaría Escrivá de Balaguer.
A mí que me registren.
Y su Capilla. Viéndola, se explica todo.
¡Señor ven pronto!
Visto en: Catapulta.
]]>Bendito sea Dios.
Bendito sea su Santo Nombre.
Bendito sea Jesucristo verdadero Dios y verdadero Hombre.
Bendito sea el Nombre de Jesús.
Bendito sea su Sacratísimo Corazón.
Bendito sea su Preciosísima Sangre.
Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar.
Bendito sea el Espíritu Santo Consolador.
Bendita sea la Incomparable Madre de Dios la Santísima Virgen María.
Bendita sea su Santa e Inmaculada Concepción.
Bendita sea su gloriosa Asunción.
Bendito sea el Nombre de María Virgen y Madre.
Bendito sea San José su casto esposo.
Bendito sea Dios en sus Ángeles y en sus Santos.
Oremos:
Oh Dios, que en este sacramento admirable
nos dejaste el memorial de Tú pasión;
Te pedimos nos concedas venerar de tal modo
los sagrados misterios de Tu Cuerpo y de Tu Sangre,
que experimentemos constantemente en nosotros
el fruto de Tu redención.
Tú que vives y reinas
por los siglos de los siglos.
Amen.
¡Alabado sea el Santísimo Sacramento del Altar! ¡Sea por siempre bendito y alabado!
p.s. Lamentables declaraciones del Obispo:
MONSEÑOR HUGO BARRANTES UREÑA
ARZOBISPO METROPOLITANO DE SAN JOSÉ
MANIFIESTA A LA OPINIÓN PÚBLICA LO SIGUIENTE
Ante las dudas y el malestar de feligreses católicos, en todo el país, de cara a ciertos hechos ocurridos en la Eucaristía presidida por este servidor y con la presencia de algunos candidatos presidenciales el pasado domingo 07 de febrero de 2010, aclaramos lo siguiente:
1. Ante el trato no respetuoso e indebido que se diera a la Sagrada Eucaristía , recordamos que “el sacrilegio consiste en profanar o tratar indignamente los sacramentos y las otras acciones litúrgicas, así como las personas, las cosas y los lugares consagrados a Dios”. (Catecismo de la Iglesia Católica N. 2120).
2. Advertidos sobre la irregularidad, los sacerdotes presentes solicitaron al señor Guevara la devolución del trozo de la hostia en su poder; y éste accedió a entregarla. La hostia consagrada fue consumida inmediatamente por un sacerdote concelebrante.
3. El canon número 1367 del Derecho Canónico establece que quien arroja por tierra las Especies consagradas o las lleva o retiene con una finalidad sacrílega, comete el delito de sacrilegio, situación que no se dio, de modo que descartamos el sacrilegio en este caso.
4. En conclusión, se dio un trato no respetuoso e indebido, pero no hubo sacrilegio.
Dado en San José, 8 de febrero, 2010.
Encima nos toma por tontos.
¡Señor ven pronto!
]]>Canto gregoriano y canto polifónico
La Iglesia reconoce el canto gregoriano como el propio de la liturgia romana; en igualdad de circunstancias, por tanto, hay que darle el primer lugar en las acciones litúrgicas.
Los demás géneros de música sacra, y en particular la polifonía, de ninguna manera han de excluirse en la celebración de los oficios divinos, con tal que respondan al espíritu de la acción litúrgica a tenor del artículo 30.
Sacrosanctum Concilium, 116
Entre los cuidados propios del oficio pastoral, no solamente de esta Cátedra, que por inescrutable disposición de la Providencía, aunque indigno, ocupamos, sino también de toda iglesia particular, sin duda uno de los principales es el de mantener y procurar el decoro de la casa del Señor, donde se celebran los augustos misterios de la religión y se junta el pueblo cristiano a recibir la gracia de los sacramentos, asistir al santo sacrificio del altar, adorar al augustísimo sacramento del Cuerpo del Señor y unirse a la común oración de la Iglesia en los públicos y solemnes oficios de la liturgia.
Nada, por consiguiente, debe ocurrir en el templo que turbe, ni siquiera disminuya, la piedad y la devoción de los fieles; nada que dé fundado motivo de disgusto o escándalo; nada, sobre todo, que directamente ofenda el decoro y la santidad de los sagrados ritos y, por este motivo, sea indigno de la casa de oración y la majestad divina.
Ahora no vamos a hablar uno por uno de los abusos que pueden ocurrir en esta materia; nuestra atención se fija hoy solamente en uno de los más generales, de los más diflciles de desarraigar, en uno que tal vez debe deplorarse aun allí donde todas las demás cosas son dignas de la mayor alabanza por la belleza y suntuosidad del templo, por la asistencia de gran número de eclesiásticos, por la piedad y gravedad de los ministros celebrantes: tal es el abuso en todo lo concerniente al canto y la música sagrada.
Y en verdad, sea por la naturaleza de este arte, de suyo fluctuante y variable, o por la sucesiva alteración del gusto y las costumbres en el transcurso del tiempo, o por la influencia que ejerce el arte profano y teatral en el sagrado, o por el placer que directamente produce la música y que no siempre puede contenerse fácilmente dentro de los justos límites, o, en último término, por los muchos prejuicios que en esta materia insensiblemente penetran y luego tenazmente arraigan hasta en el ánimo de personas autorizadas y pías; el hecho es que se observa una tendencia pertinaz a apartarla de la recta norma, señalada por el fin con que el arte fue admitido al servicio del culto y expresada con bastante claridad en los cánones eclesiásticos, los decretos de los concilios generales y provinciales y las repetidas resoluciones de las Sagradas Congregaciones romanas y de los sumos pontífices, nuestros predecesores.
(…)
l. Como parte integrante de la liturgia solemne, la música sagrada tiende a su mismo fin, el cual consiste en la gloria de Dios y la santificación y edificación de los fieles. La música contribuye a aumentar el decoro y esplendor de las solemnidades religiosas, y así como su oficio principal consiste en revestir de adecuadas melodías el texto litúrgico que se propone a la consideración de los fieles, de igual manera su propio fin consiste en añadir más eficacia al texto mismo, para que por tal medio se excite más la devoción de los fieles y se preparen mejor a recibir los frutos de la gracia, propios de la celebración de los sagrados misterios.
2. Por consiguiente, la música sagrada debe tener en grado eminente las cualidades propias de la liturgia, conviene a saber: la santidad y la bondad de las formas, de donde nace espontáneo otro carácter suyo: la universalidad.
Debe ser santa y, por lo tanto, excluir todo lo profano, y no sólo en sí misma, sino en el modo con que la interpreten los mismos cantantes.
Debe tener arte verdadero, porque no es posible de otro modo que tenga sobre el ánimo de quien la oye aquella virtud que se propone la Iglesia al admitir en su liturgia el arte de los sonidos.
Mas a la vez debe ser universal, en el sentido de que, aun concediéndose a toda nación que admita en sus composiciones religiosas aquellas formas particulares que constituyen el carácter específico de su propia música, éste debe estar de tal modo subordinado a los caracteres generales de la música sagrada, que ningún fiel procedente de otra nación experimente al oírla una impresión que no sea buena.
3. Hállanse en grado sumo estas cualidades en el canto gregoriano, que es, por consiguiente, el canto propio de la Iglesia romana, el único que la Iglesia heredó de los antiguos Padres, el que ha custodiado celosamente durante el curso de los siglos en sus códices litúrgicos, el que en algunas partes de la liturgia prescribe exclusivamente, el que estudios recentísimos han restablecido felizmente en su pureza e integridad.
Por estos motivos, el canto gregoriano fue tenido siempre como acabado modelo de música religiosa, pudiendo formularse con toda razón esta ley general: una composición religiosa será más sagrada y litúrgica cuanto más se acerque en aire, inspiración y sabor a la melodía gregoriana, y será tanto menos digna del templo cuanto diste más de este modelo soberano.
Así pues, el antiguo canto gregoriano tradicional deberá restablecerse ampliamente en las solemnidades del culto; teniéndose por bien sabido que ninguna función religiosa perderá nada de su solemnidad aunque no se cante en ella otra música que la gregoriana.
Procúrese, especialmente, que el pueblo vuelva a adquirir la costumbre de usar del canto gregoriano, para que los fieles tomen de nuevo parte más activa en el oficio litúrgico, como solían antiguamente.
4. Las supradichas cualidades se hallan también en sumo grado en la polifonía clásica, especialmente en la de la escuela romana, que en el siglo XVI llegó a la meta de la perfección con las obras de Pedro Luis de Palestrina, y que luego continuó produciendo composiciones de excelente bondad musical y litúrgica.
La polifonía clásica se acerca bastante al canto gregoriano, supremo modelo de toda música sagrada, y por esta razón mereció ser admitida, junto con aquel canto, en las funciones más solemnes de la Iglesia, como son las que se celebran en la capilla pontificia.
Por consiguiente, también esta música deberá restablecerse copiosamente en las solemnidades religiosas, especialmente en las basílicas más insignes, en las iglesias catedrales y en las de los seminarios e institutos eclesiásticos, donde no suelen faltar los medios necesarios.
5. La Iglesia ha reconocido y fomentado en todo tiempo los progresos de las artes, admitiendo en el servicio del culto cuanto en el curso de los siglos el genio ha sabido hallar de bueno y bello, salva siempre la ley litúrgica; por consiguiente, la música más moderna se admite en la Iglesia, puesto que cuenta con composiciones de tal bondad, seriedad y gravedad, que de ningún modo son indignas de las solemnidades religiosas.
Sin embargo, como la música moderna es principalmente profana, deberá cuidarse con mayor esmero que las composiciones musicales de estilo moderno que se admitan en las iglesias no contengan cosa ninguna profana ni ofrezcan reminiscencias de motivos teatrales, y no estén compuestas tampoco en su forma externa imitando la factura de las composiciones profanas.
6. Entre los varios géneros de la música moderna, el que aparece menos adecuado a las funciones del culto es el teatral, que durante el pasado siglo estuvo muy en boga, singularmente en Italia.
Por su misma naturaleza, este género ofrece la máxima oposición al canto gregoriano y a la polifonía clásica, y por ende, a las condiciones más importantes de toda buena música sagrada, además de que la estructura, el ritmo y el llamado convencionalismo de este género no se acomodan sino malísimamente a las exigencias de la verdadera música litúrgica.
(…)
Motu Proprio Pío X: Sobre la Música Sagrada.
Visto en: Rorate Caeli.
]]>De ayer…
(un santo comulgando)
A hoy.
]]>MENSAJE DEL SANTO PADRE
BENEDICTO XVI
PARA LA CUARESMA 2010« La justicia de Dios se ha manifestado
por la fe en Jesucristo » (cf. Rm 3,21-22)Queridos hermanos y hermanas:
Cada año, con ocasión de la Cuaresma, la Iglesia nos invita a una sincera revisión de nuestra vida a la luz de las enseñanzas evangélicas. Este año quiero proponeros algunas reflexiones sobre el vasto tema de la justicia, partiendo de la afirmación paulina: «La justicia de Dios se ha manifestado por la fe en Jesucristo» (cf. Rm 3,21-22).
Justicia: “dare cuique suum”
Me detengo, en primer lugar, en el significado de la palabra “justicia”, que en el lenguaje común implica “dar a cada uno lo suyo” - “dare cuique suum”, según la famosa expresión de Ulpiano, un jurista romano del siglo III. Sin embargo, esta clásica definición no aclara en realidad en qué consiste “lo suyo” que hay que asegurar a cada uno. Aquello de lo que el hombre tiene más necesidad no se le puede garantizar por ley. Para gozar de una existencia en plenitud, necesita algo más íntimo que se le puede conceder sólo gratuitamente: podríamos decir que el hombre vive del amor que sólo Dios, que lo ha creado a su imagen y semejanza, puede comunicarle. Los bienes materiales ciertamente son útiles y necesarios (es más, Jesús mismo se preocupó de curar a los enfermos, de dar de comer a la multitud que lo seguía y sin duda condena la indiferencia que también hoy provoca la muerte de centenares de millones de seres humanos por falta de alimentos, de agua y de medicinas), pero la justicia “distributiva” no proporciona al ser humano todo “lo suyo” que le corresponde. Este, además del pan y más que el pan, necesita a Dios. Observa san Agustín: si “la justicia es la virtud que distribuye a cada uno lo suyo… no es justicia humana la que aparta al hombre del verdadero Dios” (De Civitate Dei, XIX, 21).
¿De dónde viene la injusticia?
El evangelista Marcos refiere las siguientes palabras de Jesús, que se sitúan en el debate de aquel tiempo sobre lo que es puro y lo que es impuro: “Nada hay fuera del hombre que, entrando en él, pueda contaminarle; sino lo que sale del hombre, eso es lo que contamina al hombre… Lo que sale del hombre, eso es lo que contamina al hombre. Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen las intenciones malas” (Mc 7,15. 20-21). Más allá de la cuestión inmediata relativa a los alimentos, podemos ver en la reacción de los fariseos una tentación permanente del hombre: la de identificar el origen del mal en una causa exterior. Muchas de las ideologías modernas tienen, si nos fijamos bien, este presupuesto: dado que la injusticia viene “de fuera”, para que reine la justicia es suficiente con eliminar las causas exteriores que impiden su puesta en práctica. Esta manera de pensar ―advierte Jesús― es ingenua y miope. La injusticia, fruto del mal, no tiene raíces exclusivamente externas; tiene su origen en el corazón humano, donde se encuentra el germen de una misteriosa convivencia con el mal. Lo reconoce amargamente el salmista: “Mira, en la culpa nací, pecador me concibió mi madre” (Sal 51,7). Sí, el hombre es frágil a causa de un impulso profundo, que lo mortifica en la capacidad de entrar en comunión con el prójimo. Abierto por naturaleza al libre flujo del compartir, siente dentro de sí una extraña fuerza de gravedad que lo lleva a replegarse en sí mismo, a imponerse por encima de los demás y contra ellos: es el egoísmo, consecuencia de la culpa original. Adán y Eva, seducidos por la mentira de Satanás, aferrando el misterioso fruto en contra del mandamiento divino, sustituyeron la lógica del confiar en el Amor por la de la sospecha y la competición; la lógica del recibir, del esperar confiado los dones del Otro, por la lógica ansiosa del aferrar y del actuar por su cuenta (cf. Gn 3,1-6), experimentando como resultado un sentimiento de inquietud y de incertidumbre. ¿Cómo puede el hombre librarse de este impulso egoísta y abrirse al amor?
Justicia y Sedaqad
En el corazón de la sabiduría de Israel encontramos un vínculo profundo entre la fe en el Dios que “levanta del polvo al desvalido” (Sal 113,7) y la justicia para con el prójimo. Lo expresa bien la misma palabra que en hebreo indica la virtud de la justicia: sedaqad,. En efecto, sedaqad significa, por una parte, aceptación plena de la voluntad del Dios de Israel; por otra, equidad con el prójimo (cf. Ex 20,12-17), en especial con el pobre, el forastero, el huérfano y la viuda (cf. Dt 10,18-19). Pero los dos significados están relacionados, porque dar al pobre, para el israelita, no es otra cosa que dar a Dios, que se ha apiadado de la miseria de su pueblo, lo que le debe. No es casualidad que el don de las tablas de la Ley a Moisés, en el monte Sinaí, suceda después del paso del Mar Rojo. Es decir, escuchar la Ley presupone la fe en el Dios que ha sido el primero en “escuchar el clamor” de su pueblo y “ha bajado para librarle de la mano de los egipcios” (cf. Ex 3,8). Dios está atento al grito del desdichado y como respuesta pide que se le escuche: pide justicia con el pobre (cf. Si 4,4-5.8-9), el forastero (cf. Ex 20,22), el esclavo (cf. Dt 15,12-18). Por lo tanto, para entrar en la justicia es necesario salir de esa ilusión de autosuficiencia, del profundo estado de cerrazón, que es el origen de nuestra injusticia. En otras palabras, es necesario un “éxodo” más profundo que el que Dios obró con Moisés, una liberación del corazón, que la palabra de la Ley, por sí sola, no tiene el poder de realizar. ¿Existe, pues, esperanza de justicia para el hombre?
Cristo, justicia de Dios
El anuncio cristiano responde positivamente a la sed de justicia del hombre, como afirma el Apóstol Pablo en la Carta a los Romanos: “Ahora, independientemente de la ley, la justicia de Dios se ha manifestado… por la fe en Jesucristo, para todos los que creen, pues no hay diferencia alguna; todos pecaron y están privados de la gloria de Dios, y son justificados por el don de su gracia, en virtud de la redención realizada en Cristo Jesús, a quien exhibió Dios como instrumento de propiciación por su propia sangre, mediante la fe, para mostrar su justicia (Rm 3,21-25).
¿Cuál es, pues, la justicia de Cristo? Es, ante todo, la justicia que viene de la gracia, donde no es el hombre que repara, se cura a sí mismo y a los demás. El hecho de que la “propiciación” tenga lugar en la “sangre” de Jesús significa que no son los sacrificios del hombre los que le libran del peso de las culpas, sino el gesto del amor de Dios que se abre hasta el extremo, hasta aceptar en sí mismo la “maldición” que corresponde al hombre, a fin de transmitirle en cambio la “bendición” que corresponde a Dios (cf. Ga 3,13-14). Pero esto suscita en seguida una objeción: ¿qué justicia existe dónde el justo muere en lugar del culpable y el culpable recibe en cambio la bendición que corresponde al justo? Cada uno no recibe de este modo lo contrario de “lo suyo”? En realidad, aquí se manifiesta la justicia divina, profundamente distinta de la humana. Dios ha pagado por nosotros en su Hijo el precio del rescate, un precio verdaderamente exorbitante. Frente a la justicia de la Cruz, el hombre se puede rebelar, porque pone de manifiesto que el hombre no es un ser autárquico, sino que necesita de Otro para ser plenamente él mismo. Convertirse a Cristo, creer en el Evangelio, significa precisamente esto: salir de la ilusión de la autosuficiencia para descubrir y aceptar la propia indigencia, indigencia de los demás y de Dios, exigencia de su perdón y de su amistad.
Se entiende, entonces, como la fe no es un hecho natural, cómodo, obvio: hace falta humildad para aceptar tener necesidad de Otro que me libere de lo “mío”, para darme gratuitamente lo “suyo”. Esto sucede especialmente en los sacramentos de la Penitencia y de la Eucaristía. Gracias a la acción de Cristo, nosotros podemos entrar en la justicia “más grande”, que es la del amor (cf. Rm 13,8-10), la justicia de quien en cualquier caso se siente siempre más deudor que acreedor, porque ha recibido más de lo que podía esperar.
Precisamente por la fuerza de esta experiencia, el cristiano se ve impulsado a contribuir a la formación de sociedades justas, donde todos reciban lo necesario para vivir según su propia dignidad de hombres y donde la justicia sea vivificada por el amor.
Queridos hermanos y hermanas, la Cuaresma culmina en el Triduo Pascual, en el que este año volveremos a celebrar la justicia divina, que es plenitud de caridad, de don y de salvación. Que este tiempo penitencial sea para todos los cristianos un tiempo de auténtica conversión y de intenso conocimiento del misterio de Cristo, que vino para cumplir toda justicia. Con estos sentimientos, os imparto a todos de corazón la bendición apostólica.
Vaticano, 30 de octubre de 2009
BENEDICTUS PP. XVI
© Copyright 2009 - Libreria Editrice Vaticana
Fuente: Vatican.va
]]>Pues sí, es un sucesor de los Apóstoles: Monseñor Jacques Noyer, Obispo Emérito de Amiens (visto en Catapulta).
Yo es que, cuando pienso en los Obispos, tengo la imagen del Beato Andrés Jacinto Longhin.
¡Señor ven pronto!
]]>¡Señor ven pronto!
]]>¿Estará enseñando a los fieles a participar en la Liturgia?
¡Señor ven pronto!
]]>El video está en inglés, pero creo que se entiende sin mucha dificultad.
A ver si espabilan los Obispos españoles.
Laus tibi Domine, rex aeternae gloriae
Visto en Athanasius contra mundum.
Hombre, si al menos saliera en la chirigota del Selu….
¿Y dónde me dejan el arte carnavalero que destila este grupeto en la Iglesia?
¡Anda que no! De vellitos de punta….
Aunque yo, me sigo quedando con Juan Carlos Aragón.
¡Señor, ven pronto!
Visto en Catholic Chuch Conservation
]]>Porque se manifestó la gracia salvadora de Dios
a todos los hombres,
enseñándonos que, dando de mano a la impiedad
y a las conscupicencias mundanas,
vivamos moderada, justa y piadosamente
en el presente siglo,
aguardando la bienaventurada esperanza
y manifestación de la gloria
del gran Dios y Salvador nuestro, Jesu-Cristo;
quien se entregó a sí mismo por nosotros
para redimirnos de toda iniquidad
y purificar para sí de un pueblo que fuese suyo,
zelador de obras buenas.
Habla tales cosas, y exhorta y reprende con autoridad.
Que nadie te menosprecie.
Tit 2, 11-15
]]>13. La bienaventurada esperanza: se toma aquí objetivamente: es el bien esperado, cuya posesión nos ha de hacer bienaventurados. Equivale, por tanto, a la manifestación de la gloria de Jesu-Cristo en su segundo advenimiento. Esta gloria es la exhibición de su poder y majestad.
CRISTO, GRAN DIOS. La expresión el gran Dios y Salvador se refiere íntegra a Jesu-Cristo; es decir, Cristo es llamado, no sólo Salvador nuestro, sino también gran Dios. Semejante interpretación (o puntuación) se apoya, entre otras, en estas razones: 1) el original griego, exactamente reproducido en la versión castellana, el artículo inicial afecta y da unidad a toda la frase; si gran Dios no apelase a Jesu-Cristo, San Pablo hubiera escrito: “del gran Dios y del Salvador…."; 2) ambos títulos, Dios y Salvador, eran aplicados indiferentemente en tiempo de San Pablo a las divinidades olímpicas, y ambos también a las divinidades imperiales; formaba, por tanto, un título doble o compuesto de la divinidad; 3) el mismo San Pablo une frecuentemente ambos títulos refiriéndose a una sola persona (2,10; 3,4…); 4) la manifestación, que precede inmediatamente a gran Dios, la atribuye San Pablo, constantemente a Jesu-Cristo. (Cf. 2 Tes 2,8; 1 Tim 6,14; 2 Tim 1,10; 4,1; 4,8….); a Cristo igualmente, y nunca a Dios Padre, atribuye el mismo Apóstol el segundo advenimiento o “parusía"; 5) la hipótesis contraria introduciría en la frase una escisión o incoherencia lógica, impropia de San Pablo; en su primera parte, ascendente, hasta gran Dios, se referiría a Dios Padre, y en su segunda parte, descendente, desde Salvador se referiría exclusivamente a Jesu-Cristo. Y sabido es que San Pablo, cuanto es a veces más irregular en la construcción gramatical, tanto es más coherente y lógico en el razonamiento. Así entendida, como debe absolutamente entenderse, nos da esta frase uno de los testimonios más elocuentes de la divinidad de Cristo.
Las Epístolas de San Pablo. P. José María Bover, S.I. Editorial Balmes. 4ª ed., 1.959; pp. 472 - 473
La denuncia de escritores, especialmente Francisco José Fernández de la Cigoña que se ha tomado en serio el asunto – no es para menos – y que, además, pudiendo, ha hecho, ha conseguido terminar de una vez con este sinsentido por el cual, el secretario técnico de la Comisión de Liturgia de la CE, afrentaba sin ningún tipo de ambages, el Motu Proprio del Santo Padre Benedicto XVI (¡inaudito!).
Hoy es un día feliz. Congratulémonos porque finalmente se ha hecho justicia. Con el Romano Pontifice y los fieles.
Laus Deo!
]]>El pasado domingo, al salir de Misa, un querido amigo me pasó un artículo sacado de la hemeroteca digital del ABC. El autor de la tercera es Leopoldo Eulogio Palacios y el artículo está fechado el 16 de Abril de 1.976 (¡ya ha llovido!).
El artículo es el siguiente:
Como es fácilmente comprobable, los argumentos a favor del Usus Antiquior, en esencia, son los mismos. Aún así, me gustaría señalar, a forma de notas breves, algunas cosas que me han llamado la atención:
- La petición realizada a la Iglesia, por ciertos personajes conspicuos del mundo de la cultura, que pedían la conservación del latín y del canto gregoriano. Que un protestante como Dreyer pidiese esto, por la razón que fuese, es algo que debería hacer reflexionar a más de uno.
- La situación actual, opuesta a la de antaño. Si cuando fue promulgado el Novus Ordo, obispos y sacerdotes realizaron el cambio de rito sin mayor problemas, a pesar de la petición de los fieles que recoge el autor - y que según mi personal apreciación, serían más bien una minoría -, contrasta con la actitud de hogaño, donde obispos y sacerdotes tienen una visión restrictiva del Motu Proprio Summorum Pontificum.
- La transmutación del círculo vicioso, del cual habla el autor, en ruptura, donde el Novus Ordo se ha tomado como barra libre - si es que se puede utilizar esta expresión -, para hacer cualquier cosa y donde la obediencia al Papa, en ciertos sectores, no significa nada.
]]>Visto en Secretum meum mihi:
Un día como hoy de 1938: “Una noche iluminada por una luz desconocida”
Cuando veáis una noche iluminada por una luz desconocida, sabed que es la gran señal que Dios os da de que va a castigar al mundo por sus crímenes, por medio de la guerra, del hambre y de persecuciones a la Iglesia y al Santo Padre
Nuestra Señora de Fátima
Jul-13-1917
Exmo. y Rvmo. Señor Obispo: V. Excia. sabe cómo, hace algunos años, Dios manifestó esa señal, y que los astrónomos quisieron designar con el nombre de aurora boreal. No sé. Pero me parece a mí que si lo examinasen bien, verían que no fue ni podría ser, por la forma en que se presentó, tal aurora. Pero sea lo que sea, Dios se sirvió de eso para hacerme comprender que su justicia estaba presta a descargar el golpe sobre las naciones culpables, y por ello, comencé a pedir con insistencia la Comunión reparadora de los Primeros Sábados y la consagración de Rusia. Mi fin era, no sólo conseguir misericordia y perdón para todo el mundo, sino, en especial, para Europa.
Dios en su infinita misericordia, me fue haciendo sentir cómo ese terrible momento se aproximaba, y V. Excia. Rvma. no ignora cómo, en su momento, lo fui indicando. Y aún digo que la oración y la penitencia hecha hasta ahora en Portugal, no aplacó aún la Divina Justicia, porque no ha sido acompañada de la contrición y enmienda.
Espero que Jacinta interceda por nosotros en el Cielo.
Hermana Maria Lúcia do Coração Imaculado
Carta al obispo de Leiria
Ago-08-1941
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]]>En un día como hoy de 1938 ocurría un extraño fenómeno, una ‘aurora boreal’ (eso nos dijeron) de extensión descomunal y de color rojo; de hecho la única que ha existido de ese color, porque los científicos jamás nos han dicho cómo es que todas las auroras tienen colores que van desde el amarillo hasta todas las gamas del verde y subitamente hay una que es de color rojo.
En esta entrada destacamos algunas informaciones de prensa de aquella época que detallan este particular hecho, luego del cual, en Mar-16-1938, se anunciaba la ‘anexión’ de Austria a Alemania, tras haber sido invadida Viena días antes por el ejercito de Hitler en Mar-12-1938; es decir, este fue el punto que marcó el inicio de la Segunda Guerra Mundial, del cual también incluimos algunas informaciones de aquella época.
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[Diario Vanguardia, Ene-26-1938, Pág 4]
[Diario Vanguardia, Ene-26-1938 Pág 9]
[Diario ABC de Madrid edición matutina, Ene-26-1938 Pág 3]
[Diario Vanguardia, Ene-27-1938 Pág 5]
[Diario ABC de Sevilla, Ene-27-1938 Pág 23]
[Revista TIME, Feb-07-1938]
Ciencia: Gran Aurora
Lunes, Febrero 07, 1938En Portugal, pobladores aterrorizados corrían por las calles gritando “O fim do mundo” (el fin del mundo). En la Francia mentalizada en la guerra, el grito era “C’est la guerre!” En Austria y algunos otros sitios de Europa, aldeanos arrodillándose farfullaban oraciones. En Holanda, alegres celebrantes aclamaban las inmensas cortinas de luz roja, naranja, púrpura, verde, azul y blanco que cambiaban y resplandecían en el cielo norteño como un augurio feliz por el nacimiento de la Princesa Juliana (ver p. 77). En Londres, que no había visto la aurora borealis desde la horrible noche en que un Zeppelín bombardeó durante la Guerra, alguien, pensando que el Castillo de Windsor estaba en llamas, llamó al Departamento de Bomberos de Windsor. Los conmutadores telefónicos europeos en general estuvieron llenos por exaltados o temerosos consultantes.
Científicos londinenses dijeron que la aurora fue la mas impresionante en 50 años. Científicos de la Universidad de Grenoble en Francia dijeron que la Europa del Oeste no había visto tal manifestación desde el año 1709.
En Norteamérica las luces fueron visibles tan lejos al sur como Baltimore. En Canadá, en donde auroras brillantes son comparativamente frecuentes, la gente repitió su creencia de que el fenómeno es un signo del clima cálido por llegar.
La mayoría de los astrónomos cree que las auroras son causadas por enjambres de partículas electrificadas disparadas desde el sol. Como una aguja de brújula, estas partículas buscan los polos y visiblemente ionizan sus átomos, como una corriente eléctrica ioniza los átomos de gas en los avisos comerciales. Las auroras son mas brillantes y mas frecuentes cuando las manchas solares están activas, y las manchas solares han estado mas activas en los meses recientes que en ninguna época desde 1870. En los últimos quince días una tormenta magnética, de violencia inusual, causó que la comunicación telefónica trasatlántica por radio de onda corta gradualmente desapareciera (TIME, Ene. 31). La semana pasada, mientras la gran aurora ondeaba sus brillantes pliegues a través del cielo, las ondas cortas trasatlánticas se desvanecieron de nuevo.
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[Diario ABC de Madrid edición matutina, Mar-12-1938 Pág 3]
[Diario ABC de Madrid edición matutina, Mar-13-1938 Pág 3]
[Diario ABC de Sevilla, Mar-13-1938 Pág 12]
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En las imágenes a continuación se observa la Heldenplatz de Viena en Mar-16-1938. En la segúnda de ellas está Kurt Daluege anunciando la ‘anexión’ oficial de Austria a Alemania, en la derecha de la imágen, de uniforme un poco mas oscuro, el conocido asesino Heinrich Himmler.
Propio del tiempo.
¡Señor, ven pronto!
]]>Santa Inés es, con Santa Cecilia, una de las más ilustres mártires romanas. En plena persecución de Diocleciano, cuando apostataban numerosos fieles, y aun clérigos, ella permaneció fiel a Cristo y le consagró su juventud. Su ejemplo lo han exaltado san Dámaso y san Ambrosio.
A principios del siglo IV, devuelta ya la paz a la Iglesia, Constantina, hija primogénita del emperador Constantino, hizo construir sobre la tumba de la joven mártir, en la vía Nomentana, una basílica que sigue siendo aún hoy una de las más célebres de Roma.
El nombre de santa Inés se halla en el canon de la misa.
Todos los años, el 21 de Enero, después de la misa pontifical, que el abad de los canónigos regulares de Letrán celebra en Santa Inés Extramuros, se llevan al altar dos corderos blancos. Bendecidos por el celebrante, una representaciónd el capítulo los lleva al Papa, quien los vuelve a bendecir y los remite a las benedictinas de Santa Cecilia en Transtévere, encargadas de cuidarlos. El 28 de junio, el Papa bendice en la basílica de San Pedro los palios confeccionados por las religiosas con la lana de estos corderos; los envía a los arzobispos como insignias de dignidad, y también, por privilegio, a algunos obispos.
Misal diario y vesperal. Dom Gaspar Lefebvre. Ed. Desclée de Brouwer. 1.962.
Omnípotens sempitérne Deus, qui infírma mundi éligis, ut fórtia quaeque confúndas: concéde propítius; ut qui beátae Agnétis, Vírginis et Mártyris tuae, solémnia cólimus, eius apud te patrocínia sentiámus.
Per Dominum nostrum Jesum Christum, Filium tuum: qui tecum vivit et regnat in unitate Spiritus Sancti Deus, per omnia saecula saeculorum. Amen.
Omnipotente y eterno Dios, que eliges lo débil del mundo para confundir a los fuertes, concédenos propicio que cuantos celebramos la solemnidad de la santa virgen y mártir Inés, sintamos ante ti su valimento. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo: que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo, Dios, por los siglos de los siglos.
Amen.
]]>Cortesía de Embajador en el Infierno.
]]>Algo similar ocurre con el PP, pero con la salvedad que el votante, a la siguiente oportunidad, vuelve a darse de bruces con el peñasco. Esta vez la ocasión se ha presentado con EpC. Tras prometer y prometer que cuando llegara al poder la iba a quitar, el PP la vuelve a meter, eso sí, con mucho talante: por detrás y por delante.
Y van ni me acuerdo. Así que, cuando alcancen el poder, si es que lo consiguen, podremos contar con que:
- no se anulará la ley de unión de homosexuales.
- continuará el abortorio en el que han convertido España
- seguiremos con EPC.
- etc.
La propuesta de Mariano Rajoy respecto a la asignatura Educación para la Ciudadanía es una de esas añagazas propias del PP, una impostura con la que en la antigua Grecia, habría sigo galardonada con un ostracon, para él y los suyos.
En España, lo de la casta política comienza a ser de película de terror. Hacen y deshacen a su antojo, sin tener en cuenta la opinión de los ciudadanos. Ocupan el poder y desde ese momento hacen lo que les place sin control.
No importa lo que piensen los votantes, sino que, como hegelianos redivivos confunden la razón con la realidad, subvirtiendo la moral natural, creando una nueva.
¿En nombre de quién el PP se ha otorgado el derecho de pactar el tema de la educación con el PSOE? ¿Cómo es posible que impongan desde arriba un modelo educativo, que precisamente, desde abajo se está rechazando? ¿Cómo quedan entonces los padres objetores a la asignatura de EpC?
Les da igual. Avasallan al ciudadano. Los yerberos estarán llenos – aunque cada vez menos -, pero la justicia escasea. Es una oligarquía en toda regla, donde se busca el bien de unos pocos.
Canta Rajoy la palinodia. Quiere darle un voto de confianza a Gabilondo, «porque es una persona seria»: ¿y sus votantes, aquellos con los que se ha comprometido? ¡Qué poca vergüenza!
Como siempre ocurre con todo lo que hace el PSOE, el partido de la no – izquierda lo digiere, haciéndolo suyo. Es un proceso reiterativo. Así lo reconoce en el documento donde exponen sus propuestas en materia de educación:
El Partido Popular, asimismo, ha expresado reiteradamente su seria discrepancia con su configuración y contenidos, por entender que con ellos los poderes públicos se arrogan unas atribuciones que no les competen, invaden ámbitos educativos que corresponden primariamente a los padres y presentan graves riesgos de adoctrinamiento.
En aras al establecimiento del necesario consenso en materia tan sensible, ofrecemos una solución basada en las siguientes medidas:
• Establecer en la etapa de Educación Primaria una formación cívica de carácter transversal, cuyas orientaciones se inspirarán exclusivamente en los valores y principios de la Constitución.
• Elaboración de unos nuevos contenidos de la asignatura existente en la educación secundaria, que deben ser acordados íntegramente y que han de proporcionar a los alumnos el conocimiento de la Constitución como norma suprema que rige nuestra convivencia, la comprensión de sus valores, de las reglas de juego y de sus instituciones, mediante los cuales se conforma una sociedad democrática y pluralista.
• Restablecimiento de la asignatura Filosofía, cursada en el Bachillerato, a su configuración clásica, por su alto nivel formativo, despojándola del empobrecedor planteamiento que la concibe bajo el hilo conductor de la educación para la ciudadanía.
La propuesta del PP destaca porque demuestra que en dicho partido no hay siquiera una idea. Transversalmente hablando o no, ¿cómo se puede formar en base a unos valores? ¿Cómo se actúa tomando como base un valor? El propio Kant fue consciente del callejón sin salida en el que se había metido y tuvo que construir una tabla de virtudes. Porque los valores, al no tener una dirección, por decirlo de alguna manera, al encontrarse vacíos, sin contenidos, podrían llenarse con cualquier cosa. Y si no es así, es porque dependen de una moral subyacente, con lo que dicha asignatura sería superflua. Pero esto hoy, en España no es así. Lo que sí está claro es que, visto como actúan los partidos en España, el PSOE propone, dispone y el PP asume lo anterior, con dicha asignatura habremos condenados a nuestros hijos al adoctrinamiento estatal.
Además, ¿cómo se puede fundamentar la enseñanza moral que se impartirá en dicha asignatura, en una Constitución que es violada una y otra vez, esa Constitución que defiende el derecho a la vida y a su vez, permite una ley que la conculca?
Todo esto es una farsa. Un embeleco. Una nueva felonía del PP a sus votantes. Pero es lo que hay. Y tenemos que estar preparados a convivir en estas condiciones cada vez más difíciles, donde el Estado va camino de convertirse en un Estado totalitario, ya que pocos ámbitos de libertad restarán al individuo y a las asociaciones.
Por estas razones, hay que pensar en nuevas formas de educación, alejadas de los sistemas tradicionales que se han pervertido; o más bien, volver a los sistemas tradicionales pero recreándolos de otra forma, alejados del Estado que tiende a fagocitarlo todo.
Si no, estamos condenados al establo.
]]>En las últimas tres semanas, cada uno de los Obispos y Vicarios generales que firmaron la Petición a la Santa Sede del 5 de octubre de 2007 buscando “la reunión colectiva con la Santa Sede” ha recibido una respuesta formal. Estas letras, del prefecto de la Congregación de la Doctrina de la Fe, Cardenal William Levada, completa el proceso de la respuesta de la Santa Sede a la Petición, e inicia el proceso de nuestra respuesta formal a la Constitución Apostólica.
El cardenal plantea el punto en su carta que:
Esta disposición (la Constitución Apostólica con las Normas y el Comentario) constituye la respuesta definitiva de la Santa Sede no sólo a su solicitud original, sino también a los otros de similar naturaleza que han sido presentados en los últimos años.
En la Petición, los obispos piden
… una manera comunitaria y eclesial de ser Anglicano-Católicos en comunión con la Santa Sede, atesorando a la vez la plena expresión de la fe católica y nuestra tradición a la que hemos llegado en este momento.
En otra parte, afirman que la Comunión Anglicana Tradicional se formó, en parte,
para buscar la comunión plena y visible como un cuerpo, en particular la comunión eucarística, en Cristo, con la la Iglesia Católica Romana …
El Cardenal, en su carta, reconoce nuestra petición
que de alguna manera se podría encontrar el recibimiento a los grupos de religiosos y fieles de la Comunión Anglicana Tradicional a la plena unidad visible de la Iglesia Católica, en una estructura que podía ofrecer el apoyo y el testimonio de las muchas gracias evidentes de la tradición anglicana.
Continúa el añadido que, en el período transcurrido desde la presentación de la Petición, la Congregación para la Doctrina de la Fe ha concluido un largo y detallado estudio con el objetivo de poner a disposición
Un modelo adecuado y viable de unidad orgánica para vosotros y otros grupos similares.
En el último párrafo de su carta, el cardenal Levada afirma que:
Soy muy consciente del delicado proceso de discernimiento, que sin duda deben ser emprendido por muchos de nuestros hermanos y hermanas Anglicanos, y no menos de los difíciles asuntos prácticos que tendrán que hacer frente.
Se proponen los pasos iniciales que deben ser tomados en la respuesta.
Yo he respondido al cardenal Levada, dándole las gracias una vez más por la generosa comprensión pastoral en lo que ha escrito para nosotros. He reiterado mi agradecimiento por el carácter innovador e histórico de la Constitución Apostólica. Tomo nota de que el Santo Padre la semana pasada reconoció la labor de la Congregación para la Doctrina de la Fe en la producción de la Constitución Apostólica. El Papa Benedicto XVI dijo a la congregación que la
La unidad es, de hecho, primariamente unidad de fe, apoyada por el sagrado depósito, del que el Sucesor de Pedro es el primer custodio y defensor. (…) La fiel adhesión de estos grupos (de los anglicanos) a la verdad recibida de Cristo y propuesta por el Magisterio de la Iglesia no es en modo alguno contraria al movimiento ecuménico, sino que muestra, en cambio, su fin último, que consiste en alcanzar la comunión plena y visible de los discípulos del Señor.
He señalado en mis comentarios iniciales sobre la respuesta de la Santa Sede en octubre pasado que nuestra obligación era “mantener la oración y la reflexión” que se plantea como una posibilidad que no ha estado disponible para las comunidades de los anglicanos desde la ruptura de la Reforma. Nuestros obispos, a petición mía y de la Santa Sede, han mantenido su silencio hasta que todo el proceso de promulgación se ha completado.
La próxima semana, publicaré un comentario sobre la Constitución para los miembros de la Comunión Anglicana Tradicional. Ahora que se ha recibido una respuesta formal, también haré publico al mismo tiempo, el texto de la Petición. En mi declaración, serán establecidos los pasos que deberán ser tomados por todo el Colegio de los Obispos, y por cada parte de nuestra Comunión. Hago hincapié en que este «proceso de discernimiento» se refiere al principal mandamiento de Jesús a su Iglesia. Ni puede ser apresurado ni tomado a la ligera. Pero también pongo de relieve que una forma de lograr la unidad se ha creado y es una respuesta directa e inmediata a nuestra Petición, y retrasar la aplicación de la plenitud de la comunión que hemos buscado sería un desafío grave a la voluntad de Jesús para su Iglesia. Ahora bien, sobre todo, debemos ser sensibles a nuestro Señor, y sensibles unos con otros.
El proceso que estamos siguiendo es el siguiente:
1. Estamos ya en discusión detallada y fructífera con los otros grupos Anglicanos mencionados por el Cardenal, y con los obispos designados para actuar de enlace con nosotros por la Conferencia Católica de Obispos en varias partes del mundo.
2. En las próximas semanas, en Japón, América Central, Estados Unidos, Canadá, Australia, Nueva Zelanda y el Estrecho de Torres, y un poco más tarde en la India, África y Europa, yo tendré la oportunidad de reunirme con muchos de los clérigos y personas de nuestra Comunión. Reuniones regionales de obispos, clero y pueblo están siendo organizadas en cada lugar de nuestra Comunión. Tengo muchas ganas de estar con vosotros.
3. Llamaré a reunión plenaria del Colegio de los Obispos para la Pascua de 2.010. Los obispos harán una respuesta formal a la Santa Sede, que será seguida a su debido tiempo por medidas canónicas en los miembros eclesiales de la Comunión Anglicana Tradicional.
Mientras tanto consideramos nuestra respuesta, hacemos bien en leer una y otra vez las palabras de Jesús en la gran oración a Sul Padre por la unidad de Sus seguidores, y para medir nuestra respuesta con Sus palabras.
Y también debemos leer con atención las palabras iniciales de la Constitución, en la que el Papa Benedicto XVI explica en detalle su respuesta a nuestra petición:
En estos últimos tiempos el Espíritu Santo ha impulsado a grupos de anglicanos a pedir en varias ocasiones e insistentemente ser recibidos, también corporativamente, en la plena comunión católica y esta Sede apostólica ha acogido benévolamente su solicitud. El Sucesor de Pedro, que tiene el mandato del Señor Jesús de garantizar la unidad del episcopado y de presidir y tutelar la comunión universal de todas las Iglesias, no puede dejar de predisponer los medios para que este santo deseo pueda realizarse.
Fuente: The Anglo-Catholic.
]]>Noticia dada en Zenit, Secretum meum mihi, Rorate Caeli y New Liturgical Movement.
Benedicto XVI: “La fe propone perspectivas morales fiables a la razón”
Audiencia a los miembros de la Congregación para la Doctrina de la Fe
CIUDAD DEL VATICANO, viernes 15 de enero de 2010 (ZENIT.org).- Ofrecemos a continuación el discurso que el Papa ha dirigido hoy a los participantes en la Asamblea Plenaria de la Congregación para la Doctrina de la Fe, a quienes recibió en la Sala Clementina del Palacio Apostólico.
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Señores cardenales,
venerados hermanos en el Episcopado y en el Sacerdocio,
queridos fieles colaboradores,
es para mí motivo de gran alegría encontraros con ocasión de la Sesión Plenaria y manifestaros los sentimientos de profundo reconocimiento y de cordial aprecio por el trabajo que lleváis a cabo al servicio del Sucesor de Pedro en su ministerio de confirmar a los hermanos en la fe (cfr Lc 22, 32).
Agradezco al señor cardenal William Joseph Levada por su discurso de saludo, en el cual ha llamado la atención sobre las temáticas que ocupan actualmente a la Congregación, además de las nuevas responsabilidades que el Motu Proprio “Ecclesiae Unitatem” le ha confiando, uniendo de modo estrecho al Dicasterio la Comisión Pontificia Ecclesia Dei.
]]>Quisiera ahora detenerme brevemente sobre algunos aspectos que usted, señor cardenal, ha expuesto.
Ante todo, deseo subrayar cómo vuestra Congregación participa del ministerio de unidad, que está confiado, de modo especial, al Romano Pontífice, mediante su empeño por la fidelidad doctrinal. La unidad es, de hecho, primariamente unidad de fe, apoyada por el sagrado depósito, del que el Sucesor de Pedro es el primer custodio y defensor. Confirmar a los hermanos en la fe, manteniéndoles unidos en la confesión del Cristo crucificado y resucitado, constituye para quien se sienta en la Cátedra de Pedro el primer y fundamental deber que le ha sido conferido por Jesús. Es un servicio inderogable, del que depende la eficacia evangelizadora de la Iglesia hasta el final de los siglos.
El Obispo de Roma, de cuya potestas docendi participa vuestra Congregación, debe constantemente proclamar: “Dominus Iesus” – “Jesús es el Señor". La potestas docendi, de hecho, comporta la obediencia a la fe, para que la Verdad que es Cristo siga resplandeciendo en su grandeza y resonando para todos los hombres en su integridad y pureza, para que haya un solo rebaño, reunido en torno al único Pastor.
Alcanzar el testimonio común de la fe de todos los cristianos constituye, por tanto, la prioridad de la Iglesia de todos los tiempos, con el fin de conducir a todos los hombres al encuentro con Dios. En este espíritu confío en particular en el compromiso de este Dicasterio para que se superen los problemas doctrinales que aún permanecen, para alcanzar la plena comunión de la Iglesia, por parte de la Fraternidad San Pío X.
Deseo además alegrarme por el compromiso a favor de la plena integración de grupos de fieles y de individuos, ya pertenecientes al Anglicanismo, en la vida de la Iglesia católica, según cuanto está establecido en la Constitución Apostólica Anglicanorum coetibus. La fiel adhesión de estos grupos a la verdad recibida de Cristo y propuesta por el Magisterio de la Iglesia no es en modo alguno contraria al movimiento ecuménico, sino que muestra, en cambio, su fin último, que consiste en alcanzar la comunión plena y visible de los discípulos del Señor.
En el precioso servicio que hacéis al Vicario de Cristo, debo recordar también que la Congregación para la Doctrina de la Fe, en septiembre de 2008, publicó la Instrucción Dignitas personae sobre algunas cuestiones de bioética. Tras la Encíclica Evangelium vitae, del Siervo de Dios Juan Pablo II en marzo de 1995, este documento doctrinal, centrado en el tema de la dignidad de la persona, creada en Cristo y por Cristo, representa un nuevo punto firme en el anuncio del Evangelio, en plena comunión con la Instrucción Donum vitae, publicada por este Dicasterio en febrero de 1987.
En temas tan delicados y actuales, como los que se refieren a la procreación y a las nuevas propuestas terapéuticas que comportan la manipulación del embrión y del patrimonio genético humano, la Instrucción ha recordado que “el valor ético de la ciencia biomédica se mide con referencia tanto al respeto incondicional debido a todo ser humano, en todos los momentos de su existencia, como a la tutela de la especificidad de los actos personales que transmiten la vida” (Instr. Dignitas personae, n. 10). De este modo el Magisterio de la Iglesia pretende ofrecer su propia contribución a la formación de la conciencia, no sólo de los creyentes, sino de cuantos buscan la verdad y pretenden escuchar argumentaciones que proceden de la fe, pero también de la propia razón. La Iglesia, al proponer valoraciones morales para la investigación biomédica sobre la vida humana, llama a la luz, tanto de la razón como de la fe(cfr Ibid., n. 3), en cuanto que su convicción es la de que “lo que es humano no sólo es acogido y respetado por la fe, son también purificado, enaltecido y perfeccionado por ella” (Ibid., n. 7).
En este contexto se da así una respuesta a la difundida mentalidad, según la cual la fe se presenta como obstáculo a la libertad y a la investigación científica, porque estaría constituida por un conjunto de prejuicios que viciarían la comprensión objetiva de la realidad. Frente a esta postura, que tiende a sustituir la verdad con el consenso, frágil y fácilmente manipulable, la fe cristiana ofrece en cambio una contribución verdadera también en el ámbito ético-filosófico, no proporcionando soluciones preconstituídas a problemas concretos, como la investigación y la experimentación biomédica, sino proponiendo perspectivas morales fiables dentro de las cuales la razón humana puede buscar y encontrar soluciones válidas.
Hay, de hecho, determinados contenidos de la revelación cristiana que arrojan luz sobre las problemáticas bioéticas: el valor de la vida humana, la dimensión relacional y social de la persona, la conexión entre el aspecto unitivo y procreativo de la sexualidad, la centralidad de la familia fundada sobre el matrimonio entre un hombre y una mujer. Estos contenidos, inscritos en el corazón del hombre, son comprensibles también racionalmente como elementos de la ley moral natural y pueden hallar acogida también por parte de aquellos que no se reconocen en la fe cristiana.
La ley moral natural no es exclusivamente o predominantemente confesional, aunque la Revelación cristiana y la realización del hombre en el misterio de Cristo la ilumine y desarrolle en plenitud su doctrina. Como afirma el Catecismo de la Iglesia Católica, ésta “indica las normas primeras y esenciales que regulan la vida moral” (n. 1955). Fundada en la propia naturaleza humana y accesible a toda criatura racional, constituye así la base para entrar en diálogo con todos los hombres que buscan la verdad y, más en general, con la sociedad civil y secular. Esta ley, inscrita en el corazón de cada hombre, toca uno de los nudos esenciales de la misma reflexión sobre el derecho e interpela igualmente a la conciencia y a la responsabilidad de los legisladores.
Al animaros a proseguir con vuestro comprometido e importante servicio, deseo también expresaron en esta circunstancia mi cercanía espiritual, impartiendo de corazón a todos vosotros, en signo de afecto y gratitud, la Bendición Apostólica.
[Traducción del italiano por Inma Álvarez
©Libreria Editrice Vaticana
Al día siguiente ve a Jesús venir hacia él y dice: “He ahí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Este es por quien yo dije: Detrás de mí viene un hombre, que se ha puesto delante de mí, porque existía antes que yo. Y yo no le conocía, pero he venido a bautizar en agua para que él sea manifestado a Israel.” Y Juan dio testimonio diciendo: “He visto al Espíritu que bajaba como una paloma del cielo y se quedaba sobre él.
Y yo no le conocía pero el que me envió a bautizar con agua, me dijo: “Aquel sobre quien veas que baja el Espíritu y se queda sobre él, ése es el que bautiza con Espíritu Santo.” Y yo le he visto y doy testimonio de que éste es el Elegido de Dios.”Jn 1, 29 - 34.
Antes de venir al río, cuando muchos acudían a Juan a ser bautizados, les dijo: Yo os bautizo con agua, sí; quien, en cambio, viene tras de mí, es mayor que yo, la correa de cuyo calzado no soy digno de desatar; él os bautizará con Espíritu Santo y fuego.Ya sabía esto también. ¿Qué aprendió, pues, mediante la paloma - no vaya a quedar él como mentiroso, cosa que no permita Dios que opinemos -, sino que en Cristo habría cierta propiedad tal que, aunque muchos ministros, justos o injustos, iban a bautizar, la santidad del bautismo no se atribuiría sino a aquel sobre quien descendió la paloma, del cual está dicho: Éste es quien bautiza con Espírtu Santo? Bautice Pedro, éste es quien bautiza; bautice Pablo, éste es quien bautiza; bautice Judas, éste es quien bautiza.
De hecho, si el bautismo es santo según la diversidad de méritos, habrá bautismos diversos porque los méritos son diversos, y se supone que cada uno recibe algo tanto mejor cuanto parece haberlo recibido de alguien mejor. Los santos mismos, entended, hermanos, los buenos, que pertenecen a la paloma, que pertenecen al lote de aquella ciudad de Jerusalén, los mismos buenos de la Iglesia, de quienes dice el Apóstol: “Conoce el Señor a quienes son suyos”, son de gracias diversas, no todos tienen méritos análogos: unos son más santos que otros, unos son mejores que otros. ¿Por qué, pues, si, verbigracia, bautiza a uno un ministro justo, santo, a otro alguien de mérito inferior ante Dios, de grado inferior, de continencia inferior, de vida inferior, lo que han recibido es empero uno, par e igual, sino porque Éste es quien bautiza?
III Nocturno. Oficio de Maitines. Conmemoración del Bautismo de Nuestro Señor. Breviario Romano.
Tratado sobre el Evangelio de San Juan, VI, 7-8. San Agustín. Obras Completas. BAC, 130 - 131.
]]>La politización de la vida pública es un fenómeno curioso. Nunca se ha hablado tanto de política, nunca sus raíces han llegado tan profundas y sus ramas tan altas. Sin embargo la repercusión real a la hora de tomar decisiones es nula. España es una muestra representativa.
Si la politización de la vida pública fuese consecuencia de nuestra capacidad de elegir a nuestros representantes en el gobierno, no estaríamos hablando de otra cosa sino de la participación de los ciudadanos en la vida pública, en el gobierno de la nación; es decir, estaríamos hablando del ejercicio de la libertad política. Sin embargo no estamos en esta situación. En España es el poder el que ha polarizado políticamente a la población. Es el político el que controla y fiscaliza al ciudadano y no al revés. El que lo divide en facciones, mientras que este, inerme, se deja controlar por la casta política, aspirando incluso a pertenecer a ella. Se habla mucho de la libertad, aunque se ha entregado esta a cambio de la comodidad. La situación es muy lamentable.
Pues bien, esta politización de la vida alcanza a nuestros esquemas mentales. Nuestra forma de pensar clasifica a las personas, las instituciones, etc., según el signo político. En definitiva, todo es política.
Un ejemplo lo vemos en la vida de la Iglesia, donde hemos – y digo hemos – asumido de manera acrítica un lenguaje mentiroso, falso entre progresismo y conservadurismo eclesial, como si esto significase algo. La realidad es otra. La dicotomía progresismo/conservadurismo es un eufemismo utilizado por los que se encuentran de facto fuera de la Iglesia, con el objeto pasar por ortodoxia y fidelidad al magisterio lo que no es más que heterodoxia, infidelidad y herejía, con la única diferencia con otros tiempos es que hoy se permite que el error campe a sus anchas por el seno del Cuerpo Místico de Cristo debido a la breviatio manus con la que los ministros no ejercen la autoridad de la que están investidos.
No existe una lucha entre progresistas y conservadores dentro de la Iglesia, sino entre herejes y fieles al magisterio de la Iglesia.
Así, el Presidente del Congreso Pepe Bono ha expresado que Monseñor José Ignacio Munilla es un hombre:
extremadamente conservador, muy contrario a cualquier planteamiento progresista
a lo que añadió que «a pesar de que sea vasco y que no sea nacionalista», es un hombre «muy de derechas», aunque según él, «esto no es una valoración negativa y mucho menos una valoración moral negativa».
¿Qué quiere decir José Bono cuando dice que Monseñor Munilla es «extremadamente conservador, muy contrario a cualquier planteamiento progresista» y que «es muy de derechas»? ¿Se está refiriendo a cuestiones económicas? ¿O más bien lo que quiere decir es que Monseñor Munilla es un Obispo fiel al Magisterio de la Iglesia, al Santo Padre? ¿Qué tiene que ver entonces esto con el progresismo o el conservadurismo?
Nada.
No hay dilema, sino manipulación del lenguaje, ver la Iglesia como una institución política más, donde se encuentran personas que quieren compatibilizar su pertenencia a la misma con la aprobación de leyes abortistas.
Lo que no puede ser, no puede ser. Y además es imposible.
O se es de Dios, o se es de Satanás.
Así que, Bono, ¿tú de quién eres?
]]>Varias noticias se han producido recientemente, sin solución de continuidad, relacionadas con la Liturgia:
- el 27 de Diciembre del año recientemente finiquitado, el Cardenal Zen, emérito de Hong Kong, celebró Misa Cantada en Hong Kong.
- el pasado 6 de Enero, Guido Marini, maestro de ceremonias de S.S. Benedicto XVI, ha pedido la reforma de la reforma litúrgica, tal como anuncia nuestro periódico.
- el mismo día, en Osimo, el Cardenal Castrillón Hoyos celebró Solemne Pontifical por el Usus Antiquior.
- ayer, el Cardenal Antonio Cañizares Llovera, Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos celebró, igualmente, Solemne Pontifical por el Usus Antiquior en la Archibasílica de San Juan de Letrán.
El Papa expresa siempre que tiene oportunidad, en sus catequesis y homilías, la importancia de la Liturgia en la vida de la Iglesia. La más reciente en la homilía de la Misa del Gallo, la más importante – a mi modesto modo de ver – la catequesis relacionada con la reforma de Cluny. No está haciendo otra cosa que ejecutar lo que ya había expresado por su escrito en su libro El Espíritu de la Liturgia.
Como sintetiza el Catecismo:
1124 La fe de la Iglesia es anterior a la fe del fiel, el cual es invitado a adherirse a ella. Cuando la Iglesia celebra los sacramentos confiesa la fe recibida de los Apóstoles, de ahí el antiguo adagio: “Lex orandi, lex credendi” ("La ley de la oración es la ley de la fe") (o: “legem credendi lex statuat supplicandi” ["La ley de la oración determine la ley de la fe"], según Próspero de Aquitania, siglo V, ep. 217). La ley de la oración es la ley de la fe, la Iglesia cree como ora. La Liturgia es un elemento constitutivo de la Tradición santa y viva (cf. DV 8).
1125 Por eso ningún rito sacramental puede ser modificado o manipulado a voluntad del ministro o de la comunidad. Incluso la suprema autoridad de la Iglesia no puede cambiar la liturgia a su arbitrio, sino solamente en virtud del servicio de la fe y en el respeto religioso al misterio de la liturgia.
La relación entre la oración y la fe es tan grande, que la modificación de la primera conlleva la de la segunda y viceversa. La degradación litúrgica y la crisis de fe están relacionadas sin ninguna duda. Y el Papa está reformando la Iglesia a través de la renovación litúrgica.
¿Y qué pasa en España? Pues nada.
Nuestros Obispos, con una visión restrictiva del Motu Proprio, están volcados en una batalla de incierto resultado, como si la reforma de la sociedad se fuese a conseguir a golpe de manifestación, cuando precisamente el único que saldrá beneficiado de todo esto es el PP, el partido de la no izquierda que se está aprovechando de todo esto.
Sin embargo, tenemos armas poderosas que Dios ha puesto en nuestras manos: los sacramentos y la oración.
Los sacramentos porque, como dice el Catecismo:
son signos eficaces de la gracia, instituidos por Cristo y confiados a la Iglesia por los cuales nos es dispensada la vida divina. Los ritos visibles bajo los cuales los sacramentos son celebrados significan y realizan las gracias propias de cada sacramento. Dan fruto en quienes los reciben con las disposiciones requeridas (CIC 1131)
Y la oración porque:
es la elevación del alma hacia Dios o la petición a Dios de bienes convenientes (CIC 2590).
y tal como dice el Señor:
¿Qué padre hay entre vosotros que, si su hijo le pide un pez, en lugar de un pez le da una culebra; o, si pide un huevo, le da un escorpión? Si, pues, vosotros, siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan!» (Lc 11, 11-13)
San Juan de Ávila vio una de las causas de los males que azotaban la cristiandad en los tiempos que le tocó vivir, en el retraimiento de los sacramentos:
También faltó al pueblo el uso de otra arma, y la más principal , la cual es el recibir el cuerpo de nuestro Señor Jesucristo, cuyo efecto, como dice San Cipriano, es ser tutela del ánima en sus peligros, y no sólo no armaban al pueblo con las armas ya dichas, mas aun desarmaban a los que se querían armar, contradiciendo grandemente a los que estas tales buenas obras querían hacer; tornándose los púlpitos y los confesionarios, que son lugares para incitar a toda virtud y aparejos de ella para consuelo de las ánimas que las quieren seguir, en lugares de tibieza y contradicción de los buenos apagando el espíritu y fuego que el Señor enviaba en el corazón de sus ovejas
Causa y remedios de las herejías. Memorial Segundo al Concilio de Trento. Obras Completas de San Juan de Ávila. Tomo II, p. 541. BAC
¿La Iglesia del siglo XVI o la del siglo XXI?
El Maestro Ávila, ante dicha situación, urgió a la renovación cristiana. Y eso es lo que está haciendo el Romano Pontífice a través de la Liturgia, ya que, tal como dijo en la homilía de Nochebuena citando a Orígenes:
«si yo tuviera la gracia de ver como vio Pablo, podría ahora (durante la Liturgia) contemplar un gran ejército de Ángeles (cf. In Lc 23,9)».
Y mientras en Roma, en el mundo, la reforma de Benedicto avanza, lenta pero imparable, en España tenemos que seguir aguantando el lamentable y penoso artículo del Director del Secretariado de la Comisión Episcopal de Liturgia, Juan María Canals, cmf.
¡Señor ven pronto!
]]>Eduardo Arroyo ha publicado un interesantísimo artículo sobre Bezmenov-Schuman, un espía de la antigua URSS en los USA, aunque su verdadera ocupación era la «subversión ideológica».
La «subversión ideológica», consistía en:
“transformar la percepción de la realidad de cada norteamericano de modo que, prescindiendo de la abundancia de información, nadie fuera capaz de alcanzar conclusiones significativas interesantes para la defensa de sí mismos, sus familias, su comunidad y su país". Schuman añadía que se trataba de “un gran lavado de cerebro que procede lentamente y que se divide en cuatro fases". La primera de ellas es la “desmoralización", que dura entre 15 y 20 años porque este lapso de tiempo es el mínimo requerido para educar a una generación de estudiantes en el territorio enemigo, de manera que la “ideología marxista leninista es insuflada en el interior de los maleables cerebros (soft heads) de por lo menos tres generaciones de estudiantes… sin que sea contrarrestada por los valores americanos básicos".
El resultado es una generación de intelectuales que “están programados para pensar y reaccionar a ciertos estímulos de acuerdo con un cierto patrón. No puedes cambiar su mentalidad incluso si les presentas información auténtica. Incluso cuando les demuestras que el blanco es blanco y el negro es negro, tampoco puedes cambiar la percepción básica y la lógica del comportamiento". Para una persona sometida al proceso “desmoralizador", “la exposición a información auténtica ya no importa” porque por que el sujeto “es incapaz de valorar la información verdadera… los hechos no significan nada para él incluso si recibiera una ducha de información con pruebas auténticas, con documentales y fotos… él rehusará creerlo. Esta es la tragedia de la situación de desmoralización".
Llegados a este punto el proceso de “desmoralización es irreversible” y se necesitan otros 15 o 20 años para educar a otra generación en un sentido opuesto. Según Schuman (a) Bezmenov, el proceso de desmoralización había finalizado a mediados de los años 80 en los EEUU y había alcanzado, gracias a la “perdida de estándares morales", esferas que ni siquiera el por entonces director del KGB Yuri Andropov y sus expertos hubieran podido sospechar.
El paso siguiente es la “desestabilización", otro proceso de entre 2 y 5 años de duración, que afecta básicamente a la economía, las relaciones exteriores y la defensa. Bezmenov o Schuman, como se quiera, se asombra de la enorme influencia que alcanzaban por aquél entonces las ideas marxistas en los EEUU y es aquí donde su profecía verdaderamente truena: “La mayoría de los políticos americanos, periodistas y educadores enseñan a otra generación de gente que creen que viven una época de paz. Falso. Los EEUU se hallan en estado de guerra, una guerra no declarada y total contra los principios básicos y fundadores de su sistema. Y el que ha iniciado esta guerra no es el camarada Andropov, por supuesto, sino el sistema".
Finalmente, en la fase siguiente de “crisis", que se prolonga por un período de unos 2 o 3 meses, se alteran de manera crítica la concepción y la propia situación de relaciones económicas, de política exterior o de defensa. En opinión del experto soviético, puede llevar el tiempo señalado conducir a un país a la “crisis", pero ésta desemboca finalmente en la última fase de “normalización", un cínico concepto acuñado por la propaganda comunista cuando el aplastamiento de Checoslovaquia por los tanques, que puede durar indefinidamente y que hace que una situación que violenta radicalmente los intereses y la propia supervivencia de un país se enquiste como si fuera algo “normal".
Apliquemos dicho proceso, tal como pide el autor, a lo que ha sucedido en la España de la Transición, cómo se han ido socavando los cimientos de una España católica, bien por los mismos fieles católicos – o supuestos fieles católicos – bien por personas educadas en una moralidad concreta, por ejemplo con el divorcio que se introdujo por adaptación a los tiempos – sin pensar en si esto es bueno o malo y en sus consecuencias -, o en la escasa oposición al aborto.
Y lo mismo en lo político. España ya no es una patria común, donde convivir, donde recibimos una tradición común, de siglos, sino una nación de naciones, un invento moderno donde cada uno pide lo suyo.
La desmoralización ha carcomido el espíritu de los españoles, desde sus fundamentos.
Y todavía no lo hemos visto todo.
]]>Crudelis Herodes, Deum
Regem venire quid times?
Non eripit mortalia,
Qui regna dat coelestia.
Ibant magi, quam viderant,
Stellam sequentes praeviam:
Lumen requirunt lumine:
Deum fatentur munere.
Lavacra puri gurgitis
Coelestis Agnus attigit:
Peccata, quae non detulit,
Nos abluendo sustulit.
Novum genus potentiae:
Aquae rubescunt hydriae,
Vinumque jussa fundere,
Mutavit unda originem.
Jesu, tibi sit gloria,
Qui apparuisti gentibus,
Cum Patre, et almo Spiritu,
In sempiterna saecula.
Amen.
Cruel Herodes:
¿Por qué temes venga el Rey que es Dios?
No quita los reinos caducos
El que da los celestiales.
Iban los Magos en pos de la estrella
que habían visto;
con su luz buscan la luz,
y con sus presentes reconocen en Jesús a Dios.
El Cordero celestial tocó
las aguas del Jordán;
y nos quitó en el bautismo los pecados
que Él no había cometido.
¡Milagro nuevo del poder!
El agua se colorea en las vasijas;
y, cambiando de naturaleza a la voz del Salvador,
se transforma en vino.
¡Gloria a Ti, oh Jesús,
que te manifestaste a los gentiles!
Y al Padre y al Espíritu Santo
por los siglos de los siglos.
Amen.
Autor: Sedulio, s. V.Himno de Vísperas. Epifanía del Señor. Breviarium Romanum.
Trad. Misal Diario y Vesperal, Dom Gaspar Lefebvre. DDB 1.962
Homilía sobre los Evangelios. Homilía nº 10. San Gregorio Magno.
Tercer Nocturno, Oficio de Maitines. Epifanía del Señor. Breviarium Romanum.
]]>Hermanos carísimos, como habéis oído en la lección evangélica, cuando nació el Rey del cielo, turbóse el rey de la tierra; porque, claro está, la grandeza terrena queda confundida cuando se manifiesta la majestad del cielo.
Mas nosotros debemos averiguar por qué, cuando nació el Redentor, un ángel se apareció a los pastores en Judea, y uno un ángel, sino una estrella fue la que guió a los Magos desde el Oriente para ir a adorarle. Ello fue porque a los judíos, como se guiaban por la razón, debió darlo a conocer un ser racional, esto es, un ángel; en cambio, los gentiles, como no sabían valerse de la razón para conocer a Dios, son guiados no por palabras, sino por signos. Por lo cual también San Pablo dice (1 Cor 14,22): «Las profecías no se han dado para los infieles, sino para los fieles; en cambio, los signos o milagros son para los infieles, no para los fieles». Y por eso a aquéllos, como fieles, se les han dado las profecías y no se han dado a los infieles, se les han dado los signos y no se han dado a los fieles.
También es de notar que los apóstoles predican entre los gentiles a nuestro Redentor cuando ya era de edad perfecta; y la estrella se le muestra a los gentiles párvulo y cuando aún no se valía del cuerpo para hablar. Sin duda porque la razón natural demandaba que al Señor, que ya hablaba, nos le dieran a conocer los predicadores por medio de la palabra, y que, cuando no hablaba aún, le predicaran los elementos mudos.
Pero debemos considerar cuánta dureza habría en el corazón de algunos judíos, que, a pesar de todos los signos mostrados así al nacer como al morir el Señor, no llegaron a reconocerle ni por el don de la profecía ni por los milagros, cuando todos los elementos atestiguaron que había venido su Hacedor; pues, para hablar de ellos algo al modo humano, los cielos conocieron que Él era Dios, puesto que en seguida enviaron la estrella; el mar le reconoció, puesto que le ofreció su superficie de modo que pudiera pasar sobre ella; la tierra le conoció, pues tembló cuando Él moría; el sol le conoció pues veló sus rayos luminosos; las rocas y los muros le conocieron, puesto que se rompieron a su muerte; el infierno le conoció, puesto que devolvió los muertos que retenía. Y, no obstante, al Señor, a quien todos los elementos insensibles reconocieron, los corazones de los judíos infieles todavía no conocen en modo alguno que es Dios; y más duros que las piedras, no quieren quebrantarse para hacer penitencia.
Traducción: Obras Completas de San Gregorio Magno. BAC 1.958; pp. 571 – 572.
Thiberville es una población pequeña de la Diócesis de Évreux, Francia. El párroco es el P. Francis Michel, quien celebra la Santa Misa según le brinda la libertad el Motu Proprio Summorum Pontificum, aparte de que también celebra la Forma Ordinaria, lo cual le generó la apatía de su obispo, quien no gusta de la Forma Extraordinaria.
Mons. Christian Nourrichard, Obispo de Évreux desde Ene-28-2006 y antiguamente coadjutor, se hizo presente ayer, Ene-03-2010, junto con un nuevo sacerdote para darle posesión oficial de la parroquia de Saint-Taurin de Thiberville, ya que oficialmente el P. Michel había sido destituido. Esta actitud fue rechazada por los fieles que respaldan al P. Michel, ocasionando que el obispo Nourrichard tuviera que retirarse para evitar que el asunto llegára a mayores.
Las imágenes del video dan cuenta del penoso acontecimiento captado por France 3.
¡Señor ven pronto!
]]>Jesu dulcis memoria,
Dans vera cordis gaudia:
Sed super mel, et omnia,
Ejus dulcis praesentia.
Nil canitur suavius,
Nil auditur jucundius,
Nil cogitatur dulcius,
Quam Jesus Dei Filius.
Jesu spes poenitentibus,
Quam pius es petentibus!
Quam bonus te quaerentibus!
Sed quid invenientibus?
Nec lingua valet dicere,
Nec littera exprimere:
Expertus potest credere,
Quid sit Jesum diligere.
Sis Jesu nostrum gaudium,
Qui es futurus praemium:
Sit nostra in te gloria,
Per cuncta semper saecula.
Amen.
Jesús de dulce memoria,
Tú das los verdaderos goces del corazón
Pero más que la miel y que todo
es dulce tu presencia.
Nada más suave de cantar,
nada más grato de oír,
nada tan dulce pensar
como Jesús, Hijo de Dios.
Jesús, esperanza de los penitentes,
¡cuán tierno eres con los que te invocan!
¡Cuán bueno para los qeu te buscan!
Pues ¿qué serás para los que te hallan?
Ni la lengua puede decirlo,
ni la letra expresarlo;
sólo el que lo ha experimentado puede decir
lo que es amar a Jesús.
¡Oh Jesús! Tú que has de ser nuestro galardón,
sé ahora nuestra alegría;
en Ti solo se cifre nuestra gloria
por todos los siglos.
Amen.
Himno de Vísperas, Breviario Romano.
]]>Obras completas de San Jerónimo. II: Comentario a Mateo y otros escritos: Prólogos y prefacios a diferentes tratados. Vida de tres monjes. Libro de los claros varones eclesiásticos
BAC. ISBN: 978-84-7914-546-0
¿Qué mejor manera de leer la Biblia que hacerlo con los Padres de la Iglesia? En los Santos Padres se contiene las enseñanzas de la Sagrada Tradición. Esa fue la razón por la que decidí continuar mi crecimiento espiritual de la mano de ellos, ya que es una buena forma de leer la Sagrada Escritura con la Iglesia y desde la Iglesia.
En la antigüedad, para la explicación de la Biblia se hacía uso de tres tipos de comentarios: los skhólia, o comentarios puntuales al texto sagrado sobre tramos del mismo (commentarius commaticus), las homilíai o sermones pastorales (tractatus populares quos Graece homolias uocanta, San Agustín, De haeresibus 4 praef.), y los tómoi, comentarios extensos donde primaba lo filosófico y lo teológico.
Dice San Jerónimo que su Comentario a San Mateo es «una explicación histórica (…) y de cuando en cuando he entremezclado en ella algunas flores de interpretación espiritual».
Al contrario que los modernos exégetas, que buscan su propio servicio y no el servicio a la Fe y que, por ende, han provocado la ruptura entre el Jesús histórico y el Cristo de la Fe, mostrándolos como dos personas distintas, contradictorias.
Si el método histórico – crítico cae precisamente al someterlo a un estudio crítico, mostrando precisamente lo poco crítico que resulta y lo mucho de ideológico que contiene. Y más todavía cuando se le contrasta con las fuentes.
Esto no ocurre con San Jerónimo. ¿Podríamos encontrar hoy en los libros de exégesis, afirmaciones como éstas sobre la omnisciencia divina de Jesús?:
«Se paró Jesús y los llamó y les dijo» (20,32). Eran ciegos, ignoraban adónde dirigirse, no podían seguir al Salvador: hay muchos hoyos yendo a Jericó, muchas rocas y derrumbaderos que llevan al abismo. Por eso se detiene el Señor, para que puedan venir, y ordena que se les llame para que no se lo estorben las multitudes, y les pregunta como si ignorara qué es lo que quieren, con el fin de que con la respuesta de los ciegos aparezca manifiesta su invalidez y por el remedio se conozca su poder
Hoy una parte importante de los exégetas, más que al servicio de la Fe, están en la disolución de ésta.
De este volumen en concreto me gustaría resaltar tres cosas. En primer lugar, la libertad con la que el Santo cita las Escrituras. Lo que para nosotros es un problema, como la formación del texto, la antigüedad, la búsqueda de la palabra original, etc., para San Jerónimo no lo es. De hecho el Santo no duda en utilizar para su explicación tanto códices latinos, como griegos, el texto hebreo o el texto de la Septuaginta, como ocurre por ejemplo cuando comenta en Mt 6,11 el significado del adjetivo supersubstantialis, aplicado al sustantivo panis, utilizando para ello los adjetivos perioúsios, de la Septuaginta, y exaíteros, de la versión de Sínmaco, con los que se traducía el hebreo sogolla del Antiguo Testamento.
Segundo, la virulencia con la que San Jerónimo ataca a los herejes y las herejías, que muestran su celo en lo concerniente a la Fe, como cuando, por ejemplo, comenta Mt 15,14:
Esto es lo que el Apóstol había ordenado: «Al hombre hereje, después de una y otra amonestación, evítalo, sabiendo que está de tal manera pervertido y condenado por sí mismo» (Tit 3,10-11). En este sentido, el Salvador ordena también que los malos maestros deben ser abandonados a su albedrío, sabiendo que difícilmente se les puede traer a la verdad, que son ciegos y que arrastran al error al pueblo ciego.
o Mt 24,5 15,14:
Yo creo que todos los heresiarcas son anticristos y que, bajo el nombre de Cristo, enseñan las doctrinas que son contrarias a Cristo, y no es maravilla si vemos que algunos son seducidos por éstos, cuando el Señor dijo: y engañarán a muchos.
Si San Jerónimo se presentase hoy en carne mortal y aplicase este su criterio, posiblemente le sería más fácil redactar la lista de los fieles ortodoxos, que la de los anticristos; aparte de, claro está, tener múltiples problemas por la utilización de un lenguaje tan políticamente correcto.
Tercero, un tema que me parece hoy de total actualidad: el celibato. Aunque no es dogma de Fe, tiene una imbricación tan fuerte con el sacerdocio que no se le puede tratar como algo baladí. En este sentido, son esclarecedoras las palabras de este Santo Padre de la Iglesia cuando comenta Mt 19,12:
Triple es el género de los eunucos : de los dos carnales y del tercero espiritual. Unos son los que nacen así del vientre de su madre, otros a los que los hace la cautividad o bien los placeres de las matronas. Los terceros son «los que se castraron a sí mismos por causa del reino de los cielos» y que, aunque pueden ser hombres, se hacen eunucos por amor a Cristo. A éstos se promete el premio, mas a los anteriores, que tienen necesidad de castidad, pero no voluntad, nada en absoluto se les debe. Podemos también decirlo de otra manera: Hay eunucos desde el vientre de su madre que son de naturaleza frígida y no apetentes de placer, y otros que son hechos por los hombres o los hacen los filósofos o se enmollecen con mujeres por causa del culto a los ídolos o por persuasión herética simulan castidad para mentir la verdad de la religión. Pero ninguno de ellos consigue los reinos de los cielos, sino el que se ha castrado a sí mismo por amor a Cristo. Por lo que dice: «El que pueda entender, que entienda» para que cada cual considere sus fuerzas y crea si puede cumplir los preceptos del pudor virginal y de la honestidad, porque la castidad es suave y capaz de atraer hacia sí a cualquiera. Pero han de considerarse las fuerzas para que «el que pueda entender, que entienda». Como voz del que arenga es la voz del Señor y del que incita a sus soldados al premio del pudor: «El que pueda entender, que entienda», el que pueda luchar, que luche, que venza y triunfe.
Y dos detalles. Por un lado el sentido escatológico de la Pascua, hoy tan velado, por decirlo de alguna manera. ¿Realmente estamos alerta y pendientes de que el Novio puede venir en cualquier momento?.
«Y a medianoche se oyó un griterío: ¡Mirad que viene el esposo! ¡Salid a su encuentro» (Mt 25,6). De repente, pues, casi a una hora intempestiva de la noche y estando todos descuidados, cuando el sopor es más pesado, resonará la venida de Cristo con el clamoroso vocerío de los ángeles y el sonido de las trompetas de las potestades que vendrán delante. Digamos algo que quizá sea útil al lector. Es tradición entre los judíos que el Mesías tienen que venir a media noche, a semejanza de los tiempos de Egipto, cuando se celebró la Pascua y vino el exterminador y pasó el Señor sobre las tiendas y fueron consagradas con la sangre del cordero las jambas de nuestras puertas (cf. Ex 12, 1-30). Por eso creo que se ha mantenido la tradición apostólica de que el día de la Vigilia de la Pascua no se debe despedir antes de la medianoche a los fieles que esperan la venida de Cristo, para que después de pasado ese momento, recobrada ya la seguridad, celebren todos juntos el día de fiesta. Por eso también decía el Salmista: «A medianoche me levantaba para confesarte por causa de los juicios de tu justicia» (Sal 118,62)
Por otro, la necesidad de que quede solucionado el tema del pro multis en la consagración. En Mat 20,28, comenta San Jerónimo:
Tomarás nota de que a menudo hemos dicho que el que sirve se llama Hijo del hombre. «Y a dar su alma como redención de muchos» (Mt 20,28), «cuando asumió la figura de siervo» (Flp 2,7) para derramar su sangre por el mundo. Y no dijo: «dar su alma como redención de muchos» «para todos», sino «para muchos». Esto es, por los que hayan querido creer.
¿Cuándo corregirán el pro multis nuestros obispos?
Finalmente añadir que la edición está muy cuidada, como todas las de la BAC dedicada a este tipo de obras; el texto, bilingüe, accesible a todo tipo de público, desde el erudito que quiera leer directamente del latín, hasta el menos versado. Notas, las justas, con lo que evita distracciones en la lectura del libro. Introducción, suficiente. Y en cuanto al precio, asequible, teniendo en cuenta la calidad de la edición (32,21 €, sin IVA).
]]>Salvete flores martyrum,
Quos lucis ipso in limine
Christi insecutor sustulit,
Ceu turbo nascentes rosas.
Vos prima Christi victima,
Grex immolatorum tener,
Aram sub ipsam simplices
Palma et coronis luditis.
Jesu, tibi sit gloria,
Qui natus es de Virgine,
Cum Patre et almo Spiritu,
In sempiterna saecula.
Amen.
Salve, flores de los Mártires,
que en el mismo umbra de la vida fuisteis
arrebatados por el perseguidor de Cristo,
cual rosas nacientes por el huracán.
Vosotros sois las primeras víctimas de Cristo,
los tiernos corderos inmolados por Él,
y jugáis, inocentes,
ante su altar con la palma y la corona.
Gloria a ti, Jesús,
que nacieste de una Virgene;
y al Padre, y al Espíritu Santo,
por los siglos eternos.
Amén.
Himno del Oficio de Vísperas. Breviarum Romanum.
Autor: Prudencio.
R. O magnum mysterium, et admirabile sacramentum, ut animalia viderent Dominum natum, jacentem in praesepio:
* Beata Virgo, cujus viscera meruerunt portare Dominum Christum.
V. Ave Maria, gratia plena: Dominus tecum.
R. Beata Virgo, cujus viscera meruerunt portare Dominum Christum
Oficio de Maitines, responsorio breve de la cuarta lectura, segundo Nocturno. In Nativitate Domini.
Breviarium Romanum
]]>Correo electrónico recibido continuación del publicado el pasado catorce del corriente
Original, aquí.
Me llega en forma de comentario a la entrada sobre el aborto programado. Lo escribe la Doctora D, que fue quien me hizo llegar la alarma.
Queridos amigos,
Con el corazón encogido, os cuento que lo peor ha sucedido. El aborto programado siguió su curso tal y como la madre describió que iba a suceder.
Creo que ésta ha sido una de las peores semanas de mi vida, nisiquiera he tenido fuerza antes para escribir y dar razón de lo que ha ocurrido.
]]>Mucho me temo que a partir del mail que envié, soy persona non grata para ésta mujer, que evidentemente no se conmovió lo más mínimo y siguió adelante para eliminar a su propia hija, y dejar su cuerpo sin vida dentro de ella hasta que salga la otra melliza, la que “sí está bien”. Supongo que en unos días eso ocurrirá y el cuerpecito de ésta niña irá a parar al famoso paisaje idílico de flores y árboles con su inscripción para poder ir a visitarla y tenerla en la memoria…Unas cuantas flores para acallar una voz que no la dejará dormir jamás…
Asesinatos selectivos de non válidos…
¡Qué arrogancia la de los hombres, que nos erigimos en Dioses a la hora de quitar la vida o darla en el caso de los bebés no nacidos…!
Genocidio socialmente aceptado. Apoyado por ley y opinión pública.
Ésta tarde he estado en un acto de la Red Madre en el que se ha proyectado la película Bella.
No he podido evitar llorar y no poder dormir una vez más al saber que se hubiera podido salvar a esa niña.
Que alguien, quizá yo misma, podría haberla criado y dado amor.
Que una sola vida cuenta. Que pasa a diario, abortan a miles de niños en todo el mundo…y aun así, mi mente se va a la que yo hubiera podido salvar.
No ha sido así.
En cambio, me siento profundamente conmovida por las respuestas que he encontrado de mis colegas y amigos vía mail y aquí en el blog de Luisa de toda la gente que ha rezado conmigo y a su vez se ha parado un instante a pensar en qué mundo vivimos, en el que suceden éstas atrocidades.
Me siento menos sola, y tras una semana de absoluta oscuridad veo la luz de la esperanza muy pequeña, al final del túnel. Porque aún existe gente que ora por una vida. Que se conduele y sufre con el sufrimiento ajeno.
Vale la pena seguir adelante, vale la pena continuar…
Sigamos luchando, aportando ese pequeño granito de arena. Una de nuestras palabras, caricias, o nuestra mera presencia en el lugar y momento adecuado, puede un día salvar a uno de éstos niños. No nos rindamos.
A los médicos les diría…que juramos un día aliviar el sufrimiento de nuestros pacientes. Respetar la vida, aliviar y enseñar a manejar el dolor que encontramos a nuestro paso. Nuestro juramento dice “no practicaré abortos”. No nos quedemos en medias tintas y defendamos la vida, por favor.
Qué mayor derecho humano que el de nacer.
Gracias a todos por las palabras que habéis escrito y las oraciones que han volado con el alma blanca de ésta bebita. Está con Dios, disfrutando ya de la vida eterna.
Agradezco también al padre de Batsheva, su interés en éste caso, y una vez más el vídeo de la historia de su niña con síndrome de Down. No ha podido ser ésta vez, pero mucha gente ha reflexionado ante la carita de Batsheva respirando aire de vida y latiendo con fuerza en esas imágenes.Gracias por las aportaciones de la gente que ha escrito sobre sus casos. Sois sin duda, un soplo de vida en éstos días en los que se respira muerte.
Un gran abrazo a todos.
Una sola vida…vale la pena.
1) El resultado de la primera reunión ha sido bueno.
2) Principalmente se estableció el temario y el método de discusión.
3) Los temas a discutir son de naturaleza doctrinal con exclusión expresa de toda cuestión de orden canónico atingente a la situación de la FSSPX.
4) El punto de referencia doctrinal común será el Magisterio previo al Concilio.
]]>5) Las conversaciones siguen un método riguroso: se plantea un tema, la parte que cuestiona envía un trabajo fundamentando sus dudas. La Santa Sede responde por escrito, previos intercambios por email de los asesores técnicos. En la reunión se discute.
6) Todas las reuniones son grabadas por ambas partes y filmadas.
7) Las conclusiones de cada tema se elevarán al Santo Padre y al Superior General de la FSSPX.
8) La cronología de estas reuniones depende de si el tema es nuevo o ya viene siendo discutido. En el primer caso, será aproximadamente cada tres meses. En el segundo, cada dos. La próxima reunión se prevé para mediados de enero.
10) Los representantes teológicos de la Santa Sede “son personas con las que se puede hablar", hablan “nuestro mismo lenguaje” teológico. (Interpreto, son tomistas).
4) Algunos de los temas mencionados por el obispo en su homilía, mención que no es exhaustiva, son:
a) El magisterio del Concilio y el post concilio.
b) La Reforma Litúrgica conciliar.
c) El ecumenismo y el diálogo interreligioso
e) La autoridad pontificia y la colegialidad
f) La libertad de conciencia, libertad religiosa, el laicismo y el reinado social de Jesucristo.
g) Los “derechos humanos” y la “dignidad humana” conforme a la doctrina conciliar.
El obispo repitió que los resultados de la primera reunión son buenos, relativamente a la situación previa. Se habló con plena libertad y solo de temas de doctrina en un marco teológico tomista.
José Cretario, o Francisco José López de Paz, periodista de Canal Sur Radio y el ABC, escribe hoy lo siguiente:
Carta de Asenjo a los sacerdotes. “Los jóvenes sacerdotes no pueden frecuentar, ni siquiera con una intención buena y apostólica, los lugares que ordinariamente, especialmente en los fines de semana, frecuenta la juventud; y no sólo por evitar el escándalo de los fieles, que en ocasiones lo manifiestan abiertamente, sino también porque los frutos apostólicos son escasos o nulos”. ¿A qué nos suena esto?
El impío e ignorante periodista - habría que recordar su lamentable artículo en torno a la Misa celebrada según la forma extraordinaria en la Hermandad del Silencio -, queriendo ayudar a su añorado Amigo, desvela sin embargo, razones que nos revelan la razón de su rápida sustitución.
Y del estado lamentable en el que Monseñor Asenjo se ha encontrado la diócesis de Sevilla.
¡Santos Leandro e Isidoro, rogad por nosotros!
Fuente: Pasión en Sevilla.
]]>San Ireneo de Lyon
Adv. Haereses III,22,4; 23,7
22,4. En correspondencia encontramos también obediente a María la Virgen, cuando dice: «He aquí tu sierva, Señor: hágase en mí según tu palabra» (Lc 1,38); a Eva en cambio indócil, pues desobedeció siendo aún virgen. Porque como aquélla, tuvo un marido, Adán, pero aún era virgen -pues «estaban ambos desnudos» en el paraíso «pero no sentían vergüenza» (Gén 2, 25), porque apenas creados no conocían la procreación; pues convenía que primero se desarrollasen antes de multiplicarse (Gén 1, 28)-, habiendo desobedecido, se hizo causa de muerte para sí y para toda la humanidad; así también María, teniendo a un varón como marido pero siendo virgen como aquélla, habiendo obedecido se hizo causa de salvación para sí misma y para toda la humanidad (Heb 5, 9). Y por eso la Ley llama desposada con un hombre, aunque sea aún virgen, a la mujer desposada (Dt 22, 23-24), significando la recirculación que hay de María a Eva, porque no se desataría de otro modo lo que está atado, sino siguiendo el modo inverso de la atadura, de modo que primero se desaten los primeros nudos, luego los segundos, los cuales a su vez liberan los primeros. Así el primer nudo es desatado después del segundo, y así el segundo desata el primero.
Por eso el Señor decía que los primeros serán últimos y los últimos serán primeros (Mt 19, 30; 20, 16). Y lo mismo significa el profeta al decir: «En lugar de tus padres tendrás hijos» (Sal 45[44],17). Porque el Señor, al hacerse Primogénito de los muertos (Col 1,18) recibió en su seno a los antiguos padres para regenerarlos para la vida de Dios, siendo él el principio de los vivientes (Col 1,18), pues Adán había sido el principio de los muertos. Por eso Lucas puso al Señor al inicio de la genealogía para remontarse hasta Adán (Lc 3,23-38), para significar que no fueron aquéllos quienes regeneraron a Jesús en el Evangelio de la vida, sino éste a aquéllos. Así también el nudo de la desobediencia de Eva se desató por la obediencia de María; pues lo que la virgen Eva ató por su incredulidad, la Virgen María lo desató por su fe.
23,7. Por eso Dios puso una enemistad entre la serpiente, y la mujer y su linaje, al acecho la una del otro (Gén 3, 15), el segundo mordido al talón, pero con poder para triturar la cabeza del enemigo; la primera, mordiendo y matando e impidiendo el camino del hombre, «hasta que vino la descendencia» (Gál 3,19) predestinada a triturar su cabeza (Lc 10,19): éste fue el que María dio a luz (Gál 3,16). De él dice el profeta: «Caminarás sobre el áspide y el basilisco, con tu pie aplastarás al león y al dragón» (Sal 91 [90],13), indicando que el pecado, que se había erigido y expandido contra el hombre, y que lo mataba, sería aniquilado junto con la muerte reinante (Rom 5,14.17); y que por él sería aplastado el león que en los últimos tiempos se lanzaría contra el género humano, o sea el Anticristo, el dragón que es la antigua serpiente (Ap 20,2), y lo ataría y sometería al poder del hombre que había sido vencido, para destruir todo su poder (Lc 10,19-20). Porque Adán había sido vencido, y se le había arrebatado toda vida. Así, vencido de nuevo el enemigo, Adán puede recibir de nuevo la vida; pues «la muerte, la última enemiga, queda vencida» (1 Cor 15,26), que antes tenía en su poder al hombre. Por eso, liberado el hombre, «acaecerá lo que está escrito: La muerte ha sido devorada por la victoria. ¿Dónde está, muerte, tu victoria? ¿Dónde está, muerte, tu aguijón?» (1 Cor 15,54-55). Esto no podría haberse dicho si no hubiese sido liberado aquel sobre el cual dominó al principio la muerte. Porque la salud de éste consiste en la destrucción de la muerte. Y la muerte fue destruida cuando el Señor dio vida al hombre, quiero decir a Adán.
Fotos besamanos Esperanza Macarena, 17 - 20 de Diciembre del 2.009. Fuente: Manuel Jesús Rodríguez Rechi.
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Las Témporas son una tradición antigua muy querida de la Iglesia romana. Cuatro veces al año, al comienzo de cada estación, se consagran tres días de la semana (miércoles, viernes y sábado) al ayuno y la oración, para atraer las bendiciones de Dios sobre la nueva estación y sobre las ordenaciones, que antiguamente tenían lugar durante la vigilia nocturna del sábado al domingo.
El Adviento, de institución más reciente, ha impreso en las Témporas de diciembre un carácter de espera y de preparación, que ha hecho pasar a segundo plano la idea del ayuno y de la penitencia. (…)
La ordenación del sábado de las Témporas de Adviento era la única que conocía antiguamente Roma. Era, por tanto, un día trascendental. Todo en la misa tiene el sello de una liturgia primitiva; sus numerosas lecturas, entrelazadas con cánticos y oraciones, recuerdan la forma original de las vigilias nocturnas de Roma.
Los textos proféticos de Isaías evocan cautivadoramente las grandezas del Mesías y la misisón divina que viene a cumplir. Los cánticos expresan la llamada apremiante de la Iglsai; las oraciones contienen su plegaria suplicante para que encontremos en la redención que se nos ofrece el remedio de nuestra miseria. La epístola de san Pablo nos coloca en la perspectiva de la segunda venida del Señor; el evangelio nos invita a prepararle el camino allanando las asperezas y nos asegura que «todo hombre verá la salvación de Dios»
Misal Diario y Vesperal, decimoquinta edición, Dom Gaspar Lefevbre. Desclée de Brouwer, 1.962. pp. 73 y 80.
Las lecturas correspondientes al sábado de las Témporas de Adviento son: Is. 19, 20-22; Is.35, 1-7; Is. 40,9-11;Is. 45,1-8; Dan 3,47-51; 2 Tes. 2,1-8 y por último:
El año décimoquinto del imperio de Tiberio César, siendo Poncio Pilato gobernador de la Judea, Herodes, tetrarca de Galilea, y su hermano Filipo tetrarca de la Iturea y de la provincia de Traconítide; siendo Lisanias tetrarca de Abilinia, y bajo los príncipes de los sacerdotes Anás y Caifás, vino palabra del Señor sobre Juan, hijo de Zacarías, en el desierto. Y recorrió entonces toda la región del Jordán, predicando el bautismo de penitencia, para la remisión de los pecados, conforme está escrito en el libro de Isaías profeta: Una voz clama en el desierto; Preparad el camino del Señor; enderezad sus senderos; todo valle será terraplenado y todo monte o collado será rebajado, y lo torcido, enderezado, y los caminos fragosos allanados; y verá todo hombre al Salvador de Dios.
Luc. 3,1-6
]]>San Gregorio Magno. Homilía 20 sobre los evangelios.
Con haber hecho mención del emperador de la República romana y de los que gobernaban Judea, se determina el tiempo en que el Precursor de nuestro Redentor recibió el encargo de predicar; pues como venía para dar a conocer a Aquel que había de redimir a algunos de los judíos y a muchos de los gentiles, señalando la época del emperador de los gentiles y de los príncipes de los judíos, se fija el tiempo de su predicación. Mas, como la gentilidad había de ser congregada y la Judea dispersa por la culpa de su perfidia la descripción determina los principados terrenos, puesto que se refiere que en la República romana gobernaba uno solo, y en el reino de la Judea, dividida en cuatro partes, gobernaban varios.
Ahora bien, como nuestro Redentor dice (Lc 11,17): Todo reino dividido quedará destruido, luego está claro que había llegado a su término el reino de la Judea, que, dividida, estaba sometida a tantos gobernadores.
Y también se muestra, no sólo bajo qué gobernadores, sino además bajo qué sacerdotes aconteció. Y porque Juan Bautista daría a conocer a Aquel que a la vez sería rey y sacerdote, el evangelista San Lucas señaló el tiempo de su predicación por el reino y el sacerdocio, anunciando quiénes reinaban y quiénes eran sacerdotes.
Vino por toda la ribera del Jordán predicando un bautismo de penitencia para la remisión de los pecados. Es cosa clara para todos los que leen el Evangelio que Juan no sólo predicó el bautismo de penitencia, sino que también bautizó a algunos. Mas, no obstante, no pudo dar su bautismo para remisión de los pecados, porque sólo por el bautismo de Cristo se nos concede la remisión de los pecados. Y así debe notarse que se dice: predicando el bautismo de penitencia para remisión de los pecados; porque, como no podía él dar el bautismo que perdonaría los pecados, lo predicaba. De manera que así como precedía con su predicación al Verbo encarnado del Padre, así también su bautismo, precediéndole, fuera figura del verdadero.
Breviarium Romanum. Primera, segunda y tercera lectura del oficio de Maitines del sábado de las témporas de Adviento.
Traducción: Obras completas San Gregorio Magno. Ed. BAC, 1.958. pp. 622-623
Es la vía poderosa que tenemos los católicos para ayudar a Monseñor Munilla. El Obispo no se encuentra solo en estos momentos difíciles. Cuenta con las oraciones de la Iglesia militante. Y la asistencia de Dios, con sus ángeles y sus santos.
La batalla está ganada. Por muy beligerantes que sean todos esos párrocos levantiscos.
Monseñor Munilla debe ser la paloma, que en el lenguaje del Espíritu Santo es el alma fiel. El Esposo en el Cantar de los Cantares le dice a su amada:
«Ven, paloma mía, ven a abrigarte en los agujeros de la roca» (Cant. 2,14). ¿No es Cristo la Roca (1 Cor 10,4)? ¿No son los agujeros sus llagas (Salm 21,7)?
Apenas decía yo: «Vacilan mis pies», tu gracia, ¡oh Yavé! Me sostenía,
Y en las grandes angustias de mi corazón alegraban tus consuelos mi alma.
¿Puede acaso ser aliado tuyo el trono de la iniquidad? ¿Puede la tiranía sofocar el derecho
los que se echan sobre la vida del justo y condenan la sangre del inocente?
Pero Yavé es refugio para mí, es la roca de mi salvación.
Él arrojará sobre ellos su misma perversidad, y con su misma malicia los aniquilará. Los aniquilará Yavé, nuestro Dios (Salm. 93, 19 – 23)
Así que ánimo a Monseñor Munilla. Rezaremos por sus intenciones.
]]>Los que confían en Yave son como el monte de Sión, que es inconmovible y permanece por siempre.
Está Jerusalén rodeada de m oentes, y así rodea Yavé a su pueblo, ahora y por la eternidad.
De cierto no permitirá Yavé que permanezca el cetro de los impíos sobre la suerte de los justos, para que no tiendan los justos sus manos a la iniquidad.
Haz, ¡oh Yavé!, bien a los buenos, a los rectos de corazón;
Mas a los que van por caminos tortuosos, remuévalos Yavé juntamente con los impíos. ¡Paz sobre Israel!
Salmo 124
Hay, de hecho, límites al derecho a la libertad religiosa.
Al llevar esta discusión a su fin, sería muy útil explorar, aunque sólo sea brevemente, la declaración del Concilio que «desarrollar la doctrina de los últimos Pontífices sobre los derechos inviolables de la persona humana y sobre el ordenamiento jurídico de la sociedad». ¿Cuáles de los últimos Pontífices? De hecho, encontramos algo similar a las declaraciones de la Dignitatis Humanae en los escritos de de Pío XI, el mismo Papa que insistió en los derechos de Jesucristo como Rey de las Naciones. En su encíclica Mit Brennender Sorge, escribe:
El creyente tiene un derecho inalienable a profesar su fe y a practicarla en la forma más conveniente a aquélla. Las leyes que suprimen o dificultan la profesión y la práctica de esta fe están en oposición con el derecho natural.
Los padres, conscientes y conocedores de su misión educadora, tienen, antes que nadie, derecho esencial a la educación de los hijos, que Dios les ha dado, según el espíritu de la verdadera fe y en consecuencia con sus principios y sus prescripciones. Las leyes y demás disposiciones semejantes que no tengan en cuenta la voluntad de los padres en la cuestión escolar, o la hagan ineficaz con amenazas o con la violencia, están en contradicción con el derecho natural y son íntima y esencialmente inmorales (MBS 29-30)
Aunque algunos querrían sostener que Pío XI está hablando solamente de los católicos en este apartado, es decir, que sólo los católicos tienen derecho a profesar su fe, «vivir según su conciencia», y educar a sus hijos, esta interpretación no puede ser sostenida por el propio documento. Pío XI no utiliza la palabra «católico» aquí, él utiliza aquí el término «creyente» más genérico; y mientras discute los derechos de los padres a educar a sus hijos en la fe, él no dice «la fe católica», sino más bien, «su fe».
El padre Brian Harrison escribe:
Frente a la situación en la Alemania nazi, donde los católicos, protestantes y judíos eran severamente hostigados por igual en sus prácticas religiosas, Pío XI en Mit brennender Sorge (1937) utiliza una expresión ambigua - «el creyente» en lugar de “el Católico» o «el creyente católico» - para designar el objeto de «un derecho inalienable» a la libertad de interferencia del Estado, en virtud de la «ley natural» (citado en Davies, p. 292). Esta elección de las palabras fue sin duda deliberado: si el Papa hubiese especificado sólo a los católicos en ese contexto, le habrían llevado a decir que los judíos y los protestantes no sufrían injusticias cuando Hitler suprimió o interfirió en su culto público. Claramente, Pío XI no quería decir eso; así, la inferencia del Obispo De Smedt de que su declaración también se refiere a los «creyentes» no católicos, parece bastante razonable. (P. Brian Harrison, «El Concilio Vaticano II y la Libertad Religiosa», Tradición viva, enero de 1993)
En una línea similar, el Papa Pío XII utilizó el lenguaje de la «dignidad» de la «persona humana» para defender los derechos de libertad religiosa; en su Mensaje de Navidad 1942, dijo:
Quien desea que la estrella de la paz aparezca y se detenga sobre la sociedad contribuya por su parte a devolver a la persona humana la dignidad que Dios le concedió desde el principio; (…)apoye el respeto y la práctica realización de los siguientes derechos fundamentales de la persona: el derecho a mantener y desarrollar la vida corporal, intelectual y moral, y particularmente el derecho a una formación y educación religiosa; el derecho al culto a Dios privado y público, incluida la acción caritativa religiosa; el derecho, en principio, al matrimonio y a la consecución de su propio fin, el derecho a la sociedad conyugal y doméstica; el derecho de trabajar como medio indispensable para el mantenimiento de la vida familiar; el derecho a la libre elección de estado; por consiguiente, también del estado sacerdotal y religioso; el derecho a un uso de los bienes materiales consciente de sus deberes y de las limitaciones sociales.
De una manera un poco más explícita, este mismo Papa reiteró estas cosas en el documento Ci Riesce; vale la pena citar el pasaje en cuentión en toda su extensión:
Otra cuestión, esencialmente diferente, es: si en una comunidad de Estados puede, al menos en determinadas circunstancias ser establecida la norma en la que el libre ejercicio de una creencia y de una práctica religiosa o moral, las cuales tienen valor en uno de los Estados miembros, no sea impedida en todo el territorio de la Comunidad por medio de leyes o medidas coercitivas estatales. En otros términos, se pregunta si «el no impedir», es decir, el tolerar, en esas circunstancias se permite, y si en consecuencia la represión positiva no es siempre un deber.
Acabamos de invocar la autoridad de Dios. ¿Podría Dios, aunque sería posible y fácil para Él reprimir el error y la desviación moral, en algunos casos elegir el «no impedir», sin contradecir Su infinita perfección? ¿Podría ser que en determinadas circunstancias Él no diese a los hombres algún mandato, no imponer ninguna obligación, e incluso no comunicar el derecho a impedir o reprimir lo que es erróneo y falso? Una mirada a la realidad da una respuesta afirmativa. La realidad muestra que el error y el pecado están en el mundo en gran medida. Dios los reprueba, pero Él permite su existencia. De ahí que la afirmación, «el error religioso y moral debe siempre ser impedido, cuando sea posible, porque la tolerancia de ellos es en sí mismo inmoral», no es válida absoluta e incondicionalmente.
Por otra parte, Dios aún no ha dado a la autoridad humana tal mandamiento absoluto y universal en materia de fe y moralidad. Tal mandamiento es desconocido para las convicciones comunes de la humanidad, a la conciencia cristiana, a las fuentes de la Revelación y a la práctica de la Iglesia (…) El deber de reprimir el error moral y religioso no puede ser por tanto la norma última de la acción. Debe estar subordinado a las normas generales más altas y más generales, que en algunas circunstancias permiten, y tal vez incluso parecen indicar como la mejor política, la tolerancia del error a fin de promover un bien mayor. (Papa Pío XII, Ci Riesce, sec. 5)
Estas son las enseñanzas de los «últimos Pontífices», que el Concilio solicitó desarrollar, y lo hizo de una manera muy refinada. El Estado tiene el derecho de reprimir el error, pero este derecho no siempre es absoluto, como el Papa afirmó, en determinadas circunstancias, Dios «ni siquiera comunica el derecho de impedir o reprimir lo que es erróneo y falso». La dignidad de la persona humana, es decir, el don del Libre Albedrío que es suyo por derecho natural, como parte de la Creación, no debe ser violada; esto significa que tiene un derecho absoluto a permanecer libre de coerción, y un derecho más limitado a permanecer libre de la represión.
Nadie puede obligarme a creer; la creencia forzada acarrea una conversión inválida, porque la fe debe ser libremente asentida. Nadie debería obligarme a hacer algo contrario a mis creencias; sería ir más allá de los límites que Dios mismo ha establecido si el Estado impusiera el culto católico obligatorio para todos los ciudadanos. Nadie debería crear un entorno en el que los hombres sean más o menos coaccionados a convertirse, lo que conduce a limitar los derechos del Hombre a ejercitar públicamente su fe. No es difícil ver cómo una ley que me encerraría en la cárcel por asistir a una mezquita musulmana crearía ese entorno y, finalmente, daría lugar a conversiones forzadas. Sin embargo, este es un derecho limitado, y que depende totalmente de la situación del Estado. ¿Qué sería más propicio para preservar del orden público? Santo Tomás de Aquino comenta:
No hay, en cambio, razón alguna para tolerar los ritos de los infieles, que no nos aportan ni verdad ni utilidad, a no ser para evitar algún mal, como es el escándalo, o la discordia que ello pudiera originar, o la oposición a la salvación de aquellos que, poco a poco, tolerados de esa manera, se van convirtiendo a la fe. Por eso mismo, en alguna ocasión, toleró también la Iglesia los ritos de los herejes y paganos: cuando era grande la muchedumbre de infieles.
(Santo Tomás de Aquino, Summa Theologica, II – IIae, q.10, a.11)
La sabiduría de Santo Tomás es lo más conveniente en los Estados que no son Católicos. Los incrédulos son de hecho «muy numerosos», y por lo tanto, es más beneficioso en estos casos tolerar el ejercicio público de su fe, ya que esto evitaría «la oposición a la salvación de aquellos que, poco a poco, tolerados de esa manera, se van convirtiendo a la fe ».
Si evitamos de la lectura de Dignitatis Humanae ciertos conceptos que no están allí, como una noción de «libertad religiosa», que está específicamente excluida por el propio documento, o la noción de que el Hombre tiene un derecho positivo a creer lo que quiera, podemos ver que el documento es en realidad un desarrollo legítimo de la enseñanza Tradicional. Hace exactamente lo que se proponía hacer: tomar el pensamiento de los últimos Papas, como Pío IX y Pío XII, y aclarar su significado.
La libertad religiosa no es, finalmente, una licencia para que el Hombre crea falsamente en el error y en el falso culto; el Hombre sigue estando ligado por su obligación a la Verdad, y a Dios mismo - y DH confirma esto explícitamente -. Sin embargo, es una declaración sobre cómo debe el Estado tratar a los hombres cuando los seres humanos no profesan la Verdad y adoran a Dios según Sus dictados. Estas personas no deben ser coaccionadas, forzadas, perseguidas, ni - en ciertas circunstancias, y dentro de los límites debidos – se les debe prohibir el ejercicio público de su fe. Tal es la enseñanza incluso del Doctor Angélico, así como de los últimos Papas de impecable ortodoxia.
Si Dignitatis Humanae ha sido mal interpretada como una justificación para la separación de la Iglesia y el Estado, tal cosa no puede ser apoyada por las palabras del mismo documento. Sólo una lectura Tradicional del documento hace plena justicia a su intención, y puede ser usada como una defensa contra los abusos del mismo documento.
Original: Athanasius contra mundum.
]]>Me llega el relato a tiempo real, de un aborto programado para mañana (hoy) lunes 14 de diciembre. Me parece importante y urgente publicarlo, incluida la petición a todos vosotros, de la que me hago altavoz:
…Pide en tu blog una oración especial por ésta niña y ésta mujer en la Misa de mañana. Se lo he dicho a muchas personas…estoy rezando para que no ocurra lo inevitable…Quizá si lo pedimos más cristianos, se haga un pequeño gran milagro…
La madre que ha tomado la decisión de abortar mañana, escribe:
Hola …
No te contesté la otra vez porque estamos metidos en un lio terrible con el embarazo. Nos esta pasando una cosa muy dramatica que nunca hubiesemos imaginado. Cuando sali del hospital hace 10 dias pensé que estaba todo estabilizado con los bebés. La pequeña seguia demasiado pequeña pero seguia creciendo de a poco.
Hace dos dias fuimos para la visita semanal y nos dieron los resultados finales de la segunda amniocentesis: la pequeña tiene la T21…, sin que se vea en la eco, raramente, pero asi es. La otra esta bien.
En dos dias tuvimos que decidir la interrupcion medical de embarazo que tendra lugar el lunes, estoy cagada de miedo no te podes imaginar.
No porque duele ( es lo mismo que para una amnio, una inyeccion en el corazon del bebe), pero para el tiempo que voy a tener que convivir que el bebé vivo y el bebe muerto in utero. Es una cosa impensable. Vimos a la psy del hospital y nos explico un poco, hay que ir paso a paso con todo eso porque es un trauma muy importante. En el hospital de Aix me ofrecieron programar una cesarea para la semana 37 o 38 (hoy llego a la 34) para proteger al bebe que esta bien al maximo. Creo que vamos a aceptar. En realidad todo depende de las contracciones que pueden surgir después del lunes y accelerar el parto. Pero igual lo dudan porque tengo el cuello bien cerrado y largo.
Al mismo tiempo tuvimos que decidir ya qué vamos a hacer con el cuerpo de la melliza, optamos por una cremacion a nuestra carga y ella descansara el el parque memorial del funerarium de Aix, es un lugar muy lindo con arboles olivos y flores. Queriamos un lugar donde podremos ir con su hermana, con una inscripcion y su nombre en una placa conmemorativa, y la vamos a declarar en el estado civil.
Mi marido se encargo de este aspecto material, no sé como hizo porque es muy duro, y yo no estaba en condiciones de hacerlo.
Ahora para el fin del embarazo tenemos que concentrarnos en el bebe que esta bien, eso nos va a auydar seguro, a pesar de la honda pena que tenemos.
La vida es muy cruel a veces…
Muchos besos
Y la respuesta de la persona que me hace llegar la alerta es ésta:
Hola H.
Cuánto siento lo que estás pasando…
Sé por mi profesión, ya que veo muchas madres, y en algunos momentos he visto cómo se enteraban que sus hijos traían síndromes, malformaciones, etc que es un momento muy difícil y doloroso.
Me sorprende mucho, pero mucho, mucho, mucho, tu decisión.
No es que sea poco habitual en los tiempos que corren, se está haciendo lastimosamente frecuente que al saberse que hay un síndrome de Down, las madres optan por matar a los hijos.
Ya sabes que creo en Dios, me hice médico con una vocación que vivía en mí desde que era una niña pequeña. Tengo un respeto absoluto e inquebrantable en la vida, toda vida humana. En la de los enfermos, en la de los sanos, en la de los diabéticos, leucémicos, síndromes de Down, altos, bajos, gordos y flacos, feos, hermosos…
Todos personas, todas con derecho a vivir.
No sé si has tenido contacto alguna vez con niños síndrome de Down. Precisamente en éstos días uno de ellos, Pablo Pineda ha sido galardonado en el festival de San Sebastián por su trabajo en el cine…ha terminado su segunda carrera universitaria…
Son niños encantadores, aman profundamente a su familia y sus amigos, son cariñosos y sociables y te sorprenden por lo mucho que pueden enseñarte en el día a día. Son un tesoro, algunas de las enseñanzas más valiosas en el bagaje de un médico, un educador, un padre, una madre, o una persona las pueden enseñar ellos…
En la semana 34 vas a parar el corazón de tu hija, porque es diferente?
¿No le vas a dar el derecho que tiene a respirar y vivir desde el mismo momento en que fue engendrada??
¿Que tiene características diferentes? ¡Por supuesto! ¿Que tendríais que organizar vuestra vida para ayudar, proteger y potenciar a tu hija? ¡Por supuesto! ¿Que es fácil? No, no lo es. Es una de las situaciones más duras por las que se puede pasar y sin duda muchos padres pasan…
¿Cómo puedes elegir entre una melliza y otra? ¿Cómo puedes desechar a la que no es “perfecta” y elegir a la que no tiene la trisomía??
¡No hay diferencia alguna entre pararle el corazón y esperar a que nazca y ahogarla en un cubo de agua!!!
Perdóname que sea tan dura…pero así lo siento.Así es, H.
No vale con buscarle un bello lugar donde meter su cuerpecito cuando lo saquen de tí, su alma seguirá viva, aunque no su cuerpo porque hayas decidido que no tiene derecho a vivir…éste recuerdo te marcará y jamás, nunca jamás vas a volver a ser la misma persona…Créeme, hemos visto muchas madres que no pueden dormir más en su vida tras hacerlo.
Rezo por tí, y por tus hijas.
Rezo porque lo pienses antes de hacerlo, aunque sólo sea una vez más.
Vé a una asociación de Síndrome de Down, habla con padres, conoce a esos niños y adultos…
Dale esa oportunidad a tu hija. Date esa oportunidad a tí misma. Eres su madre!! Has visto su cara, sus manitas, su cuerpo en las ecografías. Sin duda has escuchado el latido de su corazón, diferente en ritmo y cadencia al tuyo…fuerte…¿No eres tú!! ¡Es ella! ¡Y vas a ser tú la que decide parar ese latido!!
Tengo un hijo de 5 meses, también hubo peligro en ciertos momentos, te aseguro que lo querría igual con síndrome de Down, feo, guapo, sano o muy enfermo…¡es carne de mi carne! ¡Es mi hijo!!!!!
Piénsalo, H. Piénsalo, deja a tu corazón sentir el amor de madre que llevas por esas dos niñas.
Sé que es difícil que sólo una carta de una amiga lejana a la que no ves hace tantos años haga que cambies de parecer…Pero es mi deber como médico, como persona, como madre…como alguien que defiende la vida de tu hija.
Déjala vivir. Aprende a manejar el dolor.
Aunque no creas en Dios, cree en tu hija. Ella está en tu vientre.
Te mando un abrazo, y rezaré por tus niñas y por tí.
Que Dios, en el que no crees te guíe y ojalá evite lo que piensas hacer.
Así pues y conmovida por la fuerza del razonamiento de esta mujer, médico y madre, pido a los creyentes que os suméis a nuestras oraciones para que no se produzca este aborto.
A los no creyentes, os pido vuestra participación activa en la sociedad para luchar contra esta barbarie.
Además se añade el siguiente video sobre el Sindrome Down y el aborto. En la descripción del video pone lo siguiente:
Es un vídeo por la vida que muestra la fuerza, la capacidad de luchar y la ganas de vivir con las que puede luchar un bebé al que muchos desecharían. Es además un ejemplo de fortaleza y amor de unos padres que son capaces de amar a su hijo por encima de lo que la sociedad consideraría una causa razonable para el aborto. Es la lucha, el sufrimiento y la alegría de unos padres que, fortalecidos por su fe en Dios son capaces de afrontar y superar situaciones que no pensaron poder superar.
]]>Un querido amigo me pide que se le de publicidad a una serie de manifestaciones que se van a desarrollar por toda España e Hispanoamérica.
Aunque algo tarde, pongo la información para el que esté interesado.
Estas navidades miles de ciudadanos convocados por el Movimiento Cultural Cristiano, Camino Juvenil Solidario y el partido SAIn, un año más, saldrán a la calle en solidaridad con los hambrientos de la Tierra y para presionar moralmente a nuestros gobernantes, con el grito de: ¡No matarás!
Puedes leer aquí el comunicado:
]]>11 de Diciembre de 2009
Almería 19:00 Puerta Purchena Marcha
12 de Diciembre de 2009
Badajoz 18: 00 Paseo Huelva MarchaMálaga 12.00 Pza. Constitución
Oviedo 19:30 Frente a T. Campoamor Concentración y Marcha
Barcelona 19:00 Plaza Cataluña (esquina Portal del Angel). Marcha
Santiago 12:00 Pza. do Toural Marcha
Getafe 19:00 Gral. Palacios- Pza Constitución Marcha
Santander 19:00 Plaza Ayuntamiento Marcha
Zaragoza 19:30 Pza España Concentración
13 de Diciembre de 2009
Villafranca 13,30 Plaza España ConcentraciónAlcalá 19:00 Calle Mayor-Pza Cervantes Marcha
18 de Diciembre de 2009
Coria 18:30 Paseo Martínez de León MarchaJaén 19:00 Pza. Constitución Marcha
19 de Diciembre de 2009
Úbeda 12:00 Plaza Andalucía MarchaGranada 19:00 Plaza Carmen Marcha
Gijón 19:30 Plaza 6 de Agosto Concentración y Marcha
Burgos 19:00 Plaza Sto Domingo Marcha
Tortosa 19:00 Plaza del Angel Marcha y Vigilia (Inmigración)
La Coruña 19:30 Riego de Agua Concentración
Pamplona 12:30 Sarasate Marcha
Vitoria 19:30 Plaza Virgen Blanca Concentración
Murcia 19:00 Pza. Santo Domingo Concentración
Puerto Ordaz 17:00 Plaza CVG
Torrelavega 19:00 Plaza Mayor Marcha
Córdoba 19:00 San Nicolás (Bulevar) Marcha
20 de Diciembre de 2009
Madrid 18:00 Pza. España-Puerta Sol MarchaSevilla 18:30 Plaza Nueva Marcha
Valladolid 19:00 C/ Santiago-Pza Mayor hasta Zorrilla Marcha
22 de Diciembre de 2009
Huelva 18:30 La Placeta Marcha
27 de Diciembre de 2009
Las Palmas 19:00 C/ Triana Marcha
De los dieciséis documentos promulgados por el Concilio Vaticano Segundo, no hay duda de que la Dignitatis Humanae («La Dignidad de la Persona Humana», también conocida como la Declaración sobre la Libertad Religiosa) es la más disputada, y ha causado la mayor consternación entre los Católicos Tradicionales. Los más audaces rechazarán simplemente el documento como una flagrante contradicción de la enseñanza Tradicional de la Iglesia, respecto a la libertad religiosa y la obligación del Estado a profesar la Fe Católica. Incluso aquellos que quieren realmente unirse a la enseñanza del concilio, y leer sus documentos a la luz de la Tradición, frecuentemente se queden cortos cuando leen este documento.
Antes de examinar el documento en sí mismo, es responsabilidad nuestra primero familiarizarnos con la enseñanza Tradicional de la Iglesia sobre los sujetos implicados. ¿Qué han dicho los papas de las épocas pasadas sobre la libertad religosa? ¿Qué quisieron decir? ¿Cómo definieron los términos?
La enseñanza Tradicional de la Iglesia está basada, en última instancia, en la Creación en sí misma; este es un punto clave en el que fijarse, porque el desarrollo de la materia para el Vaticano II está basado basa también en la Creación. El hombre es creado por Dios, y como tal, es completamente dependiente de Él para vivir, la salud, la respiración, el sustento, etc. A través de la Creación, el Hombre puede conocer con certeza de que Dios existe, y puede fácilmente hacer la siguiente deducción lógica - de que a Dios se le debe dar gracias, honor, gratitud y adoración.
Éste es el fundamento más básico de cualquier debate sobre la libertad religiosa; debe ser aceptado por cualquiera que afirme ser Cristiano, incluidos los no-Católicos. Esta escrito por toda la Sagrada Escritura; el Hombre debe a Dios la adoración que Le pertenece, está obligado a confesarle, a creer en Él, a aceptar Su revelación.
En 1.864, el Beato Pío IX escribió:
Pues sabéis muy bien, Venerables Hermanos, se hallan no pocos que (…) se atreven a enseñar «que el mejor orden de la sociedad pública, y el progreso civil exigen absolutamente, que la sociedad humana se constituya y gobierne sin relación alguna a la Religión, como si ella no existiesen o al menos sin hacer alguna diferencia entre la Religión verdadera y las falsas.» (…), no temen fomentar aquella errónea opinión sumamente funesta a la Iglesia católica y a la salud de las almas llamada delirio por Nuestro Predecesor Gregorio XVI de gloriosa memoria (en la misma Encíclica Mirari), a saber: «que la libertad de conciencia y cultos es un derecho propio de todo hombre, derecho que debe ser proclamado y asegurado por la ley en toda sociedad bien constituida; y que los ciudadanos tienen derecho a la libertad omnímoda de manifestar y declarar públicamente y sin rebozo sus conceptos, sean cuales fueren, ya de palabra o por impresos, o de otro modo, sin trabas ningunas por parte de la autoridad eclesiástica o civil.» (Quanta Cura, 3)
El Papa condena aquí la completa separación de la Iglesia y el Estado, es decir, una situación en la que el Estado o no profesa religión alguna, o no hace distinción entre la verdadera religión y las falsas religiones (que realmente viene a ser lo mismo). El condena también la «absoluta libertad» de conciencia, «sin trabas ninguna por parte de la autoridad eclesiástica o civil».
El Papa León XIII, en 1.899, dijo más sobre esta idea de «libertad» en su encíclica Libertas. El reconoce que La libertad, don excelente de la Naturaleza, propio y exclusivo de los seres racionales, confiere al hombre la dignidad de estar en manos de su albedrío(1) y de ser dueño de sus acciones (LP 1). No obstante, señala que la libertad debe ser ejercida con responsabilidad: la verdadera libertad no consiste en hacer el capricho personal de cada uno; esto provocaría una extrema confusión y una perturbación, que acabarían destruyendo al propio Estado (LP 7).
Porque el Estado, no menos que el individuo, que ha recibido su autoridad y poder de Dios mismo, tiene también la obligación de reconocer públicamente a Dios y dar su aprobación a la verdadera religión. Así, León XIII, condenaba también la perniciosa teoría de la separación entre la Iglesia y el Estado (LP 26). Sobre el tema de la falsa libertad, dijo:
Considerada desde el punto de vista social y político, esta libertad de cultos pretende que el Estado no rinda a Dios culto alguno o no autorice culto público alguno, que ningún culto sea preferido a otro, que todos gocen de los mismos derechos y que el pueblo no signifique nada cuando profesa la religión católica. Para que estas pretensiones fuesen acertadas haría falta que los deberes del Estado para con Dios fuesen nulos o pudieran al menos ser quebrantados impunemente por el Estado. Ambos supuestos son falsos. (LP 16)
Así concluye:
La justicia y la razón prohíben, por tanto, el ateísmo del Estado, o, lo que equivaldría al ateísmo, el indiferentismo del Estado en materia religiosa, y la igualdad jurídica indiscriminada de todas las religiones
Sentimientos similares se encuentran en los escritos del Papa San Pío X, que dice:
Que sea necesario separar al Estado de la Iglesia es una tesis absolutamente falsa y sumamente nociva. Porque, en primer lugar, al apoyarse en el princípio fundamental de que el Estado no debe cuidar para nada de la religión, infiere una gran injuria a Dios, que es el único fundador y conservador tanto del hombre como de las sociedades humanas, ya que en materia de culto a Dios es necesario no solamente el culto privado, sino también el culto público. En segundo lugar, la tesis de que hablamos constituye una verdadera negación del orden sobrenatural (Vehementer Nos 2)
Esta enseñanza Tradicional alcanzó su ápice con el Papa Pío XI, que instituyó la Fiesta de Cristo Rey con su encíclica Quas Primas, Sobre el Reinado Social de Cristo:
Por lo cual, no sólo exhortamos entonces a buscar la paz de Cristo en el reino de Cristo, sino que, además, prometimos que para dicho fin haríamos todo cuanto posible nos fuese. En el reino de Cristo, dijimos: pues estábamos persuadidos de que no hay medio más eficaz para restablecer y vigorizar la paz que procurar la restauración del reinado de Jesucristo (QP 1)
Basando algunos de sus argumentos en la Sagrada Escritura, el Papa Pío XI escribió que Cristo es Rey sobre todas las naciones; como está escrito en el Salmo 2, Dios ha hecho «los confines de la tierra» Su posesión; el Apocalipsis de San Juan Le aclama como el «Rey de Reyes, y Señor de Señores», que es como decir, Él es el Rey sobre todos los Reyes de la tierra; todos los hombres, y todos los Estados, están obligados a reconocer su Reinado Universal, tanto privada como públicamente.
Hasta ahora hemos visto cual es la enseñanza Tradicional de la Iglesia sobre la libertad religiosa. El Estado tiene la obligación de profesar la fe católica en su calidad directiva; todos los hombres tienen la obligación de someterse a Cristo Rey y adorar a Dios según la verdad de la fe católica. La libertad desenfrenada de la conciencia conduce al colapso social; la separación de la Iglesia y el Estado conduce a un Estado ateo, a un Desenfrenada libertad de conciencia conduce al fracaso de la sociedad, la separación de la Iglesia y el Estado conduce a un Estado impío, a un Estado ateo, en el que la inmoralidad no tiene más remedio que reinar.
Dignitatis humanae retoma esta línea en sus párrafos iniciales, afirmando que el Concilio deja íntegra la doctrina tradicional católica acerca del deber moral de los hombres y de las sociedades para con la verdadera religión y la única Iglesia de Cristo (DH, 1). Sin embargo, el documento afirma que desarrollar la doctrina de los últimos Pontífices sobre los derechos inviolables de la persona humana y sobre el ordenamiento jurídico de la sociedad (DH, 1)
Aquí hay una distinción sutil, pero que debe ser comprendida si hemos de esperar sacar algo de el resto de este documento. El Concilio declara que no está hablando, en este documento, de la obligación de los hombres y las sociedades a profesar «la verdadera religión» y de pertenecer a «la única Iglesia de Cristo». Más bien, el documento aborda la cuestión de los «derechos inviolables del hombre», como le afecta individualmente y dentro de una sociedad constituida.
En resumen, la cuestión preguntada por la Dignitatis Humanae no es, «Deben todo los hombres profesar la Fe Católica y pertenecer a la Iglesia Católica?” Ya ha respondido a esto afirmativamente. Más bien, la cuestión preguntada es, ¿Cómo deben ser los hombres tratados si ellos no profesan la Fe Católico y no pertenecen a la Única Iglesia verdadera?
Si lo que sigue es difícil de comprender, no debería ser absolutamente sorprendente; lo que el Concilio está tocando aquí es el misterio mismo del Libre Albeldrío, y su tensa relación con la soberanía de Cristo. Como ya apuntó León XIII, sólo el Hombre entre las criaturas de la tierra tiene la capacidad de elegir voluntariamente; sólo el Hombre entre las bestias tiene voluntad, y esta voluntan es libre, por designio propio de Dios.
Si Dios exige que todos los hombres deben reconocerlo, adorarlo, etc, Él también ha creado al hombre con la capacidad de desobedecer. El hombre es obligado, pero libre. Hay que tener en cuenta una distinción muy importante: el hombre es «libre» de desobedecer, pero no tiene el «derecho» a desobedecer. Las únicas cosas que pueden llamarse absolutamente «derechos» son aquellas que han sido concedidas al Hombre por Dios. Así, el hombre tiene el derecho absoluto a adorar a Dios y profesar la Fe Católica; este derecho no está condicionad por nada. Nadie puede quitar este derecho, y seguiría siendo un derecho incluso si el Estado se lo prohíbe. El hombre no tiene el derecho de rechazar a Dios, que no es un derecho que Dios le ha dado; sin embargo, porque Dios ha creado al Hombre con Libre Albedrío, el Hombre tiene la libertad de rechazar a Dios. La distinción entre lo que el Hombre es libre de hacer, y lo que el Hombre tiene derecho a hacer, es una distinción sutil - pero debe ser claramente definida como tal.
Para ilustrar este punto, es obvio que el Hombre es libre de entrar en una tienda y robar una hogaza de pan; es su elección, un ejercicio de su voluntad, que es siempre libre. Pero el Hombre no tiene derecho a robar pan, como queda perfectamente claro cuando la policía lo captura y lo lleva a la cárcel.
Gran parte de la confusión generada por Dignitatis Humanae deriva del hecho de que la mayoría de la gente que lee el documento no deja que el propio documento defina la terminología; tendemos a nuestros propios comprensiones al texto, basadas en nuestra situación social y cultural. Así, cuando DH habla de «libertad religiosa», leemos a menudo «la separación entre Iglesia y Estado» en este término, porque eso es lo que ha venido a significar en nuestra sociedad. Sin embargo, esto no es como el documento define el término:
Confiesa asimismo el santo Concilio que estos deberes afectan y ligan la conciencia de los hombres, y que la verdad no se impone de otra manera, sino por la fuerza de la misma verdad, que penetra suave y fuertemente en las almas. Ahora bien, puesto que la libertad religiosa que exigen los hombres para el cumplimiento de su obligación de rendir culto a Dios, se refiere a la inmunidad de coacción en la sociedad civil (DH, 1)
El primer párrafo afirma que la verdad no puede ser impuesta; debe ser recibida por sus propios méritos y no puede ser forzada por la mente humana.
Desde este encabezamiento, el segundo párrafo, declara que la libertad religiosa» es sinónimo de «inmunidad de coacciones en la sociedad civil.
Cuando el Concilio posteriormente afirma que el derecho a la libertad religiosa está realmente fundado en la dignidad misma de la persona humana (DH 2), alude a lo que hemos mencionado sobre la Creación; la «dignidad de la persona humana» es que el Hombre ha sido creado con el Libre Albedrío, y que el Libre Albedrío no puede - no debe - ser violado. Dicho de otra manera, el Estado no tiene derecho a coaccionar u forzar a sus súbditos a creer tal o cual cosa, porque el hombre mismo Dios mismo no coacciona al Hombre, y así El no le ha dado este derecho al Estado.
El documento describe la misma cosa en una declaración más explícita:
Este Concilio Vaticano declara que la persona humana tiene derecho a la libertad religiosa. Esta libertad consiste en que todos los hombres han de estar inmunes de coacción, tanto por parte de individuos como de grupos sociales y de cualquier potestad humana, y esto de tal manera que, en materia religiosa, ni se obligue a nadie a obrar contra su conciencia, ni se le impida que actúe conforme a ella en privado y en público, sólo o asociado con otros, dentro de los límites debidos. (DH 2)
Esto nos lleva a responder la pregunta que nos hacíamos antes: ¿Qué pasaría si un hombre no cumple con su obligación con Dios? ¿Entonces qué? El debe continuar permaneciendo libre de coacciones y no ser forzado a actuar contra sus creencias.
Aquí hay el despliegue de dos elementos diferentes: uno pasivo y otro activo. El hombre no puede ser obligado a creer - esta es pasivo -. El hombre actúa de acuerdo a sus creencias, y por eso no puede ser obligado a actuar de una manera que contradiga sus creencias - por ejemplo, que el Estado fuese a ser un Estado católico, no podía legalmente imponer una obligación a todos los hombres para asistir a Misa los domingos. Sería una violación de la Libre Voluntad del Hombre, si un agente del gobierno fuese a invadir su casa el domingo por la mañana, pusiera una pistola en la cabeza, y le obligase a ir hasta la parroquia más cercana para la tarde de Vísperas. Esto, también, es pasivo.
Pero, ¿qué pasa cuando nos movemos en la esfera de los activos? Digamos que tuviese dos convicciones: en primer lugar, que la Misa es una abominación, y nunca debo asistir a la misma; en segundo lugar, que tuviese que adorar a un falso dios, los jueves. El primero es un elemento pasivo, el segundo activo; la primera es algo que no haré, de acuerdo con mis creencias, y la segunda es algo que debo hacer, de acuerdo con mis creencias. Sería una pura coacción en caso de que el Estado me obligase a ir a Misa; pero, ¿qué pasaría si el Estado me prohibiese la adoración a mi falso dios los jueves? ¿Sería también una forma de coacción?
Aquí es donde el derecho del hombre a la «libertad religiosa» (entendida como inmunidad de coacción) se convierte en cada vez menos absoluta, y más y más contingente, porque se convierte menos en un problema de coacción que en un problema de prohibición. Por lo tanto, el Concilio incluye una calificación de suma importancia: ni se obligue a nadie a obrar contra su conciencia, ni se le impida que actúe conforme a ella en privado y en público, sólo o asociado con otros, dentro de los límites debidos.
El Concilio declara que todos los hombres están vinculados por la obligación de buscar la Verdad y de seguirla una vez que la descubran; sin embargo, incluso si no logran estar a la altura de esta obligación, el Libre Albedrío permanece, y la coacción sigue siendo una violación de la dignidad humana por consiguiente.
Así:
Por lo cual, el derecho a esta inmunidad permanece también en aquellos que no cumplen la obligación de buscar la verdad y de adherirse a ella, y su ejercicio, con tal de que se guarde el justo orden público, no puede ser impedido (DH, 2).
Una vez más, el Concilio está caminando sobre una cuerda muy fina, tratando de mantener el equilibrio; parte de la inmunidad de coacción significa inmunidad de prohibición, sin embargo, está muy condicionado - «el derecho a esta inmunidad», es decir, la expresión activa de las creencias del Hombre , «no puede ser impedido», con la importante condición de que «se guarde el justo orden público». Esto, naturalmente, variará de lugar en lugar. En un Estado Católico, donde la mayoría de los ciudadanos son católicos, sin duda se perturbaría el orden público si se permitiese a una comunidad musulmana crear su propia mezquita y comenzase a distribuir literatura religiosa. Por otro lado, en cualquier otra sociedad, sería una alteración del orden público permitir a un satanista a ejercer libremente su religión, cuando esa religión incluye cosas tales como los sacrificios humanos.
Continuará.
Original: Athanasius contra mundum.
Esta faceta sin embargo, oculta la verdadera realidad: su escaso amor al Cuerpo Místico de Cristo; sólo eso explica su desprecio al Magisterio de la Iglesia. Igual que el joven rico, que cumplía todos los mandamientos pero marchó entristecido cuando Cristo le pidió que diera todo lo que tenía a los pobres, el padre Ángel cumple los mandamientos del mundo, pero es incapaz de seguir a Cristo, de amarle y por ende prefiere estar al lado de Bono y compañía, donde se encuentra realmente a gusto.
El padre Ángel es puro marketing. La venta al exterior de la solidaridad, pero sin conversión, sin paso a una vida distinta, la vida de Cristo. Es lo que la diferencia de otras personas, los verdaderos cristianos, como la Madre Teresa de Calcuta. Ella lo hacía por amor a Cristo, y su trabajo daba los frutos propios de la fe.
En esta campaña de marketing, en la que se mueve y desarrolla la marca “Padre Ángel", el susodicho se aprovecha de su estado clerical - por cierto, a ver cuando se ponde la ropa talar; clergyman al menos -, con el objeto de dar peso a su campaña.
Pero su batalla no es la de Cristo, sino la del Mundo. De ahí que se dedica a repartir su bendición a todas esas uniones - no se puede llamar familia a lo que no es -, que no enaltecen la condición humana, sino que la rebajan a un estadío primitivo, desconocido incluso para el paganismo.
Sin embargo es lo que le va, así lo reconoce:
en ocasiones he bendecido a familias de ese tipo (monoparentales, uniones civiles, divorciados, gays…), y lo seguiré haciendo, y no por eso me considero un hereje. Y lo voy a seguir haciendo, sin pedir permiso. A veces es mejor pedir perdón que pedir permiso.
Con su bendición iguala a los desiguales, el orden con el desorden, el bien con el mal.
Son las familias que viven según Dios quiere, en medio de las vicisitudes cada vez más difíciles que el mundo impone, las que traen hijos a pesar de la oposición del mundo, las que cuentan con la oración y los sacramentos como apoyo para tirar en este mundo, esas son las que se merecen todas las bendiciones.
Es una sencilla cuestión de justicia. Si axiológicamente toda unión - homosexual; heterosexual; para toda la vida; para dos horas, etc - vale igual, se vacía de contenido a la familia, convirtiéndola en una institución inútil, inservible.
Añade el padre Ángel que está contra el aborto. Flatus vocis. Si de verdad lo estuviera, no habría dicho la sarta de memeces que ha expelido por su boca. No hubiera dicho, por ejemplo, que no se puede hablar de excomunión en el tema del aborto. ¿Desconoce los datos del aborto en España en particular, y en el mundo en general?
La Iglesia del padre Ángel es la Iglesia de Casaldáliga (opositor al magisterio), Vicente Ferrer (cura secularizado) y de los curas de Entrevías (sacrílegos).
“Si tuviera que renunciar, no lo dudaría", ha dicho, para añadir posteriormente “ni me lo van a pedir ni me siento fuera de mi Iglesia".
Pues yo sí se lo pido. Le animo a que se vaya, si tan a disgusto está.
No sea más caradura y no le haga más daño a la Iglesia.
Retráctese y crea de una vez.
]]>El que aparece sentado en el fondo es el Arzobispo Emérito de Sevilla, D. Carlos Amigo Vallejo.
Esta mamarrachada interpretada a los piés de la Señora es una barbarie, una ruptura con la tradición (con mayúscula y con minúscula) litúrgica, piadosa y cultural del pueblo sevillano.
Estamos ante una agresión en toda regla al común de los fieles, porque estos tipos se introducen como un cuchillo en el continuo desarrollo de la tradición, escindiéndolo, creando una ruptura, introduciendo una cosa nueva que tiene poco que ver con lo anterior: se crea algo nuevo, distinto.
Si por un lado tenemos la ruptura, por el otro tenemos el trato discriminatorio a los fieles, pensar que no entienden – no comprenden la liturgia y por eso hay que bajar el nivel, en vez de elevar a los fieles para que puedan penetra en ella.
Consideran que son cristianos de segunda.
Por eso piensan que no podrán degustar la música de Cristóbal de Morales o Francisco Guerrero. Atentan contra la dignidad de los fieles.
Pero el pueblo sabe cómo honrar a la Excelsa Virgen María, la Madre de Dios, más y mejor que cierto clero carqui-progre que ha intentado agostar la tradición y la piedad popular.
De ahí, que el pueblo se ría de charlotadas como las de arriba y respete y ame sus tradiciones:
]]>Ave maris stella,
Dei Mater alma,
Atque Semper Virgo,
Felix caeli porta.
Sumens illud Ave
Gabriélis ore,
Funda nos in pace,
Mutans Hevae nomen.
Solve vincla reis,
Profer lumen caecis,
Mala nostra pelle,
Bona cuncta posce.
Monstra te ese matrem,
Sumat per te preces,
Qui pro nobis natus
Tulit esse tuus.
Virgo singuláris,
Inter omnes mitis,
Nos, culpis solútos,
Mites fac et castos.
Vitam praesta puram,
Iter para tutum.
Ut, videntes Iesum,
Semper collaetémur.
Sit laus Deo Patri,
Summo Christo decus,
Spirítui Sancto,
Tribus honor unus. Amen.
Salve, estrella del mar,
Madre de Dios santa,
y siempre Virgen,
feliz puerta del cielo.
Tú, que recibiste el Ave
del ángel Gabriel, afiánzanos
en la paz, y trueca el nombre
de Eva.
Desata los lazos de los
reos, alumbra a los ciegos,
ahuyenta nuestros males y
alcánzanos todos los bienes.
Muéstrate Madre nuestra,
Y por ti acoja nuestras súplicas
el que naciendo por nosotros
se hizo Hijo tuyo.
¡Oh Virgen incomparable,
dulce como ninguna!
Librándonos de la culpa,
haznos mansos y castos.
Haz pura nuestra vida;
seguros los caminos; para que
viendo a Jesús, siempre nos
alegremos.
Loor a Dios Padre;
Gloria a Cristo Soberano
y al Espíritu Santo;
y a todos los Tres un mismo honor. Amen.
González Faus es uno de esos teólogos que toman su carácter definitorio de la protesta magisterial. Si estuviésemos en tiempos de San Jerónimo, diríamos que es un anticristo. Pero nuestro tiempo enfermizo, incapaz de digerir estas palabras fuertes prefiere llamarlo disidente. Yo con San Jerónimo, sin embargo, diré que es un anticristo.
González Faus es un tipo peligroso, porque fue de los nuestros. Su formación es muy superior a lo que hoy se estila en los Seminarios. Él fue amamantado a las ubres de los grandes, cuando la teología se estudiaba en latín, de manera sistemática, creando un estilo, una forma de pensar, de plantear los problemas y hallar las soluciones. Hoy los sacerdotes ni de lejos adquieren la formación que tuvo Faus: él y los suyos - ¿cuántos se habrán deformado con la Cristología de González Faus? - se han encargado de que no sea así.
RD nos da una resumen de un artículo de González Faus preparado para la revista 21 RS, donde afirma que el Papa, «según la lógica del portavoz, está en la herejía y en pecado mortal público», sencillamente porque el CIC no condena la pena de muerte. El razonamiento es el siguiente:
Si «quitar la vida a un ser humano es contradictorio a la fe católica» y «quien contribuya a ello está en la herejía, está en pecado mortal público y no puede ser admitido a la sagrada comunión», entonces como «esto vale para todos los católicos» y ya que el CIC no rechaza la pena de muerte, concluye Faus lo dicho más arriba, es decir, que según la lógica del portavoz de la Conferencia Episcopal, el Papa «está en la herejía y en pecado mortal público».
No podemos negar la sutilidad de González Faus, como hila argumento con argumento para finalmente concluir con una ampliación del silogismo de Martínez Camino que alcanza al Papa en su acusación.
Sin embargo todo es un embeleco.
El aborto se basa en un silogismo parecido a este:
- La vida de un hombre inocente es inviolable.
- El embrión es un hombre inocente.
- La vida del embrión es inviolable.
Este silogismo sería aplicable a las circunstancias que expresa Faus, si el delincuente al que se le aplica la pena de muerte, tras un juicio realizado por un tribunal competente, fuese un hombre inocente.
No se puede equiparar a un delincuente con un inocente que, además, Olvida ni siquiera tiene derecho a juicio sino que, sencillamente, escucha la sentencia que sus papás, doctor, etc., dictan sobre él.
La pena de muerte es una institución que deriva del derecho natural. Es una sanción que se aplica, en casos muy graves, extremos, con el objeto de reparar el orden de la justicia, defenderse la sociedad y disuadir al resto de la práctica del delito.
La pena se aplica no en función de la utilidad – la cárcel no nos asegura la rehabilitación del condenado -, sino de la justicia. Olvidar esto, es lo que nos ha llevado a valorar más la pena por el delito que el delito mismo, cayendo consecuentemente la víctima en el olvido.
La pena, en general, no hace otra cosa que restituir el orden moral.
Por otra parte, el rechazo a la pena de muerte puede provenir por conmiseración con el ser humano, que es débil pero que tiene la posibilidad de resurgir del mal cometido; o por la consideración de la vida como un fin en sí misma. Esta segunda forma de rechazo a la pena de muerte no tiene en cuenta que aunque a un hombre se le pueda arrebatar la vida, no puede por el contrario truncar el fin para el que ha sido creado. De ahí que no es raro que las sociedades que buscan la felicidad en este mundo, eliminen la pena de muerte ya que la misma evita la posibilidad de alcanzar la felicidad; igualmente, resulta paradójico, pero no extraño, que algunos de los que se manifiestan en contra de la pena de muerte, defiendan por otra parte a los Estados totalitarios.
Faus, al equiparar el asesinato del niño, inocente, en el vientre de la madre, con la muerte del delincuente, culpable, olvida la distinción entre ambos estados, considerando el derecho a la vida como algo connatural a la existencia del hombre, cuando dicho derecho deriva de su fin moral.
Precisamente, el derecho penal se basa en la disminución axiológica que sufre el que viola el orden moral, lo que suscita la reacción de la sociedad para restituir dicho orden. Fuera del pensamiento católico – donde al delito le corresponde una disminución de bien -, la pena se convierte en una mera reacción utilitaria que no tienen en cuenta la dignidad del ser humano, sino que remite la justicia a un mero orden material. La dignidad del ser humano no puede disminuir por hechos diferentes a los morales: el hombre no sufre un aumento/disminución de su dignidad por su participación en el bienestar material, cosas que también está al alcance del hombre indigno.
Como enseñó Pío XII en el discurso a los neurólogos (14/9/1952):
incluso cuando se trata de la ejecución de un condenado a muerte el Estado no dispone del derecho del individuo a la vida. Está reservado entonces al poder público privar al condenado del bien de la vida en expiación por su delito, después de que con su crimen él se ha desposeído ya de su derecho a la vida (AAS, 1952, pp. 779 y ss.)
No hay un derecho incondicionado a los bienes de la vida temporal, sino que, por el contrario, el único derecho ciertamente inviolable es al fin último, a la verdad, la virtud y la felicidad, y a los medios necesarios para conseguirlas, derecho que, además, no se ve afectado por la pena de muerte.
La sociedad tiene derecho a defenderse y a utilizar los medios a su alcance para ello. La pena de muerte elimina a un individuo para conservar a la totalidad.
Ahora bien, quiero que quede clara una cosa: no estoy escribiendo un alegato a favor de la pena de muerte – lo que, por otra parte, no me impide albergar ninguna duda de que si se hiciera un referéndum en España para aprobar una ley que permitiese aplicar dicha pena a ciertos delitos, éste saldría adelante por mayoría absoluta -, sino sencillamente poniendo negro sobre blanco los argumentos que la sostienen.
Resulta tremendo, finalmente, que los apóstoles del lacismo, de la estricta y total separación de la Iglesia y el Estado, quieran despojar al legislador de dicha potestad, reconocida además por San Pablo en Rom 13,4, donde se otorga el ius gladii a los príncipes, a los que llama ministros de Dios para castigar a los malvados.
La pena de muerte y el aborto no están al mismo nivel como quiere hacer ver González Faus. Las palabras de Martínez Camino no son contradictorias con el Catecismo.
En definitiva, encontramos en González Faus un falso profeta, un lobo con la piel de cordero.
]]>Fotos cortesía de New Liturgical Movement, procedentes a su vez del L’Osservatore Romano.
]]>Nuestra Señora en el Evangelio
Hay un pasaje en el evangelio de este día (nota: III Domingo de Cuaresma, Lc 11, 14 – 28; hoy en la Forma Extraordinaria de la Liturgia de la Iglesia)que puede habernos chocado a muchos y exige una aclaración. Mientras Nuestro Señor estaba predicando, una mujer de entre la multitud gritó: «¡Dichoso el seno que te llevó y los pechos que mamaste» (Lc 11,27). Nuestro Señor asintió, pero en lugar de contentarse con las buenas palabras de la mujer, continuó diciendo algo más: «Sí, dijo, pero dichosos más bien los que oyen la palabra de Dios y la guardan». Habla de una dicha mayor. Bien; estas palabras requieren alguna aclaración, aunque no fuera sino porque hay muchas personas hoy día que piensan que están dichas en desprecio de la gloria y la bienaventuranza de la Santísima Virgen María, como si Nuestro Señor hubiera dicho: «Mi madre es dichosa, pero mis verdaderos siervos son más dichosos que Ella». Así, pues, diré algo sobre este pasaje, y con una peculiar oportunidad, porque justamente ahora estamos celebrando la fiesta del «Lady Day», la gran fiesta en la que conmemoramos la Anunciación, esto es, la visita del Ángel Gabriel y la milagrosa concepción del Hijo de Dios, Nuestro Señor y Salvador, en su seno.
Unas pocas palabras bastarán para demostrar que las de Nuestro Señor no son despreciativas para la gloria y dignidad de su Madre, la primera de las criaturas y la Reina de los Santos. Porque, mirad, Él dice que es más santo guardar sus mandamientos que ser su Madre. Y ¿creéis que la Santísima Madre de Dios no guardó los mandamientos de Dios? Nadie, desde luego – ni siquiera los protestantes – negará que los cumplió. Pues bien, siendo así, lo que dice Nuestro Señor es que la Santísima Virgen era más santa porque guardaba los mandamientos que porque fuera su Madre. ¿Qué católicos niega esto? Al contrario, todos nosotros los confesamos. Todos los católicos lo confiesan. Los Santos Padres de la Iglesia nos dicen una y otra vez que Nuestra Señora era más bendita por cuanto hacía la voluntad de Dios que por ser su Madre. Era bendita de dos maneras. Era bendita siendo su Madre; era bendita estando llena del espíritu de fe y de obediencia. Y esta última bendición era la mayor. Estoy diciendo lo que dicen tan expresivamente los Santos Padres. San Agustín dice: «Más bendita fue María recibiendo la fe de Cristo que recibiendo la carne de Cristo». Igualmente Santa Isabel, cuando la Visitación, le dice: Beata es quae credidisti («Bienaventurada eres tú que creíste»); y San Juan Crisóstomo va tan lejos como para decir que Ella no habría sido bienaventurada, aunque hubiera sido madre de Cristo, si no hubiera oído la palabra de Dios y la hubiera guardado.
Hemos empleado la expresión, «San Juan Crisóstomo va tan lejos….», no porque no sea una auténtica verdad. Yo digo que es cierto que la Santísima Virgen no hubiera sido bienaventurada, aunque hubiera sido la Madre de Dios, si no hubiera cumplido la voluntad divina; pero decirlo es una cosa absurda, porque se supone un imposible; se supone que podría haber sido tan altamente favorecida, de una parte, y de otra no penetrada y poseída por la gracia de Dios; porque cuando el Ángel la visitó la llamó, expresivamente, llena de gracia: Ave gratia plena. Las dos bendiciones no se pueden dividir. (Incluso es de señalar que Ella tuvo la oportunidad de contrastarlas y dividirlas, y que prefirió guardar los mandamientos de Dios a ser su Madre si ambas cosas no hubieran podido ser al mismo tiempo). Quien fue escogida para ser Madre de Dios, fue también escogida para ser llena de gracia. Esto que oís es una aclaración de las altas doctrinas recibidas entre los católicos acerca de la pureza e impecabilidad de la Santísima Virgen. San Agustín no quiere oír hablar de que Ella cometiera jamás un pecado, y el Sagrado Concilio de Trento declara que, por un privilegio especial, evitó todo pecado, incluso venial, a lo largo de toda su vida. Y en este momento, sabéis que es creencia admitida por todos los católicos el que no fue concebida con el pecado original y que su concepción fue inmaculada.
¿De dónde proceden estas doctrinas? Proceden del gran principio contenido en las palabras de Nuestro Señor, que yo estoy comentando. Él dice: «Es más santo hacer la voluntad de Dios que ser la Madre de Dios». No digáis que los católicos no sienten profundamente esto; lo sienten tan profundamente que siempre están extendiéndose en los conceptos de su virginidad, pureza, condición inmaculada, fe, humildad y obediencia. No digáis nunca, pues, que los católicos olvidan este pasaje de la Escritura. Si celebran con recogimiento la fiesta de la Inmaculada Concepción, de la Pureza, etc., es porque valoran tanto la bienaventuranza de la santidad. La mujer de la multitud gritó: «¡Dichoso el seno y los pechos de María!» Hablaba sinceramente; no quería excluir la dicha superior, pero sus palabras se dirigieron sólo a un aspecto. Por eso Nuestro Señor las completó. Y por eso su Iglesia después de Él, gozándose en el gran misterio sagrado de la Encarnación, ha sentido siempre que, quien de manera tan inmediata participó en él, debe haber sido santísima. Y por eso, por el honor del Hijo ha exaltado siempre la gloria de la Madre. Así como nosotros le damos a Él lo mejor de nosotros, le atribuimos lo mejor, edificamos nuestras iglesias costosas y bellas; así como cuando fue descendido de la cruz sus piadosos discípulos le envolvieron en fino lino y le enterraron en una sepultura en la que no había sido sepultado nadie; así como su morada en el cielo es pura y sin mancha, así tenía que ser – y lo fue efectivamente – santo, inmaculado y divino aquel tabernáculo del cual tomó carne, en el que descansó. Así como se había preparado un cuerpo para Él, así había sido preparado un lugar para ese cuerpo. Antes de que la Bienaventurada María pudiera ser Madre de Dios, y para que lo fuera Ella fue separada aparte, santificada, llena de gracia y puesta en la presencia del Eterno.
Y los Santos Padres han recogido siempre la exacta obediencia y la inculpabilidad de la Santísima Virgen a partir de la narración auténtica de la Anunciación, cuando se convirtió en Madre de Dios. Porque cuando se le apareció el Ángel y le declaró la voluntad de Dios, dicen los Santos Padres que Ella manifestó especialmente cuatro gracias: humildad, fe, obediencia y pureza. Además, estas gracias eran condiciones previas para ser elegida para tan alto favor. Si no hubiera tenido fe, humildad, pureza y obediencia no habría merecido ser Madre de Dios. Así, es corriente decir que concibió a Cristo en su mente antes de concebirlo en su cuerpo, con lo que se indica que la bienaventuranza de la fe y la obediencia precedió a la de ser una Virgen Madre. Aún más, se ha dicho que Dios esperó su consentimiento antes de venir y encarnar en Ella. De la misma manera que Él no realizó actos de poder en un lugar, porque no tenían fe; así este gran milagro, por el cual se hizo hijo de una criatura, se mantuvo en suspenso hasta que Ella fue probada y encontrada en disposición para él, hasta que Ella obedeció.
Pero hay algo más que añadir. Acabo de decir que ambas bendiciones no podían ser divididas, que iban juntas. «Bienaventurados el seno», etc.; «Sí, pero bienaventurados más bien…», etc. Es verdad, pero observad esto. Los Santos Padres enseñan siempre que en la Anunciación, cuando el Ángel se apareció a Nuestra Señora, Ella indicó que prefería la que Nuestro Señor dijo que era la mayor de ambas bendiciones. Porque cuando el Ángel le anunció que estaba destinada a gozar de la bendición que las mujeres judías, época tras época, habían anhelado, de ser la Madre del Cristo esperado, Ella no se precipitó, como habría hecho otra, sino que esperó. Esperó hasta que se le dijo que ello sería compatible con su estado de virginidad. No quiso aceptar el más asombroso honor; no quiso hasta que se le satisfizo este punto. «¿Cómo podrá ocurrir esto, si yo no conozco varón?» Hacen notar que Ella había hecho un voto de virginidad y consideraba este santo estado como algo más elevado que ser Madre de Cristo. Tal es la enseñanza de la Iglesia, que muestra claramente cuán estrechamente observa la doctrina de las palabras de la Escritura, que yo estoy comentando; cuán íntimamente que la Santísima Virgen las sintió; que aunque era bendito el seno que llevó a Cristo y esos pechos, más bendita era el alma llena de gracia, que por ser así fue recompensada con el extraordinario privilegio de ser Madre de Dios.
Pero ahora surge una nueva cuestión que vale la pena considerar. Puede preguntarse, ¿por qué Nuestro Señor pareció disminuir el honor y privilegio de su Madre? Cuando la mujer dijo «dichoso el seno», etc., Él contestó efectivamente, «sí». Pero fue más allá, «sí, pero más bien dichosos», etc. Y en otra ocasión, cuando alguien le comunicó que su Madre y sus hermanos estaban fuera, dijo: «¿Quién es mi Madre?», etc. Y en una anterior, cuando empezaba sus milagros y su Madre le dijo que los invitados a la boda no tenían vino, dijo: «Mujer, ¿qué tengo Yo que ver contigo? Mi hora aún no ha llegado». Estos pasajes parecen haber sido dichos con frialdad hacia la Santísima Virgen, aunque el sentido puede explicarse satisfactoriamente. ¿Qué significan, pues? ¿Por qué habló Él así?
Expondré dos razones:
1. Lo primero que se deduce de lo que he estado diciendo es esto: que durante muchos siglos todas las mujeres judías habían anhelado ser la Madre del Cristo esperado, y, al parecer, no lo habían asociado a una superior santidad. Por ello habían estado tan deseosas del matrimonio; por ello habían tenido el matrimonio en tan gran honor. Ahora bien, el matrimonio es una ordenación divina, y Cristo lo hizo Sacramento, aunque hay un estado más elevado, que los judíos no comprendieron. La idea común era asociar la religión con los placeres de este mundo. No conocieron, comúnmente hablando, lo que era renunciar a este mundo por el venidero. No entendieron que la pobreza es mejor que la riqueza, que el mal nombre es mejor que el buen nombre, el ayuno y la abstinencia mejor que los banquetes, y la virginidad mejor que el matrimonio. Y por eso, cuando la mujer de la multitud habló sobre la bienaventuranza del seno que le llevó y los pechos que le amamantaron, Él les enseñó, a ella y a todos los que le escuchaban, que el alma era más importante que el cuerpo, y que estar unido a Él en espíritu era mejor que estar unido a Él en carne.
2. Esta es una razón; y la otra es más interesante para nosotros. Vosotros sabéis que Nuestro Salvador vivió, durante los primeros treinta años de su vida terrena, bajo el mismo techo que su Madre. Cuando volvía con Ella y con San José de Jerusalón, a la edad de doce años, está escrito expresivamente que les estaba sujeto. Es una expresión categórica; pero dicha sujeción, dicha vida de familia no había de durar hasta el final. Incluso en la ocasión en que, según nos dice el Evangelista, les estaba sujeto, Él había hablado y hecho cosas que les explicó diciéndoles enfáticamente que tenía otros deberes. Porque Él les había abandonado y se había quedado en el Templo con los doctores, y cuando ellos expresaron su sorpresa, contestó: «¿No sabíais que es preciso que me ocupe en las cosas de mi Padre?» Esta fue, creo yo, una anticipación del tiempo de su ministerio, cando habría de abandonar su casa. Durante treinta años permaneció en ella, pero tal como observó cuidadosamente sus deberes en el hogar, mientras tales fueron sus deberes, así fue celoso de la obra de su Padre, cuando llegó el tiempo de realizarla. Llegado el tiempo de de su misión, dejó su casa y a su Madre, tan querida como le era, y se apartó de Ella.
En el Antiguo Testamento, los levitas fueron elogiados porque no conocieron padre ni madre cuando el servicio de Dios lo exigió. «Quién dijo a su padre y a su madre no os conozco, y a sus hermanos no consideró» (Deut. 33). «Desconocieron a sus hijos». Habiendo sido tal la conducta de la tribu sacerdotal bajo la ley, le convenía al gran y único Sacerdote del Nuevo Pacto dar un ejemplo de aquella virtud que se halló y fue premiada en Leví. El mismo había dicho: «Quien ama a su padre o a su madre más que a mí no es digno de mí». Y nos dijo que «todo el que dejare hermanos o hermanas, o padre o madre, o hijos o campos por amor de mi nombre, recibirá el céntuplo y heredará la vida eterna». Le correspondió, pues, a Él, que dio el precepto, poner el ejemplo; y así como dijo a sus seguidores que abandonasen cuanto tenía por el servicio de su reino, Él hizo cuanto podía en su propia Persona; abandonar todo cuanto tenía, dejar su casa y a su Madre, cuando debía predicar el Evangelio.
Así fue que, al principio de su ministerio dejó a su Madre. Al tiempo que hizo su primer milagro, lo proclamó. Hizo este milagro a invitación suya, pero dio a entender, o más bien declaró, que estaba entonces comenzando a separarse de Ella. Dijo: «¿Qué hay entre Tú y Yo?» Y después: «Mi hora aún no ha llegado»; es decir, «llega la hora en que te reconoceré nuevamente, oh Madre mía. La hora en que Tú intercederás ante mí, eficaz y poderosamente. La hora en que, a petición tuya, Yo haré milagros. Llega, pero aún no ha llegado. Y hasta entonces, ¿qué hay entre Tú y Yo? Yo no te conozco. De momento te he olvidado».
Desde esta ocasión no tenemos noticia de que hubiera visto a su Madre hasta que la vió bajo su cruz. Se separó de Ella. Una vez Ella intentó verle: corrió el rumor de que Él estaba fuera de sí. Sus amigos intentaron llamar su atención. La Santísima Virgen, al parecer, no quiso quedarse atrás. También fue. Le llegó un mensaje de que ellos le buscaban, de que no podían llegar a Él a causa de la muchedumbre. Entonces Él pronunció estas graves palabras: «¿Quién es mi madre?», etc., significando, evidentemente, que había dejado todo por el servicio de Dios y que, así como para nuestro provecho había nacido de la Virgen, así para nuestro provecho renunció a su Madre Virgen, porque debía glorificar a su Padre Celestial y realizar su obra.
Tal fue su separación de la Santísima Virgen; pero cuando en la cruz dijo: «Todo está acabado», el tiempo de separación terminaba. Y por eso, justamente antes, su Santísima Madre se le unió, y Él, viéndola, la reconoció de nuevo. Había llegado su hora y refiriéndose a San Juan le dijo: «Mujer, he ahí a tu hijo», y a San Juan: «He ahí a tu Madre».
Y ahora, hermanos, como conclusión, diré sólo una cosa. Yo no deseo que vuestras palabras vayan más allá de vuestros mismos sentimientos. No deseo que cojáis libros conteniendo las alabanzas de la siempre Virgen Bendita y los uséis e imitéis irreflexivamente, sin consideración. Pero estad seguros de que si no sois capaces de participar del calor de los libros extranjeros de devoción, será un defecto por vuestra parte. Usar palabras brillantes no lo arreglará; es un defecto interno que sólo se puede superar poco a poco, pero es un defecto por esta razón y por ninguna otra. Contad con él; el camino para penetrar en los sufrimientos del Hijo es penetrar en los sufrimientos de la Madre. Poneos al pie de la cruz, ved a María allí, de pie, mirando hacia arriba y atravesada por la espada. Imaginada sus sentimientos y hacedlos vuestros. Que sea Ella vuestro gran ejemplo. Sentid lo que Ella sintió y lloraréis dignamente la muerte y pasión de vuestro Salvador y suyo. Tened su fe sencilla y creeréis bien. Pedid ser llenados con la gracia que se le concedió a Ella. ¡Ay! Vosotros deberéis tener muchos sentimientos que Ella no conoció; sentimiento del pecado personal, de dolor personal, de contrición, de incluso de odio, pero éstos acompañarán naturalmente en un pecador a la fe, a la humildad, a la sencillez, que fueron los grandes adornos de Ella. Llorad con Ella, creed con Ella y al final experimentaréis sus bienaventuranzas, de la que habla el texto. Nadie puede tener su especial prerrogativa y ser la Madre del Altísimo pero tendréis participación en esa otra bienaventuranza suya que es la mayor: la bienaventuranza de hacer la voluntad de Dios y de guardar sus mandamientos.
John Henry Cardenal Newman. Sermones católicos. Neblí, Clásicos de Espiritualidad. Ed. Rialp, 1.959, pp. 159 - 175
]]>Pasmado.
Así me he quedado al leer las declaraciones realizadas por un Príncipe de la Iglesia.
Los musulmanes tienen una espiritualidad muy fuerte. Se levantan temprano por la mañana para rezar –dijo–. Nuestros jóvenes sacerdotes deberían seguir su ejemplo… levantándose temprano a rezar para empezar sus actividades diarias.
Entiendo que en una visita a una mezquita prime lo diplomático, las buenas palabras y los gestos agradables, pero lo que no comprendo – ni comprenderé – es porqué se llega al halago mayúsculo, tanto que se desprecia lo propio.
Los jóvenes sacerdotes deberían seguir el ejemplo de los santos, no de los musulmanes. ¿O es que ya no vale? ¿O es que ya no se leen la vida de los santos?
Tampoco podemos olvidar el Breviario Romano. Gracias al Santo Padre, los sacerdotes no sólo tienen libertad para utilizar los libros litúrgicos del Beato Juan XXIII, sin necesidad de contar con el permiso del Obispo, sino que, además, pueden utilizar el Breviario Romano, donde la primera hora canónica, Maitines, se reza antes del amanecer – lo que no ocurre con el Oficio de Lectura, en la Liturgia de las Horas, el cual ya no tiene por qué ser el primero del día -.
Y así podemos seguir hasta el infinito.
Cabe pues preguntarse si desconoce el cardenal Taurán la riqueza de la Tradición de la Iglesia. Seguramente no. Por edad seguramente habrá utilizado el Breviario. Ergo, ¿por qué no estimula a los seminaristas y sacerdotes para que recen el Breviario? Sería en ponerse en la línea que está llevando el Papa para la reforma de la Iglesia.
¿Y qué pasa con el Santo Cura de Ars? Es el modelo que el Santo Padre ha propuesto para este año sacerdotal. ¿No es mejor ejemplo para los jóvenes sacerdotes, por quién es y por quién lo propone, que los seguidores del Islam?
Obediencia.
El problema es de obediencia.
Este lamentable asunto me han recordado las palabras de Mons. Giovanni d’Ercole, Obispo auxiliar de L’Aquila.
Es necesario mirar a la Iglesia con ambos ojos, como he dicho en televisión. Un ojo sobre el Papa; el otro sobre el obispo y el párroco. Si el obispo y el párroco dicen lo mismo que el Papa, existe la unidad. La falta de unidad hace mucho daño a la Iglesia. Si el obispo no dice lo mismo que el Papa, me viene el estrabismo. ¡Y entonces yo miro sólo al Papa!
El Papa propone al Santo Cura de Ars, el cardenal a los infieles.
El ejemplo para los sacerdotes está claro:
¡Mirad sólo al Papa!
]]>Templo en Hungria vendido para ser convertido en discoteca de desnudismo, ¿ejemplo de uso no sordido?
Aunque si a nosotros nos preguntan, hemos visto templos convertidos en discoteca sin necesidad de haber sido vendidos…
Información de agencia AFP, Nov-26-2009.
El Vaticano autoriza vender o demoler iglesias, pero no hacerlas discotecas
(AFP)CIUDAD DEL VATICANO — Las iglesias abandonadas por los fieles y sin valor artístico podrán ser demolidas o vendidas pero no pueden ser transformadas en discotecas, anunció este jueves el ministro de Cultura del Vaticano, monseñor Gianfranco Ravasi.
“Ante la baja de fieles, un fenómeno que se registra inclusive en el centro de Roma, las iglesias sin valor artístico y que deben ser sometidas a costosas remodelaciones pueden ser vendidas o destruidas", afirmó Ravasi.
Las conferencias episcopales nacionales deben dar la autorización, precisó el eclesiástico.
“No se trata de una orientación general. Se decidirá según el caso", agregó.
Ravasi reconoció que el mantenimiento de algunos lugares de culto puede ser difícil y costoso por lo que no descarta su venta, aunque advirtió que deben ser operaciones realizadas “con mucha prudencia".
El cardenal citó como ejemplo negativo el caso de una basílica en Hungría que fue “transformada” en una discoteca en donde se realizaban espectáculos con mujeres semidesnudas en el lugar donde se encontraba el altar.
¿Qué está pasando?
Kyrie eleison!
]]>En el día de ayer, el editorial del programa El Espejo de la Iglesia, traía a colación el lamentable artículo - impostura más bien - del otrora colaborador de la Cadena Cope y hoy Presidente del Congreso de los Diputados, D. José Bono.
El padre Bru contestaba contundentemente – no podría ser de otra forma, más en este asunto – al susodicho artículo; sin embargo, si hoy comento dicho radiomensaje es por un razonaminento que, sinceramente, me ha llamado la atención. Para que no se pierdan matices, incrusto la esquelita en su totalidad:
Penosa justificación
Línea Editorial COPE acaba de pedir a don José Bono, Presidente del Congreso de los Diputados, que no pretenda engañarnos justificando su actitud en el magisterio de la Iglesia, cuando es diametralmente contraria a esta, como ha hecho hoy en el penoso artículo publicado en El País.
Las contradicciones de dicho artículo son tan evidentes, que llegan a provocar vergüenza ajena, porque no se puede sostener a la vez que “el mar menor” del aborto se impone por que sino serían más los abortos realizados en la clandestinidad, y al mismo tiempo reconocer que la actual ley “ha llevado a España a una indeseable situación de aborto libre cuando no arbitrario…que ha hecho de España un paraíso del turismo abortista”. Y tampoco se puede sostener a la vez la convicción de que “en el seno materno se alberga una vida humana en formación que es digna de protección”, y al mismo tiempo, defender la ley que más desprotege al nasciturus, al que ni siquiera a partir de las 14 semanas de vida se le reconoce algún derecho a vivir, porque no reconoce que exista un bien a proteger y un delito si no se protege.
Pero más aberrante aún en esta justificación es la cita de la Encíclica Evangelium Vitae de Juan Pablo II, un texto en el que se dice expresamente que “el aborto y la eutanasia son crímenes que ninguna ley humana puede pretender legitimar. Leyes de este tipo –continua diciendo- no sólo no crean ninguna obligación de conciencia, sino que, por el contrario, establecen una grave y precisa obligación de oponerse a ellas mediante la objeción de conciencia”. Al citar hipócritamente el párrafo en el que el Siervo de Dios explicaba que sólo cabría una cuestión de conciencia “en los casos en que un voto parlamentario resultase determinante para favorecer una ley más restrictiva, es decir, dirigida a restringir el número de abortos autorizados, como alternativa a otra ley más permisiva ya en vigor o en fase de votación”, el presumible autoengaño, o la evidente pretensión de engañar a los diputaos católicos de la Cámara, es siniestro, porque utiliza la artimaña de la confusión. Precisamente, el Magisterio de la Iglesia, por boca de los Sucesores de los Apóstoles que rigen la Iglesia que peregrina en España, y el sentir de los parlamentarios católicos en comunión con la misma, es que precisamente por este argumento han de votar contra esta ley, a todas luces más permisiva, aunque este voto no signifique, por si mismo, la derogación de la ley vigente, también injusta, en la que al menos se reconoce que existe un bien a proteger, aunque la formulación de los supuestos lo haga inviable.
Pero aún hay algo peor en esta penosa justificación del Señor Bono, y es el querer reivindicar, por medio de la ley que permite el asesinato indiscriminado de los seres más inocentes, y que se dispone a aprobar, una dimensión de “comprensión y misericordia” para la mujer que aborte que, según él, la Iglesia pretende monopolizar. No menos perverso es este mensaje, por el que, en el fondo, se le dice a la mujer: “no dejes que la palabra de los que quieren no sólo salvar la vida de tu hijo, sino tu propia felicidad, te confunda, aunque, si no les haces caso, te acogerán con los brazos abiertos para ayudarte. Mejor es que te dejes embaucar por aquellos que prefieren que te quites, y les quites, el problema de encima abortando, porque cuando por toda tu vida sufras el trauma de haber dejado que tu hijo muriese dentro de ti, ellos, seguro, que no van a estar a tu lado para ayudarte, que ya fueron comprensivos contigo al matar a tu hijo con un fármaco o con un bisturí”.
Aunque el artículo parezca impecable, el padre Bru desliza en su refutación un razonamiento que muestra a las claras como la cadena Cope, tras la destitución de sus estrellas – no voy a entrar en la justicia o no de la misma -, ha vuelto claramente a la normalidad. Me refiero a lo siguiente:
Precisamente, el Magisterio de la Iglesia, por boca de los Sucesores de los Apóstoles que rigen la Iglesia que peregrina en España, y el sentir de los parlamentarios católicos en comunión con la misma, es que precisamente por este argumento han de votar contra esta ley, a todas luces más permisiva, aunque este voto no signifique, por si mismo, la derogación de la ley vigente, también injusta, en la que al menos se reconoce que existe un bien a proteger, aunque la formulación de los supuestos lo haga inviable.
Habría que decir, a mi modesto modo de entender, tres cosas:
- la primera: es falso que la actual ley reconozca un bien a proteger, aunque la formulación de los supuestos lo haga inviable, ya que ambas cosas están tan imbricadas que, si cae una, cae la ley entera. Ese “al menos” que utiliza el padre Manuel María Bru Alonso para referirse a dicho matiz, es el típico minimalismo moral que permite tragar piedras tan grandes como las de los molinos: nunca un mal menor ha causado tanto mal. Si la madre es violada, o si el niño es subnormal, el tal bien deja de ser un bien ¿Cómo es eso posible? ¿De qué manera se da esa mutación axiológica? La ley es contradictoria. E injusta. El matiz introducido del “bien a proteger” es un trampantojo, un trile.
No se puede decir que una ley es injusta y, a la vez, añadir que tiene algo positivo: el reconocimiento del bien a proteger, porque dicha consideración es falaz. Es la escusa que se utiliza para convivir, haciendo la vista gorda, con la injusticia.
- lo segundo, es que esta nueva ley no permitirá el asesinato indiscriminado de los seres más inocentes. Eso está ya en la vigente, la ley con la que cohabitó perfectamente el partido que se opone hoy a - para asumir mañana - los principios de la izquierda.
- por último, señalar que la apelación a la autoridad, al Magisterio de la Iglesia es brillante, pero, ¿por qué no se hizo lo mismo en su momento? ¿Acaso antes no había «políticos católicos»? ¿O es que la Encíclica Evangelium Vitae de Juan Pablo II – a.D. 1.995 - un texto en el que se dice expresamente que “el aborto y la eutanasia son crímenes que ninguna ley humana puede pretender legitimar. Leyes de este tipo –continua diciendo- no sólo no crean ninguna obligación de conciencia, sino que, por el contrario, establecen una grave y precisa obligación de oponerse a ellas mediante la objeción de conciencia», no tenía vigencia entonces? ¿No se sentían interpelados nuestros parlamentarios? Es más, ¿por qué no se hace ahora con el PP y se le arranca un compromiso claro de derogamiento de la ley de despenalización del aborto?
Habría que añadir, además, que con la nueva ley, el número de abortos no tendría que incrementar necesariamente. Lo que sí va a hacer es, sencillamente, poner blanco sobre negro lo que está ocurriendo ya en nuestra sociedad, es decir, legitimar de facto lo que se hace impunemente gracias a la nefanda ley del año 1.985, esa ley donde al menos se reconoce que existe un bien a proteger. La ley Aído es definitoria: la sociedad española es abortista. Y que al pueblo católico nos muestren esto, duele. Especialmente por lo que se pudo hacer y no se hizo.
El engendro aprobado ayer es más permisivo formalmente, pero de facto no añadirá nada nuevo. Es la legislación vigente la que ha permitido hoy aprobar la propuesta del PSOE.
Ahora bien, el artículo de ayer del desnortado padre Bru, cui prodest? ¿A quién beneficia este tipo de argumentos? Pues al PP. Con ese razonamiento se justifica, en cierta medida, el comportamiento de los diputados católicos del PP que durante dos legislaturas - una con mayoría absoluta -, no hizo nada.
La cadena COPE ha virado hacia el partido de la no-izquierda, con lo que se desarticula, a su vez, cualquier posibilidad de oposición católica real a la actual situación en la que nos encontramos. La estrategia está clara: esta ley es muy mala, muy mala, y hay que votar al PP, ya que es la única alternativa posible, creíble, que nos salvará del malo malísimo ZP. ¡Vayamos todos unidos a depositar en las urnas nuestra papeleta del PP! ¡Que nos salve el mismo partido que, cuando tuvo mayoría absoluta no hizo nada!
¿Y el ideario?
Verdaderamente horripilante.
La derecha española se encuentra en un estado de indigencia ideológica. No hay continuadores de los grandes: Donoso Cortés, Menéndez Pelayo o Maeztu, ni siquiera de los que recogieron su estela, Franciso Elías de Tejada o Rafael Gambra, por citar algunos.
Que los medios de comunicación de izquierdas nos quieran presentar al PP como el exponente principal del pensamiento de la derecha española, es lo normal. El partido de la no - izquierda no tiene ninguna idea. Es un sucedáneo del PSOE. Pero que además lo hagan los medios de comunicación de la Iglesia es ya de traca.
Y que, encima, nos quieran convencer de ello.
]]>Secretum meum mihi nos ofrece hoy la siguiente información:
Captura de la pantalla de la web de la Diócesis de Westminster, donde se informaba del ofrecimiento de flores del Arzobispo Vincent Nichols en el altar de las deidades hindúes. (foto que encabeza el post)
Además nos ofrece imágenes del acto en cuestión, que son las que se exponen a continuación:
¡Señor ven pronto!
]]>Original: Damian Thompson
El arzobispo Vincent Nichols, “ofreció flores en el altar de deidades hindúes”
Arzobispo Nichols, ¿en qué estaba pensando? Su propia oficina de prensa ha informado de que usted usted ofreció flores en el altar de las deidades hindúes durante una visita a un templo. (Actualización: desde este post se iba, la frase relevante ha sido suprimida de la web diocesana de Westminster).
La visita tuvo lugar el sábado 21 de noviembre 2009, durante la Semana Interconfesional y en el cumpleaños del líder mundial espiritual de los hindúes, que reza en el Mandir (templo hindú) en Neasden, Su Santidad Pramukh Swami Maharaj.
El arzobispo Nichols fue recibido por el líder espiritual del Mandir, Yogvivek Swami, (Jefe Sadhu, BAPS Swaminarayan Sanstha - Reino Unido y Europa) y los Administradores del Mandir. Fue recibido en el estilo tradicional hindú - con una marca de color rojo bermellón aplicado en la frente y la vinculación de un hilo sagrado en la muñeca, símbolizando amistad y buena voluntad.
Yogvivek Swami guió al arzobispo por el complejo Mandir, incluyendo el sancta sanctorum donde el arzobispo ofreció las flores en el altar a las deidades. Él entonces se trasladó hasta la deidad de Shri Nilkanth Varni (Bhagwan Swaminarayan) donde se unió a Yogvivek Swami en la rogación para la paz y la armonía del mundo.
Después de una reunión privada con Yogvivek Swami, el arzobispo Nichols habló a una audiencia de alrededor 2.000 hindúes, sobre un número de preocupaciones comunes. Éstas incluyeron: el rol vital de la religión contribuye al bien común; la importancia de apoyar la vida familiar; la educación de los niños y los jóvenes y la comprensión y la valoración de diferentes culturas y tradiciones.
Antes de salir, el arzobispo Nichols obsequió a Yogvivek Swami con un cirio especial, “un signo de la luz amorosa de Dios en nuestras vidas y un signo de la oración que, a cambio, ofrecemos a Dios”. Yogvivek Swami también obsequió al Arzobispo Nichols con un recuerdo de su visita al Mandir.
Esto es un error garrafal, a pesar de la buena intención. El diálogo interconfesional es un campo de minas para los líderes cristianos, como el Papa Juan Pablo II descubrió cuando oraba junto con los no cristianos en Asís en 1986. Esta visita parece mal concebida de principio a fin. La ofrenda del cirio y las palabras acompañantes, implica que los hindúes adoran al mismo Dios que los cristianos, lo cual yo habría pensado que incluso un libro de texto de primaria dejaría claro que no es el caso. Y ahí está la clave, justo en el comunicado de prensa de la propia diócesis de Westminster - ofreciendo flores en el altar de “los dioses". Sí, hay una distinción entre el ofrecimiento de flores en un altar y el ofrecimiento a los dioses mismos, pero pienso que el público en general y el católico medio pueden ser perdonados si no pueden apreciarlo inmediatamente.
Naturalmente el arzobispo Vincent Nichols no cree en estos dioses paganos (que es lo que son, desde una perspectiva cristiana). Pero, como vimos cuando él permitió que una capilla en Birmingham fuera utilizada para una celebración del cumpleaños de Mahoma, su famoso sentido común lo abandona cuando él está en manos de sus consejeros “interconfesionales”.
Los católicos tradicionales están desconcertados y enojados, tal como revela la discusión en internet. Un blogger escribe:
Tras señalar una admonición a los Tradicionalistas Anglicanos entrantes, que ellos no pueden “ser exigentes”, el Arzobispo Nichols opta por ir al primer templo Hindú de Europa para recibir una bendición pagana.
