¡Gracias Ramón!
“Admira la reciedumbre de Santa María: al pie de la Cruz, con el mayor dolor humano —no hay dolor como su dolor—, llena de fortaleza. —Y pídele de esa reciedumbre, para que sepas también estar junto a la Cruz” (San Josemaría Escrivá de Balaguer, Camino, 508)
No hay en este mundo mayor sufrimiento que el de los padres ante la muerte de un hijo. Quién haya intentado consolar sus corazones desgarrados por el dolor sabe que sobran las palabras. Y más cuando, a los pocos días de su fallecimiento, escribe a sus familiares y amigos esta extraordinaria carta que, con su permiso, tengo el privilegio de compartir con todos ustedes.
Una verdadera lección de amor, de sentido sobrenatural , y de aceptación de la voluntad de Dios. ¡Gracias Mariona!