Emigraremos del planeta, ¿supongo?

Estoy totalmente de acuerdo con algunos importantes escritores, sociólogos e historiadores españoles en el análisis que hacen de estos últimos 70 años. Todos reconocen que, tras el final de la dictadura franquista, se vivió un espejismo de libertad que duró unos diez años, lo que aquí se conoció como ‘transición democrática’. Pero después, y a partir de la década de los años ochenta, se volvieron a las prácticas dictatoriales y hasta hoy. Y estamos metidos de nuevo en otra dictadura, bajo la máscara de un montón de palabras –democracia, libertad…- que no se ven traducidas a la praxis social bajo ningún concepto. Ya dijo un antiguo sabio chino que “la mejor cárcel es la que carece de barrotes”. Y Goethe dijo aquello tan cierto de que “no hay peor esclavo que quien se cree libre sin serlo”. –El caso es que en la España de hoy vivimos con un montón de tabúes, con temas y colectivos que son intocables, sobre los cuales no se puede decir nada en contra so pena de multas, cárcel o estigmatización social. Díganme entonces si esto es una “democracia”, cuando de lo que se trata es de una dictadura de lo ‘políticamente correcto’. Es una pena, en este país no hay tradición democrática auténtica. Por eso, los poderes fácticos quieren ponernos la mordaza a los católicos, de modo que no podamos denunciar lo que está mal, de forma que, por ejemplo, no podamos tener voz en los media y decir bien alto que la práctica homosexual es un pecado nefando, y que su exhibición pública con carrozas y demás, amparado todo ello por las instituciones, es un escándalo intolerable que está haciendo un daño enorme a toda la sociedad. Pero tengamos esperanza. Ya San Pablo denunciaba estos mismos males en aquella Roma pagana y disoluta en la que le tocó nacer al incipiente cristianismo. Y finalmente el paganismo sucumbió ante la fuerza del Amor, del buen ejemplo, de la actitud de servicio, de las acciones caritativas, del sacrificio de los mártires… Cristo ya ha vencido. Tengamos confianza. Oremos y trabajemos por la conversión de los pecadores. Y nunca dejemos de hablar, porque como decía el Espíritu por boca de Pedro “hay que obedecer a Dios antes que a los hombres”
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Javier, comprendo la indignación y la frustración que han de experimentar, por lo mismo me he solidarizado con ustedes. Además que espero que mi voz sirva también para llamar la atención de los Latinoamericanos.
Gracias.

Querida Maricruz,

Cada día, como CS. Lewis, me siento que estoy en un "planeta silente". Menos mal que vuestra voz se oye fuerte y clara :)
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Miguel, ya me has ido conociendo en varios sitios en internet, sabes que no soy una mujer culta, a lo máximo que llego es a ser bien educada, pero sin embargo, no hace falta la cultura más que el sentido común y una conciencia clara, además -por cierto- de una buena voz, para decir lo que la razón y la conciencia exigen ante los acontecimientos.
Agradezco tu comentario.
Saludos

¿Que sería dela masa de trigo si la levadura emigrara? No habría pan.
¿Que sería del mundo si los cristianos emigráramos?
No habría Reino de Dios

La carta a Diogneto es el mejor antídoto ante este tipo de tentaciones.

Saludos ;)
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Cierto, Miserere, ante el temor, la indignación y la desesperanza, Diogneto contiene lo que necesitamos.
Pero no te afanes, no son auténticos deseos de emigrar, no más mi forma de desahogarme, conozco bien mi lugar y mi responsabilidad.
Un abrazo de fin de semana.

Mari Cruz:
Yo no acepto que se diga que el homosexual no es una persona normal y corriente. Porque lo mismo tendría que decir del alcohólico, del ludópata, del avaricioso,del envidioso, del rencoroso, del malhumorado, del mentiroso, del desleal, del mal padre, de la mala hija, del calumniador...
La gente que no es homosexual no está orgullosa de ser heterosexual ni debería estarlo. Estas personas llevan con humildad su condición sexual porque no representa nada extraordinario. En casi todo el orgullo es malo e infundado. Deo omnis gloria.