Puede comprender este enfado. Al jefe de la Iglesia Católica en Inglaterra y Gales no le importa tomar parte en una ceremonia Hindú, pero intenta pedirle que diga una Misa en la Forma Extraordinaria y no llegará muy lejos
Traducción: del que suscribe (con ayuda de traductores, of course)
]]>Y aunque tinieblas padezco
en esta vida mortal
no es tan crecido mi mal
porque si de luz carezco
tengo vida celestial
porque el amor da tal vida
quando más ciego va siendo
que tiene al ama rendida
sin luz y ascuras viviendo.
Hace tal obra el amor
después que le conocí
que si ay bien o mal en mí
todo lo haze de un sabor
y al alma transforma en sí
y assí en su llama sabrosa
la cual en mí estoy sintiendo
apriessa sin quedar cosa,
todo me voy consumiendo.
Deus, qui sanctum Ioannem, Confessorem tuum atque Doctorem, perfectæ sui abnegationis et Crucis amatorem eximium effecisti: concede; ut, eius imitationi iugiter inhærentes, gloriam assequamur æternam. Per Dominum nostrum Iesum Christum Filium tuum, qui tecum vivit et regnat in unitate Spiritus Sancti, Deus, per omnia sæcula sæculorum. Amen.
Oh Dios, que has hecho de tu santo Confesor y Doctor Juan un amante extraordinario de la cruz y de la propia y total abnegación; concédenos que, perseverando constantemente en su imitación, alcancemos la gloria eterna. Por nuestro Señor Jesucristo tu Hijo, que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo, Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
]]>El pasado domingo 27 de Septiembre, el Obispo de Coria – Cáceres, Francisco Cerro Chaves, presidió la Misa de la IV convivencia pastoral del arciprestazgo de Coria.
Como se puede observar, el Obispo oficia ¡sin casulla! Según la Instrucción General del Misal Romano:
La vestidura propia del sacerdote celebrante, en la Misa y en otras acciones sagradas que se relacionan directamente con la Misa, es la casulla o planeta, a no ser que se determinara otra cosa, vestida sobre el alba y la estola (IGMR 337).
Lo mismo indica la Instrucción Redemptionis Sacramentum:
La vestidura propia del sacerdote celebrante, en la Misa y en otras acciones
sagradas que directamente se relacionan con ella, es la casulla o planeta, si no se
indica otra cosa, revestida sobre el alba y la estola». Igualmente, el sacerdote que se
reviste con la casulla, conforme a las rúbricas, no deje de ponerse la estola. Todos los Ordinarios vigilen para que sea extirpada cualquier costumbre contraria (IRS 123).
Pero claro, ¿qué sucede cuándo es el guardián que no se cometan abusos litúrgicos es el que los realiza?
El Obispo tiene el oficio de enseñar, santificar y regir. La Constitución Dogmática Lumen Gentium deja meridianamente claro qué es el oficio de santificar de los Obispos:
El Obispo, revestido como está de la plenitud del Sacramento del Orden, es “el administrador de la gracia del supremo sacerdocio", sobre todo en la Eucaristía que él mismo celebra, ya sea por sí, ya sea por otros, que hace vivir y crecer a la Iglesia. Esta Iglesia de Cristo está verdaderamente presente en todas las legítimas reuniones locales de los fieles, que, unidos a sus pastores, reciben también el nombre de Iglesia en el Nuevo Testamento . Ellas son, cada una en su lugar, el Pueblo nuevo, llamado por Dios en el Espíritu Santo y plenitud (cf. 1Tes., 1,5). En ellas se congregan los fieles por la predicación del Evangelio de Cristo y se celebra el misterio de la Cena del Señor “a fin de que por el cuerpo y la sangre del Señor quede unida toda la fraternidad". En toda celebración, reunida la comunidad bajo el ministerio sagrado del Obispo, se manifiesta el símbolo de aquella caridad y “unidad del Cuerpo místico de Cristo sin la cual no puede haber salvación". En estas comunidades, por más que sean con frecuencia pequeñas y pobres o vivan en la dispersión, Cristo está presente, el cual con su poder da unidad a la Iglesia, una, católica y apostólica. Porque “la participación del cuerpo y sangre de Cristo no hace otra cosa sino que pasemos a ser aquello que recibimos".
Ahora bien, toda legítima celebración de la Eucaristía la dirige el Obispo, al cual ha sido confiado el oficio de ofrecer a la Divina Majestad el culto de la religiosa cristiana y de administrarlo conforme a los preceptos del Señor y las leyes de la Iglesia, las cuales él precisará según su propio criterio adaptándolas a su diócesis.
Así, los Obispos, orando por el pueblo y trabajando, dan de muchas maneras y abundantemente de la plenitud de la santidad de Cristo. Por medio del ministerio de la palabra comunican la virtud de Dios a todos aquellos que creen para la salvación (cf. Rom., 1,16), y por medio de los sacramentos, cuya administración sana y fructuosa regulan ellos con su autoridad, santifican a los fieles. Ellos regulan la administración del bautismo, por medio del cual se concede la participación en el sacerdocio regio de Cristo. Ellos son los ministros originarios de la confirmación, dispensadores de las sagradas órdenes, y los moderadores de la disciplina penitencial; ellos solícitamente exhortan e instruyen a su pueblo a que participe con fe y reverencia en la liturgia y, sobre todo, en el santo sacrificio de la misa. Ellos, finalmente, deben edificar a sus súbditos, con el ejemplo de su vida, guardando su conducta no sólo de todo mal, sino con la ayuda de Dios, transformándola en bien dentro de lo posible para llegar a la vida terna juntamente con la grey que se les ha confiado (Lumen Gentium 26).
Es decir, «toda legítima celebración de la Eucaristía la dirige el Obispo, al cual ha sido confiado el oficio de ofrecer a la Divina Majestad el culto de la religiosa cristiana y de administrarlo conforme a los preceptos del Señor y las leyes de la Iglesia, las cuales él precisará según su propio criterio adaptándolas a su diócesis».
Y los preceptos del Señor y las leyes de la Iglesia exigen la casulla, porque la casulla simboliza el yugo del Señor.
“Llevar el yugo del Señor significa ante todo: aprende de Él. Estar siempre dispuestos a asistir a la escuela de Jesús. De Él debemos aprender la pequeñez y la humildad –la humildad de Dios que se muestra en su ser hombre”
“Algunas veces quisiéramos decirle a Jesús: Señor, tu yugo no es para nada ligero. Más bien, es tremendamente pesado en este mundo. Pero al mirarlo a Él que ha cargado con todo –que en sí ha probado la obediencia, la debilidad, el dolor, toda la oscuridad, entonces todos nuestros lamentos se apagan”.
“Su yugo es el de amar con Él. Y mientras más lo amamos, y con Él nos convertimos en personas que aman, más ligero se vuelve nuestro yugo aparentemente pesado”.
“Oremos para que nos ayude a ser junto con Él personas que aman, para experimentar así siempre más cuán bello es portar su yugo”
Benedicto XVI, Misa Crismal 2.007
Entonces, ¿está respondiendo adecuadamente al oficio de santificar? ¿Qué pasa con su grey? ¿No tiene derecho a que se le administren los sacramentos como quiere la Iglesia?
¡Señor, ven pronto!
p.s. Con este texto se está cumpliendo sencillamente con lo que quiere Roma:
No se puede callar ante los abusos, incluso gravísimos, contra la naturaleza de la Liturgia y de los sacramentos, también contra la tradición y autoridad de la Iglesia, que en nuestros tiempos, no raramente, dañan las celebraciones litúrgicas en diversos ámbitos eclesiales. En algunos lugares, los abusos litúrgicos se han convertido en una costumbre, lo cual no se puede admitir y debe terminarse». Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, Instucción Redemptionis Sacramentum, 4.
Fuente: In diebus illis
]]>El 18 de noviembre nuestro Arzobispo, D. Juan José Asenjo, recició en audiencia a una delegación de Una Voce Sevilla. Durante la entrevista, de más de una hora, estuvimos hablando de la liturgia gregoriana en la Archidiócesis. Una Voce Sevilla tuvo la oportunidad de explicarle al nuevo Arzobispo de Sevilla la trayectoria de nuestra asociación y sus labores en favor del conocimiento y difusión de la Misa gregoriana en nuestra ciudad. En un clima de sincera cordialidad, Monseñor Asenjo escuchó con atención nuestras inquietudes y nos aconsejó sobre algunos aspectos de nuestro trabajo. Desde aquí agradecemos al Arzobispo su deferencia para con nuestra asociación y pedimos al Señor por que su gobierno sea fructífero en Sevilla, y porque todos colaboren con él lealmente.
Fuente: Una Voce Sevilla.
]]>El pater Iraburu está tratando en su siempre interesante blog, Reforma o Apostasía, las causas que han originado un debilitamiento de la autoridad apostólica.
Una de ellas, según el reverendo José María Iraburu, se encuentra en el influjo protestante. Escribe lo siguiente:
2.– El influjo protestante, como es sabido, es hoy muy fuerte en el campo católico. Los sacerdotes, más que sacerdotes son pastores. No hay, propiamente, sacerdocio cristiano; ni la Misa es un sacrificio, sino una cena. Por eso en ella la liturgia de la Palabra es muy larga, y la liturgia sacrificial mínima. Aversión a la ley eclesiástica –una judaización del Evangelio–. Apertura al nuevo «matrimonio» de divorciados. Aceptación de la anticoncepción. Secularización laica de la figura del sacerdote y del religioso. Los teólogos por encima de los Obispos –bueno, y cualquier cristiano: libre examen–. Los Obispos no son sucesores sacramentales de los apóstoles. Derecho de cada cristiano a disentir en conciencia de la doctrina o disciplina de la Iglesia. Etc.
Hoy, la forma extraordinaria de la Liturgia de la Iglesia celebra la dedicación de las Basílicas de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo, es decir San Pedro del Vaticano y San Pablo Extramuros. Es fiesta de tercera clase.
La misa de este día se la conoce como Misa Terríbilis, ya que el canto de entrada - de una belleza majestuosa - se abre con las palabras de Jacob ante la visión de Betel: Terríbilis est locus iste: hic domus Dei est, et porta caeli: et vocábitur aula Dei; ¡Cuán temible es este sitio! Ésta es la casa de Dios y la puerta del cielo; se la llamará la morada de Dios (Gen 28,17).
En la hora de Sexta del Breviario Romano, se reza un bellísimo y potente, doctrinalmente hablando, responsorio con su verso correspondiente. Dicen así:
R.br. Locus iste sanctus est, in quo orat sacerdos.
R. Locus iste sanctus est, in quo orat sacerdos.
V. Pro delictis et peccatis populi.
R. In quo orat sacerdos.
V. Glória Patri, et Fílio, et Spirítui Sancto.
R. Locus iste sanctus est, in quo orat sacerdos.
V. Haec est domus Domini firmiter aedificata.
R. Bene fundata est supra firmam petram.
La traducción diría aproximadamente así:
Este lugar es santo, en el que reza el sacerdote. (…)
Para el perdón de los delitos y pecados del pueblo. (…)
Esta es la casa del Señor edificada firmemente.
Está bien fundada sobre la piedra estable.
El responsorio y el versículo pertenecen al Común de la dedicación de las Iglesias. De estas breves oraciones se podría hablar mucho (el delito y pecados del pueblo, la casa del Señor fírmemente edificada, etc), pero quisiera poner la lupa sobre lo que se dice del sacerdote. Del sacerdote se destaca que él es el que ora para el perdón de los delitos y pecados del pueblo. Cristo se ofreció como víctima propiciatoria para salvarnos, de la misma manera el sacerdote, actuando in persona Christi, expía y repara: él reza para el perdón de los pecados del pueblo.
¿Y por qué puede hacer esto el sacerdote y no los fieles? Porque hay una difierencia ontológica entre el sacerdocio universal de los fieles y el sacerdocio ministerial de los que reciben el sacramento del Orden. No hay una diferencia funcional, sino esencial y ontológica.
El Concilio Vaticano II lo expresa claramente cuando dice:
El sacerdocio común de los fieles y el sacerdocio ministerial o jerárquico se ordena el uno para el otro, aunque cada cual participa de forma peculiar del sacerdocio de Cristo. Su diferencia es esencial no solo gradual. Porque el sacerdocio ministerial, en virtud de la sagrada potestad que posee, modela y dirige al pueblo sacerdotal, efectúa el sacrificio eucarístico ofreciéndolo a Dios en nombre de todo el pueblo: los fieles, en cambio, en virtud del sacerdocio real, participan en la oblación de la eucaristía, en la oración y acción de gracias, con el testimonio de una vida santa, con la abnegación y caridad operante (LG 10).
El sacerdote es el que ora por los delitos y pecados del pueblo, porque como dice el Papa Pío XII en Mediator Dei:
El divino Redentor quiso también que la vida sacerdotal iniciada por El en su cuerpo mortal con sus plegarias y su sacrificio, no cesase en el transcurso de los siglos en su Cuerpo místico, que es la Iglesia; y por esto instituyó un sacerdocio visible, para ofrecer en todas partes la oblación pura, a fin de que todos los hombres, del Oriente al Occidente, libres del pecado, sirviesen espontánea y voluntariamente a Dios, por deber de conciencia (MD 4)
De la misma manera:
(…) el Divino Redentor ha establecido su Reino sobre los fundamentos del Orden sagrado, que es un reflejo de la Jerarquía celestial.
Sólo a los Apóstoles y a aquellos que, después de ellos, han recibido de sus sucesores la imposición de las manos, les está conferida la potestad sacerdotal, en virtud de la cual, al mismo tiempo que representan a Cristo ante el pueblo que les ha sido confiado, representan también al pueblo ante Dios.
Este Sacerdocio no es transmitido ni por herencia ni por descendencia carnal, ni resulta por emanación de la comunidad cristiana o por diputación popular. Antes de representar al pueblo cerca de Dios, el Sacerdote representa al Divino Redentor, y como Jesucristo es la Cabeza de aquel cuerpo del que los cristianos son miembros, representa también a Dios cerca de su pueblo. La potestad que le ha sido conferida no tiene, por tanto, nada de humano en su naturaleza; es sobrenatural y viene de Dios: «Como me envió mi Padre, así os envío Yo…» (Juan, 20, 21). «El que a vosotros oye, a Mí me oye…» (Luc. 10, 16). «Id por todo el mundo y predicad el Evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, se salvará» (Marc. 16, 15-16). (MD 54 – 55)
y en la Eucaristía:
Idéntico, pues, es el Sacerdote, Jesucristo, cuya Sagrada Persona está representada por su ministro. Este, en virtud de la consagración sacerdotal recibida, se asimila al Sumo Sacerdote y tiene el poder de obrar en virtud y en la persona del mismo Cristo; por esto, con su acción sacerdotal, en cierto modo; «presta a Cristo su lengua; le ofrece su mano» (MD 84).
Esta preciosa oración condensa una gran parte de la doctrina sobre el sacerdocio. Con la reforma de la Liturgia de las Horas, la misma se perdió del Común de la Dedicación de las Iglesias. Precisamente cuando más arreciaban los ataques contra el sacerdocio, queriendo difuminar la diferencia entre el sacerdocio ministerial y el universal de los fieles, convirtiendo por otra parte al sacerdote en un funcionario, dependiente además de la comunidad.
Lex orandi, lex credendi, la ley de la oración es la ley de la fe. Las modificaciones en la oración dejaron el camino expedito a los rupturistas, a los que quieren una nueva Iglesia. De la misma manera, el Papa Benedicto XVI, con su Motu Proprio Summorum Pontificum, pretende la reforma de la Iglesia, precisamente de la misma manera, a través de la oración.
El Motu Proprio no sólo permite la utilización del Misal, sino también del Breviario y con él, todas estas bellas oraciones, de hondo contenido teológico.
Toda una reforma la que está haciendo S.S. Benedicto XVI.
]]>Si algo se puede decir del actual Romano Pontífice es que no da puntada sin hilo. Nos encontramos ante una figura portentosa, brillante, el mejor teólogo sin duda de los últimos tiempos, muy por encima del resto. Un intelectual de primera fila, que sólo la animadversión a la Iglesia de Cristo puede tapar lo que es una realidad evidente.
Aunque los no cristianos puedan no estar de acuerdo con Benedicto XVI, es indudable que sigue siendo una voz a la que hay que prestar atención.
En la audiencia general del pasado miércoles, el Santo Padre habló de Cluny y lo que representó esta orden para la Iglesia y la historia de la humanidad. Como dice Benedicto XVI:
En ese momento (nota: en el que surge Cluny) el monaquismo occidental, que floreció algunos años antes con san Benito, había decaído mucho por diversas causas: las inestables condiciones políticas y sociales debidas a las continuas invasiones y devastaciones de pueblos no integrados en el tejido europeo, la pobreza difundida y sobre todo la dependencia de las abadías de los señores locales, que controlaban todo lo que pertenecía a los territorios de su competencia. En este contexto, Cluny representó el alma de una profunda renovación de la vida monástica, para reconducirla a su inspiración original.
En Cluny se restauró la observancia de la Regla de san Benito con algunas adaptaciones ya introducido por otros reformadores. Sobre todo se quiso garantizar el lugar fundamental que debe ocupar la Liturgia en la vida cristiana (…). Se reservó mucha importancia a la liturgia, porque los monjes de Cluny estaban convencidos de que esta era participación en la liturgia del Cielo. Y los monjes se sentían responsables de interceder ante el altar de Dios por los vivos y los difuntos, dado que muchísimos fieles les pedían con insistencia que se les recordara en la oración.
(…) Muchos principios y Papas pidieron a los abades de Cluny que difundieran su reforma, de modo que en poco tiempo se extendió una tupida red de monasterios ligados a Cluny o con verdaderos y propios vínculos jurídicos, o con una especie de afiliación carismática. Se iba así dibujando una Europa del espíritu en las varias regiones de Francia, Italia, España, Alemania, Hungría.
El éxito de Cluny fue asegurado ante todo por la elevada espiritualidad que allí se cultivaba, pero también por algunas otras condiciones que favorecieron su desarrollo. A diferencia de cuanto había sucedido hasta entonces, el monasterio de Cluny y las comunidades dependientes de él fueron reconocidas exentas de la jurisdicción de los obispos locales y sometidas directamente a la del Romano Pontífice. Esto comportaba un vínculo especial con la sede de Pedro, y gracias precisamente a la protección y al ánimo de los Pontífices, los ideales de pureza y de fidelidad, que la reforma cluniacense pretendía perseguir, pudieron difundirse rápidamente. Además, los abades eran elegidos sin injerencia alguna por parte de las autoridades civiles, a diferencia de lo que sucedía en otros lugares.La reforma cluniacense tuvo efectos positivos no sólo en la purificación y en el despertar de la vida monástica, y también en la vida de la Iglesia universal. De hecho, la aspiración a la perfección evangélica, representó un estímulo a combatir dos graves males que afligían a la Iglesia de aquella época: la simonía, es decir, la adquisición de cargos pastorales previo pago, y la inmoralidad del clero secular Los abades de Cluny con su autoridad espiritual, los monjes cluniacenses que se convirtieron en obispos, alguno de ellos incluso Papas, fueron protagonistas de esta imponente acción de renovación espiritual. Y los frutos no faltaron: el celibato de los sacerdotes volvió a ser estimado y vivido, y en la asunción de los oficios eclesiásticos se introdujeron procedimientos más transparentes.
También hoy estamos en una situación de crisis. No nos deben doler prendas en decir que igual que hay un clero que busca la santificación suya y de los fieles, existe un clero corrupto – como demuestran los casos tan dolorosos de pederastia -, que vive su sacerdocio – antológicamente distinto al de los fieles – de manera indigna, que destroza la Liturgia y que holla la doctrina de la Iglesia. Porque el fruto de esta renovación fue el redescubrimiento del celibato, hoy sacado y puesto en duda como una carga para el sacerdote, cuando realmente es una bendición.
Y la nueva simonía. Si antes los señores feudales consideraban que el poder religioso tenía que estar sometido al poder civil, y eran ellos los que nombraban Obispos, quedándose con parte del dinero que los feligreses daban para la sustentación del clero, hoy se da una nueva forma de simonía, donde el poder político no controla directamente a los obispos, pero sí indirectamente, a través de subvenciones y conciertos, gracias a la educación, reglada totalmente por el Estado y que llega hasta la manipulación de las conciencias con asignaturas tipo EpC.
El santo Padre pues, está explicando con esta catequesis su propio programa para la reforma de la Iglesia, la que él está llevando a cabo, empezando por la Liturgia y continuando por la renovación de la vida espiritual todo garantizado por la especial unión que tenía Cluny con la Cátedra de Pedro. Con Pedro y bajo Pedro.
También esta reforma en la que estamos inmersos tuvo su reflejo en la sociedad. Como recuerda el Santo Padre, el carácter que impuso Cluny no sólo afectó a la Iglesia, sino también a la sociedad:
En una época en la que sólo las instituciones eclesiásticas proveían a los indigentes se practicó con empeño la caridad. En todas las casas, el limosnero se dedicaba a hospedar a los viandantes y a los peregrinos necesitados, los sacerdotes y los religiosos de viaje, y sobre todo a los pobres que venían a pedir alimento y techo por algún día. No menso importantes fueron otras dos instituciones, típicas de la civilización medieval, promovidas por Cluny: las llamadas “treguas de Dios” y la “paz de Dios”. En una época fuertemente marcada por la violencia y por el espíritu de venganza, con las “treguas de Dios” se aseguraban largos periodos de no beligerancia, con ocasión de determinadas fiestas religiosas y de algunos periodos de la semana. Con la “paz de Dios” se pedía, bajo pena de una censura canónica, el respeto de las personas inermes y de los lugares sagrados.
En la conciencia de los pueblos de Europa se incrementaba así ese proceso de larga gestación, que habría llevado a reconocer, de modo cada vez más claro, dos elementos fundamentales para la construcción de la sociedad, es decir, el valor de la persona humana y el bien primario de la paz. Además, como sucedía para las demás fundaciones monásticas, los monasterios cluniacenses disponían de amplias propiedades que, puestas diligentemente a fructificar, contribuyeron al desarrollo de la economía. Junto al trabajo manual, no faltaron tampoco algunas típicas actividades culturales del monaquismo medieval, como las escuelas para niños, la puesta en marcha de bibliotecas, los scriptoria para la transcripción de los libros.
De este modo, hace mil años, cuando estaba en pleno desarrollo el proceso de formación de la identidad europea, la experiencia cluniacense, difundida en vastas regiones del continente europeo, ha aportado su contribución importante y preciosa. Reclamó la primacía de los bienes del espíritu; tuvo elevada la tensión hacia los bienes de Dios; inspiró y favoreció iniciativas e instituciones para la promoción de los valores humanos; educó a un espíritu de paz. Queridos hermanos, oremos para que todos aquellos que están preocupados por un auténtico humanismo y el futuro de Europa, sepan descubrir, apreciar y defender el rico patrimonio cultural y religioso de estos siglos.
De todo lo expuesto magistralmente por el Santo Padre, yo colijo que de Cluny podemos extraer todo un programa de reforma de la sociedad.
En un artículo de hace unos meses, hablé de la posibilidad de crear comunidades donde fuese posible vivir una vida buena, en definitiva donde sea posible la vida moral mediante las virtudes. Para ello habría que segregarse de alguna manera, o más bien aislarse sin cerrarse totalmente, rodeado como de una barrera permeable, para que, viviendo en dichas comunidades y desde las mismas, salir y fermentar el mundo.
Sé que es difícil, pero si los monjes de Cluny lo hicieron, ¿por qué nosotros no?
Fuente para la audiencia: Zenit.
]]>Hace algún tiempo el padre Bru
comentó en el programa de Federico Jiménez Losantos, La Mañana, el libro del prolífico escritor César Vidal, Pablo de Tarso, haciendo una laudatio del mismo.
Dicho libro no se encuentra desde luego entre los mejores de César Vidal.
En el mismo, el autor da una visión luterana de San Pablo, de manera que el apóstol de los gentiles aparece como un antecesor en toda regla del esposo de Catalina Bora, fundamento cierto de todas las barbaridades que siglos después sostendría el hijo de Hans y Margarette. Además, César Vidal aprovecha la ocasión para volver a los lugares comunes que el protestantismo evangélico utiliza para justificar su doctrina, contrarios por otro lado a los que sostiene la Iglesia Católica.
Como he indicado el padre Bru puso el tal por las nubes, pecando de ignorancia; ignorancia debida, quizás, por no leer a nuestro director Luis Fernando, que si de algo sabe es del protestantismo en sus diferentes ramas. Pero, claro, es posible que Infocatólica no se encuentre entre las preferencias del padre Bru. Digo yo.
Resulta asombroso que el padre Bru, martillo de herejes y agnósticos, alabe un libro en el que se enseña doctrina protestante, más teniendo en cuenta el ascendente con el que cuenta el locutor entre sus oyentes, que seguro no todos cuentas con capacidad ni conocimiento para discernir el grano de la paja. Seguramente lo hizo con buena intención, pero debería de haber sido más prudente. Y menos ignorante.
Hoy, de nuevo, el padre Bru ha vuelto a las andadas. Esta vez no ha sido la recomendación de un libro, sino el editorial de su púlpito particular - el Espejo de la Iglesia -, en el que ha rememorado la muerte de Ignacio Ellacuría y compañeros, del cual hoy es su aniversario.
Para el padre Manuel María Bru Alonso, Ellacuría y sus colegas, parafraseando a Jn 1,39:
También “fueron y vieron” todos aquellos cristianos que sabiéndose llamados, han visto, con Dios y desde Dios, el dolor de su pueblo, las injusticias, las atrocidades, las hambrunas, el mundo de la marginación y de la insolidaridad, los infiernos de la opresión y de la miseria. Y porque han ido allí donde está, porque se han lavado los ojos de las legañas de la indiferencia y de la justificación, han denunciado y han anunciado, han cambiado sus corazones, y han compartido la vida de los pobres, les han ayudado al despertar de su dignidad, y han sido entre ellos semilla de esperanza y de paz, hasta dar la vida. Fueron y vieron, entre tantos y tantos, aquellos jesuitas de El Salvador, que a través de la Universidad Centroamericana José Simón Cañas, enseñaban a “ver y pensar”, con una “confesada opción por los pobres de quienes, -cómo el mismo rector Ignacio Ellacuría decía- aprende en su realidad y en su múltiple expresión integrante y apuntante. Se pone de parte de ellos para poder encontrar la verdad de lo que está pasando, y la verdad que entre todos debemos buscar y construir.
Quizás desconozca el padre Bru - igual que con el libro de San Pablo -, que Ignacio Ellacuría es uno de los conspicuos representantes de la Teología de la Liberación que tanto daño ha causado a la Iglesia en general y a la Iglesia de Hispanoamérica en particular. De hecho, el continente sudamericano todavía no se ha recuperado de los estragos ocasionados por dicha ideología.
A pesar de ello, Manuel María Bru Alonso no duda en colocar a Ellacuría y compañeros entre los mártires de la fe:
Hoy se cumplen 20 años de aquel día en que fueron brutalmente asesinados los jesuitas Ignacio Ellacuría, Ignacio Martín Baró, Segundo Montes, Juan Ramón Moreno, Amando López, Joaquín López, y Elba y Celia Ramos. Ver y pensar, y después escribir, hablar, denunciar la injusticia, procurar la paz, fue lo que desencadeno la ira de sus asesinos. Como tantos otros miles de mártires de la Iglesia de hoy, la opción por los pobres, en el seguimiento de Jesucristo, les costo la vida.
Cosa en la que coincide, además, con Jesús Bastante: ()
Los mártires de la UCA nos siguen interpelando, tanto en el interior de la Iglesia (muchos ansían su beatificación, así como la de monseñor Romero), como hacia fuera. Y nos deben hacer pensar en los nuevos mártires, que son los de siempre: aquellos en cuyo sufrimiento encontramos el rostro del Crucificado. Los empobrecidos, los marginados, los que padecen hambre y sed. Hoy, como siempre, los mártires son los que nada tienen, y a los que a nadie importan. Recemos, agradecidos, por la memoria de Ellacuría y sus compañeros. Pero no olvidemos la memoria de tantos mártires de la Tierra.
¿Como no puede ver el padre Manuel María Bru Alonso que la verdad no se construye, como escribe Ellacuría? ¿Qué verdad sería esa? Además, no parece ser desde luego, la fe de la Iglesia la misma que la de Ellacuría, especialmente cuando concluye lo siguiente:
5. Conclusiones principales
a) Jesús no fue muerto por confusión de sus enemigos. Ni los judíos ni los romanos se confundieron, pues la acción de Jesús, pretendiendo ser primariamente un anuncio del Reino de Dios, era necesariamente una amenaza contra el orden social establecido, en cuanto estaba estructurado sobre fundamentos opuestos a los del Reino de Dios.
b) Esta conexión se funda en una necesidad histórica. Jesús no predica un Reino de Dios abstracto o puramente transterreno sino un Reino concreto, que es la contradicción de un mundo estructurado por el poder del pecado; un poder que va más allá del corazón del hombre y se convierte en pecado histórico y estructural. En estas condiciones históricas la contradicción es inevitable y la muerte de Jesús se constituye en necesidad histórica.
c) La comunidad post-pascual, aun tras la experiencia creyente de la resurrección y de la divinidad de Jesús consideró imprescindible no dejar anulado el Jesús histórico sino que le dio máxima importancia para mostrar cómo la experiencia creyente está ligada necesariamente al proseguimiento de lo que fue la vida de Jesús, muerto y crucificado por lo que representaba como oposición al mundo de su tiempo.
d) Sólo en el proseguimiento esperanzado de esa vida de Jesús, se hace posible una fe verdadera, que testifique la fuerza nueva de la resurrección. Porque Jesús ha resucitado como Señor, ha quedado confirmada la validez salvífica de su vida; pero al mismo tiempo, por la relación de su vida con su resurrección ha quedado mostrado cuál es el camino histórico de la fe y de la resurrección.
e) La conmemoración de la muerte de Jesús hasta que vuelva no se realiza adecuadamente en una celebración cultual y mistérica ni en una vivencia interior de la fe, sino que ha de ser también la celebración creyente de una vida que sigue los pasos de quien fue muerto violentamente por quienes no aceptan los caminos de Dios, tal como han sido revelados en Jesús
f) La separación en la vida de la Iglesia y de los cristianos del por qué muere Jesús y del por qué le matan, no está justificada. Es una disyunción que reduce la fe a una pura evasión o reduce la acción a una pura praxis histórica. La praxis verdadera, la plena historicidad, está en la unidad de ambos aspectos, aunque esa unidad se presente a veces con la misma oscuridad, que se hizo presente en la vida del Jesús histórico.
g) No puede olvidarse que si la vida de Jesús hubiera terminado definitivamente en la cruz, nosotros estaríamos en la misma oscuridad que su muerte produjo entre sus discípulos. El que su vida no pudo terminar en la cruz muestra retroactivamente la plenitud que esa vida encerraba y da la base firme para que la comunidad creyente actualizara las posibilidades reales que esa vida tuvo. Jesús fue y se proclamó el verdadero templo de Dios, el lugar definitivo de la presencia de Dios entre los hombres y del acceso de los hombres a Dios. Por eso murió y por eso nos dio la vida nueva.
Ellacuría no fue asesinado por ser sacerdote de Cristo, sino por sus ideas políticas; acto reprobable desde luego, pero no martirial.
Por mucho que se le antoje al Padre Bru.
]]>La palabra «visión» tiene un doble sentido: si por un lado se refiere al acto propio de la vista, por otro expresa el conocimiento intelectivo. De esta manera, la visión beatífica de Dios en el cielo, hace referencia a la visión de Dios directamente, sin intermediarios y que como tal, es un acto de la inteligencia al que necesariamente sigue el amor y el gozo: acto de la inteligencia por el cual los bienaventurados ven a Dios, clara e inmediatamente, tal como es en sí mismo (1).
a) La visión directa de Dios en el Cielo es afirmada por la Sagrada Escritura. En el cielo veremos a Cristo, Dios y Hombre verdadero para siempre, y también al Padre y al Espíritu Santo, directamente. En el Nuevo Testamento lo encontramos, en los siguientes textos:
- Mt 5,8: «Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios».
- 1 Jn 3,2: «Carísimos, desde ahora somos hijos de Dios y todavía no se ha manifestado lo qué seremos; sabemos que cuando se manifieste seremos semejantes a Él, porque le veremos tal como es».
- 1 Cor 13,12: «Ahora vemos en un espejo, en un enigma. Entonces veremos cara a cara. Ahora conozco de un modo parcial, pero entonces conoceré como soy conocido». Si ahora conocemos a Dios mediante imágenes (creación y conocimiento natural de Dios; también a través de lo que el Señor, hablando y actuando al modo humano, ha manifestado de Sí mismo por medio de la Revelación sobrenatural); pero después, veré al mismo Dios.
b) La visión de Dios en el Cielo, verdad de fe definida por el Magisterio de la Iglesia:
- Benedicto XII: «Por esta constitución, que ha de valer para siempre, por autoridad apostólica definimos que… (las almas de los bienaventurados)…vieron y ven la divina esencia con visión intuitiva y facial, sin mediación de criatura alguna que tenga razón de objeto visto, sino por mostrárseles la divina esencia de manera inmediata y desnuda, clara y abiertamente, y que viéndola así, gozan de la misma divina esencia, y que, por tal visión y fruición, las almas de los que salieron de este mundo son verdaderamente bienaventuradas y tienen vida y descanso eterno» (Denz. 530).
- Concilio de Florencia: en su decreto para los griegos enseña que las almas de los que mueren sin necesidad de purificación, o después de realizada en el purgatorio, son «inmediatamente recibidas en el cielo y ven claramente a Dios mismo, trino y uno, tal como es; unos, sin embargo, con más perfección que otros, conforme a la diversidad de los merecimientos» (Denz. 693).
- Inocencio III: algo similar había enseñado este Romano Pontífice, al decir que «la pena del pecado original es la carencia de la visión de Dios» (Denz. 410).
- Clemente V, al condenar en el concilio de Viena los errores de los begardos y beguinas, idem que el anterior, ya que una de las proposiciones heréticas era que «el alma no necesita la luz de la gloria para ver a Dios y gozarle bienaventuradamente» (Denz. 475).
La naturaleza de la visión beatífica se puede sintetizar, con el padre Antonio Royo Marín (2), como la pura y simple intuición de la divina esencia realizada por el entendimiento creado elevado y fortalecido por el «lumen gloriae», sin mediación de criatura alguna que tenga razón de objeto visto, sino mostrándosele la divina esencia de manera inmediata y desnuda, clara y abiertamente, tal como es en sí misma. Esto nos sirve de introducción para el siguiente punto:
c) La visión directa de Dios y el «lumen gloriae». La promesa de la visión de Dios implica una participación en la intimidad de la vida divina. Como hemos indicado en el punto anterior, la visión beatífica está atestiguada por la Biblia. Para que esta visión sea posible, es necesario que el entendimiento de la criatura sea elevado y fortalecido sobrenaturalmente. A esta ayuda y capacitación se la llama «lumen gloriae», luz de la gloria. Textos de la Escritura vienen en apoyo de esta verdad, como por ejemplo el Salmo 35 («Porque en ti está la fuente de la vida, y en tu luz veremos la luz»); o el Apocalipsis, cuando describe la Ciudad Celestial: «La ciudad no necesita ni de sol ni de luna que la alumbren, porque la ilumina la gloria de Dios, y su lámpara es el Cordero. Noche ya no habrá; no tienen necesidad de luz de lámpara ni de luz del sol, porque el Señor Dios los alumbrará y reinarán por los siglos de los siglos» (3). Por otra parte podemos decir que incluso al místico le está vedada la visión directa de Dios, por ser tan grande la incapacidad natural humana para contemplar inmediatamente a Dios: el conocimiento humano se abrasaría, se cegaría, si la luz y el fuego divinos penetraran inmediatamente en él (4).
d) Objeto de la visión beatífica. El objeto de la visión beatífica es doble: el objeto primario es el mismo Dios; el secundario, las criaturas. En el objeto primario hay que distinguir las cosas que pertenecen a Dios de una manera necesaria, tales como su esencia, atributos y relaciones; y las cosas libres, como los actos de su libre voluntad.
Los bienaventurados ven claramente a Dios tal como es en sí mismo: uno en esencia, trino en personas, con todos sus atributos esenciales. El Concilio de Florencia define que las almas de los bienaventurados «ven claramente a Dios mismo, trino y uno, tal como es; unos, sin embargo, con más perfección que otros, conforme a la diversidad de los merecimientos» (Denz. 693).
Por otra parte, los bienaventurados en el cielo no ven «terminativamente» todos los actos que dependen de la libre voluntad de Dios, sino sólo los que Dios quieren que vean.
Respecto al objeto secundario, los bienaventurados no ven en la esencia divina todas las cosas posibles, ni siquiera todas las que Dios ve como presentes. Además, los bienaventurados ven en la esencia divina todo lo que les interesa de las cosas pasadas, presentes y futuras. Para terminar con este apartado, hay que precisas que la gloria esencial del alma será eternamente la misma que en el momento de entrar en el cielo, pero la gloria accidental puede aumentar y aumenta de hecho en los bienaventurados. La gloria accidental no es otra cosa que la alegría que proviene de la felicidad de los demás, del gozo que nos dará su compañía y de los especiales méritos que algunos hayan alcanzado (5).
e) El amor de Dios y la intimidad con Dios en el Cielo. La caridad, el amor de Dios, como explica San Pablo, no decaerá nunca: allí los bienaventurados amarán a Dios, pero no creerán en Él, porque ya no necesitan la fe, sino que ven a Dios cara a cara; ni habrá esperanza, porque los bienaventurados poseerán a Dios, que es el objeto de la esperanza (6). La felicidad del cielo implica la unión con Dios por el amor, un amor mucho más intenso que en la tierra, ya que lo veremos cara a cara; allí sí que cumpliremos a la perfección el mandato del amor: con todo el corazón, con toda el alma, toda la mente (7). En el Cielo poseeremos a Dios como se «posee» a una persona – tres Personas en este caso -: poseer una persona es tener con ella una relación de mutuo conocimiento y mutuo amor. El Catecismo afirma en este sentido: «Esta vida perfecta con la Santísima Trinidad, esta comunión de vida y de amor con Ella, con la Virgen María, los ángeles y todos los bienaventurados se llama «el cielo». El cielo es el fin último y la realización de de las aspiraciones más profundas del hombre, el estado supremo y definitivo de dicha» (8)
f) Deificación de las almas y de los cuerpos. La Tradición de la Iglesia explica la unión sin confusión entre Dios y cada uno de los bienaventurados: «Así como el hierro echado en fuego se hace ascua, y aunque no se mude su naturaleza parece sin embargo otra cosa tan distinta, como es la del fuego, del mismo modo los que son admitidos en aquella gloria celestial, inflamados con el amor de Dios, de tal suerte se mudan que – aunque no dejen de ser lo que son – con razón puede decirse que distan más de los que viven en el mundo que el hierro hecho ascua del que está totalmente frío» (9). Se trata de una divinización del alma y de sus potencias (inteligencia, voluntad, afectividad), que también redundará en el cuerpo una vez resucitado, y que ya empezó en la tierra, cuando por la gracia del Espíritu Santo se hace hijo de Dios el bienaventurado, identificándose cada vez más con el Hijo. Esta íntima unión fruto de la visión beatífica no significa que la criatura se disuelva en el Creador: la criatura humana seguirá siendo ella misma y, tras la Resurrección Universal, tendrá también su propio cuerpo glorificado.
San Pablo nos dice que «nosotros somos ciudadanos del cielo, de donde esperamos como Salvador al Señor Jesucristo, el cual transfigurará este miserable cuerpo nuestro en un cuerpo glorioso como el suyo, en virtud del poder que tiene de someter a sí todas las cosas» (10).
En la carta de San Pablo a los Corintios, leemos:
«Hay cuerpos celestes y cuerpos terrestres; pero uno es el resplandor de los cuerpos celestes y otro el de los cuerpos terrestres. Uno es el resplandor del sol, otro el de la luna, otro el de las estrellas. Y una estrella difiere de otra en resplandor. Así también en la resurrección de los muertos: se siembra corrupción, resucita incorrupción; se siembra vileza; resucita gloria; se siembra debilidad, resucita fortaleza; se siembra un cuerpo natural, resucita un cuerpo espiritual» (11). Con estas bases (y otras referencias de la Sagrada Escritura, como el fulgor de Moisés (12)), que indican como la cercanía de Dios y la perfecta unión del cuerpo con el alma del bienaventurado afectan a lo corporal, se concluyen las siguientes propiedades de los cuerpos gloriosos:
o Impasiblidad: preservados de la muerte y del dolor. El Catecismo de San Pío V lo describe de la siguiente forma: «El primero es la impasibilidad, esto es, una gracia y dote que hará no puedan padecer molestia ni sentir dolor ni quebranto ninguno. Y así, ni podrá dañarlos el rigor del frío, ni el ardor del fuego, ni el furor de las aguas. Siémbrase en corrupción – dice el Apóstol – y se levantará en incorrupción (1 Cor 15,42). Y el haber llamado los escolásticos a esta dote más bien impasibilidad que incorrupción, fue por dar a entender lo que es propio del cuerpo glorioso; porque no tienen común la impasibilidad con los condenados, cuyos cuerpos, aunque incorruptibles, pueden ser abrasados, ateridos y atormentados de varios modos» (13). El fundamento se encuentra en la Sagrada Escritura como se puede ver, por ejemplo en Is 49,10; Apoc 7,16-17 y Apoc. 21,4.
o Sutileza: como el Cuerpo Glorioso de Jesucristo, los cuerpos en el Cielo podrán penetrar a través de otros cuerpos, porque el cuerpo, sometido de modo total y perfecto al espíritu, se asimila a éste en sus propiedades. Es la principal cualidad del cuerpo glorioso y el fundamento de todas las demás. Como enseña el Concilio de Trento, el cuerpo bienaventurado se sujetará completamente al imperio del alma y la servirá y será perfectamente dócil a su voluntad (14). Es la espiritualización del cuerpo glorificado, en cuanto que será elevado a una sumisión total y perfecta al espíritu, al que se asimilará en sus propiedades. Su fundamento se encuentra en el texto de San Pablo de 1 Cor 15,44: «Se siembra en cuerpo animal y se levanta cuerpo espiritual. Pues si hay cuerpo animal, también lo hay espiritual».
o Agilidad: libres del peso y ataduras de la vida presenta, capaces de ir con facilidad y desenvoltura a donde el alma desee. Explica el Catecismo del concilio de Trento, dice que por ella se librará el cuerpo de la carga que le oprime ahora y se podrá mover hacia cualquier parte a donde quiera el alma con tanta velocidad, que no puede haberla mayor (15). Aparte del texto de San Pablo anterior, encontramos esta propiedad en Is 40,31 y Sab 3,7.
o Claridad: que dará al cuerpo de los santos la irradiación y esplendor tan propios de la belleza. Es cierto resplandor que rebosa al cuerpo de la suprema felicidad del alma (16). Su base bíblica la encontramos en Mt 13,43; Sab 3,17; 1 Cor 15,41.43 y Flp 3,21.
g) Cristo y los bienaventurados den la vida eterna: El Catecismo de la Iglesia, recogiendo una expresión clásica de San Pablo explica que: «Vivir en el cielo es «estar con Cristo» (cf. Jn 14,3; Flp 1,23; 1 Ts 4,17). Los elegidos viven «en El», aún más, tienen allí, o mejor, encuentra allí su verdadera identidad, su propio nombre (cf. Ap 2,17)», para añadir, citando a San Ambrosio: «Pues la vida es estar con Cristo; donde está Cristo, allí está la vida, allí está el reino» (San Ambrosio, Luc 10,121)» (17). En la bienaventuranza, ver a Jesucristo añadirá un gozo especial a nuestra visión y unión con Dios Trino. En el cielo, los bienaventurados verán a Jesús con su gloria de Hombre Resucitado, y, al verle a Él, sin velos, lo verán como Dios y, con Él, al Padre y al Espíritu Santo. De forma que Jesús será siempre el Mediador: lo fue cuando redimió al hombre; lo es ahora intercediendo ante el Padre por nosotros; y lo será siempre, no ya como intercesor, pero sí como el que nos introduce constantemente en la presencia del Padre.
h) El gozo del Cielo: Expresiones tipo «estaremos con Cristo», «ir a Cristo», conectan con la idea judía de ir al «seno de Abrahán». En los banquetes, los judíos y los pueblos orientales comían reclinados en divanes; o incluso pensemos en San Juan recostado junto a Cristo en la Última Cena (18). Pues bien, seno en griego – colpos – designa la parte del pecho del comensal vecino sobre la que reclina la cabeza, luego ir al seno de Abrahán no es otra cosa que ir a un gozoso convite en íntimo cercanía con Abrahán; en el caso del banquete nupcial de la vida eterna esta intimidad no será con Abrahán, sino con Dios.
«Dichosos los muertos que mueren en el Señor. Desde ahora, si – dice el Espíritu -, que descansen de sus fatigas, porque sus obras los acompañan» (19), dirá San Juan. Dios, que es la misma felicidad, la misma alegría, porque es el mismo amor, inunda al bienaventurado, no dejando ninguna posibilidad a la tristeza ni a la melancolía: sacia todos los anhelos del ser humano. Es algo inefable: sólo Dios sabe el abismo infinito de bienaventuranzas que tiene preparado para los que le aman (20).
i) La eternidad. «Creo en la vida eterna» es una verdad de fe revelada y definida: la eternidad de la bienaventuranza: «Ya reinan con Cristo; con Él «ellos reinarán por los siglos de los siglos» (Ap 22,5; cf. Mt 25, 21-23)» (21). Esta verdad la encontramos en:
o La Sagrada Escritura:
«Pero los justos viven para siempre, y su recompensa está en el Señor, y el cuidado de ellos en el Altísimo» (Sab 5,15).
«Y los justos irán a la vida eterna» (Mt 25,46).
«Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco y ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna, y no perecerán para siempre, y nadie las arrebatará de mi mano» (Jn 10,27).
«Y así estaremos siempre con el Señor. Consolaos, pues, mutuamente con estas palabras» (1 Tes 4,18).
«Pues por la momentánea y ligera tribulación nos prepara un peso eterno de gloria incalculable» (2 Cor 4,17).
o El Magisterio de la Iglesia:
Símbolo de los Apóstoles: «Creo (…) en la vida perdurable» (Denz 7).
Concilio IV de Letrán: «Todos los cuales resucitarán con sus propios cuerpos que ahora llevan, para recibir según sus obras buenas o malas: los réprobos, castigo eterno con el diablo; y los elegidos, gloria sempiterna con Cristo» (Denz. 429).
Benedicto XII: «Definimos que (…) las almas de los santos (…) tienen vida y descanso eterno (…), y que, en ellos, la visión y fruición continuará sin ninguna intermisión (…) por toda la eternidad» (Denz. 530).
Concilio de Trento: «Si alguno dijere que el justo por sus buenas obras (…) no merece verdaderamente el aumento de la gracia, la vida eterna y la consecución de la misma vida eterna (a condición, sin embargo, de que muriere en gracia), y también el aumento de la gloria, sea anatema» (Denz. 842).
]]>(1) Antonio Royo Marín, o.p. Op. cit. P.482.
(2) Antonio Royo Marín, O.P., op.cit. p.487.
(3) Apoc. 21,23; 22,5.
(4) Ex 33,20.
(5) cf. Santo Tomás de Aquino, S.Th. I, q.89, a.1 ad 3; aa. 5 y 5; I-II, q.67, a.2.
(6) 1 Cor 13,13 y 1 Cor 8,10
(7) cf. Mt 22,37.
(8) CCE n, 1024.
(9) Catecismo Romano, parte I, cap. XIII, n. 10.
(10) Fil 3, 20 -21.
(11) 1 Cor 15, 40-44.
(12) Ex 34,20.
(13) Catecismo del santo concilio de Trento, dispuesto por San Pío V, p. 1ª c.12 n.13
(14) Ibid. p.1ª c.12 n.13
(15) Ibid p.1ª c.12 n.13.
(16) Ibid. p.1ª c.12 n.13.
(17) CCE n.1025
(18) Jn 13,23.
(19) Apoc 14,13.
(20) 1 Cor 2,9.
(21) CCE n.1029.
Existencia del Cielo.
Como hemos visto, no hay verdad que se repita tantas veces en la Sagrada Escritura como la existencia del cielo, que constituye la bienaventuranza eterna. Ejemplos los encontramos diseminados por todas partes:
- Padre nuestro, que estás en el cielo… (Mt 6,9)
- Mirad que no despreciéis a uno de esos pequeños, porque en verdad os digo que sus ángeles ven de continuo en el cielo la faz de mi Padre, que está en los cielos. (Mt 18,10).
- E irán juntos a la vida eterna (Mt 25,46).
- Yo soy el pan vivo bajado del cielo (Jn 6,51).
- Hoy estarás conmigo en el paraíso (Lc 23,43).
- Pues sabemos que, si la tienda de nuestra mansión terrena se deshace, tenemos de Dios una sólida casa, no hecha por mano de hombres, eterna en los cielos (2 Cor 5,1).
Aparte, tenemos las siguientes declaraciones dogmáticas:
- Concilio II de Lyon: «Las almas que, después de recibido el sacro bautismo, no incurrieron en mancha alguna de pecado, y también aquellas que, después de contraída, se han purificado mientras permanecían en sus cuerpos o después de desprenderse de ellos, son recibidas inmediatamente en el cielo» (Denz. 464).
- Benedicto XII: «Por esta constitución que ha de valer para siempre, por autoridad apostólica definimos que, según la común ordenación de Dios, las almas de todos los santos que salieron de este mundo (…) estuvieron, están y estarán en el cielo, en el reino de los cielos y paraíso celeste con Cristo (…), donde son verdaderamente bienaventuradas y descanso eterno» (Denz. 530).
]]>El reino de los cielos se incoa en esta tierra, en la que ya podemos conocer y amar a Dios, aunque imperfectamente, y se consumará en el más allá. El dogma del paraíso expresa la realización definitiva del hombre en la comunión beatífica con Dios en Cristo. En el término «cielo» reverbera la fuerza simbólica del arriba, y con ella se sirve la tradición cristiana para expresar la plenitud definitiva de la existencia humana gracias al amor consumado hacia el que se dirige la fe.
El Paraíso en la Sagrada Escritura.
La Biblia, de acuerdo con el modo de concebir el mundo por los judíos (el cielo arriba como bóveda celeste; la tierra en medio y, abajo, el abismo), habla de un cielo o del cielo de los cielos, como morada de Dios.
En el Antiguo Testamento se afirma una vida futura para los justos en la presencia de Dios, como hemos visto en el capítulo anterior. Un ejemplo de ello son las ofrendas por los difuntos del segundo libro de los Macabeos(1). En el Nuevo Testamento, se afirma con total claridad la existencia del cielo como existencia futura y como el principal motivo para decidir la conducta moral: las bienaventuranzas prometen una «abundante recompensa en el cielo» (2); lo importante es tener un «tesoro inagotable» (3), donde están inscritos los nombres de los Apóstoles (4). Cristo, en la Última Cena, dice que marca para preparar un lugar a los suyos en la casa del Padre, donde hay muchas moradas (5).
El Nuevo Testamento lleva a cabo una concentración cristológica de las expectativas escatológicas, contemplando un futura que tiene como centro vivificador y orientador a Jesucristo, recapitulador de todas las cosas. Al final, Él someterá toda la creación renovada al Padre, y así Dios será «todo en todos» (1 Cor 15, 28) (6). Para expresar las realidades del más allá se utilizan metáforas relacionadas con la felicidad humana: fiesta nupcial, banquete, mansión eterna, cielo, paraíso, ciudad nueva, nueva Jerusalén, vida eterna.
San Pablo y San Juan expresan la realización del hombre en la intimidad perfecta con Cristo. San Pablo entiende el «estar con Cristo» como una experiencia comunitaria y de comunión.
Las principales imágenes utilizadas por la teología provienen del Nuevo Testamento y son:
- Reino de Dios.
Sugiere una comprensión de la vida eterna en sus dimensiones social y cósmica, como presencia de Dios que llena toda la creación. Indica el señorío de Dios sobre una humanidad reunida por su voluntad y dirigida a realizar esa voluntad en un mundo en el que se desarrollan armónicamente las relaciones del hombre con los demás y del mundo.
- Visión de Dios.
En la Biblia «ver el rostro de Dios» significa mayormente estar en comunión existencial con Él. Así San Pablo habla de la vida eterna como de una visión «cara a cara» y de «visión perfecta» (1 Cor 13,8 – 13) que habrá de caracterizar el «vivir con el Señor» (2 Cor 5,8). En el mismo sentido se expresa San Juan (1 Jn 3,2).
Es una visión que genera la semejanza con Dios o con Cristo, es decir de una visión divinizadora que, como expresan los Santos Padres, nos hace hijos en el Hijo.
- La vida eterna.
Esta expresión se encuentra en San Pablo y en los Evangelios sinópticos referida a la condición futura, pero es San Juan el que desarrolla el significado de esta expresión en el contexto de su escatología. Partiendo de la comprensión de Dios como amor (1 Jn 4,8), San Juan identifica la vida eterna con la plenitud del amor. La vida eterna consiste en el conocimiento de Cristo, es decir, la comunión vital con Él.
- Estar con Cristo.
Es la expresión que precisa y concreta la concepción cristocéntrica de la vida presenta y futura. Escuchar su palabra, comer su carne significa tener la vida eterna (Jn 6). Para el futuro, San Pablo utiliza la expresión «vivir con el Señor» (2 Cor. 5,8). Cristo le promete a Dimas: «Hoy estarás conmigo en el paraíso» (Lc 23,43).
]]>(1) 2 Mac 7,9
(2) Mt 5,12; cf. Lc 6, 23.
(3) Cf. Lc 12,33.
(4) Cf. Lc 10,20.
(5) Cf. Jn 14, 2-3.
(6) Escatología, op.cit. p.136.
Existencia del purgatorio.
El purgatorio es el estado en el que las almas de los que murieron en gracia de Dios con el reato de alguna pena temporal debida por sus pecados, se purifican enteramente antes de entrar en el cielo. Hemos mostrado ya en diversos lugares de esta síntesis, los fundamentos escriturísticos de dicha doctrina, así que pasaremos directamente a reseñar los documentos del Magisterio de la Iglesia.
- Concilio II de Lyón (1.274): «Creemos que (…) los que verdaderamente arrepentidos murieron en caridad antes de haber satisfecho con frutos dignos de penitencia por sus comisiones y omisiones, sus almas son purificadas después de la muerte con penas purgatorias» (Denz. 464).
- Benedicto XII (1.336): «Por esta constitución, que ha de valer para siempre, con autoridad apostólica definimos: que, según la común ordenación de Dios, las almas de todos los sanos que salieron de este mundo antes de la pasión de nuestro Señor Jesucristo, así como las de los santos apóstoles, mártires, confesores, vírgenes, y de los otros fieles muertos después de recibir el bautismo de Cristo, en los que no había nada que purgar al salir de este mundo, ni habrá cuando salgan igualmente en el futuro, o si entonces lo hubo o habrá algo purgable en ellos, cuando después de su muerte se hubieren purgado (…), estuvieron, están y estarán en el cielo (…), donde vieron y ven la divina esencia (…) hasta el juicio y desde entonces hasta la eternidad» (Denz. 530).
- Clemente VI (1.335): «Preguntamos si has creído y crees que existe el purgatorio, al que descienden las almas de los que mueren en gracia, pero han satisfecho sus pecados por una penitencia completa» (Denz. 570s).
- Concilio de Florencia (1.439): «En el nombre de la Santísima Trinidad, del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, con aprobación de este concilio universal de Florencia, definimos que por todos los cristianos sea creída y recibida esta verdad de fe, y así todos profesen que (….) si los verdaderos penitentes salieron de este mundo antes de haber satisfecho con frutos dignos de penitencia por lo cometido y omitido, sus almas son purificadas con penas purificadoras después de la muerte» (Denz. 691-693).
- León X ( en su bula Exsurge Domine, de 1.520): Condena, entre otras cosas, la siguiente afirmación de Lutero: «El purgatorio no puede probarse por escritura Sagrada que esté en el canon» (Denz. 777).
- Concilio de Trento (1.534 – 1-563): En la sesión 6, sobre la justificación (1.547), definió expresamente la existencia del purgatorio en el siguiente canon contra los errores protestantes:
«Si alguno dijere que, después de recibida la gracia de la justificación, de tal manera se le perdona la culpa y se le borra el reato de la pena eterna a cualquier pecador arrepentido, que no queda reato alguno de pena temporal que haya de pagarse o en este mundo o en el otro en el purgatorio, antes de que pueda abrirse la entrada en el reino de los cielos, sea anatema» (Denz. 840)
Más adelante (en la sesión 25, del 3 y 4 de diciembre de 1.563) promulgó el siguiente decreto sobre el purgatorio:
«Puesto que la Iglesia católica, ilustrada por el Espíritu Santo, apoyada en las Sagradas Letras y en la antigua tradición de los Padres, ha enseñado en los sagrados concilios y últimamente en este ecuménico concilio que existe el purgatorio y que las almas allí detenidas son ayudadas por los sufragios de los fieles y particularmente por el aceptable sacrificio del altar, manda el santo concilio a los obispos que diligentemente se esfuercen para que la sana doctrina sobre el purgatorio, enseñada por los Santos Padres y sagrados concilios, sea creída, mantenida, enseñada y en todas partes predicada a los fieles de Cristo» (Denz. 983).
Finalmente, en la profesión tridentina de fe, promulgada por Pío IV en 1.564, se leen las siguientes palabras:
«Sostengo firmemente que existe el purgatorio y que las almas allí detenidas son ayudadas por los sufragios de los fieles» (Denz. 998).
- Concilio Vaticano II, Lumen Gentium, n.49: «Así, pues, hasta cuando el Señor venga revestido de majestad y acompañado de todos sus ángeles (cf. Mat, 25,3) y destruida la muerte le sean sometidas todas las cosas (cf. 1 Cor 15,26-27), algunos entre sus discípulos peregrinan en la tierra; otros, ya difuntos, se purifican, mientras otros son glorificados contemplando claramente al mismo Dios, Uno y Trino, tal cual es».
- Pablo VI, Profesión de Fe, o.c.: «Creemos que las almas de todos aquellos que mueren en la gracia de Cristo –sean aquellas que todavía han de ser purificadas por el fuego del purgatorio, sean aquellas que en seguida después de separadas del cuerpo son recibidas, como el Buen Ladrón, por Jesús en el Paraíso – constituyen el Pueblo de Dios después de la muerte».
- El Catecismo de la Iglesia Católica, en sus números 1.130 -1.132, resume la misma enseñanza constante del Magisterio.
Otras cuestiones acerca del purgatorio.
Todo pecado lleva consigo una culpa (la cual es perdonada con la contrición y el Sacramento de la penitencia) y también una pena: como un castigo por el desorden de ese pecado. Esa pena es eterna en el caso de los pecados mortales y se perdona igual que la culpa; o es temporal, en el caso de los pecados veniales o si ha faltado algo de contrición; en parte se perdona en el Sacramento de la penitencia y con otras obras buenas, pero es necesario que el alma se purifique del todo antes de entrar en la visión de Dios. Como dice en el Apocalipsis, en el Cielo «no puede entrar nada sucio» (1), de ahí que dichas penas y reliquias del pecado, si no se purifican durante la vida terrestre, deberán purificarse después de la muerte antes de entrar en el cielo. Luego, en síntesis, el purgatorio proporciona al alma la limpieza absoluta que requiere la visión beatífica.
La doctrina sobre el purgatorio tiene unas consecuencias prácticas, como la actitud cristiana ante el dolor y el sufrimiento, los sufragios por los difuntos, la doctrina de las indulgencias y la valoración del Sacramento de la Unción de Enfermos.
Escribe Santo Tomás de Aquino que en el purgatorio hay una doble pena: una de daño, en cuanto que se les atrasa a las ánimas la visión de Dios; y otra de sentido, en cuanto son castigados con fuego corporal, siendo ambas tan intensas que la pena mínima del purgatorio excede la mayor de esta vida (2).
En cuanto a la desigualdad de las penas del purgatorio, enseña Santo Tomás que no todas las almas las sufren con el mismo rigor ni permanecen en el purgatorio el mismo tiempo. Por último, en cuanto a la duración, nadie puede contestar con seguridad el tiempo que permanecen las almas en el purgatorio.
Por otra parte, las almas del purgatorio están confirmadas en gracia y no pueden perderla jamás. Además, no todo es dolor y tormento en el purgatorio, también disfrutan de consuelos inefables, como la certeza de su salvación; la plena conformidad con la voluntad de Dios; el alivio continuo a medida que se van purificando y la asistencia espiritual de la Virgen María y del Ángel de la Guarda. También cuentan con la ayuda de la Iglesia Militante en cuanto los sufragios, que es toda ayuda, favor o socorro a favor de las ánimas del purgatorio. Estas ayudas revisten una triple forma: la impetración, el mérito y la satisfacción. Los principales sufragios que se pueden aplicar a las almas del purgatorio son: la Santa Misa, la Sagrada Comunión, la oración, las penitencias y las mortificaciones, la limosna, las indulgencias y el acto heroico de la caridad.
]]>(1) Apoc 21,27.
(2) De purgatorio (suppl.) a.3.
La doctrina católica sobre el purgatorio se concretó eclesiásticamente en los dos concilios medievales donde se intentó la reconciliación con las iglesias orientales. De nuevo se formuló en Trento, al rechazar las tesis de los protestantes.
En el Nuevo Testamento no se desarrolló totalmente la cuestión de la «situación intermedia» entre la muerte y la resurrección, sino que la dejó abierta, situación que se aclaró poco a poco con el desarrollo de la antropología cristiana y su relación con la cristología. Como se ha visto más arriba, la decisión tomada en la vida se cierra de modo definitivo con la muerte, pero eso no implica necesariamente que el destino definitivo se alcance en ese momento. Puede ser que la decisión fundamental de un hombre se encuentre recubierta de adherencias que haya que limpiar. Esto es lo que se llama en la tradición occidental, «purgatorio».
La Iglesia oriental, por el contrario, mantuvo la idea de la situación tal como la dejó San Juan Crisóstomo, de modo que la doctrina sobre el purgatorio apareció en forma de controversia en los concilios de Lyon (1.274) y Ferrara-Florencia (Bula de Unificación de los Griegos, 6/7/1.439). En síntesis podemos decir que los ortodoxos rechazan la doctrina de un castigo y una expiación en el más allá, pero tienen en común con los latinos la plegaria por los difuntos, que se puede llevar a cabo con oraciones, limosnas, buenas obras y también, y de modo especial, ofreciendo la eucaristía por ellos. En las antípodas se encuentran los protestantes que ven en ello, especialmente en la «misa por los difuntos», que un ataque contra la suficiencia contra la suficiencia universal expiatoria de la muerte de Cristo en la cruz, y, desde luego, no admiten ninguna clase de expiación a causa de su doctrina sobre la justificación.
Las primeras fuentes de la doctrina sobre el purgatorio nos remiten al ámbito del judaísmo primitivo. Así en 2 Mac 12, 32-46 se relata el hallazgo de amuletos paganos en los cuerpos de los caídos judíos. Su muerte se interpreta como castigo por apartarse de la ley. El relato nos narra que se tuvieron preces cultuales por los caídos, orando para que el pecado cometido fuese borrado. Se procuró además que se ofreciera en Jerusalén un sacrificio expiatorio. El texto no dice nada sobre el efecto purificador de dichas precies ni se imagina una «situación intermedia» de los pecadores.
Más explícitos resulta el apócrifo de la Vida de Adán y Eva (siglo I d.C.), que habla de la tristeza de Set por la muerte de Adán y de la misericordia de Dios, anunciada por Miguel: «Levántate de junto al cuerpo de tu padre, ven a mí y mira lo que Dios ha determinado sobre él. Es su imagen y por eso ha tenido misericordia de él». Pero esa misericordia implica, con todo, castigo. «Y entonces vio Set que Dios tenía a Adán en su mano extendida, entregándolo a Miguel, al tiempo que le decía: que esté en tu mano hasta el día de la manifestación, que se le castigue hasta los últimos años, cuando yo cambie su sufrimiento en alegría. Entonces se sentará sobre el trono de aquel que le echó una zancadilla». Aquí se ve con claridad una especie de purgatorio en el que el sufrimiento expiatorio de las almas representa la preparación para la salvación definitiva.
Para rastrear la doctrina del purgatorio en el Nuevo Testamento nos remitiremos a los Padres. Cuando ellos se ocupan del purgatorio remiten a 1 Cor 3, 10-15, donde leemos lo siguiente: «Según la gracia de Dios que me fue dada, yo, como sabio arquitecto, puse los cimientos, otro edifica encima. Cada uno mire cómo edifica, que cuanto al fundamento, nadie puede poner otro son el que está puesto, que es Jesucristo. Si sobre este fundamento uno edifica oro, plata, piedras preciosas o maderas, heno, paja, su obra quedará de manifiesto pues en su día el fuego lo revelará y probará cuál fue la obra de cada uno. Aquel cuya obra subsista recibirá el premio, y aquel cuya obra sea consumida sufrirá el daño; él, sin embargo, se salvará, pero como quien pasa por el fuego». El purgatorio adquiere su sentido estrictamente cristiano. En su sentido plenamente cristológico, es el Señor el mismo fuego juzgador, que transforma al hombre haciéndolo «conforme» a su cuerpo glorificado (Rom 8,29; Flp 3,21). Precisamente en este pasaje se nos pone en claro cuál es el significado esencial del purgatorio. No es una especie de campo de concentración – por llamarlo de alguna manera – tal como piensa Tertuliano, donde el hombre tiene que purgar penas que se le imponen de una manera más o menos positivista. Sino que es más bien el proceso radicalmente necesario de transformación del hombre gracias al cual se hace capaz de Cristo, capaz de Dios, y, en consecuencia, capaz de la unidad con toda la communio sanctorum (1).
Respecto a la oración de los difuntos, hay que decir que el ser del hombre no es una mónada cerrada, sino que se encuentra referido a los demás en el amor y en el odio y está inmerso en ellos. El decir que también los santos «juzgan» significa que el encuentro con Cristo es encuentro con todo su cuerpo, con mi culpa contra los miembros sufrientes de este cuerpo y con su amor que perdona, un amor que brota de Cristo. Por el juicio que ejercen es por lo que están dentro de la doctrina sobre el purgatorio en su cualidad de orantes y salvadores, y dentro igualmente de la práctica cristiana correspondiente. El amor vicario es un dato central en el cristianismo, y la doctrina sobre el purgatorio dice que para este amor no existe la frontera de la muerte. Las posibilidades de ayudar y beneficiar no se agotan para el cristiano con la muerte, sino que abarcan a toda la comunión de los santos de este y del otro lado de la muerte. La posibilidad y hasta el deber de corresponder a ese amor que va más allá delos sepulcros constituyen incluso el dato verdaderamente radical de esta corriente de la tradición, que se expresa tan claramente en 2 Mac 12,42-45 (y quizás ya en Eclo 7,33)(2).
(1) Ratzinger, op.cit., p. 247.
(2) Ibid p. 249.
Las penas del infierno.
No hay definición solemne respecto a este particular, sin embargo la Tradición y el Magisterio con un sólido apoyo en la Escritura, han enseñado siempre que existen dos tipos de penas en el infierno: la pena de daño y la pena de sentido, ambas eternas.
a) Pena de daño: Morir en pecado mortal sin estar arrepentido ni acoger el amor misericordioso de Dios, significa permanecer separados de Él para siempre por nuestra propia y libre elección (1). Esta separación eterna de Dios, que es la pena de daño, es la principal pena del infierno (2). La privación de la visión de Dios, que es como la esencia del infierno, es la peor desgracia que puede sobrevenir a la criatura, así lo explica San Juan Crisóstomo: «nada hay comparable con la pérdida de aquella gloria bienaventurada, con la desgracia de ser aborrecido de Cristo, de tener que oír de su boca: «no te conozco»; de que nos acuse de que le vimos hambriento y no le dimos de comer. Más valiera que mil rayos nos abrasaran, que no ver aquel manso rostro que nos rechaza y que aquellos ojos serenos no pueden soportar el mirarnos» (3). Se puede decir que esta pérdida de la visión de Dios es una pena infinita, en razón del Bien Infinito del que priva eternamente (4).
No acaban aquí las causas de la radical frustración del condenado: naturalmente ordenado a Dios y ordenado a Él por su vocación sobrenatural, experimenta una ruptura interior dolorosísima, soportado en soledad y con odio a Dios y a todos. «El llanto y crujir de dientes», tan repetido en el Evangelio. Esta pérdida de Dios, suponen otros quebrantos: privación para siempre de la compañía de la Humanidad Santísima del Señor, de la Virgen, de los Ángeles y de los Santos; no alcanzar nunca jamás la gloria del cuerpo y la luz divina en el alma, con la correspondiente ceguera del entendimiento y la ausencia de amor en la voluntad.
b) Pena de sentido: El pecado mortal comporta el alejamiento de Dios, y es castigado con la pena de daño, la separación de Dios; y comporta también volverse de manera desordenada al as criaturas: a este segundo desorden corresponde la pena de sentido, llamada así porque está causada por elementos sensibles. La pena de sentido está atestiguada en los siguientes textos de la Sagrada Escritura: Mt 5,22; 7,19; 13, 40-41.50; Marc 9,43.45.58; 2 Tes 1,8; Hebr 10,27; 2 Petr 2,6; Jud 7,23; Apoc 21,8. Siempre que se habla del fuego eterno – en los evangelios aparece veintitrés veces -, se está haciendo referencia a la pena de sentido. Jesús habla con frecuencia de la «gehenna» y del «fuego que nunca se apaga» (5), reservad a los que hasta el fin de su vida, rehúsan creer y convertirse, y donde se puede perder a la vez el alma y el cuerpo (6). Jesús anuncia en términos graves que «enviará a sus ángeles (…) que recogerán a todos los autores de iniquidad, y los arrojarán al horno ardiendo» (7). Y anuncia igualmente que pronunciará la condenación «¡Alejaos de mí, malditos, al fuego eterno!» (8). La Biblia compara el Infierno con una prisión tenebrosa (9); con un lugar de tormento (10); con un lago de fuego y azufre, que arde sin interrupción (11). También el Magisterio de la Iglesia se refiere a la pena de sentido en los siguientes documentos: 1) Símbolo Atanasiano (Quicumque): «(…) y los que obraron bien irán a la vida eterna; los que mal, al fuego eterno» (Denz 40); 2) Concilio Arelatense (profesión de fe del presbítero Lucio): «Profeso también que los fuegos eternos y las llamas infernales están preparados para los hechos capitales» (Denz. 160b) y 3) Pelagio I: «A los inicuos, empero (…), los entregará, por justísimo juicio, a las penas del fuego eterno e inextinguible, para que ardan sin fin» (Denz. 228a).
Por otro lado, cabe añadir que la pena de sentido consiste principalmente en el tormento del fuego y que dicho fuego del infierno no es metafórico, sino verdadero y real; dicho fuego atormenta no sólo los cuerpos, sino también las almas de los condenados. Finalmente, además del fuego real y corpóreo, la pena de sentido abarca otro conjunto de tormentos infernales como son, el lugar mismo del infierno, la compañía de los demonios y los demás condenados, el tormento de los sentidos corporales, internos y externos, el gusano roedor de la conciencia, el llanto y crujir de dientes y las «tinieblas exteriores».
]]>(1) Cf. CCE nº 1033.
(2) Cf. CCE nº 1.035.
(3) San Juan Crisóstomo, Homilías sobre San Mateo, 23, nº 8. BAC.
(4) Cf. Santo Tomás de Aquino, S. The. I-II, 87,4. Ed. BAC.
(5) Mt 5,22.29; 13,42.50; Mc 9,43-48.
(6) Cf Mt 10,28.
(7) Mt 13,41-42.
(8) Mt 25,41; cf. CCE 1034.
(9) Cf. 2 Petr 2,6.
(10)Cf. Mt 22,13.
(11)Cf. Apoc 20,14.
“Un regalo para la Iglesia
Santiago Gassín Ordónez
Soy un sacerdote salesiano, de 39 años, director y coordinador de Pastoral Juvenil en el Colegio Salesiano “Ntra. Sra. Del Rosario", en Rota (Cádiz). Sólo un par de veces he asistido a la Santa Misa según la Forma Extraordinaria del Rito Romano. Así es como se llama la que, gracias al Papa Benedicto XVI se puede volver a celebrar, si un grupo de fieles que así lo deseen lo soliciten al Ordinario, el cual no podría negarse.
Sí he asistido más veces de las que hubiera deseado a celebraciones que más que Misas dan la impresión de espectáculos donde el presbítero se convierte en protagonista central, opacando la centralidad del Señor. He asistido a Misas donde el sacerdote tiene prisa por acabar, añade o suprime textos a su antojo, omite ritos expresivos como el de lavarse las manos y falta sin escrúpulos a las normas que regulan el Culto Divino erigiéndose en dueño de la Liturgia de la que no es más que depositario.
He asistido a Misas celebradas con ornamentos indignos e incluso sin ellos; a Misas en que el mismo sacerdote prohíbe a los fieles arrodillarse, porque ello no sería indicativo de una fe adulta; a Misas en que el sacerdote ha obligado a los fieles a comulgar en la mano, en contra de la única forma practicada en la Iglesia desde hace 1500 años y deseada por todos los Papas como nos enseña visiblemente el actual. (La comunión en la mano es una práctica sólo tolerada excepcionalmente por la Iglesia; Pablo VI recordó una y otra vez la obligación de recibir la Comunión en la boca). He asistido a Misas que no expresan el Misterio que representan: la renovación incruenta del sacrificio del Calvario, porque subrayan sólo el aspecto asambleístico.
En los años de mi formación al sacerdocio deseé no celebrar de cualquier manera, sino ateniéndome al rico Misal de Pablo VI (que amo, porque lo he visto maltratar tanto), sin necesidad de adornarlo con una hueca y aburrida verborrea, y menos aún, con lamentables payasadas. Ahora, desde que el Santo Padre publicó el Motu Proprio Summorum Pontificum, mediante el cual se puede celebrar la Misa de siempre, también me he propuesto aprender a celebrarla para poner al servicio de los fieles que lo deseen esa riqueza de la liturgia católica, con la que se han santificado miles de hombres y mujeres hasta 1969.
Reverendo Padre Fray Pascual, respetándole mucho a usted porque es un hermano en el sacerdocio y porque pertenece a una Orden tan benemérita como la de Predicadores (una de cuyas glorias es el Papa San Pío V, que promulgó el Misal que a usted parece no agradarle), permítame decirle que entre el artículo de usted del 23 de octubre de 2009 en el Diario de Cádiz y la preciosa carta con que el Vicario de Cristo acompañó su Motu Proprio del 7 / 07/ 2007 (¿la ha leído usted?) me quedo con esta última.
Aunque no lo veamos en muchos que nos deberían dar ejemplo de ello, gracias a Dios, somos muchos los sacerdotes que, bajo los Pontificados de nuestros amadísimos Juan Pablo II y Benedicto XVI, hemos ido descubriendo el valor de la fidelidad al Magisterio de la Iglesia y a su Tradición. No creemos en una Iglesia que eleva a la categoría de verdad absoluta sólo un tipo de teología, de moral y de liturgia, en discontinuidad con la Tradición. Benedicto XVI, además de Papa, el teólogo hoy más preclaro de la Iglesia, enseña que la correcta interpretación del Concilio Vaticano II es la de la continuidad con la Tradición de la Iglesia y no la de la ruptura, como muchos han querido imponer desde púlpitos, Seminarios y Facultades de Teología. Enseñar otra cosa que lo que enseña el Papa es confundir y hasta escandalizar a los fieles. Y eso es algo, mi estimado P. Saturio, que no puedo creer que desee hacer un religioso fundado por el gran Domingo de Guzmán para debelar los errores doctrinales de los que no sienten con la Iglesia".
Fuente: Diario de Cádiz.
También: Secretum meum mihi.
Existencia del infierno.
Hay una gran cantidad de textos de la Sagrada Escritura que confirman la existencia del infierno. Aquí mostraremos un florilegio de ellos.
- Antiguo Testamento.
o «¡Ay de las naciones que se levanten contra mi pueblo! El Señor omnipotente los castigará en el día del juicio, dando al fuego y a los gusanos sus carnes, y gemirán de dolor par siempre» (Jud 16,20).
o «Acuérdate de que la cólera no tarda. Humilla mucho tu alma, porque el castigo del impío será el fuego y el gusano» (Eccli 7,18-19).
o «Los pecadores de Sión se espantarán, y temblarán los impíos. ¿Quién de nosotros podrá morar en el fuego devorador? ¿Quién habitar en los eternos ardores?» (Is 33,14).
o «Y al salir verán los cadáveres de los que se rebelaron contra mí, cuyo gusano nunca morirá, y cuyo fuego no se apagará, que serán objeto de horror para toda la carne» (Is 66,24).
o «Las muchedumbres de los que duermen en el polvo de la tierra se despertarán, unos para eterna vida, otros para eterna vergüenza y confusión» (Dan 12,2).
- Nuevo Testamento.
o «Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno, preparado para el diablo y para sus ángeles (…) E irán al suplicio eterno, y los justos a la vida eterna» (Mt 25, 41-46).
o «Y murió también el rico y fue sepultado. En el infierno, en medio de los tormentos, levantó sus ojos y vio a Abrahán desde lejos y a Lázaro en su seno. Y, gritando, dijo: Padre Abrahán, ten piedad de mí y envía a Lázaro para que, con la punta del dedo mojada en agua, refresque mi lengua, porque estoy atormentado en estas llamas» (Lc 12,22-24).
o «Si tu mano te escandaliza, córtatela; mejor te será entrar manco en la vida que con ambas manos ir a la gehena, al fuego inextinguible, donde ni el gusano muere ni el fuego se apaga» (Mc 9,43-33).
o «No tengáis miedo a los que matan el cuerpo, que al alma no pueden matarla; temed más bien a aquel que puede perder el alma y el cuerpo en la gehenna» (Mt 25,30).
o «Así será en la consumación del mundo: saldrán los ángeles y separarán a los malos de los justos y los arrojarán al horno de fuego; allí habrá llanto y crujir de dientes» (Mt 13,49-50).
o «Entonces el rey dijo a sus ministros: Atadle de pies y manos y arrojadle a las tinieblas exteriores; allí habrá llanto y crujir de dientes» (Mt 22,13).
o «Y a ese siervo inútil echadle a las tinieblas exteriores; allí habrá llanto y crujir de dientes» (Mt 25,30).
o «Y todo el que no fue hallado escrito en el libro de la vida fue arrojado en el estanque de fuego» (Apoc 20,15).
- El Magisterio de la Iglesia.
La existencia del infierno, fue recogida igualmente por los Santos Padres y ha sido definida expresamente por la Iglesia con su magisterio infalible. He aquí una muestra:
o Símbolo atanasiano (Quicumque): «Y los que obraron bien irán a la vida eterna, y los que mal, al fuego eterno» (Denz. 40).
o Inocencio III: «La pena del pecado original es la carencia de la visión de Dios, y la del actual es el tormento de la gehenna eterna» (Denz. 410).
o Concilio II de Lyón: «Las almas de los que mueren en pecado mortal o con sólo el original descienden inmediatamente al infierno, para ser castigadas, sin embargo, con penas desiguales» (Denz. 464).
o Benedicto XII: «Definimos, además, que, según la común ordenación de Dios, las almas de los que mueren en actual pecado mortal, inmediatamente después de su muerte descienden al infierno, donde son atormentadas con las penas infernales» (Denz 531).
Eternidad del infierno.
Las penas del infierno son eternas: no terminarán jamás. El Dante, al comenzar el canto tercero del infierno, en la Divina Comedia, llega, guiado por Virgilio, la mismo umbral del dolor, donde están inscritas sobre su frontispicio, las siguientes palabras:
Por mí se va a la ciudad del llanto,
por mí se va al eterno dolor,
por mí se va hacia la raza condenada.
La justicia movió a mi sublime Arquitecto:
me hizo la divina Omnipotencia,
la suprema Sabiduría y el primer Amor.
Antes que yo no hubo nada creado, a excepción de lo inmortal.
Yo duro eternamente:
¡Los que entráis aquí, abandonad toda esperanza!
Ya en el Antiguo Testamento se recoge explícitamente la existencia de un castigo eterno. Juan el Bautista y Jesús usaron algunas expresiones, especialmente de Isaías, para hablar del castigo eterno, por ejemplo cuando Cristo habla de que «su gusano no morirá, su fuego no se apagará» (1), o cuando Juan el Bautista habla de la venida del Mesías y anuncia que «recogerá su trigo en el granero; en cambio quemará la paja con un fuego que no se apaga» (2). Este carácter definitivo de exclusión de la vida eterna aparece en varios pasajes más, que sin ánimo de ser exhaustivos, son: Mt 25,41; Mt 25,21.30; Mt 25,10 y ss.; Lc 14,24 y Jn 3,36. San Pablo enseña lo mismo que el Maestro: «¿No sabéis acaso que los injustos no heredarán el Reino de Dios? ¡No os engañéis!» (1 Cor 6,9). Pasajes similares los encontramos en Gal 5,19-21 y Ef 5,5.
En el Magisterio de la Iglesia, nos encontramos con el Sínodo de Constantinopla, celebrado en el año 543, en el que se condenó la temporalidad del infierno: «Si alguno dice o mantiene que el suplicio de los demonios y de los hombres impíos es temporal, y que tendrá fin después de algún tiempo, o que haya restitución y reintegración de los demonios o de los hombres impíos, sea anatema» (Denz 211/411). Igualmente en el año 1.215 el IV Concilio de Letrán, definió contra la posición de los albigenses: «todos resucitarán con sus propios cuerpos, que ahora tienen, para que reciban según sus obras, ya hayan sido buenas o malas, los unos con el diablo pena perpetua, y los otros con Cristo gloria sempiterna» (Denz 429/801). El Magisterio reciente no se ha recatado de confirmar la doctrina de la Iglesia sobre el particular: la afirman expresamente el Vaticano II (3); Pablo VI en su Profesión de Fe (4) y el Catecismo de la Iglesia Católica (5) entre otros documentos.
Concretamente, en el Catecismo se lee: La enseñanza de la Iglesia afirma la existencia del infierno y su eternidad. Las almas de los que mueren en estado de pecado mortal descienden a los infiernos inmediatamente después de la muerte y allí sufren las penas del infierno, «el fuego eterno» (…) La pena principal del infierno consiste en la separación eterna de Dios, en quien únicamente puede tener el hombre la vida y la felicidad para las que ha sido creado y a las que aspira» (6).
]]>(1) Cf. Is 66,24; Mc 9,49.
(2) Mt 3,10.
(3) LG c.7, nº 48:afirma la necesidad de vigilancia «para no ser apartados al fuego eterno, tinieblas exteriores, llanto y rechinar de dientes».
(4) Pablo VI, Profesión de Fe, AAS 60 (1.968) 444: «los que los rechazaron (el amor y la piedad de Dios) hasta el final, serán destinados al fuego que nunca cesará».
(5) Los nn. 1033-1037 enseñan la doctrina de la Iglesia sobre el Infierno.
(6) CCE n.1035.
En la Constitución Lumen gentium, el Vaticano II recuerda, con palabras de la Sagrada Escritura, el fin al que estamos encaminados: «Somos llamados hijo de Dios y lo somos de verdad (cf 1 Jn 3,1); pero todavía no hemos sido manifestados con Cristo en aquella gloria (cf. Col 3,4), en la que seremos semejantes a Dios, porque lo veremos tal cual es (cf. 1 Jn 3,2)» (1)
El Concilio también advierte el gran riesgo que corre el hombre si usa mal la libertad: «Y como no sabemos ni el día ni la hora, por aviso del Señor, debemos vigilar constantemente para que, terminado el único plazo de nuestra vida terrena (cf. Heb 9,27), si queremos entrar con Él a las nupcias merezcamos ser contados entre los escogidos (cf. Mt 25, 31-46); no sea que, como aquellos siervos malos y perezosos (cf. Mt 25,26), seamos arrojados a l fuego eterno (cf. Mt 25,41), a las tinieblas exteriores en donde «habrá llanto y rechinar de dientes (Mt 22, 13-25)».
Y continúa la Lumen gentium: «En efecto antes de reinar con Cristo glorioso, todos debemos comparecer «ante el tribunal de Cristo para dar cuenta cada cual según las obras buenas o malas que hizo en su vida mortal» (2 Cor 5,10); y al fin del mundo «saldrán los que obraron el bien, para la resurrección de vida; los que obraron el mal, para la resurrección de condenación» (Jn 5,29; cf. Mt 25,46)». (2)
El castigo en la Sagrada Escritura.
La palabra infierno (lugar subterráneo o inferior) es la traducción al latín de la palabra griega «hades», con la que se traduce en el Nuevo Testamento el vocablo semítico «sheol». En el Antiguo Testamento está presente la idea de un castigo de manera asimétrico respecto al premio.
El origen de este dogma no es otro que el de la retribución. Desde la perspectiva de una retribución terrena personal, se pasa con la evolución de la idea del sheol, a la espera de una recompensa ultraterrena justa que distingue la suerte de los buenos de la de los malos.
Al principio, premio y castigo están enmarcados en la visión colectiva y terrena de la alianza y de las promesas: el que observa el pacto con Dios será premiado con los bienes de la tierra, y el que lo viola será castigado en este mundo con desgracias diversas. Los profetas destacan poco a poco la dimensión individual. Sin embargo, parecen insistir más en el castigo que en la recompensa.
Posteriormente, durante el siglo II a. de C., la literatura apocalíptica habla de un castigo de la «gehena»; Isaías, habla también del «fuego que no se apagará» y de un «gusano que no morirá» como destino reservado a los impíos.
Son en los últimos libros del Antiguo Testamento donde este castigo escatológico se sitúa explícitamente tras la vida terrena, en conexión con la idea de resurrección (Dan 12,2) y de supervivencia del espíritu (Sab 3,10).
Por otro lado, la doctrina de la condenación eterna está arraigada tanto en la doctrina de Jesús (Mt 25,41; 5,29 par; 13,42.50; 22,13; 18,8 par; 5,22; 18,9; 8,12; 24,51; 25,30; Lc 13,28), como en los escritos apostólicos (2 Tes 1,9; 2 Tes 2,10; 1 Tes 5,3; Rom 9,22; Flp 3,19; 1 Cor 1,18; 2 Cor 2,15; 4,3; 1 Tim 6,9; Ap 14,10; 19,20; 20, 10-15; 21,8).
El Nuevo Testamento se refiere al infierno con dos series de imágenes: por un lado, tenemos las que se refieren al mismo con fórmulas negativas, como exclusión de la vida con Dios (3); por otro, tenemos la que describen positivamente la muerte eterna: fuego eterno, llanto, rechinar de dientes, gusano que corroe, etc (4). El infierno, en lo que significa el alejamiento de Cristo, muerte e infelicidad, se presenta como la imagen invertida del paraíso (estar con Cristo, vida, felicidad) (5).
El castigo eterno en la Tradición.
Los Padres Apostólicos se limitan a repetir los pasajes más conocidos del Nuevo Testamento. Los apologistas comienzan un proceso de justificación racional de las penas infernales. Es Orígenes el que en su gran intento de sistematización del pensamiento cristiano el que dijo que al final se llega a una reconciliación universal (apocatástasis). Para ello se apoya en la lógica de Dios con su historia, queriendo dar una visión universal que no pretende, sin más, corresponder a la realidad misma. El pensamiento neoplatónico había cargado el acento en demasía sobre la idea de que lo malo es propiamente vacío y nada, siendo Dios la única realidad. El alejandrino vio como la insondable realidad de lo malo puede hacer sufrir y hasta matar a Dios. Con todo, no pudo renunciar totalmente a la esperanza de que precisamente en este sufrimiento de Dios la realidad del mal fue sujetada, dominada, y perdiese su validez definitiva. En este sentido, lo siguieron padres como Gregorio de Nisa, Diodoro de Tarso, Teodoro de Mopsuestia, Evagrio Póntico y durante algún tiempo, Jerónimo. Sin embargo la gran tradición de la Iglesia discurrió por otros caminos. Tuvo que conceder que la esperanza de reconciliación universal es algo que se deduce del sistema de pensamiento, pero no del testimonio bíblico.
El hecho cristiano se muestra convencido de que la vida del hombre va en serio. Se da lo irreversible y también la destrucción irremediable. La realidad del infierno adquiere una importancia y una forma totalmente nueva en la historia de los santos: en San Juan de la Cruz, en la religiosidad carmelitana y, con más profundidad todavía en Teresa de Lisieux. Para ellos no se trata de una amenaza que lanzar contra los demás, sino la exigencia de acercarse a la luz de Cristo compartiendo su oscuridad y de servir a la salvación del mundo dejando atrás su propia salvación por los demás. La única posibilidad de mantener la esperanza frente a la realidad del infierno es la de apurar el sufrimiento de su noche al lado del Señor, que vino a transformar con su sufrimiento la noche de todos nosotros (6).
]]>(1) Concilio Vaticano II, LG n.48
(2) Ibidem.
(3) «perder la vida»: Mc 8,35; Mt 10,28; Jn 12,25. «No os conozco de nada»: Mt 7,23. «Apartaos de mí malvados»: Lc 13,27.
(4) «fuego eterno»: Mt 18,9. «Horno de fuego»: Mt 13,50. «Fuego inextinguible»: Mc 9,43.48. «Llanto y rechinar de dientes»: Mt 13,42. «Estanque de fuego y azufre»: Ap 19,20. «El gusano que roe no muere»: Mc 9,48.
(5) «Muerte» o «muerte eterna»: Lc 13,3; Jn 5,24; 6,50; 8,51; 1 Jn 3,14; 5, 16-17; Ap 20,14; Rm 5,12; 6,21; 7,5.11.13.24; 8,6; 1 Cor 15,21-22; Ef 2,1-5; 1 Tim 5,6, etcaétera.
(6) Ratzinger, op.cit. p. 234.
La Consejera de Educación de la Junta de Andalucía, Mar Moreno ha declarado que:
«En la mayoría de los colegios andaluces no hay símbolos religiosos desde hace años»
La consejera de Educación, Mar Moreno, ha dicho hoy que la sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos contra los crucifijos en las aulas “avala” la posición que mantiene “desde hace muchos años” la Junta en este aspecto, que consiste en situar las creencias religiosas en el ámbito privado.
Tras presentar un documento para la organización de los centros educativos, la consejera dijo a preguntas de los periodistas que “en la inmensa mayoría” de los centros de enseñanza andaluces no existen símbolos religiosos desde hace años.
Ha resaltado que la Junta da “autonomía” a los centros y a los padres en este ámbito, y ha añadido que si algún padre presenta una queja por la presencia de símbolos religiosos, se retiran, aunque ha repetido que “la casuística es mínima” en Andalucía y que además no es un debate que esté en el “día a día” de las aulas.La sentencia del Tribunal Europeo considera la exhibición de crucifijos en las aulas “contraria” al derecho de los padres a educar a sus hijos conforme a sus creencias y al de libertad de religión de los alumnos.
Fuente: ABC de Sevilla.
Yo me pregunto, si esto es verdad, ¿qué han hecho los Obispos de Andalucía durante todos estos años de convivencia con el poder? ¿Cómo es possible que se haya permitido esto sin siquiera oposición? ¿Qué han hecho las Hermandades y Cofradías en Andalucía? ¿Y los catequistas, formadores, hermanos mayores, responsables, etcaétera? ¿Y las órdenes religiosas?
Más, ¿y los padres católicos? ¿Y Federación Católica de Asociaciones de Padres de Alumnos de Sevilla, no dice nada? ¿O tiene bastante con dar el premio a Iwasaki?
Espero y deseo que estas declaraciones sean desmentidas, a no ser, claro, que la consejera no haya dicho otra cosa que la verdad.
¡Señor ven pronto!
]]>Celebración de una ¿Eucaristía?
¡Señor ven pronto!
Fuente: Messainlatino.it
]]>El juicio particular.
A la muerte se sigue inmediatamente el juicio particular. En substancia consiste en la apreciación de los méritos y deméritos contraídos durante la vida terrestre, en virtud de los cuales el supremo Juez pronuncia la sentencia que decide de nuestros destinos eternos. (1)
Así, el alma al separarse del cuerpo es inmediatamente juzgada por Dios. Contra esta verdad, han surgido numerosos errores y herejías, como la de los gnósticos, los maniqueos, nestorianos, anabaptistas, socinianos y arminianos entre otros. También compartieron este error Lutero y Calvino.
El diálogo entre el Señor y Dimas arroja una luz abundante en varias cuestiones, entre las que se encuentra el juicio que ocurrirá entre nuestra vida actual y el premio o condenación del más allá:
«Decía: «Jesús, acuérdate de mí, cuando llegues a tu Reino». Y le respondió: «En verdad te digo: hoy estarás conmigo en el Paraíso»». (2)
Si el Señor retribuye de manera inmediata al Buen Ladrón que va a morir, hay que tener en cuenta los siguientes presupuestos:
- El alma es inmortal, no muere con la muerte, al separarse del cuerpo.
- Existe separada del cuerpo entre la muerte y la Parusía.
- Para que pueda ser retribuida el alma, antes tendrán que examinarse sus obras mientras estaba unida al cuerpo, para ver si son merecedoras de premio o no.
La existencia del Juicio Particular tras la muerte es una verdad de fe, relacionadas directamente con otras verdades definidas de manera solemne por el Magisterio de la Iglesia, tales como la inmortalidad del alma, y la existencia del Cielo, Infierno y Purgatorio ya antes del Juicio Final. Así, la Iglesia enseña: «Cada hombre, después de morir, recibe en su alma inmortal su retribución eterna en un juicio particular» (3).
La diferencia entre teólogos respecto a esta afirmación se refiere a la calificación técnica, por llamarlo de alguna manera: unos piensas que está implícitamente definida; otros que es una verdad de fe propuesta por el Magisterio ordinario y universal de la Iglesia; otros, por otro lado, piensa que, al menos, es próxima a la fe por su íntima conexión con otras verdades reveladas.
Por ejemplo, alusiones en la Sagrada Escritura, al Juicio Particular, se encuentra por ejemplo en el Eclesiástico: «No digas: «Tengo bastante con ellos, ¿qué mal puede alcanzarme ahora?» Día de bienes, olvido de males, día de males, olvido de bienes. Que es fácil al Señor, el día de la muerte, pagar a cada uno según su proceder» (4). También en la carta a los Hebreos parece afirmar un juicio inmediato a la muerte: «está establecido que los hombres mueran una sola vez, y luego el juicio» (5). Aparte del texto de San Lucas mencionado más arriba, hay otra referencia en la parábola del rico Epulón (6).
En torno a esta parábola, San Agustín dice: «las almas son juzgadas inmediatamente después de su salida de los cuerpos, antes de que se presenten al otro juicio unidas ya a sus cuerpos para ser atormentadas o glorificadas con la misma carne que tuvieron durante su vida en la tierra. ¿Es esto lo que ignorabas? ¿Quién puede, en contra del Evangelio, cegar su mente con tanta obstinación que no entienda esta verdad o no la vea expuesta en el pasaje de aquel pobre que fue llevado al seno de Abrahán después de su muerte, y de aquel rico que es cruelmente atormentado en el infierno?» (7). De manera parecida se expresa San Jerónimo: «Por día del Señor debes entender el día del juicio o bien el día de la salida de cada uno de su cuerpo respectivo; porque lo que va a suceder a todos en general el día del juicio, le sucede a cada uno en particular el día de la muerte» (8).
Para terminar con este asunto sólo queda decir que también el Concilio Vaticano II, en el contexto del juicio particular, cita a San Pablo, afirma que debemos comparecer «ante el tribunal de Cristo para dar cuenta cada vual según las obras buenas o malas que hizo en su vida mortal» (9).
]]>(1) Antonio Royo Marín, O.P. Op.cit. p.280.
(2) Lc 23,42-43.
(3) CCE n. 1022. Se apoya en otras declaraciones magisteriales: Concilio de Lyon (Denz. 857-858); Concilio de Florencia (Denz. 1304-1306); Concilio de Trento (Denz 1820); cf. Benedicto XII (Denz 1000 – 1001), Juan XXII (Denz 900).
(4) Ecl 11,23-26.
(5) Heb. 9,27
(6) Lc 16,22-23.
(7) San Agustín, Obras Completas, De anima et eius origine, BAC, 1946-1967, 2,4,8.
(8) San Jerónimo, Obras Completas IIIa, Comentario a Joel, 1,2. BAC, ed. 2000., p..335
(9) 2 Cor 5,10; cf. Concilio Vaticano II, LG., n.48.
En el Magisterio de la Iglesia.
Se puede decir que en la Iglesia antigua no hay un pronunciamiento doctrinal sobre la inmortalidad del alma. Esto, que podría parecer extraño, es algo natural ya que teniendo en cuenta el humus judío del cristianismo, es indudable que los muertos no se disuelven en la nada, sino que esperan la muerte en el hades de un modo en relación con la vida que llevaron.
En Oriente, la situación de los difuntos sigue siendo una situación intermedia, sufriendo la impronta judía en la fe un desplazamiento, sin que se suprima de algún modo. En Occidente, por otro lado, no se habla de resurrección de los muertos, sino de resurrección de la carne, debido a que se sigue con la terminología judía, donde «toda carne» (Sal 136,25; Jr 25,31; Sal 65,3) se refiere a toda la humanidad, aunque también quiere decir que sigue fiel al influjo a la teología de San Juan, como se refleja en San Justino Mártir y en San Ireneo de Lyon. No se piensa principalmente en la corporeidad, sino en la universalidad de la esperanza de la resurrección, pero incluyendo el todo, es decir, la criatura llamada «carne», en contraposición a Dios (1).
La Fides Damasi, o el Concilio de Toledo (675), o los Statuta Ecclesiae antiqua (s. V) de las Galias, siguen utilizando el término «resurrección de la carne». Un estadio ulterior en el desarrollo doctrina lo representa la bula dogmática Benedictus Deus (Benedicto XII, 1.336), donde el Papa dice que las almas de los difuntos que no necesiten purificación, «están y estarán en el cielo (…) aun antes de la reasunción de sus cuerpos y del juicio universal», y así «ven la divina esencia con visión intuitiva y también cara a cara, sin mediación de criatura alguna». El paso del pronunciamiento papal a la teología de los padres, está fundado en la cristología, siendo, en realidad una explicación de lo que significa la «ascensión de Cristo». La ascensión del Señor es un acontecimiento histórico y antropológico, que significa que el cielo ya no está cerrado. Cristo está en el cielo, lo que quiere decir: Dios está abierto respecto al hombre, y cuando éste en cuanto justificado, es decir, en cuanto perteneciente a Cristo y aceptado por Él, pasa por la muerte, entonces se adentra en la apertura de Dios (2).
Si cambiamos al punto de vista filosófico, podemos decir que la inmortalidad jamás es una afirmación de una certeza filosófica. Sólo se llegó a afirmar cuando, a la vez, entraba en juego una tradición religiosa con autoridad. Así, en Platón, la inmortalidad se encuentra en un contexto religioso que es el arranque, además, de una filosofía de la justicia. De esta manera, se puede decir que Platón no desarrolló una teoría unitaria sobre lo que es el alma y su relación con el cuerpo. De la misma manera, Aristóteles con su definición del alma como entelequia (3), convierte al alma en principio orgánico, forma atada a su materia y pasajera también con ella. Lo espiritual no es más que la participación del hombre en un principio divino que lo supera (4). ¿Qué quiere decir esto? Que no se da la dualidad cuerpo – alma en el hombre, sino una estricta unidad cuerpo-alma y un principio espiritual impersonal. En el estoicismo, por otra parte, el alma está compuesta de fuego, el más tenue de los elementos: el estoicismo vuelve a una concepción materialista del mundo.
En el neoplatonismo de Plotino, el mundo se compone de tres sustancias, el uno, el nous y el alma. Esta trinidad neoplatónica, no es sólo su cosmología y su teología, sino que abarca también su antropología: si el alma mira hacia abajo en el proceso cósmico descendente, se multiplica en el espejo de la materia, de manera que menos unitaria es, mientras que en sentido ascendente, se reencuentra con la unidad, la realidad y, en definitiva, con la divinidad. Este pequeño recorrido en el pensamiento del mundo antiguo muestra que al igual que la doctrina de la inmortalidad del alma, el dualismo cuerpo-alma griego, no tiene una correspondencia con la realidad.
En la antigua Iglesia la doctrina de la inmortalidad tiene dos aspectos, uno cristológico, que asegura la indestructibilidad de la vida debida a la fe, y otro entrelazado con la idea del sheol, que son su trasfondo antropológico. El sujeto del estar con Cristo se llama la mayoría de las veces, siguiendo la tradición judía, alma o espíritu.
Sin embargo la fe presentaba una exigencia a la antropología que no podía satisfacer ninguna de las antropologías existentes, por lo que había que desarrollar una antropología que reconociera al hombre como criatura de Dios y, por otro que distinguiera en el hombre lo pasajero de lo permanente. Además, esta distinción se tenía que realizar de manera que se mantuviera abierta la aproximación a la unidad definitiva del hombre y de la creación.
Fue Santo Tomás de Aquino el que hará una síntesis de forma definitiva y convincente cuando dice que el alma es la forma del cuerpo, produciendo un cambio total en el aristotelismo. La materia sin la forma se quedaría en mera posibilidad; la forma se hace realidad únicamente en la unidad con la materia.
Así, podemos decir que el concepto de alma pues, tal como se ha venido utilizando en la liturgia y la teología hasta el Concilio Vaticano II tiene tan poco que ver con la Antigüedad como la idea de la resurrección. Se trata de un concepto estrictamente cristiano, y sólo ha podido formularse de ese modo sobre el terreno de la fe cristiana, cuya visión de Dios, del mundo y del hombre es expresada por dicho concepto en el ámbito de la antropología (5)
(1) Ibid., p. 153.
(2) Ibid., p. 156.
(3) De anima B 412a19ss
(4) De generatione animalium B 736b28,737ª10,744b22
(5) Ratzinger. Op. cit, p.167.
La muerte en el Nuevo Testamento.
El Nuevo Testamento no expresa pensamientos nuevos, excepto uno fundamental, que aúna todo lo anterior y lo lleva a su plenitud: el martirio del testigo fiel, Jesucristo, y su resurrección. En Cristo resucitado se encuentran las respuestas de la fe.
Desde esta perspectiva, se da una nueva valoración de la muerte. El signo de la cruz no es una apología de la muerte, sino el mayor de los males; pero un mal que el amor redime el amor, precisamente haciendo de él instrumento más elevado, y paradójico a su vez, de la vida. haciendo de él el instrumento paradójico y supremo de la vida. La muerte sigue siendo lo antidivino: así lo vemos en Ap 20,13 ss y 1 Cor 15,23. La muerte es «el último enemigo». Su final indica el definitivo señorío de Dios.
A la vez, el Nuevo Testamento afirma que el Cristo mismo, es en cuanto justo un sufriente y un condenado a muerte. El justo ha bajado al sheol, donde no se alaba a Dios. En Cristo, es Dios mismo el que desciende al sheol y por fin, la muerte ya no es el país de las tinieblas abandonado de Dios y el ámbito de la cruel tiranía de Dios. Habiéndola visitado Dios por Cristo, la ha suprimido y superado como muerte.
La muerte como muerte está vencida en Cristo, en el que eso ocurrió por la fuerza de un amor ilimitado. La muerte es derrotada cuando se muere con Cristo y en Cristo. Por eso es por lo que la actitud cristiana se opone al deseo moderno de subitánea mors, que pretende reducir la muerte a un escueto momento, intentando así desterrar de la vida la presencia de lo metafísico. En la transformadora aceptación de la muerte, que se encuentra continuamente presente en toda la vida, el hombre madura para la vida verdadera y eterna (1).
Inmortalidad y resurrección de los muertos.
En el Nuevo Testamento.
En el judaísmo intertestamentario se aceptó parcialmente la doctrina de la resurrección de los muertos; sin embargo se convirtió en la profesión fundamental de los cristianos. La razón de este cambio no es otro que el hecho de la resurrección de Cristo que experimentaron y transmitieron sus discípulos.
El comienzo de la predicación pascual lo encontramos en las mismas palabras de Cristo, como lo podemos ver en Mc 12,18-27, donde en medio de la discusión de Jesús con los saduceos, que niegan la resurrección y que no conocen otra Escritura que el Pentateuco, Jesús prueba precisamente la resurrección a partir de las palabras de Dios a Moisés: «Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac, y el Dios de Jacob» (v. 26): es decir, los nombres mencionados por Dios están incluidos en el concepto de Dios mismo. En esta discusión, Jesús se sitúa en el punto de vista doctrinal farisáico con una diferencia: la resurrección se sitúa en el centro del credo, ya no es uno de los muchos enunciados de fe, sino que se identifica en el mismo concepto de Dios. La fe en la resurrección se contiene en la misma fe en Dios (2).
San Pablo en Rom. 6,1-14, interpreta el bautismo como incorporación a la muerte de Cristo, aunque esta muerte se encuentra interiormente en camino a la resurrección, por ende, sufrir y morir por Cristo significa, a la vez, necesariamente participación en la esperanza de la resurrección. La comunión con Dios, tiene su forma concreta en la participación en el cuerpo de Cristo. De esta configuración sacramental del pensamiento, se incluye el culto de la Iglesia y a ella misma.
Por otro lado, en 1 Cor 15, Pablo discute contra interpretaciones espiritualistas de la fe en la resurrección, en contra de esto, el apóstol de los gentiles afirma que una promesa mística o existencial del cristianismo, vacía la fe: si los muertos no resucitan, entonces Cristo tampoco ha resucitado (v. 16).
Si viramos ahora a la teología joánica, vemos que Jn 11 acaba con la frase: «Yo soy la resurrección y la vida»: es decir, aquí la concepción teo-cristológica de San Pablo llega a su culmen, «El que cree en mí, aunque muera, vivirá» (v.25). La vinculación a Cristo es la resurrección. Desde esta realidad se interpreta el discurso eucarístico de Jn 6. Recibir a Cristo por la fe y el sacramento es como ser alimentado con el pan de la inmortalidad. La resurrección no aparece como algo lejano, sino un suceso que ocurre aquí y ahora.
¿Qué sucede entonces con la situación intermedia?. La Iglesia primitiva se mueve en el terreno de la tradición judía. En la literatura intertestamentaria vemos como el sheol, el mundo donde permanecen los muertos ya no se encuentra en el interior de la tierra, sino en Occidente, en un monte en el que el mundo se muestra en cuatro cuevas distintas. Los justos y los pecadores están separados: mientras que los pecadores esperan el juicio en la oscuridad, los justos viven en la luz. Esto es en líneas generales lo que se describe en el capítulo 22 del libro etiópico de Enoc (150 a. C.). Esta tradición judía es la que la Iglesia recogió y asimiló: en el memento de difuntos de la Plegaria Eucarística I, se reza por los que murieron en el signo de la fe y ahora «duermen el sueño de la paz». Se pide para ellos que Dios les dé el lugar de la luz, dela agua fresca y de la paz.
Un desarrollo posterior del desarrollo de esta materia aparece en el cuarto libro de Esdras (100 d. C). También los difuntos viven en cámaras distintas, y las «almas» de los difuntos siguen viviendo. Hay, sin embargo, una diferencia con el libro de Enoc, mientras que para éste el castigo empieza en el día del juicio, para Esdras el sufrimiento de los impíos, así como el premio de los justos, empieza ya en la situación intermedia. En el judaísmo rabínico la distinción de destinos tras la muerte es más consecuente: tras el juico que ocurre inmediatamente después que la muerte, empiezan dos caminos, el que lleva al paraíso y el que lleva al lugar de condenación. Hay una continuidad ininterrumpida entre las ideas judías y las del cristianismo primitivo tal como aparece en Lc 23,43; Lc 16, 19 – 19 y Ap 6,9.
También en la descripción que hace Josefo de los esenios en las Guerras de los judíos y en las Antigüedades, por una parte y los documentos del grupo sectario de Qmrán, por otra, se apela a una vida de ultratumba, aunque entendida de manera muy material. Josefo atribuye a los esenios una concepción material del alma, igual que en el estoicismo, lo que viene a demostrar la mutua influencia entre el mundo helenístico y el hebreo.
En el Nuevo Testamento tenemos las palabras de Jesús respecto a la situación intermedia recogidas en Lc 16, 19-29.23,43. La imagen que utiliza para describir el estado del pobre (seno de Abraham) y del rico (infierno), son utilizadas a propósito para describir el verdadero estado del hombre. Queda claro que la comunidad primitiva comparte cola fe en el más allá propia del judaísmo primitivo.
Algo parecido ocurre con el diálogo entre Cristo y Dimas en la cruz: «En verdad te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso» (23,43). Aquí se ve la transformación cristiana de las tradiciones judías, ya que se le promete a un condenado el destino exclusivo de los mártires. Es el crucificado el que se presenta con poder para abrir el paraíso a los que están perdidos. El paraíso se abre en Jesús. Cristo mismo es el paraíso.
En Pablo, se distinguen dos fases en el desarrollo de su pensamiento escatológico. Primero Pablo espera vivir cuando llegue la resurrección y la segunda venida de Cristo, tal como aparecen en 1 Tes 4,13 – 5, 11 y 1 Cor 15,12-58. La muerte no afecta al «estar con Cristo», sino que lo hace más perfecto, de tal modo que se puede considerar una «ganancia». Más claro en este sentido resulta Flp 1,23, donde refleja las ideas de 1 Tes. La resurrección y la situación intermedia no se excluyen sino que ambas realidades están entrelazadas.
En 2 Cor 5, 1-10, Pablo pone mucho interés en el anuncio de la esperanza de la salvación cristiana que se encuentra en Cristo resucitado y se centra en nuestra propia resurrección; pero de manera indirecta, hay otra consecuencia y es que Pablo no muestra miedo a tener que morir antes de la segunda venida del Salvador.
]]>(1) Ratzinger, op.cit. pp.116 - 117.
(2) Ratzinger, Op.cit. p.133.
Por su interés reproduzco el lamentable hecho acaecido en Sevilla, una vez que el Hermano Mayor de la Macarena, ha coronado su periplo con la ampliación del Museo de la Hermandad, para el cual ha contado con la aportación del Ayuntamiento de Sevilla.
Evidentemente, nada sale gratis y el Hermano Mayor ha hocicado con la Ley de Memoria Histórica anteponiendo la pasta a la verdad.
Vean la foto superior de la tumba del EXCELENTISIMO SR TENIENTE GENERAL DON GONZALO QUEIPO DE LLANO Y SIERRA y mas abajo se lee 18 DE JULIO DE 1936
¿Se acuerda ustedes de las palabritas de nuestro inclito Rodrigo Torrijos de Julio 2008 cuando le quitaron los honores de Hijo Adoptivo y Medalla de Oro de la ciudad, oigan con dos huevos , pues el “deshonrado” llevaba muerto desde 1951 y no habia posibilidad de que resucitara
Desde su muerte en marzo de 1951, sus restos reposan en la Basílica de la Hermandad de la Macarena, tras ser amortajado de verde terciopelo macareno,a la entrada de la Basílica que él ayudo a sufragar.
Sevilla, sin embargo, mantiene la digna condición de sevillano adoptivo a quien asesinara a los más valientes hijos de nuestra ciudad y obliga a tantos y tantos hombres y mujeres que buscan paz y piden consuelo y esperanza en la basílica de la calle Bécquer a compartir existencia con el infame general de División que allí yace enterrado ” .
Hoy se reinagura el museo macareno tras recibir 300.000 euros municipales . Uno de los primeros efectos de la reinaguración lo vemos en la lápida mortuoria de Queipo de Llano , redactada de forma social y politicamente correcta , con los tiempos que corren con lo que tenemos metido en la “granja San Francisco” o el “ambulatorio de Plaza Nueva” o el frente popular , donde se reescribe la historia , Ad Meu ZP Gloria .-
Como ven Don Gonzalo ha dejado de ser Excelentisimo Señor y , ya no es Teniente General , es como si Joselito el Gallo sufriera la goma macarena y dejara de ser matador de toros ( con los antitaurinos todos es cuestión de tiempo ) o Rodriguez Ojeda , le quitaran lo de bordador o Juanita Reina no cantara canción española .-
Los señores de la actual Junta de Gobierno Macarena , han borrado profesión y tratamiento para no violentar las pura conciencias rojas , Pero la cosa va mas allá tambien. han borrado de la lápida una fecha histórica 18 de Julio del 1936 y lo han sustituido por el escudo de la Hermandad, cosa que es de agradecer no lo hayan cambiado por la hoz y el martillo o el puño con el capullo ( con perdón) de los oberos españoles.-
Ahi estan las fotos pueden jugar a buscar las diferencias y sobre todo a buscar las causas y lo que lo han motivado . Enhorabuena sr Torrijos , enhorabuena señores de la Memoria Histérica , ya estan mas cerca de ganar la Guerra Civil , tienen el terreno muy liso .-
Alguien, preguntó una vez a cuento se pagaba el kilo de fajín , hoy habría que preguntarse a cuanto se paga , la goma de borrar historia de marmol y el lapiz de volver a escribirla ., olvidandose que la Madre de Dios la tuvieron que meter en un cajón para salvarla y uno de los que la salvo, esta ahí dentro . Muestra de la Sevilla cofrade agradecida -
¿Aqui reposa en la paz del Señor Don Gonzalo a secas ? . creo que se estará justificadamente retorciéndose en su tumba de costero a costero , y tendrá no la cara verde no por el antifaz, sino roja de vergüenza ajena como hoy sentimos muchos macarenos y sevillanos .-
Esto que han hecho los sres de la Junta de Gobierno de la Macarena tienen en mi pueblo un nombre, un nombre muy feo , eso que precisamente estan ustedes pensando .-
Fuente: La Sevilla que no vemos.
]]>Cuenta San Lucas en el libro de los Hechos de los Apóstoles que viendo el Sumo Sacerdote como aumentaban las conversiones al cristianismo en Jerusalén, arrestó a los apóstoles y los encarceló. Un ángel los liberó y les dijo que se presentaran en el Templo y predicaran «todo lo concerniente en torno a esta Vida» (Hech 5, 20). Dicho y hecho, los apóstoles cumplieron lo mandado.
En el Templo fueron detenidos de nuevo y llevados ante el Sanedrín, prohibiéndoles el Sumo Sacerdote enseñar la doctrina sobre Cristo, a lo que Pedro y el resto contestaron: «Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres. El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús a quien vosotros disteis muerte colgándole de un madero. A éste le ha exaltado Dios con su diestra como Jefe y Salvador, para conceder a Israel la conversión y el perdón de los pecados. Nosotros somos testigos de estas cosas, y también el Espíritu Santo que ha dado Dios a los que le obedecen» (Hech 5, 29 – 32).
Pedro dio una lección de fe. No se puede creer en Jesucristo, con todo lo que conlleva, y a su vez llevar una vida o mantener un pensamiento incoherente con lo que se cree. No se puede estar a la vez con Dios y con Satanás. Por otra parte, sabemos por razón natural que no podemos afirmar a la vez dos proposiciones contradictorias, es decir, no es posible afirmar X y no-X.
La política en España se ha llenado de podredumbre: la corrupción es un hecho generalizado. Esto no es más que una consecuencia de nuestro sistema oligárquico, no democrático. Aunque el cinismo de los políticos no se deduce necesariamente del sistema oligárquico en el que vivimos, sí es cierto que en cierta manera el sistema promueve y permite estos comportamientos viciosos, a lo que se añade la desvergüenza en el mentir, sostener lo insostenible, perpetuándose además gracias a una corrupción que llega hasta los tuétanos del cuerpo social.
De ahí que nos encontremos auténticos caraduras como Bono, un político que se presenta como católico, que antepone la disciplina de partido a la fe que libremente profesan, intentando convencer, además, de la coherencia de su postura. Tratan al pueblo como idiotas – aunque, dicho sea de paso, éste se lo permite -.
Bono es un cínico en toda regla. Utiliza el viejo marchamo del respeto para justificar su posición. Nada más falso. Él afirma que no puede imponer su código moral a nadie, sin embargo gracias al talante lo acaban colando por detrás y por delante.
Encima se permite contraponer el seguimiento a Cristo con la obediencia a los obispos, como si fuese antagónico. En fin.
Otro caso es el de Íñigo Urkullu del PNV, partido cuya base electoral se supone católica. Ante las declaraciones de Monseñor Iceta pidiendo a los políticos que reconsideren su postura respecto a la nueva ley del aborto, responde el señor Urkullu con un «(…) tampoco creo que toda la Iglesia Católica tenga una posición común», y posteriormente añadir que «también desde la reflexión en tal ámbito, me he movido desde una profunda convicción cristiana pensando en un Dios misericordioso en la búsqueda de ante un mal existente, y si -sin hipocresía- es imposible evitarlo intentar que sea un mal menor, habiendo puesto todos los medios posibles para una información y formación sexual para los niños, adolescentes y jóvenes, una formación en la maternidad y paternidad responsables en aquellos supuestos de no riesgo de la salud, etc. Y es que, y planteo al hilo de estas consideraciones que no sólo por las declaraciones del Obispo Auxiliar, mi segunda reflexión que va dirigida a intentar centrar el debate. No se trata de confrontar el Derecho a la vida con el derecho de la mujer a la salud ni la seguridad de los profesionales. No se trata de posicionarse sí o no ante una Ley mal llamada del Aborto. Ya existe una regulación de la despenalización parcial del aborto que data del año 1985. Veinticuatro años han transcurrido, pues, con la actual Regulación. Aprobada durante uno de los gobiernos primeros del PSOE y aplicada también durante los 8 años de gobierno del PP en el Estado español.»
Las posturas de Bono y Urkullu son de una inmoralidad insoportables.
Ahora bien, hay un dato curioso en lo escrito por Íñigo Urkullu: me refiero en concreto a la expresado sobre que no hay una posición común en la Iglesia respecto al tema del aborto. ¿No muestra esto que durante muchos años hemos adolecido de una total ausencia de autoridad episcopal? ¿Cuántos Institutos Francisco de Borja ha habido en estos decenios? ¿Y hermanas Forcades? ¿Con cuánta impunidad se han movido los que han hecho (pretérito perfecto) del disenso y la contestación del magisterio eclesial su bandera? Esta falta de preocupación por la salvación de las almas de los fieles ha calado y así, no es raro que opiniones como la de Urkullu, diciendo que «tampoco creo que toda la Iglesia Católica tenga una posición común» respecto al aborto se hayan vuelto creíbles para ciertas personas.
Y así estamos.
De esos polvos estos lodos.
No estaría mal que los Obispos plantearan una pastoral común sobre el apoyo de los políticos a las leyes abortistas.
Seguro que otro gallo nos cantaría.
]]>No hay duda de que la Biblioteca de Autores Cristianos es una de las mejores editoriales católicas.
Ahora mismo está embarcada en la recuperación de su fondo editorial (Deo gratias!), lo que no es óbica para que nos sigan ofreciendo una interesantísima oferta editorial, libros imprescindibles en cualquier biblioteca católica que se precie.
Recientemente la BAC ha presentado sus novedades, entre las que destaco - recomiendo, las siguientes:
- Blanquerna, de Raimundo Lulio.
- Tomo III de las obras completas de San Agustín. Este volumen es una reedición, ya que el mismo se encontraba agotado. En el mismo se recoge una obra interesantísima de San Agustín: “Contra los Académicos". Decir que es imprescindible, resulta redundante.
- Tomo VIII de las obras completas de San Jerónimo. Otro imprescindible. Leer a los padres de la Iglesia, sus comentarios bíblicos, la libertad con la que interpretaban la Sagrada Escritura, siempre desde la Iglesia y con la Iglesia, es verdaderamente aire fresco para el intelecto. La exegética actual, casi siempre en lucha contra la fe, dispuesta a confirmar el penúltimo dislate del exegeta de guardia, no resiste siquiera el primer asalto de cualquiera de los opúsculos de los Padres de la Iglesia. Más que nunca se hace necesario una lectura de la Sagrada Escritura desde los Padres.
En este libro en cuestión nos encontraremos con obras como “Contra Vigilancio", “Contra Rufino” o -"Contra Helvidio".
- Diálogo de doctrina christina, de Juan Luis Vives. En la web podemos leer: “El “Diálogo de doctrina chistiana” tiene como finalidad la explicación de las verdades de la religión cristiana. Es una obra maestra de la dialogística española, tanto por la profundidad de su contenido como por la belleza literaria de su composición. En el “Diálogo", intervienen tres personajes: Eusebio, Antronio y el arzobispo de Granada, Pedro de Alba. Fue publicado de forma anónima el año de 1529 en Alcalá de Henares. Tradicionalmente se ha atribuido la autoría a Juan de Valdés, pero en el cuerpo del presente libro se demuestra que él no pudo ser el autor porque ni la espiritualidad ni las características de la lengua ni la forma de traducir se corresponden con las Valdés. Por el contrario, coinciden a la perfección con las de Juan Luis Vives, que debe ser considerado su autor, aunque quisiera permanecer oculto.” ¿Se necesitan más motivos para agenciárselo?
- Teología dogmática. Curso fundamental para la fe católica. Aurelio Fernández Fernández.
Y para Noviembre el Tomo I de la edición bilingüe de la Suma Teológica.
¡Viva!
]]>Introducción.
El problema de la muerte en nuestra sociedad se muestra bajo el signo de una contradicción. Por una parte, la muerte es un tabú, algo que ocultar; por otra, se da un exhibicionismo de la muerte que corresponde exactamente con la destrucción del pudor en los demás terrenos de la vida.
Se puede decir sin ambages que el mundo burgués oculta la muerte. El tabú de la muerte se ve apoyado simplemente por la estructuración exterior de la sociedad, pero también por una postura elitista que se niega a participar en el juego general de esa especie de escondite, intentando superar el absurdo ni más ni menos que mirándole a los ojos (1). Ocurre lo que el filósofo Pieper llama la «banalización» materialista de la muerte, donde la muerte se reduce a un espectáculo: la muerte se presenta de manera trivial, eliminando así la inquietante pregunta que ésta provoca.
Todo esto tiene unas implicaciones importantes para el hombre en su relación consigo mismo y con la realidad. La letanía de los santos explican perfectamente la postura de la fe cristiana al respecto: «De la muerte súbita, libéranos Señor». El salir de este mundo sin estar preparado, es un peligro para la salvación del hombre. Hoy, una letanía del no creyente expresaría algo parecido a esto: Señor, danos una muerte repentina y desapercibida. Que la muerte venga repentinamente, sin tiempo para pensar ni padecer. Lo primero que esto demuestra es que no se ha conseguido anular plenamente el miedo metafísico. Se quisiera domestica, preferentemente, produciendo la muerte misma, haciéndola desaparecer como cuestión que supera la técnica y que atañe al ser hombre como tal. La importancia que indudablemente se da a la cuestión de la eutanasia se basa en que hay que anular la muerte como fenómeno que se me viene encima, sustituyéndola por la muerta técnica que yo mismo no necesito morir. Se intenta cerrarle la puerta a la metafísica, antes que consiga entrar (2).
Porque como señala el Concilio Vaticano Segundo: Frente a la muerte, el enigma de la condición humana alcanza su cumbre (3)
La muerte en el Antiguo Testamento.
La idea que Israel tiene de la muerte tiene concomitancias con las concepciones propias de un mundo arcaico, que se sentía seguro en el ámbito de la tribu. Lentamente se hacen sentir los cambios que se van operando de cara a la realidad y que tienen que seguirse de la negación de los dioses míticos y de la creencia en la unicidad absoluta de Yahvéh. Estos cambios se reflejan, en primer lugar, en las escuelas sapienciales que pueden ser consideradas como un paralelo judío respecto a la filosofía griega.
Aparece como la normal realización de la vida el morir «viejo y saciado de vida». El no tener hijos o la muerte muy temprana aparecen como un castigo que alcanza al hombre y anula su participación en la vida. Estos acontecimientos son consecuencia del pecado, de modo que la vida y el concepto de su justicia aparecen intactos.
Por otro lado, los difuntos bajan al sheol, donde lleva una existencia vacía, como una sombra. De hecho, en el sheol los difuntos son reducidos a rephaim (sombras, espectros) (4): allí llevan una existencia vacía.
El muerto está separado del lugar de los vivientes, en una zona donde no es posible la comunicación. El abismo de ese vacío se muestra en que Dios no se encuentra allí: en ese lugar no se le alaba.
Sin embargo este no ser no es la nada total, de ahí que resulte imposible conformarse con la muerte como si fuese algo natural. Es lógico que Israel desarrolle, especialmente en la oración, una fenomenología de la enfermedad y la muerte, que las interprete como fenómenos espirituales. La enfermedad se ve como destrucción de las relaciones de la vida, por lo que finalmente se concluirá que no cualquier tipo de existencia es vida. La vida se da donde no hay enfermedad, soledad y aislamiento. La vida se identifica con la bendición, y la muerte con una maldición. Vida hay donde existe abundancia de plena realización, de amor, de comunidad, vida hay donde se contacta con Dios.(5)
La fe exclusiva en Yahvé, fuente de vida, evoluciona con el tiempo hacia una interpretación más clara de la vida después de la muerte. Si el hombre físicamente vivo puede considerarse muerto a causa de la incomunicación con Dios, ¿no deberá entonces la fuerza de la comunicación de Dios vencer la muerte física? ¿No puede haber vida más allá de la destrucción física, especialmente si está ligada a la fidelidad a Dios, como ocurre en el martirio?
Esta crisis se puede comprobar por ejemplo en los libros sapienciales, en Eclesiastés y Job. Por ejemplo en, Ecl 2,16 la vida y la muerte del hombre no tienen lógica visible. En el Eclesiastés conduce a un profundo escepticismo: todo es vanidad. La vida cae en crisis. Job, por otra parte, es mucho más dramático. En 19,22-25, Job espera en el Dios creído en contra del Dios experimentado, confiándose al desconocido.
Un avance lo encontramos, por otra parte, en el Deuteroisaías, tras la dolorosa experiencia del exilio, tal como se recogen en los cantos del Siervo de Yahveh. Aquí muerte y enfermedad no son castigos por el pecado, sino que pueden representar igualmente el camino de quien pertenece a Dios en cuanto éste, con su sufrimiento, abre a los otros la puerta que da la vida y, en cuanto sufriente se convierte en su salvador.(6)
Los salmos 16 y 73 profundizan y maduran a su manera las experiencias que reverberan aquí. Así en el salmo 16 (especialmente v. 9ss), el salmista dice «por eso se alegra mi corazón y jubila mi alma, y aun mi carne se siente segura. Que no dejarás tú mi alma en el sepulcro, no dejarás que tu santo experimente la corrupción». Más profundo es, si cabe, el salmo 73 (uno de los preferidos de San Agustín), donde el salmista, se enfrenta a la misma problemática que aparece en el Eclesiastés y en Job.: «Pero no, yo estaré siempre a tu lado, pues tú me has tomado de la diestra. Me gobiernas en tu consejo y al fin me acogerás en la gloria. ¿A quién tengo yo en los cielos? Fuera de ti nada deseo sobre la tierra. Perezca mi carne y mi corazón y el vigor de mi alma, pero mi porción es Dios por siempre. Porque los que se alejan de ti perecerán sin duda. Arruinas a cuantos te son infieles. Pero mi bien es estar apegado a Dios, tengo en Yahveh Dios mi esperanza, para poder anunciar tus grandezas».
Si la comunicación con Dios es la vida y la incomunicación con Él es la muerte, aquí llegamos a las últimas consecuencias en la experiencia concreta del salmista: la comunión con Dios es la realidad.
Queda por visitar un tercer grupo de textos, en concreto los que pertenecen a la literatura martirial. En Dan 12,2 leemos: «Las muchedumbres de los que duermen en el polvo de la tierra se despertarán, unos para eterna vida, otros para eterna vergüenza y confusión». Aquí nos encontramos con la declaración más importante de la fe en la resurrección de todo el Antiguo Testamento. Este texto se encuadra en las persecuciones que llevó a cabo Antíoco IV Epífanes (167 – 164 a. de C.) Junto a Daniel nos encontramos el libro de la Sabiduría y el segundo libro de los Macabeos. En los Macabeos se recoge y desarrolla la fe de Daniel, dando testimonio que la misma fe se encuentra extendida en la diáspora. Podríamos decir que el creyente, durante la persecución, debe elegir entre la justicia de Yahveh, o su bios. En este caso, la justicia de Yahveh es más importante que su propia existencia biológica. Justicia y verdad de Dios no son ideas sólo, sino realidad propiamente tal. Quien se adentra en ella penetra en la vida. Es lo mismo que expresa el libro de la Sabiduría en 3,1ss y 16,13.
]]>1)Escatología, J.Ratzinger. Ed. Herder, 2ª ed. 2.007, p.90.
2)Ibid., pp. 90-91.
3)GS n.18
4)Cf. Is 14,9; Is 26, 14.19; Sal 88,11; Pro 2,18; Pro 9,18; Pro 21, 16.
5)Ratzinger, op.cit. p.101.
6)Ibid., p. 105.
Este artículo se lo dedico a Fray Pascual Saturio, como muestra de lo que es la hermenéutica de la continuidad.
Aquí veremos como Sacrosanctum Concilium dice lo mismo que lo que ya había escristo San Francisco de Sales en su Filotea.
11. Mas, para asegurar esta plena eficacia es necesario que los fieles se acerquen a la sagrada Liturgia con recta disposición de ánimo, pongan su alma en consonancia con su voz y colaboren con la gracia divina, para no recibirla en vano. Por esta razón, los pastores de almas deben vigilar para que en la acción litúrgica no sólo se observen las leyes relativas a la celebración válida y lícita, sino también para que los fieles participen en ella consciente, activa y fructuosamente. (…)
14. La santa madre Iglesia desea ardientemente que se lleve a todos los fieles a aquella participación plena, consciente y activa en las celebraciones litúrgicas que exige la naturaleza de la Liturgia misma y a la cual tiene derecho y obligación, en virtud del bautismo, el pueblo cristiano, “linaje escogido sacerdocio real, nación santa, pueblo adquirido” (1 Pe., 2,9; cf. 2,4-5). Al reformar y fomentar la sagrada Liturgia hay que tener muy en cuenta esta plena y activa participación de todo el pueblo, porque es la fuente primaria y necesaria de donde han de beber los fieles el espíritu verdaderamente cristiano, y por lo mismo, los pastores de almas deben aspirar a ella con diligencia en toda su actuación pastoral, por medio de una educación adecuada. Y como no se puede esperar que esto ocurra, si antes los mismos pastores de almas no se impregnan totalmente del espíritu y de la fuerza de la Liturgia y llegan a ser maestros de la misma, es indispensable que se provea antes que nada a la educación litúrgica del clero. Por tanto, el sacrosanto Concilio ha decretado establecer lo que sigue: (…)
48. Por tanto, la Iglesia, con solícito cuidado, procura que los cristianos no asistan a este misterio de fe como extraños y mudos espectadores, sino que comprendiéndolo bien a través de los ritos y oraciones, participen conscientes, piadosa y activamente en la acción sagrada, sean instruidos con la palabra de Dios, se fortalezcan en la mesa del Cuerpo del Señor, den gracias a Dios, aprendan a ofrecerse a sí mismos al ofrecer la hostia inmaculada no sólo por manos del sacerdote, sino juntamente con él, se perfeccionen día a día por Cristo mediador en la unión con Dios y entre sí, para que, finalmente, Dios sea todo en todos.
Sacrosanctum Concilium (11.14.48)
]]>1. Todavía no te he hablado del sol de las prácticas espírituales, que es el santísimo, sagrado y muy excelso sacrificio y sacramento de la Misa, centro de la religión cristiana, corazón de la devoción, alma de la piedad, misterio inefable, que comprende el abismo de la caridad divina, y por el cual Dios, uniéndose realmente a nosotros, nos comunica magníficamente sus gracias y favores.
2. La oración, hecha en unión de este divino sacrificio, tiene una fuerza indecible, de suerte, Filotea, que, por él, el alma abunda en celestiales favores, porque se apoya en su Amado, el cual la llena tanto de perfumes y suavidades espirituales, que la hace semejante a una columna de humo de leña aromática, de mirra, de incienso y de todas las esencias olorosas, como se dice en el Cantar de los Cantares.
3. Haz, pues, todos los esfuerzos posibles, para asistir todos los días a la santa Misa, con el fin de ofrecer.. con el sacerdote, el sacrificio de tu Redentor a Dios, su Padre, por ti y por toda la Iglesia. Los ángeles, como dice San Juan Crisóstomo, siempre están allí presentes, en gran número, para honrar este santo misterio; y nosotros, juntándonos a ellos y con la misma intención, forzosamente hemos de recibir muchas influencias favorables de esta compañía. Los coros de la Iglesia militante, se unen y se juntan con Nuestro Señor, en este divino acto, para cautivar en Él, con Él y por Él, el corazón de Dios Padre, y para hacer enteramente nuestra su misericordia. ¡ Qué dicha para el alma aportar devotamente sus afectos para un bien tan precioso y deseable!
4. Si forzosamente obligada, no puedes asistir a la celebración de este augusto sacrificio, con una presencia real, es menester que, a lo menos’ lleves allí tu corazón, para asistir de una manera espiritual. A cualquiera hora de la mañana ve a la iglesia en espíritu, si no puedes ir de otra manera; une tu intención a la de todos los cristianos, y, en el lugar donde te encuentres, haz los mismos actos interiores que harías, si estuvieses realmente presente a la celebración de la santa Misa en alguna iglesia.
5. Ahora bien, para oír, real o mentalmente, la santa Misa, cual conviene: 1.º Desde que llegas, hasta que el sacerdote ha subido al altar, haz la preparación juntamente con él, la cual consiste en ponerte en la presencia de Dios, en reconocer tu indignidad y en pedir perdón por tus pecados, 2º Desde que el sacerdote sube al altar hasta el Evangelio, considera la venida y la vida de Nuestro Señor en este mundo, con una sencilla y general consideración. 3º Desde el Evangelio hasta después del Credo, considera la predicación de nuestro Salvador, promete querer vivir y morir en la fe y en la obediencia de su santa palabra y en la unión de la santa Iglesia católica. 4º Desde el Credo hasta el Pater Noster, aplica tu corazón a los misterios de la muerte y pasión de nuestro Redentor, que están actual y esencialmente representados en este sacrificio, el cual, juntamente con el sacerdote y el pueblo, ofrecerás a Dios Padre, por su honor y por tu salvación. 5º Desde el Pater Noster hasta la comunión, esfuérzate en hacer brotar de tu corazón mil deseos, anhelando ardientemente por estar para siempre abrazada y unida a nuestro Salvador con un amor eterno. 6º Desde la comunión hasta el fin, da gracias a su divina Majestad por su pasión y por el amor que te manifiesta en este santo sacrificio, conjurándole por éste, que siempre te sea propicio, lo mismo a ti que a tus padres, a tus amigos y a toda la Iglesia, y, humillándote con todo tu corazón recibe devotamente la bendición divina que Nuestro Señor te da por conducto del celebrante.
Pero, si, durante la Misa, quieres meditar los misterios que hayas escogido para considerar cada día, no será necesario que te distraigas en hacer actos particulares, sino que bastará que, al comienzo, dirijas tu intención a querer adorar a Dios y ofrecerle este sacrificio por el ejercicio de tu meditación u oración, pues en toda meditación se encuentran estos mismos actos o expresa, o tácita o virtualmente.
San Francisco de Sales, Introducción a la vida devota, 2ª parte, capítulo XIV
La liberación total del Misal del Beato Juan XXIII hace ya dos años, por parte del Romano Pontífice Benedicto XVI ha sido una bendición y un regalo para toda la Iglesia.
Los que como yo, hemos nacidos y vividos bajo el Novus Ordo, el Usus Antiquior ha supuesto el encuentro con un verdadero tesoro litúrgico, una espiritualidad riquísima, con la que la Iglesia se ha conducido durante siglos.
Sólo una persona acomplejada, con prejuicios, totalmente obtusa, puede ver una cosa distinta a la que es, es decir, “la continuación del oficio sacerdotal de Jesucristo por medio de la Sagrada Liturgia” (Mediator Dei 5); al fin y a la postre la Liturgia a la que han asistido y participado tantos y tantos fieles y santos.
Fray Pascual Saturio, O.P. ha escrito un lamentable artículo que deja en el lector una extraña mezcla de rabia y pena. Rabia por la manera con la que un hijo de Santo Domingo de Guzmán arremete tan injustamente contra la doctrina de la Iglesia. Injusta, torticera y mentirosamente. Rabia porque se permita que este fraile cause tanto dolor a los fieles, sin que nadie le llame a capítulo.
Y también pena. Pena porque la iracundia con la que se expresa el fraile es el reflejo de una vida frustrada, una vida de oposición a todo lo que es la doctrina de la Iglesia: una verdadera lástima, pero no por ello incomprensible.
Para estas personas el telón cae definitivamente. La fantasía en la que habían vivido, un cristianismo sin Cristo, sin el Señor, sino en manos de un revolucionario, un muñequito muy bonito pero que no se corresponde con la fe de la Iglesia, esa fe que nos transmitieron los Apóstoles, la fe vivida por los santos y los fieles, la gente sencilla, en definitiva, la fe en ese Dios “en el que vivimos, nos movemos y existimos” (Hech 17,28), contra la que este tipo de personas han estado luchando toda su vida, nunca se fue.
Los frutos de los que como Fray Pascual se mueven en el rupturismo, de los que han reinventado y reinterpretado el Concilio Vaticano II torticeramente, engañando al pueblo (¿a cuántos habrá confesado Fray Pascual ofreciéndole «su» doctrina y no la fe de la Iglesia? Mejor no pensarlo) se cuentan por muertos, y ya se sabe que Dios no es «un Dios de muertos, sino de vivientes» (Mt 22,32). Él es «el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob» (Mt 22,32).
Este dominico está pidiendo por caridad que le llamen al orden, que lo manden a un retiro. Lo necesita. Por eso brama y echa espumarajos por la boca, contra lo más precioso, contra la Iglesia, atacando indirectamente al Romano Pontífice.
Afirma Fray Pascual Saturio, O.P., que esa Liturgia era una expresión de una manera de pensar. Claro. Lex orandi, lex credendi. Igual que el Novus Ordo. Efectivamente, tal como lo afirma Sacrosanctum Concilium 7:
Con razón, pues, se considera la Liturgia como el ejercicio del sacerdocio de Jesucristo. En ella los signos sensibles significan y, cada uno a su manera, realizan la santificación del hombre, y así el Cuerpo Místico de Jesucristo, es decir, la Cabeza y sus miembros, ejerce el culto público íntegro. En consecuencia, toda celebración litúrgica, por ser obra de Cristo sacerdotes y de su Cuerpo, que es la Iglesia, es acción sagrada por excelencia, cuya eficacia, con el mismo título y en el mismo grado, no la iguala ninguna otra acción de la Iglesia
Para Fray Pascual es triste volver a esa mentalidad, sea esta la que sea, porque ¿se ha ido acaso? No hay otra doctrina, es la misma, lo que hemos recibido. Por eso siguen vigente los mandamientos. Sexto y el noveno inclusives. Siguen resonando las palabras de San Pablo donde dice el apóstol de los gentiles:
No sabéis acaso que los injustos no heredarán el Reino de Dios? ¡No os engañéis! Ni los impuros, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los homosexuales, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los ultrajadores, ni los rapaces heredarán el Reino de Dios (1 Cor 6, 9.10).
Piensa Fray Pascual Saturio, O.P., que la forma extraordinaria de la Iglesia es una Liturgia sin vida. Es el único consuelo que le queda ante tanto dolor, pero por mucho que se quiera engañar, lo cierto y verdad es que las Misas están llenas de jóvenes.
Son los estertores de un mal sueño de unos miembros de la Iglesia que están viendo que su tiempo llegó a su fin, si es que alguna vez fue.
¡Qué pena de Fray Pascual!
Lo que otros dicen: La Cigüeña de la Torre (I); La Cigüeña de la Torre (II)
]]>¿Alguien sabe por dónde queda Barnaul? Desde luego no es Alcalá de los Gazules. Ni Osuna.
Barnaul está en medio de la estepa Siberiana - ¿ha dicho algo? – Allí se van Juan y Cecilia, un joven matrimonio perteneciente al Camino Catecumenal, con sus cinco hijos – el quinto todavía en el seno de la madre -.
Van para evangelizar esas tierras, para llevar almas a Dios. Una locura o una necedad para el mundo. Mientras que el mundo hoy presiona para desterrar a Cristo de la sociedad, un matrimonio lo abandona todo por el Señor.
Cosas como estas son las que hacen al Camino Neocatecumenal hoy insoportable a esta sociedad fofa, estragada de excesos. Mientras que el mundo hoy pide contención en el número de hijos, la plastificación de la vida, la separación del sexo del matrimonio, los miembros del Camino cumpliendo aquello de «Creced y multiplicaos y llenad la tierra» (Gen 9,1). Y en un mundo donde la muerte es a la vez tabú y presencia, los miembros del Camino anuncian la vida eterna.
Abandonan lo que tienen para darse y entregarse a los demás. Por amor a Dios. Una respuesta a su vocación, henchidos por la Gracia de Dios.
Mucho se podrá objetar al Camino, pero, ¿quién no tiene defectos e imperfecciones?, ¿es que acaso no somos de carne?, pero lo que no se podrá hacer es su amor a Cristo y su Iglesia. Y si estamos prestos a denunciar los abusos que se cometen en la Iglesia, ¿cómo no vamos a anunciar la gran alegría que supone que un matrimonio católico misione para llevar a Cristo Crucificado?
¡Tenemos derecho a ello!
¡Recemos por este matrimonio bendito y su obra!
]]>Fuente: Panorama Católico Internacional
]]>«Tal como he indicado anteriormente, el Nuevo Testamento no contiene un concepto firmemente delineado de «alma». Él mira más bien desde la resurrección del Señor hacia nuestra propia resurrección, en la que nuestra suerte se hará definitivamente una con la del Resucitado. Pero el Nuevo Testamento advierte también (en total continuidad con la fe del judaísmo contemporáneo) que, entre muerte y resurrección, el hombre no se hunde en la nada. (…) Dos cosas quedan claras:
1.- El hombre sigue viviendo «junto al Señor» también antes de la resurrección.
2.- Esta permanencia en la vida no es todavía idéntica con la resurrección, que sólo llegará «al fin de los días» y que será la plena irrupción del señorío de Dios sobre el mundo.
Al comienzo nadie se preocupó mucho por el instrumental antropológico de estas afirmaciones. Sólo en un proceso muy lento se fue formando a partir de estos datos fundamentales de la fe el concepto cristiano del hombre integrado por cuerpo y alma. Así, el «alma» pasó a describirse como la portadora de esa «situación intermedia». Se puede decir que la configuración de estos conceptos sólo llegó a una cierta conclusión con Tomás de Aquino, o sea, en la alta Edad Media. Por supuesto, ya desde la época de los Santos Padres la palabra «alma» se había convertido en una vocablo fundamental de la fe y de la oración de la cristiandad en el que se expresaba la certeza de la indestructible continuidad del yo humano, que perdura más allá de la muerte. Así se desarrolló una imagen del hombre en la que la «inmortalidad del alma» y la «resurrección de los muertos» no son afirmaciones contrapuestas sino complementarias para los grados de una única certidumbre de esperanza. Un primer asalto a esa certeza se dio con Lutero, para quien la utilizabilidad del concepto de alma se hizo dudosa justamente por las mismas razones que en nuestro siglo han traído consigo la crisis de dicho concepto también en la Iglesia católica. Hasta entonces, el lenguaje de esperanza había crecido en la comunidad de la fe, que en su unidad diacrónica había garantizado al mismo tiempo la identidad del objeto de nuestra fe en el proceso paulatino desarrollo de las palabras y en la formación de una visión integral de la realidad en la que se basa la fe: desarrollo e identidad no eran polos contrapuestos porque el sujeto común de la Iglesia los mantenía unidos. Pero, para Lutero, la Iglesia no era ya garantía alguna de identidad son, por el contrario, la arbitraria corruptora de la pureza de la palabra. Ahora, la tradición ya no es más la vitalidad permanente de lo originario sino su antagonista. El verdadero sentido del comienzo debe buscarse en la comprensión histórica de la Biblia en contra de la comprensión viva de la Iglesia. El desarrollo ya no es categoría alguna porque falta su portador. Con ello se hace ineludible la fijación a la terminología bíblica así como también el rechazo del concepto de alma, que había expresado una síntesis de elementos particulares de la concepción bíblica que no está verbalmente presente en la Biblia misma. Con esa separación de origen y tradición se relaciona en Lutero una resistencia interna contra lo griego, contra el elemento filosófico dentro de lo cristiano. El cristianismo histórico se basa en una fusión de la herencia bíblica con el pensamiento griego. Ahora hay que deshacer de nuevo esa síntesis y buscar un cristianismo no helénico.
Como en muchos otros ámbitos, también aquí la radicalidad de Lutero demostró ser una anticipación en la historia del espíritu que sólo mucho tiempo después habría donde desarrollar plenamente su acción. En un principio, en la ortodoxia luterana siguió vigente en gran medida la figura de la tradición eclesiástica de la fe, aunque con signo diferente y con determinadas modificaciones. Sólo con la gran crisis de la tradición que significó la Ilustración y con la victoria del historicismo que se fue imponiendo paulatinamente durante el siglo XIX llegó a desplegar ampliamente su acción el cambio de postura ante la tradición en el que el historiador se coloca fuera del sujeto vivo de la tradición, no lee más la historia hacia adelante sino hacia atrás y, de ese modo, procura preservar puro su sentido originario. En la teología católica, la crisis estaba preparada desde la asunción de la interpretación histórico crítica de la Biblia, que fue legitimada asimismo por la encíclica bíblica de Pío XII. La filosofía tradicional escolástica no estaba pertrechada para procesar los problemas filosóficos planteados por esa nueva exégesis. La crisis se puso abiertamente de manifiesto a partir del concilio Vaticano II, en el que, bajo la impresión de una innovación total, el continuum de tradición que había regido hasta ese momento terminó convirtiéndose en el ámbito abandonado de lo «preconciliar». Se suscitó así la impresión de que había que esbozar de nuevo el cristianismo en todos los campos. De este modo, las preguntas pendientes que también había en el campo de la escatología adquirieron el ímpetu de la fuerzas de los elementos, que casi sin esfuerzo alguno sacaron de en medio el conjunto estructurado de la tradición. Expresión elocuente de la rapidez de este proceso es el hecho de que el Catecismo holandés – publicado sólo un año después de concluido el Concilio – dejara tras de sí la doctrina de la inmortalidad del alma humana y, en lugar de ella, hablara de una (muy insuficientemente aclarada) antropología de los grados de la resurrección. Incluso el misal de Pablo VI sólo se atreve tímidamente aquí y allá a hablar sobre el alma, mientras que elude lo más posible articular la idea. El ritual de exequias alemán deja totalmente de hablar del alma, por lo menos hasta donde yo puedo verlo.
El hecho de que un elemento tan hondamente arraigado y tan central de la fe y de la oración cristianas pudiese desaparecer tan rápidamente no puede sino suscitar asombro. Tal proceso no debe atribuirse en primer término al cambio de la visión acerca del hombre, sino que (como en el caso de Lutero) es antes que nada expresión de una relación radicalmente modificada para con la tradición. En tal sentido se hace aquí visible una crisis general de lo católico, caracterizado esencialmente por una determinada relación con la tradición. Justamente esta relación propia de lo católico con la tradición se hace aquí incomprensible. Pero hay que proseguir: se hace incomprensible porque se encuentra en contradicción con la comprensión de la historia propia del mundo tecnificado y con su racionalidad antihistórica. Por el otro lado se comprende a su vez la eficacia de la nueva visión y la singular pérdida de lo católico en el mundo moderno.
Intentemos captar la idea desde otra perspectiva. Aplicando a otro terreno una imagen de Kolakowski podría decirse que el trato del método histórico crítico con el objeto puede compararse con una suerte de necrofilia: los datos singulares son mantenidos en su particular punto histórico concreto y fijados a su posición de entonces. Como se ha dicho, se intenta alcanzar una preservación lo más pura posible de los puntos del pasado en cuanto puntos. En relación con la fe cristiana, esto significa que se procura aislar la forma más antigua respecto de sus configuraciones posteriores a fin de alcanzar por fin el mensaje de Cristo en su «pureza». Una vez encontrado el Jesús de la fuente de los logia, todo lo demás se declara como agregado humano cuyos factores pueden combinarse después.
El verdadero administrador de llaves de tal mensaje comprendido arqueológicamente sólo puede ser el historiador. Que en la historia pueda haber un sujeto continuo en el que el desarrolló sea fidelidad y que posea potestad en sí mismo queda aquí fuera del campo visual.
Para una actitud semejante, la síntesis antropológica en la que la tradición cristiana unió los diferentes elementos de la fe bíblica tiene que perder su significación y hasta volverse sospechosa. De hecho, en el Nuevo Testamento no puede encontrarse literal y unitariamente el concepto tradicional de alma. Para la orientación que ha asumido el pensamiento teológico después del Concilio han sido decisivos otros dos motivos. En primer lugar hay que hablar del reforzado retorno de un sentimiento antihelénico, que en la historiografía de los dogmas se había convertido prácticamente desde sus inicios en su categoría expositiva fundamental. Su contenido, su significado y sus límites nunca han sido propiamente elaborados. La actitud negativa ante lo griego se ha visto favorecida por dos actitudes fundamentales presentes en la actualidad: por una parte, el escepticismo contra la ontología, contra el discurso sobre el ser, que resulta contrario y hasta parece inaceptable para la actitud tanto funcional como activa del pensamiento actual. En la teología se ha contrapuesto de buen grado al pensamiento ontológico, denunciado como estático, la actitud histórica y dinámica de la Biblia. También se ha contrapuesto lo ontológico como lo objetivo a lo dialógico y lo personal. A ello se ha agregado como segundo momento un temor, casi un pánico, ante el reproche de su dualismo. Considerar al hombre como un ser compuesto de cuerpo y alma, creer en una supervivencia del alma entre la muerte del cuerpo y su resurrección parecía una traición al reconocimiento bíblico y moderno de la unidad del ser humano, de la unidad de la creación. Decir semejante cosa se consideraba visiblemente como una caída de la idea bíblica de la creación hasta un dualismo griego que divide el mundo en espíritu y materia».
Escatología, Joseph Ratzinger. Ed. Herder, pp. 286-292
]]>«Habladnos de cosas placenteras».
Porque esto es lo que queremos que nos cuentes, bellas historias que nos permitan seguir en los blandos brazos de Morfeo. No queremos despertar, ser conscientes de la cruda realidad, de la brutalidad de los hechos.
Loquimini nobis placentia
¡Felicitémonos por la manifestación de ayer!
¿Felicitémonos?
Las manifestaciones son los mecanismos de escape que el mismo sistema permite, vias de escape, fístulas por donde se disminuye la presión social del disenso, que no se puede ya dirimir apelando a la racionalidad, porque esta se ha precipitado en el foso del relativismo y la irracionalidad. El objeto contra el que se protesta alcanzará su fin, definitivamente. Así fue con Irak y el matrimonio homosexual; y así será con la reforma de la ley del aborto.
Lo de ayer fue una pantomima, un embeleco orientado a llevar a las personas de buena voluntad al redil de los partidos que se reparten el pastel del control del Estado. Nunca los ciudadanos estuvieron más alejados del control del gobierno que en esta oligarquía que nos gobierna.
Benigno Blanco, Secretario de Estado bajo la égida de Aznar, lo dejó meridianamente claro antes de la manifestación (tanto que corrigió su discurso el día de la manifestación):
En declaraciones a Europa Press, Blanco dijo que si el PP no quiere eliminar cuando gobierne cualquier legislación que permita el aborto, que “al menos” implante una norma “seria” que posibilite las interrupciones de embarazos sólo en algunos casos muy concretos. El Foro reclama una ley que penalice a los médicos y profesionales que actúen al margen de la legislación, “pero nunca a la mujer que aborta, puesto que es, junto al no nacido, la otra víctima del aborto”
El mismo Benigno que profirió las siguientes palabras:
No admitimos la adhesión de ninguna confesión religiosa y de ningún partido político
durante la convocatoria de la manifestación del diecisiete de Ocubre, en la que se acabaría colando la plana mayor del PP, a título personal como no, pero nunca como partido: si eso no es talante – por detrás y por delante – que baje ZP y lo vea.
¿Qué hacían en la manifestación los políticos que no movieron un pelo del bigote para impedir el asesinato de los no nacidos?
Cuando lleguen las próximas elecciones, las masas acudirán a depositar su voto al PP - el partido que nos traerá la salvación -, el cual no sabremos por esas fechas si habrá admitido la reforma Aído, tal como admitió el matrimonio homosexual tras oponerse a él.
Mientras, loquimini nobis placentia, que la realidad brutal de los hechos no nos despierte, dejadnos en paz con estos sueños dulces que nos transportan a mundos donde se inicia una nueva era, la era de la vida.
Habladnos de cosas placenteras; por favor, no nos recuerdes que las leyes se cambian en el parlamento, que en España no hay división de poderes, sino de funciones y que el partido en el poder redacta, manda y aplica leyes; habladnos de ilusiones, no de la realidad, esa realidad que nos dice que para el ciudadano es imposible acceder al poder; habladnos cosas apacibles, no de aquellas que recuerdan la crueldad de lo fáctico, de una sociedad hoy abortista y ayer católica, que fue manipulada por los políticos porque los ciudadanos como individuos eran incapaces de decidir, eran pequeñas bestezuelas que tenían que ser dirigidas por los amos del cotarro del momento, igual que hoy; habladnos de cosas alegres, de la manifestación de ayer, de los datos que confirmaban los dos millones que previamente se habían anunciado, como si Tiresias hubiese revivido en Benigno Blanco; habladnos de cosas placenteras y no, no me recordéis las palabras que profirió Díaz Merchan, presidente de la CEE, el 27 de Enero de 1.983, en ABC – el periódico de la derecha española -:
el problema de la despenalización del aborto no debería servir como pretexto de unos y otros, para que el resto de los problemas urgentísimos que tiene nuestro país, como el del paro y otros muchos, que afectan a amplios sectores de la población pudieran dejarse en segundo término o dificultarse por falta de entendimiento entre los españoles
esas palabras que antepusieron los problemas económicos a los no nacidos, y hoy, más de veinte años después estamos peor y con, cientos de miles de niños sacrificados en el ara de Moloch, palabras que desactivaron la acción católica; no, no recordadnos esas palabras, ni las de Monseñor Cirarda, diciendo que
…La ley civil no tiene que seguir en su articulado todas las exigencias del orden moral…
no, habladnos de cosas placenteras.
Todo ha sido un éxito.
¿O no?
Super flumina Babylonis illic sedimus et flevimus, cum recordaremur Sion…..
]]>Me lo ha mandado una amiga y no me resisto a publicarlo:
El aborto
Un día, el padre Pellegrino le preguntó al Padre Pío: “Padre, esta mañana le ha negado la absolución a una señora por haberse hecho un aborto. ¿Por qué ha sido tan riguroso con aquella pobre desgraciada"?.
El Padre Pío contestó: “El día en que los hombres, asustados por el estampido económico, de los daños físicos o de los sacrificios económicos, pierdan el horror del aborto, será un día terrible para la humanidad. Porque es justo aquel el día en que deberían demostrar tener horror por ello. El aborto no es solamente homicidio también es suicidio. ¿Y con los que vemos sobre el dobladillo cometer con un solo golpe uno y otro delito, queremos tener el ánimo de enseñar nuestra fe? ¿Queremos recobrarlos o no"?
“¿Por qué suicidio"? preguntó el padre Pellegrino.
“Tú comprenderías este suicidio de la raza humana, si con el ojo de la razón, vieras ´la belleza y la alegría´ de la tierra poblada de viejos y despoblada de niños: quemada como un desierto. Entonces entenderías la doble gravedad del aborto: con el aborto siempre se mutila también la vida de los padres”.
La conversación entre San Pío y el fraile franciscano Pellegrino Funicelli, quien la describió en su libro “Jack of All Trades of Padre Pio” de 1991.
]]>“El pasado día 7 de octubre, festividad de nuestra Señora del Rosario, patrona de Cádiz, el Vicario General de nuestra diócesis de Cádiz y Ceuta, Rvdo. P. D. Guillermo Domínguez Leonsegui, firmaba en nombre del Señor Obispo, Monseñor D. Antonio Ceballos Atienza, el escrito por el que se nos asignaba la Real Capilla del Pópulo, en la ciudad de Cádiz, como templo en el que celebrar el Santo Sacrificio de la Misa según el rito romano en su forma extraordinaria, utilizando el Misal Romano editado por mandato del Papa Juan XXIII en 1962, y de conformidad con el Motu Proprio Summorum Pontificum, del Papa Benedicto XVI. De igual forma, se nombraba como presbítero para esas celebraciones al Muy Ilustre Señor Arcediano de la Catedral de Cádiz, Rvdo. P. D. José Carlos Muñoz García, que generosamente ha accedido a prestar ese servicio a Una Voce Cádiz.
Entrevistados con don Guillermo y con don José Carlos, se ha estimado conveniente que el Santo Sacrificio de la Misa se celebre en el citado templo gaditano todos los domingos y fiestas de guardar, a las 13:30 horas, tanto en verano como en invierno. En cuanto a la fecha de inicio, se comunicará oportunamente en este mismo sitio, y por otros medios que se estime necesario, tan pronto se determine, pues han de realizarse las actividades preparatorias necesarias que garanticen la dignidad de la celebración.
Conscientes de que esas celebraciones servirán para incrementar el sentido de comunión y unidad en la Iglesia Diocesana de Cádiz, desde esta tribuna invitamos, a todos los fieles interesados, a asistir con el decoro que tan sagrado Sacrificio requiere, ofreciéndonos para aclarar cuantas dudas e interrogantes puedan surgir al respecto, así como orientar en la forma de participar con fruto del acto más trascendental de nuestra religión católica.
La Junta Directiva, en pleno, así como cuantos integramos esta Asociación Una Voce Cádiz, queremos agradecer de todo corazón las facilidades, el interés, las fructuosas gestiones, que somos conscientes de que han realizado tanto nuestro amado Obispo como su Vicario, sin olvidar la valiosa mediación de nuestra Madre, la Virgen del Rosario, que tan especial regalo nos ha hecho el día de su festividad.
Al pié de la Cruz nos ponemos, junto con nuestra Señora, conscientes de que crucificados con Cristo nos haremos merecedores de su Redención, con la esperanza gozosa de participar de su gloriosa Resurrección y ser amados eternamente por Él en su Reino.”
Enlaces: Una Voce Cádiz y Una Voce Sevilla.
]]>A continuación, defensa de la Iglesia de San Francisco frente a manifestación pro abortista, ayer Domingo.
Primera parte:
Segunda parte:
Tercera parte:
Fuente: Santa Iglesia Militante
]]>- Las tres hipóstasis del egoísmo son: el individualismo, el nacionalismo, el colectivismo.
La trinidad democrática.
- La Iglesia es una historia que se pensó a sí misma como sistema.
Mientras no hubo historiador que la interrogara, la Iglesia pudo proclamarse inmóvil desde su origen, sin estorbar el proceso inconsciente de su metabolismo histórico.
Pero cuando se vio su incomensurabilidad a una simple estructura lógica, la Iglesia, en lugar de volver teóricamente explícitas las categorías implícitas en su praxis, se empeñó en negar la evidencia.
Engendrando alternativamente, así, un intengrismo que oculta su crecencia y un progresismo que viola su constancia.
- En el cristiano obseso por la “justicia” social no es fácil saber si la caridad florece o si la fe se extingue.
- El católico de izquierda acierta al descubrir en el burgués al rico de la parábola, pero yerra al identificar al proletariado militante con los pobres del evangelio.
- Abogado de los pobres, en el santoral democrático, significa demagogo enriquecido.
- Frente a la Iglesia triunfante y a la Iglesia militante, el nuevo clero se incorpora en la Iglesia claudicante.
- El catolicismo, para el católico de izquierda, es el gran pecado del católico.
- La sociedad libre no es la que tiene el derecho de elegir al que la manda, sino la que elige al que tiene derecho a mandarla.
- La división es radical entre los que acechan una consumación terrestre de la historia y los que aguardan una conclusión abrupta a su prolongación empírica.
La raza de los primeros cae en un cielo infernal, donde la exaltación maniática frente al triunfo apocalíptico alterna con la depresión melancólica ante el fracaso rutinario.
Los segundos, en cambio, contemplan la mediocridad inalterable de la existencia humana con resignación cristiana o con escéptica ironía.
Entre cristianos y escépticos existe un pacto para salvar al hombre de las demensias progresistas.
- “Tener el valor de aceptarse” es uan de tantas fórmulas modernas que pretenden ocultar la vileza dle hombre llamando difícil lo fácil.
El moderno asevera que nada cuesta tanto trabajo al hombre, como ceder a su animalidad.
- Aguardar que Spinoza y Reimarus hicieran las preguntas fue tan tonto como esperar que un protestantismo desteñido, de Baur a Bultmann, diera las respuestas.
- El primado de aan Pedro estorba al clero progresista, el misticismo de san Juan le carga, la teología de san Pablo lo irrita.
¿No será que su patrón es el apóstol dotado de conciencia social, el que protestó contra el despilfarro ceremonial de ungüentos, el que propuso vender la mirra litúrgica para repartir su precio entre los pobres?
- La desorientación intelectual en que vivimos no proviene del fraccionamiento creciente de la ciencia, sino del rigor creciente de la filosofía.
El hombre caminta a trompicones cuando la filosofía renuncia a ensuciarse las manos.
- La inmoralidad del gobernante es la última protección del ciudadano contra el creciente poderío del Estado.
Del prevaricador se puede esperar compasión, pero no del doctrinario.
- “Dios ha muerto” exclamó ese Viernes Santo que fue el siglo XIX:
Hoy vivimos en el atroz silencio del sábado. En el silencio de la tumba habitada.
¿En cuál siglo alboreará, sobre la tumba desierta, el Domingo de Pascua?
- El catolicismo popular es el blando de todas las iras progresistas.
Fe popular, esperanza popular, caridad popular, irritan a un clero de extracción pequeño burguesa.
- Las tácticas de la polémica tradicional fracasan ante el dogmatismo impertérrito del hombre contemporáneo.
Para derrotarlo requerimos estratagemas de guerrillero.
No debemos enfrentárnosle con argumetnos sitemáticos, ni presentarle metódicamente soluciones alternativas.
Debemos disparar con cualquier arma, desde cualquier matorral, sobre cualquier idea moderna que se avance sola en el camino.
- Cierta raza de apologistas le busca puesto al cristianismo en la sociedad moderna exhibiendo certificados favorables, expedidos por físicos o biólogos.
Como si mendigaran recomendaciones de antiguos criados para recluir en un sanatorio al amo arruinado.
- Toda “totalización” de la aventura humana que pretenda cumplirse fuera de la inimaginable Jerusalén celeste será sólo una cárcel totalitaria.
Nicolás Gómez Dávila. Escolios a un texto
implícito. Tomo I. Villega editores.
- Hoy decirse “cristiano” suele ser manera de indicar que no se lucha contra el cristianismo desde afuera, sino desde adentro.
- En el seno de la Iglesia actual, son “integristas” los que no han entendido que el cristianismo necesita una teología nueva y “progresistas” los que no han entendido que la nueva teología debe ser cristiana.
- Al creerme dueño de una verdad no me interesa el argumento que la confirma, sino el que la refuta.
- El cristiano moderno no piede que Dios lo perdone, sno que admita que el pecado no existe.
- Religión de la burguesía fue la que profesaron los burgueses del siglo pasado - religión burguesa es la que profesan los cristianos revolucionarios de este siglo.
Allí se trataba de homenaje, quizás hipócrita, a la idea cristiana - aquí se trata de sincero entusiasmo con las ambiciones terrestres y los utilitarios ideales de la burguesía.
- El no pertenecer a ningún partido nos permite despreciar tan sólo lo auténticamente despreciable.
- Para poder aliarse con el comunista, el católico de izquierda sostiene que el marxismo meramente critica las acomodaciones burguesas del cristianismo, cuando es su esencia lo que condena.
- El católico progresista pretende restarurar el cristianismo primitivo remedando el moralismo humanitario de los clérigos incrédulos del XVIII.
- No urge convocar nuevos concilios sino esperar a un Decio o a un Diocleciano.
- El determinismo se invoca para exorcizar la gracia.
Con la cantilena del efecto y la causa tratamos de ensordecer nuestro miedo y de enmudecer nuestra culpa.
- Dios es el nombre del único enigma cuyo descifre no sería un desengaño.
- El individualismo doctrinario no es peligroso porque produzca individuos, sino porque los suprime.
El producto del individualismo doctrinario del XIX es el hombre-masa del XX.
- La teología de los sacramentos dispone de las únicas categorías propicias a una teoría rigurosa de la civilización.
La civilización, en efecto, no es un sistema de actos serviles, sino de actos sacramentales.
- Tres personajes, en nuestro tiempo, detestan profesionalmente al burgués:
el intelectual - ese típico representante de la burguesía.
el comunista - ese fiel ejecutante de los propósitos y de los ideales burgueses.
el clérigo progresista - ese triunfo final de la mente burguesa sobre el alma cristiana.
- Al hombre moderno le es indiferente no hallar la libertad en su vida, si la halla ensalzada en los discursos de quienes lo oprimen.
- Cuando el oficiante profesa que la liturgia no pretende actuar sobre los dioses sino sobre los fieles, el culto pierde todo significado religioso y se convierte en terapéutica colectiva.
- Cuando oigo pronunciar solemnemente la palabra “razón", me dispongo siempre a escuchar una frase sin sentido.
- La decadencia de España dejó de ser problema desde que tocó a sus vencedores de ayer compartir el mismo destino.
De ahora en adelante bastará averiguar cómo mueren las naciones.
- La imparcialdiad es hija de la pereza y del miedo.
- Los que tratan de mondar al cristianismo de sus acrecencias milenarias, para devolverlo a su “pureza primitiva", declaran “originales” y “auténticos” tan sólo los factores del cristianismo que aprueba la metnalidad vulgar de su tiempo.
Desde hace dos siglos, el “cristianismo primitivo” se amolda, en cada nuevo decenio, a las opiniones reinantes.
Nicolás Gómez Dávila. Escolios a un texto implícito. Tomo I. Villega editores.
]]>¿Quién escribirá sobre la libertad estranguladora?
- La teología católica enseña que el acto de fe no es solamente sobrenatural y voluntario, sino también racional.
Tesis exacta mientras no concluya que un raciocinio sustenta el acto, sino que la razón demuestra que ninguna causa empírica lo explica.
El acto de fe es racional cuando la razón demuestra que no procede de paralogismos, de estados emocionales, de regresiones infantiles, de estructuras sociales, o de comportamientos económicos.
Fe racional es la que se acredita como dato último de la experiencia.
Como acto sobrenatural.
- El santo no es un distinto tipo de hombre, sino una nueva especia humana.
- Tanto nos han predicado que el justo camina disfrazado de pecador que acostumbramos olvidar que a veces se viste de justo.
- El clero progresista vitupera la “mentalidad de ghetto” del actual cristiano viejo.
Esos clérigos prefieren la actividad mercantil y bursátil del judío moderno al ghetto, donde floreció la fidelidad de Israel.
- Solamente porque ordenó amar a los hombres, el clero moderno se resigna a creer en la divinidad de Jesús; cuando, en verdad, es sólo porque creemos en la divinidad de Cristo que nos resignamos a amarlos.
- Cristiano es el que funda su aceptación del evangelium Christi sobre su fe en el evangelium de Christo.
Y no inversamente.
- Quien profese que lo esencial del cristianismo no es la “doctrina", sino la práctica y la vida, predica subrepticiamente una doctrina nueva.
Con el mote, atractivo para el tonto, de “preeminencia de la vida” nos quieren insinuar que sólo cuenta nuestro destino terrestre.
La irreligión goza equipándose en la guardarropía evangélica.
- La libertad, para el demócrata, no consiste en poder decir todo lo que piensa, sino en no tener que pensar todo lo que dice.
- Meditar es dialogar con algún muerto.
- Los cristianos de Nietzsche no son los de ayer, sino los de hoy.
Historiador inexacto, pero tal vez profeta.
- El que cree en Cristo, porque admira sus palabras o sus obras, no es cristiano.
El cristiano no cree en Cristo porque predique valores previamente admirados, llama valores, al contrario, lo que Cristo predica, porque cree en Cristo.
El cristianismo no aplica un criterio a Cristo, sino aplica a Cristo como criterio.
El cristanismo es un método específico de fundar el valor.
- Valor es lo que la voluntad afirma, si la voluntad que afirma es la voluntad de Dios.
El valor es subjetivo para Dios, objetivo para el hombre.
El racionalismo tomista hace de Dios un hombre, el subjetivismo axiológico hace del hombre un dios.
Nicolás Gómez Dávila. Escolios a un texto implícito. Tomo I. Villega editores.
]]>Y es verdad, porque estamos asistiendo a una centrifugación de la doctrina perpetrada a través, entre otras cosas, de la Sagrada Liturgia y de la dislocación de la vida consagrada. Atacan la oración y los sacramentos.
Algunos ejemplo:
En Brasil, Misa Axé. El término Axé proviene de la religión Yoruba. Es un saludo de bienvenida usado en las religiones paganas africano-brasileñas.
En Carmona, monjas clarisas bailando.
¿Y la oración? ¿Y el Oficio Divino?
El rector mayor de los salesianos. ¿Quiero ser santo? ¿Al estilo de San Juan Bosco?
Las clarisas de Lerma. Ranciedumbre al más puro estilo Sor Citroen. Si quieren bailar sevillanas que se vistan de flamencas y que vayan a la Feria, pero que no profesen. O son del mundo o son de Cristo. No se puede servir a dos señores.
Dominicas. ¿Conocerán a Santa Catalina de Siena?:
¡Y estas agustinas recoletas! ¡Protentantismo en la Iglesia Católica!
Escribía San Francisco de Sales en su Filotea, que
Es un error, y aun una herejía, querer desterrar la vida devota de las compañías de los soldados, del taller de los obreros, de la corte de los príncipes y del hogar de los casados. Es cierto, Filotea, que la devoción puramente contemplativa, monástica y propia de los religiosos, no puede ser ejercitada en aquellas vocaciones; pero también lo es que, además de estas tres clases de devoción, existen muchas otras, muy a propósito para perfeccionar a los que viven en el siglo.
Hoy, sin embargo, son los religiosos los que quieren vivir en el siglo.
Asistimos a un intento de demolición de la Iglesia Católica. Desde fuera y desde dentro.
¿Qué hacen los superiores y los Obispos?
Sin embargo, sus intentos serán vanos, porque sabemos por fe que la Iglesia es indefectible: « portæ inferi non prævalebunt adversus eam» (Mt 16,18)
¡Señor ven pronto!
Fuentes: Rorate Caeli; Sector Católico
]]>Yago de la Cierva ha tenido la feliz idea de montar un Via Crucis por la Castellana con imágenes de Semana Santa. Y claro, no ha tenido otra ocurrencia que contar con el Cachorro: ¿ha dicho algo?
Yo no sé el concepto que tendrán en la capital de lo que representa la Semana Santa no sólo en Sevilla, sino en toda Andalucía. ¿Se creen que son imágenes de museo? ¿Piensan que por aquí pasa lo mismo que en León, que el Obispo tiene metidas las imágenes en locales, para desgracia de los cofrades?
Aquí las imágenes están donde tienen que estar: en las Iglesias. Recibiendo culto. Algunas, desde hace sólo cuatrocientos años. Por decir algo.
Esta ocurrencia del tal Yago es el pensamiento propio de un esférico, es decir, de un pelota que quiere ser el number one delante del jefe.
Lucir la chapa delante de Rouco. O a lo mejor, del Santo Padre.
¡Alma de cántaro!
Y lo mismo con el resto de devociones andaluzas. ¿Pensará repetir el experimento con el Gran Poder, con el Abuelo de Jaén o el Nazareno de Cádiz? A lo peor sí.
Así que, al tal Yago, responderle lo que ya ha expresado muy bien el Hermano Mayor del Cachorro:
«Quien quiera ver al Cachorro que venga a Triana»
O en su defecto, en el «yutube»
Patochadas, las mínimas.
La Semana Santa no es un paripé
]]>¿Es el aborto un crimen? Así lo afirma la ley natural y la revelación. Desde que Moisés bajó del Monte Sinaí con las tablas de la Ley, sabemos que el «no matarás» es un mandato divino.
Igualmente, es conocido que el matrimonio entre personas del mismo sexo, no se compadece bien – por decirlo de alguna manera – con la ley natural. No hace falta decir, que es contrario a lo enseñado siempre y en todas partes por la Iglesia.
Pues parece que en Brasil, hay un Obispo que quiere hacerle un aparte al Catecismo porque, tal como publica la web Rorate Caeli, el secretario general de la Conferencia Nacional de Obispos (CNBB), el obispo Dimas Lara Barbosa, ha defendido el nombramiento de José Antonio Dias Toffoli (arriba, en la foto, con Lula da Silva), como Procurador General, en la Corte Suprema.
Hasta aquí, la noticia no añade ningún tipo de información. Pero la cosa cambia de cariz cuando sale a la luz curriculum del señor Toffoli ya que, dicho señor, defiende la despenalización del aborto y el matrimonio gay, definiéndose por otra parte, como católico practicante, es decir, que va a Misa.
Por lo visto el nombramiento ha venido avalado por su hermano, que es sacerdote.
Estamos ante un escándalo tremendo. Que un secretario de la CNBBE defienda este nombramiento es pasmoso ya que, en cierta manera, está vilipendiando la enseñanza moral de la Iglesia. Y además, siendo Obispo con lo que implica, ya que entre él y un bautizado, hay una diferencia ontológica.
Él, como enseña el Catecismo de la Iglesia Católica (1.548) actúa in persona Christi Capitis:
En el servicio eclesial del ministro ordenado es Cristo mismo quien está presente a su Iglesia como Cabeza de su cuerpo, Pastor de su rebaño, sumo sacerdote del sacrificio redentor, Maestro de la Verdad. Es lo que la Iglesia expresa al decir que el sacerdote, en virtud del sacramento del Orden, actúa “in persona Christi Capitis” (cf LG 10; 28; SC 33; CD 11; PO 2,6):
El ministro posee en verdad el papel del mismo Sacerdote, Cristo Jesús. Si, ciertamente, aquel es asimilado al Sumo Sacerdote, por la consagración sacerdotal recibida, goza de la facultad de actuar por el poder de Cristo mismo a quien representa (virtute ac persona ipsius Christi) (Pío XII, enc. Mediator Dei)
“Christus est fons totius sacerdotii; nan sacerdos legalis erat figura ipsius, sacerdos autem novae legis in persona ipsius operatur” ("Cristo es la fuente de todo sacerdocio, pues el sacerdote de la antigua ley era figura de EL, y el sacerdote de la nueva ley actúa en representación suya” (S. Tomás de A., s.th. 3, 22, 4).
Él es imagen del Padre y se le debe reverencia:
Que todos reverencien a los diáconos como a Jesucristo, como también al obispo, que es imagen del Padre, y a los presbíteros como al senado de Dios y como a la asamblea de los apóstoles: sin ellos no se puede hablar de Iglesia (S. Ignacio de Antioquía, Trall. 3,1)
Pero, ¿es consciente de ello?
Es urgente una rectificación y una aclaración, para evitar el escándalo del pueblo cristiano. Y si hace falta, que dimita de su cargo.
Mientras que dentro de la barca de Pedro haya un quintacolumnismo descarado, haciendo una labor de zapa, cualquier acción ad extra, se antoja muy difícil.
Es una sencilla cuestión de credibilidad.
¡Señor ven pronto!
]]>Fiel a ese estilo punzante, incisivo, que busca la verdad escudriñando la realidad, el conductor del programa La Mañana, Nacho Villa – quién te ha visto y quién te ve -, le ha preguntado al señor Blanco sobre la reforma de la ley del aborto y la oposición que cuenta por parte de la sociedad, porque contraría sus convicciones. Sin ningún tipo de vergüenza, D. José Blanco, ha confirmado con su discurso el fracaso de la racionalidad en las sociedades modernas: la manifestación en la calle como expresión del disenso, no es más que el derecho al pataleo.
No hay posibilidad de cambio.
D. José Blanco comprende las convicciones de los que se manifestarán, pero se sabe ya, de antemano que una vez tomada la decisicón no habrá vuelta atrás. No se pueden imponer unas convicciones, clama Blanco: justo lo que hacen los socialistas.
En España, el PSOE cuenta con la gran mayoría de los medios de comunicación. Y las puertas abiertas del resto. Entre las que ahora se encuentra la mal llamada – para más INRI, por los socialistas – «cadena de los Obispos».
El único que ha opuesto resistencia, que no se ha amilanado – que no la ciencia - ha sido Juan Manuel de Prada, que ha puesto entre las cuerdas al ministro con el tema del aborto. Lo demás encefalograma plano.
¿Ésta es la nueva COPE? Parece que sí. Perfil bajo. No molestar.
Como respondió el padre Bru (y lo recoge el padre Tomás de la Torre en su blog) a un comentario en su blog:
Manuel María Bru Dice:
9-23-2009 @ 11:28 En la radio bien hecha no se da “tiempo y espacio” a los entrevistados. Simplemente, se les entrevista. Gracias a que se les entrevista, puedes saber hasta donde pueden llegar sus planteamientos, como ocurrió en este caso. Hacer buen periodismo no consiste en criticar y punto, sino en preguntar, en “sacar información” para poder hacer un juicio sensato de la realidad.
Teniendo en cuenta este comentario, podemos deducir que gracias a esta entrevista sabemos los planteamientos del socialismo en relación al aborto. Así podemos hacer un juicio sensato de la realidad.
Yo creo que es otra cosa. Lo que ha hecho José Blanco es ir a la cadena COPE a contarle a los católicos – se supone que son sus principales oyentes – cómo se va a proceder a la legalización de los sacrificios humanos.
Increíble pero cierto.
Si esta es la nueva COPE, si va a dedicar su tiempo a deducir lo obvio, aunque sea para «poder hacer un juicio sensato de la realidad», si se va a utilizar para que hollen los principios morales de la Iglesia Católica, como forma de pagar el fielato que impone el poder político, más valdría que la cerraran.
Para eso ya hay multitud de emisoras.
p.s. La entrevista, aquí.
]]>“Change the habit” se rodó durante los meses de Marzo y Abril de 1.969, estrenándose el 10 de Noviembre de 1.969.
Hombre, siempre es mejor que te cante El Rey a que lo haga la hermana Glenda.
Fuente: Athanasius contra Mundum.
p.s. Agradecería que un amable lector me dijera si “Change the habit” se llegó a estrenar en España.
]]>Noticia dada en Secretum meum mihi:
El Cardenal Angelo Bagnasco, presidente de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI), se ha reunido hoy, Sep-22-2009 con los rabínos Giuseppe Laras, Presidente de la Asamblea Rabínica Italiana, y con Riccardo Di Segni, rabino jefe dela Comunidad Judía de Roma.
En el comunicado difundido por la CEI, se lee:
“No hay en el modo mas absoluto, ningún cambio en la actitud que la Iglesia Católica ha desarrollado hacia los Judíos, sobre todo a partir del Concilio Vaticano II. En este sentido la Conferencia Episcopal Italiana reafirma que no hay intención de la Iglesia Católica de trabajar activamente para la conversión de los Judíos.”
Entonces, ¿ya no vale lo siguiente?:
849 El mandato misionero. “La Iglesia, enviada por Dios a las gentes para ser ’sacramento universal de salvación’, por exigencia íntima de su misma catolicidad, obedeciendo al mandato de su Fundador se esfuerza por anunciar el Evangelio a todos los hombres” (AG 1): “Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado. Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo” (Mt 28, 19-20)
850 El origen la finalidad de la misión. El mandato misionero del Señor tiene su fuente última en el amor eterno de la Santísima Trinidad: “La Iglesia peregrinante es, por su propia naturaleza, misionera, puesto que tiene su origen en la misión del Hijo y la misión del Espíritu Santo según el plan de Dios Padre” (AG 2). El fin último de la misión no es otro que hacer participar a los hombres en la comunión que existe entre el Padre y el Hijo en su Espíritu de amor (cf Juan Pablo II, RM 23).
