Primer Domingo de Cuaresma: Estación en San Juan de Letrán.

Forma extraordinaria de la Liturgia de la Iglesia

Introito. Salm 90, 15 -16,1

Invocábit me, et ego exáudiam eum: erípiam eum, et glorificábo eum: longitúdine diérum adimplébo eum.Ps. Qui hábitat in adiutório Altíssimi: in protectióne Dei cæli commorábitur.v. Glória.

Si me invoca, yo le escucharé; le libraré y le glorificaré; le llenaré de dilatados días. Salmo. Dichoso el que mora al abrigo del Altísimo, el que descansa a la sombra del Omnipotente. v. Gloria al Padre.

Colecta.

Deus, qui Ecclésiam tuam ánnua quadragesimáli observatióne puríficas: prǽsta famíliæ tuæ: ut, quod a te obtinére abstinéndo nítitur, hoc bonis opéribus exsequátur. Per Dóminum nostrum.

¡Oh Dios!, que purificas a tu Iglesia por la observancia anual de la cuaresma: concede a tu familia que cuanto desea obtener de ti por la abstinencia, lo consiga con las buenas obras. Por nuestro Señor.

Epístola. 2 Cor 6,1-10

Exhortación apremiante a no recibir en vano la gracia de Dios. San Pablo, que nos la dirige, describe su propio combate, el cual terminará con la victoria por los méritos de Cristo.

Fratres: Exhortámur vos, ne in vácuum grátiam Dei recipiátis. At enim: Témpore accépto exaudívi te, et in die salútis adiúvi te. Ecce nunc tempus acceptabile, ecce nunc dies salútis. Némini dantes ullam offensiónem, ut non vituperétur ministérium nostrum: sed in omnibus exhibeámus nos metípsos sicut Dei minístros, in multa patiéntia, in tribulatiónibus, in necessitátibus, in angústiis, in plagis, in carcéribus, in seditiónibus, in labóribus, in vigíliis, in ieiúniis, in castitáte, in sciéntia, in longanimitáte, in suavitáte, in Spíritu Sancto, in caritáte non ficta, in verbo veritátis, in virtúte Dei, per arma iustítiæ a dextris et a sinístris: per glóriam et ignobilitátem: per infámiam et bonam famam: ut seductóres et veráces: sicut qui ignóti et cógniti: quasi moriéntes, et ecce vívimus: ut castigáti et non mortificáti: quasi tristes, semper autem gaudéntes: sicut egéntes, multos autem locupletántes: tamquam nihil habéntes et ómnia possidéntes.

Hermanos: Os exhortamos a que no recibáis en vano la gracia de Dios. Porque él dice: Te oí en el tiempo oportuno, y en el día de la salvación te ayudé. Ha llegado ahora el tiempo favorable, ha llegado el día de la salvación. No demos a nadie ocasión de escándalo, para que no sea vituperado nuestro ministerio. Antes en todo mostrémonos como ministros de Dios, con mucha constancia en las tribulaciones, en las necesidades, en las angustias, en los azotes, en las cárceles, en las sediciones, trabajos, vigilias y ayunos; con castidad, ciencia, paciencia y suavidad, por el Espíritu Santo, con caridad sincera, con palabras de verdad, con fortaleza de Dios, con las armas ofensivas y defensivas de la justicia, en el honor y el deshonor, en la infamia y en la buena fama; ya nos tengan por impostores siendo verídicos; por desconocidos, aunque muy conocidos, por casi moribundos, cuando en realidad estamos vivos; cual castigados, pero no muertos; como tristes, estando siempre alegres; como necesitados, aunque hemos enriquecido a muchos; como gentes que de todo carecen cuando todo los poseemos.

Gradual. Salm 90, 11-12

Ángelis suis Deus mandávit de te, ut custódiant te in ómnibus viis tuis. v. In mánibus portábunt te, ne umquam offéndas ad lápidem pedem tuum.

Dios mandó a sus ángeles que te guarden en todos tus caminos. v. Te llevarán en sus manos, no sea que tropiece tu pie en alguna piedra.

Tracto. Salm. 90, 1-7.11-16.

Cántico lleno de promesas. Quien confía en Dios nada ha de temer.

