InfoCatólica / O frío o caliente / Archivos para: Abril 2014, 13

13.04.14

El brazo izquierdo en la Sábana Santa 4 cm más corto que el derecho; motivos

“Toda la tierra se cubrío de tinieblas desde la hora sexta hasta la hora nona.” (Mt 27, 45)

Otro día una persona allegada me comentaba algunas ideas que había oído en la presentación de un libro de un buen sacerdote sobre la reconstrucción de la Pasión de Nuestro Señor realizada en base al estudio de la Sábana Santa. Por lo general, muchas conclusiones del autor me parecían correctas y creíbles, pero difería claramente respecto a algunos puntos. Como por ejemplo, que el Señor estaría poco tiempo crucificado, posiblemente una hora, porque es imposible que un hombre aguante en esa posición por más tiempo.

 

Entonces me pregunté, por empezar, que si dudamos, o interpretamos no ya el libro de los Macabeos, sino los Evangelios mismos según nuestro entender, ahora, a dos mil años de distancia de lo que vieron los testigos oculares y lo pusieron por escrito, ¿dónde vamos a parar? ¿Qué más me queda por dudar o interpretar a mi manera? Porque resulta que en el Calvario estaba el apóstol y evangelista San Juan, con la Madre del Señor y con devotas mujeres a pocos metros de toda la escena, resulta que al menos en el Domingo de la Resurrección cuando ya volvió Mateo de su huída había oído, ansioso, de la boca de Juan sobre los últimos momentos de la vida su Dios, a quien falló por cobardía a pesar de haberlo llamado, siendo pecador que daba asco a los fariseos y tantos otros, el Hijo de Dios cuando nadie daba dos duros por él, y la narración se la habrá quedado como grabada a fuego para el resto de su vida; resulta que Lucas había sido instruido por la misma Virgen sobre todo el Evangelio, especialmente sobre estos momentos tan singulares, casi seguro en el periodo en el cual el evangelista atendía en sus necesidades a Pablo preso en Cesárea por dos años; resulta que después de que Marcos, aquel muchacho que presencia la escena de prendimiento del Señor en el huerto de Getsemaní, habiendo oído la predicación del Evangelio del mismo Pedro, y habiendo visto él mismo al Señor predicando y haciendo milagros; resulta que habiendo puesto todo eso por escrito con todos aquellos testigos que se encontraban hasta debajo de las piedras en los primeros años de la predicación de los Apóstoles, algunos tal vez conversos en Pentecostés entre aquellos que huyeron del Calvario después de ver lo que hicieron y dándose golpes de pecho; resulta que con todos esos Evangelios predicados primero y luego escritos de manera tan realista, dejando esos mismos autores mal a ellos mismos, lo que no hace nadie y con eso confirmando la realidad de la autoría divina de los Evangelios; resulta que cuando toda esa gente a pocos metros de la Cruz viendo el sol estando en el zénit oscureciéndose y permaneciendo las tinieblas hasta la mitad del arco solar restante, que lo vieron ellos con sus ojos no pidiendo permiso por lo visto a nosotros, pues resulta que todo eso no es suficiente.

 

Es lo que yo, con mi ciencia pueda deducir. “Una hora”, y se queda uno tan a gusto. Entonces, querido autor y muy estimado sacerdote, no miento le aseguro, ¿pero que nos queda entonces por no retocar, por no interpretar de otro modo, nos queda algo…?

 

Por eso le contaré una anécdota muy real y muy instructiva. Resulta que hubo un profesor, pintor y escultor italiano que a mediados del siglo veinte durante largos 35 años minuciosamente investigaba la Sábana Santa de Turín. Habrá sido de esos pintores y escultores que estaban acostumbrados a las representaciones del cuerpo humano, buenos conocedores de sus proporciones y dimensiones, no como los pintores modernistas de cuadros de colores, que cuando una vez presencié una charla sobre la pintura contemporánea por poco y literalmente me caigo de la silla de la risa que me dio al contemplar aquellos cuadros grotescos sin fuste. Pues Ferri seguro que no era de esos, tenía ojo para las proporciones y averiguó con rigurosas mediciones, que el brazo izquierdo en la Sábana era cuatro cm más corto que el derecho:

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