Catecismo de la Iglesia Católica 849 – 850.
Y el Viernes Santos, ¿no tendremos que pedir ya por la conversión de los judíos?
OREMUS et pro Iudaeis. Ut Deus et Dominus noster illuminet corda eorum, ut agnoscant Iesum Christum salvatorem omnium hominum.
Sac.: Oremus.
Diác.: Flectamus genua.
- Levate.
OMNIPOTENS sempiterne Deus, qui vis ut omnes homines salvi fiant et ad agnitionem veritatis veniant, concede propitius, ut plenitudine gentium in Ecclesiam Tuam intrante omnis Israel salvus fiat. Per Christum Dominum nostrum. Amen.
Oremos, también, por los judíos. Para que nuestro Dios y Señor ilumine sus corazones a fin de que reconozcan a Jesucristo, Salvador de todos los hombres.
Sac.: Oremos
Diác.: Doblemos las rodillas
- Levantaos
Dios omnipotente y eterno que quieres que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad, concede propicio, que entrando en tu Iglesia la plenitud de las naciones, todo Israel sea salvo. Por Jesucristo Nuestro Señor.
¡Señor, ven pronto!
]]>Estimado L.:
Me dirigía anteayer del trabajo a mi casa, cuando escuché en el coche - no sin cierto asombro, para qué engañarte -, unas manifestaciones de Benigno Blanco sobre el aborto, a raíz de la próxima manifestación del 17 de Octubre. El buen hombre vino a decir que en todo aborto hay dos víctimas. Quedome estupefacto al oir tal sandez. Ayer precisamente, Forum Libertas corroboró mi agudeza auditiva.
Desde luego, hay que alabar la acción de los grupos pro-vida a favor de las mujeres embarazadas y su acción en contra del aborto. Sería absurdo no reconocer la labor social que desarrollan: hacen mucho y bueno. Sin embargo, tengo que decirte que mi admiración por dichos grupos ha ido decreciendo con el trascurso del tiempo.
A mi modesto entender, dichos grupos me parecen que están fuertemente politizados. En España, de hecho, parecen la punta de lanza del PP, al que rinden cierto vasallaje. No sé por qué. Ellos sabrán. Pero me pregunto – a lo mejor es un pecado muy gordo ir contra la «fe» de los grupos pro-vida», por qué no le montaron una algarada al anterior Ejecutivo. Tuvieron cuatro años para hacerlo (se fundaron en 1.999 según informan en su web). ¿Es que la Ley estaba bien hecha antes, y ahora está muy mal? A lo mejor tú lo sabes, L., yo desde luego, lo desconozco. No me gusta ese seguidismo al PP.
Pero voy al grano. El motivo de estas letras es comentar las declaraciones de Benigno y mi desapego a los grupos pro-vida. Creo que, a pesar de todo lo bueno que tienen, tienen poca profundidad en sus ideas. De facto, las declaraciones de Benigno Blanco corroboraron todo lo que pensaba de ellos.
Decir que en todo aborto hay dos víctimas es una ofensa al sentido común, al sentido de la justicia. En el aborto sólo hay una víctima, el niño y uno o varios asesinos, cada uno con su grado de culpabilidad. No se puede negar la existencia de casos donde la madre actúe coaccionada o engañada, pero quedarnos sencillamente con esto es caer en una simpleza, en el buenismo típico del pensamiento postmoderno, en ese razonamiento marxista que, a la desgracia de la pobreza le añade la maldad, como si fuesen dos atributos conectados por una partícula conjuntiva. Sin embargo, la maldad y la pobreza son dos hechos que no están en relación necesaria.
Hoy en día se aborta por motivos anticonceptivos y eugenésicos. No dudo que pueda haber motivos económicos, pero pienso que no son los principales. Pero igualmente que antes nos decían que los pobres tenían hijos por necesidades, hoy nos dicen que los matan por esas mismas necesidades. Como verás, es algo totalmente absurdo, pero es.
Los grupos pro-vida admiten en cierta medida esa falacia de forma acrítica, quizás para acercarse de esa manera a la gente y no levantar ampollas. Dudo mucho que considerar a la mujer un ser irresponsable, una víctima que no sabe lo que hace, no es más que poner una cataplasma. En el aborto no hay dos víctimas. Si así fuese, el derecho sería inaplicable. Por extensión, en todo delito habría también dos víctimas: siempre encontraríamos condicionantes que convertirían al asesino en un imbécil incapaz.
Parece endémico en los movimientos pro-vida (al menos así lo has señalado en tu post) el mesianismo político. Si en USA pasa con los republicanos, en España es con el PP; en definitiva no es otra cosa que pensar que con la llegada de un partido conservador -aunque en España sea tan progresista como la izquierda -, llegaremos a una Edad Dorada, en la cual se acabarán los problemas respecto al aborto. Menos mal que la realidad se encarga de ponernos en nuestro sitio.
Sabes cuál es mi opinión al respecto pero no está mal volvértela a recordar. El aborto no se soluciona con reformas legislativas – aunque éstas son necesarias – ni con algaradas. Como sabes bien, las manifestaciones no son otra cosa más que el reconocimiento explícito de que los que protestan «nunca pueden vencer en una discusión», como escribió Alasdair MacIntyre en «Tras la virtud». Las protestas son como elementos de escape permitidas por el propio sistema y en la mayoría de los casos son inanes. Los protestones, por llamarlos de alguna manera, se dirigen a sí mismos. Puede ser que sea eficaz, pero desde una óptica racional, no.
Para intentar solucionar el problema del aborto – sabiendo, que el único que lo tiene en su mano es el Señor, nosotros sólo somos instrumentos -, lo primero que debemos atacar es el pensamiento difuso que nos encontramos hoy en día sobre la sexualidad humana. El aborto es lo más llamativo, lo más grosero, porque al fin y a la postre se asesina a un niño; pero no es el origen, sino la consecuencia de una concepción de la sexualidad, que a través de la pornografía y la cultura, convierte a la mujer y al hombre en objetos, en carne para comerciar. El tener niños hoy en día ha perdido su sentido, desde que se ha separado el sexo de la reproducción y ambos del matrimonio. No se puede cambiar la cultura modificando sólo lo peor. Hay que ir al origen del problema.
Yo no sé tú, pero yo, excepto en Infocatólica y a unos pocos sacerdotes, oigo poco hablar sobre la castidad, el sentido cristiano del matrimonio, la virginidad, la lujuria, etcaétera. Sí, ya sé que me vas a decir que dónde lo voy a escuchar. Hombre, desde luego, en el PP, no. Sólo hay que echar un vistazo a la situación familiar de muchos de los ministros que conforman este partido. Tampoco voy a esperar que Rajoy se posicione en contra de la ley del divorcio. ¡Qué pasaría con Cascos!
Tampoco lo espero de los grupos pro-vida. Menos, cuando no admiten «la adhesión de ninguna confesión religiosa».
Y ya acabo. Por hoy basta.
Que la Virgen nos asista.
Afectuosamente: I.
]]>Linz, se hizo famosa por la pasada procesión del Corpus, que refleja la foto de al lado.
Claro, se empieza así y se acaba de aquella manera.
En las fotos siguientes pueden ver la presentación del nuevo equipo litúrgico de una parroquia de Linz.
Ahora empezarán a percutir los de siempre con el tema del sacerdocio femenino, aunque sea cuestión cerrada, aunque claro, en este caso, son los mismos ministros del Señor los que están dando pábulo a esas fantasías heréticas.
Y todo esto en Linz.
Mientras, el Cardenal Schonborn es acusado de pertenecer a la masonería.
¡Viva la revolución! (¡anda que no!)
Fuente: cathcon
]]>Entrevista publicada en El Diario de Sevilla, el pasado mes de Agosto.
–Pasemos a la política. Usted ha tenido muy buenas relaciones con Manuel Chaves, en sus 19 años de presidente de la Junta. ¿Qué opina de él?
–El presidente Chaves ha estado mucho tiempo en su cargo de la Junta de Andalucía y su gestión ha sido reconocida como eficaz. Chaves estuvo después de otros presidentes que duraron menos tiempo y potenció la autonomía, que era una nueva forma de vivir en España. Chaves trabajó y se acercó a todas las instituciones. En su honor, debo decir que siempre me escuchó y también a los obispos de Andalucía. En algunas cuestiones estuvimos de acuerdo, aunque otros temas no se resolvieron.
–¿Cuáles han sido las principales discrepancias?
–En los temas culturales normalmente estábamos de acuerdo, pero a veces no, sobre todo en patrimonio, por el importe de las restauraciones y cosas así. En temas educativos no se puede negar lo que han mejorado los colegios, de cómo estaban a cómo están, eso tiene mérito, pero todavía no hay un pacto educativo que permita a los padres elegir centro para sus hijos. En Sanidad, pues los hospitales también han mejorado muchísimo en estos años, pero quizá en algunos temas de investigación bioética hubiera sido necesaria más calma. Las nuevas investigaciones nos dan la razón, como en el caso de las células madre que se pueden obtener por otros métodos. A veces querer ser los primeros nos lleva a ser los últimos en criterios éticos.
–¿Cree necesaria la alternancia?
–Las alternancias políticas tienen sus ventajas. Pueden ser un estímulo recíproco entre los partidos para no dormirse en los laureles. Ante todo, me gustaría que los partidos respetaran la vida democrática y lo que dice la Constitución, en temas como la libertad religiosa, cumpliendo los derechos que tiene la Iglesia por ser mayoritaria la religión católica.
–¿Pero le gustaría una alternancia en Andalucía?
–No me disgusta la alternancia. Aunque también estaría bien que no fuera sólo entre dos partidos.
–Se le suele considerar como un cardenal del sector progresista. ¿Le parece bien esa etiqueta?
–Las personas que dicen “somos el progreso” me parecen un poco ridículas. A lo mejor es preferible ser conservador en unas cosas y avanzado en otras, o mejor estar acorde al momento que te toca vivir. Pero no me desagrada que me llamen progresista. Aunque yo soy más clásico que un cuarteto de cuerda de Haydn.
–¿Es también más blando que otros obispos en temas conflictivos con el Gobierno socialista?
–Una cosa es la blandura y otra la firmeza. A lo mejor he podido ser muy blando en las formas, pero muy firme en las convicciones. Soy enemigo de la violencia en todos los aspectos, incluida la violencia verbal.
(…)
–¿Qué opina de los obispos vascos?
–Hacen una gran labor de pacificación. Los obispos vascos hacen un trabajo increíblemente positivo, con un gran sufrimiento. Yo he pasado muchas horas con ellos. Puedo decir que monseñor Setién me habló de muchas cosas, de sus dificultades, porque no siempre fue comprendido. La labor de los obispos vascos, con su serenidad, ha sido y es admirable.
Andalucía, en la actualidad, tiene una tasa de paro del 25′41 % de la población activa (998.700 desempleados), de hecho bajo la férula de Chaves, se ha pasado de 625.000 a 998.700 desempleados. La tasa de abortos se ha duplicado en los últimos diez años. Aquí, la Junta de Andalucía subvenciona a las clínicas abortistas, la píldora del día después se toma como las chucherías.
Eso por no hablar de la corrupción existente en dicha comunidad autónoma, como los últimos denunciados: el caso Matsa y el caso Mercasevilla.
Sin embargo, para el Cardenal de Sevilla:
El presidente Chaves ha estado mucho tiempo en su cargo de la Junta de Andalucía y su gestión ha sido reconocida como eficaz
Un mundo feliz.
]]>Vexílla Regis pródeunt:
fulget Cruxis mystérium,
qua Vita mortem pértulit,
et morte vitam prótulit.
Quae, vulneráta lánceae
mucróne diro, críminum
ut nos laváret sórdibus,
manávit unda et sánguine.
Impléta sunt quae cóncinit
David fidéli cármine,
dicéndo natiónibus:
Regnávit a ligno Deus.
Arbor decóra et fúlgida,
ornáta Regis púrpura,
elécta digno stípite
tam sancta membra tángere.
Beáta, cuius brácchiis
prétium pepéndit saéculi,
statéra gacta córporis,
tulítque praedam tártari.
O Crux, ave, spes única,
hoc Passiónis témpore
piis adáuge grátiam,
reísque dele crímina.
Te, fons salútis, Trínitas,
colláudet omnis spíritus:
quibus Crucis victóriam
largíris, adde praémium.
Amen.
Las banderas del Rey avanzan:
refulge el misterio de la Cruz,
en que la Vida padeció muerte
y con su muerte nos dió vida.
Del costado herido por el
hierro cruel de la lanza, para
lavar nuestras manchas, manó
agua y sangre.
Cumplóse entonces lo que
cantó David, diciendo a las
naciones: “Reinará Dios desde
el madero".
¡Árbol hermoso y refulgente,
engalanado con la púrpura del Rey!
Tú fuiste elegido en tu noble trono
para tocar miembros tan santos.
Dichosa cruz, de cuyos
brazos estuvo colgado el precio
del mundo. Balanza en
que se pesó el cuerpo que
arrebató al infierno su presa.
¡Salve, oh cruz, única esperanza!
En la gloria de este triunfo
aumenta en los justos la gracia
y borra los crímenes culpables.
¡Oh Trinidad, fuente de salvación!
Alábete todo espíritu. A los que das
la victoria por la cruz,
añade también su premio.
Amen.
“No basta creer que Él (Cristo) es Dios, sino que movidos por la caridad, es necesario seguirle en su camino, el de la cruz”
Benedicto XVI, Ángelus 13/9/2.009
]]>Dijo la sartén al cazo. Así podríamos resumir las declaraciones del Cardenal Schönborn sobre las conversaciones que tendrán lugar en breve la Fraternidad Sacerdotal San Pío X y la Santa Sede.
El Cardenal se ha aventurado a indicar las cuestiones que son innegociables desde su punto de vista y que son, según informan la web Rorate Caeli y la web Secretum meum mihi:
la posición de la Iglesia respecto a los judíos, otras religiones no Cristianas y otras confesiones Cristianas, y sobre la libertad religiosa como un derecho humano fundamental, de acuerdo con Schönborn.
¿Qué quiere decir el Cardenal cuándo habla de la posición de la Iglesia relativa a las cuestiones anteriores? ¿Es que acaso los judíos no se tienen que convertir al cristianismo y las “otras confesiones cristianas” no tienen que volver a la Iglesia Católica?
Es asombroso que el mismo Cardenal que llevó al Vaticano las «Iniciativas de los fieles laicos», en las que se discutían el celibato y la ordenación de diaconisas entre otras cosas; el mismo que encargó un trabajo para la Catedral de de San Esteban al blasfemo y pornógrafo Hrdlicka; el que permite estos abusos en su diócesis, se dedica a realizar estas declaraciones no se sabe con qué objeto ni finalidad.
¿Querrá dinamitar la vuelta de la FSSPX a la Iglesia?
]]>Estamos comprobando en nuestras carnes hasta donde nos ha conducido el sistema educativo parido por la LOGSE: pérdida de autoridad del profesor, laxismo y disminución del nivel educativo. Podemos decir sin ambages, que nuestro sistema educativo ha dejado un páramo tras de sí.
Por esta razón, es imperioso recuperar la autoridad del maestro, el endurecimiento de los contenidos educativos, en definitiva, la reforma de la reforma del sistema.
Mutatis mutandi, podríamos aplicarlo en el ámbito de la Iglesia. El vídeo de las monjas que emitió TVE, es un claro ejemplo, pero con una diferencia que dista muchísimo de ser nimia: la salvación del alma.
En el reportaje se puede ver los malos tiempos que corren para ciertas congregaciones religiosas, en verdadero estado de descomposición. Y lo que es peor: cómo estos miembros putrefactos pueden afectar a los miembros sanos de la Iglesia.
En este sitio el video es revelador. Así, mientras en Barcelona un grupo de viejas cañuñas, hacen extraordinarios avances exegéticos tal como contar el número de mujeres que aparecen con su nombre en la Biblia – 183. Vaya –, o cometer sacrilegios con la Misa, en las Vascongadas, María José Arana, religiosa del Sagrado Corazón, propaga sus errores sobre el derecho de la mujer a ser sacerdote (por cierto, esta señora es profesora del engendro Escuela Feminista de Teología de Andalucía, institución que ha contado con la colaboración de las RR. Irlandesas, mediante el sufragio de becas).
Si las hermanas de un Convento de Clausura de Carmelitas Descalzas, se refocilan por la caída otoñal de la reja, mientras que muestran su desapego y su infidelidad a la Iglesia criticando el magisterio en materia de moral sexual, en otro lugar, una escolapia, más vieja que un «nuo», critica la doctrina de la Iglesia sobre la concepción de la vida y la hermana Sor Lucía Caram afirma que las respuestas que da la Iglesia sobre moral sexual las vierten célibes en su mayoría (¿es que esto es un impedimento? Entonces, ¿qué sabe ella al respecto?).
El zipi-zape es tremendo, un verdadero desbarajuste, el protestantismo liberal introducido y activo en el interior de la Iglesia. Todos tienen derecho a corregir, refutar y/o contradecir al Romano Pontífice. Es como si se hubiese evaporado el principio de que Prima Sedes a nemine iudicatur.
Ante esto lo que hay que hacer primero es rezar, pero también es de justicia pedir al que tiene autoridad para hacerlo, que la haga valer. La doctrina de la Iglesia no puede estar en continua discusión, en un referéndum perpetuo.
Hay que mantener la verdad, eliminando los errores doctrinales y apartando al que yerra de su oficio.
Para que no se pierdan más almas.
]]>La lujuria es el apetito o el uso desordenado de lo venéreo. Es uno de los pecados capitales.
Escribe Santo Tomás que de la lujuria, derivan la ceguera de la mente, precipitación, inconsideración, inconstancia, amor desordenado de sí mismo, odio a Dios, apego a las cosas de esta vida y horror a la futura.
No parecen desde luego las características que un ciudadano desearía poseer. Igualmente, tampoco sería deseable una institución que pervirtiera a los ciudadanos y los desviase de su propio fin, en cuanto personas y en cuanto habitantes de una ciudad.
El meretricio es una de las formas de la lujuria: lujuria consumada según la naturaleza, enseñan los escolásticos. Como acto lujurioso, y vicioso, de él derivan los males anteriores. En vista a todo esto, es algo de lo que cualquier persona debe huir.
Esperanza Aguirre, a la sazón Presidenta de la Comunidad de Madrid, piensa que hay que regular la prostitución: «Siempre he creído que es algo necesario y lo demás es una hipocresía», ha aseverado.
Se quiera decir lo que se quiera decir con esto (¿qué se va a regular?, ¿cómo se va a regular?, ¿será la prostitución una profesión?), lo cierto y verdad es que, en el momento en el que se legisle positivamente sobre la prostitución, la misma será permitida, y, como efecto inmediato, promovida. La ley no marca únicamente la franja que separa lo permitido de lo prohibido, sino que también tiene un carácter pedagógico, que nos guía a la hora de tomar decisiones, de ahí que, una supuesta legalización de la prostitución, reverberará en una permisión de la misma bajo ciertos supuestos.
Como ha sucedido con otras cuestiones, se dará una inversión axiológica similar a la sucedida con el aborto y el divorcio, de tal forma que la prostitución, poco a poco, abandonará su carácter vicioso. Lo que no sucederá con sus hábitos, que permanecerán.
La señora Aguirre piensa que todo lo que no pase por esa regulación «necesaria», es hipocresía. Es decir, que todos los católicos somos, en mayor o menor medida, unos hipócritas, ¿o es que acaso no escribe San Pablo a la comunidad de Corinto lo siguiente?:
¿Ignoran que los injustos no heredarán el Reino de Dios? No se hagan ilusiones: ni los inmorales, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los pervertidos, ni los ladrones, ni los avaros, ni los bebedores, ni los difamadores, ni los usurpadores heredarán el Reino de Dios. (1 Cor 6, 9-10)
La postmodernidad ha revelado que la sublimación de la Razón que pretendía la Ilustración, ha fracasado rotundamente, y en vez de elevarla, lo único que ha conseguido es despeñarla por el barranco que la ha conducido al irracionalismo y al relativismo, las dos formas de renuncia de la verdad.
Es contrario a la razón pensar que la regulación de un vicio llevará a su acotación como mal menor, en vez de a su expansión. Lo hemos visto multitud de veces. La regulación del aborto ha opacado el sentido de la vida humana; la regulación del divorcio ha traído la anulación práctica de la familia. Y una regulación de la prostitución no traerá otra cosa que más prostitución y degradación del ser humano.
En materia moral, el PP se muestra tan progresista como sus contrincantes, los socialistas, pero con una diferencia, los miembros-miembras de la PSOE no esconden sus pensamientos, mientras que los del PP juegan al escondite con una gran parte de su electorado, que es católico.
¿Quién es el hipócrita entonces, señora Aguirre?
]]>Y horroroso:
Fuente: Secretum meum mihi, 2/9/2.009
Esto es una mamacharrada permitida por todo un Cardenal, que tras 27 años, no se ha enterado de “ná":
Éstos son abusos litúrgicos:
Y esto es un trozo del cielo que Dios nos ha dejado:
Más de 400 años repartiendo Esperanza.
¡Santa María de la Esperanza, ruega por nosotros!
Encíclica Iucunda Sane, sobre la responsabilidad de los que gobiernan la Iglesia.
Lo que los Pastores no deben hacer
Por todo esto, que surge necesariamente de los principios de la revelación cristiana y de las íntimas obligaciones de nuestro apostolado, ya veis, Venerables Hermanos, cuánto se equivocan los que estiman que serán más dignos de la Iglesia y trabajarán con más fruto para la salvación eterna de los hombres si, movidos por una prudencia humana,
In vera distribuyen abundante la mal llamada ciencia, movidos por la vana esperanza de que así pueden ayudar mejor a los equivocados, cuando en realidad los hacen compañeros de su propio descarrío. Pero la verdad es única y no puede dividirse; permanece eterna, sin doblegarse a los tiempos: Jesucristo es el mismo ayer, hoy y siempre (35).
También se equivocan por completo los que, dedicándose a hacer el bien, sobre todo en los problemas del pueblo, se preocupan mucho del alimento y del cuidado del cuerpo, y silencian la salvación del alma y las gravísimas obligaciones de la fe cristiana. Tampoco les importa ocultar, como con un velo, algunos de los principales preceptos evangélicos, temiendo que se les haga menos caso, e incluso se les abandone. Al proponer la verdad, será prudente proceder con tacto; cuando se hayan de tratar asuntos con quienes desprecian nuestras instituciones y viven completamente apartados de Dios, como decía Gregorio, al curar las heridas, es preciso tocarlas antes con mano delicada (36). Pero este procedimiento se quedaría en prudencia de la carne, si se pusiese en práctica así, sin más; sobre todo, porque daría la impresión de que se tiene en poco a la gracia divina -que no sólo se concede a los sacerdotes, sino a todos los fieles de Cristo-, y con la que nuestras palabras y nuestros hechos acaban venciendo toda resistencia. Esta clase de prudencia fue desconocida para Gregorio, tanto en la predicación del evangelio, como en todo lo que admirablemente hizo para remediar las desgracias del prójimo. Siempre siguió las huellas de los Apóstoles, que al recibir la primera misión de anunciar a Cristo por la tierra, decían: Predicamos a Cristo crucificado, escándalo para los judíos, necedad para pus los gentiles (37). Porque si ha existido algún tiempo en que pareciese más oportuna la prudencia humana, fue aquél., sin duda, ya que los ánimos no estaban preparados para recibir una doctrina nueva que contrastaba con las ambiciones generales, y tan opuesta a la magnífica cultura de los griegos y los romanos. Sin embargo, los Apóstoles no hicieron caso de esa prudencia, porque conocían bien los designios divinos: Dios quiso salvar a los creyentes por la necedad de la predicación (38). Esa necedad, como siempre, también ahora es poder de Dios para tus los que se salvan, es decir, para nosotros (39). Como antes, también contaremos con armas poderosas en el escándalo de la cruz; como entonces, también en adelante venceremos con este signo.(35) Hebr. 13, 8.
(36) Registr. V, 44 (18) ad Ioannem episcop.
(37) I Cor. 1, 23.
(38) I Cor. 1, 21.
(39) I Cor. 1, 18.
Encíclica Acerbo Nimis, sobre la enseñanza del catecismo.
II. EL DEBER PRIMORDIAL DEL SACERDOTE
7. Misión confiada a los pastores de almas.
Puesto que de la ignorancia de la religión proceden tantos y tan graves daños, y, por otra parte, son tan grandes la necesidad y utilidad de la formación religiosa, ya que, en vano sería esperar que nadie pueda cumplir las obligaciones de cristiano, si no las conoce; conviene averiguar hora a quién compete preservar a las almas de aquella perniciosa ignorancia e instruirlas en ciencia tan indispensable. -Lo cual, Venerables Hermanos, no ofrece dificultad alguna, porque ese gravísimo deber corresponde a los pastores de almas que, efectivamente, se hallan obligados por mandato del mismo Cristo a conocer y apacentar las ovejas, que les están encomendadas. Apacentar es, ante todo, adoctrinar: Os daré pastores según mi corazón, que os apacentarán con la ciencia y con la doctrina (Ier. 3, 15). Así hablaba Jeremías, inspirado por Dios. Y, por ello, decía también el apóstol San Pablo: No me envió Cristo a bautizar, sino a predicar (1 Cor. 1, 17) advirtiendo así que el principal ministerio de cuantos ejercen de alguna manera el gobierno de la Iglesia consiste en enseñar a los fieles en las cosas sagradas.
Inútil nos parece aducir nuevas pruebas de la excelencia de este ministerio y de la estimación que de él hace Dios. Cierto es que Dios alaba grandemente la piedad que nos mueve a procurar el alivio de las humanas miserias: mas, ¿quién negará que mayor alabanza merecen el celo y el trabajo consagrados a procurar los bienes celestiales a los hombres, y no ya las transitorias ventajas materiales? Nada puede ser más grato -según sus propios deseos- a Jesucristo, Saalvador de las almas, que dijo de Sí mismo por el profeta Isaías: Me ha enviado a evangelizar a los pobres (Luc. 4, 18)
Importa mucho, Venerables Hermanos, asentar bien aquí -e insistir en ello- que para todo sacerdote éste es el deber más grave, más estricto, que le obliga. Porque ¿quién negará que en el sacerdote a la santidad de vida debe irle unida la ciencia? En los labios del sacerdote ha de estar el depósito de la ciencia (Mat. 2, 7). Y, en efecto, la Iglesia rigurosamente la exige de cuantos aspiran a ordenarse sacerdotes. Y esto, ¿por qué? Porque el pueblo cristiano espera recibir de los sacerdotes la enseñanza de la divina ley, y porque Dios les destina para propagarla. De su boca se ha de aprender la ley, puesto que él es el ángel del Señor de los ejércitos (Ibid). Por lo cual, en las sagradas Ordenes, el Obispo dice, dirigiéndose a los que van a ser consagrados sacerdotes: Que vuestra doctrina sea remedio espiritual para el pueblo de Dios, y los cooperadores de nuestro orden sean previsores, para que, meditando día y noche acerca de la ley, crean lo que han leído y enseñen lo que han creído (Pontif. Rom).
Si no hay sacerdote alguno a quien no correspondan estas obligaciones ¿cuáles no serán las de aquellos que por el nombre y autoridad que ostentan y por su misma dignidad tienen a su cargo y como por contrato la cura de almas? Estos han de ser puestos en algún modo en el rango de los pastores y doctores que Jesucristo dio a los fieles para que no sean como niños fluctuantes ni se dejen llevar doquier por todos los vientos de opiniones y por la malignidad de los hombres…, antes bien viviendo según la verdad y en la caridad, en todo vayan creciendo hacia Cristo, que es nuestra Cabeza (Eph. 4, 14. 15).
Por lo cual, el sacrosanto Concilio de Trento, hablando de los pastores de almas, declara que la primera y mayor de sus obligaciones era la de enseñar al pueblo cristiano (Sess. 5, c. 2 de refor.; sess. 22, c. 8; sess. 24, c. 4 et 7 de refor ). Dispone, en consecuencia, que por lo menos los domingos y fiestas solemnes den al pueblo instrucción religiosa, y durante los santos tiempos de Adviento y Cuaresma diariamente, o al menos tres veces por semana. Ni esto sólo: porque añade el Concilio que los párrocos están obligados, al menos los domingos y días de fiesta, a enseñar, por sí o por otros, a los niños las verdades de fe y la obediencia que deben a Dios y a sus padres. Asimismo manda que, cuando hayan de administrar algún sacramento, instruyan, acerca de su naturaleza, a los que van a recibirlo, explicándolo en lengua vulgar e inteligible.
Decreto Sacra Tidentina Synodus, sobre la comunión frecuente y cotidiana.
3. Mas Jesucristo y la Iglesia desean que todos los fieles cristianos se acerquen diariamente al sagrado convite, principalmente para que, unidos con Dios por medio del Sacramento, en él tomen fuerza para refrenar las pasiones, purificarse de las culpas leves cotidianas e impedir los pecados graves a que está expuesta la debilidad humana; pero no precisamente para honra y veneración de Dios, ni como recompensa o premio a las virtudes de los que le reciben3. Por ello el Sagrado Concilio de Trento llama a la Eucaristía antídoto, con el que somos liberados de las culpas cotidianas y somos preservados de los pecados mortales4.
Los primeros fieles cristianos, entendiendo bien esta voluntad de Dios, todos los días se acercaban a esta mesa de vida y fortaleza. Ellos perseveraban en la doctrina de los Apóstoles y en la comunicación de la fracción del Pan5. Y que esto se hizo también durante los siglos siguientes, no sin gran fruto de la perfección y santidad, lo enseñan los Santos Padres y escritores eclesiásticos
Encíclica Pascendi, sobre las doctrinas de los modernistas
1. Pero es preciso reconocer que en estos últimos tiempos ha crecido, en modo extraño, el número de los enemigos de la cruz de Cristo, los cuales, con artes enteramente nuevas y llenas de perfidia, se esfuerzan por aniquilar las energías vitales de la Iglesia, y hasta por destruir totalmente, si les fuera posible, el reino de Jesucristo. Guardar silencio no es ya decoroso, si no queremos aparecer infieles al más sacrosanto de nuestros deberes, y si la bondad de que hasta aquí hemos hecho uso, con esperanza de enmienda, no ha de ser censurada ya como un olvido de nuestro ministerio. Lo que sobre todo exige de Nos que rompamos sin dilación el silencio es que hoy no es menester ya ir a buscar los fabricantes de errores entre los enemigos declarados: se ocultan, y ello es objeto de grandísimo dolor y angustia, en el seno y gremio mismo de la Iglesia, siendo enemigos tanto más perjudiciales cuanto lo son menos declarados.
Hablamos, venerables hermanos, de un gran número de católicos seglares y, lo que es aún más deplorable, hasta de sacerdotes, los cuales, so pretexto de amor a la Iglesia, faltos en absoluto de conocimientos serios en filosofía y teología, e impregnados, por lo contrario, hasta la médula de los huesos, con venenosos errores bebidos en los escritos de los adversarios del catolicismo, se presentan, con desprecio de toda modestia, como restauradores de la Iglesia, y en apretada falange asaltan con audacia todo cuanto hay de más sagrado en la obra de Jesucristo, sin respetar ni aun la propia persona del divino Redentor, que con sacrílega temeridad rebajan a la categoría de puro y simple hombre.
2. Tales hombres se extrañan de verse colocados por Nos entre los enemigos de la Iglesia. Pero no se extrañará de ello nadie que, prescindiendo de las intenciones, reservadas al juicio de Dios, conozca sus doctrinas y su manera de hablar y obrar. Son seguramente enemigos de la Iglesia, y no se apartará de lo verdadero quien dijere que ésta no los ha tenido peores. Porque, en efecto, como ya hemos dicho, ellos traman la ruina de la Iglesia, no desde fuera, sino desde dentro: en nuestros días, el peligro está casi en las entrañas mismas de la Iglesia y en sus mismas venas; y el daño producido por tales enemigos es tanto más inevitable cuanto más a fondo conocen a la Iglesia. Añádase que han aplicado la segur no a las ramas, ni tampoco a débiles renuevos, sino a la raíz misma; esto es, a la fe y a sus fibras más profundas. Mas una vez herida esa raíz de vida inmortal, se empeñan en que circule el virus por todo el árbol, y en tales proporciones que no hay parte alguna de la fe católica donde no pongan su mano, ninguna que no se esfuercen por corromper. Y mientras persiguen por mil caminos su nefasto designio, su táctica es la más insidiosa y pérfida. Amalgamando en sus personas al racionalista y al católico, lo hacen con habilidad tan refinada, que fácilmente sorprenden a los incautos. Por otra parte, por su gran temeridad, no hay linaje de consecuencias que les haga retroceder o, más bien, que no sostengan con obstinación y audacia. Juntan a esto, y es lo más a propósito para engañar, una vida llena de actividad, constancia y ardor singulares hacia todo género de estudios, aspirando a granjearse la estimación pública por sus costumbres, con frecuencia intachables. Por fin, y esto parece quitar toda esperanza de remedio, sus doctrinas les han pervertido el alma de tal suerte, que desprecian toda autoridad y no soportan corrección alguna; y atrincherándose en una conciencia mentirosa, nada omiten para que se atribuya a celo sincero de la verdad lo que sólo es obra de la tenacidad y del orgullo.
A la verdad, Nos habíamos esperado que algún día volverían sobre sí, y por esa razón habíamos empleado con ellos, primero, la dulzura como con hijos, después la severidad y, por último, aunque muy contra nuestra voluntad, las reprensiones públicas. Pero no ignoráis, venerables hermanos, la esterilidad de nuestros esfuerzos: inclinaron un momento la cabeza para erguirla en seguida con mayor orgullo. Ahora bien: si sólo se tratara de ellos, podríamos Nos tal vez disimular; pero se trata de la religión católica y de su seguridad. Basta, pues, de silencio; prolongarlo sería un crimen. Tiempo es de arrancar la máscara a esos hombres y de mostrarlos a la Iglesia entera tales cuales son en realidad.
3. Y como una táctica de los modernistas (así se les llama vulgarmente, y con mucha razón), táctica, a la verdad, la más insidiosa, consiste en no exponer jamás sus doctrinas de un modo metódico y en su conjunto, sino dándolas en cierto modo por fragmentos y esparcidas acá y allá, lo cual contribuye a que se les juzgue fluctuantes e indecisos en sus ideas, cuando en realidad éstas son perfectamente fijas y consistentes; ante todo, importa presentar en este lugar esas mismas doctrinas en un conjunto, y hacer ver el enlace lógico que las une entre sí, reservándonos indicar después las causas de los errores y prescribir los remedios más adecuados para cortar el mal.
Deus, qui ad tuéndam cathólicam fidem, et univérsa in Christo instauránda sanctum Pium, Summum Pontíficem, cælésti sapiéntia et apostólica fortitúdine replevísti: concéde propítius; ut, ejus institúta et exémpla sectántes, prämia consequámur ætérna.
Per eumdem Dominum nostrum Jesum Christum filium tuum, qui tecum vivit et regnat in unitate Spiritus Sancti, Deus, per omnia saecula saeculorum
Hace dos días, celebramos la fiesta de San Ramón Nonato. San Ramón profesó en la Orden de la Merced, dedicando su vida a la redención de esclavos. En Argel, entre cristiano y cristiano rescatado, convirtió a algún que otro infiel.
Los peligros que arrostró fueron muchos. Consecuencia de los mismos fue el candado que le pusieron en la boca.
Eran otros tiempos, donde se predicaba el cristianismo a los musulmanes y estos, además, se convertían.
Hoy, por ejemplo se prefiere el baile. Como el de estas monjas que danzan en la calle.
¿Convertirán a alguien?
San Ramón Nonato, ¡ruega por nosotros!
]]>La retirada de los símbolos religiosos en las escuelas ha sido,por llamarla de alguna manera, una de las noticias del verano.
Para unos, las palabras del Ministro de Justicia, responden a una estrategia de distracción de la opinión pública ante los estragos que está ocasionando la crisis; para otros – entre los que me encuentro – es otro pasito más hacia la reclusión de la religión a las sacristías.
Dudo mucho que un gobierno socialista en España tenga que hacer algo para distraer la atención, entre otras cosas - y por muchos que nos pese -, en España se vota por la misma razón que se pertenece a un equipo de fútbol. Al menos es la percepción que se tiene desde Andalucía donde, en general, la gente es de un partido político de la misma forma que es socio del Sevilla o del Betis.
Pero, en realidad, ¿quién se va a distraer? ¿Es que alguien que esté en el paro va a dejar de pensar en su situación por este tipo de noticias? No. Esta medida tiene unos fines sociales definidos.
Verdaderamente, hay que reconocer la importancia que tiene para un socialista la religión, especialmente la católica, quizás más incluso que para ciertos católicos. Bien que se han esforzado en eliminarla, ya sea expeditivamente, como antaño, ya sea mediante su expulsión de las conciencias, como hogaño.
Sin embargo, en este caso en particular, la medida de los crucifijos es inocua. Porque a pesar de la querencia del PSOE contra la Iglesia, realmente lo que se está haciendo no es otra cosa que darle la puntilla a la cuestión, que es la desafección de los propios católicos a las cosas de la fe.
Porque somos los católicos los que estamos alimentando estas actuaciones. Así, en relación con lo anterior, ¿cómo se puede luchar contra la retirada de los crucifijos en la escuela pública cuando, por ejemplo, los propios obispos del Sur de España, en el comunicado que emitieron respecto a la asignatura Educación para la Ciudanía, EpC dejaron a los padres que llevan a sus hijos a la escuela pública sin ningún apoyo?
Lo mismo sucede con la formación religiosa de los niños. Los textos de religión católica que se utilizan en primaria son pobrísimos. Los contenidos son un reconocimiento explícito de que la familia ha dejado de ser el primer lugar donde el niño recibía los rudimentos básicos de la doctrina católica, así, por ejemplo, en el texto de uno de los libros de religión católica utilizado en primaria – aprobado, naturalmente, por la Conferencia Episcopal -, en el tema dedicado a la Navidad se enseñan cosas tales como que en dicho día, «los cristianos recuerdan y celebran el nacimiento de Jesús».
Mientras que en la EGB con esa edad se enseñaba el Credo y los Mandamientos - y la educación estaba ya devaluada -, con la LOGSE se ha dado, de nuevo, un paso atrás: ahora es necesario enseñarle al niño lo más básico de lo básico, lo que se aprende sencillamente montando el Nacimiento.
¿Y después nos rasgamos las vestiduras con el tema de los crucifijos? ¿Es que acaso el Gobierno no está haciendo visible una situación, a la que hemos llegado gracias al esfuerzo de los mismos católicos?
Opongámonos a la ley, por supuesto. Restablezcamos los crucifijos en las aulas.
Pero también en nuestros corazones.
]]>En España:
- se pueden comprar preservativos en la farmacias.
- se pueden comprar revistas pornográficas en los quioscos por kilos.
- los menores pueden ver anuncios de preservativos sin problemas, ya que los emiten a horas tan intempestivas como las cuatro y media de la tarde.
- igualmente, todos los públicos están invitados a ver series donde adolescentes, que no dan ni un palo al agua, dicharacheros y pizpiretos, fornican como animales.
- los menores acceden a la píldora abortiva o del día después.
- se aborta libremente.
y sin embargo no se puede comprar amoxicilina sin prescripción médica..
Harto del mundo moderno.
]]>6º.- El Estado.
Nos queda analizar el papel del Estado como causa, directa e indirecta, en el proceso destructivo de las relaciones familiares y sociales, que explican la situación lamentable en la que nos encontramos.
Como escribe Alasdair MacIntyre en Ética y Política, II (1),
El estado moderno y los que lo habitan y buscan afianzarlo se enfrentan a un dilema. Tienen que presentare a sí mismo de dos formas incompatibles a primera vista. Es, y tiene que ser entendido así, un conjunto institucionalizado de dispositivos mediante los cuales los individuos pueden perseguir más o menos sus propios objetivos, es decir, esencialmente es un medio cuya eficiencia tiene que ser evaluada por los individuos en términos de coste-beneficio. Sin embargo, al mismo tiempo reclama, y no puede hacer otra cosa, el mismo tipo de lealtad que reclamaban aquellas comunidades políticas tradicionales – el mejor tipo es el de la polis griega o la comuna medieval – que por su participación proporcionaban a sus ciudadanos miembros una identidad significativa, hasta el punto de que procurar el bien común, incluso hasta estar dispuesto a morir por él, no era más que procurar el bien de uno mismo. Al ciudadano moderno se le invita, por lo tanto, a ver intelectualmente al estado desde la perspectiva de una calculadora de interés propio, pero imaginativamente desde una perspectiva bastante distinta. El estado moderno, presentado sólo de la primera forma, no podría inspirar jamás una adecuada devoción. Si a uno se le pidiera que muriera por él sería como si le pidieran que muriera por una compañía telefónica. Y, sin embargo, el estado moderno necesita pedirles a sus ciudadanos que mueran por él, necesidad que le exige encontrar un conjunto de imágenes bastante distinto para presentarse a sí mismo.
Bromas aparte, la descripción de MacIntyre nos introduce en otra cuestión y es la escasa participación que tiene el pueblo en las decisiones políticas. Hoy en día, tras la democracia enmascara una oligarquía cuyos miembros determinan el arco de posiciones políticas que se ofrecen a la gran masa de votantes mediante el control de la maquinaria de los partidos y los medios. Los ciudadanos son meros individuos pasivos. La política se ha convertido en un área hiperprofesionalizada, entre los que se encuentran los manipuladores de la opinión pública, como representantes eximios de la profesión.
Por otro lado, el individualismo moral que se basa en la búsqueda de lo que cada uno considera es su bien, necesita la protección de los derechos individuales por ley frente a la injerencia del resto. De aquí que el discurso moral que se hace desde este enfoque liberal no puede partir del concepto de bien común diferente y mayor que la suma de los bienes individuales; sin embargo esta concepción del bien común es fundamental para la praxis social.
El Estado moderno se ha erigido, al atomizar a los individuos, en supremo controlador de las conciencias, pasando de una actitud de, supuestamente, tolerancia hacia los distintos puntos de vista, a una actitud de imposición de uno en concreto, precisamente por la incapacidad que tienen de articularse en torno al bien común, cayendo definitivamente en una continua antinomia.
Un ejemplo lo tenemos respecto al aborto, donde por un lado se reconoce el derecho a la vida, y por otro lado, de facto, se permite el aborto casi indiscriminado.
7.- Conclusión.
He querido exponer en estos artículos, las razones que explican el estado de disolución moral en el que nos encontramos y la dificultad que encuentran las personas para articular sus decisiones morales, más allá de su propio beneficio.
Faltaría remarcar la responsabilidad de los propios individuos en aceptar y admitir como buenas las propuestas de la modernidad. El hombre es libre y responsable de sus actos, a pesar de las imposiciones.
Pero tampoco se puede obviar que el individuo se siente desarmado e inutilizado frente a la marea que lo arrastra. Así, mucha fuerza de voluntad tienen que tener unos padres para imponer normas a los hijos cuando los mensajes que le llegan del exterior (medios de comunicación, colegios, grupo de amigos, etc.) son totalmente contrario a esas normas.
La destrucción del matrimonio y la familia, la economía, los medios de comunicación, la educación, y el Estado, contribuyen cada uno a su manera a la pérdida del sentido moral de nuestra sociedad. Seguramente haya muchas más causas, pero creo que muy pocas personas estarán en desacuerdo en señalar estas como las más importantes.
El endurecimiento de leyes por sí sólo es inocuo si no va acompañado de una reforma de las costumbres, pero mientras lo primero es relativamente sencillo, lo segundo a día de hoy se antoja difícil
La solución pasa, en crear comunidades donde sea posible hablar de nuevo de virtud, de bien común, donde «las relaciones sociales estén configuradas por una lealtad compartida a los bienes inherentes a las prácticas comunes, de modo que los usos del poder y de la riqueza están subordinados a la consecución de esos bienes, hacen posible una forma de vida en la que quieren participan persiguen sus propios bienes racional y críticamente en lugar de tener que estar siempre luchando, con más o menos éxito, contra su reducción al estatus de instrumentos de tal o cual tipo de acumulación de capital».
Así, de esta manera, será posible restaurar el orden natural.
]]>(1) Ética y Política II, Alasdair MacIntyre, pp 259 – 260. Ed. Nuevo Inicio.
(2) Ética y Política II, Alasdair MacIntyre, p 248. Ed. Nuevo Inicio.
Baile 2:
Adveniat Regnum Tuum!
Gentileza de: Secretum meum mihi
]]>¡Anda que no!
Lo que pasa es que uno prefiere esto:
o esto:
Como dice Santa Teresa:
Nada turbe,
Nada te espante,
todo se pasa,
Dios no se muda;
la paciencia
todo lo alcanza;
quien a Dios tiene
nada le falta:
Sólo Dios basta.
¡Señor ven pronto!
Para el baile: Secretum meum mihi
Para las fotos: Hallowedground
5º.- La educación.
La entrada en la enseñanza de los pedagogos y psicólogos de la escuela contructivista del aprendizaje, cuyo modelo ha sido impuesto a machamartillo por políticos irresponsables, han provocado la voladura del sistema educativo.
El contructivismo parte del principio en el cual la estructura cognitiva del sujeto cambia según la relación que el mismo establece con el ambiente.
Las teorías de Piaget y Ausubel, entre otros, tienen unas consecuencias devastadoras en el ámbito educacional. El modelo organiza la enseñanza – aprendizaje en torno a tres ideas fundamentales:
- El alumno como responsable último de su proceso de aprendizaje.
- La actividad mental del alumno se aplica a contenidos que son el resultado de una construcción social.
- El profesor es el responsable de guiar la actividad, para que la construcción se acerque progresivamente a los saberes culturales.
Por otro lado, desde el punto de vista del desarrollo moral, Piaget describe el proceso como el paso de una moral heterónoma a una moral autónoma, donde las reglas no son más que el fruto del consenso de los individuos, estando sujetas además, a modificaciones según las necesidades de los individuos; Kohlberg ve en su modelo cognitivo – evolutivo, la madurez moral cuando la persona define lo justo según la propia conciencia y según criterios éticos que ha escogido autónomamente.
Los errores y las consecuencias son evidentes. Desde el punto de vista moral Los errores lo podemos sintetizar principalmente en tres:
- Primero, negar la dependencia del alumno respecto al profesor y concebir la verdad como el resultado de un acto creador del sujeto. Como enseña Santo Tomás de Aquino, «no se puede afirmar que un individuo sea su propio maestro ni que se enseñe a sí mismo». Se orilla la superioridad axiológica del que sabe respecto del que no sabe.
- Segundo, el profesor se convierte en un facilitador del proceso de aprendizaje, que realiza el alumno y que de deriva su tarea de la planificación, suprimiendo de esta manera las clases magistrales. Al alumno se le enseña a aprender. Ahora bien, el fin propio y formal de la enseñanza es el conocimiento: difícilmente el alumno construirá por sí mismo el conocimiento de pi o del número de Neper.
- Tercero, error moral. Mediante el contructivismo cognitivo se crean sujetos que se dan ellos mismos las reglas de actuación llegando ulteriormente al conflicto social. Desde el punto de vista educativo se desarma la autoridad del profesor y se produce el fracaso del sistema en la transmisión del saber. Andalucía es, por desgracia, un buen ejemplo tras tres décadas de rodillo socialista.
La reforma del sistema educativo es hoy, más que nunca, prioritaria.
]]>- El Cristo de los modernos es un hijo de carpintero que su elocuente reivindicación de la justicia social erige en prototipo de la inteligentzia revolucionaria.
O, alternativamente, el símbolo mítico de la humanidad divinizada.
Qué lerdos, sin embargo, esos lectores a quienes no intimida ese extraño personaje que cruza los páramos evangélicos como una borrasca nocturna.
El agitador crucificado se parece más al Pantocrator bizantino que al dechado de las asistencias sociales.
- El catolicismo languidece cuando rehúsa nutrirse de substancia pagana.
Los convidados declinan la invitación al festín celeste cuando les advierten que el Walhalla no lo prefigura.
- El Segundo Concilio Vaticano parece menos una asamblea episcopal que un conciliábulo de manufactureros asustados porque perdieron la clientela.
- La “teología de las realidades terrestres” acaba en simple terrenismo, si pretende ser más que una estética.
Tan sólo la belleza es impoluta realidad terrestre.
- Más que cristiano, quizá soy un pagano que cree en Cristo.
- En las ciencias sociales se acostumbra a pesar, contar y medir, para no tener que pensar.
- En la sociedad igualitaria no caben ni los magnánimos ni los humildes, sólo hay campo para las virtudes cursis.
- La úncia definición de la virtud que no vuelve atractivo el vicio es la de san Agustín: Virtus non es nisi diligere quod diligendum est.
- Una disciplina es científica cuando no exige que sea inteligente el que la ejerce.
Ciencia es lo que sólo un hombre inteligente inventa, pero que cualquier imbécil práctica.
- La explicación de la experiencia religiosa no se encuentra en los manuales de psicología.
Está en los dogmas de la Iglesia.
- El supremo aristócrata no es el señor feudal en su castillo, sino el monje contemplativo en su celda.
- Mi fe crece con los años, como el follaje de una silenciosa primavera.
- Un pensamiento católico no descansa, ientras no ordene el coro de los héroes y los dioses en torno a Cristo.
- El papel del cristiano en el mundo es la mayor preocupación del nuevo teólogo.
Singular preocupación, puesto que el cristianismo enseña que el cristiano no tiene papel en el mundo.
- Para que la libertad dure debe ser la meta de la organización social y no la base.
- Los problemas del siglo XIX preocupan tanto al izquierdista que los del siglo XX no le ocupan.
Los problemas que planteaba la industrialización de la socieda le impiden ver los que plantea la sociedad industrializada.
- La idea misma de sacrificio parece abusrda a quienes ignoran que existe una jerarquía de bienes.
- El político tal vez no sea capaz de pensar cualquier estupidez, pero siempre es capaz de decirla.
- Ayer el progresismo caputaraba incautos ofreciéndoles la libertad; hoy le basta ofrecerles la alimentación.
- Ser cristianos es hallarnos ante quien no podemos escondernos, ante quien no es posible disfrazarnos.
Es asumir la carga de decir la verdad, hiera a quien hiera.
- Para calcular la importancia del cristianismo no cuenta la originalidad de la doctrina, sino la divinidad de Cristo.
Nicolás Gómez Dávila. Escolios a un texto implícito I. Villegas editores
]]>3º.- La economía.
La economía es otro de los factores que más han influido en nuestras costumbres de manera que su importancia es crucial en la disolución moral de la sociedad y en la pérdida del sentido de la familia y el matrimonio.
La reducción de costes que imprime el propio sistema liberal en sus múltiples variantes desestructura la familia desde el punto y hora de que la mujer se incorpora al mercado laboral, con la bajada de salarios subsiguientes por el exceso de oferta de mano de obra. La misión que antes realizaba la esposa en el hogar, como el cuidado y la educación de los hijos, no ha sido sustituida por el varón o por la mutua ayuda de los esposos, sino que, por el contrario, sencillamente se ha confiado a los niños bien a terceras personas, bien directamente al Estado, olvidando que sobre los niños los padres tienen deberes insoslayables.
Sin perder el punto de vista histórico, uno de los problemas fundamentales del liberalismo capitalista – quiero diferenciarlo del libre mercado, al tener fundamentos distintos – se encuentra en que el mismo es fuente de injusticias.
La injusticia como tal no sólo proviene de las personas, sino también de las instituciones.
En síntesis podemos decir que en el sistema institucionalizado nos encontramos con distintas fuentes de injusticias:
- La desigualdad existente en la relación entre los que tienen capital y los que no lo tienen, desigualdad que se muestra claramente cuando cualquier persona afronta su entrada en el mercado laboral. El origen de esta injusticia se encuentra en la apropiación inicial de capital, la cual, muchas veces se hizo a la fuerza o mediante fraude.
- De lo anterior se deduce una dependencia unilateral del trabajo con respecto al capital – exceptuando las huelgas -. A medida que el empleo de capital se vuelve más efectivo, más se transforma el trabajo en un medio de los objetivos del capital.
- Las relaciones son impersonales, por lo que no cabe el concepto de salario justo o precio justo. No es raro encontrarnos con que un trabajo bien hecho, es merecedor de un despido.
- El trabajo entendido como aportación al bien común de la sociedad se hace de esta manera ininteligible para el asalariado, ya que entre otras cosas, para la sociedad no existe ningún bien común: hay multitud de intereses diferentes y enfrentados entre sí.
- Aunque para el capital es conveniente que el nivel de vida aumente para un mayor número de personas que el que no lo haga, esto no quita la injusticia que existe entre las relaciones entre el capital y el trabajo.
- Unas relaciones justas entre personas y grupos implican que los mismos puedan acordar libremente dichos términos: esto es crucial para un mercado libre. En nuestro sistema económico es dudoso que esto se dé.
- El nivel de prosperidad alcanzado es ficticio desde el momento en el que se educa a los individuos y a los grupos a creer que aquello a lo que deben aspirar y esperar no es cualquier cosa que se les ocurra desear: el triunfo de la vida consiste en la adquisición de bienes de consumo, justamente lo que los teólogos medievales consideraron el vicio contrapuesto a la virtud de la justica, la pleonexia.
Es decir, la injustica no sólo es generada por los mismos hombres, sino por el mismo sistema. Las consecuencias son terribles, como se puede comprobar en:
- La incorporación de la mujer al mercado laboral impulsado tanto por el propio sistema y su necesidad de bajar costes, como por las necesidades familiares: la mujer se ve como profesional, y no como esposa y madre, sostenedora del núcleo familiar.
- De esta manera, la familia queda subordinada al desarrollo profesional.
- La moral se sujeta al mercado, de manera que hasta el sexo se considera un producto, fomentando la pornografía y la prostitución.
- Despersonalización del ser humano al someterlo al capital y a la producción.
4º.- Los medios de comunicación.
Los medios de comunicación son, en la actualidad, uno de las armas más potentes para desarmar la moral social, por la capacidad que poseen de imponer una ideología, que al fin y a la postre responde al interés del mercado. Así, en una sociedad hipergonadizada no es raro encontrarse con series televisivas que fomentan la promiscuidad entre los adolescentes o anuncios de preservativos a horas en la que los niños están en casa.
Los niños reciben de la televisión no sólo información, sino una jerarquía de bienes.
Cuando el único mensaje que recibe un adolescente es que hay que mantener relaciones sexuales a edad temnprana, cuando los modelos a imitar son los de las series que muestran la promiscuidad como una virtud, no es raro que cuando esta realidad no se corresponda con lo que se les ofrece, los jóvenes acaben forzándola hasta subyugarla a sus pretensiones.
]]>2º.- La destrucción de la familia.
La familia, fundada sobre la unión de un hombre y una mujer, es previa al Estado; tiene preeminencia sobre la sociedad ya que es la célula que conforma el organismo social, el cordón umbilical que une el desarrollo del individuo con la vida social.
La familia es una realidad de orden natural, hoy sin embargo, se ve como una realidad artificial, creada según el momento y las circunstancias. Esto no es más que una operación intelectual interesada que se apoya en dos patas:
1º.- la primacía de lo social, postulado marxista que piensa que cualquier realidad individual es un reflejo de una verdad previa de tipo social.
2º.- la existencia de una fase histórica anterior a la afirmación del principio de la familia, en el que no había ningún tipo de vínculo entre sujetos específico. Esta visión prestada del evolucionismo tiende a identificar lo primitivo con lo opuesto a lo civilizado, de manera que lo primitivo era la promiscuidad sexual y lo civilizado la familia, por lo que se deduce:
- una primacía de lo social sobre lo familiar.
- una desmitificación de la familia, que pasa a ser una institución determinada históricamente.
La clave de la familia se encuentra en el matrimonio, de manera que se puede afirmar que sólo hay plenamente familia cuando un hombre y una mujer consienten de modo plenamente consciente y libre en entregarse mutuamente para amarse incondicionalmente y abrirse a la vida; en pocas palabras: sólo yo para ti y sólo tú para mí, y para siempre.
Si desde el plano teórico vemos una operación destinada al vaciamiento del concepto de familia, existe otro ataque más peligroso ya que atenta a su fundamento que no es otro que el matrimonio, que vimos en el capítulo anterior. De ahí que se pueda decir que lo que afecta al matrimonio, afecta igualmente a la familia.
]]>Mat 20, 20-23.
En aquel tiempo: se acercó a Jesús la madre de los Zebedeos con sus hijos y se postró para hacerle una petición. Él le preguntó: -¿«Qué deseas?» Ella contestó: -«Ordena que estos dos hijos míos se sienten en tu reino, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda.» Pero Jesús replicó: -«No sabéis lo que pedís. ¿Sois capaces de beber el cáliz que yo he de beber? » Contestaron: -«Lo somos.» Él les dijo: -«Mi cáliz lo beberéis; pero el puesto a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mi concederlo, es para aquellos para quienes lo tiene reservado mi Padre.»
Mas nadie se escandalice de ver tan imperfectos a los apóstoles. Todavía no se había consumado el misterio de la cruz, todavía no se les había dado la gracia del Espíritu Santo. No. Si queréis conocer su virtud, mirad lo que fueron después, y los veréis por encima de toda pasión. Y si el evangelista descubre sus defectos es justamente por que conozcáis qué tales fueron después de recibida la gracia. Porque que nada espiritual buscaban antes y que no tenían ni idea del reino del cielo, bien patente queda en esta ocasión. Mas veamos cómo se acercan al Señor y qué le piden. Queremos – dicen – que nos concedas lo que te vamos a pedir. Y Cristo a ellos: ¿Qué queréis? – les pregunta -. No porque ignorara lo que querían, sino para obligarles a contestar y descubrir su propia llaga, y aplicarles así la medicina. Mas ellos, confusos y avergonzados por haber dado aquel paso llevados de pasión humana, tomaron al Señor aparte de los otros discípulos y así le presentaron su demanda. Porque se adelantaron - dice el evangelista -, sin duda para no ser vistos de los otros, y así le manifestaron lo que querían. Y querían, según yo creo, la preeminencia, por haber oído decir al Señor: Os sentaréis sobre doce tronos; querían, digo, la preferencia entre aquellos doce asientos. Que la tenían ya sobre los otros, no les cabía duda; pero temían a Pedro. Y así dicen: Di que uno de nosotros se siente a tu derecha y otro a tu izquierda. Y le apremian con ese imperativo: Di. ¿Qué responde el Señor? Queriéndoles declarar que nada espiritual pedían, y que, de haber sabido lo que pedían, no se hubieran atrevido a pedir tamaña gracia, les dice: No sabéis lo que pedís. No sabéis cuán grande, cuán admirable, cuán por encima mismo de las potestades celestes está lo que pedís. Y luego añade: ¿Podéis beber el cáliz que yo voy a beber y bañaros en el baño en que yo he de bañarme? Mirad cómo inmediatamente los aparta de sus imaginaciones, hablándoles justamente de lo contrario que ellos buscaban. Porque vosotros – parece decirles - me venís a hablar de honores y coronas, pero yo os hablo a vosotros de combates y sudores. No es éste aún el momento de los premios ni mi gloria celeste ha de manifestarse por ahora. Ahora es tiempo de derramar la sangre, de luchar y de pasar peligros. Y mirad por otra parte cómo, por el modo mismo de preguntarles, los incita y los atrae. Porque no dijo: ¿Estáis dispuestos a dejaros a pasar a cuchillo? ¿Sois capaces de derramar vuestra sangre?, sino ¿cómo? ¿Podéis beber el cáliz? Y luego, para animarlos: ¿Qué yo voy a beber? Pues el tener parte con Él había de hacerlos más animosos.
Homilía de San Juan Crisóstomo.
Homilía 66 sobre San Mateo.
Tercer nocturno. Oficio de Maitines. (traducción: Obras de San Juan Crisóstomo II, Homilías sobre San Mateo. BAC, 1.956.)
Las recientes violaciones a menores por menores, en Baena (Córdoba) y en Isla Cristina (Huelva), requieren una reflexión.
Aunque una reforma de la ley del menor resulte conveniente, no es suficiente. Es una solución coyuntural a un problema estructural - pero necesaria, por otro lado -. A pesar de la persuasión que introduciría la ley, el medio diluye y socava la moral social y personal; por otro lado, de nada sirve modificar una ley si no se dota de más policías a un cuerpo de seguridad exangüe. El freno moral es la mejor forma de evitar el delito y precisamente, de esto se carece hoy.
Nuestra sociedad está genitalizada en exceso. La actividad sexual se considera el fin primario y único a la cual hay que iniciarse lo antes posible. Esta visión de la vida, como continuación del pene o de la vagina se promueve desde arriba (los políticos en el sistema educativo) y desde abajo (las propias familias están presas de los mass media, mostrándose no ya incapaces, sino a gusto con dicha situación); de izquierda a derecha.
No es cuestión de leyes, sino de frenos morales, de bien común, de respuesta social a la pregunta ¿hacia dónde vamos?, ¿cuál es el bien que como conjunto debemos perseguir?.
Me propongo en este y los siguientes artículos hacer una aproximación que explique el porqué hemos llegado a esta situación y cómo podríamos salir de la misma. Evidentemente no me he propuesto realizar una enumeración exhaustiva de las causas que nos han llevado a la situación actual, pero sí estarán las que a mi juicio son las principales.
1º.- La pérdida del sentido del matrimonio y sus fines
El matrimonio es una realidad de derecho natural. Es una verdad de razón, abierta a la fe y que se perfecciona por la acción misma de Cristo.
El matrimonio es una relación entre un hombre y una mujer con el fin de la procreación; la procreación es el efecto natural de la unión conyugal, de ahí que sea su finalidad intrínseca: el hombre ama y la naturaleza genera.
El matrimonio es una sociedad conyugal, la unión de cuerpos y almas: unión de almas por el amor, cuya expresión jurídica sería el consentimiento; y unión de cuerpos por el acto conyugal como principio generativo. El matrimonio es una societas porque es radicalmente ley natural, entendida como inclinación racional, tendencia a unirse con otra persona de distinto sexo, no un instinto ciego.
Precisamente en la actualidad se ve un desplazamiento del término sociedad por el de comunidad, pero no con el objeto de iluminar la función del amor en el matrimonio, sino con otro espúreo y dañino: orillar la idea de que el fin del matrimonio es la procreación de los hijos.
Por otro lado, el matrimonio es una unión mucho más profunda que un mero enlace entre actividades y fines. El sentido profundo del matrimonio es la unidad de naturalezas. Siendo el hombre y la mujer plenamente personas, no poseen de la misma manera aspectos accidentales de la naturaleza humana: uno posee la virilidad y otra la feminidad, como características. Dichas estructuras son complementarias:
- En el orden de las necesidades y funciones de la especie.
- En la esfera de la sociedad civil y dentro de ésta.
- En el orden de la función generativa, que comporta la formación de la familia.
Los fines del matrimonio en síntesis son dos: la procreación y educación de los hijos y la ayuda mutua. El amor no es un fin del matrimonio. Por otro lado el matrimonio está ordenado por la naturaleza humana y no algo dejado a la autonomía personal; la estructura jurídica es inherente al matrimonio considerado como totalidad.
Los tres rasgos esenciales del matrimonio son los siguientes:
- Bonum prolis.
- Bonum fidei
- Bonum sacramenti
El bonum fidei y el bonum sacramenti delimitan las fronteras frente al adulterio y a la fornicación, mientras que el bonum prolis separa las relaciones conyugales honestas con las desordenadas. De esta manera, el bonum fidei se identifica con la monogamia y la fidelidad, el bonum sacramenti, con la indisolubilidad.
Hoy el matrimonio sufre una desestructuración promovida por los propios poderes públicos. Así el mismo Estado interviene sobre el «ius connubii» ilegítimamente, ya que no se limita a evitar las desviaciones y los abusos, sino que actúa directamente sobre su esencia; por un lado, el matrimonio ya no es exclusivamente la unión entre un hombre y una mujer, sino que se ha extendido a las personas del mismo sexo; por otro,gracias a las leyes divorcistas, el matrimonio ya no es indisoluble.
Otro de los atentados que sufre la relación conyugal se refiere tanto a su propio fin, como a los dos aspectos de este fin, el procreativo y el unitivo. Respecto al fin del matrimonio, hoy podemos decir que se ha disociado la generación del acto conyugal de forma que ya no hace falta no sólo casarse, sino siquiera unirse concubinariamente para tener hijos.
También se ha separado el acto conyugal de sus dos aspectos, unitivo y procreativo, como he dicho. Las técnicas reproductivas permiten hoy tener hijos sin necesidad que los esposos se unan en el acto conyugal. Se ha llegado a tal perversión que es posible que los esposos tengan hijos con la participación de una persona extraña al matrimonio.
En el otro extremo al caso anterior tenemos la planificación de los nacimientos mediante la utilización de métodos anticonceptivos no naturales.
Este ataque tanto al doble aspecto del acto conyugal, como al fin del matrimonio ha llevado inexorablemente a la cosificación de los hijos. Los hijos no son recibidos como un regalo, como un bien del matrimonio, sino como cosas que responden a la voluntad única y exclusiva de los esposos: aquí y ahora.
En vista a todo lo anterior podemos decir que el matrimonio como tal ya no existe, excepto dentro de la Iglesia Católica. Se ha procedido a un acoso y derribo de la institución matrimonial, promovida tanto desde el poder legislativo como desde el interior de la sociedad.
]]>El debate en que se enzarzó el Alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín, con el jefe de la oposición Juan Ignacio Zoido, muestra el nivel ético en el que se mueve la política no sólo sevillana, sino española: ninguno.
Monteseirín tiene razón cuando recuerda al PP la incoherencia con la que se ha movido en el tema del aborto: sí, pero no; estoy en contra pero no rectifico lo anterior.
El PP está incapacitado moralmente a levantar la bandera a favor de la vida ya que, durante sus ocho años de mandato, se mostró inane a la hora de adoptar cualquier resolución contraria al aborto. Esta es su vergüenza y así la ha sacado a relucir el réprobo alcalde de Sevilla.
Esto, por otra parte, no quita la grave responsabilidad que tiene el hombre – masa que ocupa la poltrona sevillana. Él milita en el partido que está llevando a cabo la revolución axiológica con la complacencia del pueblo. Que precisamente él, se dirija a su opositor en esos términos no es más que el cinismo llevado a su máxima expresión. Especialmente él, que está siempre presto y dispuesto a coger la vara en la primera procesión que pase por la puerta del Ayuntamiento.
La política española necesita regeneración, pero no una regeneración que venga de arriba, sino de abajo. Pero, ¿será posible cuando se está minando, disolviendo en definitiva la moral social?
Cuenta Esopo que habiendo pedido unas ranas un rey a Zeus, este les envió un leño a la charca. Viendo los anfibios que el palo estaba quieto, comenzaron a subirse encima y a despreciarlo. Indignadas, recurrieron a Zeus pidiéndole otro monarca y el dios, irritado, les envió una serpiente que se las comió a todas.
Algo hay que hacer porque a los españoles, como a las ranas, los políticos nos están devorando.
]]>Hay que regular la libertad religiosa, pero también la de conciencia».«La libertad de conciencia no puede ser una excusa permanente para desobedecer la ley. Sin ley no hay convivencia. Para que exista, deben tener derechos y obligaciones vinculadas.
Estalinismo.
Puro y duro.
Así hay que calificar las palabras del titular del Ministerio de Justicia: hay que regular la libertad de conciencia.
Los socialistas no esconden sus excrecencias morales, las piensan y nos la cuentan sin vergüenza, ¿para qué lo van a ocultar? El pueblo está maduro para estas cosas.
La izquierda por acción y la derecha por omisión han conseguido por medio de las leyes la reforma de la sociedad, que no es otra cosa que el preámbulo de la tiranía.
Asistimos al nacimiento de una nueva era, el despotismo blando que acoquina el pensamiento: la ley se ha convertido en el atropello de la libertad.
Regular la conciencia por ley es querer ocupar el espacio que le corresponde a Dios. Gaudium et Spes dice que «la conciencia es el centro más secreto, el sagrario del hombre, en el que está solo con Dios, cuya voz resuena en lo más íntimo de ella» (GS 16). Con estas declaraciones el Ministro hace explícito el intento de desterrar a Dios totalmente hasta de lo más íntimo del ser humano.
Toda la autoridad y el valor de la conciencia derivan del hecho de ser expresión de la verdad. Con la invasión de la conciencia se dará la inversión axiológica, que llevará al dominio del sujeto por parte del Estado.
La rebelión sistemática contra la autoridad es contraria a la razón: los católicos somos especialistas en soportar el abuso, con paciencia y oración. Sin embargo, también es doctrina la desobediencia a la autoridad cuando el poder ejecutivo o el legislativo – que en España están fundidos – promulgue u ordene algo contrario contra la ley divina, natural, ya que en la obediencia a la autoridad civil entraría en conflicto grave y permanente con la ley moral.
En España estamos hoy en esta situación.
Hay que obedecer antes a Dios que a las leyes.
]]>Me manda Bruno un correo con la foto que acompaña a esta entrada.
Sinceramente creo que esto pasa de castaño oscuro. Alguna autoridad debería intervenir. Y mandar al jesuita bailarín a un monasterio a hacer ejercicios espirituales, por lo menos hasta el día del juicio final.
El trasfondo de todo esto es muy siniestro, porque denota una falta de fe brutal. ¿Cómo celebrará la Eucaristía este señor? ¿Expondrá al Santísimo? ¿Se sentará a confesar?
Tremendo e indignante.
¿Tanto hemos pecado para que el Señor nos mande estos pastores?
Miserére mei, Deus, secúndum magnam misericórdiam tuam!
p.s. ¿Y dónde podía bailar este cura si no en Alemania, donde está instalado Zollitsch?
]]>¡Señor ven pronto!
Ver video aquí
]]>¿Por qué el sacerdote le dio la Eucaristía a un protestante?
Acto de desagravio.
Divino Salvador de las almas: Cubiertos de confusión nuestros rostros, humillémonos en vuestra presencia soberana; y dirigiendo nuestra vista al solitario Tabernáculo, donde moráis, cautivo de nuestro amor, sentimos profunda pena al ver el olvido en que os tienen muchos cristianos, al ver infructuosos vuestros sacrificios y menospreciado vuestro amor. Pero ya que con infinita condescendencia permitís que unamos esta noche nuestros gemidos a los vuestros, nuestras lágrimas a las que brotaron por nuestra causa de vuestros santísimos ojos, a la sangre que amorosamente vertió vuestro divino corazón, os rogamos, dulce Jesús, por los que no ruegan, os bendecimos por los que os maldicen y os adoramos por los que, despiadados, os ultrajan, y con toda la energía de nuestras almas deseamos bendeciros y alabaros e todos los instantes de esta noche y en todos los Sagrarios de la tierra y con los valiosos afectos de vuestro amante Corazón.
Suba, Señor, hasta Vos el doloroso grito de expiación y arrepentimiento que el pesar arranca de nuestros contritos corazones.
Por nuestros pecados, por los de nuestros padres, hermanos y amigos, por los del mundo entero: Perdón, Señor, perdón.
Por las infidelidades y sacrilegios, por los odios y rencores: Perdón, Señor, perdón.
Por las blasfemias, por la profanación de los días santos: Perdón, Señor, perdón.
Por las impurezas y escándalos: Perdón, Señor, perdón.
Por los hurtos e injusticias, por las debilidades y respetos humanos: Perdón, Señor, perdón.
Por la desobediencia a la Santa Iglesia por la violación del ayuno: Perdón, Señor, perdón.
Por los crímenes de los esposos, por la negligencia de los padres, por las faltas de los hijos: Perdón, Señor, perdón.
Por las persecuciones levantadas contra el Romano Pontífice, los Obispos, Sacerdotes, religiosos y sagradas vírgenes: Perdón, Señor, perdón.
Por los insultos hechos a vuestras imágenes, por la profanación de los templos, el abuso de los Sacramentos y los ultrajes al augusto Tabernáculo: Perdón, Señor, perdón.
Por los crímenes de la prensa impía y blasfema, por las horrendas maquinaciones de tenebrosas sectas: Perdón, Señor, perdón.
Por los justos que vacilan, por los pecadores que resisten a la gracia y por todos los que sufren: Perdón, Señor, perdón.
Perdón, Señor, y piedad para los más necesitados de vuestra gracia; que la luz de vuestros ojos divinos ojos no se parte jamás de nosotros; encadenad a la puerta del Tabernáculo nuestros inconstantes corazones; hacedles allí sentir los incendios del amor divino, y a vista de las propias ingratitudes y rebeldías, que se deshagan de pena, que vivan muriendo de amor.
Amén.
Ritual de la Adoración Nocturna Española. Madrid, 1.960
]]>Laus Deo!
La Misa Gregoriana se podrá celebrar en Málaga.
No tenía sentido la situación que se había provocado en Málaga. Los fieles en este caso particular habían actuado con toda la corrección pidiéndole un capellán al Obispo, precisamente para que el sacerdote celebrase la Misa según la forma extraordinaria de la Liturgia de la Iglesia con total libertad, como el Santo Padre quiere.
La nota emanada desde el obispado ha levantado una polémica que seguramente no era querida por ninguna de las partes. Posiblemente «diversos medios de comunicación» han informado falsamente porque, como se dice desde el obispado, no es verdad que el Obispo de Málaga haya «denegado la petición de celebrar la Misa en la Diócesis según la forma extraordinaria del Rito Romano».
Posiblemente.
Pero también es cierto y verdad que en la carta de respuesta del Obispo a los fieles se indicaba lo siguiente:
Para ello, y respondiendo también al objetivo del documento, no hay razón para empezar a propagar en este momento la celebración de la misa según el Misal del Beato Juan XXIII, porque el modo ordinario según el Misal de Pablo VI tras la Reforma Litúrgica, promovida por el Concilio Vaticano II, se estableció en esta Diócesis y, actualmente, dicho modo ordinario aquí está consolidado, extendido y aceptado.
No estaría mal una ulterior aclaración al sentido de este parráfo ya que se puede interpretar en un sentido que no sea el que se le haya querido dar.
Lo cierto y verdad es que vivimos en España y en el año 2.009 y que, a pesar que no haya que pedir permiso al Ordinario del lugar para celebrar la Misa, lo elegante es comunicárselo, principalmente por dos razones: la primera, para que tenga conocimiento como pastor de la diócesis; la segunda para que el consentimiento del Obispo actúe a modo de salvoconducto y, de esa manera, el sacerdote que desee atender a los fieles pueda hacerlo con total libertad.
Con la nota aclaratoria el segundo objetivo se ha conseguido, ya que todo sacerdote de la diócesis malagueña sabe que puede celebrar la Misa sin ningún tipo de cortapisas.
Así que felicidades a los fieles malagueños en general y a los miembros de Una Voce Málaga en particular.
Oremus pro Pontifice nostro Benedicto XVI. Dominus conservet eum, et vivificet eum, et beatum faciat eum in terra, et non tradat eum in animam inimicorum ejus
(…) Una cuestión de gran alcance en la historia de las imágenes de la fe se produjo en el momento en el que apareció, por primera vez, un llamado acheiropoietos: una imagen que se consideraba no hecha por mano de hombre y que representaba la misma faz de Cristo. Dos de estas imágenes «no hechas por mano de hombre» aparecen en Oriente, más o menos al mismo tiempo, a mitad del siglo VI: el llamado camulanium – que representa la imagen de Cristo impresa en la vestimenta de una mujer – y lo que, posteriormente se denominó mandylion que, al parecer, había sido traído desde Edesa de Siria hasta Constantinopla, y que algunos investigadores de hoy quisieran identificar con la Sábana Santa de Turín. En ambos casos tuvo que tratarse – a semejanza de la Sábana Santa de Turín – de una imagen misteriosa, una imagen que no podía ser el producto del arte pictórico del hombre, sino que parecía estar grabada de forma inexplicable en el tejido y que, por eso mismo, pretendía mostrar el verdadero rostro de Cristo, Crucificado y Resucitado.
Desde que apareció, esta imagen debió suscitar una enorme fascinación Ya se podía ver el rostro del Señor, hasta ahora oculto, y sentir cómo se cumplía, de este modo, la promesa: «el que me ha visto a mí, ha visto al Padre» (Jn 14,9). Con ello parecía abrirse la posibilidad de ver al Hombre – Dios y, a través de él, al mismo Dios; parecía cumplirse el anhelo griego de la visión de lo eterno. Por consiguiente, el icono tenía que ocupar casi el mismo lugar de un sacramento, ya que permitía una comunión que no era inferior a la de la eucaristía. Se llegó a pensar incluso en una especie de presencia real en la imagen de Aquél que allí estaba representado. La imagen, por tanto, en el sentido pleno de no estar hecha por mano de hombres, es participación de la misma realidad, irradiación y presencia de Aquél que se da a sí mismo en la imagen. Es fácilmente comprensible que las imágenes creadas a imitación de acheiropoietos se convirtieran en el centro de todo el canon de imágenes que, mientras tanto, se habían formado y que estaban en vías de desarrollo.
Pero también es evidente que aquí acechaba un peligro, una falsa sacramentalización de la imagen que parecía ir más allá del sacramento y de su carácter oculto, para llegar a la inmediatez de una presencia divina visible. (…)
El icono de Cristo – de lo cual se ha tomado conciencia con todas las consecuencias – es icono del Resucitado. No existe ningún retrato del Resucitado. En un primer momento, los discípulos no lo reconocen. Tienen que dejarse conducir a una nueva forma de ver que les va abriendo los ojos desde dentro, de modo que vuelvan a reconocerle y exclamar: «Es el Señor». El relato más significativo al respecto, es probablemente, el de los discípulos de Emaús. Primero queda transformado su corazón, para que puedan reconocer los acontecimientos exteriores de la Escritura, a través de ese punto de referencia del que todo procede y hacia el cual se dirige todo: la cruz y la resurrección de Jesucristo. Después deben retener al misterioso compañero de camino, ofrecerle su hospitalidad, para que, al partir el pan, suceda, de modo inverso, lo que les ocurrió a Adán y Eva cundo comieron del fruto del árbol de la ciencia: que se les abran los ojos. Ahora ya no sólo ven lo exterior, sino que ven lo que no aparece a los sentidos, pero que se trasluce a través de ellos: ¡es el Señor, el que vive de un modo nuevo!
En el icono, lo que cuenta no son precisamente estos rasgos del rostro (aunque, en lo esencial, se ciñan a la figura del acheiropoietos); más bien se trata de una nueva forma de ver. El icono mismo tiene que proceder de una nueva apertura de los sentidos internos, de un llegar a ver que va más allá de lo meramente empírico y que descubre a Cristo – como dice la posterior teología de los iconos – a la luz del Tabor. De este modo, el icono conduce al que lo contempla, mediante esa mirada interior que ah tomado cuerpo en el icono, a que vea en lo sensorial lo que va más allá de los sensorial y que, por otra parte, pasa a formar parte de los sentidos. (…)El icono procede de la oración y conduce a la oración, libera de la cerrazón de los sentidos que sólo perciben lo exterior, la superficie material y no se percatan de la transparencia del Logos en la realidad. En el fondo, lo que está en juego es el salto que lleva a la fe; está presente todo el problema del conocimiento de la Edad Moderna. Si no tienen lugar una apertura interior en el hombre, que le haga ver algo más de lo que se puede medir y se puede pesar, y que le haga percibir el resplandor de lo divino en la creación, Dios quedará excluido de nuestro campo visual.
El icono, bien entendido, nos aleja de la pregunta equivocada por una representación que pueda ser captada por los sentidos y nos permite reconocer, precisamente por esto, el rostro de Cristo y, en Él, el rostro del Padre.(…) Su dinámica coincide con la dinámica de la liturgia en cuanto tal. Su cristología es trinitaria. Es el espíritu Santo el que nos abre los ojos y cuyo obrar suscita siempre un movimiento hacia Cristo. (…)
Del mismo modo que hemos constatado anteriormente el alcance trinitario del icono, ahora tenemos que comprender su extensión en lo que a su esencia se refiere: el Hijo de Dios pudo hacerse hombre porque el hombre ya había sido pensado en función de él, como imagen de Aquél que es, a su vez icono de Dios. La luz del primer día y la luz del octavo día se tocan en el icono, como, una vez más, lo expresa Evdokimov de manera acertada. En la misma creación ya está presente esa luz que, en el octavo día, con la resurrección del Señor y en el nuevo mundo, alcanza su plena claridad, dejándonos ver el resplandor de Dios.
El espíritu de la liturgia. Una introducción. Joseph Ratzinger. Ediciones Cristiandad, Madrid 2.007, pp 158 - 163
]]>La carta que ha hecho pública nuestro querido Paco Pepe en su bitácora La Cigüeña de la Torre, demuestra el agrio cariz que ha tomado el caso Pousa en la Archidiócesis de Barcelona, amén de la situación tan dolorosa en la que se encuentra El Cardenal Martínez Sistach con uno de sus presbíteros que dijo haber pagado abortos y que ha llegado al punto de contestar a un laico – aunque de armas tomar – a través de un propio.
En síntesis, la relación de los hechos es la siguiente:
- Con fecha 21 de Febrero del pasado año, salió publicada una entrevista al sacerdote Manuel Pousa en elPeriodico.com donde reconocía, a preguntas del periodista, haber pagado abortos.
–¿Qué opina del apoyo de la Conferencia Episcopal al PP?
–Me parece lamentable. Tienen una mentalidad conservadora. Las cosas no se pueden solucionar desde una moral prefabricada como pretende el catolicismo. A mí me interesa la persona. Cierto es que hay unos principios éticos, pero hay razones que, por ejemplo, llevan a determinadas mujeres a abortar. Yo he pagado abortos. Y la Conferencia Episcopal Española no se da cuenta de que el Evangelio no condena, sino que ofrece medidas liberadoras.
- En el día de hoy, Francisco José Fernández de la Cigoña hace público en su blog una carta dirigida a su persona por Jordi Piquer Quintanta, Delegado de Medios de Comunicación Social del Arzobispado de Barcelona, donde afirma que el sacerdote Manuel Pousa, en presencia del Cardenal Martinez Sistach manifestó que:
Las ayudas que la Fundación por mi constituida distribuye son para solventar las necesidades de personas y familias que se encuentran en situaciones de miseria y pobreza, para que puedan comer, pagar alquileres de la vivienda, vestirse, aliviar la vida de algunos presos, etc, pero no para pagar abortos
Entre estos dos hitos varios medios digitales – páginas de información religiosa como Religión en Libertad, bitácoras como La Cigüeña, Cor ad Cor, Germinans o esta misma - se hicieron eco de la lamentable situación en la que se encontraba el sacerdote Manuel Pousa.
La carta enviada al autor de La Cigüeña de la Torre se encuentra lejos de aclarar la situación, ya que entre lo expresado por el sacerdote en el periódico y lo declarado en la carta hay una diferencia no sutil, desde luego: en el diario Manuel Pousa decía claramente: Yo he pagado abortos; ante el Cardenal, que su Fundación no había pagado abortos. Entre ambas declaraciones no hay contradicción lógica, de hecho, Manuel Pousa puede haber pagado abortos y su Fundación no.
Lo que podría haber sido la aclaración de una situación escándalosa, se ha resuelto infelizmente provocando, aún más si cabe, estupor y desasosiego en el pueblo cristiano.
El presbítero Manuel Pousa no solamente no ha rectificado las declaraciones respecto al tema del aborto, sino que tampoco ha pedido perdón por las injurias lanzadas contra el Santo Padre, ni por el escándalo provocado en el Pueblo Dios. Todo muy lamentable.
Que la situación para el Cardenal es muy dolorosa no lo pone en duda nadie. Tener un presbítero que manifiesta haber declarado abortos no es agradable, y menos para un Cardenal que aprovecha cualquier oportunidad para expresar la doctrina de la Iglesia en estea sunto. Lo que se entiende menos es por qué en todo este asunto no ha puesto en juego el Cardenal la autoridad que le ha sido conferida por el sacramento del orden, tanto por el escándalo provocado al pueblo cristiano, como por las armas que ha dado al Enemigo precisamente en una sociedad beligerante ante la Iglesia y todo lo que representa.
Hoy los antiguos conmemoramos la festividad de San Cirilo y San Metodio. Encomendamos al Cardenal Sistach a estos santos hermanos para que sepa y pueda dar una buena resolución a tan doloroso y desagradable asunto.
]]>Entrevista a Agapito Maestre en El Mundo, edición de Andalucía (6/7/2.009):
]]>(…)
Pregunta.- En el libro (Leer por libre) también habla mucho de Andalucía. De la asfixia que causa el régimen político del que usted fue víctima cuando le expulsaron de la Universidad.
Respuesta.- Llevo escribiendo sobre Andalucía más de 30 años y estoy muy vinculado a ella La gran asfixia política española se ejerce desde Andalucía. Aquí ha surgido una forma de gobierno que se está extendiendo por toda España, y que se basa en la identificación entre el poder y la sociedad civil. O lo que es más grave, entre el poder y el saber: Las universidades están tomadas. Un desastre.
Pregunta.- ¿Quiere decir que se está exportando el régimen?
Respuesta.- Absolutamente. Zapatero se inspira en el régimen andaluz. Lo podemos ver claramente en su gestión. Por ejemplo, Andalucía lleva mucho tiempo confiscando las tradiciones religiosas y la Iglesia no se da cuenta o, lo que es peor, colabora. Es curioso, porque cuando quieren, se revisten con los poderes de la religión y en otras ocasiones, los desprecian. Es algo muy sutil. Desde la Revolución Francesa, los mejores golpes de Estado son los que no se notan. La crítica más dura que se puede hacer del régimen de Chaves y Zapatero es el uso de la religión y, a la vez, del laicismo.
(…)
La respuesta que el Obispo de Málaga ha dado a la petición de doce fieles de una Misa al mes, «ad experimentum», según la forma extraordinaria de la Liturgia de la Iglesia, es un motivo de tristeza.
Los textos hay que leerlos con la intención del que los redacta, para entenderlos correctamente y no desvirtuarlos. Si además el documento proviene del Santo Padre, a un católico se le exige un plus, ya que él es el Vicario de Cristo en la Tierra.
Precisamente esto es lo que no ha hecho Monseñor Catalá, estar atento a lo que se pide/manda desde Roma, dando una interpretación minimalista al texto.
Lo primero que hay que aclarar es que los fieles no tienen que pedir permiso al Obispo para que la Misa se celebre; si lo hacen es precisamente por respeto y amor a la Iglesia y al Obispo, porque «en los Obispos, (…) Jesucristo nuestro Señor está presente en medio de los fieles como Pontífice Supremo» (LG 21). Además, como «cada Obispo es el principio y fundamento visible de unidad en su propia Iglesia», por esta razón se han dirigido a él.
Los argumentos - poco sustanciosos a mi modo de ver - esgrimidos por el Ordinario de la Diócesis de Málaga son los siguientes:
En primer lugar, el objetivo del documento citado es responder a la solicitud de los sumos pontífices que “hasta nuestros días se preocuparon constantemente porque la Iglesia de Cristo ofreciese a la Divina Majestad un culto digno de alabanza y gloria de Su nombre y del bien de toda su Santa Iglesia"(1). Por ello, “no hay ninguna contradicción entre una y otra edición del Missale Romanum. En la historia de la Liturgia hay crecimiento y progreso pero ninguna ruptura” (2). En este sentido, “el Misal Romano promulgado por Pablo VI es la expresión ordinaria de la Lex Orandi de la Iglesia católica de rito latino"(3). Esto es un principio fundamental que no debemos olvidar.
Ciertamente, es un principio que no debemos olvidar; pero habría que considerar el párrafo al completo, así:
No obstante el Misal Romano promulgado por San Pío V y nuevamente por el beato Juan XXIII debe considerarse como expresión extraordinaria de la misma “Lex orandi” y gozar del respeto debido por su uso venerable y antiguo. Estas dos expresiones de la “Lex orandi” de la Iglesia no llevarán de forma alguna a una división de la “Lex credendi” ("Ley de la fe") de la Iglesia; son, de hecho, dos usos del único rito romano.
Por eso es lícito celebrar el Sacrificio de la Misa según la edición típica del Misal Romano promulgado por el beato Juan XXIII en 1962, que no se ha abrogado nunca, como forma extraordinaria de la Liturgia de la Iglesia
Precisamente para responder a la solicitud del Papa, es bueno que se celebre la Misa según la forma extraordinaria. Si un grupo de fieles laicos da pronta respuesta, ¿no cabría aún más celeridad en un miembro del Colegio Episcopal?
En segundo lugar, se nos pide a todos un esfuerzo en buscar el bien de los fieles, “evitando la discordia y favoreciendo la unidad de toda la Iglesia"(4). Para ello, y respondiendo también al objetivo del documento, no hay razón para empezar a propagar en este momento la celebración de la misa según el Misal del Beato Juan XXIII, porque el modo ordinario según el Misal de Pablo VI tras la Reforma Litúrgica, promovida por el Concilio Vaticano II, se estableció en esta Diócesis y, actualmente, dicho modo ordinario aquí está consolidado, extendido y aceptado.
A pesar del esfuerzo que se exige, el Obispo orilla a estos fieles que piden ¡una misa al mes! según el usus antiquor.
La deformación litúrgica llega hasta nuestras mitras. El Obispo habla de una Reforma Litúrgica promovida por el Concilio Vaticano II, alinéandose precisamente con los que apelan al «espíritu del Concilio» para decir lo que el Concilio nunca dijo.
En tercer lugar, en la diócesis de Málaga, salvo contadas personas, provenientes de diversos ámbitos, que mantienen un aprecio legítimo y lícito por este uso litúrgico, sin embargo en las parroquias no hay ningún “grupo estable de fieles adheridos a la precedente tradición litúrgica"(5). Además, no hay parroquias, ni párrocos, que reclamen, o sientan como una necesidad, la celebración bajo el modo extraordinario, precisamente porque no tienen grupos estables que lo vinieran solicitando. Al respecto, la Nota Informativa sobre el Motu Proprio, que la Santa Sede emitía el mismo día que se promulgó dicho documento, decía en el apartado octavo “…siempre que haya un número bastante consistente de fieles que quieran seguir la liturgia anterior…” (6).
¿Doce fieles no es un grupo suficiente? El mismo número que los apóstoles. Pero no son doce, sino algunos más, tal como quedó mostrado fehacientemente con la asistencia masiva de fieles a la Misa celebrada en Málaga según la forma extraordinaria, en Octubre del 2.007. Lo que está claro es que con medidas como estas, será imposible que se constituya establemente nada. Y eso no es justo. Porque como Pastor, debe mirar la atención de sus ovejas, no el número. ¿Olvida acaso eso del Pastor que va tras la oveja descarriada y deja atrás las noventa y nueve restantes?
Sin embargo lo mejor, como casi siempre, se encuentra al final:
Deseo sinceramente que, desde el aprecio mutuo que nos une, entre otras cuestiones por la Tradición Litúrgica, busquéis en la hora presente el fomento de la unidad de la Iglesia en aquellas asociaciones, parroquias, grupos, etc… en los que habitualmente participáis de la vida de fe, como expresión y testimonio de vuestro compromiso bautismal. (…)
Por ello, también os invito a que, allí donde os encontréis, no dejéis de reclamar, con solicitud caritativa, que se atienda bien a la normativa litúrgica vigente, para que nuestras celebraciones brillen en todo su esplendor como máxima manifestación de la fe de la Iglesia.
Primero, no entiende el Obispo que el usus antiquior no es cuestión de abusos litúrgicos, como también cree el Director del Secretrariado de la Comisión Episcopal de Liturgia, Juan María Canals – por cierto, el artículo sigue colgado en la web de la CEE. Impresentable -, sino que es una cuestión espiritual y de piedad.
Segundo, la advertencia a los fieles huelga, porque precisamente pidiéndole permiso al Ordinario, como he dicho al principio, no es que hayan buscado «el fomento de la unidad de la Iglesia», sino que han expresado claramente la unidad de la Iglesia en la figura de su Obispo.
Hoy es un día triste para la Iglesia que peregrina en Málaga.
]]>El diccionario de la Real Academia define cinismo como:
1. m. Desvergüenza en el mentir o en la defensa y práctica de acciones o doctrinas vituperables.
2. m. Impudencia, obscenidad descarada.
3. m. Doctrina de los cínicos (‖ pertenecientes a la escuela de los discípulos de Sócrates).
4. m. desus. Afectación de desaseo y grosería.
Cinismo. Eso es lo que encontramos en las noticias de hoy, que se acomodan como el anillo al dedo en tres de sus cuatro acepciones: desvergüenza en el mentir, impudencia y afectación de desaseo y grosería.
Pues cínicas son las declaraciones proferidas por Zapatero sobre la nueva ley del aborto: «Como es lógico me gustaría que mi hija me consultara para abortar» (ver aquí).
Entonces, ¿por qué nuestro presidente legisla en sentido contrario?
Así mismo, cínica es la sentencia del Supremo, avalando «los contenidos de la EpC dictaminados por el gobierno andaluz», aunque «vuelve a insistir en que no se adoctrine a los alumnos» (ver aquí).
¿Cómo se pueden avalar a la vez unos contenidos e insistir en que no se les lave el cerebro a los educandos?
Bustrofedismo puro. Y duro.
Sin vergüenza, con «obscenidad descarada». Engañan a los ciudadanos porque saben que no les importa ser engañados. No pasa nada
Los políticos son la punta del iceberg – el exponente máximo -, la muestra representativa y grosera de un cinismo que es el tuétano de la estructura que forma el cuerpo social.
Cinismo en los matrimonios, que se comprometen a la nada; cinismo en los trabajos, que mediante las nuevas técnicas de dirección manipulan al hombre, creyéndose el trabajador que forma parte de algo cuando no es más que una cifra más; cinismo en los medios de comunicación, que defienden una cosa y la contraria, en definitiva desvergüenza y mentira por todas partes.
Menos en Él, Cristo. Porque es el Camino, la Verdad y la Vida.
El único que salva al hombre.
Por eso el mundo arremete contra el Kyrios, el Señor. Sin embargo, nada puede y nada podrá.
Porque la victoria es del Cordero.
]]>Grandes y maravillosas son tus obras,Señor, Dios Todopoderoso; justos y verdaderos tus caminos, ¡oh Rey de las naciones!
¿Quién no temerá, Señor, y no glorificará tu nombre? Porque sólo tú eres santo, y todas las naciones vendrán y se postrarán ante ti, porque han quedado de manifiesto tus justos designios.
Ap 15,3 - 4
(…) En este lugar quisiera terminar con el análisis del término communio, y, al menos brevemente, mostrar aún mi parecer respecto al que es quizá el punto más controvertido de la Lumen gentium: sobre el significado de la frase ya mencionada de la Lumen gentium 8, acerca de que la única Iglesia de Cristo, que en el Credo confesamos como la una, santa, católica y apostólica, «subsiste» en la Iglesia católica que es dirigida por Pedro y por los obispos en comunión con él. En el año 1.985, la Congregación para la Fe se vio en la necesidad de tomar una postura sobre este texto tan discutido, con motivo de un libro de Leonardo Boff, en el que el autor exponía la tesis de que así como la Iglesia una de Cristo subsiste en la católico-romana, del mismo modo lo hace también en otras Iglesias cristianas (17). Sobra decir que la declaración de la Congregación para la Fe fue cubierta de críticas mordaces y , consecuentemente, dejada a un lado. En el intento de reflexionar acerca de dónde nos encontramos hoy respecto a la recepción de la eclesiología conciliar, la cuestión sobre la interpretación del «subsistit» resulta ineludible y, por ello, la única declaración oficial del magisterio después del Concilio sobre esta palabra, justamente la mencionada Notificatio, no puede ser pasada por alto. En el intervalo de 15 años se muestra más claramente que entonces que no se trata aquí tanto de un único teólogo, sino de una visión de la Iglesia que circula con distintas variaciones que todavía es absolutamente actual. La declaración de 1985 expuso detalladamente el contexto de la tesis de Boff, precisamente reproducida brevemente. No necesitamos volver aquí sobre estos detalles, porque tratamos de algo más fundamental. La tesis, cuyo representante de entonces fue Boff, se podría caracterizar de relativismo eclesiológico. Se basa en la opinión de que el mismo «Jesús histórico» no pensó en una Iglesia, y mucho menos la fundó. La figura real de la Iglesia sólo surgió tras la resurrección en el proceso de la escatologización a partir de las férreas necesidades sociológicas de la institucionalización, y, al principio, no hubo tampoco de ningún modo una Iglesia universal «católica», sino sólo distintas iglesias locales con diferentes teologías, ministerios, etc. Por tanto, ninguna Iglesia institucional puede afirmar que sea la Iglesia de Jesucristo querida por el mismo Dios; todas las formaciones institucionales se han originado, pues, por necesidades sociológicas, y, por ello, como tales, todas las formaciones humanas, bajo nuevas circunstancias, pueden también, o incluso deben, cambiar radicalmente. En su calidad teológica se diferencian entre sí mayormente de forma secundaria, y, por ello, se puede decir que en todas ellas, o en cualquier caso en muchas, subsiste la «Iglesia una de Cristo», con lo que la pregunta es con qué razón se puede hablar en general bajo esta perspectiva de una Iglesia de Cristo.
Frente a esto, la tradición católica ha optado por otro punto de partida: confía en los autores de los evangelios, cree en ellos. Entonces es claro que Jesús, que anunció el Reino de Dios, reunió en torno a sí discípulos para llevarlo a cabo; que no sólo les transmitió su palabra como interpretación del Antiguo Testamento, sino que, en el sacramento de la comunión, les dio un nuevo medio unificador, a través del cual todos los que le confiesan serán uno con él de una forma totalmente nueva; de tal forma que Pablo pudo designar esta comunión como ser-cuerpo con Cristo, como unidad corporal pneumática. Entonces también es claro que la promesa del Espíritu Santo no alude a un anuncio impreciso, sino a la realidad de Pentecostés, al hecho, pues, de que la Iglesia no ha sido ideada y hecha por hombres, sino que ha sido creada por Espíritu y es y continúa siendo criatura del Espíritu Santo.
Pero, entonces, en la Iglesia, institución y Espíritu se encuentran confrontados entre sí, como las corrientes mencionadas que nos quieren hacer creer. Entonces, la institución no es simplemente un andamiaje cualquiera desmontable y reorganizable que, como tal, no tendría absolutamente nada que ver con la cuestión de la fe. Entonces, esa forma de corporalidad pertenece a la Iglesia misma. La Iglesia de Cristo no se puede ocultar de forma inalcanzable tras las múltiples formaciones humanas, sino que existe realmente como Iglesia misma que se manifiesta en el Credo, en los sacramentos y en la sucesión apostólica.
El Concilio Vaticano II quiso expresar con la fórmula del subsistit – fiel a la tradición católica – justamente lo contrario del «relativismo eclesiológico»: existe la Iglesia de Jesucristo. Él mismo la quiso, y el Espíritu Santo la creó contra todo fracaso humano a partir de Pentecostés y la conserva en su identidad esencial. La institución no es una formalidad inevitable pero teológicamente irrelevante o en absoluto perjudicial, sino que pertenece en su núcleo esencial a la concreción de la encarnación. El Señor mantiene su palabra: «El poder del abismo no la hará perecer».
En este lugar es necesario indagar de forma algo más precisa sobre el término subsistit. El Concilio diferencia con esta expresión la fórmula de Pío XII, que en su encíclica Mystici Corporis Christi había dicho: la Iglesia católica «es» (est) el cuerpo uno místico de Cristo. En la diferencia entre subsistit y est descansa todo el problema ecuménico. La palabra subsistit proviene de la filosofía antigua reelaborada por la Escolástica. Corresponde al término griego hypostasis, que en la cristología desempeña un papel central a la hora de describir la unidad de naturaleza humana y divina en la persona de Cristo. Subsistere es un caso especial de esse. Es el ser en la forma de un sujeto independiente. Exactamente de eso se trata aquí. El Concilio nos quiere decir que la Iglesia de Jesucristo se puede encontrar en la Iglesia católica como sujeto concreto en este mundo. Esto sólo ocurre una vez , y la representación de que hay que multiplicar el subsistit equivoca precisamente lo pensado. Con el término subsistit el Concilio quería expresar lo específico e irrepetible de la Iglesia católica: existe la Iglesia como sujeto en la realidad histórica (18).
La diferencia entre subsist y est comprende, sin embargo, el drama de la división de la Iglesia: aunque la Iglesia es sólo una y existe realmente, hay ser a partir del ser de la Iglesia, realidad eclesial también fuera de la Iglesia una. Al ser el pecado una contradicción, lógicamente esta diferencia entre subsistit y est no se puede solucionar finalmente de forma plena. En la paradoja de la diferencia entre unicidad y concreción de la Iglesia, por una parte, y realidad eclesial consistente fuera del sujeto uno, por tora parte, se refleja lo contradictorio del pecado humano, lo contradictorio de la división. Tal división es algo absolutamente distinto de la dialéctica relativista arriba expuesta en la que la separación de los cristianos pierde su dolor y, propiamente, deja de ser división para convertirse en una representación de las diversas variaciones de un tema en el que todas las variaciones de un tema en el que todas las variaciones de algún modo tienen y no tienen razón. No hay, entonces, propiamente una necesidad interna para la búsqueda de unidad, porque, de todos modos, la Iglesia una está en todas partes y en ninguna. El cristianismo sólo puede existir en suma en variaciones dialécticamente opuestas unas a otras. Y el ecumenismo consiste en que todos se reconozcan mutuamente de algún modo, porque todos son sólo fragmentos de lo cristiano. El ecumenismo es el conformarse con una dialéctica relativista, porque el Jesús histórico pertenece al pasado y, de todos modos, la verdad permanece oculta.
La perspectiva del Concilio es totalmente otra: que en la Iglesia católica está presente el subsistit del sujeto uno que es la Iglesia, que no es en absoluto logro de los católicos, sino únicamente la obra de Dios que Él mantiene firme frente a los despropósitos permanentes de los responsables humanos. No pueden vanagloriarse de ello, sino sólo avergonzarse de su propio pecado y, al mismo tiempo, admirarse plenamente agradecidos por la fidelidad de Dios Sin embargo puede verse la obra de su propio pecado: todo el mundo puede observar el espectáculo de las comunidades cristianas separadas y enfrentadas, cómo se arrojan unas a otras sus pretensiones de verdad, y , así, echan a perder en apariencia la oración de Cristo en la tarde de su pasión. Mientras la división sea posible como realidad histórica para todo el mundo, la permanencia estable de la Iglesia una en la figura concreta de la Iglesia católica como tal sólo podrá percibirse en la fe.
Porque el Concilio Vaticano II ha comprendido esta paradoja, el ecumenismo es explicado como obligación de buscar la unidad real, y la Iglesia del futuro se ha puesto en camino.
(…)
Convocados en el camino de la Fe, Joseph Ratzinger. Ediciones Cristiandad, 2.004, pp. 149 - 154
]]>(17) «Notificazione sul volumen: “Chiesa: Carisma e potere. Saggio di Ecclesiologia militante” del P. Leonardo Boff OFM», en Congregatio pro doctrina fidei, Documenta inde a Concilio Vaticano secundo expleto edita (1966-1985) (Librería Editrice Vaticana, 1985) 286-294. Las declaraciones aquí presentadas se corresponden en gran parte con lo que expliqué en 1990 en el encuentro de Vallombrosa (san Franciso-California): «Deus locutus est nobis in Filio: Some reflections on Subjectivity, Christology and the Church», en Proclaiming the truth of Jesus Christ. Papers from the Vallombrosa Meeting (Washington DC 2000) 13-29; para esto: 23-29
(18) Los padres conciliares, que fueron educados en la teología y la filosofía neoescolásticas, sabían bien que susbsistere es un concepto más estricto que esse: mientras esse comprende en la analogía entis todo el ámbito del ser en todas sus formas y maneras, subsistere es la forma de existencia de un ser subsistente en sí, como se produce de forma especial en el «sujeto».
La Banda de Cornetas y Tambores “Ntra. Sra. del Sol” volverá hoy a interpretar el tradicional toque desde la Giralda de las “Lágrimas de San Pedro".
Dichos toques catedralicios se realizan hoy día 28 de junio a partir las 12 de la noche y mañana 29 de junio a las 9:30 de la mañana y 12 del mediodía. Esta melodía rememora las lágrimas del apóstol y es repetida tres veces por cada cara de la Giralda, comenzando en dirección hacia el Alcázar, después hacia el Aljarafe sevillano, Plaza de San Francisco y Virgen de los Reyes, completando las cuatro caras…
Mientras tanto, el cuerpo de alabarderos monta guardia en la puerta de palos. Una vez finalizados los toques el cuerpo de clarines y alabarderos se juntan a las puertas de la Giralda para realizar el rindan a la Virgen de los Reyes, Patrona de todos los sevillanos.
Tradición
Las lágrimas de San Pedro pueden ser, sin duda alguna, una de las tradiciones más íntimas y personales de la ciudad de Sevilla, cuyo origen se remonta a 1403, cuando, al volver el infante don Fernando de la conquista de Antequera, se hicieron grandes regocijos y repiques y luminarias como la noche de San Pedro.
En 1551, el Canónico Rivera, destina sus bienes para financiar esta tradición. En las Memorias de fuego del abedor de la Iglesia Mayor don Juan de Eguirola se hace referencia al pago de fuegos artificiales, por encargo del mayordomo del Cabildo Catedral, realizan don Pedro de Villalobos y don Francisco Alemán. En 1629, el Cabildo dispone que sólo se permitan fuegos en la noche de San Pedro. Entre 1647 y 1648 es don Diego Alemán el responsable de esta celebración.
Se interrumpe esta tradición entre los años 1839 a 1865 reanudándose a partir de entonces y sin interrupción hasta 1961. En 1983, a instancia del escritor y periodista Antonio Burgos y el comerciante sevillano, Rogelio Gómez, este último solicita, al Cabildo Catedral autorización para que seis componentes de la Banda de Cornetas y Tambores “Ntra. Sra. del Sol", interpreten los desaparecidos toques clarineros de “Las Lágrimas de San Pedro", dicha petición se hace en años sucesivos hasta que en 1986, el Cabildo aprueba que seis clarineros de banda la interpreten desde el campanario en la festividad de San Pedro, luciendo para ello el antiguo traje de gran gala del Regimiento de Caballería Sagunto VII, encargados en realizar la tradición antaño, y traje que tomaría esta formación musical como propio en años posteriores, siendo este su santo y seña en la actualidad.
Recuperación históricaLa recuperación de las tradiciones sevillanas es una de las señas principales de esta formación musical depositando en ello todo su empeño a lo largo de estos 35 años de historia, y destacando entre otras “Los Gozos de La Inmaculada” realizados en la mañana del día de la Inmaculada desde la iglesia de San Antonio Abad, sede de la Archicofradía del Silencio, y “Los Gozos de San Teodomiro” realizados el último fin de semana de Julio en la vecina localidad de Carmona.
Fuente: Pasión en Sevilla
]]>Evangelio de San Lucas 5, 1-11
En aquel tiempo, la gente se agolpaba alrededor de Jesús para oír la palabra de Dios, estando él a orillas del lago de Genesaret. Vio dos barcas que estaban junto a la orilla; los pescadores habían desembarcado y estaban lavando las redes. Subió a una de las barcas, la de Simón, y le pidió que la apartara un poco de tierra. Desde la barca, sentado, enseñaba a la gente. Cuando acabó de hablar, dijo a Simón: -«Rema mar adentro, y echad las redes para pescar.» Simón contestó: -«Maestro, nos hemos pasado la noche bregando y no hemos cogido nada; pero, por tu palabra, echaré las redes.» Y, puestos a la obra, hicieron una redada de peces tan grande que reventaba la red. Hicieron señas a lo socios de la otra barca, para que vinieran a echarles una mano. Se acercaron ellos y llenaron las dos barcas, que casi se hundían. Al ver esto, Simón Pedro se arrojó a los pies de Jesús diciendo: -«Apártate de mi, Señor, que soy un pecador.» Y es que el asombro se había apoderado de él y de los que estaban con él, al ver la redada de peces que habían cogido; y lo mismo les pasaba a Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Jesús dijo a Simón: -«No temas; desde ahora serás pescador de hombres.» Ellos sacaron las barcas a tierra y, dejándolo todo, lo siguieron.
Tercera lectura, Homilía de San Ambrosio Obispo
Desde el momento en que el Señor había curado a muchos de diversas enfermedades, ni el tiempo ni el lugar podían contener el deseo de la multitud que quería ser curada. La tarde caía, y ellos le seguían; el lago estaba allí, y le presionaban. Por eso subió a la barca de Pedro. Esta barca, que la vemos en San Mateo agitada (8,24), en San Lucas se llena de peces, para que reconozcas en esto los comienzos agitados de la Iglesia y luego su fecundidad; pues los peces representan a los que se mueven en la vida. Allí Cristo aún duerme entre sus discípulos, aquí manda: duerme con los miedosos, está despierto con los perfectos.
Domingo IV, tras Pentecostés. Breviarium Romanum. Oficio de Maitines
Tratado sobre el Evangelio de San Lucas (IV,68).
Trad: Obras de San Ambrosio I. BAC
Escribe Santo Tomás (II-II, q.5,a.3)
El hereje que rechaza un solo artículo de fe no tiene el hábito ni de la fe formada ni de la fe informe. Y la razón de ello está en el hecho de que la especie de cualquier hábito depende de la razón formal del objeto, y si ésta desaparece, desaparece también la especie del hábito. Pues bien, el objeto formal de la fe es la Verdad primera revelada en la Sagrada Escritura y en la enseñanza de la Iglesia. Por eso, quien no se adhiere, como regla infalible y divina, a la enseñanza de la Iglesia, que procede de la Verdad primera revelada en la Sagrada Escritura, no posee el hábito de la fe, sino que retiene las cosas de la fe por otro medio distinto. Como el que tiene en su mente una conclusión sin conocer el medio de demostración, es evidente que no posee la ciencia de esa conclusión, sino tan sólo opinión.
Ahora bien, es evidente que quien se adhiere a la enseñanza de la Iglesia como regla infalible presta su asentimiento a todo cuanto enseña la Iglesia. De lo contrario, si de las cosas que enseña la Iglesia admite las que quiere y excluye las que no quiere, no asiente a la enseñanza de la Iglesia como regla infalible, sino a su propia voluntad. Así, es del todo evidente que el hereje que de manera pertinaz rechaza un solo artículo no está preparado para seguir en su totalidad la enseñanza de la Iglesia (estaría, en realidad, en error y no sería hereje si no lo rechaza con pertinacia). Es, pues, evidente que el hereje que niega un solo artículo no tiene fe respecto a los demás, sino solamente opinión, que depende de su propia voluntad.
Las declaraciones de Sor Teresa Forcades son una muestra de la crisis de fe que campa en la Iglesia.
Sor Teresa está a favor de la utilización de la «píldora del día después», en caso de violación. Igualmente declara el derecho de la madre a decidir a abortar, ya que Dios ha puesto en manos de la madre la vida del niño, que, al fin y a la postre, depende de ella.
La Hermana Forcades señala correctamente que la relación que se establece entre el bebé – no el feto – y su madre es única, singular, ¿acaso ella no lo lleva nueve meses en las entrañas? Sin embargo, esto no quiere decir que la relación con el padre no lo sea. Simplemente son distintas, porque distintos son el hombre y la mujer, aunque iguales en dignidad.
El niño durante la gestación depende para vivir de la madre. Esta dependencia, una vez que ésta ha dado a luz, se prolonga en el tiempo, ya que el niño no es capaz de mantenerse por sí mismo, al contrario de lo que pasa con los animales. El hombre necesita de los demás. Entonces, ¿cómo se puede plantear en términos de dependencia la eliminación o no de un ser humano?
Dios no pone la vida del niño en manos de la madre: la vida depende de Dios. Él la da y el la quita. Sólo en casos excepcionales se puede dar muerte a un ser humano y siempre con un triple fin: reparar el orden de la justicia, defender y disuadir del delito.
El aborto es la eliminación de la vida de un inocente.
En la Humanae Vitae del Papa Pablo VI, uno de los termómetros del disenso eclesial como dice el padre Iraburu, se expone claramente:
En conformidad con estos principios fundamentales de la visión humana y cristiana del matrimonio, debemos una vez más declarar que hay que excluir absolutamente, como vía lícita para la regulación de los nacimientos, la interrupción directa del proceso generador ya iniciado, y sobre todo el aborto directamente querido y procurado, aunque sea por razones terapéuticas.
Las declaraciones de Sor Teresa se dirigen a la misma línea de flotación de la Iglesia. Además desde su interior. Afectan especialmente a «estos principios fundamentales de la visión humana y cristiana del matrimonio», y no sólo del matrimonio, sino del hombre y de Dios.
Si Dios ha puesto la vida del bebé en manos de la madre – como dice la hermana – y por ende, ella puede decidir sobre la vida y la muerte del niño, nadie se puede meter. Realmente el razonamiento es demoníaco, ya que a Dios se le hace corresponsable de nuestro delito. Él, que es el Supremo Bien, se le convierte en el creador del mal.
La crisis que vive la Iglesia es una crisis de fe. Decía Chesterton que «cuando se deja de creer en Dios, enseguida se cree en cualquier cosa.». Algo así le ha debido pasar a Sor Teresa Forcades. Hastiada de todo, sin fe, ha cambiado el acusativo Deum del Credo por el acusativo feminista.
Ha orillado aquello que dice el decreto Perfectae Caritatis:
Ante todo, han de tener en cuenta los miembros de cada Instituto que por la profesión de los consejos evangélicos han respondido al llamamiento divino para que no sólo estén muertos al pecado, sino que, renunciando al mundo, vivan únicamente para Dios. En efecto, han dedicado su vida entera al divino servicio, lo que constituye una realidad, una especial consagración, que radica íntimamente en el bautismo y la realiza más plenamente.
Considérense, además, dedicados al servicio de la Iglesia, ya que ella recibió esta donación que de sí mismos hicieron.
Decreto Perfectae Caritatis,
La hermana Forcades tiene el virus de increencia, está afectada de la crisis de la Iglesia. Estas situaciones se podrían haber evitado hace tiempo si se hubiese tomado el jarabe el momento adecuado.
Hoy toca actuar y rezar. Rezar por la Hermana Forcades. Y actuar para que no se contagien los miembros sanos del Cuerpo Místico de Cristo.
]]>No, no es el nombre de una canción de Alejandro Sanz, sino la pregunta que habría que hacerle al Teniente de Alcalde del Ayuntamiento de Sevilla, Rodrigo Torrijos, que ha comparado la cabalgata del «Orgullo Gay» del próximo domingo en Sevilla, con las procesiones de Semana Santa.
Entrar en comparaciones es ocioso; además de no ser conveniente caer en las provocaciones de este señor que gobierna en Sevilla con una cantidad de votos que no llega ni a una mala entrada del Sánchez Pizjuán.
Que la Cabalgata del Orgullo Gay no es igual que las procesiones de Semana Santa lo sabe hasta el señor Torrijos. Y lo sabe gracias a la única escala de valores que tienen los comunistas: el dinero. Si difícil es que un camello pase por el ojo de una aguja, más todavía es encontrar un comunista pobre.
Para Torrijos la Cabalgata es más importante que las procesiones, ya que les va arrimar una pasta que no les da a éstas. O sea.
Si los sevillanos fuéramos lo que antaño fuimos – finos y fríos, Unamuno dixit -, el señor Torrijos llevaría ya muchos años retirado de la vida pública; pero por desgracia, las cosas han cambiado. Ahora se aguanta todo. Hasta las provocaciones continuas del poder hacia los ciudadanos a los que tiene que servir.
Sin embargo esto es lo que hay.
Como decía Nicolás Gómez Dávila, «el pueblo soporta que lo roben siempre que lo adulen»
]]>La Iglesia puede exponer sus opiniones, siempre que cumpla lo establecido por la ley. Lo que la democracia prohíbe es que una religión imponga sus dogmas mediante el poder político. La postura de los cristianos sobre el aborto ha sido siempre la misma. En tiempos del emperador Constantino, defendieron los derechos de los niños. Hasta entonces eran propiedad del padre, que podía hacer con ellos lo que quisiera. Las mismas razones que entonces llevaron a los cristianos a negar que el niño pueda ser considerado propiedad del padre, llevan ahora a negar que sea parte del cuerpo de la madre. La apelación a un posible “derecho a abortar” resulta ambigua. Hay dos tipos de derechos: los que proceden de una ley, y los que preceden a las leyes, es decir, los derechos fundamentales. ¿Qué tipo de derecho sería el derecho a abortar? Es un derecho que deriva de la ley, pero del que se habla como si fuera previo a ella. Despenalizar el aborto es la mejor solución, porque no reconoce un derecho preexistente, sino nuestra incapacidad para resolver un trágico problema. Y nos obliga por ello a intentar solucionarlo. | JOSÉ ANTONIO MARINA | Filósofo
Fuente: El Mundo.
El pasado domingo, José Antonio Marina dedicó la esquela en el Mundo a la publicación de la nota de la CEE respecto al aborto. En la misma concluye que la mejor solución respecto al tema del aborto sería la despenalización ya que «no reconoce un derecho preexistente, sino nuestra incapacidad para resolver un trágico problema. Y nos obliga por ello a intentar solucionarlo». La metáfora patética - ¿desde cuando un asesinato es «un trágico problema»? -, es un ejemplo más de la forma torticera con la que a través de la modificación semántica, se cambian las ideas: se pasa del homicidio, al trágico problema para desembocar finalmente en un simple problema.
El objeto del artículo no es otro que argumentar a favor de la despenalización del aborto, ya que de esta manera reconocería «nuestra incapacidad para resolver un trágico problema».
Marina parte en su argumentación de al menos tres confusiones y/o errores, acompañado de un recordatorio que huele a amenaza. Empecemos con este último.
La Iglesia tiene derecho en una sociedad abierta a la libertad de expresión. Esto es de cajón. Este no es el objetivo de Marina, ya que a la libertad de expresión le añade el «siempre que cumpla lo establecido por la ley». En sentido lato, lo que dice Marina es falso, ya que hay presos que conceden entrevistas, ¿está la situación de la Iglesia en un escalón inferior al de un preso? ¿y los pro - etarras, no expresan sus pensamientos? Posiblemente lo que Marina esté queriendo decir es que la Iglesia tiene que estar sometida a la Ley o más bien al Estado. Porque a la Ley ya está sometida – la Ley Divina -, lo que no lo está es al Estado, o al menos ni más ni menos que cualquiera de los ciudadanos que pertenecen al Estado español.
Advertir que la Iglesia tiene que obedecer las leyes es fútil a no ser que se quiera decir otra cosa, como por ejemplo que la Iglesia no cumple la ley, o que los católicos son malos ciudadanos. Fútil y peligroso resulta el deslizamiento de ese equívoco.
De aquí llegamos al segundo error, la imposición de dogmas. En este caso, el error se ramifica por todas partes, ya que por un lado, la Iglesia no está pidiendo que se imponga por ley un dogma. No he leído ni oído que un católico quiera recoger en la Constitución el dogma de la Santísima Trinidad. La Iglesia, por otro lado, sí pide que la ley positiva se adecue a la ley natural, cosa que entre otras cosas no es nueva. Dice Marina que « Lo que la democracia prohíbe es que una religión imponga sus dogmas mediante el poder político». Cualquiera que tenga unas nociones mínimas de filosofía política sabe que eso es falso. La democracia es un sistema de gobierno que tiene dos características definitorias:
- los gobernantes son elegidos por el pueblo,
- división de poderes (ejecutivo, legislativo y judicial).
La democracia no se define contra la religión. Ni impide que el fundamento del derecho sea la ley natural. La separación del orden político del orden religioso no implica que el primero esté ordenado al segundo, al fin y a la postre, ¿no es Dios el fin del hombre?
La democracia no impide que una religión imponga sus dogmas, será su adecuación con la ley el que lo haga. Extender el significado de un concepto hace que, definitivamente, pierda todo su contenido semántico.
Y de aquí llegamos al tercer error. En democracia sí se pueden imponer ideas. Supongamos la existencia de un país donde el 60 % de la población fuese católica (y cuando digo católico quiero decir también coherentes) y que se rigiera por un sistema democrático. Si a las elecciones se presentase un partido católico, ganaría las elecciones por mayoría.
Dejémonos de abstracciones y volvamos a la realidad. En democracia se imponen dogmas. Por ejemplo este Gobierno va a legislar sobre el aborto, sin consultar al pueblo. Si se considera legítimo este paso hay que demostrar que el votante está informado al cien por cien de los programas políticos y que, además, vota estando de acuerdo en la totalidad con el mismo. Se obvia que hay muchas personas que depositan su voto para que no gane otro partido.
Sin embargo todo esto queda superado cuando un partido alcanza el poder. A partir de este momento parece que el partido ya no tiene que dar explicaciones al pueblo en su acción de gobierno. Esto no es un asunto baladí.
Yerra también Marina en el uso de la historia como argumento para justificar su conclusión. La defensa del no nacido la podemos encontrar en el Antiguo Testamento, en la antigua Grecia y en Roma, con la figura del curator ventris. Los cristianos en este sentido no lo defendieron desde la época de Constantino, sino desde el principio, como demuestra la Didajé o Enseñanza de los Doce Apóstoles. Ya el título quiere apelar – si no apela realmente - al origen apostólico del libro. No hay un saltus entre los apóstoles y la Iglesia del siglo IV.
Y por fin llegamos a la cuestión central, la despenalización del aborto. Para el filósofo – así se llama a sí mismo -, el derecho a abortar sería un derecho derivado de la ley, aunque reconoce que se habla de él como un derecho fundamental. Marina, en vez de ejercer su oficio, su vocación, pensar y resolver la falacia que se encuentra en juego en el discurso político, estudiar la relación que hay entre moral y derecho, escoge sin embargo la vía de la emasculación intelectual: hay que despenalizar el aborto, porque reconoce «nuestra incapacidad para resolver un trágico problema. Y nos obliga por ello a intentar solucionarlo»
¿Y por qué no hace Marina lo que debe? Porque no puede obviar el idiotropion propio, irrepetible e inmodificable del individuo concebido, porque sabe que hay una relación entre moral y derecho y entre moral y metafísica, porque sabe que los derechos fundamentales necesitan la base de una moral no ser la base de la moral.
El aborto no es un «trágico problema», sino homicidio.
La conclusión no es conclusión sino renuncia de la razón.
Nunca el oficio de filósofo cayó tan bajo.
]]>“En mi larga vida he cometido equivocaciones. No puedo mostrar esa alta perfección que pertenece a los escritos de los santos; pero creo sinceramente que en todo lo que he publicado ha existido intención recta, ausencia de fines personales, actitud obediente, buena disposición para ser corregido, odio al error, afán de servir a la Santa Iglesia, y, por divina bondad, una razonable medida de éxito. Me alegra decir que desde el principio me he opuesto a un gran mal. Por espacio de treinta, cuarenta, cincuenta años, he resistido con mis mejores energías al espíritu del Liberalismo en religión.
El Liberalismo en religión es la doctrina según la cual no existe una verdad positiva en el ámbito religioso, sino que cualquier credo es tan bueno como cualquier otro. Es una opinión que gana acometividad y fuerza día tras día. Se manifiesta incompatible con el reconocimiento de alguna religión como verdadera, y pretende que todas han de ser toleradas como asuntos de simple opinión. La religión revelada no es una ferdad, sino un sentimiento o inclinación; no obedece a un hecho objetivo o milagroso. Todo individuo, por lo tanto, tiene el derecho de interpretarla a su gusto. La devoción no se basa necesariamente en la fe. Una persona puede ir a iglesias protestantes y a iglesias católicas, obtener provecho de ambas y no pertenecer a ninguna…Puesto que la religión es una característica tan personal y un bien exclusivamente privado, debemos ignorarla del todo en las relaciones con otros hombres. (…)
Estoy en condiciones de mencionar el caso de mi propio país, que conozco bien. Este espíritu de liberalismo amenaza con obtener allí un terrible éxito, aunque no es fácil predecir lo que suceda al final. A primera vista se podría pensar que los ingleses son demasiado religiosos como para admitir un movimiento que en el continente se funda en la incredulidad. Pero lo malo es que en Inglaterra, aunque acaba, como en todas partes, en la incredulidad, no procede abierta y necesariamente de ella. (…)
Hay que recordar que las sectas religiosas, surgidas en Gran Bretaña hace tres siglos y muy poderosas en la actualidad, se han opuesto siempre con fiereza a la unión de Iglesia y Estado, y han propugnado la desconfesionalización de la monarquía, alegando que semejante catástrofe haría al Cristianismo inglés más sólido y más puro. El principio liberal presiona así sobre nosotros por la fuerza misma de las cosas. Consideremos lo que se sigue de la existencia de sectas ya numerosas. Constituyen éstas –según se dice – la religión de media nación inglesa, una nación – no lo olvidemos – que mantiene un sistema popular de gobierno. Los hombres que encontramos por la calle tienen una cierta participación en el poder político. Si averiguáis sus creencias, veréis quizá que representan una u otra de seis o siete religiones. ¿Cómo pueden entonces actuar juntos en asuntos municipales o nacionales si cada uno de ellos insiste en el reconocimiento exclusivo de su propia denominación religiosa? Toda iniciativa llegará a un punto muerto, salvo que se ignore el tema de la religión. No podemos evitarlo. (…)
Finalmente, hemos de tener en cuenta que hay algunos aspectos buenos en este planteamiento liberal, como son, por ejemplo, los preceptos de justicia, veracidad, sobriedad, benevolencia, etc., que, como he indicado antes, se encuentran al menos entre los principios que profesa. Pero cuando advertimos que este conjunto de principios pretende suplantar y bloquear a la religión, hemos de calificarlos como malos. (…)
El Cristianismo ha estado demasiadas veces en lo que parecía un fatal peligro, para que ahora nos vaya a atemorizar una nueva prueba. Todo esto es cierto. Son imprevisibles por el contrario las vías por las que la Providencia rescata y salva a sus elegidos. A veces, nuestro enemigo se convierte en amigo; a veces se ve despojado de la capacidad de mal que le hacía temible; a veces se destruye así mismo; o sin desearlo produce efectos beneficiosos, para desaparecer a continuación sin dejar rastro. Generalmente la Iglesia no hace otra cosa que perseverar, con paz y confianza, en el cumplimiento de sus tareas, permanecer serena, y esperar de Dios la salvación. Mansueti hereditabunt terram et delectabuntur in multitudine pacis".
Discurso de Newman una vez elevado al cardenalato. Extractado de Newman (1.801 -1.809). José Morales Marín. Ediciones Rialp, 1.990; pp 327 -329
]]>En la época en que la Iglesia, aún próxima a sus orígenes, estaba oprimida bajo el yugo de los Césares, un joven emperador percibió en el Cielo una cruz que anunciaba y que preparaba una magnífica y próxima victoria. Hoy, tenemos aquí otro emblema bendito y divino que se ofrece a nuestros ojos: Es el Corazón Sacratísimo de Jesús, sobre él que se levanta la cruz, y que brilla con un magnífico resplandor rodeado de llamas. En él debemos poner todas nuestras esperanzas; tenemos que pedirle y esperar de él la salvación de los hombres.
Annum Sacrum, León XIII
Mas, entre todo cuanto propiamente atañe al culto del Sacratísimo Corazón, descuella la piadosa y memorable consagración con que nos ofrecemos al Corazón divino de Jesús, con todas nuestras cosas, reconociéndolas como recibidas de la eterna bondad de Dios. Después que nuestro Salvador, movido más que por su propio derecho, por su inmensa caridad para nosotros, enseñó a la inocentísima discípula de su Corazón, Santa Margarita María, cuánto deseaba que los hombres le rindiesen este tributo de devoción, ella fue, con su maestro espiritual, el P. Claudio de la Colombiére, la primera en rendirlo. Siguieron, andando el tiempo, los individuos particulares, después las familias privadas y las asociaciones y, finalmente, los magistrados, las ciudades y los reinos.
Mas, como en el siglo precedente y en el nuestro, por las maquinaciones de los impíos, se llegó a despreciar el imperio de Cristo nuestro Señor y a declarar públicamente la guerra a la Iglesia, con leyes y mociones populares contrarias al derecho divino y a la ley natural, y hasta hubo asambleas que gritaban: «No queremos que reine sobre nosotros», por esta consagración que decíamos, la voz de todos los amantes del Corazón de Jesús prorrumpía unánime oponiendo acérrimamente, para vindicar su gloria y asegurar sus derechos: «Es necesario que Cristo reine. Venga su reino». De lo cual fue consecuencia feliz que todo el género humano, que por nativo derecho posee Jesucristo, único en quien todas las cosas se restauran, al empezar este siglo, se consagra al Sacratísimo Corazón, por nuestro predecesor León XIII, de feliz memoria, aplaudiendo el orbe cristiano. (…)
Cuánta sea, especialmente en nuestros tiempos, la necesidad de esta expiación y reparación, no se le ocultará a quien vea y contemple este mundo, como dijimos, «en poder del malo». De todas partes sube a Nos clamor de pueblos que gimen, cuyos príncipes o rectores se congregaron y confabularon a una contra el Señor y su Iglesia. Por esas regiones vemos atropellados todos los derechos divinos y humanos; derribados y destruidos los templos, los religiosos y religiosas expulsados de sus casas, afligidos con ultrajes, tormentos, cárceles y hambre; multitudes de niños y niñas arrancados del seno de la Madre Iglesia, e inducidos a renegar y blasfemar de Jesucristo y a los más horrendos crímenes de la lujuria; todo el pueblo cristiano duramente amenazado y oprimido, puesto en el trance de apostatar de la fe o de padecer muerte crudelísima. Todo lo cual es tan triste que por estos acontecimientos parecen manifestarse «los principios de aquellos dolores» que habían de preceder «al hombre de pecado que se levanta contra todo lo que se llama Dios o que se adora».
Y aún es más triste, venerables hermanos, que entre los mismos fieles, lavados en el bautismo con la sangre del Cordero inmaculado y enriquecidos con la gracia, haya tantos hombres, de todo orden o clase, que con increíble ignorancia de las cosas divinas, inficionados de doctrinas falsas, viven vida llena de vicios, lejos de la casa del Padre; vida no iluminada por la luz de la fe, ni alentada de la esperanza en la felicidad futura, ni caldeada y fomentada por el calor de la caridad, de manera que verdaderamente parecen sentados en las tinieblas y en la sombra de la muerte. Cunde además entre los fieles la incuria de la eclesiástica disciplina y de aquellas antiguas instituciones en que toda la vida cristiana se funda y con que se rige la sociedad doméstica y se defiende la santidad del matrimonio; menospreciada totalmente o depravada con muelles halagos la educación de los niños, aún negada a la Iglesia la facultad de educar a la juventud cristiana; el olvido deplorable del pudor cristiano en la vida y principalmente en el vestido de la mujer; la codicia desenfrenada de las cosas perecederas, el ansia desapoderada de aura popular; la difamación de la autoridad legítima, y, finalmente, el menosprecio de la palabra de Dios, con que la fe se destruye o se pone al borde de la ruina.
Forman el cúmulo de estos males la pereza y la necedad de los que, durmiendo o huyendo como los discípulos, vacilantes en la fe míseramente desamparan a Cristo, oprimido de angustias o rodeado de los satélites de Satanás; no menos que la perfidia de los que, a imitación del traidor Judas, o temeraria o sacrílegamente comulgan o se pasan a los campamentos enemigos. Y así aun involuntariamente se ofrece la idea de que se acercan los tiempos vaticinados por nuestro Señor: «Y porque abundó la iniquidad, se enfrió la caridad de muchos» (…)
A este fin disponemos y mandamos que cada año en la fiesta del Sacratísimo Corazón de Jesús —fiesta que con esta ocasión ordenamos se eleve al grado litúrgico de doble de primera clase con octava— en todos los templos del mundo se rece solemnemente el acto de reparación al Sacratísimo Corazón de Jesús, cuya oración ponemos al pie de esta carta para que se reparen nuestras culpas y se resarzan los derechos violados de Cristo, Sumo Rey y amantísimo Señor.
Miserentisimus Redemptor, Pío XI.
Experimentar el amor de Dios dirigiendo la mirada al Corazón de Jesucristo El significado más profundo de este culto al amor de Dios sólo se manifiesta cuando se considera más atentamente su contribución no sólo al conocimiento sino también y sobre todo a la experiencia personal de ese amor en la entrega confiada a su servicio (Cf. encíclica «Haurietis aquas», 62). Obviamente, experiencia y conocimiento no pueden separarse: la una hace referencia a la otra. Además, es necesario subrayar que un auténtico conocimiento del amor de Dios sólo es posible en el contexto de una actitud de oración humilde y de generosa disponibilidad. Partiendo de esta actitud interior, la mirada puesta en el costado traspasado de la lanza se transforma en silenciosa adoración. La mirada en el costado traspasado del Señor, del que salen «sangre y agua» (Cf. Gv 19, 34), nos ayuda a reconocer la multitud de dones de gracia que de ahí proceden (Cf. encíclica «Haurietis aquas», 34-41) y nos abre a todas las demás formas de devoción cristiana que están comprendidas en el culto al Corazón de Jesús.
La fe, comprendida como fruto del amor de Dios experimentado, es una gracia, un don de Dios. Pero el hombre podrá experimentar la fe como una gracia sólo en la medida en la que él la acepta dentro de sí como un don, del que trata de vivir. El culto del amor de Dios, al que invitaba a los fieles la encíclica «Haurietis aquas» (Cf. ibídem, 72), debe ayudarnos a recordar incesantemente que Él ha cargado con este sufrimiento voluntariamente «por nosotros», «por mí». Cuando practicamos este culto, no sólo reconocemos con gratitud el amor de Dios, sino que seguimos abriéndonos a este amor de manera que nuestra vida quede cada vez más modelada por él. Dios, que ha derramado su amor «en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado» (Cf. Romanos 5, 5), nos invita incansablemente a acoger su amor. La invitación a entregarse totalmente al amor salvífico de Cristo (Cf. ibídem, n. 4) tiene como primer objetivo la relación con Dios. Por este motivo, este culto totalmente orientado al amor de Dios que se sacrifica por nosotros, tiene una importancia insustituible para nuestra fe y para nuestra vida en el amor.
Vivir y testimoniar el amor experimentado Quien acepta el amor de Dios interiormente queda plasmado por él. El amor de Dios experimentado es vivido por el hombre como una «llamada» a la que tiene que responder. La mirada dirigida al Señor, que «El tomó nuestras flaquezas y cargó con nuestras enfermedades» (Mateo 8, 17), nos ayuda a prestar más atención al sufrimiento y a la necesidad de los demás. La contemplación en la adoración del costado traspasado de la lanza nos sensibiliza ante la voluntad salvífica de Dios. Nos hace capaces de confiar en su amor salvífico y misericordioso y al mismo tiempo nos refuerza en el deseo de participar en su obra de salvación, convirtiéndonos en sus instrumentos. Los dones recibidos del costado abierto, del que han salido «sangre y agua» (Cf. Juan 19, 34), hacen que nuestra vida se convierta también para los demás en manantial del que manan «ríos de agua viva» (Juan 7, 38) (Cf. encíclica «Deus caritas est», 7). La experiencia del amor surgida del culto del costado traspasado del Redentor nos tutela ante el riesgo de replegarnos en nosotros mismos y nos hace más disponibles a una vida para los demás. «En esto hemos conocido lo que es amor: en que él dio su vida por nosotros. También nosotros debemos dar la vida por los hermanos» (1 Juan 3, 16) (Cf. encíclica «Haurietis aquas», 38).
La respuesta al mandamiento del amor se hace posible sólo con la experiencia que este amor ya nos ha sido dado antes por Dios (Cf. encíclica «Deus caritas est», 14). El culto del amor que se hace visible en el misterio de la Cruz, representado en toda celebración eucarística, constituye por tanto el fundamento para que podamos convertirnos en personas capaces de amar y entregarse (Cf. encíclica «Haurietis aquas», 69), convirtiéndonos en instrumentos en las manos de Cristo: sólo así podemos ser heraldos creíbles de su amor. Esta apertura a la voluntad de Dios, sin embargo, debe renovarse en todo momento: «El amor nunca se da por “concluido” y completado» (Cf. encíclica «Deus caritas est», 17). La contemplación del «costado traspasado por la lanza», en la que resplandece el voluntad sin confines de salvación por parte de Dios, no puede ser considerada por tanto como una forma pasajera de culto o de devoción: la adoración del amor de Dios, que ha encontrado en el símbolo del «corazón traspasado» su expresión histórico-devocional, sigue siendo imprescindible para una relación viva con Dios (Cf. encíclica «Haurietis aquas», 62).
Sobre el culto al Sagrado Corazón de Jesús. Benedicto XVI
ORACIÓN EXPIATORIA AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS
Dulcísimo Jesús, cuya caridad derramada sobre los hombres se paga tan ingratamente con el olvido, el desdén y el desprecio, míranos aquí postrados ante tu altar. Queremos reparar con especiales manifestaciones de honor tan indigna frialdad y las injurias con las que en todas partes es herido por los hombres tu amoroso Corazón.
Recordando, sin embargo, que también nosotros nos hemos manchado tantas veces con el mal, y sintiendo ahora vivísimo dolor, imploramos ante todo tu misericordia para nosotros, dispuestos a reparar con voluntaria expiación no sólo los pecados que cometimos nosotros mismos, sino también los de aquellos que, perdidos y alejados del camino de la salud, rehúsan seguirte como pastor y guía, obstinándose en su infidelidad, y han sacudido el yugo suavísimo de tu ley, pisoteando las promesas del bautismo.
A1 mismo tiempo que queremos expiar todo el cúmulo de tan deplorables crímenes, nos proponemos reparar cada uno de ellos en particular: la inmodestia y las torpezas de la vida y del vestido, las insidias que la corrupción tiende a las almas inocentes, la profanación de los días festivos, las miserables injurias dirigidas contra ti y contra tus santos, los insultos lanzados contra tu Vicario y el orden sacerdotal, las negligencias y los horribles sacrilegios con que se profana el mismo Sacramento del amor divino y, en fin, las culpas públicas de las naciones que menosprecian los derechos y el magisterio de la Iglesia por ti fundada.
¡Ojalá que podamos nosotros lavar con nuestra sangre estos crímenes! Entre tanto, como reparación del honor divino conculcado, te presentamos, acompañándola con las expiaciones de tu Madre la Virgen, de todos los santos y de los fieles piadosos, aquella satisfacción que tú mismo ofrecisté un día en la cruz al Padre, y que renuevas todos los días en los altares. Te prometemos con todo el corazón compensar en cuanto esté de nuestra parte, y con el auxilio de tu gracia, los pecados cometidos por nosotros y por los demás: la indiferencia a tan grande amor con la firmeza de la fe, la inocencia de la vida, la observancia perfecta de la ley evangélica, especialmente de la caridad, e impedir además con todas nuestras fuerzas las injurias contra ti, y atraer a cuantos podamos a tu seguimiento. Acepta, te rogamos, benignísimo Jesús, por intercesión de la Bienaventurada Virgen María Reparadora, el voluntario ofrecimiento de expiación; y con el gran don de la perseverancia, consérvanos fidelísimos hasta la muerte en el culto y servicio a ti, para que lleguemos todos un día a la patria donde tú con el Padre y con el Espíritu Santo vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
Miserentisimus Redemptor, Pío XI.
]]>Igual que el leopardo no cambia sus manchas, Celia Villalobos sigue anclada en las ideas izquierdistas con las que fue amamantada. Celia Villalobos no es sólo un gobernante incontinente como demostró en el partido Málaga – Sevilla, que llevaría al equipo sevillista a jugar la promoción y el posterior ascenso a primera división (temporada 98-99, donde sus incendiarias declaraciones fueron un llamamiento a la confrontación entre las dos aficiones y que deberían haber desembocado con esta señora en el banquillo de los acusados por incitación a la violencia.
Esta pulsión estalinista que muestra la señora Villalobos la ha llevado a votar por dos veces a favor de la equiparación de la unión de homosexuales con el matrimonio, a pedir la reprobación del Santo Padre junto con su colegui Ana Pastor, y ahora a votar a favor de la reforma de la ley del aborto.
Como explicó Mayor Oreja, y muy bien ha recordado Miguel Serrano Cabeza, el PP está preocupado en « construir mayorías » y no en « dar testimonio », y desde luego se puede decir que Mayor Oreja profetizó, porque días después de haber timado de nuevo al sector católico, Celia Villalobos se dispuso a construir mayorías: seguramente por esta razón ha votado a favor de la propuesta del PSOE, el partido mayoritario.
¿Quién puede decir que el PP ha mentido?
¿Quién se puede sentir engañado?
La estalinista Villalobos, no.
Ella ha llevado a cabo lo que piensa, dar carta blanca a la trituración de niños.
Con el PP ya se sabe, nihil novum sub sole.
]]>Las fotos que se han hecho públicas de la celebración del Corpus Christi en la diócesis de Linz – aquella que se declaró en rebeldía por la elección de Gerhard Maria Wagner como Obispo auxiliar – muestran los estragos que ha hecho ese catolicismo que so capa del « espíritu del Concilio » han provocado un estado de alarma general en la Iglesia Católica.
El deán portando la custodia es la epítome de todos los abusos litúrgicos, el compendio y resumen de un estado en el que se encuentra la Iglesia actual y que el Papa Benedicto XVI está intentando doblarle el brazo, pero parece que hay diócesis que son incurables y que están pidiendo por caridad mano dura, porque al igual que la « Iglesia vive de la Eucaristía » (Ecclesia de Eucharistia 1) hay diócesis como la de Linz que están tomando su propia condenación, ya que como dice San Pablo, « quien come y bebe el cáliz del Señor indignamente, será reo del cuerpo y de la sangre del Señor (1 Cor 11, 27); pues el que come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación » (1 Cor 11,29).
Hay diócesis en las que es difícil reconocer la faz de la Iglesia Católica: se encuentran en estado de apostasía.
Aunque sea doloroso reconocerlo, nos encontramos en estado de excepción, donde la disidencia, la disputa, la creación litúrgica, la disolución moral y la resistencia a la autoridad papal se han convertido en verdaderos caracteres definitorios de muchos obispos (y de sus diócesis por extensión). ¿No hay acaso celebraciones del Sacrificio de la Misa que se parecen más a un culto protestante (como este, calvinista) que a una verdadera Eucaristía?
En la época en la que Newman había iniciado el camino que lo llevaría a Roma (circa 1.837), escribió lo siguiente sobre el estado de la Iglesia Anglicana:
La gran masa de gente educada se muestra de inmediato incómoda, impaciente e irritada, no simplemente incrédula, en cuanto se les ofrece una visión clara – para ellos desconocida – de la doctrina original y apostólica sobre algún tema religioso. Soportan que se les hable de investigaciones sobre los datos de la antigüedad cristiana, si van dirigidas a probar su escaza certeza o su falta de utilidad. Pero son intolerantes y vocingleros contra ellas cuando su objeto es rescatar y no destruir. Sancionan de ese modo una regla de filosofía escéptica que refutan prácticamente siempre que alaban a Newton o Cuvier.
Pueden en verdad aceptar una teoría categórica en otros campos del conocimiento, pero en teología mantienen que la creencia debe ser práctica. Consideran que un estudio sobre cuestiones de hecho en religión tiende a interferir con lo que imaginan ser su libertad cristiana. Se resisten a contemplar evidencias que disminuyan su derecho a pensar correcta o incorrectamente, según les plaza. No aceptan someterse a una versión de los temas tal que no les permita cambiar de mente a su gusto. Piensan que el bienestar en que todas las cuestiones permanezcan abiertas y en que no se exija a nadie una conducta determinada. Adoptan así la libertad que, en ira, otorgó Dios a su pueblo, una libertad para la espada, la peste y el hambre (Ier 34,17), el derecho a ser herejes o incrédulos.
Forjadores de Historia. Newman (1801 – 1890). José Morales Marín. Ed. Rialp. 1990, pp. 61-62.
Por desgracia, esta descripción es hoy aplicable de cabo a rabo a la Iglesia Católica. La unidad – que no uniformidad – que irradiaba hacia fuera la Iglesia, hoy queda opacada por sucesos como el de Linz.
La teología que hay detrás de esta Liturgia no es la « Fides quaerens intellectum », sino la fe particular – si es que a eso se le puede llamar fe – de los teólogos que mantienen esas ideas peregrinas.
Los efectos son devastadores: se acepta cualquier cambio, modificación, innovación es aceptado pasando por alto que también se está mutando la fe de la Iglesia, de manera que no se consigue el fin que pretenden los innovadores, esto es acercarse al hombre, sino que por el contrario, acaban alejando al hombre de Dios.
El final es Linz: un sacerdote portando ¿el Cuerpo de Cristo? con un pértiga. ¿Qué devoción pueden mostrar los fieles hacia la Eucaristía cuando ven al deán? ¿Qué queda realmente allí de la fe de la Iglesia?
Mientras, los pastores infestados bien del mismo virus, bien presos del qué dirán, dejan que estos energúmenos corrompan al Pueblo de Dios siendo en cierta manera copartícipes de estos desmanes ya que olvidan que la sucesión apostólica de la que participan, no quiere decir solamente que unos obispos se hayan ordenado sucesivamente sin interrupción a partir de los apóstoles, sino que supone también la transmisión fiel de la fe recibida de los apóstoles.
Abusos como el de Linz no se deben tolerar.
Hay que salir del estado de excepción.
]]>Lauda, Sion, Salvatórem; Lauda ducem et pastórem, In hymnis et cánticis.
Quantum potes, tantum aude: Quia major omni laude, Nec laudáre súfficis.
Laudis tehma sepeciális, Panis vivus et vitális Hódie propónitur;
Quem in sacrae mensa coenae, Turbae fratrum duodénae Datum non ambígitur.
Sit laus plena, sit sonóra, Sit jucúnda, sit decóra Mentis jubilation.
Dies enim solémnis ágitur, In qua mensae prima recólitur Hujus institution.
In hac mensa novi Regis, Novum Pascha novae legis Phase vetus términat.
Vetrutámen nóvitas, Umbram fugat véritas Noctem lux elíminat.
Quod in coena Christus gessit, Faciéndum hoc expréssit In sui memoriam.
Docti sacris institútis, Panem, vinum, in salútis Consecrámus hóstiam.
Dogma datur Christiánis, Quod in carnem transit panis, Et vinum in sánguinem.
Quod non capis, quod non vides, Animósa firmat fides, Praeter rerum órdinem.
Sub divérsis speciébus, Signis tantum, et non rebus, Latent res exímiae.
Caro cibus, sanguis potus, Manet tamen Christus totus Sub utráque spécie.
A suménte non concísus, Non confráctus, non divísus, Ínteger accípitur.
Sumit unus, sumunt mille, Quantum isti tantum ille, Nec sumptus consúmitur.
Sumunt boni, sumunt mali: Sorte tamen inaequáli, Vitae vel intéritus.
Mors est malis, vita bonis; Vide parís suptiónis, Quam sit dispar éxitus.
Fracto demum Sacraménto, Ne vacílles, sed meménto Tantum ese sub fragménto Quantum toto tégitur.
Nulla rei fit scissúra, Signi tantum fit fractúra Qua nec status nex statúra Signáti minúitur.
ECCE PANIS ANGELÓRUM, Factus cibus viatórum, Vere panis filiórum, Non mitténdus cánibus.
In figures praesignátur Cum Ísaac immolator, Agnus Paschae deputátur, Datur manna pátribus.
Bone Pastor, panis vere, Jesu, nostril miserére. Tu nos pasce, nos tuére, Tu nos bona fac vidére. In terra vivéntium.
Tu, qui cuncta scis et vales, Qui nos pascis hic mortales, Tuos ibi commensáles, Cohaerédes et sodáles Fac santórum cívium.
Amen.
Alaba, alma mía a tu Salvador; alaba a tu guía y pastor con himnos y cánticos.
Pregona su gloria cuanto puedas, porque Él está sobre toda alabanza, y jamás podrás alabarle lo bastante.
El tema especial de nuestros loores es hoy el pan vivo y que da vida.
El cual se dio en la mesa de la sagrada cena al grupo de los doce apóstoles in género de duda.
Sea, pues, llena, sea sonora, sea alegre, sea pura la alabanza de nuestra alma.
Pues celebramos el solemne día en que fue instituído este divino banquete.
En esta mesa del nuevo rey, la pascua nueva de la nueva ley pone fin a la pascua antigua.
Lo viejo cede ante lo nuevo, la sombra ante la realidad, y la luz ahuyenta la noche.
Lo que Jesucristo hizo en la cena, mandó que se haga en memoria suya.
Instruídos con sus santos mandatos, consagramos el pan y el vino, en sacrificio de salvación.
Es dogma que se da a los cristianos, que el pan se convierte en carne, y el vino en sangre.
Lo que no comprendes y no ves, una fe viva lo atestigua, fuera de todo el orden de la naturaleza.
Bajo diversas especias, que son accidente y no substancia, están ocultos los dones más preciados.
Su carne es alimento y su sangre bebida; mas Cristo está todo entero bajo cada especie.
Quine lo recibe no lo rompe, no lo quebranta ni lo desmembra; recíbese todo entero.
Recíbelo uno, recíbenlo mil; y aquél lo toma tanto como éstos, pues no se consume al ser tomado.
Recíbenlo buenos y malos; mas con suerte desigual de vida o de muerte.
Es muerte para los malos, y vida para los buenos; mira cómo un mismo alimento produce efectos tan diversos.
Cuando se divida el Sacramento, no vaciles, sino recuerda que Jesucristo tan entero está en cada parte como antes en el todo.
No se parte la sustancia, se rompe sólo la señal; niel ser ni el tamaño se reducen de Cristo presente.
He aquí el pan de los ángeles, hecho viático nuestro; verdadero pan de los hijos, no lo echemos a los perros.
Figuras lo representaron: Isaac fue sacrificado; el cordero pascual, inmolado; el maná nutrió a nuestros padres.
Buen pastor, pan verdadero, ¡oh Jesús!, ten piedad. Apaciéntanos y protégenos; haz que veamos lo bienes en la tierra de los vivientes.
Tú, que todo lo sabes y puedes, que nos apacientas aquí siendo aún mortales, haznos allí tus comensales, coherederos y compañeros de los santos ciudadanos.
Amen.
Santo Tomás de Aquino.
]]>Es indudable que estamos en una revolución de los principios morales que rigen el orden natural.
No es únicamente una cuestión de distracción de la crisis económica, como nos quieren hacer creer el pijiprogrerío ppero, sino una verdadera transmutación de la ecología moral.
Y en eso están.
En Sevilla, la ciudad en la que nunca pasa nada, estamos acostumbrados a ello, por eso noticias como esta, no nos llevan al asombro.
Que el Ayuntamiento de Sevilla dé más dinero para la fiesta del Orgullo Gay, el doble, que para la Cabalgata de los Reyes Magos o que para la atención de los enfermos de SIDA, es más de lo mismo. Ellos gobiernan para un fin y lo tienen no claro, sino clarísimo.
Aunque esto ya no constituya un escándalo, por desgracia, en la Sevilla de mis entretelas, sí lo es, que este Alcalde impío y blasfemo, que milita en el partido del aborto y de la píldora del día después, vaya detrás de la Custodia en la procesión del Corpus: más le valdría vestirse de saco y ceniza a este sinvergüenza.
Es realmente una pena que los católicos no lo tengan tan claro como el PSOE. Si así fuese, otro gallo nos cantaría.
]]>No es cuestión de hacer leña del árbol caído en esta sus últimas horas en la sede de San Isidoro, pero a estas alturas uno no puede dejar de preguntarse por qué se ha esperado tanto, por qué no se hizo nada antes, pero está claro que todo efecto tiene su causa. Además, no se pueden arreglar las cosas a última hora.
Desde la época de la Transición hasta nuestros días, Andalucía ha sido gobernada bajo la égida del poder socialista, poder que ha sido ejercido omnímodamente por su parte.
Igual que los moros aprovecharon las vías romanas para conquistar rápidamente la Hispania visigoda, el PSOE ha utilizado las estructuras y relaciones de poder dejadas por el franquismo, copiando incluso sus formas, para hacer lo mismo que Franco durante cuarenta años, fundar un régimen.
Bajo estas premisas, el PSOE en Andalucía, el PSOE ejerce un poder omnímodo, llenando huecos propios y ajenos, de manera que el Estado asfixia a la sociedad civil.
La Iglesia no ha estado ajena a estos manejos. Habría que preguntarse por esos sacerdotes, religiosos, obispos que le han bailado al partido, en general, y a Chaves y a su cuadrilla, en particular, durante tantos y tantos años, olvidando que el Bien Común y el Principio de Subsidiariedad son conculcados una y otra vez en esta comunidad, granero de votos del partido socialista.
No se puede olvidar que la Subsidiariedad y el Bien Común son principios de segundo grado, derivados de los cuatro principios originarios – teleológico, cristológico, antropológico y del derecho natural – en los que se basa la Doctrina Social de la Iglesia.
El episcopado andaluz, con el Arzobispo de Sevilla como figura preeminente – si se me permite utilizar esta palabra sin desmerecer al resto de provincias -, ha sido muy acomodaticio para el régimen, muy fácil de llevar. Incluso podríamos decir que en algunos momentos ayudó al PSOE a alcanzar el poder.
Andalucía lleva ocupando durante mucho tiempo los últimos escalafones en todas las listas posibles, económicas, educativas, sociales…Aún así, resulta curioso como el poder político no ha sufrido críticas duras por parte del episcopado andaluz. la pobreza no ha surgido hace dos días. Sin embargo resulta curioso como el poder político no ha recibido una crítica fuerte por parte del episcopado andaluz.
Un ejemplo claro lo tenemos en la denigrante actuación de los Obispos de Sur frente a la asignatura de Educación para la Ciudadanía, protegiendo a los colegios religiosos, mientras se abandonaba a la potencia absoluta de Dios a los padres que no tenían más remedio que hocicar con los colegios estatales.
El caso del Cardenal de Sevilla es, por otra parte, llamativo. Siendo el de más jerarquía, por llamarlo de alguna manera, lo tocante al poder político lo trata con suma superficialidad. Por ejemplo, el tema de la corrupción. El Cardenal toca la corrupción personal pero no dice nada del sistema corrupto, devenido en régimen, que vertebra la sociedad andaluza, donde los antiguos señoritos a caballo se han transformado en los nuevos señoritos de izquierdas con coche oficial, por la forma tan superficial como toca los temas
Encontrándose precisamente el Cardenal en una de las regiones más pobres de España, cuando habla sobre la paz y el hambre, alguien esperaría una crítica, mínima aunque sea, al partido que lleva gobernando en Andalucía desde que él llegó y que nos ha llevado a esta situación.
Nada.
Nada nuevo bajo el sol.
Declaraciones como las realizadas, pidiendo una regulación del cambio de sexo, lo único que han conseguido es una medalla.
Declaraciones, en definitiva, lamentables y desafortunadas que, al fin y a la postre, se separan de lo enseñado por la Iglesia.
En Andalucía el catolicismo ha perdido su carácter serio, ¿o es que acaso no es poco serio decir que una Ley que regule la dignidad de las personas puede ser cualquier cosa, pero nunca «un entretenimiento absurdo»?. El socialismo andaluz nunca ha tomado sus medidas como un entretenimiento, porque conocen el fin que buscan.
Mostrar sorpresa porque estas medidas se impulsen desde el poder político, muestra una desconexión total con la realidad, con la historia, impropio de alguien que tiene que pastorear una grey.
Además, querer remediar ahora los desaguisados cuando tanto se ha condescendido es harto difícil.
La Iglesia en Andalucía ha sido muy fácil de llevar, porque tal como Franco aconsejaba a los suyos, no se ha metido en política.
]]>España se encuentra bajo un sistema oligárquico corrupto, donde los partidos raptan la voluntad popular. En España no hay Democracia. La división de poderes fue defenestrada definitivamente por el PSOE en su primera legislatura. De la división de poderes – legislativo, ejecutivo y judicial -, pasamos a un solo poder con división de funciones.
Tampoco el sistema electora español es democrático. La Ley d’Hont impide la formación de mayorías y la necesidad de realizar pactos. El sistema electoral español es un ejemplo de libro de la «paradoja de Arrow»
Mientras que no haya una reforma del sistema todo lo demás será imposible. Nuestros oligarcas se reparten el pastel del poder a su antojo. En este sentido, votar pensando en una sanación de los partidos bajo los efectos del posibilismo es alucinar, ver elefantes de color rosa. En el pasado reciente, cuando el PP contó con mayoría absoluta no hizo nada para reformar el sistema. Por otra parte, se ha podido comprobar lo que Mayor Oreja perpetró respecto a la cuestión del aborto en el Parlamento Europeo. El Jefe de la Delegación española en el Grupo del PPE-DE, dio libertad a los miembros de su grupo para votar lo que quisiesen. La disciplina de partido se impuso sobre la ley moral.
Más que nunca se hace necesario tumbar este sistema político. Su podredumbre está llegando hasta los tuétanos de la sociedad. Hoy podemos decir que llevar una vida virtuosa es muy difícil, por no decir imposible.
La abstención se convierte de esta manera en una cuestión moral, una actitud de rechazo, repudia y denuncia de la corrupción en la que estamos inmersos.
Es la elevación sobre la podredumbre de la dignidad que tenemos como ciudadanos, de un Estado que nos regurgita y nos vomita hacia la indecencia.
La abstención como repulsa sería una vía posible – e idílica – de reforma del sistema. Si la misma fuese tan grande, obligaría a los oligarcas a reconocer su fracaso. Pero en un sistema que se auto-legitima en cada votación este camino se torna utópico.
¿Estamos pues abocados a la inacción? No. Existe otra posibilidad de reforma del sistema, difícil, pero no imposible, eso sí, actuando en un doble sentido; por un lado, la formación de las conciencias, por otro, participar en este juego amañado a través de un nuevo partido aglutinado alrededor de los principios no negociables - el derecho a la vida, la defensa de la familia, la libertad de educación y el bien común.-
Es cuestión de creer.
Otra visión: Embajador en el Infierno.
]]>Evangelio según Lucas. Cap 4, 38-44
Al salir de la sinagoga, entró en la casa de Simón. La suegra de Simón tenía mucha fiebre, y le pidieron que hiciera algo por ella. Inclinándose sobre ella, Jesús increpó a la fiebre y esta desapareció. En seguida, ella se levantó y se puso a servirlos.
Al atardecer, todos los que tenían enfermos afectados de diversas dolencias se los llevaron, y él, imponiendo las manos sobre cada uno de ellos, los curaba. De muchos salían demonios, gritando: «¡Tú eres el Hijo de Dios!». Pero él los increpaba y no los dejaba hablar, porque ellos sabían que era el Mesías.
Cuando amaneció, Jesús salió y se fue a un lugar desierto. La multitud comenzó a buscarlo y, cuando lo encontraron, querían retenerlo para que no se alejara de ellos. Pero él les dijo: «También a las otras ciudades debo anunciar la Buena Noticia del Reino de Dios, porque para eso he sido enviado». Y predicaba en las sinagogas de toda la Judea.
“Nota la clemencia del Señor Salvador. No se ha llenado de indignación, ni ofendido por la injuria, ni afectado por la injustica en el momento de dejar la Judea: al contrario, olvidando los oprobios, teniendo presente únicamente la clemencia, busca ablandar el corazón de este pueblo infiel, ya enseñando, ya libertando, ya curando. Ha hecho bien San Lucas en mencionar primero al hombre libertado del espíritu malo y contar luego la curación de una mujer; pues el Señor había venido a sanar ambos sexos; antes debía curar al que había sido creado primero, y no debía dejar a un lado a la que había pecado más por inconstancia de ánimo que por perversidad.
Es un sábado cuando el Señor comienza a realizar las curaciones, para significar que la nueva creación comienza cuando terminó la antigua, y mostrar desde el principio que el Hijo de Dios no está sometido a la Ley, sino que es superior a ella, y que no ha venido a destruir la Ley, sino a cumplirla. El mundo no ha sido hecho por la Ley, sino por la Palabra, según leemos: Por la palabra de Yavé fueron hechos los cielos (Ps 32,6). La Ley no es, pues, destruida, sino cumplida, a fin de renovar al hombre ya caído. Por eso dice el Apóstol: Despojaos del hombre viejo, y revestíos del hombre nuevo, que ha sido creado según Cristo (Col 3,9ss).
Con razón comienza en sábado, para mostrar que es el Creador, haciendo entrar las obras en la trama de las obras, continuando la obra que ya había comenzado El mismo; como el obrero que se dispone a reparar una casa: no comienza a destruir lo arruinado por los cimientos, sino por el tejado. De este modo, Él pone la mano primero allí donde antes había terminado.
Comienza por lo de menos monta para venir a lo de mayor consideración: librar del demonio lo pueden hacer los hombres – pero, ciertamente, por la palabra de Dios -; resucitar a los muertos sólo es propio del poder de Dios.
Tal vez en esta mujer, suegra de Simón y de Andrés, estaba figurada nuestra carne, enferma con diversas fiebres de pecados y que ardía en transportamientos desemesurados de diversas codicias. Yo diría que la fiebre del amor no es menor que la del calor. Aquella fiebre quema el alma, la otra el cuerpo. Nuestra fiebre es la avaricia; nuestra fiebre es la sensualidad; nuestra fiebre es la lujuria; nuestra fiebre es la ambición; nuestra fiebre es la ambición; nuestra fiebre es la cólera".
San Ambrosio, Tratado sobre el Evangelio de San Lucas (trad. Obras de San Ambrosio I, BAC).
Oficio de Maitines. Sábado de las Témporas de Pentecostés. Breviarium Romanum.
]]>El sindicato de la ceja zetapéica no tiene vergüenza ni la conoce. Hacen gala de su cinismo sin ruborizarse siquiera un poquito.
Ahora se han inventado el bautismo laico, algo así como una «ahogaílla piji-progre». Si con el bautismo el bautizado se configura con Cristo, siéndole infundidas las virtudes teologales de la fe, la esperanza y la caridad, con esta «ahogaílla piji-progre» el ser vivo pero no humano – o sí, yo que sé -, quedará configurado con Pedro Zerolo, recibiendo las virtudes progresistas de la alianza de civilizaciones, la sostenibilidad y la solidaridad transversal paritaria, quedando en condiciones el sumergido de luchar contra el cambio climático y la guerra de Irak, que como todo el mundo sabe fue culpa de Aznar.
Todo este acto chirigotero de la pijiprogresía española no tendría más importancia si estos tipos no estuviesen viviendo a costa del trabajo de los demás, porque si fuese por el suyo, tendrían que dedicarse a otra cosa; y es que no se puede tomar de otra forma más que a choteo.
Dar la «bienvenida democrática» a un bebé a la vez que se leen los Derechos del Niño, no es más que una broma. De mal gusto, eso sí. Porque los mismos que actúan de lectores instituidos – ya que tanto gusta a nuestra progresía copiar la liturgia católica – son los que promueven el aborto en esta España tan democrática y tan guay.
De ahí que en boca de Cayetana Guillén Cuervo y su alegre pandilla, las palabras igualdad, comprensión, tolerancia, convivencia y paz, suenan a cachondeo, ya que como todo buen socialista, su significado es transmutado de manera que sólo se aplican en una dirección: las que les favorezca a ellos.
Pero tampoco la banda zetapera da para más.
En España no cabe un tonto más.
p.s.: la noticia dice: «Leo ha participado activamente en su «bautizo»» ¿Actuosa participatio? ¡Oh!
]]>La ética de los valores surgió como una alternativa a la subordinación de la moral a la metafísica y a la completa autonomía por esta preconizada por Kant. Sobre esta vía media se ha intentado fundamentar la moral sin pasar por la metafísica.
En principio, los valores serían cualidades objetivas que serían aprendidas a través de los sentimientos intencionales de la misma manera que los actos intelectuales conocen la verdad o los sentidos alcanzan la experiencia de los objetos. Existen los valores de la persona, los valores de cosas valiosas – esto es, los bienes -, lo valores de las vivencias intencionales y los valores sociales, colectivos; por último, tendríamos los valores por sí mismos y los valores por referencia.
Los valores se ordenarían según una jerarquía, a saber:
1º.- Lo agradable y lo desagradable.
2º.- Los valores vitales.
3º.- Los valores espirituales.
4º.- Los valores religiosos.
La realidad de los valores morales – que no tendrían una materia propia - consistiría en la realización del resto de valores, según el orden justo de preferencia. Además, sólo se podría realizar el bien moral siempre y cuando no se convierta dicho bien en el fin de nuestra acción. En síntesis nos encontraríamos con una ética estrictamente formal.
Ahora bien, ¿cómo se actúa en función de un valor moral? ¿Cómo se realiza un valor? Por otro lado, tenemos que los valores no serían más que las esencias platónicas separadas de la realidad, entonces, ¿cómo podríamos ser buenos? Finalmente no se puede olvidar que en cierta medida, toda «valoración» humana es una «subjetivación» con lo que caeríamos paradójicamente en la subjetividad de la teoría de los valores, ya que al fin y a la postre, ¿quién soporta los valores y les da su jerarquía? Como no podía ser de otra forma, al final del camino de la ética de los valores nos damos de bruces con el relativismo.
Precisamente éste es el problema con el que nos encontramos hoy, en nuestro ámbito social. Cada individuo sostiene una escala de valores que hace imposible articular una ética común ya que, al fin y a la postre, no se puede discernir entre unas jerarquías y otras, encontrándose todas al mismo nivel.
En este sentido las palabras de Monseñor Francisco Javier Martínez, en el curso Ética y futuro de la democracia, en la San Pablo – CEU han sido muy acertadas: «Educar en valores es como quitarse de la cocaína con metadona». Hay que «recuperar el concepto de virtud, porque requiere una meta»
Monseñor ha dado en el clavo.
Fundamentar la moral en los valores acaba siendo algo parecido como querer salir del agua tirándose de los pelos.
Hay que reconocerlo la ventaja que tienen los valores morales para el hombre moderno, ya que al ser una ética formal soporta cualquier tipo de contenido, de manera que queda a nuestra disposición el darle un móvil a los deberes específicos de cualquier moral particular.
Como ha explicado magistralmente Monseñor Martínez, se hace una necesaria una vuelta a la virtud – en lo que coincide con el filósofo inglés Alasdair MacIntyre, ¿acaso no es la editorial Nuevo Inicio la que se está encargando de la publicación de varios títulos muy interesantes del anglosajón? -, que tal como la define el Catecismo de la Iglesia es:
1804 Las virtudes humanas son actitudes firmes, disposiciones estables, perfecciones habituales del entendimiento y de la voluntad que regulan nuestros actos, ordenan nuestras pasiones y guían nuestra conducta según la razón y la fe. Proporcionan facilidad, dominio y gozo para llevar una vida moralmente buena. El hombre virtuoso es el que practica libremente el bien.
Las virtudes morales se adquieren mediante las fuerzas humanas. Son los frutos y los gérmenes de los actos moralmente buenos. Disponen todas las potencias del ser humano para armonizarse con el amor divino.
Como enseña Aristóteles, haciendo actos buenos adquirimos la capacidad de ser buenos y por otro lado, realizando actos viciosos nos volvemos malos. Y esto queda grabado en nuestro carácter.
En definitiva, solamente la vuelta a la virtud, nos permitirá la recuperación y regeneración de la deteriorada ecología moral.
]]>¿Es el PP un partido en favor de la vida? ¿Y su ideario, es “cristiano” de veras?
Menuda vergüenza.
Cortesía de D. Terzio
]]>Aquí se puede leer un pensamiento muy clarificador sobre lo que significaría votar al PP para las próximas elecciones europeas.
Pienso que es necesario, además de recomendable su difusión, así que le ofrezco a mis lectores la parte magra del asunto:
El PP se retrató en el Parlamento Europeo cuando la mayoría de sus diputados votaron a favor de la famosa y asquerosa Resolución del pasado 14 de enero.
Mayor votó en contra pero dejó libertad al resto del grupo. La Resolución es pura ideología de Género. Presiona a los estados miembros para que promuevan el aborto y el delito de homofobia. Amenaza expresamente a los líderes religiosos intolerantes con los homosexuales.
De entre los Diputados del PP, votaron SÍ a esta resolución:
Pilar del Castillo Vera
Agustín Díaz de Mera García Consuegra
Fernando Fernández Martín
Carmen Fraga Estévez
José Manuel Garcia-Margallo y Marfil
Salvador Garriga Polledo
Iñigo Méndez de Vigo
Juan Andrés Naranjo Escobar
Salvador Domingo Sanz Palacio
Daniel Varela Suanzes-Carpegna
Alejo Vidal-QuadrasVotaron NO:
Pilar Ayuso
Cristina Gutiérrez-Cortines
Luis Herrero-Tejedor
Carlos J. Iturgáiz Angulo
Jaime Mayor Oreja
José Javier Pomes Ruiz
José I. Salafranca Sánchez-NeyraLos demás Diputados del PP estaban ausentes o se abstuvieron.
(…)
Me ha llegado por correo la papeleta del PP y (…)se me ha ocurrido algo mejor: Cotejarla con la lista que he puesto antes (signo del voto de los actuales Diputados peperos en la Resolución abortista y de Género que aprobó el PE el 14/1/9). Y observo lo siguiente:
En los primeros 12 puestos de la lista figuran 6 Diputados que votaron SÍ a la Resolución de marras y sólo uno que votó NO (el propio Mayor Oreja). Alguien objetará que a partir del puesto 14 vienen cuatro que votaron NO, también en puestos “de salida", así que extendiendo el estudio a los 30 primeros puestos, y para los amantes de las cifras obtengo el siguiente resultado:
En la nueva lista, la frecuencia de Diputados que votaron SÍ (al aborto, a la criminalización de la homofobia, etc.) es un 60% mayor que la de los del NO (pasa del 16,66 al 26,66). El resultado aún sería más llamativo si descontásemos a Mayor, cuyo caso es singular porque el PP le tiene como señuelo para el voto católico. “La cuota de los tontos” le ha llamado Anco en su soneto. Está claro lo que vale para hacer carrera en el PP.
Al hilo de esto, se me ocurre citar a Luis Herrero, pro-vida y vetado por el partido. Su peripecia es bien conocida gracias al corporativismo de los periodistas. Entre los del sí que repiten hay un Méndez de Vigo. Es el Barón de Claret, primogénito de la Condesa de Areny (pronúnciese Areiñ) y Caballero de Malta. La Asamblea Española de esta Orden debería borrarle del escalafón por promover el aborto con su voto en el PE. Otro Diputado que repite es López-Istúriz (cuyo 2º apellido es White (…)). Éste pasa por piísimo (también es de la cuota). Creo que es propagandista. No figura entre los del sí ni los del no, porque tuvo buen cuidado de estar ausente en la votación. No diré que fue más valiente que el Cid, pero su comportamiento todavía fue mejor que lo que predica el ex-Rector de Navarra: “turarsi il naso” y votar la abominación. Así que va ganando CEU a la UNav por ½ a 0.
Esto es lo que hay.
Cortesía de Terzio y Mendrugo.
]]>Juan 14, 23 - 31
En aquél tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: “Si alguno me ama, guardará mi Palabra, y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada en él.
El que no me ama no guarda mis palabras.Y la palabra que escucháis no es mía, sino del Padre que me ha enviado.
Os he dicho estas cosas estando entre vosotros.
Pero el Paráclito, el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi nombre, os lo enseñará todo y os recordará todo lo que yo os he dicho.
Os dejo la paz, mi paz os doy; no os la doy como la da el mundo. No se turbe vuestro corazón ni se acobarde.
Habéis oído que os he dicho: “Me voy y volveré a vosotros."Si me amarais, os alegraríais de que me fuera al Padre, porque el Padre es más grande que yo.
Y os lo digo ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda creáis.
Ya no hablaré muchas cosas con vosotros, porque llega el Príncipe de este mundo. En mí no tiene ningún poder;
pero ha de saber el mundo que amo al Padre y que obro según el Padre me ha ordenado. Levantaos. Vámonos de aquí.”
Homilía XXX, San Gregorio Magno
Hermanos carísimos, quiero recorrer brevemente las palabras de la lección evangélica, con el fin de poder detenernos luego más despacio en la contemplación de tan gran solemnidad.
Pues bien: hoy el Espíritu Santo, en medio de un ruido repentino, descendió sobre los discípulos y cambió sus corazones carnales en amor de Él; y con las lenguas de fuego que aparecieron exteriormente, interiormente quedaron sus corazones inflamados; pues, al recibir a Dios en forma visible de fuego, abrasáronse dulcemente en su amor; porque el mismo Espíritu Santo es amor; y por eso dice San Juan (1ª 4,8): Dios es caridad. Por consiguiente, quien con toda el alma desea a Dios, ya tiene de hecho a quien ama.
Mas he aquí que, si a cada uno de vosotros se pregunta si ama a Dios, con todo aplomo y seguramente responderá: Sí, yo le amo; pero en el mismo principio de la lección habéis oído que la Verdad dice: Todo el que me ama observará mi doctrina; por tanto, la prueba del amor es la exhibición de las obras. Por eso el mismo San Juan dice en su Epístola (1ª 4,20): Si alguno dice: Si, yo amo a Dios, y no observa sus mandatos, es un mentiroso. Amamos, pues, de veras a Dios y guardamos sus mandamientos cuando refrenamos nuestras concupiscencias, porque quien todavía se derrama en deseos ilícitos, sin duda no ama a Dios, puesto que contraría su voluntad.
Y mi Padre le amará, y vendremos a él y haremos mansión en él. Considerad, hermanos carísimos, cuán grande dignidad sea ésta, el tener a Dios, que ha venido a hospedarse en el corazón. En verdad que, si algún amigo rico y poderoso viniera a nuestra casa, a toda prisa limpiaríase toda la casa para que no hubiera tal vez en ella algo que molestara a la vista del amigo que viene. Pues quine prepara a Dios la casa de su alma, haga desaparecer de ella las inmundicias de sus malas obras.
Pero ved lo que dice la Verdad:«Vendremos y haremos mansión dentro de él. Y es que viene a los corazones de algunos, pero no hace mansión; porque ante la presencia de Dios, sí, llegan a compungirse; pero al tiempo de la tentación se olvidan de aquello de que se habían compungido, y así vuelven a cometer los pecados como si no los hubieran llorado.
Oficio de Maitines, Dominica Pentecostes.
Trad: Obras de San Gregorio Magno. Ed. BAC.
]]>Tras las declaraciones heréticas del Presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, Robert Zollitsch, vuelve al ataque ahora advirtiendo de la posibilidad de que se decretasen nuevas excomuniones a los obispos des-excomulgados de la FSSPX (ver la noticia aquí).
¿Ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio? Podría ser. Sin embargo si aumentamos la potencia del objetivo y lo aplicamos sobre el objeto - tal como me ha advertido un amigo - lo que se ve es algo más llamativo.
El periodista pregunta a Zollitsch sobre las posibles ordenaciones sacerdotales de la FSSPX y sin embargo, el Presidente de la CEA le responde sobre las ordenaciones ¡episcopales!
Si tenemos en cuenta además la entrevista a Galarreta:
— En su momento Monseñor consagró cuatro Obispos invocando un estado de necesidad. Habló en su homilía de una “operación supervivencia” de la Iglesia. Después del Motu Proprio del 7 de julio de 2007 que autoriza la Misa tridentina y el decreto del 21 de enero de 2009 relativo a las excomuniones, ¿existe todavía dicho estado de necesidad?
Sí. El estado de necesidad no viene causado por unas condenaciones injustas o incluso, sólo por la desaparición de la liturgia tradicional. Nuestro combate no ha terminado con el Motu Proprio. El estado de necesidad viene del cambio de la fe, de la introducción de doctrinas radicalmente opuestas a la Tradición y a la fe católicas. En este sentido el problema sigue siendo exactamente el mismo y no ha cambiado.
surgen las siguientes cuestiones:
-¿Están pensando los lefebvrianos ordenar obispos?
- ¿Sabe algo Zollitsch de lo anterior?
- ¿Está poniendo el presidente de la CEA la venda antes que salga la herida?
- ¿O también está torpedeando al Santo Padre?
Sinceramente esto parece la conjura de los necios.
]]>Es la madre y maestra y eso se nota. En sus cultos y en la estación de penitencia, la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno es ejemplo para las demás.
Es discutible su antigüedad, pero no su preeminencia sobre el resto.
Ha sido la primera de las Hermandades de Sevilla que, obedeciendo al Santo Padre, ha incorporado la forma extraordinaria de la Liturgia romana, en la celebración del quinario al Señor.
Y también ha sido la primera en incorporar la defensa del derecho a la vida, además de manera magistral y contundente, como la misma Hermandad es, sin necesidad de lacitos blancos, expresando y condensando todo lo que la Iglesia tocante a la vida humana:
proclamar y defender el derecho a la vida de todo ser humano en cada fase de su desarrollo, desde el momento de la concepción hasta la muerte natural y cualquiera que sea su condición, de conformidad con el Magisterio de la Iglesia y la doctrina emanada de S.S. el Papa.
Que aprendan los señores del Consejo de Hermandades y Cofradías a hacer las cosas bien, sin ambigüedades. El documento que emitió el Consejo fue un paripé, una cosa minúscula en lo tocante a la fe. Un paripé, vamos. Lo mejor que podría hacer el actual presidente del Consejo, D. Adolfo Arenas, es echarle el cerrojazo: para lo que hace el Consejo, mejor no tenerlo.
Los hermanos del Silencio han recogido el testigo de Bernardo de la Cruz, aquél que en el año 1.564 (fecha oficial, aunque algunos historiadores remontan la fundación de la corporación a 1.340), en el hospital de las Cinco Llagas de Sevilla, de acuerdo con D. Andrés de Aguilar, Prior del Monasterio de Santa María de las Cuevas, Fray Rodrigo de Carmona, Prior del Concento de San Isidoro del Campo y de Juan de Medina, sacerdote y Teniente de Administrador del hospital, los cuales - como dicen las antiguas reglas de la Hermandad – deseosos de «su salvación, gloriándose como dice el Apóstol en la Cruz de Nuestro Señor Jesucristo, en la cual fimos salvos y libres del poder del demonio, teniéndola por Patrona, armas y defensa suya, queriendo imitar al que en ella murió por nuestras culpas, llevándola sobre sus hombros, siguiéndole con ella»
Ni más ni menos.
Ad maiorem Dei gloriam
]]>El cardenal Martini se encuentra en el ocaso de su vida. Son momentos de recapitulación, de resumen de esta vida para prepararse de una manera especial para la otra. El hombre llega a su acabamiento biológico y ético hasta que llegue esa hora donde la voluntad quedará inmovilizada en el último fin que ha querido.
Carlo María Martini, sin embargo, sigue apegado a lo suyo, que parece no es lo de la Iglesia: sus saberes escriturísticos sólo le han servido para preñar la cristiandad de traducciones de la Biblia de dudosa catolicidad – verbigracia la Nueva Biblia Española -.
Y en llegando la hora de la retirada, Martini sigue enredando, ¡pobre cardenal!
El asunto del divorcio es un tema muy delicado, que tiene que ser tratado con justicia, misericordia y caridad. Las situaciones son complejas y difíciles, donde no se puede olvidar ni obviar el pecado personal, tapándolo con un buenismo infantil.
El Cardenal Martini, haciendo gala de un estilo bustrofédico quiere admitir a los divorciados a la comunión, cuando están en situación pecaminosa, sin que, a su vez, queden mancilladas la fidelidad y la perseverancia.
A su vez, torticeramente, equipara este acto de admisión a la Eucaristía con el levantamiento de la excomunión a los obispos lefebvrianos, cuando entre ambos actos no pesa el mismo juicio moral.
Aunque estas situaciones (por desgracia cada vez más comunes) sean dolorosas, la Iglesia no tiene como fin suprimir el dolor. De hecho, la base de nuestra creencia, se encuentra en el Justo sufriente, Cristo reinando desde la cruz. El cristianismo no promete la exención del dolor terrenal, pero sí mantiene la esperanza en la inmortalidad feliz.
Otrosí la Iglesia, no se olvida de sus hijos que se han divorciado y vuelto a casar. El Papa Juan Pablo II, en la exhortación Familiaris Consortio dio muestras de su amor por este tipo de personas que viven, por desgracia, en una situación irregular.
