¿Qué hacemos con nuestra vida?

Bien, reconozco que soy demasiado ingenua respecto a juzgar la mala intención de las personas pero de serlo a ser incapaz de reconocer el material del que está hecho el ser humano existe un abismo.

Siempre me he preguntado cómo es que Ana Frank y el mismo Víctor Frankl bajo sus respectivas circunstancias tuvieron la fortaleza para sobrevivir el tiempo que les fue permitido y observo que en buena medida fue por creer en el ser humano.

Miren esta fotografía y lean el texto que la acompaña.

Me van a decir que el capellán Padilla no tenía en común con ellos dicha convicción? De no tenerla no se habría puesto en el camino de las balas esperando que respetaran su vida y su deseo de socorrer al herido. No lo habría hecho.

Pues bien, en estos días el papa, con el mismo talante del capellán de la fotografía se ha puesto de “a tiro” en el tema del aborto pero también en el de la situación de vida de los sacerdotes; tan de “a tiro” como se ha puesto el Obispo de Michoacán con sus recientes declaraciones.

Claro, y uno, sin tener experiencia de violencia tan cercana, mira desde lejos y se da cuenta de lo que tiene con ellos en común y se pregunta si llegará el día en que perderá la vida por defender al papa, a la familia, a un niño no nacido o a un combatiente herido.

Uno se lo pregunta y creo que hace bien ya que de ahí uno mide hasta dónde existe equilibrio entre su vida activa y su vida de fe.

Jesús debe habérselo preguntado frecuentemente: “Seré capaz de dar la vida por esta partida de ignorantes, falsos, embusteros, mentirosos, violentos, malvados… Lo seré?”

Sinceramente, me parece difícil que se retirara al monte tantas veces a orar para platicar de trivialidades. Indudablemente discutía con su Padre este tipo de cuestiones.

Decenas de situaciones de diverso calibre se dan en la vida cotidiana que reclamarían acciones heroicas a toda persona de fe, sin embargo, personas “de fe” elegimos pasar de largo de todas ellas.

Es una mala elección? No lo es si ha sido una decisión razonada, realizada sin coacciones de ningún tipo y teniendo toda la información necesaria posible, incluidos los datos de fe.

Pero, lamentablemente, lo que con mayor frecuencia sucede es que pasamos de largo porque no creemos lo suficiente en el ser humano, no hacemos buen uso de nuestra libertad pero tampoco la fe nos sirve para realizar un juicio de fondo sobre lo cotidiano.

En eso fallamos pero, eso sí, en lo que no fallamos ni fallaremos nunca, es en reclamar a la vida el que ya no se vean héroes ni santos.

No pretendo con esto meterme con la conciencia de nadie pero si que reflexionemos sobre lo que hacemos con nuestra vida.

Yo, lo único que hasta el momento vislumbro con cierta claridad es que por cuestiones congénitas moriré de infarto o probablemente a palos por defender al papa o a cualquiera que se haya puesto de “a tiro” antes que yo.

1 comentario

  
Anónimo...
No hay comentarios.

Lo que se sobreentiende como un aplauso.

PD: Enhorabuena.

: )
18/01/14 11:13 PM

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