Notas sobre un viaje por Europa
En marzo de 2010 tomé uno de esos viajes estilo “Toda Europa en 24 días", y naturalmente quedé agotadísmo y con ganas de volver a Chile, pero sobre todo impresionado con la profundidad de las raíces cristianas del viejo continente. Pensar en una catedral que lleva más de 100 años sólo construyéndose y que nadie espera terminar hasta 50 años más, al tiempo que mí país celebra sólo 200 años de independencia, como si fuera la gran cosa, es algo que, como americano, resulta difícil de compaginar.
Guardo hermosos recuerdos de todas las iglesias que visitamos y no puedo dejar de pensar que, si Europa ha dejado de ser cristiana, al menos esas rocas gritan el evangelio a los europeos día a día (Lc 19:40 “Os digo que si éstos callaran, las piedras clamarían. “) y lo harán por varios siglos más. Pero ¿cómo llegamos a esta situación en que un continente que bombeó el cristianismo al mundo por más de mil años, hoy guarda silencio?
Ciertamente que no soy el primero en intentar responder a esta pregunta, ni mucho menos el más capacitado, y por eso me gustaría conocer qué opinan los visitantes al respecto, pero también quiero anotar algunas ideas. (Ya sé que un año es mucho tiempo, pero así soy yo: un blogger lento)
Comentarios recientes