27.06.16

De las cervicales al sofoco

Ayer domingo hacía calorcito. Así que pusimos en marcha el aire acondicionado, porque yo creo que para vivir la celebración también hay que estar cómodos en lo material.

Una misa creo que sin nada que reprochar. Un monaguillo perfectamente educado, las cosas en su punto y hasta nos acompañó la coral parroquial. Acaba la misa y una señora que llega a la sacristía hacha una fiera: “Vaya misa, heladita estoy, con lo que yo padezco de cervicales y encima este frío, si es que no sé ni cómo viene la gente a misa. Y encima hale, con coral y todo, para que sea la misa más larga. Desde luego, yo no vuelvo”.

No estaba aún repuesto cuando entra otra señora. Los hombres generalmente no decimos nada, ni a favor ni en contra. O al menos en mi parroquia suelen ser mucho más expresivas las señoras. Pues eso, que otra señora: “No sabe cómo le agradezco lo del aire, porque mire, una anda con sus sofocos, y la verdad es que alivia mucho. Y la coral, qué belleza, qué gusto, cómo ayuda a vivir la misa”.

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23.06.16

Se habrá quedado calvo Gil Tamayo

Apenas leo nada de lo que escriben los obispos. Si acaso, alguna cosa de D. Carlos Osoro por aquello de que es mi arzobispo, y poco más. Tendrán que reconocerme que la inmensa mayoría de lo que escriben corresponde a lugares comunes, frases hechas y la nada con sifón. Alguna excepción hay, pero eso, excepciones del todo excepcionales, y en esos casos ya se encargan los medios de comunicación de destacar el hecho, ya que todo documento episcopal que saque ronchas en la prensa es que es de los buenos y trata de llamar a las cosas por su nombre.

Pues bien, si la cosa de los obispos me trae bastante al fresco, y como yo a la inmensísima mayoría de los creyentes, imaginen lo que me importa lo que el secretario de la conferencia episcopal pueda soltar en una rueda de prensa.

Para empezar, porque yo creo, humildemente, que el secretario no está para decir nada en su nombre. Sale a la rueda de prensa, explica lo que se ha tratado en el plenario o la comisión, da cuenta de algo que le han encargado comunicar y aquí paz y después gloria. Las opiniones personales de Gil Tamayo me interesan tanto o menos que las de la señora Rafaela. Menos.

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21.06.16

Razones para acudir a misa a una parroquia o a otra

Pregunto, preguntamos a nuestra gente, las razones para acudir a una parroquia o a otra. Sin orden ni concierto, ahí les dejo lo que nos cuentan los fieles.

Un horario cómodo de misas.

Puntualidad para comenzar.

Puntualidad para acabar, que uno sepa más o menos lo que va  adurar la celebración.

Servicio de confesores.

Buen funcionamiento de calefacción y aire acondicionado.

Que se aparque bien.

Que se celebre la misa sin que te lleves sobresaltos en la liturgia y en la predicación.

 

De todo esto, dos cosas son las que más quisiera destacar.

Lo de los sobresaltos. Gente me dice que no está por la labor de vivir la misa de susto en susto. Por ejemplo, ese amigo que vio aparecer en el altar a un sacerdote con una camiseta pidiendo la libertad de los presos vascos, o ver celebrar sin casulla, o incluso con casulla, pero sin alba, o con estola arco iris.

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19.06.16

Otro baculazo de don Jesús (ya estaba tardando)

Estamos tan acostumbrados a ese “nunca pasa nada”, que el día en que un obispo dice sí pasa, y hasta aquí hemos llegado, la gente enmudece de asombro para explotar en un grito “ostentóreo” de “baculazo, baculazo”.

Le ha vuelto a tocar a D. Jesús Sanz Montes, arzobispo de Oviedo. Parece ser que había cosas que no eran de su agrado en la forma de trabajar la pastoral penitenciaria diocesana y ha decidido algo tan simple como suspender a todos los voluntarios. Pues nada que objetar, será más o menos acertado, pero, desde luego, es competencia suya y ha decidido ejercerla.

Dicen que esos voluntarios eran gente entregada, generosa y bien formada, y que además de ofrecer formación cristiana eran expertos en consolar, ayudar, sanar heridas. Es decir, que un obispo se encuentra con un equipo de treinta y cinco personas bien formadas, entregadas, que dan catequesis como se debe y que además hacen una excelente labor caritativa y decide prescindir de ellos. No se explica. A no ser que haya otras explicaciones.

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18.06.16

Encima querrán que vengamos a la iglesia

En estas últimas semanas creo que son tres o cuatro las personas que me han amenazado con eso de que “encima querrán que vengamos a la iglesia”, como si lo de acudir a la parroquia fuera favor personal que le hacen al señor cura.

El primer caso, no hace mucho, fue en vísperas de primeras comuniones. Una mamá, que vive justo en la otra punta de Madrid, y cuyo arrapiezo con diez añazos iba a hacer su primera comunión en una parroquia vecina. El problema es que el niño estaba sin bautizar y en la parroquia donde hacía su catequesis celebraban el bautizo de los niños que iban a hacer su primera comunión en una celebración conjunta. Y mamá que no, que su niño solito por si se reían de él. Y que en esta parroquia. Pues mire, no… Ni son de esta parroquia, ni hace la comunión aquí, ni yo sé cómo está preparado el niño. Pues eso, que “encima querrán que vengamos a la iglesia”, a lo que añadió que “iba a llamar a telemadrid”. Va una.

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