Qui hábitat in adjutório Altíssimi, in protectióne Dei cæli commorábitur. v. Dicet Dómino: Suscéptor meus es tu et refúgium meum: Deus meus, sperábo in eum.v.Quóniam ipse liberávit me de láqueo venántium, et a verbo áspero. v. Scápulis suit obumbrábit tibi, et sub pennis eius sperábis. v. Scuto circúmdabit te véritas eius: non timébis a timóre noctúrno. v. A sagítta volánte per diem, a negótio perambulánte in ténebris, a ruína et dæmónio meridiáno. v. Cadent a látere tuo mille, et decem míllia a dextris tuis: tibi autem non appropinquábit. v. Quóniam Angelis suis mandávit de te, ut custódiant te in ómnibus viis tuis. v. In mánibus portábunt te, ne umquam offéndas ad lápidem pedem tuum.v. Super áspidem et basilíscum ambulábis, et conculcábis leónem et dracónem.v. Quóniam in me sperávit, liberábo eum: prótegam eum, quóniam cognóvit nomen meum. v. Invocábit me, et ego exáudiam eum: cum ipso sum in tribulatióne. v. Erípiam eum et glorificábo eum: longitúdine diérum adimplébo eum, et osténdam illi salutáre meum.

El que mora al abrigo del Altísimo, el que descansa a la sombra del Omnipotente.v. Ése dice al Señor: Tú eres mi refugio, mi fortaleza, mi Dios, en quien confío.v. Dí, es él quien te librará del lazo del cazador y de las palabras mortíferas. V. Bajo sus alas te cubrirá y bajo sus plumas hallarás cobijo. v. Su fidelidad es un escudo, una coraza. No temerás los terrores de la noche. v. Ni la flecha que vuela de día, ni la peste que camina en las tinieblas o el contagio que hiere a plena luz. v. Caerán mil a tu lado, y a tu derecha diez mil; nada llegará hasta ti. v. Porque el Señor ha dado a sus Ángeles la misión de guardarte en todos tus caminos. v. Ellos te llevarán en sus manos, no sea que tu pie tropiece en alguna piedra. v. Caminarás sobre áspides y víboras, hollarás con tus pies al león y al dragón. v. Porque se ha acogido a mí, yo le libraré; le protegeré puesto que conoce mi nombre. v. Si me llega a invocar, le escucharé; en la desgracia me encontraré junto a él. v. Le libraré y le glorificaré, le saciaré de largos días, le haré ver mi salvación.

Evangelio Mat 4, 1-11

«No era indigno de nuestro Redentor el querer ser tentado, pues venía para ser muerto. Por el contrario, convenía que triunfase de nuestras tentaciones, como había venido a derrotar nuestra muerte con la suya» San Gregorio, en maitines

In illo témpore : Ductus est Iesus in desértum a Spíritu, ut tentarétur a diábolo. Et cum ieiunásset quadragínta diébus et quadragínta nóctibus, póstea esúriit. Et accédens tentátor, dixit ei: Si Fílius Dei es, dic ut lápides isti panes fiant. Qui respóndens dixit: Scriptum est: Non in solo pane vivit homo, sed in omni verbo, quod procédit de ore Dei. Tunc assúmpsit eum diábolus in sanctam civitátem, et státuit eum supra pinnáculum templi, et dixit ei: Si Fílius Dei es, mitte te deórsum. Scriptum est enim: Quia Angelis suis mandávit de te, et in mánibus tollent te, ne forte offéndas ad lápidem pedem tuum. Alt illi Iesus: Rursum scriptum est: Non tentábis Dóminum Deum tuum. Iterum assúmpsit eum diábolus in montem excélsum valde: et osténdit ei ómnia regna mundi et glóriam eórum, et dixit ei: Hæc ómnia tibi dabo si cadens adoráberis me. Tunc dicit ei Iesus: Vade, Sátana: scriptum est enim: Dóminum Deum tuum adorábis, et illi soli
sérvies. Tunc relíquit eum diábolus: et ecce Angeli accessérunt et ministrábant ei.

En aquel tiempo: Llevó el Espíritu a Jesús al desierto para que allí le tentase el diablo. Y habiendo ayunado cuarenta días y cuarenta noches, después tuvo hambre. Y, llegándose a él el tentador, le dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en panes. Mas Jesús le respondió y dijo: Escrito está: No de solo pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de boca de Dios. Entonces le transportó el diablo a la santa ciudad, y púsole sobre el pináculo del templo, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate de aquí abajo, porque escrito está: Mandó a sus ángeles cerca de ti, y te tomarán en sus manos, para que no tropiece tu pie contra alguna piedra. Jesús le dijo: También está escrito: No tentarás al Señor tu Dios. De nuevo le subió el diablo a un monte muy alto, y le mostró todos los reinos del mundo, y la gloria de ellos, y le dijo: Todo esto te daré si, prosternándote, me adorares. Díjole entonces Jesús: Vete de aquí, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él solo servirás. Entonces le dejó el diablo; he aquí se acercaron los ángeles y le sirvieron.

En este domingo, que era en otro tiempo el primer domingo de Cuaresma (nota: el miércoles de ceniza y los días siguientes han sido añadidos para completar los 40 días de ayuno), la estación tiene lugar en San Juan de Letrán, basílica dedicada al Salvador.

