Sobre una carta abierta
Continuando con la saga de despropósitos, a propósito la investigación canónica a los dichos de los padres Aldunate, Berríos y Puga, parte de la élite social y artística ha publicado una carta abierta al Papa Francisco, aparentemente en defensa de estos “insignes sacerdotes”, pero en definitiva solicitando una visita apostólica en contra del arzobispo Ricardo Ezzati.
Antes de compartir los “puntos altos de la carta”, creo que el formato de una “carta abierta” debe ser una de las formas de comunicación más pasivo-agresivas que existen: En la forma, parece estoy enviando una carta a alguien importante, pero no quiero dejar de pasar la oportunidad de que todos vean lo que dicen, y lo importante que son los firmantes, que intercambian correspondencia con el Papa. Peor aún en este caso, donde la misiva no tiene otro objeto aparte de atacar a un tercero, bajo la apariencia de una preocupación por la situación de la Iglesia.
La carta comienza con
Querido Hno. Papa Francisco:
Imagino la grave disyuntiva a la que se enfrentaron los redactores al abordar el encabezado: Cómo iniciar la carta, afirmando que la Iglesia no es jerárquica o autoritaria, pero al mismo tiempo pidiendo que el Papa castigara a los denunciantes y al arzobispo. Al final quedó así. Puesto que “Papa” no es más que otra denominación para “Padre”, llamar al Vicario de Cristo “hermano Papa Francisco” sugiere todo tipo de inquietantes irregularidades en la constitución de la familia cristiana.
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