¿Es histórica la matanza de inocentes?
El evangelio de san Mateo cuenta que el rey Herodes, al ver que los magos no volvían con información acerca del Mesías, mandó matar a todos los niños varones menores de dos años en Belén (Mt 2, 16). Este dramático evento es parte esencial de toda narración de la navidad, pero a veces es puesto en duda por tener un supuesto origen mítico. A la sensibilidad moderna le parece inverosímil que un gobernante ordene la muerte de todos los niños en un pueblo, y que un hecho tan extraordinario no quedara registrado en otras fuentes históricas.
Sin embargo, las acciones de Herodes en este episodio se ajustan a lo que ha sido la regla general en la historia de la humanidad. La idea de que todos los humanos tengan derecho vivir es muy reciente. Hasta hace poco, solo se tenía ese derecho si se pertenecía a la familia o a la raza “adecuada", y lo mismo se ha aplicado a los niños y las mujeres en diferentes culturas. En Esparta, por ejemplo, los recién nacidos debían ser considerados aptos para convertirse en guerreros, antes que se les permitiera vivir. El pater familia romano tenía no solo el derecho de matar a los niños obviamente deformes, sino la obligación de hacerlo. En ese contexto, a nadie sorprende que un gobernante semibárbaro y paranoico de una provincia leja del imperio reaccionara con medidas exageradas y monstruosas ante lo que amenazaba su poder.
En particular, Herodes El Grande era reconocido por su crueldad, y adepto a asesinar a sus oponentes políticos y familiares. Flavio Josefo cuenta que, apenas instalado como rey de Jerusalén, ordenó matar a 45 partidarios de su predecesor Antígono. Durante su reinado, se agregaron a esa lista su cuñado Aristóbulo, los dos esposos de su hermana Salomé, su suegra Alejandra, su mujer Marianne, y sus hijos Alejandro y Aristóbulo. Con tales antecedentes, que Herodes además mandara a matar a los niños de un pueblo pobre no resulta nada extraordinario, ni ameritaba mayor mención.
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