25.06.17

La ausencia como pataleo

El otro día les colgaba en el post una foto de la celebración del Corpus Christi en San Juan de Letrán, este año en domingo para facilitar la asistencia de los fieles. Bien es verdad que se veía poca gente, pero hay un detalle en el que no todos han caído, y es el de la cantidad de sillas destinadas a sacerdotes concelebrantes que se ven vacías.

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22.06.17

El callejón sin salida de las dubia

Una de las cosas en que más se nos insistía en el colegio era que preguntásemos todo lo que no estuviera claro o no llegásemos a entender. Incluso el maestro, a veces, ante alguna cuestión especial, era él el que preguntaba: ¡Fulanito! ¿Qué he querido decir? No lo sé, D. Mengano. ¿Y si no lo has entendido por qué no preguntas? Con un poco de suerte hasta te caía algún castigo. Preguntar, preguntar y preguntar.

A cuatro cardenales, quizá más brutos, más tímidos, timoratos o tal vez en exceso prudentes, o malvados, o lo que quieran ustedes juzgar (¡no hay que juzgar, nos dicen por todas partes!), bueno pues eso, que a cuatro cardenales miren por donde se les ocurrió preguntar al santo padre por algunas cuestiones que ellos, quizá equivocadamente, no acaban de tener claras.

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21.06.17

Entre la santa indiferencia y el cómodo pasotismo

Esta es la realidad de muchos compañeros con los que me encuentro. Realidad que por supuesto no se expresa en voz alta, pero que sotto voce es el pan nuestro de cada día. ¿Cómo estás? Bueno, ahí vamos. Aquí en la parroquia haciendo lo que se puede y poco más.

Nuestra sensación es la de vivir en una Iglesia de ocurrencias e improvisaciones, de muy fuerte romana tortícolis, donde no acabamos de ver una línea y en la que todo son grandes palabras que no significan nada. A mí saber que vivimos en una iglesia en servicio al mundo, misericordiosa, samaritana, en salida y llamada a las periferias no me aclara absolutamente nada. Palabras extraordinarias, maravillosas, epatantes y que dejan a algunos con una boca más abierta que el burgalés papamoscas. Pero nada.

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20.06.17

Reunionitis. Si nos estamos volviendo locos, la gente no tiene la culpa

En pocos días se me han dado de baja en algunas actividades parroquiales dos personas. Mejor dicho, Han querido clarificar su presencia en las actividades de la parroquia.

El primero, un joven padre de familia. Casado, dos hijos pequeños. Me cuenta su vida. Trabajan los dos y tienen que sacar adelante a sus dos hijos. Llegan a casa cuando pueden. Los días laborables es llegar a casa y empezar con baños, cenas y acostar a los peques. Aprovechan los sábados para compra, limpieza a fondo, llevar a los niños a alguna actividad y estar con abuelos, primos y tíos, amén de cumpleaños de amiguitos. La mañana de domingo se va en la misa (levanta a los dos, arréglalos, desayuno, vete a misa, compra chuches…). Comida y la tarde se te va sin enterarte porque el lunes es día de colegio.

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19.06.17