InfoCatólica / La Esfera y la Cruz / Archivos para: Julio 2012

20.07.12

Valiente, de Pixar

La más reciente producción de la subsidiaria de Disney nos invita a explorar una versión mágica del medioevo escocés, y conocer a la princesa Mérida, que se rebelará contra la tradición de su familia, que la obliga a casarse con el príncipe que resulte vencedor de la competencia entre los clanes.

Hasta ahí, todo está dentro de lo esperable en la ortodoxia feminista a la que Hollywood nos tiene acostumbrados ¿verdad? Es el mismo capítulo primero de tantas películas donde el joven protagonista debe enfrentarse a las fuerzas de la oscuridad y la tradición, ser fiel a su corazón y enseñarle a los adultos una lección de vida: “confía en ti mismo”.

Sin embargo, Pixar nuevamente nos sorprende al cambiar el foco de la historia e introducirnos en la relación de Mérida con su madre, que luchará por hacerla entender que no todo en la vida se resume en “yo hago lo que quiero” y a veces encontramos nuestro verdadero ser precisamente en las responsabilidades que no queremos asumir.

En esta historia sobre mujeres fuertes, puede parecer que los hombres son meros accesorios, usados de alivio cómico. Sin embargo, ellos están dibujados y descritos con el cariño y cuidado habituales en Pixar, de modo que llegan a convertirse por derecho propio en dignos consortes de las protagonistas.

Sin entrar más en el relato, pues, como toda historia de magia, guarda hermosas sorpresas, les invito a ver Valiente de los estudios Pixar.

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16.07.12

Una afirmación extraordinaria exige pruebas extraordinarias

Comentando acerca de la conversión de Jeff Miller, de ateo a católico, un visitante señala:

Ante una afirmación extraordinaria, debe haber evidencia extraordinaria.

Parece razonable ¿no? Como decir “ante una pregunta en español, debe haber una respuesta en español".

Sin embargo, la cuestión no es tan simple, pues, de partida, no es claro que la existencia de Dios sea un hecho extraordinario. Después de todo, la gran mayoría de la humanidad ha sostenido que existe un principio espiritual al que ha llamado “Dios", y desde ese punto de vista, lo extraordinario, lo que no ocurre habitualmente, es negar su existencia. Según este aforismo, debería ser la minoría ateos quienes ofrezcan pruebas para sostener lo contrario a aquello que para todos los demás es tan evidente.

Por ejemplo, si todos sabemos que Colón llegó a América en 1492, y alguien quiere convencernos de la afirmación extraordinaria de que en realidad lo hizo al año siguiente, parece razonable que él sea quien ofrezca sus pruebas contra el saber común, y no que toda la sociedad se dedique primero a demostrar en qué año se descubrió el nuevo mundo.

Con esto quiero decir que no es tan fácil calificar un hecho como extraordinario como puede parecer a primera vista. Lo extraordinario para uno, puede no serlo para otros. La afirmación “Dios existe” no es, desde mi perspectiva, un hecho extraordinario, porque no puedo imaginar cómo podrían existir los seres contingentes sin un ser necesario. Y no es un tema nuevo para mí, pues en muchas oportunidades he conversado con ateos al respecto, y la conclusión más habitual es “puede que ese principio exista, pero ciertamente que no es el dios cristiano".

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3.07.12

La declaración de los sacerdotes alemanes y los divorcidados

Algunos días atrás nos enterábamos de la decisión de los sacerdotes alemanes, de cometer sacrilegio sistemático y atraer el juicio de Dios sobre innumerables almas. Es importante dar a conocer estos hechos y no olvidarlos, por su gravedad, pero desde un punto de vista catequético, también es necesario denunciar la enorme oportunidad perdida para explicar la doctrina católica, que implica esa decisión.

Me refiero a que, en general la Iglesia es sumamente incomprendida en sus doctrinas y decisiones por el mundo, y en particular la instrucción de no admitir a la comunión a los divorciados vueltos a casar, parece ser el prototipo de las decisiones arbitrarias. Parece una medida innecesaria y dolorosa, impuesta por una clase sacerdotal inflexible y retrógrada, sobre los hombros de los pobres laicos, particularmente aquellos que soportan el sufrimiento de un fracaso matrimonial, y encima se ven privados del consuelo que supuestamente debe otorgar la religión.

Lo que ha hecho este grupo de sacerdotes equivale a responder “sí, tienen razón, no es más que una regla tonta de la Iglesia", y, además de traicionar su ministerio, están dejando pasar una oportunidad única de hacer catequesis, porque, lejos de ser el antojo de algún viejo encerrado en el Vaticano y sus siniestros consejeros, esta norma en particular es la consecuencia lógica de la doctrina relativa, no a uno, sino a tres sacramentos, de modo que simplemente no está abierta a discusión.

Más y mejor se ha escrito sobre el tema, por acá, como en Divorciados vueltos a casar, ¿Pueden comulgar los divorciados?, Las parejas en nueva unión, etc., pero si lo dejáramos ahí, este blog no cumpliría su labor.

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