Precisamente por amor, el Papa escribe lo siguiente:
La Iglesia, no obstante, fundándose en la Sagrada Escritura reafirma su práxis de no admitir a la comunión eucarística a los divorciados que se casan otra vez. Son ellos los que no pueden ser admitidos, dado que su estado y situación de vida contradicen objetivamente la unión de amor entre Cristo y la Iglesia, significada y actualizada en la Eucaristía. Hay además otro motivo pastoral: si se admitieran estas personas a la Eucaristía, los fieles serían inducidos a error y confusión acerca de la doctrina de la Iglesia sobre la indisolubilidad del matrimonio.
FC 84
Permitir un nuevo matrimonio, manteniendo un vínculo anterior disuelve lo que es por derecho natural indisoluble.
Justicia y caridad.
Por otro lado, el matrimonio no es el único punto puesto en discusión por Martini: también el celibato.
Los motivos disciplinarios que llevaron a la Iglesia a imponer el celibato a los católicos de rito latino, son o deberían ser, de sobras conocidos. No es un tema dogmático pero sí importante.
Sólo apuntar una reflexión de Menéndez Pelayo en su Historia de los Heterodoxos Españoles (L.VIII, cap 2, IV), que como mínimo, resulta curiosa:
Los españoles que en este siglo han abrazado el protestantismo, todos o casi todos han salido de la Iglesia por los motivos más prosaicos, miserables y vulgares; todos o casi todos son curas y frailes apóstatas que han renegado porque le pesaba el celibato
Y para terminar la elección de obispos, confundiendo la Iglesia con una Democracia. Si el Credo dice que la Iglesia es Una, Santa, Católica y Apostólica, parece que Martini le querría añadir también «Democrática», como una propiedad más.
Sin duda alguna, las declaraciones del cardenal son poco eclesiales, contrarias al Papa.
O sea.
Oremus pro beatíssimo Papa nostro Benedicto XVI.
Dóminus consérvet eum, et vivíficet eum, et beátum fáciat eum in terra, et non tradat eum in ánimam inimicórum eius.
La estrategia está marcada. El PSOE utiliza de todas las armas disponibles, sean morales o inmorales, con el objeto de ganar las elecciones europeas. Así lo refleja el video preparado por dicho partido para las próximas elecciones europeas.
Vuelve a todos los lugares comunes del progresismo y, como no, entre ellos se encuentra la Iglesia, representada en uno de sus ministros.
Mientras un sacerdote malencarado espeta a los televidentes que «en Europa sólo hay sitio para una religión», una anciana de faz adusta e iracunda afirma estar de acuerdo con la pena de muerte.
Sin faltar a la verdad se puede decir que el video no miente en lo que dice, sino en quien lo dice. En España sólo hay sitio para una religión: para la religión progresista que profesan los socialistas; en España ya está instalada la pena de muerte, sobre todos los no nacidos, con pastillas y trituradoras.
La izquierda desliza – lapsus mentis freudiano – lo que realmente piensa, pero equivoca el personaje. El aforismo del sacerdote avinagrado y de la anciana huraña es mantenido por Zapatero y sus huestes, empeñados en sacar a Dios del espacio público que le corresponde por Derecho.
La Ilustración intentó levantar el edificio de la moral sobre unas normas válidas «etsi Deus non daretur» y sus hijos sólo están terminando el trabajo.
Las consecuencias de esa máxima es hoy patente. La sociedad se paganiza a pasos agigantados. El hombre post moderno, que vive de espalda a Dios, es una caricatura. El presente se rubrica con el rojo de la sangre del aborto y la eutanasia.
El PSOE quiere asustar al español, no-ciudadano, gregario, fofo y vacío moralmente, incapaz de digerir nada que no sea el soma dado por las mentes pensantes del progresismo dominante.
Nuestra época se caracteriza por una incipiente intolerancia religiosa. La democracia europea, incapaz de organizar el sistema político para que haya división de poderes y los gobiernos sean representativos, se ha arrojado al cambio de la ecología moral de la sociedad. Hoy más que nunca se hace necesario que el Dios cristiano, como los poetas de la República de Platón, salga de la sociedad, ya que sólo la creencia en un Dios encarnado libera al hombre de todos sus yugos y eso para la maquinaria estatal es intolerable.
Sin embargo la izquierda equivoca sus tipos. No es el sacerdote católico el que dice que en Europa sólo cabe una religión, ni la anciana de vida muelle y faz adusta la que pide la pena de muerte.
Son Zapatero y sus huestes.
]]>Las palabras sonrojantes de la ministra Aído, negando que un feto sea un ser humano, vienen a demostrar que para entrar en política da igual lo que seas mientras tengas buenos padrinos, y desde luego la ministra lo tiene.
Los políticos en España, se han dado cuenta del rollo: pueden engañar sin problemas a los españoles porque estos se lo tragan todo. Si Aído ha dicho que un feto no es un ser humano y se ha quedado más ancha que pancha, es porque es consciente de que no pasa nada. Algo similar es lo que ha hecho Alberto Núñez Feijó, el del «puntito» - Soraya dixit –, con lo del castellano en Galicia, es decir, engañar a su electorado.
La ministra de des-Igualdad afirma que un feto no es un ser humano, lo que induce a su vez un grave problema, ¿cuándo nos convertimos en seres humanos? ¿A la vigésima semana? ¿O a la decimotercera y un segundo después de iniciada la gestación? ¿No hay continuidad genética desde la concepción hasta el final de nuestros días? ¿Acaso ya no rigen los principios de la genética, con el subsiguiente alegrón de los estudiantes de Biología? ¿Ya no sirven para nada los guisantes de Mendel?
Realmente es un problema grave el que plantea la ministra, porque si un feto de trece semanas no es un ser humano, ¿podríamos aseverar que Bibiana Aído lo es? ¿Se podrían realizar entonces abortos diferidos?
Si el asunto no fuese tan hediondo, la cosa sería para tomársela a cachondeo. Y para pedir a continuación la dimisión de la Ministra. Primero por la vida de los niños; segundo por higiene intelectual.
Pero eso no ocurrirá: estamos en España.
España tiene el gobierno que se merece.
]]>De lunes a miércoles, los «antiguos» rezamos las Rogativas o Letanías menores. La liberación total de la Liturgia Antigua por el Romano Pontífice Benedicto XVI, ha posibilitado que las nuevas generaciones conozcan el rico y amplio tesoro litúrgico de la Iglesia.
Cuenta Dom Gaspar Lefebvre que:
A consecuencia de las calamidades públicas que padeció en el siglo V la diócesis de Vienne, en el Delfinado, san Mamerto estableció una procesión solemne de penitencia los días que preceden a la fiesta de la Ascensión. Una prescripción del concilio de Orleáns, de 511, extendió este uso a toda Francia y pronto se generalizó en toda la Iglesia.
El canto de las letanías ha dado nombre a estos tres días de oraciones públicas; pero en Roma, donde ya existía una procesión semejante el 25 de abril, las Rogativas fueron llamadas Letanías menores y la procesión del 25 de abril, Letanías mayores.
La procesión empieza con una antífona muy hermosa, que procede del Salmo 43 26,2. Reza así:
Exsúrge, Dómine, adiuva nos et líbera nos propter nomen tuum. Ps. Deus, áuribus nostris audívimus: patres nostri anuntiavérunt nobis. V. Glória Patri, et Fílio, et Spíritui Sancto. Exsúrge, Dómine, adiuva nos et líbera nos propter nomen tuum.
Que en español, quiere decir:
Levántate, Señor, y ven en nuestra ayuda; líbranos por el honor de tu nombre.-Salmo. ¡Oh Dios!, hemos oído con nuestros propios oídos tus beneficios; nuestros padres nos lo han contado. Gloria al Padre…Levántate, Señor, y ven en nuestra ayuda; líbranos por el honor de tu nombre.
A continuación, con toda la asamblea arrodilla se cantaba la Letanía de los santos, levantándose después del Sancta María, comenzando entonces la procesión.
Las Letanías de los santos son muy antiguas – algunas del siglo IV -, y tiene el sabor y la sabiduría de las cosas antiguas, fruto de una fe profunda, pidiendo las cosas como hay que pedirlas.
A mí me gustan especialmente la que pide por el Pontífice, la que pide «abatir a los enemigos de la santa Iglesia» y la que pide «devolver a la Iglesia a los que viven en el error, y traer a la luz del evangelio a todos los infieles», especialmente por las pocas conversiones que hay en España a pesar que nuestra inmigración es mayoritariamente musulmana: ¿hemos olvidado la evangelización?
Así que, como estamos de Rogativas, acabo con ésta, que pide por el Papa, que tanta falta le hacen nuestras oraciones ante los ataques de sus enemigos:
Omnípotens sempitérne Deus, miserere fámulo tuo Pontífice nostro Benedicto XVI, et dirige eum secúndum tuam cleméntiam in viam salútis aetérnae: ut, te donante, tibi plácita cúpiat, et tota virtúte perfíciat.
Omnipotente y sempiterno Dios, ten piedad de tu siervo y Pontífice nuestro Benedicto XVI, y llévalo según tu clemencia por el camino de la salud eterna, para que con tu gracia ame lo que te agrada y con toda perfección lo practique.
]]>El padre Norman Weslin ha sido arrestado en la Universidad de Notre Dame por protestar contra la política pro-abortista del “mesías” progre Obama.
Es la vocación de martirio con la que un católico debe estar en el mundo, ese mundo que se revuelve como un perro rabioso contra la Iglesia de Cristo como no podía ser de otra forma ya que “el discípulo no es más que su maestro, ni el siervo más que su señor” (Mat 10,28).
En España la situación demanda la fortaleza de espíritu del padre Norman Weslin.
No más componendas políticas al estilo PP, donde todo ataque a la moral realizado por la izquierda, es refrendado y rubricado por la derecha vergonzante.
Es necesaria una pastoral que oriente el voto de los católicos.
¡Qué no nos timen más!
Y pídamos la asistencia del Espíritu Santo para que, cuando nos llegue el momento, nuestra vida mediocre se transforme en vida de santidad.
Video, antes, Una Voce Málaga
]]>¿Se han preguntado alguna vez cuántas personas de su alrededor están casadas? ¿Cuántas, simplemente, se han ido a vivir juntos y tienen hijos? ¿Han comprobado lo asumido que se encuentran las relaciones prematrimoniales en nuestro ambiente?
Por otra parte, ¿cómo es posible que nuestra sociedad se construya sobre una numerosa cantidad de morales personales, que justifican cualquier rechazo a una razón objetiva, y por el contrario, no se acepten esos mismos supuestos para el resto? Quiero decir con esto, que cada persona se construye como un ente autónomo e independiente, que se da a sí mismos los principios éticos que justifica su acción, pero por el contrario, cuando entran en colisión con los principios éticos del semejante, se apela a la injusticia como fuerza motriz del daño.
¿Y en el tema económico y laboral? ¿Cómo es posible que se planteen objetivos sin tener en cuenta la materialidad y el contenido de éstos? ¿No ha traído esta forma de trabajar una ausencia de ética laboral? ¿No es una economía construida sobre una ética subjetivista donde cualquier persona puede darse el contenido de una ley, en la que lo único que importa es la forma?
¿Han pensado, en definitiva, que lo católico está en minoría y es, precisamente, lo que se sale de lo normal? ¿Estamos preparado para vivir en una sociedad que ya no se fundamente en el orden natural ni apela, al sobrenatural? ¿Somos conscientes que las legislaciones cada vez más se alejarán de este orden natural, ya que se confunde el sistema democrático de elección del gobierno con la creación de la moral y de la ley a partir del sufragio?
Para intentar explicar las coordenadas sociales de espacio y tiempo buscamos analogías históricas. Una de las más utilizadas es la antigüedad pagana. Hay ciertos puntos en común con esa civilización que adoraba a las fuerzas de la naturaleza y que perseguía a las incipientes masas de cristianos. Sin embargo esa analogía no ayuda, ni mucho menos, a explicar los tiempos actuales. Entre otras cosas porque, a pesar del desgarro moral, esa civilización apelaba a un Logos natural, donde se atisbaba de alguna manera los dolores de parto a los que estaba asistiendo la creación: “Pues sabemos que la creación entera gime hasta el presente y sufre dolores de parto” (Rom 8,22). Dios se ha hecho Hombre para salvar al hombre completo, el principio soteriológico de los Santos Padres. La teología pudo aprovechar mucho del trabajo de la filosofía griega precisamente porque ellos habían atisbado, aunque imperfectamente, a Dios.
Hoy, sin embargo, todo esto ha cambiado. Hemos pasado de anabolismo cristiano – si se me permite la analogía con la biología -, donde lo católico fermentaba la cultura antigua, bautizándola, de manera que se construía una nueva sociedad, distinta, orientada al Logos Divino, a un catabolismo cristiano, donde se está deshaciendo lo católico en una identidad social a la que no podemos llamar pagana, ya que no se parece en nada al antiguo paganismo.
Durante el Imperio Romano, los apologetas y los mártires mantenían como argumento en su defensa que los cristianos eran buenos ciudadanos porque cumplían con sus deberes como tales. Hoy en día, ¿podemos seguir manteniendo ese razonamiento? Cuando un Estado impone el adoctrinamiento desde las aulas, cuando favorece la disolución de la célula social, que es la familia – cuya aparición es anterior a la formación del Estado -, cuando las mismas leyes protegen a los que destruyen la vida y los gobiernos toman medidas a favor de la anulación y la aniquilación del ser humano, ¿podemos decir que los cristianos somos buenos ciudadanos cuando nos oponemos frontalmente a esas disposiciones insidiosas en contra del orden natural.
Ya no hay orden natural, ni referencia a él. Hay una moral construida sobre valores autónomos, que colisionan cuando entran en conflicto.
En este estado de cosas, el catolicismo es una corriente más de las que desembocan en la moral relativista y unitaria de los miembros que forman el cuerpo social. Corriente minoritaria y que reclama una Verdad que provoca una reacción anafiláctica en el cuerpo social.
Visto lo anterior, y ante las escasas posibilidades de construir o fermentar la civilización moderna, lo único que cabe preguntarse es si será necesario segregarse para poder vivir.
]]>Una vez leída y digerida la entrevista al presidente de la CONFER - ¿iría vestido con el hábito o de estricto seglar? -, la única duda que resta por despejar es por qué no cierran definitivamente la CONFER.
¿Para qué sirve? ¿Cuál es su objeto? ¿Qué suma a la Iglesia?
Porque no tiene ningún sentido la existencia de una institución de la cual se desconoce su posición en la Iglesia. No se puede poner una vela a Dios y al diablo; aparte, en un religioso, no es que esté mal, sino que además está feo.
La entrevista nos muestra a un mercedario que es la personificación del pensamiento Alicia, algo así como Zapatero en versión religiosa, con un discurso más cercano al del Gobierno que al de los Obispos.
En efecto, para Fernández Barrajón, ni la asignatura de Educación para la Ciudadanía, ni el aborto generalizado en forma de pastillas suponen, al fin y a la postre, una agresión para los católicos, con lo que demuestra no sólo una falta de sindéresis, sino de desconocimiento de la ley natural: el bien y el mal están determinados no por Dios, sino por el dictamen aplastante de las mayorías.
Quizás el virus que padece el discurso de Barrajón no sea otro que el del discusionismo que se esconde tras la palabra “diálogo". Dice el mercedario que:
La evolución en el diálogo entre católicos y no católicos es muy positiva. Ha avanzado mucho el encuentro.
¿Quiere decir con esto que los no católicos han pasado a formar parte de la Iglesia Católica? ¿O quiere decir que finge y simula para hablar con los no católicos? Porque, ¿para qué le sirve a un católico el diálogo con un no católico en el orden a la salvación del alma? ¿Se puede sumar algo más de cuánto se ha recibido por gracia?
El diálogo es verdadero si es enseñanza de la doctrina y lleva a la conversión del no católico. En definitiva, ¿a qué se refiere Barrajón con esa evolución positiva en el diálogo con los no católicos?
Esta extensión del diálogo explica de alguna manera, que la visión de la realidad del señor Barrajón esté bajo los efectos alucinógenos de un buenismo distorsionador. Y además explique, no sólo el defecto gnoseológico sino el moral, poruqe el final de la entrevista no puede ser más espeluznante:
-¿Cree que hay un acoso a la educación concertada religiosa desde algunas instituciones públicas?
-Creo que la educación religiosa en nuestro país goza de gran libertad. Creo, sinceramente, que nunca ha tenido tanta.
Si la libertad para un católico es libertad para el bien, es decir ordenada a Dios, está claro que para Barrajón la libertad debe tener un sentido distinto al católico: libertad como falcultad para conformarse a la voluntad estatal, por eso nunca ha disfrutado de tanta libertad.
Visto lo visto, ¿por qué no se da de una vez el cerrojazo a la CONFER?
]]>La Eucaristía síntesis suprema
La Eucaristía es la síntesis suprema en que parece que Dios ha querido condensar, sin confundirlos, lo ideal y lo real, lo natural y lo sobrenatural.
Explica y esclarece las ideas de ser, substancia, esencia, naturaleza, causa, relaciones entre lo finito y lo infinito, y abarca, por lo tanto, la metafísica, la psicología y la teodicea.
Toda la teología está compendiada en ella, porque todos los misterios son sus precedentes y sus premisas. Supone la Encarnación que prolonga, como la Encarnación suponer la Creación y ésta la Trinidad con la producción ad intra.
Es el compendio de todos los milagros, en el más amplio sentido de combinación de substancia y accidentes, de supresión, como en la resta, de la extensión externa, de adición, como en las perfecciones del Cuerpo glorioso; pues, aunque no sean visibles a los sentidos, los señalan la fe y la razón de las esencias.
Es el resumen de todas las relaciones, la separación de accidentes y la conversión de substancias con Dios creador, la presencia real y la multiplicación con Dios encarnado y las que la razón presiente, pero no alcanza, de la esencia desconocida de la materia con la Omnipotencia divina.
Por ser el sacramento rey, es la fuente principal de la gracia y de la acción de Dios sobre las almas; y como es el sacrificio supremo, es la esencia del culto y la Jerarquía y, por lo tanto, de la Iglesia.
SI la pudiéramos ver sin velos, veríamos toda la ciencia, la esencia del universo en la divina, y se habrían acabado los secretos y los arcanos que atormentan al entendimiento humano, y satisfecha la sed de saber, lo sería también la de amar, que es tan grande que sólo Dios puede aplacarla con el agua viva que anunció a la Samaritana.
Ese compendio de lo finito y lo infinito, multiplicado por el amor y dado como alimento a los hombres, excede de tal manera a todas sus concepciones, excede de tal manera a todas sus concepciones, que basta contemplarle para que nos fascine la contemplación de lo divino.
Filosofía de la Eucaristía, por Juan Vázquez de Mella.
D. Juan Vázquez de Mella (1.861 -1.928), fue un diputado a cortes del carlismo. Entre sus obras nos encontramos con este librito sobre la Eucaristía.
Que un político escribiese un libro de tanta hondura, nos muestra lo mucho que ha degenerado la política en España: igual que el banderillero de Belmonte, que llegó a Gobernador Civil: ¿cómo es posible que el adjetivo «político» se aplique por igual a Zapatero y Rajoy que a D. Juan?
Según su autor, el volumen no es más que una parte de otro mayor que se titulará Filosofía de la Teología, «dirigido principalmente a los que dudan y a los que no creen»
El trabajo, según el escritor, no «una demostración puramente filosófica del misterio, sino congruencias o armonías, que la razón, ilustrada por la fe, descubre a posteriori».
Juan Vázquez de Mella expone magistralmente el dogma católico de la Eucaristía, realizando previamente una investigación de las substancias, estudiando las consecuencias de la Encarnación y haciendo un análisis de la conversión de las substancias. Sin embargo no se queda aquí. Describe con prosa vigorosa las relaciones sobrenaturales de la naturaleza humana con el Verbo, para, finalmente, ofrecer cuatro pruebas generales de la misma: filosófica (Eucaristía síntesis humana y divina); filosófico – teológica (Eucaristía como fin del Universo: el único culto digno de Dios); psicológica (efectos de la Eucaristía en el que la recibe dignamente) e histórica (la Eucaristía en la Historia).
Es una pena que el libro en la actualidad esté descatalogado – al menos así lo creo -, y que no esté disponible para el público español.
Las obras católicas de nuestro país no tienen que desmerecer a las extranjeras, más teniendo en cuenta la peligrosa deriva que han tomado las mismas. Si encima a lo católico une lo romano, el genio español es aún más brillante si cabe. No es comprensible que los autores nuestra patria sean preteridos por franceses y alemanes por las editoriales católicas españoles.
De una erudición exquisita, el lector encontrará una magnífica síntesis de teología eucarística.
El libro de D. Juan Vázquez de Mella rezuma amor por la Eucaristía por todas sus páginas
]]>La titular del Ministerio de Sanidad y Política Social, Trinidad Jiménez, dentro de su plan de Estrategia de Salud Sexual y Reproductiva ha encontrado la piedra filosofal para solucionar el problema del aborto y de los embarazos no deseados, y este no es otra cosa que la píldora del día después: más aborto.
Lo máximo que puede ofrecer el Estado. La estrategia para la salud sexual y reproductiva es el aborto - ¿pero es que acaso un embarazo no está pertenece al ámbito de la salud sexual y reproductiva? -; muerte en cápsulas, feticidios en píldoras.
En vez de favorecer las instituciones que favorecen la virtud, modificando el carácter, el Estado propone la alternativa de que el ser humano vuelva a su estado animal: la fornicación como virtud.
La política social de este Gobierno no es otra que promover al eterno adolescente, mantenerlo en un síndrome de Peter Pan: ¿puede exigir algo un púber?
La maquinaria del Estado ya está en funcionamiento. Nos dan estadísticas europeas donde se cantan las maravillas de la píldora del día después, la disminución del número de embarazos, pero por el contrario, no nos dirán como la sociedad se infantiliza, se idiotiza con el sexo, disolviendo la moral social, cambiando la virtud – la castidad – por el vicio – la fornicación -, escondiendo en definitiva que, no es que disminuya el número de embarazos, sino que aumenta enormemente el número de abortos.
No nos engañemos. Esta medida es otro apartado más del plan E de Zapatero. Para el Gobierno los abortos son un coste. La dispensación gratuita de la píldora abortiva es una manera de que disminuir esos costes. A partir de ahora el aborto será totalmente libre y gratuito. Ya lo dijo Trinidad Jiménez: el aborto es un derecho que hay que garantizar.
Dinero y muerte. De lo único que sabe el socialismo.
En vez de libertad, el Estado nos trae la esclavitud. En vez de responsabilidad, el Estado nos quiere eternamente infantes. En vez de la racionalidad, el Estado nos ofrece la animalización.
]]>Una discoteca de Granada subasta adolescentes: ¡Apareaos como los animales!
Almería, una niña le enseña el sexo a un chiquillo y le dice: «Mira, con esto es con lo que voy a controlar tu vida». Calimocho a dos euros, sexo gratis.
Metáfora del Estado: con el sexo controlaré vuestras vidas.
Andalucía, avanzadilla de España. Uníos como los perros. El Estado os dará condones. Y si no abortos. Fornicad, fornicad malditos. Ya no estáis hechos a imagen y semejanza de vuestro Dios. Yo, el Estado, os digo la verdad: estáis hecho a imagen y semejanza de las bestias. Como tal os trato, por eso defiendo a los monos.
Los mismos políticos que promueven, ahora se escandalizan, en medio de un maremágnum de hipocresía y fariseísmo. Denuncian la utilización de los menores, a la vez que enseñan y promueven el vicio a los infantes y adolescentes mediante la EpC maldita.
Alcohol y sexo para evadirse de la realidad.
Vergüenza de país.
Andalucía, cabeza de la progresía española.
]]>Me resisto a creer que estemos en una situación similar a la de los años de la República, pero tambien supongo que tampoco los católicos españoles, por esas fechas, eran conscientes del peligro que corrían ante las amenazas que provenían de las izquierdas.
Calculo que algo igual ocurriría en Méjico cuando se aprobó la Constitución de 1.917 y, posteriormente, llegara al poder Plutarco Elías Calles.
Sin embargo ambas situaciones acabaron como acabaron, con muchos mártires, bien en los altares bien en camino.
En Sevilla estamos viviendo una situación peculiar. La pasada Madrugada hubo altercados en la salida de la Hermandad de los Gitanos y en el paso de la Hermandad de la Esperanza de Triana por el puente de ídem. Aunque el impío Alcalde Monteseirín no ha querido darle importancia, lo cierto y verdad es que la mosca está detrás de la oreja del sevillano, porque los sucesos parecen provocados, por el tiempo y el lugar en los que sucedieron.
En fechas recientes aparecieron pintadas en las Iglesias del Santo Ángel y de la Magdalena, donde se amenazaba con quemarlas.
Pero lo más grave es lo que ocurrió ayer, donde dos mujeres interrumpieron los cultos de la Virgen de Araceli en San Andrés, insultaron al Papa y a la Iglesia, además de amenazar de nuevo con la hoguera.
¿Hemos vuelto realmente atrás, a los años de la República, o es cosa de descerebrados?
No se puede soslayar que hay cierta analogía entre lo que sucedió en España a principio de siglo con lo que ahora ocurre, en lo tocante a la integridad de la nación española. El resurgimiento del republicanismo jacobino y la exarcerbación de los nacionalismos tribales son muy preocupante.
Ciertamente que en la actualidad no hay una ideología fuerte, tal que el nazismo, el comunismo o el fascismo, que sea capaz de aglutinar el descontento social; pero no es menos cierto que hay una desafección de la autoridad, sostenido por un pensamiento débil, que se hace que las autoridades se muestren inanes frente a las agresiones de los bárbaros.
Y el caldo de cultivo es propicio para que pronto se encuentre el chivo expiatorio adecuado, con el cual liberar la tensión acumulada por la transformación económica actual.
El mundo moderno es especialista en echar la culpa a los católicos. España sabe mucho de ello.
Adveniat regnum Tuum!
]]>¿Qué otra cosa pretende, si no, con su penúltimo escrito, que es un compendio de todas las herejías?
El jesuíta ya no provoca. Ha vuelto a quemar otra etapa hacia la nada. Primero fueron los desórdenes ocasionados por el mantenimiento de doctrinas contrarias al magisterio moral de la Iglesia, lo que conllevó que le despojaran de la cátedra de bioética de la Universidad Pontificia de Comillas.
Desde su blog en Religión Digital se ha dedicado a difundir todas las herejías, mostrar un desprecio total por la piedad y la Iglesia histórica. Su último post es un resumen de todo lo anterior, llegando incluso a menospreciar al Romano Pontífice:
eso se queda para teólogos alemanes romanizados con miedo a mirar cara a cara a la Esfinge
precisamente él, ¡un sacerdote! Es un paso más en su huida hacia delante. El jesuíta Juan Masiá Clavel se encuentra en un circulo vicioso del cual no puede salir. Del error al menosprecio y el insulto.
Masiá quiere ser excomulgado, por caridad, por misericordia. Su posición en la Iglesia le causa molestias. No tiene nada que hacer en la misma, por eso necesita abrir esa vía que desemboque definitivamente en la nada.
Aquellos defensores y propagadores del llamado «espíritu del Concilio», quisieron insertar en la Iglesia un movimiento antropotrópico, abdicando del teotrópico, creyendo de esta manera que, acercándose al hombre traerían con sus propias manos el Cielo a la Tierra, como continuación de esta vida, nunca como salto. Y fracasaron. Igual que el utopismo marxista.
Los Masiá y compañía sin embargo no han podido o no han sabido rectificar, parar el movimiento hacia el exterior de la Iglesia en el que estaban incursos.
Juan Masiá tiene que dar el siguiente paso. Lo está pidiendo. Por caridad.
Espero y deseo que vuelva a reencontrar ese Amor que le llevó a hacerse sacerdote, a configurarse especialmente con Cristo.
Y que retorne a la Iglesia.
]]>Hace más de un año comencé mi andadura en Religión en Libertad, tras un mi estancia en Religión Digital por un período de tiempo similar. Servus Veritatis pasó a ser Fides et Ratio. El cambio de nombre no conllevó una modificación en el objetivo, que es doble: por un lado, la defensa de la fe de los débiles; por otro, por otro, cumplir el mandato del Señor.
«Id, pues, enseñad a todas las gentes, bautizándolas en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a observar todo cuanto yo os he mandado» (Mat 28, 19-20).
Esto implica que la fe católica se oponga al mundo, no que se amolde a él; no contra el mundo formado por la totalidad de las criaturas, a quienes Jesucristo ha venido a salvar, sino contra el mundo marcado por y orientado al pecado, ese mundo por el cual Jesucristo no reza (Jn 17,9).
Como escribió S.S. Juan Pablo II
La fe y la razón (Fides et ratio) son como las dos alas con las cuales el espíritu humano se eleva hacia la contemplación de la verdad. Dios ha puesto en el corazón del hombre el deseo de conocer la verdad y, en definitiva, de conocerle a Él para que, conociéndolo y amándolo, pueda alcanzar también la plena verdad sobre sí mismo (cf. Ex 33, 18; Sal 27 [26], 8-9; 63 [62], 2-3; Jn 14, 8; 1 Jn 3, 2).
La fe no opaca la razón, sino que la perfecciona, de la misma manera que la razón iluminada por la fe encuentra la fuerza para elevarse al conocimiento de Dios, como escribió Santo Tomás de Aquino. La fe y la razón no se contradicen, ya que ambas están sujetas a la Razón objetiva, es decir, al Verbo.
En un mundo que se dirige y es dirigido por el ilogicismo y el sentimentalismo por un lado y que se arrebata ante la ciencia, eliminando toda racionalidad al contravenir el principio lógico de no contradicción, se hace si más necesaria, si cabe, la fe y la razón, para criticar católicamente al mundo.
Hoy empezamos un nuevo periplo. Nuevos y viejos motivos. Que todo cambie para que todo siga igual.
Y siempre para mayor gloria de Nuestro Señor Jesucristo.
]]>1 No nos glorifiques a nosotros, Señor:
glorifica solamente a tu Nombre,
por tu amor y tu fidelidad.
2 ¿Por qué han de decir las naciones:
“Dónde está su Dios”?
3 Nuestro Dios está en el cielo y en la tierra,
él hace todo lo que quiere.
4 Los ídolos, en cambio, son plata y oro,
obra de las manos de los hombres.
5 Tienen boca, pero no hablan,
tienen ojos, pero no ven;
6 tienen orejas, pero no oyen,
tienen nariz, pero no huelen.
7 Tienen manos, pero no palpan,
tienen pies, pero no caminan;
ni un solo sonido sale de su garganta.
8 Como ellos serán los que los fabrican,
los que ponen en ellos su confianza.Salmo 115 (113)
Se ha hablado de la Iglesia como una comunidad que desea permanecer fiel a la enseñanza moral de N. Sr. Jesucristo. Proclamar un cuerpo de enseñanzas morales forma parte efectivamente, de manera inseparable, de la misión de la Iglesia en el mundo. Desde sus orígenes, la Iglesia, bajo la guía del Espíritu Santo, ha intentado aplicar la revelación de Dios en Cristo a cada uno de los distintos aspectos de nuestra vida en este mundo, consciente de que hemos sido llamados a vivir “de una manera digna del Señor, agradándole en todo” (Col 1,10).
¿Desafío doctrinal a los obispos?
Se dice a veces que un gran número de católicos, hoy, no se adhiere a las enseñanzas de la Iglesia respecto de un buen número de cuestiones relacionadas, sobre todo, con la moral sexual y conyugal, el divorcio y las segundas nupcias. De algunos se ha dicho que no aceptan la posición clara que la Iglesia mantiene con respecto al aborto. Se ha observado, además, que existe cierta tendencia, por parte de algunos católicos, a ser selectivos en su adhesión a las enseñanzas morales de la Iglesia. Otros sostienen que disentir del Magisterio es del todo compatible con ser “buenos católicos” y no supone un obstáculo para la recepción de los sacramentos. Esto constituye un grave error que representa un desafío para la función magisterial de los obispos en los Estados Unidos y de los obispos de otros países. Deseo animaros, en el amor de Cristo, a afrontar valientemente en vuestro ministerio pastoral esta situación, apoyándonos en la fuerza de la Verdad Divina para ganar el consenso y en la gracia del Espíritu Santo que ha sido dada tanto a quienes proclaman el mensaje como a quienes proclaman el mensaje como a quienes va dirigido este mensaje.
¿Sabiduría humana o divina?
Hemos de recordar, además, incesantemente que la enseñanza de la Iglesia de Cristo -como Cristo mismo- es un “signo de contradicción". Nunca ha sido fácil aceptar la enseñanza del Evangelio en su totalidad y nunca lo será. La Iglesia está comprometida, tanto en la fe como en la moral, a hacer su enseñanza tan clara y comprensible como sea posible, presentándola con toda la fuerza de la Verdad Divina. Y sin embargo, el desafío del Evangelio es inherente al mensaje cristiano transmitido a toda generación. El arzobispo Quinn ha hecho referencia a un principio con consecuencias extremadamente importantes para cualquier sector de la vida de la Iglesia: “… La revelación de Dios se realiza principalmente en la cruz de Cristo que hace que la ‘locura’ de Dios sea más sabia que la sabiduría de los hombres. A menudo, la sabiduría humana en una determinada época parece tener la última palabra. Pero la cruz nos ofrece una perspectiva que cambia radicalmente los juicios". Sí, queridos hermanos, la cruz -precisamente en el acto de revelar la misericordia, la compasión y el amor- cambia radicalmente los juicios.
Ortodoxia y pastoral
Muchos otros puntos de orden general podrían señalarse. Ante todo la Iglesia es una comunidad de fe. Aceptar la fe quiere decir adhesión a la Palabra de Dios como nos es transmitida por el Magisterio auténtico de la Iglesia. Este asentimiento constituye la actitud fundamental del creyente y es un acto de la voluntad, así como de la mente. Estaría completamente fuera de lugar tratar de modelar este acto religioso sobre la base de actitudes en razón de la cultura secular.
En el seno de la comunidad eclesial la discusión teológica se sitúa en un contexto de fe. Disentir de la doctrina de la Iglesia se queda en lo que sencillamente es: disentir; y, como tal, no puede proponerse o recibirse en la misma medida que la enseñanza auténtica de la Iglesia.
Además, como obispos, debemos cumplir de manera especial con nuestra función de auténticos maestros de la fe, cuando opiniones divergentes de la enseñanza de la Iglesia son propuestas como fundamento de la práctica pastoral.
Es mi deseo apoyaros mientras continuáis en el empeño de un diálogo fecundo con los teólogos sobre la legítima libertad de investigación que es un derecho suyo. Vosotros, justamente, los alentáis con sinceridad en su difícil tarea y les aseguráis lo mucho que la Iglesia necesita y estima profundamente su trabajo dedicado y constructivo. Por su parte, ellos reconocerán que el título de teólogo católico expresa una vocación y una responsabilidad al servicio de la comunidad de fe y se someterán a la autoridad de los Pastores de la Iglesia. De manera particular, vuestro diálogo debe intentar demostrar que el disentir y la confrontación como actitud y método en el ámbito de la enseñanza de la Iglesia son inaceptables.
Apostolado de la mente
Al hablar en nombre vuestro, el arzobispo Quinn ha manifestado una conciencia plena de la gravedad del desafío que vuestro ministerio magisterial debe afrontar. Ha hablado de una doble tarea: de la conversión de la mente y de la conversión del corazón. El camino que lleva al corazón pasa, muy a menudo, a través de la mente y a lo largo y ancho de la Iglesia existe hoy necesidad de un nuevo esfuerzo de evangelización y de catequesis que vaya dirigido a la mente. En otro lugar he mencionado la relación entre el Evangelio y la cultura. Aquí, quiero subrayar la importancia de la formación de la mente en todos los niveles de la vida católica.
A los niños y jóvenes católicos es necesario darles una posibilidad efectiva de aprender las verdades de la fe de manera que ellos mismos lleguen a ser capaces de formular su identidad católica en términos de doctrina y de pensamiento. En este sentido la prensa católica puede ofrecer una magnífica contribución para elevar el nivel general del pensamiento y de la cultura católica. Los seminarios especialmente tienen la responsabilidad de garantizar que los futuros sacerdotes adquieren un alto nivel de preparación y competencia intelectuales. Programas de educación permanente para sacerdotes, religiosos y seglares, juegan un importante papel en orden a estimular un necesario y serio acercamiento intelectual a las numerosas cuestiones que afrontan la fe en el mundo contemporáneo.
Un aspecto fundamental de este “apostolado de la mente” es el que se refiere al deber y derecho de los obispos a estar efectivamente presentes en los colegios y universidades católicos y en los institutos de educación superior con el fin de salvaguardar y promover su propio carácter católico, especialmente en lo que respecta a la transmisión de la doctrina católica. Es una tarea que requiere atención personal por parte de los obispos, ya que es una responsabilidad específica propia que deriva de su función magisterial. Ello conlleva frecuentes contactos con el personal docente y administrativo y exige la puesta a punto de programas serios de atención pastoral para con los estudiantes y demás miembros de la comunidad académica. Mucho se ha realizado ya en este sentido y aprovecho ahora la ocasión para animaros a buscar formas para intensificar estos apostolados.
Uno de los mayores servicios que nosotros, los obispos, podemos prestar a la Iglesia es el de confirmar a las generaciones católicas de hoy y de mañana en una sana y completa comprensión de su fe. La comunidad eclesial se verá así maravillosamente reforzada en todos los aspectos de la vida moral cristiana y en su servicio generoso. El necesario acercamiento intelectual, sin embargo, está vinculado íntimamente a la fe y a la oración. Nuestro pueblo ha de tomar conciencia de su dependencia de la gracia de Cristo y de la gran necesidad de abrirse cada vez más a su acción. Jesús mismo quiere que todos nosotros estemos convencidos de sus palabras: “Sin mí no podéis hacer nada” (Jn 15,5).
Nota: Esta Alocución de Juan Pablo II fue dirigida a los obispos de los Estados Unidos en el refectorio del Seminario Menor de Nuestra Señora de Los Angeles,el miércoles 16 de septiembre de 1987.
]]>“Lección del Santo Evangelio según San Juan (10, 11 – 16)
Yo soy el buen pastor.El buen pastor da su vida por las ovejas.
Pero el asalariado, que no es pastor, a quien no pertenecen las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye, y el lobo hace presa en ellas y las dispersa,
porque es asalariado y no le importan nada las ovejas.
Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas y las mías me conocen a mí,
como me conoce el Padre y yo conozco a mi Padre y doy mi vida por las ovejas.
También tengo otras ovejas, que no son de este redil; también a ésas las tengo que conducir y escucharán mi voz; y habrá un solo rebaño, un solo pastor.
Homilía de San Gregorio Papa
Homilía XIV sobre los Evangelios.
En la lección del santo Evangelio habéis oído lo que es vuestra instrucción; habéis oído también en la lección del santo Evangelio cuál es nuestro riesgo. Vedlo aquí: Aquel que, no por gracia accidental, sino por esencia es bueno, dice: Yo soy el buen pasotr; y añade en qué consiste su bondad, que nosotros debemos imitar, cuando dice: El buen pastor sacrifica su vida por sus ovejas.
Él hizo lo que aconsejó, Él puso en práctica lo que mandó. Pastor bueno, dio su vida por sus ovejas, para dar en nuestro sacramento su cuerpo y derramar su sangre, y saciar con el alimento de su carne a las ovejas que había redimido".
Lección III del Oficio de Maitienes. Breviarium Romanum.
]]>]]>Si la Sagrada Liturgia ocupa el primer puesto en la vida de la Iglesia, el Misterio Eucarístico es como el corazón y el centro de la Sagrada Liturgia, por ser la fuente de la vida que nos purifica y nos fortalece de modo que vivamos no ya para nosotros, sino para Dios, y nos unamos entre nosotros mismos con el estrechísimo vínculo de la caridad.
Y para resaltar con evidencia la íntima conexión entre la fe y la piedad, los Padres del Concilio, confirmando la doctrina que la Iglesia siempre ha sostenido y enseñado y el Concilio de Trento definió solemnemente juzgaron que era oportuno anteponer, al tratar del sacrosanto Misterio de la Eucaristía, esta síntesis de verdades:
«Nuestro Salvador, en la Ultima Cena, la noche en que él era traicionado, instituyó el sacrificio eucarístico de su cuerpo y sangre, con el cual iba a perpetuar por los siglos, hasta su vuelta, el sacrifico de la cruz y a confiar así a su Esposa, la Iglesia, el memorial de su muerte y resurrección: sacramento de piedad, signo de unidad, vínculo de caridad, banquete pascual, en el cual se come a Cristo, el alma se llena de gracia y se nos da una prenda de la gloria venidera».
Con estas palabras se enaltecen a un mismo tiempo el sacrificio, que pertenece a la esencia de la misa que se celebra cada día, y el sacramento, del que participan los fieles por la sagrada comunión, comiendo la carne y bebiendo la sangre de Cristo, recibiendo la gracia, que es anticipación de la vida eterna y la medicina de la inmortalidad, conforme a las palabras del Señor: «El que come mi carne y bebe mi sangre tiene la vida eterna y yo le resucitaré en el último día» (Jn 6,55).
Así, pues, de la restauración de la sagrada liturgia Nos esperamos firmemente que brotarán copiosos frutos de piedad eucarística, para que la santa Iglesia, levantando esta saludable enseña de piedad, avance cada día más hacia la perfecta unidad e invite a todos cuantos se glorían del nombre cristiano a la unidad de la fe y de la caridad, atrayéndolos suavemente bajo la acción de la divina gracia.
Encíclica «Mysterium Fidei», del Papa Pablo VI. Manual de la Adoración Nocturna Española, pp. 60 – 71. Ed: Adoración Nocturna Española. Diciembre 1.988
El Prefecto de la Congregación para el Culto Divino, Cardenal Cañizares, celebró la Misa según la forma extraordinaria de la Liturgia de la Iglesia hace unos días. Estamos ante una noticia gozosa, tanto por lo que significa - el celebrante es el Prefecto, Cardenal de la Iglesia Católica -, como por lo que supone de espaldarazo para el usus antiquior.
Siendo un paso importante, es de justicia añadir que no es suficiente. El Motu Proprio no se ha recibido con la alegría que debía por parte del espiscopado español, más bien la reacción ha sido fría, cuando no displicente. Es cierto que no hay una oposición activa, pero sí una activa pasividad.
En Sevilla la labor de la Asociación Una Voce, junto con los tres curas que han dado el paso adelante en la celebración según el usus antiquior - que no han hecho otra cosa que llevar a cabo lo que el Romano Pontífice quiere -, es encomiable.
El esfuerzo de la Asociación ha dado sus frutos, ya que el número de fieles que asisten a la Misa aumenta Domingo a Domingo. No se puede decir, desde luego, que la Misa es cosa de unos pocos que añoran tiempos pasados: el número de jóvenes entre los fieles que asisten está muy alejado del conjunto vacío.
A pesar de esta labor, la atención pastoral respecto a la aplicación del Motu Proprio es nula. Si falla el sacerdote, o no se celebra la Misa o hay que mover Roma con Santiago para poder asistir al Sacrificio. Pero esto no es lo único; en Sevilla hay Iglesias que estarían dispuestas a que la Misa según el Usus Antiquior se celebrase con regularidad, pero el no disponer de sacerdotes que quieran hacerlo, hace que esto sea imposible.
¿Ignorancia? ¿Miedo a reconocer que ha habido un fracaso total de aquellos que querían cambiarlo todo, interpretando el Concilio tal como ellos entendían, al margen de la Iglesia? Lo cierto y verdad es que cualquiera con la mente limpia, que asista a una misa por el usus antiquior, tendrá la sensación que le han tomado el pelo (ojo, esto no tiene nada que ver con el Novus Ordo, sino con lo que nos han contado del usus antiquior). Quizás esto es lo que duele, la falacia que el Santo Padre ha desmontado de una vez para siempre.
El caso es que por fas o por nefas, la casa sigue sin barrer, y los fieles que siguen la forma extraordinaria de la Liturgia siguen desatendidos. Cosa que no ocurre con otros grupos que se dedican a expandir una doctrina dudosa; por ejemplo, ayer en el CET de Sevilla se impartió una conferencia de D. Gonzalo Flor Serrano, teólogo de cabecera de Monteseirín y uno de los firmantes contra el acto en Colón de hace dos años a favor de la familia, intitulada «La Biblia, obra literaria». Incluso se anuncia el evento en Ecclesia Digital (cosas veredes amigo Sancho).
¿Por qué no se le dedican proporcionalmente recursos para atender a los fieles del usu antiquior? Unos tantos y otros tampoco.
De todas modos, por muy grande que sea el rozamiento que se oponga a la aplicación del Motu Proprio, al final se conseguirá lo que quiere el Papa Benedicto XVI.
Sí o sí.
]]>Las declaraciones de la ministra orwelliana Bibiana Aído y las de Gregorio Peces – Barba – aquél que se apuntó al PSOE tres años antes de la muerte de Franco, ¡otra víctima del franquismo!, ¡anda que no! - , denotan la perversión moral en la que se mueve la izquierda española.
Las afirmaciones realizadas por el expresidente del Congreso y por la ministra de des-Igualdad son intercambiables en sus términos, aunque con distinta suerte: si la ministra deja muestra de su torpeza e ignorancia, Peces – Barba, por otro, deja ver el lado más siniestro de la izquierda.
Ambos personajes pretenden cerrarle la boca a la Iglesia. Encerrar a la Iglesia en la sacristía es una de las viejas pretensiones de los liberticidas, aunque la verdad sea dicha, ese siempre ha sido el primer paso.
El mundo moderno que tiene en el derecho a la libertad de expresión uno de sus pilares, quiere sin embargo, que la Iglesia Católica calle. Curiosamente, ha convertido un derecho Universal en un derecho de castas: sólo unos elegidos pueden hablar lo que quieran.
Sin embargo esto no es lo peor, sino lo grosero, lo que se ve a simple vista. Lo maléfico es el intento de modificación de la sociedad, en el que los gobiernos de izquierdas son especialistas por acción y los de derechas por omisión.
Aído, adoctrinando a los suyos en Pola de Lena – donde el Ayuntamiento quiere privilegios para los asturianos -, distingue entre pecado – infracción grave contra la ley de Dios – y delito, de manera que la Iglesia sólo tiene competencia entre los primeros y no entre los segundos, como si la ley positiva no tuviese que referenciarse a la ley divina, siendo producto del consenso humano. Lo aterrador es comprobar como calza perfectamente lo expresado por la ministra con el juicio del nazismo sobre los judíos: “El gobierno sabe que en una cuestión como esta no podemos contentar a todo el mundo". Evidentemente los niños abortados, como los judíos en la Alemania nazi, no pertenecen al conjunto de los contentos, sino al de los afligidos.
De todas formas no es cuestión de cebarse con la ministra porque no se le pueden pedir peras al olmo, y eso es más producto de una mente ignorante que no hace otra cosa que seguir directrices del partido. Lo más divertido de todo esto es ver como los libertarios caen en la esclavitud del partido.
Todo lo contrario ocurre con el señor Peces-Barba, uno de los padres de la Constitución - ¡oh! -. Sus declaraciones las podríamos clasificar como proféticas, al fin y a la postre son una visión del futuro, de lo que nos espera, y desde luego el mismo no es nada halagüeño.
Ha dicho el socialista que a partir de la ruptura de la unidad religiosa “comienza la separación entre el derecho y la moral, la moral y la política y luego, con la recuperación de la razón en la Ilustración, nos vamos acercando a la laicidad".
Pavoroso pero no por ello inesperado.
El PSOE sabe mucho de la separación entre el derecho y la moral y entre ésta y la política. Su historia lo demuestra. Esperando la llegada de la dictadura del proletariado, llevó a la nación a la Guerra Civil; para acabar con el terrorismo creó el terrorismo de Estado; para controlar los mecanismos de poder, acabó con la división de poderes, uno de los pilares fundamentales de la Democracia.
Si el derecho se separa de la moral, acaba subvirtiendo ésta, creando una nueva moral, donde lo bueno ya no será bueno, aparte la ley ya no tendrá el carácter propedéutico para enseñar el bien. Si la política se separa de la moral, si ya no se ocupa de las instituciones necesarias para que el hombre pueda alcanzar la vida feliz, el Estado se acaba erigiendo en Leviatán, esclavizando al ciudadano.
Las declaraciones de Peces-Barba son impúdicas, inmorales y un aviso para lo que se nos viene encima.
Tomemos nota.
]]>Siempre es peligroso hacer paralelismos históricos demasiado estrechos entre un período y otro; entre los más engañosos de tales paralelismos están los que se han hecho entre nuestra propia época en Europa y Norteamérica y el Imperio romano en decadencia hacia la Edad Oscura. No obstante, hay ciertos paralelos. Se dio un giro crucial en la antigüedad cuado hombres y mujeres de buena voluntad abandonaron la tarea de defender el imperium y dejaron de identificar la continuidad de la comunidad civil y moral con el mantenimiento de ese imperium. En su lugar se pusieron a buscar, a menudo sin darse cuenta completamente de lo que estaban haciendo, la construcción de nuevas formas de comunidad dentro de las cuales pudiera continuar la vida moral de tal modo que moralidad y civilidad sobrevivieran a las épocas de barbarie y oscuridad que se avecinaban. Si mi visión del estado actual de la moral es correcta, debemos concluir también que hemos alcanzado ese punto crítico. Lo que importa ahora es la construcción de formas locales de comunidad, dentro de las cuales la civilidad, la vida moral y la vida intelectual puedan sostenerse a través de las nuevas edades oscuras que caen ya sobre nosotros. Y si la tradición de las virtudes fue capaz de sobrevivir a los horrores de las edades oscuras pasadas, no estamos enteramente faltos de esperanza. Sin embargo, en nuestra época los bárbaros no esperan al otro lado de las fronteras, sino que llevan gobernándonos hace algún tiempo. Y nuestra falta de conciencia de ello constituye parte de nuestra difícil situación. No estamos esperando a Godot, sino a otro, sin duda muy diferente, a San Benito.
De esta manera termina el profesor Alasdair MacIntyre su libro Tras la virtud, escrito en el año 1.984. Veinticinco años después, podemos decir que Anibal no sólo estaba a las puertas de la ciudad, sino que vive entre nosotros.
El agotamiento moral que muestra nuestra sociedad, con un rechazo explícito de la vida y una amalgama de contradicciones, donde al hombre se le arroja sobre sí mismo, es patente. La vida feliz, bella, como realización de la Ética es imposible. La Ética, como ciencia que se ocupa de la vida feliz, se ha devaluado de manera que las posibilidades para el bien se cierran como callejones sin salida. La Política ya no informa sobre qué instituciones son necesarias para realizar y salvaguardar esta forma de vida, es más, los políticos no sólo no cumplen con su cometido, sino que no hacen otra cosa que interferir en la vida moral del ciudadano, bien sea creando una moral de Estado, como EpC, bien creando conflictos entre los ciudadanos, como sustraer el derecho de los padres a elegir el colegio de sus hijos promoviendo la delación y la pelea entre ellos. Por un lado, interfiere en la vida, por otro en vez de establecer métodos de resolución de conflictos, los crea.
Nuestra sociedad neopagana está agotada.
Es necesario volver a uncir virtud con felicidad: en definitiva que el bien esté recompensado socialmente. Hay que recuperar moralmente la sociedad. Ello sólo será posible volviendo a los fundamentos cristianos.
Si los bárbaros se han instalado en nuestras ciudades, también San Benito se encuentra entre nosotros: Se llama Joseph Ratzinger, Benedicto XVI, y está construyendo un nuevo Montecassino.
]]>Un amigo me pide que me haga eco de los actos contra la esclavitud infantil que se realizarán en distintas ciudades, Dios mediante, el 16 de Abril, en el aniversario del martirio de Iqbal Masih.
Así que reproduzco la Carta del Obispo de Santander Vicente Jiménez Zamora.
Vivir la caridad política luchando contra la esclavitud infantil
El 16 de abril de 1995 moría asesinado Iqbal Masih, un niño esclavo pakistaní bautizado católico en un país de mayoría musulmana. Su vida fue un testimonio de lucha por la liberación de otros niños esclavos, y por ese motivo lo mataron. Ese testimonio es desde entonces referente para miles de católicos y personas de buena voluntad en su lucha contra la esclavitud infantil. El Movimiento Cultural Cristiano, acogiendo la llamada de la Iglesia a los laicos a vivir la caridad política, lanzó la campaña internacional contra las causas de la esclavitud infantil, proponiendo a toda la opinión pública que el 16 de abril sea considerado Día Mundial contra la esclavitud infantil.
Es necesario denunciar la esclavitud de la infancia. Son más de 400 millones de niños que en muy diversas formas son esclavizados hoy. En España se calcula que son entre 250.000 y 800.000 los menores obligados a trabajar.
En esta carta pastoral quiero ofrecer algunas reflexiones sobre este tema, a la luz de la Doctrina Social de la Iglesia. Jesús en los evangelios trató con cariño a los niños, poniéndolos como ejemplo de sencillez e inocencia. Los Padres de la Iglesia manifiestan la importancia de la protección de los niños así como la lucha contra la esclavitud. San Agustín dedicó admirables páginas a la infancia en el libro de las Confesiones y cuestionó la existencia de la esclavitud, ya que Dios no ha creado al hombre para ser dueño de sus semejantes (La Ciudad de Dios 19, 15).
Juan Pablo II no se cansó de advertir que el trabajo debe ser rescatado de la lógica del beneficio, de la falta de solidaridad, del frenesí de ganar cada vez más, del deseo de acumular y consumir. Pidió en múltiples ocasiones acabar con el abuso que constituye el trabajo infantil, pues impide la educación primaria de millones de niños en el mundo.
El Papa Benedicto XVI está alzando la voz para defender a la infancia. En un discurso a los Obispos de Sri Lanka fijándose en los más jóvenes decía: “la comunidad cristiana tiene la obligación particular de cuidar de los niños. El reino de los cielos pertenece a estos miembros más vulnerables de la sociedad, pero, muy a menudo, se les olvida simplemente o se los explota sin escrúpulos, como soldados, trabajadores o víctimas inocentes del tráfico de seres humanos. No hay que escatimar ningún esfuerzo para instar a las autoridades civiles y a la comunidad internacional a combatir estos abusos y brindar a los niños la protección legal que merecen justamente”.
Ojalá que estos textos de la Doctrina Social de la Iglesia interpelen nuestras conciencias y nos muevan a obrar en contra de la esclavitud infantil y en defensa de la infancia.
Autor: Obispo de Santander Vicente Jiménez Zamora.- Fecha: 2009-04-13
Fuente: Solidaridad.net
]]>Habéis oído, hermanos carísimo, que las santas mujeres que habían seguido al Señor acudieron con perfumes al sepulcro, y, llevadas del afecto humano, muéstranse obsequiosas con aquel, aunque ya muerto, a quien habían amado vivo. Pues bien, lo que ellas hicieron significa algo que debe hacerse en la Iglesia. Sí, es necesario qeu oigamos lo que se ha hecho para que meditemos en lo que, a su ejemplo, nosotros debemos hacer también. Así que nosotros, que creemos en el que ha muerto, si, abundadno en el buen olor de las virtudes, buscamos mediante las buenas obras al Señor, ciertamente venimos a su sepulcro con perfumes.
Y aquellas mujeres que acudieron con aromas ven a los ángeles, porque las almas que con el buen olor de las virtudes se encaminan con santos deseos al Señor, llegan a ver a los que moran en el cielo.
Pero debemos notar qué es lo que significa el que se vea al ángle sentado a la derecha. Pues bien, ¿qué significa por la siniestra sino la vida presente, y qué por la derecha sino la vida eterna? Por eso en el Cantar de los Cantares (2,6) está escrito: Mi esposo pondrá su mano izquierda debajo de mi cabeza y con su diestra me abrazará. Luego, como nuestro Redentor había trascendido ya la mortalidad de la vida presente, con razón estaba sentado a la derecha el ángel que había venido a anunciar su vida eterna. El cual se mostró revestido de blanca vestidura, porque anunció los gozos de nuestra festividad; así que la blanca vestidura es nuncio del esplendor de nuestra solemnidad. ¿De dla nuestra, diremos, o de la suya? Pues para decirlo más propiamente, digamos: de la suya y de la nuestra.
En efecto, la resurrección de nuestro Redentor fué también fiesta nuestra, proque nos devolvió la inmortalidad; y fué festividad de los ángeles, porque, con devolvernos a nosotros al cielo, se completó el número de los que de ellos claudicaron.
Luego, en su festividad y en la nuestra, el ángel apareció con blancas vestiduras, porque, cuando por la resurrección del Señor volvemos noostros a los cielos, quedan reparadas las vacantes de la patria celestial.
Mas oigamos lo que se dice a las mujeres que llegan: No os asustéis; como si claramente les dijera: Asústense los que no aman la venida de los ciudadanos del cielo; teman los que, presos de carnales apetitos, desesperan de poder llegar a juntarse con ellos; pero vosotros, los que veis a vuestros conciudadanos, ¿por qué teméis? Por eso San Mateo (28,3), describiendo al ángel que había aparecido, dice: Su semblante como el relámpago, y era su vestidura como la nieve.
El terro del miedo está figurado en el relámpago, y en la nieve lo apacible de la blancura.
Maitines, Dominica Resurrectionis, Breviarium Romanum
(trad: Obras de San Gregorio Magno. BAC, 1.958.)
]]>Christus factus est pro nobis oboédiens usque ad mortem, mortem autem crucis: propter quod et Deus exaltávit illum, et dedit illi nomen, quod est super omne nomen.
Pero Cristo, constituido Pontífice de los bienes futuros y penetrando en un tabernáculo mejor y más perfecto, no hecho por manos de hombres, esto es, no de esta creación; ni por la sangre de los machos cabríos y de los becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el santuario, realizada la redención eterna. Porque si la sangre de los machos cabríos y de los toros y la aspersión de la ceniza de la vaca santifica a los inmundos y les da la limpieza de la carne, ¡cuánto más la sangre de Cristo, que por el Espíritu eterno a sí mismo se ofreció inmaculado a Dios, limpiará nuestra conciencia de las obras muertas para dar culto al Dios vivo! Por esto es el mediador de una nueva alianza, a fin de que por su muerte, para redención de las transgresiones cometidas bajo la primera alianza, reciban los que han sido llamados las promesas de la herencia eterna.
Porque donde hay testamento es preciso que intervenga la muerte del testador. El testamento es valedero por la muerte, pues nunca el testamento es firme mientras vive el testador. Y ni el primero fue otorgado sin sangre; porque, habiendo sido leídos al pueblo todos los preceptos de la Ley de Moisés, tomando éste la sangre de los becerros y de los machos cabríos, con agua y lana teñida de grana e hisopo, asperjó el libro y a todo el pueblo, diciendo: “Esta es la sangre de la alianza que Dios ha contraído con vosotros”. Y el mismo tabernáculo y los vasos del culto los asperjó del mismo modo con sangre, y, según la Ley, casi todas las cosas han de ser purificadas con sangre, y no hay remisión sin efusión de sangre.
Heb 9, 11-22. Tomado del Breviario Romano, lecciones VII, VIII y IX.
]]>Beth. Llora copiosamente en la noche y corre el llanto por sus mejillas; no tienen quién le consuele entre todos sus amantes; le fallaron todos sus amigos y se le volvieron enemigos.
Guímel.- Emigró Judá a causa de la aflicción y de la gran servidumbre; está sentada entre las gentes sin hallar reposos; todos sus perseguidores le dieron alcance y la estrecharon.
Dálet. Los caminos de Sión están en luto por no haber quien venga a las solemnidades. Todas sus puertas están desoladas, sus sacerdotes gimiendo, sus vírgenes escuálidas, y ella llena de amargura.
He.- Prevalecieron sus enemigos y prosperaron los que la aborrecían, pues la afligió Yavé por la muchedumbre de sus rebeldías; sus niños fueron a la cautividad delante del enemigo.
Wau.- Ha desaparecido de la hijo de Sión toda su gloria; sus príncipes han venido a ser como ciervos que no hallan pastos, y huyeron sin fuerzas ante el perseguidor.
Zain. – Acordóse Jerusalén, en los días de su aflicción y de su vivir errante, de todos los bienes que de antiguo tuvo. Cuando cayó su pueblo en manos del enemigo, sin que nadie le ayudase, miráronla sus enemigos y se burlaron de su perdición.
Jet.- Muchos son los pecados de Jerusalén; por eso fue objeto de aversión; cuantos antes la honraron la desprecian viendo su desnudez, y ella misma suspira y vuelve su rostro.
Tet.- Su inmundicia manchaba sus vestiduras, y no se cuidaba de su fin, y cayó de modo sorprendente, sin que nadie la consolara. Mira, ¡oh Yavé!, mi aflicción, mira la arrogancia del enemigo.
Yod.- Echó mano del enemigo de todos sus tesoros, vio penetrar en su santuario a las gentes a quienes prohibiste penetraran en tu congregación.
Kaf.- Todo su pueblo va suspirando en busca de pan; han dado cuanto tenían de preciosos para mantener la vida. Mira, ¡oh Yavé!, y contempla cuán abatida estoy.
Lámed. - ¡Oh vosotros cuantos pasáis por el camino, mirad y ved si hay dolor comparable a mi dolor, al dolor con que yo soy atormentada! Afligióme Yavé el día de su ardiente cólera.
Mem.- Mandó desde lo alto un fuego que consume mis huesos, tendió a mis pies una red, y me hizo caer hacia atrás y me arrojó en la desolación, consumida todo el día.
Nun.- El yugo de mis iniquidades pesa sobre mí entretejidas por su mano. Su yugo es sobre mi cuello y ha quebrantado mis fuerzas. Me entregó Yavé en sus manos, no puedo levantarme.
Lam 1, 1- 14
Tomado de la primera, segunda y tercera lectura del Breviario Romano, in Cena Domini
]]>Hoy vivimos una época de decadencia cofradiera, quizás causada tanto por condiciones externas - un entorno social agresivo -, como por condiciones internas - una interpretación radical del Concilio Vaticano II, leído al margen de la Tradición -.
Nuestras corporaciones encuentra su elemento fundador y fundante en la memoria de la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo. Los efectos espirituales, como camino de perfección y lucha contra el mundo no pueden considerarse, desde luego, un asunto baladí. Ya San Agustín escribió que una sola lágrima vertida en memoria de la pasión del Señor, aprovecha más que una peregrinación a Jerusalén y un año de ayunos a pan y agua.
Aunque parezcan motivos anticuados, reverberan en el hoy de una manera apabullante. En medio de una sociedad que no premia la virtud, con una crisis económica rampante cuyo fin se desconoce, un ataque feroz por parte del Estado a la familia – institución que es previa al mismo Estado -, especialmente a los miembros más débiles de nuestra sociedad, los niños y los ancianos, a través de leyes abortistas y de la apertura del debate sobre la eutanasia, todo causado al fin y a la postre por el relativismo moral imperante, ¿qué mejor razón de ser de nuestras Hermandades que el ser fermento católico de nuestra sociedad, ser esa lámpara que no se puede ocultar debajo de la cama (Mat 5,15)? Sin embargo nuestras Hermandades se encuentran postradas, decaídas, deterioradas en su fundamento.
Mucha de esta decadencia se debe, en lo intraeclesial a la ruptura litúrgica que se ha querido imponer desde ciertos sectores eclesiales, por llamarlos de alguna manera, los cuales queriendo hacer tabula rasa en base a una interpretación radical del Concilio Vaticano II.
«Legem credendi lex statuat supplicandi», la ley de la oración determine la ley de la fe, (Próspero de Aquitania, siglo V, ep. 217). Se cree como se reza, si cambiamos la forma de rezar, ¿no estaremos, a su vez, modificando nuestras creencias?.
Las cofradías, aún perteneciendo al ámbito de la piedad popular, se han erigido sobre un basamento litúrgico, de manera que, podríamos decir, aún a riesgo de equivocarnos, que existe cierto trasunto entre un cortejo y la liturgia de la Iglesia, desde detalles tan nimios como el fiador de los nazarenos de la Macarena (adminículo peculiar y propio de los roquetes, sobrepellices y albas, ropas litúrgicas, cuyo objeto es «fiar», apretar o ensanchar los cuellos a voluntad y comodidad del sacerdote) hasta el paso como un altar alumbrado por los ciriales. Todo ello posee cierta lógica ya que todo estaba pensado en función de la Misa, del sacrificio incruento de Cristo, y las cofradías por ende, no iban a ser menos.
Cierto clero radical – radicalmente anti eclesial -, vio en la piedad popular algo que tenía que ser superando, olvidando los frutos que habían dado durante siglos; esto privó a las cofradías de una dirección espiritual adecuada, dejándolas al albur de los tiempos tan cambiantes que ya soplaban. Los laicos, llenos de buena voluntad han llevado el timón de nuestras corporaciones, pero con una formación decreciente y decadente con el paso del tiempo – y cuando hablamos de formación, no nos referimos a que se conozca de memoria la Suma Teológica de Santo Tomás, sino a la piedad, moral y costumbres católicas, vida de sacramentos, etc. - ; en no pocas ocasiones, incluso los partidos políticos han invadido un terreno buscando unos fines espúreos. En definitiva podríamos decir que el mundo invadió a las hermandades.
Los efectos a día de hoy no han podido ser más nefastos, además de claros y patentes. Hoy las hermandades se encuentran al nivel de las ONG, si acaso, dan respuesta a esa aspiración natural a la divinidad que todo hombre posee. La caridad se ha reducido a la solidaridad. Las candidaturas a las Juntas de Gobierno presentan propuestas similares a las de los partidos políticos - ¿tanta diferencia puede haber en el hacer para que en algunas Hermandades hayan hasta tres candidaturas incluso? - . Bandas, costaleros y minutos en la Campana: sin embargo, poca importancia a la profundización en la fe, en la salvación de las almas.
Pero no todo está perdido. A pesar de tantos azares, podemos aplicarles a las Cofradías el refrán que dice, «el que tuvo retuvo». Las Hermandades cuentan hoy en día con una vía de recuperación muy importante, y ésta es la Liturgia. Ya hemos dicho que Lex orandi, Lex credencia. La promulgación del Motu Proprio del Papa Benedicto XVI, es un hito importantísimo para la vida moderna de la Iglesia. Las Hermandades tienen la oportunidad de volver a los principios fundadores, gracias a la Liturgia. Volver a la Misa del Beato Juan XXIII, Misa Tridentina o Gregoriana, aquella a la que asistieron los jóvenes que fundaron San Bernardo, los negros que se arremolinaron bajo la advocación de Nuestra Señora de los Ángeles, a la que fue Mateo Alemán, la forma litúrgica bajo la que vivieron Santa Ángela de la Cruz, San Antonio María Claret, el Beato Fray Diego José de Cádiz, el Beato Marcelo Spínola, el padre Clarín y el padre Padilla, y tantos y tantos cofrades que antes que nosotros, y gracias a la meditación de la Pasión de Cristo, tantos frutos espirituales obtuvieron.
La Liturgia, «culto público que nuestro Redentor rinde al Padre como Cabeza de la Iglesia, y es el culto que la sociedad de los fieles rinde a su Cabeza, y, por medio de ella, al Padre Eterno; es para decirlo en pocas palabras, el culto integral del Cuerpo Mísitico de Jesucristo; esto es, de la Cabeza y de sus miembros» (MD 29), es el elemento configurador que permitiría a nuestras Hermandades y Cofradías, una nueva Edad de Oro; Edad de Oro que no vendrá medida por la vara que impone el mundo, sino por el patrón de Cristo.
]]>Dicen que el hábito no hace al monje, pero ciertamente ayuda a identificarlo.
El Presidente de la Unión Regional de Provinciales de Andalucía - ¿he dicho algo? -, el religioso (¿?) Juan José García Sánchez, parece cualquier cosa menos un religioso. Cualquier hijo de vecino que se encontrase con el susodicho no sabría si pedirle una cerveza o un consejo, porque tiene más pinta de camarero de cualquier bar de Triana que de religioso.
Se pregunta el buen señor cómo aumentar el número de vocaciones religiosas. Él piensa que es algo muy complejo, yo, por el contrario, pienso que es bien sencillo. ¿Qué tal obedecer lo que dice el Concilio Vaticano II?
La adecuada adaptación y renovación de la vida religiosa comprende a la vez el continuo retorno a las fuentes de toda vida cristiana y a la inspiración originaria de los Institutos, y la acomodación de los mismos, a las cambiadas condiciones de los tiempos. Esta renovación habrá de promoverse, bajo el impulso del Espíritu Santo y la guía de la Iglesia, teniendo en cuenta los principios siguientes:
a) Como quiera que la última norma de vida religiosa es el seguimiento de Cristo, tal como lo propone Evangelio, todos los Institutos ha de tenerlos como regla suprema.
b) Redunda en bien mismo de la Iglesia el que todos los Institutos tengan su carácter y fin propios. Por tanto, han de conocerse y conservarse con fidelidad el espíritu y los propósitos de los Fundadores, lo mismo que las sanas tradiciones, pues, todo ello constituye el patrimonio de cada uno de los Institutos.
c) Todos los Institutos participen en la vida de la Iglesia y, teniendo en cuenta el carácter propio de cada uno, hagan suyas y fomenten las empresas e iniciativas de la misma: en materia bíblica, litúrgica, dogmática, pastoral, ecuménica, misional, social, etc.
d) Promuevan los Institutos entre sus miembros un conocimiento adecuado de las condiciones de los hombres y de los tiempos y de las necesidades de la Iglesia, de suerte que, juzgando prudentemente a la luz de la fe las circunstancias del mundo de hoy y abrasados de celo apostólico, puedan prestar a los hombres una ayuda más eficaz.
e) Ordenándose ante todo la vida religiosa a que sus miembros sigan a Cristo y se unan a Dios por la profesión de los consejos evangélicos, habrá que tener muy en cuenta que aun las mejores adaptaciones a las necesidades de nuestros tiempos no surtirían efecto alguno si no estuvieren animadas por una renovación espiritual, a la que, incluso al promover las obras externas, se ha de dar siempre el primer lugar.
Perfectae Caritatis, 2
¿Cuáles son las congregaciones que siguen lo que se manda aquí? Pues congregaciones como las Hermanas de la Cruz, que cuentan con muchas novicias. Ellas, desde luego, lo tienen muy claro.
Otra cosa son los claretianos.
El Presidente de la URPA se encuentra desorientado por la desconfianza. Sin embargo, dicha confusión es fiel reflejo de la descofianza que muestra en el hábito. ¿Por qué no se lo pone? ¿No está obligado?
¿Y qué tal la recuperación del carácter fundador? A modo de ejemplo, ¿son los claretianos actuales celosos defensores del dogma de la infalibilidad papal como lo fue San Antonio María? ¿Y qué pasa entonces con Casaldáliga y sus coleguis? Pues eso.
No es tan complicada la cosa: seguir a Cristo, obediencia al Papa, recuperación del carácter fundador, vida espiritual, vestir el hábito, es decir, lo de siempre.
Lo que no puede ser es continuar por la pendiente en la que se encuentran: cuesta abajo y sin frenos.
Eso es lo que crea desconfianza y no otra cosa.
]]>Ha dicho Richard Dawkins que el Papa es «estúpido, ignorante o corto» porque «si la gente se toma en serio las palabras del Papa, eso representará que en sus manos tendrá la responsabilidad de la muerte de miles de personas, puede ser que de millones», es decir, que según Dawkins, en ese caso el Papa estaría como máximo al mismo nivel que los defensores del uso del preservativo, ¿o es que acaso ahora la gente no muere de SIDA? Un razonamiento el de Dawkins exento de toda lógica.
Si la gente se tomara en serio las palabras del Papa, ¿cómo sería posible que se agravara el problema del SIDA? Precisamente, si una de las fuentes de contagio son las relaciones sexuales, practicando la castidad es imposible que de esta manera se contagie la enfermedad. ¿Cómo es posible pues que afirme Dawkins que millones de personas morirían? ¿Conoce acaso «el largo Dawkins» otra vía de contagio que se activaría con la práctica de la castidad?
El problema es que mientras el cristianismo eleva al hombre al cielo, Dawkins se conforma con mantenerlo en el cieno de su miseria, de esa manera estos intelectuales a la virulé mantienen su estatus jerárquico, ellos quieren mejorar la vida de los épsilon sin que cambien de clase; la Iglesia por el contrario proclama que estamos hechos para el cielo. Pura hipocresía la de Dawkins, propia de clase alfa.
Este doctor honoris causa por la Universidad de Valencia (¡vaya como está la Universidad!), defiende la utilización de células madres será porque piensa de una manera poco científica que dicha investigación llevará a la curación de enfermedades. El fin justifica los medios, si es necesario sacrificar a seres humanos en el altar del hombre hágase. Sin embargo este razonamiento se puede estirar completamente en cualquier dirección. Será cuestión de tiempo cuando empecemos a investigar directamente con niños, ya que ellos poseerán las propiedades adecuadas para curar enfermedades; las justificaciones se tomarán de cualquier lado, igual que ahora.
Calla Dawkins, desconozco si por necedad o ignorancia, que la ciencia no puede predecir el futuro, ya que esto escapa de su ámbito, lo rebasa. Y que aunque la ciencia tenga su propio orden, está sin embargo, ordenada a su vez a otro orden superior, precisamente para que su propia subjetividad no se dispare por todas partes que le permita cometer cualquier atrocidad en nombre de la ciencia.
¿Y el darwinismo? Nunca una teoría sin demostrar tuvo tanto éxito. Ni siquiera la Historia, con muchos más datos y evidencias da una afirmación con la verdad que reclama la Evolución. De hecho la Evolución escapa del propio ámbito de la ciencia, ya que no es reproducible ni comprobable: nadie ha sido capaz de realizar un experimento que demuestre la Evolución hasta el ser humano actual. ¿No es incongruente que las mismas acusaciones que se dirigen contra la Religión, sean marchamo de verdad para la Evolución? Quizás esto sea la evidencia que la Evolución no es ninguna teoría científica y sí es una nueva religión pagana.
Richard Dawkins «el largo», otro vendedor de humo, contra el Papa.
]]>J. Bueno, lo del gozo es un tanto relativo. Y, desde luego, trabajito me costó, que es mucho salmo y muy fuerte lo del 21, y no me salía entonarlo… Ya habria preferido que Abba no me dejara desamparado. Y lo peor de todo, ver alli cerca a la madre y a mis queridisimos Juan y Magdalena, aguantando desgarrados a pie de cruz… se me clavaba eso más que las espinas… no alcanzaban hasta lo alto y yo no podia desclavarme y abrazarles como me lo pedía el cuerpo.
N. Pero Tú sabias que después venía la resurrección.
J. No, Nicanor eso lo dicen los teólogos romanos, que se olvidan de lo que significa que os precedi en la fe como “pionero de salvación “(Hebr. 2,10) y “pionero y consumador de la fe” (Heb. 12, 2; en ambos casos la palabrita griega, perdona la pedantería, es “arjegós”, que Alonso Shökel atinó a traducir como “pionero”). Más vale que leas a Pagola. A Ratzinger, tan agustiniano siempre, le cuesta asumirlo y hace malabarismos escolásticos para hablar de mi conciencia, como si temiese decir que yo tuve fe. Tienes que olvidar muchas teologias medievales: que si el sacrificio redentor, que si había que pagar infinitos euros de compensación por la culpa, que si el Siervo de Yavé merece más cuanto más sufre, como dicen al son de las guitarras los de cierto Camino espiritual de moda en tu tierra, o que hay que saborear el sadismo de Mel Gibson en su pelicula…
En el caso de la homilía dominical, si la memoria no me falla, el cura vino a decir algo así como que Jesús tuvo mucha fe en el Padre.
Santo Tomás ataca, con la libertad que caracteriza a los hombres de la Edad Media, dicha pregunta en la Suma Teológica III, q.7, a. 3. Concluye el Doctor Angélico que, como el objeto de la fe es “la realidad divina no vista” y que, como Cristo desde su concepción “vio plenamente la esencia divina”, en Él no pudo existir la fe: Cristo tuvo la visión beatífica y, por ende, no tuvo fe (III, q.34 a.4).
El planteamiento que nos pone en vía de la solución, nos lo muestra Santo Tomás apelando a la autoridad de la Sagrada Escritura, especialmente a Heb 11,1, “La fe es prueba de lo que no se ve”, y a Jn 21,17, donde Pedro le dice a Cristo “Tú sabes todas las cosas”.
Todo queda claro: las impiedades de Masiá, la barbaridad que dijo el cura el domingo – a la que dudo mucho que algunas de las “beatas” hiciera caso, y la doctrina que expone certeramente Santo Tomás.
Parafraseando a Bastiat, esto es lo que se ve. Lo que no se ve es la incapacidad de cierta teología – por llamarla de alguna manera -, que nos quieren colar por católica, pero que o bien enhebra un discurso incapaz de profundizar en el ser de Cristo y que sólo alcanza su lado humano o, por otro lado, reduce a Cristo a un mero hombre.
Una vez recorrido el camino de ida a Cristo, la vuelta no es más que una deducción lógica de tal visión irreal del Señor. La Iglesia ya no es Cuerpo Místico de Cristo, ni sacramento universal de salvación; por otro lado, el hombre se salvará gracias a su esfuerzo, tomando a Jesús como modelo, la moral se diluye, los sacramentos son meras celebraciones relacionadas con la vida del hombre y los novísimos se esfuman, ya que al fin y a la postre, todos se salvan, aunque la Escritura diga lo contrario.
Cuando la teología muta en antropología, no sólo Dios sale por la ventana, sino que el hombre va con Él.
Herejías antiguas, errores modernos.
]]>El Papa Benedicto XVI quiso con el Motu Proprio Summorum Pontificum restablecer en toda su plenitud el Misal del Beato Juan XXIII, como forma extraordinaria de la Liturgia de la Iglesia.
El Santo Padre hace una reflexión muy atinada en la carta que dirige a los Obispos y que acompaña al Motu Proprio Summorum Pontificum en la que dice lo siguiente:
Enseguida después del Concilio Vaticano II se podía suponer que la petición del uso del Misal de 1962 se limitaría a la generación más anciana que había crecido con él, pero desde entonces se ha visto claramente que también personas jóvenes descubren esta forma litúrgica, se sienten atraídos por ella y encuentran en la misma una forma, particularmente adecuada para ellos, de encuentro con el Misterio de la Santísima Eucaristía.
Muchos que no tuvimos la suerte de conocer el usus antiquior, gracias al Santo Padre hemos encontrado una forma litúrgica, hemos podido encontrar en esta forma litúrgica una manera muy especial de encontrarnos con el Señor.
Quizás esto explique que, como en el caso de Sevilla – precisamente a donde me quiero ceñir -, a pesar de lo que se pueda pensar, la mayoría de las personas que asistimos en Sevilla a esta Misa, sea gente joven.
Sin embargo las dificultades son muchas, empezando por la renuencia de los sacerdotes a celebrar la Santa Misa según los libros litúrgicos del Beato Juan XXIII, con lo que los fieles nos vemos en dificultades. En Sevilla hay sólo tres sacerdotes - ¡siendo la diócesis que es! -, de los cuales uno sólo puede atender con regularidad la Misa de los domingos. En el momento que este sacerdote falla, porque tiene que atender su Parroquia, los fieles nos quedamos sin la Misa, ya que los otros dos sacerdotes no pueden desatender sus sus quehaceres parroquiales. Es cierto que no es algo habitual, pero también es cierto que si se contara con un sacerdote para atender a estos fieles, la Misa fructificaría en otros sitios, como ya se ha demostrado.
Los Obispos tienen que hacer algo más. No es lógico que a teólgos que vienen con sus impiedades y herejías se les abra las puertas de la Iglesia, y por el contrario se le pongan impedimentos a lo que es católico cien por cien.
¿Es justo que a Pagola se le reciba en loor de multitudes, mientras que no se designa a un sacerdote para que atienda a los fieles que siguen la forma extraordinaria de la Iglesia? Y no me vale la escusa del número porque no son/somos cuatro gatos.
Este domingo por ejemplo no se podrá celebrar la Misa en San Bernardo. Posiblemente para el Domingo de Ramos haya dificultades. Y no se podrá celebrar el Triduo Pascual.
Por eso, aunque el se haya promulgado el Motu Proprio materialmente encuentra muchas difilcultades por su aplicación. Por fas o por nefas, lo cierto y verdad es que no se atiende a los fieles tal como es la voluntad del Santo Padre.
La oposición que no hubo en España para la implantación del Misal de Pablo VI, la encontramos hoy veladamente, contra Benedicto XVI.
Introíbo ad altáre Dei
Ad Deum, qui laetíficat juventútem meam
Parecía que por fin había llegado el momento en el que las Hermandades sevillanas iban a dar un paso adelante, su pronunciamiento en defensa de la vida el reflejo de un removerse las entrañas, un basta ya a la destrucción moral que se está llevando a cabo en nuestra sociedad, en definitiva una reafirmación de la doctrina católica, pero por desgracia no ha sido así.
La decepción es tremenda.
El asunto se ha resuelto de una manera lamentable, asumiendo las premisas de los extraños y no de los propios.
La nota que ha emitido la Asamblea Extraordinaria de Hermanos Mayores de las Hermandades y Cofradías de Sevilla, es una vergüenza tanto en sus planteamientos como en su resolución; toda la parafernalia que se montó en su momento se ha desinflado como los globos, quedando en aguas de borrajas: desde luego, para este ridículo, mejor que se hubiesen quedado en casita.
Lo primero que llama la atención en dicha carta es la ausencia de citas. No hay ninguna alusión ni a la Sagrada Escritura, ni al Magisterio de la Iglesia, cuando precisamente la enseñanza de la Iglesia en esta cuestión moral, es extensa y profunda.
Lo segundo es la obediencia que nuestros cofrades muestran frente al poder político: de tanto agacharse se les acabará viendo el culo. Una vez que las hermandades hicieron el amago de llamamiento en defensa de la vida, los políticos de la izquierda no perdieron ni un segundo en tirar de su arsenal dialéctico, apelando a los lugares comunes de ataque a lo eclesial: que no se metan en política.
Como no podía ser de otra forma los hermanos mayores no han perdido el tiempo de aceptar el argumento socialista sin la más mínima crítica. Se ha desarmado el contenido de la nota, y por ende su efecto, antes del parto. ¡Qué vergüenza!
La ética y la política están relacionadas necesariamente. Ya Aristóteles plantea su Política como continuación de la Ética a Nicómaco. La Ética es de y para un ciudadano, nos dice cómo debemos actuar, mientras que la Política indica la constitución y el conjunto de instituciones que hacen posible y salvaguarda la forma de vida de la Ética. De ahí que una y otra no se puedan desgajar. De hecho los políticos no lo hacen, sino que, con la reforma continua de leyes e instituciones disuelven la vida moral. Y el mejor ejemplo es el del aborto, que en España ha pasado de ser un mal a ser como mínimo un mal menor, un bien en otros casos. Los hermanos mayores, como son una clara representación de esa derecha rancia que se tiene que hacer perdonar, ha hecho suyo el discurso político, reverberando en la nota los principios asumidos.
Causa rubor la manera en la que, haciendo uso de una restricción latamente mental, hacen referencia a «los ataques que desde muchos frentes se vienen sufriendo en este sentido en los momentos actuales y las anunciadas perspectivas de su desmesurado agravamiento por medio de proyectos que aspiran a tener carácter de normas legales de inaceptable contenido y que explícitamente rechazamos». Los ataques son muchos, pero vienen todos desde el mismo lado, en este caso desde la izquierda, o más bien, desde el PSOE que ha tomado la bandera de la cultura de la muerte – además sin ningún tipo de ambages – como arma de reforma de la sociedad, desde el inicio de la vida – con la reforma /ampliación de la Ley del aborto y todo lo relacionado con las células madres embrionarias -, hasta el ocaso – con la apertura del debate sobre la eutanasia, cuando precisamente nadie había alzado la voz en este sentido -.
Los católicos no pueden callar por no molestar, porque de lo contrario gritarán las piedras. El fin de la protesta no es otro que conseguir la reforma de manera que no se sacrifiquen 80.000 criaturas (y en aumento) como se está haciendo ahora. ¡Y claro que tiene un carácter político! ¿Es que los católicos no somos ciudadanos?
La indigencia intelectual en la que se mueven los rectores de las hermandades y cofradías de Sevilla se muestra en las medidas que han adoptado para hacer visible su propuesta: ninguna. Todo en lo interno. Al menos en Córdoba van a lucir lazos blancos. Aquí no. Todo en lo interno. ¿Por qué? Lo interno tiene que reverberar en lo externo. ¿Miedo a la hipocresía? Eso es otra cosa.
Lo único que harán, en primera estancia, las Hermandades y Cofradías son hacer cursos de formación. Pero, ¿es que no se hace ya? ¿Es que acaso la Iglesia de Sevilla no lo hace ya? ¿No se reparten las Hojas Parroquiales en las Iglesias? ¿Para qué superponer medidas e instituciones que ya se hacen? Porque se cae en el intelectualismo, pensar que el conocimiento implica necesariamente el bien.
El aborto, la eutanasia, la experimentación con células madres, en definitiva todas las agresiones contra la vida son males morales, y es contra el mal con el que hay que luchar, como nos enseña la Iglesia: virtudes, oración y práctica de los sacramentos, especialmente revalorizando la Penitencia y con la Eucaristía. No hay otra forma.
Y es aquí donde tenían que haber incidido las Hermandades, redactando una nota fuerte, contundente y no adoptando las maneras del mundo.
El Bautismo imprime carácter. Ontológicamente estamos configurados con Cristo: que brille pues la luz de Cristo en las vidas de los cofrades.
Desde luego para este viaje no hacían falta estas alforjas. Queda la sensación de que todo esto ha sido una oportunidad perdida. Los Hermanos Mayores, con su comportamiento paniaguado y mojigato no han sabido canalizar el impulso inicial que había tomado la cuestión.
A lo mejor tampoco dan para más.
Conozco tu conducta: no eres ni frío ni caliente. ¡Ojalá fueras frío o caliente! Ahora bien, puesto que eres tibio, y no frío ni caliente, voy a vomitarte de mi boca (Apoc 3,15-16).
]]>Acuerdos de la Asamblea Extraordinaria de Hermanos Mayores de las Hermandades y Cofradías de Sevilla en favor de la Vida
DECLARACIÓN
La Asamblea General del Consejo General de Hermandades y Cofradías de la ciudad de Sevilla, debidamente convocada y reunida con carácter Extraordinario de conformidad con sus Estatutos y el Orden del Día que figura en la citación correspondiente ha resuelto por aclamación, adoptar los siguientes :
ACUERDOS
1º.-Que no obstante, venir afirmándolo como católicos desde la fundación de cada una de nuestras H H y CC. y así lo ratificamos de manera permanente en nuestros actos y cultos, Queremos expresar, una vez más, nuestra más firme y decidida declaración en defensa de la vida desde el mismo momento de la concepción y hasta la muerte natural, y todo ello, ante los ataques que desde muchos frentes se vienen sufriendo en este sentido en los momentos actuales y las anunciadas perspectivas de su desmesurado agravamiento por medio de proyectos que aspiran a tener carácter de normas legales de inaceptable contenido y que explícitamente rechazamos.
2º.-Que siendo asimismo deseo de esta Asamblea no limitar su actuación a la declaración anterior, sino llevar a cabo, y en muchos casos continuar, una serie de medidas y actividades que se prolonguen no solo en el tiempo y en el espacio, sino también en sus efectos tendentes al fin último antes enunciado de defensa a ultranza de la vida humana, proponemos las siguientes, que se plasmarían mediante:
a) Creación, constitución y apoyo de Asociaciones, Secciones dentro de las existentes, Fundaciones o Patronazgos, Comisiones y que ostenten como misiones principales, la información, formación a todos los niveles, bajo la dirección profesional según cada caso y especialmente dirigida a los jóvenes, según proyecto preparado por otros hermanos y que podremos asumir.
( Se une a este Comunicado el Proyecto presentado por una serie de HH.MM, y que se aceptan y hacen nuestros por la Asamblea)
Texto literal:
“Sr. Presidente del Consejo de HH. y CC de la ciudad de Sevilla
Los Hermanos Mayores que al pie se relacionan formulan a la Asamblea General convocada para el próximo sábado 21 de marzo la siguiente Propuesta de formación e información Permanente del Derecho la Vida , de las HH y CC de Sevilla:
La unánime adhesión a la Defensa del Derecho a la Vida, que convoca a esta Asamblea hace necesario que se desarrollen las declaraciones necesarias que formulen de manera fehaciente y patente el sentir de la misma, así como se acometan cuantas iniciativas se estimen conveniente.
En este sentido, como actuación complementaria, y a la vez independiente, de la que puedan adoptarse por la Asamblea, se ha estimado hacer llegar para su conocimiento la iniciativa de estas hermandades, en colaboración con la Fundación Juan Moya – cuyo objetivo principal es la formación integral de la persona - de desarrollar una acción informativa/formativa destinada a la juventud, a celebrar el próximo mes de abril, con la participación de destacadas personalidades en este ámbito al objeto de que las personas a quienes va destinada puedan tomar conciencia plena de lo que el aborto supone como ataque al citado derecho a la vida, y la que documento aparte se desarrolla .
En cualquier caso, este proyecto no empieza y termina con la celebración del referido acto, pues debe tener continuidad en el tiempo, de tal manera que esta Propuesta de acción informativa/formativa conjunta se mantenga viva, plasmándose en cuantos actos se estimen oportunos en orden a ir posibilitando que los destinatarios de la misma (podría extenderse a mayores) puedan tomar conciencia y opinión “formada” de todo lo concerniente a temas de actualidad tales como el aborto, eutanasia, células madre, etc.
Esta Propuesta de formación e información Permanente del Derecho la Vida , de las HH y CC de Sevilla, debería formar parte del Proyecto de acciones que se formule para todas la Hermandades, haciéndolo suyo y tomándolo como propio, ya que esa sería la mejor forma de lograr el objetivo perseguido; solo motivos de tiempo, operatividad y funcionalidad impiden que todas las hermandades pudieran ser partícipes de la reunión inicial en la que se tomó la decisión, por quienes abajo suscriben, de poner en marcha esta iniciativa y desarrollo de primera acción, de la que, repetimos sean partícipes todas la HH y CC.
Sería la mejor forma de que esta Plataforma permanente de información y formación en la Defensa del derecho a la Vida, gracias a su implicación en la misma de todas las HH y CC, llegará a muchas más personas y fuera trasladable a los distintos entornos de cada una de ellas y a la sociedad en general.
Firmado:
• Santiago Arenado Sampil Hermandad de la Paz
• Eduardo García Pérez Hermandad de la Cena
• Antonio Federico Barrero Castro Hermandad de San Roque
• Manuel Domínguez del Barco Hermandad de la Estrella
• Luis Torres Palazón Hermandad del Amor
• Francisco Berjano Arenado Hermandad de la Vera+Cruz
• Javier Sobrino Toro Hermandad del Museo
• Antonio Piñero Piñero Hermandad de los Estudiantes
• Ignacio Pérez Franco Hermandad del Baratillo
• Antonio Rodríguez Cordero Hermandad del Silencio
• Enrique Esquivias de la Cruz Hermandad del Gran Poder
• Adolfo Vela Rey Hermandad de la Esperanza de Triana
• Guillermo Mira Abaurrea Hermandad de San Isidor.
• Luis Miguel Onieva Jiménez Hermandad del Santo Entierro”
b) Estudio y constitución por parte del Consejo General, y sin exclusividad en los miembros, de una comisión a nivel local, provincial o autonómico, donde figuren todas las HH. Y CC de Sevilla y aquellas otras que así lo deseen y adquieran el compromiso encaminada a la protección de “no nacido no deseado” formando a los futuros padres y madres, ayudándoles en todos los sentidos de forma profesional, mediante residencias, hogares, ayudas concertadas con instituciones para cubrir enfermedades o problemas post-parto etc.. o mediante “labor conjunta” a ser concretada en esta línea de actuaciones etc. Este proyecto se desarrollaría una vez aceptada su idea principal, mediante ayuda profesional adecuada. Somos conscientes de la complejidad y dimensiones en todos los terrenos del proyecto,
3.- Cualquiera de estos proyectos podrán ser ampliados a otros que en el futuro mas o menos inmediato se propongan y acepten.
Finalmente queremos expresar de igual manera, y con profundo respeto, que esta Asamblea y su consecuente declaración quiere independizarse de cualquier otra actuación o movimiento de terceros que no provenga de la doctrina marcada por la Iglesia Católica y nuestro Pastor, Cardenal Arzobispo de Sevilla.
Fuente: Consejo General de Hermandades y Cofradías de Sevilla.
]]>Las declaraciones que se vienen sucediendo desde la Curia Romana están llegando a un nivel difícilmente tolerable. Si hace unos días fueron las desafortunadas declaraciones de Fisichella, respecto a la excomunión de los participantes en el aborto de la niña de Alagoinha, hoy son las del padre Federico Lombardi confundiendo el aborto terapéutico con el aborto indirecto.
Vista la gestión de la información que se hace en el Vaticano, nos surge la pregunta sobre cómo consiguen las noticias en la Santa Sede. ¿A través de Google? ¿Se las pasa un becario? ¿La digieren en crudo, sin tamizar? Sorprendente. Parece que el principio de Peter alcanza hasta los órganos funcionariales del Vaticano.
Pues bien, como hemos dicho, hoy el padre Federico Lombardi se muestra incapaz de explicar lo que en teología moral se conoce como el principio del voluntario indirecto.
El principio del voluntario indirecto dice que una acción de la que se siguen dos efectos, uno bueno y otro malo, es lícita siempre que den las siguientes condiciones:
1º.- Que la acción sea buena en sí misma o al menos indiferente.
2º.- Que el efecto inmediato o primero que se ha de producir sea el bueno y no el malo.
3º.- Que el fin del agente sea honesto, es decir, que intente el efecto bueno y se limite a permitir el malo.
4º.- Que el agente tenga causa proporcionada a la gravedad del daño que el efecto malo haya de producir.
Es decir, el principio no es un salvoconducto para justificar cualquier acción, sino que por el contrario impone límites en su aplicación. De esta manera, el aborto terapéutico no se justificaría en ningún caso, ya que no es lícito matar a un ser para salvar a otro, ni por supuesto, muchas prácticas que pudiesen ser abortivas directamente si la causa no está proporcionada al efecto producido.
Esta indefinición terminológica por parte de un Curial no procede, más teniendo en cuenta la preparación que se le exige - o se le debería exigir -. El padre Lombardi ha quedado a la altura de un mal estudiante de teología (¿podría ser esto consecuencia del abandono del latín y del tomismo?)
No es la primera vez que Federico Lombardi mete la pata. No ha mucho tiempo provocó la polémica con unas declaraciones que ponían al Cardenal Castrillón Hoyos a los pies de los caballos; declaraciones que, según Lombardi, habían sido malinterpretadas por el diario La Croix.
Desde luego el padre Federico Lombardi se comporta como un incontinente. Una pastilla de prudencia no le vendría mal.
Y unas buenas y largas vacaciones.
]]>La izquierda lo tiene muy fácil. Uno se da cuenta de ello cuando lee artículos como el de Carlos Carnicero: estos tíos lo tienen “chupao”: con lo difícil que es buscar un tema, exponerlo, razonarlo y rematarlo, la izquierda de pitiminí nada más que tiene que coger uno de los temas del manual y juntar cuatro o cinco lugares comunes al respecto, tipo pis, pis, caca, culo, pedo, pis.
Precisamente Carlos Carnicero es lo que hace desde La Nueva España (zapateril, supongo). Esta vez la coge llorona con el tema de los condones, el cual mezcla con la homosexualidad, Galileo, el aborto y el inmovilismo de la Iglesia. Eso sí, lo más sorprendente es el nuevo argumento con el que pretende atacar el no usar el condón en las relaciones sexuales: si no hay condón te tienes que acostar con la misma. Yo no sé a santo de qué cita el señor Carnicero los cuernos, pero a mí que me registren.
Puede ser, quizás, porque su colega Castro ha convertido Cuba en un gran putiferio y claro, si ahora llegan los curas diciendo que el matrimonio es de uno con una, para siempre, que hay que ser fiel y demás, claro, se nos joroba el invento, los cubanos no obtendrán dinero a través de la venta de su cuerpo y el régimen se resentirá: ya no podrán vivir los golfos a cuerpo de Rey. Si es que todo tiene su lógica…
Según Carnicero “El reto de los obispos es conseguir que los católicos les hagan caso” - lo que no explica es el porqué gastan tantas energías contra ellos -; del mismo modo, yo pienso que el reto de la izquierda en general, y de Carnicero en particular, bien pudiera ser encontrar los terroristas suicidas, calzoncillos incluidos, perdidos y no hallados el 11 – M en la Cadena Ser. Yo comprendo que éste objetivo es muy difícil de cumplir, y puede llevar a la desmoralización de la tropa, pero es lo que hay.
A Carnicero Superstar, profeta de la izquierda, le mola el condón, pin,pón. El condón vale para todo: evita embarazos no deseados (pero no al 100 %, de todas forma no pasa nada, ya que con la ley Aído, aquí no nace ni un niño); te permite poner cuernos y no coger el SIDA. Qué pena que la realidad sea terca y no se amolde a lo que quieren los socialistas. Una pena.
A los progresistas de salón - ¿puede progresar el progreso?, ¿o progresaremos hacia la nada? -, le importuna la predicación de la virtud de la castidad, cuando es realmente la única forma de evitar embarazos no deseados y enfermedades de transmisión sexual. Supongo porque la virtud modifica el carácter, mientras que el condón aparte de fomentar la irresponsabilidad – una sociedad instalada en el infantilismo mental -, modifica las carteras de algunos.
Sin embargo los católicos estamos de suerte. Porque gracias a la modernización - ¿la de Chaves? – sabemos que la tierra gira alrededor del Sol y no al revés. ¿No es chachi? Carnicero, nuestro profe de ética así lo dice. Igual que dice que las leyes no son imperativas, simplemente posibilistas. ¿Lo ves como Bermejo no tenía que haber dimitido? ¿No os habéis dado cuenta que el terrorismo de Estado está muy bien, igual que robar fondos reservados? ¡Ay, estos católicos!
“No es la sociedad quien tiene un problema porque la moral que debe regir cada conducta es individual”. Bien. Si no fuese porque ahora es profe de ética, yo diría que lo que dice tiene aviesa intención de engañar, ya que, si no hay problema, ¿por qué quieren imponer la asignatura de EpC? ¿Por qué no hacen más que crear leyes sociales para regular las conductas y decirnos lo que tenemos que hacer? ¿Por qué el Estado y la izquierda pueden imponer una moral, y la Iglesia no puede proponerla? Pero no todo es malo ya que el señor Carnicero nos acaba de aclarar que la asignatura EpC no servirá para nada, ergo, ¿por qué no se quita?
Ésta es, en síntesis la nueva ética de Carnicero. La ética que nos llevará del tirón hasta el infinito y más allá. Es inevitable. Primero será el capitalismo, después el condón.
Palabra de Carnicero.
San José, patrono de la Iglesia Universal, si hay un santo por excelencia, es el castísimo esposo de María.
Me contaba mi padre, recordando sus años en la Adoración Nocturna, que los viejos adoradores decían a los devotos del pater putatibus de nuestro Señor, en su última hora los asistía en su última hora llevándolos amorosamente a la presencia de Nuestro Señor. Igual que hizo con su hijo, que no lo era, lo hace con sus devotos en el último momento de nuestra vida terrestre.
No me pregunten por qué lo hace con sus devotos y no con todos: eso es un misterio de la piedad popular, que no por ser popular es menos teológica, ni menos verdadera.
La suerte del Patriarca ha corrido de la misma manera que la de todos los santos de la Iglesia, pero quizás por ser él quien fue, por tener a quien tuvo entre sus brazos, por trabajar para sustentar a la Virgen y al Niño, la decadencia es aún más terrible.
Como escribe San Bernardo, San José recibió en sus brazos al Pan Vivo que baja del cielo para todo el mundo, ¿qué mayor Misterio que Dios Niño en brazos de un hombre?
Un ejemplo ocurrió en el día de ayer, donde el cura no celebró la víspera de la fiesta, sino la feria de Cuaresma, precisamente cuando la Fiesta de San José es superior en la ordenación de los días litúrgicos. Otro abuso litúrgico.
Con la reforma del Breviario, los impíos liturgistas hicieron su Agosto y, realmente, con el pobre San José se cebaron. Los cambios sufridos son los propios que afectaron al Breviario, disminución a la mínima expresión de maitines, supresión de prima, acortamiento de laudes, vísperas y completas, pero con San José hubo otros. Así, San José tenía fiesta propia, no enmarcándose en ninguna otra, de santos, confesores, etc, con lo que se evidenciaba la importancia del Santo Patrón de la Iglesia. Ahora, en la Liturgia de las Horas, a San José lo han encajonado entre el Común de los Santos Varones y el domingo para el rezo de los salmos, mientras que en el Breviario, ahora liberado por el Romano Pontífice, los salmos son los del domingo siempre, mirando a lo más excelso, al Domingo, pero los impíos liturgistas, tuvieron poca misericorda con el padre putativo del Señor.
De las lecturas de Maitines, ¿para qué hablar? En la forma extraordinaria del rito, la fiesta de San José tiene tres Nocturnos, con nueve salmos y nueve lecciones: Gen 39,1-5; Gen 41,37-40; Gen 41, 41-44; tres homilías sacadas de de San Bernardo, el evangelio del día (Mat 1,18-21) junto con tres homilías sacadas del Comentario de San Jerónimo al Evangelio de San Mateo, todas perfectamente engarzadas, unidas, como sólo la sabiduría de la Iglesia sabe hacer.
San Bernardo califica a San José con las excelencias de ser fiel, siervo y prudente; San Jerónimo nos enseña las razones por las que era conveniente que José se desposara con María, “la primera, para que por la genealogía de José se supiese el origen de María; la segunda, para que los judíos no la apedreasen como adúltera; y la tercera, para que al huir a Egipto tuviese quien la consuele. El mártir Ignacio aduce otra razón: para ocultar al demonio el parto de María, y que siempre creyese que Cristo había sido engendrado no de una virgen, sino de una mujer casada”.
Castidad, fidelidad, servicio, prudencia, las virtudes que adornan al Señor San José, virtudes tan olvidadas como necesarias para el día de hoy, virtudes que están presentes en el magisterio que el Santo Padre nos está ofreciendo en su viaje africano.
A pesar de los hijos de Putifar, de dentro y de fuera, San José sigue siendo el Patrono de la Iglesia, y no dejará de ejercer su misión, igual que no la dejó de cumplir aquí en la tierra.
Así que elevemos una oración al Patriarca Señor San José, encomendando especialmente al Romano Pontífice al que tantos lobos quieren dañar:
p.s. En la foto, imagen de San José agonizando, acompañado del Señor y de la Santísima Virgen, grupo que se encuentra en la Capilla de San José, sita en la calle Jovellanos, Sevilla. Quizás el Señor le esté encomendando lo que será su misión en el cielo: el conducir las almas a su presencia.
p.s. 2. Felicidades a todos los José en su onomástica, especialmente a mi suegro, a mi compadre, a D. José Manuel y D. José Antonio.
]]>Hay personas que a sí mismos se llaman católicos pero lo único que les queda de católico es el nombre. Aprovechan precisamente este marchamo para deslizar sus teorías venenosas para engañar a las personas sencillas: son lobos con piel de cordero.
Uno de ellos es Frai Betto que ha escrito un artículo que se podría sintetizar con una sola palabra: mentira.
Aparte de indocumentado, Frai Betto se presenta como un profesional de la mentira y el engaño. Todo lo escrito en el documento es embeleco. Todo. Desde la apertura - en la que se reconoce a sí mismo como «contrario al aborto» para después construir una apologética del mismo basándose en que, según él, la Iglesia «nunca llegó a tener una postura unánime y definitiva con respecto al aborto» -, hasta el final.
Su artículo es un exponente claro de lo que ese falso espíritu del Concilio Vaticano II – espíritu particular de cada sujeto que lo enarbola y contradictor de la letra y de la interpretación magisterial del mismo -, de esa hermenéutica que a una verdad le contrapone una partícula adversativa de manera que obscurece, modifica, retuerce precisamente esa verdad para llegar a una mentira. Un abuso de la lógica y del intelecto.
El fraile es contrario al aborto pero a su vez añade que «no se puede exigir que una niña de 9 años asuma una gravidez indeseada con el grave riesgo de su sobrevivencia física (pues la síquica ya ha sido dañada” y llegar a excomulgar a los que la ayuden a interrumpirla». ¿Cuál es el problema? ¿La edad, la salud corporal o la inmadurez síquica? (precisamente en una sociedad que no crea más que sujetos inmaduros) ¿No es el daño síquico uno de los principales argumentos utilizados para justificar el aborto en cualquier momento? De todas formas, ¿por qué es la criatura la que tiene que pagar, precisamente, los desmanes de una sociedad la cual el mismo Frai Betto con sus panfletos ha ayudado a desamarrar del ámbito de la moral?
Panfleto precisamente es lo que escribe Frai Betto. Panfleto infecto e inmundo, en el que el fraile faltando a la verdad dice que «la Iglesia Católica nunca llegó a tener una postura unánime y definitiva respecto al aborto». Será porque la Didaché no es un documento eclesial, porque a lo mejor los Santos Padres no pertenezcan a la Iglesia, ni que, por ejemplo, Sixto V o Benedicto XV, tampoco sean Iglesia.
Vergüenza.
El error de Frai Betto no es único, sino múltiple. Hay que hablar de errores: histórico, científico, filosófico - moral y teológico.
Científico porque la ciencia describe el proceso de formación del ser humano desde su concepción hasta el nacimiento, pero en ningún momento dice cuándo se infunde el alma porque, entre otras cosas, esa pregunta rebasa el propio ámbito epistemológico de la ciencia. La ciencia no explica cómo de la unión de un espermatozoide y un óvulo surge un ser humano. La ciencia moderna no maneja causas finales. Por el contrario sí explicita fehacientemente que el ser formado es un individuo distinto a la madre y al padre, con su propio, irrepetible e inmodificable idiotropion. Pero esto a Frai Betto no le preocupa, él simplemente establece un saltos desde el amasijo de células hasta el ser humano, sin preguntarse cómo es posible esto, pero ¿acaso le importa?
También disloca la lógica, deduciendo intentando justificar un principio moral a partir de un hecho natural. Para ello echa mano de la autoridad de precisamente dos lumbreras de la Iglesia Universal, de la Iglesia Triunfante, precisamente del Doctor Angélico y del Doctor de la Gracia. A ambos los lee parcialmente, como a través de un libro de citas, ¡y el infame no se sonroja por esta indigencia intelectual!
La filosofía natural de San Agustín y Santo Tomás de Aquino dependen del conocimiento científico de su tiempo; sin embargo, nadie acude a Santo Tomás, por ejemplo, para estudiar el orden físico del universo, ya que él sigue a Aristóteles. Lógico. Sin embargo, si se habla con esa falta de honradez intelectual, se puede poner en boca de ambos santos lo que se quiera justificar. Pero no, las tragaderas son limitadas. El Aquinate no era favorable al aborto (ver artículo). Ni el de Hipona tampoco. Y esto a pesar de que Frai Betto nos quiera hacer comulgar con piedas de molino.
Pero no todo queda aquí, aunque el error teológico sea lo primario y lo fundante. Frai Betto saca, como el mago, muchas ideas de su chistera, mezclándolas todas sin ton ni son, con el único objeto de demostrar que la Iglesia nunca hizo una condena unívoca del aborto. Tras manipular a San Agustín y Santo Tomás, apela de nuevo a la moral. En este caso utiliza la discusión entre aborto directo e indirecto en caso de embarazo tubárico o de cáncer de útero, que realmente no es tal discusión, pero el fraile lo mezcla todo, lo confunde todo, incluso el principio del voluntario indirecto.
Dicho principio dice, en síntesis, que una acción de la que se siguen dos efectos, uno bueno y otro malo, es lícita siempre que den las siguientes condiciones:
1º.- Que la acción sea buena en sí misma o al menos indiferente.
2º.- Que el efecto inmediato o primero que se ha de producir sea el bueno y no el malo.
3º.- Que el fin del agente sea honesto, es decir, que intente el efecto bueno y se limite a permitir el malo.
4º.- Que el agente tenga causa proporcionada a la gravedad del daño que el efecto malo haya de producir.
Este desbarajuste pretende arreglarlo Frai Betto con Bernhard Haering, «afamado moralista católico », autoridad espúrea, mancillada por su oposición continuada y repugnante a Pedro.
Cuando Pablo VI promulgó la encíclica Humanae Vitae, Häring no sólo se opuso a ella defendiendo la contracepción, uniéndose al episcopado francés rebelde, sino que llegó a combatir como inmoral el método de la continencia periódica defendida por el Romano Pontífice. Citar a Häring es citar a un hereje. Häring pecaba contra la fe manifiestamente.
Mentira sobre mentira, adversativa sobre adversativa, poco a poco, va ocultando, minando la verdad católica de la defensa de la vida desde su concepción. Si hace falta introducir el concepto de «guerra justa» y la pena de muerte – pero ¿qué sabrá Frai Betto de la guerra justa y la pena de muerte, con todo su desarrollo teológico a través de los siglos? -, para atacar y opacar dicho principio. ¡Y se declara antiabortista, cuando precisamente intenta demostrar que la Iglesia ha sido abortista durante ciertos momentos de su historia!
Sin embargo todo lo anterior queda empequeñecido por el error teológico. Él nos desvela la realidad que se esconde bajo el hábito -¡ja!-. La ausencia de cualquier rastro católico en el fraile.
El juicio sobre el aborto es uno de los casos que muestra la historicidad de las opiniones morales donde lo que varían no son los principios, sino el conocimiento de los hechos, que se perfecciona a medida que avanza el tiempo. En cierta medida, el juicio sobre el feticidio estuvo condicionado por la filosofía natural. Pero no podemos olvidar que la Iglesia se separa de la filosofía natural de la época cuando enseña que Cristo tuvo su status hominis desde su concepción, precisamente lo contrario que en el resto de los hombres, donde « prius est vivum et postea animal et postea homo » (Summa theol. III, q. 33, a. 2, ad tercium ). Igualmente ocurre con el dogma de la Inmaculada Concepción, donde la Iglesia afirma y enseña que la Virgen estuvo libre de pecado original desde su concepción.
Éste es el error que fundamenta todo el discurso de Betto su incapacidad cristológica, su incapacidad para comprender que en Cristo, segunda persona de la Trinidad, hay dos naturalezas – humana y divina – y que se encarnó de María la Virgen, asumiendo la humanidad para salvar al hombre. Por eso es verdadero hombre y verdadero Dios. El aborto es un asesinato, donde se liquida a un inocente. El hombre es hombre desde su concepción. No es una cuestión que la ciencia pueda resolver.
Éste es el error que le hace escribir, con una falta de caridad, misericordia y piedad que la Iglesia «ni prescribe rituales fúnebres o el bautismo in extremis para los fetos abortados», olvidando que no son pocos los manuales de moral católica que recomiendan el bautismo in extremis para los fetos abortados, ¿acaso no se recomienda hacerlo con una jeringuilla? ¿Y qué sucede con el bautismo de deseo por parte de los padres? Escandaloso.
Para terminar, lo de siempre, lo mal que tratan estos tipos a los pobres, a pesar de que intentan defenderlos. El problema del aborto puede tener en las condiciones sociales injustas una de sus causas, pero no es condición necesaria. En España desde luego.
Dudo mucho que sean precisamente los pobres los que aborten a sus hijos, precisamente esas personas, carentes de medio a los que se les acusa de cargarse de hijos. ¿En qué quedamos?. El aborto es un mal, un mal expandido gracias a los frailes Bettos que han dedicado su vida y su obra a romper las ataduras morales existentes en la sociedad, los que han disuelto los principios morales en la nada, los que, en definitiva, han echado a la Iglesia de la sociedad dejando a las personas inermes frente al Estado.
La historia de estos frailes Bettos está por escribir, su apoyo a dictadores comunistas que no han hecho otra cosa que oprimir y empobrecer al pueblo. Ya va siendo hora que se haga, para que conozcamos las vergüenzas de aquellos que han convertido el ataque en una buena defensa, los mismos que han ayudado a expulsar a Cristo del corazón de los hombres; aquellos que, llamándose a sí mismos antiabortistas, no han hecho otra cosa que expandir y promover la cultura de la muerte.
]]>Forma extraordinaria de la Liturgia de la Iglesia
Introito. Salm 24, 15 -16,1-2
Oculi mei semper ad Dóminum, quia ipse evéllet de láqueo pedes meos: réspice in me, et miserére mei, quóniam únicus et pauper sum ego.Ps. 24. 1-2. Ad te, Dómine, levávi ánimam meam: Deus meus, in te confído, non erubéscam.v. Gloria Patri….
Mis ojos miran siempre al Señor, porque él librará del lazo mis pies; mírame, ¡oh Dios!, y apiádate de mí, porque me veo solo y desgraciado. Salmo. A ti, Señor, levanto mi alma; Dios mío, en ti confío, no quede yo avergonzado. v. Gloria al Padre.
Colecta.
Quaésemus, omnípotens Deus, vota humílium réspice: atque ad defensiónem nostram, déxteram tuæ maiestátis exténde. Per Dóminum….
Te rogamos, ¡oh Dios omnipotente!, mires los deseos de los humildes, y extiendas la diestra de tu majestad para defendernos. Por nuestro Señor.
Epístola Ef 5,1-9
Arrancados al poder del demonio, príncipe de las tinieblas, abracemos, en seguimiento de Cristo, una vida de caridad y de pureza, que ilumine con su luz a cuantos se hallen a nuestro lado.
Fratres: Estóte imitatóres Dei,sicut fílii caríssimi: et ambulate in dilectióne, sicut et Christus diléxit nos, et trádidit semetípsum pro nobis oblatiónem et hóstiam Deo in odórem suavitátis. Fornicátio autem et omnis immundítia aut avarítia nec nominétur in vobis, sicut decet sanctos:
aut turpitúdo aut stultilóquium aut scurrílitas quae ad rem non pértinet: sed magis gratiárum áctio. Hoc enim scitóte intelligéntes, quod omnis fornicátor aut immúndus aut avárus, quod est idolórum sérvitus, non habet hereditátem in regno Christi et Dei. Nemo vos sedúcat inánibus verbis: propter hæc enim venit ira Dei in fílios diffidéntiæ. Nolíte ergo éffici partícipes eórum. Erátis enim aliquándo
ténebræ: nunc autem lux in Dómino. Ut fílii lucis ambuláte: fructus enim lucis est in omni bonitáte et iustítia et veritáte..
Hermanos: Sed imitadores de Dios, como hijos muy amados. Vivid en el amor, como Cristo nos amó, y se ofreció a sí mismo a Dios por nosotros en oblación y hostia de olor suavísimo. Por tanto, la fornicación y toda clase de impureza, o avaricia, ni se nombre entre vosotros, cual conviene a los santos; ni palabras torpes y necias, ni truhanerías, ni bufonadas, lo cual desdice; sino, antes bien, acciones de gracias. Porque habéis de saber y entender que ningún fornicario, o impúdico, o avaro, lo cual viene a ser una idolatría, será heredero del reino de Cristo y Dios. Nadie os engañe con palabras vanas; pues por tales cosas vino la ira de Dios sobre los incrédulos No queráis, por tanto, tener parte con ellos. Porque en otro tiempo erais tinieblas; mas ahora sois luz en el Señor. Andad como hijos de la luz, pues el fruto de la luz consiste en toda bondad, justicia y verdad.
Gradual. Salm 9, 20.4
Exsúrge Dómine, non præváleat homo: iudicéntur gentes in conspéctu tuo. v. In converténdo
inimícum meum retrórsum, infirmabúntur, et períbunt a fácie tua..
Levántate, Señor, no prevalezca el hombre; juzgadas sean las naciones en tu presencia. V. Mis enemigos retroceden; tropiezan y perecen en tu presencia.
Tracto. Salm. 122, 1-3.
Ad te levávi óculos meos, qui hábitas in cælis.v. Ecce sicut óculi servórum in mánibus dominórum suórum. v. Et sicut óculi ancíllæ in mánibus dóminæ suæ: ita óculi nostri ad Dóminum Deum nostrum, donec misereátur nostri. v. Miserére nobis, Dómine, miserére nobis..
A ti levanto mis ojos, que habitas en los cielos. V. Como los ojos de los siervos están fijos en las manos de sus señores. V. Y como los ojos de la esclava en las manos de su señora; así lo están nuestros ojos en el Señor y Dios nuestro, hasta que se apiade de nosotros. V. Ten piedad de nosotros, Señor, ten piedad de nosotros.
Evangelio Luc 11,14-28
«Si por virtud de Dios arrojo$ los demonios, se sigue que el reino de Dios ha llegado a nosotros». Toda victoria contra el demonio es una extensión de ese reino celestial, tanto en nosotros como a nuestro alrededor.
jIn illo témpore : Erat Iesus ejíciens dæmónium, et illud erat mutum. Et cum ejecísset dæmónium, locútus est mutus, et admirátæ sunt turbæ. Quidam autem ex eis dixérunt: In Beélzebub príncipe dæmoniórum éjicit dæmónia. Et álii tentántes, signum de cælo quærébant ab eo. Ipse autem ut vidit cogitatiónes eórum, dixit eis: Omne regnum in seípsum divísum desolábitur, et domus supra domum cadet. Si autem et sátanas in seípsum divísus est, quómodo stabit regnum eius? quia dícitis in Beélzebub me eiícere dæmónia. Si autem ego in Beélzebub ejício dæmónia, fílii vestri in quo ejíciunt? Ideo ipsi iúdices vestri erunt. Porro si in dígito Dei eiício dæmónia: profécto pervénit in vos regnum Dei. Cum fortis armátus custódit átrium suum, in pace sunt ea quæ póssidet. Si autem fórtior eo supervéniens vícerit eum, univérsa arma ejus áuferet, in quibus confidébat, et spólia ejus distríbuet. Qui non est mecum, contra me est: et qui non cólligit mecum, dispérgit. Cum immúndus spíritus exíerit de hómine, ámbulat per loca inaquósa, quærens réquiem: et non invéniens, dicit: Revértar in domum meam unde exívi. Et cum vénerit, ínvenit eam scopis mundátam, et ornátam. Tunc vadit, et assúmit septem álios spíritus secum nequióres se, et ingréssi hábitant ibi. Et fiunt novíssima hóminis illíus peióra prióribus. Factum est autem, cum hæc díceret: extóllens vocem quædam múlier de turba, dixit illi: Beátus venter qui te portávit, et úbera quæ suxísti. At ille dixit: Quinímmo beáti qui áudiunt verbum Dei, et custódiunt illud.
En aquel tiempo: Estaba Jesús lanzando un demonio, el cual era mudo. Y, así que hubo lanzado al demonio, habló el mudo y se maravillaron las turbas. Mas algunos dijeron: Por arte de Belcebú, príncipe de los demonios, expulsa los demonios. Y otros, para tentarle, le pedían algún prodigio del cielo. Jesús, que veía sus pensamientos, les dijo: Todo reino dividido en bandos quedará destruido, y caerá casa sobre casa. Si Satanás está también dividido contra sí mismo, ¿cómo subsistirá su reino? Pues decís que lanzo los demonios en virtud de Belcebú. Y si yo lanzo los demonios por virtud de Belcebú, vuestros hijos, ¿por virtud de quién los lanzan? Por tanto, ellos mismos serán vuestros jueces. Mas si con el dedo de Dios lanzo los demonios, ciertamente el reino de Dios ha llegado ya a vosotros. Cuando un valiente armado guarda la puerta de su casa, está seguro todo cuanto posee. Mas si, asaltándole otro más fuerte que él, le venciere, le quitará todas sus armas, en que confiaba, y repartirá sus despojos. El que no está conmigo, está contra mí, y el que no recoge conmigo, desparrama. Cuando el espíritu inmundo ha salido de un hombre, anda por lugares áridos buscando reposo; y, no hallándolo, se dice: Volveré a mi casa, de donde salí. Y, tornando a ella, la encuentra barrida y adornada. Entonces va y toma consigo otros siete espíritus peores que él, y, entrando en ella, moran allí; y así, el estado de este hombre viene a ser peor que el primero. Así hablaba, cuando una mujer de en medio del pueblo levantó la voz y exclamó: ¡Dichoso el vientre que te llevó y los pechos que te amamantaron! Y él dijo: Dichosos más bien los que oyen la palabra de Dios y la practican.
San Lorenzo Extramuros, iglesia estacional, es una de las cinco basílicas patriarcales de Roma.
La misa de este domingo nos muestra a Jesús en lucha con Satanás, a quien derrota y expulsa del cuerpo de un poseso (evangelio). Ya en el comienzo de su ministerio se había medido con el demonio; en el momento de su Pasión entablará el debate supremo, que coronará su victoria: “He aquí que llega el príncipe de este mundo, mas no tiene ninguna parte en mí”. Él mismo resume toda su obra como una victoria definitiva sobre Satanás: “Ahora va a ser arrojado fuera el príncipe de este mundo; en cuanto a mí, cuando yo sea elevado sobre la tierra, atraeré hacia mí a todos los hombres”.
Así, pues, toda la misión de Jesús se presenta a nosotros como un combate y un triunfo sobre Satanás. En este tiempo de Cuaresma la Iglesia no podía dejar de subrayarlo. El primer domingo nos presentó el evangelio de la tentación. Hoy, Satanás, arrojado del cuerpo de un poseso, ve desvanecérsele el dominio usurpado. Caminamos hacia la Pasión y los bautismos de Pascua. Después de los exorcismos pronunciados sobre los catecúmenos, Cristo tomará posesión de las almas por él rescatadas.
La lucha contra el diablo prosigue en nosotros después del bautismo. Antes de conocer a Cristo, la humanidad, muda y ciega, era presa del demonio; pero abierta a su luz, fija la mirada sobre el Salvador y emprende, fortalecida con su gracia, caminos nuevos, lejos de las tinieblas del pecado (epístola).
Sobre Cristo vencedor del demonio: Mat 4, 1-11; 9,32-34; Luc 10, 17-20; Juan 12, 23-33; 14,30-31; 16, 5-11; Apoc 12,7-12; 20, 1- 10.
Sobre el desquite del espíritu inmundo: Hebr 6,4-8; 10, 26-31.
Sobre la venida del reino: Mat 3,1-3; 4,12-17; 11,3-5; Luc 10,1-12; 17,20-21. Ver también el 2º domingo de Adviento (el “Mesías de los pobres”).
Sobre la vida en la luz: Hech 26,17-18; 2 Cor 6,14-18; Ef 4,17 – 6,20, de donde está tomada la epístola del día: 1 Tes 5,4-11; 1 Pdr 2,9 – 12. Todos estos textos evocan el paso de la tinieblas del paganismo a la claridad del cristianismo. Ver también Mat 6,22-23; Juan 3,19 – 21; 12, 35-36; Rom 13,11-14; 1 Juan 1,5-7; 2,8-11. Caminando así a la luz, los cristianos llegarán a ser la luz del mundo (Mat 5,13-16), a ejemplo de su Maestro, que es la luz de las naciones (Is 42,6-7; 49,6 citado por Hech 13,46-47; Luc 2,29-32), la luz de los que vivían en las tinieblas (Is 9,1 citado por Mat 4,13-16; Luc 1,76-79), la luz del mundo (Juan 8,12; 12,46), la verdadera luz (Juan 1,1-14). Véase igualmente el 15 º domingo después de Pentecostés (la vida según el espíritu).
Lectura de la Biblia. Éxodo 12,1-39; 12,3-16; 14,5 – 15,19; 16,2 – 17,13; 19; 20, 1 – 24; 24; 31,18 – 32,35; 33,18 – 34,9; Levítico 16,2-22).
Misal diario y vesperal. XV edición.Dom Gaspar Lefebvre y los monjes benedictinos de la Abadía de San Andrés.Tr: P.Germán Prado y los monjes de la Abadía de Silos.
]]>Es oportuno referir literalmente las críticas que un Padre de la Comisión central preparatoria oponía a la demasiado florida descripción de la situación del mundo y de la situación de la Iglesia en el mundo. “No apruebo la descripción del estado actual de la Iglesia, realizada aquí con tanta exaltación, e inspirada en mi opinión más en la esperanza que en la verdad. ¿Por qué hablar de aumento del fervor religioso? ¿Con respecto a qué época se refiere? ¿No se deben tal vez tener en cuenta las estadísticas según las cuales la fe católica, el culto divino y las costumbres públicas decaen y se van arruinando? ¿No está acaso el estado general de las mentes alejado de la religión católica, estando separado el Estado de la Iglesia, la filosofía de la fe, la investigación científica de la reverencia hacia el Creador, y el desarrollo técnico del obsequio debido a la ley moral? ¿No padece quizá la Iglesia por la escasez del clero?
¿No están muchas partes de la Santa Iglesia cruelmente perseguidas por los Gigantes y Minotauros que se enorgullecen en el mundo o, como en China, conducidas al cisma? Nuestras misiones, plantadas y regadas con tanto celo y caridad, ¿no han sido acaso devastadas por el enemigo? ¿Acaso no es exaltado el ateísmo no ya sólo por los individuos, sino establecido (cosa absolutamente inaudita)por las leyes de naciones enteras? ¿No decrece proporcionalmente cada día el número de católicos mientras se expanden desmesuradamente Mahometanos y Gentiles? De hecho, nosotros, que hace poco éramos una cuarta parte del género humano, hemos quedado recudidos a un quinto. ¿Y no es acaso verdad que nuestras costumbres se paganizan a través del divorcio, le aborto, la sodomía y el culto al dinero?”. Y concluye afirmando que este diagnóstico procede humano more y en línea de consideración histórica, sin perjuicio de lo que la Providencia de Dios sobre la Iglesia pueda operar “más allá de la medida de los juicios humanos” y fuera de la potencia ordenada.
Iota Unum, Romano Amerio. Criterio Libros. Capítulo III, pág. 51. 1ª Reimpresión 2003
]]>El martes pasado en el programa “Semana Santa en Sevilla", que se emite en la televisión local Sevilla tv del grupo Vocento, se habló sobre unas jornadas organizadas por el Diario de León en la Colegiata de San Isidoro, en dicha localidad.
En el reportaje sobre León, los enviados por parte de la web pasionensevilla.tv, relacionada con dicho programa contaron que en León, las imágenes procesionales de Semana Santa no se encuentran en las Iglesias porque ¡los sacerdotes no lo permiten! Las imágenes se encontraban pues, en las dependencias de las distintas hermandades.
El hecho desde luego es, como mínimo, escandaloso. Las imágenes deben estar expuestas al culto público para fomentar, entre otras cosas, la piedad popular, especialmente en este momento histórico en el cual “Dios desaparece del horizonte de los hombres y, con el apagarse de la luz que proviene de Dios, la humanidad se ve afectada por la falta de orientación, cuyos efectos destructivos se ponen cada vez más de manifiesto “ (Carta de S.S. Benedicto XVI a los Obispos de la Iglesia Católica sobre la remisión de la excomunión de los cuatro Obispos consagrados por el Arzobispo Lefebvre).
Si alguien viendo la Semana Santa de León siente la llamada a la conversión a través de las imágenes y vuelva a buscarlas, ¿tendrá que ir a un cuarto donde se hallen, o a la Iglesia, donde deberían estar?
Dice el Catecismo que “la iconografía cristiana transcribe a través de la imagen el mensaje evangélico que la sagrada Escritura transmite mediante la palabra. Imagen y Palabra se esclarecen mutuamente” (CIC 1160).
La situación es aberrante desde luego. Que imágenes de Cristo y de su Madre no estén en la Iglesia es algo que no tiene nombre.
Para dispensa de los sacerdotes hay que tener en cuenta un hecho muy importante y es que, el pastor de la diócesis de León, no es otro que Julián López Martín, uno de los Obispos que más se ha significado contra el Motu Proprio Summorum Pontificum del Romano Pontífice Benedicto XVI.
En su libro “En el Espíritu y la Verdad”, D. Julián López Martín, nos habla sobre la renovación de los ejercicios piadosos, dándonos una visión sesgada de los mismos:
c) Orientación ecuménica: Se trataría de “evitar con cuidado toda clase de exageraciones que puedan inducir a error a los demás cristianos acerca de la verdadera doctrina de la Iglesia Católica” (MC 32). Pero no se trata solamente de salvar esta posible dificultad, sino de educar en la verdadera piedad al pueblo cristiano, sin desviaciones ni exageraciones en el fondo y en la forma que conduzcan a vana credulidad. La piedad popular tiene muchos valores, pero está sujeta también a algunos riesgos, como han señalado oportunamente los documentos del Magisterio eclesial, comenzando por el propio Pablo VI en la Exhortación Apostólica Evangelii Nuntiandi (cf. n.48).
Esto supone discernimiento pastoral y juicio teológico respecto de las prácticas piadosas, especialmente de aquellas en las que se mezclan el sentimiento religioso con la tradición y el folklore. Con la necesaria prudencia y la debida firmeza será preciso encauzar o reorientar los actos de devoción popular de acuerdo con la fe cristiana y los valores evangélicos, evitando también que sean manipulados desde instancias culturales, económicas y políticas” (En el Espíritu y la Verdad, tomo II, Introducción antropológica a la Liturgia, Ediciones Secretariado Trinitario, 1.994, cap. XII, pág. 469).
A primera vista parece que D. Julián López Martín tiene toda la razón y hace bien en señalar los peligros de la piedad popular. Sin embargo, ¿dice exactamente eso la Evangelii Nuntiandi? Veámoslo:
48. Con ello estamos tocando un aspecto de la evangelización que no puede dejarnos insensibles. Queremos referirnos ahora a esa realidad que suele ser designada en nuestros días con el término de religiosidad popular.
Tanto en las regiones donde la Iglesia está establecida desde hace siglos, como en aquellas donde se está implantando, se descubren en el pueblo expresiones particulares de búsqueda de Dios y de la fe. Consideradas durante largo tiempo como menos puras, y a veces despreciadas, estas expresiones constituyen hoy el objeto de un nuevo descubrimiento casi generalizado. Durante el Sínodo, los obispos estudiaron a fondo el significado de las mismas, con un realismo pastoral y un celo admirable.
La religiosidad popular, hay que confesarlo, tiene ciertamente sus límites. Está expuesta frecuentemente a muchas deformaciones de la religión, es decir, a las supersticiones. Se queda frecuentemente a un nivel de manifestaciones culturales, sin llegar a una verdadera adhesión de fe. Puede incluso conducir a la formación de sectas y poner en peligro la verdadera comunidad eclesial.
Pero cuando está bien orientada, sobre todo mediante una pedagogía de evangelización, contiene muchos valores. Refleja una sed de Dios que solamente los pobres y sencillos pueden conocer. Hace capaz de generosidad y sacrificio hasta el heroísmo, cuando se trata de manifestar la fe. Comporta un hondo sentido de los atributos profundos de Dios: la paternidad, la providencia, la presencia amorosa y constante. Engendra actitudes interiores que raramente pueden observarse en el mismo grado en quienes no poseen esa religiosidad: paciencia, sentido de la cruz en la vida cotidiana, desapego, aceptación de los demás, devoción. Teniendo en cuenta esos aspectos, la llamamos gustosamente “piedad popular", es decir, religión del pueblo, más bien que religiosidad.
La caridad pastoral debe dictar, a cuantos el Señor ha colocado como jefes de las comunidades eclesiales, las normas de conducta con respecto a esta realidad, a la vez tan rica y tan amenazada. Ante todo, hay que ser sensible a ella, saber percibir sus dimensiones interiores y sus valores innegables, estar dispuesto a ayudarla a superar sus riesgos de desviación. Bien orientada, esta religiosidad popular puede ser cada vez más, para nuestras masas populares, un verdadero encuentro con Dios en Jesucristo.
Es cierto que el Papa señala los límites de la religiosidad popular, pero comparados con las virtudes que encierra, podemos decir que no se equilibran ambos lados de la ecuación, como da a entender López Martín, especialmente si se tienen en cuenta estas maravillosas expresiones con las que S.S. Pablo VI se refiere a la piedad popular:
Refleja una sed de Dios que solamente los pobres y sencillos pueden conocer. Hace capaz de generosidad y sacrificio hasta el heroísmo, cuando se trata de manifestar la fe. Comporta un hondo sentido de los atributos profundos de Dios: la paternidad, la providencia, la presencia amorosa y constante. Engendra actitudes interiores que raramente pueden observarse en el mismo grado en quienes no poseen esa religiosidad: paciencia, sentido de la cruz en la vida cotidiana, desapego, aceptación de los demás, devoción.
Quizás el verdadero problema se encuentre en lo que el Obispo de León señala en la página 470 de dicho volumen:
Por consiguiente los actos de piedad deben adaptarse a estos ritmos e incorporar el espíritu de los distintos tiempos del año litúrgico. Si la educación en la fe y la catequesis, y la pastoral de los sacramentos, tienden hoy a desarrollarse siguiendo el gran itinerario eclesial que marca la celebración del misterio de Cristo en el año litúrgico, de la misma manera los ejercicios de piedad del pueblo cristiano deben asumir también esta referencia primordial. De hecho muchas prácticas nacieron de la liturgia o se situaron junto a ella de forma paralela
En la última frase queda todo esclarecido. La Semana Santa recibió toda su fuerza de la Liturgia de Trento, la que, precisamente, ahora el Romano Pontífice Benedicto XVI ha puesto en mano de los fieles con su Motu Proprio y sobre la cual ha manifestado sus reservas el Obispo de León.
No era el huevo, sino el fuero. El peligro no es la piedad popular. Los frutos los ha señalado muchas veces el Magisterio. El problema no se encuentra en las imágenes, sino en otro lugar.
Las imágenes a las Iglesias, como manda la piedad, que es, por otra parte, donde deben estar.
p.s. Y este video se lo dedico a D. Julián López Martín, Obispo de León.
]]>Así es. No es una trola, sino la pura realidad.
Mientras que en Andalucía hay casi ochocientas mil criaturas en el paro y en España se ronda los tres millones y medio de parados; mientras galopamos velozmente hacia los cuatro millones y medio según los gurús de la Economía, D. Manuel Chaves, en plena crisis, ha logrado duplicar sus ahorros.
Ahí está el tío.
A principios de Julio del año pasado, el presidente de la Junta de Andalucía, afirmaba que sus ahorros ascendían a 4.743’03 €, ciertamente una módica cantidad para los años que lleva D. Manuel sacrificándose por los andaluces, años de desgaste en la cosa pública que no están recompensados.
Sin embargo según informaba ayer el diario El Mundo, en su edición de Andalucía, en el último año, D. Manuel Chaves había duplicado su saldo en el banco de manera que ya contaba con 8.884’65 €: eso es dar ejemplo y lo demás son tonterías.
Mientras que desde la oposición no hacen más que lanzar un mensaje negativo y agorero sobre la situación en Andalucía, el jefe del Gobierno andaluz ha demostrado que Andalucía es la tierra de las oportunidades, como los Estados Unidos.
¿Qué Andalucía está mal? Pues peor está Angola…. ¿o es que el presidente de la Junta no ha demostrado en su propia persona que no hay crisis? Estos sí que son panes y peces, y no los de Federico…
Así que no lo duden, si su economía va mal, sigan el ejemplo de D. Manuel Chaves. Sus consejos le ayudarán a salir de la crisis. Sin ningún género de dudas.
]]>Y dirán que la mano del Coadjutor no se nota, pero lo cierto y verdad es que algo ha cambiado: esta noticia es una muestra de ello. Las cofradías por fin toman el lugar que les corresponden, el que tenían antaño y que hasta el día de hoy habían abandonado en manos de una vulgarización permitida desde ciertos lugares no muy lejanos a la calle San Gregorio, donde tiene su sede el Consejo de Cofradías.
La coherencia de vida es una exigencia de la fe, si se vive de forma distinta a la que se cree, se acaba creyendo como se vive. Las Hermandades tienen la exigencia de ser fermento en esta sociedad tan alejada de Dios. No era lógico que la única preocupación de las cofradías fuese el tiempo de paso por la carrera oficial, o los estrenos anuales.
El Hermano Mayor del Santo Entierro símplemente ha pedido coherencia al resto de hermanos, expresándolo con una claridad meridiana:
el Consejo o el Pleno de Hermanos Mayores deben posicionarse de manera contundente. Es fundamental que el Pleno haga un manifiesto o declaración de intenciones. Somos cristianos y no podemos quedarnos de brazos cruzados. Si no hacemos esto, es que somos unos cobardes
El aborto es un atentado contra la vida, que sólo a Dios pertenece. Las Hermandades como asociaciones que son de la Iglesia Católica, antiquísimas y de larga vida continuada, tienen que hacerse oir, salir del letargo en el que se encontraban.
Parece que han encontrado el camino. Justo con la llegada del Obispo coadjutor.
Laus tibi Dómine, Rex aetérnae glóriae
]]>III. LA COMUNION
El tercer elemento del sacrificio eucarístico es la participación a la víctima inmolada: la comunión. Una vez concluido el canon, comienza la preparación a la comunión con la recitación del Pater noster.
Según la forma extraordinaria el Pater ha de ser cantado (o recitado) solamente por el sacerdote. Esta práctica suele sorprender a los que no tienen costumbre de frecuentar el rito antiquior, pues en la forma ordinaria la recitación es común del sacerdote con los fieles.
Hemos de explicar que la reserva del padrenuestro al sacerdote es un uso antiquísimo y característico del rito romano. San Gregorio Magno en una de sus cartas explica que una de las diferencias entre el rito romano y los ritos orientales es que en Roma el pater es recitado solamente por el sacerdote (18). Existe también un testimonio más antiguo, de san Agustín (19).
Después del padrenuestro la hostia consagrada que hasta entonces estaba directamente sobre los corporales, se coloca sobre la patena dando así a entender que se acerca el momento del sagrado convite.
En la forma extraordinaria la comunión del sacerdote se produce antes y separadamente de la de los fieles. La explicación de ello se encuentra en el hecho que la primera es parte integrante del sacrificio: no puede haber misa completa si el celebrante no comulga de las especies que consagró. En cambio la comunión sacramental de los fieles aunque es muy deseable y recomendable no forma parte de la integridad de la misa.
Pero sin duda el elemento que más destaca en el modo de comulgar según la forma extraordinaria es el hecho de que los fieles reciban la comunión arrodillados y en los labios. Sin embargo, como para el latín o la orientación del altar, no es éste un elemento exclusivo del rito extraordinario. En la forma ordinaria también se contempla la comunión de rodillas y en la boca, que debería ser en teoría la regla general. Lo que ocurre es que la comunión en pié y en las manos se ha impuesto rápidamente como la norma en todas partes. El papa Benedicto XVI ha vuelto a introducir en las misas papales la manera tradicional de comulgar con la intención de recordar a todos que ésta sigue siendo la mejor manera para un católico de recibir la sagrada comunión.
La comunión de rodillas y en los labios
En el Evangelio Cristo amonesta a sus discípulos a unir la candidez de las palomas con la astucia de la serpiente. Así pues no pequemos de ingenuidad en un tema tan importante que toca el corazón del cristianismo: la eucaristía.
La comunión en la mano es una reivindicación del protestantismo. Invocando un uso primitivo
caído en desuso desde hacía siglos, los “reformadores” impusieran en sus iglesias la comunión en la mano. En dicha práctica veían un medio de combatir las expresiones de veneración hacia el santísimo sacramento, juzgadas supersticiosas. Como ejemplo, he aquí un fragmento de una carta de Bucero, dirigida a la jerarquía anglicana:
“No me cabe duda de que el uso de no dar a los fieles este sacramento en las manos ha sido
introducido en razón de una doble superstición: en primer lugar en razón del falso honor que se desea manifestar a este sacramento y en segundo lugar, en razón de la arrogancia perversa de los sacerdotes que pretenden tener una mayor santidad que el resto del pueblo de Cristo, en virtud del óleo de la consagración sacerdotal (…) Se puede permitir sin embargo que, durante un cierto tiempo y para aquellos cuya fe es débil, el sacramento les sea dado en la boca si así lo desean, ya que con tal que reciban una enseñanza apropiada, dichos fieles no tardarán en conformarse con el resto de la comunidad y recibirán el sacramento en la mano”.
Doble objeción a la comunión en los labios: por un lado ella afirma la creencia de que existe una diferencia esencial entre el pan y el vino consagrados y el pan y el vino ordinarios. Por otro lado, ella perpetua la creencia de que entre un sacerdote y un laico existe una diferencia esencial. Su solución consiste en dejar facultativa, durante un primer tiempo, la comunión en la mano, pero dicha opción deberá ir acompañada por una gran campaña de propaganda destinada a convencer rápidamente los fieles.
Es evidente que los alimentos de un cierto valor no se comen jamás con las manos. Lo único que se come con las manos es el pan ordinario y corriente. Ahora bien, en la sagrada forma después de la consagración no queda nada del pan ordinario y corriente (salvo las apariencias o accidentes). Lo que recibimos en la sagrada comunión no es un trozo de pan corriente, sino el verdadero Cuerpo de Nuestro Señor Jesucristo, oculto bajo las apariencias del pan.
Por eso es muy conveniente que la manera de tratar y de consumir la santa Eucaristía sea diferente de la que empleamos para comer un simple trozo de pan. De este modo expresamos de manera explícita al mismo tiempo que robustecemos nuestra fe en la presencia real y se evitan $confusiones y equívocos.
No se trata de que la lengua sea mas digna o menos que las manos o los pies. Se trata de poner de manifiesto que la santa Eucaristía no es un trozo de pan.
Es de señalar que tanto en oriente como en occidente el uso de dar a los fieles la comunión en la mano desapareció sin dejar trazas desde una época muy temprana. En la iglesia cismática ortodoxa la comunión en las manos sigue estando completamente prohibida. En la iglesia católica se ha introducido muy recientemente el uso facultativo de recibir la sagrada forma en las manos. ¿Una tal práctica está contribuyendo en nuestros días a rodear la Santa Eucaristía del respeto y del fervor que les son debidos? ¿Es que un cuidado y una atención particular son observados, sobre todo en lo que concierne a las partículas?… Todo aquel que pueda y quiera mirar la realidad de las cosas sabrá cómo responder a éstas preguntas. Bástenos citar el testimonio del cardenal Hume, arzobispo de Westminster durante una conferencia pronunciada ante la “Washington theological union” el 25 de junio de 1999:
“Por mi parte, quisiera compartir con muchos otros una inquietud concerniente la fe de nuestro pueblo en la presencia real de Cristo en la Eucaristía. La comunión en la mano, el desplazamiento del sagrario del centro del altar, la ausencia de genuflexiones, según mi experiencia, han debilitado el respeto y la devoción debidos a tan grande sacramento”(20).
Arrodillarse es un modo concreto de rendir a Jesucristo, presente en la hostia consagrada, un acto exterior de adoración antes de recibirlo en la santa comunión. Postración, genuflexión, inclinación… son maneras de expresar con nuestro cuerpo los sentimientos de adoración de nuestra alma.
En los evangelios encontraremos múltiples pasajes en los que aquellos que reconocen la divinidad de Jesucristo, de manera casi “automática” se prosternan a sus pies. Por ejemplo, los Magos de Oriente, el centurión, etc. Cristo mismo, para darnos ejemplo, cuando oraba lo hacía Prosternándose en tierra.
III PARTE: CONCLUSION
Tras la comunión la misa se concluye con la ablución de los vasos sagrados, la oración de
conclusión llamada postcommunio, la bendición final y el último evangelio.
El misal romano de S. Pío V prescribe de manera muy detallada el modo cómo deben recogerse las partículas y cómo han de purificarse el corporal, la patena, el ciborio y los dedos del celebrante.
Con el nombre de partículas se designan los fragmentos que se desprenden de las hostias después de la consagración; lo cual sucede sobre todo en el momento de la fracción. Dichas partículas deben ser consideradas como consagradas. La presencia real de Cristo se realiza en dichas partículas en tanto que las mismas conservan las cualidades y la apariencia del pan.
Es imposible determinar exactamente a partir de qué dimensión se puede y se debe considerar
una partícula como especie sacramental, por eso en la práctica hay que poner gran cuidado en no dejar caer ni perderse ninguna de dichas partículas, incluso las más pequeñas pues, como acabamos de decir, no puede determinarse con certeza a partir de qué dimensión una partícula deja de ser objeto de la presencia real.
El misal de Pablo VI ha simplificado las prescripciones del misal anterior, conservando sólo lo esencial. Es de lamentar que con frecuencia la simplificación haya degenerado en negligencia. La autoridad eclesiástica no ha cesado de recordar a los fieles el respeto y la veneración debidos a las partículas consagradas. (Por ejemplo declaración de la sagrada congregación para la doctrina de la fe, 2 de mayo 1972).
Terminadas las abluciones y vueltos a cubrir los vasos sagrados el celebrante abandona el medio del altar, pues la acción sacrificial ha terminado. Puesto en el lado de la epístola entona una oración conclusiva. Vuelve de nuevo al medio del altar desde donde una vez que el diácono (o él mismo) anuncia el final de la misa imparte a los fieles la bendición. Acto seguido se traslada al lado del evangelio donde recita, como oración de acción de gracias, el prólogo del evangelio de san Juan.
* * * * * *
La falta de tiempo nos impide prolongar nuestra “visita” y contemplar con más detalle éstas
últimas estancias, tan ricas y antiguas cómo las precedentes. Hoy solo podíamos efectuar una visita de turistas, un poco apresurada. Espero, sin embargo que haya servido para descubrir o para recordar la belleza y el valor de éste monumento espiritual y cultural que es la forma tradicional de la misa romana.
Con el motu proprio Summorum Pontificum Benedicto XVI ofrece a la Iglesia de mañana la posibilidad de aprovechar las riquezas de su pasado litúrgico. En medio del materialismo ambiente la liturgia tradicional aporta el sentido de lo sagrado. De cara al subjetivismo y al egocentrismo, la actitud de adoración. Frente a un naturalismo y un racionalismo que reduce y cierra los horizontes de la humanidad, la liturgia inmemorial abre las puertas a la trascendencia. No puedo terminar sin expresar mi agradecimiento a la asociación “Una Voce Sevilla”, que aporta con su labor una contribución valiosa al renacimiento litúrgico auspiciado por Benedicto XVI.
Gracias a todos.
18 Epistola IX, 12. Patrologia latina 77, 957
19 Serm. 58, 10, 12 Patrologia latina 38, 399 : « ad altare Dei quotidie dicitur ista dominica oratio et audiunt
illam fideles ».
20 Se sabe que el Papa Juan Pablo II era personalmente, opuesto a la comunión en la mano. He aquí sus declaraciones a la revista alemana Die Stimme des Glaubens durante su viaje apostólico a Fulda, en 1980: “Una carta apostólica que prevé que para ello hace falta una autorización especial ha sido escrita. Pero he de decirle que yo no estoy en favor de dicha práctica y tampoco la recomiendo. La autorización ha sido dada en razón de la insistencia particular de algunos obispos diocesanos”.
Fuente: Una voce Sevilla
]]>Una vez terminadas las lecturas (y el Credo si lo hubiere) dejamos atrás la misa de los catecúmenos
Durante los primeros siglos, cuando el catecumenado estaba en vigor, llegados a éste momento se despedía a los catecúmenos y en general a todos los no bautizados que habían podido asistir a la primera parte de la misa. La razón de esto hay que ponerla en el principio de que no se debía exponer el sancta sanctorum a los ojos y oídos indiscretos de cualquiera.
En ésta parte de la misa va a consumarse el sacrificio eucarístico, el cual como todo sacrificio se compone de tres momentos principales: la ofrenda de la víctima, su inmolación sobre el altar y la participación al sacrificio por medio de la comunión.
I. EL OFERTORIO
Como su nombre indica el ofertorio consiste en la ofrenda de la víctima.
Durante los primeros siglos el ofertorio consistía solamente en el gesto de ofrenda de la hostia y del cáliz. Se trataba de un rito minuciosamente reglamentado pero “mudo”.
Más tarde, durante la época carolingia, el desarrollo de la liturgia comporta que diversos ritos que hasta entonces se limitaban al gesto fuesen acompañados por oraciones que expliquen su significado.
Es entonces cuando se elaboran las oraciones de nuestro ofertorio. En ellas se expresa mediante palabras el sentido del gesto de ofrecer la hostia y el cáliz antes de su consagración. De hecho, una vez que las liturgias alcanzan un cierto grado de madurez ya no basta para empezar con la plegaria eucarística que las materias de pan y vino se hallen presentes en debida cantidad y calidad; es preciso que se coloquen con las ceremonias y oraciones correspondientes encima del altar, con lo cual entran ya en el movimiento oblativo que culminará en la consagración. Por eso lo que se ofrece a Dios no es el pan y el vino en si mismos, sino el cuerpo y la sangre de Cristo que dentro de poco se harán presentes sobre el altar bajo las apariencias de pan y vino.
La oración de ofrenda de la hostia Suscipe, sancte Pater es de origen galicano. El testimonio escrito mas antiguo que conservamos de ella data del año 877 (11).
La fórmula de ofrenda del cáliz Offerimus tibi Domine aparece escrita por vez primera en un sacramentario conservado en el monasterio de San Galo (Suiza) y que data de los siglos IX – X.
Estas oraciones las pronuncia el sacerdote en voz baja por tratarse de oraciones privadas nacidas (como ya hemos explicado) de la necesidad de acompañar los gestos con fórmulas que expliciten su significado (12).
Los autores de la reforma del misal en tiempos de Pablo VI no supieron apreciar el sentido y el valor de estas oraciones. Al debilitar el vínculo profundo entre ofertorio y consagración ya no vieron lógico llamar al pan Hostiam inmaculatam ni al vino Calicem salutaris.
Así que para reemplazar las oraciones del rito romano los reformadores buscaron otras en los demás ritos cristianos (tanto orientales como occidentales). Pero tuvieron que constatar que todas las tradiciones litúrgicas cristianas o no tenían oraciones de ofertorio (sólo el gesto mudo) o si las tenían su contenido era análogo al de las que querían cambiar.
Lo que hicieron entonces fue copiar unas oraciones judías para bendecir la comida. Esas son las oraciones del ofertorio en la forma ordinaria. En ellas se dan gracias a Dios por el pan y por el vino que es lo que se presenta a Dios.
Sin ánimo de polémica, creo que es muy de lamentar que se haya ignorado toda la tradición cristiana para reemplazarla por unas fórmulas judaicas en las que no aparece ninguna referencia a Cristo.
Durante el ofertorio tiene lugar un numeroso conjunto de ceremonias (incensaciones, bendición e imposición del agua, lavatorio de manos, signos de cruz, etc.) Faltos de tiempo no podemos detenernos en cada una de ellas. Vamos a considerar tan sólo uno de dichos ritos, que es propio de la forma extraordinaria. El celebrante, una vez ofrecida la hostia, la deposita directamente sobre los corporales. La patena no volverá a servir hasta la fracción y comunión. Este rito pone de manifiesto de forma simbólica la diferencia entre inmolación y comunión. El sacrificio (es decir, la consagración) se realiza directamente sobre el ara. Más tarde, cuando llega el momento de participar a la carne de la víctima inmolada se la coloca sobre la bandeja, es decir, la patena.
II. LA PLEGARIA EUCARISTICA O CANON ROMANO
Todas las liturgias de la misa contienen un momento central durante el cual se realiza el misterio de la eucaristía. Se trata de la oración o conjunto de oraciones durante las cuales tiene lugar la consagración del pan y del vino, transformándolos en el cuerpo y sangre de Jesucristo.
A esta plegaria eucarística los orientales la llaman anáfora. Los ritos orientales poseen múltiples anáforas que cambian según los tiempos litúrgicos. En cambio el rito romano se ha caracterizado por tener una sola plegaria eucarística invariable durante todo el año y que suele llamarse Canon, es decir: regla.
El Canon va precedido por el canto del Prefacio, el cual si es variable y cambia según las fiestas y los periodos del año. Al prefacio sucede el canto del Sanctus, himno majestuoso que proclama la santidad y la gloria de Dios uno y trino. Una vez apagadas las últimas melodías del Sanctus reina un silencio sagrado y el celebrante se presenta solo ante Dios.
El silencio durante el Canon
Uno de los ritos que más suelen sorprender a los que descubren el usus antiquior de la misa es el silencio con que se rodea la plegaria eucarística. Hasta aquí los asistentes a la misa habían tomado parte en las oraciones y ceremonias mezclando sus voces con las del celebrante. Ahora, tras los tres toques de campanilla que acompañan el Sanctus, el sacerdote se avanza solo y entra en el sancta sanctorum.
En el Templo de Jerusalén había un lugar especialmente sagrado, el santuario, que a su vez se
hallaba compuesto de dos estancias. La primera llamada el “Santo” donde mañana y tarde entraba el sacerdote que estuviese de turno para renovar el fuego del altar y quemar en él aceite
perfumado e incienso, mientras que el pueblo, convocado a son de trompeta, oraba en el atrio (13). La segunda estancia, más sagrada aún, era llamada el “santísimo” o el “santo de los santos”. Separada de la anterior por un velo o cortina, una sola vez al año entraba en ella el sumo sacerdote solo para ofrecer la sangre de la víctima inmolada (14).
Ahora, en la Nueva Alianza, también se avanza el sacerdote y se presenta solo ante Dios para
ofrecerle el sacrificio. El Canon de la misa o plegaria eucarística es el santuario en el que solo el
sacerdote puede penetrar.
He aquí el significado simbólico de éste silencio. El sacerdote pronuncia en voz baja la oración
consecratoria porque la santidad de este recinto sagrado, inaccesible para el pueblo, exige que en él reine un silencio absoluto. En el silencio debe el hombre acercarse a Dios.
Las liturgias orientales expresan ésta segregación de manera aún más dramática, mediante el uso del “iconostasio”. Se trata de un tabique que se alza entre el altar y la nave, más o menos a la altura donde en nuestras iglesias se sitúa el comulgatorio. El iconostasio tiene una o tres puertas a través de las cuales los fieles pueden ver el altar. Pero llegado el momento de la consagración las puertas se cierran, arrebatando a la vista de los fieles el altar y el sacerdote. Las puertas no volverán a abrirse hasta que la plegaria eucarística no haya terminado, antes de la comunión (15).
El silencio del canon cumple en la liturgia romana la misma función que el iconostasio en oriente: pone de manifiesto la sacralidad del momento y subraya la diferencia esencial entre sacerdocio común de los fieles y sacerdocio ministerial (16).
Los gestos y ceremonias durante el Canon de la Misa
El valor sacrificial de la Misa queda precisado y explicitado por una serie de ritos secundarios pero sin embargo indispensables: signos de cruz, inclinaciones, genuflexiones, etc. Todo ello pone de manifiesto que al pronunciar la plegaria eucarística el sacerdote no está realizando una simple lectura en la que rememora un hecho histórico del pasado, es decir la santa cena. Pronunciando la plegaria eucarística el sacerdote está realizando no una lectura sino una acción, es decir: un sacrificio. Con sus palabras el celebrante actualiza y hace presente de manera eficaz el sacrificio de Cristo (17).
Entre todos esos gestos sobresale la elevación de las especies consagradas. Precedida y seguida de la genuflexión del celebrante, acompañada del sonido de las campanillas y de la incensación si el rito es solemne, éste gesto de introducción relativamente tardía señala el momento culminante de la acción sagrada: Dios se hace realmente presente sobre el altar.
(11) Libro de oraciones de Carlos el calvo.
(12) Esta explicación es válida también para muchas otras oraciones que el celebrante pronuncia en voz baja, por ejemplo: al subir al altar, al lavarse las manos, mientras inciensa, etc. En cambio, el silencio durante el Canon o plegaria eucarística tiene una explicación diferente como explicamos mas adelante.
(13) Lucas 1, 8-11
(14) Hebreos 9, 1-7
(15) El iconostasio será más o menos opaco según los lugares, o el estilo artístico o por otros motivos. El símbolo es siempre el mismo: la segregación o separación en la cual consiste toda sacralidad.
(16) Por eso el rechazo de ésta práctica puede reposar sobre una concepción herética de la eucaristía o del
sacerdocio. Esto lo vieron claro los padres del concilio de Trento que en la sesión XXII sobre el sacrificio de la misa promulgaron el siguiente canon dogmático: “Si alguno dijere que el rito de la Iglesia Romana por el que parte del canon y las palabras de la consagración se pronuncien en voz baja, debe ser condenado, sea anatema” (conc. Trento, sess XXII, can. 9).
(17) Cf. A.M. Rouguet, « La somme théologique. Les sacrements », éd. la revue des jeunes, Paris 1946, pag. 376.
Fuente: Una Voce Sevilla
]]>La estructura de la misa se compone de dos grandes secciones. La primera es preparación y preámbulo de la segunda. Se la suele llamar “misa de los catecúmenos” porque durante los primeros siglos los catecúmenos, es decir los que se preparaban para recibir el bautismo, podían asistir a ella, mientras que desde que empezaba la segunda parte debían abandonar el templo. Por eso la segunda parte de la misa es llamada “misa de los fieles”, es decir: reservada a los fieles bautizados.
Siguiendo con nuestra comparación, la primera parte de la misa puede ser comparada a un atrio o cancel. Situado entre el exterior y la nave del templo, su función es facilitar la transición entre el trasiego exterior de la calle y la quietud religiosa del templo.
Esta estructura preparatoria se compone a su vez de dos elementos principales: los ritos preparatorios y las lecturas.
1. LOS RITOS PREPARATORIOS
Observemos el altar:
La cruz con el crucificado está colocada en el centro. La cruz de Cristo preside.
Esta disposición del altar, donde todo gira en torno a Cristo crucificado, tiene una gran fuerza simbólica. Cristo crucificado es el centro de la celebración. El sacerdote no es más que un mediador entre los fieles y Cristo.
Desde hace treinta años existe la “moda” de ornar los altares de forma asimétrica. Un ramo de flores a un lado y unos candelabros al otro. El centro del altar (el lugar de honor) queda vacío. No hay un punto focal sobre el que se concentre la atención.
Hasta que aparece el celebrante el cual, desde el principio al final, ocupa ésta plaza. Su persona focaliza la atención y la orientación física de la acción litúrgica. El inconveniente es que más que como mediador, la figura del celebrante sea percibida como la del protagonista de la acción litúrgica.
Digamos de paso que en la liturgia tradicional el crucificado o está en el centro del altar presidiéndolo o se lleva enprocesión acompañado por dos cirios encendidos.
El uso de un crucifijo como báculo es algo ajeno a la tradición litúrgica romana. Personalmente pienso que ésta ha podido ser una de las razones que han llevado a Benedicto XVI a abandonar el crucifijo de Pablo VI (usadotambién por Juan Pablo II, reemplazándolo por la férula (que es una cruz sin crucifijo).
El celebrante (ya sea simple sacerdote, obispo, cardenal o el mismo Papa) antes de acceder al altar se prepara con la confesión de sus pecados:
El Confiteor lo recita el celebrante profundamente inclinado delante del altar. Es decir: no en el altar, sino antes de subir a él. De hecho, el conjunto de oraciones preparatorias suelen ser llamadas Oraciones ante las gradas.
El altar según las normas del rito extraordinario debe estar elevado al menos sobre un escalón.
Esta norma de la arquitectura sacra es antiquísima y de rico significado:
La misma palabra “altar” (que es específicamente cristiana, los antiguos romanos lo llamaban “ara”), se deriva de “altus, -a”, es decir: lugar alto.
Si se tolera que los altares laterales o provisorios carezcan de la tarima prescrita, lo que no puede tolerarse es el altar “hundido”, al cual no se sube sino que se desciende…
Las rúbricas lo dicen claramente: el celebrante, tras haberse preparado ritualmente, sube al altar: Celebrans…ascendit ad médium altares (8). Toda la simbología bíblica de la montaña sagrada está detrás de éste gesto. El altar es como la montaña, lugar de encuentro con Dios. El Sinaí, el monte Carmelo, el Tabor, Pero también el Horeb donde Abraham subió para sacrificar a su unigénito Isaac, y sobre todo el Calvario, donde Cristo fue inmolado.
Historia:
En un principio la preparación ante el altar consistió solamente en una postración silenciosa. Este rito ha sido conservado el viernes santo.
En tiempos de Carlomagno se comienza a acompañar la acción con palabras. Aparecen las primeras fórmulas de oraciones ante las gradas, pero se las recitaba durante el camino de la sacristía al altar. El salmo “Iudica me” con su antífona “Introito ad altare Dei” aparece ya
atestado en el siglo X.
Poco a poco se impuso la práctica de recitarlo después de haber llegado al altar, sin duda para poder hacerlo con mayor tranquilidad y devoción.
En la Misa pontifical, el Obispo se pone el manipulo, que le presenta el diácono, después del Confiteor: Es un vestigio del uso primitivo: el manipulo era el último ornamento que se revestía porque se llevaba en la mano izquierda. Cuando pasó a llevarse sujeto al antebrazo se lo pudo revestir antes (es el orden en que lo hace el sacerdote). Pero en la misa pontifical se conservó éste vestigio.
Una vez en el altar, lo primero que hace el celebrante es besarlo, porque representa a Cristo y porque en su interior contiene reliquias de mártires. En la misa pontifical se conserva el uso más antiguo de besar también el libro de los santos evangelios: el obispo, después de subir al altar y besarlo, besa también el principio del evangelio del día en el evangeliario que le presenta el subdiácono.
A continuación, en la Misa solemne, se inciensa el altar. Se trata de otro signo de veneración, pero reservado al culto solemne: al igual que la música y el canto, la luz de los cirios, las flores, la belleza de los ornamentos… el incienso también contribuye a enaltecer la solemnidad del culto.
Durante la incensación se canta el Kyrie eleyson. (Si la Misa es rezada, el sacerdote los recita, alternando con los fieles). Se trata de una antiquísima letanía de origen oriental, como lo denota claramente el hecho de que se recen en griego y no en latín. Se sabe que en Roma ya se usaba este canto en el siglo V. En un principio, como lo atestigua el Ordo romanus I, no estaba fijado en número de veces que debía repetirse cada invocación, sino que se repetía cuantas veces hiciera falta hasta que el pontífice, después de venerar el altar, llegase hasta la cátedra. Pero ya en época carolingia el número de invocaciones quedó fijado en nueve: tres Kyrie, tres Christe y de nuevo tres Kyrie. El simbolismo trinitario es evidente.
Los ritos de preparación se terminan con la oración llamada Colecta Antes de recitarla el celebrante volviéndose hacia los fieles los saluda con la fórmula Dominis vobiscum. Este saludo se repetirá a lo largo de la misa cuantas veces haya que exhortar a la comunidad para que se sume a la oración del celebrante, o cuando se debe anunciar algo como por ejemplo, el final de la misa por medio del Ite missa est o la lectura del evangelio. En todas estas ocasiones, menos al principio del prefacio cuando ya está a las puertas del sancta sanctorum, el sacerdote besa primero el altar (para significar que la paz que desea es la que viene de Cristo) y se vuelve hacia los fieles, pues a ellos se dirige su saludo.
2. LAS LECTURAS
Normalmente en la forma extraordinaria se hacen dos lecturas: la epístola y el Evangelio. Sin embargo hay algunas Misas que contienen lecturas más numerosas: las Misas de Témporas o la Misa de la Vigilia Pascual.
En la actualidad suele pensarse que ésta parte de la misa tiene un valor y un sentido exclusivamente didáctico. Sin embargo, en cuanto forma parte de la acción litúrgica, la proclamación de las lecturas tiene también una innegable dimensión cultual. Esta dimensión se
resalta en la forma extraordinaria por medio de tres elementos: el canto de las lecturas, los ministros encargados de hacerla y las ceremonias que la acompañan.
El canto de las lecciones
En el rito romano existe, desde los tiempos más remotos, el uso de cantar las lecturas de la misa.
El texto sagrado no es objeto de una simple lectura dirigida a los fieles sino que, envuelto en melodía, se eleva también como plegaria ofrecida a Dios. Ambas dimensiones (didáctica y cultual) han de encontrarse presentes en la proclamación de las lecturas, so pena de desvirtuar su sentido litúrgico.
Las melodías más antiguas eran muy sobrias, prescindiendo de toda modulación de voz. Es el llamado tonos rectus llamado también tonos ferialis porque es el que se ha conservado para los días de feria y de penitencia, y que, con excepción de las preguntas, no admite cambio de tono.
Los ministros encargados de las lecturas
Que la proclamación de las lecturas durante la misa no tiene una finalidad puramente utilitarista, como medio de enseñanza religiosa, se pone también de manifiesto en que su ejecución ha sido confiada, desde el principio, a un clérigo determinado.
En los primeros siglos la lectura de la epístola era una función encomendada al lector. La forma extraordinaria del rito romano aún conserva éste uso en la misa cantada. Posteriormente (durante los siglos VII-VIII) el canto de la epístola fue encomendado al subdiácono, lo cual sigue siendo la norma para la misa solemne según el misal de Juan XXIII.
Las cuatro órdenes menores y el subdiaconado forman parte de las instituciones más antiguas de la iglesia romana. En una carta fechada en el año 251 el papa san Cornelio enumera todos éstos grados del orden sacerdotal:
“…Y no podía ignorar (Novaciano) que en Roma hay cuarenta y seis presbíteros, siete diáconos, siete subdiáconos, cuarenta y dos acólitos, cincuenta y dos entre exorcistas, lectores y ostiarios”.
San Cornelio enumera los siete grados del orden no cómo una innovación sino cómo algo ya conocido por todos en el momento en que escribe, es decir siglo III (9).
El canto del evangelio en la misa solemne corresponde al diácono, según una práctica ya atestada por las Constituciones apostólicas (10) (año 380). La preeminencia del evangelio queda así subrayada por el hecho que su canto se reserva al ministro sagrado más cualificado después del celebrante.
Las ceremonias que acompañan las lecturas
Como en el resto de la misa, también la recitación de las lecturas va acompañada de ritos y ceremonias que indican que se trata de una función sacra y cultual. Aunque no podemos aquí comentarlas todas, señalaremos sólo algunas de ellas:
Las ceremonias que acompañan el canto de la epístola son más simples que para el evangelio. El subdiácono va solo, el canto no es precedido de ninguna petición de bendición ni saludo a los fieles, el libro no es incensado ni acompañado de ciriales, etc. Solamente una vez terminado el canto, el subdiácono va a besar la mano del celebrante y recibe su bendición.
En contraste con esta relativa sobriedad el canto del evangelio ha revestido, desde muy antiguo, una mayor solemnidad. El evangeliario es llevado por el subdiácono en una pequeña procesión, rodeado de ciriales encendidos, acompañado del turiferario, etc. Antes de cantar el texto el diácono inciensa el libro. Durante el canto del evangelio, todos (incluso el celebrante) se vuelven hacia el lugar donde está siendo cantado. Una vez terminado el canto, el subdiácono lleva el libro al celebrante para que lo bese.
En la misa rezada todas éstas ceremonias son reducidas y adaptadas a una celebración sin canto y sin ministros sagrados. Tras la lectura de la epístola (y de las piezas intermedias: Gradual, Aleluya) por el celebrante se traslada el misal en una “miniprocesión” al otro extremo del altar, que recibe por ello el nombre de “lado del evangelio”.
No tenemos aquí tiempo suficiente para explicar los motivos históricos ni para exponer las interpretaciones alegóricas y simbólicas que justifican el lugar desde donde se recitan cada una de las lecturas. Digamos solamente que en la forma extraordinaria del rito romano el centro del altar (donde se encuentra el ara o piedra consagrada) queda reservado a la parte estrictamente sacrificial de la misa (desde el ofertorio a la comunión). En cambio durante los ritos preparativos y conclusivos el celebrante suele ocupar los extremos del altar. Es una manera de poner de relieve, a través del lenguaje de los símbolos, la diferente naturaleza de las partes de la misa.
(8) Ritus servandus in celebratione Missae IV, 1.
(9) A pesar de su venerable antigüedad las ordenes menores de acólito, exorcista, lector y ostiario, así como el
orden mayor de subdiácono fueron suprimidos de la disciplina común por el papa Pablo VI quien las reemplazó por los llamados « ministerios laicales » de lector y acólito (Pablo VI, m.p. Ministeria quaedam, 15-8-1972)
(10) Const. Apost. Libro II, 17
Fuente: Una Voce Sevilla
]]>SACRIS SOLEMNIIS
UN RECORRIDO POR LAS CEREMONIAS DE LA MISA, HISTORIA, SIGNIFICADO Y ACTUALIDAD DE LA FORMA EXTRAORDINARIA DEL RITO ROMANO
Conferencia pronunciada por el Rvdo. P. D. José Calvín Torralbo (FSSP) en la ciudad de Sevilla, el 4 de enero de 2009, festividad del Santísimo Nombre de Jesús.
Todo aquel que se acerca sin prejuicios y con un mínimo de interés a la liturgia tradicional, experimenta una sensación análoga a la que se siente al visitar una de las numerosas y antiguas catedrales que jalonan nuestra geografía.
No es lo mismo y no tiene nada que ver con la visita de un museo. El museo es una colección de objetos muertos, retirados de la vida. Nada siente el alma al entrar en un museo, si no es la melancolía de lo pasado.
Por el contrario la liturgia inmemorial es una realidad viva hoy como ayer. Sus palabras y sus ritos nos ponen en contacto con las pasadas generaciones y suscitan en el alma del creyente un sentimiento de “comunión” con la Iglesia de todos los tiempos.
Porque el rito que vamos a recorrer no ha sido la obra ni de un solo hombre ni de un solo día. En palabras de Pablo VI, “la ordenación general (del misal de S. Pío V) remonta, en lo esencial, a S. Gregorio Magno” (1). El cardenal Ratzinger (hoy Benedicto XVI) explica que, de hecho, no existe una liturgia tridentina y que esta expresión no era usada por nadie antes de 1965. Y añade que, en sentido estricto, tampoco existe un Misal de san Pío V. El Misal publicado en 1570 por orden de S. Pío V, salvo en pequeños detalles no se diferencia en nada del primer misal impreso un siglo antes, el cual a su vez era copia de los misales manuscritos usados en la curia romana (2).
En su célebre libro “El sacrificio de la Misa” el gran liturgista Jugmann decía:
“La ejecución de esta obra (la liturgia de la Misa) ha sido un proceso de lenta evolución que ha durado muchos siglos. De ahí que, lo mismo que un edificio construido a lo largo de centurias, la liturgia de la Misa, ni en su conjunto ni en sus diversas partes, presenta una idea simple arquitectónica. (…) Podríamos compararla a un vetusto y milenario castillo que, con sus tortuosos pasadizos y angostas escaleras, con sus altas torres y extensos salones, causa extrañeza a quien lo visita. Sin duda es más fácil vivir en un moderno chalecito. Pero hay en la vetustaconstrucción un aire de nobleza incomparable. En sus muros alientan ideales arquitectónicos de muchas generaciones, junto a la herencia espiritual de los siglos pasados.” (3)
Vamos pues a comenzar nuestro “recorrido” por éste edificio venerable, legado de nuestros mayores, cuyas puertas han sido reabiertas a todos por el Papa Benedicto XVI para que nuestra generación tenga la posibilidad de conocer el patrimonio litúrgico que nos transmitieron nuestros mayores.
La visita de un edificio comienza por el exterior. La fachada es lo primero que aparece a nuestra vista, y nos da una idea del edificio que vamos a visitar.
La fachada de la liturgia clásica se compone de dos elementos: por un lado el latín; por otro la orientación del altar.
Es curioso que, en teoría, ninguno de éstos dos elementos son exclusivos de la forma extraordinaria. En teoría la misa de Pablo VI puede ser celebrada en latín y de cara al altar. Pero una tal práctica es inusitada. De manera que el uso del latín y la celebración de cara al altar son los elementos que “saltan a la vista” y que permiten a la masa de los fieles identificar la forma extraordinaria respecto a la forma ordinaria.
LA ORIENTACION DEL ALTAR
La posición del altar y la dirección adoptada por el celebrante y los fieles durante el culto litúrgico es una cuestión de plena actualidad en el debate teológico y litúrgico. Ya han pasado los años durante los cuales la celebración versus populum se impuso sin posibilidad de debate, hasta el punto que fueron acalladas voces tan autorizadas como las de Jungmann, L. Bouyer, e incluso Ratzinger, que ya en los años sesenta se elevaron contra la generalización de ésta práctica.
Cada vez parece mas urgente la “recuperación” del carácter sacrificial de la Misa, eclipsado con frecuencia en la pastoral litúrgica de los últimos años, en favor de una concepción de la Misa reducida a un festín, o aun encuentro fraternal. Se va extendiendo en amplios sectores la necesidad de resaltar el doble aspecto de la Eucaristía, que es un sacrificio además de un sacramento. De hecho en la sagrada Eucaristía no solo se contiene y se recibe a Cristo (eucaristía-sacramento), sino que además en ella el mismo Cristo es ofrecido en holocausto por la salvación del mundo ( eucaristía-sacrificio = Misa)
Las nociones de “sacrificio” y de “sacramento” son diferentes entre sí, aunque las dos pertenecen al ámbito de lo religioso.
El sacrificio consiste principalmente en una ofrenda que el hombre hace a Dios. El sacramento, en cambio, consiste en un don que Dios hace al hombre.
Los sacramentos han sido instituidos por Dios para los hombres, se administran a los hombres, etc. En cambio el sacrificio es sólo para Dios.
Cuando celebra la Misa, el sacerdote está ofreciendo un sacrificio a la divinidad, por eso se coloca en el altar vuelto hacia el Señor y no hacia los fieles.
En cambio, cuando administra los sacramentos (p.ej.: cuando da la comunión, o bautiza) el sacerdote se vuelve hacia los fieles.
La posición del sacerdote de cara al pueblo es menos expresiva de la verdadera naturaleza de la Misa. Los fieles acaban pensando que en dicho acto de culto ellos son los protagonistas, que el sacerdote se dirige a ellos, que la Misa es ofrecida a ellos y no por ellos, lo cual es falso.
Decir, como se oye con frecuencia, que en el rito tradicional el sacerdote celebra dándole la
espalda al pueblo, es inexacto. No se trata de darle la espalda a nadie, sino de volverse todos
juntos hacia el Señor.
Todos los asistentes (incluso el sacerdote) se vuelven hacia el Señor. Esto es lo que ocurre
espontáneamente cada vez que un grupo de personas se reúnen para atender a una realidad
distinta de ellos mismos. En el cine o en el teatro todos se sientan mirando a la pantalla o al
escenario. A nadie se le ocurre decir que los espectadores se han sentado de espaldas los unos a
los otros… Lo que interesa a todos es la pantalla o el escenario, por eso todos la miran. Si uno de los espectadores se sentara mirando a la sala, quien estaría sentado de espaldas sería él: De
espaldas a la pantalla, que es lo que atrae y congrega a los espectadores de una sala de cine o
teatro.
A las razones de sentido común que acabamos de exponer se añaden otras de carácter litúrgico e histórico.
Se sabe con certeza que ya alrededor del ano 200 (y probablemente ya desde el comienzo del siglo II), tanto en oriente como en occidente, los cristianos oraban vueltos hacia el oriente, hacia el sol naciente. El testimonio de Orígenes (muerto hacia el 253) es formal, y muestra como incluso en caso de conflicto, la orientación versus orientem debe prevalecer. He aquí su texto (4) :
“Nos queda por hablar aún de la dirección celeste hacia la cual conviene mirar durante la oración. Hay cuatro puntos cardinales: norte, sur, este y oeste; ¿Quien no reconocerá que conviene orar hacia el este, como símbolo, para que el alma se oriente hacia la aparición de la luz verdadera?. Si las puertas de la casa se abren hacia otra dirección, y alguien quiere orar vuelto hacia esta apertura de la casa afirmando que el cielo libre es mas atractivo para nuestras miradas que el muro – en el caso en que, por azar, la casa no tenga ninguna apertura hacia el oriente- habrá que replicar lo siguiente: las casas disponen de aperturas según la voluntad arbitraria de los hombres, mientras que el oriente es más digno que los otros puntos cardinales por la obra misma de la naturaleza.
Así pues, hemos de preferir lo que la misma naturaleza ha creado a aquello que ha sido construido arbitrariamente”.
La ley de la orientación de la oración preside en la Iglesia antigua no sólo la oración privada, sino también la oración pública y la arquitectura de los edificios sagrados. Los testimonios relativos a la orientación en el culto, abundan sobre todo en oriente. Como ejemplo citaremos a S. Juan Damasceno (5):
“No es por simplismo o por azar que oramos vueltos hacia oriente… Puesto que Dios es luz inteligible y que en la Escritura Cristo es llamado Sol de justicia y Oriente, para darle culto es necesario volverse al oriente. La Escritura dice: Dios plantó un jardín en Edén, al oriente, y allí colocó al hombre que había plasmado. Buscando la antigua patria y tendiendo hacia ella, rendimos culto a Dios. También la tienda de Moisés tenía el propiciatorio vuelto hacia el oriente. Y la tribu de Leví, que era la más insigne, acampó en la parte vuelta hacia oriente. En el templo de Salomón la puerta del Señor se hallaba vuelta hacia oriente. Finalmente, el Señor clavado en la cruz miraba hacia occidente y por eso nosotros nos postramos hacia oriente, mirando hacia El. En el momento de ascender al
cielo fue elevado hacia el oriente, así lo adoraron los discípulos y así vendrá de nuevo, en el mismo modo en que lovieron subir al cielo. Como lo dijo el mismo Señor: “Como el relámpago que sale del oriente y brilla hasta el occidente, así será la venida del Hijo del hombre” (Mat. 24, 27). Por eso, esperando su venida, nos postramos mirando hacia oriente. Se trata de una tradición no escrita, que se deriva de los Apóstoles”.
En razón de ésta práctica antiquísima las iglesias primitivas eran construidas, en general, con el
altar mirando hacia el oriente. Esta orientación del altar se señaló muy pronto por medio de una cruz en el muro. Cuando por una serie de razones de índole práctica, que no podemos detenernos a explicar, ya no se tuvo en cuenta la orientación geográfica del ábside, el principio de la oración orientada hacia el Señor siguió siendo observado: La cruz puesta en el centro de todo altar, es el foco sagrado sobre el que se centra todo el culto litúrgico.
Los trabajos históricos y litúrgicos más recientes (6) ponen de manifiesto que la idea de un cara a cara entre el celebrante y la asamblea (desconocida en la iglesia primitiva) se remonta a Lutero, quien en su opúsculo Deutsche Messe (La Misa alemana) se expresa así:
“Conservaremos los ornamentos sacerdotales, el altar y las velas… hasta que nos convenga cambiarlos. Pero en la verdadera misa, entre verdaderos cristianos, será necesario que el altar no quede como está y que el sacerdote se vuelva siempre hacia el pueblo, como sin duda lo hizo Cristo durante la cena”.
Hoy en día sabemos que en tiempos de Cristo y aún siglos más tarde, se empleaba una mesa en
forma de U (en semicírculo). La parte delantera quedaba libre para permitir servir los diferentes
platos. Los convidados estaban sentados o recostados detrás de la mesa semicircular. El sitio de honor no estaba, como pudiera pensarse, en el centro sino a la derecha (in cornu dextro).
Pero el verdadero motivo del fundador del protestantismo no es histórico, sino teológico. Al
rechazar que la misa sea un verdadero sacrificio, la eucaristía se reduce a su dimensión de sacramento: la comunidad se reúne, hace memoria de Cristo y recibe la comunión. Pero nada de sacrificio ofrecido a Dios.
Por lo tanto es lógico que se suprima el altar y se lo reemplace por una mesa, en torno a la cual se celebra el banquete ritual…
LA MISA DICHA EN LATIN
Cambiar de lengua es cambiar de país.
El hecho que en el templo se emplee una lengua distinta de la que empleamos en nuestra vida
cotidiana, debe hacernos comprender que cuando entramos en el templo entramos en otra patria.
Dejamos la “ciudad terrestre” para entrar en el cielo que es nuestra verdadera patria. La liturgia terrestre es una anticipación o una imagen de la liturgia celeste.
Cambiar de lengua es un signo que nos recuerda que al entrar en la iglesia hemos de abandonar nuestros pensamientos mundanos, nuestros intereses terrestres. En una palabra: hemos de cambiar de patria.
Además, el latín es una lengua sagrada.
Las cosas sagradas son aquellas cosas que han sido “separadas”, “puestas a parte” y destinadas al servicio y culto de Dios.
