InfoCatólica / Fides et Ratio / Categorías: Historia, Historia de la Iglesia

2.07.08

Hace veinte años y seguimos igual


Un día como hoy, hace veinte años, el Papa Juan Pablo II publicaba la Carta Apostólica «Ecclesia Dei». En ella el Santo Padre señalaba, entre otras cosas, lo siguiente:

1. La Iglesia de Dios con gran afflicción ha tenido conocimiento de la ilegítima ordenación episcopal que el arzobispo Marcel Lefebvre confirió el pasado 30 de junio, de forma que han resultado inútiles todos los esfuerzos realizados desde hace años para asegurar la comunión da la Fraternidad Sacerdotal de San Pío X, fundada por el mismo reverendísmo monseñor Lefebvre, con la Iglesia.(..)

2. Esta tristeza la siente de modo especial el Sucesor de Pedro, el primero a quien corresponde tutelar la unidad de la Iglesia(2) (…)
Las particulares circunstancias, objetivas y subjetivas, en las que se ha realizado el acto del arzobispo Lefebvre, ofrecen a todos la ocasión para reflexionar profundamente y para renovar el deber de fidelidad a Cristo y a su Iglesia.

3. Ese acto ha sido en sí mismo una desobediencia al Romano Pontífice en materia gravísima y de capital importancia para la unidad de la Iglesia, como es la ordenación de obispos, por medio de la cual se mantiene sacramentalmente la sucesión apostólica. Por ello, esa desobediencia - que lleva consigo un verdadero rechazo del Primado romano - constituye un acto cismático (3). Al realizar ese acto, a pesar del monitum público que le hizo el cardenal Prefecto de la Congregación para los Obispos el pasado día 17 de junio, el reverendísmo mons. Lefebvre y los sacerdotes Bernard Fellay, Bernard Tissier de Mallerais, Richard Williamson y Alfonso de Galarreta, han incurrido en la grave pena de excomunión prevista por la disciplina eclesiástica(4).

4. La raíz de este acto cismático se puede individuar en una imperfecta y contradictoria noción de Tradición: imperfecta porque no tiene suficientemente en cuenta el carácter vivo de la Tradición, que - como enseña claramente el Concilio Vaticano II - arranca originariamente de los Apóstoles, “va progresando en la Iglesia bajo la asistencia del Espíritu Santo; es decir, crece con la comprensión de las cosas y de las palabras transmitidas, cuando los fieles las contemplan y estudian repasándolas en su corazón, cuando comprenden internamente los misterios que viven, cuando las proclaman los obispos, sucesores de los Apóstoles en el carisma de la verdad"(5).

Pero es sobre todo contradictoria una noción de Tradición que se oponga al Magisterio universal de la Iglesia, el cual corresponde al Obispo de Roma y al Colegio de los Obispos. Nadie pude permanecer fiel a la Tradición si rompe los lazos y vínculos con aquél a quien el mismo Cristo, en la persona del Apóstol Pedro, confió el ministerio de la unidad en su Iglesia(6).

Leer más... »

22.05.08

21.05.08

Un curioso epitafio

En el último artículo publicado por Luis Fernando (y me supongo que no será el último), mostraba el autor de Cor ad Cor la continuidad que ha existido - y existe -, entre la institución del sacramento de la Eucaristía por Jesucristo, la celebración de la Iglesia antigua de dicho sacramento y nuestra misa, a partir de un texto de San Justino y de San Cipriano de Cartago.

Leer más... »

17.05.08

Primero la Eucaristía, luego la Confirmación. Esto pasa de castaño oscuro


Primero fueron los atentados contra la Eucaristía, sacrilegio puro y duro, como los de la parroquia roja de Entrevías. Ahora le toca al sacramento de la Confirmación.

La hermana Sor Lucía Caram, en su blog «Sintonía cordial», nos narra lo que fue la Confirmación de un adulto, ceremonia presidida por el Obispo Joan Godayol. En la celebración se encontraba un grupo de «representantes de las diversas religiones presentes en la ciudad de Manresa, además de una representación muy numerosa de las mismas que estaban entre los asistentes».

Y llegó el momento de la confirmación. Dice la monja:

Leer más... »

7.05.08

El anglicanismo


Cuando en el año de nuestro Señor de 1.521, Enrique VIII recibió del Sumo Pontífice León X el título de «Defensor de la Fe», nadie se podía imaginar que el monarca acabaría siendo excomulgado años después (1.533) por el Papa Clemente VII.

El Rey, autor del Tratado de los siete sacramentos, acabaría provocando el cisma con la Iglesia de Roma un año después de su excomunión, en el 1.534, además de la ejecución de su ex – canciller, Tomás Moro, como la del obispo Juan Fisher, entre otras. Aún así, la Iglesia anglicana naciente seguía siendo fiel a la doctrina de Roma; de hecho, en 1.539, el Rey Enrique VIII publicó el famoso documento de los Seis Artículos donde ordenaba, bajo pena de muerte, que se creyera y mantuviera la doctrina de la transustanciación, la comunión bajo una sola especie y el celibato eclesiástico.

Sin embargo, el momento de verdadera reforma, de ruptura profunda con la doctrina católica vendría en las dos fases siguientes: la primera bajo el mandato de su hijo Eduardo VI, que bajo el consejo de Cranmer – el cual mantuvo correspondencia con Calvino -, se destruyeron innumerables obras de arte, se abolió el celibato (1.549) y se impuso el Common Prayer Book (1.552), prescrito como libro litúrgico oficial para toda Inglaterra.

Leer más... »