Felicidades Javier, lo siento por tus hermanos

Bebé medicamento

El pasado viernes 13 — ¿premonición?—, nos enterábamos de la culminación con éxito de la «compleja actuación», que ha logrado el primer trasplante en España de sangre de cordón umbilical, procedente de un donante nacido tras un diagnóstico genético preimplantacional (DGP). Que en cristiano quiere decir que, la finalidad con la que el bebé medicamento fue creado ha tenido éxito. Iba a titular el post «el fin no justifica los medios», pero le tomo prestado el título a Bioética Web, extraordinario blog que sigo hace tiempo. Lo mantiene Francisco José Ramiro, experto en bioética. Uno de esos tipos extraordinarios que une a su labor pastoral una desbordante actividad científica, académica y social.

Bueno, ya puestos, le robo, otro trozo de su blog (él lo expresa más delicadamente de lo que yo sería capaz):

Hay que felicitar a sus padres, porque han conseguido el objetivo para el que nació Javier: curar a su hermano.

Hay que lamentar la muerte de 16 embriones humanos, hermanos de fecundación de Javier, que se destruyeron porque eran menos aptos que Javier para hacer el trasplante de su cordón umbilical.

Me duele muchísimo escribir estas cosas que son duras, pero me dolería más fijarme sólo en una parte de lo que se ha hecho, y alegrarme como si no hubiese pasado nada más.

Como ya escribí sobre este tema cuando nació Javier, remito a los argumentos que entonces di:

Bebé medicamento, bebé persona.

Preferiría estar equivocado en mis razones, por eso agradecería que alguien me explicase que no hay motivos para el dolor, que todo está bien, y que basta con celebrar la parte buena de la noticia.

¡Cuánto tienen que aprender otros bioéticos anclados en el pasado!


Juanjo Romero [por email [email protected], en facebook o en twitter]

4 comentarios

  
CCCP
Ayer oí en la SER un "cara a cara" entre Felipe González y Alejandro Sanz. En cierto momento, Felipe comenzó a cargar (sin nombrarla) contra la Iglesia, ese poder oscurantista que desea que los niños sufran y tiene miedo de los progresos de la ciencia. Me alucinó cómo pudo despellejar a la Iglesia durante 5 o 10 minutos sin nombrarla directamente (decía "los de siempre", "los que se oponen", etc.) y SIN EXPLICAR LA RAZÓN POR LA QUE la Iglesia ha cuestionado el bebé-medicamento (la destrucción de embriones sobrantes).

17/03/09 7:53 PM
  
Juanjo Romero
CCCP, lo de progreso ya sólo es para cretinos progresistas, no se lo cree nadie.

De todas formar, oir a Felipe González es la confirmación de que este país no lo arregla nadie, todavía hay paletos que le apoyan. Es un pobre hombre que no sabe hacer la O con un canuto y que vive acomplejado a las sombra del hombre más rico del mundo que le suelta las migajas.

17/03/09 10:07 PM
  
Camino Iriarte
Es una barbaridad lo que se está haciendo, no sólo en ese campo, sino en general, en las "unidades de infertilidad" de los hospitales públicas. De hecho, no tardará mucho en hablarse del "síndrome de padres sujetos por las unidades de infertilidad". Eso no es Medicina, es Veterinaria.

Bueno, y algún dato más. Lo de los 16 embriones se refiere al intento en el que nació Andrés. No dirán cuántos intentos hay que hacer, normalmente, para llegar al "niño bueno". Datos de otro importante en la bioética, dr. Justo Aznar.

"El tercer aspecto éticamente negativo de la producción de los bebés-medicamento es que, para obtenerlos ineludiblemente, hay que destruir un elevado número de vidas humanas, de embriones, 16 en el caso de Javier, circunstancia que también se dio en el primer bebé-medicamento que nació en España, aunque fue producido en el Instituto de Medicina Reproductiva de Chicago. En ese caso, en el primer intento fallido se produjeron 18 embriones, ninguno de los cuales era útil. En el segundo, 10, de los que solamente era sano y compatible uno, que fue transferido a su madre, sin que se consiguiera un embarazo. En el tercer intento, se produjeron también 10 embriones. De ellos, sólo dos libres de la enfermedad de sus padres, y que eran compatibles con la sangre de su hermana. Ambos fueron trasferidos, y sólo uno de ellos logró implantarse, consiguiéndose que naciera la niña. Es decir, en total se destruyeron 38 embriones para conseguir el deseado bebé, algo que éticamente no parece fácilmente justificable.

Pero esto no ha ocurrido sólo en los casos que hemos comentado, pues la destrucción de embriones para conseguir estos niños es una norma en la literatura médica. Así, uniendo datos de los tres más amplios estudios realizados sobre esta materia, se constata que para conseguir 49 niños útiles hubo que producir 2.796 embriones, lo que se traduce en una eficiencia del 1,75%. Sin duda, es esta gran pérdida de embriones humanos que la técnica conlleva, la principal dificultad ética"

En: Andrés, Javier y sus hermanos
por Justo Aznar, publicado en AlfayOmega, puede verse en
http://adopcionesespirituales.blogspot.com/2008/11/beb-medicamento.html
18/03/09 8:49 AM
  
Agustín
Todos nos alegramos del nacimiento de Javier y de la curación de su hermano Andrés. Es muy comprensible el gozo de los padres, amplificado por la exposición de su caso ante la opinión pública.
Desgraciadamente, para que esto haya ocurrido ha sido necesario crear 16 (o 32, según las fuentes) embriones, a los que se les ha sometido a controles de calidad hasta dar con el idóneo.
La ciencia no admnite dudas: El ser humano comienza a existir en el momento de la fecundación. No es una ideología ni una opinión: Es una certeza científica. Por tanto, se han generado seres humanos, hermanos de Javier, que después han sido desechados. Este es el punto oscuro de toda esta historia, que pocos quieren reconocer.
Desde un punto de vista simplemente de respeto a la dignidad de la persona, me parece que es muy grave que unos seres humanos sean utilizados en favor de otros. Esto creía que se había superado tras la II Guerra Mundial y la Declaración universal de los Derechos Humanos.
24/03/09 1:26 PM

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