InfoCatólica / Germinans germinabit / Categoría: Domus Ecclesiae

14.05.11

[DE] Capítulo 16: El problema iconográfico neoclásico

 

Interior de la Basílica de San Francisco de Paula en Nápoles (Izquierda) Iglesia del Bom Jesús do Monte (Braga) de Carlos Amarante (protoneoclásico en Portugal) (Derecha)

 

Desde el punto de vista iconográfico este periodo de la historia artística, a pesar de las exhortaciones del Concilio de Trento y algún noble tentativo tanto en Italia como fuera de ella, ha dado inicio a una decadencia que aún perdura y que se cierne siniestramente sobre todo el arte religioso.

Rechazadas por el Renacimiento todas las tradiciones decorativas del arte medieval, bajo el influjo del espíritu paganizante, se liquidaron de los muros de las iglesias aquellos ciclos de composiciones sagradas que tan perfectamente completaban la instrucción del pueblo cristiano elevando el alma hacia los misterios de Dios.

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7.05.11

[DE] Capitulo 15: Las iglesias de arquitectura neoclásica

 

Interior y exterior de la Iglesia de la Anunciación en Génova

 

Los últimos decenios del siglo XVII dieron vida a muchos edificios nobles que aunque privados de una verdadera originalidad se sirvieron de un acertado eclecticismo para asociar la tradicional planta de la basílica latina, el impulso de la cúpula renacentista y la aportación de la decoración barroca. En parte consiguieron devolver el sentido del sagrado recogimiento en la iglesia, del que los fastuosos edificios renacentistas se habían alejado. Puede ser un magnífico intento la iglesia de la Anunciación de Génova, erigida por Domenico Rusticone.  

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15.04.11

[DE] Capítulo 14: Las iglesias del Barroco

Fachada de la iglesia del Gesù en Roma

 

Hacia la segunda mitad del siglo XVI empieza a desarrollarse en Roma un nuevo tipo de iglesia, cuya esencia planimétrica reside en la forma de aula a nave única, luminosísima, casi siempre cubierta de bóvedas, flanqueada por pequeñas capillas, casi escondidas tras enormes pilares divisorios y que concluye a la altura del presbiterio con una cúpula que deja de ser el motivo central como en las iglesias del Renacimiento, hacia la cual convergían todas las líneas del edificio, para pasar a ser casi la continuación de la bóveda de la nave.

En lugar de los juegos de perspectivas formados por las múltiples naves de la iglesia gótica o renacentista, el largo espacio de la única nave principal se abre como la gran aula central de las antiguas basílicas. Planimetría sugerida por razones tan prácticas como que todos y cada uno de los fieles pudiesen cómodamente ver el altar y participar de las funciones litúrgicas, así como satisfacer la necesidad de un gran espacio único para la predicación que después del concilio de Trento recibió un enorme impulso. Y si además se tiene en cuenta la progresiva tendencia de aquellos tiempos a la grandiosidad y a la riqueza en todo aquello relativo a funciones, pompas, ceremonias como reacción al protestantismo, se comprenderá como se popularizó el nuevo estilo artístico de manera que casi no se abandonó hasta las puertas del siglo XX.

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9.04.11

[DE] Capítulo 13: Las iglesias del Renacimiento

 

Planta y perspectiva de Santa Maria de Carignano en Génova

 

Como consecuencia de la progresiva decadencia de la vida religiosa y como reacción al arte gótico, que se había convertido en demasiado exuberante, surgió en la Toscana, en un primer momento tímidamente (s. XV) y después con mayor fuerza (s. XVI), un movimiento de retorno (Renacimiento) hacia las formas del antiguo arte clásico grecorromano, no sólo en el campo de la literatura sino en todas las Bellas Artes, que vivió un auge tal –ayudado en ello por la imprenta recién inventada- que en breve tiempo se puede decir que conquistó todos los países de Europa.

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1.04.11

[DE] Capítulo 12: Las iglesias góticas. Su teología y su desarrollo (y 2ª)

Notre Dame de Paris

 

En general, las iglesias góticas tienen una fachada principal con tres o cinco portales, enteramente revestidos de estatuas en su inmenso tímpano; en el interior tres o cinco naves, de las que la central sobresale altísima; un transepto a una o tres naves formando como una fachada secundaria, un coro muy alargado con simple o doble deambulatorio fornido de capillas radiales; pilares cilíndricos con columnas adosadas, dos campanarios esbeltos, en forma de aguja, colocados en la fachada y formando con ella una unidad arquitectónica.

Pero lo sobresale, entre la grandiosa y compleja masa constructiva, es el acentuado empuje ascensional en todas sus partes. Todo en ella empuja a elevar la mirada hacia arriba. El verticalismo informa todo el edificio, desde las pilastras hasta los pináculos. Ninguna duda que todo ello es la expresión de aquella sublime idea simbólica, la elevación del alma hacia Dios, que ha cristiana y noblemente inspirado todo el arte medieval.

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