La desembocadura esperada de "¡Buena suerte, Charlie!"
No hace falta que entren perturbadores de forma física en el hogar; lo virtual igual le sirve, si no más. Finalmente produce sensaciones y convicciones reales.
Era solamente cuestión de momento, vista la política de Disney. Todo envuelto en un ambiente alegre y simpático de una familia feliz: madre despistada pero alegre, padre bonachón y currante, hija adolescente entrañable, hijos una cosa normal, y la pequeña Charlie y otro bebé más durante la serie. Pero tenían que llegar mamá 1 y mamá 2 con la pequeña adoptada, amiga de Charlie:
Mamá 1 y mamá 2, encantadoras por supuesto:
O sea, las más simpáticas y las más guapas son las lesbianas, de acuerdo.