Los enemigos de la Virgen
Por el tiempo y energía que se dedica a debatir acerca de la perpetua virginidad de Nuestra Señora en foros de internet y páginas de apologética, un observador objetivo podría pensar que se trata de una doctrina central para el cristianismo, algo tan esencial a la revelación como la omnipotencia divina o la esencia trinitaria de Dios.
Pero no es así. De hecho, que María haya permanecido siempre virgen es una manifestación especial y maravillosa de la sobreabundante gracia de Dios, pero habría sido perfectamente posible que Jesús hubiera entrado al mundo de otra forma, incluso formando parte de una familia común y corriente.
También pareciera que el terreno natural de ese debate fueran las disputas doctrinales que la Iglesia mantiene con los cristianos de tradición protestante, que a pesar de reconocer la concepción virginal de NSJC, niegan vehementemente que su madre hubiera podido permanecer virgen durante toda su vida. Esto resulta por demás extraño, si consideramos que los protestantes originales, Lutero y Calvino, eran tanto o más insistentes en sostener la enseñanza tradicional cristiana al respecto.
En efecto, Lutero escribió:
Cristo fue el único Hijo de María, y la Virgen María no dio a luz otros niños aparte de Él… me inclino a concordar con aquellos que declaran que ‘hermanos’ realmente significa ‘primos’ aquí, pues la Escritura y los judíos siempre llaman hermanos a los primos.
Y Calvino:
Helvidio exhibió ignorancia excesiva al concluir que María debió tener muchos hijos, a partir que se menciona a los hermanos de Cristo
Incluso a comienzos del S. XIX, John Wesley, fundador del movimiento metodista que tanta expansión ha alcanzado dentro de los protestantes, todavía sostenía que María había permanecido virgen por toda su vida.
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