InfoCatólica / La Esfera y la Cruz / Archivos para: Diciembre 2015

25.12.15

El censo de Quirino

En su afán por el rigor histórico, san Lucas menciona un hecho público y notorio que permitía a sus lectores originales precisar la época del nacimiento de Jesús. Este evangelio indica:

En aquella época apareció un decreto del emperador Augusto, ordenando que se realizara un censo en todo el mundo. Este primer censo tuvo lugar cuando Quirino gobernaba la Siria. Y cada uno iba a inscribirse a su ciudad de origen. José, que pertenecía a la familia de David, salió de Nazaret, ciudad de Galilea, y se dirigió a Belén de Judea, la ciudad de David, para inscribirse con María, su esposa, que estaba embarazada. (Lc 2, 1-5)

Esta referencia al censo “cuando Quirino gobernaba la Siria”, que Lucas utiliza para situar el nacimiento de Jesús y explicar el traslado de José y su familia a Belén, ha dado lugar a diversas objeciones.

En su libro Antigüedades de los Judíos, Josefo relata que hacia el año 6 d.C. Quirino fue nombrado gobernador de Siria y Judea en reemplazo de Arquelao (mencionado en el evangelio de san Mateo), y que mandó censar a la población. El problema es que, si este es el mismo censo al que se refiere Lucas, Jesús habría nacido más de cinco años después de la muerte de Herodes. Eso implicaría una contradicción con lo dicho por Mateo y por él mismo, en cuanto a que Jesús nació en tiempos que Herodes gobernaba Judea (Lc 1, 5). Además, se nota que el censo de Quirino al que se refiere Josefo fue local, solo en Siria y Judea, y no universal como indica Lucas. Además, el censo de Quirino se habría ordenado realizar en Siria y Judea, de modo que no había razón para que José, que en ese tiempo vivía en Galilea, viajara a Belén.

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23.12.15

Anuncio de navidad

El nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo es anunciado el 25 de diciembre, en algunas misas, con este pregón:

En el año 5199 de la Creación del mundo, cuando al principio creó Dios el cielo y la tierra;
en el 2957 del diluvio;
en el 2015 del nacimiento de Abrahán;
en el 1510 de Moisés y de la salida del pueblo de Israel de Egipto;
en el 1031 de la unción del rey David;
en la semana 65 de la profecía de Daniel;
en la Olimpíada 194;
en el año 752 de la fundación de Roma;
en el 42 del imperio de Octavio Augusto;
estando todo el orbe en paz;
en la sexta edad del mundo:
Jesucristo, Dios eterno e Hijo del eterno Padre, queriendo consagrar al mundo con su misericordisísimo advenimiento, concebido por el Espíritu Santo, y pasados nueve meses después de su concepción, (Se arrodillan todos los circunstantes, y prosigue el cantor en tono más agudo):
“nació hecho Hombre, de la Virgen María, en Belén de Judá”.

Navidad de nuestro Señor Jesucristo según la carne.

Quería dejarlo aquí, porque no me fue fácil encontrarlo en la red, y no hace daño que la versión en español esté en un lugar más.

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12.12.15

Mi reflexión acerca del sínodo

Imagino que es un poco tarde para hablar del sínodo de obispos realizado en Octubre de este año en Roma. Casi dos meses atrás, y con tres o cuatro ataques terroristas entre medio, ya no es noticia para nadie. En mi defensa, quienes hayan pasado antes por acá saben que lo mío no son las respuestas inmediatas a las noticias.

Mi reflexión al respecto es más en línea con el suspiro cansado de quién se da cuenta cuánto se ha alejado el mundo de la Iglesia. Debo reconocer que soy un hijo de los años ’80 del siglo pasado. En esa época, el Papa Juan Pablo II hizo su sello el viajar por todo el mundo expandiendo el mensaje de respeto a los derechos humanos por todo el mundo. También llegó a Chile en el año 87. En todas partes donde iba era recibido con alegría y expectación. Su mensaje era uno de dignidad y esperanza. Por supuesto que no todos eran católicos en esa época, pero al menos no era sinónimo de fundamentalismo e intolerancia. Tal vez no era la opción más popular afirmar la doctrina de la Iglesia en todas sus partes, pero al menos era una opción respetable.

Treinta años más tarde, hemos experimentado la crisis de abusos sexuales, el resurgimiento del fundamentalismo musulmán y el terrorismo, y la victoria del movimiento LGBT. Parece que viviéramos en otro mundo. Supongo que algo parecido debió sentir una persona nacida en 1890, que solo conoció carros tirados por caballos en su niñez pero pudo ver la llegada del hombre a la luna, cuando era anciano. Solo que donde ese hombre sentía esperanza y maravilla, uno como católico siente exactamente lo contrario.

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