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8.03.15

Por qué oponernos los costarricenses a la Fertilización in vitro? (II) Es lógica y razonable la FIV?

En el artículo anterior exigíamos al presidente de Costa Rica, Luis Guillermo Solís que, dado el caso que –efectivamente- considere formular un nuevo Decreto Presidencial para legalizar la FIV, se ajuste a la lógica y la razón.

En este sentido cabe preguntarse: es lógica y razonable la FIV?

En el ámbito de la concepción del hombre y la dignidad humana, quienes promueven y procuran la técnica demuestran con hechos concebir al hombre como medida de todas las cosas, un ser autónomo en el ejercicio de su libertad; de ahí que elevan a la categoría de “derecho” lo que únicamente es “satisfacción de los deseos”.  

El avance tecnológico que constituye la FIV les ha convencido que es preferible “transformar” la realidad que conocerla, que el único límite es la “propia capacidad” cuyo único límite lo constituye el “querer”; de tal forma que “si deseo el hijo que me niega el hecho de la infertilidad, elijo transformar la realidad mediante la FIV para obtenerlo y, debido a que es mi deseo y la técnica es capaz de satisfacerlo, tengo derecho a exigir al Estado me permita obtener un  hijo a hechura de mi ideal”.  

Es así como la lógica de la FIV renuncia a considerar como un derecho la “necesidad del niño” que fue el fundamento que dio origen, tras las Segunda Guerra Mundial, tanto a la Declaración de los Derechos del Niño como la Convención sobre los Derechos del Niño fueran formuladas como límite  al poder político en procura de la protección de la dignidad de los niños.

Queda claro que la FIV no es lógica ni razonable por su forma de concebir al ser humano y su dignidad.

En el ámbito del hecho biológico, la técnica en sí misma, reporta la necesidad de “producir” de seis a doce seres humanos en estado embrionario (lo llaman “tejido pre-implantatorio” y no lo consideran humano) para ser implantados en el útero de la madre por cada vez que la pareja realiza el procedimiento con la intención de concebir un hijo.

De este grupo se descartan aquellos embriones que son considerados “inviables” pese a que la biología indica que todo ser humano posee ADN propio desde el momento de la concepción.

El “producto” que no se descarta se reserva mediante congelación. Con el pasar del tiempo, literalmente, son tirados por miles a la basura o vendidos para que sean reutilizados como ingrediente para alimentos, material cosmético y, en algunos casos, para la investigación en células madre embrionarias. .

Del “producto” que  no se descarta se suele implantar de dos a seis embriones; de ahí, por ejemplo, la elevación en las estadísticas de embarazos múltiples en países donde la FIV ha sido legalizada; de ahí también, que dentro el útero de la madre se eliminen aquellos embriones con pocas probabilidades de sobrevivir o debido a “imperfecciones”, algunas de las cuales son  del tipo “quiero a mi bebé con ojos azules” o “lo prefiero varón a mujer”.

Con la FIV la selección embrionaria es un hecho que se ejecuta mediante aborto provocado con pleno consentimiento de la madre y el padre.

Para obtener al hijo de sus deseos se suele hacer a lo largo de varios años más de un intento de concepción lo que significa una gran cantidad de embriones producidos, seleccionados y descartados; lo anterior, sin mencionar, el deterioro físico y emocional de la madre y de lo vulnerable que queda el vínculo matrimonial tras varios intentos fallidos.

Debido a todo lo anterior es fácil, por sentido común, llegar a la conclusión, acerca de lo ilógico e irracional de la FIV.

Concluyendo:

La FIV es el producto de un sistema de pensamiento cerrado que eleva el deseo de ser padres por sobre la necesidad del niño (en el caso de los progenitores) y, eleva -tanto el deseo de obtener éxito profesional como el de obtener beneficio económico- por sobre la vida del niño, la salud de la madre pero, además, por sobre el cuidado que merece la familia (en el caso de los interesados en promover la técnica). Acaso, el sentido común, no nos dice que la “necesidad” se antepone al “deseo”?

En definitiva:

  • La técnica ignora el derecho del niño a nacer de un padre y una madre conocidos y ligados entre sí por el matrimonio e ignora también el derecho que en exclusividad poseen para llegar a ser padre y madre solamente el uno a través del otro lesionando, de este modo, la dignidad de todos ellos.
  • Ignora flagrantemente el hecho biológico.
  • Ignora, además, el aspecto emocional de la madre y del padre.

Es lógica y razonable la FIV cuando ignora la realidad y la dignidad humana?

Por último, lo lógico, señor presidente, es que plantara cara a la CIDH en defensa de la vida humana desde la concepción declarada en el Pacto de San José.

Eso, para empezar, sería lo verdaderamente lógico y razonable.