Los de fuera no vienen. Los de dentro, pasan (o directamente se largan)
Yo no sé si nos engañan, o nos encanta vivir en la más exquisita y sublime de las nubes. ¡Oh el efecto Francisco! ¡Ah la nueva Iglesia! Por fin una Iglesia abierta. Gloria a Dios: era hora de sintonizar con la gente. Mantras. Muletillas. Frases que a base de ser repetidas nos quieren hacer creer que son la realidad. Todos encantadísimos con la realidad excepto los cuatro cavernarios.