InfoCatólica / Espada de doble filo / Categoría: Oraciones

13.03.14

Oración para que las madres recen por sus hijos

Madre rezandoLa oración es todopoderosa para el bien. Todopoderosas fueron las lágrimas de Santa Mónica, que obtuvieron, tras años de oración, la conversión de uno de los más grandes santos de la historia de la Iglesia: su hijo San Agustín de Hipona, Doctor de la Iglesia. Todopoderosas son también las lágrimas de tantas otras madres que dedican su vida a rezar por los hijos, humildemente, sin ser vistas, sin que nadie se lo agradezca, esperando siempre contra toda esperanza y confiando en Dios, que todo lo puede.

Una lectora del blog me ha pedido una oración que le ayude a rezar por sus hijos, para que no se desvíen del buen camino. Es un verdadero placer poder contribuir a algo así, de modo que aquí está la oración que he escrito para esa lectora, por si puede servir también a otras madres para rezar por sus hijos:

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26.12.13

Dulcísimo Niño Jesús

Presentación en el TemploAún queda bastante Navidad por delante, ya que el tiempo litúrgico navideño se prolonga hasta el Bautismo del Señor. Así pues, para ayudar a los lectores a meditar durante este precioso tiempo, he traducido una oración latina tradicional, llamada Iesu Infans Dulcissime, es decir, Dulcísimo Niño Jesús.

No sé cuándo se compuso originalmente la oración, pero ya a comienzos del S. XIX fue recomendada vivamente por el Papa Pío VII, que concedió a quien la recitara numerosas indulgencias. Se trata de una breve meditación de los doce Misterios de la infancia de Cristo, algo más minuciosa que los misterios gozosos del rosario pero igualmente acompañada, como es lógico, por la Virgen. Al final, incluyo la versión en latín, para los que la prefieran.

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11.12.13

Bendición de una espada

Bendición de una espadaEn varias ocasiones, he traducido en el blog antiguas oraciones medievales, para que pudiesen ser utilizadas por los lectores. La Tradición de la Iglesia alberga una enorme cantidad de tesoros de los que, por mera ignorancia, no nos beneficiamos.

Hoy traduzco una oración que quizá los lectores no tengan ocasión de emplear muy a menudo, pero que me ha parecido formidable. Se trata de la breve oración medieval de bendición de una espada. A continuación de la traducción, incluyo el original en inglés antiguo (Middle English), para los que prefieran prescindir de intermediarios.

Y si hubiere algún lector que recite esta oración en favor de esta Espada de Doble Filo o algún sacerdote que con ella bendiga el blog, se lo agradeceré de corazón.

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14.11.13

Pedir y dar gracias

Hace unos días, escuché en una homilía una imagen que me gustó. Hablando de la oración, el sacerdote decía que, para un cristiano, rezar debe ser como respirar. Igual que uno no deja nunca de respirar, tampoco debe dejar nunca de orar. Orad siempre, sin interrupción, nos dice San Pablo. Y San Gregorio de Nisa afirmaba que hay que acordarse de Dios aún más que de respirar.

Ahondando en la imagen de la respiración, el sacerdote decía que la inspiración y la espiración eran como la oración de petición y la acción de gracias. Del mismo modo que es imposible limitarse solo a tomar aire o pretender espirar únicamente, el cristiano constantemente debe estar pidiendo cosas al Señor y dándole gracias por todo lo recibido. Ambas cosas. Es la única forma de mantener viva la fe.

Me pareció una imagen muy sencilla y a la vez muy profunda, válida para un niño y para un teólogo. Bueno, siempre que sea un buen teólogo, claro. ¡Qué diferencia con las disquisiciones de pensadores como Torres Queiruga que niegan la importancia y el carácter cristiano de la oración de petición (porque, según ellos, “no es coherente con el Dios revelado en Jesús”)! A diferencia de la imagen de la respiración que daba el buen sacerdote, esas disquisiciones tienen apariencia de profundidad, pero en realidad son superficiales y artificiosas.

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19.09.13

Alma de Cristo

Anima ChristiPocas oraciones hay tan bonitas como el Anima Christi o Alma de Cristo. San Ignacio de Loyola la incluyó en los Ejercicios Espirituales y por eso muchos piensan que es el autor de la misma, aunque en realidad su origen es medieval. El papa Juan XXII concedió numerosas indulgencias a todo aquel que la rezara, lo cual ha hecho también que algunos le consideren el autor. Lo cierto es que no importa quién la inventase, porque nos ha sido entregada por la Tradición de la Iglesia, como un precioso tesoro.

Es una oración que todo el mundo debería rezar y meditar a menudo. Por si acaso puede ayudar a alguien a aprender sus versos, he compuesto una sencillísima melodía para ellos, que puede repetirse una y otra vez hasta que uno se empape bien de su esencia.

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