El latín cumple perfectamente la función de lengua sagrada, excluida del uso cotidiano y empleada casi exclusivamente para alabar, bendecir y dar culto a Dios. Por ello el papa Pablo VI decía con razón que el latín es una lengua angélica.
Es cierto que en nuestros días no faltan quienes nieguen la posibilidad misma de una lengua sagrada, al reducir la utilidad del lenguaje a la comunicación interpersonal. Pero esta objeción se inscribe en una crítica más general, que niega todo sentido dentro del cristianismo a la distinción entre “sagrado” y “profano”. Aceptar dicho punto de vista equivale a oponer religión y cristianismo como dos realidades opuestas, con la consiguiente reducción del cristianismo a una dimensión terrestre y horizontal, sin apertura a la trascendencia.
En su constitución apostólica Veterum Sapientia el papa Juan XXIII expone muchas de las cualidades y valores de la lengua latina. Dice el Pontífice que el latín es la lengua católica. En efecto el latín es al mismo tiempo la lengua de todos los fieles en común y de ninguno en particular. Por eso es la lengua de la Iglesia.
La Biblia nos enseña que la división de las lenguas fue la consecuencia del pecado de los hombres. Usando un solo lenguaje universal y común, la liturgia cristiana prefigura y anuncia la concordia y la unidad del género humano en la Jerusalén celestial.
Dice también Juan XXIII que el latín no es una lengua vulgar sino por el contrario una lengua llena de nobleza y majestad.
Y ello en primer lugar porque el genio humano la ha ennoblecido con su sello usándola como instrumento en la producción de obras maestras de la literatura universal, patrimonio cultural de toda la humanidad.
Además de ello el latín es una lengua concisa que, debido a su construcción gramatical, cincela el lenguaje otorgándole una cadencia y un vigor inigualables. El latín es una lengua de frases Lapidarias
Por último, con el uso del latín la Iglesia proclama su romanidad. La lengua que nació y se desarrolló en la región del Latium, cuya capital es Roma, manifiesta que la Iglesia universal es romana, fundada sobre Pedro y sus sucesores, los obispos de Roma.
Universalidad, unidad, sacralidad, cultura, romanizad… He aquí algunos de los preciosos valores que nos transmite el latín. Esta lengua augusta no merece hallarse hoy en día en el banquillo de los acusados. Y mucho menos que sus acusadores sean los católicos, para quienes ha sido y es la lengua (7)
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(1) Pablo VI, Constitución apostólica Missale Romanum, 3 abril 1969.
(2) Josph Ratzinger, La célébration de la foi, éditions Téqui, Paris 1995.
(3) Jungmann, El sacrificio de la Misa, B.A.C., Madrid 1963, pag. 15-16
(4) De oratione, 32
(5) Exposición sobre la fe ortodoxa, IV, 12
(6) Se puede consultar, por ejemplo, Uwe Michael Lang « Se tourner vers le Seigneur », éditions ad solem, Ginebra
2006, pag. 61-82.
(7) A pesar de que en nuestros días sea lícito y legítimo celebrar la misa en lengua vulgar, no se han de olvidar las
intervenciones del Magisterio:
Por ejemplo:, Concilio de Trento (sesion XXII, can. 9): “Si alguno dijere (…) que sólo debe celebrarse la Misa en lengua vulgar (…), sea anatema”.
El Papa Pío VI en la bula “Auctorem fidei ” :
“La proposición que afirma que sería contra la práctica apostólica y los consejos de Dios, si no se le procuraran al pueblo modos más fáciles de unir su voz a la voz de toda la Iglesia entendida de la introducción de la lengua vulgar en las preces litúrgicas, es falsa, temeraria, perturbadora del orden prescrito para la celebración de los misterios y fácilmente causante de mayores males”.
Fuente: Una Voce Sevilla
]]>Tras las declaraciones de Williamson negando las cámaras de gas – no el holocausto -, el Cardenal Mahoney, de los Ángeles, salta a la palestra con otras en una entrevista (aquí, aquí y aquí) que son muy graves porque atañen a la doctrina de la Iglesia:
Ann Scolari: ¿Que opina usted sobre la Misa Tridentina?
Cardenal Mahony: Ann: La Misa Tridentina se pretendía que fuera para aquellos que no hicieron la transición desde el latín al inglés [o a otras lenguas] después del Concilio. Pero en ella no hay participación del pueblo, y no creo que infunda el Espíritu de Cristo en nosotros.
Patéticas, injustas e impías las palabras de todo un cardenal de la Iglesia. Otros han comentado la noticia mejor que yo, por lo que volver a decir lo mismo es algo superfluo.
Sin embargo, si queda una cosa por decir y es que hasta aquí hemos llegado. Es intolerable que se permitan estos excesos. Si a Williamson se le ha echado a los leones por una cuestión que no es de fe, sino histórica, ¿a dónde hay que mandar a Mahoney?
¿Es que acaso le vamos a dar más importancia a un tema histórico, que no atañe a la fe de la Iglesia, que a otro doctrinal?
Otros antes:
]]>Forma extraordinaria de la Liturgia de la Iglesia
Introito. Salm 90, 15 -16,1
Invocábit me, et ego exáudiam eum: erípiam eum, et glorificábo eum: longitúdine diérum adimplébo eum.Ps. Qui hábitat in adiutório Altíssimi: in protectióne Dei cæli commorábitur.v. Glória.
Si me invoca, yo le escucharé; le libraré y le glorificaré; le llenaré de dilatados días. Salmo. Dichoso el que mora al abrigo del Altísimo, el que descansa a la sombra del Omnipotente. v. Gloria al Padre.
Colecta.
Deus, qui Ecclésiam tuam ánnua quadragesimáli observatióne puríficas: prǽsta famíliæ tuæ: ut, quod a te obtinére abstinéndo nítitur, hoc bonis opéribus exsequátur. Per Dóminum nostrum.
¡Oh Dios!, que purificas a tu Iglesia por la observancia anual de la cuaresma: concede a tu familia que cuanto desea obtener de ti por la abstinencia, lo consiga con las buenas obras. Por nuestro Señor.
Epístola. 2 Cor 6,1-10
Exhortación apremiante a no recibir en vano la gracia de Dios. San Pablo, que nos la dirige, describe su propio combate, el cual terminará con la victoria por los méritos de Cristo.
Fratres: Exhortámur vos, ne in vácuum grátiam Dei recipiátis. At enim: Témpore accépto exaudívi te, et in die salútis adiúvi te. Ecce nunc tempus acceptabile, ecce nunc dies salútis. Némini dantes ullam offensiónem, ut non vituperétur ministérium nostrum: sed in omnibus exhibeámus nos metípsos sicut Dei minístros, in multa patiéntia, in tribulatiónibus, in necessitátibus, in angústiis, in plagis, in carcéribus, in seditiónibus, in labóribus, in vigíliis, in ieiúniis, in castitáte, in sciéntia, in longanimitáte, in suavitáte, in Spíritu Sancto, in caritáte non ficta, in verbo veritátis, in virtúte Dei, per arma iustítiæ a dextris et a sinístris: per glóriam et ignobilitátem: per infámiam et bonam famam: ut seductóres et veráces: sicut qui ignóti et cógniti: quasi moriéntes, et ecce vívimus: ut castigáti et non mortificáti: quasi tristes, semper autem gaudéntes: sicut egéntes, multos autem locupletántes: tamquam nihil habéntes et ómnia possidéntes.
Hermanos: Os exhortamos a que no recibáis en vano la gracia de Dios. Porque él dice: Te oí en el tiempo oportuno, y en el día de la salvación te ayudé. Ha llegado ahora el tiempo favorable, ha llegado el día de la salvación. No demos a nadie ocasión de escándalo, para que no sea vituperado nuestro ministerio. Antes en todo mostrémonos como ministros de Dios, con mucha constancia en las tribulaciones, en las necesidades, en las angustias, en los azotes, en las cárceles, en las sediciones, trabajos, vigilias y ayunos; con castidad, ciencia, paciencia y suavidad, por el Espíritu Santo, con caridad sincera, con palabras de verdad, con fortaleza de Dios, con las armas ofensivas y defensivas de la justicia, en el honor y el deshonor, en la infamia y en la buena fama; ya nos tengan por impostores siendo verídicos; por desconocidos, aunque muy conocidos, por casi moribundos, cuando en realidad estamos vivos; cual castigados, pero no muertos; como tristes, estando siempre alegres; como necesitados, aunque hemos enriquecido a muchos; como gentes que de todo carecen cuando todo los poseemos.
Gradual. Salm 90, 11-12
Ángelis suis Deus mandávit de te, ut custódiant te in ómnibus viis tuis. v. In mánibus portábunt te, ne umquam offéndas ad lápidem pedem tuum.
Dios mandó a sus ángeles que te guarden en todos tus caminos. v. Te llevarán en sus manos, no sea que tropiece tu pie en alguna piedra.
Tracto. Salm. 90, 1-7.11-16.
Cántico lleno de promesas. Quien confía en Dios nada ha de temer.
Qui hábitat in adjutório Altíssimi, in protectióne Dei cæli commorábitur. v. Dicet Dómino: Suscéptor meus es tu et refúgium meum: Deus meus, sperábo in eum.v.Quóniam ipse liberávit me de láqueo venántium, et a verbo áspero. v. Scápulis suit obumbrábit tibi, et sub pennis eius sperábis. v. Scuto circúmdabit te véritas eius: non timébis a timóre noctúrno. v. A sagítta volánte per diem, a negótio perambulánte in ténebris, a ruína et dæmónio meridiáno. v. Cadent a látere tuo mille, et decem míllia a dextris tuis: tibi autem non appropinquábit. v. Quóniam Angelis suis mandávit de te, ut custódiant te in ómnibus viis tuis. v. In mánibus portábunt te, ne umquam offéndas ad lápidem pedem tuum.v. Super áspidem et basilíscum ambulábis, et conculcábis leónem et dracónem.v. Quóniam in me sperávit, liberábo eum: prótegam eum, quóniam cognóvit nomen meum. v. Invocábit me, et ego exáudiam eum: cum ipso sum in tribulatióne. v. Erípiam eum et glorificábo eum: longitúdine diérum adimplébo eum, et osténdam illi salutáre meum.
El que mora al abrigo del Altísimo, el que descansa a la sombra del Omnipotente.v. Ése dice al Señor: Tú eres mi refugio, mi fortaleza, mi Dios, en quien confío.v. Dí, es él quien te librará del lazo del cazador y de las palabras mortíferas. V. Bajo sus alas te cubrirá y bajo sus plumas hallarás cobijo. v. Su fidelidad es un escudo, una coraza. No temerás los terrores de la noche. v. Ni la flecha que vuela de día, ni la peste que camina en las tinieblas o el contagio que hiere a plena luz. v. Caerán mil a tu lado, y a tu derecha diez mil; nada llegará hasta ti. v. Porque el Señor ha dado a sus Ángeles la misión de guardarte en todos tus caminos. v. Ellos te llevarán en sus manos, no sea que tu pie tropiece en alguna piedra. v. Caminarás sobre áspides y víboras, hollarás con tus pies al león y al dragón. v. Porque se ha acogido a mí, yo le libraré; le protegeré puesto que conoce mi nombre. v. Si me llega a invocar, le escucharé; en la desgracia me encontraré junto a él. v. Le libraré y le glorificaré, le saciaré de largos días, le haré ver mi salvación.
Evangelio Mat 4, 1-11
«No era indigno de nuestro Redentor el querer ser tentado, pues venía para ser muerto. Por el contrario, convenía que triunfase de nuestras tentaciones, como había venido a derrotar nuestra muerte con la suya» San Gregorio, en maitines
In illo témpore : Ductus est Iesus in desértum a Spíritu, ut tentarétur a diábolo. Et cum ieiunásset quadragínta diébus et quadragínta nóctibus, póstea esúriit. Et accédens tentátor, dixit ei: Si Fílius Dei es, dic ut lápides isti panes fiant. Qui respóndens dixit: Scriptum est: Non in solo pane vivit homo, sed in omni verbo, quod procédit de ore Dei. Tunc assúmpsit eum diábolus in sanctam civitátem, et státuit eum supra pinnáculum templi, et dixit ei: Si Fílius Dei es, mitte te deórsum. Scriptum est enim: Quia Angelis suis mandávit de te, et in mánibus tollent te, ne forte offéndas ad lápidem pedem tuum. Alt illi Iesus: Rursum scriptum est: Non tentábis Dóminum Deum tuum. Iterum assúmpsit eum diábolus in montem excélsum valde: et osténdit ei ómnia regna mundi et glóriam eórum, et dixit ei: Hæc ómnia tibi dabo si cadens adoráberis me. Tunc dicit ei Iesus: Vade, Sátana: scriptum est enim: Dóminum Deum tuum adorábis, et illi soli
sérvies. Tunc relíquit eum diábolus: et ecce Angeli accessérunt et ministrábant ei.
En aquel tiempo: Llevó el Espíritu a Jesús al desierto para que allí le tentase el diablo. Y habiendo ayunado cuarenta días y cuarenta noches, después tuvo hambre. Y, llegándose a él el tentador, le dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en panes. Mas Jesús le respondió y dijo: Escrito está: No de solo pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de boca de Dios. Entonces le transportó el diablo a la santa ciudad, y púsole sobre el pináculo del templo, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate de aquí abajo, porque escrito está: Mandó a sus ángeles cerca de ti, y te tomarán en sus manos, para que no tropiece tu pie contra alguna piedra. Jesús le dijo: También está escrito: No tentarás al Señor tu Dios. De nuevo le subió el diablo a un monte muy alto, y le mostró todos los reinos del mundo, y la gloria de ellos, y le dijo: Todo esto te daré si, prosternándote, me adorares. Díjole entonces Jesús: Vete de aquí, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él solo servirás. Entonces le dejó el diablo; he aquí se acercaron los ángeles y le sirvieron.
En este domingo, que era en otro tiempo el primer domingo de Cuaresma (nota: el miércoles de ceniza y los días siguientes han sido añadidos para completar los 40 días de ayuno), la estación tiene lugar en San Juan de Letrán, basílica dedicada al Salvador.
La escena de la tentación, que abre la vida pública, proclama, de manera sorprendente, la transformación profunda que con su redención se va a introducir en el mundo. Allí donde sucumbió Adán, Cristo, nuevo jefe de la humanidad, triunfa del poder de los demonios. En el momento de la Pasión se arrojará fuera al «príncipe de este mundo». Anticipadamente, pues, nos anuncia el evangelio de la tentación la victoria de Cristo.
Con la colocación de este evangelio al principio de Cuaresma proclama la Iglesia que esta victoria debe ser también la nuestra. En nosotros y en nuestro derredor se prolongan la tentación, el combate y la victoria de Cristo; nuestro esfuerzo es el suyo, nuestras fuerzas las suyas, nuestro triunfo, en Pascua, será asimismo el suyo. Emprendamos, pues, confiadamente el combate, cuyo programa nos traza san Pablo en la epístola de la misa. Es una nueva consideración de toda nuestra vida cristiana. Animémonos con el pensamiento de que su progreso en nosotros será la continuación del triunfo de Cristo.
La liturgia de Cuaresma es una liturgia de confianza. El salmo 90, salmo de la confianza, proporciona el tracto y todos los cantos de la misa de hoy, como igualmente los versos del oficio hasta el tiempo de Pasión. Los días de Cuaresma son días de salvación, «tiempo propicio» entre todos para enmendar nuestra vida. La Iglesia insiste sobre ello, a fin de que, en Pascua, podamos celebrar el misterio del a pasión y resurrección del Señor con el alma y el cuerpo purificado.
El pueblo de Israel fue tentado, como Cristo, en el desierto, san Pablo nos lo recuerda en 1 Cor 10, 1-13. Una explicación de los recuerdos del Antiguo Testamento encerrados en este pasaje, de que está sacada la epístola del 9º domingo después de Pentecostés, se encuentra en ese día.
Léase también Deum 1, 19-33; 8; 9; 32; Salm 77; 105; Hebr 3, 7-19. Acudir, igualmente, en el Antiguo Testamento, al ayuno de cuarenta días de Moisés (Ex 34,28; Deut 9,18) y de Elías (3 Rey 19, 1-8).
Sobre los lugares paralelos que evoca el evangelio de hoy: El tentador se acerca a Jesús: comparar con Gen 3,1-6 (pecado original). La primera respuesta de Jesús: Deum 8,3 repetido en Sap 16,26. Trasladado a la ciudad santa: comparar con Ez 8,1-3. La segunda palabra del diablo: Salm 90, 11-12. La segunda respuesta de Jesús: Deut 6,16. El traslado a una montaña muy elevada: comparar con Deut 34, 1-4 (el monte desde donde contempló Moisés la tierra de promisión), Ez 40,2, Apoc 21,10 (el alto monte desde donde cntempla Juan la ciudad santa). Recordar Juan 18,36 y Mat 16,26. La tercera respuesta de Jesús: Deut 5,9-10; 6, 13. Será interesante cotejar el apóstrofe de Jesús al diablo con el que dirigió a Pedro que le «escandalizaba» (Mat 16,21-23). Los ángeles que sirven a Jesús: comparar con 3 Rey 19,5-8 y recordar Luc 22, 41-43.
En contraste con el ayuno de Cristo en el desierto, se recordará que en él multiplicó los panes para sus seguidores. Acudir sobre esto al 6ª domingo después de Pentecostés (Marc 8, 1-9).
Sobre la tentación personal del cristiano. Viene del diablo (1 Cor 7,5 – 1 Tes 3,5 – Apoc 2,10), por persisión de Dios (Tob 2,12 – Sant 1,13-15), quien la mide según nuestras fuerzas (1 Cor 10,13) y libra de ella a quienes se lo piden (Eclo 33,1 – 2 Pdr 2,9). Por eso debemos orar para no sucumbir a su ímpetu (Mat 6,13), y al mismo tiempo estar alerta (Mat 26,41 – Gál 6,1). Dichoso el que triunfa en esta prueba, en el fondo, benéfica (Tob 12,13 – Sant 1,2 – 3,12 – 1 Pdr 1,6-7). Estamos, por lo demás, seguros de la ayuda de Cristo, que fue tentado como nosotros (Heb 2,14-18; 4,15).
Siguiendo a la sagrada liturgia, puede leerse con provecho el salmo 90, que sirve de tracto a la misa del día.
Lectura de la Biblia. Génesis 25,20-34; 27; 28,10-19; 29, 1-30; 32,2 – 33,16; 35, 1-15; 37, 2-35.
Misal diario y vesperal. XV edición.Dom Gaspar Lefebvre y los monjes benedictinos de la Abadía de San Andrés.Tr: P.Germán Prado y los monjes de la Abadía de Silos.
]]>El caso de corrupción de la alcaldía de Baena, donde se realizaban facturas falsas para pagar las aficiones lúbricas del personal de confianza del Ayuntamiento, es de una desvergüenza mayúscula.
Con una lisis – porque no estamos en una crisis, esto es un cambio brusco puntual, sino en un proceso de cambio el cual todavía no atisbamos el fin – económica en la cual el número de criaturas que se quedan sin trabajo aumenta día a día, con los comedores de las monjas hasta arriba, en Baena, trampean las facturas para esconder los gastos en clubes de alterne y comilonas.
¿Tanto comimos?», pregunta el alcalde sorprendido por el importe, que ascendía a 437’90 euros. Su subordinado trata de recordar los comensales: «Estuvimos…Amos a ver, Miguel uno, eh…Jesús dos, Pepe tres, Eduardo cuatro, tú cinco, yo seis, Juan siete, Alisia ocho, su novio nueve, Pepe Tarifa diez, Antonio Linares once, doce
Fuente: El Mundo Andalucía, Miércoles 25/2/2009
Patético. Tanto como la llamada de uno de los imputados que antes de uno de los viajes a Marbella, para saber si en el club de alterne Milady Palace seguía trabajando - ¡qué eufemismo!- «una brasileña alta que está muu buena».
Estos hechos acaecidos en la Andalucía de Chaves no es más que una muestra del estado de desvergüenza general en el que se encuentra el país. La clase política es una casta que domina a su antojo el bolsillo de los españoles. Le mete la mano en la cartera y vía impuestos gasta impunemente, e impúdicamente, el dinero que tanto y tanto cuesta ganar.
Nos exigen morigeración, sin embargo los políticos aumentan sus gastos exponencialmente. Penoso, pero real. ¿Es lógico que no se amplíen los calendarios de vacunas, que se mejoren los hospitales, que se invierta en mejorar el sistema judicial dotándole de recursos modernos y mejores? ¿Tiene sentido que no se mejore la educación con las carencias que hay?
Sé que muchos dirán que este discurso es demagógico, pero ¿no será realmente la clase política la que hace demagogia?
El bien común, a día de hoy, ha perdido su contenido originario, es decir entendido como «todo un conjunto de condiciones sociales, que permiten al hombre el desarrollo expedito y pleno de su propia perfección» (MM, 26), o como sintetizó perfectamente el Concilio Vaticano II, «el conjunto de condiciones de la vida social , que hacen posible a las asociaciones y a cada uno de sus miembros, el logro más pleno y más fácil de la propia perfección» (GS, 26)
El concepto de «bien común» ha sido redefinido al modo utilitarista, de manera que se busca el beneficio de la casta política, que en España lo ocupa y lo llena todo, entre políticos y adláteres.
Sin embargo, esto no es lo único grave, hay otra cosa tan mala como lo anterior y es el hastío de la población, la falta de nervio para reaccionar ante la displicencia de los políticos, que, en los días que corren, nos están tratando como auténtico ganado.
]]>En Cádiz se dice que el Carnaval es libertad, sin embargo no hay nada más falso que ese dicho. En Cádiz, como en cualquier otro sitio de esta Andalucía de mis entrañas, la libertad brilla por su ausencia.
Socapa de libertad, se esconde nada más que chocarrería y procacidad, olvidando el doble/triple sentido de aquellas antiguas letras que tanta fama, honor y gloria le dieron al Carnaval gaditano. La guasa ha degenerado en grosería, tema también recogido por alguna agrupación este año.
De uno tiempo a esta parte, la libertad con las que tanto se les llena la boca a más de uno, ha devenido en libertad para insultar, además, contra los mismos, ya que contra el Régimen andaluz muy pocos se atreven. Es el fielato que hay que pagar para ganar el concurso del Falla.
La chirigota llamada Salón de belleza «El Tijerita» perpetró en la Final del Teatro Falla un pasodoble con una letra execrable, en el cual reclamando un supuesto derecho del niño a decidir sobre la realización o no de la primera comunión, hacían mofa y befa de la Sagrada Hostia. Venían a decir que el Cuerpo de Cristo no era más que un trozo de pan que se pegaba en la encía (escuchar aquí; también salió mal parado el sacramento de la penitencia. Como no podía ser de otra forma - ¿alguien lo dudaba? -, la chirigota de Kike Remolino se alzó con el primer premio.
Al redactor del Diario de Cádiz le pareció una «gran letra» (no dejen de leer los comentarios).
En definitiva, el público jaleó - aunque menos que con otras agrupaciones - y el jurado dio su veredicto.
Así está el Carnaval en Cádiz. Un autor, como Kike Remolino, es capaz de mofarse y befarse de la Eucaristía, diciendo que Jesucristo, la Iglesia y la Fe de los creyentes, son auténticos fraudes - ¿habrá degustado realmente este hombre la Eucaristía? -; por otro lado, sólo una Hermandad ha puesto el grito en el cielo. ¿Qué pasa aquí?
Lo que pasa es que un autor de letras de Carnaval, por llamarlo de alguna manera, puede insultar a un pueblo en lo más íntimo porque, total, éste duerme placenteramente.
Si fácil es escuchar este tipo de insultos, por el contrario es prácticamente imposible escuchar una letra contra el Régimen Andaluz, esto es, contra Chaves y Zarrías. El Poder ha desarticulado la crítica de manera que se dirige contra los mismos y lo mismo.
Pocas letras contra el Gobierno: ya se sabe, peligra la vida del artista.
Tantos años clamando contra la Dictadura por la falta de libertad, y ahora resulta que la utilizan para para denigrar las creencias más íntimas y profundas del pueblo.
Y al poder, ni tocarlo.
Hoy como antes, seguimos igual.
Fuente: Una Voce Sevilla
“Misa Tradicional en Alcalá del Río, durante la Novena a María Santísima de las Angustias Coronada.
La Antigua, Real, Ilustre y fervorosa Hermandad y Cofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo de la Vera+Cruz y María Santísima de las Angustias Coronada, de Alcalá del Río (Sevilla) celebró el pasado sábado 21 de febrero de 2009, y dentro de la Novena a su amantísima titular, la Misa en la forma extraordinaria del Rito Romano. De este modo, la hermandad de la Vera Cruz de Alcalá del Río se convierte en la segunda de las corporaciones penitenciales sevillanas en poner en práctica la voluntad del Santo Padre Benedicto XVI expresada en su Carta Apostólica en forma de motu proprio ‘Summorum Pontificum’. La ceremonia, en cuyos detalles organizativos colaboró Una Voce Sevilla resultó espléndida en el magnífico altar de novena preparado por la hermandad para María Santísima de las Angustias Coronada.
Para ver fotografías de la celebración, pinche en la imagen de la izquierda o bien en ESTE ENLACE.
Por otro lado, Una Voce Sevilla ha subido al portal Youtube un breve video de la ceremonia. Concretamente de la interpretación de la pieza AVE VERUM por la coral polifónica de la hermandad, en los instantes inmediatamente posteriores a la Consagración. El vídeo puede verse en este enlace“
p.s. En este enlace se accede al video de la misa celebrada en la hermandad del Silencio, de Sevilla, donde fueron interpretadas las famosas “Saetillas del Silencio". El video es una gentileza de Una Voce Sevilla.
]]>D. Juan José Asenjo, Arzobispo coadjutor de Sevilla, mi Pastor, ha hecho un llamamiento al ayuno cuaresmal, en sintonía y continuación con el mensaje de Cuaresma del Romano Pontífice que este año ha dedicado al ayuno.
La petición realizada por mi Arzobispo es de agradecer, tanto por el tema, como por responder al mensaje del Santo Padre. Visto como está el patio, vamos a tener que hacer recuento de cuántos obispos son fieles y obedientes a Pedro.
Como decía el Catecismo de San Pío X, «el ayuno consiste en hacer una sola comida, y en abstenerse de manjares prohibidos. Los días de ayuno, por condescendencia de la Iglesia, puede tomarse un poco de refección por la noche.
El ayuno sirve para disponernos mejor a la oración, para hacer penitencia de los pecados cometidos y para preservarnos de cometer otros nuevos»
Oración y penitencia.
En una sociedad como la que vivimos, hastiada de todo, fofa y gorda, en lo físico y en lo moral, la oración y la penitencia son signos de contradicción. Oración, porque todo está sujeto a Dios. Es a Él al que le tenemos que pedir. A Él a quién le debemos honor y gloria per saecula saeculorum. Amén.
Y penitencia. ¿Tiene el hombre conciencia del pecado? ¿Piensa, acaso, que debe pedir perdón por algo? Los tiempos que corren son orgullosos, prepotentes, de hombres hechos a sí mismos que son tan ilusos que no se dan cuenta que su vida es fragilísima. Tan ciegos que son incapaces de ver la vida futura que se nos ha revelado en Cristo. No ven la luz bella que la Iglesia, como Cuerpo Místico de Cristo, emite a todos los hombres.
La lysis económica que estamos padeciendo no es más que una muestra del pecado del hombre. De ahí la importancia de la práctica cuaresmal del ayuno. Como ha dicho el Arzobispo coadjutor de Sevila, el ayuno nos permite «caer en la cuenta de la tristísimo situación» en la que viven los «que se ven forzados a ayunar como consecuencia de la injusta distribución de los bienes de la tierra y de la insolidaridad de los países desarrollados».
El ayuno no es sólo privación en sí mismo. D. Juan José ha instado a los fieles a compartir nuestros bienes, «no sólo aquellos que nos sobran, sino aquellos que estimamos necesarios, porque si el amor no nos duele es un amor engañoso».
D. Juan José Asenjo, basándose en la tradición cristiana, ha instado a los fieles que den a los pobres «el producto del ayuno».
Es una lástima que esta práctica tan católica, se haya ido perdiendo gracias a los impíos que tanto han hecho por convertir el catolicismo en otra cosa. Sin embargo, como ha dicho Monseñor Asenjo, el ayuno para los cristianos «es una “terapia” para curar todo lo que nos impide conformarnos con la voluntad de Dios».
]]>Clamábo ad Deum Altíssimum,*
Deum, qui benefécit mihi.
Mittet de cælo et liberábit me;†
dabit in oppróbrium conculcántes me.*
Mittet Deus misericórdiam suam
et veritátem suam.
Anima mea recúmbit in médio catulórum leónum*
devorántium fílios hóminum.
Dentes eórum arma et sagíttæ*
et lingua eórum gládius acútus.
Exaltáre super cælos, Deus,*
super omnem terram glória tua.
Láqueum paravérunt pédibus meis,*
et incurvávit se ánima mea;
fodérunt ante fáciem meam fóveam,*
et ipsi incidérunt in eam.
Parátum cor meum, Deus,†
parátum cor meum;*
cantábo et psalmum dicam.
Exsúrge, glória mea,†
exsúrge, psaltérium et cíthara,*
excitábo auróram.
Confitébor tibi in pópulis, Dómine,*
et psalmum dicam tibi in natiónibus,
quóniam magnificáta est usque ad cælos
misericórdia tua*
et usque ad nubes véritas tua.
Exaltáre super cælos, Deus,*
super omnem terram glória tua.
Gloria Patri, et Filio, et Spiritui Sancto, sicut erat in principio, et nunc et semper et in saecula saeculorum.
Ant. Magnificáta est usque ad cælos misericórdia tua, DómineAnt. Tu bondad, Señor, es más grande que los cielos.
Salmo 56 - ORACIÓN MATUTINA DE UN AFLIGIDO.
Misericordia, Dios mío, misericordia,
que mi alma se refugia en ti;
me refugio a la sombra de tus alas
mientras pasa la calamidad.
Invoco al Dios Altísimo,
al Dios que hace tanto por mí:
desde el cielo me enviará la salvación,
confundirá a los que ansían matarme,
enviará su gracia y su lealtad.
Estoy echado entre leones
devoradores de hombres;
sus dientes son lanzas y flechas,
su lengua es una espada afilada.
Elévate sobre el cielo, Dios mío,
y llene la tierra tu gloria.
Han tendido una red a mis pasos
para que sucumbiera;
me han cavado delante una fosa,
pero han caído en ella.
Mi corazón está firme, Dios mío,
mi corazón está firme.
Voy a cantar y a tocar:
despierta, gloria mía;
despertad, cítara y arpa;
despertaré a la aurora.
Te daré gracias ante los pueblos, Señor;
tocaré para ti ante las naciones:
por tu bondad, que es más grande que los cielos;
por tu fidelidad, que alcanza a las nubes.
Elévate sobre el cielo, Dios mío,
y llene la tierra tu gloria.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Tu bondad, Señor, es más grande que los cielos.
La carta de los obispos austríacos, pastoral la llaman, publicada por el blog hermano la Buhardilla de San Jerónimo, podría ser calificada con multitud de adjetivos, para no pecar contra la caridad – caridad que no muestran con el Papa –, lo mejor será omitirlos, porque, desde luego, la carta de marras deja en muy mal lugar a los obispos austríacos.
Las tesis vertidas por el episcopado diocesano muestran una Iglesia más cercana a las sociedades anónimas modernas, que al concepto sacramental – por analogía – que le corresponde.
La Iglesia es Cuerpo Místico de Cristo, Pueblos de Dios, Templo del Espíritu Santo, «la Iglesia es en Cristo como un sacramento o señal e instrumento de la íntima unión con Dios y de la unidad de todo el género humano» (LG 1).
Sin embargo el escrito de los obispos austriacos es muy poco eclesial, rezuma otra cosa, otro concepto de Iglesia, muy alejado precisamente del que el Concilio Vaticano II sintetiza tan bien en la Lumen Gentium. De hecho, el lenguaje, modos y comportamiento se encuentran más cercanos al de los directivos de las grandes empresas que al que les corresponden como pastores.
Pero si hay algo extravagante, con tintes realmente dantesco, es el párrafo donde hablan de lealtad, en vez de obediencia:
2. La Iglesia Católica en Austria es la comunidad más grande de nuestro país, y es parte de la comunidad mundial de la Iglesia Católica. Esto involucra la comunión real con el Obispo de Roma, Sucesor de San Pedro. Así como nosotros los obispos conocemos la lealtad de los fieles, queremos mostrar nuestra adhesión al Papa en estas serias y estresantes situaciones - esto es una expresión de lealtad, que ha de ser mantenida precisamente en los tiempos difíciles. Esta adhesión es también un elemento inseparable de la identidad católica.
La lealtad es una cosa,«cumplimiento de lo que exigen las leyes de la fidelidad y las del honor y la hombría de bien», dice el RAE y otra es la obediencia. La fidelidad inclina la voluntad a cumplir exactamente lo prometido, conformando así las palabras con los hechos. La fidelidad es necesaria, pero ¿dónde queda la obediencia que se fundamenta en la autoridad del superior, recibida en este caso de Dios?
Obediencia es la que no parecen mostrar estos diocesanos austriacos liderados por Schonborn, al menos en su forma de marcarle el territorio al Papa. Así, a los lefebvrianos les exigen una señal de que buscan la reconciliación, esperando además que los «procesos inadecuados de comunicación en el Vaticano serán exitosamente mejorados, de forma que el servicio universal del Papa no sufra daño». Ojo al dato.
Otro punto a destacar en las formas de los obispos diocesanos es su forma de afrontar el nombramiento del obispo de la diócesis de Linz: ellos no discuten la libre elección del Papa para nombrar obispos, pero finalmente ¡la discuten! ¿Cómo se puede entender si no el siguiente párrafo?
No se discute que el Papa es libre para nombrar obispos. Los obispos no quieren regresar a un tiempo – como en 1918 – cuando era el Emperador solo quien elegía los obispos. Incluso una “elección popular” de los obispos dividiría la Iglesia en partidos, y los conflictos serían inevitables. Nosotros, los obispos, estamos convencidos de que el procedimiento previsto en el derecho canónico para la selección y examen de los candidatos se ha mostrado valioso, si el procedimiento se sigue realmente. Entonces, antes de que el Santo Padre tome la decisión final, debe proveérsele con la información básica, confiable y completamente revisada en la que él pueda confiar. En Austria, en los próximos años, serán nombrados un número de obispos. Los fieles están legítimamente preocupados de que el proceso de búsqueda de los candidatos, el examen de las propuestas y las decisiones finales sean llevadas a cabo cuidadosamente y con toda la delicadeza pastoral que sea posible. Esto puede asegurar que los obispos sean nombrados no “contra” sino “para” una iglesia local. Nosotros, los obispos, haremos todo esfuerzo posible para apoyar los próximos nombramientos episcopales, en el sentido de monitorear los procedimientos en cercana cooperación con los departamentos vaticanos.
¿Estamos ante una nueva situación, cercana a la Ortodoxia y no nos hemos enterado? ¿Están amenazando, veladamente, al Romano Pontífice? ¿De qué va todo esto?
Por último, ¿qué significa «Sólo puede seguirse el camino pastoral que esté de acuerdo con la Iglesia en todo el mundo. En medio de todas las diferencias, este camino de la Iglesia, perseverante en la oración y en la conversación con la Iglesia universal, debe realizarse sobre la base del Concilio Vaticano II»? ¿Acaso que la Iglesia se fundó en el período que va del 1.962 al 1.965? ¿Y todo lo anterior? ¿Es que acaso el Concilio Vaticano II supone una ruptura en la Iglesia, o está sin embargo, en continuidad con todo lo anterior? ¿Es que la Iglesia en el Concilio Vaticano II modificó su doctrina?
La carta es estremecedora, tremenda. Los obispos, como hemos dicho al principio, parecen esos directivos de las empresas modernas que imponen sus condiciones a los patronos. En cierta manera, están fiscalizando al Papa.
Muestra de prepotencia.
Y se les llena la boca de Vaticano II.
Oremus pro Pontifice nostro Benedicto XVI. Dominus conservet eum, et vivificet eum, et beatum faciat eum in terra, et non tradat eum in animam inimicorum ejus
]]>Forma extraordinaria de la Liturgia de la Iglesia
Introito. Salm 43, 23-26,2, 2-3
Exsúrge, quare obdórmis, Dómine? exsúrge, et ne repéllas in finem: quare fáciem tuam avértis, oblivísceris tribulatiónem nostram? adháesit in terra venter noster: exsúrge, Domine, ádjuva nos, et líbera nos. ibid., Ps Deus, áuribus nostris audívimus: patres nostri annuntiavérunt nobis.v Glória.
Levántate, Señor; ¿por qué duermes? Levántate, y no nos abandones para siempre. ¿Por qué apartas tu rostro y olvidas nuestra miseria?Nuestro vientre está abatido hasta el polvo. Levántate, Señor, ayúdanos y líbranos. Salmo. ¡Oh Dios!, nuestros oídos han odído y nuestros padres nos han contado tus maravillas. V. Gloria.
Colecta.
Deus, qui cónspicis, quia ex nulla nostra actióne confídimus: concéde propítius : ut contra advérsa ómnia, doctóris géntium protectióne muniámur. Per Dóminum nostrum Jesum Christum.
Oh Dios, que ves cómo no confiamos en nuestras acciones, concédenos propicio el ser fortalecidos contra toda adversidad por la protección del doctor de las gentes. Por nuestro Señor Jesucristo.
Epístola. 2 Cor. 11,19-22; 12, 1-9
Esta página vibrante, en que para reducir a sus adversarios se decide san Pablo a describir su vida heroica en servicio de la Iglesia, termina con una confesión de impotencia y debilidad: poder divino en la debilidad humana
Fratres: Libénter suffértis insipiéntes : cum sitis ipsi sapiéntes. Sustinétis enim si quis vos in servitútem rédigit, si quis dévorat, si quis áccipit, si quis extóllitur, si quis in fáciem vos caedit. Secúndum ignobilitátem dico, quasi nos infírmi fuérimus in hac parte. In quo quis audet (in insipiéntia dico) áudeo et ego: Hebráei sunt, et ego: Israelítiae sunt, et ego: Minístri Christi sunt (ut minus sápiens dico), plus ego: in labóribus plúrimis, in carcéribus abundántius, in plagis supra modum, in mórtibus frequénter. A Judáeis quínquies quadrágenas, una minus, accépi. Ter virgis caesus sum, semel lapidátus sum, ter naufrágium feci, nocte et die in profúndo maris fui: in itinéribus saepe, perículis flúminum, perículis latrónum, perículis ex gentibus, perículis in civitáte, perículis in solitúdine, perículis in mari, perículis in falsis frátribus: in labóre et aerúmna, in vigíliis multis, in fame et siti, in jeiúniis multis, in frígore et nuditáte: praeter illa quae extrínsecus sunt, instántia mea quotidiána, sollicitúdo ómnium Ecclesiárum. Quis infirmátur, et ego non infírmor? quis scandalizátur, et ego non uror? Si gloriári oportet: quae infirmitátis meae sunt gloriábor. Deus et Pater Dómini nostri Jesu Christi, qui est benedíctus in saécula, scit quos non méntior. Damásci praepósitus gentis Arétae regis, custodiébat civitátem Damascenórum, ut me comprehénderet: et per fenéstram in sporta dimíssus sum per murum, et sic effúgi manus ejus. Si gloriári opórtet (non éxpedit quidem), véniam autem ad visiónes, et revelatiónes Dómini. Scio hóminem in Christo ante annos quatuórdecim, sive in córpore néscio, sive extra corpus néscio, Deus scit, raptum hujúsmodi usque ad tértium caelum. Et scio hujúsmodi hóminem, sive in córpore sive extra corpus néscio, Deus scit : quóniam raptus est in paradísum, et audívit arcána verba, quae non licet hómini loqui. Pro hujúsmodi gloriábor : pro me autem nihil gloriábor, nisi in infirmitátibus meis. Nam, et si volúero gloriári, non ero insípiens : veritátem enim dicam : parco autem, ne quis me exístimet supra id quos videt in me, aut áliquid audit ex me. Et ne magnitúdo revelatiónum extóllat me, datus est mihi stímulus carnis meae, ángelus sátanae, qui me colaphízet. Propter quod ter Dóminum rogávi, ut discéderet a me : et dixit mihi : Súfficit tibi grátia mea : nam virtus in infimitáte perfícitur. Libénter ígitur gloirábor in infirmitátibus meis, ut inhábitet in me virtus Christi.
Hermanos: De buena gana sugrías a los necios, siendo vosotros sensatos. Soportáis a quien os esclaviza, a quien os devora, a quien os roba, a quien os trata con altanería, a quien os abofetea. Lo digo con confusión mía, como si hubiéramos sido débiles. Sin embargo – os hablo en fatuo -, de lo que otro se gloríe yo también me glorío. ¿Son hebreos? También yo. ¿Son israelitas? También yo. ¿Son hijos de Abraham? También yo. ¿Son ministros de Cristo? (Desatinando lo digo) más que ellos lo soy yo. En mayores trabajos me he visto, en más cárceles, en azotes sin cuento, en riesgos de muerte con frecuencia. De los judíos tengo recibidos cinco veces cuarenta azotes menos uno. Tres veces fui azotado con varas, una vez apedreado, tres veces naufragué, una noche y un día pasé en el abismo. Viajes sin cuento, peligros de ríos, peligros de ladrones, peligros de los de mi nación, peligros de gentiles, peligros en despoblado, peligros en el mar, peligros entre falsos hermanos, trabajos y fatigas, muchas vigilias, hambre y sed, ayunos frecuentes, frío y desnudez. Además de otras cosas, mi obsesión diaria es la solicitud por todas las iglesias. ¿Quién no desfallece que yo no desfallezca? ¿Quién se escandaliza sin que yo me requeme? Si es preciso gloriarse, me gloriaré en lo que es propio de mi flaqueza. El Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que es bendito en los siglos, sabe que no miento. En Damasco, el etnarca del rey Aretas había puesto guardas en la ciudad para prenderme y por una ventana me descolgaron por el muro en una cesta y escapé de sus manos. Si es preciso gloriarse (lo que no me conviene, en verdad), vendré a las visiones y revelaciones del Señor. Conozco a un hombre en Cristo, que catorce años ha fue arrebatado (si en el cuerpo o fuera del cuerpo, no lo sé, Dios lo sabe) hasta el tercer cielo. Y que este hombre (si en el cuerpo o fuera del cuerpo, nolo sé, Dios lo sabe) fue arrebatado al paraíso, donde oyó palabras inefables, que el hombre no puede proferir. Sobre el tal hombre me gloriaré; mas de mí no me gloriaré, sino en mis flaquezas. Porque aun cuando me quisiere gloriar, no sería necio, porque diría verdad; mas callo esto para que nadie forme de mí un concepto superior a lo que en mí ve o de mi oye. Y para que la grandeza de las revelaciones no me envanezca, se me ha dado un aguijón en la carne, un ángel de Satanás, para que me abofetee. Y por esto rogué al Señor tres veces para que lo apartase de mi; y me dijo: Te basta mi gracia, porque el poder triunfa en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré de mis flaquezas para que more en mí la virtud de Cristo.
Gradual. Salm 82, 19.14
Sciant gentes, quóniam nomen tibi Deus: tu solus Altíssimus super omnem terram. v. Deus meus, pone illos ut rotam, et sicut stípulam ante fáciem venti.
Sepan los pueblos que tu nombre es Dios; y que tú sólo eres el Altísimo sobre toda la tierra. v. Agítalos, ¡oh Dios mío!, como a una rueda, o como pajuela al soplo del viento.
Tracto. Salm. 59, 4-6
Commovísti, Dómine, terram, et conturbásti eam.v . Sana contritiónes ejus, quia mota est. V. Ut fúgiant a fácie arcus: ut liberéntur elécti tui.
Conmoviste, Señor, la tierra, y la turbaste.v. Sana sus hendiduras, porque se tambalea.v. Para que huyan de los tiros del arco y se libren tus escogidos.
Evangelio Luc 8, 4-15
Somos una tierra sembrada por Dios, y su palabra, semilla divina, es de infinita fecundidad. Por poco que se la reciba y se la deje germinar da frutos eternos. En estos pensamientos está encerrada toda la vida del cristiano.
In illo témpore : Cum turba plúrima convenírent, et de civitátibus properárent ad Jesum.dixit per similitúdinem: Éxiit, qui séminat, semináre semen suum: et dum séminat, áliiud cécidit secus viam, et conculcátum est, et volucres caeli comedérunt illud. Et áliud cécidit supra petram: et natum áruit, quia non habébat humórem. Et áliud cécidit inter spinas, et simul exórtae spinae suffocavérunt illud. Et aliud cécidit in terram bonam: et ortum fecit fructum céntuplum. Haec dicens, clamábat: Qui habet aures audiéndi, audiat. Interrogabant autem cum discipuli eius, quae esset haec parábola. Quibus ipse dixit: Vobis datum est nosse mystérium regni Dei, céteris autem in parábolis; ut vidéntes non vídeant, et audiéntes non intelligant. Est autem haec parabola: Semen est verbum Dei. Qui autem secus viam, hi sunt qui áudiunt: deínde venit diábolus, et tollit verbum de corde eórum, ne credéntes salvi fiant. Nam qui supra petram: qui cum audiérint, cum gáudio siscípiunt verbum: et hi radíces non habent: qui ad tempus credunt, et in tempore tentatiónis recédunt. Quod autem in spinas cécidit: hi sunt, qui audiérunt, et a sollicitudínibus, et divítiis, et voluptátibus vitae eúntes, suffocántur, et non referunt fructum. Quod autem in bonam terram: hi sunt, qui in corde bono et óptimo audiéntes verbun rétinent, et fructum áfferunt in patiéntia.
En aquel tiempo: Reunida una gran muchedumbre de los que venían a Jesús de cada ciudad, díjoles en parábolas: Un hombre salió a sembrar su simiente; y al esparcirla, una parte cayó a la orilla del camino, y fue pisoteada y la comieron las aves del cielo. Y otra cayó sobre un pedregal, y luego que nació, se secó por falta de humedad. Otra cayó entre espinas, y las espinas que crecieron con ella la sofocaron. Otra, finalmente, cayó en buena tierra; y nació y dio fruto a ciento por uno. Dicho esto, comenzó a gritar: Quien tenga oídos para escuchar, atienda. Sus discípulos le preguntaron qué sentido tenía esta parábola. Él les dijo: A vosotros es dado conocer el misterio del reino de Dios, pero a los demás, sólo en parábolas, para que viendo no vean y oyendo no entiendan. He aquí, pues, la explicación de la parábola: La semilla es la palabra de Dios. Los que están a la orilla del camino son aquéllos que la oyes; mas luego viene el diablo y arranca la palabra de su corazón para que no se salven creyendo. Los que están sobre la piedra son los que reciben con gozo la palabra cuando la oyes, pero no echa raíces; por un tiempo creen y en el tiempo de la tentación retroceden. La semilla que cayó entre espinas, son los que oyen la divina palabra, pero después los sofocan los cuidados y riquezas y deleites de esta vida, y no llegan a dar fruto. Mas la que cae en buena tierra, son los que, oyendo la palabra con corazón bueno y óptimo, la conservan y producen fruto por la perseverancia.
Las grandes páginas de la Biblia leídas en maitines, anuncian, una tras otra, el misterio pascual. Noé, el segundo padre del género humano, simboliza la renovación de la humanidad: «Vea el mundo el levantarse de lo caído, el renovarse de lo envejecido, el retorno de todo a s u prístina integridad por obra del mismo que lo creara.(Sábado Santo, oficio antiguo). En adelante, la salvación se obrará en el seno de la Iglesia, cuya figura es el arca, y en ella serán regeneradas, no sólo ocho personas, sino toda la multitud de los bautizados que salen de las aguas (epístola del viernes de Pascua).
Los cantos de la misa tienen el mismo acento que los del domingo anterior: llamamiento penetrante y confiado a Dios desde el seno de nuestra miseria.
La epístola se ha escogido por tener lugar la estación en San Pablo extramuros; es una de las páginas más bellas del apóstol.
Sobre el crecimiento de la palabra de Dios, es decir, de la predicación evangélica cuyo símbolo es la semilla, recúrrase, sobre todo, a los Hechos de los Apóstoles. Este crecimiento se afirma a lo largo de todo el libro, donde subrayan numerosos versículos el aumento numérico de la Iglesia (entre otros: 2,41-47; 4,4; 5,14; 9,31; 13, 48-49) y, aun textualmente, el aumento de la palabra (12,24). ¿No se llama san Pablo a sí mismo sembrador (1 Cor 3,5-9; 9,11), y no habla del arraigo en nosotros del evangelio? (Col 2,6-7). Nótese lo bien que responde la epístola (san Pablo como tipo de misionero) a este contexto de evangelización. Es interesante también constatar que san Lucas se sirve de las mismas expresiones para describir el progreso de la palabra evangélica en los Hechos y el de Jesús niño en el evangelio (Luc 2,40).
Sobre la eficacia de la palabra de Dios: Es creadora (Gen 1, Salm 32,4-9; Eclo 42,15 – 43,33; Heb 11,3), eternamente eficaz (Deum 11,18-22; Salm 147, 15-20; Is 40,8, citado en 1 Pe 1,22-25; 55, 10-11; Jer 23, 28-32; Rom 1,16), portadora de vida para los que la reciben (Deum 8,1-3, citado por Mat 4,4; 30, 15-20; 32, 46-47; Juan 5,24-25; 6,63-68; 12, 49-59; Hech 7,38; Fil 2,16; Heb 4,12), portadora de muerte para los que la rechazan (Is 11,4 en cotejo con Ef 6,17; 63, 1-6; Sap 18,14-16). Esta palabra es el mismo Cristo, palabra creadora (Juan 1,1-14 en cotejo con Gén 1; Col 1, 15-20; Heb 1), la palabra de vida (1 Juanj 1,1-3) palabra también de muerte (Apoc 19,11-16).
Siguiendo la sagrada liturgia, se leerá con interés el salmo 16.
Misal diario y vesperal.
XV edición.Dom Gaspar Lefebvre y los monjes benedictinos de la Abadía de San Andrés.Tr: P.Germán Prado y los monjes de la Abadía de Silos.
Uno de los abusos litúrgicos que se dan es lo que se puede llamar como el autoservicio eucarístico, donde los fieles se administran el cuerpo de Cristo.
La cuestión es muy importante ya que afecta al sentido del Sacramento y de la Iglesia. No es una simple transgresión del Derecho, es algo mucho más. El Cardenal Ratzinger lo describió muy bien en el libro Iglesia, Ecumenismo y Política, editado por la BAC, del cual extraigo este pensamiento:
]]>A la Iglesia le pertenece esencialmente el elemento del «recibir«, del mismo modo que la fe proviene de la escucha y no es fruto de decisiones o reflexiones propias. La fe es, en realidad, encuentro con lo que yo no puedo excogitar o producir con mis solas fuerzas, sino que, al contrario, debe salir a mi encuentro. Llamamos «Sacramento» a esta estructura del recibir, del encontrar. Y es precisamente por esta razón, que pertenece a la forma fundamental del Sacramento, el hecho de que haya de ser recibido y que nadie pueda conferírselo a sí mismo. Nadie se puede bautizar a sí mismo; nadie puede administrarse la ordenación sacerdotal; nadie puede perdonarse sus propios pecados. De esta estructura de encuentra depende también el hecho de que un arrepentimiento perfecto, por su misma esencia, no puede limitarse a ser inferior, sino que impulsa hacia el encuentro del Sacramento. De aquí que no sea simplemente una infracción de determinadas prescripciones exteriores del derecho canónico ofrecerse a sí mismo la Eucaristía y administrársela sin más, sino que con ello se vulnera la más íntima estructura del Sacramento. El hecho de que únicamente en este Sacramento pueda el sacerdote administrase él mismo el Sagrado Don nos remite al mysterium tremendum al que se halla expuesto en la Eucaristía: actúa in persona Christi, de modo que, al mismo tiempo, lo representa y es hombre pecador que vive enteramente de ese acoger su don.
Las últimas decisiones tomadas por el Romano Pontífice, respecto a la liturgia con el Motu Proprio Summorum Pontificum y el levantamiento de las excomuniones de los obispos lefevbrianos, trazan un arco de lo que puede ser considerado la verdadera aplicación del Concilio Vaticano II.
Los sectores que se presentaban a sí mismos como los verdaderos intérpretes del Concilio, realmente se dedicaban no a la hermenéutica, sino a la redefinición del Credo al completo, desde la Cristología hasta la Eclesiología, pasando por todas y cada una de las disciplinas que tienen que ver con la Fe fundamentada en Cristo y transmitida por los apóstoles.
Juan Pablo II primero y Benedicto XVI después, son los verdaderos Papas del Concilio, los que han llevado a cabo, cada uno a su forma pero de manera continua, sin saltos, la aplicación de los postulados conciliares dentro de lo que es el dinamismo histórico de la Iglesia.
Escribía no hace mucho el Cardenal Ratzinger, lo siguiente:
Un cuerpo permanece idéntico a sí mismo precisamente por el hecho de que en el proceso de la vida se renueva continuamente. Para el cardenal Newman, la idea de desarrollo llegó a ser el auténtico puente de su conversión al catolicismo. Creo que, en efecto, esta idea forma parte del acervo de conceptos que no han sido todavía objeto de la consideración que se merecen, aunque también aquí corresponde al Vaticano II el mérito de haberla formulado solemnemente, por vez primera, en un documento magisterial. Quien se atiene únicamente al valor literal de la Escritura o a las formas de la Iglesia de los Padres, recluye a Cristo en el «ayer». La consecuencia es entonces, o bien una fe del todo estéril, que nada tiene que decir al hombre de hoy, o bien una actitud arbitraria, que salta por encima de dos mil años de historia, arrojándolos al cubo de la basura de las equivocaciones, y trata ahora de reflexionar cómo debería presentarse el cristianismo según la Escritura o según Jesús. Pero el resultado sólo puede ser un producto artificial de nuestro propio hacer, que no tiene en sí consistencia alguna. Una identidad real con el origen sólo puede darse allí donde se da al mismo tiempo aquella viviente continuidad que desarrolla el origen y, precisamente de este modo, lo protege.
Igleia, ecumenismo y política, parte primera, Naturaleza y Esctructura de la Iglesia. Ed. BAC.
Este texto sencillo, pero magistral, nos da la clave que explica las actuaciones que está llevando a cabo Su Santidad, en estos años de pontificado. Él nos está dando la interpretación verdadera del Concilio en continuidad con la Tradición de la Iglesia.
No podía ser de otra forma.
Estamos ante un pastor auténtico, que apacienta a sus ovejas, el dueño de la casa «que saca de sus reservas lo nuevo y lo viejo»
]]>Eluana Englaro ha nacido hoy para la otra vida, la verdadera, la que no tendrá fin. Cristo la ha llamado a su presencia y habrá dictado su veredicto, el cual desconocemos, sin embargo, nuestras oraciones en su favor serán escuchadas, porque Él es un Dios misericordioso.
El caso de Eluana está en total relación con el Salmo 13, que hoy rezamos en las horas intermedias de la Liturgia de las Horas.
Dice el necio para sí:
«No hay Dios.»
Se han corrompido cometiendo abominaciones,
no hay quien obre bien.
Los eufemismos se han sucedido desde el día que el padre decidió la fecha y la hora para terminar con la vida de su hija. Beppino Englaro ha asegurado que cumple con la voluntad de su hija, dejándola morir. Sin embargo no es esto lo que se ha hecho. No se ha dejado que la enfermedad evolucione naturalmente, para evitar el ensañamiento terapéutico. No.
Lo que se ha hecho es otra cosa.
A Eluana se le ha suspendido la alimentación y la hidratación, se le ha privado de lo mínimo imprescindible para vivir, lo que no se le niega ni a los perros. ¿Quería eso Eluana?
El Señor observa desde el cielo
a los hijos de Adán,
para ver si hay alguno sensato
que busque a Dios.
Todos se extravían
igualmente obstinados,
no hay uno que obre bien,
ni uno solo.
Algunos médicos han aportado sus recios y enjundiosos argumentos – eso sí, ciscándose en el juramento Hipocrático -; por ejemplo, el anestesista Amato de Monte, el capo de la pandilla, ha asegurado que «no sufrirá porque está muerta desde hace 17 años», entonces, ¿quiere decir que durante todo este tiempo le estaba dando agua y comida a un muerto? Un médico que no sabe diferenciar a un vivo de un muerto. Sorprendente.
Mario Riccio, el anestesista que ya le hizo una muesca en la culata por el caso Pier Giorgio Welby, afirmó que «no puede sentir hambre, sed o dolor» porque «los estímulos dependen de la corteza cerebral, que en este caso no funciona», pero claro, evocando al gran Julián Marías, no podemos hacer otra cosa que preguntar, ¿cómo lo sabe?, ¿es capaz la ciencia de ese grado de conocimiento? ¿tiene herramientas suficientes como para dilucidar algo tan subjetivo como el dolor? Está claro que no.
La mentira y la muerte unidas.
Pero ¿no aprenderán los malhechores
que devoran a mi pueblo como pan
y no invocan al Señor?
Pero la victoria no será suya. Está escrito.
Pues temblarán de espanto,
porque Dios está con los justos.
Podéis burlaros de los planes del desvalido,
pero el Señor es su refugio.
¡Ojalá venga desde Sión
la salvación de Israel!
Cuando el Señor cambie la suerte de su pueblo,
se alegrará Jacob y gozará Israel.
No vencerán.
]]>Forma extraordinaria de la Liturgia de la Iglesia
EXPOSICIÓN DOGMÁTICA.- El Tiempo de Septuagésima, que abre el ciclo de Pascua, entra de lleno en el tema de de la liturgia de Cuaresma y del Tiempo Pascual, a saber: el paso de la humanidad del estado de decadencia humana. En maitines relee el Antiguo Testamento para que adquiramos conciencia de nuestra miseria.
El primer domingo recuerda el pecado original con la caída de nuestro primer padre (Septuagésima). Luego viene el cuadro lamentable de sus consecuencias funestas, con la perversión de los hombres y el diluvio universal, que es su castigo (Sexagésima). El gesto de Abraham preparándose para inmolar a su hijo presagia el sacrificio que va a exigir Dios de su propio Hijo, en expiación de las transgresiones cometidas por la humanidad (Quincuagésima).
En la misa, después de un angustioso, aunque confiado llamamiento al socorro divino (introito de los tres domingos), hallamos en las epístolas de san Pablo una apremiante invitación a la fidelidad y al esfuerzo, así como a la caridad, de laque hace un elogio admirable. Vienen luego los evangelios, llenos totalmente de la esperanza de la salvación. La parábola de los obreros de la viña muestra que la redención se extiende a todas las edades; la del sembrador, que llega a todo hombre que recibe la palabra de Dios; la curación del ciego de Jericó, que sigue al anuncio de la pasión, proclama ya el paso de las tinieblas a la luz.
Esta liturgia, en que la miseria y la extensión del pecado imploran la redención anunciada, sirve de la introducción admirable a la Cuaresma y a la liberación pascual.
Notas de Liturgia: Septuagésima es preludio de Cuaresma, cuya austeridad y carácter penitencial anuncia. Aún no se impone el ayuno; pero ya es morado el color de los ornamentos y se suprimen los cantos de júbilo, el Gloria y el aleluya.
Introito. Salm 15, 5.7, 2-3
Circumdedérunt me génitos mortis, dolóres inférni circumdedérunt me: et in tribulatióne mea invocávi Dóminum, et exaudívit de templo sancto suo vocem meam. Ps. Díligam te, Dómine, fortitúdo mea: Dóminus firmaméntum meum, et refúgium meum, et refúfium meum, et liberátor meus. Glória.
Cercáronme los lazos de la muerte, aprisionábanme las ataduras del sepulcro; en mi angustia invoqué al Señor, y él oyó mi voz desde su templo santo. Salmo. Te amaré, Señor, fortaleza mía; el Señor es mi firmeza, y mi refugio, y mi libertador. V. Gloria, al Padre , y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Colecta.
Preces pópulo tui, quásemus, Dómine, cleménter exáudi: ut, qui juste pro peccátis nostris afflígimur, pro tui nóminis glória misericórditer liberémur. Per Dóminum nostrum Jesum Christum.
Te rogamos, Señor, escuches clemente las súplicas de tu pueblo, para que los que somos justamente afligidos por nuestros pecados, seamos librados misericordiosamente por la gloria de tu nombre. Por nuestro Señor Jesucristo.
Epístola. 1 Cor. 9,24 – 27. 10, 1-5
No basta pertenecer al pueblo de Dios y beneficiarse de su gracia. Para los cristianos, como para los judíos, la victoria final de el premio de la lucha. Hemos de luchar contra las tentaciones del mal y mostrarnos fieles a Dios.
Fratres: Nescítis quod ii qui in stádio currunt, omnes quidem currunt, sed unus áccipit bravíum ? Sic cúrrite, ut comprehendátis. Omnis autem qui in agóne conténdit, ab ómnibus se ábstine : et illi quidem ut corruptíbilem corónam accípian ; nos autem incorrúptam. Ego ígitur sic curro, non quasi in incértum : sic pugno, non quasi áërem vérberans ; sed castígo corpus meum, et in servitútem rédigo : ne forte cum áliis praedicáverim, ipse réptobus effíciar. Nolo enim vos ignoráre, fratres, quónima patres nostri omnes sub nube fuérunt, et omnes mare transiérunt, et omnes in Móyse baptizáti sunt in nube, et in mari : et omnes eámdem escam spiritálem manducavérunt, et omnes eúmdem potum spiritálem bibérunt (bibébant autem de spiritáli, consequénte eos, petra : petra autem erat Christus) : sed non in plúribus eórum beneplácitum est Deo.
Hermanos: ¿No sabéis que los atletas que corren en el estadio, todos corren, mas uno solo alcanza el premio? Corred de manera que lo ganéis. El que lucha en la arena se impone mil privaciones; ellos para recibir una corona corruptible; mas nosotros, incorruptible. Pues yo corro no como a la ventura; peleo, no como quien azota al viento; antes castigo mi cuerpo y lo reduzco a servidumbre, para que no suceda que, después de predicar a los demás, sea yo reprobado. Porque no quiero, hermanos, que ignoréis que nuestros padres estuvieron todos bajo la nube y todos pasaron el mar Rojo, y todos dirigidos por Moisés, fueron bautizados en la nube y en el mar; y todos comieron un mismo manjar espiritual, y todos bebieron la misma bebida espiritual (porque bebían de una piedra misteriosa que los iba siguiendo: y la piedra era Cristo); sin embargo no fueron los más de ellos los que agradaron a Dios.
Gradual. Salm 9,10-11.19-20
Adjútor in opportunitátibus, in tribulatióne: sperent in te, qui novérunt te: quóniam non derelínquis quæréntes te, Dómine. ℣. Quóniam non in finem oblívio erit páuperis: patiéntia páuperum non períbit in ætérnum: exsúrge, Dómine, non præváleat homo.
Auxiliador eres en el tiempo oportuno, en la tribulación; esperen en ti los que te conocen, porque no abandonas a los que te buscan, Señor. V. Porque el desvalido no será siempre olvidado, ni se verá frustrada para siempre la esperanza de los humildes. ¡Levántate, Señor, no triunfe el hombre!.
Tracto. Salm. 129, 1-4
De profúndis clamávi ad te, Dómine: Dómine, exáudi vocem meam. ℣. Fiant aures tuæ intendéntes in oratiónem servi tui. Si iniquitátes observáveris, Dómine: Dómine, quis sustinébit?. Quia apud te propitiátio est, et propter legem tuam sustínui te, Dómine.
Desde lo más profundo he clamado a ti, Señor; Señor, oye mi voz. v. Estén atentos tus oídos a la oración de tu siervo. v. Si tienes en cuenta nuestras iniquidades, Señor, ¿quién podrá subsistir? v. Pero en ti se encuentra el perdón, y por tu Ley espero en ti, Señor.
Evangelio Mat 20, 1-16
Dios llama a todos los hombres a trabajar en su viña; pero, sea cual fuere la hora en que se les invita, la recompensa final, siempre libre y magnánima, sobrepasa con mucho al trabajo realizado.
In illo témpore : Dixit Jesus discípulis suis parábolam hanc: Símile est regnum cælórum hómini patrifamílias, qui éxiit primo mane condúcere operários in víneam suam. Conventióne autem facta cum operáriis ex denário diúrno, misit eos in víneam suam. Et egréssus circa horam tértiam, vidit álios stantes in foro otiósos, et dixit illis: Ite et vos in víneam meam, et quod justum fuérit, dabo vobis. Illi autem abiçérunt. Íterum autem éxiit circa sextam et nonam horam: et fecit simíliter. Circa undécimam vero éxiit, et invénit álios stantes, et dicit illis: Quid hic statis tota die otiósi? Dicunt ei: Quia nemo nos condúxit. Dicit illis: Ite et vos in víneam meam. Cum sero autem factm esset, dicit dóminus víneæ procuratóri suo: Voca operários, et redde illis mercédem, incípiens a novíssimis usque ad primos. Cum veníssent ergo qui circa undécimam horam vénerant, accepérunt síngulos denários. Veniéntes autem et primi, arbitráti sunt quod plus essen acceptúri : accepérunt autem et ipsi síngulos denários. Et accipiéntes murmurábant advésus patremfamíias, dicéntes: Hi novíssimi una hora fecérunt, et pares illos nobis fecísti, qui portávimus pondus diéi, et æstus. At ille respóndens uni eórum, dixit: Amíce, non fácio tibi injúriam: none ex denário convenísti mecum? Tolle quod tuum est, et vade: volo autem et huic novíssimo dare sicut et tibi. Aut non licet mihi, quod volo, fácere? an óculus tuus nequam est, quia ego bonus sum ? Sic erunt novíssimi primi, et primi novíssimi. Multi enim sunt vocáti, pauci vero elécti.
En aquel tiempo: Dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: Es semejante el reino de los cielos a un hombre, padre de familia, que salió muy de mañana a ajustar obreros para su viña. Y, habiendo convenido con los obreros en darles un denario por día, los envió a ella. Y, saliendo cerca de la hora de tercia, vio otros en la plaza que estaban ociosos. Y les dijo: Id también vosotros a mi viña, y os daré lo que fuere justo. Y ellos se fueron. Volvió a salir cerca de la hora de sexta y de nona, e hizo lo mismo. Salió, por fin, cerca de la hora undécima, y vio otros que se estaban allí, y les dijo; ¿por qué estáis aquí todo el día ociosos? Y ellos le respondieron: Porque ninguno nos ha contratado. Díceles: Id también vosotros a mi viña. Al venir la noche, dijo el dueño de la viña a su mayordomo; Llama a los obreros, y págales su jornal, comenzando por los últimos hasta los primeros. Cuando vinieron los que habían ido cerca de la hora undécima, recibieron cada cual su denario. Al llegar los primeros, creyeron que les darían más; pero no recibieron sino un denario cada uno. Y al recibirlo murmuraban contra el padre de familia, diciendo: Estos últimos sólo han trabajado una hora, y los has igualado a nosotros, que hemos llevado el peso del día y del calor. Mas él dijo: Amigo, no te hago ningún agravio; ¿no conviniese conmigo en un denario? Toma lo que es tuyo y vete; pues quiero yo dar a éste, bien que sea el último, tanto como a ti. ¿no me es lícito hacer de lo mío lo que quiera? ¿O has de ver con malos ojos, porque yo soy bueno? Así que los últimos serán los primeros, y los primeros, últimos; porque muchos son los llamados y poco los escogidos.
Arrojado Del paraíso terrestre en que dios le había colocado, siente el hombre su profunda miseria e implora la misericordia divina.
El sufrimiento y la muerte, consecuencia del pecado, pesan sobre nosotros. Y bajo la carga de estas miserias, todos, con la Iglesia, nuestra madre, al frente, elevamos al Señor nuestros gritos de socorro. Grande es la desolación del hombre y persistiría sin remedio si tan pronto como cayeron nuestros primeros padres no nos hubiese Dios prometido un Salvador; a este Salvador guía la Iglesia nuestras miradas. Con ella caminamos hacia Pascua. Al mismo tiempo que nos hace tomar conciencia de nuestro infortunio, infunde en nuestras almas toda la fuerza de la esperanza cristiana, fundada sobre la fe en Cristo redentor.
Nosotros debemos aceptar las leyes de nuestra redención. La salvación es un don gratuito que adquiere para nosotros el Salvador; pero a condición, sin embargo, de que, respondiendo a la invitación divina, acudamos a trabajar en la viña del padre de familias
Misal diario y vesperal.
XV edición.Dom Gaspar Lefebvre y los monjes benedictinos de la Abadía de San Andrés.Tr: P.Germán Prado y los monjes de la Abadía de Silos.
Hoy, 8/2/2.009, sigue ejerciendo el sacerdocio y la docencia el autor de este artículo
]]>Apoyemos al Romano Pontífice.
Fuente: soutienabenoitxvi
¡ Firme la carta de apoyo al Papa !
Llamamiento de unos simples fieles Católicos
Esta carta reúne a fieles Católicos de todas las tendencias, que desean apoyar al Papa en su gesto valiente. Los animadores de este sitio le aseguran la entera confidencialidad a los firmantes cuyos nombres serán entregados únicamente a la Santa Sede.
El 21 de enero, Vuestra Santidad decidió poner término a la excomunión que recaía sobre los obispos de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X. Mediante este gesto valiente, actuasteis como pastor del rebaño que Dios os confió.
Somos hombres y mujeres involucrados en todos los aspectos de nuestra sociedad, somos padres de familia o solteros, que tras el temporal cuando “la barca parecía inundarse", desean edificar junto con Vuestra Santidad la Iglesia de mañana, tomando como base la Tradición de la Iglesia. Esta intención pasa necesariamente por la transmisión de la Fe a las generaciones futuras, por el amor a la Liturgia Católica y por la defensa de la vida humana.
Con esta carta, deseamos ante todo expresaros nuestra más honda gratitud. Si bien por este gesto histórico pueden surgir críticas en ciertos medios de comunicación hostiles que amenudo distorsionan los hechos, en nosotros suscita una inmensa alegría y nos llena de esperanza. Hemos rezado por Vuestras intenciones, atentiendo el deseo que expresasteis al principio de Vuestro pontificado: ” Rezad por mí, con el fin de que no me amedrente, por miedo, ante los lobos “.
Queremos, firmando esta carta, indicar nuestra edad y número de hijos para manifestarle a Vuestra Santidad que juntos queremos construir para las siguientes generaciones una Cristiandad, que esperamos de todo corazón, sea libre de complejos y proclame por todo el mundo el Credo.
Es con un profundo respeto filial que os dirigimos nuestras oraciones diarias, Santo Padre, para la continuación de Vuestro pontificado con el propósito de siempre magnificar a la Iglesia de Dios.
(1) Benedicto XVI, 24 de abril 2005
“Nada envalentona más la audacia de los malos que la debilidad de los buenos”
León XIII, Enciclica Sapientæ Christianæ 10 de enero 1890
La Purificación de la Santísima Virgen es la fiesta instituida en memoria del día en que Nuestra Señora fue al templo de Jerusalén para cumplir la ley de la purificación y presentar a su divino hijo Jesucristo.
2. ¿Qué era la ley de la purificación?
La ley de la purificación era la ley de Moisés que obligaba a todas las mujeres a purificarse en el templo después del parto con la obligación de un sacrificio.
3. ¿Estaba obligada la Santísima Virgen a la ley de la purificación?
La Santísima Virgen no estaba obligada a la ley de la purificación porque fue madre por obra del Espíritu Santo, conservando su virginidad.
4. ¿Por qué la Santísima Virgen se sometió a la ley de la purificación, sin estar obligada?
La Santísima Virgen se sujetó a la ley de la purificación, sin estar obligada, para darnos ejemplo de humildad y de obediencia a la ley de Dios.
5. ¿Qué ofreció en el templo la Santísima Virgen en su purificación?
La Santísima Virgen, como era pobre, ofreció en el templo en su purificación el sacrificio de las madres pobre, que era un par de tórtolas o palominos.
6.- ¿Por qué la Santísima Virgen presentó a Jesucristo en el templo?
La Santísima Virgen presentó a Jesucristo en el templo, porque por la ley antigua los padres tenían obligación de presentar a Dios sus primogénitos y de rescatarlos luego por cierta cantidad de dinero.
7. ¿Por qué había establecido Dios la ley de la presentación de los primogénitos?
Dios había establecido la ley de la presentación de los primogénitos para que su pueblo recordase siempre que fue librado de la servidumbre de Faraón cuando el Ángel mató a todos los primogénitos de los egipcios y salvó a los de los hebreos.
8. ¿Qué suceso maravilloso acaeció cuando Jesucristo fue presentado en el templo?
Cuando Jesucristo fue presentado en el templo fue reconocido como verdadero Mesías por un santo anciano llamado Simeón y por una santa viuda llamada Ana.
9. ¿Qué Hizo Simeón cuando el Niño Jesús fue presentado en el templo?
Cuando el Niño Jesús fue presentado en el templo, Simeón le tomó en sus brazos, y dando gracias a Dios dijo el cántico Nunc dimittis, con que declaró que moría contento después de haber visto al Salvador; predijo, además, las contradicciones que había de padecer Jesucristo y las penas que habían de afligir a su santa Madre.
10. ¿Qué hizo la profetisa Ana al ser presentado en el templo Jesucristo?
Al ser presentado en el templo Jesucristo, la profetisa Ana alababa y daba gracias al Señor de haber enviado el Salvador al mundo, y hablaba de ello a todos los que esperaban su venida.
11. ¿Qué hemos de sacar de los misterios de la Purificación de la Santísima Virgen y Presentación de Jesucristo?
De los misterios de la Purificación de la Santísima Virgen y Presentación de Jesucristo hemos de sacar tres cosas: 1ª cumplir exactamente la ley de Dios, sin andar buscando pretextos para dispensarnos de su observancia; 2ª desear únicamente a Dios y ofrecernos a Él para hacer su divina voluntad; 3 ª estimar en mucho la humildad y purificarnos más y más con la penitencia.
12. ¿Qué deberían hacer los padres y las madres el día de la Purificación?
Los padres y madres deberían el día de la Purificación, ofrecer sus hijos a Dios y pedirle la gracia de educarlos cristianamente.
13. ¿A qué fin se hace el día de la Purificación la procesión con candelas encendidas en la mano?
El día de la Purificación hácese la procesión con candelas encendidas en la mano en memoria del viaje que hizo la Santísima Virgen con el Niño Jesús en los brazos desde Belén al templo de Jerusalén y del júbilo que mostraron los santos Simeón y Ana al encontrarse con Él.
14. ¿Cómo hemos de asistir a la procesión que se hace en la fiesta de la Purificación el día de la Candelaria?
En la procesión que se hace el día de la Candelaria, hemos de renovar la fe en Jesucristo, nuestra verdadera luz, y pedirle nos ilumine con su gracia y nos haga dignos de ser admitidos un día en el templo de la gloria por intercesión de su Santísima Madre.
Catecismo Mayor de San Pío X, Instrucción sobre las fiestas del Señor, de la Santísima Virgen y de los Santos. Parte Segunda, Cap IV.
]]>529 La Presentación de Jesús en el Templo (cf.Lc 2, 22-39) lo muestra como el Primogénito que pertenece al Señor (cf. Ex 13,2.12-13). Con Simeón y Ana toda la expectación de Israel es la que viene al Encuentro de su Salvador (la tradición bizantina llama así a este acontecimiento). Jesús es reconocido como el Mesías tan esperado, “luz de las naciones” y “gloria de Israel", pero también “signo de contradicción". La espada de dolor predicha a María anuncia otra oblación, perfecta y única, la de la Cruz que dará la salvación que Dios ha preparado “ante todos los pueblos".
Catecismo de la Iglesia Católica
Con estas desafortunadas, duras y ofensivas palabras, se refiere el columnista de ABC y director del programa El Llamador (dedicado al mundo de las cofradías) Francisco José López de Paz – o José Cretario, el pseudónimo que utiliza para escribir sobre temas cofradieros los domingos -, a la Misa según la forma extraordinaria celebrada el pasado viernes en la Hermandad del Silencio.
Palabras hirientes, dolorosas, impías, dirigidas contra la forma extraordinaria de la Liturgia de la Iglesia, el Misal del beato Juan XXIII, que S.S. Benedicto XVI ha tenido a bien liberar.
Palabras, además, que muestran el desconocimiento y la ignorancia de un periodista que precisamente, por su oficio, debería estar bien informado, valga el oxímoron.
Como enseña la Iglesia, La Eucaristía es sacramento. El Catecismo en su número 1131 dice que
los sacramentos son signos eficaces de la gracia, instituidos por Cristo y confiados a la Iglesia por los cuales nos es dispensada la vida divina. Los ritos visibles bajo los cuales los sacramentos son celebrados significan y realizan las gracias propias de cada sacramento. Dan fruto en quienes los reciben con las disposiciones requeridas.
La Eucaristía es la fuente y el culmen de la vida eclesial (LG, 11).
La Eucaristía significa y realiza la comunión de vida con Dios y la unidad del Pueblo de Dios por las que la Iglesia es ella misma. En ella se encuentra a la vez la cumbre de la acción por la que, en Cristo, Dios santifica al mundo, y del culto que en el Espíritu Santo los hombres dan a Cristo y por él al Padre (Eucharisticum mysterium, 6).
Ahora bien, la Eucaristía no sólo es sacramento, también es sacrificio. La Eucaristía es el Santo Sacrifico, «porque actualiza el único sacrificio de Cristo Salvador e incluye la ofrenda de la Iglesia» (CIC 1.330). La Santa Misa es el Sacrificio del Cuerpo y de la Sangre de Cristo, es la renovación del sacrificio de Cristo en la cruz que se realiza de forma incruenta.
En definitiva, «la Eucaristía es fuente y culmen de toda vida cristiana» (Compendio CIC, 274); en ella Jesucristo está presente «de modo verdadero, real y sustancial» (Compendio CIC, 282)
Como dice el Motu Proprio Summorum Pontificum, el Misal del beato Juan XXIII es la expresión extraordinaria de la misma Lex Orandi: el misal del Pablo VI y el del beato Juan XXIII son dos usos del mismo rito (SP 1). Por ende, no hay misa según el rito tridentino. Ni puro, ni punto.
¿Es justo entonces, el desprecio con el que este periodista se refiere a la forma extraordinaria de la liturgia de la Iglesia? ¿No es acaso el mismo sacrifico, el mismo sacramento? Abracadabrante.
En otro orden de cosas, que la misa se diga en latín es un inconveniente, según indica José Cretario: los fieles no se enteran de nada. Omite,olvida o simplemente desconoce, José Cretario que la asociación Una Voce Sevilla reparte una separata que contiene el ordinario de la misa en latín y en español, en dos columnas separadas.
La actitud que muestra el periodista es antiecuménica y racionalista. La liturgia es una vivencia de toda la realidad del hombre, que afecta a su entendimiento, sensibilidad y afectividad. La liturgia trasciende la comprensión humana, de ahí que sea accesible a todas las personas, cultas e incultas, sencillas y sabias. ¿Está queriendo indicar Francisco José López de Paz que la Iglesia, hasta el año 1.969, estaba haciendo inaccesible la liturgia a los fieles?
Es como si para entender una obra de arte – salvando las distancias -, por ejemplo el Discóbolo, fuese necesario conocer griego. Absurdo
También olvida el articulista de ABC – o acaso desconoce – que las liturgias orientales, siguen utilizando una lengua incomprensible para la mayoría de los fieles; es más, la consagración se oculta a los fieles tras el iconostasio. Como se puede ver, el ecumenismo de Francisco José López de Paz brilla por su ausencia, ya que, las desabridas palabras que utiliza contra la Misa de Juan XXIII, se pueden dirigir contra los ritos orientales (éstos sí son ritos).
Finalmente, la constitución Sacrosanctum Concilium, dice en su número 36, lo siguiente:
36. § 1. Se conservará el uso de la lengua latina en los ritos latinos, salvo derecho particular.
§ 2. Sin embargo, como el uso de la lengua vulgar es muy útil para el pueblo en no pocas ocasiones, tanto en la Misa como en la administración de los Sacramentos y en otras partes de la Liturgia, se le podrá dar mayor cabida, ante todo, enlas lecturas y moniciones, en algunas oraciones y cantos, conforme a las normas que acerca de esta materia se establecen para cada caso en los capítulos siguientes.
§ 3. Supuesto el cumplimiento de estas normas, será de incumbencia de la competente autoridad eclesiástica territorial, de la que se habla en el artículo 22, 2, determinar si ha de usarse la lengua vernácula y en qué extensión; si hiciera falta se consultará a los Obispos de las regiones limítrofes de la misma lengua. Estas decisiones tienen que ser aceptadas, es decir, confirmadas por la Sede Apostólica.
§ 4. La traducción del texto latino a la lengua vernácula, que ha de usarse en la Liturgia, debe ser aprobada por la competente autoridad eclesiástica territorial antes mencionada.
En ningún lugar dice que el latín esté prohibido. Es más, dice que se conservará el uso del latín en los ritos latinos.
Resta hablar de la participación de los fieles. Según escribe Francisco José López de Paz,
Si la Eucaristía es participación , el viernes en el Silencio solo participó el cura
Aunque la expresión es oscura, por la orientación que le da al texto, parece que el director del El Llamador, de Canal Sur Radio, se quiere referir a la actuosa participacio de la que habla la Constitución Sacrosanctum Concilium. Pero, ¿qué es lo que dice el Concilio? Acudamos al mismo.
En el capítulo 11 de la Sacrosanctum Concilium, leemos lo siguiente:
11. Mas, para asegurar esta plena eficacia es necesario que los fieles se acerquen a la sagrada Liturgia con recta disposición de ánimo, pongan su alma en consonancia con su voz y colaboren con la gracia divina, para no recibirla en vano. Por esta razón, los pastores de almas deben vigilar para que en la acción litúrgica no sólo se observen las leyes relativas a la celebración válida y lícita, sino también para que los fieles participen en ella consciente, activa y fructuosamente.
¿Está reduciendo la actuosa participatio al idioma? Evidentemente, lo que entiende el periodista José Cretario no es lo mismo que entiende la Iglesia. La clave la podemos leer en SC 48:
48. Por tanto, la Iglesia, con solícito cuidado, procura que los cristianos no asistan a este misterio de fe como extraños y mudos espectadores, sino que comprendiéndolo bien a través de los ritos y oraciones, participen conscientes, piadosa y activamente en la acción sagrada, sean instruidos con la palabra de Dios, se fortalezcan en la mesa del Cuerpo del Señor, den gracias a Dios, aprendan a ofrecerse a sí mismos al ofrecer la hostia inmaculada no sólo por manos del sacerdote, sino juntamente con él, se perfeccionen día a día por Cristo mediador en la unión con Dios y entre sí, para que, finalmente, Dios sea todo en todos.
¿Está diciendo el director de El Llamador que los fieles no eran conscientes de que se estaba asistiendo al Sacrificio de la Misa?, ¿o acaso que desconocían el Gloria, Kyrie, Confíteor, Credo, etc y su significado? ¿Nos quiere advertir que los fieles no recibieron el sacramento con piedad? ¿Pero no lo hicieron de rodillas?
Para terminar dos anotaciones: la primera, la Eucaristía la preside Cristo: el sacerdote lo hace en su nombre – en su persona - ; la segunda, la Misa de San Pío V es la Misa bajo la cual la Hermandad del Silencio ha desarrollado la mayor parte de su historia.
En resumen, desafortunado artículo el publicado hoy por José Cretario en el ABC. El periodista no ha tenido el gusto de leerse el Motu Proprio Summorum Pontificum. Es más, muestra una ignorancia supina en lo que refiere a la doctrina eclesial.
A esto hay que añadir su falta de caridad y de comunión con el Romano Pontífice.
Ofensivo artículo.
Un verdadero despropósito.
]]>Forma extraordinaria de la Liturgia de la Iglesia
Introito. Salm 96, 7.8,1
Adoráte Deum, omnes Ángeli ejus: audivit, et laetáta est Sion; et exsultavérun fíliae Judae. Ps. Dóminus regnávit, exsúltet terra: laeténtur ínsulae multae.v. Glória.
Adorad a Dios sus ángeles todos; oyolo y alborozose Sión, y regocijáronse las hijas de Judá. Salmo. El señor reina, regocíjese la tierra; alégrense todas las islas. V. Gloria al Padre…
Colecta.
Deus, qui nos in tantis perículis constitútos, pro humána scis fragilitáte non posse subsístere : da nobis salútem mentis et córporis : ut ea, quae pro peccátis nostris pátimur, te adjuvánte vincámus. Per Dóminum nostrum.
¡Oh Dios!, que sabes que, a causa de la flaqueza humana, no podemos subsistir entre tantos peligros como nos rodean: danos salud de alma y cuerpo para vencer, con tu auxilio, o que por nuestros pecados padecemos. Por nuestro Señor.
Epístola. Rom 13, 8-10
Recordemos que todo hombre es nuestro prójimo, incluso el extranjero y el enemigo. A ellos también hay que amar y respetar.
Fratres: Némini quidquam debeátis, nisi ut ínvicem diligátis : qui enim díligit próximum, legem implévit. Nam : Non adulterábis : Non occídes : non furáberis : non falsum testimónium dices : Non concuspísces : et si quod est álliud mandátum, in hoc verbo instaurátur : Díliges próximum tuum sicut teipsum. Diléctio prósimi malum non operátur. Plenilum non operátur. Plenitúdo ergo legis est diléctio.
Hermanos: No debáis a nadie nada, sino el mutuo amor; porque el que ama al prójimo, ha cumplido la Ley. En efecto: no adulterarás; no matarás; no hurtarás; no dirás falso testimonio; no codiciarás, y si algún otro mandamiento queda, en esta sentencia se halla resumido: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. El amor al prójimo no obra el mal; así , el cumplimiento de toda la ley está en el amor.
Gradual. Salm 101, 16-17
Timébunt gentes nomen tuum, Dómine, et omnes reges terrae glóriam tuam. V. Quóniam aedificávit Dóminus Sion : et vidébitur in majestáte sua.
Los pueblos venerarán tu nombre, Señor, y todos los reyes de la tierra tu gloria. V. Porque el Señor reedificará Sión y en ella será visto en su majestad.
Aleluya. Salm. 144, 21.
Allelúia, allelúia.v. Dóminus, regnávit, exsúltet terra: laeténtur ínsulae multae. Allelúia.
Aleluya, aleluya. V. Reina el Señor; regocíjese la tierra, alégrense todas las islas. Aleluya.
Evangelio Mat 8, 23-27
San Jerónimo asocia a este milagro el relato bíblico en que aparece Jonás durmiendo tranquilamente mientas los demás están en trance de muerte: «Se le despierta, él ordena y, con su sacrifico, símbolo del de Jesús, libra del peligro a los que le han despertado».
In illo témpore : Ascendénte jesu in navículam, secúti sunt eum discípuli ejus: et ecce motus magnus factus est in mari, ita ut navícula operirétur flúctibus, ipse vero dormiébat. Et accessérunt ad eum discípuli ejus, et suscitáverunt eum, dicéntes: Dómine, salva nos, perímus. Et dicit eis Jesus : Quid tímidi estis, módicae fídei ? Tunc surgen, imperávit ventis et mari, et facta est tranquíllitas magna. Porro hómines miráti sunt, dicéntes: Qualis est hic, quia venti et mare obédiunt ei?.
En aquel tiempo: Subió Jesús a una barca, y con él sus discípulos. De pronto se levantó en el mar fuerte borrasca, hasta el punto de verse la nave cubierta por las olas; mas Jesús dormía. Y, acercándose a él sus discípulos, le despertaron diciendo: ¡Señor, sálvanos, que perecemos! Díjoles Jesús: ¿Por qué sois tan tímidos y de tan poca fe? Levantóse entonces e imperó a los vientos y al mar, y siguiese gran bonanza. Y los discípulos, maravillados, decían: ¿Quién es éste a quien los vientos y el mar le obedecen?.
«¡Señor, sálvanos, que perecemos!… Levántose entonces Jesús e imperó al viento y al mar, y siguió una gran bonanza.»
Mientras el evangelio manifiesta la divinidad de Jesús y reclama de nuestra parte una fe cada vez mayor en su divino poder, las oraciones subrayan nuestra humana debilidad. Imploran la ayuda necesaria para continuar siendo lo que debemos ser, para sostener nuestra vida sobrenatural y purificarnos del pecado. Desde la barca de los apóstoles, Jesús, con un gesto soberano, calma las olas enfurecidas; su presencia en nuestra vida trae la calma y la seguridad.
La epístola continúa exponiendo las enseñanzas de san Pablo sobre los deberes del cristiano. Con respecto al prójimo, se resumen en la caridad. Nunca amaremos verdaderamente a los demás si no observamos las disposiciones que regulan nuestras relaciones con ellos. Amar al prójimo es cumplir toda la ley.
Misal diario y vesperal. XV edición.Dom Gaspar Lefebvre y los monjes benedictinos de la Abadía de San Andrés.Tr: P.Germán Prado y los monjes de la Abadía de Silos.
]]>El fallo del Tribunal Supremo, que niega el derecho de los padres a la objeción de conciencia frente a la asignatura Educación para la Ciudadanía, nos permite constatar varios hechos:
1º.- En España no hay Democracia. Algo evidente y patente, tan claro como la luz del día. Primero, porque no hay división de poderes (ejecutivo, legislativo y judicial), sino un solo poder y división de funciones; segundo, porque el pueblo no elige a sus representantes.
2º.- Los españoles viven bajo un poder oligárquico: los partidos políticos han sustraído la voluntad popular.
3º.- Por lo que se conoce hasta ahora, a los padres no les asiste el derecho a la objeción de conciencia frente a la asignatura de Educación para la Ciudadanía; a su vez, reconoce que las autoridades administrativas o escolares no pueden imponer criterios morales. Los contenidos de las asignaturas deben tomar como referencia los valores constitucionales. Es decir, las autoridades no pueden imponer criterios morales, pero sí los constitucionales. Áteme esa mosca por el rabo.
Lo que no se aclara, a modo de arcano es:
- Qué es un valor.
- Cómo se actúa según un valor.
- Por qué los valores constitucionales son buenos, más a más, cuando son contradictorios entre sí. Por ejemplo, la Constitución garantiza el derecho a la vida, sin embargo, se permite matar a los niños no nacidos.
4º.- El Tribunal Supremo expresa que no cabe objeción a las asignaturas establecidas por una Ley Orgánica de Educación. Está claro, ya que de esta forma se podría objetar a las Matemáticas. Sin embargo, los padres objetan la asignatura por los contenidos, por la imposición moral. Las dos cosas van unidas. Sin embargo el Supremo las separa, como si en vez de aplicar el derecho fueran unos sofistas. Curioso. Quizás es la única forma que han encontrado de pasar por encima del derecho fundamental de los padres a educar a sus hijos.
Quizás sería el momento de dar un paso adelante, donde los obispos, colegios católicos y los padres, se opusiesen en bloque a la asignatura de marras, pero esto, hoy en día es un imposible, especialmente mientras los miembros de la FERE sigan instalados en la prebenda y la sinecura de las subvenciones – que poco alcanza, por lo que se venden por un plato de lentejas -, y en la traición a la doctrina.
Es cierto que no se ha perdido todo. Que haya habido siete magistrados que se han opuesto a la componenda es un signo de resistencia – desde luego, el que no se consuela es porque no quiere -, pero aun así, la situación no es nada halagüeña, especialmente para las familias que tengan a sus hijos en colegios públicos. Vendrán mal dadas, pero no hay que desfallecer, ni caer en la desesperanza.
La victoria será nuestra.
]]>Hijos de San Antonio María Claret.
Quién lo diría.
Una web de los claretianos donde se afirma que «un buen divorcio es mejor que una pésima convivencia en pareja que pueda repercutir de una forma muy negativa en los hijo» - pero, ¿hay divorcios buenos? -; donde la sexualidad se reduce a una mera opción, «una experiencia susceptible de ser modificada», desligándola de toda referencia a la naturaleza humana, lo que deviene pues en una pérdida del sentido de complementariedad de la masculinidad y la feminidad, donde cada uno posee totalmente la naturaliza humana pero no tienen del mismo modo aspectos accidentales de cierta naturaleza.
Tremenda realidad la que se nos ofrece, cuando se iguala el aborto natural al inducido, donde lo único que se intenta es eliminar los remordimientos de conciencia – ellos de forma eufemística lo llaman conflicto mental -, que provoca el aborto, como consecuencia del pecado que se comete.
Y todo esto promovido por algunos hijos de San Antonio María Claret.
Todo es tan hediondo, tan mefítico, tan repugnante a la moral. Hablarle a esta gente de doctrina es innecesario, ¿es que acaso la desconocen? Están colaborando a la disolución de la moral católica en el mundo, borrando las fronteras del bien y del mal.
El Superior Provincial de los Claretianos, dice que “no es una página de pastoral. En ella se valoran cuestiones sin provocar de entrada una confrontación, porque se dirige a gente que está en la frontera”.
Temen exponer la Verdad, esto es, a Cristo. Utilizan métodos espúreos. Sólo conseguiran la nada.
En Notre charge apostolique, el Santo Papa Pío X, escribió lo siguiente:
¿Qué pensar, finalmente, de un católico que al entrar en su circulo de estudios deja su catolicismo a la puerta para no asustar a sus camaradas, que, “sonando en una acción social desinteresada, rechazan subordinarla al triunfo de intereses, de grupos o incluso de convicciones, sean las que sean"? Notre charge apostolique, 32
¿Qué pensaremos, en definitiva, de la Fundació Claret?
]]>Forma extraordinaria de la Liturgia de la Iglesia
Introito. Salm 96, 7-8.1
Adoráte Deum, omnes Ángeli ejus: audívit, et laetáta est Sion: et esxultavérunt fíliae Judae. Ps. Dóminus regnávit, exsúltet terra : laeténtur ínsulae multae. v. Glória.
Adorad a Dios, sus ángeles todos; oyólo y alborozóse Sión, y regocijáronse las hijas de Judá. Salmo. Reina el Señor; regocíjese la tierra, alégrense todas las islas. V. Gloria al Padre.
Colecta.
Omnípotens sempitérne Deus, infirmitátem nostram propítius réspice: atque ad protegéndum nos, déxteram tuae majestátis exténde. Per eúmdem Dóminum.
Omnipotente y sempiterno Dios, mira propicio nuestra flaqueza y extiende, para protegernos, la diestra de tu majestad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Epístola. Rom 12,16-21
Traduce san Pablo, para la práctica de la vida cristiana, el mandamiento del Señor: Amaos los unos a los otros, amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os odian.
Fratres: Nolíte esse prudentes apud vosmetípsos: nulli malum pro malo reddéntes: providentes bona non tantum coram Deo, sed étiam coram ómnibus homínibus. Si fíeri potest, quod ex vobis est, cum ómnibus homínibus pacem habéntes : non vosmetípsos defendéntes, caríssimi, sed date locum irae. Scriptum est enim : Mihi vindícta : ego retríbuam, dicit Dóminus. Sed si esuríerit inimícus tuus, ciba illum ; si sititi, potum da illi: hoc enim fáciens, carbónes ignis congéneres super caput ejus. Noli vinci a malo, sed vince in bono malum.
Hermanos: No os tengáis por sabios ni volváis a nadie mal por mal; procurad obrar bien no sólo ante Dios, sino también ante todos los hombres. Si es posible, cuanto esté de vuestra parte, vivid en paz con todos. No os venguéis, amados míos, mas dad lugar a la ira de Dios, porque escrito está: Mía es la venganza; yo haré justicia, dice el Señor. Por el contrario, si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer; si sed, dale de beber; porque si esto haces, carbones encendidos amontonarás sobre su cabeza. No te dejes vencer del mal, son vence al mal con el bien.
Gradual. Salm 101, 16 -17
Timébunt gentes nomen tuum, Dómine, et omnes reges térrea glóriam tuam. V. Quóniam aedificávit Dóminus Sion : et vidébitur in majestáte sua.
Los pueblos venerarán tu nombre, Señor, y todos los reyes de la tierra tu gloria. V. Porque el Señor reedificará Sión y en ella será visto en su majestad.
Aleluya. Salm. 96, 1.
Allelúia, allelúia.v. Dóminus regnávit, exsúltet terra: laeténtur ínsulae multae. Allelúia.
Aleluya, aleluya. V. Reina el Señor, regocíese la tierra, alégrense todas las islas. Aleluya.
Evangelio Mat. 8, 1-13
A nadie se excluye de la salvación que trae Jesús al mundo. Los israelitas debían ser los primeros beneficiados; pero se da acceso a todos los pueblos de la tierra, a todos los creyentes, vengan de donde vinieren.
In illo témpore: Cum descendísset Jesus de monte, secútae sun eum turbae multae : et ecce leprósus véniens, adorábat eum, dicens : Dómine, si vis, potes me mundáre. Et exténdens Jesus manum, tétigit eum, dicens : Volo, mundáre. Et conféstim mundáta est lepra ejus. Et ait illi Jesus : Vide, némini díxeris: sed vade, osténde te sacerdóti, et offer munus, quod præcépit Móyses, in testimónium illis. Cum autem introísset Caphárnaum, accéssit ad eum centúrio, rogans eum, et dicens: Dómine, puer meus jacet in domo paralyticus, et male torquétur. Et ait illi Iesus: Ego véniam, et curábo eum. Et respóndens centúrio, ait: Dómine, non sum dignus, ut intres sub tectum meum: sed tantum dic verbo, et sanábitur puer meus. Nam et ego homo sum sub potestáte constitútus, habens sub me milites, et dico huic: Vade, et vadit: et álii: Veni, et venit; et servo meo: Fac hoc, et facit. Áudiens autem Jesus, mirátus est, et sequéntibus se dixit: Amen dico vobis, non invéni tantam fldem in Israël. Dico autem vobis, quod multi ab Oriénte et Occidénte vénient, et recúmbent cum Abraham, et Isaac, et Jacob in regno cælórum: fílii autem regni eiiciéntur in ténebras exterióres: ibi erit fletus, et stridor déntium. Et dixit Iesus centurióni: Vade, et sicut credidisti, fiat tibi. Et sanátus est puer in illa hora.
En aquel tiempo: Habiendo bajado Jesús del monte, siguióle mucho gentío; y viniendo un leproso, se prosternó ante él, diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme. Extendió Jesús la la mano y le tocó, diciendo: Quiero, queda limpio. Y al instante quedó limpio de su lepra. Y le dijo Jesús: Mira que a nadie lo cuentes; pero ve, muéstrate al sacerdote y ofrece la ofrenda que mandó Moisés para que les sirva a ellos de testimonio. Y habiendo entrado en Cafarnaúm, llegase a él un centurión que le rogó diciendo: Señor, tengo un criado postrado en casa, paralítico, y sufre mucho. A lo que respondió Jesús: Yo iré y le curaré. Y replicó el centurión: Señor, yo no soy digno de que entres bajo mi techo; mas di una sola palabra, y curará mi siervo. Pues yo soy un hombre que, aunque bajo la potestad de otro, como tengo soldados a mi mando, digo al uno: Vete, y va; y al otro: Ven, y viene; y a mi siervo: Haz esto, y lo hace. Al oírle Jesús, quedó admirado, y dijo a los que le seguían: En verdad os digo, no he hallado tanta fe en Israel. Pues también os digo: Vendrán muchos de Oriente y de Occidente, y se pondrán a la mesa con Abraham, Isaac y Jacob en el reino de los cielos; pero los hijos del reino serán arrojados a las tinieblas de exterior, donde habrá llanto y rechinar de dientes. Y dijo al centurión: Vete, y sucédate como has creído. Y sanó el siervo en aquella hora.
Este domingo sirve de marco a todos los que han de seguir hasta Septuagésima. El introito y los demás cánticos de la misa son los mismos; al proclamar la gloria y la realeza universal de Cristo, invitan a su adoración. De este modo, la liturgia del Tiempo después de Epifanía se aproxima al Tiempo de la Navidad.
Las oraciones, en cambio, tienen un carácter más general; como las del Tiempo después de Pentecostés, son la expresión de la plegaria cristiana en sus peticiones y disposiciones habituales, sin relación directa con una fiesta o un misterio particular. Y lo mismo hay que decir por lo que se refiere a la epístola y al evangelio.
La epístola es continuación de la del domingo anterior, y trata del espíritu que debe animar a los creyentes con relación a todos los hombres, sean quienes fueren. Les debemos tener una voluntad buena y pacífica, que no se deje desarmar por nada, mucho menos por el mal. El evangelio nos invita a la confianza, por miserables que seamos o por muy alejados que estemos de Dios. El leproso que obtiene la curación de su criado, son dos ejemplos aleccionadores. El elogio de la fe del centurión culmina en la solemne declaración con que anuncia Jesús el acceso de todos los pueblos a la salvación.
Misal diario y vesperal. XV edición.Dom Gaspar Lefebvre y los monjes benedictinos de la Abadía de San Andrés.Tr: P.Germán Prado y los monjes de la Abadía de Silos.
]]>En definitiva se acaba por fin con una situación anómala en la que se encontraban ciertos hijos de la Iglesia. Era un contrasentido que unos fieles tan apegados a la Tradición estuviesen unidos a unos Obispos excomulgados.
Sin embargo no todo queda aquí. Habrá que seguir rezando y pidiendo por este paso que se ha dado, ya que todavía quedan abiertas las cuestiones referentes al Concilio Vaticano II, respecto a las cuales los seguidores de Lefebvre tienen ciertas reticencias.
Si hay algo de lo que no se puede acusar a los lefebvrianos es de heterodoxia. Contrasta su actitud respecto a la doctrina, con la de Masiá. En Atrio ha publicado su enésimo artículo donde levanta la bandera del disenso contra un documento doctrinal, la Dignitatis Humanae (del artículo hablaremos otro día), sin embargo esto no impide que nos preguntemos sobre la comunión eclesial de Masiá, el cual sigue siendo sacerdote católico.
Unos buscan la comunión, otros se instalan en el disenso. Esto hace más grande lo realizado por el Papa Benedicto XVI, Papa que, por otra parte no deja de levantar sorpresas.
¡Demos gracias a Dios!
]]>El último timo que plantean los políticos y allegados del PP, es decir que votar al partido de Rosa Díez, UPyD es malo malísimo porque es de izquierdas, laicista y está a favor del aborto.
Lo que callan es que no hay muchas diferencias con el PP, por lo menos en lo tocante a la moral. Quizás la principal diferencia entre un partido de izquierdas y otro de ¿derechas?, hoy día se encuentre en el grado de intervención del Estado en materia económica y en el control del gasto, pero claro, en este asunto la referencia está en los tiempos del presidente Aznar. Está claro que del equipo de Rajoy no tenemos datos y se desconocen las actuaciones que llevarían a cabo en materia económica.
En lo que no hay dudas es que, por mucho que nos quieran vender la burra, el PP, como el PSOE y UPyD son el mismo perro con diferente collar, en lo tocante a la moral. El PP es un partido que cuando estuvo en el gobierno, no hizo nada por solucionar el tema del aborto. No movió ni un dedo. Dejó la cuestión tal como la había planteado el PSOE.
Tras las modificaciones que ha realizado el PSOE en materia de costumbres con el matrimonio homosexual y el divorcio instantáneo, más las que anuncian respecto al aborto y la eutanasia, es de sentido común pensar que, en el caso que el PP llegase al poder, no abrogaría las mismas. Entre otras cosas porque cuando pudo hacerlo no lo hizo.
Hoy, Federico Trillo, refiriéndose al trasvase de votos que se está dando entre UPyD y el PP, ha expresado con muy poca vergüenza lo siguiente:
Están buscando refugio porque están mal informados. Respeto y admiro por su defensa de la unidad de España a Rosa Díez, pero no entiendo como votantes del PP pueden compartir algo como el aborto, el matrimonio gay, la eutanasia o el intervencionismo económico
Que un católico como Trillo – así se reconoce él – diga esto, precisamente cuando su partido ha votado afirmativamente al matrimonio homosexual, la eutanasia y el aborto, es de un cinismo tremendo, una soberbia increíble. En el PP piensan que los católicos somos tontos.
El PP y UPyD en los temas que atañen a la dignidad de la persona, tienen el mismo pensamiento. No hay ninguna diferencia. Lo que está planteando el PP y sus adláteres no es más que un embeleco.
La pregunta no es si un católico puede votar a UPyD. La pregunta es si un político católico puede seguir perteneciendo al PP sin que salga su fe mancillada.
]]>A un lado, los políticos hollan los presupuestos, sacados directamente de los bolsillos de los ciudadanos sin su consentimiento: el dinero que se gana con el sudor de la frente, ellos lo malgastan sin ningún tipo de pudor.
Al otro, banalidad, futilidad y vanidad, como si la cosa no fuera con ellos.
Mientras, el paro crece indefectiblemente. Muchas criaturas ya han agotado las ayudas que este Estado intervencionista es capaz de dar. Sin embargo, su lucha no es esta. Ellos están en otra cosa, en el desarme moral de la sociedad. Su objeto es la animalización del hombre , porque al fin a la postre siempre será más fácil domeñar a un animal: mejor que piensen con los genitales que con la cabeza.
¿Crisis económica? Crisis moral. El Estado se ha dedicado a disolver la moral, creando otra, pero ¿cómo es posible gobernar a un conjunto de barcos sin que se tenga un fin, sin saber a dónde hay que dirigir la flota? Los navíos tienen que tener sus timones a punto, para evitar colisiones, por otro, tienen que saber navegar sin colisionar, sin chocarse entre sí.
Sin embargo los políticos cambian las reglas sociales y, a su vez, intentan modificar la moral personal, con el único objeto de que la casta permanezca. La mentira es un medio más para ello.
No hay vergüenza.
]]>Forma extraordinaria de la Liturgia de la Iglesia
Introito. Salm 65,4
Omnis terra adóret te, Deus, et psallat tibi ; psalmum dicat nómini tuo, Altíssime. Ps. Jubiláte Deo, ovnis terra, psalmum dícite nómini ejus: date glóriam laudi ejus. v. Glória.
Adórete toda la tierra, ¡oh Dios!, y cante tus loores; diga un salmo a tu nombre, ¡oh Altísimo! Salmo. Cantad a Dios, ¡oh tierra toda!, cantad salmos a su nombre; dadle gloria y alabanzas. v. Gloria al Padre
Colecta.
Omnípotens sempitérne Deus, qui caeléstia simul et terréna moderáris : supplicatiónes pópuli tui cleménter exáudi ; et pacem tuam nostris concéde tempóribus. Per Dóminum.
Omnipotente y sempiterno Dios, que gobiernas a la par cielos y tierra, escucha clemente las súplicas de tu pueblos y concede la paz a nuestros días. Por nuestro Señor Jesucristo.
Epístola. Rom 12, 6-16
Durante tres domingos consecutivos la epístola de la misa se toma de la carta de san Pablo a los romanos; los capítulos 12 – 14, de donde se toman, recuerdan los deberes del cristiano.
FRATRES: Habiéntes donatiónes secúndum grátiam, quae data est nobis, diferéntes : sive prophetíam secúndum ratiónem fídei, sive ministérium in ministrando, sive qui docet in doctrína, qui exhortátur in exhortándo, qui tríbuit in simplicitáte, qui praes in sollicitúdine, qui miserétur in hilaritáte. Diléctio sine simulatióne. Odiéntes malum, adhaeréntes bono: caritáte fraternit´tais ínvicem diligéntes; honóre ínvicem praeveniéntes: sollicitúdine non pigri: spíritu fervéntes: Dómino serviéntes: oratióni instantes: necessitátibus sanctórum communicántes: hospitalitátem sectántes. Benedícite persequéntibus vos: benefícite, et nolíte maledícere. Gaudére cum gaudéntibus, flere cum fléntibus; idípsum ínvicem sentiéntes; non alta sapiéntes, sed humilíbus consentiéntes.
Hermanos: Tenemos dones diferentes según la gracia que se nos ha dado; unos, la profecía, según la medida de la fe; otros, el ministerio para servir; otros, la enseñanza para enseñar; quién, el de exhortación, para exhortar; quién, el de dar con sencillez; el que preside, hágalo con solicitud; el que hace obras de misericordia, hágalas con alegría. Vuestra caridad sea sincera, aborreced lo malo, aplicaos a lo bueno, amaos mutuamente con fraternal amor, anticipándoos en honraros unos a otros. Sed diligentes sin flojedad, fervorosos de espíritu, pues servís al Señor; gozaos con la esperanza; en la tribulación sed sufridos; en la oración, perseverantes; socorred las necesidades de los fieles; ejerced la hospitalidad. Bendecid a los que os persiguen; bendecid y no maldigáis. Alegraos con los que se alegran; llorad con los que lloran; vivid en armonía; no ansiéis grandezas, sino acomodaos a lo que sea más humilde.
Gradual. Salm 106, 20-21
Misit Dóminus verbum suum, et sanávit eos: et erípuit eos de intéritu eórum. V. Confiteántur Dómino misericórdiae ejus : et mirabília ejus fíliis hóminum
Envió el Señor su palabra y los sanó; y los arrancó de la muerte. V. Alaben al Señor pos sus misericordias y sus maravillas a favor de los hijos de los hombres.
Aleluya. Salm 148,2
Allelúia, allelúia.v. Laudáte Dóminum, omnes Ángeli ejus: laudote eum, omnes virtútes ejus. Allelúia.
Aleluya, aleluya. V. Alabad al Señor, todos sus ángeles; alabadle, todos sus ejércitos. Aleluya.
Evangelio Juan 2,1-11
Al comentar san Ambrosio el papel de la Virgen María en las bodas de Caná, subraya el significado de su intervención. Ella había aprendido de su hijo a no pedirle servicios ordinarios, sino únicamente aquéllos que sólo Dios puede satisfacer.
In illo témpore: Núptiae factae sunt in Cana Galilaéae: et erat mater Jesu ibi. Vocátus est autem et Jesus, et discípuli ejus ad nuptias. Et deficiénte vino, dicit mater Jesu ad eum: Vinum non habent. Et dicit ei Jesus: Quid mihi et tibi est, múlier? Nondum venit hora mea. Dicit mater ejus minístris: Quodcumque dixérit vobis, fácite. Erant autem ibi lapídeæ hýdriæ sex pósitæ secúndum purificatiónem Judæórum, capiéntes síngulæ metrétas binas vel ternas. Dicit eis Jesus: Impléte hýdrias aqua. Et implevérunt eas usque ad summum. Et dicit eis Jesus: Hauríte nunc, et fert architriclíno. Et tulérunt. Ut autem gustávit architriclínus aquam vinum factam, et non sciébat unde esset, minístri autem sciébant, qui háuserant aquam: vocat sponsum architriclínus, et dicit ei: Omni homo primum bonum vinum ponit: et, cum inebriáti fúerint, tunc id, quod detérius est. Tu autem servásti bonum vinum usque adhuc. Hoc fecit inítium signorum Iesus in Cana Galilaéæ: et manifestávit gloriam suam, et credidérunt in eum discípuli eius.
En aquel tiempo celebráronse unas bodas en Caná de Galilea y estaba la madre de Jesús allí. Fue convidado también Jesús con sus discípulos a las bodas. Y llegando a faltar vino, la madre de Jesús le dice: No tienen vino. Respondióle Jesús: Mujer, ¿qué nos va a ti y a mí? Aún no ha llegado mi hora. Mas su madre dijo a los que servían: Haced cuanto él os dijere. Había allí seis cántaros de piedra destinados a las purificaciones judaicas, en cada uno de los cuales cdabían dos o tres metretas. Y les dijo Jesús: Llenad de agua los cántaros. Y los llenaron hasta el borde. Y les dijo Jesús: Sacad ahora y llevad al maestresala. Y así lo hicieron. Y luego que gustó el maestresala el agua hecha vino, como no sabía de dónde era (aunque los sirvientes lo sabían, porque habían sacado el agua), llamó al esposo y le dijo: Todos suelen servir al principio el buen vino, y cuando ya han bebido bien los convidados, entonces sacan el más flojo; pero tú has reservado el bueno hasta ahora. Éste fue el primer milagro que hizo Jesús en Caná de Galilea; y manifestó su gloria, y creyeron en él sus discípulos.
Por su evangelio de las bodas de Caná y dos cánticos tomados de él se emparenta la liturgia de este domingo con la del Tiempo de Navidad y de Epifanía; lo demás se aproxima a los domingos siguientes.
El evangelio domina por su simbolismo, que es doble. Las bodas figuran la alianza; el agua cambiada en vino, la superioridad de la alianza nueva sobre la antigua con el anuncio de la Eucaristía. «¿Por qué ha de extrañar que asista el Señor a unas bodas si ha venido a este mundo para desposarse?» Esto dice san Agustín en maitines y comenta, uno tras de otro ambos simbolismos.
Todos los Padres han visto en el milagro de Caná el anuncio de la Eucaristía, de la transformación de nuestras almas bajo la acción de Cristo. «Aqua eramus, vinum nos fecit. Éramos agua y nos ha convertido en vino». Este cambio profundo de nuestro ser, que nos emparenta con Cristo desde aquí abajo, nos prepara para el banquete de las bodas eternas, al que estamos todos invitados con toda la Iglesia.
Misal diario y vesperal. XV edición.Dom Gaspar Lefebvre y los monjes benedictinos de la Abadía de San Andrés.Tr: P.Germán Prado y los monjes de la Abadía de Silos.
]]>Para el ginebrino, todas las religiones tienen defectos, pero la peor - utilizando sus palabras «tan evidentemente mala» - , es la religión del sacerdote. ¿Cuál es la razón para que la Iglesia resulte tan demoníaca para Rousseau?: la ruptura de la unidad social, porque el hombre puede no obedecer las leyes del Estado en las ocasiones en las que entre en conflicto con su conciencia.
La vinculación entre religión y leyes del Estado es muy importante para Rousseau, ya que de esta manera resultará imposible esclavizar al pueblo. Esta era una de las propiedades que caracterizaban a las civilizaciones de la antigüedad. Con el advenimiento del cristianismo, esta unidad se romperá, siendo el Islam el que finalmente lo recupere, por ello, la religión mahometana recibirá las alabanzas del filósofo ilustrado.
¿Es antirreligiosa la Ilustración? No al menos Rousseau, uno de sus máximos exponentes. Refutando a Bayle (ninguna religión es útil al cuerpo político) y a Warbuton (el cristianismo es el apoyo más firme para el Estado) dirá lo siguiente:
Al primero se le probaría que jamás se fundó Estado alguno al que la religión no sirviera de base, y al segundo que la ley cristiana es en el fondo más perjudicial que útil para la constitución fuerte del Estado
Es decir, para Rousseau la religión es útil, pero tiene que estar sometida al poder del Estado, «los súbditos no deben, por tanto, cuentas al soberano de sus opiniones, salvo que estas opiniones importen a la comunidad. Ahora bien, importa mucho mucho al Estado que cada ciudadano tenga una religión que le haga amar sus deberes; pero los dogmas de esta religión no interesan ni al Estado ni a sus miembros sino en tanto que esos dogmas se refieren a la moral y a los deberes que quien la profesa está obligado a cumplir para con otro. Todos pueden tener además las opiniones que les plazcan, sin que corresponda al soberano conocerlas: porque como no tiene ninguna competencia en el otro mundo, cualquiera que sea la suerte de los súbditos en la vida futura no es asunto suyo con tal que sean buenos ciudadanos aquí abajo».
¿Cabe el cristianismo en este Estado? Sí, pero tal como lo entiende Rousseau, lo que él denomina «la religión del hombre»:
sin templos, sin altares, sin ritos, limitada al culto puramente interior del Dios supremo y a los deberes eternos de la moral, es la pura y simple religión del Evangelio, el verdadero teísmo, y lo que se puede llamar el derecho divino natural (…)
Es importante el giro radical que Rousseau imprime al concepto de cristianismo. Para Rousseau el cristianismo «no es el de hoy, sino el del evangelio» - atención con las palabras utilizadas, ¿acaso no escuchamos hoy estas viejas – nuevas plabras? -. El cristianismo del evangelio es totalmente diferente: «por esta religión santa, sublime, verdadera, los hombres, hijos del mismo Dios, se reconocen todos por hermanos, y la sociedad que los une no se disuelve siquiera con la muerte».
Es muy importante lo que escribe Rousseau porque está inventando un nuevo cristianismo, separándolo de la Sagrada Tradición: estamos asistiendo al parto de un nuevo concepto de religión cristiana.
A pesar de este cambio, este nuevo cristianismo sigue siendo pernicioso para el cuerpo social tal como lo entiendo Rousseau:
al no tener esta religión ninguna relación particular con el cuerpo político, deja a las leyes la sola fuerza que ellas sacan de sí mismas sin añadirles ninguna otra, y por ello queda sin efecto uno de los grandes vínculos de la sociedad particular. Más aún: lejos de destinar los corazones de los ciudadanos al Estado, los despega de él como de todas las cosas de la tierra: no conozco nada más contrario al espíritu social.
Sin embargo, este «cristianismo evangélico» cabría, en cierta manera, dentro de la nueva configuración de Estado que delinea el filósofo ilustrado, ya que «el cristianismo es una religión completamente espiritual, ocupada sólo de las cosas del cielo». Tendrían que cumplir con sus deberes como ciudadanos, que se encuentran reflejados en una profesión de fe puramente civil cuyos artículos fijará el soberano, a modo de sentimiento de sociabilidad y sin los cuales será imposible ser buen ciudadano. Estos dogmas de la religión civil son pocos y sencillos, «la existencia de la divinidad poderosa, inteligente, bienhechora, previsora y providente, la vida por venir, la felicidad de los justos, el castigo de los malvados, la santidad del contrato social y de las leyes». Sólo la intolerancia será excluida.
De ahí que Rousseau tolere todas aquellas religiones que toleren a las demás, siempre que sus dogmas no vayan contra los deberes de los ciudadanos. ¿Y la religión católica?: «Es tan evidentemente mala que es perder el tiempo entretenerse en demostrarlo. Todo cuanto rompe la unidad social nada vale: todas las instituciones que ponen al hombre en contradicción consigo mismo nada valen». Por ello afirmará el ginebrino apodícticamente:
Pero quien se atreva a decir: fuera de la Iglesia no hay salvación, debe ser echado del Estado, a menos que el Estado sea la Iglesia, y que el príncipe sea el Pontífice
En definitiva, no hay separación Iglesia – Estado, sino superioridad del Estado sobre la Iglesia. La Ilustración no es atea, sino anticristiana, anticatólica. Sólo admite un cristianismo: el modificado según su criterio, que no es de los apóstoles, ni el de Cristo.
Estos polvos de antaño, explican los lodos de hogaño. Con estos criterios no queda otra cosa que sustituir una moral por otra. A veces con más beligerancia, otras con menos.
En la actualidad, a través de la aplicación de leyes (antinatalistas, divorcistas, cultura de la muerte) que vayan desgajando al hombre de la familia, facilitando a su vez la reeducación del individuo (con actuaciones tan burdas como EpC), con el único objeto de domeñar su conciencia, creando finalmente lo que se conoce como el buen ciudadano.
Y para conseguir dicho objetivo la Iglesia Católica sobra.
p.s. Las citas de Rousseau están sacadas del capítulo VIII, libro IV del Contrato Social. Ed. Alianza Editorial.
]]>No por mucho repetir un argumento, éste se vuelve verdadero. Si todos los días nos levantásemos pensando que lo blanco es negro, no por ello el ébano se volvería níveo. La Ilustración con sus revoluciones no trajo la separación de la Iglesia y del Estado. La Ilustración y sus epígonos modernos nunca han querido que la Iglesia se encuentre aparte, sino bajo la férula del poder estatal.
En líneas generales podemos decir que la Ilustración, en su
versión inglesa (por protestante) o en su versión francesa (por anticlerical), ha sido enemiga de la Iglesia, recogiendo estos pensamientos sus herederos hasta el día de hoy. Y digo de la Iglesia, no de la religión.
El gran triunfador, por el influjo que tiene su pensamiento, ha sido sin ningún genero de dudas Rousseau, el abuelo de todos los progres de izquierdas y derechas que hollan por los campos de nuestra contemporaneidad. Rousseau distinguió, en el capítulo VIII del libro IV del Contrato Social, tres tipos de religión:
1ª.- La religión del hombre: «sin templos, sin altares, sin ritos, limitada al culto puramente interior del Dios supremo y a los deberes eternos de la moral». Para Rousseau, esta es la religión del Evangelio. Resulta curioso que coincide su descripción con lo mismo que nos cuentan los teólogos deconstructores del catolicismo.
2ª.- La religión del ciudadano, «inscrita en un solo país, le da sus dioses, sus patronos propios y tutelares; tiene sus dogmas, sus ritos, su culto exterior prescrito por las leyes; salvo la única nación que la sigue, para ella todo es infiel, extranjero, bárbaro; no extiende los deberes y los derechos del hombre más allá de sus altares».
3ª.- La religión del sacerdote, «más extraña que, dando a los hombres dos legislaciones, dos jefes, dos patrias, los somete a deberes contradictorio y les impide poder ser a la vez devotos y ciudadanos. Tal es la religión de los lamas, tal es la de los japoneses, tal es el cristianismo romano. (…) De ella resulta una especie de derecho mixto e insociable que no tiene nombre»
]]>Las reacciones a las desafortunadas declaraciones de Montserrat Nebrera, diputada del PP, sobre el acento de la ministra Magdalena Álvarez, muestran lo hipersensibilizada que se encuentra nuestra clase dirigente con todo lo concertiente a los lugares comunes de lo políticamente correcto.
Esta anafilaxia moral, resulta ridícula, por exagerada. El absurdo ha llegado a tal grado que Javier Arenas, ha pedido la expulsión del partido, quedando por ahora en la la apertura de un expediente a la diputada catalana. Desde un punto moral el espectáculo que ofrece el PP, haciéndole encima el caldo gordo al PSOE resulta patético.
Está claro que Montserrat Nebrera ha metido la pata: queriendo ridiculizar a la ministra por su ineptitud a la hora de expresarse, ha conseguido, sin embargo, mofarse del habla andaluza. La diputada no ha tardado en disculparse, lo que la honra.
Esto no obsta a que el espectáculo ofrecido, socialmente y políticamente sea ridículo. El PP andaluz ha enarbolado la bandera del andalucismo simbolizado en su acento, llegando a pedir la expulsión de la diputada, como he señalado anteriormente.
Ahora bien, la inmoralidad reluce aún más cuando comparamos dicha reacción con la ofrecida por el PP frente a la ley del aborto – en su estado actual o en el futuro -, matrimonio, homosexuales, divorcio y así podemos continuar en todos y cada uno de los temas que realmente afectan al individuo. La inacción del PP es sonrojante. No ha hecho nada, no ha evitado nada, es más, en el caso de que alcanzase el poder, tampoco se espera que cambie nada.
¿Pidió alguien el cese de Gallardón cuando casó a los dos homosexuales del PP? ¿Es acaso más importante para el PP el error cometido por Nebrera que, por ejemplo, el aborto?
Lo accidental se ha convertido en sustancial. Las palabras de una diputada sobre el acento, requieren más esfuerzos que el asesinato de niños en el seno de la madre.
Cómico, si no fuese tan siniestro.
]]>La Eucaristía es el sacrificio mismo del Cuerpo y de la Sangre del Señor Jesús, que Él instituyó para perpetuar en los siglos, hasta su segunda venida, el sacrificio de la Cruz, confiando así a la Iglesia el memorial de su Muerte y Resurrección. Es signo de unidad, vínculo de caridad y banquete pascual en el que se recibe a Cristo, el alma se llena de gracia y se nos da una prenda de la vida eterna.
Sin embargo, ¿es realmente así? ¿Se pone en el centro de la vida cristiana a la Eucaristía? ¿Se tiene conciencia de que, como dice San Juan Crisóstomo, Cristo «Nuestro Pontífice es aquel que ofreció la hostia que nos purifica. Y ahora ofrecemos también aquella misma hostia que entonces fue ofrecida y que jamás se consumirá (…)» y que «No hacemos otro sacrificio (…) sino que siempre ofrecemos el mismo, o mejor, hacemos conmemoración del mismo» (Homilía sobre la carta a los Hebreos 17 n 3ss)?
Cuando nos acercamos a comulgar, ¿lo hacemos dignamente? ¿Somos conscientes de que vamos a recibir el Cuerpo del Señor y de que hay que recibirlo en estado de gracia, ya que si no se estaría recibiendo la propia condenación?
Estos asuntos son de capital importancia. La Iglesia vive de la Eucaristía. Los Santos Padres lo enseñan de forma nítida, clara, expresa. Sus textos utilizan un lenguaje muy alejado de lo que conocemos como lo «políticamente correcto». Hoy serían tildados, sin ningún género de dudas, de «fundamentalistas». Ahora bien, ellos tenían muy clara la doctrina, la importancia de lo que estaba en juego.
Un ejemplo lo tenemos en San Juan Crisóstomo, del cual traigo dos textos a colación. Dicen lo siguiente:
No seamos ingratos con el autor de tanto beneficio en nuestro favor; al contrario, ofrezcámosle todos varonilmente todas cosas, fe, esperanza, caridad, templanza, misericordia, hospitalidad. Y no dejaré de exhortaros también ahora y en lo futuro siempre hacia aquello a lo que hace poco os animaba. ¿Qué es ello? Cuando os acerquéis a aquella tremenda y divina mesa, a los sagrados misterios, hacedlo con temor y temblor, con pura conciencia, con oración y ayuno; no os acerquéis en tumulto, ni dando con los pies, ni empujando a los demás, porque esto es gran soberbia y no pequeño desprecio; y se ganan un gran castigo los que tales cosas hacen. Hombre, piensa contigo mismo qué víctima vas a tocar, a qué mesa vas a ir; piensa que, siendo tierra y ceniza, tomas la sangre y el cuerpo de Cristo.
Si un rey cualquiera os llama a un convite, os sentáis con temor, y coméis con respeto y quietud los manjares que os presentan; pero cuando Dios te llama a su mesa y te presenta allí a su Hijo, donde las potestades angélicas están con temor y temblor, donde los querubines cubren sus rostros y los serafines exclaman con temor: Santo, Santo, Santo Señor (Is 6,2 s), ¿tú te atreves a acercarte voceando y atropelladamente a este banquete espiritual? ¿No caes en la cuenta de que en ese momento conviene que tengas la mente llena de tranquilidad? Se necesita mucha paz y quietud, y no barullo, ira, ni estrépito, porque estas cosas hacen impura al alma que se acerca. ¿Qué perdón habrá para nosotros, si después de tantos pecados ni siquiera en este tiempo en que nos acercamos a la sagrada mesa nos limpiamos de estas pasiones irracionales? Porque en absoluto, ¿qué cosas puede haber más necesarias que las que se presentan en esta mesa? O ¿qué cosas nos pueden urgir para que, abandonado esto, corramos a [lo de] acá [las cosas materiales]? Os ruego y os suplico que no excitemos contra nosotros la ira divina. Lo que aquí se presenta es un remedio saludable para nuestras heridas, son las riquezas que nunca se agotan y que nos dan el reino de los cielos.
Por lo tanto, lleguémonos con temor, demos gracias, arrodillémonos confesando nuestros pecados, lloremos con lágrimas nuestros males, derramemos ante el Señor largas e interiores plegarias; y limpiándonos a nosotros mismos de esta manera, vayamos calladamente, y con la debida modestia, al encuentro del rey de los cielos. Y al recibir esta hostia santa e inmaculada, besémosla efusivamente, y abrazándola con la mirada, calentemos nuestra mente y nuestra alma, para que no nos reunamos para juicio y para condenación, sino para quietud del alma, para amor, para virtud para reconciliación con Dios, para paz firme y para ocasión de mil bienes, para que nos hagamos santos y edifiquemos a los prójimos. De todas estas cosas os hablo continuamente y no dejaré de hacerlo. Porque ¿qué utilidad sacaríais aquí sin más ni más y no aprendiendo nada que sea útil?, ¿y qué provecho trae el hablar de las cosas que concilian el favor?
Homilía para el día de la Natividad del Señor
Duro os parecerá lo que voy a decir; pero la negligencia de los más me obliga a decirlo. Judas, aquella última noche, mientras todos los demás estaban a la mesa, apresuradamente salió (cf. Io 13, 30). A Judas imitan los que salen antes de la última acción de gracias. Si no hubiera salido, no fuera traidor; si no hubiera abandonado a los discípulos, no hubiera perecido; si no hubiera escapado del redil, no le hubiera encontrado solo el lobo: por eso lo devoró; si no se hubiera apartado del pastor, no hubiera sido presa de la fiera. En resumen, Judas salió con los judíos, pero los discípulos, después de cantar el himno, salieron con el Señor (cf. Mt 26,30). ¿No ves cómo la última oración después del sacrificio se hace conforma a aquel ejemplo? (…)
Os digo estas cosas no para que alabéis únicamente, ni para que alborotéis o gritéis, sino para que, cuando sea la hora, os acordéis de estas palabras y os distingáis por vuestra digna modestia. Estos se llaman misterios y lo son; y donde están los misterios hay mucho silencio. Por lo tanto, acerquémonos a este santo sacrificio con mucho silencio, mucha modestia y decente reverencia, para que nos ganemos mayor benevolencia de Dios, purifiquemos el alma y consigamos por la gracia y benignidad de Jesucristo Nuestro Señor, a quien juntamente con el Padre, a la vez que con el Espíritu Santo, sea la gloria, el imperio, la adoración, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.
Homilía sobre el bautismo de Cristo
Estos textos no dejan indiferente a nadie. Agitan las conciencias. ¿Nos tomamos realmente en serio el Sacramento y el Sacrificio de la Eucaristía?
p.s. En Mercaba nos encontramos una ficha sobre la Catequesis de la Misa que dice lo siguiente:
GESTOS Y POSTURAS CORPORALES EN LA MISA (…)
¿Cuándo hay que estar arrodillados en Misa?
· “Hay que estar de rodillas, a no ser que lo impida la estrechez del lugar o la aglomeración de la concurrencia, o cualquier otra causa razonable, durante la consagración". Es el único momento en que hay que arrodillarse en Misa.
· No se debe hacer ninguna genuflexión antes de comulgar.
¿"El portal para la formación permanente de líderes cristianos"?
]]>Forma extraordinaria de la Liturgia de la Iglesia
Introito. Prov 23, 24-25; Salm 83, 2-3
Exsúltat gáudio Pater Justi, gáudeat Pater tuus et Mater tua, et exsúltet quae génuit te. Ps. Quam dilécta tabernáculo tua, Dómine virtútum! Concupíscit et déficit ánima mea in átria Dómini, v. Glória.
Salte de júbilo el padre del justo, alégrense tu padre y tu madre, y regocíjese la que te dio a luz. Salmo. ¡Cuán amables son tus moradas, Dios de los ejércitos! Suspira y desfallece mi alma por morar en los atrios del Señor. V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo…
Colecta.
Dómine Jesu Christe, qui Maríæ et Ioseph súbditus, domésticam vitam ineffabílibus virtútibus consecrásti: fac nos, utriúsque auxílio, Familia sanctæ tuæ exémplis ínstrui; et consórtium cónsequi sempitérnum: Qui vivis et regnas cum Deo Patre.
Señor nuestro Jesucristo, que sujeto a María y a José, consagraste la vida de familia con inefables virtudes; haz que, con el auxilio de ambos, nos instruyamos con los ejemplos de tu Sagrada Familia, y alcancemos su eterna compañía. Tú que vives y reinas con Dios Padre.
Epístola. Col 3, 12-17
La atmósfera de una vida profundamente cristiana se compone de bondad, caridad, comprensión mutua, oración, acción de gracias y alegría en el Espíritu Santo.
FRATRES: Indúite vos sicut elécti Dei, sancti et dilécti, víscera misericórdiae, benignitátem, humilitátem, modéstiam, patiéntiam: supportántes ínvicem et donántes vobismetípsis, si quis advérsus áliquem habet querélam: sicut et Dóminus donávit vobis, ita et vos. Super ómnia autem haec, caritátem habéte, quod est vínculum perfectiónis. Et pax Christi exsúltet in córdibus vestris, in qua et vocáti estis in uno córpore : et grati estóte. Verbum Christi hábitet in vobis abundánter, in omni sapiéntia, docéntes, et commonéntes vosmetípsos psalmis, hymnis, et cánticis spirituálibus, in grátia cantántes in córdibus vestris Deo. Omne quodcúmque gácitis in verbo, aut in ópere, ómnia in nominee Dómini Jesu Christi, grátias agéntes Deo et Patri per ipsum.
Hermanos: Revestíos, como escogidos que sois de Dios, santos y amados, de entrañas de compasión, de bondad, humildad, mansedumbre y longanimidad, sufriéndoos los unos a los otros, y perdonándoos mutuamente, si alguno tiene queja contra otro. Así como el Señor os ha perdonado, así habéis de hacerlo también vosotros. Pero, sobre todo, tened caridad, que es vínculo de perfección. Y la paz de Cristo reine en vuestros corazones, a la cual fuisteis asimismo llamados en un solo cuerpo: sed agradecidos. La palabra de Cristo more abundantemente entre vosotros, con toda sabiduría, enseñándoos y animándoos unos a otros con salmos, himnos y cánticos espirituales, cantando de corazón, con gracia, las alabanzas de Dios. Cuanto dijereis o hiciereis, hacedlo en nombre de nuestro Señor Jesucristo, dando gracias por él a Dios Padre.
Gradual. Salm 26, 4; 83,5
Unam pétii a Dómino, han requíram: ut inhábitem in domo Dómini ómnibus diébus vitae meae. V. Beáti qiu hábitant in domo tua, Dómine, in saécula saeculórum laudábunt te.
Una sola cosa pido al Señor y deseo ardientemente: morar en la casa del Señor toda mi vida. V. Felices, Señor, los que habitan en tu casa; por los siglos de los siglos te alabarán.
Aleluya. Is 45,15
Allelúia, allelúia.v. Vere tu es Rex absónditus, Deus Israel Salvátor. Allelúia.
Aleluya, aleluya. V. Verdaderamente eres un Dios escondido, el Dios de Israel, el Salvador. Aleluya.
Evangelio Luc 2,42-52
Jesús, a los doce años, aunque cumplidor fiel del ministerio que le ha encargado su Padre, no deja de someterse humildemente a María y a José.
In illo témpore: Cum factus esset Jesus annórum duódecim, ascendéntibus illis Jerosólymam secúndum consuetúdinem diéi gesti, consummatísque diébus, cum redírent, remánsit puer Jesus in Jerúsalem, et non cognovérunt paréntes ejus. Existimántes autem illum esse in comitátu, venérunt iter diéi, et requirébant eum inter cognátos, et notos. Et non inveniéntes, regréssi sunt in Jerúsalem, requiréntes eum. Et factum est, post tíduum inbenérunt illum in templo sedéntem in médio doctórum, audiéntem illos, et interrogántem eos. Stupébant autem omnes, qui eum audiébant, super prudéntia, et respónsis ejus. Et vidéntes admiráti sunt. Et dixit mater ejus ad illum : Fili, quid fecísti nobis sic ? Nesciebátis quia in his, quae Patris mei sunt, opórtet me esse ? Et ipsi non intellexérunt verbum, quod locútus est ad eos. Et descéndit cum eis, et venit Názareth : et erat súbditus illis. Et mater ejus conservábat ómnia verba haec in corde suo. Et Jesus proficiébat sapiéntia, et aetáte, et grátia apud Deum, et hómines.
Cuando tuvo Jesús doce años, subieron sus padres a Jerusalén, según la costumbre del día de la fiesta; y acabados aquellos días, cuando volvían, quedóse el niño Jesús en Jerusalén sin que sus padres lo advirtiesen. Y creyendo que estaba con los del a caravana, hicieron una jornada de camino, y le buscaban entre los parientes y conocidos. Mas, al no hallarlo, regresaron a Jerusalén en su busca. AL cabo de tres días le hallaron en el templo, sentado en medio de los doctores, oyéndolos y preguntándoles. Todos cuantos le oían se pasmaban de su sabiduría y de sus respuestas. Y al verle, se admiraron. Y su madre le dijo: Hijo, ¿por qué te has portado así con nosotros? Mira cómo tu padre y yo te buscábamos angustiados. Y les respondió: ¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que debo ocuparme de las cosas que son de mi Padre? Mas ellos no entendieron lo que les habló. Y bajó con elos y vino a Nazaret; y les estaba sujeto. Y su madre conservaba fielmente todos estos recuerdos en su corazón. Y Jesús crecía en sabiduría, en edad y en gracia delante de Dios y de los hombres.
Concedida a ciertas diócesis por el papa León XIII, en 1893, y extendida a la Iglesia universal por Benedicto XV en 1921, la fiesta de la Sagrada Familia ha suplantado al 1er domingo después de la Epifanía, cuya misa se celebra el primer día libre de la semana que sigue.
Jesús, María y José, en la humilde casa de Nazaret, son ejemplo de la santidad más grande en las condiciones de vida más sencillas. Entre los acontecimientos que han marcado el nacimiento del Salvador y el comienzo de su vida pública quiere la Iglesia recordar todos los años este gran modelo, en el que nunca han cesado de inspirarse las familias cristianas. Él santifica para siempre la práctica de las virtudes familiares.
Ante todo, conviene completar el evangelio del día (Luc 2, 42-52) con los versículos que preceden (Luc 2,39-41).
Sobre la Pascua y la obligación de presentarse ante Dios en Jerusalén: Ex 12, 1-28; 23, 14-17. Es la ocasión de pensar en los salmos graduales 119 a 133, compuestos para esta peregrinación. Añádase también el salmo 83 e Is 30,29-30, que cantan la alegría de la partida para la ciudad santa. Recordar que salmo117 es el ceremonial de un acto litúrgico en el Templo, ese lugar bendito, cuyo atractivo para las almas piadosas ensalzan los salmos 25, 6-8 y 26, 4-6.
Sobre Jesús preguntando a los doctores, leer el salmo 118, 97-104.
Sobre las bellezas morales de la familia bien unida, véase Ex 20-12; Deum 5,16; 27,16; Prov. 17,6; 23, 22-25; 30, 17; 31, 10-31; Eclo 3, 1-16; 7,27-28; Ef 6,1-4.
Misal diario y vesperal. XV edición.Dom Gaspar Lefebvre y los monjes benedictinos de la Abadía de San Andrés.Tr: P.Germán Prado y los monjes de la Abadía de Silos.
]]>Magnífico ejemplo el del Arzobispo de Pamplona y Tudela, Monseñor
Francisco Pérez González. En la web del arzobispado se anuncia la Misa del beato Juan XXIII, la cual se celebra todos los domingos en el Monasterio de la Inmaculada Concepción, de las RR.MM. Agustinas Recoletas.
Este anuncio se enmarca en el espacio dedicado al Calendario Diocesano de la Archidiócesis.
Un ejemplo de obediencia y caridad con el Santo Padre, del cual no podemos menos que congratularnos por la acogida que ha tenido del Motu Proprio, Monseñor Francisco Pérez.
Ojalá su ejemplo se extienda por el resto de las diócesis españolas.
Detrás: Una Voce Málaga.
]]>El padre Masiá sigue con lo suyo, que no precisamente lo de la Iglesia Católica.
En su blog «Vivir y pensar en la frontera», está publicando una serie de artículos donde intenta justificar lo injustificable: que en los primeros instantes del desarrollo humano, un hombre no es un hombre.
Así, para las autoridades usadas por Masiá – pero, ¿hay otra autoridad para la ciencia que el contraste de la teoría con los hechos? -, la vida se desarrollaría a saltos, de manera que durante los primeros instantes hablaríamos de un para o pre embrión
“…El término (para-embrión) considera al cigoto como embrión en sentido biológico-temporal sin darle las características plenas de embrión en cuanto carente de las potencialidades que le hacen poder ser caracterizado como potencia real, de forma intrínseca y autónoma, de la realidad biológica terminal definida como individuo-persona”.
Evidentemente si ese pre o para embrión no es al fin y a la postre un ser humano, no se podría hablar tampoco de técnicas abortivas y anticonceptivas ya que no estaríamos matando a nadie; ni estaríamos concibiendo nada. Ergo no habría pecado en estas cuestiones. No sólo estaríamos asistiendo a una revolución científica, sino también moral: la ciencia definiría lo que es la moral.
Lo anterior no sería más que la consecuencia lógica de toda la parafernalia conceptual que monta Masiá para decirnos que en los estadios iniciales del desarrollo humano, en realidad no somos humanos. Sin embargo no explica Masiá cómo sería posible que un aglomerado de células en el instante t no formen un ser humano y sí lo hagan, por otra parte, en el t+1.
La cuestión no es un asunto baladí. Aquí nos encontraríamos con dos posibilidades. La primera, que realmente dicho conglomerado de células formen un ser humano porque esté así determinado en su código genético, con lo que al fin y a la postre, lo que estaría fallando desde un punto de vista científico es la potencia del microscopio, si se me permite usar esta expresión, que no nos permitiría llegar hasta ese grado de precisión tal en el que viésemos un desarrollo continuo del ser humano. Pero en este caso, el desarrollo no se haría a saltos. Luego la tesis de Masiá sería falsa.
La segunda posibilidad es que, en el paso del instante t al t+1 ocurra algo decisivo de manera que ese para o pre embrión se determine en ser humano, pudiendo ocurrir que, si no se da tal hecho, en vez de un hombre se generase otro ser vivo. Estaríamos pues en el caso de que de una pareja humana se obtuviese un pato, un cáncer, o un ratón. Ridículo.
Si de una pareja humana se pudiese obtener cualquier cosa, el problema no estaría muy lejos de resolverse. De esta manera, ¿sería posible obtener animales a partir de gametos humanos? De igual manera, ¿se podrían obtener seres humanos a partir de animales? Entonces, ¿por qué existen las especies? ¿Por qué se bloquea este proceso diferenciativo en ese instante? ¿Se podría volver a modificar este mecanismo posteriormente o permanece bloqueado para siempre? Si todos los gametos en teoría son pluriponteciales en cuanto a su capacidad generadora, ¿sería posible el apareamiento entre especies distintas?
Este escalón que introduce Masiá en el desarrollo humano no es racional: contradice todas las evidencias que hablan de la individualidad de los seres inscrita en su código genético.
Masiá planta un bosque conceptual, sin embargo los troncos de estos árboles son muy endebles, o más bien, la navaja de Ockham es muy afilada.
La verdad biológica, científica, es que el embrión ab initio es un individuo, de manera que de un huevo humano no se genera un ser humano, sino que es un ser humano. Todo lo demás es palabrería. Masiá no sigue a la ciencia, sino que en este caso, construye una nueva ciencia para desembocar en una teología moral donde el aborto no sea pecado y los métodos anticonceptivos sean lícitos.
Además olvida Masiá algo muy importante: que la ciencia no determina la moral. La filosofía natural no determina el bien y el mal de nuestras acciones. Ciertamente puede ayudarnos a mejorar la comprensión de nuestros hechos, pero en ningún caso nos dirá lo que es el bien y el mal. Como tampoco es posible preguntarle a la ciencia qué es el hombre ya que rebasa sus límites.
Sin embargo, lo más grave de todo es que Masiá sigue siendo un presbítero de la Iglesia católica.
¿Hasta cuándo seguirá este sacerdote propagando el error entre los fieles?
-¿Es verdad que en sus primeros meses residirá en el Seminario de Sevilla? ¿Será este centro formativo objeto de reforma a la vista de lo cuestionado que está?
-Residiré en el Seminario de Sevilla por razones prácticas, puesto que existe una zona en la que podré vivir con cierta holgura con mi madre anciana y enferma y la persona que la cuida. Por lo demás, el Seminario será siempre objeto preferente de mi solicitud pastoral. El Papa Pío XI le llamaba pupilla oculi episcopi, la niña de los ojos del obispo. Así debe ser, pues no en balde el Seminario es la esperanza de la diócesis.
Entrevista completa: Diario de Sevilla
]]>1. ¿Qué es la Epifanía del Señor?
Epifanía es la fiesta instituida para celebrar la memoria de tres grandes misterios, de los cuales el primero y principal es la adoración de los Magos; el segundo, el Bautismo de Jesucristo; el tercero, su primer milagro en las bodas de Caná de Galilea.
2. ¿Por qué la fiesta de la adoración de los Magos, del Bautismo de
Jesucristo y de su primer milagro se llama Epifanía?
La fiesta de la adoración de los Magos, del Bautismo de Jesucristo y de su primer milagro se llama Epifanía, que quiere decir aparición o manifestación, porque en estos misterios claramente se manifestó a los hombres la gloria de Jesucristo.
3. ¿Quiénes eran los Magos?
Los Magos eran personajes distinguidos del Oriente que atendían al estudio de la sabiduría.
4. ¿Por qué vinieron los Magos a adorar a Jesucristo?
Los Magos vinieron a adorar a Jesucristo porque, habiendo aparecido una nueva estrella, conocieron por inspiración divina que ella era indicio del nacimiento del Rey de los judíos, Salvador de los hombres.
5. ¿Adónde fueron los Magos a adorar a Jesucristo?
Los Magos fueron a adorar a Jesucristo a Belén.
6.- ¿Cómo supieron los Magos que Jesucristo había nacido en Belén?
Los Magos fueron a Jerusalén, capital de Judea, donde estaba el Templo santo de Dios, y allí supieron de los sacerdotes que el Mesías debía nacer en Belén, según las profecías.
7. ¿Quién guió a Belén a los Magos después que salieron de Jerusalén?
Después que los Magos salieron de Jerusalén los guió a Belén la estrella que habían visto en Oriente, la cual fue delante de ellos y no se paró hasta llegar adonde estaba el divino Niño.
8. ¿Qué hicieron los Magos al hallar a Jesucristo?
Los Magos, cuando hubieron hallado a Jesucristo, le adoraron y le ofrecieron oro, incienso y mirra, reconociéndole de este modo como verdadero rey, verdadero Dios y verdadero hombre.
9. ¿Qué hemos de hacer para celebrar dignamente la solemnidad de la Epifanía, según la mente de la Iglesia?
Para celebrar dignamente la solemnidad de la Epifanía, según la mente de la Iglesia, hemos de hacer cuatro cosas: 1ª reconocer en la vocación de los Magos, que fueron los primeros gentiles llamados al conocimiento de Jesucristo, las primicias de nuestra vocación a la Fe, y agradecer al Señor el habernos hechos cristianos; 2ª pedir a Dios que extienda este gran don de la Fe a los que están privados de él; 3ª excitarnos al amor de Jesús y determinarnos a seguir con presteza las divinas inspiraciones; 4ª ofrecerle, a ejemplo de los Magos, algún tributo de nuestra devoción, con la práctica de la limosna, la oración y la mortificación cristiana.
Catecismo Mayor de San Pío X, Instrucción sobre las fiestas del Señor, de la Santísima Virgen y de los Santos. Parte Primera, Cap IV.
528 La Epifanía es la manifestación de Jesús como Mesías de Israel, Hijo de Dios y Salvador del mundo. Con el bautismo de Jesús en el Jordán y las bodas de Caná (cf. LH Antífona del Magnificat de las segundas vísperas de Epifanía), la Epifanía celebra la adoración de Jesús por unos “magos” venidos de Oriente (Mt 2, 1) En estos “magos", representantes de religiones paganas de pueblos vecinos, el Evangelio ve las primicias de las naciones que acogen, por la Encarnación, la Buena Nueva de la salvación. La llegada de los magos a Jerusalén para “rendir homenaje al rey de los Judíos” (Mt 2, 2) muestra que buscan en Israel, a la luz mesiánica de la estrella de David (cf. Nm 24, 17; Ap 22, 16) al que será el rey de las naciones (cf. Nm 24, 17-19). Su venida significa que los gentiles no pueden descubrir a Jesús y adorarle como Hijo de Dios y Salvador del mundo sino volviéndose hacia los judíos (cf. Jn 4, 22) y recibiendo de ellos su promesa mesiánica tal como está contenida en el Antiguo Testamento (cf. Mt 2, 4-6). La Epifanía manifiesta que “la multitud de los gentiles entra en la familia de los patriarcas"(S. León Magno, serm.23 ) y adquiere la “israelitica dignitas” (MR, Vigilia pascual 26: oración después de la tercera lectura).
Catecismo de la Iglesia Católica
]]>Forma extraordinaria de la Liturgia de la Iglesia
Introito. Fil 2,10-11; Salm 8,2
In nómine Jesu omne genu flectátur, caeléstium, terréstrium, et infernórum: et omnis lingua confiteátur, quia Dóminus Jesus Christus in glória est Dei Patris. Ps. Dómine Dóminus noster: quam admirábile est nomen tuum in univérsa terra!.v. Glória.
Al nombre de Jesús doblan la rodilla todas las criaturas del cielo, tierra e infierno; y toda lengua confiesa que nuestro Señor Jesucristo está en la gloria de Dios Padre. S. ¡Oh Señor y Dios nuestro!: ¡Cuán glorioso es tu nombre en toda la tierra!. V. Gloria al Padre…
Colecta.
Deus, qui unigénitum Filium tuum constituísti humáni géneris Salvatórem, et Jesum vocária jussísti: concéde propítius; ut, cujus sanctus nomen venerámur in terris, ejus quoque aspéctu perfruámur in caléis. Per eúmdem Dóminum.
¡Oh Dios!, que dispusiste que tu unigénito Hijo fuese el Salvador del mundo y se llamase Jesús; concédenos propicio gozar en los cielos de la vista de aquél cuyo santo nombre veneramos en la tierra. Por el mismo Señor nuestro Jesucristo.
Epístola. Hech 4, 8-12
Al mismo tiempo que fuente de curación milagrosa, el nombre de Jesús es prenda de salvación para los que le invocan. En la concepción antigua el nombre era inseparable de la persona; el nombre de Jesús participa, efectivamente, de sus prerrogativas divinas.
In diébus illis: Petrus replétus Spíritu Sancto, dixit: Príncipes pópuli et senióres, audíte: Si nos hódie dijudicámur in benefácto hóminis infírmi, in quo iste salvus factus est, notum sit ómnibus vobis et omni plebe Ísraël: quia in nómine Dómini nostri Jesu Christi Nazaréni, quem vos crucifixístis, quem Deus suscitávit a mórtuis, in hoc iste adstat coram vobis sanus. Hic est lapis, qui reprobátus est a vobis ædificántibus, qui factus est in caput ánguli: et non est in álio áliquo salus. Nec enim áliud nomen est sub cælo datum homínibus, in quo opórteat nos salvos fíeri.
En aquellos días: Pedro, lleno del Espíritu Santo, dijo: Príncipes del pueblo y ancianos, escuchad: Ya que hoy se nos pide razón del bien que hemos hecho a un enfermo y se quiere saber por quién ha sido curado, os declaramos a todos y a todo el pueblo de Israel, que en nombre de nuestro Señor Jesucristo Nazareno, a quien crucificasteis, y Dios ha resucitado, se presenta sano ese hombre a vuestros ojos. Él es la piedra que vosotros, los constructores, desechasteis, la cual ha venido a ser piedra angular. La salvación no se halla en ningún otro. Pues no se ha dado a los hombres otro nombre debajo del cielo por el cual debamos salvarnos.
Gradual. Salm 105, 47 ; Is 63,16
Salva fac nos, Dómine deus noster, et cóngrega nos de natiónibus : ut confiteámur nómini sancto tuo, et gloriémur in glória tua. v. Tu, Dómine, pater noster, et redéptor noster : a saéculo nomen tuum.
Sálvanos, Señor Dios nuestro, y recógenos de entre las naciones, para que confesemos tu santo nombre, y nos gloriemos en tus alabanzas. v. Tú, Señor, eres nuestro Padre y nuestro Redentor; tal es tu nombre desde siempre.
Aleluya. Salm. 144, 21.
Allelúia, allelúia.v. Laudem Dómini loquétur os meum, et benedícat ovnis caro nome sanctus ejus. Allelúia.
Aleluya, aleluya. V. Cante mi boca las alabanzas del Señor; bendigan todos los mortales su santo nombre. Aleluya.
Evangelio Luc 2,21
«Se le llama con este nombre, no se le impone; de su misma esencia tiene el ser Salvador». (San Bernardo, en maitines).
In illo témpore : Póstuma consummáti sunt dies octo, ut circumciderétur puer: vocátum est nomen ejus Jesus, quod vocátum est ab Ángelo priúsquam in útero conciperétur.
En aquel tiempo: Llegado el día octavo, en que debía circuncidarse al Niño, se le impuso el nombre de Jesús, nombre que le dio el ángel antes de ser concebido.
La Iglesia nos revela las grandezas del Verbo encarnado al cantar las glorias de su nombre.
El nombre de Jesús significa Salvador. A san José se lo manifestó un ángel en sueños (Mat 1,21) y a la Santísima Virgen el arcángel Gabriel al tiempo de la anunciación (Lc 1, 31-33). El evangelio de hoy recuerda estas intervenciones divinas que así anunciaron la misión de Jesús.
La institución de la fiesta del Santo Nombre de Jesús es relativamente reciente. Sus orígenes se han de buscar en la Orden franciscana; la devoción y la predicación de san Bernardino de Sena contribuyó mucho a su difusión. La extendió a la Iglesia universal el papa Inocencio XIII, en 1.721. Tanto la misa como el oficio celebraban la santidad, el poder y la dulzura del nombre de Jesús. El himno de vísperas canta la ternura que despierta en el alma cristiana; pero otras muchas piezas insisten, ante todo, en el poder de intervención y en la majestad temible de este nombre, que está sobre todo nombre y ante el cual se arrodilla todo ser en los cielos, en la tierra y en los infiernos.
Misal diario y vesperal. XV edición.Dom Gaspar Lefebvre y los monjes benedictinos de la Abadía de San Andrés.Tr: P.Germán Prado y los monjes de la Abadía de Silos.
]]>“Hasta que no hayáis entregado vuestro ser a Cristo no tendréis un autentico ser. La igualdad se encuentra sobre todo entre los hombres más «naturales», no en aquellos que se entregan a Cristo. ¡Cuán monotamente iguales son los grandes conquistadores y tiranos; cuán gloriosamente diferentes son los santos!
Pero ha de haber una auténtica entrega del ser. Debéis rendirlo «ciegamente», por así decirlo. Cristo os dará ciertamente una auténtica personalidad: pero no debéis acudir a Él sólo por eso. Mientras que sea vuestra propia personalidad lo que os preocupa no estáis acudiendo a Él en absoluto. El primer paso es intentar olvidar el propio ser por completo. Vuestro auténtico nuevo ser (que es de Cristo, y también vuestro, y vuestro sólo porque es Suyo) no vendrá mientras lo estéis buscando. Vendrá cuando estéis buscando a Cristo. ¿Os parece esto extraño?
El mismo principio rige para asuntos más cotidianos. Incluso en la vida social, nunca causaréis una buena impresión en los demás hasta que no dejéis de pensar en la buena impresión que estáis causando. Incluso ne la literatura y el arte, ningún hombre que se preocupa por la originalidad será jamás original; mientras que si simplemente intenta decir la verdad (sin importarle cuántas veces esa verdad haya sido dicha antes), será, nueve veces de cada diez, original sin ni siquiera haberse dado cuenta. Y este principio aparece a lo largo de la vida en su totalidad. Entregad vuestro ser y encontraréis vuestro verdadero ser. Perded vuestra via y la salvaréis. Someteos a la muerte, a la muerte de vuestras ambiciones y vuestros deseos favoritos de cada día, y a la muerte de vuestros cuerpos enteros al final: someteos con todas las fibras de vuestro ser, y encontraréis la vida eterna. No os guardéis nada. Nada que no hayáis entregado será auténticamente vuestro. Nada en vosotros que no haya muerto resucitará de entre los muertos. Buscaos a vosotros mismos y encontraréis a la larga sólo odio, soledad, desesperación, furia, ruina y decadencia. Pero buscad a Cristo y le encontraréis, y con Él todo lo demás".
Mero cristianismo. C.S. Lewis. Libro IV, capítulo 11. Ed. Rialp. 3ª ed.
]]>La Asociación Una Voce Sevilla tiene el placer de invitarle a la CONFERENCIA que tendrá lugar el próximo Domingo, 4 de enero (festividad del Santísimo Nombre de Jesús) a las 11:00 horas en el Centro Cívico La Buhaira Avda. La Buhaira s/n
(Pabellón mudéjar, dentro de los jardines) tras la Misa dominical que se celebrará a las 10:00 horas en la parroquia de San Bernardo de Sevilla.
La disertación llevará por título
SACRIS SOLEMNIIS
Un recorrido por las ceremonias de la Misa: Historia, significado y actualidad de la forma extraordinaria del Rito Romano.
y correrá a cargo del Rvdo. P. Don José Calvín Torralbo, de la Fraternidad Sacerdotal de San Pedro,
Desde Una Voce Sevilla les animamos a acudir a la convocatoria, así como a comunicárselo a sus amigos y familiares.
Feliz y próspero año nuevo a mis lectores y compañeros de Religión en Libertad.
Feliz año 2.009
]]>La esperanza cristiana es una de las virtudes teologales. Esto significa que una continua expectativa de la vida eterna no es (como piensan algunas personas modernas) una forma de escapismo o de deseo proyectado, sino una de las cosas que un cristiano tiene que hacer. No significa que debemos dejar este mundo tal como está. Si leemos la historia veremos que los cristianos que más hicieron por este mundo fuerons aquellos que pensaron más en el otro.
Los apóstoles mismos, que iniciaron a pie la conversión del Imperio Romano, los grandes hombres que construyeron la Edad Media, los Evangélicos ingleses que abolieron el mercado de esclavos, todos ellos dejaron su marca sobre la tierra, precisamente porque sus mentes estaban ocupadas en el cielo. Es desde que la mayor parte de los cristianos han dejado de pensar en el otro mundo cuando se han vuelto tan ineficaces en éste. Si nuestro objetivo es el cielo, la tierra se nos dará por añadidura; si nuestro objetivo es la tierra, no tendremos ninguna de las dos cosas
Mero cristianismo. C.S. Lewis. Libro III, capítulo 10. Ed. Rialp. 3ª ed.
]]>La caridad – el dar a los pobres – es una parte esencial de la moral cristiana: en la aterradora parábola de las ovejas y los cabritos esto parece ser el eje alrededor del cual gira todo. Hoy en día algunas personas dicen que la caridad debería ser innecesaria, y que en vez de dar a los pobres deberíamos estar creando una sociedad en la que no hubiera pobres a los que darles nada. Puede que tengan razón al decir que deberíamos crear una sociedad así. Pero si alguno piensa que, en consecuencia, puede entretanto dejar de dar, ése se ha separado de hecho de toda moralidad cristiana. Yo no creo que alguien deba establecer cuánto se ha de dar.
Me temo que la única norma segura es dar más de lo que podemos permitirnos. En otras palabras, si nuestros gastos en comodidades, lujos, diversiones, etc., están al mismo nivel que el de aquellos que tienen unos ingresos similares a los nuestros, probablemente estemos dando demasiado poco. Si nuestras obras de caridad no nos incomodan o no afectan demasiado a nuestro presupuesto, yo diría que son demasiado pequeñas. Tendría que haber cosas que nos gustaría hacer y que no hacemos porque el dinero que dedicamos a la caridad las excluye. (…)
Y ahora, (…), voy a aventurar una conjetura en cuanto a cómo ha afectado este capítulo a aquellos que lo han leído. Mi idea es que hay entre ellos algunos de ideas izquierdistas que están furiosos porque dicho capítulo no ha ido más allá en esa dirección, y otros de ideas opuestas que están furiosos porque ha ido demasiado lejos. Si esto es así, nos lleva directamente al auténtico obstáculo en todo este esbozo de planos para una sociedad cristiana. La mayoría de nosotros realmente no abordamos el tema con el objeto de descubrir lo que dice el cristianismo: lo abordamos con la esperanza de encontrar algún apoyo por parte del cristianismo para las ideas de nuestro grupo. Estamos buscando un aliado allí donde se nos ofrece o un Maestro…o un Juez. Yo hago lo mismo. Hay partes de este capítulo que quería suprimir. Y esta es la razón por la que nada en absoluto saldrá de tales disertaciones a menos que demos un rodeo mucho más largo. No llegaremos nunca a conseguir una sociedad cristiana hasta que la mayoría de nosotros lo desee de verdad. Y no lo desearemos de verdad hasta que nos hagamos totalmente cristianos. (…)
Mero cristianismo. C.S. Lewis. III, 3. Ed. Rialp. 3ª ed.
]]>Lo primero que tenemos que aclarar sobre la moral cristiana entre un individuo y otro es que, en este apartado, Cristo no vino a predicar ninguna moral nueva. La regla de oro del Nuevo Testamento (haz a los demás lo que quieres que te hagan a ti) es un resumen de los que todos, en el fondo, sabíamos que era lo correcto. Los grandes maestros morales nunca introducen moralidades nuevas; sólo los embaucadores y los charlatanes lo hacen. Como dijo el Dr. Jonson: «La gente necesita que se le recuerden cosas más a menudo que se le enseñen». El verdadero trabajo de todo maestro moral es seguir llevándonos, una y otra vez, a los antiguos y sencillos principios que estamos tan intranquilos por ignorar, del mismo modo que una y otra vez se lleva a un caballo a la valla que se ha negado a saltar, o a un niño a la parte de la lección que quiere pasarse por alto.
El segundo punto que debemos aclarar es que el cristianismo no tiene, ni pretende tener, un detallado programa político para aplicar el «haz a los demás lo que quieres que te hagan a ti» a una sociedad en particular en un momento en particular. No podría tenerlo. Va dirigido a los hombres de todos los tiempos, y el programa en particular que se adecuase a un lugar o un momento no se adecuaría a otros. Cuando os dice que deis de comer al hambriento no os da clase de cocina. Cuando os dice que leáis las Escrituras no os da lecciones de griego o hebreo, y ni siquiera de gramática inglesa. Jamás fue destinado a reemplazar a imponerse sobre las artes o las ciencias humanas en general: se parece más a un director que las pondrá a todas a trabajar en sus funciones adecuadas, y a una fuente de energía que les dará a todas nueva vida sólo con que se pongan a su disposición. (…)
De todos modos, el Nuevo Testamento, sin entrar en detalles, nos da una idea bastante clara de lo que sería una idea bastante clara de lo que sería una sociedad enteramente cristiana. Tal vez nos dé más de lo que podamos soportar. Nos dice que no habrá pasajeros o parásitos: si un hombre no trabaja, no debería comer Todos deberán trabajar con sus propias manos, y lo que es más, el trabajo de cada uno habrá de producir algo bueno: no habrá manufactura de lujos innecesarios y tampoco vana publicidad para inducirnos a que los compremos. Tampoco habrá «pavoneos», o «esnobismos», o «darse aires». En ese extremo, una sociedad cristiana sería lo que hoy llamamos de «izquierdas». Pero por otro lado el cristianismo no deja de insistir en la obediencia, una obediencia (y manifiestas señales de respeto) por parte de todos nosotros a magistrados apropiadamente escogidos, de los hijos a los padres, y (temo que esto sea muy poco popular) de las mujeres a sus maridos. En tercer lugar, habrá de ser una sociedad alegre, llena de canciones y regocijo, y que contemple la preocupación o la ansiedad como cosas negativas. La cortesía es una de las virtudes cristianas; y el Nuevo Testamento detesta a los que llama «chismosos».
Si tal sociedad existiera y vosotros o yo la visitáramos, creo que saldríamos de allí con una impresión curiosa. Pensaríamos que su vida económica era muy socializada y, en ese sentido, «avanzada», pero que su vida familiar y sus códigos de comportamiento eran bastante anticuados; incluso hasta ceremoniosos y aristocráticos. A cada uno de nosotros nos gustarían partes de ella, pero me temo que a muy pocos de nosotros nos gustara la sociedad entera. Eso es justamente lo que cabría esperar si el cristianismo fuese el plan total para la máquina humana. Todos nos hemos alejado de ese plan total de diferentes maneras, y cada uno quiere hacer ver que su propia modificación del plan original es el plan en sí. Encontraréis que esto se repite una y otra vez en todo lo que es realmente cristiano: a cada uno le atraen pequeños fragmentos de la religión, y quiere escoger esos fragmentos y dejar fuera los demás. Es por eso por lo que no hacemos grandes progresos, y grupos de personas que luchan por dos cosas opuestas pueden decir en ambos casos que luchan por el cristianismo.
Mero cristianismo. C.S. Lewis. III, 3. Ed. Rialp. 3ª ed.
]]>Y ahora algo más. Hay un consejo que nos han dado los antiguos paganos griegos, y los judíos del Antiguo Testamento, y los grandes maestros de la Edad Media, que los sistemas económicos modernos han desobedecido completamente. Todos estos grupos nos han dicho que no prestemos dinero cobrando intereses, y prestar dinero cobrando intereses – lo que llamamos inversión – es la base de todo nuestro sistema económico. Bien; es posible que de esto no se siga necesariamente que estamos equivocados. Algunos dicen que cuando Moisés y Aristóteles y los cristianos acordaron prohibir el interés (o la «usura», como la llamaban), no podían prever el mercado bursátil y sólo estaban pensando en el prestamista privado, y que, por lo tanto, no debemos preocuparnos por lo que dijeron-
esa es una cuestión sobre la que no puedo pronunciarme. No soy economista, y simplemente desconozco si el sistema de inversiones es responsable del estado en que nos encontramos o no. Aquí es donde necesitamos al economista cristiano. Pero no sería sincero si no os dijera que tres grandes civilizaciones acordaron (o eso parece a primera vista) condenar la operación en la que hemos basado nuestra vida entera.
Mero cristianismo, III,3. C.S. Lewis. ed. Rialp. 3ª ed.
]]>Desde la promulgación del Motu Proprio Summorum Pontificum, por Benedicto XVI, hemos escuchado muchas voces que nos avisaban de la catástrofe que se avecinaba por la liberación de la, ahora llamada, forma extraordinaria de la liturgia de la Iglesia. Curiosamente al coro que formaban los de siempre, se unían algunos cantantes a los que, igual que a los soldados la valentía, se les presuponía la eclesialidad. Y también, sorpresivamente, muchos de los en otro tiempo beligerantes contra la Iglesia, aplaudían la medida tomada por el Romano Pontifice, quizás porque recuperaba algo que les pertenecía de alguna manera, propio de nuestro bagaje cultural, aunque no pertenecieran de hecho a la Iglesia. Pero lo que era impensable de todas, todas, era que el quintacolumnismo estuviese asentado en Añastro, en la propia casa de los obispos.
Pues así es. En la página de la Comisión Episcopal de Liturgia, vicaria de la web de la CEE, el Director del Secretariado de dicha comisión, Juan María Canals, ha escrito un artículo que deja en muy mal lugar a la CEE.
Dicho escrito muestra veladamente - ¿o más bien visiblemente? -, el descontento que dicho señor - ¿o la Comisión Episcopal de Liturgia? – muestra con el Motu Proprio. Como desconozco si dicho artículo ha sido publicado motu proprio (valga el juego de palabras) o más bien ha obedecido a órdenes directas de un superior, habrá que quedarse con el primero de los dos enunciados que forman la disyunción anterior: que muestra la opinión personal de Juan María Canals, dejándolo además en muy mal lugar.
El artículo es un despropósito de cabo a rabo. Lo podemos ver en el título: A propósito del regreso a la «Misa Preconciliar». Como todo el mundo sabe, la Misa del Beato Juan XXIII, que fue el último que la reformó, estuvo vigente hasta el año 1.969, es decir, hasta cuatro años después de la clausura del Concilio Vaticano II. Evidentemente, llamar así al uso antiquor de la Iglesia, puede estar causado por desconocimiento, lo que nos llevaría a preguntarnos por los requisitos necesarios para ser Director del Secretariado de la Comisión Episcopal de Liturgia, o más bien es una denominación peyorativa con la que atacar la liturgia tridentina.
Sea lo que fuere, es un contrasentido que dicho artículo cuelgue de dicha web. Y no debería estar ni un minuto más allí. Paso a desgranar las razones para ello.
Dice Juan María Canals que el Motu Proprio al provenir del Romano Pontifice, «ha de ser recibido con respeto y atención». Pero, ¿sólo respeto y atención? Habrá que tenerlo en cuenta en algo más, ¿no?. El respeto y la atención se pueden aplicar perfectamente a cualquier tipo de documentos, sin embargo, es necesario advertir que el autor del mismo es el Papa, no ZP. Curiosas palabras las del Director.
Continúa el responsable del escrito, poniendo en duda si se logrará el objetivo que quiere el Papa - «la cuestión que ahora se plantea es si se logrará este objetivo», escribe -; fin que nos descubre el señor Canals un poco más adelante:
El Papa desea la reconciliación con los seguidores de Monseñor Lefebvre; se trata de un claro gesto en esa dirección, aunque sabe bien que las diferencias no son sólo litúrgicas
Esta llamada de atención a la reconciliación con los lefebvrianos pertenece a la sinfonía de confusión que orquesta todo el documento. El Motu Proprio está dirigido a los católicos que desean celebrar con los libros litúrgicos de Juan XXIII, evidentemente esto tiene su segunda derivada, que es la reconciliación con los seguidores de Lefevbre, pero no es a ellos a quienes van dirigidos.
La reconciliación con los seguidores de Lefevbre no es cosa de este Papa. También Juan Pablo II, el Magno la quería, ¿para qué promulgó entonces el Motu Proprio Ecclesia Dei, sólo dos días después de las ilegítimas ordenaciones de Lefevbre? Es más, es de prever que el Sr. Canals desee también la comunión plena con los seguidores de Lefevbre, ¿o no?
Advierte el señor Canals que las diferencias con los lefebvrianos no son sólo litúrgicas, cosa que el Papa conoce - ¿o es que está insinuando lo contrario? -, lo que es contradictorio con el objeto del Motu Proprio según Canals. Un lío vamos.
Por otro lado, el documento es sibilino, de esta manera escribe que
el Motu Proprio se dirige en primer lugar a los católicos fieles al Papa y respetuosos con la autoridad del Concilio que desean poder celebrar la liturgia con los libros litúrgicos de 1962.
Está al alcance de todo el mundo que la potestad papal es suprema, plena, inmediata y universal en toda la Iglesia, es decir, el Motu Proprio está dirigido a todos los católicos. Acotar el término católico en el sentido de «católico fiel al Papa y respetuoso con la autoridad del Concilio», es llamativo, porque parece un intento de redefinición semántica. ¿Hay, acaso, católicos no fieles al Papa? ¿se puede ser católico sin Pedro? No queda la cosa aquí ya que surgen otras preguntas, ante tantas apreciaciones. Así, ¿qué se quiere decir con «la autoridad del Concilio»? ¿Olvida Canals que según el c.541 del CIC los decretos del concilio ecuménico «solamente tienen fuerza obligatoria si, habiendo sido aprobados por el Romano Pontífice juntamente con los padres conciliares, son confirmados por el Papa y promulgados por mandato suyo»? ¿Quiere volver a las teorías conciliaristas, condenadas por el V Concilio Lateranense?
Por otro lado, la pregunta - ¿irónica?- sobre cómo deben entenderse las afirmaciones de S.S. Pablo VI en la Constitución Missale Romanum, siembran inquietud en el fiel católico (esperamos que no respondan a la voluntad del autor, sino más bien a falta de advertencia y consentimiento).
El mismo Benedicto XVI ha dicho que el misal de Juan XXIII no fue nunca abrogado, luego por ende, habrá que entenderlo de esa manera. Pablo VI, en el Consistorio de 24 de Mayo de 1.971, escribió lo siguiente:
Instructione autem edita die quarto decimo mensis Iunii anno millesimo nongentesimo septuagesimo primo provisum est, ut Missae celebratio antiquo ritu sineretur, facultate data ab Ordinario, tantummodo sacerdotibus aetate provectis vel infirmis, qui Divinum Sacrificium sine populo offerrent.
Luego de hecho, el Misal no fue abolido jurídicamente; es más, el Papa Juan Pablo II en el año 1.984 concedió la facultad de utilizar dicho misal. Queda claro que la pregunta, sobra, a no ser que se le de la correspondiente respuesta; es posible que el señor Canals deseara insinuar otra cosa. Pero mejor será correr un tupido velo al respecto, velo que él se empeña en descorrer con el siguiente párrafo:
En esta misma línea, se puede plantear el problema de la coexistencia de dos fórmulas sacramentales, tanto en la celebración eucarística como en la celebración de la Confirmación, cuyas fórmulas pstconciliares están contenidas en las respectivas Constituciones Apostólicas, documentos de rango superior al Motu Proprio
¿Invita pues el señor Canals a desobedecer al Papa? Curioso.
El señor Canals, ve «llamativo» que la responsabilidad de celebrar la misa se desplace del Obispo al sacerdote y que finalice el párrafo diciendo que «ningún sacerdote puede ser obligado a celebrar con el misal de 1962», cosa que sinceramente no se entiende. El adagio «salus animarum suprema lex est», sigue operativo a día de hoy. El primer puesto lo ocupa el cumplimiento del deber pastoral, no el disfrute del beneficio. El párrafo anterior difícilmente cabe en un contexto eclesial.
Pone el Director del Secretariado la tirita antes que salga la herida, mostrando además sus fobias lefebvrianas (¿olvida Canals que Lefebvre no es un hereje, como Lutero, Calvino & cía?), cuando dice:
Debemos subrayar que la carta afirma que la carta afirma que «tampoco los sacerdotes de las comunidades que siguen el uso antiguo pueden, en principio, excluir la celebración según los libros nuevos. Esto es muy importante. Es un modo suave, pero firme, de hacer reconocer a todos, incluso a quienes tienen simpatías lefebvrianas, que la Misa postconcilar es la Misa ordinaria de la Iglesia católica de Rito romano, y nadie puede rechazar su celebración como si no fuese válida.
Frente a lo anterior cabe preguntarse quién es el que tiene simpatías lefebvrianas, ¿los fieles que quieren la Misa de Juan XXIII, por cierto celebrada actualmente en todo el orbe católico, como muestra la página de Una Voce Málaga? ¿O son, quizás los que, habiendo nacido con el Novus Ordo – como yo, por ejemplo -, ahora asistimos lo mismo a la Misa de Pablo VI que a la de Juan XXIII? Por otro lado, ¿qué es tener simpatías lefebvrianas? ¿celebrar la misa con el Misal de Juan XXIII? ¿Esto convierte a alguien en simpatizante de Lefevbre? ¿No habíamos quedado que las diferencias con Lefebvre no eran litúrgicas? Esta apreciación, viniendo de quién viene, de todo un Director del Secretariado de la Comisión Episcopal de Liturgia es muy poco afortunada, por llamarla de alguna manera.
Hay dos cuestiones del Motu Proprio, al entender de Juan María Canals, que son problemáticas: una, el latín (dice que no se puede identificar latín – liturgia preconciliar, cosa que seguramente sólo haga él; de todas formas lo cierto y verdad es que los hechos se encargan de desmentir esa afirmación ya que ¿cuántas misas del Novus Ordo se hacen en latín?); la otra, la pérdida de riqueza que supone el leccionario actual, lo que afectaría a la predicación.
Que con la reforma litúrgica hubo un enriquecimiento del leccionario es incuestionable, tanto como las críticas dirigidas por los cardenales Ottaviani y Bacci (que desde luego no eran unos iletrados) a este respecto. Pero esto no implica que se empobrezca en consecuencia la predicación. El leccionario y la predicación tienen relación, pero nunca la de causa – efecto. ¿Qué pasa entonces con las homilías de, por ejemplo, el Beato Fray Diego de Cádiz, que movía a las masas, y la de tantos y tantos predicadores, santos o no? Es más, ¿tenían los apóstoles leccionarios? Para mejorar la predicación, mejore la formación en los seminarios, mejore la vida de piedad de los sacerdotes, para que muestren a Cristo en sus homilías y no a los hombres, pero no involucre al leccionario.
Tampoco se entiende muy bien la afirmación realizada sobre la oración de los fieles y el Canon Romano:
será empobrecedor abandonar la oración de los fieles y volver a la única plegaria eucarística, el Canon romano, venerable por su antigüedad, pero menos que la actual Plegaria eucarística II, más antigua.
Que el Novus Ordo haya enriquecido la eucología, no quiere decir que el canon Romano empobrezca la liturgia. Con esa liturgia se ganó un continente, América, para la Iglesia. Parece que el señor Canals no sabe establecer gradaciones correctamente.
Por último, acaba Juan María Canals con dos errores graves. El primero de índole lógico, una inducción errónea, el segundo semántico. Dice lo siguiente:
donde la misa celebrada en su forma ordinaria se haga bien, no habrá tentación de pasar a la forma extraordinaria
Comenzando por el final, quiero enfatizar que hablar de la «tentación de pasar a la forma extraordinaria», es totalmente inadecuado. La palabra tentación tiene unas connotaciones teológicas (Solicitación al pecado inducida por el demonio) que su aplicación, a la intención de ir a Misa según la forma extraordinaria, es impropia teológicamente hablando; es un auténtico despropósito, como todo el artículo.
La misa es una, sea cual sea su forma. Asistir a Misa según la forma extraordinaria no es ninguna tentación. O es tanto como el asistir a Misa según la forma ordinaria.
Respecto a lo primero, Juan María Canals realiza una inducción errónea. La cuestión de la Misa según la forma extraordinaria es más espiritual y piadosa, que de celebración adecuada del Novus Ordo.
Resumiendo, fallido artículo el del Secretario Técnico de la Comisión Episcopal de Liturgia. Por momentos sus posturas parecen cercanas a los que hacen una lectura radical del Concilio Vaticano II, más que a la hermenéutica de la continuidad, de la que tanto habla nuestro Romano Pontífice.
Este artículo deja en mal lugar tanto a su autor como a la CEE.
No debería estar más tiempo colgado en la web de la CE. Si ha estado ahí durante todo este tiempo muestra que no es una de las páginas más visitadas de internet. Pero eso no es óbice para que, lo afirmado en el escrito del Canals, sea lamentable.
]]>Plataforma Provida Sevilla
“El 28 de diciembre tendra lugar una concentracion por el derecho a nacer a las 12:00 horas en la Plaza del triunfo - Plaza virgen de los reyes, y a favor de la vida para todos aquellos que entendemos que el ABORTO es el genocidio del siglo XXI.
Si estas interesado en formar parte de la Plataforma Sevillana “Por el derecho a nacer ” ponte en contacto en este email: plataformaprovida@yahoo.es.
En día de la concentración se recogerán firmas para pedir la abolición del aborto y se repartirá todo tipo de propaganda en defensa de la vida.
La plataforma la forman: ASOCIACION PROVIDA DE MAIRENA y SEVILLA, ASOC, FERNANDO III, Aula inconformista, Asociacion Linea Verde, Parroquia de Santa Cruz, AUPA, FORO SEVILLA NUESTRA, RED MADRE, FORO DE LA FAMILIA y otras.
¡ Pasadlo ¡”
Felices Pascuas para todos.
Que el Niño Dios os bendiga a vosotros y vuestras familias.
]]>La Misa por la Familia Cristiana anunciada para el día 28 de Diciembre por S.E.R. D. Antonio María Rouco Varela, ha provocado anafilaxis en cierto sector del episcopado español y en los medios de comunicación de siempre.
Especialmente notorias han sido las misas convocadas por los Cardenales Sistach y Amigo, no porque no les asista el derecho, sino por la dispersión que pueden ocasionar con sus actos paralelos en las diócesis correspondientes.
La Misa del día 28 tiene muchas connotaciones. La primera ser la continuación de lo que empezó el año pasado; la segunda mostrar la presencia de la familia cristiana en la sociedad española, familia que una y otra vez es atacada directa e indirectamente por los políticos, socavando los cimientos que fundamentan la sociedad española, de ahí que tenga implicaciones políticas, no porque los obispos busquen hacer política, sino porque los políticos se han metido en asuntos religiosos y morales.
También la política tiene que estar sometida a la ética. Si se erige como una disciplina autónoma caeremos irremediablemente en un totalitarismo, ya que será la política lo que marque el bien y el mal, precisamente lo que están haciendo los políticos, especialmente los de izquierdas que en estas cosas se comportan con gran desvergüenza.