La escena de la tentación, que abre la vida pública, proclama, de manera sorprendente, la transformación profunda que con su redención se va a introducir en el mundo. Allí donde sucumbió Adán, Cristo, nuevo jefe de la humanidad, triunfa del poder de los demonios. En el momento de la Pasión se arrojará fuera al «príncipe de este mundo». Anticipadamente, pues, nos anuncia el evangelio de la tentación la victoria de Cristo.

Con la colocación de este evangelio al principio de Cuaresma proclama la Iglesia que esta victoria debe ser también la nuestra. En nosotros y en nuestro derredor se prolongan la tentación, el combate y la victoria de Cristo; nuestro esfuerzo es el suyo, nuestras fuerzas las suyas, nuestro triunfo, en Pascua, será asimismo el suyo. Emprendamos, pues, confiadamente el combate, cuyo programa nos traza san Pablo en la epístola de la misa. Es una nueva consideración de toda nuestra vida cristiana. Animémonos con el pensamiento de que su progreso en nosotros será la continuación del triunfo de Cristo.

La liturgia de Cuaresma es una liturgia de confianza. El salmo 90, salmo de la confianza, proporciona el tracto y todos los cantos de la misa de hoy, como igualmente los versos del oficio hasta el tiempo de Pasión. Los días de Cuaresma son días de salvación, «tiempo propicio» entre todos para enmendar nuestra vida. La Iglesia insiste sobre ello, a fin de que, en Pascua, podamos celebrar el misterio del a pasión y resurrección del Señor con el alma y el cuerpo purificado.

El pueblo de Israel fue tentado, como Cristo, en el desierto, san Pablo nos lo recuerda en 1 Cor 10, 1-13. Una explicación de los recuerdos del Antiguo Testamento encerrados en este pasaje, de que está sacada la epístola del 9º domingo después de Pentecostés, se encuentra en ese día.

Léase también Deum 1, 19-33; 8; 9; 32; Salm 77; 105; Hebr 3, 7-19. Acudir, igualmente, en el Antiguo Testamento, al ayuno de cuarenta días de Moisés (Ex 34,28; Deut 9,18) y de Elías (3 Rey 19, 1-8).

Sobre los lugares paralelos que evoca el evangelio de hoy: El tentador se acerca a Jesús: comparar con Gen 3,1-6 (pecado original). La primera respuesta de Jesús: Deum 8,3 repetido en Sap 16,26. Trasladado a la ciudad santa: comparar con Ez 8,1-3. La segunda palabra del diablo: Salm 90, 11-12. La segunda respuesta de Jesús: Deut 6,16. El traslado a una montaña muy elevada: comparar con Deut 34, 1-4 (el monte desde donde contempló Moisés la tierra de promisión), Ez 40,2, Apoc 21,10 (el alto monte desde donde cntempla Juan la ciudad santa). Recordar Juan 18,36 y Mat 16,26. La tercera respuesta de Jesús: Deut 5,9-10; 6, 13. Será interesante cotejar el apóstrofe de Jesús al diablo con el que dirigió a Pedro que le «escandalizaba» (Mat 16,21-23). Los ángeles que sirven a Jesús: comparar con 3 Rey 19,5-8 y recordar Luc 22, 41-43.

En contraste con el ayuno de Cristo en el desierto, se recordará que en él multiplicó los panes para sus seguidores. Acudir sobre esto al 6ª domingo después de Pentecostés (Marc 8, 1-9).

Sobre la tentación personal del cristiano. Viene del diablo (1 Cor 7,5 – 1 Tes 3,5 – Apoc 2,10), por persisión de Dios (Tob 2,12 – Sant 1,13-15), quien la mide según nuestras fuerzas (1 Cor 10,13) y libra de ella a quienes se lo piden (Eclo 33,1 – 2 Pdr 2,9). Por eso debemos orar para no sucumbir a su ímpetu (Mat 6,13), y al mismo tiempo estar alerta (Mat 26,41 – Gál 6,1). Dichoso el que triunfa en esta prueba, en el fondo, benéfica (Tob 12,13 – Sant 1,2 – 3,12 – 1 Pdr 1,6-7). Estamos, por lo demás, seguros de la ayuda de Cristo, que fue tentado como nosotros (Heb 2,14-18; 4,15).

Siguiendo a la sagrada liturgia, puede leerse con provecho el salmo 90, que sirve de tracto a la misa del día.

Lectura de la Biblia. Génesis 25,20-34; 27; 28,10-19; 29, 1-30; 32,2 – 33,16; 35, 1-15; 37, 2-35.

Misal diario y vesperal. XV edición.Dom Gaspar Lefebvre y los monjes benedictinos de la Abadía de San Andrés.Tr: P.Germán Prado y los monjes de la Abadía de Silos.

1 comentario

  
Tomoteo
EXCELENTE EXPOSICIÓN.
Saludos
03/03/09 11:26 AM

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