Pecador, más que nadie. Hereje, nunca
He oído la historia varias veces, aunque sin demasiadas concreciones. En resumidas cuentas, era más o menos de este tenor:
Nos situamos en tiempos de la reforma protestante. Un grupo de “reformados” acudió a un sacerdote católico solicitándole pasara a engrosar sus filas. Era un sacerdote de vida parece del todo licenciosa con desprecio práctico absoluto al llamado sexto mandamiento. Por eso les sorprendió la negativa del presbítero a abandonar la iglesia católica y pasarse a los seguidores de Lutero. Pero hombre, le decían, con esa vida que llevas, mejor estarías siendo pastor protestante. Respondió el sacerdote: “pecador, más que nadie; hereje, nunca”.
Un amable lector me ha refrscado la memoria. Gracias. Estamos hablando de S.ANDRÉS WOUTERS.