En lo que concierne a la familia, las izquierdas no han ampliado el concepto de familia, sino que sencillamente lo ha cambiado. La familia ha dejado de ser la célula básica sobre la que se construye la sociedad para convertirse en una realidad artificial. La sociedad se basa en la suma de individuos aislados, por lo tanto compete a ellos definir lo que es la familia. No es la unión de un hombre y mujer en matrimonio – al menos no unívocamente. El matrimonio hombre – mujer es una forma más de las múltiples posibles -, sino la unión de un individuo con otro.
La familia no es el primer lazo de unión del hombre con la vida social, aquel lugar donde se aprende la moral natural – lo que es el bien y el mal -; ahora es el individuo lo que importa, por lo tanto, él será el legislador supremo y será él quien defina lo que está bien o mal. Desplazando el eje social de la familia al individuo, redefinimos, cambiamos al fin y a la postre, la ética.
Sólo la Iglesia, y algunos pocos intelectuales, han sido capaces de ver el momento crucial en el que nos encontramos. De ahí la importancia de la Misa que para el día 28 de Diciembre ha convocado D. Antonio Rouco Varela.
La comunión de los obispos para este tipo de actos es muy importante, porque lo que está en juego lo es. El mismo Santo Padre dirigirá unas palabras a los asistentes, lo que hace más llamativo la ausencia de los cardenales Amigo y Sistach. La no presencia de ambos sería comprensible si respondiera a un acto planificado, previamente, por la CE, pero al no ser así, dan a entender que las motivaciones que los han llevado a no estar en Madrid son otras.
Es una pena, pero ellos sabrán lo que hacen. Lo realmente importante es el acto del día 28; que será un éxito, sí o sí.
]]>Introito Is 45, 8; Salm 18,2
Roráte, cæli, désuper, et nubes pluant Justum: aperiátur terra, et gérminet Salvatórem. Ps. 18, 2. Cæli enárrant glóriam Dei: et ópera mánuum ejus annúntiat firmaméntum. Glória Patri…
Cielos, enviad rocío de lo alto, y nubes, lloved al Justo; ábrase la tierra, y brote al Salvador. S. Los ciels cantan la gloria de Dios, y pregona el firmamento las obras de sus manos. V. Gloria al Padre.
Colecta.
Éxcita, quaésumus, Dómine, poténtiam team et veni: et magna nobis virtúte succúrre : ut per auxílium grátiae tuae, quod nostra peccáta praepédiunt, indulgéntia tuae propitiatiónis accéleret. Qui vivis…
Muestra, Señor, tu poder y ven, y socórrenos con tu gran fortaleza; para que tu misericordia, siempre propicia, se apresure a darnos graciosamente los auxilios que nuestros pecados nos retardan. Tú que vives.
Epístola. 1 Cor 4, 1-5.
Todos los tesoros de doctrina y vida destinados por Dios a los hombres se distribuyen por ministerio de los sacerdotes. Ellos son responsables ante el Señor de una justa distribución; a nosotros nos toca oírles y seguirles. En el último día juzgará él a cada uno según sus méritos.
Fratres: Sic no exístimet homo ut minístros Christi, et dispensatóres mysteriórum Dei. Hic jam quǽritur inter dispensatóres, ut fidélis quis inveniáur. Mihi autem pro mínimo est, ut a vobis júdicer, aut ab humáno die: sed neque meípsum júdico. Nihil enim mihi cónscius sum: sed non in hoc justificátus sum: qui autem júdica me, Dóminus est. Itaque nolíte ante tempus judicáre, quoadúsque véniat Dóminus: qui et illuminábit abscóndita tenebrárum, et manifestábit consília córdium: et tunc laus erit unicuíque a Deo.
Hermanos: Se nos ha de considerar como ministros de Cristo y dispensadores de los misterios de Dios. Lo que se requiere en los dispensadores es que se muestren fieles. Por lo que a mí toca, muy poco se me da el ser juzgado por vosotros o en cualquier juicio humano; pues ni aun yo me juzgo. Pues si bien de nada me remuerde la conciencia, no por eso me tengo por justificado; mi juez es el Señor; él iluminará los secretos de las tinieblas, y descubrirá las intenciones de ls corazones, y entonces cada cual recibirá su alabanza de Dios.
Gradual. Salm 144, 18.21
Prope est Dóminus ómnibus invocántibus eum: ómnibus qui ínvocant eum in veritáte v. Laudem Dómini loquétur os meum: et benedícat omnis caro nomen sanctum eius.
Cerca está el Señor de todos los que le invocan, de todos los que le invocan de verdad.v. Mi boca hablará la alabanza del Señor, y bendecirá toda criatura su santo nombre.
Aleluya.
Allelúia, allelúia.v. Veni, Dómine, et noli tardáre: reláxa facínora plebis tuae Israel. Allelúia.
Aleluya, aleluya. V. Ven, Señor, y no tardes; perdona los pecados de tu pueblo Israel. Aleluya.
Evangelio Lucas 3, 1-6.
Fechado con precisión, el ministerio de Juan Bautista precede inmediatamente al de Jesús y abre los tiempos mesiánicos. Sus palabras son las mismas del progeta Isaías anunciando la venida del Mesías.
Anno quintodécimo impérii Tibérii Cǽsaris, procuránte Póntio Piláto Iudǽam, tetrárcha autem Galilǽæ Heróde, Philíppo autem fratre ejus tetrárcha Iturææ, et Trachonítidis regiónis, et Lysánia Abilínæ tetrárcha, sub princípibus sacerdótum Anna et Cáipha: factum est verbum Dómini super Joánnem, Zacharíæ fílium, in desérto. Et venit in omnem regiónem Jordánis, prǽdicans baptísmum paeniténtiæ in remissiónem peccatórum, sicut scriptum est in libro sermónum Isaiæ prophétæ : Vox clamántis in desérto: Paráte viam Dómini: rectas fácite
sémitas ejus: omnis vallis implébitur: et omnis mons, et collis humiliábitur: et erunt prava in diréca, et áspera in vias planas: et vidébit omnis caro salutáre Dei.
El año décimoquinto del imperio de Tiberio César, siendo Poncio Pilato gobernador de la Judea, Herodes, tetrarca de Galilea, y su hermano Filipo tetrarca de la Iturea y de la provincia de Traconítide; siendo Lisanias tetrarca de Abilina, y bajo los príncipes de los sacerdotes Anás y Caifás, vino palabra del Señor sobre Juan, hijo de Zacarías, en el desierto. Y recorrió entonces toda la región del Jordán, predicando el bautismo de penitencia, para la remisión de los pecados, conforme está escrito en el libro de los oráculos de Isaías profeta: Una voz clama en el desierto; enderezad sus senderos; todo valle será terraplenado y todo monte o collado será rebajado, y lo torcido, enderezados, y los caminos fragosos allanados; y verá todo hombre al Salvador de Dios.
Han llegado los tiempos en que van a cumplirse las profecías. Estamos en el año quince del reino de Tiberio; Poncio Pilato gobierna Judea; Herodes, Galilea; Anás y Caifás son los sumos pontífices…Los grandes acontecimientos de la economía de la salvación tienen en la historia una fecha determinada, pero son de un alcance universal. En las riberas del Jordán proclama san Juan Bautista, después de Isaías: «Preparad el camino al Señor…Todo hombre verá la salvación de Dios».
La profecía de Isaías sobre la Virgen que concibe y da a luz al Emmanuel (comunión) recuerda el papel particular de María en los acontecimientos que han transformado nuestras vidas humanas. La antífona del ofertorio le dirige el homenaje de la Iglesia con las mismas palabras con que la saludaron el arcángel Gabriel e Isabel, al cumplirse el misterio de la Encarnación.
Tema de la predicación de Juan Bautista es el llamamiento a la penitencia y a la conversión. Preparar los caminos al Señor es lo mismo que allanar, nivelar, rectificar todo cuanto se opone en nosotros a Dios; ésta es la condición indispensable para beneficiarnos de la salvación que Juan, al modo de quien proclama un gran perdón, tiene encargo de anunciar. De ella misma hablaron los profetas y en particular Isaías. La Iglesia la hace suya y nos la dirige hoy a nosotros sin cambiar nada.
Misal diario y vesperal. XV edición.Dom Gaspar Lefebvre y los monjes benedictinos de la Abadía de San Andrés.Tr: P.Germán Prado y los monjes de la Abadía de Silos.
]]>Objetivo cumplido. La izquierda no falta a sus promesas electorales. A diferencia de la derecha - ¿pero existe derecha en España o es sólo un prostíbulo? -, ellos no son vergonzantes
Carmen Montoro, portavoz del PSOE, ha apelado a la «demanda social» ese arcano que sólo los políticos son capaces de descifrar para reformar la ley, haciéndola más agresiva, si es que fuera posible.
Aborto libre es la consigna de la izquierda en todas sus variedades.
A esto nos han llevado los tres supuestos que permitían el asesinato de los no nacidos. ¿Acaso tiene excepciones el asesinato? Admitir tres casos en los cuales es posible el feticidio, es el primer paso en el camino que desemboca en la liberación del mismo. Si hay tres supuestos, ¿por qué no cuatro, cinco o seis? ¿Por qué no hacerlo totalmente libre?
Era cuestión de tiempo. El PSOE está redefiniendo la sociedad. Está llevando a cabo el sueño de Rousseau, el totalitario que bajo la excusa de la libertad, reinventó el concepto de naturaleza humana. Marx tuvo una victoria momentánea. Los verdaderos vencedores fueron el ginebrino y Stuart Mill, tanto en el ámbito moral como en el ámbito económico. Los ancestros del socialismo moderno.
La izquierda ha hecho los deberes. Los católicos implicados en la política no. Ellos prefirieron el posibilismo absurdo, admitiendo una política de hechos consumados frente a la izquierda, que nos ha llevado a esta situación.
Tampoco los obispos estuvieron a la altura. También ellos han promovido el voto a la izquierda. Hoy todos pagamos las consecuencias.
La propuesta del PSOE de una ley de plazos respecto al aborto demuestra que el debate del aborto está ya superado, igual que el del divorcio y el del matrimonio de homosexuales.
La eutanasia es cuestión de tiempo.
Los católicos hoy por hoy no tienen representación en España. Nuestra presencia se hace aún más necesaria, si es que pensamos que hay algo que salvar de la sociedad actual.
Estamos en manos de los bárbaros.
]]>Siempre es peligoso establecer paralelismos históricos demasiado estrechos entre periodos; entre los más engañosos los establecidos entre nuestra propia era en Europa y Norteamerica y el Imperio romano en decadencia durante la Edad Oscura. No obstante existen ciertos paralelismos. Un giro crucial se produjo en la antiguedad cuando hombres y mujeres de buena voluntad abandonaron la tarea de defender el imperium y dejaron de identificar la continuidad de la comunidad civil y moral con el mantenimiento del imperium. En su lugar se pusieron a buscar, a menudo sin darse completamente cuenta de ello, la construcción de nuevas formas de comunidad dentro de las cuales pudieran proseguir la vida moral de tal modo que moralidad y civilidad sobrevivieran a las épocas de barbarie y oscuridad venideras. Si mi visión del estado actual de la moral es correcta, debemos concluir también que hemos alcanzado el punto crítico. Lo que importa ahora es la construcción de formas locales de comunidad en cuyo interior la civilidad, la vida moral y la vida intelectual puedan sostenerse en la nuevas edades oscuras que caen sobre nosotros. Y si la tradición de las virtudes fue capaz de sobrevivir a los horrores de las edades oscuras pasadas, no carecemos totalmente de esperanza. Empero, en nuestra época los bárbaros no esperan al otro lado de la fronteras, sino que llevan gobernárdonos hace algún tiempo. Y nuestra falta de conciencia de ello constituye parte de nuestra difícil situacón. No estamos esperando a Godot, sino a otro sin duda muy diferente: estamos esperando a San Benito”
Alasdair MacIntyre. Tras la virtud.
Ser plenamente católico exige mantener los vínculos de unidad en la profesión de fe, de los sacramentos y de la disciplina eclesiástica. En base a estos presupuestos, Masiá hace mucho tiempo que dejó de ser católico. Aunque sea sacerdote.
Masiá es uno de los que más ha contribuido a la disolución de la fe católica. Su blog es un vivo ejemplo de ello. Desde ese púlpito, Masiá propaga sus impiedades y herejías, que socavan, minan la fe de los débiles. Pura labor de zapa.
Lo que escriba Masiá, personalmente, me la trae al pairo. Allá él. Lo que no paso es que la venta de su producto la haga aprovechando el marchamo de católico. Que se aproveche de su condición de sacerdote para reescribir el dogma, porque al fin y a la postre, con esa forma de exponer los principios de la fe, no hace otra cosa sino crear otros nuevos.
Ahora, en su blog, está enredando con las Fiestas Mayores de Adviento, en concreto la fiesta de Santa María de la Esperanza. Allí podemos leer lo siguiente:
María de O, María esperanzada y de buena esperanza, María, la de la purísima gratuidad, la de la capacidad de arriesgarse a prometer en medio de incertidumbre.
Riesgo en la promesa: porque María ya está embarazada (y, por cierto, no milagrosamente) cuando el ángel la anima diciendo que “el Altísimo la cubrirá con su sombra” (en el budismo, la expresión “bajo su sombra” connota, “al amparo de Buda”, y en la Biblia, a la sombra de la Ruah creativa).
Lo escrito entre paréntesis es otra de las mentiras de Masiá, al igual que la comparación budista.
¿Qué está diciendo Masiá? Seguramente hablará de la hermenéutica, el sentido y demás teorías casposas ya superada, sin embargo lo escrito está claro: que el embarazo de María no es milagroso. En esto Masiá se alinea con todos los impugnadores del cristianismo, desde los judíos y el soldado Ben Pantera, hasta los modernos, pasando por el pagano Celso. Extraños los amigos de Masiá.
Cristo fue concebido milagrosamente y sobrenaturalmente, por obra y gracia del Espíritu Santo, en las virginales entrañas de María. Así consta en la Sagrada Escritura. Es un dogma fundamental de la fe católica, tal como rezamos en el Credo:
Et incarnátus est de Spíritu Sancto ex María Vírgine : et homo factus est.
Excursus : En la forma extraordinaria del Rito Romano, cuando se llega a esta estrofa, todos se arrodillan. En el Novus Ordo, se rebaja la acción, reduciéndola a una simple inclinación de la cabeza, que en la práctica se traduce en nada, ya que nadie la hace. Se rebaja la piedad, se acomoda al hombre, hasta que finalmente se pierde. ¿Tienen algo que ver las impiedades con estos cambios litúrgicos? Yo pienso que sí. No son la causa, porque no se puede establecer una relación causa – efecto mecánica, pero seguro que ha tenido influencia. Más que nada por eso del Lex orandi, lex credendi. Fin excursus.
Cristo-hombre fue concebido no por obra de varón, sino por la virtud del Espíritu Santo, como hemos señalado antes. Para Masiá esto no es un hecho milagroso. Pero las cosas son las que son, no como queramos que sean.
El Concilio de Letrán dice:
Si alguno no confiesa, de acuerdo con los Santos Padres, propiamente y según la verdad que el mismo Dios Verbo, uno de la santa, consubstancia y venerada Trinidad, descendió del cielo y se encarnó por obra del Espíritu Santo y de María siempre virgen y se hizo hombre…, sea condenado.
¿Por qué no se llama de una vez al orden a este hombre? ¿Hay que dejar que siga difundiendo sus impiedades bajo la “marca” de sacerdote católico?
En desagravio a la Virgen y a Nuestro Señor, aprovechando las fechas en las que estamos, dejo la antífona correspondiente al día de hoy:
O Radix Jesse, qui stas in signum populórum, super quem continébunt reges os suum, quem gentes deprecabúntur : veni ad liberándum nos, jam noli tardáre.
¡Oh Raíz de Jesé, que estás como estandarte de todos los pueblos, en cuya presencia se callarán los reyes y te invocarán los gentiles! ¡Ven a salvarnos, no tardes ya!
]]>Los principios generales de la Doctrina Social de la Iglesia son de primer grado y de segundo grado. Tanto uno como otro son universales, permanentes y constantes. Estos principios son reales y no meramente lógicos; algunos pertenecen a la revelación, otros son de alcance natural.
Principios de primer grado:
En síntesis son: Dios, Jesucristo, el hombre y la naturaleza.
1º.- El principio teológico.
Dios existe; Dios ha creado el universo y el hombre. Es primordial, originario y primero de la DSI. Afirma la trascendencia de Dios y su acción creadora y providente. El hombre, y por ende su dimensión social, tiene su origen en Dios. Dios es causa primera, fundamento último y finalidad de toda forma social.
Es un principio de razón y de fe.
2º.- El principio cristológico.
Jesucristo es Dios hecho hombre. Jesucristo ha redimido al hombre. Es un principio de fe. La DSI presupone, afirma y proclama la divinidad de Cristo.
La encíclica Quas primas dice que (8)
bajo la autoridad de Cristo se halla toda la humanidad (…) Cristo tiene autoridad sobre todas y cada una de las realidades sociales del hombre
3º.- El principio antropológico.
Con este principio se quiere significar la primacía del hombre – subordinada a Dios y a Cristo – sobre todo lo material, incluso formas y ámbitos de la convivencia humana. En definitiva afirma la dignidad de la persona, ya que el hombre es «imago Dei».
Este principio surge de la razón y de la fe.
4º.- El principio del derecho natural.
En conexión con los tres anteriores afirma la existencia de la naturaleza, que su origne es divino y que, además, posee un orden.
Pío XII afirmaba que la Iglesia se había preocupado siempre de suscitar, mantener y hacer eficaces el conocimiento y la conciencia del derecho natural. La encíclica Gaudium et Spes reitera esta enseñanza (GS 16; 23; 74).
Por otro lado, Pablo VI propuso tres preguntas a las que dio sus correspondientes respuestas:
1.- ¿Existe realmente un derecho natural? Sí, la no escrita, la ley natural.
2.- ¿Es suficiente la ley natural para guiar la vida social del hombre? No, necesita expresión positiva.
3.- ¿Es el derecho positivo justo en sí mismo? Sí, si se ajusta al derecho natural; en caso contrario, no.
En síntesis, el principio sobre el orden de la naturaleza afirma el destino universal de todos los bienes materiales creados para todos los hombres.
Principios de segundo grado:
Proceden de los anteriores y son, a saber:
1º.- La solidaridad, expresión de la radical fraternidad humana.
2º.- El bien común.
3º.- La subsidiariedad. Afecta de forma directa y permanente a la autoridad social.
4º.- La participación, propia de los gobernados.
5º.- La vida social, concebida armónicamente.
6º.- La justicia social.
]]>La campaña de Navidad de este año de Ayuda a la Iglesia Necesitada, de la cual la COPE hace de altavoz, va dirigida a proporcionar ayuda a la Iglesia que peregrina en China.
La situación de nuestros hermanos en China es soportable sólo desde la fe en Jesucristo. Cristo es nuestra esperanza (1 Tim 1,1). Como enseña S.S. Benedicto XVI en la Spe Salvi, en Cristo «se nos ha dado la esperanza, una esperanza fiable, gracias a la cual podemos afrontar nuestro presente: el presente, aunque sea un presente fatigoso, se puede vivir y aceptar si lleva hacia una meta, si podemos estar seguros de esta meta y si esta meta es tan grande que justifique el esfuerzo del camino». Ésta es la clave interpretativa que permite comprender como es posible que nuestros hermanos puedan soportar los rigores de un régimen totalitario, frente al cual, todo Occidente se complace.
Ya se sabe, la ética, en muchas ocasiones, llega hasta la cartera. Mientras la China aparezca como un gran mercado, al cual podamos hacer llegar nuestros productos, llenándonos la andorga, todo estará bien.
La Iglesia china es una Iglesia pobre, que pasa penurias. Es también una Iglesia que está marcada con las llagas de Cristo. Un ejemplo lo tenemos en el difunto obispo de Yongnian, Moseñor Juan Han Dingxian, que pasó 35 años en prisión.
La Iglesia en China se encuentra en la clandestinidad, perseguida por causa del Evangelio. Sus miembros viven en un sistema totalitario, asfixiante, una sociedad muerta, donde el aborto es obligatorio por ley – no se puede tener más de un niño -: el ateísmo ha destrozado al hombre. A la Iglesia católica china se le puede aplicar aquella estrofa del Salmo 117 que dice:
Todos los pueblos me rodeaban,
en el nombre del Señor los rechacé;
me rodeaban cerrando el cerco,
en el nombre del Señor los rechacé;
me rodeaban como avispas,
ardiendo como fuego en las zarzas,
en el nombre del Señor los rechacé.
La Iglesia católica china es una porción del pueblo de Dios, confiada a su Obispo que, junto con sus presbíteros, cuidan de ella. La Iglesia una, santa, católica y apostólica está presente en esta Iglesia particular (Christus Dominus 11)
Nosotros no nos encontramos en la situación que nuestros hermanos chinos, sin embargo la Iglesia sufre al ser Una. Formamos el mismo Cuerpo Místico de Cristo, que vive de la Eucaristía. Estamos unidos a nuestros hermanos chinos bajo el gobierno del Santo Padre Benedicto XVI: su dolos no nos puede ser ajeno.
La campaña promovida por AIN es muy importante. Necesitan de nuestra ayuda material y espiritual, con dinero y oraciones, para vivir, comprar Biblias, rosarios, formar sacerdotes..
Nuestra ayuda es fundamental.
Unámonos a la campaña de AIN para esta Navidad, para que nuestros hermanos chinos sientan la cercanía y el cariño del resto de los católicos.
Y pidamos fervorosamente a Nuestra Señora, en su advocación de la Esperanza, para que interceda por la Iglesia que peregrina en China, y que por fín pueda verse libre del yugo comunista.
p.s.Si quiere colaborar con esta Ayuda a la Iglesia Necesitada, el número de cuenta al que debe dirigir su aportación es 00492674562014343911, entidad Banco Santander
]]>Introito Fil 4, 4-6; Salm 84,2
Gaudéte in Dómino semper: íterum dico, gaudete. Modéstia vestra nota sit ómnibus homínibus: Dóminus enim prope est. Nihil sollíciti sitis: sed in omni oratióne petitiónes vestræ innotéscant apud Deum.Ps. 84, 2. Benedixísti, Dómine, terram tuam: avertísti captivitátem Jacob. Glória Patri…
Gozaos siempre en el Señor; otra vez digo, gozaos. Vuestra modestia sea patente a todos los hombres. El Señor está cerca. No tengáis solicitud de cosa alguna; mas en toda circunstancia, por la Gloria al Padre…
Colecta.
Aurem tuam, quǽsumus, Dómine, précibus nostris accómmoda: et mentis nostræ ténebras, grátia tuæ visitatiónis illústra. Qui vivis…
Te rogamos, Señor, apliques tu oído a nuestras súplicas, e ilumines las tinieblas de nuestra inteligencia con la gracia de tu visita. Tú que vives.
Epístola. Fil 4, 4-7
La seguridad de la salvación que se acerca debe dar al cristiano, frente a las contingencias de este mundo, una gran calma y una gran moderación, sostenidas por una alegría profunda.
Fratres:
Gaudete in Dómino semper: íterum dico, gaudete. Modéstia vestra nota sit ómnibus homínibus: Dóminus enim prope est. Nihil sollíciti sitis: sed in omni oratióne, et obsecratióne, cum gratiárum actióne, petitiónes vestræ innotéscant apud Deum. Et pax Dei, quæ exsúperat omnem sensum, custódiat corda vestra et intelligéntias vestras, in Christo Jesu Dómino nostro.
Hermanos: Gozaos siempre en el Señor; otra vez digo, gozaos. Vuestra modestia sea manifiesta a todos los hombres. El Señor está cerca. No andéis solícitos de cosa alguna; mas en toda circunstancia por la oración y ruegos, con hacimiento de gracias, manifestad vuestras peticiones a Dios, que sobrepuja a todo pensmiento, guarde vuestros corazones e inteligencias, en nuestro Señor Jesucristo.
Gradual. Salm 79, 2-3
Qui sedes, Dómine, super Chérubim, éxcita poténtiam tuam et veni. ℣. Qui regis Israël, inténde: qui dedúcis velut ovem Joseph.
Tú, Señor, que estás sentado sobre los Querubines, excita tu poder, y ven. Tú, que gobiernas a Israel, atiende; tú, que guías a José como una ovejuela.
Aleluya. Salm. 79, 3.
Allelúia, allelúia.v. Éxcita Dómine, poténtiam team, et veni, ut salvos fácias nos. Allelúia.
Aleluya, aleluya. V. Despierta, Señor, tu poder, y ven p ara que nos salves. Aleluya.
Evangelio Juan 1, 19-28.
En la espera ansiosa del Mesías, todos creen descubrirle. Juan tiene que luchar para no pasar por Cristo. Fue ésta para él una ocasión de revelar a las muchedumbres al Mesías que desconocían y de apartarlas de sí para enviarlas tras él.
In illo témpore : Misérunt Judǽi ab Jerosólymis sacerdótes et levítas ad Joánnem, ut interrogarent eum: Tu quis es? Et conféssus est, et non negávit: et conféssus est: Quia non sum ego Christus. Et interrogavérunt eum: Quid ergo? Elías es tu? Et dixit: Non sum. Prophéta es tu? Et respondit: Non. Dixérunt ergo ei: Quis es, ut respónsum demus his, qui misérunt nos? Quid dicis de teípso? Ait: Ego vox clamántis in desérto: Dirégite viam Dómini, sicut dixit Isaías prophéta. Et qui missi fuérant, erant ex pharisáeis. Et interrogavérunt eum, et dixérunt ei: Quid ergo baptízas, si tu non es Christus, neque Elías, neque prophéta? Respóndit eis Joánnes, dicens: Ego baptízo in aqua: médius autem vestrum stetis, quem vos nescítis. Ipse est, qui post me ventúrus est, qui ante me factus est: cujus ego non sum dignus ut solvam eius corrígiam calceaménti. Hæc in Bethánia facta sunt trans Jordánem, ubi erat Joánnes baptízans.
En aquel tiempo: Los judíos enviaron de Jerusalén sacerdotes y levitas a preguntar a Juan: ¿Tú quién eres? Y confesó y no negó; antes protestó: Yo no soy el Cristo. Y le preguntaron: ¿Pues quién eres? ¿Eres tú Elías? Y dijo: No lo soy. ¿Eres tú el Profeta? Y respondió: No. Y le dijeron: Pues dinos quién eres, para que podamos dar respuesta a los que nos han enviado. ¿Qué dices de ti mismo? Él dijo: Yo soy voz que clama en el desierto: Enderezad el camino del Señor, como dijo Isaías profeta. Y le preguntaron: Pues ¿por qué bautizas, si tú no eres el Cristo, ni Elías, ni el Profeta? Juan les respondió, diciendo: Yo bautizo en agua; mas en medio de vosotros está uno a quien vosotros no conocéis. Éste es el que viene después de mí, el cual ha sido preferido a mí, y a quien yo no soy digno de desatar la correa de su zapato. Esto aconteció en Betania, a la otra parte del Jordán, en donde estaba Juan bautizando.
«Regocijaos; el Señor está cerca». Viendo ya próxima la fiesta de Navidad, acentúa la Iglesia la alegría que debe animar nuestros corazones por todo cuanto representa para nosotros el nacimiento del Salvador; en esta semana nos recordará los evangelios de la Anunciación y de la Visitación, misterios rebosantes de alegría.
San Pablo fundamenta la alegría cristiana sobre la certidumbre de que Cristo nos trae la salvación, y quiere que esté tan viva en el alma que ninguna inquietud o tristeza humana la pueda jamás dominar. La gran paz de Dios ha de sobreponerse en adelante a todos los demás sentimientos. Mas en el pensamiento de san Pablo, esta venida del Salvador no es su nacimiento en Belén, sino su segunda venida. La gran alegría de los cristianos está, pues, en ver acercarse el día en que venga el Señor con gloria para trasladarlos a su reino. Tanto como a las llamadas de los profetas, todos los «veni» del Tiempo de Adviento hacen eco a aquel otro con que termina el Apocalipsis de san Juan: «Ven, Señor, Jesús», y que es la última palabra del Nuevo Testamento.
El evangelio de este domingo, completando al anterior, nos presenta el testimonio de san Juan Bautista; el precursor desaparece ante el único que importa: el Mesías esperado.
Misal diario y vesperal. XV edición.Dom Gaspar Lefebvre y los monjes benedictinos de la Abadía de San Andrés.Tr: P.Germán Prado y los monjes de la Abadía de Silos.
]]>Don José Álvarez Allende es toda una institución en San Bernardo, barrio al que ha dedicado su vida, y en el que ha realizado una gran labor social, creando servicios en pro de la cultura y del ocio, muy modernos y avanzados para esas fechas.
Con 96 años, don José tiene algunos achaques de salud y una mente lúcida. Nació el 3 de enero en 1912 en la localidad leonesa de Burón. Sus padres eran los administradores del Palacio Allende, ya que su madre era familia del senador Tomás Allende. Su deseo de ser sacerdote fue casi algo natural: «Mis padres vivían justo al lado de la iglesia. Mi vida de monaguillo era de la iglesia a casa». En el Seminario de León cursó la carrera eclesiástica y cantó su primera misa el 10 de julio de 1935, con 23 años. En la guerra civil fue alférez capellán de la 5ª Brigada de Navarra y recibió cuatro medallas de campaña.
En 1939 fue capellán de la Fundación Allende en Burón, encargado de la parroquia de Retuerto y administrador del Santuario de Nuestra Señora del Pontón, pueblos en los que realizó diversas mejoras de infraestructuras. En una visita a Sevilla, el doctor Ángel Dorronsoro le recomendó vivir aquí porque la montaña no le sentaba bien y sufría continuas bronquitis, El cardenal Segura pidió que viniera y el prelado de León lo denegó, diciendo «que él era como el obispo de que aquellos pueblos, pero por obediencia a Segura lo dejó venir», comenta su sobrina. Aída Díaz Cuevas, que lleva toda la vida cuidándole.
En 1951, durante dos meses fue coadjutor de la de Santa Cruz. Al principio vivían en la pensión don Marcos de la calles Abades y luego en el Hotel Betania en San Juan de Aznalfarache. En noviembre de 1951 fue nombrado ecónomo de la parroquia de San Bernardo y seguía viviendo en San Juan de Aznalfarache. Don José recuerda aquello como «una verdadera quintada». En 1957 fue nombrado cura párroco de San Bernardo tras ganar la plaza en una oposición.
Cuando llegó a San Bernardo el barrio tendría unos 10.000 habitantes: «Era como un pueblo. Muy lleno de gente, muy ocupado. Aquí estaban la Pirotecnia, la Fábrica de Artillería y la de Abonos. Había muchos corrales y mucha pobreza. La gente vivía muy hacinada y la parroquia era muy querida».
Ante ese choque con la pobreza y la incultura, su primera preocupación fueron los niños abandonados y, sobre todo, la educación de las niñas. Para cubrir las necesidades materiales de la feligresía organizó la Conferencia de San Vicente de Paúl, el secretariado de caridad, el ropero, la gestoría y el dispensario. Se atendían todas las necesidades, incluidas recibos de luz y de alquiler.
En 1952 creó tres escuelas unitarias que luego sería colegio de EGB y ahora es un centro concertado. Ese colegio, «que nació de la nada y ahora es de lo mejor que hay en Sevilla», y la guardería, que se creó en 1968, es de lo que siente más orgulloso. Hoy día, entre los dos suman 425 alumnos.
«He vivido todo con tal intensidad… Todos mis años aquí los he vivido con mucha dedicación, con mucho cariño a todos los feligreses, con mucho interés, viviendo los problemas casa por casa».
Si el colegio y la guardería, «que entonces no existían», son las joyas de la corona de Álvarez Allende en San Bernardo y funcionan todavía a la perfección, para las niñas y muchachas creó desde el año 1952 dos aulas, con servicios de comedor, destinadas a talleres ocupacionales, ahora muy en boga, pero que en aquellas fechas eran de una modernidad que asustaba. Dentro de la modalidad de Formación Profesional se facilitaba a las alumnas clases de contabilidad, taquigrafía, mecanografía y otras de tipo artesanal, como corte y confección y elaboración de prendas de punto. Estas aulas las atendían un grupo de la Congregación de las Salesianas que don José logró llevar al barrio. Comenta Aída Díaz que las chicas salían con una gran preparación y ya colocadas en los grandes almacenes de Sevilla.
Para sostener todas estas obras y ayudar a los vecino, el párroco de San Bernardo tenía contacto y relación con los alcaldes, los gobernadores civiles, y al amparo de un familiar que fue ministro, señor Allende y García-Baxter, también acudía a los ministerios a Madrid para lograr mejoras para su barrio. Aída Díaz, su sobrina, dice que don José tiene una memoria privilegiada, y era un gran conversador que siempre ha vivido para los demás y mirando para arriba, hacia Dios».Recuerda Aída que en noviembre de 1961 cuando la inmensa riada de ese año provocó que las barcas atracaran en la puerta de la Iglesia, su hermano tenía difteria y tuvo que ser trasladado al hospital y don José estaba enfermo con una inyección infectada y tuvo que subir por una escalera de cuerda a dar los santos óleos. Don José lo recuerda muy bien: «Pedí mantas, colchones, bocadillos, todo para ayudar a la gente. En el bar Citroen montó una oficina para ver las necesidades de la gente: sillas, armarios, camas, colchones y funcionó a tope».
La riada dio la puntilla a muchas de las casas de San Bernardo que estaban en muy mal estado, y don José fundó una cooperativa de viviendas, que le traería no pocos sinsabores, al recibir muchas trabas para su construcción, trabas que no eran ajenas a la especulación urbanística. Con todo, se hicieron viviendas en la calle Gallinato.
También don José trabajó codo con codo con Gregorio Cabeza, que era el responsable de la Secretaría de la Vivienda y Refugios. «Nos hicimos muy amigos y me siguió ayudando luego». Gracias a sus gestiones muchos vecinos de San Bernardo lograron tener casa en Los Pajaritos y Madre de Dios.
La labor de don José en San Bernardo abarcaba lo material, lo espiritual y el ocio. Así, la parroquia tuvo un cine de verano y una piscina, en lo que ahora es campo de deportes del Colegio. «El pozo de la piscina quedó enterrado de recuerdos», cuenta el párroco. Incluso en los años 70 reformó un edificio, antigua casa de vecinos, que adquirió para transformarlo en Hogar Parroquial donde se celebraban bodas, bautizos y reuniones. En la actualidad, en el solar de ese edificio es donde la Hermandad de San Bernardo va a construir su casa hermandad
Don José recuerda con especial cariño ese Hogar cuando allí se celebraban las comuniones de todos los niños del barrio. «Hacíamos las comuniones todas el mismo día. De la Iglesia, las familias venían aquí. Aquí se daba una chocolatada y churros y se iban todos contentos y hartos para su casa, y no se le exigía nada a los padres. Esto fue así hasta que la gente ya empezó con los dispendios, y venían y me decían «Si no le importa, lo vamos a celebrar nosotros»…».
Don José recibió la Encomienda de la Orden de Cisneros con placa, y fue nombrado Cordial de Sevilla. También está en posesión del Nazareno de Plata del Consejo de Cofradías, y ha desempeñado muchos cargos en la diócesis, entre otros arcipreste de Sevilla Sur-A, consiliario diocesano de la Hoac, vocal de la Comisión organizadora del Congreso Eucarístico Nacional de Sevilla y vocal de la Comisión de sacerdotes del Sínodo Diocesano.
En 2001, Juan Pablo II le nombró prelado de honor de Su Santidad, y en mayo de 1999 la alcaldesa Soledad Becerril presidió la rotulación de una calle del barrio con su nombre. Pese a todos estos galardones su ojito derecho son el colegio y la guardería y el recordar la mucha vida que tuvo la piscina: «Fue como un centro cívico: Vivió con lozanía y prestigio y una convivencia preciosa».
]]>Jaime Ignacio del Burgo padece de graves dolores. Le duele la COPE.
Comprendo que a un español le duela España, como a Unamuno, pero desconozco el tipo de dolor que le puede producir a una persona una empresa sobre la que no posee ninguna titularidad.
Aunque el señor del Burgo se autodenomine católico, eso no le da derecho, por extensión, a considerarse dueño de la emisora. Aunque el accionista mayoritario de la COPE sea la CEE, la misma no se financia con las aportaciones de los fieles. Como empresa de comunicación está obligada a dar beneficios. Además tiene otros accionistas.
Pasar de la confesión católica a la propiedad de una emisora de la CEE, es un exceso. Incluso para un político. Es como si a mí me doliese Abengoa porque los dueños son sevillanos. O sea.
Sin embargo, no es de dolor físico por lo que se ve aquejado el político navarro, sino moral. Es una afección de totalitaritis aguda, unida al batacazo previsible de su partido. Jaime Ignacio del Burgo es consciente de la ascendencia que tienen los comunicadores estrellas de la cadena sobre los votantes de la derecha – que no son vergonzantes, como los políticos del PP -, y por ello carga contra los mismos, utilizando técnicas que ofenden a la verdad.
Es posible que Jaime Ignacio del Burgo se crea el más listo de la clase, y que piense que a seguir engañando a los católicos con pamemas del estilo como que
en alguna de las cuestiones esenciales del ideario de la Cadena –como, por ejemplo, el aborto libre-, el Partido Popular no difiere de la postura de la Conferencia Episcopal.
Sin embargo se equivoca. El Partido Popular cuando estuvo en el poder no hizo nada respecto a la ley del aborto, simplemente la dejó como se la encontró. La doctrina de la Iglesia en este asunto es clara, ¿dónde está el acuerdo, pues?
Por otro lado, si la afinidad en asuntos esenciales con la moral católica es tan nítida, ¿qué hace el Ayuntamiento regipo por Gallardón dispensando gratuitamente la píldora post coital. A lo mejor resulta que esto no es una cuestión esencial. Tampoco el PP destacó durante su mandato por el apoyo a las familias. Hizo poco, por no decir nada.
En síntesis, la postura del PP en materia social es tan progre como la del PSOE, pero con una diferencia – y esta sí es esencial -, y es que a la izquierda no le da vergüenza ser progre y, además, maneja con soltura la propaganda política.
En todo lo tocante a cuestiones de moral pública, El PP acepta lo que la izquierda aprueba, llámese aborto, divorcio o lo que sea. Es cierto que no amplia los desmanes cometidos por la izquierda, pero tampoco los elimina.
Así que, si llegado el caso el PSOE reformase la ley del aborto, permitiese a los homosexuales adoptar y aprobase una ley del suicidio asistido, verbigracia eutanasia, es dudoso que el PP las elimine en el caso de ganar las elecciones. Muy dudoso.
En definitiva, señor del Burgo, si tiene algún dolor, tómese un analgésico. O vaya al médico, pero no pretenda resolver sus cuitas con los comunicadores de la COPE manipulando a los católicos.
El PP no tiene ninguna afinidad con la moral católica.
]]>1.- Entre las fiestas que la Iglesia celebra en honor de la Santísima Virgen Madre de Dios, ¿cuáles son las más solemnes?
Entre las fiestas que la Iglesia celebra en honor de la Santísima Virgen, las más solemnes son la Inmaculada Concepción, la Natividad, la Anunciación, la Purificación, la Asunción y la Realeza de María.
2.- ¿En qué día se celebra la fiesta de la Inmaculada Concepción?
La fiesta de la Inmaculada Concepción se celebra el día 8 de diciembre.
3.- ¿Por qué se celebra la fiesta de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María?
Celébrase la fiesta de la Inmaculada concepción de la Santísima Virgen María porque, como enseña la fe, la virgen María, por singular privilegio y por los méritos de Jesucristo Redentor, fue santificada con la divina gracia desde el primer instante de su concepción, y así preservada inmune de la culpa original.
4.-. ¿Cuándo definió la Iglesia como dogma de fe que la Concepción de la Santísima Virgen María fue Inmaculada o sin pecado original?
El día 8 de diciembre del año 1.854, el Sumo Pontífice Pío IX, por Bula dogmática, y con el consentimiento de todo el Episcopado católico, definió solemnemente como artículo de fe la Concepción Inmaculada de la Santísima Virgen.
5.- ¿Por qué otorgó Dios a la Santísima Virgen el privilegio de la Concepción Inmaculada?
Dios otorgó a la Santísima Virgen el privilegio de la Concepción Inmaculada porque convenía a la santidad y majestad de Jesucristo que la Virgen destinada a ser su madre no fuese ni un instante esclava del demonio.
6.- ¿Cuáles son las intenciones de la Iglesia en la celebración de la fiesta de la Inmaculada Concepción?
Las intenciones de la Iglesia en la celebración de la fiesta de la Inmaculada Concepción son: 1ª despertar en nosotros un vivo reconocimiento a Dios, que con tal privilegio ha ensalzado tanto a la Santísima Virgen; 2ª avivar nuestra fe en el privilegio de María, por el cual fue exenta del pecado original; 3ª darnos a entender cuánto estima y ama Dios la pureza y santidad del alma; 4ª aumentar más y más en nosotros la devoción a la Santísima Virgen.
Catecismo Mayor de San Pío X, Instrucción sobre las fiestas del Señor, de la Santísima Virgen y de los Santos. Parte Segunda, Cap I.
96.- ¿Qué significa «Inmaculada Concepción»?
Dios eligió gratuitamente a María desde toda la eternidad para que fuese la Madre de su Hijo; para cumplir esta misión fue concebida inmaculada. Esto significa que, por la gracia de Dios y en previsión de los méritos de Jesucristo, María fue preservada del pecado original desde el primer momento de su concepción.
97.- ¿Cómo colabora María al plan divino de la salvación?
Por la gracia de Dios, María permaneció inmune de todo pecado personal durante toda su existencia. Ella es la «llena de gracia» (Lc 1,28), la «toda Santa». Y cuando el ángel le anuncia que va a dar a luz «al Hijo del Altísimo» (Lc 1,32), ella da libremente su consentimiento «por obediencia de la fe» (Rm 1,5). María se ofrece totalmente a la Persona y a la obra de Jesús, su Hijo, abrazando con toda su alma la voluntad divina de salvación.
Catecismo de la Iglesia Católica, Compendio.
]]>Introito. Is 61,10; Salm 29,2
Gaudens gaudébo in Dómino, et exsutábit ánima mea in Deo meo: qui índuit me vestiméntis salútis: et induménto justítiae circúmdedit me, quasi sponsam ornátam monílibus suis. Ps. Exaltábo te, Dómine, quóniam suscepísti me: nec delectásti inimícos meos super me. Glória Patri et Filio.
Mucho me gozaré en el Señor, y se regocijará mi alma en mi Dios, porque me ha revestido con vestidura de salud y me ha cubierto con manto de justicia, como a esposa con sus joyeles. Salmo. Te ensalzaré, Señor, porque me has amparado, y no has permitido triunfen mis enemigos sobre mí. Gloria.
Colecta.
Deus, qui per immaculátam Vírginis Conceptiónem dignum Fílio tuo habitáculum praeparásti : quáesemus; ut, qui ex morte ejúsdem Fílii tui preavisa, eam ab omni labe praeservásti, nos quoque mundos ejus intercessióne ad te perveníre concédas. Per eúmdem Dóminum nostrum.
Oh Dios!, que por la Inmaculada Concepción de la Virgen, has preparado digna morada a tu Hijo; te suplicamos que, así como por la muerte prevista de este tu Hijo la has preservado de toda mancha, nos concedas también, por la intercesión de María, llegar puros hasta ti. Por el mismo Señor nuestro.
Epístola. Prov 8, 22-35
Poder, presencia eterna en el pensamiento de Dios, solicitud por los hombres que, escuchándola, encuentran el camino de la salvación: he ahí los atributos de la Sabiduría que la Iglesia aplica a la Santísima Virgen, lo mismo que a Jesucristo, su Hijo. ¡Tan íntimamente se halla asociada a él en la realización de los grandes designios de Dios!
Dóminus possédit me in inítio viárum suárum, ántequam quidquam facéret a princípio. Ab aetérno ordináta sum, et ex antíquis, ántequam terra fíeret. Nondum eran abýssi, et ego jam concépta eram: necdum fontes aquárum erúperant: nedum montes gravimole constíterant: ante colles ego parturiébar; adhuc terram non fécerat, et flúmina, et cárdines orbis térrae. Quando circúmdabat mari términum suum, et legem ponébat aquis ne transíren fines suos : quando appendébat fundaménta terrae. Cum eo eran cuncta compónens : et delectábar per síngulos dies, ludens coram eo omni témpore: ludens in orbe terrárum: et delíciae meae esse cum fílii, audíte me : Beáti, qui custódiunt vias meas. Audíte disciplínam, et estóte sapiéntes, et nolíte abjícere eam. Beátus homo, qui audit me, et qui vígilat ad fores meas quotídie, et obsérvat ad postes óstii mei. Qui me invénerit, invéniet vitam, et háuriet salútem a Dómino.
El Señor me ha creado, primicias de sus caminos, antes de todas sus obras. Desde la eternidad fui constituida, desde el comienzo, antes de los orígenes de la tierra. Aún no existían los océanos, y yo estaba ya concebida; aún no habían brotado las fuentes, no estaban asentados los montes, antes de los collados, había yo nacido; aún no había hecho la tierra, ni los campos, ni la materia del polvo de la tierra. Cuando él preparaba los cielos, allí estaba yo; cuando trazó un círculo sobre la faz del abismo, cuando fijó sus límites al mar para que las aguas no traspasaran sus orillas; cuando trazó los cimientos de la tierra, junto a él me hallaba yo cmo artífice, y era cada día sus delicias jugueteando en su globo terrestre y deleitándome en los hijos de los hombres. Ahora, pues, hijos, oídme: Dichosos los que siguen mis caminos. Oíd mis instrucciones, y sed cuerdos, y no las desechéis. Dichoso el hombre que me oye y vela diariamente a mis puertas, guardando sus postigos. Quien me halla, ha hallado la vida, y alcanza el favor del Señor.
Gradual. Jud 13,23 ; 15,10
Benedícta es tu, Virgo María, a Dómino Deo excélso, prae ómnibus muliéribus super terram. V. Tu glória Jerúsalem, tu laetítia Israël tu honorificéntia pópulo nostri.
Bendita tú, Virgen María, ante el Dios Altísimo, sobre todas las mujeres de la tierra. V. Tú eres la gloria de Jerusalén, tú la alegría de Israel, tú la honra de nuestro pueblo.
Aleluya. Cant. 4, 7.
Allelúia, allelúia.v. Tota pulchra es, Marí: et mácula originális non est in te. Allelúia.
Aleluya, aleluya. V. Toda hermosa eres, María, y no hay en ti mancha original. Aleluya.
Evangelio Luc 1, 26 - 28.
Del hermoso relato de la anuciación, en san Lucas, toma hoy la Iglesia la salutación angélica para hacerlanuestra y para invitarnos a meditar todo su contenido.
In illo témpore : Missus est Ángelus Gábriel a Deo in civitátem Galiláeae, cuin omen Názareth, ad Vírginem desponsátam viro, cui nomen erat Joseph, de domo David, et nomen Vírginis María. Et ingréssu Ángelus ad eam, dixit: Abe, grátia plena: Dóminus tecum: benedícta tu in muliéribus.
En aquel tiempo: Envió Dios al ángel Gabriel a Nazaret, ciudad de Galilea, a una Virgen desposada con un varón fado José, de la casa de David, y el nombre de la Virgen eran María. Y habiendo entrado el ángel a ella le dijo: Dios te salve, llena de gracia; el Señor es contigo; bendita tú entre todas las mujeres.
«Tota pulchra es! ¡Toda hermosa eres, María, no hay en ti mancha del pecado original». Este grito de admiración con que comienza el oficio de la Inmaculada Concepción responde muy bien al sentimiento de la humanidad, que lleva en sí la mancha del pecado, ante la pureza inmaculada de la Santísima Virgen.
Habiendo decretado desde toda la eternidad hacer de María la Madre del Verbo encarnado (epístola), la vistió Dios con vestiduras de santidad (introito) e hizo de su alma morada digna para su Hijo (colecta). La redención total que desde su concepción preservó a la Santísima Virgen incluso del pecado original, no debe separarse de nuestra propia redención por Cristo. Colocada en el corazón del Adviento, la fiesta de la Inmaculada Concepción anuncia los esplendores de la encarnación redentora.
Su fiesta actual, instituida por Pío IX con motivo de la proclamación del dogma, el 8 de diciembre de 1.854, tenía ya sus precedentes. Desde el siglo VIII se celebraba en Oriente una fiesta de la «Concepción» de la Virgen, fiesta que volveremos a encontrar en el siglo IX en Irlanda y España, y en el siglo XI en Inglaterra. Estas fiestas antiguas son testigos de un culto tradicional a la pureza inmaculada de la Virgen María. La solemne definición de Pío IX no hizo más que precisar su sentido y afirmar la fe constante de la Iglesia.
Misal diario y vesperal. XV edición.Dom Gaspar Lefebvre y los monjes benedictinos de la Abadía de San Andrés.Tr: P.Germán Prado y los monjes de la Abadía de Silos.
]]>Introito. Is 30,30; Salm 79,2
Pópulus Sion, ecce Dóminus véniet ad salvándas gentes : et audítam fáciet Dóminus glóriam vocis suae in laetitia cordis verstri. Ps. Qui regis Israel, inténde: qui dedúcis, velut ovem, Joseph. Glória Patri..
Pueblo de Sión, he ahí que viene el Señor a salvar a las naciones; el Señor hará brillar la majestad de su voz para alegría de vuestro corazón. Salm. Tú que gobiernas a Israel, atiende; tú que guías a José como a una oveja. Gloria al Padre…
Colecta.
Éxcita, Dómine, corda nostra ad praeparándas Unigéniti tui vias: ut per ejus advéntum, purificátis tibi méntivus servíre mereámur: Qui tecum vivit..
Mueve, Señor, nuestros corazones para preparar los caminos de tu Unigénito; a fin de que, por su venida, merezcamos servirte con almas purificadas. El cual vive.
Epístola. Rom 13, 4-13
Vengan de donde vinieren y cualquiera que sea el medio a que pertenezcan, el llamamiento de Dios se dirige a todos los hombres, sin distinción de méritos o privilegios. Al recordárselo san Pablo a los fieles, llegados tanto del paganismo como del judaísmo, da gracias a Dios, citando las Escrituras, por esta vocación universal, fundamento de la esperanza cristiana.
Fratres: Quæcúmque scripta sunt, ad nostram doctrínam scripta sunt: ut per patiéntiam, et consolatiónem Scripturárum, spem habeámus. Deus autem patiéntiæ , et solátii, det vobis idípsum sápere in altérutrum secundum Jesum Christum: ut unánimes, uno ore honorificétis Deum et Patrem Dómini nostri Jesu Christi. Propter quod suscípite ínvicem, sicut et Christus suscepit vos in honórem Dei. Dico enim Christum Jesum minístrum fuísse circumcisiónis propter veritátem Dei, ad confirmándas promissiónes patrum: gentes autem super misericordia honoráre Deum, sicut scriptum est: Proptérea confitébor tibi in géntibus, Dómine, et nómini tuo cantábo. Et íterum dicit: Læ támini, gentes, cum plebe eius. Et íterum: Laudáte omnes gentes Dóminum: et magnificáte eum omnes pópuli. Et rursus Isaías ait: Erit radix Iesse, et qui exsúrget régere gentes, in eum gentes sperábunt. Deus autem spei répleat vos omni gáudio, et pace in credéndo: ut abundétis in spe, et virtúte Spíritus Sancti.
Hermanos: Todas las cosas que han sido escritas, para nuesetra enseñanza están escritas, para que, por la perseverancia y consolación que dan las Escrituras, tengamos esperanza. El Dios de la perseverancia y del consuelo os dé a sentir una misma cosa entre vosotros conforme a Jesucristo; para que unánimes, a una, glorifiquéis a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo. Por tanto, recibíos los unos a los otros como Cristo os recibió, para gloria de Dios. Yo os digo que Jesucristo fue el ministro de la circuncisión, por la veracidad de Dios, cumpliendo lo prometido a los padres. Mas también los gentiles deben glorificar a Dios por su misericordia, según está escrito; Por esto te alabaré, Señor, entre las naciones, y cantaré a tu nombre. Y en otro lugar: Alegraos, gentiles con su pueblo. Y otra vez: Alabad al Señor todas las gentes, y ensalzadle todos los pueblos. Y asimismo Isaías dice: Brotará el vástago de Jesé, y el que se levanta para gobernar a las naciones; en él esperarán las gentes. El Dios de la esperanza os colme de todo gozo y de paz en el creer; para que abundéis en la esperanza por la virtud del Espíritu Santo.
Gradual. Salm 49, 2-3,5
Ex Sion spécies decóris ejus ; Deus maniféste véniet. Congregáte illi sancos ejus, qui ordinavérunt testaméntum ejus super sacrifícia.
De Sión, hermosura perfecta, Dios va a manifestarse. Congregad en su derredor a los fieles que concertaron alianza con él por sus sacrificios.
Aleluya. Salm. 121, 1.
Allelúia, allelúia.v. Laetátus sum in his quae dicta sunt mihi: in domum Dómini íbimus. Allelúia.
Aleluya, aleluya. V. Me he alegrado en lo que se me ha dicho: Vamos a la casa del Señor. Aleluya.
Evangelio Mat 11, 2 – 10.
Jesús se declara Mesías al referirse a Isaías 61, 1-3 «… para los pobres es la buena nueva». Y afirma a continuación: «Bienaventurados los que no encuentren en mi ocasión de escándalo». No nos hagamos un Mesías, ni una religión según nuestras propias concepciones.
In illo témpore : Cum audísset Joánnes in vínculis ópera Christi, mittens duos de discípulis suis, ait illi: Tu es, qui ventúrus est an álium exspectámus? Et respóndens Jesus, ait illis: Eúntes renuntiáte Joánni quæ audístis, et vidístis. Cæ ci vident, claudi ámbulant, leprosi mundántur, surdi áudiunt, mórtui resúrgunt, páuperes evangelizántur: et beátus est, qui non fuérit scandalizátus in me. Illis autem abeúntibus, coepit Jesus dícere ad turbas de Joánne: Quid exístis in desértum vidére? arúndinem vento agitátam? Sed quid exístis vidére? hóminem móllibus vestítum? Ecce qui móllibus vestiúntur, in dómibus regum sunt. Sed quid exístis vidére? prophétam? Étiam dico vobis, et plus quam prophétam. Hic est enim, de quo scriptum est: Ecce ego mitto ángelum meum ante fáciem tuam, qui præparábit viam tuam ante te.
En aquel tiempo: Al oír Juan desde la cárcel las obras de Cristo, envió dos de sus discípulos a preguntarle: ¿Eres tú el que ha de venir, o debemos esperar a otro? Y, respondiendo Jesús, les dijo: Id y contad a Juan lo que habéis visto. Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan, se anuncia el Evangelio a los pobres y bienaventurado el que no se escandalice en mí. Luego que se fueron éstos, comenzó Jesús a hablar de Juan al pueblo: ¿Qué salisteis a ver al desierto? ¿Una caña movida del viento? O ¿qué salisteis a ver, a un hombre vestido con ropas delicadas? Los que visten finos vestidos están en casas de reyes. ¿Qué salisteis a ver? ¿Un profeta? Ciertamente, y a uno más que profeta. Él es de quien está escrito: He aquí que envío mi ángel ante tu faz, para que prepare tu camino ante ti.
Además del Mesías, a quien anuncian, dos grandes profetas iluminan la liturgia de este domingo: Isaías y Juan el Bautista.
Isaías es el profeta por excelencia del advenimiento mesiánico. La Iglesia nos hace oír su voz en el introito; voz que resuena en la epístola y el evangelio, en que Cristo y san Pablo se refieren a lo que él había dicho. El propio san Juan Bautista, el último de los profetas y el inmediato precursor de Cristo, alegaba la palabra de Isaías. Su lugar en la liturgia del Adviento desborda ampliamente este segundo domingo. No ha día en que no nos haga leer la Iglesia en maitines algún pasaje de sus profecías; de él se toman las lecturas de los tres días de Témporas, y en la noche de Navidad son sus palabras las que cantarán, en el Emmanuel nacido de la Virgen, las grandezas divinas del Príncipe de la Paz.
Dos enseñanzas principales nos proporciona la misa de hoy: Jesús es el Mesías de los «pobres», de todos aquéllos que, conscientes de su miseria, recurren a él (evangelio). Es también el Salvador, tanto de los paganos como de los judíos; en adelante, el pueblo de Sión será la Iglesia abierta de par en par a todas las naciones de la tierra (epístola).
Misal diario y vesperal. XV edición.Dom Gaspar Lefebvre y los monjes benedictinos de la Abadía de San Andrés.Tr: P.Germán Prado y los monjes de la Abadía de Silos.
]]>El próximo lunes 8 de diciembre, festividad de la Inmaculada Concepción, la Santa Misa Tradicional que tiene lugar los domingos y días de precepto en la parroquia de San Bernardo, a las 10 de la mañana, será armonizada al órgano, y durante la ceremonia se interpretarán cantos en honor de la Santísima Virgen. Así, en el Ofertorio se cantará el AVE MARÍA, durante la Comunión se cantarán las coplas “Todo el mundo en General”, de Miguel Cid, con música de Correa Arauxo, finalizando la ceremonia con el canto del Salve Regina.
Le invitamos cordialmente a asistir a esta celebración, y le rogamos su difusión.
Bendita y alabada sea la Purísima Concepción de María Santísima, concebida sin mancha de pecado original.
Todo el mundo en general,
a voces, Reina escogida,
diga que sois concebida
sin pecado original.
Tanto de gracia os llenó
el Señor con su poder,
que la culpa no halló
vacío donde caber,
y sin entrar, se volvió.
La culpa y gracia en carrera
corrieron ambas a dos:
fue la gracia más ligera,
y entróse dentro de Vos,
y la culpa quedó fuera.
Si mandó Dios verdadero
al padre y la madre honrar,
lo que nos mandó guardar,
él lo quiso obrar primero;
y así esta ley celestial
en Vos la dejó cumplida,
que os hizo concebida
sin pecado original.
Fuente: Una Voce Sevilla
]]>Oración al Espíritu Santo por una gracia concedida.
Ven, Espíritu Creador,
visita las almas de tus fieles
y llena de la divina gracia los corazones,
que Tú mismo creaste.
Tú eres nuestro Consolador,
don de Dios Altísimo,
fuente viva, fuego, caridad
y espiritual unción.
Tú derramas sobre nosotros los siete dones;
Tu, el dedo de la mano de Dios;
Tú, el prometido del Padre;
Tú, que pones en nuestros labios los tesoros de tu palabra.
Enciende con tu luz nuestros sentidos;
infunde tu amor en nuestros corazones;
y, con tu perpetuo auxilio,
fortalece nuestra débil carne.
Aleja de nosotros al enemigo,
danos pronto la paz,
sé Tú mismo nuestro guía,
y puestos bajo tu dirección, evitaremos todo lo nocivo.
Por Ti conozcamos al Padre,
y también al Hijo;
y que en Ti, Espíritu de entrambos,
creamos en todo tiempo.
Gloria a Dios Padre,
y al Hijo que resucitó,
y al Espíritu Consolador,
por los siglos infinitos. Amén.
V. Envía tu Espíritu y serán creados.
R. Y renovarás la faz de la tierra.
Oremos.
Oh Dios, que has iluminado los corazones de tus hijos con la luz del Espíritu Santo; haznos dóciles a tu Espíritu para gustar siempre el bien y gozar de su consuelo.Por Jesucristo Nuestro Señor.
R. Amén.
]]>Con estupor leí que Monseñor Gianfranco Ravasi, Presidente del Consejo Pontificio de la Cultura presentó al pisano como el «Patrono ideal para un diálogo entre ciencia y fe».
Una vez que salí de me asombro, me pregunté, ¿por qué se meten los curiales en estos fregados?, Manolete, si no sabes torear ¿«pa» qué te metes? Yo no sé lo que habrá pensado San Roberto Bellarmino en el cielo, pero seguro que si lo hubiese tenido al lado le habría dado un pescozón a este Monseñor despistado.
Yo a San Roberto Bellarmino le tengo un especial cariño - ¿por qué no se publican de una vez sus obras y las de tantos insignes sabios católicos, en vez de tanto libro ñoño? -, por su santidad, por su amor al Señor, por el servicio que hizo a la Iglesia, en definitiva por ser católico en sentido pleno. Su definición de la Iglesia como sociedad perfecta, me parece eso, perfecta. Como concluyó nuestro santo, «la Iglesia es una comunidad de hombres tan visible y perceptible como la comunidad del pueblo romano, o el reino de Francia, o la República de Venecia». Chapeau.
En el proceso a Galileo no se dirimió si la tierra giraba o no alrededor del sol: por un quítame allá esas pajas, ni Galileo ni nuestro insigne Doctor de la Iglesia hubiesen mantenido esa controversia. A pesar de la dictadura progre que nos quiere imponer el pensamiento único, el motivo no fue ese.
Como señala el profesor Hintikka, de nombre Jaakko, en su obre El viaje filosófico más largo, el motivo fue otro, mucho más profundo. En el capítulo dedicado a Leibniz, que titula ingeniosamente, «¿Fue la deidad de Leibniz un akrates?», centra perfectamente la cuestión.
Mejor que hable D. Jaako:
En otro lugar he conjeturado que la Inquisición empleó la concepción aristotélica como parte del apuntalamiento teológico y filosófico de la condena a Galileo (…). Las cosas llegaron a su punto decisivo en conexión con el principio de plenitud que fue una parte esencial del trasfondo filosófico de los críticos eclesiásticos de Galileo como el cardenal Bellarmino. (…) Personas como Bellarmino interpretaron que las leyes naturales que carecen de toda excepción, tal como eran expuestas por Galileo, «limitaban la libertad de Dios». Esto, y no su defensa del sistema copernicano, constituyó el real «crimen de Galileo» que suscitó la ira de Bellarmino y la Inquisición.
El principio metafísico de plenitud viene a decir que cualquier posibilidad se realizará a la larga. Invirtiendo el principio, se concluye que cualquier cosa que suceda siempre de la misma manera, es decir, que esté gobernado por leyes, lo hará por necesidad. Si fuesen posibles excepciones, se realizarían alguna vez, según el principio de plenitud. ¿Qué implica esto? Pues que el universo gobernado por leyes que postulaba la ciencia del XVI es difícil armonizar con la libertad divina o humana. Por otro lado, si se aplicase dicho principio a sucesos individuales, se deduciría que todo ocurre por necesidad.
La cuestión, pues, no era si la tierra giraba alrededor del sol. Sino la libertad de Dios. De hecho, San Roberto Bellarmino respondió a Foscarini, que le había dedicado un opúsculo titulado «Carta sobre la opinión de los pitagóricos y de Copérnico, en las que se concilian y se apaciguan los lugares de la Sagrada Escritura y las proposiciones teológicas, que nunca podrán aducirse en contra de tal opinión», lo siguiente:
Me parece que Vuestra Paternidad y el señor Galileo obrarán prudentemente contentándose con hablar ex suppositione y no absolutamente, como siempre he creído que hizo Copérnico
Galileo fracasó. Su modelo fue superado. De hecho, el principio de indeterminación de Hessenberg y el teorema de Gödel han acabado definitivamente con un tipo de ciencia, dando lugar a otra totalmente nueva. Galileo fue derrotado definitivamente por la misma ciencia.
San Roberto Bellarmino, no.
Así que en desagravio por lo publicado hoy, recojo la oración colecta de la Misa que se celebra en su festividad.
Señor, tú que dotaste a San Roberto Belarmino de santidad y sabiduría admirable para defender a tu Iglesia, concede a tu pueblo, por su intercesión, la gracia de vivir con la alegría de profesar plenamente la fe verdadera. P. Ntrº Sñºr. Xtº…
Amén.
]]>Los santones socialistas nos han traído la paz y la salvación al mundo en forma de paro y aborto. Casi tres millones de parados y 112.138 niños sacrificados. Es muy importante recordar la cifra: ni uno de los justos puede caer en el olvido.
En ningún momento los socialistas instalados en el poder han mostrado conmiseración ni por las criaturas que se quedan en la calles ni por los niños asesinados.
¿No se les remueven las entrañas?
Ellos quieren salvar al hombre de la religión. Hay que instaurar el «mundo en colores» del ministro Bermejo, ese mundo donde el niño es abortado, los hombres carecen de trabajo y al final de su vida serán vomitados al Hades previa inyección letal. Hay que desnaturalizar al hombre, acabar con la familia. Viene el Estado.
Predican la igualdad, pero sólo para ellos. Incapaces de crear riqueza han creado una casta, la del partido. Desde su atalaya se ocupan de los asuntos, del gobierno, pero sin mezclarse. Que no los toquen. Son incapaces de pergeñar una solución, una salida a la crisis que no sea dar dinero al que más tiene, a costa del contribuyente
De ahí su lucha, esfuerzo ímprobo, hercúleo, para sacar a la religión del espacio público y ocupar de esta manera el espacio de la Iglesia. La Cruz es libertad, con mayúsculas, porque está sustentada en la Verdad, Cristo. Insoportable para ellos.
¿Salvación? No, muerte y pobreza.
El mundo en colores.
]]>Los políticos españoles muestran una hipocresía y un fariseísmo descomunal. Tanto los de la izquierda desvergonzada como los de la derecha vergonzante no se cortan un pelo, en lo tocante a la Iglesia, a la hora de exigir posicionamientos y definiciones precisamente a la única institución que lleva 2.000 años predicando lo mismo, a pesar de los avatares de la historia. Una y otra vez los vemos, blandiendo el dedo acusador, inquiriendo a los católicos en general y a los obispos en particular, si el comportamiento es o no evangélico. Se creen unos «superpapas» poseedores del magisterio eclesial.
Así, no es raro ver como algún que otro congresista recuerda a nuestros obispos cómo deben actuar respecto a los medios de comunicación de la Iglesia. Desde sus púlpitos, estos liberticidas braman contra la falta del carácter evangélico que, según a su entender, hay en la COPE.
El último en sumarse al carro ha sido Alberto Ruíz Gallardón, alcalde de Madrid y antagonista de Federico Jiménez Losantos. El prócer madrileño ha querido utilizar la audiencia al Papa a la que había sido invitado por el Cardenal Rouco Varela, para denunciar ante el Santo Padre el «efecto perverso que está produciendo en la sociedad madrileña, y española, el mensaje permanentemente injurioso y de odio que se transmite desde un programa de la emisora de la Conferencia Episcopal». Como no podía ser de otra forma, el Cardenal de Madrid vetó la visita de Ruíz Gallardón a la Santa Sede.
La verdad sea dicha, causa estupor y sonrojo que el Alcalde de Madrid, el mismo que en su Ayuntamiento dispensa gratuitamente la píldora postcoital a niñas de 10 años sin que haya necesidad de informar a sus padres, vaya ahora de adalid de la causa evangélica.
Además, resulta aún más indignante es que el edil madrileño le pida a la Iglesia «que diga si esa voz es suya». No se puede ser más cínico. O más ignorante.
Que la voz de Federico no es la de la Iglesia está al alcance de cualquiera. Incluido Gallardón. Su cinismo es demasiado grosero.
Dice Wikipedia que Ruiz Gallardón es católico practicante. No sé de donde habrá salido ese dato ni lo que significa, es decir, si se refiere a que Gallardón profesa la religión católica y frecuenta los sacramentos o, sin embargo, es católico y ATS, esto es, practicante.
Ni idea.
Pero si es cierto, su impertinencia ante un príncipe de la Iglesia como Rouco es impresentable.
En el evangelio se nos dice que por sus obras lo conoceréis. A Gallardón sus obras lo delatan. No sólo por el gasto público, que atenta contra el bien común, sino por casos como la píldora post coital o su posición ante los matrimonios de homosexuales, vamos, lo propio de un político católico. Y practicante.
Éstas son las acciones que escandalizan al pueblo cristiano. No lo que pueda decir Federico Jiménez Losantos en la COPE.
En vez de llevar a Benedicto XVI sus cuitas personales con un periodista, más le valdría ir vestido de saco y ceniza, arrepentido por promover el aborto.
]]>Forma extraordinaria de la Liturgia de la Iglesia
Introito. Salm. 24, 1-4
Ad te levávi ánimam meam: Deus meus, in te confído, non erubéscam: neque irrídeant me inimici mei: étenim univérsi, si, qui te exspécant, non confundéntur. Ps.ibid., 4. Vias tuas, Dómine, demónstra mihi: et sémitas tuas édoce me.Glória Patri, et Fílio, et Spirítui Sancto. Sicut era in princípio, et nunc, et semper, et in saécula saeculórum. Amen. - Ad te levávi…
A ti Señor, levanto mi alma; Dios mío, en ti confío; no sea avergonzado, ni se burlen de mí mis enemigos; pues cuantos en ti esperan, no quedarán confundidos. Ps. Muéstrame, Señor, tus sendas. V. Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén. – A ti, Señor, levanto mi alma.
Colecta.
Éxcita quǽsumus, Dómine: poténtiam tuam, et veni: ut ab imminéntibus peccatórum nostrórum periculis, te mereámur protegénte éripi, te liberánte salvári. Qui vivis et regnas cum Deo Patre in úntate Spíritus Sancti, Deus per ómnia saécula saeculórum. Amen.
Despierta, Señor, tu potencia y ven; para que con tu protección merezcamos ser libres de los peligros que nos amenazan por nuestros pecados, y ser salvos con tu gracia. Tú que vives y reinas con Dios Padre, en unidad del Espíritu Santo, Dios por todos los siglos de los siglos. Amén.
Epístola. Rom 13, 11-14
La primera generación cristiana vivía más que nosotros en la espera de la vuelta gloriosa del Señor. Ella da a nuestra vida cotidiana toda su razón de ser, al prepararnos constantemente para recibirle.
Fratres: Sientes, quia hora est jam nos de somno súrgere. Nunc enim própior est nostra salus, quam cum credídimus. Nox præcéssit, dies autem appropinquávit. Abjiciámus ergo ópera tenebrárum, et induámur arma lucis. Sicut in die honéste ambulémus: non in commessatiónibus, et ebrietátibus, non in cubílibus, et impudicítiis, non in contentióne, et æmulatióne: sed induímini Dóminum Iesum Christum.
Hermanos: hora es ya de despertar. Ahora está más cerca nuestra salud que cuando empezamos a creer. Ha pasado la noche y llega el día. Desechemos, pues, las obras de las tinieblas, y vistámonos de las armas de la luz. Caminemos, como de día, honestamente: no en glotonerías y embriagueces, ni en sensualidades y disoluciones, ni en pendencias y envidias; antes bien, revestíos de nuestro Señor Jesucristo.
Gradual. Salm 24, 3 – 4
Univérsi, qui te esxpéctant, non cunféntur, Domine. V. Vias tuas, Dómine, notas fac mihi : et sémitas tuas édoce me.
Cuantos en ti esperan no quedarán confundidos, Señor. Muéstrame, Señor, tus caminos y enséñame tus sendas.
Aleluya. Salm. 84, 8.
Allelúia, allelúia.v. Osténde nobis, Dómine, misericórdiam team: et salutáre tuum da novis. Allelúia.
Aleluya, aleluya. V. Muéstranos, Señor, tu misericordia, y danos tu Salvador. Aleluya.
Evangelio Luc 21, 25 – 33.
Las señales precursoras del fin de los tiempos serán también las de nuestra liberación definitiva y las del advenimiento del reino: «El mismo Dios estará con ellos; Él enjugará las lágrimas de sus ojos, y ya no habrá muerte, ni duelo, ni gemidos, ni dolor, porque todas estas cosas habrán pasado». (Apocalipsis 21,4)
In illo témpore : Dixit Iesus discípulis suis: Erunt signa in sole, et luna, et stellis, et in terris pressúra géntium præ confusióne sónitus maris, et flúctuum: arescéntibus homínibus præ timóre et exspectatióne, quæ supervénient universo orbi: nam virtútes cælórum movebúntur. Et tunc vidébunt Filium hóminis veniéntem in nube cum potestáte magna, et maiestáte. His autem fíeri incipiéntibus, respícite, et leváte cápita vestra: quóniam appropínquat redémptio vestra. Et dixit illis similitúdinem : Vidéte ficúlneam, et omnes árbores : cum prodúcunt jam ex se fructum, scitis quóniam prope est æstas. Ita et vos, cum vidéritis hæc fíeri, scitóte quóniam prope est regnum Dei. Amen dico vobis, quia non præteríbit generátio hæc, donec ómnia fiant. Cælum et terra transíbunt: verba autem mea non transíbunt.
En aquel tiempo: Dijo Jesús a sus discípulos; Habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas, y en la tierra consternación de las gentes, por la confusión que causará el ruido del mar y de sus olas. Moriránse los hombres por el temor y recelo de las cosas que sobrevendrán a todo el universo, porque las virtudes de los cielos se tambalearán. Y entonces verán al Hijo del hombre venir sobre una nube con gran poder y majestad. Cuando comiencen, pues, a cumplirse estas cosas, erguíos y levantad vuestras cabezas, porque se acerca vuestra redención. Y les dijo este símil: Ved la higuera y todos los árboles: cuando producen ya de sí el fruto, sabéis que está cerca el verano; así también, cuando veáis que suceden estas cosas, sabed que está cerca el reino de Dios. En verdad os digo, que no pasará esta generación sin que todo esto se cumpla. El cielo y la tierra pasarán; pero mis palabras no pasarán.
La liturgia del Adviento se abre con un grito de llamada: ¡Ven! Es el grito de los profetas de Israel al Mesías Redentor, cuya venida esperan con ansiedad.
Dios no se hace el sordo a la voz de su pueblo. Cumpliendo la promesa de salvación que hizo a nuestros primeros padres a raíz de su caída, envía a su Hijo al mundo. Y la aplicación a todas las generaciones humanas de la redención, que nos ha adquirido con su pasión el Hijo de Dios hecho hombre, continúa hasta el fin de los tiempos; no se terminará sino con la consumación del mundo, cuando vuelva el Mesías para coronar su obra y trasladarnos a su reino. Así, pues, la historia de la Iglesia se sitúa entre estos dos grandes acontecimientos.
En la misa del domingo se evoca toda esta obra de la redención, desde su preparación en la esperanza de Israel y su resonancia en nuestra vida presente (epístola) hasta su última consumación (evangelio). Al prepararnos para celebrar en Navidad el nacimiento del que ha venido a rescatar nuestras almas del pecado y hacerlas semejantes a la suya, invoca la Iglesia sobre nosotros y sobre todos los hombres la plena realización de la misión salvadora que Cristo ha venido a cumplir en la tierra.
Misal diario y vesperal. XV edición.Dom Gaspar Lefebvre y los monjes benedictinos de la Abadía de San Andrés.Tr: P.Germán Prado y los monjes de la Abadía de Silos.
]]>«Quien se atreve con la empresa de instituir un pueblo debe sentirse en condiciones de cambiar, por así decir, la naturaleza humana; de transformar cada individuo, que por sí mismo es un todo perfecto y solitario, en parte de un todo mayor, del que ese individuo recibe en cierta forma su vida y su ser; de alterar la constitución del hombre para reforzarla; de sustituir por una existencia parcial y moral la existencia física e independiente que todos hemos recibido de la naturaleza. En una palabra, tiene que quitar al hombre sus propias fuerzas para darle las que le son extrañas y de las que no puede hacer uso sin la ayuda de los demás. Cuanto más muertas y aniquiladas están esas fuerzas, más grandes y duraderas son las adquiridas, y más sólida y perfecta es también la institución. De suerte que si cada ciudadano no es nada, ni puede nada sino gracias a todos los demás, y si la fuerza adquirida por el todo es igual o superior a la suma de todas las fuerzas naturales de todos los individuos, se puede decir que la legislación está en el más alto grado de perfección que puede adquirir».
Del Contrato Social, Jean-Jacques Rousseau. . (2, VII). Alianza Editorial, 2005 4ª Reimpr.
Más aborto, eutanasia, matrimonio homosexual, retirada de crucifijos, anticlericalismo..Adanismo político. Reinvención de la sociedad.
Cambiar la naturaleza humana.
]]>En los países donde la Iglesia Católica es perseguida, profesar la fe católica es un hecho que distingue. Se sabe donde están las Iglesias y los fieles que asisten a ella. En los países musulmanes los católicos son ciudadanos de tercera. En definitiva podríamos decir que el carácter que les imprime el bautismo es conocible por el mundo.
Otro tanto, sin llegar a los extremos anteriores pero también significativo, ocurría no hace mucho tiempo en países de marcado carácter protestante. Para ellos el catolicismo implicaba una cierta dependencia del individuo a Roma que podía afectar a la soberanía de la nación. Por ejemplo, el Venerable Newman, cuando el Romano Pontífice Pío IX proclamó el dogma de la infalibilidad papal, fue objeto de innumerables ataques - además de los motivados por su conversión, of course -, ya que políticos como Gladstone estaban convencidos de que los católicos no podían ser súbditos de la Gran Bretaña dignos de confianza: el Santo Padre tenía ascendencia moral sobre ellos - O tempora, o mores! – por lo cual el gobierno civil se podía ver dañado cuando se produjese una discrepancia entre el poder civil y la conciencia del individuo. Newman, como no podía ser de otra manera, contestó magistralmente en su «Carta al Duque de Norfolk» (la encíclica Veritatis Splendor de Juan Pablo II cita dos veces esta obra).
En España, Deo gratias, el catolicismo impregnó de tal manera la sociedad que no hubo necesidad de identificarse como tal: era un presupuesto social.
La Iglesia mantenía una tutela moral sobre la sociedad.
A pesar de las miserias de algunos hombres de Iglesia, ordenados o no, esta influencia en las costumbres era buena, ya que había una referencia social a los principios morales. La virtud estaba recompensada socialmente. El bien y el mal estaban recompensados o sancionados socialmente, la referencia era la misma para todo el mundo.
Hoy en día todo ha cambiado.
La Iglesia abandonó un terreno que nunca debió dejar. También hay que decir que en otras ocasiones fue invitada a salir, pero lo más importante en definitiva es que esos «huecos», fueron ocupados por el Estado.
Las consecuencias, nefastas, son evidentes.
Sin embargo, el objeto del artículo no es este – tema al que por cierto se le podrían dedicar libros y libros -, sino saber si, una vez superada la crisis, el catolicismo en España es un hecho diferencial.
El catolicismo, como signo identificativo, no se refiere al llevar una cruz, poner un Sagrado Corazón de Jesús en la puerta o incluso tener una foto del Santo Padre en el trabajo (buenos signos perdidos, por otra parte), sino a una profesión de fe que producto de un encuentro personal con Jesucristo, que conduce a un actuar concreto, como cristiano, en la Iglesia y unido moralmente al Santo Padre.
Aunque pese, ahora mismo la fe está diluida en el mundo. No hay diferencia clara entre un católico y un no católico. Con esto no me refiero a que un católico no pueda pecar - ¿acaso no somos naturaleza caída?. No se trata de un superhombre –, sino a que, objetivamente, el católico de hoy en día haya redefinido la moral cristiana de manera que un mal se vea como un bien.
Así, teniendo esto en cuenta, no es raro ver a individuos que, estando en asociaciones católicas, llevan una vida totalmente opuesta a la enseñanza de la Iglesia. Desde el trabajo hasta el sexo, es muy difícil identificar a un católico en un grupo humano: no se vive en el mundo, sin pertenecer a él, sino que la mezcla es total.
No hay un catolicismo de presencia, por llamarlo de alguna manera.
Sin embargo hoy es muy necesario que ese ser católico sea significativo, que diferencie del resto.
La fe debe ser consecuente. Y coherente.
Si queremos ser levadura, no queda otro camino.
]]>En la retransmisión que hizo Canal Sur Radio de la entrada de la Hermandad de los Gitanos, una de las más populares de la Semana Santa de Sevilla, se produjo esta conversación entre el periodista que retransmitía la entrada del Señor, tras la estación de penitencia que realiza todos los años la madrugada del Viernes Santo, y uno de los hermanos que allí se encontraba. Tras la “levantá” del paso, al finalizar una saeta, decía este hermano:
- Hermano: … sentimiento que tiene el pueblo gitano cuando expresa lo que siente (…) a mucha gente de aquí le hace encontrarse con el Señor porque a lo mejor no frecuenta la Iglesia pero ahora está en comunión con Él.
- Periodista: pero se lo encuentra aquí, ¿verdad?
- Hermano: aquí se lo encuentran y es una cosa que ha que seguirla respetando. Esto es del pueblo.
Sabiduría popular, catolicismo puro y duro. Sencillo.
La Iglesia, como madre sabia que es, ha tenido siempre en gran estima el culto a las imágenes. Los Padres así lo vieron y así ha seguido hasta el día de hoy.
Sin embargo no siempre ha sido así de sencillo. A raíz del Concilio Vaticano II, algunos sacerdotes impíos pretendieron dar una interpretación falsa del mismo, reinventando en el fondo y en la forma, la fe cristiana, dejando sólo el nombre. El culto ya no valía. Las horas delante del sagrario, la adoración a la Sagrada Hostia tampoco. La religiosidad popular pertenecía a otros tiempos.
En Sevilla, las cofradías gracias a los dos últimos ordinarios, Bueno Monreal y Amigo Vallejo, han sufrido un proceso de vulgarización creciente. Se han visto menoscabadas en su esencia por un clero radical que las abandonó al albur de los tiempos. En este desconcierto, el PSOE aprovechó la situación para buscar allí un banco de votos suculento. Y cuando comprobó que las hermandades ya no le servían para nada, las tiró como un kleenex.
Ahora, los socialistas sólo las quieren como un mero espectáculo circense, para atraer a turistas para incrementar los ingresos, o bien para atacarlas.
Los cofrades han resistido mal estos envites, aunque hay casos y casos, pero en general, el mundo civil se ha introducido de tal manera en el mundo de las hermandades que cada vez es más difícil discernir lo católico en ellas.
Eso sí, el que tuvo, retuvo. Un refrán que viene como anillo al dedo al mundo de las cofradías. Asociaciones como las hermandades, que llevan una vida de Iglesia, con sus altibajos, de más de seiscientos años (algunas), no son desde luego fáciles de liquidar. Por mucho que se empeñe un clero mendaz y unos fieles despistados.
Yo soy uno de esos ilusos que sigue pensando en un nuevo florecimiento de las hermandades, si éstas vuelven a lo esencial, adaptándose en lo accesorio a los tiempos. Rezo porque nuestro nuevo Ordinario pastoree convenientemente a sus fieles. No le faltará, seguro, ni actitud ni aptitud.
Las cofradías tienen ese misterio.
Cosas de Dios
]]>Si primero fueron las antenas de la COPE y Vocento, después vendrá Internet. Lo que desconocemos es el tiempo que tardarán, pero lo cierto y verdad es que ya andan dándole vueltas al magín sobre cómo hincarle el diente a la red.
El hecho queda demostrado con la publicación del libro de José María Carbonell, presidente del CAC, titulado «El primer poder». Como todos los engendros que produce el intervencionismo estatalista, se envuelve en papel de regalo para así colarlo como si fuera un bien, pero no es más que un Caballo de Troya que quiere acabar con la libertad de expresión.
Si hay algo que la red ha permitido, una vez que a la sociedad se le ha quitado toda posibilidad de participar en el juego político - ¿cuántas veces hay que recordar que en España no hay Democracia, porque el sistema electoral no representa la voluntad general y no hay división de poderes? -, lo único que le queda a los ciudadanos es la crítica al poder a través de Internet.
Es una realidad. Los ciudadanos, a través de los medios que proporciona Internet, muestran su disconformidad, su crítica, al poder político; les muestran sus negligencias, recuerdan sus incumplimientos y sobre todo lo más importante, dan el debate ideológico, de los principios, ese debate que no quieren escuchar los políticos, especialmente los del PP, que se han comportado como verdaderos felones ante sus votantes.
José María Carbonell no es más que un ejemplo de la tribu política. Él querría cercenar la libertad de los ciudadanos para acceder a Internet, no por nada, sino por su bien, así garantizaría «el acceso, la privacidad y unos precios asequibles para los consumidores». Los usuarios no saben, Carbonell sí. Él se erigirá, en aras del interés público, como el Gran Hermano de la nueva era.
A pesar de su omnisciencia, no explica – ni explicará –, a qué llama «interés público», ¿no querrá decir mejor el interés político, su interés?
La idea está lanzada. Será cuestión de tiempo que, si nadie lo impide, el régimen nacionalista catalán lo imponga y que, a continuación pase a Andalucía, ¿no son acaso sistemas primos hermanos? Y de ahí a toda España – o lo que quede de ella -.
El totalitarismo mueve ficha.
Vienen a por nosotros.
]]>Informa Libertad Digital que un juez ha sido favorable a las reclamaciones realizadas por La Asociación Cultural Escuela Laica, de Valladolid. El portavoz de dicha asociación se ha congratulado por la sentencia y en medio de un orgasmo de placer ha dicho que la misma ha sido «un triunfo de la higiene democrática» frente a una realidad «de otro tiempo, preconstitucional, basada en el nacional-catolicismo».
A mí me gustaría que alguno de estos progres me explicara qué es el nacional – catolicismo, más que nada para saber de qué estamos hablando. Lo único que hacen es visitar los lugares comunes de la ideología progre, farfollando un lenguaje del cual desconocen su contenido semántico.
Por otro lado, la sentencia es tramposa. Si el Estado, ese gran Leviatán que invade la vida de los ciudadanos - ¿es qué acaso no tienen derecho a ser esclavos?, ¡Vivan las cadenas! -, prohíbe los signos religiosos es porque quiere, no en base a que sea laico y/o neutral. De hecho, el Estado no es neutro. El Estado persigue positivamente los signos religiosos.
¿Molestaba acaso el crucifijo en la pared de ese colegio? No, de hecho hasta ahora nadie había presentado denuncia.
Pero no es la única trampa que el juez pone, como un cazador furtivo. Habla en la sentencia que la enseñanza religiosa influye en la formación de la personalidad. Exacto. Pero en ningún momento dice que sea mala. Simplemente habla de que los jóvenes tienen que aspirar « a la tolerancia de otras opiniones e ideales que no coincidan con los propios». Es decir, la religión católica tiene que dejar su influencia para que el Estado pueda ejercer la suya. El Estado se erige como formador de conciencias. Es, al fin y a la postre, lo que está haciendo el juez al dictar su sentencia
Queda una tercera trampa. Dice el magistrado que la cruz «vulnera los derechos fundamentales» y que «La aconfesionalidad implica una visión más exigente de la libertad religiosa, pues implica la neutralidad del Estado frente a las distintas confesiones y, más en general, ante el hecho religioso. Nadie puede sentir que, por motivos religiosos, el Estado le es más o menos próximo que a sus conciudadanos». Exactamente, esa es la aconfesionalidad, pero el juez, falazmente, se muestra no como magistrado de un Estado aconfesional, sino como juez de un Estado anticonfesional. Veladamente, está cambiando el contenido semántico de la palabra aconfesional.
Todo esto me recuerda a lo que dice el Salmo 2º:
¿Por qué se amotinan las gentes,
y trazan las naciones planes vanos?
Se reúnen los reyes de la tierra
y a una se confabulan los príncipes,
contra Yavé y contra su ungido.
«Rompamos sus coyundas,
lejos de nosotros arrojemos sus ataduras»
El portavoz de la Asociación de la Escuela Laica de Valladolid ha dicho - supongo que tras salir del éxtasis en el que se encontraba – que espera que la Junta de Castilla y León no recurra la sentencia ya que sería indecente.
Qué cosas.
El impío nos quiere enseñar lo que es la decencia.
Estoy seguro que desconoce la segunda parte del Salmo 2º:
]]>El que mora en los cielos se ríe,
Yavé se burla de ellos.
A su tiempo les hablará en su ira
Y los consternará en su furor.
18 de Abril de 1.521, Fray Lutero se encuentra en Worms, ante el César Carlos; tiene la firme resolución de no retroceder ni un milímetro en sus posturas. Sólo la Sagrada Escritura, le podía convencer, pero claro, en la Biblia no había un solo argumento que le pudiese convencer de sus creencias.
La sala estaba muy concurrida. Además de españoles, había alemanes, representantes de otras naciones y gente del pueblo. Y el Emperador.
Tras un breve discurso que dejó impávidos a los príncipes germanos, el oficial o notario preguntó a Lutero si quería retractarse de los errores cometidos en sus libros. Fray Martín respondió:
Ya que vuestra Majestad sacratísima y vuestras señorías me piden una respuesta sencilla, la daré, sin cuernos ni dientes, en esta forma: Mientras no me convenzan con testimonios de las Escrituras o con razones evidentes – pero no creo en el Papa ni en los concilios solos, porque consta que erraron muchas veces y se contradijeron a sí mismos -, convencido como estoy por las Escrituras que yo he aducido y teniendo la conciencia prisionera de la palabra de Dios, ni puedo ni quiero retractar nada, pues no es prudente ni está en mi mano el obrar contra mi conciencia. Dios me ayude. Amén (Martín Lutero I, García Villoslada, ed BAC, 1976,pp. 567 – 568).
Otros historiadores cuentan que el discurso de Lutero fue más arrogante, soberbio, acabándolo de esta manera:
Ich kan nicht anders, hie stehe ich. Got helff mir. Amen.
Aquí estoy. Dicen los especialistas que dichas palabras no fueron dichas, pero que expresan el ánimo de Lutero. No tenía ninguna intención de reconciliarse con la Iglesia, rompiendo, definitivamente, la túnica inconsútil de Jesucristo.
Dicen que el Rey de España, enfadado, dijo:
Ya basta; si niega la autoridad de los concilios, no quiero oirlo más
Lutero fue contumaz en el error. Ni se retractó ni quiso retractarse. Lutero es un hereje, ya que se desvió gravemente en cuestiones de dogmas de fe. Así lo vieron sus contemporáneos. Igualmente, Lutero pensaba que el anticristo se encontraba en Roma:
Nosotros – escribe a Fr. Juan Lang – estamos aquí persuadidos de que el verdadero y genuino anticristo tiene su sede en el papado, para engaño del cual y salud de las almas creemos que todo nos es lícito. Yo por mi parte confieso que al papa no de debo obediencia alguna(Martín Lutero I, García Villoslada, ed BAC, 1976, p. 457)
Fray Martín también pensaba que la misa privada debía ser abrogada, negaba el concepto de sacrificio, es más, finalmente diría que no es sacramento, ya que la consagración del pan y el vino hecha por un presbítero católico era inválida y nula.
Protesto en primer lugar contra aquellos que clamarán contra mí con gritos insensatos, diciendo que mis enseñanzas van contra el rito de la Iglesia, contra las constituciones de los Padres, contra las leyendas aprobadas y contra el uso universalmente aceptado; no les escucharé. Ni estimaré en un ardite los principios dogmáticos del lupanar parisiense, que son opiniones humanas o, como dice San Pedro, sectas de perdición (2 Pe 2,1)… Por tanto, sepan los insensatos sofistas, los indoctos pontífices, los impíos sacerdotes, los sacrílegos monjes y el papa entero con sus escamas, lupanares, bosquecillos sagrados y lugares altos que yo no he sido bautizado ni tengo fe en el nombre de Agustín, Bernardo, Gregorio; ni en el nombre de la alma Facultad teológica de la Sodoma parisiense o de la Gomorra lovaniense…, sino solamente en el nombre de Jesucristo (Martín Lutero II, García Villoslada, ed BAC, 1976, p. 62).
Más adelante, añadiría:
Ten por cierto, y no te dejes engañar por otra persuasión si quieres ser auténticamente cristiano, que en el Nuevo Testamento no hay sacerdocio visible y externo, sino el instituido por Satanás con mentiras humanas. No hay para nosotros más que un único sacerdocio, el de Cristo, que se ofreció por nosotros, y a todos nosotros consigo.. Este sacerdocio es espiritual y común a todos los cristianos. Todos somos sacerdotes con el mismo sacerdocio de Cristo.
Si, pues, el sacerdocio no existe y sus leyes nada valen, muchos menos valor tendrán los sacrificios y las obras que, según la ley, tienen que hacer los sacerdotes (…)
Cosas horribles son las que digo; ojalá mienta, pero son demasiado verdaderas. Pues se mantiene en pie la irrefragable sentencia que en el Nuevo Testamento no hay ni puede haber sacerdotes visibles diversos de los laicos. Decidme: ¿dónde está escrito que las misas son sacrificios? ¿Dónde enseñó Cristo que el pan y el vino consagrados se ofrecen a Dios? ¿Me oís? Cristo se ofreció a sí mismo una sola vez y no quiso ser de nuevo ofrecido por nadie (Martín Lutero II, García Villoslada, ed BAC, 1976, pp. 62 - 63).
Un inciso: no se puede negar la actualidad del pensamiento luterano. ¿Cuántos hay, ensotanados o no, que piensan lo mismo que Lutero expresa abiertamente?
Esto pensaba Lutero.
Algunos tienen la «memoria histórica» flaca y quieren su rehabilitación.
¿Por qué?
]]>No es que a estas alturas de la película uno se escandalice cual doncella pudorosa, no. ¿Acaso no le llaman el negocio más antiguo del mundo? Lo que sorprende, o no, es la doble moral en la que se encuentra instalada nuestra sociedad.
El Ayuntamiento la Muy Noble, Leal, etc. ciudad de Sevilla, ha puesto en marcha una campaña para acabar con la prostitución, sin embargo, por otro lado la ley es permisiva respecto a la constitución de prostíbulos, castigando sólo el proxenetismo.
Doblez política, inmoralidad.
Resulta curioso el ataque de falsa moralidad que sufren nuestros gobernantes: por un lado fomentan la libertad sexual y, por otro, buscan acabar con el sexo pagado – valga el eufemismo -, ya que consideran que es malo - aunque no sabemos si por la relación sexual o porque hay que pagar -.
Pura hipocresía. En el fondo no les molesta la prostitución, un mal en sí, sino el cobro a cambio de los favores sexuales. ¿Estarían nuestros políticos felices si pudiesen gravar la fornicación?
Yo no soy un pánfilo. Prostitutas ha habido y las habrá siempre (hasta el fin de los tiempos, naturalmente); acabar con la prostitución, bien impidiéndola, bien dándole un trabajo digno a las mujeres y hombres que venden su carne, es muy difícil, pero esto no me lleva a cambiar el juicio moral respecto a la misma.
En nuestra sociedad, hipersexualizada, se fomenta la prostitución por distintos canales, el principal la televisión, donde se da una visión beatífica de la promiscuidad. No hay periódico, que no tenga su sección de contactos. Alguna que otra cadena de radio anunciaba salas de lenocinio. Incluso la cadena Media Market, con el objeto de promocionar sus productos, utilizaba a unos fingidos actores porno para mostrar que los mismos no eran tontos y compraban más barato.
Estamos asistiendo a una redefinición de nuestros conceptos morales. La castidad, la continencia, son virtudes mojigatas. Podríamos decir que se han convertido en vicios, frente a la nueva virtud que se erige victoriosa: la promiscuidad. El hombre y la mujer de hoy son campeones sexuales: hacen lo que quieren, cuando y cómo les apetece.
¿Cómo se puede luchar contra la prostitución cuando se fomenta precisamente lo contrario? Porque en realidad, no son más que unos hipócritas, sólo quieren joder gratis.
Escribía Aristóteles, hace más de 2.000 años, que
el vulgo y los más groseros los identifican (el bien y la felicidad) con el placer, y por eso, aman la vida voluptuosa (…). La generalidad de los hombres se muestran del todo serviles al preferir una vida de bestias, pero su actitud tiene algún fundamento porque muchos de los que están en puestos elevados comparten los gustos de Sardanápalo (rey Asirio, famoso por llevar una vida de placeres sensuales)
Estamos volviendo a la selva.
]]>Sin embargo, si me gustaría centrarme en lo que dijo Lutero, porque la memoria es flaca y nos están intentando vender al monje agustino como lo que no fue.
El problema de la Sola Fide luterana está enmarcada en el descubrimiento que hizo fray Martín en Wittenberg (la famosa «iluminación de la torre» o Turmerlebnis). El agustino, llegó a la conclusión de que la concupiscencia es pecado formal, imputable, del cual no hay forma de liberarse por muchas buenas obras que se hagan, ya que todas ellas estarán corruptas de raíz por el pecado original.
En definitiva, el hombre permanecerá siempre en pecado. La ley divina es un yugo insoportable: incumplible. ¿Qué manda la ley?, non concupisces (no seas concupiscente), pero ocurre que somos concupiscientes siempre – estamos en pecado -, ergo la concupiscencia es incompatible con la caridad.
Lutero, como buen extremista, concluyó que el Bautismo no borraba el pecado original, porque identificaba éste con la concupiscencia, la cual hacía al hombre repugnante a la santidad divina. De ahí que la naturaleza humana, en el orden moral, estuviese corrompida hasta los tuétanos, por tanto de la misma no podía salir buenos frutos: el niño recién nacido y el más santo de los hombres, son pecadores y pecan en todo lo que realizan.
Esta corrupción llega hasta el alma, que se ve imposibilitada para cualquier obra buena ya que en ella está ausente la libertad para el bien.
Lutero, tras leer y meditar Rom 1,17 – Iustitia enim Dei in eo revelatur -, creyó encontrar la solución. La iustitia Dei no es la justicia por la cual Dios es justo y se muestra justiciero contra los pecadores, sino la justicia pasiva de la fe, por la cual el hombre es justificado gratuitamente, por la misericordia de Dios.
La Ley es incumplible, pero el Evangelio nos anuncia que Cristo ha pagado por nosotros: basta la confianza en Cristo para ser justos ante Dios. La justificación del hombre es externa, por mera imputación de Dios: «Iustitia Scripturae magis pendet ab imputatione Dei, quam ab esse rei» (WA 56,287).
Lutero piensa que ha encontrado la verdadera interpretación de la «iustitia Dei» en Rom 1,17, que por otro lado es diferente al que le habían dado todos los doctores antes que él. La justicia de Dios es la justicia que justifica a los pecadores.
Sin embargo, lo cierto y verdad es que otros autores católicos han entendido la justicia de Dios en el sentido de justicia pasiva o justificadora del hombre mediante la fe, pero con una diferencia esencial respecto a Lutero y es que, éste último, elimina las buenas obras en orden a la justificación.
En Lutero la justificación por la fe implica pasividad absoluta del hombre. El hombre no colabora con el Señor en el negocio de la justificación, lo cual no se ajusta a la doctrina católica.
Teniendo en mente el marco del problema en el que se movió Lutero, se comprenden perfectamente las palabras del Romano Pontifice en la audiencia de hoy.
]]>El presidente de la CONFER, Alejandro Fernández Barrajón emerge como el gran adalid del fraile Lutero. El mercedario – sin vestir el hábito, of course - ha dicho que «la rehabilitación de la vida y de la obra de Lutero es la asignatura pendiente de la Iglesia católica».
Si estuviésemos en el ámbito profesional, esto sería explicable: Barrajón no estaría haciendo otra cosa que echarle una mano a un compañero. Pero en cuanto que tratamos temas de fe, (de la fe de la Iglesia), la queda vuelve más oscura.
No sabemos a cuenta de qué, el mercedario piensa que la Iglesia tiene que rehabilitar a un monje que no quiso rehabilitarse. Ni en tocante a qué puntos.
Cualquiera que haya leído la Bula «Exsurge Dómine» es consciente de los graves errores doctrinales en los que cayó Lutero. Y como éste, en vez de recapacitar y pedir perdón, quemó la Bula el 10 de Diciembre, lo que provocó su excomunión por el Papa León X mediante la Bula «Decet Romano Pontificem».
¿Piensa el presidente de la CONFER que los siguientes puntos – por poner un ejemplo – son católicos?:
2. Decir que en el niño después del bautismo no permanece el pecado, es conculcar juntamente a Pablo y a Cristo?
8. En modo alguno presumas confesar los pecados veniales; pero ni siquiera todos los mortales, porque es imposible que los conozcas todos. De ahí que en la primitiva Iglesia sólo se confesaban los pecados mortales manifiestos (o públicos).
9. Al querer confesarlo absolutamente todo, no hacemos otra cosa que no querer nada a la misericordia de Dios para que nos lo perdone»
13. En el sacramento de la penitencia y en la remisión de la culpa no hace más el Papa o el obispo que el ínfimo sacerdote; es más, donde no hay sacerdote, lo mismo hace cualquier cristiano, aunque fuere una mujer o un niño».
15. Grande es el error de aquéllos que se acercan al sacramento de la Eucaristía confiados en que se han confesado, en que no tienen conciencia de pecado mortal alguno, en que previamente han hecho sus oraciones y actos preparatorios: todos ellos comen y beben su propio juicio. Mas si creen y confían que allí han de conseguir la gracia, esta sola fe les hace puros y dignos.
18 Las indulgencias son piadosos engaños que los fieles y abandonos de las buenas obras; y son del número de aquellas cosas que son lícitas, pero no del número de las que convienen.
27. Es cierto que no está absolutamente en manos de la Iglesia o del Papa, establecer artículos de fe, mucho menos leyes de costumbres o de buenas obras
37. El purgatorio no puede probarse por Escritura Sagrada que esté en el canon.
Y así hasta 41.
¿Está de acuerdo Barrajón con estas tesis? ¿O es que en el fondo está de acuerdo con la bigamia, como Lutero?
En el fondo busca su propia rehabilitación a través de la de Lutero.
]]>Multitudinaria Misa de Angelis en Sevilla. Alrededor de 400 personas se congregaron ayer en la Parroquia de San Bernardo para asistir a la Misa oficiada por el padre Gilles Wach.
Los tres sacerdotes, ataviados con sus bonetes romanos, trajeron a Sevilla lo mejor de la liturgia católica, el usus antiquor, la liturgia de tantos y tantos santos y beatos, la liturgia del Beato Fray Diego de Cádiz, del padre Tarín, de Santa Ángela de la Cruz, del padre Padilla, del Beato Marcelo Spínola, de San Antonio María Claret y de tantos y tantos santos y beatos vinculados a la ciudad de Sevilla.
Sevilla, Roma triunfante en ánimo y nobleza, respondió a la voluntad del Romano Pontífice, Benedicto XVI como sabe hacerlo. La Misa se desarrolló con gran boato, magnificencia y piedad. Durante la consagración el silencio fue absoluto, hasta la Iglesia de San Bernardo se arrodilló cuando Gilles Wach alzó el Cuerpo de Cristo. Dicen algunos, que incluso la imagen de San Bernardo que corona el Altar Mayor, y las imágenes de los Santos Obispos, San Leandro y San Isidoro, así como la de la Santísima Virgen del Refugio lo hicieron: la Iglesia Universal celebrando el Santo Sacrificio de la Misa.
La participación en la Eucaristía fue masiva, tanta gente fue a recibir la Comunión que hasta alguno de los sacerdotes que asistían a la Misa se tuvo que revestir para distribuir la Sagrada Hostia.
Para terminar, canto de la Salve a la Virgen y procesión final. Los miembros de la Asociación no podían contener la alegría. Había sido un éxito.
A continuación la conferencia del padre Wach sobre Summorum Pontificum. Wach expuso espléndidamente el significado del Motu Proprio – texto legislativo no abierto al diálogo – y lo que el Santo Padre quería con dicho documento.
Felicidades a la Asociación Una Voce por la organización y por el trabajo que viene desarrollando en Sevilla. El fin, desde luego lo merece.
Ad maiorem Dei gloriam.
P.S. No quería pasar la ocasión de decir que ayer tuvimos la ocasión – mi mujer y yo -de conocer en persona – antes sólo lo conocía cibernéticamente – a Bruno y a su simpática esposa. Los cuatro, pasamos una velada muy agradable. Bruno y su mujer son unas bellísimas personas.La pena fue que, por las circunstancias, no los pudimos atender como se merecían. Queda en nuestro debe.
]]>Tras las últimas elecciones, el PP ha destapado sus verdaderas esencias. Muchos pensaban que aparentaba ser de derechas: craso error.
El PP es un partido progre, al modo del PSOE, con dos diferencias fundamentales: la primera que el PSOE maneja infinitamente mejor la propaganda que el PP y, la segunda, que el PP tiene que hacerse perdonar, cosa que al PSOE no le hace falta porque se presenta con un marchamo de autoridad moral.
Un ejemplo es la postura ante la familia en el PP. En campaña electoral se reducía a la creación de un Ministerio, o algo así, para no se sabe qué. Esa época de indefinición pasó. Ahora lo tienen más claro.
En la entrevista que le realizó Carlos E. Cué y José Manuel Romero en El País a María Dolores de Cospedal, a la sazón Secretaria General del PP, salió el tema de la familia. En las respuestas de María Dolores, se evidencia lo que piensa el PP respecto a este asunto, comprobándose además que no hay diferencias entre el PP y el PSOE en materia moral.
P. ¿Una pareja de homosexuales debe poder adoptar?
R. Depende de muchas circunstancias. Lo primero que hay que mirar es el interés del menor. Siempre es mejor que esté en una familia que en un orfanato, y es verdad que hay muchos tipos de familias distintas, hay que buscar la mejor para el menor. La ley dice lo que dice y está para cumplirse, aunque mi partido la ha recurrido.
P. ¿Está en contra del aborto?
R. Para mí no es un debate aborto sí o aborto no. Estoy a favor de que las mujeres que esperan un hijo tengan la mayor ayuda posible para poder tenerlo, que no se sientan solas. Pero también creo que tenemos una ley de despenalización de algunos casos que están bastante admitidos por la sociedad española y deben mantenerse.
Las manifestaciones se comentan por sí solas. ¿De verdad hay algún católico con ganas de votar al PP?
Antes: Embajador en el Infierno.
]]>Llega a una diócesis muy difícil, pero también agradecida. En Sevilla, el progresismo eclesial – y no eclesial – ha intentado arramblar con todo, unas veces con éxito, otras no.
A pesar de la labor de zapa realizada en sus cimientos - formación de los sacerdotes y laicos -, se puede aplicar el refrán del que tuvo, retuvo: sigue siendo la cátedra de San Isidoro.
Podemos decir que no le ha tocado desde luego un caramelo, pero eso sería quedarnos con lo malo. A su Ilustrísima se le presenta una gran oportunidad, la de recuperar el lustre que antaño tuvo la diócesis. El trabajo será arduo. Primero, el Seminario. Sevilla sigue siendo una de las diócesis que más sacerdotes aporta a la Iglesia española. Urge sanear el Centro de Estudios Teológicos por los motivos ya comentados aquí y en otros lugares. Segundo, la liturgia. Es una máxima de la Iglesia que «Lex orandi, lex credendi». Mejorar las celebraciones litúrgicas – acabar con los abusos -, elevar el nivel de los fieles, que los sacerdotes sepan celebrar según el rito extraordinario, etc, ya que, al fin y a la postre, la Liturgia es «el culto integral del Cuerpo Místico de Cristo; esto es, de la Cabez y de sus miembros. Tercero, las cofradías. Mal tratadas por el clero progre, durante mucho tiempo han sido campo abonado para el PSOE. Ahora se encuentran en cierta indefinición, tirando más bien a la vulgaridad. Sin embargo no todo está perdido: al fin y al cabo, las hermandades han conservado – sin saber por qué, pero lo han hecho – mucho de lo mejor de la tradición católica. Bien llevadas, podrían ser un apoyo importante para el Obispo. Cuarto, revitalización de asociaciones de fieles que están languideciendo como la Adoración Nocturna. No hace falta decir los frutos que se conseguirán.
Evidentemente, Monseñor sabrá mejor que nadie lo que hay que hacer y cómo hacerlo. Desde luego contará con nuestras oraciones. Y con nuestro apoyo.
Don Juan José ha demostrado maneras y madera de buen Obispo. En Córdoba le quieren. Aquí estoy seguro que también se hará querer.
Yo, como ya he dicho, lo encomiendo en mis oraciones.
Felicidades D. Juan José.
Felicidades, Sevilla.
]]>La vida del Romano Pontífice es, sencillamente, deslumbrante. Su valentía y su defensa de la fe cristiana, le valieron a Martín la corona del martirio.
Martín, oriundo de Todi, fue Papa de la Iglesia Católica durante el período que transcurre entre el 649 y el 653 de nuestra era, los años duros de la lucha contra el monotelismo.
Regía los destinos del Imperio Romano de Oriente el emperador Contante II (641 – 688), sucesor de Heraclio. Éste último promulgó la Ekthesis, una ley imperial donde se prescribía como regla de fe la fórmula monotelita.
El monotelismo es una herejía que intentó superar otra herejía: el monofisismo. Los monotelitas afirmaban que en Cristo había dos naturalezas y una voluntad, thelema. Una parte de la naturaleza humana de Cristo aparecía fundida con la divina. Evidentemente esto chocaba frontalmente con lo afirmado en Calcedonia.
Esta negación de la doble voluntad de Cristo, divina y humana, no es asunto baladí, ya que al fin y a la postre, toda mengua en el dogma de la unión hipostática menoscaba los fundamentos de la fe católica. Como reza el principio soteriológico de los Padres, «para que el hombre entero pudiera ser salvado, la entera (perfecta) humanidad debía ser asumida en la unidad del Hijo»: si en Cristo no hay una doble voluntad, divina y humana, entonces la humanidad entera no habría sido asumida «en la unidad del Hijo» y se tambalearían los cimientos de la salvación del hombre.
Debido a la resistencia del papado, Constante II revocó la ley, pero dictó una nueva, el Typus, que prohibía de ahí en adelante, cualquier debate sobre la voluntad de Cristo. Sin embargo, el magisterio eclesiástico una vez suscitado el tema, se veía impelido a hablar.
Y habló. Martín I declaró como dogma de fe la tesis católica de las dos voluntades de Cristo, excomulgando a los que la negaban. Esto exasperó a los bizantinos, de manera que el emperador ni corto ni perezoso, intentó matar al Romano Pontífice. Y fracasó.
Pero el mal no conoce el descanso. El emperador, tras su fracaso, pergeñó el arresto de Martín con la ayuda del exarca de Rávena. Lo consiguió.
El emperador, trasladó a Martín a Constantinopla en un penosísimo viaje. En la capital de Bizancio lo mantuvo prisionero en condiciones lamentables. Posteriormente lo desterró a Crimen, donde finalmente, nacería para la nueva vida en el año 654, agotado por el mal trato físico al que fue sometido.
Esta es en síntesis la vida del Papa Martín, ejemplo para los tiempos que corren, tan dados a la contemporización.
Allelúia, allelúia. Tu es Petrus, et super hanc petram aedificábo Ecclésiam meam. Allelúia.
]]>El primer jueves de cada mes, el diario ABC de Sevilla ofrece junto con el periódico una revista sobre cofradías llamada Pasión en Sevilla. El día 6 del presente mes, entre sus numerosos artículos, ofrecía una entrevista realizada a un cuarteto de presbíteros de la diócesis que tenían en común el haber recibido el sacramento del orden y la pasión por las cofradías.
La entrevista transcurría por los derroteros normales y esperados, el surgimiento de la vocación, el ingreso en el Seminario, si salían con los amigos, etc., hasta que llegó el momento en el que el periodista abordó el tema del celibato y la ordenación de mujeres. Fue precisamente en ese instante donde se evidenció el verdadero nivel doctrinal del Seminario de Sevilla, para honra y gloria de sus rectores, y del entrevistador.
En concreto, la cosa fue tal que así:
Para ninguno de ellos (escribe el periodista) el celibato ha sido un obstáculo. A todos se les preguntó para este reportaje por una cuestión que entre los mismos creyentes, al igual que el tema de la ordenación de mujeres, existe debate. «En el Seminario – comenta (omito el nombre del sacerdote) -, hay de todo respecto al celibato y a la ordenación de mujeres. Se puede hablar sin ningún problema. No hay que tener a tratar los temas que sean porque para eso está el Seminario, para reflexionar».
Es decir, que en el Seminario de Sevilla «hay de todo respecto al celibato y a la ordenación de mujeres». Yo pensaba que en temas que pertenecen al depósito de la fe, no podía haber de todo, sino sencillamente lo que ya había sido definido infaliblemente por el magisterio.
El Papa Juan Pablo II en la Ordinario Sacerdotalis escribió:
Por tanto, con el fin de alejar toda duda sobre una cuestión de gran importancia, que atañe a la misma constitución divina de la Iglesia, en virtud de mi ministerio de confirmar en la fe a los hermanos (cf. Lc 22,32), declaro que la Iglesia no tiene en modo alguno la facultad de conferir la ordenación sacerdotal a las mujeres, y que este dictamen debe ser considerado como definitivo por todos los fieles de la Iglesia."(O.S. #4)
Esta afirmación es enseñanza «infalible por el Magisterio ordinario y universal de la Iglesia». ¿Sabrán en el Seminario de Sevilla lo que significa esto?
Pero claro, hay que tener en cuenta que el Seminario es un lugar que «está para reflexionar». Yo pensaba que «toda la educación de los alumnos debe tender a la formación de verdaderos pastores de las almas, a ejemplo de nuestro Señor Jesucristo, Maestro, Sacerdote y Pastor» (Optatam totius 4), eso sí, a lo mejor Pablo VI y los padres conciliares también estarían equivocados en este asunto. Menos mal que tenemos el Seminario de Sevilla para sacarnos de estas nebulosas.
Bromas aparte, el asunto es bastante serio. Ésta es la formación que reciben los sacerdotes. Cuando un fiel despistado pregunte a estos sacerdotes, responderán según les han enseñado, con lo que el daño puede ser terrible.
Visto el lamentable estado del Seminario de Sevilla, se entiende que los jóvenes que puedan marchen hacia otros destinos, buscando mejor formación.
]]>Rito extraodinario.
Las palabras de Jacob, ante la visión de Betel, proporcionan a la misa un canto de entrada de majestuosa belleza.
Introito
Gen 28,17 ; Salm 83, 2-3
Terribilis est locus iste: hic domus Dei est et porta cæli: et vocábitur aula Dei. (T.P. Allelúia, allelúia.) Ps. 83, 2-3. Quam dilécta tabernácula tua, Dómine virtútum! concupíscit et déficit ánima mea in átria Dómini. Glória Patri…
¡Cuán temible es este sitio! Ésta es la casa de Dios y la puerta del cielo; se la llamará la morada de Dios. (T.P. Aleluya, aleluya) S. ¡Cuán amables son tus moradas, Dios de los ejércitos! Mi alma, desfallecida, languidece por los atrios del Señor. Gloria al Padre.
Colecta.
Deus, qui nobis per síngulos annos huius sancti templi tui consecratiónis réparas diem, et sacris semper mystériis repræséntas incólumes: exáudi preces pópuli tui, et præsta; ut, quisquis hoc templum benefícia petitúrus ingréditur, cuncta se impetrásse lætétur. Per Dóminum nostrum.
¡Oh Dios!, que todos los años nos hacer revivir el día de la consagración de este santo templo, y nos conservas en vida para asistir a los santos misterios, escuhca las preces de tu pueblo, y haz, que todo el que entre en este templo para pedir tus veneficios, tenga la alegría de haberlos conseguido. Por nuestro Señor.
Epístola
Apoc 21,2-5
«He aquí la morada de Dios entre los hombres…». Lo que se realizará plenamente en la Jerusalén celeste, se verifica ya en la Iglesia, figura y anticipación aquí abajo de la ciudad de los cielos.
In diébus illis: Vidi sanctam civitátem Ierúsalem novam descendéntem de cælo a Deo, parátam sicut sponsam ornátam viro suo. Et audívi vocem magnam de throno dicéntem: Ecce tabernáculum Dei cum homínibus, et habitábit cum eis. Et ipsi pópulus eius erunt, et ipse Deus cum eis erit eórum Deus: et abstergét Deus omnem lácrimam ab óculis eórum: et mors ultra non erit, neque luctus, neque clamor, neque dolor erit ultra, quia prima abiérunt. Et dixit qui sedébat in throno: Ecce nova fácio ómnia.
Deo grátias
En aquellos días: Vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que bajaba del cielo, de junto a Dios, compuesta como novia engalanada para su esposo. Y oí una gran voz que venía del trono y decía: He aquí la morada de Dios entre los hombres; y el Señor habitará con ellos, y ellos serán su pueblo. El mismo Dios estará con ellos. Él enjugará toda lágrima de sus ojos; y no habrá ya muerte, ni llanto, ni gemido, ni dolor alguno, porque el primer mundo habrá pasado. Y dijo el que estaba sentado en el trono: He aquí que renuevo todas las cosas.
Gradual.
Locus iste a Deo factus est, inæstimábile sacraméntum, irreprehensíbilis est. Deus, cui adstat Angelórum chorus, exáudi preces servórum tuórum.
Dios ha hecho de este lugar el inestimable sacramento de su presenica, templo de santidad. ¡Oh Dios!, a quien asiste el coro de ángeles, oye las plegarias de tus siervos.
Aleluya
Salm 137,2
Allelúia, allelúia. Adorábo ad templum sanctum tuum: et confitébor nómini tuo. Allelúia.
Aleluya, aleluya. Me postraré cara a tu santo templo, y rendiré homenaje a tu nombre. Aleluya.
Evangelio
Luc 19, 1-10
Nosotros buscamos a Cristo; pero Él nos busca todavía más; quiere fijar entre nosotros su morada y derramar sin medida sobre todos los creyentes, hijos de Abraham, sus gracias redentoras.
In illo témpore: Ingréssus Iesus perambulábat Iéricho: et ecce vir nómine Zachǽus: et hic princeps erat publicanórum, et ipse dives: et quærébat vidére Iesum, quis esset: et non póterat præ turba, quia statura pusíllus erat. Et præcúrrens ascéndit in árborem sycómorum, ut vidéret eum; quia inde erat transitúrus. Et cum venísset ad locum, suspíciens Iesus vidit illum, et dixit ad eum: Zachǽe, festínans descénde; quia hódie in domo tua opórtet me manére. Et festínans descéndit, et excépit illum gaudens. Et cum vidérent omnes, murmurábant, dicéntes, quod ad hóminem peccatórem divertísset. Stans autem Zachǽus, dixit ad Domínum: Ecce dimídium bonórum meórum, Dómine, do paupéribus: et si quid áliquem defraudávi, reddo quádruplum. Ait Iesus ad eum: Quia hódie salus dómui huic facta est: eo quod et ipse fílius sit Abrahæ. Venit enim filius hóminis quǽ rere, et salvum fácere, quodperíerat.
Laus tibi, Christe.
En aquel tiempo: Habiendo entrado Jesús en Jericó, atravesaba la ciudad. Y he aquí que un hombre, llamado Zaqueo, jefe de los publicanos y rico, trataba de ver quién era Jesús. Y no lo lograba a causa del gentío, por ser de pequeña estatura. Se adelantó, pues, corriendo, y subióse a un sicómoro para verle, porque había de pasar por allí. Y en llegando al lugar, alzó Jesús los ojos y le dijo: Zaqueo baja de prisa, porque hoy he de parar en tu casa. Bajó a toda prisa y le recibió gozoso. Todos, al ver esto, murmuraban diciendo: Ha entrado a hospedarse en casa de un hombre pecador. Mas Zaqueo, puesto en presencia del Señor le dijo: Señor, la mitad de mis bienes doy a los pobres, y si en algo hubiere defraudado a alguien, le devuelvo cuatro veces más. Díjole Jesús: Éste ha sido día de salvación para esta casa, porque también éste es hijo de Abraham. Porque el hijo del Hombre ha venido a buscar y a salvar lo que había perecido.
La fundación de la basílica de Letrán se remonta a la época de Constantino, al tiempo de terminarse las persecuciones. El palacio de los Laterani, en el monte Celio, pertenecía entonces a Fausta, mujer de Constantino. Después de su conversión, el emperador la donó al papa para que fuera su mansión particular, y allí edificó la iglesia de Letrán, que vino a ser de este modo la catedral de Roma y la madre de todas las iglesias del mundo. Fue consagrada a Cristo Salvador por el papa san Silvestre el 9 de noviembre del 324. En el siglo XII se le añadió como segundo titular a san Juan Bautista, cuyo nombre llevaba el antiguo bautisterio adjunto a la basílica; de ahí su denominación actual de San Juan de Letrán. Destruída la primera basílica, Sergio III la reconstruyó en el siglo X, y Benedicto XIII la consagró en 1.726.
En esta basílica y palacio de Letrán tenían lugar los concilios romanos, muy frecuentes en algunas épocas; allí se celebraron también cinco grandes concilios ecuménicos. En los días más solemnes del año litúrgico, la estación tenía lugar en San Juan de Letrán. Allí también se conferían las órdenes sagradas y los bautismos de Pascua. El ser mansión papal y el ritmo de la vida cristiana en Roma han hecho de la basílica de San Juan de Letrán el centro de la cristiandad.
Misal diario y vesperal. XV edición.Dom Gaspar Lefebvre y los monjes benedictinos de la Abadía de San Andrés.Tr: P.Germán Prado y los monjes de la Abadía de Silos.
]]>Grave atentado contra la libertad de expresión. El tripartito catalán, ha decidido quitarle las licencias que la cadena COPE tiene en Lérida y Gerona.
Los cuatreros del tripartito no han hecho nada más que llevar a cabo lo que iniciaron con el Estatuto, Estatuto que, no debemos olvidar, se aprobó con la complicidad de unos catalanes indolentes que legitimaron ese engendro.
Totalitarismo atroz. Pensamiento único. Ninguna voz que no sea la del nacionalismo. Estos idólatras del Estado están reconstruyendo a su imagen y semejanza, inventándose una historia, redefiniendo los conceptos morales, dándole un nuevo contenido a lo bueno y a lo malo. Están construyendo un hombre nuevo a su imagen y semejanza liberticida.
En este parto de la cosmogonía nacionalista, sobra la COPE y el resto de los disidentes.
Pura inmoralidad.
]]>Existe un cierto tipo de católico al que lo único que le queda como tal es el nombre. Ciertamente tiene cierta aspiración a la divinidad, pero nada más. Tanto él como la sociedad han terminado diluyendo sus creencias en el mundo. Ha sido incapaz de madurar su religiosidad, su creencia en Jesucristo, el Hijo del Dios Vivo.
El estudio realizado por la fundación alemana Bertelsmann Stiftung es demoledor: el 79 % de los españoles es religioso, pero la influencia en su vida es baja, por no decir nula. La religión no es considerada como referencia en asuntos como el sexo o la política – yo añadiría que ni en el trabajo ni en el resto de aspectos de la vida. La elección del sexo o la política es pura propaganda -.
Estamos asistiendo a la emergencia de un catolicismo burgués, cierto tipo de católico al que lo único que le queda como tal es el nombre. Presenta cierta aspiración a la divinidad, pero nada más. Sus creencias se han diluido en el mundo.
Este catolicismo burgués ha sido incapaz de digerir su creencia en Jesucristo, el Hijo del Dios Vivo. En el camino se ha dejado el Cristo para quedarse con el Jesús, de esta manera es más fácil manipularlo y construirse un Jesús a su medida, a su vida muelle. La naturaleza divina del Señor no cabe en su vida ya que podría implicarle sobremanera.
Comodidad, tolerancia e individualismo serían las tres características que lo definen. La religión no es objeto de información, no le atañe a su vida, sólo en los momentos fuertes: nacimiento, casamiento y muerte.
La Iglesia ha dejado de ser el sacramento universal de salvación, el Papa no es el Vicario de Cristo; por tanto su enseñanza ha dejado de tener autoridad, lo que hable no les concierne.
Del Cristo, devenido en Jesús a su manera, a la Iglesia, como institución meramente humana. Todo ello consecuencia de una fe descuidada, superficial, además de la pereza y/o el cansancio. Multitud de creyentes, en medio de las agresiones sociales, han sido incapaces de dar respuesta a lo trascendente, la religión ha perdido su fuerza para configurar su vida.
Sin embargo, este catolicismo burgués no es lo llamativo – que lo es -, sino que en medio de esta mezcla de tibieza e increencia, siga habiendo un resto (36 % según el estudio), que con sus debilidades, sigan llenos de esperanza el camino que conduce hasta la visión beatífica de Dios, para habitar una tierra de la que mana leche y miel.
]]>Doy cuenta pues tanto de la oración, como de la interesante biografía de este adorador nocturno ejemplar.
El Venerable ALBERTO CAPELLÁN ZUAZO
Labrador, Padre de familia y Adorador Nocturno
ORACIÓN, para la devoción privada:
Oh Dios, que otorgaste a tu siervo Alberto
Capellán un singular amor a los misterios de tu
Cuerpo y de tu Sangre y el carisma de encontrarte y
servirte en los pobres: haz que yo sepa también
pasar por esta vida íntimamente unido a Ti, sirviéndote
en los hermanos más necesitados. Dígnate glorificar
a tu siervo Alberto, y concédeme por su intercesión
el favor que te pido. Amén. (Petición).Padrenuestro, Avemaría, Gloria.
De conformidad con los decretos de Urbano VIII, declaramos que en nada se pretende prevenir el juicio de la Iglesia, y que esta oración no tiene finalidad alguna de culto público.
Biografía:
Alberto Capellán Zuazo nace en Santo Domingo de la Calzada, Logroño, el 7 de agosto de 1888. Contrae matrimonio con Isabel Arenas Mahave el 30 de junio de 1909. Labrador y padre de ocho hijos. Muere santamente en su ciudad natal el 24 de febrero de 1965, a los 77 años de edad.
Vive una vida cristiana corriente hasta que se convierte de lleno a Dios, en enero de 1919. A los pocos meses ingresa en la Adoración Nocturna. Su temple
de Adorador queda avalado por los 15 años de Presidente, 660 noches ante el Santísimo, y su promoción a Veterano y Veterano Constante.A su extraordinario amor a la Eucaristía y a la Virgen, une inseparablemente su predilección por los pobres. Les construye un refugio en 1928, que él llamará “recogimiento”, donde personalmente les atiende hasta su muerte: “Cuántas veces he tenido la gran dicha de llevar a Cristo sobre mis espaldas en la persona del pobre”.
Todo en su vida lo valora a la luz de la fe: su amor entrañable a la esposa, la educación cristiana que da a sus hijos, el duro trabajo del campo. Su fe le hace sacar tiempo para un apostolado más activo y para su entrega generosa a los más necesitados.
Un seglar de nuestro tiempo, en el que se aprecia la obra de Dios: los dones de oración que él gustó a solas y una vida cristiana dedicada al bien de sus hermanos los pobres.
18-02-1980. Se inicia la Causa de Beatificación.
21-02-1983. J. Pablo II firma el decreto de Introducción.
28-06-1986. Se cierra solemnemente el Proceso.
06-04-1998. El santo Padre firma el Decreto de Virtudes Heroicas. Por ello ya es Venerable.
01-07-2000. Se trasladan sus restos a la Catedral.
Es hora de orar con más fe por su Beatificación. Para comunicar gracias o favores y solicitar información, dirigirse a:
Adoración Nocturna, Oficinas Diocesanas, C/ Fidel García 1.
26006 LOGROÑO (ESPAÑA). e-mail: albertocapellan@iglesiaenlarioja.org
Los donativos se pueden ingresar en la cuenta
BBVA 0182-3500-22-0018181551
Causa de Beatificación “Alberto Capellán Zuazo” Adoración Nocturna Diocesana
(Con censura eclesiástica del Obispado de Calahorra
y La Calzada-Logroño).
Más información, aquí.
]]>Es cierto que muchas veces se apela a dichos métodos en mor de una mejor comprensión y adaptación a los tiempos que corren, tiempos que se presumen racionales y científicos, pero sólo en la superficie ya que, rascando únicamente un poquito, nos muestran precisamente lo cercano que se encuentran a la magia.
Por el contrario, el resultado obtenido de la aplicación descarnada de esta exégesis no puede ser más nefasto ya que, al fin y a la postre, la buena intención no basta para no cometer un mal.
Un ejemplo lo tenemos en la lectura del Evangelio del día de ayer: las Bienaventuranzas. En los evangelios tenemos dos versiones de las Bienaventuranzas, la narración que hace San Mateo y la que hace San Lucas. Ambas se desarrollan en ambientes distintos. Así, mientras San Mateo nos cuenta que Jesús las profirió en lo alto de un monte, San Lucas nos dice que, por el contrario, Jesús se encontraba en un llano.
Pero no es ésta la única diferencia. Mientras que San Mateo nos transmite nueve «Bienaventuranzas», San Lucas transmite cuatro de ellas seguidas a continuación de cuatro amenazas. Los seguidores de los métodos histórico – críticos, dan cuenta de esta diferencia diciendo que en realidad, las enseñanzas de Cristo en este punto gustaron tanto a la comunidad que las ofrecieron de manera sintética. Las Bienaventuranzas serían una reelaboración de la comunidad.
Esta interpretación es hija de la Crítica de las Formas, es decir, aquella teoría que hace de la comunidad la creadora, guardiana y transmisora de la tradición, minimizando la influencia del autor sagrado.
Ahora bien, esta interpretación crea más problemas que los que resuelve.
Suponer que la narración de las Bienaventuranzas que muestran San Lucas y San Mateo se corresponden al mismo momento es suponer demasido. Lo normal es que Cristo no hubiese realizado una sola predicación de las Bienaventuranzas, más teniendo en cuenta el alto contenido Cristológico que poseen tal como muestra el Santo Padre en su libro Jesús de Nazaret. Lo lógico sería que el Maestro lo hiciese en más de una ocasión y que, por ende, San Lucas y San Mateo se refieran a tiempos y lugares distintos.
Esta explicación es extremadamente sencilla y coherente. Quizás por eso se desprecie. Sin embargo, la primera, marcando exageradamente la diferencia entre ambas narraciones, nos llevaría a preguntarnos por los motivos que llevaron a los evangelistas y/o comunidades a reelabora y/o tergiversar un dato de la vida de Cristo. Si tenemos en cuenta que en los Evangelios se nos transmite a Cristo,
el testimonio principal de la vida y doctrina del Verbo Encarnado, nuestro Salvador (DV 18)
los misterios de la vida de Cristo, entonces, ¿por qué razón los evangelistas - y/o sus comunidades - comprometerían su credibilidad en algo tan nimio como el colocar el mismo hecho en dos sitios distintos? Si mintieron en esto, ¿no han podido mentir en la Resurrección? ¿O es que los exegetas nos están intentando decir que los evangelistas consideraban que sus congéneres eran disminuidos mentales?
Evidentemente, todas estas conclusiones no son más que deducciones lógicas a partir de los dislates que se cometen cuando los métodos histórico críticos se aplican discrecionalmente, obviando directa o indirectamente la lectura eclesial y el fin último, que no es otro que el que nos enseña la Constitución Dogmática Dei Verbum:
Dispuso Dios en su sabiduría revelarse a Sí mismo y dar a conocer el misterio de su voluntad, mediante el cual los hombres, por medio de Cristo, Verbo encarnado, tienen acceso al Padre en el Espíritu Santo y se hacen consortes de la naturaleza divina. En consecuencia, por esta revelación, Dios invisible habla a los hombres como amigos, movido por su gran amor y mora con ellos, para invitarlos a la comunicación consigo y recibirlos en su compañía. Este plan de la revelación se realiza con hechos y palabras intrínsecamente conexos entre sí, de forma que las obras realizadas por Dios en la historia de la salvación manifiestan y confirman la doctrina y los hechos significados por las palabras, y las palabras, por su parte, proclaman las obras y esclarecen el misterio contenido en ellas. Pero la verdad íntima acerca de Dios y acerca de la salvación humana se nos manifiesta por la revelación en Cristo, que es a un tiempo mediador y plenitud de toda la revelación (DV 2).
La Sagrada Escritura ha sido de las peor maltratadas por cierta exégesis ¿católica?, que ha copiado lo peor de la teología liberal protestante. Muchos han mamado de estas ubres.
De ahí provienen esas homilías que complican, más que explican.
]]>No hay fiesta más católica, que la conmemoración de los fieles difuntos, la oración por las ánimas benditas del purgatorio.
El sufragio aplicado a las almas del purgatorio no es otra cosa que el favor que aplicamos en beneficio de ellas, para aligerarles la hora de su liberación.
El Concilio de Florencia afirma que:
Definimos (…) que los verdaderos penitentes que salieron de este mundo antes de haber satisfecho con frutos dignos de penitencia por lo cometido y omitido, son purificados con penas purificadoras después de la muerte; y que para ser liberados de esas penas les aprovechan los sufragios de los fieles vivos, a saber, los sacrificios de misas, oraciones y limosnas y otros oficios de piedad que los fieles acostumbraron a ofrecer por otros fieles según las instituciones de la Iglesia.
Anteriormente el II Concilio de Lyón había enseñado lo mismo. Posteriormente, lo haría el Concilio de Trento contra los protestantes.
La aplicación de los sufragios por los difuntos tiene su fundamento doctrinal en el segundo libro de los Macabeos (2 Mac 12,46). Por otro lado, toda la Tradición en su liturgia, epitafios, Santos Padres, afirma esta doctrina cristiana.
Podemos y debemos orar por los fieles difuntos. La Iglesia única, cuerpo místico cuya cabeza es Cristo y alma el Espíritu Santo, se extiende por tres estados/regiones diferentes: la tierra (Iglesia militante), el purgatorio (Iglesia purgante), y el cielo (Iglesia triunfante). A ella pertenecen los que están incorporados de alguna forma a Cristo.
La unión de los miembros que conforman el Cuerpo Místico de Cristo, realizada por el Espíritu Santo a través de la caridad, es tan íntima, tan eficaz, que hay un influjo vital de la Cabeza entre sus miembros y de los miembros entre sí, en orden a los bienes espirituales, por ello dice Santo Tomás que estos lazos de la caridad se extienden no sólo a los vivos, sino hasta los muertos que han muerto en caridad. Así, los sufragios de los vivos aprovechan a los muertos.
De esta manera, los cristianos nos encontramos en la obligación de ayudar a las almas que se encuentran en el purgatorio, por caridad, por piedad y por justicia. No podemos excluir a nuestros hermanos muertos, formando como formamos una familia espiritual. Además tampoco podemos olvidar que nuestros malos ejemplos pueden haber sido ocasión de que algunos vayan al purgatorio, por lo que estamos en la obligación de restituir aquellos daños espirituales.
A las ánimas del purgatorio se las puede ayudar de tres formas: a través de la oración, bajo la forma de la impetración, es decir, pidiendo una gracia con encarecimiento y ahínco; a través del mérito, pero no por el valor de las obras meritorias ofrecidas a Dios, que por sí mismas no valen nada (sólo Cristo mereció para los demás), sino como escribe el padre Royo Marín:
En cuanto que pueden mover a Dios a inspirar a los vivos el ofrecimiento de obras satisfactorias de obras satisfactorias por los muertos y en cuanto que no hay ninguna obra meritoria que no sea, en algún aspecto, también satisfactoria (Teología de la Salvación, Royo Marín, O.P. BAC)
Por último nos queda la satisfacción, es decir, «una obra cuyo carácter satisfactorio ofrece a Dios una compensación por la pena temporal debida por los pecados perdonados» (Teología de la Salvación, Royo Marín, O.P. BAC)
Los sufragios pueden ser comunes, por las almas del purgatorio en general, o particulares, a favor de alguien en concreto. Los principales sufragios que se pueden aplicar en alivio de los difuntos son:
- la Santa Misa.
- la Sagrada Comunión.
- la Oración.
- las penitencias y mortificaciones
- la limosna
- las indulgencias
- el acto heroico de la caridad
Exáudi, Dómine, vocem meam qua clamávi, miserére mei et exáudi me. Faciem tuam, Dómine, requíram. Ne avértas fáciem tuam a me.
Oye, ¡oh Señor !, el clamor con el que te invoco, ten de mí piedad y escúchame. Yo, Señor, tu rostro buscaré. No me escondas tu rostro.
]]>Rito extraordinario.
Introito
Salm 32,1
Guadeámus omnes in Dómino, diem festum celebrántes sub honóre Sanctórum ónmium : de quorum solmnitáte gaudent Ángeli, et colláudan Fílium Dei. Ps. Exsultáte, iusti, in Dómino; rectos decet collaudátio. Glória Patri, et Fílio
Gocémonos todos en el Señor, celebrando esta fiesta en honor de todos los santos, de cuya solemnidad se alegran los ángeles, y aclaman al Hijo de Dios. Salmo. Regocijaos, justos, en el Señor; a los rectos compete la alabanza. Gloria al Padre, y al Hijo.
Colecta.
Omnípotens, sempitérne Deus, qui nos ómnium Sanctórum quórum mérita sub una tribuísti celebrit´te venerári: quaésumus; ut desiderátam nobis tuae propitiatiónis abundánttiam, multiplicátis intercessóribus, largiáris. Per Dóminum.
Omnipotente y sempiterno Dios, que nos has dado celebrar en una misma solemnidad los méritos de todos tus santos; te rogamos, por la intercesión multiplicada de los mismos, nos concedas la anhelada abundancia de tu perdón. Por nuestro Señor.
Epístola
Apoc. 7, 2-12
La cifra de ciento cuarenta y cuatro mil (el cuadrado de doce multiplicado por mil) simboliza la multitud de los fieles de Cristo; la muchedumbre de la que se trata después, con vestiduras blancas y la palma en sus manos, parece designar a los mártires.
In diébus illi: Ecce ego Joánnes vidi álterum Ángelum ascendéntem ab ortu solis, habéntem signum Dei vivi: et clamávit voce magna quátuor Ángelis, quipus datum est nocére térrea, et mari, dicens: Nolíte nocére térrea, et mari, neque arbóribus, quoadúsque signémus servos Dei nostri in fróntibus eórum. Et audívi númerum signatórum, centum quadraginta quátuor míllia signáti, ex omni tribu filiórum Israel: ex tribu Judae duódecim míllia signáti. Ex tribu Ruben duódecim míllia signáti. Ex tribu Gad duódecim míllia signáti. Ex tribu Aser duódecim míllia signáti. Ex tribu Néphthali duódecim míllia signáti. Ex tribu Manásse duódecim míllia signáti. Ex tribu Símeon duódecim míllia signáti. Ex tribu Levi duódecim míllia signáti. Ex tribu Íssachar duódecim míllia signáti. Ex tribu Zábulon duódecim míllia signáti. Ex tribu Joseph duódecim míllia signáti. Ex tribu Bénjamin duodecim milia signáti. Post haec vidi: et ecce turba magna, quam dinumeráre nemo póterat, ex ómnibus géntibus, et tríbubus et pópulis et linguis : stantes ante thronum, et in conspéctu Agni, amícti stolis albis, et palmae in mánibus eórum : et clamábant voce magna, dicéntes: Salus Deo nostro, qui sedet super thronum, et Agno. Et omnes Ángeli stabant in circúitu throni, et seniórum et quáttuor animálium : et cecidérunt in conspéctu throni in fácies suas, et adoravérunt Deum, dicéntes: Amen. Benedíctio, et cláritas, et sapiéntia, et gratiárum áctio, honor et virtus et fortitúdo Deo nostro in saécula saeculórum. Amen.
Deo grátias
En aquellos días, yo, Juan, vi subir del oriente a un ángel que llevaba el sello de Dios vivo, el cual púsose a gritar con voz poderosa a los cuatro ángeles a quienes se les ha dado el poder de hacer daño a la tierra y al mar, y les dijo: no hagáis mal a la tierra, ni al mar, ni a los árboles, hasta que hayamos puesto la señal en la frente a los siervos de nuestro Dios. Y oí la enumeración de los que estaban señalados: ciento cuarenta y cuatro mil, de todas las tribus de los hijos de Israel. De la tribu de Judá estaban señalados doce mil; de la tribu de Rubén, doce mil; de la tribu de Gad, doce mil; de la tribu de Aser, doce mil; de la tribu de Neftalí, doce mil; de la tribu de Manasés, doce mil; de la tribu de Simeón, doce mil; de la tribu de Leví, doce mil; de la tribu de Isacar, doce mil; de la tribu de Zabulón, doce mil; de la tribu de José, doce mil; de la tribu de Benajamín, doce mil estaban señalados. Después de esto, vi aparecer una muchedumbre innumerable, que nadie podía enumerar, de todas las naciones, tribus, pueblos y lenguas, que permanecían ante el trono y ante el Cordero, revestidos de blancas vestiduras y con palmas en las manos. Y exclamaban con poderosa voz: Victoria a nuestro Dios, que está sentado en el trono, y al Cordero. Y todos los ángeles permanecían en círculo alrededor del trono, de los ancianos y de los cuatro animales y cayeron luego sobre sus rostros ante el trono y se postraron ante Dios, diciendo: Amén, bendición, gloria y sabiduría y acción de gracias; honor y poderío y fortaleza a nuestro Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
Gradual.
Salm 33, 10.11
Timéte Dóminum, omnes sancti ejus : quóniam nihil deest timéntibus eum. Inquiréntes autem Dóminum, non defícient omni bono.
Temed al Señor, todos vosotros sus santos ; porque nada faltará a los que le temen. Los que buscan al Señor no carecerán de bien alguno.
Aleluya
Mat 11,28
Allelúia, allelúia. Veníte ad me, omnes qui laborátis, et oneráti estis: et ego refíciam vos. Allelúia.
Aleluya, aleluya. Venid a mí todos los que os encontráis fatigados y agobiados; y yo os aliviaré. Aleluya.
Evangelio
Mat 5, 1-12
He aquí delineado por el mismo Cristo el ideal de la perfección cristiana. Dejándose conducir por la gracia de Dios según este ideal es como se camina hacia el cielo.
In illo témpore: Videns Jesus turbas, ascéndit in montem, et cum cediste, accessérunt ad eum discípuli ejes, et apériens os suum, docébat eos, dicens: Beáti páuperes spíritu : quóniam ipsórum est tegnum caelórum. Beáti mites: quóniam ipsi possidébunt terram. Beáti qui lugent: quónima ipsi consolabúntur. Beáti esuriunt et sitiunt iustitiam: quóniam ipsi saturabúntur. Beáti misericórdes: quóniam ipsi misericórdiam consequéntur. Beáti mundo corde: quióniam ipsi Deum vidébunt. Beáti pacífici: quóniam fílii Dei vocabúntur. Beáti qui persecutiónem patiúntur propter justitiam: quóniam ipsórum est regnum caelórum. Beáti estis cum maledíxerint vobis, et persecúti vos fuérint, et díxerint omne malum advérsum vos, meniéntes, propter me : haudéte, et esxultáte, quóniam merces vestra copiósa est in caelis.
Laus tibi, Christe.
En aquel tiempo: Viendo Jesús a las turbas, subióse a un monte y como se hubo sentado, se le acercaron sus discípulos. Abriendo entonces su boca, les enseñaba diciendo: Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados los manos, porque ellos poseerán la tierra. Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán hartos. Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Bienaventurados los que hacen obra de paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios. Bienaventurados los que padecen persecución por la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados seréis cuando os ultrajen y os persgan y digan todo mal contra vosotros por mi causa. Gozaos entonces y alborozaos, porque es grande vuestra recompensa en los cielos.
La Iglesia, que en el transcurso del año va celebrando una por una las fiestas de sus santos, los reúne hoy a todos en una fiesta común. Además de los que puede llamar con su nombre, evoca en una grandiosa visión a toda una muchedumbre incontable de Santos «de todas las naciones, tribus, pueblos y lenguas, de pie ante el trono y ante el cordero, revestidos de blancas vestiduras y con palmas en la mano», que aclaman al que con su sangre los ha rescatado.
La fiesta de Todos los Santos ha de colmarnos de una gran esperanza. Entre los santos del cielo hay algunos a quienes hemos conocido. Todos han vivido en la tierra una vida semejante a la nuestra. Bautizados, marcados con el sello de la fe, fieles a las enseñanzas de Cristo, nos han precedido en la patria celestial y nos invitan a reunirnos con ellos. El evangelio de las bienaventuranzas, al mismo tiempo que proclama su felicidad, nos muestra el camino que han seguido; no hay, ciertamente, ningún otro que nos lleve a donde ellos están.
La «conmemoración de todos los Santos» se comenzó a celebrar en Oriente. En el siglo VIII se la encuentra ya en Occidente en diferentes fechas. El martirologio romano elogia al papa Gregorio IV (827 – 844) por haberla extendido a toda la cristiandad; parece, sin embargo, que el papa Gregorio III (731-744) le había precedido en esta decisión. Por otra parte, en Roma se celebraba ya el 13 de mayo la dedicación de la basílica de Santa María y de todos los mártires; es decir, del Panteón, templo de Agripa, dedicados a todos los dioses del paganismo, al cual había hecho trasladar el papa Bonifacio IV numerosas osamentas de las catacumbas. Esto explica por qué tantos textos de la misa de hoy han sido tomados de la liturgia de los mártires. El papa Gregorio VII trasladó el aniversario de esta dedicación al 1º de noviembre.
Misal diario y vesperal. XV edición.Dom Gaspar Lefebvre y los monjes benedictinos de la Abadía de San Andrés.Tr: P.Germán Prado y los monjes de la Abadía de Silos.
]]>Sábado, 15 de noviembre: Monseñor Gilles Wach oficiará una Misa solemne en Sevilla
El próximo sábado 15 de noviembre tendremos el inmenso honor de poder recibir en Sevilla a Monseñor Gilles Wach, superior del Instituto de Cristo Rey Sumo Sacerdote, que oficiará, a las 18:00 horas y en la parroquia de San Bernardo, una Misa Solemne según la forma extraordinaria del Rito Romano. A continuación, Monseñor Wach pronunciará una conferencia en el cercano hotel NH Viapol (C/ Balbino Marrón, 9 - C/ Enramadilla) en la que bajo el título “El nuevo movimiento litúrgico de Benedicto XVI” disertará sobre varios aspectos relativos a la liturgia de la Iglesia y la Forma Extraordinaria del Rito Romano. El capítulo musical correrá a cargo del coro Virgen de las Nieves, de Sanlúcar la Mayor. Animamos a todos nuestros visitantes a acudir a tan importante celebración.
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Mediante la tentación, Satanás ejerce normalmente su acción diabólica en el mundo. A veces, el demonio despliega todo su poder infernal llegando, con la permisión de Dios, hasta la obsesión y la posesión corporal de sus víctimas. La diferencia sustancial entre obsesión y posesión diabólica consiste en que mientras en la obsesión la acción demoníaca es externa a la persona que la padece, en la posesión el demonio entra realmente dentro del cuerpo de la víctima.
La existencia de la posesión diabólica es un hecho que pertenece al depósito de la fe. En los evangelios aparecen no uno, sino varios casos de posesión diabólica, siendo precisamente una de las características de la misión divina de Cristo el imperio que ejerce sobre los demonios, a los que ordenaba abandonar de las personas poseídas. Como dice el padre Antonio Royo Marín, en su Teología de la Perfección cristiana, «no se puede, sin manifiesta temeridad y probablemente sin verdadera herejía negar el hecho real de la posesión diabólica».
En síntesis podemos decir que la posesión diabólica tiene dos características fundamentales:
- la presencia del diablo en el cuerpo del poseído.
- su imperio despótico sobre la víctima.
Hay dos momentos distintos en la posesión, uno de crisis, con afecciones violentas del mal, donde el demonio se presenta con toda claridad a través de actos, palabras, convulsiones, blasfemias, impiedades, etc, y los momentos de calma. En estos momentos la presencia del Malo se manifiesta a través de los síntomas de una enfermedad crónica, que rebasa la ciencia médica y resiste los remedios curativos.
Algunas de las notas que muestran el estado de posesión son:
- hablar lenguas desconocidas por el poseído o entender perfectamente al que las habla.
- descubrir cosas que están ocultas o a mucha distancia.
- mostrar fuerzas desproporcionadas para la edad del endemoniado.
- y otras más que, unidas a las anteriores dan mayores indicios de posesión.
Las causas de la posesión pueden ser varias, como la petición de la propia víctima – como el caso narrado por Sulpicio Severo -, el castigo del pecado y la providencia divina para purificar un alma santa, como puede ser el caso del P. Surin.
Por último, los remedios principales contra la posesión diabólica son:
- la confesión sacramental.
- la sagrada comunión. Comulgar con frecuencia, como lo manda la Santa Iglesia, es uno de los remedios más eficaces para evitar las tentaciones del diablola oración y el ayuno.
- los sacramentales, especialmente el agua bendita.
- la santa cruz. Su sola vista ahuyenta a los demonios.
- las reliquias de los santos.
- los santos nombres de Jesús y María. El nombre de nuestro Señor tiene una eficacia soberana para espantar a los diablos, así como el dulce nombre de María.
El Sínodo de los Obispos recién concluido nos ha dejado como noticia llamativa, la propuesta décimo séptima que los Padres Sinodales han elevado al Santo Padre y que no es otra que la admisión de la mujer al ministerio del lectorado
Hasta la promulgación por el Papa Pablo VI, del motu proprio Ministeria quaedam, el 15 de Agosto de 1.972, junto al ministerio ordenado (episcopado, presbiterado y diaconado), se encontraban el Orden mayor, subdiaconado y l Orden menor: acolitado, exorcistado, lectorado y ostiariado, a los que precedía la tonsura con la que se ingresaba en el estado clerical. Estos órdenes se sumaban como partes integrantes y secundarias del sacramento del orden.
S.S. Pablo VI lo suprimió todo excepto el lectorado y el acolitado, eso sí, no como órdenes menores sino como ministerios laicales o instituidos, no vinculados al sacramento del Orden. No serían un escalón previo al ministerio ordenado, sino una exigencia de iniciación en la función ministerial de la Iglesia. De cierta manera, se desvincularía del sacramento del Orden para hacerlo depender sacerdocio universal de los fieles que se adquiere con el bautismo.
Por otro lado, el Santo Padre dejó dicho que:
En armonía con la venerable tradición de la Iglesia, la institución de lector y de acólito está reservada a los varones.
Las razones aducidas por los Padres sinodales es que se le reconozca a la mujer su papel en la proclamación de la Palabra por parte de la comunidad cristiana. Sin embargo, el carajal que se puede venir encima si esta propuesta es aceptada, puede ser cosa seria, sobre todo si se tiene en cuenta el Motu Proprio Summorum Pontificum promulgado por S.S. Benedicto XVI. Ahora en la Iglesia dos ritos de facto. En uno seguirían existiendo la orden mayor y las cuatro menores, en el otro se abriría la posibilidad de que una mujer sea lectora. ¿Se permitiría que ésta participase en la Misa según el rito extraordinario?
Por otro lado, la razón aducida por los obispos, ¿sería suficiente para acabar con una tradición venerable, esto es, “respetable en grado sumo por su «santidad, dignidad o grandes virtudes, o a algo por lo que representa o recuerda"?.
Desde luego esto no acabaría con las reivindaciones de los grupos de siempre que piden el sacerdocio femenino - cosa por otro lado, imposible ya que tal como dejó la cuestión el Papa Juan Pablo II, es casi dogma de fe -, sino que las espolearía a seguir percutiendo sobre el mismo asunto.
Patata caliente la que tiene el Papa encima de la mesa que seguro resolverá con sabiduría.
Oremus pro Pontifice nostro Benedicti XVI. Dominus conservet eum, et vivificet eum, et beatum faciat eum in terra, et non tradat eum in animam inimicorum ejus.
]]>Festividad de Cristo Rey. Rito extraordinario.
Introito
Apoc. 5,12; 1,6;Salm 71,1
Dignus est Agnus, qui occísus est, accípere virtútem, et divinitátem, et sapiéntiam, et fortitúdinem, et honórem. Ipsi glória et impérium in sǽcula sæculórum. Ps. Deus, iudícium tuum Regi da: et iustítiam tuam Fílio Regis.
Digno es el Cordero, que ha sido degollado de recibir la potenciaa, la divinidad, la sabiduría la fortaleza y el honor. A él gloria y poder por los siglos de los siglos. Salmo. Oh Dios,da tu equidad al Rey; y tu justicia al Hijo del Rey.
Colecta.
Omnípotens, sempitérne Deus, qui in dilécto Fílio tuo, universórum Rege, ómnia instauráre voluísti: concéde propítius; ut cunctæ familia Géntium, peccáti vúlnere disgregátæ, eius suavíssimo subdántur império: Qui tecum vivit…
Omnipotente y sempiterno Dios, que has querido reunirlo todo en tu amado Hijo, Rey del universo; concédenos propicio que todos los pueblos disgregados por la herida del pecado, se sometan a su suavísimo imperio. El cual vive y reina contigo.
Epístola
Col 1, 12-20.
Cristo es el primero en todas las cosas, en el orden de la creación como en el de la salvación. Es el principio de unidad en la Iglesia e instrumento de reconciliación entre Dios y los hombres por su muerte sobre la cruz.
Fratres: Grátias ágimus Deo Patri, qui dignos nos fecit in partem sortis sanctórum in lúmine, qui
erípuit nos de potestáte tenebrárum, et tránstulit in regnum Fílii dilectiónis suæ, in quo habémus redemptiónem per sánguinem eius, remissiónem peccatórum. Qui est imágo Dei invisíbilis,
primogénitus omnis creatúræ; quóniam in ipso cóndita sunt univérsa in cælis et in terra, visibília et invisibília, sive throni, sive dominatiónes, sive principátus, sive potestátes: ómnia per ipsum et in ipso creáta sunt: et ipse est ante omnes, et ómnia in ipso constant. Et ipse est caput córporis Ecclésiæ, qui est princípium, primogénitus ex mórtuis: ut sit in ómnibus ipse primátum tenens; quia in ipso complácuit omnem plenitúdinem inhabitáre; et per eum reconciliáre ómnia in ipsum, pacíficans per sánguinem crucis eius, sive quæ in terris, sive quæ in cælis sunt, in Christo Iesu Dómino nostro.
Deo grátias
Hermanos: Gracias damos a Dios Padre, que nos ha hecho dignos de participar en la herencia de los santos en la luz, que nos ha arrebatado del poder de las tinieblas, y nos ha trasladado al reino de su Hijo muy amado, en quien, por su sangre, tenemos la redención, la remisión de los pecados. Él es la imagen del Dios invisible, primogénito de toda la creación, porque en Él han sido creadas todas las cosas en los cielos y sobre la tierra, el mundo visible y el invisible, tronos, señoríos, principados, dominaciones, todo ha sido creado por Él y para Él. Es anterior a todo y todo subsiste en Él. Él es también la cabeza del cuerpo: de la Iglesia. Como quien es principio, primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga Él la primacía, pues plugo al Padre poner en Él la plenitud y reconciliar por Él, que ha restablecido la paz en la sangre de su cruz, todo lo que existe sobre la tierra y en los cielos, en Cristo Jesús, Señor nuestro.
Gradual.
Salm 71, 8.11
Dominábitur a mari usque ad mare: et a flúmine usque ad términos orbis terrárum. Et adorábunt eum omnes reges terrae ; omnes gentes sérvient ei.
Dominará de mar a mar, y desde el río hasta los confines de la tierra. Todos los reyes se prosternarán ante Él, y le servirán todas las naciones.
Aleluya
Dan 7,14
Allelúia, allelúia. Potéstas eius, potéstas ætérna, quæ non auferétur: et regnum eius, quod non corrumpétur. Allelúia.
Aleluya, aleluya. Su dominación es una dominación eterna, que no pasará; y su reino, un reino que jamás será destruido. Aleluya.
Evangelio
Juan 18, 33-37
In illo témpore: Dixit Pilátus ad Iesum: Tu es Rex Iudæórum? Respóndit Iesus: Atemetípso hoc dicis, an álii dixérunt tibi de me? Respóndit Pilátus: Numquid ego Iudæus sum? Gens tua et pontífices tradidérunt te mihi: quid fecísti? Respóndit Iesus: Regnum meum non est de hoc mundo. Si ex hoc mundo esset regnum meum, minístri mei útique decertárent ut non tráderer Iudǽis: nunc autem regnum meum non est hinc. Dicit ítaque ei Pilátus: Ergo Rex es tu? Respóndit Iesus: Tu dicis quia Rex sum ego. Ego in hoc natus sum, et ad hoc veni in mundum,
ut testimónium perhíbeam veritáti: omnis qui est ex veritáte, audit vocem meam.
Laus tibi, Christe.
En aquel tiempo, dijo Pilatos a Jesús: ¿Eres tú el Rey de los Judíos? Respondió Jesús: ¿Dices tú esos por cuenta propia o te lo han dicho otros de mí? Replicó Pilatos: ¿Qué? ¿Acaso soy yo judío? Los de tu nación y los pontífices te han entregado a mí; ¿qué has hecho? Respondió Jesús: Mi reino no es de este mundo; si de este mundo fuese mi reino, mis gentes hubieran luchado para que no fuera yo entregado en manos de los Judíos; pero mi reino no es de aquí. Replicóle Pilatos: ¿Con que tú eres rey? Respondió Jesús: Tú lo dices: Yo soy Rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo, para dar testimonio de la verdad; todo aquél que pertenece a la verdad escucha mi voz.
Al instituir la fiesta de Cristo Rey, Pío XI no ha pretendido sino proclamar solemnemente la realeza social de nuestro Señor Jesucristo sobre el mundo. Rey de las almas y de las conciencias, de las inteligencias y de las voluntades, Cristo lo es también de las familias y de las ciudades, de los pueblos y de las naciones; en una palabra, Rey de todo el universo. Como lo ha demostrado Pío XI en su encíclica Quas primas, del 11 de diciembre de 1.925, el laicismo es la negación radical de esta realeza de Cristo; al organizar la vida social como si Dios no existiese, engendra la apostasía de las masas y conduce a la ruina de la sociedad.
Toda la misa y el oficio del a fiesta de Cristo Rey son una proclamación solemne de la realeza universal de Cristo contra el laicismo de nuestro tiempo. La misa comienza con una de las visiones más hermosas del Apocalipsis, en que el Cordero de Dios, inmolado, pero ya victorioso en la gloria, es aclamado por la muchedumbre innumerable de los ángeles y de los santos. Señalado para el último domingo de octubre, hacia el final del ciclo litúrgico y justamente en vísperas de la fiesta de todos los Santos, la fiesta de Cristo Rey se presenta como el coronamiento de todos los misterios de Cristo y como la anticipación, en el tiempo, de la realeza eterna que ejerce sobre todos los elegidos en la gloria del cielo. La gran realidad del cristianismo es Cristo resucitado reinando con todo el esplendor de su victoria en medio de los elegidos, que son su conquista.
Misal diario y vesperal. XV edición.Dom Gaspar Lefebvre y los monjes benedictinos de la Abadía de San Andrés.Tr: P.Germán Prado y los monjes de la Abadía de Silos.
]]>La educación ha sido la parcela más castigada en España. Desde la transición a los días que corren, todos los gobiernos sin excepción – bien por acción, bien por omisión –, han aportado su granito de arena para conseguir que el único medio de promoción social se haya ido al garete.
Los pobres, por su condición material, no tienen otro medio por el que poder mejorar sus vidas honradamente que con su inteligencia. Esta la distribuye Dios según su voluntad, de manera que los hombres lo único que podemos hacer es promover a aquellos que tengan capacidad intelectual puedan acceder a los estudios superiores, sea cual sea su condición material. De ahí la importancia de la educación.
En España los niveles de la educación han ido decayendo paulatinamente, año a año hasta llegar a los actuales, donde se exige menos que nada. Aún así, el sistema educativo español es susceptible de empeorar.
Esta decadencia educativa abarca todo el arco formativo, desde la primaria hasta la Universidad. Siendo la EGB y el BUP malos, se aprendían los rudimentos necesarios para acceder decentemente a los estudios universitarios, los cuales todavía estaban valorados profesionalmente.
Hoy en día, el nivel es deplorable. Encontrar hoy un universitario, por ejemplo un ingeniero, que conozca el teorema de Juan de Cevas, el de Menelao o los problemas de Apolonio es más difícil que encontrar una aguja en un pajar; exigir los conocimientos básicos de Geometría clásica es un exceso; la ortografía es un dislate.
En este deterioro muy pocos están exentos de culpa. Por un lado se encuentran los políticos, principales culpables e interesados directos en que la gente no piense y se conduzcan como borreguitos. Por otro, los padres, que deberían haberse movilizado para pedir no un título, sino exigir unos conocimientos. Tampoco los profesores están libres de pecado, ¿o es que no han dejado que los políticos mangoneasen en su trabajo?
Hoy en día, el título de la ESO no vale para nada. La Universidad, inflacionada, es una nulidad. Cursos on – line, facilidades para disminuir el esfuerzo de la vida muelle, no faltan.
Más valdría que regalasen el titulo de ESO con la compra de un cuarto de kilo de chopped.
]]>A este sacerdote le duele que la CEE haya recordado lo que la Iglesia enseña, como madre y maestra que es, sobre los niños “fabricados a la carta”. Y digo “a la carta”, porque el bebé nacido en el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla es un claro ejemplo de eugenesia. Aunque le pese a Masiá.
El artículo que nos arroja este sacerdote en Religión Digital es mentiroso. Lo primero que hace el jesuíta Masiá es separar a los católicos en dos subconjuntos: los intelectualmente serios, esto es aquellos que están de acuerdo con la opción de la FIVET y la selección de embriones y el resto, que son aquellos que forman su conciencia de acuerdo al Magisterio de la Iglesia.
Se supone que estos últimos no son intelectuamente serios.
Masiá, como no podía ser de otra forma, se coloca entre los primeros.
A continuación, señala Masiá los errores de bulto que ha cometido la CEE en su comunicado referente al niño medicamento:
Decir que “el nacimiento de una persona ha venido acompañado de la destrucción de otras, sus propios hermanos, a los que se les ha privado del derecho fundamental a la vida", es un error garrafal, acreedor a un suspenso en biología, otro en ética y otro en teología.
Llamar “hermanos a los que se les ha privado del derecho a nacer” a los pre-embriones no implantados es otro error digno de suspenso en bioética.
Decir que en el bebé nacido se ha “conculcado su derecho a ser amado como un fin en sí mismo y a no ser tratado como medio instrumental de utilidad técnica” es un insulto a sus padres por el que el portavoz redactor de la nota debería pedirles perdón.
Decir que las criaturas nacidas por fecundación in vitro han sido producidas y no procreadas es una afirmación digna de otro suspenso en moral, teología y bioética.
Masiá, no se ve en la necesidad de razonar estos juicios, entre otras cosas porque no puede. No obstante, son fácilmente refutables.
1º.- La Iglesia defiende la vida humana desde su concepción.
2º.- La vida humana se desarrolla en un «continuum», ergo cualquier pretensión de trazar umbrales, de decidir qué vida es «humanizada» y cuál no lo sería, es totalmente arbitraria. El ser humano es persona desde la fecundación hasta la muerte y, como persona que es, el feto humano tiene todos los derechos naturales como persona.
3º.- La técnica utilizada en la concepción del niño medicamento implica la creación de varios embriones. De éstos, se selecciona el compatible con la persona receptora; al resto, se les mata.
4º.- Como se afirma en 2, el ser humano es persona desde la concepción. Por tanto, el término pre-embrión es un concepto espúreo, un eufemismo con el que se quiere clasificar el desarrollo del ser humano en persona – no persona, y justificar de esta manera, el asesinato. Pero las cosas son como son y no como quiere Masiá.
5º.- Masiá elude la carga de la prueba y no demuestra que el niño no se haya «cosificado», por eso dice que es un insulto. ¿Por qué es un insulto? Por nada. No lo es. Los padres no querían un hijo, sino este hijo, uno concreto. La diferencia es la que hay del determinante indefinido al determinante demostrativo.
6º.- Por último, las criaturas nacidas por fecundación son producidas en un laboratorio, no engendradas en el seno materno. El hombre se reifica. No se produce la unión de amor abierta a la vida, sino que se deja la elaboración en las manos de un «mecánico».
A pesar de las falacias, a Masiá no es muy difícil desmontarle.
Este sacerdote ha dejado clara, de nuevo, su postura antieclesial. Ahora bien, ¿hasta cuándo tendremos que aguantar los abusos y los engaños de este sacerdote?
Por el bien del rebaño, alguien con autoridad debería decir claramente que lo que enseña este jesuíta, no es lo que enseña la Iglesia Católica.
]]>23º Domingo después de Pentecostés, rito extraordinario.
Introito, Jer 29,11-14;Salm 84,2
Dicit Dominus: Ego cogito cogitationes pacis, et non afflictionis: invocabitis me, et ego exaudiam vos: et reducam captivitatem vestram de cuncits locis. Ps. Benedixisti, Domine, terram tuam: avertisti captivitatem Jacob. v. Gloria Patri.
Dice el Señor: Yo abrigo pensamientos de paz y no de cólera; me invocaréis y os oiré; y haré volver a vuestros cautivos de todos los lugares. Salmo. Has bendecido, Señor, a tu tierra; has terminado con la cautividad de Jacob. v. Gloria al Padre.
Epístola Fil 3,17-21; 4, 1-3.
Fratres: Imitatores meiestote, et observate eos, qui ita ambulant, sicut habetis formam nos. Multi enim ambulant, quos saepe dicebam vobis, nunc autem et flens dico, inimicos crucis Christi, quorum finis interitus, quorum deus venter et gloria in confusione ipsorum, qui terrena sapiunt. Noster enim municipatus in caelis est, unde etiam salvatorem exspectamus Dominum Iesum Christum, qui transfigurabit corpus humilitatis nostrae, ut illud conforme faciat corpori gloriae suae secundum operationem, qua possit etiam subicere sibi omnia. Itaque, fratres mei carissimi et desideratissimi, gaudium et co rona mea, sic state in Domino, carissimi! Evodiam rogo et Syntychen deprecor idipsum sapere in Domino. Etiam rogo et te, germane compar, adiuva illas, quae mecum concertaverunt in evangelio cum Clemente et ceteris adiutoribus meis, quorum nomina sunt in libro vitae
Gloria tibi, Dómine.
Hermanos: Sed imitadores míos, y tened fijos los ojos en los que se conducen según el modelo que os ofrecemos. Porque hay muchos, de quienes otras veces os he hablado (ahora lo repito llorando), que se portan cmo enemigos de la cruz de Cristo. Su fin es la perdición; su Dios, el vientre. Ponen su gloria, precisamente, en lo que les debía servir de vonfusión; gustan sólo de las cosas terrenas. Mas nuestra morada está en los cielos, de donde también esperamos ardientemente como Salvador al Señor Jesucristo, el cual transformará nuestro cuerpo de miseria, en un cuerpo semejante a su cuerpo glorioso, con el poder con que tiene sujetas a sí las cosas todas. Por tanto, carísimos y amadísimos hermanos míos, gozo mío y corona mía, estad así firmes en el Señor, carísimos. Ruego a Evodia y suplico a Síntica que vivan en armonía en el Señor. Y también te ruego a ti, fiel compañero, que les atiendas, ya que trabajaron conmigo en favor del Evangelio, a una con Clemente y los demás que me ayudaron, cuyos nombres están en el libro de la vida.
Mateo 9,18-26.
In illo témpore: Loquente Jesu ad turbas, ecce princeps unus accessit et adorabat eum dicens: “ Filia mea modo defuncta est; sed veni, impone manum tuam super eam, et vivet ”. Et surgens Iesus sequebatur eum et discipuli eius. Et ecce mulier, quae sanguinis fluxum patiebatur duodecim annis, accessit retro et tetigit fimbriam vestimenti eius. Dicebat enim intra se: “ Si tetigero tantum vestimentum eius, salva ero ”. At Iesus conversus et videns eam dixit: “ Confide, filia; fides tua te salvam fecit ”. Et salva facta est mulier ex illa hora. Et cum venisset Iesus in domum principis et vidisset tibicines et turbam tumultuantem, dicebat: “ Recedite; non est enim mortua puella, sed dormit ”. Et deridebant eum. At cum eiecta esset turba, intravit et tenuit manum eius, et surrexit puella. Et exiit fama haec in universam terram illam”.
Laus tibi, Christe.
En aquel tiempo: Minetras hablaba Jesús a las turbas, llegóse a él un príncipe, y le adoró diciendo: Señor, acaba ahora de morir mi hija; pero ven, pon tu mano sobre ella, y vivirá. Levantóse Jesús y le fue siguiendo acompañado de sus discípulos. Al mismo tiempo, una mujer, que padecía doce años flujo de sangre, llegándose por detrás, tocó la orla de su vestido. Porque se decía: Si logro tocar tan sólo su vestido, quedaré sana. Volviéndose Jesús, y mirándola, dijo: Ten confianza, hija, tu fe te ha salvado. Y quedó sana la mujer desde aquella hora. Cuando llegó Jesús a la casa de aquel príncipe, y vio los tañedores de flautas y la multitud alborotada, dijo: Retiraos, pues la muchacha no está muerta, sino duerme. Y se burlaban de él. Expulsada la turba, entró Jesús y tomó a la joven por la mano, levantándose ésta al instante. Y divulgose el suceso por todo aquel país.
“El Tiempo después de Pentecostés es como el símbolo del largo peregrinar de la Iglesia por la tierra; los últimos domingos del año litúrgico, como etapas finales, evocan el fin de los tiempos.
Según nos lo anuncia nuestro mismo Señor, se distinguirá el fin del mundo por los grandes trastornos que tendrán lugar y el recrudecimiento del mal, que agostará la caridad de muchos. La misma Iglesia padecerá grandes pruebas. Al recordar estas perspectivas de desgracias y luchas, procura la liturgia reforzar nuestro sentimiento de confianza. El introito nos asegura que los pensamientos del Señor no son de castigo, sino de paz. La epístola recuerda la invencible esperanza que sostiene a los cristianos en la espera del día en que Cristo venga a transformar “nuestros cuerpos miserables en cuerpos gloriosos". En el evangelio, finalmente, se nos ofrece un doble relato de curación y resurrección".
Misal diario y vesperal. XV edición.Dom Gaspar Lefebvre y los monjes benedictinos de la Abadía de San Andrés.Tr: P.Germán Prado y los monjes de la Abadía de Silos.
]]>Ayer hizo dos años de que el Cardenal Francis Arinzé escribiera lo siguiente :
4. A las Conferencias Episcopales de aquellos países donde la fórmula “por todos” o su equivalente está en vigencia en la actualidad se les solicita que emprendan una catequesis de los fieles sobre esta materia en el próximo año o dos para prepararlos a la introducción de una precisa traducción en lengua vernácula de la fórmula pro multis (por ejemplo, “for many", “por muchos", “per molti", etc.) en la próxima traducción del Misal Romano que los Obispos y la Santa Sede hayan de aprobar para el uso en su país.
Es decir, hoy estaríamos en el día uno de la traducción correcta del «pro multis». Las misas deberían celebrarse ya con esa versión, tal como lo quiere Roma. Sin embargo, no será así, entre otras cosas porque todavía no se ha terminado la revisión del Misal de Pablo VI, ¿nos sacarán tarjeta amarilla?
Habría que tomarse más en serio la Liturgia. Como dice la Encíclica Sacrosanctum Concilium:
Para realizar una obra tan grande, Cristo está siempre presente en su Iglesia, sobre todo en la acción litúrgica. Está presente en el sacrificio de la Misa, sea en la persona del ministro, “ofreciéndose ahora por ministerio de los sacerdotes el mismo que entonces se ofreció en la cruz", sea sobre todo bajo las especies eucarísticas. Está presente con su fuerza en los Sacramentos, de modo que, cuando alguien bautiza, es Cristo quien bautiza. Está presente en su palabra, pues cuando se lee en la Iglesia la Sagrada Escritura, es El quien habla. Está presente, por último, cuando la Iglesia suplica y canta salmos, el mismo que prometió: “Donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy Yo en medio de ellos” (Mt., 18,20). Realmente, en esta obra tan grande por la que Dios es perfectamente glorificado y los hombres santificados, Cristo asocia siempre consigo a su amadísima Esposa la Iglesia, que invoca a su Señor y por El tributa culto al Padre Eterno.
Con razón, pues, se considera la Liturgia como el ejercicio del sacerdocio de Jesucristo. En ella los signos sensibles significan y, cada uno a su manera, realizan la santificación del hombre, y así el Cuerpo Místico de Jesucristo, es decir, la Cabeza y sus miembros, ejerce el culto público íntegro. En consecuencia, toda celebración litúrgica, por ser obra de Cristo sacerdotes y de su Cuerpo, que es la Iglesia, es acción sagrada por excelencia, cuya eficacia, con el mismo título y en el mismo grado, no la iguala ninguna otra acción de la Iglesia.
Sacrosanctum Concilium 7
¿Se es consciente de lo que realmente se afirma aquí? ¿Sabemos de la capacidad transformadora que posee la Eucaristía? ¿Cuántos hombres no se han convertido en una Misa? (por ejemplo Hermann Cohen, fundador de la Adoración Nocturna)
El Papa Juan Pablo II, escribió:
Es verdad esencial, no sólo doctrinal sino también existencial, que la Eucaristía construye la Iglesia, y la construye como auténtica comunidad del Pueblo de Dios, como asamblea de los fieles, marcada por el mismo carácter de unidad, del cual participaron los Apóstoles y los primeros discípulos del Señor. La Eucaristía la construye y la regenera a base del sacrificio de Cristo mismo, porque conmemora su muerte en la cruz, con cuyo precio hemos sido redimidos por Él. Por esto, en la Eucaristía tocamos en cierta manera el misterio mismo del Cuerpo y de la Sangre del Señor, como atestiguan las mismas palabras en el momento de la institución, las cuales, en virtud de ésta, han llegado a ser las palabras de la celebración perenne de la Eucaristía por parte de los llamados a este ministerio en la Iglesia.
La Iglesia vive de la Eucaristía, vive de la plenitud de este Sacramento, cuyo maravilloso contenido y significado han encontrado a menudo su expresión en el Magisterio de la Iglesia, desde los tiempos más remotos hasta nuestros días.
Sin embargo, podemos decir con certeza que esta enseñanza —sostenida por la agudeza de los teólogos, por los hombres de fe profunda y de oración, por los ascetas y místicos, en toda su fidelidad al misterio eucarístico— queda casi sobre el umbral, siendo incapaz de alcanzar y de traducir en palabras lo que es la Eucaristía en toda su plenitud, lo que expresa y lo que en ella se realiza. En efecto, ella es el Sacramento inefable. El empeño esencial y, sobre todo, la gracia visible y fuente de la fuerza sobrenatural de la Iglesia como Pueblo de Dios, es el perseverar y el avanzar constantemente en la vida eucarística, en la piedad eucarística, el desarrollo espiritual en el clima de la Eucaristía. Con mayor razón, pues, no es lícito ni en el pensamiento ni en la vida ni en la acción, quitar a este Sacramento, verdaderamente santísimo, su dimensión plena y su significado esencial. Es al mismo tiempo Sacramento-Sacrificio, Sacramento-Comunión, Sacramento-Presencia. Y aunque es verdad que la Eucaristía fue siempre y debe ser ahora la más profunda revelación y celebración de la fraternidad humana de los discípulos y confesores de Cristo, no puede ser tratada sólo como una «ocasión» para manifestar esta fraternidad. Al celebrar el Sacramento del Cuerpo y de la Sangre del Señor, es necesario respetar la plena dimensión del misterio divino, el sentido pleno de este signo sacramental en el cual Cristo, realmente presente es recibido, el alma es llenada de gracias y es dada la prenda de la futura gloria. De aquí deriva el deber de una rigurosa observancia de las normas litúrgicas y de todo lo que atestigua el culto comunitario tributado a Dios mismo, tanto más porque, en este signo sacramental, Él se entrega a nosotros con confianza ilimitada, como si no tomase en consideración nuestra debilidad humana, nuestra indignidad, los hábitos, las rutinas o, incluso, la posibilidad de ultraje. Todos en la Iglesia, pero sobre todo los Obispos y los Sacerdotes, deben vigilar para que este Sacramento de amor sea el centro de la vida del Pueblo de Dios, para que, a través de todas las manifestaciones del culto debido, se procure devolver a Cristo «amor por amor», para que Él llegue a ser verdaderamente «vida de nuestras almas». Ni, por otra parte, podremos olvidar jamás las siguientes palabras de San Pablo: «Examínese, pues, el hombre a sí mismo, y entonces coma del pan y beba del cáliz».
Redemptor Hominis 20
Entonces, ¿por qué no hay más celo en realizar las reformas que pide Roma? ¿Por qué no se ha hecho ya el cambio del «pro multis»
]]>La noticia del nacimiento del niño «medicamento» en el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla, acompañada con gran algarabía por parte de los medios de comunicación, es un ejemplo magro de cómo se favorece la disolución de la ecología moral.
El niño, cuyo cordón umbilical se utilizará para intentar curar la enfermedad del hermano es celebrado como un hito dentro de la historia de la ciencia. Y también de la moral. Porque hemos dado un paso más en la conversión del hombre en un mero instrumento.
La Iglesia – como siempre - , ha salido malparada por su posición no avanzada – a los ojos de la sociedad postmoderna -, frente a los progresos de la medicina. Sin embargo, ¿es cierto?
Por mucho que les pese a los apóstoles del progreso científico – retroceso moral, la postura de la Iglesia es la que está en defensa del hombre. Las razones son las siguientes:
Primero: la concepción del niño se realiza mediante la selección genética de embriones. Para ello, primero se somete a la madre a un tratamiento de fecundación «in vitro». Es decir, se desliga la procreación del acto conyugal: el hombre y la mujer no se darán el uno al otro; el acto reproductivo se transforma en un acto mecánico.
Segundo: se producen varios embriones, parando su desarrollo a los tres días, cuando los mismos tienen ocho células. Gracias a una biopsia y un análisis posterior de ADN, se descartan los embriones incompatibles con el receptor de la donación y se implanta en el útero de la madre. Es decir, se realiza una práctica eugenésica. El hombre juega a ser Dios y decide quién tiene derecho a vivir y quién no.
Tercero. Una vez que el hermano nace, se le extrae la sangre del cordón umbilical, para finalmente extraerle las células madres que, se suponen, curarán al receptor.
Como se trasluce de la técnica utilizada, los medios utilizados son inicuos, moralmente hablando. Pero, ¿y el fin? ¿se obtendrá el bien deseado?
Los propios médicos responden la pregunta: «posibilidades de curación muy altas». No hay total seguridad. Evidente. La ciencia no puede predecir el futuro. Hace conjeturas, pero las mismas están sujetas al error. Lo que pasa es que no es lo mismo experimentar con objetos que con seres humanos. ¿Qué pasará si finalmente el niño no cura? ¿Quedarán los padres frustrados por no conseguir el objeto buscado? ¿Y la fiesta, se convertirá en duelo? ¿Se acordará alguien del resto de embriones sacrificados?
Desde un punto de vista ético, estos experimentos que cosifican al ser humano, son insostenibles, pero sucede que siempre están acompañados de situaciones dolorosas que se enarbolan para hollar la fina tela que es la moral.
Las dos preguntas claves que abren la espita a la manipulación moral son dos: la primera es del estilo «¿acaso no querría usted que su hijo sanase?» (evidentemente habría que tener muy malas entrañas para pensar que no); la segunda sería algo así como «¿no es acaso este niño buscado por sí mismo, teniendo además, el beneficio de portar el ungüento que curará al hermano?». Es aquí cuando se da una respuesta errónea. El niño no es pensado como don, como regalo. No se quiere un niño, indefinido, viniera como viniese, alto, bajo, manco, listo o como sea, se quiere este niño: se le añade el deíctico de la selección.
El niño deja de ser don, fruto del amor de los padres, para convertirse en instrumento, herramienta para los hombres.
No estamos, desde luego, en días felices; más bien son luctuosos. Hemos dado un pasito más en la disolución de la moral social.
]]>«Vi cómo salía del mar una bestia, que tenía diez cuernos y siete cabezas, y sobre los cuernos diez diademas, y sobre las cabezas nombres de blasfemia» (Ap 13,1)
El barco holandés del aborto atracará en breve, si nadie lo impide en España. Pertenece a una ONG, algo que no deja de tener su gracia porque ¿acaso no se fomenta desde los propios gobiernos el aborto? ¿De qué estamos hablando?
No, la llegada de este barco no es una provocación. Lo que reclama esta asociación, «Woman On Wawes», es una formalidad. En España, en particular, y en Europa en general, abortar es lo más fácil del mundo. Por mucho que se jacten los políticos, el derecho a la vida es una falsedad desde el punto y hora que se permite eliminar al más débil de la sociedad.
El barco atracará con gran algarabía y festejos, apoyado por el gobierno, incluso con el de una asociación que, no siendo católica, se denomina asimismo «Católicas por el Derecho a Decidir». ¿Se puede manchar más el nombre de católico? ¿Se puede mancillar más a Cristo y su Esposa? ¿Se puede ensuciar más el regalo que Dios dio a la mujer, el de la maternidad, colaborar con Él en la creación?
Como la bestia del Apocalipsis, del mar vendrá el barco abortista para hacernos visibles nuestra propia destrucción.
