Santo Tomás y la prostituta: un realista tolerante
Hace mucho tiempo que tengo pendiente varias recomendaciones de escritores y libros. Voy tomando notas que no consigo terminar. Estaba ordenando cuando encontré ésta de Flannery O’Connor.
Es una escritora católica estadounidense que vivió en el Sur profundo bautista. Me gustan sus cuentos más que sus novelas, pero lo que de verdad me fascina son los epistolarios. Supongo que me estoy haciendo mayor, nunca pensé terminaría recomendando colecciones de cartas. León Bloy o Tolkien son otro ejemplo.
Tanto los de Bloy como los de O’Connor son obras maestras de la Nueva Evangelización. Cada uno en su estilo, conversan con sus correspondientes de lo divino y de lo humano, pero en todo lo humano hay divino, con naturalidad, con cariño, son extraordinarios observadores de la naturaleza humana y llenos de sentido del humor.
O’Connor era una apasionada de Santo Tomás de Aquino, leía unos minutos la Summa todas las noches y se nota. Le ayudaba a conocerse más a sí misma, a los demás y a Dios.
Transcribo un cruce de cartas con su amiga Betty Hester (tomado del blog de uno de los mayores expertos hispanohablantes sobre la escritora). En este caso FOC –como se suele abreviar el nombre– con muy pocas líneas dice muchísimo.
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