El ciclón Novell

Descripción: http://religionennavarra.files.wordpress.com/2011/08/51_1_obispo_1312360573.jpg?w=640 Nadie se podía imaginar que la renovación de la Iglesia en Cataluña partiría de su diócesis más minúscula e irrelevante. Una demarcación rural y despoblada; con tantos habitantes como espectadores caben en el estadio del Barça; con apenas 125 sacerdotes; sin otras villas importantes que la propia Solsona, Cervera o Berga y cuya misma existencia ha sido puesta muchas veces en entredicho. Si ya el nombramiento de un obispo de tan solo 41 años -y natural de la misma diócesis- constituyó una verdadera sorpresa, nadie esperaba que tras su primer año en el episcopado su actuación alcanzase unas cotas de verdadera revolución. Dicen que la juventud es la única enfermedad que se cura con el tiempo; pero la osadía, imaginación y dinamismo del obispo Novell han supuesto un verdadero soplo de aire fresco en ese ambiente de sacristía mal ventilada que ha venido asfixiando a la Iglesia de Cataluña en los últimos tiempos. Esperemos que el paso de los años no le cure la enfermedad.

El penúltimo rasgo intrépido de un obispo que no se muerde la lengua ha sido la entrevista concedida a El Punt Avui este último domingo. El titular no podía ser más atrevido: " Ni soy catalanista, ni me identifico con la Iglesia progresista". Solamente esta frase ya constituye una verdadera ruptura con el nacional-progresismo eclesial, que, curiosamente, tuvo en Solsona, con su antecesor el obispo Deig, uno de sus centros neurálgicos.

La entrevista tiene otras perlas que merecen destacarse, como cuando dice que el movimiento del 15-M no tiene ideas, ni propuesta, ni conduce a lugar alguno o cuando se identifica tanto con el Concilio Vaticano II como con el Vaticano I o con el Concilio de Trento; pero hay una que merece ser bañada con letras de oro:

" Yo no me identifico con la Iglesia catalana progresista. Se que existe esta Iglesia, que hace de la causa nacional un objetivo, que propugna cambios en la moral…, pero no me siento cercano".

Es la primera vez que un prelado catalán se desmarca tan expresamente del nacional-progresismo. ¡Y en Solsona!

Descripción: http://2.bp.blogspot.com/_bE94KUvntWg/TUgz1q5zTpI/AAAAAAAAAD0/BHZGinQuYdE/s1600/Xavier_Novell_obispo_Solsona.jpgNo obstante la admirable contundencia de los negativos " No me identifico ", " No me siento cercano" me ha hecho reflexionar. ¿No será que este posicionamiento tan categórico representa el primer certificado de defunción del nacional-progresismo eclesial? Ni aún en el caso del valiente Novell, se distinguen los obispos (incluso los más jóvenes) por su audacia. Tampoco los sacerdotes, que, salvo algunas excepciones, son de carácter más bien pusilánime. Una manifestación tan clara e inequívoca sólo se puede producir si aquello contra lo que anatemiza está en franco declive. Probablemente no se habría atrevido a lanzar este mensaje veinte años atrás.

Esta reflexión debe unirse con la tesis que mantenía ayer nuestro Prudentius de Bárcino en su artículo " Lo dan todo por perdido pero morirán matando…", a raíz del programa sobre los seminarios de TV3 y la polvareda que ha levantado. Consideraba- con bastante razón- que la progresía eclesial ya constata que su mundo fenece, pero que se va agarrar a las parcelas de poder y comunicación que tiene, por un mero instinto de supervivencia.

Por una vez voy a ser más optimista que mi querido Prudentius. Los hechos van más deprisa de los que nos podíamos imaginar. Repárese en algunas anécdotas muy significativas: la irrupción (¡y el éxito!) de este portal; el poder de convocatoria de las jornadas de la Nueva Evangelización de Manresa; la nueva generación sacerdotal de la que tomó nota (aunque fragmentaria) el programa 30 minuts de TV3; el arrinconamiento absoluto dels fills del concili que han tenido que publicar un libro anónimo lanzando pestes contra los nuevos sacerdotes; el seminario de Terrassa; el cambio radical en la diócesis de Gerona o en la de Vic; la lluvia fina de Tarragona, en la que el propio secretario del arzobispo se permite enviar a la exangüe Esglesia Plural una durísima carta de protesta. O que hace años lo extravagante era ver un cura con clergyman y ahora lo extravagante es un sacerdote joven que no vista de sacerdote. Aunque eso, por sí solo, no signifique nada. Que los curas jóvenes no se limitan a rezar, estudiar y obedecer (como dijo Mossén Barroso), sino que no se cansan de servir a los demás. Vayan a una parroquia germinante y verán su labor social.

Pero no sólo gozamos de estos ejemplos, sino que la misma progresía está levantando bandera blanca. Después del programa de TV3, Llisterri contestaba en su twitter a quienes se escandalizaron con el reportaje, en el sentido de que éste no era más que una foto de la realidad y que no cabe engañarnos. O incluso la foníatra Cori Casanova, antaño tan combativa, publicaba un artículo, en el que venía a decir que tenemos los curas que nos merecemos, por no haber sabido ocupar el progresismo dicho lugar. Es decir, ha ganado el equipo visitante, por incomparecencia del local. Fracaso sin paliativos. Aún existen otros, como un esperanzado Quim Cervera, que suspiran por la conversión progresista de la nueva cantera. Pero el ambiente es de principio del fin. Y los primeros golpes vienen de Solsona y de TV3. Paradojas del destino.

Ahora bien, en lo que sí le doy la razón a Prudentius es que muchos de estos personajes han usfructuado tanto la cosa pública, que se ha convertido en su medio de vida y se resistirán con uñas y dientes a abandonarla. El último caso ha sido el del tan progresista Jordi López Camps (antiguo director d’afers religiosos con el tripartito), que ha sido designado Gerente de los servicios de cultura de la Diputación de Barcelona, área dependiente del Partido Popular. Necesitan el poder como metadona. Por ello, se amoldarán a los nuevos tiempos, como si no hubiese pasado nada. No hay que tenerles ningún temor.

Oriolt