]]>Nuestra Señora del Pilar, rito extraordinario.
Introito
Ex 13.22;Sal. 98 6-7
Colúmnam ducem habémus, quae numquam défuit per diem neque per noctem coram pópulo. Ps. Invocábant Dóminum, et ipse exaudiébat eos: in columna nubis loquebátur ad eos. v. Glória.
Tenemos por guía la Columna que nunca faltó delante del pueblo, ni de día ni de noche. Ps. Invocaban al Señor y él los oía; desde la Columna de nube les hablaba. v. Gloria al Padre, y al Hijo.
Colecta
Omnípotens sempitérne Deus, qui per gloriosíssimam Fílii tui Matrem caeléste praesídium nobis mirabíliter praeparásti: concéde proítius ut quam peculiári título de Colúmna pia devotióne venerámur, eius perpétuo pretegámur auxílio. Per eúmdem D.N.
Omnípotente y sempiterno Dios, que por la gloriosísima Madre de tu hijo nos deparaste celestial amparo: concédenos propicio que cuantos con piadosa devoción la veneramos bajo el especial título del Pilar seamos protegidos peretuamente con su auxilio. Por el mimso S.N.
Luc 11, 27-28
In illo témpre: Loquénte Jesu ad turbas, extóllens vocemn quaedam múlier de turba dixit illi: Beátus venter qui te portávit et úbera quae suxísti. At ille dixit : Quinímmo beáti qui áudiunt verbum Dei et custódiunt illud..
Laus tibi, Christe.
En aquel tiempo, mientras hablaba Jesús a las turbas, una mujer, levantado la voz en medio del pueblo exclamó: Dichoso el vientre que te llevó, y los pechos que te amamantaron. Mas Jesús respondió: Dichosos más bien los que oyen la palabra de Dios y la guardan.
«Cuenta una piadosa tradición que, estando el Apóstol Santiago el Mayor cierta noche en oración a las orillas del Ebro, se la apareció la Santísima Virgen María, viviendo aún en carne mortal, para consolarle y esforzarle a proseguir en España su obra de evangelización, y que allí mismo le mandó construir un templo en honor suyo. Este templo vino después a convertirse en la actual basílica del Pilar, centro de grandes peregrinaciones".
Misal diario y vesperal. XV edición.Dom Gaspar Lefebvre y los monjes benedictinos de la Abadía de San Andrés.Tr: P.Germán Prado y los monjes de la Abadía de Silos.
]]>Acusar gratuitamente es lo más fácil del mundo. Deslizar la falsedad, levantar sospechas, arrojar sombras, es algo al alcance de cualquier mortal, ya que, al fin y a la postre, no somos otra cosa que naturaleza caída.
El rabino Shear Yesuv Cohen, invitado por el Papa al Sínodo de los Obispos, un hecho sin precedentes, se ha comportado de forma impertinente, grosera, con las declaraciones realizadas al terminar su exposición en el Sínodo, acusando al Papa Pío XII de no haber hecho suficiente por los judíos en la Segunda Guerra Mundial; además de querer intervenir en los asuntos de la Iglesia, desaconsejando la beatificación del Santo Padre.
Precisamente, de lo que no se puede acusar al Pastor Angelicus es de no haber hecho suficiente por los judíos. En síntesis podemos decir que:
- Pío XII propuso en mayo de 1.939 celebrar una conferencia internacional para resolver los problemas en litigio. Todos sus esfuerzos de mediar entre Alemania y Polonia, por desgracia, no sirvieron para nada.
- el Papa intentó, junto con los USA, que Italia no entrara en la guerra al lado de Alemania.
- el 24 de agosto de 1.939, realizó el siguiente llamamiento a la paz: «Nada se pierde con la paz, con la guerra puede perderse todo».
- Pío XII, a finales de 1.939, principios de 1.940, hizo de intermediario entre la resistencia militar alemana y el gobierno inglés, con la condición previa de que la dictadura alemana fuese derrocada. No sólo los dos bandos se comunicaban a través del Vaticano, sino que el propio Pontífice fue garante de la seriedad de la resistencia alemana y de la sinceridad de las promesas británicas. En febrero de 1.940, el plan se vino abajo cuando el mariscla Branschitsch retiró su apoyo.
- Pío XII exhortó continuamente a los Estados en litigio a que alcanzaran una paz justa y equitativa, «que no tomara por base la cuestión de la culpabilidad ni la exigencia de la reparación completa; por otra parte, debía incluir la devolución de todos los territorios conquistados y ocupados militarmente; finalmente, ninguna nación debe imponer a otra sacrificios de derechos y recursos que ella misma consideraría intolerables si le fueran impuestos».
- el Sumo Pontífice protestó contra las innumerables violaciones
de derechos y crueldades inhumanas que se cometieron en la guerra. Si no hizo más fue, como dijo el 13 de mayo de 1.940 el embajador italiano, por temor de que «empeoraríamos aún la situación de aquellos desdichados (los polacos), si nos decidiéramos a hablar claramente».
- durante la ocupación de Roma por las tropas alemanas, hallaron refugio en edificios de la Iglesia más de 5.000 judíos, cuya vida no podía poner el Papa en peligro con una protesta abierta y clara. La lucha que en su propia conciencia sostenía, se muestra claramente en la carta dirigida a los obispos alemanes: «resulta a menudo dolorosamente difícil decidir qué es lo que más conviene: la reserva y un silencio cautelosos, o un hablar franco y una acción vigorosa» (3 de Marzo de 1.944).
- su actitud permitió que varias organizaciones católicas pudiesen salvar a cientos de miles de judíos, esconder a otros en institutos religiosos e intervenir respecto a los serbios ortodoxos de Croacia.
- el Papa organizó en el Vaticano una oficina de búsqueda de prisioneros: dio noticias de 8 millones de desaparecidos.
- gracias a los donativos provenientes del continente americano y de España, los trenes y convoyes papales, llenos de víveres y ropa, circulaban incesantemente por toda Italia y más allá de sus fronteras.
Estos son los hechos, claros, límpidos. El Papa hizo todo lo que tenía al alcance de la mano y parte de lo que no tenía, para conseguir la paz. Ayudó a los judíos, sin género de dudas, y si calló fue para no empeorar la situación de los perseguidos.
Sus contemporáneos lo tuvieron claro, como Israel Antón Zoller, Gran Rabino de Roma, que se convirtió él y toda su casa, bautizándose como Eugenio, en honor del Papa.
Es una pena que, años después, haya salido este rabino acusando al Papa con algunos de los argumentos que utilizaron las naciones comunistas tras la muerte de Pío XII: falta de valor y silencio cobarde.
También la izquierda le tachó de tener inclinación hacia el nacionalismo y de resentimiento contra el comunismo. Evidentemente, hoy en día, este último argumento no sería mácula.
Extraños amigos hace la historia.
]]>¡Qué nervios! No pude entrar - en el de tu hermana no quise -, sólo pude atisbar algo, desde fuera del quirófano, a través de un ojo de buey en el que vimos dibujada tu silueta.
Escuché tu primer grito, con emoción, tu primera queja ante la vida. No sé cuantos rosarios rezó tu abuela: todos sirvieron, ya se sabe, la Virgen sabe mucho de dolores.
Recuerdo tu cara: arrugada, como un garbanzo. Las manos moradas, del frío. Tu abuela y el Tato te llevaron a la habitación, yo me quedé con tu madre.
Tenías los ojos abiertos. No se si los niños ven algo – tu tío la sabrá mejor que yo -, pero parecía que estabas escudriñando el espacio que te rodeaba, como queriendo apresar la realidad a la que te habían traído.
¡Qué bendita locura! El Señor me hizo el padre más feliz del mundo. Fuiste nuestro regalo.
Por eso te pusimos Mateo.
Hoy, en tu quinto cumpleaños, recuerdo esa noche como si fuera ayer. Nos estás haciendo viejos a tu madre y a mí.
Felicidades hijo mío.
]]>Era noticia de ayer en la edición andaluza del diario El Mundo: la Junta de Andalucía ha publicado en el BOJA los nombres de objetores a la asignatura de Educación para la Ciudadanía. Toda una muestra del sectarismo más visceral, del totalitarismo más atroz, canalla y sinvergüenza.
Por si fuera poco, la plataforma de padres objetores de EpC, «Jaén educa en libertad», denunció la pasada semana que los alumnos cuyos padres han decidido objetar, están siendo objeto de presiones por parte de los centros educativos.
Así de sucio juega el PSOE con los que deciden rebelarse ante el sistema. La izquierda siempre ha sabido manejar perfectamente los medios para conseguir sus fines. Las listas negras es algo en lo que están duchos. Sin escrúpulos.
Los católicos que ahora están pasándose a las filas del enemigo, tomando una actitud contemporizadora, deben ser conscientes que desde el momento en el que decidan pasar por las horcas caudinas del Estado, a cambio de dar una EpC descafeinada, tienen que tener muy claro que el Leviatán reivindicará más adelante su cacho de carne, la preciosa libertad que están dispuesto a vender.
Y no deben olvidar la situación en la que quedan los que deciden objetar en colegios públicos. A aguantar presiones y vejaciones, en definitiva que los alumnos queden expuestos al ludibrio de un sistema inmoral que pretende adoctrinarlos en la moral de Estado.
Los que piensen en acomodarse a los tiempos, no olviden que el PSOE, como Shylock, querrá su libra de carne.
]]>Me piden que de cumplida cuenta de esta información.
Y así lo hago.
]]>Del 24 al 28 de noviembre tendrán lugar en Pontevedra las I Jornadas de Formación Litúrgica en el Uso Extraordinario del Rito Romano.
Organizadas por la Fraternidad de Cristo Sacerdote y Santa María Reina en colaboración con el Instituto del Buen Pastor, están dirigidas a sacerdotes y clérigos que deseen prepararse de una manera más exhaustiva para la celebración de la Santa Misa según la forma extraordinaria. Conociendo la exigencia y perfección que conlleva la celebración del Rito Romano en este modo hemos decidido dar a estas un jornadas un carácter sobre todo práctico en cuanto a lo que respecta el conocimiento y familiarización con los distintos gestos y ritos. Por ello ofrecemos, además de la explicación teórica de las ceremonias, la posibilidad de que los propios participantes en las Jornadas puedan ensayar las ceremonias de la misa rezada, la misa cantada, misa solemne y también los oficios litúrgicos propios de difuntos.
Los sacerdotes contarán con la asistencia de un guía en la celebración de la misa privada de forma que puedan ir adquiriendo más soltura en la celebración de los Sagrados Misterios.
El programa de las Jornadas incluye también la iniciación al Canto Gregoriano, el uso del Breviario tradicional, la asistencia a distintas celebraciones litúrgicas: Misa Cantada, Misa Solemne y Misa Solemne de Requiem.
Para obtener más información con respecto al precio, programa, lugar, etc… pueden ponerse en contacto con los Hermanos de la Fraternidad en el siguiente teléfono: (0034) 619 011 226.
Publicado por Fraternidad de Cristo Sacerdote y Santa María Reina
D. Antonio Burgos publicó el pasado domingo en el ABC, un artículo muy interesante sobre la restauración de una de las Iglesias más sobresalientes que tenemos en Sevilla.
Otro ejemplo de lo que tenemos por aquí.
]]>Santa Catalina no es el Salvador
He oído la frase muchas veces a un sevillano tela de clásico:
—Si mi abuela tuviera dos ruedas y un manillar no sería mi abuela, sino una bicicleta.
Me he acordado de la abuela-bicicleta porque la Mitra ha nombrado a don Antonio Hiraldo, párroco de aquella feligresía, como coordinador de la restauración de Santa Catalina, templo valiosísimo, crisol de culturas, en ruinas y cerrado al culto desde hace cuatro años, y en cuyo tejado destruido está la pelota de a ver quién lo restaura, sin que nadie remate a puerta, a la ojival puerta de Santa Lucía que trasladó allí Juan Talavera en la restauración que hizo «de cara a la Expo», pero a la Expo Iberoamericana de 1929.
Tengo el más alto concepto del reverendo señor don Antonio Hiraldo Velasco, párroco de San Román y Santa Catalina, destacado y virtuoso presbítero de la Iglesia hispalense, a quien creimos camino del episcopado cuando organizó con tanto éxito los Sínodos Diocesanos de Bueno Monreal. Pero con todos mis respetos, don Antonio Hiraldo no es don Juan Garrido Mesa. Ni tiene a su lado a un dinamizador de la sociedad civil que tire del carro de la restauración del templo, cuya ruina no la levantan ni los caballos de Santa Catalina. Quiero decir, al modo de la abuela y la bicicleta, que si Santa Catalina tuviera un Juan Garrido Mesa, y un Joaquín Moeckel, y unos bancos y unas fundaciones y unos empresarios y unos particulares soltando la pastora imperio, y una Sevilla concienciada por su ruina y preocupada por su restauración, no sería Santa Catalina, sino El Salvador.
En El Salvador, la Mitra, con el agua al cuello, tocó a rebato y la sociedad civil acudió en socorro de la urgente y necesaria restauración. Para no ser menos, las Administraciones públicas fueron al rebufo de los particulares y aflojaron la tela. Incluso Javier Arenas, al contrario de cuando queda a comer con siete mil para el mismo día, hizo lo que prometió y buscó y entregó el dinero del Ministerio de Cultura.
En Santa Catalina, la Mitra no ha llamado a la sociedad civil para que le eche un cable porque no le hace falta. Como es tan amiguita de los barandas que mandan, le han soltado toda la tela: el pan para hoy y hambre para mañana de poner tejados nuevos, lo más urgente, y después ya veremos.
Lo digo más claro: el Arzobispado no ha puesto ni un duro para la primera fase de la restauración de Santa Catalina y ha rechazado la ayuda de los laicos. Porque todo el parné lo han soltado Junta y Ayuntamiento y no quiere quitarles protagonismo. Cuando da un discurso delante de Juan Manuel de Prada y del cardenal, Manuel Chaves cita el último a Amigo Vallejo, y, degradando a Su Eminencia, le llama «monseñor». Un paripé. A la hora de la verdad, va de paganini con su íntimo amigo el cardenal. De los 1.108.709 euros que cuesta la obra, la Junta pone 400.000. Los 705.000 restantes, este Ayuntamiento tan laicista que gobierna gracias al apoyo de los comunistas. ¿Y la Mitra? ¡Ni un durito! Y lo dicen, además, con recochineo: «Así nos lo han demandado la Junta y el Ayuntamiento, ambos se han ofrecido a afrontar juntos la sustitución de las cubiertas de Santa Catalina. En cualquier caso, nosotros nos sumaremos poniendo la parte que nos corresponda en la segunda fase, la más cara y larga, cuando toque abordarla». Lo más divertido es que a esto le llaman firmar un convenio a tres bandas entre Iglesia, Junta y Ayuntamiento. Vamos, como si usted, para pintar su casa con Bética de Blanqueos S.L., firma un convenio a tres bandas para que se lo paguen la Junta y el Ayuntamiento y usted no pone un duro y dice que queda para los encuentros en la segunda fase.
Santa Catalina tendrá cubiertas nuevas, pero no quedará restaurada. Según el proyecto del arquitecto profesor Francisco Granero, una vez pagadas las cubiertas habrá que buscar, si se quiere salvar íntegramente el templo, entre 3 y 10 millones de euros. Si algún día llega esa segunda fase (que lo dudo), ya verá usted cómo entonces la Mitra toca a rebato para que la sociedad civil pase un pañuelo, como ocurrió en El Salvador desde el principio. ¿Y sabe usted qué le puede decir entonces la sociedad civil a la Mitra, o sea, al del Báculo Magefesa, por si no está clarito? Pues algo tela de sevillano:
—¡Tequiyá!
Evangelio 21º Domingo después de Pentecostés, rito extraordinario.
Mateo 18,23-35.
In illo témpore: Dixit Jesus discípulis suis parábolam hanc: 23 Ideo assimilatum est regnum caelorum homini regi, qui voluit rationem ponere cum servis suis. Et cum coepisset rationem ponere, oblatus est ei unus, qui debebat decem milia talenta. Cum autem non haberet, unde redderet, iussit eum dominus venumdari et uxorem et filios et omnia, quae habebat, et reddi. Procidens igitur servus ille adorabat eum dicens: “Patientiam habe in me, et omnia reddam tibi”. Misertus autem dominus servi illius dimisit eum et debitum dimisit ei. Egressus autem servus ille invenit unum de conservis suis, qui debebat ei centum denarios, et tenens suffocabat eum dicens: “Redde, quod debes!”. Procidens igitur conservus eius rogabat eum dicens: “Patientiam habe in me, et reddam tibi”. Ille autem noluit, sed abiit et misit eum in carcerem, donec redderet debitum. Videntes autem conservi eius, quae fiebant, contristati sunt valde et venerunt et narraverunt domino suo omnia, quae facta erant. Tunc vocavit illum dominus suus et ait illi: “Serve nequam, omne debitum illud dimisi tibi, quoniam rogasti me; non oportuit et te misereri conservi tui, sicut et ego tui misertus sum?”. Et iratus dominus eius tradidit eum tortoribus, quoadusque redderet universum debitum. Sic et Pater meus caelestis faciet vobis, si non remiseritis unusquisque fratri suo de cordibus vestris ”.Laus tibi, Christe.
En aquel tiempo: Dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: El reino de los cielos es comparable a un rey que quiso tomar cuentas a sus siervos. Y, para comenzar, le fue presentado uno que le debía diez mil talentos. Mas, no teniendo con qué pagarlos, mandó su señor que fuese vendido él, así como también su mujer, sus hijos y cuantotenía, y que con su producto le pagase la deuda. Entonces el siervo, arrojándose a sus pies, rogóle diciendo: Ten paciencia conmigo, y todo te lo pagaré. Compadecido el señor de aquel siervo, le dejó marcharse y le perdonó la deuda. Habiendo salido el siervo, halló a uno de sus compañeros, que le debía cien denarios, y, cogiéndole del cuello, le ahogaba diciendo: ¡Paga lo que debes! Derribado a sus pies, el consiervo, rogábale diciendo: Ten paciencia conmigo, y todo te lo pagaré. Mas él no quiso esperar, sino que se fue e hizo encarcelarle hasta que pagase lo que debía. Viendo los otros consiervos lo que pasaba, se entristecieron profundamente y fueron a contar a su señor todo lo ocurrido. Llamóle entonces su señor, y le dijo: Siervo malo, toda la deuda te condoné porque me lo rogaste; ¿no debías, pues, tú también tener compasión de tu compañero, así como yo la tuve de ti? Y, enojado su señor, hizo que lo entregaran a los verdugos hasta que pagase toda la deuda. Así hará también con vosotros mi Padre celestial, si no perdonareis de corazón cada uno a vuestro hermano.
«La ley de la caridad y de la misericordia, que nos recuerda el evangelio es de una exigencia absoluta: “¿No debías haber tenido compasión de tu compañero como la he tenido yo de ti?” El perdón de las ofensas y el amor al prójimo son la réplica necesaria y como la prolongación en nuestra vida del magnánimo perdón que nos otorga Dios.
En Dios encuentra el cristiano la ley de su vida: “Sed buenos porque yo soy bueno. Sed perfectos como lo es el Padre celestial. Amaos los unos a los otros como yo os he amado".
Feliz el cristiano al poder vivir iluminado por una revelación que, con una justa concepción de Dios, le da una regla de conducta toda ella arraigada en él. Tratándose de verdad y felicidad, nada hay tan pacificador para el hombre ocmo el conocer la voluntad soberana de Dios, asimilársela y con las armas que ella misma proporciona consagrar toda la vida a la práctica del bien".
Misal diario y vesperal. XV edición.Dom Gaspar Lefebvre y los monjes benedictinos de la Abadía de San Andrés.Tr: P.Germán Prado y los monjes de la Abadía de Silos.
]]>La Escatología, tratado de las «cosas últimas» - muerte, juicio, purgatorio, cielo e infierno -, o De Novissimis, es una de las partes de la Teología que más ha sido castigada por el liberalismo teológico.
El maltrato no proviene sólo por la resurrección de herejías como la apocatástasis, sino en la ausencia de este tema en las homilías. ¿Cuántos sermones hemos escuchado que hable del purgatorio y las ánimas que allí se encuentran? ¿Y del cielo, el infierno o el juicio? ¿En qué lugar han quedado los sufragios y las indulgencias? ¿Conocen los católicos de hoy en día la indulgencia de la Porciúncula? Aunque parezca extraño, estos temas eran de sobra conocidos para cualquier católico antaño. Hablar hoy de las indulgencias, lo único que provoca son caras raras en los oyentes.
Como ya he dicho, la teología liberal ha hecho mella en la doctrina católica. Lo podemos ver incluso en los seminarios, por ejemplo, en el de Sevilla.
En mi diócesis, la asignatura llamada Escatología, tiene como libro de texto al escrito por J.L. Ruíz de la Peña, «La pascua de la creación», editado por la BAC. Las tesis del autor son, como mínimo, discutidas y discutibles. Sin embargo no es lo peor. Como suele pasar, lo gordo se cuela en la bibliografía complementaria. En este caso tenemos:
Ensayos y manuales:
- GRESHAKE, G., Más fuertes que la muerte, Santander 1981.
- KEHL, M., Escatología, Salamanca 1992.
- NOCKE, F.J., Escatología, Barcelona 1980.
- PONS, G., El más allá en los padres de la Iglesia, Madrid 2001.
- POZO, C., Teología del más allá, Madrid 1968.
- RATZINGER, J., Escatología, Barcelona 19923.
- RUIZ DE LA PEÑA, J.L., El último sentido, Madrid 1980.
La otra dimensión. Escatología cristiana, Santander 19863
La Pascua de la creación. Escatología, Madrid 1996.
- TAMAYO-ACOSTA, J.J., Para comprender la escatología cristiana. Estella 1993.
- TORRES QUEIRUGA, A., ¿Qué queremos decir cuando decimos «infierno»?, Santander 1995.
Artículos:
- ALFARO J., «Reflexiones sobre la escatología del Vaticano II» en LATOURELLE, R., Vaticano II: balance y perspectivas veinticinco años después (1962-1987), Salamanca 1989, 789-794.
«Escatología, hermenéutica y lenguaje» en Revelación cristiana, fe y teología, Salamanca 1985, 175-186.
«La resurrección de los muertos en la discusión teológica sobre el porvenir de la
historia». en Gregorianum 52 (1971) 537-554. (Nota de J. Alfaro a propósito de la
tesis doctoral de Grashake).
- Concilium 41 (1969)
- Doc. de la Comisión episcopal para la doctrina de la fe de la conferencia episcopal española «Esperamos la resurrección y la vida eterna» (26-11-1995).
- GARCÍA MAESTRO, J.P., «Una reflexión cristiana sobre la New Age» Pastoral ecuménica 20 (2003) 108-113
- RUIZ DE LA PEÑA, J.L., «Sobre el alma: introducción, cuatro tesis y epílogo» Estudios Eclesiásticos 64 (1989) 377-399.
- RUIZ PÉREZ, MªD., «La ciudadanía en la Jerusalén celeste. Apoc 21-22» Da mihi animas. Revista de las Hijas de Mª Auxiliadora, nº 11-12 nov-dic 2002, 21-24.
- (se puede bajar de la web: www. salesianas.com/teologia)
- SÁNCHEZ NOGALES, J.L., «La “revelación” de los espíritus: historia», Proyección 45 (1998) 139-152.
- TORNOS, A., «Cuestiones de escatología. El doc. de la comisión teológica internacional», Miscelánea Comillas 51 (1993) 3-15.
- URIBARRI, G., «La reencarnación en occidente», Razón y fe 238 (1998) 29-43.
«El nuevo eón irrumpe en el antiguo. La concepción del tiempo escatológico de
Erik Peterson» Miscelánea de Comillas 58 (2000) 335-357.
«La reserva escatológica: un concepto originario de Erik Peterson» Estudios
eclesiásticos 78 (2003) 29-105.
Es decir, junto al libro de Ratzinger, se pone al mismo nivel, libros de Tamayo – Acosta – un reconocido defensor del magisterio eclesial -, Torres Queiruga – otro que tal baila – y Greshake.
La presencia de este autor es la más sorprendente. No porque los arriba citados sean más ortodoxos, sino porque contra la escatología de Greshake, la Congregación para la Doctrina de la Fe escribió una carta en el año 1.979 llamado «Sobre algunas cuestiones relativas a la escatología»¸ en el cual se expresaban las objeciones contra las tesis del teólogo sobre «la resurrección en la muerte».
Greshake viene a decir que la realidad mundana conoce una consumación progresiva e ilimitada, pero no un término. Ergo si no hay punto final, no puede haber estado intermedio.
Como es fácilmente comprobable, esta tesis tiene poco, más bien nada, de católica. La CdF así lo afirmó, sin embargo, en Sevilla se recomienda al autor. Por favor, que alguien ate esa mosca por el rabo.
Esta es la formación que reciben los sacerdotes en Sevilla.
Mañana, más.
]]>Como no puede ser de otra forma, estos profesores no se dedican a propagar la sana doctrina. Esto no es algo que yo me invente, sino que es público y notorio. Como ejemplo, veamos algunos de los libros recomendados en asignaturas fundamentales para la formación sacerdotal y teologal, tal como lo entiende el magisterio eclesial:
Teología Moral:
- AUBERT, J.M. Compendio de la moral católica Edicep. (Valencia 1989).
- BARBAGLIO, G.-DIANICH, S. (ed) Nuevo diccionario de Teología. 2 v. (Madrid 1982).
- BENNASSAR, B. Moral para una sociedad en crisis. Sígueme. (Salamanca 1986).
- __ El amor, mayor que la fe (ética de la solidaridad). PS. (Madrid 1988).
- __ Pensar y vivir moralmente. Sal Terrae. (Santander 1988).
- BÖCKLE, F. Moral fundamental. Cristiandad. (Madrid 1980).
- __ Hacia una conciencia cristiana. Conceptos básicos de la moral. V. D. (Estella 1981)
- CALVO, Q. El Espíritu de la moral cristiana. Verbo Divino. (Estella 1987).
- CORTINA, A. Ética Mínima. Tecnos. (Madrid 1986).
- DELHAYE, PH. La ciencia del Bien y del Mal. Eunsa. (Madrid 1990).
- __ La conciencia moral del cristiano. Herder (Barcelona 1969).
- DEMMER, K. Introducción a la Teología Moral. Verbo Divino. (Estella 1994).
- DONVAL, A. La moral cambia. Sal Terrae. (Santander 1977).
- ELLACURIA, I - SOBRINO, J. (Eds).Mysterium Liberationis, 2 v. Trotta. (Madrid 1990)
- FERNÁNDEZ, A. Teología Moral. I. Moral Fundamental. (Burgos 1992).
- FLECHA, J.R. Sed perfectos. Notas de Moral Fundamental. Edice. (Madrid 1992).
- __ Teología moral fundamental. BAC. (Madrid 1994).
- __ La vida en Cristo. Fundamentos de la Moral cristiana. Sígueme. (Salamanca 2000).
- FORCANO, B. Una moral liberadora. Narcea. (Madrid 1981).
- FUCHS, J. La moral y la Teología moral posconciliar. Herder (Barcelona 1969).
- GALINDO, A. (Ed). La pregunta por la ética. Ética religiosa en diálogo con la ética civil.
Sígueme (Salamanca 1993)
- GARCÍA DE HARO, R. La vida cristiana. Curso de Teología Moral Fundamental. (Pamplona
1992).
- __ Cuestiones fundamentales de teología Moral. (Pamplona 1980).
- GÓMEZ MIER, V. La refundación de la moral católica. Verbo Divino. (Estella 1995).
- GONZÁLEZ DE CARDEDAL, O. Ética y religión. (Madrid 1977).
- __ El poder y la conciencia. Espasa. (Madrid 1984).
- GUNTHOR, A. La moral de situación. (Madrid 1971)
- HÄRING, B. La predicación de la moral después del Vaticano II. Paulinas(Florida, 1966)
- __ Líneas fundamentales de una teología moral cristiana. Paulinas (Madrid, 1969).
- __ La Ley de Cristo. Herder (Barcelona, 1973).
- __ Teología moral en camino. PS. (Madrid, 1969).
- __ Secularización y moral cristiana. PS. (Madrid, 1973).
- __ Moral y evangelización del mundo de hoy. PS. (Madrid, 1974).
- __ Pecado y secularización. PS. (Madrid, 1974).
- __ Ética de la manipulación. Herder (Barcelona, 1987).
- __ Libertad y fidelidad en Cristo. Vol I Los fundamentos. Herder. Barcelona 1981.
- __ Está todo en juego. Giro en la teología moral y restauración. PPC. (Madrid 1995).
- __ Las cosas deben cambiar. (Una Confesión valiente). Herder (Barcelona, 1995).
- HERRAEZ, F. La opción fundamental. Sígueme. (Salamanca, 1978).
- HIGUERA, G. Actitudes Morales fundamentales y Evangelio. Sal T.. (Santander 1987)
- HÖRMANN, K. Diccionario de Moral cristiana. Herder. (Barcelona 1975).
- HORTELANO, A. Problemas actuales de moral. Vol I. Introducción a la Teología moral. La conciencia moral. Sígueme. (Salamanca 1981).
- __ Moral de bolsillo. Sígueme. (Salamanca 1989).
- JIMÉNEZ, E. Moral Eclesial. Teología moral nueva en una Iglesia Renovada. DDB. (Bilbao 1989).
- LARRAÑETA, R. Una moral de felicidad. San Esteban. (Salamanca 1979).
- __ La preocupación ética. San Esteban. (Salamanca 1986).
- LÓPEZ AZPITARTE, E. Fundamentación de la ética cristiana. Paulinas. (Madrid 1991).
- LÓPEZ QUINTAS, A. El conocimiento de los valores. Verbo Divino. (Estella 1989).
- MARINA, J.A. Ética para Náufragos. (Barcelona 1995)
- MIFSUD, T.Moral del discernimiento. (4 vols.) Cide. (Santiago de Chile 1984-1987)
- MORENO REJÓN, F. Teología Moral desde los pobres. PS. (Madrid 1986).
- MOSER, A-LEERS, B Teología Moral. Conflictos y Alternativas. Paulinas. (Madrid 1987)
- PETEIRO, A. Pecado y hombre actual. Verbo Divino. (Estella 1972).
- PINCKAERS, S. Las fuentes de la moral cristiana. EUNSA. (Pamplona 1988).
- POOLE, R. Moralidad y modernidad. Herder. (Barcelona 1993).
- ROTTER, H.-VIRT, G. Nuevo Diccionario de Moral Cristiana. Herder. (Barcelona 1993).
- RUBIO, M. (ed.) Modernidad y ética cristiana. Ed PS. (Madrid 1981).
- __ Perspectivas de Moral Bíblica. Ed PS. (Madrid 1984).
- SÁNCHEZ, U. La Opción del cristiano. Vol I La madurez en Cristo. Atenas. (Madrid 1984).
- __ Moral conflictiva. Entre la creatividad, el riesgo y la comunión. Sígueme. (Salamanca 1991)
- SANCHIS, A. Hacia una ética de la autonomía personal. Fac. Teología. (Valencia 1982).
- SAVATER, F. Invitación a la Ética. Anagrama. (Barcelona 1982).
- __ Ética para Amador. Anagrama. (Barcelona 1990).
- SIMON, R. Fundar la moral. Paulinas. (Madrid 1976).
- SCHNACKEMBURG, R. El mensaje moral del Nuevo Testamento I y II. Herder. (Barcelona 1989-92)
- SCHRAGE, W. Ética del Nuevo Testamento. Sígueme. (Salamanca 1987).
- THEVENOT, X. Pautas éticas para un mundo nuevo. Verbo Divino. (Estella 1988)-
- __ El pecado hoy. Verbo Divino. (Estella 1989).
- VIDAL, M. ¿Cómo hablar del pecado hoy?. PPC. (Madrid 1974).
- __ Ética Civil y Sociedad Democrática. DDB. (Bilbao 1984).
- __ El Camino de la Ética cristiana. Verbo Divino. (Estella 1984).
- __ Para conocer la Ética cristiana. Verbo Divino. (Estella 1989).
- __ Moral de actitudes. Vol I. Moral Fundamental. PS. (Madrid 1990
60).
- __ Diccionario de Ética Teológica. Verbo Divino. (Estella 1991).
- __ Conceptos Fundamentales de Ética Teológica. Trotta. (Madrid 1992).
- __ Nuevo Diccionario de Teología Moral. Paulinas. (Madrid 1992)
- __ Retos morales en la sociedad y en la Iglesia. Verbo Divino. (Estella 1992).
- __ La ética civil y la moral cristiana. Paulinas. (Madrid 1995).
- __ Nueva Moral Fundamental. El hogar teológico de la Ética. DDB. (Bilbao 2000).
- VV.AA. Sacramentum Mundi. Enc. Teológica (4 vols). Herder. (Barcelona 1972-1976).
- __ Diccionario Enciclopédico de Teología Moral. Paulinas. (Madrid 1978 (3).
- __ Praxis Cristiana. Vol I. Fundamentación. Paulinas. (Madrid 1980).
- __ La moral al servicio del pueblo. PS. (Madrid 1983).
- __ Iniciación a la práctica de la Teología. Vol. IV. Ética. Cristiandad. (Madrid 1985)
Como se puede comprobar fácilmente, todo está mezclado, rebujado, sin ningún criterio de prelación, mezclado el trigo con la cizaña, Marciano Vidal con Aurelio Sarmiento.
Que un sacerdote se forme con libros de Marciano Vidal, del anticlerical Savater(libro, por otro lado, malísimo), o de José Antonio Marina, por poner un ejemplo de la larga lista anterior, es algo que no se entiende, más a más cuando precisamente esos sacerdotes tienen que confesar.
¿Dónde están Santo Tomás de Aquino, San Agustín y San Alfonso María Ligorio, por poner un ejemplo? ¿Y las Encíclicas de los Papas? ¿Por qué se recomienda a Häring y no la Veritatis Splendor o la Humanae Vitae, por poner un ejemplo? ¿Qué formación reciben los sacerdotes?
Una vergüenza.
Mañana, más.
]]>La noticia que Una Voce Sevilla ha hecho pública reciéntemente, es un motivo de regocijo para la Iglesia universal y de reflexión para la Iglesia que peregrina en Sevilla.
Alegría porque tres fieles que asisten asiduamente a la misa según el rito extraordinario, han respondido a la llamada que Dios les ha hecho y van a ingresar en el Seminario. Sin embargo hay un motivo que nos debe llevar a la reflexión, ya que ninguno de los tres lo hará en el Diocesano.
¿Por qué? Es algo que deben responder los rectores del Seminario con el Arzobispo a la cabeza, aunque me da en la nariz que D. Carlos está pensando más en la retirada - no hay que olvidar que está a punto de la jubilación -, que en otra cosa. Lo que tenía que hacer, lo debería haber hecho hace veinticinco años, no ahora, aunque nunca es tarde si la dicha es buena.
El Seminario de Sevilla es una cueva de progres, donde lo que se enseña es poco y malo. Se ha perdido la sana doctrina y se ha dejado en manos de profesores que enseñan contenidos casposos de tiempos que, como las oscuras golondrinas, no volverán. En los últimos tiempos ha mostrado su disidencia con la «pagolada» del 31 de Enero (presentación del libro de Pagola) y la cartita-protesta en contra del acto en defensa de la familia, del pasado 30 de Diciembre en Madrid.
Entre los miembros de la disidencia eclesial que forman tanto a seminaristas como a laicos – CET y Escuela de Teología para Seglares -, nos encontramos a:
- Gonzalo Flor, teólogo áulico del Alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín, que imparte asignaturas relacionadas con la Sagrada Escritura tanto en el CET como en la Escuela de Teología para Seglares.
- Francisco Javier Fernández de Liencres Pérez. Profesor del CET y de la Escuela de Teología para Seglares. En esta última imparte la asignatura de Matrimonio, creo.
- José María Garrido Luceño. En la Escuela imparte Vida Teologal. En el Seminario se ocupa de asignaturas de Historia de la Filosofía. No se si también imparte antropología.
- Manuel Mallofret Lancha. Profesor del CET. Imparte las asignaturas de Cristianismo primitivo; La palabra de la Cruz. Iniciación a la Teología de San Pablo y Renovación eclesial: criterios y retos.
- Fernando Camacho Acosta, que también imparte clases el CET y en la Escuela. En la Escuela da Cristología.
Es normal que cualquier persona que quiera ser «alter Christus» se piense más de una vez el ingresar en el Seminario de Sevilla. Por eso, estos tres muchachos han decidido orientar sus pasos a otro seminario. Otra cosa son los laicos. Como no tienen formación son más fácil de dirigir, más a más con doctrinas que comulgan fácilmente con la religión burguesa en la que muchos católicos andan instalados.
La Iglesia de Sevilla no se encuentra en buen momento realmente. Un ejemplo lo tenemos en las antaño poderosas Cofradías, corporaciones a las que pertenecían santos (como San Antonio María Claret) y literatos (como Mateo Alemán, redactor de las Reglas de la Hermandad del Silencio). Hoy, se han convertido en asociaciones más cercanas a las ONG o los partidos políticos que a una asociación de fieles católicos. Como ejemplo, este artículo de opinión publicado hoy en Pasión en Sevilla, donde se reflejan las preocupaciones del Consejo de Hermandades y Cofradías: renovación de estatutos y renovación de la carrera oficial. ¿Cómo pretenden después que las hermandades aporten dinero al fondo diocesano?
Evidentemente hay hermandades y hermandades. No se pueden meter todas en el mismo saco, pero el estado general es patético.
Sin embargo no todo es un erial. Hay un reducto de sacerdotes buenos, fieles al magisterio de la Iglesia – muy tapados eso sí, pero indomables –, que hacen lo que pueden para capear el temporal.
Que tres muchachos hayan decidido consagrarse a Cristo es muy buena noticia. Algo ha tenido que ver el Motu Proprio y la actuación de fieles como los de la Asociación Una Voce.
San Isidoro sigue orando desde el cielo por su tierra que el Espíritu Santo sopla cómo y cuándo quiere.
Laus Deo!
]]>Punto y final.
En Sevilla, cuando alguien está haciendo el tonto, perdiendo el tiempo, se dice que está haciendo «el julay», precisamente lo que han
estado haciendo los objetores a la asignatura infecta. Y los que hemos estado defendiendo la objeción de conciencia porque vemos que dicha materia es objetivamente injusta, además de ser una asignatura creada «ad hoc» para dominar las conciencias, imponer la moral de Estado. En una sociedad inerme, donde el sistema educativo se ha convertido en la nada, los alumnos, faltos de pensamiento crítico, están maduritos para el lavado de cerebro. La cosa parece clara.
Las últimas semanas hemos asistidos a deserciones singulares. Primero la UNAV, con su curso orientado a los maestros que tendrán que impartir la asignatura. Después las declaraciones de Martínez Camino explicando que en los colegios católicos se dará por imperativo legal - ¡como si estuviésemos en los tiempos del destape! –, y finalmente D. Antonio.
Yo no sé como se habrá llegado a la conclusión que la mejor solución posible es el pacto. Supongo que la llegada de Carlos Dívar a la presidencia del CGPJ habrá tenido algo que ver. También habrá pesado que la objeción no ha sido masiva. Si tenemos en cuenta la crisis que estamos padeciendo, es muy posible que hayan pensado que Zapatero no aguantará más de esta legislatura y que después vendrá un cambio de gobierno que quitará la asignatura (¡ja!). Todo son suposiciones.
Personalmente, dudo mucho que el PSOE le deje cambiar los contenidos de la asignatura sin obtener nada a cambio. Menos, sabiendo que la sartén la tienen ellos gracias a las subvenciones de los colegios concertados, pero doctores tiene la Iglesia.
De lo que sí estoy seguro que los padres católicos que no tengan posibles o no puedan llevar a sus hijos a otro colegio que no sea público, esos mamarán EpC tal cual. Los padres, si tienen formación, aguantarán, difícilmente eso sí, porque la sociedad tiende a la disolución del individuo; mientras, los que no tengan formación, se perderán.
Al menos hay algo bueno en todo esto: dejaremos de hacer el julay.
]]>Evangelio 20º Domingo después de Pentecostés, rito extraordinario.
Juan 4.46-53.
In illo témpore: Erat quidam regius, cuius filius infirmabatur Capharnaum. Hic, cum audisset quia Iesus advenerit a Iudaea in Galilaeam, abiit ad eum et rogabat, ut descenderet et sanaret filium eius; incipiebat enim mori. Dixit ergo Iesus ad eum: “ Nisi signa et prodigia videritis, non credetis ”. Dicit ad eum regius: “ Domine, descende priusquam moriatur puer meus ”. Dicit ei Iesus: “ Vade. Filius tuus vivit ”. Credidit homo sermoni, quem dixit ei Iesus, et ibat. Iam autem eo descendente, servi eius occurrerunt ei dicentes quia puer eius vivit. Interrogabat ergo horam ab eis, in qua melius habuerit. Dixerunt ergo ei: “ Heri hora septima reliquit eum febris ”. Cognovit ergo pater quia illa hora erat, in qua dixit ei Iesus: “ Filius tuus vivit ”, et credidit ipse et domus eius tota.
Laus tibi, Christe.
En aquel tiempo: Había en Cafarnaúm un oficial del rey cuyo hijo estaba enfermo. Éste, habiendo oído que Jesús venía de Judea a Galilea, fue a buscarle y le rogó descendiese a su casa y sanase a su hijo porque se estaba muriendo. Mas Jesús le dijo: Si no veis milagros y prodigios, no habéis de creer. El oficial repuso: Desciende, Señor, antes que muera mi hijo. Ve, le dijo Jesús, tu hijo vive. Creyó el hombre la palabra que le había dicho Jesús y se marchó. Y cuando regresaba, saliéronle al encuentro sus criados, y le notificaron que su hijo vivía. Preguntóles la hora en que había comenzado a mejorar, y ellos le respondieron: Ayer a la hora séptima cesó la fiebre. Reconoció entonces el padre que era la misma hora en que le había dicho Jesús: Tu hijo vive; y creyó él y toda su familia.
«La situación del hombre frente a Dios es la del pecador consciente de sus responsabilidades; no hay ninguna reivindicación posible; sólo resta confesarse culpable y acogerse a la misericordia divina.
Grandes son, ciertamente, los títulos que nos dan acceso a esta misericordia. Primeramente, nuestros mismos pecados. Lejos de haber sido un obstáculo a nuestra redención, ellos la han provocado: «Yo no he venido por los justos», dijo un día el Salvador cuando le reprochaban su costumbre de tratar con los pecadores. Se nos ha hecho una gran revelación, a saber: la gratuidad de la salvación que Dios nos ofrece frente a la total y universal impotencia del hombre para salvarse a sí mismo.
Por tanto, no hay más que asirnos a la gloria misma de Dios, comprometida en su obra de misericordia, y pedir con confianza su perdón y su paz, más seguros de él que de nosotros mismos, y cantar nuestra alegría de rescatados en el seno de una vida que camina segura hacia Dios en medio de las pruebas y de los combates.»
Misal diario y vesperal. XV edición.Dom Gaspar Lefebvre y los monjes benedictinos de la Abadía de San Andrés.Tr: P.Germán Prado y los monjes de la Abadía de Silos.
]]>La Iglesia, por su propia naturaleza, se encuentra en el mundo en tensión. La irrupción del cristianismo provocó un terremoto en las relaciones entre la religión y la política que dura hasta nuestros días.
Esta novedad, es lo que se conoce como dualismo cristiano: hay dos poderes, el civil, que rige los asuntos temporales, y el religoso, que gobierna los asuntos espirituales.
Esta distinción encuentra su fundamento en Mt 22, 21: «al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios», y su suplemento-complemento en Hch 4, 20: «juzgad si es justo delante de Dios obedeceros a vosotros más que a Dios».
Podríamos decir, simplificando mucho, que la historia de las relaciones Iglesia - Estado se ha movido siempre en una lucha de la primera contra el segundo, con el objetivo de asegurar su libertad. Aunque nos pretendan enseñar lo contrario, la Iglesia, desde los tiempos de Constantino, ha intentado librarse del yugo que le imponía, de una u otra forma, el poder civil.
El Papa Gelasio será el primero que realizará una exposición teórica de las relaciones Iglesia – mundo, de acuerdo con la doctrina de la Iglesia: dos sociedades, dos poderes; uno, dirigido a la salvación de las almas, y el otro dirigido a resolver los asuntos del bien temporal.
Sin embargo, todo cambia a raíz de la Revolución Francesa. A partir de ese momento, el Estado pretende también salvarnos. No nos dará la vida eterna, en la que no cree, pero sí un supuesto bienestar terrenal. Sus armas más poderosas serán el indiferentismo religioso, que niega la existencia de un orden moral objetivo, y la exclusión de la religión de la vida social; en definitiva, todas sus acciones van dirigidas a negarle la libertad a la Iglesia.
De esos lodos, estos polvos. Poco ha cambiado la teoría. Otra cosa son las formas. Pero en definitiva, el Estado aspira a salvarnos, con o sin nosotros. De ahí que la Iglesia sea un impedimento para conseguir sus objetivos.
En el día de ayer, el cardenal Rouco tendía una mano abierta al gobierno socialista. Todo sea en aras del diálogo.
Hoy, sin embargo, le han dado la primera en la frente, con mucho talante, eso sí. El juez estrella de la Audiencia Nacional , brazo judicial de ZP, exige a la Iglesia que colabore con la identificación de las víctimas de la Guerra Civil.
Si no querías café, toma dos tazas.
Decía el cardenal que él no tenía pinta de boxeador. Una pena. Y digo esto porque el noble arte de las doce cuerdas consiste en golpear sin que te den, no que te llenen la cara de manos. Para ser un buen boxeador hay que tener cintura, buen juego de piernas, saber encajar los golpes – no tener una mandíbula de cristal – y tener una pegada poderosa.
No estaría mal que el presidente de la CEE fuese un buen púgil – metafóricamente hablando -. Aunque personajes de ficción, boxeadores eran el padre Damián Karras y Don Camilo.
Dar sin recibir. En eso consiste ser un buen boxeador.
De esa manera nos hubiéramos ahorrado el «jab» de Garzón y ZP.
]]>La ideología es una explicación que acredita la realidad social y es fundamentalmente secular. Esto no es óbice para que existan ideologías religiosas, sin embargo, cuando se habla de la «ideología», se circunscribe al mundo de lo secular.
La Sociología, clasifica las ideologías en cerradas y abiertas. En el primer caso, se da un cierre hacia el mundo exterior y, especialmente, respecto a los grupos de ideologías distintas a la misma.
En general, una ideología cerrada se caracteriza por:
- el secreto.
- modelos rígidos de proselitismo.
- alto de grado de disciplina interna.
- entrega completa al grupo de pertenencia.
En las ideologías abiertas, la adhesión no es solamente libre, sino revocable.
Debido a estos caracteres, a las ideologías cerradas se les llama igualmente tradicionalistas o conservadores, mientras que a las segundas se les llama revolucionarias.
El PSOE en España, y en Andalucía en particular, presenta en sus modos de actuar y pensar todas las características de la ideología cerrada, por eso es normal que, aunque un miembro, diputado, u otro cargo cualquiera del partido exprese su opinión contraria con respecto a alguno de los puntos del programa de gobierno, cuando llega la hora de votar, se une a la voluntad del partido enajenando la propia. Sus miembros se comportan como un todo.
En Andalucía, el PSOE ha logrado fundamentar su gobierno en una ideología de este tipo, mostrando por ello que la sociedad andaluza sigue siendo muy conservadora. Se sigue un comportamiento social en continuidad con la trazada por la dictadura.
Nihil novum sub sole.
]]>Con la EpC o se está de acuerdo o no se está. No cabe otra. Todo lo demás son pamplinas. Paparruchas.
El PP, con dicho comunicado ha pretendido poner una vela a Dios y otra al diablo, ser del Sevilla y del Betis a la vez.
Si el primer punto se queda en la perogrullada, además de lo absurdo ya que el derecho de los padres a educar a sus hijos es un derecho natural, originario primario e inalienable, el segundo es totalmente absurdo, ya que nos informan a los ciudadanos que el PP apoya tanto a los que objetan como a los que no. Sin embargo, los que tienen los problemas son los objetores, no el que no objeta. Éste último cumple la ley, ¿qué apoyo necesita?
Por otro lado, en el punto 3 se nos informa que los populares están en contra de la implantación de EpC. ¿Y? ¿Qué van a hacer? Muy fácil, pedir al Tribunal Supremo que unifique doctrina, ¿para qué? Si el Tribunal Supremo dice que hay que cursar la asignatura, ¿qué hará el PP? ¿cumplir con la legislación?
Además, ¿por qué hay que consensuar, tal como dice el punto quinto, con el Gobierno el contenido de la asignatura? ¿Es necesaria la misma?
Como siempre, el problema se encuentra en que no se atreven a decir que la asignatura es inmoral, y por ende, hay que quitarla. No admite componendas.
El PP, como siempre, está preso de sus complejos.
Allá ellos.
]]>El pasado 18 de Septiembre, se presentó las cuentas del ejercicio pasado ejercicio económico del Arzobispado. En lo que respecta a las Hermandades sevillanas, los datos son los siguientes:
- Macarena: 10.000 euros.
- Esperanza de Triana: 9.000 euros.
- Los Gitanos: 6.000 euros.
- El Amor: 3. 521 euros.
- Pasión: 3.010 euros.
- Polígono de San Pablo: 3.000 euros.- La Estrella: 2.600 euros.
- El Silencio: 2.500 euros.
- El Calvario: 2.100 euros.
- La Buena Muerte: 2.000 euros.
- San Roque: 1.800 euros.
- Santa Cruz: 1.800 euros.
- Exaltación: 1.600 euros.
- Los Panaderos: 1.300 euros.
- Santo Entierro: 1.200 euros.
- La Sed: 1.200 euros.
- Sagrada Mortaja: 1.100 euros.
- La Misión ( Claret ): 759, 64 euros.
- Los Javieres: 600 euros.
- San Isidoro: 400 euros.
Hermandades que no son de penitencia:
• María Auxiliadora (150 euros), Virgen de Araceli (150 euros), Rocío - sin especificar cuál de las hermandades es - (300), Sacramental del Sagrario (210 euros), San José Obrero (250 euros), San Juan Evangelista (60 euros), Santísimo Redentor (109 euros), Virgen de los Reyes y San Fernando (1200 euros).
Fuente Pasión en Sevilla).
Como queda reflejado, en dichas cuentas salieron a relucir las vergüenzas de las hermandades en Sevilla. De todas las penitenciales (más de cincuenta y siete), sólo 20 dan dinero para el mantenimiento de la Iglesia de Sevilla.
Algunas, como el Silencio - que lleva a gala ser la Primitiva, Madre y Maestra, etc..- dan menos dinero que el Polígono San Pablo, que tiene categoría de bebé. El Gran Poder, por ejemplo, ni aparece.
Evidentemente, enjuiciarlas todas por igual sería un desacierto, hay algunas que cubren la salida y gracias, pero de ahí a que sólo veinte de ellas den dinero al fondo diocesano hay un largo trecho.
No obstante, este dato muestra dos cosas: primero el nivelito que tienen las corporaciones de más importancia en la Iglesia sevillana: cero pelotero. Dos, que a este final ha contribuido un clero radical, por ser benevolente, que consideró que la religiosidad popular era cosa de otros tiempos, y dejó a las hermandades en las manos de la izquierda y la izquierda, las usó y las tiró, como los kleenex. El daño estaba hecho.
El grado de secularización de las hermandades es muy grande. Sólo tenemos que asistir a unas elecciones y comprobar cómo los candidatos han copiado literalmente, las formas de los políticos.
De esos polvos, estos lodos. Mientras que movimientos, como el Camino Neocatecumenal, aumentan su presencia en Sevilla, las Hermandades que o bien surgieron en Trento, o bien se potenciaron tras él, hoy están en serio declive espiritual, a pesar del incremento de sus hermanos, paradójicamente.
Morirán de éxito
]]>Los amigos de Una Voce Sevilla me mandan la siguiente documentación, a la que doy acuse de recibo:
“Estimado amigo:
Les comunicamos que coincidiendo con el primer aniversario de la entrada en vigor de Summorum Pontificum, y como fruto de éste, las asociaciones “Una Voce” de España hemos dado un paso adelante, lanzando a la web la página de la Federación Una Voce Hispania, capítulo español de la Federación Internacional Una Voce y que nace con el objetivo de de coordinar esfuerzos y unir a distintas asociaciones de laicos vinculados a la Misa Gregoriana, al tiempo que estimular la creación de nuevos grupos en toda la geografía española. Una Voce Hispania nace también con la vocación de velar por la correcta aplicación de Summorum Pontificum en nuestro país, tratando de aunar la voz de distintos grupos de fieles españoles implicados en la herencia latina de la Iglesia Católica y sirviendo, mediante el diálogo, de vehículo para su expresión ante nuestros pastores y la sociedad en general.
Las asociaciones que a día de hoy conformamos Una Voce Hispania son: Roma Aeterna , de Barcelona, Una Voce Sevilla , Una Voce Madrid , Una Voce Málaga , Una Voce La Coruña y Una Voce Reino de Castilla, a la espera de que se vayan formando otras en España.
La página web de la Federación se encuentra en el dominio UnaVoce.es e irá completándose de nuevos contenidos con el paso del tiempo (y con la, esperemos, incorporación de nuevas asociaciones).
Un saludo en Cristo y María”
Enhorabuena a los amigos de Una Voce por la labor que están desarrollando en favor de la misa según rito extraordinario.
]]>El pasado sábado, mientras el Papa celebraba la Santa Misa en la explanada de los Inválidos, con ocasión de su viaje pastoral a Francia, en A Pastoriza se celebraba la trigésimo primera Romaxe de Crentes Galegos.
El contraste no deja de ser significativo.
Mientras que el Santo Padre ejercía su ministerio de pastor universal, estos «romeros», por llamarlos de alguna manera, promueven «conjugar la fe con la galleguidad, o, lo que es el mismo, el sentirse creyente con el sentirse gallego», es decir, uncir nacionalismo con –ojo al detalle – creencia. Evidentemente, esto no tiene nada que ver con la Iglesia católica, esto es, universal, ellos lo único que quieren ser es creyentes, como si Cristo se hubiera encarnado para salvar a los gallegos (pero, ¿habrá algún purasangre gallego más allá del mito?).
Resulta, por otra parte, curioso que estos grupos de teología radical no dejan de vociferar la separación de la Iglesia y el Estado, cuando en el fondo lo que quieren no es otra cosa que su unión: la unión total entre estado nacionalista e Iglesia, donde la Iglesia deja de ser católica para ser convertida en un buey que are bajo el yugo del político nacionalista de turno. Por eso la ponen a servir como una vulgar chacha al servicio de sus fines bastardos.
Pero volvamos al meollo de la cuestión. Que la administración del sacramento sea lícito es dudoso ya que, tal como muestran las fotos, los trozos de pan no parecen ázimos desde luego. Otra cosa es la validez.
Como dice el catecismo:
Sólo el sacerdote válidamente ordenado es ministro capaz de confeccionar el sacramento de la Eucaristía, actuando en la persona de Cristo (CIC, c. 900 &1; cfr. Catecismo, n. 1411).
Ahora bien, para la validez del sacramento se requiere la intención de hacer lo que hace la Iglesia. ¿Lo tenían esos ministros? ¿Se cometieron los dislates litúrgicos de otras Romaxes? Si las hubo, ¿no es eso expresión de que no tenían la intención de hacer lo que hace la Iglesia?
Tampoco estaría de más saber qué hicieron con los regojos del Cuerpo de Cristo (si hubo consagración), con lo que se conocería si hubo profanación. Hay que recordar que el Código de Derecho Canónico es meridianamente claro en este asunto:
1367. Quien arroja las especies consagradas, o las lleva o retiene con una finalidad sacrílega, incurre en excomunión latae sententiae reservada a la Sede Apostólica; el clérigo puede ser castigado además con otra pena, sin excluir la expulsión del estado clerical
¿Y el Obispo? ¿Se va a quedar de brazos cruzados? ¿Piensa que no le pedirán responsabilidades?
Mañana hablaremos del gobierno
]]>La Adoración Nocturna es un movimiento de la Iglesia, cuyo fundador es Hermann Cohen (1.820 – 1.871), un judío alemán de vida muy peculiar. Músico, discípulo de Listz, este hombre fue amigo íntimo, y también discípulo, de Lamennais, además de admirador de Rousseau y Voltaire.
Como músico cosechó un gran éxito que le proporcionó pingües beneficios, pero Hermann tenía un agujero en el bolsillo, por llamarlo de alguna manera, por donde se le iba todo el dinero que ganaba. Su vida fue muy licenciosa hasta que le llegó el momento de la prueba. En el año 1.847, durante una bendición con el Santísimo, Cohen fue tocado por Dios, desencadenando un proceso de conversión que le llevaría a entrar en la Iglesia Católica (y todo por una misa, ¿cuántas almas se han convertido por una misa?). Así narra Cohen su conversión definitiva en Alemania:
Apenas hube llegado a dicha ciudad, visité al párroco de la pequeña iglesia católica, para quien el sacerdote Legrand me había dado una carta de recomendación. El segundo día después de mi llegada, era un domingo, el 8 de agosto, y, sin respeto humano, a pesar de la presencia de mis amigos, fui a oír Misa.
Allí, poco a poco, los cánticos, las oraciones, la presencia -invisible, y sin embargo sentida por mí- de un poder sobrehumano, empezaron a agitarme, a turbarme, a hacerme temblar. En una palabra, la gracia divina se complacía en derramarse sobre mí con toda su fuerza. En el acto de la elevación, a través de mis párpados, sentí de pronto brotar un diluvio de lágrimas que no cesaban de correr a lo largo de mis mejillas… ¡Oh momento por siempre jamás memorable para la salud de mi alma! Te tengo ahí, presente en la mente, con todas las sensaciones celestiales que me trajiste de lo Alto… Invoco con ardor al Dios todopoderoso y misericordiosísimo, a fin de que el dulce recuerdo de tu belleza quede eternamente grabado en mi corazón, con los estigmas imborrables de una fe a toda prueba y de un agradecimiento a la medida del inmenso favor de que se ha dignado colmarme…
Al salir de esta iglesia de Ems, era ya cristiano. Sí, tan cristiano como es posible serlo cuando no se ha recibido aún el santo bautismo…
Años después, en uno de los años más revolucionarios de la historia de la humanidad, el 22 de Noviembre de 1.848, nacería la Adoración Nocturna. Resulta curioso que mientras el hombre planta la semilla de lo que será uno de los movimientos más sangrientos, el comunismo (es el año de publicación del Manifiesto Comunista), en un cuartillo de la calle de la Universidad, con la intención, de fundar una asociación que tendrá por objeto la Exposición y Adoración Nocturna del Santísimo Sacramento, la reparación de los ultrajes de que es objeto, y para atraer sobre Francia las bendiciones de Dios y apartar de ella los males que la amenazan». Curioso contraste.
En España, el fundador de la Adoración es D. Luis de Trelles y Noguerol (1.819 – 1.891), cuya vida está también llena de contrastes, al igual que la de Cohen. Pasaría de ser un liberal decimonónico, a un carlista, fundador de un camino de espiritualidad seglar totalmente nueva y plena.
La Adoración Nocturna dio durante muchísimo tiempo enormes frutos. Hoy, sin embargo, se encuentra muy disminuida. Por ejemplo en Sevilla capital, de 33 turnos, cito de memoria y por tanto me puedo equivocar, hoy apenas hay 12 – con muy pocos adoradores, además - entre ANE y ANFE.
El invierno eclesial, impulsado por un radicalismo litúrgico y teológico, ha hecho mella en la Adoración. Pero no sólo esto, sino también - ¿por qué no decirlo? - la propia tibieza de los adoradores, han motivado esta disminución en su número
Sin embargo el Espíritu Santo sigue convocando adoradores. Yo mismo ingresé hace pocos años y la verdad sea dicha, me siento totalmente renovado.
Los momentos de oración ante el Sacramento son un oasis, un momento íntimo, precioso, donde los adoradores reunidos, en representación de la humanidad y en nombre de la Iglesia, adoran a Cristo realmente presente en la eucaristía.
La adoración eucarística la piden todos los Papas. Benedicto XVI en cada viaje, en cada congreso, hace referencia a la Eucaristía y su adoración. Es algo que se pide con fuerza y energía. Otra cosa es la respuesta y el rozamiento que haya a las peticiones del Santo Padre.
Yo, personalmente, pienso que hoy más que nunca la Adoración Nocturna tiene sentido. En un mundo que quiere cortar todas las vías de comunicación del hombre con Dios, la Adoración Nocturna propone una espiritualidad especial, que hunde sus raíces en la noche del Jueves Santo.
Así que, animaos y uniros en vuestras parroquias a la adoración al Santísimo Sacramento. Acercaos a los grupos de la Adoración Nocturna.
Que no se enfríe el amor a la Eucaristía.
]]>Entre su capacidad y la actitud de los católicos biempensantes, que no sé por cuál extraño mecanismo mental creen que están ganando, cuando en el fondo están perdiendo, tienen el camino expedito para ejecutar todos los proyectos de ingeniería social que se les apetezca.
Un ejemplo lo tenemos con la asignatura de religión. Mientras que profesores católicos se preparan para impartir una EpC adaptada al ideario católico – pero, ¿se puede adaptar ese engendro? -, en Andalucía los alumnos tienen cada vez menos horas lectivas de religión.
De lo que va del curso pasado a éste, se perderán 3.635 horas, viéndose afectados 200 profesores, por la reducción. No está mal.
Siguiendo este ritmo, en pocos años, la asignatura de religión quedará reducida a la nada, por lo que será cuestión de tiempo que se le de la puntilla y se cierre el chiringuito. Aquí paz y después gloria.
La LOE, en general y la clase de religión en particular son buenos ejemplos de deserción de las funciones de los padres. Así, poco a poco, los socialistas fueron colando su proyecto cultural totalitario. ¿Se opusieron los colegios católicos? Más bien no. Todos tragaron, más que nada por la subvención. Y con la subvención la depauperación de la enseñanza, ¿o es que el nivel no lo marca el Estado? Pensaron que se podía resistir. Nada más lejos de la realidad.
Lo mismo ha pasado con la asignatura de religión. Entre lo que ha empujado el Estado por echarla y lo que se ha degradado con los tiempos, se ha llegado a la situación actual. Eso sí, el PSOE no ha cejado en su empeño: menos religión y más laicidad.
Si la situación no cambia y sigue por estos derroteros, en no muchos años nuestros hijos serán felizmente educados en EpC. Eso sí, el que pueda estudiará una asignatura adaptada a la doctrina de la Iglesia – si es que ese engendro es adaptable -; el que no pueda, sólo recibirá un tipo de información: la que imponga el Ministerio de Educación.
]]>Que tu vida no sea una vida estéril. – Sé útil. – Deja poso. – Ilumina, con la luminaria de tu fe y de tu amor. (Camino, 1)
La asignatura Educación para la Ciudadanía es un engendro que el PSOE se ha sacado de la manga con el único objetivo de adoctrinar conciencias. Su único objetivo es imponer la moral de Estado. Porque si estuviésemos hablando de la enseñanza de lo que antaño era urbanidad, no habría nada que discutir. Pero incluso algo tan específico hoy es imposible.
En la sociedad actual se ha perdido el fondo moral común. Hay una confrontación de distintos discursos morales en el cual el concepto «verdad» ha dejado de tener significado. Se utilizan conceptos morales, razonamientos para justificar nuestras acciones, pero han perdido su contenido semántico.
Así, una persona defensora del aborto aducirá que como ella tiene derechos sobre su persona, y por ende su cuerpo, tiene derecho a decidir libremente si aborta o no, ya que el feto es una parte del cuerpo de la madre. Otra persona dirá que no puede desear que su madre lo hubiese abortado, sin embargo, lo que no desea para él, no lo podría desear para otro, en definitiva, aunque la mujer en general no tuviese derecho a abortar, ello no lo obligaría a que el mismo fuese prohibido. Por último, un católico, en base a la ley natural, alegaría que no se puede acabar con la vida de un ser inocente, por tanto, como un embrión es un ser humano que se encuentra en un estadio primitivo de su vida, no se puede matar. Toda vida proviene de Dios: Él es el dueño de la misma.
Nuestra sociedad puede admitir, como mucho, que los tres argumentos son iguales. No hay un criterio de verdad que juzgue cuál es la propuesta correcta. Son opciones, y como tales, todas son legítimas.
El cristianismo sin embargo se presenta como Verdad. Cristo es el Camino, la Verdad y la Vida. Con mayúsculas. Esto provoca una erisipela moral en la sociedad. De ahí que, esta doctrina con vocación de Verdad, tenga que ser bien expulsada, bien sometida al Estado.
De aquí se deduce que la EpC reducida a urbanidad, sea un trabajo propio de Hércules, un imposible.
El verdadero objetivo de Educación para la Ciudadanía es convertirse en la nueva religión laica, con la que el Estado apagará su apetito voraz de dominio sobre las conciencias de los ciudadanos.
Hay algunas personas que, con buena voluntad, piensan que es posible adaptar la EpC a los contenidos marcados por el Magisterio de la Iglesia. Contemporizar.
Nada más lejos. Aunque el gobierno admita, en un principio, la componenda, a medio plazo intentará torcerle el brazo a la Iglesia a través de las subvenciones a los colegios católicos.
La noticia dada por nuestro portal es sorprendente. Que la Universidad caiga en esta trampa es impropio de la categoría de la misma. ¿Piensan que podrán sobrevivir al engaño pergeñado por el PSOE? Yo, con Platón pienso que no. «El mal es peor enemigo de los buenos que de los no buenos». El gobierno les ha lanzado el anzuelo – Yo, el Estado os doy la posibilidad de adaptar los contenidos, ustedes dadme un poquito de vuestra libertad – y ellos han picado.
Dice un aforismo latino que «corruptio optimi pessima» (la corrupción de lo mejor es lo peor). Esto puede pasar con el intento de contemporizar de la Universidad de Navarra.
Estamos creados para lo mejor, no para lo ínfimo, lo deleznable. EpC es un engendro. Como escribió San Josemaría:
¿Adocenarte? ¿¡Tú… del montón? ¡Si has nacido para caudillo! Entre nosotros no caben los tibios. Humíllate y Cristo te volverá a encender con fuegos de Amor. (Camino, 16)
En los principios no hay que ceder.
]]>El fin de las vacaciones nos ha traído tres temas muy importantes que tocan la fibra moral del ser humano.
El primero relacionado con los muertos. Desenterrar y juzgar cadáveres. El segundo, la eutanasia. Y el último, el aborto. Tres temas que el PSOE utiliza con maestría para pasar de puntillas sobre la crisis económica que atravesamos y cuyo fin no se atisba a corto plazo.
¿Iremos al conflicto social? Los españoles tienen muchas tragaderas, como se demostró en la época de Felipe González, ahora bien, los de hogaño no son los de antaño. Esperemos que no, aunque pintan bastos.
Que el PSOE utiliza estos tres temas para cubrir su inoperancia es indudable. Pero no podemos olvidar que todas esas cuestiones las llevaban en su programa electoral. No han improvisado. Están manejando perfectamente los tiempos.
El asunto de la «memoria histórica» no deja de ser una charlotada, ya que lo planteado por Garzón es inviable. Como enredo no está mal. Además, puede verse como una oportunidad. Si se va a saltar la ley de punto final de la Transición, quizás se pueda juzgar a Carrillo. Incluso a la Pasionaria y a Líster, como en tiempos pretéritos. No hay mal que por bien no venga.
Que el PSOE saque adelante la eutanasia es algo más complejo, no desde luego inalcanzable. Lo de la Junta de Andalucía no es más que fuegos de artificios; lo que no implica que no se convierta en la traca final de legislatura.
Otra cosa es el asunto del aborto. Aquí, según lo que han hablado hasta ahora, la reforma podría tener unas consecuencias brutales sobre la vida de los nasciturus y la pobre ecología moral de los españoles. Se repite, a modo de estribillo, que en España sigue siendo delito, pero ¿esto es verdad? Desde un punto de vista formal, posiblemente; desde el material, no. Más a más, ¿se considera, socialmente hablando, el aborto como un mal? En una sociedad donde lo que se impone es el pensamiento el débil, en la cual el hombre busca asideros que le den seguridad para tomar sus decisiones prácticas, que tenga en cuenta sus fines e intereses, la ley – aunque no se confunda con la moral -, demarca, en cierta manera, nuestro obrar; tiene un carácter pedagógico en la enseñanza del bien y del mal.
Nuestra ley, permite el aborto en tres supuestos. Éste sería el fin primario. Pero tiene un efecto secundario, horadar la conciencia de que la vida ya no es un bien, o mejor, que durante un estadio de nuestra vida, se puede prescindir de nosotros. Por lo menos en al menos tres casos, siendo uno de ellos todos los casos, el de la salud psíquica de la madre.
Más aún, los supuestos se nombran con eufemismos: aborto terapéutico, ético y eugenésico. ¿Puede un aborto ser ético? Según la ley sí.
Una vez hecha esta labor de zapa, los españoles están maduritos para un cuarto, un quinto supuesto y lo que le echen. Si ahora estamos en cien mil abortos anuales, la reforma nos llevará a los doscientos mil en menos que se persigna un cura loco. En definitiva, la despenalización.
En definitiva, el aborto libre.
Entonces, el aborto ya no será malo.
Habremos asistido, al fin y a la postre, a la conversión de un mal en un bien.
¿Viviremos para contarlo?
]]>Es una celebración de la cena del Señor de una comunidad protestante. ¿Hay alguna diferencia sensible con la forma en la que algunos sacerdotes distribuyen la Eucaristía? En lo externo desde luego no se ve ninguna.
Explica el Catecismo (CEC 1071)
La Liturgia, obra de Cristo, es también una acción de su Iglesia. Realiza y manifiesta la Iglesia como signo visible de la comunión entre Dios y de los hombres por Cristo. Introduce a los fieles en la Vida nueva de la comunidad. Implica una participación “consciente, activa y fructífera” de todos (SC 11).
Además, en la Sacrosantum Concilium leemos que:
La Liturgia es la cumbre a la cual tiende la actividad de la Iglesia y al mismo tiempo la fuente de donde mana toda su fuerza. Pues los trabajos apostólicos se ordenan a que, una vez hechos hijos de Dios por la fe y el bautismo, todos se reúnan para alabar a Dios en medio de la Iglesia, participen en el sacrificio y coman la cena del Señor. (S.C. 10)
Por desgracia, siguen abundando los abusos litúrgicos gracias a una liturgia creativa que carga la suerte en la horizontalidad, en la comunión del pueblo, olvidando que la liturgia es el culto que la Iglesia rinde a Dios.
Es posible que detrás de esta devaluación de la liturgia se encuentre en la lectura radical que ha hecho cierta teología postconciliar del ser de la Iglesia, concibiéndola a lo sumo como pueblo de Dios, en un sentido totalmente sociológico, es decir, como construcción humana que por tanto, puede adaptarse a las necesidades de los tiempos.
Sin embargo, la Iglesia es Pueblo de Dios, Templo del Espíritu Santo, Misterio, Cuerpo Místico de Cristo y Sacramento tal como la define el Concilio Vaticano II:
La Iglesia es en Cristo como un sacramento o signo e instrumento de la unión íntima con Dios y de la unidad de todo el género humano (LG 1)
La liturgia no es del sacerdote que oficie en cada momento, la liturgia es del Señor. Igual que la Iglesia es la Iglesia del Señor. Si nos quedamos sólo en lo superficial, en lo sociológico, en la comunidad, entonces darán igual las vestimentas, el pan, el vino y todo, pero en ese momento no estaremos celebrando la liturgia del Señor, sino la nuestra.
Ahora bien, este desastre eclesiológico ¿no revela en el fondo un desabarajuste cristológico? Si no sabemos quién es Cristo, ayer nos informaba nuestro periódico que el Papa había recordado de nuevo que el cristianismo es un encuentro con Cristo, ¿cómo vamos a saber qué es la Iglesia?
A partir de aquí se explica como algunas celebraciones litúrgicas estén protestantizadas.
De ahí que sea muy difícil discernir si la foto pertenece a una celebración católica o no.
]]>Ha sido saltar la noticia del comienzo de tramitación del proyecto de Ley de Derechos y Garantías de la Dignidad de las Personas en el Proceso de la Muerte, y ya tenemos a Masiá haciendo palmas con las orejas, como los «agradaores» con su señorito.
Yo entiendo la obnubilación que ocasiona el presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves sobre ciertas mentes impresionables, pero vamos, tampoco es para llegar a esos extremos.
Sin conocer el contenido de la ley, ni el alcance, ni nada de nada excepto lo que ha anunciado la consejera de Salud de la Junta, y ya nos anuncia el presbítero Masiá que el presente proyecto:
evitará confusiones y malentendidos como los ocurridos lamentablemente con motivo de la desconexión del respirador de Inmaculada Echeverría o de los falsos testimonios contra el Dr. Montes, por razones más a menos veladas de ideología política o religiosa
¿La ha leído? ¿La está redactando él? ¿Ha sido invitado por Chaves a San Telmo, el antiguo Seminario? ¿Por qué sabe que la ley nos dará las garantías jurídicas que evitará la expuesto anteriormente? ¿Es más, cómo sabe que garantizará algo?
Quizás la respuesta a estas preguntas se encuentre en que considera a Chaves un ser omnisciente y todopoderoso, o quizás en una vía más acorde con las tesis conciliaristas y democráticas, piense que los legisladores del régimen andaluz estén asistidos por el Espíritu Santo. En efecto, esto explicaría que Masiá se sienta incómodo con la Tradición de la Iglesia Católica y quiera montar la suya propia.
Masiá juega a crear expectativas, muy propio de esta sociedad, pero de una forma muy burda, grosera, ya que nadie conoce el contenido de una Ley que todavía no existe. Sin embargo arrima el ascua a su sardina y ya nos dice que será grandiosa.
Todo es falso. Según se colige de la información del diario el Mundo de hoy, en su edición de Andalucía, la consejera no ha dicho nada. O por lo menos lo que ha dicho es contradictorio. Por una parte, ha anunciado que el paciente podrá pedir la retirada del tratamiento aunque eso signifique «acortar la vida», pero por otro lado, dice que dicha ley descartará la eutanasia activa (que sigue estando tipificada en el Código Penal como delito), ya que «Andalucía no tiene competencias» para modificarla. Átame esta mosca por el rabo.
Lo que si ha dejado meridianamente claro María Jesús Montero, consejera de Salud, es que la Ley, sea la que sea, será de obligado cumplimiento para los hospitales públicos y privados, con lo que se lanza un mensaje claro a la Iglesia. A través de un arabesco lateral, quiere controlar en parte esta labor que lleva a cabo la Iglesia y que, en cierta manera, todavía está fuera de su poder.
Es posible que este aviso liberticida, que intenta acogotar el derecho a la libertad de conciencia, le parezca a Masiá un motivo de regocijo. No deja de ser un intento más de control de la sociedad por parte de los poderes públicos.
Ahora bien, vistas las incongruencias e incoherencias expresadas por la consejera, en cualquier caso se podría colegir dos cosas:
- Primero, que la ley abriría una puerta a la eutanasia, por la que se colarían un montón de asesinatos encubiertos
- Segundo, que la mano que aprisiona el gaznate de los andaluces apretaría un poquito más, dejándonos con un poquito menos de aire. Eso sí, con mucho gusto, ya que a Chaves lo ha elegido el pueblo por mayoría no una vez, sino muchas.
Habrá que esperar a que se conozca el contenido de la ley, ya que tal como se ha anunciado, tan provisional, tan cogido con pinzas, suena a maniobra de distracción del Monarca Absoluto para tener entretenido al personal y hacernos olvidar el incremento del paro en Andalucía, entre otros fracasos.
De todas formas, visto el cariz liberticida con el que la consejera ha anunciado el engendro, entiendo que a Masiá le guste. Ya lo dice el refrán: Dios los cría y ellos se juntan.
]]>Los amigos de la asociación han hecho suyo el reto lanzado por el Santo Padre y, desde luego, que lo han conseguido. A pesar de las dificultades, todos los domingos se celebra la Santa Misa en Sevilla según el rito extraordinario.
La asistencia de fieles a la misa dominical es más que notable, sin embargo esto no es lo mejor. Lo mejor es la cantidad de gente joven que se ha acercado a esta forma de celebrar la Santa Misa. Pese a lo que se pueda pensar, no son los ancianos los más numerosos. Incluso hay algún futuro seminarista, con lo que las semillas para la continuidad del rito están plantadas.
El trabajo desarrollado por la Asociación para el conocimiento y expansión de la Misa en rito extraordinario es sensacional. La página web es un fiel reflejo de lo mucho y bien que están haciendo. Y ya que ha salido a colación la web, recomendar un texto de liturgia que han colgado en la misma. Sencillo, didáctico, de fácil lectura, es una buena introducción a la liturgia.
Todavía queda mucho por hacer. Ellos lo saben. Pero conociendo el percal, la progresía eclesial que hay en Sevilla y las dificultades propias de la tierra, que se encuentra dominada por las cofradías, los resultados han sido maravillosos.
A día de hoy, la celebración de la Misa en Rito Extraordinario en Sevilla es una realidad.
Felicidades a Una Voce de Sevilla.
]]>En Bolzano, Italia, acaban de exponer una escultura de una rana crucificada. Aunque parezca mentira, a esto le llaman arte, lo que viene a demostrar que con la palabra «arte» designamos cualquier cosa: se ha vaciado de contenido semántico.
Sin embargo, no es el motivo de este escrito hablar de Estética sino de los continuos ataques que sufre el catolicismo en todo el mundo, utilizando cualquier cosa como escusa. Incluso el arte.
Se ha pedido que esta escultura sea retirada de la exposición, lo que no deja de ser razonable, ya que ofende a muchísimas personas. El presidente del museo, por el contrario, ha hecho caso omiso a setas peticiones de retirada del adefesio patibulario, apelando a la salvaguarda de “la autonomía de instituciones artísticas»; queda demostrado pues el espíritu caritativo, espíritu que, por otra parte, se exige a los católicos.
De todas formas, el «Gustavo» crucificado no deja de ser una mera anécdota comprada con la agresividad con la que la sociedad moderna muestra a la sensibilidad y racionalidad católica, a todo lo que representa Cristo.
Todo esto me recuerda al Salmo 2, que ayer meditamos en mi turno de la Adoración Nocturna:
¿Por qué se amotinan las naciones,
y los pueblos planean un fracaso?
Se alían los reyes de la tierra,
los príncipes conspiran contra el Señor y contra su Mesías.
«Rompamos sus coyundas,
sacudamos su yugo»
Cristo produce una reacción alérgica en el hombre moderno que lo lleva a responder desaforadamente, con beligerancia y violencia moral y física: aborto, eutanasia, divorcios, hipersexualidad, vejaciones y ludibrio hacia la persona de Cristo y mucho más.
Todo lo católico supone es intolerable a la mentalidad post – moderna. Es en una de las pocas cosas donde el relativismo se muestra dogmático, donde confluye todo el pensamiento débil.
Toleran, como mucho, a Cristo. Con asco, eso sí. Consienten lo católico. Odian la libertad y la fuerza del cristianismo.
Sin embargo, todo es vanidad:
El que habita en el cielo sonríe,
el Señor se burla de ellos.
Luego les habla con ira,
los espanta con su cólera:
«Yo mismo he establecido a mi rey en Sión, mi monte santo»
No pueden con el «Que Todo lo Puede». Creen que triunfarán pero están derrotados. Sólo les queda una salida:
Y ahora, reyes, sed sensatos,
escarmentad, los que regís la tierra;
servid al Señor con temor,
rendidle homenaje temblando;
no sea que se iirte, y vayáis a la ruina,
porque se inflame de pronto su ira.
¡Dichosos los que se refugian en Él!
La ruina está aquí. Es el momento de la conversión y la penitencia. La victoria es de Dios.
]]>Se llama «Los girasoles ciegos» y su director es José Luis Cuerda. El mismo lleva a la gran pantalla un guión de Rafael Azcona extraído de una novela de Alberto Méndez.
El filme toca todos los lugares comunes de la Guerra Civil, es decir, el rojo superbueno que es perseguido por el régimen infecto y cuya mujer esconde en su propia casa, el seminarista (en este caso diácono) con dudas de fe pero sin dudas de su pene y en consecuencia, persigue a la mujer del rojo bueno con fines rijosos. En medio, los curas malísimos y los militares hediondos, bajo un fondo explícito de represión; en definitiva lo de siempre. Sin matices, sin grises, o blanco o negro. Nada más.
Y es que el cine español no sabe hacer otra cosa (¿será por la subvención?). Para los directores y guionistas España es un país cuya historia empieza en el 1.936. Una película que trate cualquier otra época de nuestra historia como la de Alatriste es, por desgracia, una raya en el agua y no me refiero por la calidad, si no por la temática (¿qué harían los americanos si tuviesen la mitad de historia que España?).
De todas formas, poca ecuanimidad se puede esperar de un filme cuyo productor es el Grupo Prisa a través de la empresa Sogecine, un grupo que pone el dinero en favor de la ideología.
Pero si insufrible y cansina es la temática, peor es que el director se exceda de sus pretensiones y encima se nos meta a filósofo. Según recoge Luis Martínez hoy en el diario El Mundo, el director espetó:
La peor secuela del hombre es la religión. La razón es sencilla: desnuda la dignidad humana en aras de una dignidad superior. No puedo entender una religión que concibe el mundo como un valle de lágrimas. Eso sólo es beneficioso para unos y lesivo para los demás. ¿Cómo se puede casar esto con una doctrina que proclama la bondad eterna?
Desde luego no hay nada peor que una concatenación de juicios nietzsheanos mal digeridos y peor aplicados, pero es que nuestra retroprogresía no da para más: son unos nihilistas pasivos. Utilizando términos del genio alemán, podemos decir que su neurosis, su activismo, el nerviosismo que muestran es propio del hombre gregario común,
No se conforman estos progres con atizarnos con la película, encima pretenden adoctrinarnos queriéndonos hacer ver lo negro blanco, es decir que el cristianismo convierte al hombre en un guiñapo y el mundo en un valle de lágrimas. A pesar de lo mostrado por la vida de los propios católicos desde los tiempos en que iban cantando a ser comidos por los leones hasta los actuales, donde mueren perdonando, pero ya se sabe, para un progre la realidad no es suficiente para refutar un razonamiento.
Menos mal que siempre nos quedará el comunismo para dignificar al hombre, a expensas, eso sí, de unos cien millones de muertos. O sea.
Lo que todavía no se ha encontrado es a un progre renunciar a la subvención, siquiera por dignidad. Esto sí que sería un ejemplo de munificencia, de largueza espiritual.
Así que, José Luis, todavía estás a tiempo de devolver la subvención doble que te han dado – de TVE y de la Televisión gallega -, devuelve la parte proporcional que te han dado los católicos para que nos escupas a la cara.
]]>Terminé mi post anterior postulando la imposibilidad metafísica de que cupiese algún tonto más, pero compruebo con estupor que he errado gravemente. En mi descargo tengo que decir que no lo hice a sabiendas, lo que disminuye la gravedad del error.
Eso sí, que sea leve no implica que no pida perdón a mis lectores, así que, contrito´, triste y dolorido ruego me disculpen.
¿A qué viene todo esto? Muy sencillo. En el blog Secretum meum mihi (cuya lectura recomiendo), he encontrado el siguiente video.
No sé lo que pensarán ustedes, yo, personalmente, prefiero no saber.
Así está la cosa.
]]>Hoy no pensaba escribir pero noticias como esta me sublevan. Un concurso cibernético para elegir la monja más guapa de Italia es absurdo.
Lo peor, si es que el concurso no es lo suficientemente execrable, es que la idea, o más bien la cagada, ha salido de la cabeza de un sacerdote, el padre Antonio Rungi, que supongo se verá a sí mismo como un Hugh Hefner con sotana.
Afirma el buen hombre que con este concurso se cambiará «la imagen que se tiene de que las monjas son mujeres tristes, desilusionadas de la vida y no realizadas» y «hará aumentar las vocaciones entre las jóvenes».
A partir de este momento, las mujeres no se harán monjas tras responder a una llamada del Señor, si no al ver la portada mensual del «Playmonja».
En fin, como dijo el otro, es que no cabe un tonto más.
]]>El Obispo de Santiago del Estero, monseñor Francisco Polit Santillán, ha prohibido a D.Ariel Álvarez Valdés enseñar teología católica, lo que afectará su labor en la Universidad Católica de Santiago del Estero y en el Seminario Mayor.
Si el sacerdote niega la doctrina sobre el pecado original, la Anunciación y el valor cristiano del libro de Job, es lógico que se le retire de la enseñanza de disciplinas teológicas, más teniendo en cuenta que se le ha pedido que se retracte, cosa que no ha hecho.
Que haya sacerdotes así no nos debe escandalizar, pero si debemos realizar una reflexión y es la descomposición que sufren los estudios eclesiásticos. Herejes ha habido siempre, eran fácilmente reconocibles porque era muy sencillo encontrar doctrina sana. Hoy en día sin embargo, lo que antes era fácil ahora se ha vuelto más complicado. Lo que antes era ocasional - que saliera un sacerdote católico por peteneras - hoy es generalidad.
El padre Ariel (Dios quiera que reflexione y se retracte de sus locuras teológicas), estudió en Israel, se doctoró en Salamanca y además es miembro de la ABE. Sin embargo nada de esto ha evitado que en su reflexión teológica se extravíe.
Aunque es cierto que la responsabilidad última es suya, yo me pregunto, ¿están las Universidades Católicas y los Seminarios libres de culpa? Evidentemente, hay Seminarios y Seminarios, Universidades y Universidades. Por ejemplo, no se puede comparar el de Navarra, perteneciente al Opus Dei con el CET de Sevilla: hay una diferencia sensible entre ambos.
En general, los estudios superiores han sufrido una pérdida de calidad en sus contenidos terrible. Evidentemente, esto también ha afectado a los estudios eclesiásticos, ya que al fin y a la postre, la Iglesia la conformamos hombres que estamos insertos en una sociedad y como hijos de nuestro tiempo, los vientos que soplan también nos afectan.
La devaluación es palpable. Los ejemplos son varios: abandono del latín, bibliografías donde se mezclan autores sancionados por Roma (Boff, Küng,..), con autores de sana doctrina - como si estuviesen estos al mismo nivel -, etc.
Yo propongo un ejercicio sencillo: comparar cualquier libro de Royo Marín con su correspondiente actual. Se nos hará patente cómo las cosas han ido a peor, no sólo en los contenidos, sino en el tratamiento y en la exposición de los temas.
Quizás sea el momento de no sólo sancionar, cosa que además se hace tarde (¿no se le tendría que haber sancionado antes al padre Ariel? ¿A cuantos seminaristas y laicos ha confundido con esas doctrinas execrables?), sino de replantear los estudios teológicos en profundidad.
El fracaso no sólo ha sido del padre Ariel.
]]>China sigue siendo un régimen deleznable, totalitario, un reducto del comunismo que, junto con Cuba, tienen manga ancha para hacer lo que les de la gana sin que nuestros progres de salón muevan un dedo.
En China no hay libertad, se persigue la religión, los católicos tienen que celebrar las misas a escondidas; sin embargo, el COI seleccionó Pekín para celebrar las olimpiadas. Amplias tragaderas. Todo por la pasta.
Una vez tragado ese sapo, todo lo demás se da por añadidura.
Por eso no nos debe extrañar que no se pueda guardar luto a los muertos en el accidente de ayer.
Coherencia.
]]>El encabezamiento de este artículo es la frase con la que Francois Revel comienza su obra, El conocimiento inútil. Viene a cuento por uno de los comentarios realizados en el día de ayer por uno de los lectores cuyo nick es Matías. El mismo decía:
Comentario de: Matias
Santo Tomás de Aquino, en su Summa theologica (80,4) dice que los embriones no participarán en la resurrección de la carne, ya que no ha sido infundida en ellos todavía el alma “racional”, solo el alma “sensitiva”, y por tanto no son, técnicamente, seres humanos.
Yo me pregunto: ¿Es teológicamente posible excomulgar a un santo?
¿Por qué se pide la excomunión de los políticos y no las de de muchos de los teólogos de la historia de la cristiandad, cuyas conclusiones no están en consonancia con lo que actualmente defiende la Iglesia?
El comentarista habla por boca de ganso, ya que no sólo cita incorrectamente el texto del Aquinate, sino que se la inventa. Lo que expone Matías es un argumento elaborado a partir de una interpretación incorrecta del texto del Aquinate.
Rebuscando en la Suma de Teología he encontrado, en referencia con el tema expuesto, que Santo Tomás en I q 76 a3 s3 dice:
Al principio, el embrión tiene un alma sólo sensitiva que es sustituida por otra más perfecta, a la vez sensitiva e intelectiva, como trataremos exhaustivamente más adelante (q.118 a.2 ad. 2)
Más adelante, en II-II q64 a1 escribe que:
De aquí resulta que, así como en la generación del hombre lo primero es lo vivo, luego lo animal y, por último el hombre…
Pero en I q 118 a. 2 s.2, el Santo ya había dicho lo siguiente:
Algunos afirmaron que las operaciones vitales del embrión no proceden del alma del mismo embrión, sino del alma de la madre o de la virtud formativa que hay en el semen. Ninguna de estas dos explicaciones es admisible, porque las operaciones vitales, como sentir, nutrirse y desarrollarse no pueden proceder de un principio extrínseco. Por lo tanto, hay que admitir que el alma preexiste en el embrión, primero como nutritiva; después, como sensitiva, y, por último, como intelectiva. (…)
Por lo tanto, hay que decir: La generación de un ser implica siempre corrupción de otro, y, por eso, tanto en los hombres como en los otros animales, al llegar una forma superior se corrompe la precedente, pero de tal manera que en la forma siguiente queda todo lo que había en la anterior más lo que ella trae de nuevo. De este modo, mediante diversas generaciones y corrupciones se llega a la última forma sustancial tanto en el hombre como en los otros animales. Este resulta evidente en los animales engendrados a partir de la descomposición. Por lo tanto, hay que decir que el alma intelectiva es creada por Dios al completarse la generación humana, y que esta alma es, a un mismo tiempo, sensitiva y vegetativa, corrompiéndose las formas que le preceden.
Esto es lo que dice Santo Tomás. Desde luego no se deduce nada de lo que habla nuestro comentarista Matías.
Lo que no cabe duda es que Santo Tomás no pensaría de ninguna de las maneras es que el embrión teniendo un alma sensitiva en el momento de su desarrollo, deviniese de pronto en gato y no en hombre. Santo Tomás habla de una continuidad: de un hombre y una mujer nacerá otro hombre o una mujer, no un zorro. Por ende, sea o no técnicamente hombre (cosa que, leyendo detenidamente la Suma es como mínimo discutible) sea lícito el aborto.
Respecto a la participación en la resurrección de la carne, habría que tener en cuenta lo que Santo Tomás escribe en III q.68 a.11 s.1:
Los niños que están en el seno materno no han venido a la luz para convivir con los demás hombres. Consiguientemente, no pueden someterse a la acción de loshombres de tal manera que por su ministerio reciban los sacramentos para la salvación. Pueden sin embargo, estar sometidos a la acción de Dios, en cuya presencia viven, para conseguir la santificación por un privilegio de gracia, como es el caso de los santificados en el seno materno.
Es decir, por mucho que se quiera, Santo Tomás dice lo que dice y no más. Ni menos. Y por supuesto nunca iría en contra de la Santa Iglesia Católica, ni del Santo Padre. O sea.
De todas formas, toda esta especulación teológica es algo maravilloso, pero «el acto del creyente no termina en lo enunciable, sino en la realidad del misterio (II-II q.1 a.2 s.2).
Por ello, cuando tras la experiencia mística del 5 de Diciembre de 1.273, fray Reginaldo le preguntó sobre cuál era el motivo de su negativa a seguir escribiendo, Santo Tomás le respondió:
Todo lo que he escrito me parece paja comparado con lo que he visto y me ha sido revelado.
Luego no parece haber motivos para excomulgar a Santo Tomás, aunque le pese a Matías. Eso sí, la mentira como decía Revel, sigue dirigiendo estupendamente al mundo.
]]>Luis Fernando planteaba hace unos días la posibilidad de pedir la excomunión para los políticos que apoyasen la despenalización del aborto, ya sea parcial o totalmente, y que voten a favor de la aprobación de leyes pro abortistas.
La propuesta no está exenta de interés. El Código de Derecho Canónico en su artículo 1.398 dice que:
Quien procura el aborto, si éste se produce, incurre en excomunión latae sententiae
Según comenta Federico Aznar dicho canon en la edición del CDC de la BAC,
Los autores del delito son todos aquellos que lo han realizado o que han colaborado necesariamente a ello (c. 1.329: la madre, el autor del acto abortivo, los coautores, los cómplices necesarios…Su grado de intervención puede variar, por lo que en cada caso habrá que determinar su imputabilidad. La pena establecida es la de excomunión latae sententiae, cuya remisión no está reservada a la Sede Apostólica
En primer lugar habría que preguntarse qué grado de imputación – tirando hacia arriba – tendría el legislador en ese tipo de medidas. Parecería extraño que un diputado que colaborase a la aprobación de una ley que permitiera a un empresario matar a un empleado, según su voluntad, no tuviese responsabilidad moral en la misma por el simple hecho de que:
1º.- El político no realizase la ejecución.
2º.- El asesinato del empleado dependiese de la voluntad del empresario y no se deduzca de aquí que todos los empresarios apiolasen a sus trabajadores.
Aunque pueda parecer demagógico, todos acusarían a los parlamentarios nefandos de promulgar leyes injustas.
Entonces, ¿qué pasa con el aborto? ¿Es un caso especial? Yo creo que en este asunto, los políticos son colaboradores claros en expandir a sabiendas la cultura de la muerte. Un político que lleve marchamo de católico no debe aprobar leyes que minen lo más precioso que Dios ha dado al hombre: la vida.
Otro asunto a analizar es la confusión entre lo moral y lo legal. No todo lo que la ley promulga es moral: por ejemplo el aborto. En España es legal y no por ello deja de ser inmoral.
Como expresión y, en parte creadora, de la cultura humana, la ley influye en las elecciones. Aunque como decía Tocqueville, «las leyes son siempre inestables cuando no cuentan con el apoyo de la costumbre; la costumbre es el único poder fuerte y duradero de una nación» (La Democracia en América) no se debe subestimar la capacidad de la ley de influir en nuestra ecología moral.
De hecho en la sociedad actual existe una confusión entre lo legal y lo moral, además de una incapacidad para discernir entre ambos aspectos, por lo que leyes que liberalizan el aborto acaban promoviendo una cultura que mina el criterio moral de los ciudadanos.
En este aspecto los políticos se comportan imprudentemente promoviendo leyes injustas.
En los USA, por otro lado, los obispos parece que tienen resuelto el asunto, o por lo menos, lo tienen más claro: no son ocasionales los casos de denegación de la comunión a políticos pro abortistas.
¿Y los católicos que votan a partidos que legislan a favor del aborto? ¿Son colaboradores? Aquí el tema es más difícil de discernir, más a más, teniendo en cuenta el sistema oligárquico vigente en España, donde el pueblo no tiene la potestad de elegir a sus representantes sino a partidos que dan unos programas hechos (basados en promesas que se cumplirán o no) y en el que las propuestas se toman o se dejan todas a la vez. A no ser que el votante tenga claro que vota a favor de medidas abortistas, no veo responsabilidad alguna.
Sin embargo esto no nos debe llevar al conformismo. Yo he expresado muchas veces que el problema principal – o al menos uno de los fundamentales - de España es que en nuestro país no hay un verdadero sistema democrático, como los instaurados en Gran Bretaña o los Estados Unidos, es decir, un sistema donde haya división de poderes y los representantes sean elegidos por el pueblo.
Se que en USA y en Inglaterra el aborto está a la orden del día, sin embargo, el sistema democrático no deja inerme a los ciudadanos, como ocurre en España con esta oligarquía detestable. Para vencer, primero hay que convencer, es decir hay que tener la posibilidad de ir al Parlamento y exponer las ideas. Mediante la lucha intelectual y la política, se podría hacer muchísimo en contra de la cultura de la muerte: al menos no estaríamos en desventaja.
En España, los parlamentarios representan al partido, no a los ciudadanos (¿representan las coaliciones para alcanzar la mayoría la voluntad del pueblo? ¿Vota alguien pensando en las coaliciones PSOE-nacionalistas, PP-nacionalistas? ¿No es esto algo anti natura?), de ahí que la lucha política a favor de medidas anti abortistas sea casi una utopía.
En definitiva, un político católico no debería apoyar una legislación que favoreciera o promoviera el aborto, ya que se estaría convirtiendo en un colaborador necesario en la expansión de la cultura de la muerte.
]]>La casulla es un ornamento litúrgico, una vestidura que se coloca sobre el alba y la estola. La lleva el celebrante o el celebrante principal de la Eucaristía. Según la Ordenación general del Misal Romano, el sacerdote llevará al menos el alba, la estola y la casulla.
La casulla representa la caridad de Cristo: «Pero por encima de todo esto, vestíos de la caridad, que es vínculo de perfección» (Col. 3,14). En el marco de la celebración de la Santa Misa, este símbolo de caridad debe preceder al símbolo de la autoridad, de ahí que se ponga la casulla se ponga por encima de la estola.
En la instrucción Redemptionis Sacramentum, se recuerda que:
123. «La vestidura propia del sacerdote celebrante, en la Misa y en otras acciones sagradas que directamente se relacionan con ella, es la casulla o planeta, si no se indica otra cosa, revestida sobre el alba y la estola». Igualmente, el sacerdote que se reviste con la casulla, conforme a las rúbricas, no deje de ponerse la estola. Todos los Ordinarios vigilen para que sea extirpada cualquier costumbre contraria.
¿Y a qué viene todo esto? Muy sencillo. El pasado Domingo fui a Misa en el lugar donde paso mis vacaciones, un pueblecito de la costa de Málaga; la Eucaristía la concelebraron dos sacerdotes. Ninguno llevaba casulla. Estaban revestidos únicamente por el alba y la estola. Aunque la casulla sólo es obligatoria para el celebrante principal, ninguno la portaba. Haría mucha calor, claro.
La Sacrosanctum Concilium dice que
(..) la Liturgia, por cuyo medio “se ejerce la obra de nuestra Redención", sobre todo en el divino sacrificio de la Eucaristía, contribuye en sumo grado a que los fieles expresen en su vida, y manifiesten a los demás, el misterio de Cristo y la naturaleza auténtica de la verdadera Iglesia (SC 2)
La Liturgia «es la cumbre a la cual tiende la actividad de la Iglesia y al mismo tiempo la fuente de donde mana toda su fuerza» (SC 10).
A pesar de lo anterior, los abusos litúrgicos se siguen cometiendo, gracias a un clero indolente y a un pueblo ignorante. Dice la Redemptionis Sacramentum que se repruebe el abuso que los sagrados ministros realicen la Santa Misa:
126. Sea reprobado el abuso de que los sagrados ministros realicen la santa Misa, incluso con la participación de sólo un asistente, sin llevar las vestiduras sagradas, o con sólo la estola sobre la cogulla monástica, o el hábito común de los religiosos, o la vestidura ordinaria, contra lo prescrito en los libros litúrgicos.(216) Los Ordinarios cuiden de que este tipo de abusos sean corregidos rápidamente y haya, en todas las iglesias y oratorios de su jurisdicción, un número adecuado de ornamentos litúrgicos, confeccionados según las normas.
Sin embargo el exceso no concernía únicamente al ornamento litúrgico, sino a la forma de distribución de la Eucaristía, que fue bastante deprimente: parecían que estaban repartiendo estampitas.
Patético.
A pesar de los recomendado por la Redemptionis Sacramentum, es dudoso que el pueblo tenga la suficiente preparación como para indicarle al sacerdote que se ha excedido. Otra cosa son los Obispos. Ellos tienen potestad para acabar con estos abusos litúrgicos. ¿Por qué se permiten estos excesos?
Existe un adagio en la Iglesia que dice «Lex orandi, lex credendi», cuyo significado explica perfectamente el catecismo:
1124 La fe de la Iglesia es anterior a la fe del fiel, el cual es invitado a adherirse a ella. Cuando la Iglesia celebra los sacramentos confiesa la fe recibida de los Apóstoles, de ahí el antiguo adagio: “Lex orandi, lex credendi” ("La ley de la oración es la ley de la fe") (o: “legem credendi lex statuat supplicandi” ["La ley de la oración determine la ley de la fe"], según Próspero de Aquitania, siglo V, ep. 217). La ley de la oración es la ley de la fe, la Iglesia cree como ora. La Liturgia es un elemento constitutivo de la Tradición santa y viva (cf. DV 8).
1125 Por eso ningún rito sacramental puede ser modificado o manipulado a voluntad del ministro o de la comunidad. Incluso la suprema autoridad de la Iglesia no puede cambiar la liturgia a su arbitrio, sino solamente en virtud del servicio de la fe y en el respeto religioso al misterio de la liturgia.
1126 Por otra parte, puesto que los sacramentos expresan y desarrollan la comunión de fe en la Iglesia, la lex orandi es uno de los criterios esenciales del diálogo que intenta restaurar la unidad de los cristianos (cf UR 2 y 15).
Si desnaturalizamos la Liturgia, ¿no estamos al fin y a la postre desnaturalizando nuestra fe?
]]>O vere digne sanctior apostole,
Caput refulgens aureum Ispaniae
Turotque nobis et patronus vernulus,
Vitando pestem esto salus caelitus,
Omnino pelle orbum, ulcus, facinus
Adesto fabens gregi pius credito,
Mitisque pastor regi, clero, populo;
Ope superna ut fruamur Gandia,
Regna potito vestiamur gloria,
Eterna per te evadamos tartara.
¡Oh verdaderamente digno y más santo apóstol
Que refulges como áurea cabeza de España,
Nuestro protector y patrono nacional,
Evitando la peste, sé del cielo salvación,
Aleja toda enfermedad, calamidad y crimen!
Muéstrate piadoso protegiendo al rebaño a ti encomendado
Y manso pastor para el rey, el clero y el pueblo;
que con tu ayuda disfrutemos de los gozzos de lo alto,
que nos revistamos de la gloria del reino conquistado,
que por ti nos libremos del infierno eterno.(..)
Beato de Liébana, O Dei Verbum, Himno para el día de Santiago Apóstol (46 – 55)
Este Himno es una prueba irrefutable de lo que pensaban los españoles en los días en los que el infiel hollaba por los campos de España. A Santiago apóstol se le nombra como cabeza de España y patrono nacional, no de Cataluña, Vascongadas o Galicia, sino de España.
A pesar de esta verdad, muchos hoy – clero incluido – siguen desparramando mentiras por sus bocas.
¡Apóstol Santiago, patrón de España, ruega por nosotros!
]]>Una labor erudita encomiable, donde César Vidal en ciertos temas de importancia como los sacramentos, se dejaba llevar por su visión protestante, pero que no empecía en la calidad del volumen ya que el mismo trataba cuestiones históricas y no teológicas (al menos no directamente).
Sin embargo el libro en cuestión que quiero comentar se encuentra en las antípodas del anterior. A pesar que el autor intenta realizar una presentación histórica del Apóstol de los Gentiles, la realidad que nos encontramos es otra: hay mucha teología protestante – como no podía ser de otra forma – y muy poca elaboración histórica.
Antes de entrar en profundidades, lo primero que hay que decir es que el libro está muy bien escrito. A César Vidal hay que reconocerle el mérito de ser un muy buen divulgador. Narra la historia de manera amena y divertida. La presentación que hace Vidal de las ciudades en las que se mueve San Pablo, la ambientación, las circunstancias, están narradas correctamente. En este aspecto, César es deudor de él mismo y de F.F. Bruce, uno de los mejores historiadores dedicados a los orígenes del cristianismo.
Hasta aquí la historia. Porque es lo único histórico ya que el resto no es más que un libro de divulgación de teología protestante. Pablo aparece como un Lutero redivivo.
Como buen protestante, Vidal en ningún momento lo ha escondido, remite todas las tesis teológicas del protestantismo a Pablo, así podemos leer la justificación del Sola Fide luterano basándose en la Carta a los Gálatas. De hecho, en una nota del capítulo VIII, Vidal hace una referencia a autores protestantes y termina con una coletilla asombrosa:
De especial interés ya no solo teológico sino también histórico son los comentarios a la carta de Lutero y Calvino (pág. 134)
Esta nota es una muestra de lo que pretende el autor: justificar una teología protestante. Pero resulta curioso que tenga que llamar en su auxilio a autores del siglo XVI, habiendo muchos autores que han glosado la carta del Apóstol de los Gentiles a los Gálatas, como San Juan Crisóstomo. El Santo respecto a Ga 5,4 dice que:
Si él (Abraham) fue justificado primeramente por la gracia desde la fe porque abundaba en obras buenas, mucho más vosotros. (San Juan Crisóstomo, Comentario Carta a los Gálatas, III,2)
Aunque el Crisóstomo no presenta la diatriba luterana fe y obras, sino que denuncia la presencia de prácticas judaizantes en la comunidad cristiana, su pensamiento al respecto es meridianamente claro. Lo que no deja de ser curioso es que Vidal tenga que recurrir a autores del siglo XVI para defender tesis que, supuestamente eran creídas fervorosamente por las primeras comunidades cristianas. Esta es una de las debilidades del protestantismo que no es capaz de establecer la continuidad entre la Iglesia primitiva y los reformadores del XVI.
Entre otras cosas porque no hay tal continuidad.
Vidal no es claro en este punto, porque no es posible usar a Pablo para justificar esos dislates, por ello a veces habla de justificación por la fe, justificación por gracia y justificación por gracia a través de la fe, lo que muestra, además la debilidad de la teología protestante.
Otra de las tesis de Vidal es la negación del bautismo de niños en la Iglesia primitiva (p. 135), aduciendo el Derecho Romano, ya que según Vidal, la expresión «junto con su casa» con la que se complementa el bautizo de Cornelio se refiere «no a los niños como muy equivocadamente se ha interpretado a veces, sino a los adultos dependientes de él». El razonamiento no deja de ser un tanto absurdo ya que Cristo dice a los apóstoles que dejen que los niños se acerquen a Él y, por otro lado, no explica como la Iglesia de los primeros siglos, imbuida en el mundo romano y conocedora del derecho (y de su interpretación) interpretó incorrectamente ese pasaje.
No queda la cosa aquí. Escribe Vidal que en las comunidades prevalecía el elemento carismático respecto al jerárquico, cosa que no es totalmente cierta, ya que esto deja sin explicar el porqué a Pedro, Santiago y Juan constituyen las columnas de la Iglesia, teniendo en cuenta el contenido semántico de la palabra «columna» como elemento estructural en los edificios. Es significativo que a Pedro, Santiago y Juan se les llame columnas.
A pesar de ello, Vidal niega que haya jerarquía (p. 137), afirmando incluso que
La carta de Clemente a los corintios del año 96 carece totalmente del tono de autoridad episcopal que, ocasional y erróneamente, se le atribuye. En torno al año 110, Ignacio – que en seis de sus siete caras insiste en la necesidad del oficio episcopal – no lo menciona, sin embargo en relación con Roma. En ese mismo siglo II, Hermas no hace la menor referencia a un solo obispo en Roma sino tan solo a los ancianos que presiden la iglesia, es decir, que todavía el modelo de episcopado monárquico no había sustituido al sistema presbiterial que encontramos en el Nuevo Testamento. Muy posiblemente, la figura de un obispo romano, en exclusividad, no apareció antes de bien entrado el siglo II o incluso con posterioridad.
Es decir, Vidal con el objeto de defender una cuestión protestante, la complica. Si Ignacio en seis de sus siete cartas insiste en la necesidad – ojo – del episkopos, resulta curioso que a los romanos no les hable de la misma. ¿Por qué? ¿Es San Ignacio un cínico que recomienda una cosa a unos y otra a otros? ¿O no será más bien que en Roma había ya un Obispo que, por sucesión petrina, tenía una preeminencia respecto al resto? Idem con San Clemente, al que San Ireneo lo hace tercer sucesor de San Pedro. Item más, escribe San Clemente, en la Carta a los Corintios:
LIX: Pero si algunas personas son desobedientes a las palabras dichas por Él (Dios) por medio de nosotros, que entiendan bien que se están implicando en una transgresión y peligro serios;(…)
LXIII : Porque vais a proporcionarnos gran gozo y alegría si prestáis obediencia a las cosas que os hemos escrito por medio del Espíritu Santo, y desarraigáis la ira injusta de vuestros celos, en conformidad con nuestra súplica que os hemos hecho de paz y armonía en esta carta
Además sólo quitándole el sentido a la carta (¿para qué escribe San Clemente a los Corintios si no tenía autoridad, cuándo además se habían levantado contra los jerarcas de esa Iglesia?) hace creíble la interpretación de Vidal. Pero entonces caeríamos en la locura.
También toca Vidal la presencia de diaconisas, el bautizo (al que llama rito) que «a la sazón, solo se aplicaba a personas que habían experimentado previamente una conversión» (una versión muy «light», de la comprensión del bautismo, por llamarlo de alguna manera, en la Iglesia primitiva), la predestinación - llega a afirmar que la creencia en la predestinación, es decir, la «idea de que Dios provoca la salvación mediante un proceso de elección- predestinación» aparece en Lutero, Calvino, ¡San Agustín y Santo Tomás de Aquino! (pág 268) -, todo ello adobado con errores de bulto, como hacer Padres de la Iglesia a Tertuliano y Orígenes.
No me gustaría terminar sin hablar de dos temas muy importantes respecto al libro de Vidal. El primero es la dependencia que establece el autor entre el judaísmo y el cristianismo primitivo, pareciendo este último una deducción lógica del primero. Para muestra, un botón:
El Evangelio reunía al respecto dos características enormemente sugestivas. Por un lado, podía presentarse como una versión consumada del judaísmo(pág 89 - 90).
Los judíos que creían en Jesús seguían siendo judíos, pero podían ser definidos como judíos mesiánicos o judeocristianos, es decir, aquellos judíos que estaban convencidos de que el Mesías había llegado y era Jesús (pág. 91).
De manera bien significativa (…) ni Bernabé ni Pablo intentaron crear un sistema sacerdotal paralelo y sustitutivo del Tempo de Jerusalén. Por el contrario, establecieron una forma de organización muy semejante a la de las sinagogas judías de la época» (pág. 122).
No explica Vidal de cuál de las corrientes que componía el judaísmo era consumación el cristianismo, ¿de Qumrán? ¿de los esenios? ¿de los saduceos? ¿de los fariseos? ¡Si no tenían en común ni las Escrituras!. Evidentemente este continuismo no explica la novedad del cristianismo y la comprensión que tenían los cristianos como tal. Es Cristo el que lo hace todo nuevo. Pero no es de extrañar esta fijeza de los protestantes que prefieren un canon judío del Antiguo Testamento antes que el cristiano.
El segundo tema que no quiero dejar pasar es el referente al Concilio de Jerusalén. Explica Vidal, como no podía ser de otra forma, que la pieza clave en el Concilio fue Santiago, cuando lo único que hace es concluir el debate, sin embargo, es San Pedro el que resuelve el debate de acuerdo a la autoridad que Cristo le confirió. San Lucas, de hecho, narra el fin de la intervención de San Pedro de la siguiente manera:
(…)Por el contrario, creemos que nos salvaremos por la gracia del Señor Jesús, igual que ellos», Entonces la multitud calló (Hech 15, 11-12).
Vidal, además, reconoce que:
Santiago respaldó el argumento emanado de la interpretación de Pedro y de la experiencia personal de Pablo y Bernabé (pág. 154).
Es decir, tácitamente reconoce que Santiago lo único que hace es corroborar un argumento anterior. No resuelve nada. Por cierto, Vidal en este asunto no dice nada de la autoridad de la Iglesia sobre todos los creyentes.
En definitiva, el libro de Vidal es un libro equívoco, en cuanto no es un libro de historia, sino de propaganda protestante. Si se hubiese titulado de otra forma (Pablo visto por un protestante), no habría mayor problema, el que se acercara a este volumen apechugaría con las consecuencias, sin embargo, el titulo y el objeto se supone otro, contar la historia de Pablo. Ahora bien, lo que hace Vidal es presentarnos a un Pablo luterano. El verdadero Pablo es opacado por una visión sesgada, llena de prejuicios, que no reconoce al verdadero Apóstol de los Gentiles (resulta curioso como Vidal pasa de puntillas respecto al tema de la Cena del Señor, el sacrificio eucarístico).
Por desgracia nos encontramos ante uno de los libros más flojos de Vidal, muy lejos de su tesis doctoral. Como libro de historia no aporta mucho más que lo ya escrito por el autor en otros libros. Como libro de teología es muy deficiente – tan deficiente como la teología protestante -, de ahí que la labor que la BAC está emprendiendo recuperando sus obras clásicas (como la Teología de San Pablo del padre Bover) tenga más importancia aún.
Quizás todo esto se deba a que nunca intentó descubrir a Pablo, sino a Lutero y Calvino.
]]>Por ejemplo, nadie sería capaz de defender que un ciudadano que corre los cien metros lisos en dos minutos, tenga derecho a participar en unos juegos olímpicos. El derecho a participar en los mismos depende de la capacitación del individuo para superar convenientemente las pruebas.
Esto que es tan claro en el mundo del deporte, en el ámbito intelectual se retuerce y se convierte su contrario en una idea evidente y ¡pobre de aquél que contraríe el pensamiento políticamente correcto!.
Que toda persona tenga derecho a recibir una educación, a ser alfabetizada, a poseer una cultura, no implica que tenga derecho a un título universitario, sin embargo, en España, parece que el no poseer una graduación académica lleve aparejado una connotación de disminuido psíquico. Seguro que cualquiera de nosotros conoce a alguien que es un buen trabajador sin tener una carrera universitaria. O cuántos FPes hay en España que son unos buenísimos profesionales. Sin embargo, se sigue pensando que si no tienes el bachiller o una carrera eres un donnadie. Pruritos de grandeza.
Nadie es inferior por no poseer una carrera, igual que nadie es inferior por no jugar en la Primera División del fútbol español.
Los políticos, sabedores que alimentar los sentimientos más viscerales de la población incrementan demagógicamente su bolsa de votos, crean leyes injustas con el único objeto de perpetuarse en el poder. No se mueven por el bien común.
Por esta razón, disminuyen continuamente el nivel de los estudios para que así haya más personas que accedan al mismo, produciendo a su vez una devaluación de dichos títulos.
El PSOE por acción y el PP, por omisión, son culpables de haber castrado intelectualmente a más de una generación gracias a la LOGSE. Y el daño pudiera ser irreversible.
Teniendo en cuenta lo anterior, la Junta de Andalucía nos presenta un nuevo éxito de la Tercera Modernización – pero, ¿se ha acabado la segunda? -: flexibilizar el pase de curso de Bachillerato, esto es, ponerlo aún más fácil.
¿Cuál es el objeto de esta medida? Yo pienso que dos. El primero, retrasar el tiempo de incorporación de los jóvenes al mercado laboral, con lo que no entrarán dentro de las estadísticas –estadísticas a las que, por otra parte, se les modifican los criterios de manera que siempre sean favorables al partido en el gobierno -; el segundo, aumentar la tasa de titulados.
Andalucía será la región con el mayor número de bachilleres analfabetos sin ningún género de dudas.
]]>Ha hecho falta una transición – de Franco a Chaves, de régimen a régimen -, llegar a la tercera modernización sin acabar la segunda, un porrón de años en el Gobierno (ni los más viejos del lugar se acuerdan de quién gobernaba antes de D. Manuel) para conseguir ser la primera comunidad de todas, ¡en número de funcionarios!.
El trayecto ha sido duro, lleno de baches y zancadillas que no buscaban nada más que perjudicar al Presidente de la Junta de la Andalucía; pero a pesar de la «derechona» rancia, en Andalucía se ha conseguido el Estado del «Chavestar».
Con una población de 8.177.805 personas, Andalucía es la región mejor administrada, ya que con su ejército de 489.671 funcionarios, la Junta da una cobertura a 16’7 personas. ¡Anda que no!.
Chaves, ha hecho el milagro de los funcionarios y los peces. Gracias a la multiplicación de cargos públicos, asesorías, incremento del gasto en obra pública – con la que poder comprar a los empresarios -, engaños como las empresas privadas de capital público, ha instaurado el régimen andaluz.
Y mientras, Andalucía a la cola en bienestar, pero no importa, mientras que haya un euro para una cervecita.
]]>Mientras, en Roma, el Papa aprobó la acción de la Pataria en el consistorio y le dio a Erlembaldo la bandera de la Iglesia. El Papa mandaba a los seglares que se alzaran contra la jerarquía inmoral.
Por otro lado, en Milán, hubo un enfrentamiento que acabó con Guido expulsado de la ciudad. Entonces los partidarios del arzobispo echaron mano a Arialdo, lo condujeron al castillo de una sobrina de Guido y al fin lo mataron en el año 1.066. El cadáver fue encontrado por Erlembaldo, que lo trasladó a Milán. Arialdo fue acogido como mártir. Enterrado en la Iglesia de San Celso, posteriormente fue canonizado.
. La muerte de Arialdo no detuvo al movimiento patarino; de hecho, ni el Papa ni sus colegas, Hildebrando y Pedro Damián, tenían pensados pararlo.
Erlembaldo quedó al fin y a la postre como jefe de la Pataria, convocando y presidiendo los procesos contra los clérigos simoníacos e inmorales y además guía al pueblo en los asaltos contra los enemigos, sin embargo al ser un laico, no predica.
El movimiento es sustancialmente laical. Incluso es financiado por un laico, Nazario, lo que muestra que el movimiento no queda restringido a los estratos más humildes de la sociedad.
Alejandro II murió el 21 de Abril de 1.073. En los funerales celebrados el día 22, dirigidos por HIldebrando como archidiácono, fue elegido éste como Papa. Los cardenales reunidos en San Pedro ad Vincula, lo eligieron por fin en toda forma. Pero Hildebrando retrasó la coronación hasta contar con la aprobación del Rey alemán Enrique IV. Eligió el nombre de Gregorio VII (1.075 – 1.085), en recuerdo de Gregorio VI, al que había acompañado en el exilio. Fue uno de los Papas más grandes (su fiesta es el 25 de Mayo). San Pedro Damián lo llamaba, en tono jocoso, un San Satán, lo que nos muestra su carácter activo e infatigable. En esto coincide con San Ignacio de Loyola.
Gregorio entregó en Roma a Erlembaldo una bandera que representaba a San Pedro y San Pablo, lo que conlleva no sólo un reconocimiento oficial, sino también un cambio simbólico significativo.
Una vez retirado Guido de la lucha, todavía en tiempos del Papa Alejandro II, el Emperador quiso que se eligiera arzobispo a Godofredo de Catiglione. Los patarinos propusieron, por el contrario, a Atón (1.072), que fue confirmado por Alejandro II. Esta disputa condujo a un enfrentamiento atroz, sin que ninguno de los aspirantes consiguiera tomar el arzobispado.
Entonces ocurrió una desgracia para los patarinos: Erlembaldo fue asesinado (1.075) por una conjura urdida por los nobles y miembros del clero simoníaco. Erlembaldo sería canonizado en el año 1.095 por el Papa Urbano II, que ordenó trasladar su cuerpo a la Iglesia de San Dionisio.
Tras la muerte de Erlembaldo, el Papa y el Emperador se pusieron de acuerdo con la figura de Atón. A partir de estos momentos la Pataria languidecería lentamente, aunque manteniendo vivos el carácter moralizante, la coherencia de vida y la participación de los laicos, que se mostraron activos, de forma distinta, en el siglo siguiente.
]]>Recuerdo la noche que pasó mamá tumbada en el sofá con las contracciones. Recuerdo los nervios con los que esperamos el momento del parto, por miedo a que tuviera que pasar de nuevo por una cesárea.
Cuando nació tu hermano, no quedaba nadie en el hospital: entramos los primeros y salimos los últimos. Lo tuyo fue todo distinto. Naciste hermosa, con los ojos abiertos, llena de roscas. Toda una princesita.
Dos años ya. Parece que fue ayer.
Felicidades Carmen.
]]>En memoria de los santos apóstoles y mártires,
de la gloriosa siempre Virgen María,
de Zacarías, Juan, los Inocentes, Esteban,
Pedro y Pablo, Juan, Santiago, Andrés,
Acisclo, Torcuato, Fructuoso,
Félix, Vicente, Eulogio, Justo y Pastor,
Justa y Rufina, Eulalia, la otra Eulalia, Leocadia.
Esta es una de las oraciones que conforman la «oración entre los dípticos», del rito Hispano Mozárabe que se sigue en Toledo. En esta intercesión solemne que se pide a los santos, aparecen las Santas Justa y Rufina, gloria del martirologio sevillano.
Junta y Rufina eran hermanas, nacidas en el siglo III en el barrio de Triana. Dice la tradición que eran alfareras, cristianas pías.
Regía los destinos del Imperio Diocleciano, cuando durante la procesión de la diosa Salambó por las calles de la Sevilla romana, se acercaron los idólatras a casa de Justa y Rufina a pedirle dineros para el culto. Las hermanas se negaron y se rebelaron, arremetiendo contra la efigie, que se hizo añicos contra el suelo. Hoy serían tachadas de fundamentalistas.
Enterado el prefecto de Sevilla, Diogeniano, las mandó encarcelar. Dicen que estuvieron encerradas en las cárceles (en Sevilla son las Sagradas Cárceles) sita extramuros de la ciudad, en la que hoy es la Iglesia de la Trinidad. Allí se conserva una columna, que tiene en el centro una cruz hendida en la piedra, realizada por las hermanas.
En las cárceles fueron conminadas a abandonar la fe. Como Justa y Rufina se negaron, se las sometió a tortura, primero con el potro, con garfios de hierro después. Pero la fe en Cristo Jesús las sostuvo. Cuenta la historia que Diogeniano, al ver que no era capaz de doblegar su voluntad, las mandó andando descalzas hasta Sierra Morena, pero ni por esas.
Así que, visto la resistencia de las trianeras, Diogeniano las mandó encarcelar para que se pudrieran definitivamente en la cárcel. Justa fue la primera en morir. Su cuerpo fue tirado a un pozo. Posteriormente Rufina fue llevada al anfiteatro, donde un león daría buena cuenta de ella, pero el león demudó en gatito y como tal, lamió la túnica de Rufina.
Este hecho acabó con la paciencia de Diogeniano y por fin, terminó con la vida de la santa mandándola degollar. Su cuerpo fue quemado.
El Obispo de Sevilla, Sabino, recuperó el cuerpo de las hermanas, enterrándolas juntas, posiblemente junto a lo que hoy es la Iglesia de la Trinidad, Basílica de María Auxiliadora, donde recientemente se ha encontrado un túmulo dedicada a las hermanas. Era el año 287.
Las mártires fueron canonizadas y hechas patronas de Sevilla, la ciudad que las vio nacer. Desde entonces, no han dejado de interceder por la ciudad.
En la escultura de Duque Cornejo, cuya foto abre la bitácora de hoy, aparecen sosteniendo la Giralda, cuyo derrumbe evitaron (ocasionado por el terremoto de Lisboa) en el año de nuestro Señor de 1.755.
Las Santas son un ejemplo de vida de fe y de valentía. Su testimonio vale hoy el doble, especialmente, en una ciudad tan falsa, donde nadie se moja por nadie, como es la casquivana Sevilla.
]]>No me lo podía creer. Cuando lo leí me quedé patidifuso, pasmado, asombrado. No podía creerme que fuera posible lo que estaba leyendo. Mi espíritu quedó embargado de dolor, el mundo se me venía abajo, ¡el Papa tiene una prima Testigo de Jehová!.
No, no es una broma. Esta noticia ha sido publicada en el diario El Mundo entre las dedicadas al seguimiento del viaje del Santo Padre en Australia. La firma Marta Lobato, que se habrá quedado más ancha que pancha tras su publicación. ¿Esperará que le den el Pulitzer por la misma?
No sólo en el Mundo aparece dicha información. Religión Digital también la ofrece en el día de hoy. Por todos es conocido, que en verano las noticias decaen no sólo en número, sino en calidad – ¿tendrán algo que ver los becarios? – pero realmente, es justo esperar algo más de los medios de información, ¿no?.
Ante esta revelación tan impactante, yo voy a dar otra noticia. Yo también tengo un primo Testigo de Jehová; pero no queda la cosa aquí: los tíos de mi mujer también son Testigos de Jehová. Y lo peor de todo, mis suegros viven al lado de una familia que tiene que ser anabaptista o algo así.
Los efectos de la calor..
]]>A pesar de que los progres de salón nos quieran vender una Edad Media oscura y neblinosa, la realidad fue otra. La época fue grandiosa y brillante, poblada de filósofos y teólogos, donde incluso el Rey estaba sometido a la justicia. Los hombres buscaban las virtudes, como la fortaleza; no se conocían cosas tan absurdas como las personas “proactivas”.
Pero volvamos a la época. La Iglesia necesitaba una reforma. El clero feudal era concubinario y simoníaco. Había que acabar con esta inmoralidad por fidelidad a Cristo y en esta empresa se embarcaron los laicos junto con la jerarquía.
La Pataria toma su nombre en Milán. La etimología del nombre no está clara, pero parece que deriva del lombardo patée, que significa “harapo”. Estaríamos hablando entonces de un “grupo de harapientos”, con las connotaciones negativas que podía tener en la época.
El iniciador fue el diácono Arialdo, que empezó la predicación contra el clero incontinente en el año 1.057. Tuvo la ayuda de Landolfo Cotta, ex notario de la iglesia ambrosiana. Landolfo era un clérigo menor y por lo tanto, no podía predicar.
La Pataría se lanzó a una serie de acciones expeditivas contra el clero concubinario. Realizaban asaltos y saqueos, por lo que rápidamente llegó el enfrentamiento con el arzobispo de Milán. Milán estaba regida por Guido de Velate, que había sido elegido simoníacamente. Guido convocó un sínodo provincial en Fontanero que condenó y excomulgo a Arialdo y a Landulfo. Pero éstos no se arredraron.
La Pataria no estaba formada únicamente por el pueblo, sino que también se adhirieron sacerdotes al movimiento, los cuales no lo abandonaron ni cuando llegó la pena de excomunión. De hecho se dio el caso de un cura simoníaco que cedió una Iglesia de titularidad privada a Arialdo. La Iglesia se transformó en canónica, acogiendo a Arialdo y los suyos.
Una de las propuestas más interesantes promovida por los patarinos es la conocida como “huelga litúrgica”, que consistía en el abandono de las funciones de los sacerdotes simoníacos y/o concubinarios, que se veían obligados por la falta de fieles a no administrar los sacramentos.
Pero volvamos a la historia. Mientras todo esto ocurría en Milán, “huelgas litúrgicas” incluídas, en Roma estaban preocupados por el caso. Por eso se envió en ayuda del arzobispo Guido, a Anselmo de Baggio e Hildebrando de Soana. Esta es una muestra palmaria que es el Espíritu Santo el que guía a la Iglesia, aunque los hombres muchas veces se opongan a Él.
Una vez los legados hubieron examinado la situación, no sólo no prohibieron el movimiento, sino que lo alentaron y animaron a seguir. Sería curiosa poder ver la cara del Arzobispo Guido. Desde luego no sería una cara de alegría. Evidentemente, el Papa Esteban IX levantó la excomunión a Arialdo y Landulfo.
Los enfrentamientos violentos continuaron, lo que obligó al Papa Nicolás II, sucesor de Esteban IX, a enviar de nuevo legados a Guido, consiguiendo que éste último aceptara la reforma y que fuera consagrado por el Papa en el año 1.060.
Mientras, Anselmo de Baggio fue elegido en 1.060 Obispo de Lucca. Al año siguiente fue elegido Papa con el nombre de Alejandro II. Todo cambiaría para la Pataria.
]]>Nació en Tréveris, de padres judíos. No le interesó el judaísmo pero – no se el como ni el porqué – sus rasgos son los típicos de los estudiosos del talmud: acumulaba material sin digerirlo, proyectó obras de proporciones gigantescas, propias de un Hércules, que nunca acabó. Despreció a los no eruditos y aguijoneó a los eruditos
Su tesis doctoral: «Diferencia entre la filosofía de la naturaleza de Demócrito y la de Epicuro». Ahí acabó su relación con la Universidad
Filósofo, poeta y periodista. Sus poemas son salvajes, destilan odio:
Estamos encadenados, destrozados, vacíos, asustados.
Eternamente encadenados a este bloque de mármol del ser.
Somos los simios de un Dios frío.
.
Su vida fue la crítica. Criticó a Hegel, a los economistas clásicos y a los socialistas utópicos. Lanceó a la religión - la teología es antropología -, pero el éxito de su crítica es directamente proporcional a su fracaso en la teoría.
Las relaciones burguesas de producción representan la última forma de antagonismo en el proceso productivo social; no se trata de un antagonismo individual, sino de un antagonismo que brota de las condiciones de vida social de los individuos. Sin embargo las fuerzas productivas que se desarrollan en el seno de la sociedad burguesa crean al mismo tiempo las condiciones materiales para la solución de este antagonismo. Con esta formación social, por lo tanto, se cierra la prehistoria de la sociedad humana
Erró totalmente. La sociedad comunista preconizada no llegó, o sí. El capitalismo no generó fatalmente su negación, fueron necesarios más de cien millones de muertos para la llegada de una sociedad que no fue precisamente «un retorno pleno y consciente del hombre a sí mismo, como hombre social, es decir, como hombre humano».
Su teoría del valor no explica lo esencial, el comportamiento de los precios, sin embargo la plusvalía, tan intuitiva como malévola, sigue imbricada en nuestro inconsciente.
Mantengo una relación de amor – odio con este filósofo. Me engatusa su forma de criticar, tan periodística, y me enerva la falsedad de su teoría. A pesar de que su obra es maléfica, hay que reconocerle el mérito que tenía para el mal.
Marx es uno de los filósofos más grandes de la historia de la humanidad. Junto con Nietzsche, marcan los hitos con el que toda filosofía se tiene que confrontar.
Hoy sus hijos son enanos mentales incapaces de leer al padre. Son progres, herederos de una grandeza que no les corresponde.
Marx les vomitaría de su boca.
]]>Podría haber sido Platón, Aristóteles, Zenón de Elea, Hume, o Saúl Kripke, pero no; José Blanco ha desvelado que Amenábar es su filósofo de cabecera.
Por lo visto, «Mar adentro convulsionó a la sociedad» y nosotros con estos pelos. Nunca hubiese pensado que esa película diese para tanto. Defender la eutanasia basándose en el filme es ciertamente ridículo, pero este Gobierno nos tiene acostumbrado a estas charlotadas. El problema no es que José Blanco diga esta sarta de sandeces, sino que los gobernados se las traguen.
El fundamento de la confusión se encuentra en el lenguaje, en llamarle muerte digna lo que no es más que un asesinato de una persona enferma. Muerte digna es aquella que respeta al enfermo, que no lo convierte en un instrumento, buscando disminuir el sufrimiento físico, con la ayuda de la ciencia, y el sufrimiento moral, con la clásica obra de misericordia de visitar a los enfermos.
La eutanasia sin embargo no es otra cosa que la acción positiva que intenta cercenar o suprimir la vida en ciertas situaciones límites: es la muerte indolora del que se encuentra en condiciones de grave sufrimiento. Este concepto es en cierta forma confuso, ya que al fin y a la postre, se extiende a enfermos que están en situaciones en las que se desconoce si está sufriendo en no, como por ejemplo el caso de Terry Schiavo. Por ende, será el médico y los familiares los que determinen si el enfermo está en condiciones para darle matute. Pero esto es la consecuencia nefasta de un presupuesto horrendo.
«Los avances sociales no pueden ser frenados por posiciones retrógradas», Blanco dixit. Sin embargo, con la misma justificación se mata a los caballos que están sufriendo: a lo mejor, para Blanco éste es el avance social, considerar al hombre con la misma dignidad que un caballo, una vez que nos han igualado a los monos. Curiosa forma de avance social.
Como nadie la quiere palmar a no ser que lo convenzan de lo contrario, José Blanco aprovecha este revoltillo de argumentos, conceptos nebulosos y apelaciones a las vísceras, para colarnos la eutanasia poco a poco, más adentro.
]]>Cuenta hoy el diario El Mundo que la nueva prueba de selectividad que se comenzará a aplicar dentro de dos años (junio del 2.010) permitirá subir nota examinándose de asignaturas que estén orientadas a la carrera que se pretende cursar. También se añadirá una prueba oral de inglés, que entraría en vigor en el curso 2.011 – 2.012.
Los exámenes obligatorios pasarán de cinco a cuatro, siendo sustituido el quinto por un examen de una asignatura de la especialidad que haya escogido el alumno.
Según la secretaria de Estado de Educación, Eva Almunia, con esta medida se pretende incentivar el esfuerzo de los estudiantes.
Uno, al leer estas declaraciones cae en un estado de perplejidad y estupefacción porque no ve la relación entre la causa y el efecto. Con esta medida no se promueve el esfuerzo, sino que se baja aún más el nivel requerido para superar la selectividad. Sinceramente, sería mejor eliminarla definitivamente.
La Universidad se encuentra en cuesta abajo y sin frenos, no sólo por sus propias deficiencias, sino también por las majaderías que se han hecho en el bachiller.
La educación ha sido terriblemente castigada por las continuas reformas educativas, todas para peor. Si antaño la Universidad era una de las formas de promoción del pobre, ya que los títulos realmente estaban valorados, hogaño no es más que una fábrica de analfabetos.
Los estudiantes no es que desconozcan los rudimentos de la gramática y la sintaxis, sino que tampoco tienen los conocimientos teóricos suficientes de los estudios que han realizado. Al respecto, es desazonador comprobar como los nuevos titulados procedentes de carreras científicas son unos auténticos ignorantes en sus materias específicas, como hay ingenieros que no tienen ni idea de geometría clásica.
Los políticos han conseguido su objetivo, que desde luego no era mejorar la calidad de la enseñanza, sino politizar la vida universitaria. No hay que olvidar que lo único que pretenden es perpetuarse en el poder.
En el futuro, todos borregos.
Mejor que regalen los títulos con un cuarto kilo de jamón york.
]]>Según la vicepresidenta, la ley actual no cubre todos los derechos «de las personas que se ven afectadas por una situación tan horrorosa como interrumpir un embarazo», cosa que es verdad, ya que la norma no tiene en cuenta el derecho de la persona que se está gestando en el vientre de la madre.
Lo que pasa es que en esta justificación la ministra utiliza unos conceptos que han perdido su contenido semántico para una parte importante de la sociedad. Ella hace referencia a la persona, es decir, lo que los clásicos definían como substancia individual de naturaleza raciona. En este sentido, la palabra persona no significa lo mismo para un regre, más teniendo en cuenta la confusión añadida al extender ciertos derechos humanos a los simios.
Otro concepto oscuro es el de «interrupción del embarazo», concepto horrísono y malévolo que no esconde más que un asesinato.
Sin embargo, lo pero es la afirmación final realizada por la viceministra: «La última palabra la tiene el parlamento». ¿Desde cuándo un Parlamento tiene derecho a promulgar una ley injusta? ¿Cuál es su fuerza? ¿Quién le ha dado permiso para, sustrayendo la voluntad de las personas, legislar sobre este tipo de asuntos? ¿Qué legitimidad tiene un Parlamento para imponer una ley inicua?
Bajo esta confusión semántica se mueven los políticos a los que los ciudadanos dejamos deshacer, como si no fuese asunto nuestro, pero lo cierto y verdad es que se están apropiando el derecho de legislar sobre la vida y la muerte.
Dice la viceministra que quiere hacer una ley vanguardista sobre el aborto. Olvida que la única ley vanguardista, avanzada, es aquella que lo prohíba, que garantice el derecho del niño y que ayude a las madres que se encuentran en una situación difícil a tener al niño.
No hay ley más vanguardista que la que apueste por la vida.
]]>Por el contrario el candidato de la oposición a la presidencia, D. Mariano Rajoy Brey, vino a decir que la economía era un asunto capital; lo más importante vamos, como si los españoles en general, y sus votantes en particular, pensasen con el estómago.
Así le fue. Bye, bye a la presidencia del gobierno.
Evidentemente, la gran mayoría de españoles no pensaron con el estómago únicamente: ni los del PSOE ni los del PP, especialmente aquellos que veían a este último más como una herramienta que permitiera desalojar a ZP de la Moncloa, que una verdadera opción reformista que atacara muchos de los problemas fundamentales que agobian a la nación, como la unidad, la división de poderes, la reforma de la ley electoral, la defensa de la vida (eutanasia y aborto) y la defensa de la familia (matrimonios homosexuales) – no por ese orden y algunos más importantes/cruciales que otros, como el de la vida. Sin vida no hay posibilidad de reforma electoral -.
Dicho y hecho, el PSOE una vez que llega al poder pone manos a la obra y anuncia una serie de medidas encaminadas a la reforma de la sociedad: laicidad, aborto y eutanasia. El PSOE no engañó a nadie, lo que prometió lo cumple ahora con creces. Como dije anteriormente, si algo bueno tiene el PSOE es que se le ve venir a leguas. Sabe que esas son las medidas que mueven a la sociedad, no las económicas: nadie se exalta ni se revoluciona por la curva de Philips. Con esto no quiero decir que la economía sea un asunto importante, sino que hay otras cosas previas, indispensables para empezar a hablar de economía, como la vida y la libertad. Habría que recordar ahora que ni la corrupción felipista, unida a una crisis galopante, fue óbice para que el PSOE renovara una y otra vez su estancia en el poder en este aspecto.
En este aspecto, el PP parece haber asumido en su discurso una antropología totalmente materialista, por eso vuelve una y otra vez al tema de la crisis económica. Se muestra como un partido torpe, que no aprende de sus errores.
Mientras que el PP sólo quiere hablar de economía, el PSOE plantea tres temas fundamentales (porque redefinen los conceptos morales y las formas de vivir): eutanasia, aborto y laicidad. ¿Por qué hace esto el PSOE? Primero porque quieren reformar la sociedad, como ya he dicho; segundo porque saben que hablar de estos temas es apostar a caballo ganador. El PP, por sus múltiples complejos, será incapaz de de plantear una alternativa ya que no se pueden mover de lo políticamente correcto y cualquier toma de posesión en alguno de estos puntos, los desplazaría del extremo centro en el que se hayan cómodamente instalados. Por esta razón, el PSOE golpeará una y otra vez, como el boxeador que descubre una brecha en su contrincante, arrinconando al PP contra las cuerdas hasta que el árbitro de por finalizado el combate. En este caso, poco queda ya: el PP es como un púgil sonado, fofo, de vuelta, incapaz de disputarle el cetro al actual campeón.
Las declaraciones de Rajoy respecto a estos puntos han sido abracadabrantes, sonrojantes, impropias de un político al que se le presupone cierto nivel. Para el presidente del partido de la oposición «sería una irresponsabilidad atroz el convertir en eje de esta legislatura o el fijar como prioridad básica esto del aborto, de la eutanasia o de la laicidad», ya que «nadie, cuando estás por la calle, está por la laicidad, ni hay nadie que no duerma por que los inmigrantes voten o no en las municipales".
Yerra totalmente. Precisamente muchos de los españoles piensan en el aborto, la eutanasia y en la laicidad, tanto para bien como para mal. Los católicos, para proteger a los más desvalidos, los de la izquierda para extenderla y acabar con los anteriores. Parece que los únicos que no piensan en estos problemas son los señores del PP, los mismos que día tras días traicionan y desprecian a sus bases y sus votantes.
Yo entiendo que en el PP hay muchos señores que viven de las prebendas y las sinecuras que les da el partido, como Arenas, al que Chaves le gana las elecciones una y otra vez hasta con uno de los brazos atados a la espalda: a lo máximo que llega el PP en Andalucía es a rozar el palo. Si Arenas dirige los destinos del partido ¿qué se puede esperar?
Pero no hay que pensar que todo esto es malo. Los católicos en esta situación, saben que están solos, no cuentan con ningún tipo de representación política. Quizás sea el momento de plantear una candidatura alternativa, un partido que nos permita «hablar» en el mundo de la política, que defienda la vida, la familia, la libertad de los padres a escoger la enseñanza más adecuada para sus hijos, que reforme de una vez la maldita LOGSE, el sistema electoral, que independice de una vez los tres poderes del Estado, para garantizar de esta manera la libertad del individuo.
Y que por fin nos permita mandar,de una vez por todas, a freir espárragos a un PP que nos toma por imbéciles.
]]>Summorum Pontificum cura ad hoc tempus usque semper fuit, ut Christi Ecclesia Divinae Maiestati cultum dignum offerret, «ad laudem et gloriam nominis Sui» et «ad utilitatem totius Ecclesiae Suae sanctae».
Ab immemorabili tempore sicut etiam in futurum, principium servandum est «iuxta quod unaquaeque Ecclesia particularis concordare debet cum universali Ecclesia non solum quoad fidei doctrinam et signa sacramentalia, sed etiam quoad usus universaliter acceptos ab apostolica et continua traditione, qui servandi sunt non solum ut errores vitentur, verum etiam ad fidei integritatem tradendam, quia Ecclesiae lex orandi eius legi credendi respondet»(…)
Art. 1. Missale Romanum a Paulo VI promulgatum ordinaria expressio “Legis orandi” Ecclesiae catholicae ritus latini est. Missale autem Romanum a S. Pio V promulgatum et a B. Ioanne XXIII denuo editum habeatur uti extraordinaria expressio eiusdem “Legis orandi” Ecclesiae et ob venerabilem et antiquum eius usum debito gaudeat honore. Hae duae expressiones “legis orandi” Ecclesiae, minime vero inducent in divisionem “legis credendi” Ecclesiae; sunt enim duo usus unici ritus romani.
Proinde Missae Sacrificium, iuxta editionem typicam Missalis Romani a B. Ioanne XXIII anno 1962 promulgatam et numquam abrogatam, uti formam extraordinariam Liturgiae Ecclesiae, celebrare licet.(…)
Art. 5, § 1. In paroeciis, ubi coetus fidelium traditioni liturgicae antecedenti adhaerentium continenter exsistit, parochus eorum petitiones ad celebrandam sanctam Missam iuxta ritum Missalis Romani anno 1962 editi, libenter suscipiat. Ipse videat ut harmonice concordetur bonum horum fidelium cum ordinaria paroeciae pastorali cura, sub Episcopi regimine ad normam canonis 392, discordiam vitando et totius Ecclesiae unitatem fovendo. (…)
Art. 7. Ubi aliquis coetus fidelium laicorum, de quo in art. 5 § 1 petita a parocho non obtinuerit, de re certiorem faciat Episcopum dioecesanum. Episcopus enixe rogatur ut eorum optatum exaudiat. Si ille ad huiusmodi celebrationem providere non potest res ad Pontificiam Commissionem “Ecclesia Dei” referatur.
Art. 8. Episcopus, qui vult providere huiusmodi petitionibus christifidelium laicorum, sed ob varias causas impeditur, rem Pontificiae Commissioni “Ecclesia Dei” committere potest, quae ei consilium et auxilium dabit.(…)
Datum Romae, apud Sanctum Petrum, die septima mensis Iulii, anno Domini MMVII, Pontificatus Nostri tertio.
Summorum Pontifum, Benedictus XVI.
Los sumos pontífices hasta nuestros días se preocuparon constantemente porque la Iglesia de Cristo ofreciese a la Divina Majestad un culto digno de “alabanza y gloria de Su nombre” y “del bien de toda su Santa Iglesia".
Desde tiempo inmemorable, como también para el futuro, es necesario mantener el principio según el cual, “cada Iglesia particular debe concordar con la Iglesia universal, no solo en cuanto a la doctrina de la fe y a los signos sacramentales, sino también respecto a los usos universalmente aceptados de la ininterrumpida tradición apostólica, que deben observarse no solo para evitar errores, sino también para transmitir la integridad de la fe, para que la ley de la oración de la Iglesia corresponda a su ley de fe. (…)
Art. 1.- El Misal Romano promulgado por Pablo VI es la expresión ordinaria de la “Lex orandi” ("Ley de la oración"), de la Iglesia católica de rito latino. No obstante el Misal Romano promulgado por San Pío V y nuevamente por el beato Juan XXIII debe considerarse como expresión extraordinaria de la misma “Lex orandi” y gozar del respeto debido por su uso venerable y antiguo. Estas dos expresiones de la “Lex orandi” de la Iglesia no llevarán de forma alguna a una división de la “Lex credendi” ("Ley de la fe") de la Iglesia; son, de hecho, dos usos del único rito romano.
Por eso es lícito celebrar el Sacrificio de la Misa según la edición típica del Misal Romano promulgado por el beato Juan XXIII en 1962, que no se ha abrogado nunca, como forma extraordinaria de la Liturgia de la Iglesia. (…)
Art.5. §1.- En las parroquias, donde haya un grupo estable de fieles adherentes a la precedente tradición litúrgica, el párroco acogerá de buen grado su petición de celebrar la Santa Misa según el rito del Misal Romano editado en 1962. Debe procurar que el bien de estos fieles se armonice con la atención pastoral ordinaria de la parroquia, bajo la guía del obispo como establece el can. 392 evitando la discordia y favoreciendo la unidad de toda la Iglesia. (…)
Art.7. Si un grupo de fieles laicos, como los citados en el art. 5, §1, no ha obtenido satisfacción a sus peticiones por parte del párroco, informe al obispo diocesano. Se invita vivamente al obispo a satisfacer su deseo. Si no puede proveer a esta celebración, el asunto se remita a la Pontificia Comisión “Ecclesia Dei".
Art. 8. El obispo, que desea responder a estas peticiones de los fieles laicos, pero que por diferentes causas no puede hacerlo, puede indicarlo a la Comisión “Ecclesia Dei” para que le aconseje y le ayude. (…)
Traducción: ACI Prensa
]]>La Concejalía de Deportes es dirigida por Lolo Silva, un progre a machamartillo, comunista sin Marx – dudo mucho que algún comunista de hoy haya leído al de Tréveris -, auxilio de sus cachorros los brigadistas, a los que subvenciona las visita ad limina a Cuba y Venezuela.
La última fazaña del personaje en cuestión está relacionada con la concesión de más de 140.000 euros en contratos con la administración, a su primo. Como los políticos se cachondean de los ciudadanos, más que nada porque hagan lo que hagan los ciudadanos los siguen votando, Lolo y su primo han protagonizado sainte que ni los de los Álvarez Quintero.
El primo de Lolo, indignado porque lo habían cogido con el carrito de los helados, fue al Registro Civil a comprobar que realmente era el primo de su primo. Patético, pero propio de una ciudad que tiene lo que se merece. Hasta aquí llega el grado de prodedumbre moral en el que vivimos.
Mientras los ciudadanos se aprietan el cinturón, David Domínguez Silva – así se llama el primo en cuestión -, gana concursos para que no verse afectado por la crisis. Ya se sabe, la familia que recibe contratos unida, permanece unida.
Mientras, la ciudad duerme, agobiada por el calor del verano, dejando que sus gobernantes hagan y deshagan.
Cada vez estamos más cerca de Venezuela.
]]>La Biblia publicada por la editoria La Casa de la Biblia, hace la siguiente traducción de Rom 5,12-17 (por gentileza de Majao público):
Así pues, por un hombre entró el pecado en el mundo y con el pecado la muerte. Y como todos los hombres pecaron, a todos alcanzó la muerte. Cierto que ya antes de la ley había pecado en el mundo; ahora bien, el pecado no se imputa al no haber ley. Y sin embargo, la muerte reinó sobre todos desde Adán hasta Moisés, incluso sobre los que no habían pecado con una transgresión semejante a Adán, que es figura del que había de venir.
Pero no hay comparación entre el delito y el don. Porque si por el delito de uno todos murieron, mucho más la gracia de Dios, hecha don gratuito en otro hombre, Jesucristo, sobreabundó para todos. Y hay otra diferencia entre el pecado del uno y el don del otro, pues mientras el proceso a partir de un solo delito terminó en condenación, el don, a partir de muchos delitos, terminó en absolución. Y si por el delito de uno solo la muerte inauguró su reinado universal, mucho más por obra de uno solo, Jesucristo, vivirán y reinarán los que acogen la sobreabundancia de la gracia y del don de la salvación. (Rm 5,12-17)
El texto en discusión (original en griego aquí), abarca desde el versículo 12 al 21 del capítulo quinto de la Carta a los Romanos y es el fundamento directo del dogma del pecado original. En el mismo, San Pablo hace un paralelismo entre la desobediencia de Adán, causa de la ruina para el género humano, y la obediencia de Jesucristo, causa de salvación para todos.
El paralelismo marca la diferencia entre Adán y Cristo,pero a su vez supone una unión profunda entre Cristo y Adán, que abarca a todo el género humano necesitado de salvación e incapaz de alcanzarla por sus propios medios.
Sin embargo, poco tiene que ver la traducción de La Casa de la Biblia con lo que escribió San Pablo a los romanos.
En el primer versículo, el texto griego dice:
«Por esto, como por un solo hombre el pecado entró en el mundo, y a través del pecado (dia, preposición de genitivo, por, a través de, por entre; tes amartias, del pecado; es decir, a través del pecado, por el pecado) la muerte, y así la muerte atravesó (literalmente)/penetró/alcanzó a todos los hombres, por el cual/por cuanto todos pecaron;
Mientras la traducción de la Casa de la Biblia, dice:
Así pues, por un hombre entró el pecado en el mundo y con el pecado la muerte. Y como todos los hombres pecaron, a todos alcanzó la muerte.
Es decir, una relación causal se convierte, de golpe y porrazo, en una conjunción. Mientras que San Pablo establece una relación causal entre la desobediencia de Adán y la entrada de la muerte en el mundo, de manera que con Adán pecó todo el género humano siendo esta la razón por la que morimos.
Al transformarse la relación causal en una conjunción, el pecado de Adán deja de ser causa del pecado del pecado original, de manera que tanto en Adán como en los hombres serían pecados personales, al contrario de lo que enseña la Iglesia ya que, mientras en Adán el pecado original sería “originante", en nosotros sería un pecado “originado". La muerte no entraría por el pecado original de Adán, sino por los pecados de los hombres. Por otra parte, la doctrina del Bautismo también quedaría tocada ya que éste borra el pecado original.
Es decir, la Biblia, según esta traducción, estaría enseñando algo distinto a lo que, por ejemplo, nos dijo San Pío V en su catecismo:
Pero Adán desobedeció, e incurrió en la desgracia de perder aquel estado de gracia y santidad en que había sido creado, y quedó sometido a todos aquellos males explicados ampliamente en el Concilio de Trento.
Recordemos además, que el pecado y la pena del pecado no quedaron limitados a Adán, sino que de él, como de causa y semilla fecunda, trascendieron naturalmente a toda su descendencia. (Parte I, cap. II, II)
Del mismo modo, en el Catecismo de 1.992:
Es preciso conocer a Cristo como fuente de la gracia para conocer a Adán como fuente del pecado (CEC 388)
Aunque es cierto que, como podemos leer más arriba, los versículos posteriores de esta traducción de la Carta a los Romanos corrige en cierta medida el sentido del versículo 12, ello no empece a que el sentido total quede distorsionado por la mala traducción inicial.
En definitiva, la fe basada en la Sagrada Escritura (Rom 5, 12-19) y definida en Cartago (a.418), Orange (A.529) y sobre todo en Trento (a. 1.543-1.563), que enseña que:
a) Adán pecó;
b) su pecado, aparte de perjudicarse a él mismo, lo hizo a toda su descendencia.
c) perdió para sí y para su estirpe tanto la gracia santificante como los dones extraordinarios (inmortalidad, integridad, ciencia infusa) con que Dios le adornara al crearlo;
d) hemos heredado de Adán esas desgracias y su mismo pecado, que se nos imputa como propio, aunque de distinta manera, ya que mientras que en Adán el pecado original es personal, en nosotros es propio, pero habitual - «mancha de pecado» que dice Santo Tomás -.
queda redefinida por una mala traducción de la Biblia cuyo sentido modifica y corrige el magisterio eclesial.
La traducción de la Biblia a lenguas vernáculas es algo de agradecer: se hace accesible la Palabra de Dios para el pueblo. Ahora bien, a pesar de este objetivo deseable y buscado, la profusión de traducciones de la Biblia consigue, precisamente lo contrario, al opacar la enseñanza de la Iglesia.
La versión de la Casa de la Biblia es un claro ejemplo. La Nueva Biblia Española es otro, quizás peor que el anterior.
]]>1. La Iglesia de Dios con gran afflicción ha tenido conocimiento de la ilegítima ordenación episcopal que el arzobispo Marcel Lefebvre confirió el pasado 30 de junio, de forma que han resultado inútiles todos los esfuerzos realizados desde hace años para asegurar la comunión da la Fraternidad Sacerdotal de San Pío X, fundada por el mismo reverendísmo monseñor Lefebvre, con la Iglesia.(..)
2. Esta tristeza la siente de modo especial el Sucesor de Pedro, el primero a quien corresponde tutelar la unidad de la Iglesia(2) (…)
Las particulares circunstancias, objetivas y subjetivas, en las que se ha realizado el acto del arzobispo Lefebvre, ofrecen a todos la ocasión para reflexionar profundamente y para renovar el deber de fidelidad a Cristo y a su Iglesia.3. Ese acto ha sido en sí mismo una desobediencia al Romano Pontífice en materia gravísima y de capital importancia para la unidad de la Iglesia, como es la ordenación de obispos, por medio de la cual se mantiene sacramentalmente la sucesión apostólica. Por ello, esa desobediencia - que lleva consigo un verdadero rechazo del Primado romano - constituye un acto cismático (3). Al realizar ese acto, a pesar del monitum público que le hizo el cardenal Prefecto de la Congregación para los Obispos el pasado día 17 de junio, el reverendísmo mons. Lefebvre y los sacerdotes Bernard Fellay, Bernard Tissier de Mallerais, Richard Williamson y Alfonso de Galarreta, han incurrido en la grave pena de excomunión prevista por la disciplina eclesiástica(4).
4. La raíz de este acto cismático se puede individuar en una imperfecta y contradictoria noción de Tradición: imperfecta porque no tiene suficientemente en cuenta el carácter vivo de la Tradición, que - como enseña claramente el Concilio Vaticano II - arranca originariamente de los Apóstoles, “va progresando en la Iglesia bajo la asistencia del Espíritu Santo; es decir, crece con la comprensión de las cosas y de las palabras transmitidas, cuando los fieles las contemplan y estudian repasándolas en su corazón, cuando comprenden internamente los misterios que viven, cuando las proclaman los obispos, sucesores de los Apóstoles en el carisma de la verdad"(5).
Pero es sobre todo contradictoria una noción de Tradición que se oponga al Magisterio universal de la Iglesia, el cual corresponde al Obispo de Roma y al Colegio de los Obispos. Nadie pude permanecer fiel a la Tradición si rompe los lazos y vínculos con aquél a quien el mismo Cristo, en la persona del Apóstol Pedro, confió el ministerio de la unidad en su Iglesia(6).
Pues bien, desde entonces hasta hoy, el Santo Padre no ha dejado de tender puentes para conseguir la plena comunión, sin embargo los seguidores de Lefebvre - ¿no tiene el concepto en sí suficiente carga semántica? – no han contestado con un sí o con un no, pero su comunicado – tal como publica Secretum meum mihi – si deja entrever varias cosas.
1) Quieren que se les levanten las excomuniones sin pedir previamente perdón. Curioso. ¿Quieren hacer pasar al Papa por las Horcas Caudinas?
2)Dicen que:
La Fraternidad San Pío X no tiene la pretensión de ejercitar un magisterio superior al del Santo Padre, ni busca oponerse a la Iglesia. Siguiendo los pasos de su fundador, ella quiere transmitir lo que ha recibido, es decir «lo que siempre ha sido creído, en todos lados y por todos». Ella hace suya la profesión de fe que Msr. Marcel Lefebvre dirigió a Paulo VI, el 24 de Septiembre de 1975: «Jesucristo a confiado a Su Vicario el cargo de confirmar a sus hermanos en la fe y le ha pedido velar para que cada obispo fielmente guarde el depósito de la fe, según las palabras de san Pablo a Timoteo».
Pero, ¿acaso la Iglesia no enseña lo que ha recibido, es decir «lo que siempre ha sido creído, en todos lados y por todos»? ¿Qué problema hay para alcanzar la plena comunión pues, si la Fraternidad no «busca oponerse a la Iglesia»?
Hace ya veinte años y seguimos igual.
]]>Creced y multiplicaos, y henchid la tierra (Gn 1,28).
El Rey David, escribe en el salmo 126:
Don de Yave son los hijos, es merced suya el fruto del vientre. Lo que las saetas en la mano del guerrero, eso son los hijos de la flor de los años.
¡Bienaventurados los que de ellos tienen llena su aljaba! No serán confundidos, cuando hayan de litigar en la puerta con su adversario.
Para a continuación añadir en el salmo siguiente:
Tu mujer será como fructífera parra en el interior de tu casa. Tus hijos, como renuevos de olivo en derredor de tu mesa. Así ciertamente será bendecido el varón que teme a Yave.
Esta doctrina tan clara, de los hijos como regalo, como bendición de Dios al hombre se encuentra passim por toda la Biblia . De hecho, la capacidad generativa del hombre, la bendición que Dios da sobre la primera pareja, queda tocada, pero no eliminada; los hijos se parirán con dolor, pero el hombre y la mujer «participan del poder creador y la paternidad de Dios» (CIC 2367).
El suplemento dominical del Mundo, (El Magazine) se hacía eco ayer de un movimiento internacional, creado por un canadiense capón, Jerry Steinberg, llamado No Kidding, que «a parejas adultas y solteros que por cualquier razón no han tenido hijos».
El número de parejas sin hijos va en aumento, de hecho, se supone que para el 2.010 en USA habrá 31 millones de parejas que habrían decidido no tener hijos. Mientras esto ocurre al otro lado del Atlántico, en España 800.000 parejas de entre 25 y 35 años, han decidido no tener hijos.
En Estados Unidos, se les conoce como childfree (libres de hijos). Dicho colectivo viven su situación como una liberación.
Según la psicóloga Pilar Valera (madre de dos hijas), las mujeres que no tienen niños «son más libres, independientes y dueñas de su futura, porque dan prioridad a su trabajo, a su pareja o a sus intereses personales. Se ha desenmascarado esa falacia de que la maternidad es un valor social cuyas ventajas son para todos, mientras que los inconvenientes, son para nosotras».
Aunque el argumento no deja claro la oposición hijos-libertad, lo que deja claro es su incoherencia, ya que suponemos que la aplicación de dicho principio será sólo a partir de la persona que lo enuncia, ya que si fuese aplicado a su ancestro, sería dudoso que hubiese alcanzado la existencia, cosa en la que seguramente estaría en desacuerdo.
De todas formas lo que menos importa son los argumentos (nadie se arruina por tener muchos hijos, sino por llevar una vida poco virtuosa, tener mala suerte en los negocios, etc; ni hay carrera profesional que valga igual que un ser humano), lo importante aquí es el nuevo fenómeno que está emergiendo. Ya no se trata de de tener pocos hijos, sino de tomar una postura abiertamente antinatalista – no tener ninguno -, de manera que nada nos moleste ni perturbe nuestra supuesta felicidad.
Dios no retiró su bendición inicial, pero el hombre pone todo su empeño en borrar toda el rastro de Dios en él.
]]>A pesar de estas advertencias, el CET sevillano decidió echar un rentoy, conociendo el estado de la cuestión, e invitaron a Pagola a presentar su libro en el CET.
Hoy, la Comisión Episcopal para la Doctrina de la Fe publica un dura nota sobre el libro de Pagola, en la que dice que
«el Autor parece sugerir indirectamente que algunas propuestas fundamentales de la doctrina católica carecen de fundamento histórico en Jesús. Este modo de proceder es dañino, pues acaba deslegitimando la enseñanza de la Iglesia al carecer –según el Autor- de enraizamiento real en Jesús y en la historia. En el libro no se quiere negar esa enseñanza pero, de hecho, se muestra infundada. (…)
(…) El Autor parece dar a entender que, para mostrar la historia se debe dejar de lado la fe, logrando como resultado una historia que es incompatible con la fe. El problema no está sólo en pensar que se debe prescindir de la fe para saber históricamente quién fue Jesús (éste es un prejuicio erróneo mantenido también por numerosos exegetas que se dicen católicos) , sino sobre todo –dado que el libro quiere ser una “aproximación histórica”- en reconstruir una historia, a partir de un uso arbitrario de los evangelios, que resulta incompatible con la fe. Si el “Jesús histórico” que muestra el Autor es incompatible con el Jesús de la Iglesia, no es porque ésta haya inventado, con el pasar del tiempo, a un Jesús diferente del que aconteció, sino porque la “historia” que se propone es una historia falseada, aunque ésa, ciertamente, no sea su intención. El Autor se sirve en esta obra de investigaciones que mayoritariamente se encuentran fuera de la Tradición, tanto por sus presupuestos metodológicos (asumidos acríticamente), como por sus conclusiones. Los resultados a los que llega son la derivación lógica de su punto de partida»
Es decir, blanco y en botella. Si los rectores del CET fuesen consecuentes, hoy presentarían la dimisión del cargo, o al menos, una nota de rectificación, pero dudo mucho que se produzca cualquier manifestación en esta dirección, eso sí, notas en contra de los Cardenales Rouco, Cañizares y García – Gascó sí.
Con la enmienda a la totalidad realizada al libro de Pagola por la CEE ha quedado la cosa clara.
El pagolerismo sevillano se ha quedado con el antifonario al aire.
]]>Las razones aducidas por Joan Herrera, cuya inteligencia debe estar cercana a la de los monos, son falaces, aparte de no aportar ningún tipo de información. Me explico. Decir que los simios son «seres con capacidad para conocerse a sí mismos, con capacidad cognitivas amplias y complejas», es no decir nada, si no da una referencia adecuada para el significado de esos conceptos. ¿Qué es una capacidad cognitiva amplia? ¿Qué quiere decir que un simio se conoce a sí mismo? ¿Qué es consciente de su individualidad? ¿Cómo lo demuestra?
Estas preguntas, son vicarias de un concepto más profundo, el que responde a la pregunta ¿qué es un hombre? Si lo que caracterizara a la naturaleza humana es su capacidad cognitiva, o su capacidad intelectual, tendríamos que preguntarnos si, por ejemplo, un autista, un subnormal o una persona en coma son hombres. Desde un punto de vista «regre», es decir de alguien que se considera al nivel de los monos, la respuesta posiblemente sería que no, aunque quizás la consistencia, una de las condiciones a mantener por parte de los seres racionales, sería una cualidad harto dudosa para alguien que reclamase derechos humanos para los monos.
La clave de este asunto posiblemente se encuentre en el reconocimiento del derecho de la libertad de los simios. No podemos pedir la libertad para los simios, sin saber previamente qué es la libertad, si éstos son libres, es decir, si realmente son capaces de elegir responsablemente, según la voluntad y el intelecto, o si por el contrario, son presos de su instinto.
Evidentemente, pedir este tipo de reflexiones a un político es lo mismo que si pidiéramos peras a un olmo: de donde no hay no se puede sacar, menos de las cabezas de unos políticos cuyo único fin es perpetuarse desvergonzadamente en el poder.
Sin embargo, que sean incapaces intelectualmente no implica que no sean malos, ya que lo que están haciendo es asimilar la libertad del mono a la del hombre y por ende, si un animal necesita un domador, así un ciudadano necesita a un político que le marque la senda.
Por ello decíamos al principio que esta proposición no es un asunto sin importancia. El fin que se persigue no es dar derechos a los monos, sino disminuir la dignidad de las personas, tratarlas como a monos. El primer paso para el campo de exterminio, ya que ¿dónde va a estar mejor un «mono» que en una jaula?
]]>No es cuestión de exigirle al señor Gonzalez Pons conocimientos teológicos, pero es justo pedirle que no trate a la Iglesia como un partido político.
Es algo fácilmente entendible, incluso para un político, que la Iglesia es cuerpo místico de Cristo, pueblo de Dios, misterio, templo del Espíritu Santo y sacramento universal de salvación. Lo que no es, lo siento D. Esteban, es un miembro/a, apéndice de un partido político. Menos aún del PP.
Por ello resulta irrisoria la petición, a modo de amenaza, que ha deslizado González Pons en su entrevista en Telemadrid: como «va a ser una legislatura muy dura para la Iglesia católica», «tendría poco sentido que la Iglesia utilice su emisora, la COPE, para machacar al PP». Sin embargo, olvida este señor varias cosas. La primera, que la COPE es libre y por ende, no tiene por qué hacer seguidismo del PP. Segundo, que el PP se ha aprovechado del voto católico (el famoso «mal menor»), sin atender en ningún momento las peticiones de éstos en temas tan fundamentales como aborto, familia, etc. Tercero, que sea como sea la legislatura, la existencia de la Iglesia no depende del PSOE, ni siquiera del señor González Pons; peores momentos se han pasado y aquí estamos. Y estaremos. Hasta el final de los tiempos.
Lo que pasa es que en el PP respingan cual mula asediada por los tábanos, ante el temor a una desbandada del voto católico, alentado por Federico Jiménez Losantos, entre otros; de ahí el soborno, la mordida, ofrecida en modo de apoyo a los ataques futuros del PSOE.
Al final van a tener razón los que dicen que el PP está dirigido por «señoritos» que ven a los ciudadanos como sus lacayos.
¡Qué pícaro Sr. González Pons!
]]>La comparación con el trasatlántico – muy prosaica – con la que los prebostes del PP se han referido al PP no deja de tener su pizca de gracia, especialmente si el buque en cuestión es el Titanic y la relación de Rajoy con Aznar es la de Kate Winslet con Leonardo di Caprio: al final de la película, ella no dudó en patear a di Caprio para que no lastrase el panel en el que estaba montada. Un minuto de luto le guardó ¡y ni uno más!. De la misma manera, Rajoy le ha dado en el antifonario al melenudo ex – gobernante.
El discurso de Aznar fue bueno, golpeó a Rajoy sin misericordia, pero cabe preguntarse la razón por la que no hizo nada de lo que dijo durante su mandato, ya que muchas de consecuencias de lo que sucede hoy en el PP tienen su origen en las reformas que no llevó a cabo el presidente, algunas importantísimas como la modificación del sistema electoral, la separación de los tres poderes que componen el Estado (ejecutivo, legislativo, judicial) que habrían convertido a España en una verdadera democracia, no en una oligarquía de partidos - donde hay un solo poder y una división de funciones - que secuestran la voluntad de los ciudadanos. Tampoco ejecutó la sentencia sobre el antenicidio, ni reformó la nefasta LOGSE, uno de los atentados más repugnantes que se haya podido cometer contra los más desfavorecidos. Él tuvo el poder que le confería la mayoría absoluta, sin embargo no hizo nada.
En medio de esta barahúnda que ha ocasionado el congreso de Valencia, los favorecidos fueron los de siempre, los únicos que siempre ganan, pase lo que pase. Ayer estaban en el estrado acompañando a Rajoy Arenas y compañía, los eternos perdedores frente a Chaves. Antonio Sanz, palafrenero de Arenas ha escalado alto, no se puede decir lo contrario. Quedan atrás los tiempos de parlamentario donde ni siquiera podía doblar las piernas en el escaño debido a su oronda figura, lo que lo conduciría hasta una clínica de adelgazamiento de Marbella (después se quejan de que los llamen señoritos) para quedarse en el tipo que luce hoy en día. Éstos son los nuevos chicos de Rajoy, los mismos que están en contra del estatuto de Cataluña, que disuelve la nación española, y que a su vez, están a favor de los estatutos de Andalucía y Valencia, que buscan lo mismo.
Para un sector católico de voto pepero, el viraje del partido al extremo centro ha sido una liberación. Se acabó la coartada moral del mal menor – a veces el peor de los males -, de remordimientos de conciencia por votar a un partido que no iba a hacer nada por quitar el aborto ni el matrimonio de homosexuales. Todo esto se acabó. Un problema menos.
El PP ha querido ser más laico, más moderno, más de izquierdas, borrando sus diferencias con el PSOE, lo que lleva a preguntarse, ¿cuál será la razón por la que un votante indeciso prefiera al PP antes que al PSOE si las diferencias entre ambos no son perceptibles? Mejor quedarse con el original que con un sucedáneo. O sea.
]]>De la Constitución Dei Verbum se extraen seis leyes para la lectura adecuada de la Biblia. Las mismas son:
I.- La primera proviene del hecho mismo de la revelación sobrenatural: «Quiso Dios con su bondad y su sabiduría, revelarse a sí mismo» (DV 2). Porque la revelación es gracia, amor gratuito de Dios, debido a su «bondad y sabiduría», hay que acercarse a la Sagrada Escritura como un regalo no merecido y no esperado. Es la ley de la gratuidad.
II.- El objeto de la revelación no es otro que Dios. Tal como dice la Dei Verbum «….revelarse a Sí mismo y manifestar el misterio de su voluntad» (DV 2).
La revelación llega a su plenitud con Cristo. La segunda ley para leer la Biblia es el cristicentismo, es decir, como escribió Hugo de San Vïctor: «Toda la Escritura es un solo libro, y ese libro se titula “Cristo”».
III.- La tercera ley, está relacionada con la naturaleza de la Sagrada Escritura. Como dice Dei Verbum «por esta revelación, Dios invisible habla a los hombres como amigos, movido por su gran amor y mora con ellos» (DV 2). Nos ofrece el Concilio tres ejemplos de este diálogo de amor: Ex 33,11; Bar 3,38 y Jn 15, 14-15.
Luego se puede explicitar la tercera ley como la del diálogo: la Biblia me habla si estoy dispuesto a decir como la Santísima Virgen, «Hágase en mí según tu palabra» (Lc 1,38).
IV.- Tal como dice el CV II, Dios se revela para «invitarnos y recibirnos en su compañía» (DV 2). La revelación empieza aquí, en el tiempo, pero se cumplirá en el más allá, cuando nos encontremos cara a cara con Él.
La cuarta ley nos remite a la comunión de vida que tenemos que realizar Dios mismo: es la ley de la comunión.
V.- Dios se encuentra con el hombre en la historia, pero no sólo ahí, sino a través de la historia, a través de acciones que se aclaran con palabras, «el plan de la revelación se realiza por obras y palabras intrínsecamente ligadas». La quinta ley es, por tanto, la ley de la historicidad.
VI.- La sexta ley es la más olvidada: la ley de la eclesialidad. Como dice claramente la Dei Verbum:
La Sagrada Tradición, pues, y la Sagrada Escritura constituyen un solo depósito sagrado de la palabra de Dios, confiado a la Iglesia (….)
Pero el oficio de interpretar auténticamente la palabra de Dios escrita o transmitida ha sido confiado únicamente al Magisterio vivo de la Iglesia, cuya autoridad se ejerce en el nombre de Jesucristo.
Este Magisterio, evidentemente, no está sobre la palabra de Dios, sino que la sirve, enseñando solamente lo que le ha sido confiado, por mandato divino y con la asistencia del Espíritu Santo la oye con piedad, la guarda con exactitud y la expone con fidelidad, y de este único depósito de la fe saca todo lo que propone como verdad revelada por Dios que se ha de creer.Es evidente, por tanto, que la Sagrada Tradición, la Sagrada Escritura y el Magisterio de la Iglesia, según el designio sapientísimo de Dios, están entrelazados y unidos de tal forma que no tiene consistencia el uno sin el otro, y que, juntos, cada uno a su modo, bajo la acción del Espíritu Santo, contribuyen eficazmente a la salvación de las almas (DV 10).
La revelación se transmite por la Sagrada Tradición y la Sagrada Escritura. «La Sagrada Escritura, en cuanto escrita por la inspiración del Espíritu Santo» (DV 9); «La Tradición recibe la palabra de Dios, encomendada por Cristo y el Espíritu Santo a los Apóstoles, y la transmite íntegra a sus sucesores; para que ellos, iluminados por el Espíritu de la verdad, la conserven, la expongan y la difundan fielmente en su predicación» (DV 9). Ambas surgiendo «de la misma divina fuente, se funden en cierto modo y tienden a un mismo fin» (DV 9).
La Biblia contiene toda la verdad, pero sólo dentro de la tradición de la Iglesia se puede entender y leer. Esto es muy importante, ya que los herejes también han apelado a la Sagrada Escritura para defender sus tesis (hoy lo podemos ver de continuo).
La ley de la eclesialidad nos dice pues, que la Biblia hay que leerla en la Iglesia y con la Iglesia.
]]>A los miembros del Consejo Audiovisual de Andalucía los han pillado con la gamba en la mano. Los consejeros áulicos del ente andaluz gastaron 23.787 € en dietas por comidas que no han sido convenientemente acreditadas, como informa El Mundo de Andalucía.
La «pincelada» es el género culinario que cultivan los señoritos del régimen socialista en Andalucía, la mariscada de gamba blanca, ostras y nécoras.
- ¿Y para el centro que va a querer el señor?
- Para el centro me va a poner un poquito de jamón.
23.787 € sacados del erario público, ese dinero que procede del bolsillo de todos los contribuyentes. Igual que no se le pide permiso al ciudadano a la hora de succionarle los cuartos de la cartera, tampoco hace falta justificar las dietas. A las «criaturitas» no les importan lo que se haga en «ca’chave», lo único que importa es que deposite su voto cada cuatro años para que nuestros próceres puedan seguir disfrutando de la cigala de tronco.
En cualquier empresa seria, el gasto de una de estas «pinceladas» (ninguna baja de los 350 €) sin justificar pondrían al sujeto en la rúa. En Andalucía no. Aquí el descaro y la desvergüenza campan a sus anchas. Ya ni se recatan, total, nunca pasa nada.
- ¿Querría el Señor un digestivo?
- Sí por favor, un combinado de ron con cola.
Mientras, la oposición se afana en encontrar cualquier defecto de forma con el que incoar el correspondiente expediente, con el cual se limpiará Chaves el antifonario.
- ¡Otra de gambas!.
]]>Ayer estuve en la consulta del médico por un problema de garganta. Antes que nada tengo que decir que José Antonio, el médico de cabecera de mi familia es un doctor peculiar, a la antigua usanza. Esto le viene de herencia, ya que su padre, D. Luis (q.e.p.d.), una eminencia (¡toda la carrera sacada con matrícula de honor!) supo inculcarle esa sabiduría que distingue a los médicos de antaño con los de hogaño. La medicina no es cuestión sólo de ciencia, sino de psicología. La medicina es una de esas disciplinas en las que no se sabe cuando acaba la ciencia y empiezan las humanidades. Al menos antes era así, de ahí que muchos filósofos fueran médicos y viceversa.
La consulta conserva cierto aire antiguo, no rancio, realmente acogedor, con sofás para que los enfermos estén cómodos. La sala la preside una imagen de Cristo Rey, propio de devociones piadosas. La madre, que es a su vez enfermera como ya lo hiciera con su padre, ameniza la espera dándole conversación a la gente.
Los enfermos les fuimos entregados en herencia, ya que por lo menos en mi caso, mis padres iban ya a la consulta de D. Luis, a la que iba yo también de pequeño. Ahora José Antonio no sólo me ve a mí, sino a mi mujer, y en breve atenderá a nuestros hijos. En definitiva, es una consulta que resiste a los embates del tiempo, supongo que esto es lo que explica que esté llena.
Pues bien, ayer entre los pacientes, había dos monjas que venían de Méjico. No me enteré muy bien a qué congregación pertenecían. Eran monjas disfrazadas de mujeres, es decir, que no llevaban hábito, o su hábito respondía a la ropa que puede llevar cualquier mujer ciertamente cateta en su forma de vestir: blusa, falda larga y sandalias. En el tiempo que estuvieron allí esperando creo que devoraron prácticamente todas las revistas del corazón: Hola, Semana, etc. Pasaban rápidamente de una a otra, con fruición.
Yo no se que narices hace una hermana disfrazada de mujer, ni leyendo revistas del corazón, pero me parece que ambas cosas están relacionadas con la disminución sensible de las vocaciones en ciertas órdenes religiosas.
No comprendo que una monja no quiera llevar hábito, como tampoco comprendo que una mujer quiera ir vestida de monja. Aunque el hábito no haga a la monja, es cierto que el mismo las distingue, es un signo exterior de la forma con la que siguen a Cristo según los consejos evangélicos.
Ahora bien, lo de las revistas del «cuore» me parece inaudito. Si en esto pierden el tiempo las hermanas, es lógico que anden en decadencia. Ya se sabe, si del Kempis se pasa al Hola, es normal que Pagola y su libro cause furor en los conventos.
Teníamos a Sor Citroen, teníamos a las monjas cantarinas de Whoopi Goldberg, también a las hermanas blogeras, y ahora por fin, las monjas del «cuore».
]]>Turannoς : señor absoluto, omnipotente; tirano, déspota; rey, soberano, príncipe, dueño. Así vierte el concepto griego al español D. José María Pabón S. de Urbina.
Aristóteles dice que,
La tiranía, que es el peor régimen, es el más alejado de una constitución (Política IV 2,2)
y que
La tiranía, (…), no mira en nada al bien común, sino a su provecho personal (Política V 10,9)
Gallardón, el Alcalde dispensador de la píldora del día después a niñas de diez años, ha intentado tapar la boca de manera poco gallarda al periodista que más problemas le ocasiona.
De forma despótica llevó a juicio a Federico Jiménez Losantos, su honor así se lo pedía, el mismo honor que no se vio afectado cuando su contrincante político, Miguel Sebastián, insinuó públicamente que el Alcalde tenía relación con Montserrat Corulla,que se encuentra imputada en el caso Malaya. Curioso sentido del honor el del señor Gallardón.
La espita abierta gracias a la sentencia favorable al edil madrileño, permitirá en no mucho tiempo que los políticos reacciones furibundamente contra cualquier atisbo de crítica hacia ellos. Toda crítica será insulto, y claro, el derecho a insultar no lo permite la Constitución (queda por saber, si la Constitución permite el derecho al aborto, claro, pero estos modernos tienen unas tragaderas amplísimas).
La decisión está al albur de los políticos, pero claro, lo único que ansían los políticos es el poder y la libertad, la crítica, es incompatible con el poder.
Gallardón es el primer alcalde que posee por derecho propio el título de tirano. Seguro que no será el último.
]]>Como estoy enredado en una diatriba a cuenta de la Nácar-Colunga, recupero un artículo que muestra hasta donde se puede desbarrar con las traducciones de la Sagrada Escritura.
El artículo es una crítica de otro que apareció en Redes Cristianas.
Dice el evangelista San Lucas en el versículo 14 del capítulo segundo lo siguiente (perdón por la transcripción, el teclado no da para más):
Doxa en ypsistois theo
kai epi ges eirene en anthropois eudokias
Eudokia es una palabra de género femenino que en dicha oración, aparece en genitivo complementando al substantivo, en dativo “anthropois” (la preposición “en” rige sólo en dativo). La segunda parte del canto de los ángeles se podría traducir (dejaremos ahora mismo la palabra eudokia en griego),
“y paz en (o entre) los hombres de eudokia”
Dokeo es un verbo que puede ser transitivo e intransitivo. En el primer caso quiere decir creer, pensar, opinar, suponer, imaginar, esperar; mientras que en el segundo significa parecer, tener apariencia de, presentrarse como, hacerse valer por.
Por otro lado, el verbo eudokeo, formado a partir de dokeo, significa estar contento o satisfecho, complacerse, aprobar, estar resuelta a. De ahí que, la palabra eudokia, signifique buena voluntad, voluntad, deseo, resolución, complacencia, elección, anhelo, agrado y propósito.
Ateniéndonos a estos datos, la traducción de la segunda estrofa del canto angélico sería:
“y paz en (o entre) los hombres de buena voluntad”.
En este caso Dios adelanta la paz, pero se pone una condición, que el hombre mantenga la eudokia, que tenga buena voluntad.
Pero hay una traducción donde se olvida dicha condición, quedando clara, eso sí, la propuesta de Dios: paz a los hombres “porque le parecen bien a Dios” o “le caen en gracia”. Se olvida, sin embargo la condición por parte del hombre de mantener, o de tener, buena voluntad.
Y en estas llegó San Jerónimo.