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Pedro,
Sabe la ingratitud que encuentro en todo esto? Que todo el desconcierto al que nos someten estas leyes y esa famosa "tolerancia" que se nos exige, van en contra de todo sentido de justicia y por tanto de las leyes de la razón.

La ingratitud consiste en que se aprovechan del que hemos caído en una tal desidia, falta de información, desconocimiento y tantas otras cosas que terminan por separarnos.

En este caso en particular hemos de distinguir los sectores del homosexualismo: una cosa es el Orgullo Gay, que obviamente no aglutina a toda la homosexualidad, lesbianismo, etc.; y otra es, la enorme variedad de personas homosexuales que desprecian este tipo de comportamiento, porque aunque no lo creamos, las hay.

Como le digo, para formarse un criterio hemos de buscar estar informados y obtener el conocimiento necesario que nos permita razonar y formular un juicio veraz. Si no lo hacemos, otros continuarán llevándonos la delantera y nosotros continuaremos separados.

Emigraremos del planeta, ¿supongo?

... Esto ya ocurrió. Y a los que no claudicaron los mataron.

Tomó la palabra uno de los ancianos y me dijo. Estos vestidos de túnicas blancas, ¿quiénes son y de donde vinieron? Le respondí: Señor mío, eso tú lo sabes. Y me replicó: Estos son los que vienen de la gran tribulación, y lavaron sus túnicas y las blanquearon en la sangre del Cordero (Ap.7,13-14)

- Ellos: "Vinieron de la gran tribulación" -de Mercurio y de Venus- Y al final: lavaron sus túnicas en la sangre del Mesías terrestre.





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Oh, rastri, bienvenido.
Bien, qué te digo? Mi frase no pasa de ser una ironía bastante simple, y además, ni siquiera deseo emigrar.
Tribulaciones más o menos, rastri, esto es lo que nos ha correspondido, pienso tomármelo con calma y con dignidad.
Un abrazo.

MariCruz, no, no emigraremos del planeta, aunque de vez en cuando conviene tomarse un respirito de prensa, radio y televisión, al menos en mi experiencia. Imagínate, por la mañana en una concentración contra la aprobación de la anti-ley del aborto nueva. Por la tarde, lo más lejos posible del centro para no ver ni escuchar las actividades del lobby. Y a la noche, ¿quién no mira un poco al menos el partido de futbol, sin congeniarse con algunas adherencias futboleras que no son nada positivas? Que el Señor nos conceda prudencia y fortaleza para vivir en este mundo sin ser de él.
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Estimado Camino, claro, entiendo.
Te pongo en mi contexto:
- Por la mañana: siembra de 1500 lechugas.
- Por la tarde: verificar el sistema de riego y aplicar nutrición foliar.
- Por la noche: me encuentro con esta barbaridad :)))
No, si lo mío -la verdad- no es para quejarse. Solo que, tu sabes? Uno que es así. Digamos que es que si experimento diariamente que la vida puede ser de otra manera, me saca de quicio que insistan en hacerla infernal. Te das cuenta?

Cierto, Totús.

Hace tiempo que andamos bastante asfixiados por la dictadura de lo políticamente correcto, su adoctrinamiento y su moralina. Está claro que la libertad, en el fondo, no gusta porque conlleva aceptar que haya otros a nuestro lado pensando, sintiendo, expresándose y actuando como a nosotros no nos gusta, y porque pone límites a lo que podemos hacer con el mundo dado que, en un estado libre, lo legítimo es gobernar para todos.

Yo creo que tanto derecho tiene un señor a que no le gusten los homosexuales y decirlo como a que no le gusten los católicos y decirlo.

Pues bien, en la práctica eso no es así.

Alucinarías si vieras cómo va de dirigido y de vigilado lo que se permite expresar en publico. Yo, después de que se murió Franco y nos metimos en la transición, no esperaba que volviéramos a vivir parcialidad y censura tan vergonzosas.
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Alucino sin experimentar "la práctica".
Gracias, querida Mitte.