El sentido de la oración que se nos propone como el original, se piensa que fue oscurecida por San Jerónimo al fijar el texto de la Vulgata. El santo vertió al latín el original griego escribiendo “hominibus bonae voluntatis”. Por lo explicado a partir del original griego, parece que no erró nuestro querido Padre de la Iglesia, ya que la gratuidad por parte de Dios no queda oscurecida y además, se pone la condición a mantener por parte del hombre.
En el fondo, enmendándole la plana al bueno de Jerónimo (hay que comer mucho para corregir a un Santo Padre), lo que se quiere hacer es pegarle un cañazo a la Sagrada Tradición y a la Iglesia. Estamos en lo de siempre.
Un poco de crítica textual.
Consultando las tres versiones del Nuevo Testamento que poseo (Textus Receptus, Trilingüe de Bover y la edición de Nestlé-Aland), aparecen varios datos interesantes.
Primero: que dicha estrofa aparece en las tres y, además, Nestlé-Aland la clasifica entre los textos [A], es decir como texto cierto.
Segundo: Existe una variante donde la palabra eudokia aparece en nominativo en vez de genitivo, con lo que la lectura sería parecida a la que hizo Casiodoro de Reina en la Biblia del Oso: “y en la tierra paz, y a los hombres buena voluntad (gracia, amistad, amor, a saber: de Dios)”. Dicha variante aparece en correcciones a los unciales como el alef (sinaítico) o el vaticano.
Sin embargo la lectura en genitivo es la que aparece en los manuscritos más antiguos.
Tercero: y es lo que a mi parecer es lo más curioso. Entre las versiones que corroboran la lectura de “eudokias”, se encuentran algunos textos latinos que traducen el griego como “hominibus bonae voluntatis”. Entre los mismos se encuentran la versión latina de San Ireneo y ¡la Vetus Latina!.
La Vetus Latina, es la versión de la Biblia en latín que circulaba antes que San Jerónimo fijara el texto de la Vulgata. Parece pues que ni San Jerónimo cometió un error, ya que se daba por buena la traducción “en los hombres de buena voluntad”, ni fue error de traducción del Santo, otros ya habían captado el sentido del texto de la forma que se recoge en la liturgia canónica (en latín).
Como siempre, la Iglesia tenía razón.
Así que cantemos todos:
Gloria in excelsis Deo,
et in terra pax hominibus bonae voluntatis.
Laudamus te,
Benedicimus te,
Adoramus te,
Glorificamus te,
Gratias agimus tibi propter magnam gloriam tuam,
Domine Deus, Rex caelestis, Deus Pater omnipotens.
Domine fili unigenite, Jesu Christe,
Domine Deus, Agnus Dei, Filius patris,
Qui tollis peccata mundi, miserere nobis.
Qui tollis peccata mundi, suscipe deprecationem nostram.
Qui sedes ad dexteram Patris, miserere nobis.
Quoniam tu solus sanctus,
Tu solus Dominus,
Tu solus Altissimus, Jesu Christe,
Cum Sancto Spiritu in gloria Dei Patris. Amen.
Pero el padre dijo a sus criados: Pronto, traed la túnica más rica y vestídsela, poner un anillo en su mano y unas sandalias en sus pies, y traed un becerro bien cebado y matadle, y comamos y alegrémonos, porque este mi hijo, que había muerto, ha vuelto a la vida; se había perdido y ha sido hallado. Y se pusieron a celebrar la fiesta (Lc 15, 22-25)
Con estas palabras narra San Lucas la alegría del padre ante la llegada del hijo que había pedido su parte de la herencia marchándose, a continuación, a tierras lejanas. En el blog Majao público seguimos con la interesante discusión sobre la fuente que utilizó el dúo Nácar – Colunga para la traducción de la Biblia. Esta vez le toca el turno al «becerro cebado» de la parábola del hijo pródigo, que en griego viene precedida de un artículo determinado, cosa que no puede tener la palabra latina porque el latín no posee dicho elemento, por ello, a la hora de traducir es necesario acudir al contexto para saber si es un artículo determinado o indeterminado. Por el contrario, el griego carece de artículos indeterminados.
La diferencia de hecho entre el artículo determinado y el indefinido es que el primero es conocido por el hablante y el oyente, mientras que el segundo señala que se desconoce su cantidad exacta o su naturaleza. Habría que decir que el artículo se puede utilizar una vez que el objeto se encuentre ya determinado en la mente del hablante y del oyente, como en este caso:
Compré unos zapatos y unos calcetines. Los zapatos son negros. Los calcetines son marrones.
Aunque la elección entre un artículo determinado y otro indefinido parezca un asunto baladí, ya que se puede explicar por una simple cuestión estilística, realmente no lo es, ya que se está poniendo en duda si la fuente utilizada por Eloíno Nácar y Alberto Colunga es el texto griego o la Vulgata.
No tengo que esconder mi preferencia de la traducción de Nácar-Colunga sobre otras versiones, tal como la Nueva Biblia española - ¿cómo pudo obtener el Nihil Obstat – de la que mostraremos varias incorrecciones graves en las que cae dicha versión. Por eso creo necesaria defenderla.
El idioma en el que se escribió el Nuevo Testamento es el griego koiné, el mismo idioma que sirvió para una de las versiones griegas del Antiguo Testamento, la Septuaginta.
En la página 52 del libro Grammar of Septuagint Greek, escrito por F.C. Conyberare and St. George Stock, leemos en el epígrafe 44 que el uso genérico del artículo es deudor del Hebreo. Así, en el libro primero de Samuel, capítulo 17 versículo 34, leemos «un león o un oso», de hecho, Schockel traduce en la NBE – Joaquín, utilizo esta versión que tanto te agrada – de la siguiente manera:
Tu servidor es pastor de las ovejas de mi padre, y si viene un león o un oso…
Sin embargo la Septuaginta dice: «o leon kai e arkos», es decir, aparece un artículo determinado. Esto justificaría la lectura de Nácar-Colunga, no sólo en cuanto a su conocimiento del hebreo y del griego bíblico, sino también en tener presente la lectura que hace la Vulgata de dicho párrafo, por ende se podría mostrar que no hay dolo o engaño.
Aunque Joaquín ha traído en defensa de sus tesis artillería pesada (nada más y nada menos que Valentín García Yebra), hay que decir que para traducir la Biblia no basta con tener amplios conocimientos filológicos, sino también teológicos, entre otras cosas hace falta la lectura eclesial, como dice el Concilio de Trento «incumbe a la santa madre Iglesia juzgar sobre el verdadero sentido y la interpretación de la Sagrada Escritura» (DS 1.507).
Éste es el quid de la cuestión. Muchas veces se desprecia la versión de la Vulgata sobre el texto griego, buscando una mayor pureza, sin embargo se olvida que San Jerónimo, aparte de sabio y santo, no traduce literalmente al latín como un autómata, sino que traduce con y para la Iglesia. Buscaba mejorar la Vetus latina, la Sagrada Escritura que circulaba por el norte de África, entre otros lugares. San Jerónimo no sólo nos da una versión más de la Biblia, en latín, sino también cómo entendía y entiende la Iglesia la palabra de Dios. De forma prosaica podríamos decir que nos da un «método de control», si se me permite utilizar este término, sobre cómo entender la Biblia. Y la forma de traducirla.
Como escribió el cardenal Osius en el año 1.579:
No hay evangelio sin Iglesia. El Evangelio vivo es la Iglesia. Fuera de ella se pueden tener pieles o papel, tinta o letras, los caracteres en los que se escribió el Evangelio, pero no es posible tener el Evangelio mismo […]. En la Iglesia es donde se tiene el evangelio y en ella se da la auténtica comprensión del Evangelio; o, más bien, ella misma es el Evangelio escrito no con tinta, sino por el Espíritu del Dios vivo no en tablas de piedra, sino en las tablas de carne del corazón
Igual que en el anterior post, dejo la cuestión abierta respecto al «becerro cebado» a los amigos del blog.
]]>Kant, fue un típico y a su vez ilustre representante de la
Ilustración. Típico porque tenía su confianza puesta en la razón y en su capacidad de modificación de las instituciones (pensaba que cuando todos los gobiernos fuesen repúblicas ya no habría más guerras); ilustre porque, o bien resolvió los problemas planteados por la Ilustración o bien los reformuló de tal manera que sus resultados fuesen fructíferos.
Kant fundió, en una notable síntesis, el empirismo de Hume y la física de Newton; al contrario que Descartes, no buscó un fundamento desde el cual comenzar sus investigaciones para defenderse así de los escépticos. Kant supuso la existencia de la aritmética y la física de Newton, por eso investigó como debían ser nuestros conceptos para que la ciencia fuera posible.
En su ética, Kant tampoco busca su fundamento ya que piensa que existe una conciencia moral ordinaria. Para Kant no hay nada bueno excepto la buena voluntad y lo único que lo mueve es el cumplimiento del deber por el deber. Ese deber es la obediencia a una regla universalmente válida para todos los hombres. La prueba del imperativo categórico es que puede ser universalizado: puedo querer que sea una ley de la naturaleza.
Gil Tamayo es uno de esos kantianos que vagan por nuestra sociedad. Lo único que le interesa es la formalidad de la regla. La COPE no es la Iglesia, ni la voz de Federico Jiménez Losantos es la voz de los obispos. Ahora bien, ¿qué quiere decir con que la cadena no está exenta de la necesidad de ajustarse al ideario? ¿Es que acaso no lo hace?
¿Cuáles son esos valores del humanismo cristiano al que tanto debemos? El humanismo cristiano siempre me ha parecido un cristianismo sin Cristo. Y un valor no se lo que es. Conozco virtudes y vicios, pero ¿valores? Todo cae en la formalidad, la formalidad de la regla.
Olvida el padre Gil Tamayo que el deber tiene que estar de acuerdo con el cumplimiento de un papel y/o función determinada. El deber es singular, no plural. El deber de Federico es atosigar al poder, entre otras cosas porque este poder omnímodo del Estado está impidiendo que los ciudadanos, por ejemplo, podamos ejercer algo tan básico como la libre elección del colegio de nuestros hijos; porque ese poder totalitario está desgarrando España; porque en definitiva, este gran Leviatán está socavando la libertad de los ciudadanos (la civitas, el derecho de ciudadanía) y la base moral cristiana que sostiene a esta nación).
Sin embargo parece que lo único que preocupa son las formas. Es muy recurrente incurrir en la acusación de que el locutor matinal insulta, pero ¿podría definir alguien qué es insultar? ¿Es insultar la asignatura de EpC? Alguien debería de aclararlo.
Es realmente terrible, que a la COPE se le aceche desde todos lados: incluso desde su propia casa.
]]>Días atrás comentamos la gran noticia que supone dentro del panorama editorial español, la reedición de las obras de la BAC, por lo que tiene de recuperación de grandes obras. El volumen que estrenará la colección es la edición facsímil de la primera edición de la Nácar – Colunga.
En los comentarios a ese artículo, el amigo Joaquín preguntaba lo siguiente:
«Me gustaría saber cómo traduce la edición de 1944 de la Nácar-Colunga el primer versículo del salmo 42 ("sicut cervus ad fontes"). No me vale la traducción de las ediciones revisadas por Maximiliano García Cordero. »
A lo que contestó secolar, otro amable lector:
«Contestando a Joaquin. Traduccion del versiculo 1 del salmo 42, por Nacar-Colunga: “Como anhela la cierva las corrientes aguas, / asi te anhela a ti mi alma, ¡oh Dios!” (pag. 762)
A otra pregunta de Joaquín, secolar añadió:
«El texto copiado es de la 4ª edición de 1951, y se repite el mismo texto en la 9ª edición de 1959, pág. 638. Ambas, sin revisar.
Joaquín, en su blog Majao público (una de las bitácoras más interesantes, entretenidas y eruditas, la cual visito con mucho gusto), ha continuado con el tema dedicándole un artículo donde muestra como en la versión de la Vulgata se lee «sicut cervus ad fontes», mientras que en español se vierte en femenino, cierva, en vez de en masculino, ya que se supone que está referido al original hebreo.
Movido por la curiosidad, consulté primero la Septuaginta. En el salmo en cuestión (41), la palabra griega que se utiliza es elafós, que dependiendo del artículo que la preceda, puede significar corza, cierva o ciervo. En la Septuaginta aparece en femenino. Viendo esta versión, me parecía absurdo ver la versión hebrea, ya que pensaba que la versión griega iba a ser literalmente la misma que la hebrea, sin embargo, hete aquí mi sorpresa cuando abrí mi Biblia en hebreo y comprobé que la palabra que encabeza el salmo es כְּאַיָּל es decir, literalmente «como un ciervo».
Mi sorpresa fue enorme. San Jerónimo no tradujo erróneamente; vertió correctamente al latín la palabra hebrea. Tengo que decir que esto no me lo esperaba, de hecho antes de buscar en la BHS, miré el primer tomo de la BAC dedicado a San Jerónimo, que recoge sus obras homiléticas, con el fin de buscar explicación a esa metamorfosis del ciervo en cierva. En ese comentario, el dálmata dirige a los neófitos las siguientes palabras:
Igual que el ciervo anhela los manantiales de agua, así ¡oh Dios! Te anhela mi alma (Sal 41,2). Propio es de los ciervos despreciar el veneno de las serpientes; es más: con sus hocicos las hacen salir de sus madrigueras para matarlas y descuartizarlas; y cuando el veneno de éstas comienza a arder en su interior, no llega a causarles la muerte, pero despierta en ellos una ardiente y devoradora sed; entonces anhelan los hontanares y en aquellas purísimas aguas extinguen el ardor de ese veneno. Del mismo modo que esos ciervos ansían las fontanas, así también nuestros ciervos, que, apartándose del Egipto de este mundo, hicieron perecer al faraón en sus propias aguas y dieron en el bautismo muerte a todo su ejército, después de exterminar al diablo, anhelan las fuentes de la Iglesia, al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Escrito está en Jeremías (2,13): «Me rechazaron a Mí, fuente de agua viva, y se excavaron aljibes agrietados incapaces de contener el agua». A propósito del Hijo podemos leer en otro pasaje: «Abandonaron la fuente de la sabiduría» (Bar 3,12). En fin, en relación con el Espíritu Santo se afirma: «Quien beba del agua que yo le diere, brotará en él un manantial que manará agua hasta la vida eterna» (Jn 4,13 ss), frase que el evangelista aclara a continuación apostillando que, con estas palabras, el Salvador se refería al Espíritu Santo (Jn 7,39). Con esto se ratifica con toda claridad que los tres manantiales de la Iglesia representan el misterio de la Trinidad.
El alma del creyente desea alcanzar estos tres manantiales. Los desea también el alma del bautizado y por eso dice: «Mi alma sintió sed de Dios, fuente viva (Sal 41,2). No quiso, pues ver a Dios a la ligera, sino que lo deseó con toda su pasión, sintió por Él una sed ardiente. (…)
Sobre la exégesis de San Jerónimo podríamos decir muchas cosas, todas bellas. La comparación del texto del Santo con los escritos por los exégetas actuales daría para muchos artículos, pero esto excede el ámbito del presente artículo.
La exégesis del Santo se ve reforzada y ampliada por la traducción del original hebreo. San Jerónimo no se equivocó.
De todas formas dejo la cuestión abierta a los amigos del blog. Espero, amigo Joaquín que este post ayude a derribar tus reticencias a la primera edición de la Nácar-Colunga.
]]>En la nota, los Obispos apelan a «unos derechos y deberes, enraizados en la naturaleza creada del ser humano, que hacen posible la convivencia en paz y libertad en nuestra sociedad».
Esta enseñanza es fruto del principio que impide instrumentalizar a la persona, tal como se deduce a partir de lo que afirma la Mater et Magistra:
La Iglesia católica enseña y proclama una doctrina de la sociedad y de la convivencia humana que posee indudablemente una perenne eficacia.
El principio capital, sin duda alguna, de esta doctrina afirma que el hombre en necesariamente fundamento, causa y fin de todas las instituciones sociales; el hombre, repetimos, en cuanto es sociable por naturaleza y ha sido elevado a un orden sobrenatural (MM n.218 -219)
De ahí que existan un cierto número de derechos innatos e irrenunciables, anteriores a cualquier institución jurídica positiva, entre los cuales se encuentra el derecho de los padres a educar a los hijos, tal como lo expresa el Beato Juan XXIII en la encíclica Pacem in terris:
A los padres, (…), corresponde antes que a nadie el derecho de mantener y educar a los hijos (17)
Como muy bien señalan los Obispos, el «Estado no puede imponer legítimamente una formación moral de la conciencia de los alumnos al margen de la libre elección de los padres, tal como se pretende en la asignatura EpC y en los Decretos que la desarrollan».
Aunque las leyes positivas de un Estado obligan en conciencia, tanto por el bien común como por el derecho natural que expresan, esto no implica que la moral se reduzca a lo legal. Hay ocasiones – por desgracia cada vez más – en las cuales se le exige al individuo comportamientos injustos (véase el caso del aborto o la dispensación de píldoras anticonceptivas). Pues bien, en esos casos no es sólo lícita sino obligada la objeción de conciencia y la desobediencia civil.
La encíclica Gaudium et Spes dice que:
En lo más profundo de su conciencia descubre el hombre la existencia de una ley que él no se dicta a sí mismo, pero a la cual debe obedecer, y cuya voz resuena, cuando es necesario, en los oídos de su corazón, advirtiéndole que debe amar y practicar el bien y que debe evitar el mal: haz esto, evita aquello. Porque el hombre tiene una ley escrita por Dios en su corazón, en cuya obediencia consiste la dignidad humana y por la cual será juzgado personalmente. La conciencia es el núcleo más secreto y el sagrario del hombre, en el que éste se siente a solas con Dios, cuya voz resuena en el recinto más íntimo de aquélla (GS 16)
Luego parafraseando a Santo Tomás podemos decir que la conciencia verdadera obliga por la verdad que ha reconocido.
Es decir los Obispos no dicen más que la verdad cuando afirman que
Para defender el derecho que les asiste de determinar la educación moral de sus hijos, los padres tienen, entre otros medios legítimos, el de la objeción de conciencia a la enseñanza de la asignatura EpC.
En definitiva, los Obispos con esta nota, no hacen más que recordar la doctrina de la Iglesia en estos puntos en los que el Estado ha decidido de manera liberticida, entrometerse en la libertad de los padres.
Los Obispos gallegas se han comportado como buenos pastores y mejores padres.
]]>Para los que queremos beber de fuentes seguras y alimentarnos de los clásicos, el anuncio de la reedición de las obras más importantes que la Biblioteca de Autores Cristianos publica en su web, no deja de ser un motivo de alegría.
Según anuncia la editorial, esta colección se llamará BAC THESAURUS y el primer título que se va a publicar será, nada más y nada menos, que la edición facsímil de la Nácar-Colunga.
De nuevo podremos disfrutar con las obras completas de San Buenaventura, los manuales del padre Royo Marín, la recuperación de los escritos de Scoto, Gregorio Magno, San Anselmo y San Ambrosio, la traducción de las Escrituras por Bover y Cantera, entre otras.
Con esta apuesta, la BAC pondrá de nuevo a disposición del público uno de los fondos más interesantes de una de las mejores editoriales católicas.
En definitiva, una buena noticia para el católico de habla española.
]]>Definitivamente la Fraternidad San Pío X va camino de pasar de cismática a herética. Pienso que la liberación de la misa según el rito extraordinario le ha hecho mucha pupa a Fellay y están rebrincando. Entre otras cosas porque los feligreses preferirán ir a misa en comunión con la Iglesia que con un grupo de cismáticos.
En la homilía celebrada en San Nicolas-du-Chardonnet (Paris), el Superior-General de la Fraternidad Sacerdotal de San Pío X, dijo entre otras cosas (extracto en inglés, post del miércoles, aquí), que Benedicto XVI es un Papa perfectamente liberal por la admiración expresada hacia los Estados Unidos.
Según Fellay, los Estados Unidos de América están fundados en principios masónicos, es decir, de una rebelión contra Dios.
No deja de ser sorprendente la visión tan simplista con la que Fellay resuelve la revolución de las colonias inglesas. No se cuántos masones habría entre los Padres Fundadores de los Estados Unidos, pero lo que sí está claro es que el preámbulo de la Declaración de Independencia vive del espíritu de John Locke, que sería muchas cosas, pero desde luego no un tipo de moral liberal, de todas formas no es esta la cuestión.
La Fraternidad en vez de buscar motivos de unión parece que lo que pretende es rizar el rizo y hacer cada vez más patente lo que separa. Allá ellos. Si los lefebvrianos no se unen a la Iglesia, una, santa, católica y apostólica, su destino podría ser como el de los Católicos Viejos de Döllinger, que empezaron no admitiendo el dogma de la infalibilidad papal, continuaron por no aceptar los dogmas de la Inmaculada Concepción y de la Asunción de María, y han terminado finalmente, aceptando la ordenación de mujeres, la recepción de los sacramentos para los divorciados y la admisión de manera discrecional, de los asuntos relacionados con la contracepción.
]]>En los últimos días están arreciando los ataques contra Federico Jiménez Losantos, director de La Mañana de la COPE. El último en sumarse a esta campaña ha sido el cardenal de Barcelona, Martínez Sistach. Los argumentos, los de siempre: desde la cadena COPE se crispa.
Según el Obispo, desde La Mañana no se fomenta «la concordia ni la serenidad, sino la agitación y la crispación. En las diócesis catalanas, los obispos constatamos con dolor cómo algunos programas de la cadena contribuyen a la desafección de muchas personas respecto a la Iglesia. Y se produce, también, una repercusión negativa en la decisión de muchos contribuyentes a la hora de decidir la aportación tributaria a la Iglesia».
Por lo visto, Martínez Sistach tiene datos fehacientes sobre la cuantificación de lo que la Iglesia deja de ingresar por la permanencia de Federico en la COPE. ¿Sería mucho pedir que se publicasen? ¿O es sólo un mero juicio de valor?
Federico Jiménez Losantos tiene su estilo, y como tal será discutible, pero ahora bien, deducir de ahí que el director de La Mañana crispa, no deja de ser un exceso. ¿Se acabaría el problema si Federico Jiménez Losantos se expresara como una ursulina, pero denunciando los mismos hechos y con el mismo número de oyentes? Evidentemente, no: los ataques contra Federico Jiménez Losantos serían los mismos, utilizando eso sí, otros argumentos.
El problema de verdad son los hechos que todos los días se denuncian desde las ondas radiofónicas: que los estatutos rompen la unidad de España, que en Cataluña no se puede estudiar en castellano porque esta lengua del Estado está perseguida, que el Estatuto Catalán tiene más artículos que la Constitución de Corea, que es liberticida, que el estatuto de Andalucía es un engendro liberticida, al cual el PP pidió el voto a favor para su aprobación, et caetera.
La causa de la crispación no está en Jiménez Losantos, sino en la centrifugación a la que están sometiendo a la nación, tanto el PSOE como los nacionalistas, con la connivencia a última hora de una parte del PP.
La irritación viene de la aprobación de la ley del divorcio exprés, de la ley del matrimonio gay, de la «dramatización» con la que ZP iba a actuar con el objeto de subir la tensión momentos previos a las elecciones, del incremento sensible en el número de abortos.
He ahí la crispación. No la busquen en otro lugar.
]]>Esta situación es parecida a vivida en la Atenas del siglo V a. de C, la misma que vio surgir el genio de Sócrates, Gorgias, Protágoras, Isócrates y Platón, y sus debates sobre la virtud y la verdad, eso sí, la semejanza es grosera, grotesca y palurda.
Como no importa la verdad de las aseveraciones, sino su utilidad, Álvaro Cuesta ha vuelto a utilizar a la Iglesia como pim pam pum, utilizando la analogía de la crisis del PP. Sin embargo no ha explicado de donde deduce que el ideario del PP es el mismo que el de la Iglesia Católica, cuando precisamente en temas éticos el PP se diferencia con el PSOE en la inacción, en el no enmendalla; de hecho, el PP no eliminó ninguno de los excesos cometidos por el PSOE en su primera embestida, véase como muestra el tema del aborto.
Tampoco ha explicado el señor Cuesta los principios en los que se basa para argumentar que, los cardenales Cañizares y Rouco, son esos desaforados ultramontanos que tratan de utilizar el Estado como brazo de la Iglesia.
Deja sin explicar el diputado asturiano, por qué la ayuda espiritual «está muy bien» pero no que los sacerdotes «participen en las decisiones médicas», ¿acaso no están cualificados para dirimir temas morales?, ¿lo están mayormente los médicos o los políticos?
Si para el diputado asturiano, la libertad religiosa es «la libertad de creer o no creer», por qué el PSOE quiere imponer a la fuerza la moral de Estado, esa nueva forma de progresismo rampante con la que quieren lobotomizar a los infantes y púberes españoles, pero claro igual que no le pedimos peras al olmo, al señor Cuesta no se le puede pedir que sea consistente.
Las coincidencias entre el PP y la Iglesia sólo están en la cabeza del diputado Cuesta. Lo que no ha dicho este señor es que la Iglesia es la única que en estos momentos está defendiendo el baluarte de la libertad en España. La misma libertad con la que intentan acabar tanto el PSOE como una parte del PP, cada uno a su estilo y manera.
]]>La verdad es que el acto osciló entre el ridículo y la estupidez (¿por qué se ríe como una boba Rita Barberá?), mostrando la jaez moral que adorna a nuestros políticos.
El título original del volumen es De tristitia tedio pauore et oratione Christi ante captionem eius. Es un tema al que Santo Tomás Moro le prestó toda su atención, como preparación a su propia muerte. En una de sus cartas, escribía Moro que nuestro deseo deseo debería ser «recurrir prosternados y con devoción, en todas nuestras agonías y contradicciones, al recuerdo de aquella amarga agonía que nuestro Salvador sufrió antes de su Pasión en el Monte. Y si lo hacemos con diligencia y afecto bien seguro estoy de que encontraremos ahí gran ayuda y consuelo».
Como le recordó la señora Barberá al alcalde de Madrid, Santo Tomás Moro es el patrón de los políticos, devoción a la que se deberían encomendar ambos ediles – si es que son cristianos – ya que, como inicia Moro la obra «¡qué poco nos parecemos a Cristo aunque llevemos su nombre y nos llamemos cristianos!»; esta reflexión del político católico les permitiría eliminar esas risas inmaduras y tomar conciencia de la responsabilidad moral que conlleva su cargo, en temas tan importante como el aborto y la píldora del día después, aborto que el PP no eliminó en sus ocho años de legislatura.
Supongo que no lo harán; de hecho Gallardón dijo una gran verdad que expresa la voluntad de perseverar en su ser, acercándose más al pensamiento de Spinoza – ¡y nada más! – que al de Moro: «Ninguno de nosotros quiere terminar como terminó» este humanista inglés, ejecutado en 1535 por orden del rey, apostilló el alcalde de Madrid.
Si Dios permitiera por unos momentos la resurrección de Plutarco, seguro que el de Queronea nos agraciaría con un apéndice de sus «Vidas Paralelas», donde a modo de apéndice, confrontaría las vidas de ambos personajes.
Que Gallardón se compare con Tomás Moro no deja de ser una presunción del alcalde. Tomás Moro fue uno de los personajes más poderosos, sino el que más tras el Rey, de la Inglaterra de Enrique VIII; Gallardón no pasa más de ser un alcalde intrigante. Mientras que Tomás Moro se enfrentó con el Rey, Gallardón no pasa de llevar a juicios a un periodista como Federico Jiménez Losantos. Notable acto de valentía del alcalde, que intenta tapar la boca a un periodista.
Tomás Moro vivó en un monasterio cartujo, Gallardón se ha construido un «palacio» en Madrid. Moro, en definitiva no consintió que el Rey se convirtiera en cabeza de la Iglesia inglesa ocupando el lugar del Papa, por eso murió «siendo el buen siervo del Rey, pero primero de Dios»; abandonó su poderoso cargo de Lord Canciller por amor a la Iglesia de Cristo, Gallardón lo único que ama con delectación es el poder: es siervo de él mismo.
En definitiva, con la expresión de ese pensamiento, Gallardón ha mostrado una gran verdad: que la política española, aparte de boba, es un asco.
]]>La muerte de Jesús en la cruz funda – según escribe Pikaza - «la nueva familia de aquellos que comparten su cuerpo y su forma de vida (sangre)». Con este argumento, Pikaza minimiza la muerte de Cristo, desapareciendo su naturaleza divina. Cristo es un hombre, privilegiado si se quiere, pero no nos salva porque el compartir la suerte, el cuerpo, su forma de vida como lo llama Pikaza, no elimina el pecado. El hombre no se reviste del «hombre nuevo», como dice San Pablo (Ef 4,22-26).
Si el cristianismo es la familia de los que «comparten su cuerpo y su forma de vida», no dejaría de ser más que una filosofía o un estilo de vida, como el estoicismo, pero evidentemente, esto no es así. Jesús sería, al fin y a la postre, un reformador social, dato que, por otro lado, contradice lo transmitido por los Evangelios y la tradición.
La nueva alianza que, según Pikaza, establece Cristo es horizontal en el sentido que une a los hombres entre sí – no se sabe como -, pero no con Dios. Aunque suene reiterativo, el elemento soteriológico brilla por su ausencia en toda la exposición de Pikaza; la pregunta fundamental «¿cómo se salva el hombre?» queda sin respuesta en toda la exposición.
Tampoco explica Pikaza cuál es su base y en qué fundamenta la correspondencia entre lo expresado en su artículo y la experiencia de los «seguidores» de Jesús (¿por qué no cristianos?). No hay referencia a dato bíblico y/o histórico, que refrende su visión. Esto explica que sea totalmente ahistórica, como ya he expresado en el artículo anterior.
En base a estos elementos preliminares describe Pikaza los tres elementos de la Eucaristía:
- Acción de gracias.
- Memorial.
- Epíclesis
Esta Eucaristía puede ser muchas cosas, menos católica, es más, no es ni cristiana, ya que ni los reformadores (Lutero, Zwinglio, Calvino, por ejemplo), redujeron la Eucaristía a esos mínimos, a la nada. Por mucho que intente Pikaza llamar la atención llamando a Dios «madre», el efecto esperado no es conseguido, ya que se queda sólo en eso, en nominar. Pikaza es incosistente con sus tesis: queriendo superar el fundamento biológico de la familia judía (eso sí, no explica cuál judaísmo es ese) cae preso de nuevo en las mismas estructuras que pretende eliminar.
En toda esta síntesis falta el elemento fundamental de la Eucaristía y es la presencia real, verdadera y substancial de Cristo en la misma. Esta presencia de Cristo en la Eucaristía es lo que permite a San Pablo dirigir unas palabras tan duras como las que dedica a la comunidad de Corinto (1 Cor 11,27 ss).
A todo este dislate teológico hay que añadir la ausencia del elemento sacrificial, es decir la actualización del único sacrificio de Cristo Salvador (CIC 1330) que «completa y supera todos los sacrificios de la Antigua Alianza». Como escribe San Pablo en la carta a los Hebreos «cuantas veces se renueva en el altar el sacrificio de la cruz, en el que Cristo, nuestra Pascua, fue inmolado, se realiza la obra de nuestra redención», pero claro Pikaza lo reduce todo a lo social, falta este elemento de la redención, de la salvación del hombre.
En definitiva, la Eucaristía que muestra Pikaza queda reducida a su mínima expresión. Es una Eucaristía social, que pretende la unión de los hombres en nombre de otro hombre. Esta síntesis está coja, no puede avanzar más. Une horizontalmente, pero no une a los que disfrutan ya la gloria del cielo. Como dice el CIC 1.370 «Een la Eucaristía, la Iglesia, con María, está como al pie de la cruz, unida a la ofrenda y a la intercesión de Cristo, ni permite ser ofrecida por los difuntos, los «que han muerto en Cristo y todavía no están plenamente purificados” (Cc. de Trento: DS 1743).
La Eucaristía que nos muestra Pikaza no permite la Adoración y sin culto a la Eucaristía, ¿cómo se puede transformar el mundo?. El Catecismo lo dice de manera muy hermosa:
Es grandemente admirable que Cristo haya querido hacerse presente en su Iglesia de esta singular manera. Puesto que Cristo iba a dejar a los suyos bajo su forma visible, quiso darnos su presencia sacramental; puesto que iba a ofrecerse en la cruz por muestra salvación, quiso que tuviéramos el memorial del amor con que nos había amado “hasta el fin” (Jn 13,1), hasta el don de su vida. En efecto, en su presencia eucarística permanece misteriosamente en medio de nosotros como quien nos amó y se entregó por nosotros (cf Ga 2,20), y se queda bajo los signos que expresan y comunican este amor:
La Iglesia y el mundo tienen una gran necesidad del culto eucarístico. Jesús nos espera en este sacramento del amor. No escatimemos tiempo para ir a encontrarlo en la adoración, en la contemplación llena de fe y abierta a reparar las faltas graves y delitos del mundo. No cese nunca nuestra adoración. (Juan Pablo II, lit. Dominicae Cenae, 3). (CIC 1380)
La síntesis de Pikaza es desconcertante, nos trae una Eucaristía mínima. No es la presencia real de Cristo, es un simple compartir, que está muy bien, pero no es la Eucaristía: la Eucaristía es algo más.
Si Dios nos preparó para lo mejor, ¿por qué Pikaza piensa que el hombre no puede aspirar a esa gloria?
]]>Inicia Pikaza su síntesis partiendo del contexto histórico, la herramienta más maleable y menos contrastable desde los métodos histórico-críticos, cuyos supuestos se encuentran a veces más cercanos al ámbito de la ideología que a los de la ciencia.
Pikaza no quiere engañar a nadie, lo que es de agradecer. Lo primero que hace es rebajar el misterio, negando el milagro: la multiplicación de los panes y los peces hay que entenderla como una comida mesiánica. Esto es un error por dos razones. La primera porque los milagros tienen un interés teológico especial, constituyen motivos de credibilidad de las verdades de fe, que de suyo son indemostrables. Lo que se demuestra, ya no se cree: se ve. Lo que se cree, es porque no se ve. Negar la existencia de milagros es negar la posibilidad de actuación de Dios fuera del orden de la naturaleza. Cristo hizo milagros con el solo imperio de su voluntad, con el poder divino, para manifestar su divinidad.
Ahora existe la tendencia de negar los milagros realizados por Cristo porque repelen y asquean a cierta mentalidad postmoderna con ínfulas de superioridad, por eso se reinterpretan, se rebajan, en definitiva se aplana el misterio de Cristo para hacerlo asequible, por decirlo de alguna manera, a la mentalidad actual. Sin embargo, como diría Santo Tomás:
En tanto disminuyen los milagros el mérito de la fe en cuanto que por ellos se pone de manifiesto la dureza de los que rehusan creer lo que en las divinas Escrituras se contiene si no es a fuerza de milagros. Y, sin embargo, mejor les es que, siquiera por los milagros, se conviertan y no permanezcan en la incredulidad. Dice San Pablo a los Corintios: «Las señales se dan no para los creyentes, sino para los incrédulos» (1 Cor 14,22), o sea, para que se conviertan a la fe (ad 3) (III 43,1)
Continuando con Santo Tomás (III 43, 4), los milagros de Cristo fueron suficientes para manifestar su divinidad por tres aspectos:
- Por la calidad de sus obras.
- Por el modo de hacer los milagros
- Por la misma doctrina se declaraba Dios.
La segunda razón por la que Pikaza cae en un error, es porque precisamente, el pasaje de el milagro de Cristo de panes y peces constituye un «tipo» de la Eucaristía.
Aunque Pikaza quiere enmarcar el episodio de la Última Cena en un contexto histórico que explicaría el motivo por el que Jesús fue condenado, muestra la ahistoricidad de sus conclusiones ya que intenta aplicar categorías propias del siglo XX al siglo I. Reducir el motivo de la condena del sanedrín al rechazo del orden del Templo, deja sin explicación por qué no se tomaron las mismas medidas contra los sectarios de Qmrán, cuya separación del sistema de sacrificios del Templo era total. Ciertamente, ir contra el sistema del Templo fue una de las acusaciones esgrimidas contra Cristo, pero esto no puede opacar la principal, que fue el proclamarse «Yo Soy», esto es, Dios.
Tampoco encaja el argumento político como causa de su condena por parte de los romanos. Pilatos no veía ningún peligro en Cristo para Roma. La causa por la que le fue entregado era fundamentalmente religiosa, algo en lo que Pilatos no se iba a inmiscuir; sin embargo, los judíos – a los cuales maltrató continuadamente el prefecto – lo condujeron a una situación límite: lo que menos quería Pilatos en aquellos momentos era que se provocase un tumulto durante la celebración de la Pascua, más teniendo en cuenta la revuelta situación que había en Roma tras la muerte de Sejano - «Pero los judíos gritaron: «Si sueltas a ése, no eres amigo del César; todo el que se hace rey se enfrenta al César.»» (Jn 19, 12) -. A pesar de las amenazas, Pilatos no pierde la ocasión para importunar a los judíos:
21 Los sumos sacerdotes de los judíos dijeron a Pilato: «No escribas: “El Rey de los judíos", sino: “Este ha dicho: Yo soy Rey de los judíos".» 22 Pilato respondió: «Lo que he escrito, lo he escrito.» (Jn 19, 21-22).
Como hemos dicho, no parece que Pilatos viera en Jesús un caudillo revolucionario.
]]>La introducción que hace al artículo nos da una idea de lo que desarrollará posteriormente. Escribe Pikaza que el «Cuerpo (de Cristo) mesiánico lo forman los cristianos y, en un sentido más amplio y verdadero, todos los hombres y mujeres, es decir, la humanidad entera, pues en ella se ha encarnado el Cristo».
Juega Pikaza con varios equívocos que desembocan en falsedades. Uno de estos equívocos es que los cristianos forman el Cuerpo mesiánico de Cristo. Escribe San Pablo en 1 Cor 12,27 que la Iglesia forma el «cuerpo de Cristo», para explicar así que los seguidores de Jesucristo son «una sola cosa en Cristo» (Gal 3,28). Con esta imagen manifiesta el apóstol de los gentiles, la relación de la comunidad con su Señor – la cabeza – y la relación de comunión de los miembros entre sí. La Iglesia en cuanto cuerpo de Cristo es «la plenitud del que lo llena todo» (Ef 1,23) y, a la vez, instrumento por el cual Cristo se vale para hacer partícipe la gracia redentora a todo el universo (Ef 1,10). Por otro lado, como miembros de un único cuerpo, gozan de una sustancial unidad y colaboran en el bienestar de todos (1 Cor 12, 26; 10, 16 y 10,17). Se comprende entonces que la Iglesia es el único sujeto de acción y de atribución de todo lo que se refiere a la economía de la salvación desde la llegada de Cristo.
Además, hay una íntima unión entre el Cristo glorioso y la Iglesia: Santo Tomás de Aquino dirá que la Iglesia constituye con Cristo quasi una mystica persona (De ver. 29,7 ad 11); pero esto no nos puede conducir a caer tanto en el extremo que concibe a los creyentes constituyendo con Cristo una sola persona física, como en el que reduce la unión con Cristo a una ligazón moral, donde los miembros están ligados sólo por amor, la obediencia y las relaciones jurídicas. El vínculo que une a los cristianos, como dirá LG 7, es la vida misma de Cristo.
Por otro lado, entre la Iglesia y los sacramentos existe una relación analógica. Según LG 1 y GS 42, la Iglesia es veluti sacramentum (como un sacramento): entre la Iglesia y los sacramentos existen semejanzas, pero también diferencias. Aunque ambos signifiquen y transmitan la salvación, lo hacen de modo diverso. Un sacramento es un signo eficaz de la gracia salvífica, instituido por Cristo y celebrados en su nombre por la Iglesia, es decir, «el signo de una cosa santa y la expresión visible de la gracia invisible» (Cfr. DS 1639). Sólo analógicamente, la Iglesia es un sacramento.
Pikaza, con la expresión más arriba indicada, deja en una nebulosa esta relación, ya que parece que el Cuerpo de Cristo, la Eucaristía, es lo mismo que los cristianos, o la humanidad. A este equívoco le añade otro ya que, San Pablo, se refiere a la Iglesia como el cuerpo de Cristo, no a la humanidad entera. ¿Está acaso la humanidad ordenada para la salvación de los hombres?.
A pesar de esto, Pikaza empeora aún más la cuestión cuando escribe Pikaza que Cristo se ha encarnado en la humanidad, enunciado que nos sumerge en la perplejidad más profunda.
Cristo, como expresaban los Padres, asumió la naturaleza humana para salvar a la humanidad entera (principio soteriológico), por ende, en cuanto hombre, es semejante en todo a nosotros excepto en el pecado. El Verbo se unió con la naturaleza humana. Sin embargo no es esto lo que parece expresar Pikaza, ya que, de nuevo, vuelve a jugar con un lenguaje confuso, equívoco. Pikaza escribe que Cristo se ha encarnado en la humanidad entera, con lo que no aclara, sino más bien oscurece el misterio de Cristo ya que no se sabe si el Verbo se ha unido a la naturaleza humana, o bien lo que quiere decir es que se ha encarnado en todos y cada uno de los seres humanos, a modo de abducción.
Esta jerga teológica - no llega siquiera a lenguaje - es la que suele utilizar la progresía eclesial para insinuar el error, ocultarlo, para de esta manera plantar la confusión.
]]>“Quédate con nosotros, Señor".
Quédate con nosotros hoy, y quédate de ahora en adelante, todos los días, según el deseo de nuestro corazón.
Quédate para que podamos encontrarnos contigo en la plegaria de adoración y de acción de gracias, en la plegaria de expiación y de petición.
Quédate tu que estás simultáneamente velado en el misterio eucarístico de la fe, y desvelado bajo las especies del pan y del vino que has asumido en este sacramento.
Deseamos adorarte cada día y cada hora a ti, oculto bajo las especies del pan y del vino, para renovar la espereanza de la “llamaa a la gloria” cuyo comienzo lo has instituído tú con tu cuerpo glorificado “a la derecha del Padre".
Señor, un día preguntaste a Pedro: “¿Me amas?” Se lo preguntaste por tres veces. Y tres veces el Apóstol respondió: “Señor, Tú lo sabes todo, Tú sabes que te amo".
Que la respuesta de Pedro se exprese mediante la adoración de esta noche y de todo el día. De todos los días.
Que todos loso que participamos en la adoración de tu presencia eucarística demos testimonio y hagamos resonar por doquier la verdad encerrada en las palabras del Apóstol:
Señor, Tú lo sabes todo. Tú sabes que te amo.
Fuente: Manual de la Adoración Nocturna Española.
]]>Aunque es considerado el padre del liberalismo moderno, la doctrina moral de Locke no deja de ser conservadora. De hecho, cuando describe el estado de naturaleza para explicar el nacimiento del Estado, al contrario que Hobbes, éste no es presocial ni premoral: los hombres viven en familia y en un orden social establecido. Todo ser racional tiene conciencia de la ley de la naturaleza según Locke, pero esta conciencia queda opacada por el interés y la falta de ecuanimidad en la aplicación de la ley. Precisamente con el objeto de salvaguardar los derechos naturales, especialmente el de propiedad, los hombres cederán el poder ejecutivo y el legislativo en manos del Estado a través de un contrato. Por otro lado, a la vez que transfieren la autoridad, la limitan. Si la autoridad civil no protegiese sus derechos, dejaría de ser legítima.
¿Cómo se transfiere la autoridad?, a través del consentimiento tácito. Escribe Locke que «todo hombre que tenga alguna posesión o usufructo, o alguna parte de los dominios de un gobierno, otorga en esa forma su consentimiento tácito, y en la misma medida está obligado a obedecer las leyes de ese gobierno durante el usufructo, al igual que sus herederos para siempre, o de un albergue por sólo una semana, o de un mero viajar libremente por la carretera; porque, en efecto, alcanza la existencia de cualquiera dentro de los territorios de ese gobierno» (Segundo tratado sobre el gobierno civil, sección 119).
En esta doctrina, como se ha indicado más arriba, se encuentra el fundamento de todo Estado moderno que pretende ser democrático pero que, como todo Estado, desea atenazar a sus ciudadanos. Con esta doctrina no hace falta que los ciudadanos sean llamados a consulta ya que se supone que, los mismos, han consentido a las propuestas aprobadas por el gobierno.
Los ciudadanos no tienen otra forma de participar en el proceso político más que pasivamente, por lo que se deduce que o bien la autoridad que reclaman los gobiernos no es auténtica, y que los ciudadanos no están obligados, o bien que en el fondo está legitimada por un cierto consentimiento por parte de los individuos.
Evidentemente para que esta última parte sea correcta, el consentimiento tácito debe de tener sentido, es decir, que cumpla dos condiciones: la primera, que la persona manifieste su consentimiento y, la segunda, que sepa a qué ha consentido. Por desgracia, la doctrina del consentimiento tácito no satisface ninguna de estas condiciones.
Un ejemplo a todo lo dicho lo podemos ver en la asignatura de EpC. Por lo que nos están anunciando, el PSOE y el PP consensuarán el contenido de la asignatura, con lo que surgen las siguientes preguntas. Primero: ¿quién le pidió al PSOE que la introdujera? Segundo, ¿quién le ha dicho al PP que la solución es reformar la asignatura y no eliminarla? Tercero, ¿en nombre de quién se van a sentar a pactar una reforma de un engendro como EpC, que va en contra de la libertad del individuo? Lo mismo lo podemos aplicar con el aborto, pudiéndose extender a cualquier campo de la política.
De todas formas, no le echemos la culpa al pobre Locke de nuestras culpas: él no era, ni mucho menos, un liberal tal como se podría entender hoy día. Locke era un conservador. Bajo un humus moral conservador, construyó su teoría del gobierno civil. Ahora bien, cuando ese carácter conservador se esfuma, cuando se separa la virtud de la felicidad, todo cae a la vez.
Esto nos podría dar algunoas pistas de por qué, en España, los partidos políticos han terminado sustrayendo la voluntad de los ciudadanos.
]]>Durante la reforma, el monasterio de San Jerónimo fue uno de los centros más importantes de irradiación del luteranismo, tanto que en él se produjo la famosa Biblia del Oso. Hoy el nivel no es tan alto – hasta para hereje hay que valer -, pero también llevamos lo nuestro encima.
Hay en Sevilla un engendro que se llama EFETA, es decir, Escuela Feminista de Teología de Andalucía, que anuncia la apertura de su plazo de inscripción. Mirando con atención el temario se llega a la conclusión fácilmente que es pura basura teológica. Por ejemplo, en la asignatura Cristología Feminista hay un tema titulado «La pregunta feminista: ¿puede un salvador varón salvar a las mujeres?». La bibliografía es de risa, con autores como Crossan, cuyo método exegético no es que no sea científico, sino que es del tebeo.
Si las asignaturas son engañosas y contumaces, ¿qué decir de los docentes?. Por ejemplo la asignatura Teología Espiritual la imparte María José Arana, religiosa del Sagrado Corazón y miembro de la Women’s Ordenation. No hace falta más carta de presentación
Que instituciones como la Editorial Verbo Divino colabore con esta institución a través de becas de alumnos no deja de ser un problema de la editorial: cada uno gasta su dinero donde quiere. Pero que entre los que sufraguen las becas aparezcan las RR. Irlandesas, no deja de tener su aquél. ¿En eso gastan estas monjas el dinero que recogen de sus colegios?. ¿En propagar doctrina inicua?.
Mary Ward fundó en 1.609 el Instituto de la Bienaventurada Virgen María, a pesar de la opresión a la que sometían los protestantes a los católicos en Inglaterra. Al igual que su admirado San Ignacio de Loyola, su congregación dependería únicamente del Santo Padre y, al igual que los jesuitas de hoy, han perdido el norte.
Ayer su fin era la gloria de Dios, hoy la teología feminista. Que cosas.
]]>Quasten (FP f.1 p.1 pg- 24-26) piensa que la composición es de finales del siglo IV, mientras que Altaner (ALTANER 71) lo data a finales del siglo IV, principios del V. Finalmente tenemos la opinión de Leclercq (DACL 13,2892) que adelanta la datación hasta el siglo II o el III.
La inscripción fue encontrada por unos obreros en 1.839 en un cementerio cercano a Autún, en Francia. Parece que el poema se redactó con motivo del levantamiento de un monumento sepulcral por parte de Pectorio a su familia más cercana, especialmente a su madre.
Los cinco primeros versos están escritos en acróstico, formando la palabra Ichthys. Presenta el poema varias características: la primera es que se denomina a los cristianos como «raza divina», en recuerdo de Act 17,28 s; la segunda es que la Eucaristía se presenta como alimento muy sabroso.
El epitafio dice lo siguiente:
]]>Raza divina del pez celeste, conserva un corazón santo,
habiendo recibido entre los mortales la fuente inmortal
de aguas divinas. Da vigor a tu alma, querido,
con las aguas perennes de la enriquecedora sabiduría.
Recibe el alimento, dulce como la miel, del Salvador de
[los Santos,
come con avidez, teniendo el pez en tus manos.
Que yo me sacie, pues, con el pez; lo deseo ardiente-
[mente, Señor Salvador.
Que descanse felizmente mi madre, te suplico, oh luz de
[los muertos.
Ascandio, padre carísimo de mi alma.
Con mi dulce madre y mis hermanos.
En la paz del pez, acuérdate de tu Pectorio.
Con motivo del centésimo vigésimo quinto aniversario de la fundación de la Adoración Nocturna en Sevilla, se celebrará el décimo noveno curso de verano sobre D. Luís de Trelles en esta localidad.
El Director del Curso ha dirigido «a los organizadores del curso, a los profesores y alumnos, y a todos los adoradores de Jesucristo Nuestro Señor», una carta que por adorador y por su interés, me dispongo a copiar.
Ojalá que muy pronto contemos con D. Luis de Trilles y Hermann Cohen entre el número de los santos.
CURSO DE VERANO SOBRE DON LUÍS TRELLES
EN SEVILLA (26-28.06.2008).
Circular del Director del Curso
Dirigida a los organizadores del Curso, a los profesores y alumnos, y a todos los adoradores de Jesucristo Nuestro Señor.
1. La Fundación Luís de Trelles tiene como objetivo fundamental llevar a cabo todas las actividades necesarias para conseguir la canonización del fundador de la Adoración Nocturna Española don Luís Trelles Noguerol.
2. La redacción de la Positio ha sido hasta aquí el núcleo de esas actividades.
3. La Positio, documento dirigido a demostrar que el siervo de Dios llevó la vida propia de un santo, fue tenido por un santo por sus coetáneos y conservó esa fama de santo por sus herederos espirituales. La redacción de la Positio ya ha concluido (2.600 folios), y estamos ultimando los detalles de corrección de erratas, redacción de la presentación (serán unos 100 folios más), impresión y encuadernación de los ejemplares necesarios, etc. De aquí en adelante será objeto de nuestra ocupación la prosecución e impulsión en Roma del correspondiente procedimiento canónico.
4. El milagro es la principal prueba de santidad de un siervo de Dios. Os pido a todos que no cejéis en rogarle al Señor que haga un milagro por la intercesión de su siervo, si es su voluntad darnos a conocer su santidad del modo que dispone la Iglesia por inspiración del Espíritu Santo. Como decía don Luís, el Señor hace milagros sin necesidad de que se los pidamos. Pero le gusta mucho que se los pidamos.
5. La fama de santidad es otra importante prueba de la santidad de un ser humano. Y no sólo la fama histórica, sino sobre todo la fama actual. La Iglesia canoniza solamente a personas que gozan de una fama muy extendida de ser santos en el momento en que los declara. La Fundación se preocupó, desde antes de su formalización, desde que sus fundadores comenzamos a pensar en constituirla, de celebrar conferencias y cursos dirigidos a divulgar la vida, obras, fundaciones y hechos virtuosos de don Luís. Y también procedió a editar y distribuir publicaciones con ese mismo objetivo.
6. El décimo noveno curso de verano de la Fundación que vamos a celebrar dentro de dos meses en Sevilla responde a esa misma finalidad: conseguir la canonización del fundador de la Adoración Nocturna Española don Luís Trelles Noguerol aumentando el número de personas que conozcan que fue un santo; el número de fieles que atestigüen imitándolo que por tal lo tienen; el número de ciudadanos que puedan deponer de palabra y por escrito esa convicción, siempre que hallen ocasión apostólica propicia para hacerlo, e incluso para que declararlo bajo juramento, si son llamados a ello por las jerarquías eclesiásticas.
7. La amenidad es la cortesía de una programación. Los programas de nuestros cursos son amenos. Comprenden celebraciones eucarísticas en diversos templos; una vigilia de adoración en comunión con la sección o secciones locales; conferencias; mesas redondas; coloquios; desayunos, almuerzos, cenas y ágapes; excursiones a parajes pintorescos; visitas a monumentos… Lo hacemos todo eso con amor porque si no hubiera amor todo eso sería ruido de campana sin badajo… pero que todo eso no distraiga a nadie de la finalidad principal: manifestarle al Señor Jesús nuestro amor en su presencia con nosotros en la Hostia, y manifestarlo junto a su siervo Luís de Trelles, imitando su ejemplo, contando con su intercesión, y pidiendo por su intercesión un milagro que “obligue” al Santo Padre Benedicto a canonizarlo…
8. Los coordinadores de estos cursos de verano organizados por la Fundación hemos pretendido desde el primero de ellos no incurrir en repetición al adoctrinar. Pensábamos que la repetición conduciría al tedio, y éste al abandono de la causa. Así que lo hemos evitado hasta donde nos ha sido posible. Un objetivo principal de esta circular es solicitar colaboración, pedir ayuda para que esto siga siendo así.
9. Para conseguir la variedad, en primer lugar hemos procurado rotar las sedes, y llegar así al mayor número de personas. Nuestro deseo es que cada curso se celebre en una población distinta. Eso no quiere decir que no se pueda volver a alguna que lo desee. Pero juzgamos más productivo dar a conocer a “nuestro santo” en cuantos más lugares distintos podamos alcanzar. Ayudadnos en este aspecto “llevando” de otros sitios hasta Sevilla el mayor número posible de asistentes al curso, o a algunas de sus conferencias. Cualquier localidad en que haya una Sección de Adoración Nocturna o de Camareras de Jesús Sacramentado se merece un curso trelliano. Pero Sevilla no necesita ponderación. Tiene su aire especial y no es preciso decir más, salvo que ha sido una suerte que este año nos hayan ofrecido como sede los Adoradores de Sevilla aquella su capital.
10. También hemos procurado variar los conferenciantes y predicadores. Gracias a este criterio la media docena de personas que inicialmente sabían lo suficiente para hablar de don Luís y de algunas de sus virtudes, se ha ido incrementando hasta multiplicarse por diez. Y ese medio centenar largo de personas, son ahora propagadores cualificados y animosos de la fama de santidad del siervo de Dios. En este punto deseo hacer una especial llamada de atención a los colaboradores que tenderemos este curso. Ni las conferencias ni las homilías pueden centrarse en narrar la biografía de don Luís en compendio. Tal cosa tenía algún sentido en los comienzos de los años noventa, cuando apenas era conocida la biografía. Ahora ya no. El resumen biográfico del siervo de Dios ya figura en las estampas con la oración para el culto privado y casi siempre en los programas mismos de los cursos. Así pues, ahora hay que jugar con esos datos sólo para explicar la práctica virtuosa o la doctrina espiritual de don Luís sobre el tema particular que se aborde. Desenvuelvo a continuación el tópico para aclarar dudas en relación con este curso.
11. Pues también hemos procurado variar en todos los cursos los temas a tratar. Es verdad que siempre hablamos de la Sagrada Eucaristía y de las palabras y las obras de don Luís respecto de ella. Es verdad, asimismo, que sólo deseamos hablar de eso en estos cursos. Pero el misterio eucarístico es tan denso y la vida de su gran adorador es tan rica en trabajos e iniciativas que la exposición cruzada de ambos asuntos admite mil enfoques distintos. Es decir, no sólo los admite, los exige. Repito los exige el tema, no yo. Yo sólo lo recuerdo.
12. En Sevilla vamos a estudiar la espiritualidad de don Luís Trelles en cinco direcciones:
a) La espiritualidad eucarística femenina inventada por don Luís.
b) La semilla pastoral y humana plantada por don Luís en Sevilla
c) Los frutos que produjo esa plantación en Marchena y en toda la archidiócesis.
d) La semilla de caridad al prójimo plantada por don Luís en el campo del Derecho Humanitario Internacional.
e) La forma de hablar con Dios que se inventó don Luís.
13. La mujer apóstol en la obra de Luís de Trelles. Ruego a la Dra. Otero que estudie la espiritualidad eucarística femenina inventada por don Luís procurando subrayar en su ponencia que el hecho de que don Luís fundara una asociación masculina dedicada a la Adoración Nocturna, que es su obra más importante y duradera, no significa que excluyera a las mujeres de la devoción eucarística en general, ni de la adoración nocturna en particular; como lo demuestran sus múltiples relaciones con su madre, su esposa y su hija; con las mujeres asociadas los Coros y en las Camareras; con las suscriptoras y colaboradoras de La Lámpara; con clientas del despacho (señoras Larra o Faraldo); con monjas; con amistades sociales, etc.
14. La herencia espiritual de don Luís Trelles en la Archidiócesis de Sevilla. Ruego a la Sra. Fraga y al Sr. Fal Conde que redacten sus ponencias, sea una, sean dos, procurando evitar repeticiones y tratando de establecer dos cosas relativamente distintas. Por un lado, las relaciones humanas que guardó don Luís con los sevillanos en relación con sus trabajos como abogado, político, periodista, y fundador. Y por otro lado, los frutos que llegó a dar la semilla pastoral y humana plantada por don Luís en toda la archidiócesis y singularmente en Marchena. No olviden que doña Adelaida, su primer marido y su parentela general eran sevillanos de ciudad, de diócesis o de archidiócesis. Y que también era sevillana la Marquesa de Castilleja, quizá la principal admiradora y colaboradora de don Luís. Tampoco deben olvidar el epistolario de don Luís con don Manuel Merry Colón. En conjunto se trata de “incardinar” en Sevilla a don Luís; de mostrar que don Luís no fue un “conquistador” que llego a “colonizar” a Sevilla, sino un español que quiso animar a los adoradores sevillanos a ser más perfectos. Es muy importante que todos los españoles vayan viendo en don Luís a un convecino, a un confeligrés, y no a un “fundador” mandamás y distante. Su preocupación cuando la epidemia de cólera andaluza fue de tanto sentimiento o más que la que había manifestado años antes cuando hubo epidemia de cólera en Galicia.
15. Aportación de don Luís Trelles al Derecho Internacional Humanitario. Ruego al Dr. Fontecilla que estudie en su ponencia la semilla de caridad al prójimo plantada por don Luís en el campo del Derecho Humanitario Internacional, determinando hasta donde le sea posible el alcance técnico de esa aportación. Ya no podemos contentarnos con decir que “aportó algo”, que “fue un pionero” o un “adelantado” en este campo. Es necesario computar “qué aportó” Este coordinador no quiere enseñar nada a nadie, pues sabe menos que ninguno de los oradores. Pero le ruego al colega y amigo que acepte la sugerencia de hacer un estudio de carácter comparativo y evolutivo, realizado artículo por artículo y cláusula por cláusula de los dos Convenios de Canjes que redactó y aplicó don Luís (ambos textos están en la FLT): El Convenio de Canjes de 18.02.1875 y el Convenio Adicional de Canjes de 5.11.1875, en relación a sus antecedentes y consecuentes. Entre los antecedentes: El Convenio redactado por Edward Granville Elliot en 1834 para la primera guerra carlista. Los acuerdos Henry Dunant aprobados por la Conferencia Internacional de Ginebra (1863). La Convención de Ginebra de 22.08.1864. Y los acuerdos de las Conferencias Internacionales de París (1867) y Berlín (1869). Y entre los consecuentes, los acuerdos de las Conferencias Internacionales de Ginebra (1884), Karlsruhe (1887), Roma (1892), Viena (1897) y San Pertersburgo (1902). Y las Convenciones de 1906 sobre víctimas marítimas de guerra o naufragio; la de 1929 sobre prisioneros; la de 1949 sobre víctimas civiles o la de actualización de 1977. No se trata naturalmente de explicar todos esos documentos, misión imposible en una hora: sino de fijar los progresos humanitarios asentados por Trelles, separando los ya establecidos antes de él, de los aceptados después de él: pues en este campo es donde están sus méritos.
16. Trelles, el hombre que hablaba con Dios. El título de mi ponencia indica lo que quiero explicar, que es sencillamente la forma de hablar con Dios que se inventó don Luís. He fijado este tema con a intención de dar a conocer uno de los principales objetivos que se propuso el siervo de Dios con su trajinar andariego: que fue enseñar a rezar a los que no sabían hacerlo, según había podido comprobar, ni siquiera cuando era necesario hacerlo: al oír misa, al confesar y comulgar, al acompañar el Viático o presenciar su administración, al visitar un enfermo, al enterrar a un difunto, al necesitar algo con necesidad extrema… Y con la intención de comprobar que seguimos necesitando esas lecciones porque cada vez sabemos menos cómo hablar con Dios.
17. Necesitamos aprovechar el alto costo laboral y monetario que significan estos encuentros trellianos editando sus trabajos para aumentar su difusión. Así es que vaya el último ruego para conferenciantes, predicadores y participantes en general: Ruego a todos aquellos que vayan a hablar que lleven sus textos escritos y los entreguen a la mesa del Congreso el mismo día de la exposición. Quien lo desee podrá hacer alguna modificación en sede de corrección de pruebas. Este ruego se refiere también y sobre todo a los sacerdotes que prediquen homilías.
Perdonad el trabajo que os ocasione leer esta circular. A mí me ha llevado redactarla tres horas de coloquio con Enrique Caride y Eusebio Talens en Vigo, y otras tres de teclado de ordenador en Vedra. Atended las indicaciones con espíritu de servicio, por favor. Que todo sea a mayor gloria de Dios.
Francisco Puy.
Casa de Guillamonde, 29.04.2008.
]]>En el último artículo publicado por Luis Fernando (y me supongo que no será el último), mostraba el autor de Cor ad Cor la continuidad que ha existido - y existe -, entre la institución del sacramento de la Eucaristía por Jesucristo, la celebración de la Iglesia antigua de dicho sacramento y nuestra misa, a partir de un texto de San Justino y de San Cipriano de Cartago.
Entre los participantes, uno que escribía bajo el nombre de Alberto M. argüía que «ni en los propios Padres existe una claridad sobre la Santa Cena y menos sobre la transubstanciación». Esto, que no deja de ser más que la expresión de un estereotipo con el que los protestantes intentan justificar sus doctrinas, más que el producto de un razonamiento.
El motivo de la esquela de hoy es precisamente traer una inscripción cristiana del siglo II, considerada el primer monumento eucaristíco: el epitafio de San Abercio, obispo de Hierápolis (localizada en la actual Turquía).
El valor testimonial es doble, ya que no sólo atestigua la sustancia de la doctrina respecto a la Eucaristía, sino que además, es un ejemplo de lo que se llama «disciplina del arcano», es decir, la forma que tenían de expresar sus creencias y ritos los cristianos que no querían exponerse al peligro y la burla que les ocasionaría frente a los paganos.
La inscripción reza así:
Yo, el ciudadano de la ciudad elegida, hice esto mientras vivía, para tener aquí noble sepultura de mi cuerpo.
Mi nombre Abercio; soy discípulo del pastor puro que pastorea rebaños de ovejas por montes y llanuras, que tiene ojos grandes, omnividentes.
Este, pues, me enseñó…escrituras, dignas de fe.
El cual me envió a Roma para contemplar el palacio y ver a la reina de áurea veste y sandalias de oro.
Allí vi a un pueblo poseedor de un sello resplandeciente.
Y vi la llanura y todas las ciudades de Siria, y Nísibe después de atravesar el Eufrates; en todas partes tuve compañeros, teniendo a Pablo conmigo; la fe me guiaba por todas partes, y me presentó como alimento el pez del manantial, grandísimo, puro, que cogió la virgen casta, y lo dio a comer todos los días a los amigos, teniendo un óptimo vino y dando mezcla [de vino y agua] con pan.
Yo, Abercio, estando presente, dicté estas cosas para que aquí se escribiesen.
Cumplía, en verdad, el año septuagésimo segundo [de mi vida].
Todo el que entiende estas cosas, y concuerda conmigo, ruegue por Abercio.
Nadie, sin embargo, ponga a ningún otro en mi sepulcro.
De lo contrario, pagará 2.000 monedas de oro al erario de los romanos, y 1.000 a mi óptima patria Hierápolis
La importancia del epitafio es mayúscula. Abercio nos cuenta lo que vió en las comunidades cristianas de Roma, Siria, Mesopotamia y Asia Menor. La misma fe y el alimento diario de la Eucaristía.
En la inscripción, «el pastor puro que pastorea rebaños de ovejas», es Cristo, al que en la primera carta de San Pedro, llama «el supremo pastor» (1 Pe 5,4). La Iglesia se figura en el palacio real, la reina de Roma y la virgen casta. El sello, se refiere al bautismo y a la vida conforme a él. Posiblemente Pablo sea el apóstol de los gentiles.
La Eucaristía es el alimento y el pez es Jesucristo. A Jesucristo se le denominaba pez a raíz de la palabra griega Ichthys, que es la abreviatura de «Jesucristo, hijo de Dios, Salvador», en griego y porque pudiese ser escogido como símbolo igual que el cordero, el león, etc.
El origen de este símbolo con Cristo se fundamenta en su relación con el sacramento del bautismo, a raíz de las palabras de Tertuliano en su obra «Sobre el bautismo»: «Nosotros, pececillos, conforme a nuestro pez (Ichthys) Jesucristo, nacemos en el agua…». Por ende, si a Jesucristo se le denominaba bajo el símbolo del pez, los primeros cristianos pudieron designarlo de la misma manera en relación con la Eucaristía. Por otro lado, con la expresión «pez de fuente», se alude por un lado al bautismo (fuente), donde el bautizado se reviste de Cristo, y también a la pureza de este pez.
En definitiva, la Iglesia no ha inventado nada, sino que obedece el mandato de su Señor:
]]>Cuando llegó la hora, se sentó a la mesa, y con Él los apóstoles, y les dijo: Intensamente he deseado comer esta Pascua con vosotros antes de padecer; porque os digo que nunca más volveré a comerla hasta que se cumpla en el reino de Dios. Y habiendo tomado una copa, después de haber dado gracias, dijo: Tomad esto y repartidlo entre vosotros; porque os digo que de ahora en adelante no beberé del fruto de la vid, hasta que venga el reino de Dios. Y habiendo tomado pan, después de haber dado gracias, lo partió, y les dio, diciendo: Esto es mi cuerpo que por vosotros es dado; haced esto en memoria de mí. De la misma manera tomó la copa después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que es derramada por vosotros. (Lc 22,14ss).
La ministra advierte de que sus palabras no son «una amenaza», típica coletilla que se utiliza precisamente para avisarnos de lo contrario. Otra cosa es la efectividad real que tenga esa amenaza.
Realmente que nuestros hijos no obtengan el grado que concede la ESO es un verdadero honor, ya que gracias a acción de los socialistas, y la omisión de los del PP, lo que era nuestro antiguo bachillerato no sirve para nada: es una auténtica basura, una fábrica de analfabetos.
Favores aparte, si la misma ministra permite que los niños pasen con cuatro asignaturas, resultan poco creíbles sus amenazas desde un punto de vista legal – de la Ley tan nefasta que ellos han realizado -, aunque con los socialistas, nunca se sabe.
Si realmente los socialistas saben hacer algo bien es amenazar. Lo sabemos porque lo hemos sufrido.
]]>A este buen señor se la trae al pairo todo, es más, piensa que «el sacerdocio se lo cargó Jesús como se cargó el templo». Esta actitud beligerante, progre, me parece bastante hipócrita. Si él no cree en la Iglesia como cuerpo místico de Cristo, Pueblo de Dios, Templo del Espiritu y, de forma analógica, «como un sacramento e instrumento de la unión interna con Dios y de la unidad de todo el género humana» (LG 1), ¿qué hace en ella? ¿Por qué sigue siendo sacerdote? ¿Por qué sigue viviendo del presupuesto?
Hay cosas que son ininteligibles. Ahora no hay necesidad de que este hombre llegue al sufrimiento por el que parece estar pasando. Posiblemente, si montara una ONG, sería felizmente gratificada por su amigo Zerolo.
Sin embargo, parece que nada más lejano pasa por la mente de este «cura rojo».
Tampoco entiendo como estos progres han monopolizado la pobreza. Parece que ellos son los que más saben de este asunto, comportándose como chamanes que nos aleccionan al resto sobre las causas y soluciones de la pobreza. Nada más falso. Las Hermanas de la Cruz, las Misioneras de la Caridad de Teresa de Calcuta, los «kikos» e inclusos el Opus Dei, tan denostados por los progres, saben tanto o más que ellos sobre la pobreza, por ejemplo. Su trabajo es silencioso, callado y sin tantos aspavientos, pero sobre todo, es eclesial, llevando a Cristo en cada una de sus obras.
Mucho de pose tiene este cura de Entrevías en sus actitudes. Si fuese consecuente, y tan a disgusto se encuentra en la Iglesia Católica, se iría. Digo yo
]]>La hermana Sor Lucía Caram, en su blog «Sintonía cordial», nos narra lo que fue la Confirmación de un adulto, ceremonia presidida por el Obispo Joan Godayol. En la celebración se encontraba un grupo de «representantes de las diversas religiones presentes en la ciudad de Manresa, además de una representación muy numerosa de las mismas que estaban entre los asistentes».
Y llegó el momento de la confirmación. Dice la monja:
Durante la celebración, Pilar, una joven de 30 años fue confirmada. A la hora de invocar al Espíritu Santo, tanto los con-celebrantes, como los representantes de cada religión, le impusieron las manos e hicieron una oración sobre ella: Oramos, cada uno a su manera, al mismo Dios y Padre, y al mismo Espíritu.
El símbolo principal del sacramento de la confirmación consiste en la unión de dos realidades significantes, una visible y otra invisible, que significan lo mismo pero a distinto nivel. La realidad visible es la unción del ministro visible con el crisma en la frente; la invisible la unción de Cristo, ministro invisible, con el crisma de sí mismo. Ambas unciones significan lo mismo. Cristo nos unge con el crisma de sí mismo, es decir la vida de Cristo en, con, por el Espíritu Santo. Es decir, ser ungidos por Cristo-unción es ser ungidos por el Espíritu Santo de Jesucristo. En este sacramento la dimensión cristológica está imbricada con la pneumatológica.
Por otro lado, en este sacramento, el memorial al que Cristo ha condicionado su presencia se efectúa en el conjunto de la acción simbólica sacramental, pero tiene su expresión más lograda en la plegaria mayor que está situada fuera de la celebración del sacramento, ya que es la plegaria de bendición consagratoria del santo crisma, pronunciada por el obispo. Existe una unión moral entre esta plegaria consagratoria y la celebración de la confirmación.
Para terminar, Jesucristo vincula su presencia y acción simbólica, sacramentales, a la unción instituida por Él en la Iglesia. Por ende, esta acción no puede ser alterada ni modificada. En ella la crismación en la frente, que implica la imposición de manos, junto con las palabras que acompañan consiste lo esencial de este sacramento.
Junto a los símbolos principales, se encuentran los símbolos ritos secundarios que sirven para hacer explícito el densísimo contenido del rito principal. En el caso del sacramento de la Confirmación, se trata del gesto de la imposición de manos, que simboliza la comunicación del don del Espíritu Santo, tal como lo expresan las palabras que lo acompañan:
Dios Todopoderoso, Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que regeneraste por le agua y el Espíritu Santo a estos siervos tuyos
y los libraste del pecado; escucha nuestra oración y envía sobre ellos
el Espíritu Santo Paráclito; llénalos
de espíritu de sabiduría e inteligencia;
de espíritu de consejo y fortaleza;
de espíritu de ciencia y de piedad
y cólmalos del espíritu de tu santo temor.
Realmente, la celebración que narra esta dominica es horrorosa, así como el estado de las órdenes religiosas (resulta curioso que la hermana se fije en el rito secundario, no en la crismación, resaltando además que miembros de «otras religiones», impusieron sus manos sobre la confirmando).
A mi todo esto me parece una absoluta aberración, empezando por el obispo presente, pasando por los curas concelebrantes y las monjas, terminando por los miembros de otras religiones.
Si «por el sacramento de la confirmación se vinculan más estrechamente a la Iglesia, se enriquecen con una fortaleza especial del Espíritu Santo y de esta forma se obligan con mayor compromiso a difundir y defender la fe con su palabra y sus obras como verdaderos testigos de Cristo» (LG 11), ¿por qué participan activamente miembros de otras religiones? ¿Quiere decir que, por ejemplo, un budista, también comunica el don del Espíritu Santo? ¿Están insinuando que existe una meta-Iglesia, por encima de esta, a las que nos unimos en comunión universal? ¿A cuál fe es la que nos sentimos impelidos a defender y difundir, la del Dios Uno y Trino o la de una deidad ecléctica al estilo New Age?
Evidentemente, tras el sacramento multicultural-pluriétnico-religioso, sigue el cañazo a la Iglesia. Sigue narrando la monja:
El obispo Joan nos ayudó a situarnos en el cenáculo, en actitud orante con María, y nos recordó el itinerario de fe de la primera comunidad, que supo dejarse llevar por “el viento impetuoso” que se derramó generoso sobre cada uno de los amigos de Jesús, empujándolos a “ir más allá” a anunciar a “todos” la Buena Noticia de la Salvación.
Después siguió el rito habitual, con fuerza y ánimos, y la asamblea, en la que había gente de todas las edades, culturas y religiones, vivió la experiencia de un “nuevo Pentecostés”.Todos marchamos con la fiesta en el corazón, y brindamos por una Iglesia que viva cada vez más “al aire del Espíritu”; por una Iglesia sensible a esa brisa suave que anima a los desanimados y envía a los “que arden de pasión por el Señor” –como el Profeta Elías- y a los que tal vez, encerrados por los miedos no se animan a caminar, y que son “arrastrados por ese aire impetuoso” y por ese fuego que quema y que se manifestó en Pentecostés… y que hoy sigue quemando, enviando, animando.
Esta es una actitud típica-tópica de los progres, uno de esos lugares comunes en los que se basan para lanzar su crítica contra la Iglesia: contra poner la acción del Espíritu Santo frente la acción de la Iglesia, como si la Iglesia no fuera estuviera vivificada por el Espíritu Santo.
Que esta monja se levante el refajo es casi una práctica común: ya lo hizo cuando negó el infierno. Pero la presencia del Obispo causa mayor escándalo, especialmente cuando es a él en primer término, al tener la plenitud del sacerdocio, el que le corresponde la función de santificar. Como dice el Código de Derecho Canónico :
840. Los sacramentos del Nuevo Testamento, instituidos por Cristo Nuestro Señor y encomendados a la Iglesia, en cuanto que son acciones de Cristo y de la Iglesia, son signos y medios con los que se expresa y fortalece la fe, se rinde culto a Dios y se realiza la santificación de los hombres, y por tanto contribuyen en gran medida a crear, corroborar y manifestar la comunión eclesiástica; por esta razón, tanto los sagrados ministros como los demás fieles deben comportarse con grandísima veneración y con la debida diligencia al celebrarlos
y más adelante añade:841 Puesto que los sacramentos son los mismos para toda la Iglesia y pertenecen al depósito divino, corresponde exclusivamente a la autoridad suprema de la Iglesia aprobar o definir lo que se requiere para su validez, y a ella misma o a otra autoridad competente, de acuerdo con el c. 838 § § 3 y 4, corresponde establecer lo que se refiere a su celebración, administración y recepción lícita, así como también al ritual que debe observarse en su celebración.
Pues para esta comunidad, ni los sacramentos son los mismos para toda la Iglesia, ni sirven para crear más comunión que la unión de los grupúsculos contestatarios. ¡Qué pena de dominicos!, ¡qué pena de Iglesia!
]]>Le gustan los primates, pero también le gusta la EpC. Ambas cosas no son mutuamente excluyentes. Yo diría que son complementarias y suplementarias. Me explico. Según Garzón la asignatura Educación para la Ciudadanía (EpC), no es sólo básica, sino más «básica» (que alguien me explique como algo puede ser más básico que otra cosa: algo es básico o no lo es) «que la enseñanza religiosa».
Sin embargo, el planteamiento que hace el juez es falso. La cuestión no es si es básica o no, sino si es buena o mala. El motivo por el que se objeta la EpC es porque impone una serie de doctrinas a los alumnos con el único objeto que el de formar las conciencias.
El Estado quiere absolutizarse imponiendo una moral, una serie de valores indiscutibles, manipulando psicológicamente a los ciudadanos con el único objeto de obtener al individuo gregario. Si como decía Nietzsche, la mentira que el Estado desliza es «Yo, el Estado, soy el pueblo», ahora podemos decir que el Estado se confunde con la moral, hasta decir, Yo, el Estado, soy la moral, el que fija el bien y el que fija el mal.
Garzón, piensa que la EpC es algo básico, básico para subvencionar nuestras conciencias. Bajo el Estado nodriza surgirá el hombre nuevo, gregario, débil, colectivizado, intercambiable, en definitiva involucionado al mono, ese mono al que Garzón sostiene risueño, feliz, beato.
Amores incontinentes, complementarios y suplementarios, al mono y a la EpC
]]>Como informa nuestro periódico digital, el Obispo de San Sebastián ha pedido que se pare la edición catalana del libro del libro de Pagola «Jesús. Aproximación histórica». También se han paralizado las ediciones que se iban a realizar en otras lenguas extranjeras, además de la reedición del volumen en castellano.
Con esta, es la segunda estocada que recibe el morlaco, si se me permite la metáfora taurina, tras el documento escrito por Monseñor Demetrio Fernández, obispo de Tarazona.
Hay que recordar que, a pesar de lo manifestado no sólo por el obispo de Tarazona sino por los teólogos Rico Pavés, Sayés e Iraburu, el pasado 31 de Enero se presentó en el Centro de Estudios Teológicos de Sevilla, el libro del ex – vicario de San Sebastián.
Cuando se avisó en su momento que en ese libro había algo que no estaba bien, que era incorrecto, los abanderados del antimagisterio tomaron la vía de la patada hacia delante. ¿Qué el libro ha sido condenado?, pues nosotros le montamos un concierto de pífanos y chirimías, que se note que estamos aquí; pero, hete aquí, que con la medida tomada por el Monseñor Uriarte, los de la tenida se han quedado colgando de la brocha, porque les han quitado la escalera.
Más de uno en el CET de Sevilla estará temblando.
]]>El caso es que la hermana del cuñado de Rosa – mejor así que decir la hermana del cuñado de mi futura cuñada – se quedó embarazada. La gestación transcurría con normalidad, mientras los padres soñaban con la preciosa niña que iban a traer al mundo. Entre nombre y nombre, seguramente pensarían en su futura hija, si se sería tan guapa como la madre, tendría el carácter del padre, los novios que tendría, cosas de padres que con las hijas tenemos ya nuestro «platito de sopa».
Llegó el día en el que a la madre le realizaron la ecografía Doppler, que permite controlar el flujo de la sangre a través del corazón y hete aquí que a su niña le diagnosticaron un problema cardíaco, indicativo de que podría ser síndrome de Down, enfermedad confirmada más tarde. Los padres sabían desde ese momento que su hija sería retrasada mental.
En una sociedad donde la moralidad está tan diluida, tan separada la felicidad de la virtud, el fin propio del hombre, donde lo normal es quitarnos los problemas, más de seres que no vemos – o no queremos ver -, donde lo más fácil es abortar, los padres decidieron seguir adelante con el embarazo: tendrían a su hija. También acordaron no decir nada a sus familiares. ¿Por qué?, quizás por no dar explicaciones; o por no preocupar; o simplemente para que no los agobiasen y estuviesen todo el día recordándoles la mala suerte que habían tenido, pero ¿no era acaso su hija?, ¿no es al fin y al cabo un hijo de Dios, como cualquiera de nosotros?.
En fechas recientes llegó el feliz alumbramiento. Los familiares se allegaron a la cuna buscando un parecido:
- ¿A quién se parecerá? ¿A papá? ¿A mamá?
- ¿Tendrá la nariz del abuelo?
Cuando supieron que era Down, no sabían que decir.
Para mí todo esto queda encerrado en el misterio del amor de Dios. Este año pasado hemos tenido noticia de los execrables asesinatos cometidos en clínicas como las del Dr. Morín. Hoy día hay más facilidades para matar un niño que para tenerlo, más si tiene problemas.
Hace unos días un matrimonio tuvo una preciosa niña. Carmen es su nombre. Yo sí se a quién se parece. Es un ángel que Dios ha mandado para que sea testigo de su amor.
]]>Zapatero está ventilándose poco a poco el régimen Constitucional surgido en el año 78. Aunque el proemio se redactase durante la misma transición y los primeros capítulos los escribiese Felipe González cuando destruyó la independencia del poder judicial, es ahora cuando el vallisoletano se encuentra inmerso en la disolución de la soberanía nacional a través de los estatutos de independencia que, a su vez, enflaquecen aún más a la ya caquéctica nación española.
Sin embargo todo esto a nuestra católica majestad le debe parecer estupendo, a tenor de las declaraciones que realizó para el artículo de El Magazine, titulado Zapatero íntimo: «Es un hombre muy honesto. Que no divaga. La gente cree que hace cosas así…como divagando, pero no hay nada de eso. Él sabe muy bien hacia qué dirección va y por qué u para qué hace las cosas. Tiene profundas convicciones. Es un ser humano íntegro».
¿Puede ser honesto alguien que quiere formar las conciencias de los niños imponiendo una moral de Estado? ¿Puede ser honesto el que hace bandera electoral de la agresión a los católicos?, los mismos católicos que supuestamente son hermanos en la fe de su majestad. ¿O puede ser honesto aquél que está centrifugando España? Para el Rey, todos los interrogantes anteriores tienen contestación afirmativa. Sí, se puede ser honesto cumpliendo con todos los requisitos descritos. La conclusión no puede ser entonces más obvia: alguien está utilizando incorrectamente la palabra «honesto», o bien, su denotación ha degenerado hasta significar otra cosa.
Tampoco queda claro el sentido de «divagar». Cualquiera que haya escuchado a nuestro presidente hablar de lo que significa para él nación (concepto discutido y discutible), puede dudar que si hay algo que Zapatero hace muy bien es, precisamente, divagar, y no es por la forma de las cejas.
Lo que es indudable es que Zapatero sabe lo que quiere. También el Rey parece tenerlo claro. Ante el cambio de régimen, él quiere ser el primero en subirse al barco que nos lleva a ese lugar que el presidente y los suyos desean. Esto explicaría el elogio desmedido.
En el año 1.072, Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid, tomó juramento al Rey Alfonso VI en Santa Gadea, de no haber participado en la muerte de su hermano Sancho II. Hoy no tenemos, para nuestra desgracia, ningún Cid, tampoco D. Juan Carlos es Alfonso VI, pero no estaría mal que nuestro monarca prestara juramento de que él no está implicado – por activa o por pasiva - en la destrucción de nuestra nación, una de las más antiguas de Europa.
]]>La Andalucía más cateta, de charanga y pandereta, se ha vestido de romero, ha llamado a su señorito y le ha puesto una medallita en agradecimiento por lo bien que ha hecho su obligación. ¡Una hermandad kantiana!, ¡qué sorpresa!.
El espectáculo no puede ser más grotesco, el Hermano Mayor poniéndole la medalla al dueño del cortijo, precisamente al día siguiente que la viceministra De la Vega dice que va a sacar una ley para garantizar la libertad de conciencia, es decir, acogotar a los católicos.
No se lo que habrá sentido el Hermano Mayor, ¿se habrá acordado de que Chaves quiere aplastar el derecho de los padres a elegir la educación de sus hijos? ¿Habrá pensado en la manera en la que su señorito ha impuesto la EpC y va a desobedecer al TSJA? ¿O quizás habrá pensado en los abortos, matrimonios homosexuales, en el enfrentamiento del partido del cacique andaluz contra la Iglesia?
«La libertad y la democracia nos engrandece a todos y así ha ocurrido con esta manifestación religiosa y cultural que tanta aceptación tiene dentro y fuera de nuestras fronteras » , Chaves dixit. La libertad y la democracia entendidas al socialista modo, claro está.
¿Era conveniente darle esta medalla al Presidente de la Junta? ¿Era algo bueno? ¿Era bello? No. ¿Es que la Junta no ha hecho su trabajo, lo que debe por los impuestos que cobra? Sin embargo, en Andalucía seguimos viviendo un franquismo sociológico, donde el Estado traspasa como el aceite, por todos los poros de la sociedad. Seguimos doblándonos ante los políticos, aunque se nos vean las posaderas.
La imagen del presidente de la Junta de Andalucía, el cura y el hermano mayor. Imágenes de otros tiempos. El Presidente del gobierno laicista perdiendo el culo por recoger la medallita. El hermano mayor y el cura a su lado imponiéndosela, ¿pensarían sacarlo bajo palio?
El lunes volverá a salir la Virgen. Que Santa María nos proteja.
]]>La vicepresidente del des-gobierno de Ex – paña, amaga con atizar a los católicos a través de la revisión de la ley orgánica de Libertad Religiosa. Sin embargo, es posible que esto sea una cortina de humo para tapar la crisis galopante que estamos atravesando, los últimos desmanes del gobierno, como los del «Playa de Bakio», una próxima negociación con ETA, o bien un arma con la que chantajear a los obispos en la próxima renovación de las estrellas de la COPE: con el PSOE nunca se sabe.
Ya la legislatura pasada el partido gobernante venía amenazando a la Iglesia tanto en su vertiente económica (denuncia de los acuerdos Iglesia – Estado), como en la vertiente moral (ampliación de la ley del aborto e instauración de la eutanasia), por lo que tampoco se puede descartar que el PSOE quiera realmente echarle un pulso a la Iglesia.
A diferencia de la derecha de pitiminí española, «la PSOE» tiene ideas y si para implantarlas hace falta promulgar una ley o modificar otra ya existente, lo hará sin ningún género de dudas.
El PSOE siempre ha soñado con recluir la fe en el ámbito de lo privado, de manera que la religión no impregne ni lo político, ni lo social – exceptuando la ayuda a los más desfavorecidos -, ni por supuesto lo moral. A lo mejor lo que pretenden es meter a los católicos en la sacristía por/a la fuerza.
La vicepresidenta quiere avanzar en la «laicidad», enunciado que no deja de ser un arcano ya que puede significar cualquier cosa y garantizar la libertad de conciencia. Tomado al pié de la letra, parece que este gobierno se va a encerrar directamente en la prisión ya que ha sido precisamente él, el que ha violado la conciencia de los padres y de los hijos de estos, al imponer la moral de Estado a través de la EpC, pero dudo mucho que su intención de garantizar la libertad de conciencia pase por la flagelación, igual que la penitencia que Enrique II tuvo que satisfacer por el asesinato de Santo Tomás Becket.
¿Cómo se garantiza la libertad de conciencia? Definiendo y estableciendo qué es precisamente la libertad de conciencia. Todo lo que vaya en contra de esta libertad de conciencia, habrá de ser castigado. En definitiva, como la conciencia es un sagrario, lo que quiere el PSOE es robar el sagrario, profanarlo, vaciarlo y rellenarlo de nuevo con todas las ideas progres.
Durante la segunda república la izquierda intentó a lo bestia, acabar con los católicos, ahora ZP quiere por vía legal, en plan fino, borrar todo lo que huela a catolicismo. Sin embargo no hay nada que temer, la Iglesia es indefectible.
Al laicismo radical se le contesta con un compromiso radical. La victoria es nuestra.
]]>El Rey, autor del Tratado de los siete sacramentos, acabaría provocando el cisma con la Iglesia de Roma un año después de su excomunión, en el 1.534, además de la ejecución de su ex – canciller, Tomás Moro, como la del obispo Juan Fisher, entre otras. Aún así, la Iglesia anglicana naciente seguía siendo fiel a la doctrina de Roma; de hecho, en 1.539, el Rey Enrique VIII publicó el famoso documento de los Seis Artículos donde ordenaba, bajo pena de muerte, que se creyera y mantuviera la doctrina de la transustanciación, la comunión bajo una sola especie y el celibato eclesiástico.
Sin embargo, el momento de verdadera reforma, de ruptura profunda con la doctrina católica vendría en las dos fases siguientes: la primera bajo el mandato de su hijo Eduardo VI, que bajo el consejo de Cranmer – el cual mantuvo correspondencia con Calvino -, se destruyeron innumerables obras de arte, se abolió el celibato (1.549) y se impuso el Common Prayer Book (1.552), prescrito como libro litúrgico oficial para toda Inglaterra.
De los sacramentos sólo quedaba el bautismo, ya que la Cena se entendía al modo de Calvino; del resto, nada. Se mantuvo una estructura episcopal con el rey como cabeza de la Iglesia.
La segunda fase vino con la hija de Enrique, Isabel I, con la que se difundieron por la isla las ideas de Calvino y Lutero. Promulgó la Ley de Uniformidad de Culto en 1.559, con lo que se constituían oficialmente, la Anglican Church, la Reformed Church of England y The Established Chuch. La reina sustituyó el título de cabeza suprema de la Iglesia por el de director supremo de la Iglesia, quedando los sacramentos y el culto fuera de su jurisdicción y por último, prohibió al Parlamento que se inmiscuyera en los asuntos de la Iglesia.
En el año 1.571 publicó los XXXIX Artículos que son considerados una comunión de fe de los anglicanos, aunque en la realidad son tan ambiguos que lo alejan de ser un verdadero catecismo anglicano.
Podríamos decir que las características de la Iglesia anglicana son su carácter nacional, el mantenimiento de una estructura episcopal – aunque el Papa León XIII declaró inválidas las ordenaciones por quedar interrumpida la sucesión apostólica – y el calvinismo moderado.
Actualmente la Comunión anglicana la forman la Iglesia de Inglaterra, la Iglesia en Gales, la Iglesia episcopaliana escocesa, la Iglesia de Irlanda, la Iglesia de Inglaterra en Canadá, la Iglesia de Inglaterra en Australia, la Iglesia de Inglaterra en Nueva Zelanda, la Iglesia de Inglaterra en Sudáfrica, la Iglesia protestante episcopal en Estados Unidos y las Iglesias establecidas y las diócesis misioneras en las que eran antiguas colonias británicas.
Los obispos anglicanos se reúnen desde 1.867 cada diez años en la Lambeth Conference, presidido por el obispo de Canterbury como el primero entre los iguales. Su potestad es muy limitada, por no decir nula, ya que no puede definir doctrina ni regula práctica.
El problema de las ordenaciones de mujeres y de homosexuales ha terminado de dar la puntilla a una comunidad que pasó de tener una doctrina católica a no tener ninguna, ya que las defiende casi todas.
Verdaderamente el Cardenal Kasper ha sido muy diplomático al pedirles que se definan entre la Tradición o la Reforma, cuando optaron por lo segundo hace muchos años, aunque manteniendo un cierto acervo católico-romano, muy desleído, eso sí.
Con la separación del catolicismo inglés, se realizó algo más que un cisma. Se perdió una forma muy particular y especial de entender la fe católica, siempre en comunión con el Papa: a fin de cuentas, Inglaterra sigue siendo la tierra de Santo Tomás Becket, San Patricio, San Sixto III y del Doctor Sutil, el Beato Duns Scoto, entre otros.
Este genio inglés perduró en el pasado siglo en sus escritores y teólogos, desde Newman, hasta Tolkien (nacido en la actual Sudáfrica), pasando por Chesterton (¡incluso en protestantes como C.S. Lewis!), y continuará por siempre, esa forma tan bella y católica de amar a Cristo.
La unión de todos los hermanos separados de la Iglesia Católica es importante, pero con los ingleses reviste un carácter singular. Por eso deseamos, esperamos y, sobre todo, rezamos, por la unión con nuestros hermanos anglicanos en la única Iglesia de Cristo.
]]>Es el momento de realizar la declaración de la renta y los católicos nos tenemos que retratar. No podemos hacer dejación de nuestras funciones. Poner la cruz es necesario por las siguientes razones:
- porque es nuestro deber el contribuir económicamente con el mantenimiento de la Iglesia, de ahí que no es suficiente poner la equis en la declaración, la ayuda a la Iglesia no debe quedarse aquí.
- para callar de una vez a todas esas voces que nos echan en cara que la Iglesia no se sostiene únicamente con el dinero de los católicos.
- porque si queremos una Iglesia libre de cualquier poder político, tenemos que ser responsable y mantenerla.
- porque por mucho que nos quieran decir, si no fuera por los católicos, muchas personas quedarían desfavorecidas. El Estado no llega ni a una mínima parte de los sitios donde está presente la Iglesia.
Estas razones son las fundamentales para mí, lo que no es óbice que cada uno tenga las suyas que se sumarán a las aquí expuestas.
Por mucho que se haya dicho por parte de los políticos, y en este caso los meto a todos sin excepción, a la casta dirigente no le interesa una Iglesia libre, siempre les interesa tener atados, por decirlo de alguna manera, a sus miembros desde los Obispos hasta el último laico, porque en definitiva tienen un miedo inhumano a la libertad y, a fin de cuentas, el católico, que vive en la Verdad, es el más libre.
Si de verdad conseguimos el objetivo pretendido, habremos dado un gran paso adelante. Por eso, la cruz en la declaración es tan importante.
]]>El primo de Monteseirín, Alcalde electo de la ciudad de Sevilla, es un nuevo espécimen de familiar colgado a la teta del presupuesto municipal. El muchacho ha sido contratado por Emasesa, la empresa municipal encargada del abastecimiento de agua, para diseñar una web – pronúnciese «güeb» -, sobre el plan Estratégico Sevilla 2020. La remuneración ha sido una minucia, 6.000 € del ala, una frivolidad.
El trabajo electrónico sólo tiene un pequeño problema: que nadie lo ha visto.El primo, desde luego, no ha hecho el primo
Al alcalde de Sevilla lo han cogido con el carrito de los helados y no ha dicho siquiera esta boca es mía. ¿Para qué? ¿Acaso hace falta? En Sevilla la vergüenza brilla por su ausencia, Sevilla es la ciudad del Chiki-chiki, donde el alcalde baila con las bragas de los ciudadanos en la mano, mientras que el resto hacen el «brikindanz», el «maikelyakson», el «crusaíto» y el «robocop».
]]>La familia ha dejado de ser un concepto unívoco, basada en la unión de un hombre y una mujer, pasando a denominar una especie lo que antes era género. Es decir la familia basada en la unión de hombre y mujer es una clase más dentro del género de las familias, valga la redundancia. Hay familias monoparentales, homosexuales y tradicionales. La de-construcción del lenguaje viene parejo con la realidad social.
Sin embargo no nos debemos asustar con algo que está ahí, que nos viene impuesto por la realidad que nos ha tocado vivir, por decirlo de alguna manera. Quizás esto sea signo de algo más profundo.
En una conversación mantenida con un sacerdote amigo, me apuntó que la Iglesia tiene que empezar a mirarse ad intra, más que mirar ad extra, y la verdad sea dicha la reflexión no está exenta de razón.
La Iglesia tiene dos frentes abiertos: uno el político-social, donde se está desgastando terriblemente, el segundo contra los quintacolumnistas, que socavan la fe del pueblo cristiano y provocan hemorragias en el cuerpo de Cristo. No estaría mal que empezáramos a cuidarnos a nosotros, volcándonos con las familias, formando las conciencias, cuidando la liturgia – lex orandi, lex credendi -, enseñando la sana doctrina, ya que el medio socio-político está bastante perdido. ¿Alguien espera realmente que un partido político con opciones reales de gobernar va a plantear seriamente el tema del aborto, divorcio, o ayudas a las familias?. La política actual, por desgracia tiene sus propios caminos, que no son otros que los de los políticos y su tendencia a perpetuarse en el poder.
Abortos, asesinatos, etc, los ha habido siempre, igual que herejes, pero lo que no se debe consentir es que se propague desde los púlpitos, órdenes religiosas y seminarios, doctrinas contrarias al magisterio eclesial. En lo esencial tiene que haber unidad.
Como dice nuestro Señor, en Lc 14,31, si un rey tiene que ir a una guerra, antes tiene que saber el número de sus tropas. Aunque sea el símil sea algo beligerante, antes de enfrentarnos con la sociedad en la que estamos insertos (que no es que sea descreída, sino que no le interesa Cristo, pasa de Él), ¿no debemos de preparar a nuestro ejército? ¿Podemos estar en contra del aborto cuando hay sacerdotes que pagan este tipo de asesinatos? ¿Podemos hablar de castidad cuando desde los púlpitos no se trata este asunto? ¿Cómo se explica que el matrimonio es un vínculo que une para siempre, cuando es normal que un católico se divorcie y se vuelva a casar?
Que haya ferias como la de Don Benito es cosa ya inevitable y lo único que está en nuestra mano es la protesta, la crítica y el derecho al pataleo. Sin embargo, a nuestro alcance se encuentra el denunciar y acabar con los abusos litúrgicos de la eucaristía (como las «romaxes» gallegas), los libros heréticos escritos por sacerdotes, los presbíteros que pagan abortos o abusan de menores y los seminarios que brillan por su heterodoxia, por citar algunos ejemplos.
Quizás si mirásemos más a nuestro interior brillaríamos más al exterior. A fin de cuentas debemos ser luz que ilumine el mundo.
]]>San Gregorio Nacianceno le llama «columna de la Iglesia». Él es el obispo de Nicea, aunque acudiese como secretario de Alejandro, obispo de Alejandría, a él le tocó lleva a cabo las resoluciones tomadas en el Concilio. Le declaró la guerra al arrianismo y éste intentó destruirlo.
Nació Atanasio en el año 295, en la misma ciudad donde posteriormente sería obispo, Alejandría. Cuando tenía 18 años, año 313, fue nombrado párroco de Báucalis, en Alejandría, el sacerdote Arrio; diez años más tarde, este presbítero sería amonestado por el obispo Alejandro. Mientras, unos años antes (319), Atanasio accedía al diaconado
Acompaña el joven Atanasio a su obispo al Concilio de Nicea, donde se defiende que el Hijo y el Padre son de la misma sustancia – homoousios - frente a los arrianos que declaraban que el Hijo de Dios no era verdadero Dios, sino un dios de segundo orden.
Arrio intentó zafarse de las acusaciones de herejía, haciendo lo que hacen todos los herejes: liar. Utilizando un lenguaje equívoco, Arrio pretendía que cada uno pudiese interpretarlo como lo creyese más oportuno (innegable la actualidad del tema). A pesar de ello fue excomulgado. Curiosamente en esa época los padres conciliares no pensaban que en la Iglesia cupiesen todas las sensibilidades.
Evidentemente los arrianos no aceptaron el término homoousios, porque argumentaban que dicha expresión no se utilizaba en la Sagrada Escritura ni en la tradición de la Iglesia. Mil seiscientos años después, algún que otro teólogo utiliza el mismo argumento. Extrañas coincidencias.
Tres años más tarde de Nicea, Atanasio sucede a su obispo. Los arrianos declararon la guerra a Atanasio, uniéndose a los melecianos (330).
La primera victoria de los herejes llegó cinco años después, cuando el Concilio de Tiro depone a nuestro santo: el 19 de Julio del año 335 sa comienzo el primero de los cinco destierros que sufriría nuestra santo. Gobernaba por aquellas fechas Constantino.
A la muerte de este último, sus hijos deciden la vuelta de los obispos deportados, con lo que San Atanasio llega a Alejandría en el año 337; pero el mismo que lo trajo, Constancio, lo volvió a echar y en el año 339, el sínodo de Antioquía lo depone y lo manda a Roma.
En la ciudad eterna estuvo hasta el 21 de Octubre del año 346. Previamente, el papa Julio I en el año 341 declaró la inocencia de Atanasio, a pesar de las denuncias de los arrianos. La calma duró diez años, ya que los herejes volverían a la carga malmetiendo al emperador Constancio contra Atanasio. El emperador pidió al papa Liberio que lo depusiera de la sede episcopal, pero ni la celebración de dos sínodos (Arlés, 353 y Milán, 355), impidieron que la noche del 8 al 9 de Febrero, mientras San Atanasio celebraba la liturgia en la iglesia de san Teonas, entrarán las tropas del general Siriano con el objeto de apresarle. Alejandro huyó al desierto, donde estuvo 6 años. Tercer destierro.
Muere el emperador Constancio y le sucede el Apóstata, de nombre Juliano, que al igual que el anterior, hace volver a los obispos desterrados a sus sedes. Y tras como llegó, se fue. Sólo le dio tiempo de convocar un concilio, el conocido como concilio «de los Confesores», donde intentó atraerse a los semiarrianos. Pero si el 21 de febrero del año 361 llegó a Alejandría, el 24 de Octubre del mismo año salió de nuevo al destierro: demasiado Atanasio para el Apóstata.
Según el dicho popular, no hay quinto malo, así que tras la muerte de Juliano y la entronización de Joviano, en el año 363 Atanasio regresó a Alejandría. Con este emperador no hubo problemas, especialmente porque duró ocho meses y no le dio tiempo ni a ser malo. Pero lo que no hizo Joviano, lo resolvió Valente: el 5 de octubre del año 365 Atanasio fue desterrado de nuevo. Sin embargo, este destierro fue muy corto, ya que el mismo emperador lo trajo de vuelta a los tres meses. No pudieron con Atanasio.
Cinco destierros en diecisiete años y en ningún momento la fe de Atanasio tambaleó. No dio un paso atrás. Como un león defendió la ortodoxia frente a los enemigos. Subió a la casa del Padre el dos de mayo del 373, hace exactamente 1.635 años. Ya ha llovido desde entonces, sin embargo, los semiarrianos siguen campando alegremente disfrazados de teólogos, confundiendo al pueblo sobre la divinidad de Nuestro Señor.
Yo me imagino a nuestro santo tal como aparece en el icono, con luenga barba, entradas pronunciadas, anunciando la cercanía de la próxima calvicie. Vestido con el polystauron y revestido con el omoforion de lana, símbolo de la dignidad episcopal y de la oveja descarriada que el Buen Pastor lleva sobre sus hombros para conducirla al redil.
Como dijo Pablo VI, San Atanasio, doctor de la Iglesia, nos interpela hoy a: «Ser fuertes en la fe y coherentes en la práctica de la vida cristiana, incluso a costa de grandes sacrificios».
San Atanasio, ora pro nobis!
]]>Luis Gonzaga María del Rosario Guillermo Escolástico Manuel José Joaquín Ana Juan de la Soledad Daoiz Torres y el de más aquí y el de más allá, sevillano, español, capitán de artillería, llamado «el Abuelo» por su gravedad, serenidad y circunspección.
Educado en el colegio jesuita de San Hermenegildo – gloriosos tiempos donde los jesuitas daban santos y héroes, no herejes -, en Sevilla su localidad natal, estudió en Segovia, en el Colegio de Artillería de Segovia, sita en el Alcázar de Segovia, que se erige como un bastión, fortaleza formidable, metáfora de lo que sería el fin del capitán Daoiz, que murió como un valladar ante el invasor gabacho.
Descendiente de los vencedores en la batalla de las Navas de Tolosa (batalla decisiva para España desarrollada en suelo andaluz), su bisabuelo fue alguacil mayor y regidor perpetuo de Gibraltar, este militar menudo parece que tuviese escrito en su destino el ser personaje fundamental del alzamiento de los españoles.
En el parque artillero de Monteleón, junto a Velarde, se pensó en un primer momento el dar armas al pueblo, pero finalmente, decidido consintió porque «ellos son nuestros hermanos, démosle las armas que piden», para terminar con un «¡Viva España!, ¡Viva Fernando VII!, ¡Mueran los franceses!».
D. Luis murió a las siete de la tarde del día 2 de Mayo de 1.808, asaeteado por las bayonetas gabachas. Después vendría Bailén, donde se derrotó al magnífico ejército napoleónico, la Constitución de Cádiz, los Arapiles y San Marcial. Napoleón es expulsado de España y vuelve el Rey, el Rey que tanto daño ocasionó a España y a los españoles, primero con Napoleón, después por no saber resolver convenientemente el problema de la sucesión, acarreando una guerra que desgarraría por muchos años a la nación. Rey de infausto recuerdo.
Hoy Libertad Digital nos informa que el Tribunal Constitucional ha preparado un borrador de un documento donde reconoce que Cataluña es una nación, entonces, ¿qué es España? En el fondo no es más que el desarrollo a partir de la definición que hace la Constitución de su fundamento, el cual se basa «en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas».
Nunca entenderé por qué este día no es fiesta como antaño y se ha quedado minimizado, residual, en la Comunidad de Madrid, más ahora, cuando hay que reivindicar nuestro origen común, en una de las naciones más antiguas de Europa.
Hoy, más que nunca, hay que volver nuestra mirada al capitán Daoiz.
]]>El TSJA viene a reconocer que la asignatura invade ilícitamente «en la ética, el derecho y la moral» y que los contenidos anulados «sobrepasan lo que es una enseñanza teórica y práctica de los principios democráticos de convivencia» y «vulneran el principio de neutralidad ideológica de los poderes públicos».
El Estado con esta asignatura no pretendía otra cosa que imponer una moral concreta, de acuerdo con la ideología de la clase dirigente. Ya deciden sobre la vida a la hora de nacer; ahora les queda la conciencia y decidir sobre la muerte. Lo primero está en marcha con esta asignatura, lo segundo se espera que el gobierno lo plantee durante esta legislatura.
De todas formas no es sólo cuestión de contenidos. El aspecto material es importante, pero no se puede olvidar que lo que aquí se juega es el aspecto formal, es decir, la imposición por parte del Estado de una moral, con el ánimo de controlar y dominar las conciencias de sus ciudadanos, es decir, lo que se está vulnerando en definitiva es el derecho de los padres a elegir la educación de sus hijos.
En este asunto ha sido la Iglesia la que se ha erigido como defensora de las libertades de los padres, mientras que organizaciones políticas, como el PP, han pasado de batalladores – en retaguardia, eso sí - a hacer mutis por el foro.
Los tentáculos del poder llegan a todas partes. Esto ha sido una simple batalla ganada, pero con esto no basta. Hay que ganar la guerra.
]]>Si en otras ocasiones se han criticado los silencios del Arzobispo de Sevilla, es de justicia aplaudir los términos en los que se ha manifestado el ordinario de la diócesis.
Pío XII fue un autentico hombre de paz. Permitió que varias organizaciones católicas pusiesen a salvo a cientos de miles de judíos, también escondió en institutos religiosos a judíos y políticos perseguidos, amén de intervenir a favor de los serbios ortodoxos de Croacia.
Su obra no quedó aquí. El papa organizó la oficina vaticana de informaciones para que pudiera dar, a las respectivas familias, noticias sobre la suerte que habían corrido prisioneros, desaparecidos, prófugos y deportados. La oficina llegó a alcanzar los ochocientos empleados y atendió más de once millones de solicitudes. Recogió víveres y ropa destinados a los campos de prisioneros y deportados así como para las poblaciones necesitadas. Se alcanzó tal magnitud en esta actividad que Salvatorelli comparó este hecho con la labor desarrollada por la Iglesia durante las invasiones bárbaras.
Por ello, tiene razón el Cardenal de Sevilla cuando expone que quitar el nombre de Pío XII del callejero «supondría una injusticia». Pero la izquierda está acostumbrada a las injusticias: cien millones de muertos la avalan.
]]>Gómez Dávila nació (1.913) y murió (1.994) en Bogotá, Colombia. Nunca asistió a la Universidad y fue educado por profesores particulares. Poseía una erudición vastísima, que le permitió escribir unos aforismos irónicos, cáusticos, corrosivos y llenos de inteligencia, que abarcaban todos los temas.
Nos encontramos ante un maestro de la paradoja, que recuerda a veces a Chesterton. Sin embargo, los rasgos que caracterizan a este filósofo colombiano es, por un lado, el de ser un antimoderno (en el sentido de Antoine Compagnon) irredento e irreductible y, por otro, su profundo catolicismo.
Aunque el autor es tildado de reaccionario, él – y yo con él – se define de la siguiente manera: «No soy un intelectual moderno inconforme, sino un campesino medieval indignado».
El libro que he tenido oportunidad de leer, llegó a mis manos gracias a un sacerdote amigo mío – de hecho, me casó – que con la amabilidad que le caracteriza me lo prestó. El título del volumen es «Escolios escogidos», editado por la editorial Los Papeles del Sitio, sita en Valencia de la Concepción. Pertenece el libro a una edición limitada de 200 ejemplares.
Como su nombre indica, Escolios escogidos, nos muestra una selección de sentencias de Gómez Dávila, realizada por el responsable de la edición, Juan Arana. Se tocan prácticamente todos los temas. Pero mejor será que Nicolás se exprese con total libertad:
Cuando la noción de deber expulsa la de vocación, la sociedad se puebla de almas truncadas.
Cuando definen la propiedad como función social, la confiscación se avecina; cuando definen el trabajo como función social, la esclavitud se acerca.
El día se compone de sus momentos de silencio. Lo demás es tiempo perdido.
La promiscuidad sexual es la propina con que la sociedad aquieta a sus esclavos.
El igualitarismo de las democracias liberales no suprimió a los ricos, meramente a los ricos decentes.
El progreso imbeciliza tanto al progresista que lo vuelve incapaz de ver la imbecilidad del progreso.
A las éticas formales el diablo acaba dándoles el contenido.
Pero sin duda, lo mejor son los aforismos dedicados al progresismo religioso:
Los cristianos de Nietzsche no son los de ayer, sino los de hoy. Historiador inexacto, pero tal vez profeta.
En el seno de la Iglesia actual, son «integristas» los que no han entendido que el cristianismo necesita una teología nueva y «progresistas» los que no han entendido que la nueva teología debe ser cristiana.
Los tontos antes atacaban a la Iglesia, ahora la reforman.
Los católicos no sospechan que el mundo se siente estafado con cada concesión que el catolicismo le hace.
Los que se consagran a «salvar el cristianismo» acaban ofreciéndole sus servicios como sepultureros.
No tiene desperdicio D. Nicolás. Todo magro.
Es una pena, por otro lado, que su obra no se encuentre disponible en el mercado español y haya que acudir al mercado hispanoamericano a conseguirla. Aparte de esta antología, la editorial Áltera publicó hace algunos años «Sucesivos escolios a un texto implícito», una lástima que no se pueda disfrutar en España de la sabiduría de D. Nicolás.
Sirva, por tanto, este artículo como petición, al que corresponda, para que las obras de D. Nicolás sean ofrecidas al público español.
]]>- Buenas tardes, ¿me podría decir la hora?.
- Manzanas traigo.
Este diálogo absurdo sirve como ejemplo para ilustrar la nota que ha emitido la delegación de medios de comunicación de la archidiócesis de Barcelona, tal como informa nuestro periódico Religión en Libertad.
Desde luego, la nota más que esclarecer el asunto lo oscurece. Ante el hecho de haber pagado abortos no cabe otra cosa más que una contestación afirmativa o negativa, dentro de una lógica bivalente - ¿o es que ahora nos movemos en el ámbito de la lógica difusa y no nos hemos enterado? -. La cuestión no puede ser más concreta, como ha expresado Luis Fernando.
Si lo que se pretendía era minimizar el escándalo provocado, con ese nota ciertamente no se ha conseguido. Si nos atenemos a lo redactado, mosén Manel «quiere dejar constancia con esta declaración con suficiente precisión y que en su trabajo social con personas de muy diversa condición ha procurado hacerlo en comunión con el pensamiento de la Iglesia sobre el respeto a la vida humana desde su concepción hasta la muerte», lo que no está en contradicción con lo declarado anteriormente con este señor.
¿Y por qué no hay contradicción?, pues porque por lo que se emana de la entrevista hay dudas razonables que hacen pensar de que Mosén tenga un concepto claro de lo que es la Iglesia y su pensamiento acerca de la vida humana. Mosén califica la moral católica como una moral prefabricada; ahora bien, si piensa eso de la moral católica, ¿por qué actúa conforme a ella? ¿Por el deber? Sería realmente extraño que una persona que piense que el Evangelio trae liberación, y que duda de la existencia del infierno y del purgatorio (es decir, que no admite lo que es de fe), en ese tema donde además ha declarado que hay razones que llevan al aborto, diga ahora que el está en comunión con la Iglesia respecto a este punto: o bien es un cínico, o el periodista se ha lucido, porque desde luego ha tenido que tergiversar toda la entrevista, donde este señor deja serias dudas de estar en comunión con la Iglesia…,en algo.
En definitiva, la respuesta tendría que haber sido más sencilla, porque con la nota difundida, se ha añadido más confusión al asunto.
]]>La Adoración Nocturna, tan numerosa antaño, se encuentra capitidisminuida hogaño; apenas llegan a un centenar los adoradores activos en Sevilla capital. Por esta razón, se están desarrollando una serie de vigilias extraordinarias en distintas parroquias de la ciudad con el objeto de revitalizar esta asociación.
Para el desarrollo de estas vigilias se toma como modelo la que sirvió para la conmemoración de la fundación. La misma empieza con el rezo de un himno que es la traducción al castellano del Pange Lingua.
Pange, lingua, gloriosi Córporis mystérium Sanguinísque pretiósi; así comienza el canto eucarístico que realizó el Doctor Angélico a petición del Papa Urbano IV. Cuentan que el Romano Pontífice encargó a Santo Tomás de Aquino y a San Buenaventura la composición de unos himnos. Ambos se pusieron manos a la obra, pero al escuchar San Buenaventura la belleza de lo redactado por el Doctor Angélico, acabó rompiendo los suyos, uno a uno.
La oración del Pange Lingua reza así (en español):
Que la lengua humana
cante este misterio:
la preciosa sangre
y el precioso cuerpo.
Quien nació de Virgen
Rey del universo,
por salvar al mundo
dio su sangre en precio.Se entregó a nosotros,
se nos dio naciendo
de una casta Virgen;
y, acabado el tiempo,
tras haber sembrado
la palabra al pueblo,
coronó su obra
con prodigio excelso.Fue en la última cena
-ágape fraterno-,
tras comer la Pascua
según mandamiento
con sus propias manos
repartió su cuerpo,
lo entregó a los Doce
para su alimento.La Palabra es carne
y hace carne y cuerpo
con palabra suya
lo que fue pan nuestro
Hace sangre el vino,
y, aunque no entendemos,
basta fe, si existe
corazón sincero.Adorad postrados
este Sacramento.
Cesa el viejo rito;
se establece el nuevo.
Dudan los sentidos
y el entendimiento:
que la fe lo supla
con asentimiento.Himnos de alabanza.
bendición y obsequio;
por igual la gloria
y el poder y el reino
al eterno Padre
con el Hijo eterno
y el divino Espíritu
que procede de ellos. Amén.
Las palabras que abren el Himno (Pange, lingua, gloriosi) se deben al poeta latino Venantius Fortunatus. El texto, que pertenece al oficio de la fiesta del Corpus Christi, es una síntesis – que raya la perfección -, precisa y preciosa, de la doctrina de la Transubstansación. Es un compendio de teología desde luego. Lo que muchos tardan años en explicar, Santo Tomás lo condensa, lo aprieta, lo comprime en este poema, en el que no falta ni sobra nada y en donde se encuentra todo.
Como se leía en la antigua liturgia en la fiesta del Doctor Angélico: estilo conciso, exposición agradable pensamiento profundo, denso, claro (Stilus brevis, grata facundia; celsa, firma, clara sentencia). Ojalá la teología moderna fuese de esta guisa, pero indiscutiblemente, el desnivel parece insalvable.
Eso sí, a pesar de la belleza del himno del aquinate, siempre nos quedará el deseo de saber, de conocer, la maravilla que escribió San Buenaventura. Sólo el Doctor Seráfico y Dios lo saben
]]>Lo podemos comprobar con los eufemismos bajo los que se esconden, desde los crímenes más execrables hasta la instrumentalización del hombre por el propio hombre, pasando por la demagogia de los políticos.
Así el aborto ya no es un asesinato, sino la interrupción voluntaria del embarazo, como si éste fuera un mero proceso mecánico en el que no se vieran involucradas tres personas, los padres y el bebé: se aplican los mismos términos al aborto que al apagado de un motor.
De la misma manera, la eutanasia no es acabar con la vida de una persona, sino la evitación de sufrimientos al enfermo, la muerte feliz.
Esto son los caso extremos, pero la perversión del lenguaje llega a todos los ámbitos de la vida. Ahora un trasvase es una aportación puntual de agua, y un hectómetro se convierte en un concepto al alcance sólo de ciertos privilegiados. A la instrumentalización de las personas con el fin de conseguir unos objetivos empresariales -cuya consecución se desconoce a priori -, se le llama motivación del grupo por parte del directivo. En recursos humanos lo denominan “coaching"; en español no es más que manipulación de las conciencias.
Si la realidad se reduce al lenguaje, quien controle el lenguaje dominará la realidad y las conciencias.
]]>La intención de la neolengua no era solamente proveer un medio de expresión a la cosmosivión y hábitos mentales propios de los devotos del Ingsoc (Socialismo Inglés), sino también imposibilitar otras formas de pensamiento. Lo que se prentendía era que una vez la neolengua fuera adoptada de una vez por todas y la vieja lengua olvidada, cualquier pensamiento herético, es decir, un pensamiento divergente de los principios del Ingsoc, fuera literalmente impensable, o por lo menos en tanto que el pensamiento depende de las palabras.
Los que asienten por la fe a estas verdades que la razón humana no experimenta, no creen a la ligera, como siguiendo ingeniosas fábulas, como se dice en la II carta de San Pedro. La divina Sabiduría, que todo lo conoce perfectamente, se dignó revelar a los hombres sus propios secretos y manifestó su presencia y la verdad de la doctrina y de la inspiración con pruebas claras, dejando ver sensiblemente, con el fin de confirmar dichas verdades, obras que excediesen el poder de toda naturaleza. Tales obras son: la curación milagrosa de enfermedades, la resurrección de los muertos, la maravillosa mutación de los cuerpos celestes y, lo que es más admirable, la inspiración de los entendimientos humanos, de tal manera que los ignorantes y sencillos, llenos del Espíritu Santo, consiguieron en un instante la más alta sabiduría y elocuencia. En vista de esto, por la eficacia de esta prueba, una innumerable multitud, no sólo de gente sencilla, sino también de hombres sapientísimos, corrió a la fe católica, no por la violencia de las armas ni por la promesa de deleites, sino lo que es aún más admirable, en medio de grandes tormentos, en donde se da a conocer lo que está sobre todo entendimiento humano, y se coartan los deseos de la carne, y se estima todo lo que el mundo desprecia
Por otro lado en la Suma Teológica (III 43,4) nos dice el Aquinate que los milagros realizados por Cristo «fueron suficientes para manifestar su divinidad bajo tres aspectos:
- Por la calidad de las obras.
- Por el modo de hacer los milagros.
- Por la misma doctrina en que se declaraba Dios.
Es decir, los milagros son pruebas claras de la divinidad de Cristo. Con ellos Dios conduce a los hombres a la Verdad. Aunque la verdad de la fe sobrepase la capacidad de la razón, no por ello las verdades de racionales son contrarias a las verdades de la fe. Los milagros son motivos de credibilidad.
Sin embargo, en la actualidad, existe una exégesis descarnada, lacerante, sobre la que cierta Cristología se queda en mera «Jesuología», rebaja el ser de Cristo a la humanidad olvidando su divinidad. Cristo sería un mero hombre, especial pero hombre. Son los estragos de la teología liberal protestante en la exégesis católica.
Un ejemplo claro lo vemos en la resurrección de Lázaro. Lázaro, que era cadáver putrefacto, fue resucitado por el Señor como prueba de su misión divina. Pues bien, hay libros como «El horizonte humano» escrito al alimón entre Juan Mateos y Fernando Camacho (este último profesor del Centro de Estudios Teológicos de Sevilla), donde se explica de esta manera la resurrección del amigo del Señor:
b) La última esclavitud del hombre y su angustia radical es la sujeción a la muerte física, que amenaza con destruir su proyecto vital. También de esta esclavitud libera Jesús, según lo escenifica el episodio de la resurrección de Lázaro (Jn 11, 1-44).
Aparece en Juan una comunidad de amigos/discípulos de Jesús, representada por tres personajes (11,1.5: Lázaro, María y Marta) y anclada aún en las categorías del judaísmo. El hecho de la muerte le resulta inexplicable y no encuentra consuelo; esperaba que la acción de Jesús alejase indefinidamente la muerte física (1,21.32). En el episodio, Juan explica la naturaleza de la salvación que trae Jesús: no se trata de evitar la muerte física, sino de dar una calidad de vida que supere esa muerte.
Juan expone esto contrastando la obra de Jesús con la mentalidad judía que posee a las hermanas y que se manifiesta con los rasgos siguiente: el llanto de María por la muerte del hermano es el mismo de los judíos que no han dado la adhesión a Jesús (11,33); han colocado el cadáver en un sepulcro-cueva como el de los antiguos patriarcas (11,38; cf. Gn 49,29-32; 50,13), creyendo que la muerte es el fin de todo; han puesto una losa en la puerta del sepulcro (11,38), cerrando al muerto toda esperanza inmediata de vida. Marta menciona «los cuatro días» y el hedor del cadáver (11,39), considerando la situación irreversible; han atado los brazos y las piernas del difunto (11,44), indicando con ello la privación de actividad y movimiento que atribuyen a la muerte; le han cubierto la cara con un sudario, significando la pérdida de la identidad personal. Ante la tragedia de la muerte no tienen otro refugio que la vaga esperanza en una resurrección final, como lo profesaba la doctrina fariseo (11,24).
Jesús, en cambio, compara la muerte de Lázaro al sueño (11,11), indicando que, a pesar de las apariencias, la vida no se ha interrumpido; el llanto de Jesús es diferente (11,35), muestra la pena por la ausencia física del amigo, pero excluye toda desesperanza; ordena que quiten la losa (11,39), dejando libre el acceso a la vida (11,43); manda que suelten las ataduras que han puesto a Lázaro, para que pueda «marcharse» (11,44) con el Padre; y opone a la vag esperanza de una resurrección futura la garantía de vida permanente que da la adhesión a su persona. Él es la resurrección y la vida (11,25s).
Con este lenguaje figurado quiere mostrar el evangelista que una comunidad cristiana desesperanzada ante la muerte no ha comprendido la clase de vida que comunica Jesús.
A este respecto, un dato del Evangelio de Juan podría desorientar. Jesús habla en él de la resurrección que va a realizar «el último día» (6,39s). Sin embargo, no hay que confundir esta resurrección con la que esperaba el judaísmo al fin de los tiempos; para Juan, «el último día» es el que la muerte de Jesús (7,37-39); ésta libera el amor/vida (el Espíritu) contenido en Jesús y lo comunica a los hombres (19,34: el agua del costado). La comunicación del Espíritu, vida de Dios mismo, hace que el hombre supere la barrera de la muerte. Así lo expresa Jesús en el mismo evangelio cuando afirma: «Quien cumpla mi mensaje no sabrá nunca lo que es morir» (8,51)
Más que exégesis católica parece marxista, la de este libro de este profesor del CET de Sevilla..
Si los milagros son eliminados, ¿qué queda de Cristo?, ¿qué queda de nuestra fe?.
]]>En las últimas elecciones las dudas aumentaron, ya que tras la elevación de la unión homosexual a la categoría de matrimonio, y las amenazas socialistas de legislar sobre la eutanasia y ampliar el aborto hasta las 28 semanas, el problema a resolver sería dilucidar entre dos opciones: bien votar a un partido que defendiera la doctrina de la Iglesia, aunque las opciones de gobernar fueran mínimas, o bien votar al PP, que desde luego no modificaría lo legislado por el PP. La solución siempre se resolvía a favor del mal menor asunto que, sinceramente, empezaba a oler.
Sin embargo, parece que esa diatriba tiene fecha de caducidad. Si la información que publica en el día de hoy el Semanal Digital, el PP estaría pensando en despojarse de todo aquello que «huela a naftalina» o a «cera de sacristía», tal como entrecomilla el diario digital. Por lo visto, en el partido opinan que «algunas políticas del PP, en momentos, han parecido dictadas por la Iglesia católica más intransigente». Desde luego, no pueden tener la cara más dura.
Esta afirmación que, se supone, viene desde dentro del PP no puede ser más falsa. Las manifestaciones que se han venido realizando en Madrid, a favor de la familia, en contra de la asignatura EPC, etc, han sido convocadas o apoyadas por organizaciones católicas fundamentalmente, sólo al rebufo de éstas, el PP terminó por sumarse. No se a que viene tanta vanidad y tanto prurito. El PP en estos asuntos, al igual que en el tema de las víctimas del terrorismo, no ha sido desde luego el más beligerante. Ni siquiera en su campaña electoral: la COPE ha hecho mucho más que sus dirigentes para movilizar a sus votantes.
El PP en este nuevo giro hacia la nada estaría impartiendo «instrucciones para evitar seguir fomentando la objeción de conciencia de padres en los colegios contra la asignatura de Educación para la Ciudadanía». Es decir, al igual que Groucho Marx: «estos son mis principios. Si no le gustan tengo otros». Con esta medida la felonía alcanzaría a todos sus votantes, no sólo a los católicos. Libertad, bye, bye.
Eso sí, no hay mal que por bien no venga. El PP parece que no quiere lo poco católico que le quedaba, si es que alguna vez tuvo algo, lo que provocará que éstos queden libres de sus dilemas morales. Sólo queda que a los católicos no se nos confunda con este PP, aunque sólo sea por no favorecer a sus políticos.
]]>La cosa tiene su miga porque la noticia se presta a confusión, es decir no sabemos si el Cardenal se refiere a que reúne los requisitos legales para ser Hijo Predilecto o si bien se está refiriendo al resultado de las buenas acciones que hubiese podido realizar el señor González. En cualquier caso, las declaraciones me han dejado atónito.
Es verdad que hay un cierto debate sobre la petición de dicha distinción para Felipe González, especialmente en el ámbito periodístico y político, al que se ha venido a sumar el Arzobispo de Sevilla. Los argumentos se pueden resumir en los siguientes:
- el de la panza: trajo la Exposición del 92 a Sevilla.
- el del cargo: Felipe González ha sido presidente del gobierno de España, la más alta distinción que puede alcanzar un ciudadano en política.
A esto podría sumársele que Felipe González es nacido en Sevilla, con lo que estaríamos añadiendo la pertenencia a la tribu, algo primitivo ciertamente, muy alejado de nuestro concepto de «civis». Igualmente podríamos aplicarlo al argumento de la «panza», es decir, como nos llenó el estómago, tenemos que estarle agradecidos, cosa realmente que nos deja en la perplejidad más absoluta, porque da la sensación que Sevilla no merecía dicha Exposición. Pero aún peor es considerar que el único mérito de Felipe González es haber ocupado la presidencia del gobierno, ya que en ese caso el prestigio estaría en el cargo, no en la persona. No solo eso, sino que por ejemplo, aplicando ese criterio, podríamos deducir que Hitler reúne méritos suficientes para ser Hijo Predilecto de Braunau am Inn, pero dudo mucho que sus habitantes estuviesen de acuerdo en darle a Adolfo tal distinción.
En esta diatriba el PP se ha mostrado en contra porque – ojo al dato - Felipe González había insultado a Rajoy y por extensión a sus votantes. Sobre esto, mejor correr un tupido velo.
En este asunto hay algo que me gustaría señalar y es la separación entre felicidad y virtud, entre las buenas acciones y los méritos. Ninguno de los motivos que aducidos son suficientes para que Felipe González sea Hijo Predilecto de Sevilla. Estamos hablando de una cuestión moral. Felipe González es el presidente que acabó con la Democracia en España, ya que fulminó la división de poderes, una de las bases fundamentales del sistema democrático. Este tema es muy importante para los que sostienen el argumentario de la panza, del cargo y de la tribu. Para comer hay que tener alimentos, pero previamente hay que contar con un aparato digestivo. Además, la Democracia no es una tribu, aunque muchos de izquierdas y de derechas estén buscando las formas de hacernos volver a ella.
Por otro lado el gobierno de Felipe González acarreó muchos casos de corrupción (Flick, KIO, Rumasa, Filesa, etc.), algunos infames como el de Rumasa, que no se pueden considerar, desde luego, asunto baladí. Sin embargo, si hay algo que horroriza al entendimiento es el asunto de los GAL, es decir terrorismo de Estado; todo hecho al margen de la Ley. El Estado decidiendo quién debía morir o no, quién tenía que ser secuestrado o no – no se puede olvidar a Segundo Marey -. Una inmoralidad mayúscula.
En cualquier sociedad donde no estuviesen separadas las virtudes de la felicidad, el bien de los méritos, la cuestión de la concesión de la medalla de Hijo Predilecto ni siquiera se plantearía. ¿Cómo puede ser alguien con tantos vicios ser Hijo Predilecto de una ciudad? Al fin y a la postre, se estaría proponiendo como ejemplo a un señor que, cometidas todas estas acciones, estaría en condiciones de recibir un premio social.
Increíble pero cierto.
No podemos decir que sea algo bueno para la «ecología» moral de la sociedad.
Lo que no atisbo a entender es por qué el Cardenal de Sevilla se presta a este juego, porque ni siquiera se puede argumentar que de todas las acciones realizadas por Felipe González se haya sacado algo bueno. A lo mejor lo de la Expo podría ser un motivo para concederle la distinción – motivo más propio de tiranías que de sociedades libres -, pero no podemos olvidar que destruir la división de poderes es atacar el fundamento mismo de la Democracia y no es normal que una persona que ha hecho semejante bellaquería tenga encima un premio. Moralmente no puede quedar al margen. Y menos para un Cardenal.
]]>Definitivamente el Ayuntamiento de Sevilla lo tiene claro. Ahora nuestros gobernantes han llegado a la conclusión de que el nombre de Pío XII debe ser eliminado del callejero, tal como nos informa la web Pasión en Sevilla. La hazaña se debe a los grupos municipales de PSOE e IU, tanto monta, monta tanto, que en comandita gobiernan esta ciudad.
El motivo no es otro sino que:
El Papa Pío XII firmó en 1953 un concordato con el general Franco que daba base jurídica al llamado “nacional-catolicismo” español: con notables ventajas para la Iglesia a cambio de la legitimación de aquel sistema.
Por ejemplo, una de las notables ventajas podría ser la enseñanza, los colegios de curas, donde tan ilustres personajes han estudiado.
Por ejemplo, el Alcalde de Sevilla, tal como se puede ver aquí, estudió en los Escolapios, donde además su padre fue profesor. Ya se sabe, amor con amor se paga. No está mal.
De todas formas, a mí la medida me parece poco revolucionaria. Me explico, podríamos invalidar todos los títulos oficiales de todos los que estudiaron bajo el franquismo. A fin de cuentas, se aprovecharon de las ventajas del régimen. Por ejemplo, a Monteseirín se le invalidaría su título de Medicina, por lo cual, tendría que volver a estudiar de nuevo y nos lo podríamos quitar de Alcalde.
Bromas aparte, la intención de los gobernantes no puede ser más aviesa. No es una mera cuestión de tener entretenido al personal mientras incumplen sus promesas políticas: eso lo habían hecho antes sin necesidad de tantas pamplinas. El motivo es otro.
Escribía Orwell en la novela 1.984 que:
Quien controla el pasado controla el futuro. Quien controla el presente controla el pasado
Y esto es, al fin y a la postre, lo que quiere la izquierda que nos desgobierna: controlar el pasado a partir del cambio del futuro. Por eso no queda más remedio que entrar en estas cosas. Si tachamos a Pío XII de franquista y le quitamos el nombre a la calle, estamos dando una visión falsa de la historia, la modificamos, con lo que las próximas generaciones que crezcan en la incultura que está generando la izquierda adquirirán este prejuicio. El asunto puede ser cualquier cosa menos banal.
La izquierda en definitiva sabe lo que quiere, pero ¿y el resto?.
]]>Esta frase lamentable fue acompañada de una chulería: «si alguien se quiere ir al partido liberal o al partido conservador, que se vaya».
Esta es la libertad en la que cree el señor Rajoy, es decir en su libertad y la de los suyos, los demás no pueden hablar y si lo quieren hacer se tienen que ir.
El problema principal del PP es que no representa a sus votantes, primero porque no tienen ninguna idea (¿cómo se puede mandar el Estatuto Catalán al Constitucional y promover el Estatuto Valenciano, o pedir el voto afirmativo para la aprobación del andaluz?. ¿Están de acuerdo los señores del PP con el modelo propuesto para Andalucía donde hay un poder y división de funciones?) y segundo porque siente cierto desprecio por ellos. No podemos olvidar las asombrosas afirmaciones de Rajoy en los debates con Zapatero donde dijo que para él la economía era el tema capital, no algo muy importante, sino capital, como si los votantes del PP pensaran con el estómago. Olvida el señor Rajoy que precisamente muchos de los votantes del PP son católicos y que siendo la economía algo muy importantes, más lo son el aborto, los matrimonios homosexuales, las familias y la educación, entre otras cosas porque estas cosas son previas a la economía.
En Andalucía tenemos un ejemplo claro de lo que es el PP: un partido perdedor, donde la oposición real se la hacen los periodistas.
Incapaz de construir un discurso coherente, de España, de la familia, de la justicia, de lo que sea, el PP busca su nicho de votos en la izquierda convirtiéndose en un sucedáneo del PSOE, olvidando que para copias mejor quedarse con el original.
Ayer Rajoy nominó a los liberales y conservadores a salir de la academia - ¿se acuerdan cuando el portavoz del PP en la Comisión de RTVE dijo que Operación Triunfo era una buen muestra de los valores de «educación, formación, superación y amistad» que defendía el PP?. Pues eso -. Quizás sea el momento de hacerlo. Más que nada por higiene moral.
]]>Dice este señor que:
En los últimos tiempos están surgiendo algunos maestros de la descalificación que se refugian en los blogs de actualidad, para lanzar palabras como arietes contra todo lo que se mueve en la Iglesia. Descalifican a algunos obispos y canonizan a otros. Y a la vida consagrada no le pasan una. Y siempre desde la derecha más radical y desde el integrismo más prehistórico. Se empeñan en demostrar que la vida consagrada está al borde del abismo y disfrutan ofreciendo estadísticas y destacando la baja numérica de las congregaciones en los últimos años.
No me dirán que esto parece un arcano. Es como lo que decía Polifemo con la estaca clavada en el ojo: Nadie me ha dejado ciego. A día de hoy, las bitácoras más criticas con ciertas órdenes religiosas (ojo, señor Barrajón, no confunda la parte con el todo), firman con nombres y apellidos. De refugio nada. Pero si hay algo más oscuro es eso de la «derecha más radical y el integrismo más prehistórico». ¿Cómo sabe él que son de derechas o de izquierdas?. Es más, si fuesen de derechas, ¿pasaría algo?. Habrá que discernir sobre la razón o no de sus afirmaciones, a no ser que el señor Barrajón lo que quiera es discutir de política. ¿Eso es lo que promueve la CONFER?. Por otro lado lo del integrismo es para mear y no echar gota. Por lo visto a la fidelidad a la Iglesia, al Magisterio, se le llama integrismo.
No paremos en algo, que en boca de este señor, no es más que una mera anécdota. Vayamos al fundamento. Dice Barrajón que lo importante no son los números, algo evidente; pero tampoco se puede obviar que precisamente, las órdenes que destacan por su distanciamiento del magisterio eclesial, abandonando el carisma fundador, son las mismas que están deslizándose por la pendiente que les lleva a la nada, mientras aquellas que siguen el carisma de su fundador, son las que más brilla, como por ejemplo las Hermanas de la Cruz.
El mismo Barrajón da muestra de este hecho. Dice que «la fuerza y la gracia de la vida consagrada no está en sus números, sino en su capacidad para ser alternativa, para apostar por una vida cristiana radical y profética. Su fuerza está en la pasión por Jesús y en su búsqueda permanente que la lleva a los pobres». Queda retratado en el lenguaje. La fuerza está en la pasión por Jesús, no en la creencia en Cristo. No buscan la realización de las bienaventuranzas, sino «ser alternativa, para apostar por una vida cristiana radical y profeta». Todo mínimos, ningún máximo.
Yo no se si el presidente de la CONFER cabalga; lo que sí se, porque es verdad alcanzable por la razón, que algunos religiosos han traicionado a los padres católicos admitiendo la componenda en la asignatura de la EpC. Han pasteleado con el Gobierno olvidando a los padres católicos que llevan a sus hijos a los colegios públicos.
Esta postura de los religiosos sí que es integrista, prehistórica y radical, además de poco evangélica.
]]>Me gustaría fijarme en los tres conceptos que vertebran la oración: subvención, fin social y estructuras. Empecemos por la última.
Según el RAE, la palabra estructura es «la distribución y orden de las partes importantes de un edificio». El armazón que lo sostiene. Metafóricamente se aplica a una infinidad de cosas, como a un poema, a la historia, al Estado, incluso a la Sexta.
Marvin Harris dice que la estructura «consiste en los grupos y organizaciones existentes en todas las sociedades que distribuyen, regulan e intercambian bienes, trabajo e información». Por otro lado, para un marxista, con el concepto «estructura» nos referiríamos al conjunto de relaciones de producción, técnicas y sociales, es decir, la economía y la sociedad.
La palabra subvención proviene del verbo subvenir, que consiste en «venir en auxilio de alguien o acudir a las necesidades de algo».
Para terminar, nos queda el concepto de «fin social» que se refiere a que el objeto de la acción sea en beneficio de la sociedad. Este, quizás sea el concepto más difícil ya que vivimos una época donde la virtud y la felicidad están separadas y, además, hay una confrontación de distintas moralidades junto con una ausencia de criterio para discernir cuál es la verdadera – entre otras cosas porque no hay verdad -. Por ende, bajo la capa del fin social nos podemos encontrar el aborto y la eutanasia, o el estudio de la lenteja.
Una vez aclarado los conceptos, vayamos al mensaje. Primero veamos lo que se ve. La Sexta lo que quiere es que los contribuyentes no aporten dinero a la Iglesia sino que se de a fines sociales, ¿por qué?. Pues lo dice muy claro. Lo que se busca con poner la x en la declaración de la renta es que la Iglesia se autofinancie. En este caso no habría subvención, ya que recibiría el dinero de los católicos. Sin embargo, con la casilla de otros fines sociales lo que se consigue es que se den a modo de subvención y en este caso, pasa lo de siempre, que el Estado aplica el viejo aforismo romano «Do ut des», en consecuencia, controlo a las ONG, las compro en cierta medida y por ende, menos libertad. Además de utilizar el concepto difuso, por lo menos ahora, de fin social, con lo que puedo pagar cualquier cosa como hemos visto más arriba.
Esta llamada la hace de forma sutil, aunque equívocamente. Habla de estructuras, supongo que para referirse a los clérigos, porque se podría referir igualmente a los edificios (la mayoría obras de arte), lo que sería realmente algo chocante. Sin embargo la utilización del vocablo es marxista. ¿Están pidiendo que no se les pague a los curas?. ¿Qué pasen hambre?. Curioso.
Esto es al menos, lo que se ve. Ahora, y en homenaje al gran Bastiat, hablemos de lo que no se ve. Si nos atenemos a la oración si no fuese por Papá Estado las ONG no podrían llevar a cabo sus «proyectos concretos», ya que tiene que ser el Estado el que vaya «en auxilio» de los mismos. Al contrario de la Iglesia que, haya o no «auxilio» del Estado, desde hace nada más que 2.000 años no sólo ayuda a todo el mundo, sino que además cubre sus necesidades. Todo de forma eficiente. Buenafuente a la ayuda de las ONG; cosa comprensible tras los últimos escándalos.
Quizás este sea el verdadero motivo del spot. Mientras que las ONGes mueren la Iglesia goza de muy buena salud.
]]>La noticia no es sorprendente porque un sacerdote haya colaborado activamente en el asesinato de seres humanos. Desde Judas, apóstol, hasta los casos de curas pederastas, la Iglesia ha sufrido mucho por los pecados de sus miembros. Lo que llama al escándalo en este caso, no es sólamente el hecho de que un sacerdote haya participado en abortos, sino el cinismo y la desvergüenza que muestra a la hora de justificar sus actos, queriendo convertir en definitiva el mal en bien.
A mí me interesa la persona. Cierto es que hay unos principios éticos, pero hay razones que, por ejemplo, llevan a determinadas mujeres a abortar. Yo he pagado abortos. Y la Conferencia Episcopal Española no se da cuenta de que el Evangelio no condena, sino que ofrece medidas liberadoras
Como hemos indicado, lo más horroroso sea, quizás, la justificación falaz de sus actos: como me interesa la persona, he pagado abortos, pero, ¿desde cuándo el aborto - matar cruelmente a una persona, al más indefenso de los seres humanos, el niño -, no va contra la dignidad de la persona?. Y por otro lado, ¿cómo puede este hombre insinuar siquiera que el nacimiento de los hijos entra en contradicción con la felicidad del hombre?. El lenguaje utilizado en el razonamiento no puede ser más perverso.
Pero la cosa no queda aquí. Este sacerdote, reconoce la existencia de principios éticos, conoce la moral católica en este punto y sin embargo, piensa, con protervia y contumacia, que sus actos están justificados.
Siendo todo esto malo, lo más infame es querer cambiar la voluntad del Creador. Mosén Manel, así se llama el sujeto, intenta convencer, para vencer, que el Evangelio no condena, sino que libera. Y esa liberación puede pasar por el asesinato de un inocente, por la matanza de los hijos. Mentira. El Antiguo Testamento muestra que una de las características de la sabiduría son los hijos. Son como las flechas que un guerrero lleva en el carcaj. Esta enseñanza, que se incoa en la Antigua Alianza, llega a su plenitud con Cristo. Los hijos son un bien para el hombre. Esta ha sido enseñanza unánime y estable de la Iglesia. Por esta razón, nuestros primeros hermanos se dedicaban a enterrar a los niños abortados. Los escritos de los Santos Padres respecto al aborto es categórica;el Magisterio papal es contundente. En este punto no hay, ni habrá jamás, dudas.
Ahora vivimos un momento duro. Lo que ha hecho este sacerdote no es más que los productos de aquellas teorías éticas que han erosionado gravemente la moral de las personas, que han contribuido a contaminar la ecología moral de la sociedad, valga la metáfora.
Es un buen ejemplo de hasta donde pueden llegar teorías como las de la «opción personal», el lado más oscuro del subjetivismo moral. Su alcance puede llegar hasta que un sacerdote de Cristo encuentre justificación moral bajo los que aprobar los actos más terribles y hediondos. Enhorabuena a todos los que han defendido esa basura intelectual.
Hoy toda la Iglesia sufre por este escándalo. Yo, desde esta tribuna, pido tolerancia cero con este sacerdote.
]]>En la edición sevillana del diario La Razón, pudimos leer ayer unas declaraciones del Teniente Alcalde de Sevilla, concernientes al fajín que posee la Virgen de la Esperanza Macarena y que fue regalo de Queipo de Llano:
«Sería bueno que no se identificara a una cofradía de tanto seguimiento con el fajín de un señor con una vida y unas actuaciones poco cristianas».
Si no fuera algo tan siniestro, las declaraciones las podríamos enmarcar dentro del género bufo, propio del personaje en cuestión. El señor Rodrígo Torrijos se declara marxista – leninista, aunque desconozco si realmente alguna vez se ha acercado a la obra de Marx, y en el caso de haberlo hecho, si ha pasado de las dos primeras páginas.
No deja de sorprender que alguien que pertenece a IU se dedique a dar consejos a los católicos sevillanos, sobre todo teniendo en cuenta que la ideología que profesa el Teniente Alcalde carga a sus espaldas con más de cien millones de muertos.
Un cargo público dedicado a dar consejos a las cofradías sobre lo que deben llevar o no las imágenes: pasmoso.
Ahora bien, bajo este consejo ¿se esconde una amenaza?. Si no se le hace caso, ¿qué pasará?. ¿Permitirá las agresiones, como las sufridas ya en la Basílica?. Porque, ¿qué le importa que se identifique o no, a la Macarena con el fajín?.
El problema en sí no es lo que la Virgen lleve, sino la libertad de los ciudadanos. Los dirigentes de izquierda no pueden soportar la libertad, por eso no pueden hacer otra cosa que intentar acogotarla por todos los medios. Y unido a la libertad se encuentra la religión.
¿Le importa a Torrijos lo que le pongan los hermanos a la Virgen?. No. Sin embargo, si le inoportuna su creencia en Dios, ya que ésta los hace libres y por ende, obedientes a su conciencia, formada por la Iglesia. Es un problema tan antiguo como las persecuciones. Igual que antaño los emperadores no toleraban que no se adorara la «maiestas» imperial, los políticos hogaño no permiten que haya un culto público. Éste es el motivo por el que Rodrigo Torrijos hace esas declaraciones: detesta la libertad.
Un católico es un ciudadano libre. Ddos palabras incomprensibles para Antonio Rodrigo Torrijos.
Si tanto le estomaga al comunista Torrijos el fajín de la Macarena, nada mejor que recordarle las palabras dedicadas al asunto por el maestro Burgos en su pregón de Semana Santa:
]]>Si es por cuestión de memoria
te voy a contar la historia
de tu macarena gloria
de la forma más sencilla.
Te voy a decir yo a Ti,
Niña Guapa de San Gil,
cómo te quiere Sevilla:
te quiere con mariquillas,
te quiere con tu fajín,
y la mancha en tu mejilla.
Que no es de Queipo de Llano
el fajín de tu cintura…
Que es tuyo, Esperanza pura,
pues te nombró el sevillano
Generala de hermosura
de tó el Imperio Romano
de los armaos con sus plumas.
«El último fin del universo es, pues, el bien del entendimiento, que es la verdad. Es razonable, en consecuencia, que la verdad sea el último fin del universo y que la sabiduría tenga como deber principal su estudio».
Hace mucho tiempo que la ciencia se alejó de la búsqueda de la verdad en sentido fuerte. Ahora se conforma con pequeñas verdades, débiles, variables.
Para el cristiano, la ciencia, en sentido pleno, ha sido muy importante. Dice la sabiduría: «Veritatem meditatibur guttur meam, et labia mea detestabuntur impium» (Mi boca pronuncia la verdad y mis labios aborrecerán lo impío). El que busca la verdad no puede dejar nada atrás, por eso cultiva la ciencia. Pero no la ciencia como la concebimos hoy en día –prácticamente reducida a la Física y lo físico –sino la Ciencia, con mayúsculas; de ahí que figuras como San Alberto Magno lo investigaran y escudriñaran todo: sabían hasta de jardinería.
Sin embargo, al reducirse y concentrarse cada vez más el concepto de ciencia, parece que éste, en su jibarización, también se ha desligado de la búsqueda de la verdad como fin, encontrando otros fines como el servicio al poder. Un ejemplo claro – y plecaro – es el referente a la investigación con células madres embrionarias.
En este asunto se escuchan afirmaciones tales como que, por ejemplo, abrirá las puertas a la curación de enfermedades; pero ¿cómo lo saben?. ¿Quién ha convertido la ciencia – en minúsculas – en un ejercicio propio de Tiresias?.
Evidentemente, ni lo saben ni lo pueden saber. Si algo caracteriza a los enunciados científicos - referidos a las ciencias físicas - es su falsabilidad; sin embargo, en este caso que investigamos, no hay nada que se pueda someter a prueba, simplemente es una hipótesis que se toma como ley. Se parte de que la cura por esta vía es posible y nos atiborran con argumentos sensibleros, dirigidos a las vísceras, con el único fin de eliminar las barreras que les impiden llevar a cabo sus investigaciones.
Ahora bien, una vez eliminada la verdad como fin, ¿qué pasa con los medios?. Si el fin último no se tiene que sujetar a la verdad, ¿tienen que servir los medios a esos fines?. La respuesta, por desgracia, es no.
El escollo fundamental con el que se encuentra la ciencia para llevar a cabo la investigación con células madres es que hay que obtenerlas a partir de embriones (al menos cierto tipo de ellas). Los embriones se convierten así en meros utensilios para llevar a cabo las investigaciones en este campo. Si la cuestión se refirese al sacrificio de niños, adultos o ancianos, la cosa sería demasiado escandalosa y todavía no se han hundido suficientemente en la ciénaga. Pero respecto a los embriones, todo se convierte, sorprendentemente, en algo discutible.
Una de las formas de posibilitar su utilización como instrumentos, ha sido el de vaciarlos de contenido semántico de persona, reduciéndolo a su sentido jurídico. Lo que sucede es que se llega a ciertos problemas difíciles de resolver. Si el feto empieza a tener protección jurídica a partir de x semanas, en el tiempo x-2, ¿no es lo mismo que en el tiempo x?. Se convierte de esta manera, en una cosa misteriosa por la cual, a las ocho horas de la concepción es un conjunto de células y a las 24 semanas es un hombre.
Tampoco podemos olvidarnos del derecho de la mujer sobre el niño, otro argumento esgrimido para justificar cualquier técnica abortiva. Pero claro, si el niño pertenece al cuerpo de la mujer, nos encontraríamos con que una mujer podría tener durante un momento de su vida 4 manos o dos cabezas.
A esto han reducido la ciencia, a un chalaneo porque la búsqueda de la verdad ya no ocupa el lugar central. Lo que interesa ahora es el poder.
Podemos ver el ejemplo del ministro de Sanidad, Bernat Soria, un auténtico «subvencionado-dependiente». El señor Soria no ha dudado en falsificar su currículum con el único objeto de presentar su candidatura con un buen puñado de méritos acumulados, como si tuviese necesidad de hacerlo. Sin embargo mintió. En algo, además, banal.
Éste es el que promete la curación de enfermedades en el futuro, a base de sacrificar embriones. Eso sí, cuando dijo que no sabía diferenciar un cáncer de una mórula, ¿estaba también falsificando sus pensamientos?.
Cuando la ciencia no busca la verdad, sólo le queda la mentira.
Y el poder.
]]>Por la tarde me encaminé a la zona del Aventino, donde pude contemplar San Giorgio in Velabro - Iglesia castigada por un atentado terrorista en 1.993 que le destrozó el pórtico y el frontón, hoy se encuentra felizmente restaurada -, el arco de Jano, y los templos del Forum Boarium. Hay dos templos, uno dedicado a Portuno, con forma rectangular (se está restaurando) y otro circular dedicado a Hércules. Son los mejores conservados de la Roma Republicana, quizás a que ambos se convirtieron en Iglesias cristianas.
Rápidamente me dirigí al Foro, pero ya estaba cerrado. Sin embargo pude contemplar la belleza del Coliseo, y la de los arcos de Tito y Constantino. También entré en la Iglesia de San Cosme y Damián, que se encuentra pared con pared con el Templo de Rómulo. En el interior un bellísimo mosaico bizantino nos muestra a Cristo sobre nubes naranjas.
No era la única sorpresa que encerraba esta Iglesia; en una capilla un icono bizantino de un Cristo crucificado ataviado como un Basileus. Importante representación, al igual que su enseñanza, especialmente en estos tiempos de tanta soberbia: es Cristo el que gobierna verdaderamente; todo esta sujeto a Él.
Dice Santo Tomás de Aquino que:
«Cristo está sentado a la diestra del Padre, en cuanto reina junto con el Padre y de Él tiene el poder judicial; como ministro que sienta a la derecha del rey le asiste en el reinar y en el juzgar» (III 58,1).
«El poder judicial es consiguiente a la dignidad regia, según leemos en los Proverbios: «El rey, sentado en el tribunal, con su mirar disipa el mal» (Prov 20,8). Cristo obtuvo la dignidad regia sin merecimientos, pues le compete en cuanto es el Unigénito de Dios. Por eso dice San Lucas: «Le dará el Señor Dios el trono de David, su padre, y reinará en la casa de Jacob por los siglos, y su reino no tendrá fin» (Lc 1,32-33)» (III 59,3 object. I).
«Ya hemos dicho que el poder judicial es consiguiente a la dignidad real. Pero, aunque Cristo fue constituido rey por Dios, no quiso, sin embargo, mientras vivió en la tierra, administrar temporalmente un reino terreno. Por eso dijo Él mismo: «Mi reino no es de este mundo» (Io 18,36). E igualmente no quiso ejercer su poder judicial sobre las cosas temporales (cf. Lc 12, 13-14), ya que vino al mundo a elevar los hombres a las cosas divinas» (III 59,4 ad I).
Así, en sentido metafórico (como dice el Papa Pío XI en la encíclica Quas Primas, «por el supremo grado de excelencia que posee, y que le levanta sobre toda la creación») se dice que Cristo reina:
- Sobre las inteligencias de los hombres, en cuanto que Él es la Verdad, de la que derivan el resto.
- Sobre las voluntades, ya que enciende en ellas los propósitos más elevados.
- Sobre los corazones, porque los arrastra a su amor con su indescriptible caridad y misericordia.
Y en sentido estricto, literal y propio, porque «es evidente que también en sentido propio hay que atribuir a Jesucristo-hombre el título y la potestad de Rey; pues sólo como hombre se puede afirmar de Cristo que recibió del Padre la potestad, el poder y el reino (Dan 7,13-14), ya que como Verbo de Dios, identificado substancialmente con el Padre, posee necesariamente en común con el Padre todas las cosas y, por tanto, también el mismo poder supremo y absoluto sobre la creación» (Pío XI, Quas Primas)
El jueves es mi último día en Roma. Es el día elegido para ir a San Pedro y visitar la tumba de los Papas, especialmente la de mi querido Juan Pablo II.
En el camino al Vaticano hago mi primera parada en la Iglesia del Crisogno. Esta basílica tiene algo que me atrae. No se si será la pintura del ábside que representa a nuestra Madre. ¿Será la paz y la tranquilidad que se respira en su interior, a pesar del bullicio exterior?. Es una isla de silencio en la agitada Roma. Me acerco a la salida y veo, otra vez, el cártel visto el pasado lunes: Todos los jueves adoración al Santísimo. Sí, esto es.
La segunda parada la realizo en la Iglesia del Santo Spiritu in Sassia. Describir esta iglesia es algo muy difícil y mis palabras son torpes. Los frescos que decoran la Iglesia son sublimes, la arquitectura perfecta.
En el ábside, el Espíritu Santo, Paráclito. Arriba, Cristo triunfante, y en la bóveda, Dios Padre.
Este lugar es el «centro de operaciones», por llamarlo de alguna manera, de la espiritualidad de la Divina Misericordia, que difunde este carisma de Santa Faustina Kowalska. En el altar se encuentra el cuadro del Sagrado Corazón con el lema «Gesú, confido in te».
El día cinco de cada mes, hay Misa en honor de la Divina Misericordia. Como le dijo el Señor a Santa Faustina:
“Deseo que haya una Fiesta de la Misericordia. Quiero que esta imagen que pintarás con el pincel, sea bendecida con solemnidad el primer domingo después de la Pascua de Resurrección; ese domingo debe ser la Fiesta de la Misericordia” (Diario,49).
En la Iglesia sólo se escucha el susurro de las pías y beatas mujeres rezando el Rosario. Realmente se está muy bien aquí.
Por fin llego a San Pedro. Describir la Basílica sería absurdo por mi parte. Me acerco a la tumba de los Papas que quiero visitar. Primero al beato Juan XXIII, que descansa debajo de la pintura de San Jerónimo, donde el santo recibe la Eucaristía. Después llego al altar donde están los restos de San Pío X. Finalmente voy a la cripta de los Papas, donde finalmente veo a San Pedro y a Juan Pablo II, el Papa bajo el cual he vivido los primeros años de mi vida.
Se acaba el viaje a Roma y termina esta crónica donde he intentado reflejar, malamente, mis impresiones, mis pensamientos, mis razones y sentimientos.
Vuelvo a Sevilla.
]]>Erigida sobre el antiguo Hospicio de San Blas donde, según cuentan, «el poverello» vivió cuando visitó Roma en 1.219.
La bella fachada de la Iglesia no delata, desde luego, el aún más hermoso interior. En el altar mayor, el titular de la Iglesia, San Francisco. En una capilla lateral, muy cerca del presbiterio se encuentra la poderosa escultura de la beata Ludovica Albertoni, obra del gran Bernini. La beata, en éxtasis, se tienta la ropa, en un escorzo que mezcla el dolor – Bernini la quiso representar en el momento de su muerte – y de placer: las manos cerca de los senos, el estertor que nos intenta mostrar la salida del alma hacia el Amado.
La escultura tiene una sensualidad evidente. Igual que Oseas trata el amor de Dios a su pueblo como amor conyugal entre un esposo y su esposa, igual que hace el Cantar de los Cantares de Salomón, ¿quiso el gran Bernini, utilizar el placer sexual como medio de expresión del éxtasis místico?. Sólo los místicos saben cuál es la relación tan especial que alcanzan con Dios. Nuestra inteligencia se muestra insuficiente para expresarlo por medios humanos, sea la palabra, la escultura, la pintura, o el que sea. Como dice San Pablo:
«Videmus nunc per speculum in aenigmate: tunc autem facie ad faciem. Nun congnosco ex parte: tunc autem cognoscam sicut et cognitus sum» (1 Cor 13, 12).
Los restos de esta beata se encuentran debajo de la estatua de Bernini.
De ella me quedo con lo que repetía con asiduidad: «¿Cómo es posible vivir sin sufrir, cuando se contempla a nuestro Dios colgado en una Cruz?».
Diversas estatuas adornan las capillas laterales. Sobre la urna de San Carlos de Sezze – todo aquí llama a la beatitud -, aparece San Miguel Arcángel, al que invoco su protección: «Sancte Michael Arcangele, defende nos in praelio…»
Como he dicho, aquí escuché misa y, a pesar del lugar, no me libré de las ñoñas canciones que se entonan durante las ofrendas o tras la comunión. ¿Por qué tanta gazmoñería?. Eso sí, en italiano.
Es una pena que no se oficie al menos una misa diaria en latín en cada Iglesia. Verter la liturgia a lenguas vernáculas las ha acercado al pueblo, pero ¿no se ha perdido quizás en universalidad?. ¿Por qué un católico tiene que estar limitado por el idioma particular del lugar en el que se realice el Sacrificio de la Misa?. Y eso que en Roma hay misas en casi todos los idiomas, pero ¿no corremos el peligro de aislar las comunidades, de perder el carácter universal, católico, que da el latín, el idioma de la Iglesia?. Esto me convence más aún que la liberación del rito tradicional ha sido un regalo profético que nos ha hecho el Santo Padre. Sólo queda que nuestros pastores se animen y se celebre también la misa del Novus Ordo Missae en latín, con cierta regularidad.
Hay que decir, que la música no tiene nada que ver con la forma piadosa con la que la gente se acerca a comulgar: todos la reciben en la boca.
Se acaba la misa. El sacerdote incoa una oración a la Santísima Virgen. Se me echa la hora encima. Me despido de esta bella Iglesia.
Por la tarde, como llueve, aprovecho y me acerco a Santa Cecilia en Trastevere. Dicen que aquí se encontraba la casa de la santa. En la cripta, las lápidas arracímanse como queriendo refugiarse al calor del hogar, de la que tantas conversiones realizó antes de su martirio.
En el altar, una estatua de la santa que representó Stefano Maderno tomando como modelos los restos desenterrados en el año 1.599. La santa aparece recostada, mostrando el cuello sajado, sangrante. En la mano derecha, tres dedos extendidos; en la izquierda, uno sólo. Con esto nos sintetiza la creencia en Dios, uno y trino. No hay forma más sencilla de expresar una verdad tan grande.
Salgo y de nuevo, en la fachada, refugiadas por el pórtico, aparecen las lápidas de los santos, que son como las heridas que mostraban los confesores de fe: signos de la fe católica, esperanza de la resurrección de los muertos que habrá de venir.
Así lo creo.
]]>Toda la Iglesia está dedicada y orientada a la exaltación del nombre de Jesucristo. En el altar podemos leer: SS Nomini Iesu Sacrum.
En la Iglesia esperan la resurrección de los muertos insignes jesuitas. Así, a la derecha del altar se encuentra San José María Pignatelli, aragonés restaurador de la Compañía de Jesús. Un buen ejemplo al que mirar los jesuitas de hoy en día, tan embebidos de «liberacionismo».
A la izquierda del altar se encuentra la tumba de San Roberto Belarmino, Doctor de la Iglesia y martillo de herejes. Sus restos fueron trasladados en 1.923 a la Iglesia de San Ignacio de Loyola
En el ábside, el triunfo del Cordero. A la izquierda, en restauración la capilla de San Ignacio; a la derecha, la dedicada a San Francisco Javier. También en la Iglesia se halla otro de las devociones de los jesuitas: el Sagrado Corazón de Jesús.
En toda la longitud de la circunferencia de la cúpula, están escritas las palabras de San Pablo en la Carta a los Filipenses (Fil 2, 9-11) y que tanto se meditan en los turnos de Adoración Nocturna:
«Propter quod et Deus exaltavit illum, et donavit illi nomen, quod est super omne nomen: ut in nomine Iesu omne genu flectatur caelestium, terrestrium et infernorum, et omnis lingua confiteatur, quia Dominus Iesus Christus in gloria est Dei Patris»
El lema jesuita se encuentra diseminado por toda la Iglesia: Ad maiorem Dei Gloriam
Y en la bóveda de cañón, JHS, Jesucristo Salvador de los hombres. Unos ángeles sostienen el monograma de Cristo.
Todo en honor de Cristo y su Iglesia. Cuando uno se acerca a este lugar, no puede más que decir: ¡Qué pena de Compañía!.
]]>Ya por la tarde, busco la Basílica de Santa María en Trastevere, una de las construcciones que me enamoraron absolutamente en mi primera estancia en Roma.
Tras callejear, salgo a la plaza donde se encuentra empotrada la Basílica. El pórtico de la Iglesia rasga la estructura de la plaza, como abriéndole una nueva calle, una calle al cielo.
Encima del pórtico, un mosaico donde la Santísima Virgen da de mamar al Niño. Diez mujeres, cinco a cada lado, portan lámparas: siete encendidas, tres apagadas. Dicen que las apagadas representan a viudas. La Virgen preside la plaza. El mosaico me aplasta espiritualmente.
Cuentan que Santa María en Trastevere es la primera Iglesia de culto cristiano en Roma. Fundada por el Papa Calixto I en el siglo III, fue renovada posteriormente por el Papa Inocencio II. También contiene aditamentos posteriores, como el pórtico del XVIII, realizado por Carlo Fontana.
La primera Iglesia de culto cristiano dedicado a la Virgen, ¿podía ser de otra forma?. ¿De dónde salió la locura protestante que despojó a la Madre la majestad que el Hijo le había dado?. ¡Si hasta Lutero fue devoto, en cierto modo, de la Señora!
Ya en el interior, un impresionante mosaico con la coronación de la Virgen, centra la mirada del espectador. La Virgen vestida como «Basileia» es abrazada por su Hijo, que se encuentra a su izquierda. A la izquierda de Cristo, aparecen San Pedro, el Papa Cornelio, el Papa Julio y el presbítero Calipedius. A la derecha de la Virgen el Papa Calixto, Lorenzo y el Papa Inocencio. Los Papas llevan el omoforion correspondiente. Todos aparecen tonsurados.
En el mosaico no falta nada, o más bien está todo lo necesario para enseñar, mostrar el misterio de María: el tetramorfos, el profeta Jeremías, el profeta Isaías - Ecce Virgo concipiet et paret Filium (Is 7,14) – y escenas de la vida de la Virgen, desde el nacimiento del Niño hasta la dormición de la Señora.
En la mesa del altar, que está elevado, podemos contemplar un hermoso icono de Nuestro Señor, a forma de mandylion.
El artesonado es grandioso. Toda la Iglesia canta la gloria de María. Todo está realizado en su honor, al fin y a la postre Ella es la Theotokos:
«Ad summum Regina thronum defetur in altum: Angelicis praelata choris, cui festus et ipse Filius occurens Matrem super aethera ponit»
]]>Es la segunda vez que he estado en Roma, la primera fue por el viaje de novios, y la verdad es que he encontrado la urbe mucho más sucia que hace siete años. Sin embargo, a pesar de la porquería presente, Roma conserva ese aire que la hizo la ciudad más grande del mundo, su capital.
Llegué el domingo por la noche a la urbe, por lo que poco pude hacer, a parte de ir a registrarme para el congreso y acomodarme en el Hotel, que se encontraba en el Trastevere.
El Trastevere es uno de los barrios más peculiares de Roma. Conserva un aire decadente que lo convierte en un sitio de singular belleza. En él están algunas de las basílicas cristianas más antiguas de Roma.
Lo primero que hice al día siguiente es encaminarme bien temprano al Aventino. Una vez allí, me dirigí a la Basílica de los Santos Bonifacio y Alesio. Cuenta la historia que Alejo era el hijo de un senador romano, cuya casa estaría debajo de la actual basílica. Alejo huyó de la casa paterna para dedicarse a la vida religiosa y a su vez, para no tener que casarse con un matrimonio que había concertado previamente el cabeza de familia. Cuando volvió, no lo reconocieron en su casa, viviendo a partir de entonces como un criado. Vivía debajo de una escalera y debajo de la misma halló la muerte. Precisamente esta escena es la que representó Andrea Bergondi, escultor y escayolista (1.760 -1.789), en la capilla dedicada al santo y que nos encontramos nada más entrar en la Iglesia, a la izquierda.
El santo, vestido de peregrino, descalzo, se encuentra en el momento del tránsito de esta vida a la otra. En su mano derecha porta una cruz. Encima suya un tramo de la escalera bajo la cual murió, donde unos ángeles la soportan. La escalera se encuentra guardada en una hermosa teca de cristal y madera. El Espíritu Santo, Paráclito, corona la escena. Otros ángeles llevan una corona de flores para depositarla en las sienes del Santo. Los restos del Santo se hayan, según indica la guía, bajo el altar de la basílica.
También se conserva dentro de la iglesia un pozo, de unos cinco metros de profundidad, proveniente de la casa de San Alejo, sobre la que está erigida la basílica.
Pero no es la única sorpresa que guarda esta bella basílica. A la derecha del altar, se encuentra el precioso icono de la Virgen de la Intersección, traída a Roma desde Damasco, en el siglo X.
A continuación, dirigí mis pasos a Santa Sabina, basílica erigida en el siglo V. Hoy es regentada por los dominicos. En la entrada, una hermosa puerta de madera donde se encuentra una de las representaciones más antiguas de la crucifixión. Festonean las paredes de la fachada lápidas paleocristianas donde los hermanos que nos precedieron en la fe, nos indican su dies natalis.
La muerte para nuestros hermanos no era un asunto tabú. Para un cristiano morir es vivir, nacer a la nueva vida, a una vida absoluta, porque allí nos espera Dios. Y la Iglesia celeste.
Vida beata, en definitiva.
Hoy, por el contrario, se exalta esta vida y se esconde la muerte. ¿Por qué?. ¿No será porque en el fondo se carece de esperanza?. ¿No será que, a pesar de todo y de todos, hay un afán de consumirse, buscar la salvación en las cosas terrenales, creyendo que después nada habrá?. ¿No se estará tapando, en definitiva, el gran fracaso que es para el hombre moderno la muerte, evitando así el engaño en que el que se soportan las bases de la sociedad actual?.
De lo que no se habla, no existe. La muerte es la piedra con la que el hombre tropieza una y otra vez. Como es incomprensible, para el hombre moderno, como es su fracaso, intenta por todos los medios afirmarse en la vida, buscar vivir el más tiempo posible. A costa de lo que sea. Y de quién sea. Por eso, si hace falta, experimenta incluso con sus semejantes, experimentando con embriones. En busca de la prolongación de una vida de la que no es el dueño en su totalidad -por lo menos del inicio y del final-. Por ello, cual Hércules furioso, arremete contra sus hijos si hace falta, para conseguir……la nada. Sin embargo, la enfermedad, el dolor, la muerte en definitiva, vuelve una y otra vez, como la piedra de Sísifo, para acabar con sus ilusiones.
De ahí la locura del cristianismo. Cristo es la raíz de nuestra esperanza. Él nos da la respuesta a la muerte. Demasiado para el hombre moderno. Por eso hay que extirparlo.
Vuelvo a Santa Sabina. La hermosa Iglesia tiene estructura basilical con dos hileras de columnas que soportan bellas arcadas de medio punto. La Iglesia es amplia, expedita, despojada de decoración, quizás más al gusto moderno en este caso. En la pared de entrada, frente al ábside, se encuentra un hermoso mosaico.
Cuando salgo fuera, vuelvo a mirar las lápidas. Hombres probos, esperan la resurrección de los muertos. Yo, como ellos, lo espero así.
Vuelvo a las conferencias.
]]>No es lo mismo ser de la misma naturaleza del Padre que consustancial al Padre. La distinción no es sutil, aunque ahora se haya convertido en un arcano, especialmente por la pérdida de contenido del concepto naturaleza.
Naturaleza (del griego fisis y ousía), se entiende como «la esencia de una cosa en cuanto sujeto de las operaciones que le son propias». Responde a la pregunta «¿qué cosa es esto?», a la que se contesta: una piedra, un animal, un hombre; es decir, lo que constituye una especie distinta de las demás.
Explica Santo Tomás en la Suma Teológica (C.29 a.2) que sustancia tiene dos acepciones:
1) Una, por la que sustancia es tomada como la esencia de algo, y se la indica con la definición, y, así, decimos que la definición expresa la sustancia de algo. Esta sustancia los griegos la llaman usía, y que nosotros podemos traducirla por esencia. 2) Otra acepción es la de sustancia como sujeto o supuesto que subsiste en el género de la sustancia. Esta acepción, en su sentido general, puede ser denominada con un nombre intencional. Es llamada supuesto. Hay tres nombres con los que se expresa algo y que corresponden a la triple consideración que puede hacerse de la sustancia, a saber: realidad natural, subsistencia e hipóstasis. Pues por existir por sí mismo y no estar en otro es llamada subsistencia; pues decimos que subsiste lo que existe en sí mismo y no en otro. Por ser supuesto de alguna naturaleza común es llamada realidad natural. Así, este hombre es una realidad natural humana. Por ser supuesto de los accidentes es llamada hipóstasis o subsistencia. Estos tres nombres son comunes a todo género de substancias. El nombre de persona sólo lo es en el género de las sustancias racionales.
Más adelante, en C.39 a.3, dirá Santo Tomás:
Porque naturaleza indica principio de operación, en cambio esencia viene de ser, algunas cosas que coinciden en alguna operación pueden ser llamadas de una naturaleza, como, por ejemplo, todo lo que produce calor; pero no pueden ser llamadas de una esencia, a no ser que tengan un solo ser. Por eso la unidad divina queda mucho más expresada diciendo que las tres personas son de una esencia que diciendo de una naturaleza.
De forma más sencilla, mi padre y yo somos de la misma naturaleza, sin embargo no compartimos esencia, no somos «consustanciales». Por ende, podría suceder que un semiarriano podría estar de acuerdo con un católico en esta parte del Credo. Haga usted un Concilio de Calcedonia para esto.
Aunque le echemos retranca, la cuestión baladí. En el ser de Cristo, es decir que sea Dios y Hombre, segunda persona de la Trinidad es la clave de nuestra fe.
Otro punto importante es la traducción de la parte final de la Comunión cuando el sacerdote con la Hostia levantada dice «Este es el Cordero de Dios,..». En primer lugar, el Misal Romano habla de «ecce qui tollit peccáta mundi», es decir «he ahí el que quita los pecados del mundo», es decir, habla de pecados, no pecado. Pero más grave es la traducción de «Dómine, non sum dignus ut entres sub tectum deum: sed tantum dic verbo, et sanábitur ánima mea», donde en vez del imperativo«di de palabra» o «di una sola palabra» se vierte como «una palabra tuya bastará para sanarme».
Estos son algunos puntos de los muchos que podemos citar.
El Catecismo nos dice que «liturgia quiere significar que el Pueblo de Dios toma parte en «la obra de Dios». Por la liturgia, Cristo, nuestro Redentor y Sumo Sacerdote, continúa en su Iglesia, con ella y por ella, la obra de nuestra redención (1.069)» y que «la liturgia es la cumbre a la que tiende la acción de la iglesia y, al mismo tiempo, la fuente de donde mana toda su fuerza».(1.074).
Si esto es así, ¿por qué no podemos aspirar a la perfección en la medida de lo posible, es decir, seguir lo más fielmente posible el Misal Romano?. ¿Es que acaso no es por la liturgia por donde «Cristo, nuestro Redentor y Sumo Sacerdote, continúa en su Iglesia, con ella y por ella, la obra de nuestra redención?.
Sinceramente pienso que aquí podía estar una de las claves de la pérdida de espiritualidad por parte del pueblo. Y una vez perdida la espiritualidad, lo demás viene por añadidura.
]]>El pasado Viernes de Dolores asistí a misa a mi parroquia, tengo que decir que excepcionalmente, ya que normalmente donde voy a misa no es a mi parroquia, sino a otra Iglesia también cercana a mi casa. Esta es la suerte que tenemos en Sevilla, gracias a Dios hay muchas Iglesias a donde podemos asistir a la recepción de los sacramentos.
Una de las razones por las que no voy es porque no se si asisto a una misa o bien a un concurso de «a ver quién lee más rápido». Yo creo que el sacerdote si pudiese daría la misa con abreviaturas.
La duración de la misma no se si llegó a los veinte minutos; tenía tanta prisa en terminar que casi funde heréticamente al Padre y el Hijo en la despedida. La verdad es que estas situaciones son bastante patéticas. Y penosas. Entiendo que por la escasez de sacerdotes, estén cansados y que a veces el agotamiento supere a la devoción, pero en este caso, el sacerdote tiene espíritu de Fernando Alonso y celebra la Santa Misa a alta velocidad.
Siendo esto malo, hay otra cosa peor. Me refiero a un tema que ha sido comentado muchísimas veces, por activa y por pasiva: la mala traducción del Misal. Con ello no quiero decir que el mismo esté mal traducido, sino que podía estar sensiblemente mejor vertido al español.
Cualquiera que tenga conocimientos rudimentarios de latín verá las diferencias existentes entre el Misal Romano y su versión castellana.
La primera que encontramos es en los ritos iniciales, en el canto del Gloria. En el Misal Romano se dice «Gloria in excélsis Deo et in terra pax homínibus bonae voluntatis», es decir, «y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad»; sin embargo, la traducción al español dice «paz a los hombres que ama el Señor». Si quisiéramos rizar el rizo, parece que se afirma la doctrina de la predestinación y que se niegan los méritos de las buenas obras. Esto no es así, pero tampoco podemos obviar el peligro.
]]>20 de Abril de 1.933. Volz, el comisario del Estado para la salvaguarda de los asuntos del burgomaestre del distrito, en Lochtenberg, despide a un funcionario porque es sospechoso de realizar «actividades hostiles al Estado».
El 22 de Abril, el jefe del negociado le comunica oficialmente lo que ya era una realidad de hecho: quedaba relegado de la dirección de la escuela nº 20 y apartado del servicio hasta nueva orden. Sus antecedentes no garantizaban que él defendiera «en todo momento e incondicionalmente el Estado nacional».
La administración se mostraría a su vez irónicamente generosa: le daría una pensión de apenas 200 euros y el subsidio por hijos. Povertät.
1.934. Hitler tras el Putsh de Röhm, se alza como autócrata: «los gobernantes empezaron a interferir claramente en la vida cotidiana». Nuestro funcionario es llamado al ayuntamiento de Lichtenberg. A partir de ahora se le prohibe impartir clases particulares.
«Un Estado que convierte todo en una mentira no debe entrar en nuestra casa. Al menos en el seno de mi familia no quiero estar sometido a la tan extendida costumbre de mentir», dijo el funcionario a su familia.
Aunque todos participen, «Etiam si omnes, ego non!». Esta frase del Evangelio de San Mateo, fue escrita por sus hijos, por mandato de este funcionario, de este hombre.
El funcionario era Johannes Fest, padre de Joachim Fest, que nos cuenta sus memorias de juventud en el libro «Yo no», donde, en el cual, como nos indica el subtítulo, nos presenta «el rechazo del nazismo como actitud moral». Su padre, Johannes Fest, católico, no se dejó doblegar por el régimen nazi.
Estamos ante un libro ejemplar, muy edificante, especialmente recomendado para estos días de zozobra.
La narración que hace Fest es vibrante. Refleja a un hombre, en el sentido pleno de la palabra; no un dios, sino un católico que sigue su conciencia, ese lugar donde está inscrita la ley divina.
Retrata los años del nazismo con toda su crueldad, el ambiente agobiante, la guerra, los campos de prisioneros aliados, los excesos sufridos por los nazis y por los rusos; en definitiva, la actuación del mal en su sentido metafísico, total.
Quizás una de las cosas más escalofriantes que refleja el autor es la conversación mantenida en la Navidad del 42 con su padre, donde éste le refiere lo escuchado a través de la BBC. La emisora afirmó que los judíos estaban siendo asesinados a mansalva en los campos de concentración. Unas páginas más adelante, en una conversación mantenida con un amigo suyo unos años después (1.944), éste le dirá que ya no se habla de cámaras de gas en las noticias que llegaban a sus oídos: su amigo no sabe por qué «las emisoras de radio no difundían lo que sabían sobre el exterminio de personas».
Las excusas ridículas mantenidas por gente como Grass o Habermas, son trituradas en este volumen. De hecho se puede considerar una respuesta a la impudicia de estos personajes. Dejemos hablar a Fest:
«La adaptación durante los primeros años de la posguerra se ha calificado posteriormente como «silencio elocuente». Más bien en él se mezclaban el desencanto, la vergüenza y el despecho, en un conjunto impregnado de rechazo de la culpa. Hay que añadir la tendencia a interpretar papeles protagonistas. Unos se inventaron actos de resistencia que nunca realizaron, otros, en el juego del arrepentimiento, se esforzaban por buscar un sitio bien visible en el banco de la autoacusación. Sin embargo, en medio de sus lamentos parecían dispuestos a calumniar a quienes no hicieran como ellos y se dieran continuamente golpes en su pecho pecador. Cuando Günter Grass o alguno de los innumerables autoacusadores manifestaban su sentimiento de vergüenza, en modo alguno querían llamar la atención sobre su propia culpabilidad, más bien sobre los muchos motivos de todos los demás para avergonzarse. No obstante, según ellos, para su escándalo y el de todos los demás, la gran masa no estaba preparada para esto. Ellos se sentían ya libres de cualquier reproche gracias al reconocimiento de su vergüenza».
Lean el libro. Medítenlo. Verán a un hombre, un creyente. Un católico en definitiva.
A pesar del mal que rodeó a Johannes Fest, mantenido por la esperanza, resistió. Y ganó.
]]>En la entrevista que mantuvo el pasado martes Federico Jiménez Losantos en su programa, con Soraya Sáenz de Santamaría, elegida digitalmente – esto es, a dedo – por Rajoy, como portavoz del PP en el Congreso, hubo un momento en el que el conductor del programa, ante la disparidad de datos biográficos publicados por los distintos medios de comunicación sobre Soraya, le preguntó:
- ¿Pertenece usted al Opus Dei?.
Soraya contestó que no. Pero el problema no está en el contenido de la respuesta, sino en la forma: la portavoz del Congreso bajó la voz y habló sobre el no se qué del respeto a las creencias religiosas; es decir lo de siempre en la derecha: pusilanimidad.
Nunca comprenderé por qué los políticos de la derecha española, salvo honrosas excepciones, se muestran tan remisos y cobardones a expresar sus creencias religiosas, si las tuviesen.
No se si Soraya será católica, budista, deísta o masona, pero ¿no le hubiera bastado un sí o un no y una explicación –si es que la quisiese dar – sin necesidad de achararse?
¡Qué contraste con Hilario Belloc!. Cuando este se presentó a las elecciones por el partido liberal, en el año 1.906, sus contrincantes intentaron acogotarlo con el eslogan «No vote por un francés católico». Por esta razón, Belloc, en su primer mitin dijo lo siguiente:
«Caballeros, soy católico. Si me es posible, voy a Misa todos los días. Esto [sacando un rosario del bolsillo] es un rosario. Me arrodillo y paso estas cuentas todos los días si me es posible. Si me rechazan por este motivo, agradeceré a Dios que me ahorre la indignidad de ser vuestro representante».
Belloc ganó las elecciones por su distrito.
Evidentemente, Soraya no es Belloc. Pero, una persona que contesta de esa manera a una pregunta inocua, ¿puede ser portavoz del Congreso?.
Como diría el otro: «maricomplejines»
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